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Gabriel Dupuy
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D8618 .Eoa.'FI' 21993
INSTITUTO DE GEOGRAFIA
Oikos-Tau
GABRIEL DUPUY
Esta colección es una iniciativa conjunta del Instilut Catalil per al DesenvolupaIllenl del
Transpon y Oi kos-Tau
Títulos publicados:
Títulos en preparación:
3. Jean HOURCi\DE: ¿Qué movilidad para II1w/al/a? Otra mirada a los tmllSportes.
Gabriel Dupuy
e¡pjl:; Ü 783
I
Oikos-Tau
APARTADO 5347 . 08080 BARCELONA
VILASSAR DE MAR· BARCELONA
•\ .
€) oikos-lau
Indice 5
Prólogo 7
Prefacio para la edición cspañola 11
Introducción 17
1. Las dificultades del urbanismo contemporáneo 23
1.1. La confusión de los urbanistas 23
1.2. Un urbanismo que ya no entiende la ciudad 29
2. El desarrollo de las redes en la ciudad 35
2.1. Multiplicación y extensión de las reJes 35
2.2. De la pedestrian cUya la networked cUy .44
3. El alcancc social de las redes 55
3.1. Los usuarios de las redes .55
3.2. Economía y territorio de las redes urbanas 62
4. La respuesta del urbanismo clásico 71
4.1. Contrasentido del mallado territorial 71
4.2. Zonificar y canalizar 82
5. Rehabilitación de las doctrinas urbanísticas favorables a las redes 93
5.1. De Cerda a Virilio: la topología de las redes 94
5.2. Circulación y comunicación: la cinética de las redes 101
5.3. Redes adaptativas: la visi6n sistémica 103
5.4. 1. Cerda, el urbanismo y las redes 105
5.5. F.L. Wright: Broadacre CUy 110
5.6. Un urbanista francés incomprendido: M.-F. Rouge y las redes 115
6. Las reJes para un nuevo urbanismo: elementos de teoría 121
6.1. ReJ virtual, red real 121
6.2. ¿La ciudad de los operadores de redes? 129
7. Métodos y herramientas para un urbanismo de redes 143
7.1. Análisis diacrónico de las redes 143
7.2. Representación de las redes 150
7.3. Evaluación de las redes 158
7.4. Ayuda a la concepci6n de redes 169
7.5. Semiología de las redes 174
8. Urbanismo de redes: estudios de casos 181
8.1. Vía y ciudad 182
8.2. Red suburbana 186
8.3. Ciudad y comw1icaciones 191
6 El urbanismo de las redes
Conclusión 195
Bibliografía oooo 20 1
lm.lice onomástico 207
lIllJice de figuras y tablas 213
Vocabulario y acrónimos 215
Prólogo
80%
60%
40%
20%
0%
1850 60
• Agua
70 80 90
•
1900 10 20
Transporte público
30 40 50 60
Electricidad
70
•
80 1990
Teléfono -t
t'1
.1,,\ -A
",\ I,
-e
10 El urbanismo de la) redes
Albert Scrratosa
¿Todavía es necesario discutir acerca de la crisis del urbanismo'! ¿Se debe, una
vez más, diagnosticar el malestar de los urbanistas'!
En una antigua publicación sobre los "juegos urbanos", esta especie de
simulaciones lúdicas inventadas por los urball plalll/ers americanos de los allOS 60,
expliqué como la profesión de urbanista neeesitaha una ideología propia que
enmascarase su desorden l. Ahora bien, lo que era cierto en aquellos momentos para
los urbanistas de Estados Unidos, no lo era todavía para los franceses. En FrallCia,
el urbanismo estaba en per1'cctas condiciones.
Desde entonces. en la mayoría de los países occidentales, los allálisis
convergen. Se ponen en duda el urballismo y la planilicación urbana. I.a crisis es
crónica. cl malestar pennancnle. Pero el urballismo resiste. La crisis no es aún tall
profunda como para impedir la puhlicación de revistas, manuales y diccionarios que
se aJluncian decididalncnte de "urballismo''2. Así pues, el urbanismo todavía es
sólido. Los consejos que se le prodigan pueden parecer curiosos: la orientacilín
hacia la protección del patrimonio o del medio ambiente, la huida hacia la
arquitectura y la monumentalidad, el hincapié puesto sohre la paI1icipacit'm del
público en las decisiones, ¿pueden todos juntos llegar a reconstruir un cucq)O de
doctrinas y prácticas coherente ante los desafíos de la ciudad l1loderna'l
Se puede dudar de ello. sobre todo porque, desde hace poco, se ha pl~ulteado
otro tema. Es evidente que nuestra sociedad se dirige hacia una evoluchín que da a la
comunicacilín ya sus técnicas un papel clave. A pesar de su imprecisión, cl ténnino
lluevas [ecllologías de COIIlL/lliCllCiÓI/ (NTC) aparece con fueo.a. Sugiere el leléfono
moderno y sus múltiples Jeri vadLls, cl ordenador y su capacidad de tratamiento
Dupuy G.. Plallijiculioll Ilrbaifll' el ilM%gie [{'chllocrm;qUl': le cas des jellx w-!Jaill.'i. tesis
dOl'loral tlc]O ciclo. París. l1ni\'crsilé RCllé Descartes. 1973.
2 Sülo por cit~ la n:l..-iclllc actualidad frUIH...úfona: la revista Urf)(/l/isIIJlJ. los ll1:lnu;.lIcs de urbanisIlm
de Lacazc 1.-P.. Al/ll í fltl);er sn \'j/ll', les e!loix du II/airl' ('fl IIwrih'l' d'llrlWflisll/l', París, EditiollS
du Monileur. 1')RR; Les M<'tIlOdes· de {'lIriJanixllle. París. PUF, 1990, Y de Guay P.-Y ..
¡II1rot/ucliofl a /'wbllfli:mlt:: (/pproc!les t/uioriljlil'J. iJlSlrUIIll'lIlJ e/ Crilh"('.f. Modul\) I:d., Mont.réJI.
1997; f",terlin P., Choay F., Dictin1l11l1irl' di' ¡'ur!JalliJlI/l' el de l'alJlhJ(lgellleflr. París. PUF.
198R; Trihillo!1 J.-F.. ¡:Ur!Jallisllll'. P;1ríS. La Découvcrlc. llJt)l: f\'lc:r1in P., !.'1U1Jall¡.\IIIl'. P;u·ís.
PUF. 1')<) 1.
2
1M EL urbwJi.rmo de las redes
3 Caud:.J.lcs que en 1'01.:0$ ailos SI.: han incrementado en proporciones considerables: dd orden de 1 a
1000 cUi.llldu se pasa del teléfono c]¡1sico a la fibra óptica.
4 GuiJlcrmc 1\., Gt!Jlesc du cuncep! de réIeau: lerrifoire el génie en Europe de ['Ques!, 1760·1815,
InstilUt fr.ul,,'ais d'urha(lism~. Lahllratoir~ de Théoric dcs Mutatiolls url>aincs. infurmc para el
Pli.ln urbain. París, cncm de 1988.
