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FACULTAD DE ENFERMERÍA
ENFERMERÍA PEDIATRICA
TRASTORNOS RENALES
LIC. ESTELIA GARCÍA
Grupo # 4
Integrantes:
Farfán López María Fernanda
Guanoluisa Franco Jennifer Katherine
Vélez Rivera Karen Rebeca
Vera Bailón Sunny Elva
Vidal Intriago Yeraldi Tamara
Zamora Vera Ana Melba
Quinto semestre “B”
2016 - 2017
Pero algunas veces los riñones no se desarrollan adecuadamente y como resultado no funcionan
de la forma en que deberían. Generalmente estos problemas son de origen genético y no tienen
nada que ver con lo que los padres hicieron o dejaron de hacer.
Es la pérdida rápida (en menos de 2 días) de la capacidad de sus riñones para eliminar los
residuos y ayudar con el equilibrio de líquidos y electrólitos en el cuerpo.
Causas
Existen numerosas causas posibles de daño a los riñones. Estas causas incluyen:
Síntomas
Los resultados de los exámenes de laboratorio pueden cambiar repentinamente (en cuestión de
unos pocos días a 2 semanas). Dichos exámenes pueden
incluir:
BUN
Depuración de la creatinina
Creatinina en suero
Potasio en suero
Análisis de orina
Una ecografía renal o abdominal es el examen preferido para
diagnosticar una obstrucción en las vías urinarias.
Las radiografías, la tomografía computarizada o la resonancia magnética del abdomen también
pueden indicar si hay una obstrucción.
Los exámenes de sangre pueden ayudar a revelar las causas de fondo de la insuficiencia renal. La
gasometría arterial y el análisis bioquímico de la sangre pueden mostrar acidosis metabólica.
Tratamiento
Una vez que se encuentra la causa, el objetivo del tratamiento es restaurar el funcionamiento de
los riñones y evitar que el líquido y los residuos se acumulen en el cuerpo, mientras estos órganos
sanan. Generalmente es necesario permanecer una noche en el hospital para el tratamiento.
La cantidad de líquido que usted beba se limitará a la cantidad de orina que pueda producir. Le
dirán lo que puede o no comer con el fin de reducir la acumulación de toxinas que los riñones
normalmente eliminarían. Es posible que necesite consumir una dieta rica en carbohidratos y baja
enproteínas, sal y potasio.
Se pueden necesitar antibióticos para tratar o prevenir la infección. Se pueden emplear diuréticos
para ayudar a eliminar el líquido del cuerpo.
Se administrarán medicamentos por vía intravenosa para ayudar a controlar los niveles de potasio
en la sangre.
Es posible que necesite diálisis. Este es un tratamiento que hace lo que normalmente hacen los
riñones: eliminar los desechos dañinos, la sal extra y el agua del cuerpo. La diálisis puede
salvarle la vida si los niveles de potasio están peligrosamente elevados. La diálisis también se
utilizará si:
La diálisis casi siempre será por corto tiempo. En casos poco comunes, el daño renal es tan
grande que la diálisis se puede necesitar de manera permanente.
Cuidados de enfermería
Causas
Las infecciones urinarias (IU) pueden ocurrir cuando entran
bacterias a la vejiga o a los riñones. Estas bacterias son comunes
en la piel alrededor del ano. También pueden estar presentes cerca
de la vagina.
Normalmente, no hay bacterias en las vías urinarias. Sin embargo, ciertos factores pueden
facilitar la entrada o permanencia de bacterias en dichas vías urinarias. Estas incluyen:
Un problema en las vías urinarias, llamado reflujo vesicoureteral. Esta afección, que
normalmente está presente al nacer, permite que la orina fluya de vuelta hacia los uréteres
y los riñones.
Enfermedades del sistema nervioso o del cerebro (como mielomeningocele, lesión de la
médula espinal, hidrocefalia) que dificultan vaciar la vejiga.
Baños de burbuja o prendas de vestir demasiado ajustadas (niñas).
Cambios o anomalías congénitas en la estructura de las vías urinarias.