5 Dupuy (j. el al., Ról'UUX Ierriloriaw.:. Caen. ParJdigmc, 1988.
Introducción 19
6 Choay F., L'Urbanisme: utopies el réa/i(és. une alll/wlogie. París. Le Scuil. 19ó5.
7 Virilio P., L'Espace critique. París. Christian Dourgois. 1984.
S Sarfati A., Actucl, n° especial. Almanach Danlieue, 1985.
9 Communica/ion el dynol1lique urbaine. ADELS. informe para el Plan urhain, I<JX6.
10 Lynch K., Good city form. MIT Press. Camhridge. Mass., 1987.
11 "Se puede concehir 4UC los cahles lelefónicos puedan ir cntclTados. O hien suspendidos en el aire.
comunicando por conexiones COIl las viviendas. las casas de campo, las tiendas, las fábricas,
etc .. uniéndolas por el cable principal a Ulla oficina central donde el hilo podría conectarse a la
demanda, y estahlecer una comunicación enlre dos lugares cualquiera de la ciudad. Un plan como
éste, aunque actualmente es impracticahle, derivará, estoy seguro de cllo. de la inlIoducción del
teléfono entre el púhlico. Creo incluso que en el fuluro. un conjunto de hilos unirán las ofidnas
principales de la compaflía dc1tcléfono en diferentes ciudades y un hombre en una región del país
podrá comunicar mediante lenguaje hablado con olro en un lugar diferente". Texto de Grah,un
Del! de 1878, in Kingsburg l.E., Tite Telepltane and TclepllO/1e Excltanges. New York. 1972,
citado por De Solla 1'001 1. (Ed.), The Social Impact of tite TelepllOne. MIT Press, Cambridge.
Mass .. 1977.
12 CL lIngues T.P., "Visions of Elcclrilicalion and Social Change", in 1880-1980, un Sii!de
d'éleccricicé dans le monde, Acles du premier Colloquc inlernatíonal d'hisloirc de l'élcclricilé.
París. PUF. 1987.
20 El urbanismo de las redes
u Pilll:hcmc1 P. y G" /.u Face d~ la Terl't:. París,/\.. Col in. 198~, así L"omlJ Ch.IVal P., "L'Arenir
de /tllllélrOp()/isUlion". ¡\1lI1al~s d~ Géngr:.lphi~. n" 550. nOV.-dic. }t)X9.
14 Prl'mc1 0 .. "fvbiu·isl.: d~s réscaux el unmin;Jlioll rlHU:l~n;". Eludes jtmdereJ. n<l 35, juniu <1.:
1%7.
15 N~gricr E.. "'1l1C pulitics uf TC1Tiloriai NClWl)rk Policics: Tllc Examplc uf Vidcocom-
II1uflk¡¡tiulI:-i Nctwurks inl:rancc". Fltu. 11'-' 1. prilllavcra tic 1<.NO.
lnlroducción 21
3 Gaudill J.-P., 1'edllloIJO/is, crües urbuilJes el ilJ1Iol'atioIJS IIIIl1licipa/(·s. París. PUF, }<Jgl).
4 H.lHu,:<lyn!n f\.1., L'Hisloire tll- la Frwlcl- uriJail/e (c.:undusiún. Tomu V). hajo lo..! dircc.:c.:ión de Duby
G., París. Le Scuil, 19S5.
Las dificu/lades del urbanismo contemporáneo 25
perdedores del juego urbano. Tampoco han sabido ganarse la simpatía de las clases
medias asustadas por las tendencias redistributivas de la planilicación.
En Estados Unidos, como en Francia y un poco por doquier en Europa
occidental, el urbanismo es víctima de una crítiea ideológica general que pone en tela
de juicio la intervención pública en sus diferentes avatares. Sin embargo, esta
explicación generalizadora encuentra pronto sus límites. En Francia, por ejemplo, la
descentralización ha coincidido con una valoración de la acción municipal. Es más,
el gesto arquitectónico o monumenlal, aUlorizado por los nuevos poderes de los
entes locales parece encontrar en los ciudadanos un eco particularmente favorable.
Así pues, habría una intervención pública buena y otra mala... y el urbanismo estaría
dcllado malo.
Ante cstas delicadas cuestiones para el urbanismo que, como se ha subrayado,
no son recientes, se han buseado respuestas en difen:nles vías. Del (/{/VOCIlCY
p/anning anlericano al ambienlalismo escandinavo, de la protección histórica a las
diferentes formas de implicación de los hahitanles en los procesos de decisión, cl
abanico de doctrinas y prácticas profesionales es bastante extenso. Los resultados
son poco convincentes. Sin examinar todas las experiencias, todas ellas muy
interesantes, se insistirá en la orientación participativa. Ddi:ndida en Francia con
constancia por J.-P. Lacaze, ha encontrado igualmente seguidores en numerosos
países l2 . Partiendo de las críticas formuladas en contra del urbanismo, la voluntad
participativa eonsiste en reemplazar los principios generales y más o menos
dogmáticos, que guían habitualmente la acción urbanística, por la expresión de las
voluntades de los hahitantes o de los futuros habitantes. Sin hablar de las
operaciones-coartada, las experiencias de participación demuestran los límites de
esta orientación. Un escaso número de personas implicadas, dilicultades por
dominar un lenguaje demasiado técnico, imposibilidad de conseguir tiempo para
estudiar los expedientes en profundidad, tendencias hacia cl aprovcchamienlo
político, etc.: son algunos de los numerosos obstáculos y dificultades para los
urbanistas que quieren promover la participación.
Si se va un poco más lejos en el análisis, parece que los problemas hallados
provienen del hecho de que los habitantes se sicnten extraJ10s en el campo del
urbanismo. La misma mancra de plantear los temas, de delimitar el campo de acción,
pareec excluir una participación numerosa y activa.
La elaboración de un plan de ocupación del suelo (POS) es un caso intcresante,
porque la legislación ha buscado favorecer la participación del ciudadano. Algunos
municipios han tomado cl relevo y han organizado alrededor de la elaboración
conjunta EsladolEntc local una verdadera concertación con los hahitantes. Es
bastante significativo que en cl medio urbano la elaboración de los POS sólo
movilice a los propietarios, directamente interesados por los derechos de construir
en los terrenos o edificios que poseen. La participación se reduce a menudll a una
negociación entre los poderes públicos y los propietarios sobre los derechos de uso
1J eL Lery 1\., TClTicr C., "Un Al:lif sur ucux lravaill~ hors de la colllmUIlC ou il résidc",
l:'cOfwmic ('t Slati.'ililllll!. n° UW, 1<)~5.
14 eL por ejemplo lus Ancxus sanilariDs para cl agua y el sancamicnLo.
Las dificultades del urbanismo cOfltempnrlÍneo 29
15 fostcr M., "Cily Plallllcrs ami tJrban Transporlalion: lhe American Response. 19CX]-1940".
JOllmal 01 Urball Hi.HOI}". vol. 5. mayo de 1979.
30 El urbanismo de las redes
16 Turncr D., "'lbe FUlluamcnlals uf Transil Plal1lling [Uf Cilies". Prol.:ccdings of thc 14Lh National
Cunference un Cily Planning (Springfield. June 5-7,1922). cilado por Poster M., art. cil.
Las dificultades del urbanismo coTltl'mporáfll'o 31
rcspecta a la importancia de esta mutación, parece que el urbanismo está, pero a otra
cscala, en la situación descrita por Mark Postcr.
Esta es la situación que algunos cmpiezan a dcnunciar, a partir de aspcctos
particulares, pcro que desemboca en una crítica más global.
Será suficiente evocar algunos de estos críticos actuales 17.
Un infonnc italiano propone una nueva concepción de la planilicación urbana
basada en los desarrollos recientes y previstos de la tclemática l8 • Lo importante aquí
radica más en la argumentación que en las propuestas concretas, sobre las que se
volverá en el capítulo 8.
El hincapié se pone deliberadamente en la abolicilín del tiempo de
comunicación, la anulación del sentido de la distancia, realizadas por la telemática.
No se trata, según los autores, de un simple avatar técnico o de un problcma dc
medida. Para ellos, la pcrcepción del tiempo inl1uye directamente en la conccpción
del espacio y por lo tanto orienta su org:ll1izaeión. La ciudad sólo puede rel1ejar esta
nueva configuración del espacio-tiempo tal como sus habitantes la perciben cada vez
más. Debcría producirse pues "una transfoffilación profunda en la manera de
concebir, y por lo tanto de traducir lerrilorialmente, los sistemas de referencia
espacio-temporales utilizados hasta ahora. El análisis de la ciudad histórica nos
puede ayudar a entender los parámetros de la correlación y sugiere así las
indicacioncs a nivel de los proyectos". Se ve la naturaleza del desalIo propuesto al
urbanismo a partir de innovaciones tecnológicas que hoy ¡casi no parccen implicar a
los urbanistas!
Según Howkins, los tOlvn-planners del Reino Unido deben hacer frcnte a un
desafío parecido: "El urbanista a la antigua hablaba de zonilicación l'ísica, de balance
de las ocupaciones, de las viviendas y los espacios libres, del l1ujo de trálico. El
urbanista TlOuveau·style [... J debe tomar en consideración la conliguración de los
sistemas electrónicos y las redes locales así como el suministro de bandas de
frecuencia para cada área urbana. El antiguo urbanista trataba de stocks y de l1ujos
de vehículos. iLos poderes públicos de hoy en día deben hacer frente a los stocks y
a los l1ujos de inl'ormación!"19
La crítica de Pishman desemboca en otro desafío, bien conocido del urbanismo,
el de la centralidad 2o • Pishman avanza que, para la gran mayoría de los americanos,
los centros-ciudades de hecho han desaparecido de su vida cotidiana y de sus
expericncias. El verdadero centro de la ciudad, para ellos, ya no está en algún
DOWTl/own, algún Mainstreet o algún CeJl/ral Business District, sino en cada unidad
de residencia: "A partir de este punto de salida central, los miembros de la f:.unilia
17 OLTOS autores van en la misma dirección. Por ejemplo M;'H:Dougall G.. "Planning Theory:
Constructing an Agenda fOf }tJ92". 11ürd Annual Conference of the AssociLltion of Europcan
Schools of "lanning. Tours. nov. 1989.
18 "La Cilla: Oallo spazio slorico allo spilZio tekmatico". Convegno Internazionalc. Bologna. febo
1989.
19 lIowkins J., "Pulling Wires in lheir Social Place", in Duttoll W, el al., W¡red Cities. G.K.
Hall. Boston, 1987.
20 Fishman R., arl. cil.
32 El urbanismo de las redes
crean su propia ciudad sobre la base de los múhiples destinos donde pueden llegar
en automóvil. Uno de los cónyugues puede trabajar en una zona residencial a dos
salidas por la autopista; el aIro trabaja en un complejo de olicinas a cinco salidas en
otra dirección. Los hijos toman el autobús para ir a diferentes escuelas de su distrito
o bien toman su propio coehe para ir al local anexo de la uni versidad. Y la familia
realiza sus compras en diversos centros comerciales situados a lo largo de las
diferentes autopistas. Todo lo que necesitan, desde los servicios médicos más
complejos, hasta las frutas y legumbres, se puede encontrar a lo largo de las
autopistas. Una vez al wio, quizá por Navidad, van al eentro, pero no están allí
mucho rato". Fishmwl eXliende su razonamiento a las industrias manufactureras y a
las empresas de servicios.
Hace hineapié en el automóvil y en la red de autopistas más que en las
telecomwlicaciones y la telemática. Pcro el mensaje existe porque aiCeta a la
población urbWla en su conjunto y en su vida cotidiana.
Ante esta imagen de un espacio-tiempo trastomado, de una centralidad que ha
estallado, de una infonnación omnipn::sente, de una ciudad compuesta al gusto de
caua cual, ¡,qué puede responuer el urbanista'!
Para M.e. Gibelli, se pone en duda simultáneamente la actilud general del
urbanismo y su particular utopía, "al mismo tiempo que su élica y su lenguage
témico coditicado y reductor tal y como ilustrWl daramente los documentos que
tratwl ue las escalas ue los pl:U1OS, de normas, de zonilkación y no son capaces ue
asumir la complejidad ue las nuevas palologías"21.
Un grwl especialista americwlll t.le la plwlijkación urbana, que desue hace
tiempo ha sabiuo tomar la medida de las trwlslllnnaciones inducidas por los medios
de trwlspOI1e pero también por las redes de telecomunicaciones, hace notar por su
lado: "El modelo de la ciuuad d{L~ica no parece haber peruiuo casi nada de su
atractivo para los urbwlislas, los ingenieros de trw1sporte y los responsables
políticos, incluso en aquellos casos en que menos se corresponde con las formas de
la urbwüzación real... El mouelo conceptual se ha vuelto [no obstwlte] obsoleto...
Sólo la imagen pcmlw1ece intacta. [Perol el poder de esta imagen es tan fuerte que
cualquier otra no la ha substituiuo... "n
Decir que no se dispone ue las herramientas intelectua1cs para comprender y
dominar el hecho urbwlo, o que no son adecuadas, es sin duda una erítica radical del
urbwlismo. Si se rdiere a su vocación histúrica, tendría que ser una "uisciplina [... J
que se pretenue ciencia y teoría de la ciuuad, con carácler rdkxivo y crílico"2J. No
21 Gihelli M.C., "Urban I'Janning SU'olegies ami Tuuls In Cupe wilh Tcchlllllugicol anu Sodo-
ECOlloJllic Clwngc in M.:lrolx)lilan Arcas". in OECD. Ur/;tUl De\'dopmcllf a1l(/ ImpaclS of
Tec1l1w/ogi('(J/ Ecollomic alld Soc;o-[)clJlograp/lic C/tullges. Rcport nf an Expcrl Meeting. París.
juniu de 19S5.