No orinar con la suficiente frecuencia durante el día.
Limpiarse de atrás (cerca del ano) hacia adelante después de ir al baño. En las niñas, esto
puede llevar bacterias hasta la abertura por donde sale la orina.
Las IU son más comunes en las niñas. Pueden ocurrir generalmente alrededor de los 3
años, a medida que los niños empiezan con la educación de los esfínteres. Los niños que
no fueron circuncidados tienen un riesgo ligeramente más alto de infecciones urinarias
antes del primer año de vida.
Síntomas
Los niños pequeños con IU pueden tener fiebre, inapetencia, vómitos o no tener síntomas en
absoluto.
La mayoría de las IU en los niños sólo compromete la vejiga. Si la infección se disemina a los
riñones (denominada pielonefritis), puede ser más seria.
Los síntomas de una infección de la vejiga en niños incluyen:
Sangre en la orina
Orina turbia
Olor de la orina fuerte o maloliente
Necesidad urgente o frecuente de orinar
Indisposición general (malestar)
Dolor o ardor al orinar
Presión o dolor en la parte inferior de la pelvis o en la región lumbar
Problemas de enuresis después de que el niño ha sido educado en el control de esfínteres
Las señales de que la infección puede haberse extendido a los riñones incluyen:
Escalofrío con temblores
Fiebre
Piel ruborizada, caliente o enrojecida
Náuseas y vómitos
Dolor de costado o de espalda
Dolor intenso en la zona abdominal
Pruebas y exámenes
Se necesita una muestra de orina para diagnosticar una IU
en los niños. La muestra se examina con un microscopio y
se envía a un laboratorio para realizar un urocultivo. En
los niños que no tienen control de esfínteres, obtener una
muestra de orina puede ser difícil. El examen no puede hacerse usando un pañal mojado.
Las maneras de recoger una muestra de orina en niños muy pequeños incluyen:
Bolsa de recolección de orina: Se coloca una bolsa plástica especial sobre el pene del niño
o la vagina de la niña para recoger la orina. Este no es el mejor método debido a que la
muestra puede contaminarse.
Urocultivo en muestra por sondaje: Una sonda plástica (catéter) puesta dentro de la punta
del pene en los niños o directamente dentro de la uretra en las niñas, recoge la orina
directamente de la vejiga.
Recolección de orina suprapúbica: Se coloca una aguja a través de la piel de la parte baja
del abdomen y los músculos, hasta llegar a la vejiga, y se utiliza para recoger la orina.
Estos estudios se pueden efectuar mientras el niño tiene una infección. La mayoría de las veces se
hacen en un período que va de semanas hasta varios meses después.
La edad del niño y su historial de otras IU (los lactantes y niños pequeños generalmente necesitan
exámenes de control).
Tratamiento
En los niños, las IU deben tratarse rápidamente con antibióticos para proteger los riñones.
Cualquier niño de menos de 6 meses o que tenga otras complicaciones debe ser visto por una
especialista inmediatamente.
En la mayoría de los casos será necesario que los bebés más pequeños permanezcan
hospitalizados y se les administrarán antibióticos a través de una vena. Los bebés mayores y los
niños se tratan con antibióticos por vía oral. Si esto no es posible, podrían necesitar recibir
tratamiento en el hospital.
Su hijo debe tomar mucho líquido cuando le estén tratando una IU.
Algunos niños se pueden tratar con antibióticos por períodos de hasta 6 meses a 2 años. Este
tratamiento es más probable cuando el niño ha tenido infecciones repetitivas o reflujo
vesicoureteral.
Después de terminar los antibióticos, el proveedor de atención de su hijo puede pedirle que
vuelva a llevarlo para hacerle otro examen de orina. Este puede ser necesario para comprobar que
ya no haya bacterias en la vejiga.
Intervenciones de enfermería
Vigilar la eliminación urinaria, lo que incluye frecuencia, volumen. consistencia, color,
con el fin de identificar posibles alteraciones.