::!2 \Vchhcr M., "'111C Emcrging MClropulis: Trcnds and Trcpidaliolls", in Mohility lor Major
Mr.:lropolilCIIl GroH'lh CClI1crs: 1\ NclV Chalh'llgej()r Public-Pri,'ulc Coopcralt'on. Prucccdings uf
;,J. Workshop Confcrcncc. nov, }tJS5. U,S. D¡;p~u·t..IllCilt 01' Transportation. W;,J.shingtun D.C ..
1%5.
23 CllO;,J.Y F.. op. {'ir.
Las dificultades del urbanismo cOlltl'mporáru'o
3
2. El desarrollo de las redes en la
ciudad
La historia del desarrollo de la~ redes técnkas urbanas está en deuda eon loC1
Tarr. Este historiador, apasionado por las relaciones entre ciudad y tecnología,
estudió primero los sistemas de saneamiento. Después se interesó por los problemas
de eliminación de residuos, por el telégrafo y más tarde por el conjunto de
infraestructuras. En una decena de años ha conseguido constiluir una verdadera
escucla de pensamiento en América del Norte en relación con investigadores
europeos, sobre todo franceses ¡. Ello pemúte disponer de una visión de conjunto
del tema, quizá todavía incompleta, pero muy aclaratoria.
Según la expresión de 10Cl Tarr, la gran ciudad occidental ha pasado en 150
mlOS del estatus de pedeslrian cily al de nelworked city 2. En un período
relativamente corto en comparación con su historia, las ci udades se han dotado de lo
que hoy llanlamos redes: de transporte colectivo o individual, de comunicación, de
alumbrado público, de energía eléctrica, de gas, de agua, de saneamiento, por citar
sólo las más conocida~. Se ha asistido a la introducción progresiva pero continua de
un conjunto de dispositivos basados en principios técnicos variados: por ejemplo, el
agua potable circula por las redes bajo presión, la~ aguas residuales corren por las
Sólo hay que cilar los dos números dedicados especialmente. bajo la dirección de JoC1 Tarr. al
tema de la ciudad y la tecnología, en el Joul7UÚ oJ Urban History (vol. 5. n° 3. mayo 1979 y
vol. 14, n° 1. nov. 1987), así como la ohra colectiva edilada ¡X" Joel Tarr y Gahriel Dupuy,
Technology and ¡he Rise oJ ¡he NelWorked Ci¡y in Europe {Jfu/ America, Philadelphia, Temple
University Prcss, 1988. Finalmente, un artículo reciente pasa revista a la invcsligilción en este
lema: Tarr J.-A.. Ruse M .. Konviz J.W., "Technological Networks and lhe American City:
Sorne Historiographical Notes". Flux, nO 1, primavera de 1990.
2 Parece preferible no traducirlo. Si pedeJCrian city caracleriza bien una ciudad hecha para ir a pie,
la expresión networked cify juega con la ambigilcdad del término nelwork. que tiene la
significación general y abstracta de la palahra réseau en francés lo red ell español (N. del T.))
pero sobre todo el significado de réJeall cáblé [red cablcada] (leledistrihución.
telecomunicaciones ).
3G El urbanismo de las redes
3 Dupuy G .. K.J1ücbcl G., AJsuiflir lu ~'illt..·. hie,. el aujourc!'}wi. París. Dunod, 1982.
El desarrollo de las redes ellla ciudad 37
Lls historiadores, sobre todo los de las técnicas. se han interesado desde hace
algún tiempo por los des=ollos más espectaculares de las redes técnicas urbJJlas.
La historia de los tranvías, dd metro y dd tdélt)l1o hJII sido objcto de muchos
trabajos monográficos o comparati vos. Estos trabajos se fijan particularmcnte en el
análisis de la innovación, de las oricntaciolles de las técnicas, inl1uiLlas por
diferentes consideraciones económicas. sociales o polílicas4 • Se ha estudiado menos
los aspectos, nctan1enle menos eríticos, de la extcnsión y la generalizacilÍn de los
dispositivos de servicio al conjunto de la ciudad. Sólo desde hace muy poco tiempo
se ha empezado a medir la impoI1JJlcia de eslC carácter general y acumulativo de las
múltiples conexiones, abonos, ranJilicaciones que a lo largo dd tiempo hJI1
constituido, en sentido figurado, una nueva arquitectura de la ciudad modema s. El
momento de la toma Lle conciencia sobre este tema fue un coloquio organizado cn
1983 bajo los auspicios dd CNRS (Centro Nacional para la Investigación CiCIltíJica
francés) y la Nalio/U¡[ Sciellce Foulldalioll de Estados Unidos~. Desde entonces,
diferentes corrientes de estudios intentJIl rdacionar d fenómeno destacado de la
generalización de las redes técrJicas con otros aspectos de la evolución urbana:
morfología, cultura urbana... 7 En esta vía se imentará progresar en los caflítulos
siguientes por lo que respecla a las relaciones con d urbanismo.
Sin embargo, no es inútil en primer lugar mencionar brevemente las principales
etapas histórica~ de la constitución de la~ redes téCIlicas urbJJJas y resaltar los
elementos que distinguen las diferentes redes. Existen rdaciones evidentes entre
estas redes, que tienen que ver con las técnica~ utilizadas. Por ejl'mplo, el
saneanuento hidráulico depende estrechamcnte dd servicio de agua, el IrJI1SpOl1e
colectivo de las posibilidades energéticas, dd estado de la red vial y dd desarrollo
dd transporte individual. Otras rdaciones entrc las redes tiencn una base econúmica:
competencia entre d gas y la electricidad, entre tr:msporte indi viduaJ y trJIlspoI1e
colectivo, etc. 1\ pesar de lodo, las redes se han desarrollado en un marco scctorial
condicionado por una dcliniciún de los servicios suministrados o bien de los
productos utilizados, por una situaciún cconúmica y financiera dada, y por los
modos de control específico de los poLleres públicos. De dio resulta que la historia
de estas redes se presenta habitualmente separaLla scgún la~ catcgorías ljue l. Gükalp
8 Gükalp L. "EIl!mcnlS pour ¡'unalysc de l'impact social el lcmporcl des Ilouvcaux systcmcs ~
cOJlununicalion"./nlormulion sur les Sciencl!s Sociales. n° 27, 2.1988.
9 M'-IcShanc e., "Transforming the Use of Urban Spacc: a Look al lhe Rcvolution in lhe Sl.rccl
Pavemenls. 1880- t 924". Joumal o/ Urball Hislory. vuL 5, n° 3, mayu 1973.
10 MacKay J.P., Trall/lvays wul Trolleys: lhe Rise oJ Urball Mass TralLfporl in Europe,
Princcntoll. Princclllun Ullivcrsity Prcss, 1~76. así C0I110, del n1ismo autor, "Comparalivc
Perspectives un Transil in Emope anu lhe Unilcu Slales, 1850-1914", i" Tarr J. y Dupuy G.
(EJ.), op. Cil. CL igualmente en ta misma uhra: SUlcliffc A., "Slrccl Transporl in Ule SecunJ
llalf uf lhe 19lh Cenlw'Y: Mechanizaliun DetayeJ?".