Administración de medicamentos antibióticos, antipiréticos y analgésicos según lo
prescrito para eliminar los síntomas mostrados por la proliferación microbiana.
Enseñar a la persona los signos y síntomas de infección de vías urinarias para vigilar la
efectividad de tratamiento y reconocer síntomas de recurrencia de la infección.
Incentivar a la persona para que aumente la ingesta de líquidos adecuados para prevenir la
infección y deshidratación.
Explicar a la persona la necesidad de practicar pruebas diagnósticas para el seguimiento
de la infección
PIELONEFRITIS
La pielonefritis aguda se define como la infección de la vía urinaria superior que afecta a la pelvis
y al parénquima renal. Es un síndrome clínico caracterizado por dolor lumbar, fiebre y
escalofríos; sin embargo, sólo en el 60% de los pacientes con esta tríada se comprueba después
que tienen una pielonefritis.
La pielonefritis es una de las enfermedades que más frecuentemente afectan al riñón, aunque no
es tan frecuente como las infecciones urinarias bajas. Ocurren unos 4-8 casos por cada 10.000
habitantes. Es más frecuente en mujeres que en hombres, debido a la anatomía del aparato genital
femenino (la uretra es más corta y está más expuesta al exterior, por lo que el acceso a ella es más
fácil), que facilita que las bacterias colonicen la vejiga y lleguen hasta los riñones a través de los
uréteres, produciendo así la pielonefritis. Con la edad, la incidencia de la pielonefritis se
incrementa en los varones, debido al desarrollo y agrandamiento de la próstata.
Causas
El mecanismo más frecuente por el que se produce la pielonefritis aguda es el ascenso
de microorganismos procedentes de la flora fecal a través de los uréteres, que son los conductos
que comunican los riñones con la vejiga. Con menor frecuencia, se produce por propagación
hematógena, es decir, a través de la sangre. Entre los gérmenes que tienden a invadir la vía
urinaria por este método destacan Staphylococcus aureus, Pseudomonas aeruginosa, Salmonella
spp y Mycobacterium tuberculosis.
Los microorganismos que con mayor frecuencia producen pielonefritis son las enterobacterias
comoEscherichia coli, Klebsiella spp y Proteus spp, siendo E. Coli la causa más frecuente de
pielonefritis en pacientes sin enfermedades urológicas conocidas (produce más del 80% de los
casos).
Por otro lado, en pacientes con factores de riesgo (manipulación reciente de la vía urinaria,
portadores de sondas vesicales, que han recibido tratamiento con antibióticos recientemente, o
que han adquirido la infección en el hospital) son más frecuentes los gérmenes resistentes a los
antibióticos convencionales.
Síntomas
Los síntomas más frecuentes que aparecen en los pacientes con pielonefritis son los siguientes:
Analítica de sangre: debe incluir un hemograma (prueba analítica que ofrece información
acerca de los diferentes tipos de células presentes en la sangre, fundamentalmente
glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas) y una bioquímica que permita comprobar el
funcionamiento del riñón.
En el hemograma suele existir un aumento del número de glóbulos blancos, aunque en
casos evolucionados el numero de estos puede ser normal o incluso bajo. Este dato
(presencia de pocos glóbulos blancos) se considera de mal pronóstico, ya que aumenta la
posibilidad de que se desarrolle unasepsis de origen renal. En la bioquímica son datos de
mal pronóstico la elevación de parámetros como la creatinina o la urea, que
indican insuficiencia renal (la medición en sangre de estas sustancias se utiliza para
monitorizar la correcta función de los riñones).
Análisis de orina: la presencia de piuria (pus en la orina) es un hallazgo casi constante,
aunque puede no estar presente en algunos casos. Por otro lado, la presencia de nitritos en
orina es también bastante frecuente, aunque algunos gérmenes causantes de pielonefritis
no producen nitritos (los nitratos son unas sustancias presentes en la orina que son
convertidos a nitritos por la acción de bacterias, lo que sugiere la existencia de infección
urinaria).