11 Salvo algunas implantaciones en Gran Dretaña, según SUh.:liffc 1\., ..u·l. dt.
12 Chieagu (1892), BuJapcsl (1896), Boslun (1897). París (t900). P,u'a esle úllimu casu, ver
LaITuque D .• "Ecunomic Aspccls of Pub)ic Transil in lhe Parisian Arca, 1855-) 939". in Tan J.
El desarrollo de las redes en la ciudlul 39
La tccnología del automóvil marca la evolución poslerior, bajo las dos formas:
transporte individual y transporte colectivo por autobús.
Esta evolución, que tiene lugar a principios del siglo XX (sobre todo después
de la Segunda Gucrra Mundial, pero con ritmos difcrcnlcs según los países), supuso
una transformación considcrable dc las rcdes viales quc tuvicron quc scr adaptadas a
las condicioncs particulares de la rodadura y dc la circulaciím de los vchículos
automóviles. De becho, esta transformación se ha llevado a eabo progrcsivamentc.
Ya había sido preparada por una lenta adaplación al fuerte dcsarrollo del tráJico con
tracción a sangrc (bajo divcrsas formas), quc la~ nucvas tccnologías (tranvía, metro)
no habían evidcntcmcntc suprimido 13 . En rcalidad, el automóvil hará percibir el
conjunto de las calles "circulahles" como una vcrdadcra red técnica urbana
especializada.
El sector de la cnergía se bencfició cn primcr lugar de la utilización dc la hulla.
En la primera mitad del siglo XIX, el gas de hulla sc pudo tratar, dcpurar y
transformar cn gas ciudad dcstinado al alumbrado público. Animadas por su éxito cn
el alumbrado urbano, las compañías dc gas buscan a continuación cxtcndcr su
mcrcado a las aplicaciones domésticas, como la iluminación, pcro también en la
eocina. Canlpaiias publicitarias particulannente eficaccs comportaron numerosas
concxiones particularcs, tal y como han dcmostrado los es! udios históricos
rcalizados cn Francia y cn Estados Unidos. La cxtensión postcrior de la red
depcndcrá del contexto económico y especialmentc de la competencia dc otras
fonnas de cncrgía. como la elcctricidad.
La encrgía eléctrica, primcramcntc orientada, como la hulla, hacia las
neccsidadcs industrialcs, busca y encucntra otros mcrcados. En el campo del
alumbrado público parccc que la lámpara dc arco pucdc rccmplazar al farol dc gas,
cuyo enccndido causa tcmibles problcmas dc cxplotaci(llI a las compaJiías. El
transporte colectivo incipicntc cncucntra cn la clectricidad una fucrza motriz
podcrosa y mucho mcjor adaptada al medio urbano de lo que nunca habría podido
ser el vapor. Las compaíiías de trarlVías y dc mctros, dcspués de habcr cmpezado
por instalar sus propias fábricas de producción eléclrica, contratan con compaíiías
eléctricas indcpcndicntcs.
La clcctricidad sufrió durantc un tiempo la compelcncia del aire comprimido,
especialmcntc en Francia. En París sc estableció una vcrdadcra rcd dc distribución
dc aire comprimido para múltiples usos industriales. artcsanalcs y domésticos 14.
Pl:ro la gran lkxibilidad ofrl:cida por la l:kctr1l:idad para múllipks usos impone
pronto una wbl:rtura casi tOlal dd l:spacio urba.no por parll: dl: las rl:dl:s elél:tril:as I5 .
En panil:ular, a partir dl: la inwnl:Íón dl: la lámpara dl: inclIldl:scl:nl:Ía por
Edison l:n 1878, la l:kctr1l:Ídad pl:nl:lra progrl:SiVall1l:ntel:n toúos los l:dilicios para
la iluminación doméstica y rivaliza duraml:ntl: con d gas para las aplicacionl:s l:n el
hogar l6 •
El sl:clOr dl: las tl:kcomunical:Ílllll:S l:I1 ml:dio Urball0 conOCl: en 1840 d
tdégralo como priml:ra innoval:Íón. Concl:bido para una ulilizal:Íón l:xtraurbaJ1a, el
ldégrafo enCUl:nlra aplical:ionl:s suJicientl:ml:nll: importalltl:S l:n las ciudaOl:s: las
infonnal:ionl:s de la bolsa, los ml:nsajes dl: sl:guridad dl: los bombl:ws y dl: la policía
justilicallla inslalxión dl: rl:dl:s urballas l7 •
En 1876, Akxalldl:r Grallam Ikll inwnta d leléfono. Limitado al principio por
las distalldas dl: trallsmisión, d tdéfono eneUl:nlra muchas posibilidadl:s de
aplicadón en la ciudad. Las redes es desarrollaJ1 muy rápidamente, lo que obliga a
introducir progrl:sos en los sistemas de comunicación (lig. 3).
A partir dl: 1880, l:n la mayor parle de las grandes ciudadl:s, d teléfono es
utilizado corril:nleml:ntl: por los comcrciantes, los protl:sionaks libl:raks, las c1asl:s
altas y también, evidentl:mente, por los sl:rvicios de policía y de bomberos. La
generalización del uso dd teléfono y la extl:l1sión de la red telclonica evoludonall
dl:spués de forma diwrsa según los países. Los rl:sultados son fUl:rtl:mente
contrastados porqul: una rl:d de comunil:acionl:s l:xigl: una masa crítka y se
dl:sarrolla conl:kctos de "avalalll:ha" muy Caral:ll:ríslims 1a •
Así, l:n Estados Unidos, en los alíos 3D, d porcl:Iltajl: úe conl:xionl:s ya es
próximo al 50%19. En los paísl:s l:sl:alldinavos, la l:xtensión talllbién es muy rápida.
En FrallCia, d rl:traso l:S consiúl:rable co y sólo se corrl:girá a partir de una política
volunlarista iniciada en 1975.
El estuJio histórico de las rl:des teldónil:as l:S ddicado. En efecto, si bien es
posibk conOCl:r las evoluciones dd número de abonados, es mucho más difícil tenl:r
una idea de las llallladas y ditl:renciar las UrballaS dl: las inlerurbarlas. A ml:l1udo
aparl:cm dudas l:n cuanto al carácter Urball0 dl: la rl:d técnica consliluiJa por línl:as
15 I1ugucs T.P., Nerworks 01 Power: ElectriJication in Weste171 Sacie/)', I3allimorc. 'l11c Juhn
Ilopkins Univcrsily Prcss, 19K3~ y para el caso parisiense. L'e I3dLrall A., "Création el
dévcloppcmCl1l du réscau élcl:lriquc parisicn (lK7S-1~3l», inl'aris el ses réSC'alLC lIuissunce d'lln
madi! ele vil! urbaill: X/Xe-XXe silkles. ,Puhlicado bajo la di.rc,,:dón dc FraIH;ois Caron el al.,
llihliulhi:yue hisluriyue de la Ville de Paris, 1990.