Cultivo de orina o urocultivo: es la prueba fundamental para establecer qué
microorganismo es el causante de la pielonefritis. Debe recogerse de la mitad del chorro,
desechando la primera parte de la micción, y habiéndose lavado previamente la región
genital. La muestra debe recogerse antes de iniciar tratamiento con antibióticos.
Hemocultivo o cultivo de una muestra de sangre: se debe obtener si el paciente presenta
fiebre. Sólo es positivo en el 20-30% de los pacientes, siendo más frecuente en ancianos,
diabéticos, enfermos con insuficiencia renal, o si existe obstrucción del flujo urinario.
Pruebas de imagen: las pruebas de imagen no son necesarias en las pielonefritis agudas no
complicadas. La radiografía simple de abdomen está indicada si se sospecha la existencia
de urolitiasis por los síntomas que describe el paciente, por sus antecedentes, o si el
paciente es diabético y sufre una pielonefritis grave. La ecografía abdominal está indicada
sólo en pacientes con afectación importante del estado general, signos de sepsis, o
factores de riesgo por anomalías en la vía urinaria, para descartar la existencia de
obstrucción. Igualmente, la persistencia de fiebre después de 48-72 horas a pesar de un
tratamiento antibiótico correcto, es indicación de realizar una ecografía abdominal para
descartar la existencia de un absceso renal.
Tratamiento
Dado que es una enfermedad de causa infecciosa, el tratamiento fundamental de la pielonefritis
aguda se basa en la administración de antibióticos, bien por vía oral o bien por vía intravenosa,
dependiendo de cada caso. La duración del tratamiento debe ser de 14 días en las pielonefritis no
complicadas, y de 14-21 días en las complicadas.
Los antibióticos a elegir dependen de cada caso concreto. Por ejemplo, en aquellos pacientes con
riesgo de desarrollar pielonefritis por gérmenes resistentes se utilizan antibióticos más potentes
que en pacientes que no los tienen. Además, en cada zona del mundo, la resistencia de los
gérmenes a los antibióticos es diferente.
Cuidados de enfermeria
Aparte del tratamiento con antibiótico es importante instaurar medidas generales, como por
ejemplo:
GLOMERULONEFRITIS
Los riñones son órganos que tienen el tamaño de un puño, la forma de un frijol rojo y se
encuentran en la espalda de una persona. Son los responsables de filtrar la sangre y eliminar
residuos del cuerpo. Esto es posible gracias a las unidades de filtrado que existen dentro de los
riñones y a la ayuda de los vasos sanguíneos denominados "glomérulos". Cuando los glomérulos
se inflaman, se produce una glomerulonefritis.
Si los glomérulos de una persona no realizan su función de una manera adecuada, pueden causar
un número de problemas en los riñones y afectar la salud en general.
Causas
Las siguientes son algunas de las causas de una glomerulonefritis aguda:
Síntomas
En el caso de la glomerulonefritis aguda, los síntomas aparecen repentinamente, posiblemente
después de una infección cutánea o un caso de amigdalitis estreptocócica. La glomerulonefritis
crónica puede tomar muchos años desarrollarse y se la detecta mediante un análisis de orina.
Existen otras afecciones que presentan estos síntomas, de manera que tener estos síntomas no
significa que exista una insuficiencia renal. Pero si su hijo tiene alguno de estos síntomas, es
importante que vea a un médico de inmediato para determinar la causa.
Diagnóstico
En el consultorio del médico, explique los síntomas de su hijo. El médico examinará al niño y es
posible que extraiga muestras de sangre y de orina para que sean
analizadas. También es posible que el médico solicite una
ecografía del riñón para poder observar los riñones. Las
ecografías son imágenes de los órganos y otras partes del cuerpo
que se crean a partir de ondas sonoras.
Tratamiento
Si bien ciertos casos de glomerulonefritis aguda se resuelven solos, otros requieren tratamiento.
Cuando antes comience el tratamiento, menor será el daño a los riñones.
El tratamiento para la glomerulonefritis varía según la edad del niño, su estado de salud general,
cómo estén funcionando los riñones y la causa de la inflamación.