16 Ruse M.l!.. "Urhau Gas aud Eteclric SysleJl\S '"Id Sucial Change. 1900-1940". in TaIT J. Y
Dupuy G .. op. cit.
17 TalT J.• Finhall T. y Guudman D., 'Tlle Cily aud lhe ToJegraph: Vrhan CUJl\Jl\unicaliuus iu lhe
Pre-Tekphuue Era", Joumol ofUrbon HistOI)', vul. 14,u" t.uuv. ln7.
18 Curícn N. y Gcnsollcn M., Prévision de la del111llllle tú: téh;coI1lJllUllicutiofls: mélllOtles el
modeles. P,u'is, Eyrulles. t 989.
19 f'isher c.. ''Tuueh SUll1euue: lhe Telcphune Induslry Diseuvers Sueiauilily". Tec!lIl%¡;y (JJId
Culture. vul. 29, UO 1, enero 1988.
20 I3crLho e.. Té/¿grap!tes el téüíphones. de Va/m)' au micmprocl!Jsl'ur, París, Le Livrc dc Pochc,
198 L
El desarrollo de las redes eTl la ciudad 41
teldónica~ que dejan una huclla lTsica cn la ciudad, pero cuya vocación principal no
es un uso urbano21 , La evolución de los sistemas de conmutación (al principio
manuales, después electromccánicos, antes de ser electrónicos) es lo que sin duda
muestra mejor la "urbanidad" de las redes teldónicas 22 ,
Abastecimiento de agua y sancamiento se h~m realizado paralelamentc en la
hisloria de las ciudades modernas2J , La preocupación de los poderes públicos es la
lucha contra las epidemias que diezman la población, La mejora de la calidad del
agua consumida por los ciudadanos puede haccrse mediante la traída de agua
potable, pcro tanlbién evitando la contaminación dc la capa frcática dc donde la
mayoría dc los habilantes todavía extrae el agua que bd)e. Hay quc hacer
21 Bertho e., op. ei!. y MJJtin J.-P., "I.'Analysc des réscaux en géographic. étudcs de ras", il1
Dupuy G., el al., op. cit.
22 Dupuy G., "Un Téléphunc pOUl" la villc: l'cnjcu urhain des t,;cnlraux" Mé¡rojJo/iJ. n° 52~53. 2(1
lrim. 1982.
23 Goubcrt J.-P.. La COTlquéle de ¡'eall, Paris, Roherl Larronl, 1%6, y dd mismo aulnr, '''111e
DevelopmenlorWaler and Sewerage Syslems in France, t850,1950", iTl TalT J. Y Dupuy G.,
op. cil.; Guillcnnc A., "The Gcncsis uf Walcr Supply. Distrihutiun. amI Scwcfi..lge Systcms in
Francc, 1800-1850", iTl Tarr J. y Dupuy G .. op. cit.. asi como Dupuy G. y Kllaehd G., 01'. cit.
42 Ll wballúmo de las redes
• N, lit:! T. D¡,;sagüe di..l\~L'lo de las aguas evaL'uauas de ulla C'i,lsa. Lilcralmcrllc. todu i,l la i.1lcantiJrilla.
~4 TalT J.• "Soworago and lho Dovdopmonlof lho Ndworkod Cily in lho Unitod Slalos, 1850-
FIJO", i1l Tan J. y Dul'uy G., op. cit., y Knad,d G .. "t lisloric..1 Origins aJl(I DovcIopmonl uf a
Soworago SyslOlll in a Gorm..n Cily. Diokfdd, 1850-t904", i1l Tarr J. y DlIpllY G.. op. cit.
El desarrollo de Ins redes en la ciudad 43
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• C<>aotr.octiocI 1190
1:> Cooa~ 1890-1197
25 Goubert J-P., "Les Twis ages de la ptancle bteue", Géo. n° 112, junio de 1988.
26 Anderson L.. "!'ire and Descase: lhe Devclopmenl of Water Supply Syslems in New Englalld,
1870-1900", in Tarr J. y Oupuy G., op. cit.
27 MacShanc C., arl. cit.
El desarrollo de las redes en la ciudad 45
28 eL por ejempto Dupuy G., "Utilily Nelwnrks and Territllry in lhe Paris Region: lhe Case llf
Andrésy", in Tarr J. y Dupuy G., op. cit.
29 Ribcill G., "Du Pncwnalíquc a la logisliquc muliere: A.ndré Michclin. prumolcur de la
révoluLiun automohilc". Culture IecllflicJue. 11° 19. m;.u-zo de 1989.
46 El urbanismo de las redes
30 Tarr J .. "Scwerage and lhe Devclopment of the Nctworked Cily in lhe Uniled States. 1850-
1930". in Tarr J. y Dupuy U., op. cir.; Tarr J. y Dupuy U., "Sewers and Cilies: franee and lIJe
U.S. comparcd". Joumal oi l/U! Environmentai Engineering Divisiofl, Procccdillgs uf lhc
American Soeiely of Civil Engineers, n° 108, abril de 1982, y Poujol T., op. cit.
31 Transmisión telefónica de obras de tealro.
32 Pur ejemplo, al poner gratuitamente a disposición de los abonados CUL'lIl;1.'i de gas que ¡han a
modificar las costumbres culinarias.
El desarrollo de lns redes en la ciunad 47
DE LA MAlSOR EYOUEM
10t n 1.9t!l, nuu]"vlIl'fl 1'f.,'"f'Ill"n
"",I'd(IS
-------
rt;I.II")I'lI'tI. 00U·77
Hay que señalar igualmente que el desarrollo de las redes no será siempre bien
recibido por todos. Es sabido que, para el alcantarillado de París, los poderes
públicos tuvieron que luchar mucho tiempo contra los propictarios. De la misma
manera, estos últimos intentaron ralentizar la instalación de agua corricnte a sus
inquilinos (en la época no había individualización de los contadores) (lig. 5). Para el
transporte, parece igualmente aceptado que en las ciudades europeas los intereses
prediales e inmobiliarios ralentizaron la difusión de las redes de tranvía Y. Stourdzé
ha demostrado cómo los notablcs locales bloquearon la· realización de redes
telefónicas.
De forma gencral, los intereses expuestos, sobre todo los intcrescs prcdiales,
bien asumidos por los entes localcs, tcníill1 tcndcncia a frenar y a querer controlar el
desarrollo de las redes. Este control tomará formas muy variada~, ya que también
tenía por objetivo establecer unos servicios públicos. El ca~o de la~ ciudades
italianas a principios de siglo, citado por DonateIla Calabi, es particularmente
signilicativo. La instauración en esa época de un socialismo municipal condujo a la
municipalización de la mayoría de las redes. Las autoridades locales pudieron
entonces aprovcchar csta situación para ejercer una "regulación" simullánca de las
redes y de la urbanizaci6n, para evitar extensiones incontroladas del hábitat a causa
de la prolongación de las redes)).