Los cambios en el estilo de vida que pueden ayudar a los niños con glomerulonefritis crónica son
los siguientes:
Acciones de enfermería
1. Brindar apoyo psicológico al niño y familiares para que se sientan seguros y disminuya su
temor
2. Observar que el niño repose durante la fase aguda de la enfermedad
3. Observar el cumplimiento de una dieta hiposódica e hipoproteica, no jugos de frutas
4. Pesar al paciente diariamente para valorar la evolución del mismo
5. Medir signos vitales haciendo énfasis en temperatura y tensión arterial
6. Observar signos de deshidratación por el uso de los diuréticos
7. Observar color, frecuencia y cantidad de la orina del paciente
8. Observar síntomas de encefalopatías hipertensiva como convulsiones
9. Cumplir medidas antitérmicas si fiebre más 38 °C
SÍNDROME NEFRÓTICO
Es un grupo de síntomas que incluyen proteína en la orina, bajos niveles de proteína en la sangre,
niveles altos de colesterol y de triglicéridos e hinchazón.
Causas
El síndrome nefrótico es causado por diversos trastornos que dañan los riñones. Este daño
ocasiona la liberación de demasiada proteína en la orina.
Cáncer
Enfermedades como la diabetes, lupus eritematoso sistémico,mieloma múltiple y amiloidosis
Trastornos genéticos
Trastornos inmunitarios
Infecciones (como amigdalitis estreptocócica, hepatitis o mononucleosis)
Uso de ciertas drogas
El síndrome nefrótico puede afectar a todos los grupos de edades. En los niños, es más común
entre los 2 y los 6 años de edad. Este trastorno se presenta con una frecuencia ligeramente mayor
en los hombres que en las mujeres.
Síntomas
La hinchazón (edema) es el síntoma más común. Puede ocurrir:
En la cara y alrededor de los ojos (hinchazón facial)
En los brazos y las piernas, especialmente en los pies y los tobillos
En la zona abdominal (abdomen inflamado)
Llagas o erupción cutánea
Apariencia espumosa en la orina
Inapetencia
Aumento de peso (involuntario) por retención de líquidos
Convulsiones
Pruebas y exámenes
El médico llevará a cabo un examen físico. Asimismo, se harán pruebas de laboratorio para ver
qué tan bien están funcionado los riñones. Entre ellas están:
Anticuerpo antinuclear
Crioglobulinas
Niveles del complemento
Examen de tolerancia a la glucosa
Anticuerpos para hepatitis B y C
Prueba de VIH
Factor reumatoideo
Electroforesis de proteínas séricas (EPS)
Serología para sífilis
Electroforesis de proteínas urinarias (EPU)
Esta enfermedad también puede alterar los resultados de los siguientes exámenes:
Nivel de vitamina D
Hierro sérico
Cilindros urinarios
Tratamiento
Los objetivos del tratamiento son aliviar los síntomas, prevenir las complicaciones y retrasar
el daño renal. Para controlar el síndrome nefrótico se debe tratar el trastorno que lo está
causando. El tratamiento se puede requerir de por vida.
Los tratamientos pueden incluir cualquiera de los siguientes:
Mantener la presión arterial en o por debajo de 130/80 mm Hg para demorar el daño renal.
Los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) y los bloqueadores de los
receptores de angiotensina (BRA) son los medicamentos que se emplean con mayor
frecuencia. Los inhibidores ECA y los BRA también pueden ayudar a disminuir la cantidad
de pérdida de proteína en la orina.
Corticosteroides y otros fármacos que inhiban o calmen el sistema inmunitario.
Tratar los niveles altos de colesterol para reducir el riesgo de problemas vasculares y
cardíacos. Una dieta baja en grasas y en colesterol por lo general no es suficiente para las
personas con síndrome nefrótico. Es posible que necesiten medicamentos para reducir el
colesterol y los triglicéridos (por lo regular las estatinas).
Una dieta baja en sal puede ayudar con la hinchazón en las manos y las piernas. Los
diuréticos también pueden aliviar este problema.