Esto afecta a otro aspecto imponante y general para las redes: las relaciones con
la edificación. Parece que la densidad del hábitat·y. más generalmente, de las áreas
edificadas, ha sido una variable clave en el desarrollo de las redes. Tanto si la lógica
había sido la del mercado o la de las necesidades, las redes encontraban primero su
justificación económica o social allá donde la densidad de ocupación del suelo era
máxima Sin embargo, esta atimlación es sobre todo válida para las zonas ya
edilieadas. En efecto, pareció evidenlc para algunos que las redes eran susceptibles
de inducir a una urbanización nueva y crear nuevos valores prediales. Precisamente
los propietarios urbanos se querían prevenir contra este efecto. En Europa por lo
menos. el control de los entes locales y la ausencia de coordinación de los
"operadores" de servicios impidieron, en general, un desarrollo urbano "mediante
redes". La correspondencia entre redes técnicas y densidad de edilicación fue fuene
y dio lugar más tarde a di versas formas de nonnalización, al relacionar construcción
de inmuebles y servicios a través de las redes.
¿Fue así por la estrecha dependencia mencionada del desarrollo de las redes con
relación a la densidad de ocupación del suelo? En todo caso, en una primera etapa,
las redes no modifican demasiado la morfología urbana34 . Hilos, raíles y tuberías se
sitúan sobre o bajo la calzada y no transfonnan el espacio privado edificado. Por
otro lado, éste presenta una muy fuerte inercia a cualquier modificación exógena.
Christine Rosen 35 incluso ha podido demostrar que, después de ser totalmente
destruidos por incendios, se reconstruían barrios enteros conservando la misma
estructura de antes, aunque las redes habrían permitido una organización totalmente
diferente. El peso de la parcelación. el juego de intereses prediales eran en estos
casos claramente más fuertes que las facultades organizadoras de las redes.
Esta estabilidad de la morfología es muy notable teniendo en cuenta que el
acceso a las diferentes redes instaladas antcrionnenle se acompaíiaba de
transformaciones significativas en los modos de vida de los habitantes afectados. 1.
11.. Peterson36 ha estudiado estas transfonnaciones ocurridas después de la
introducción de las redes de saneamienlo. M.1. Daunton ha analizado las mutaciones
de la rclación espacio privado/espacio público en la ciudad victoriana, donde el gas
llega a domicilio a finales del siglo XIX, mientras que el agua y cl saneanliento lo
hacen a principios del siglo XX 37 Clay MacShane ha explicado los cambios en los
usos y significaciones del espacio "público" que acompaJiaban el asfaltilllo de las
impt1.Jfetle: ArcJúlettura, progranulla, isJiluziolli. fiel XIX secolo, OITil:inu Ediziuni. 1979.
Traducción francesa parcial de DaITJqué D.. "La Créatioll el la municipalisation des réscaux
lechni4ues urhains en Italie ( 1880- I9 IO)"'. in Crollpe Réseullx, Cahier n° 6, nuv. 1986.
34 Cun la notahle cxccpdóll de París. dondt.: la aCl:idn de IIaussmantl l'rclclluía a la vez dar un
serviciu a través de las redes y lransformar la morfulogía.
35 Rusell c., op. cit.
36 Pclcrsun J. /1..., "'lbc lmpacl of Sanitary Rcfonn upon Amc.::ric.::a Urball PIaIllling 1840-1890",
10"mal oISocial HisIOIY, n° 13, uloou oe 1979.
37 Dauntoll M.J .. HOl.lSe lUid HVlIle in ¡he VjclOriun Ci¡y: Workillg C/uss How,-jllg, 1850·/914,
¡.umlres, Eowaro Arnulo, 1983.
El desarrollo de las redes en la ciudad 49
4
50 E/urbanismo de las redes
..... ~ 1•• Dt. D••• ,;01:: 1: ~-rle;T';'L~ O'l'."i! ',"_ :KAI. ~.l- U,O
lC!al:) •••. l:r:-o :'/olJ'~. nI TKI1 'ART TOlJ CAJI ~tt Ttll:
O'UI\IT~-I:JI:-. ,tur:r:;h Ur:D ~;r CIAJr. ~:"OIIl._:':"ItIlCtl1lt
pq i:H~~~r~~~~:i~v]~:¡~~:~~ rt::~1~~~~~~i~~r.t_ I
'AY 1; 1,1.: ~y; Tlt.<t!. ~o ';'!\"T 11' e .• ;I C"';"I::UOU~LY IlUIW
111;0 IlEIlUlllJ n::.. Lr. 0lI 'l"llt: ~1;"'" lO;" roJAl'" TWEIf (Jl
;~~VI~:: !"U:T: ~·O.l ':'Ir,: 1l0.~7 I'Olltl f. O!' ':'l~; t:V~~~JU..IIIGHr.
pOPULATlOTI ':'10: KOV;:,lCfl,.,.."'1' :lTJ.TJON I_~ llGe::JI",TLY
AOJt'TllltllO .rt~ TI~. ~TO' c:rr; ':'lt: 11;';:,-'.::1- ;'"Ell '10110
:'V.II" .••••• tllr. KOVD;U:I\,,~-; ~Jl,.: 'I'i'".... IC :LV"'::S A hJIT (T
-:'1L: f:l::.. O~ ~ ::~lton•• ~ (ITT •••• UllYU:r. ll'JtLonrr.; -:111'1
CITY rUllC:Ia;", :UCIl A:l 8U:;I;·~~ OCAU "JI;) GO'lI':fUlMl¡1IT
GJlr, .o:: I:r';I!lr. ......... liT'" ~LL ':'''1; Tl[l;'I[ OlE: "u;'
1tIoV\:: '1'0 ~ :'Oll7t::nIY•••••••••••••••••
TKl~ ISO tU. DI' .. J"¡¡'llI.'.~ OF' STI,,'Dn;s &;I~( lil.:ooc~J IIY ..:a.'lII.:KS 01' TIl:I: ':"I:RIl 11>••••
:~ ,. ..:101 ':'1':: 'LT'fnIr. ': IT'I' 'tI' • ~Illj :X ~L ~'l' - f" .-
44 David P.. "Some Ncw Standards fUf thc ECOllomics of St<1ndardizalion in lhe InformaLion Age".
in Dasgupla y Sligliz (Eds.). Eeonolllie T"eO/y UlUI Tee"rwlogy PoLiey. Cambridge Universily
Prcss. 1987. P. David insiste particulanncntc sohre los c[c¡;lOS dehidos a la csLandardización.
El desarrollo de las redes en la ciullad 53
% de conexión
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•
60% ••
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40%
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20%
,::::::::::.._ _-.:-:.-::."<"";:t.......
j/
1850 60 70 80 90 1900 10 20 30 40 1950 60 70 80 1990
_Agua Elcctnód¡ld
_ $nllcamicnlO Automóvil
- Transpone colectivo Teléfono
-Gas Televisión
Figura 7. La extensión de las redes técnicas urbanas: esquema tendencia!.
para captar la mutación en curso. Sobre todo hacía falta -y eslo fue lo que faltó
más- prever el porvenir sin dejarse llevar por el problema del mallado impuesto por
el urbanismo de entonces. La mayoría de los urbanistas, tal y como se verá, no lo
consiguieron. Hubo, por suerte, algunos hombres de excepción capaces de percibir
muy pronto las tendencias y proponer un urbanismo coherente con estas ideas.