Las dietas bajas en proteínas pueden servir. Su proveedor de atención médica puede
recomendar una dieta moderada en proteínas (1 gramo [gm] de proteína diario por kilogramo
[kg] de peso corporal).
Tomar suplementos de vitamina D si el síndrome nefrótico es crónico y no responde a la
terapia.
Tomar anticoagulantes para tratar o prevenir la formación de coágulos
Intervenciones de enfermeria
Seguimiento regular de funciones vitales, incluída la Presión Arterial ya que una HTA
puede provocar un ACV.
Control de peso diario.
Control del equilibrio hídrico estricto.
Favorecer el reposo.
Proporcionar nutrientes y estimular el apetito.
Verificar dieta adecuada, baja en proteínas.
Prevenir y observar la aparición de complicaciones
La insuficiencia renal crónica, a diferencia de la aguda, es cuando ésta se presenta por más de 3
meses en los niños y es muy peligrosa ya que si descuidan su salud pueden llegar a presentar
obesidad y otras enfermedades.
Causas
Síntomas
Pruebas y exámenes
La mayoría de las personas presentará hipertensión arterial durante todas las etapas de la ERC. Al
hacer un examen, su proveedor de atención médica también podría oír ruidos cardíacos o
pulmonares anormales en su pecho. En un examen del sistema nervioso, usted podría mostrar
signos de daño a nervios.
Un análisis de orina puede revelar proteína u otros cambios. Estos cambios pueden surgir de 6 a
10 meses antes de que aparezcan los síntomas.
Los exámenes para verificar qué tan bien están funcionando los riñones incluyen:
Depuración de creatinina
Niveles de creatinina
Nitrógeno uréico en la sangre (BUN, por sus siglas en inglés)
La ERC cambia los resultados de muchos otros exámenes. Usted deberá realizarse los
siguientes estudios incluso cada 2 a 3 meses cuando la enfermedad renal empeore:
Otros exámenes que pueden llevarse a cabo para buscar la causa o el tipo de enfermedad renal
incluyen:
Tratamiento
El control de la presión arterial retrasará un mayor daño al riñón.
Los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) o los bloqueadores
de los receptores de angiotensina (BRA) se emplean con mayor frecuencia.
El objetivo es mantener la presión arterial en o por debajo de 130/80 mm Hg.
Hacer cambios al estilo de vida como los siguientes puede ayudar a proteger los
riñones y prevenir cardiopatía y ataque cerebral (accidente cerebrovascular):
NO fume.
Consuma comidas con un contenido bajo de grasa y colesterol.
Haga ejercicio regularmente (hable con su médico o enfermera antes de empezar).
Tome medicamentos para bajar el colesterol, si es necesario.
Mantenga controlado el nivel de azúcar en la sangre.
Evite ingerir demasiada sal o potasio.
Siempre hable con el especialista en riñones antes de tomar cualquier medicamento de
venta libre. Esto incluye vitaminas, hierbas y suplementos. Asegúrese de que todos los
proveedores de atención que usted visita sepan que padece ERC.
Medicamentos llamados fijadores de fosfato para ayudar a evitar los niveles altos de
fósforo.
Hierro extra en la alimentación, comprimidos de hierro, hierro a través de una vena
(hierro intravenoso) inyecciones especiales de un medicamento llamado eritropoyetina
y transfusiones de sangre para tratar la anemia.
Calcio y vitamina D extra (siempre hable con el proveedor de atención antes de
tomarlos).
Su proveedor de atención puede solicitarle que siga una dieta para la ERC especial.
Limitar los líquidos
Comer menos proteína
Restringir la sal, el potasio, el fósforo y otros electrólitos
Obtener suficientes calorías para prevenir la pérdida de peso
Todas las personas con ERC deben mantener al día las siguientes vacunas:
Vacuna contra la hepatitis A
Vacuna contra la hepatitis B
Vacuna antigripal
Vacuna contra la neumonía (PPV, por sus siglas en inglés)
Cuidados de enfermería