A partir de los años 50 en francia, el fenómeno se vuelve mucho más claro.
Con mucho retraso sobre la evolución en otros países, se rcfuerl:a desde inicios dc
los años 60 por la motorización masiva, que da acceso (cntre otras) a las rcdcs
urbanas45 dc circulación, por el desarrollo dc la telcvisión y, a partir dc los aíios SO,
por la extensión muy rápida de la rcd telefónica.
Aparece así el caráctcr absolulamc11le inétlito del acccso gencralizado a las rcdcs.
¿Hay que decir todavía redes urbanas? La e1cctricidad, el gas, el automóvil, el
teléfono, a los que hay que aíiadir la televisión, hicieron eslallar los límites, en
principio urbanos, de las redcs técnicas, al accntuar la impresión de scrvicio para
todos.
La significación social del fenómeno es tic un orden distinto al del suministro
técnico de un simple servicio loca!. La significación territorial cs, también,
profundamente diferente, a causa dc la gencralización fuera del pcrímetro urbano
tradicional. Las "rcl1es técnicas urbanas" se han convcrtido cn "redes" que participan
de nuevas implicaciones sociales y de nuevas terrilorialidadcs46 •
3 L.1mairc R., Le Tél¡¿phunc dt.:.."i ménagcs fran'iuis, gcnesc el fUlll'lions d'ull cspacc social
inunatérid. La Documclllatiun fran\"aisc, colección del ID¡\TE. ltJX7.
4 Domol P. y Cordesse A., Le 7i!lépllOlle dalls lilas se.\ lila/s, Le Parado u, Acles Sud. t98 J.
El alcance socilJi de las redes 57
5 Coincidiendo con una dcsrcguladún del sector de la energía eléctrica en el Estado de Califomia.
los grupos de consumidores cOllsiguieron 4uc la norma de la lildille se cxlcndicra al i.lbono a la
red eléctrica. CL Andcl,on D.D.. Reglllarioll Po/irics QIuf Uecrric Uliliries. a Case Srudy ill
Polilical Ecollomy. Duston. Auburn ¡Iousc Puhlishiug Company. Inl.
6 Evocando el advenimiento de este derecho a la red. M. Guillot hahla de una "ttxl mínima (~
inscrci6n" en la socilX1ad w·banil. Guillol M., Nocion de róeau. carclC[l;/1S¡ÜjUCS des slrucllires
maill¿es: applicatiotl aux ri!seazv: de vil! es, in Dt!\'l!/OPPl'1IIf.!1l1 el se !1·ic(!s. París. I.P.D", IlJlJ l.
N. del T. El autor hace un juego dc p;jlahras cnlrc la renta mínima de illscn.:ión y la roo mínima
de inserción. cuyas sigla.'i. RMI. son coincidentes.
7 Sansol P.. "L'Eau", Ur/){lIlis/lle, un 201. mayo do [984.
58 El urbanismo de laf redes
12 Dckindt J., "Notes sur la socialliJité des réscaux". AClions el recherclu:s sociales. n° 4. tlic.
1986.
13 Scrrcs M .. Heniles /l. /"intelférenee, París. Ediliolls dc Minuil. 1972.
14 Scncll R., Les Tyrallnies de l'imimité. París, Lc Scuil, 1979.
15 EncucsLas recientes efectuadas por la RA 1'1' a los usuarios de las redes de autohuses suhw·hanos.
confirman que este análisis no se refiere solamente al transporte individual. CL Dupuy G., "Vers
une théoric tcrritorialc des réscaux: une applkation au transport urbain". Anllales de Géographie.
n° 538, 1987.
16 Rcggazola T., Desgoultc J.-P., "Chronil}ues de la pcndularilé". in Trallsports el soCh!lé, collol}uc
dc Royaumonl, abril de 1978, Economica, 1979.
60
I7 Los resullados de los estudios del lNRETS (IIlSliLut NaLiollal (lOur la Recherehe des Tralls(lOrts
cllcur Sé<.:urité) examinando las migraciones colidianas a gran dislancia (J'rw'uiller iJ Paris, vivre
¿¡ lOO kili, Les lIIigraflls SNCF efl grafle/e régiofl parisiefllle, INRETS, Nole d'infonnalion n° 27,
dic. lt.)g3) así como la movilidad (L'AméLiorution de L'oJji-e de transpol1: de L'inducliofl direcle il
/'apprefllÍssage ck la lIIobililé ¿¡ IOflgae tlÍJla/lCe, lllfmme INRETS n° 97. junio de 1989),
confirman además las posiciones de T. Reggazula y J.-P. DesgoullC.
18 Bcaul:harll., "Trafic de massc el figures de la marginulilé", Quadl'l1Ii, n° G, invierno 88-89, y
sobre todo, TmJies. Tuulouse. Eres. 1988,
El alcance social de las redes 61
19 CL por ejemplo DarUl F., Scale (uul Social Organiza/ion. Universilel Forlagel. 1978, y
Boissevain J., "Nelwork "nalysis: a Reappraisal". Currcn/ Anl}¡ropolagy. junio de 1979. cuyos
análisis han sidu presentadus en Francia por Isaac Joscph.
20 Tourainc A., "Affaihlisscmcnt ou rcl.our de la ville", collfcrcnci:l al coluyuio Crise dI.! L'ur!Jain,
Ju/ur de la vi/le, in Hul/clin du séminairc RATI', Univcrsité. Rcc}¡crc}¡c. ocl. 19~7.
21 Citado por Bakis 11. (bajo la dirección de), COIHlIlllniclllions el lerrilOires, La I)ocumentalion
fmnyaise, colección dcllDA"lT:. 1990.
62 }:;L urbanismo de lar redes
22 Dakis B., "Las Réscaux privés de téiécOllunullicatiolls: l'cxcmplc tk: b. n5scrvalion aéIicnnc",
Netcom. vol. 3, n° 1, mayo de 1989.
23 Moles A., "La Cilé cahléc: ulle nouvc1k qualilé de vic"", Les Amw/es de la rl'cJwrche wvaine,
n° 34. primavcra~vcrano de 1lJK7.
El alcwu:e social de las redes 63
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School
Figura !lo Movilidad familiar y nueva lerritorialiLlaLl. "EI paLlre, Llespoés de llevar a sus
hijos a la escuela, llega a su trahajo; al meLlioLlía eSlá con su mujer, en el reSlaurallle LleI
celllro comercial LlonLle ella va a comprar; pllf la larLle los niños vuelvcn solos, y la
familia se reúne al final Lle la jOfllaLla". Pero este esquema tolla vía es muy simple,
pllfque s610 se utilizan las reLles Lle transporte y se trata Lle los LlesplazamicnlOs
cotiLlianos...
(Fuente: esquema extraíLlo Lle WalfllfLl R., Signpo.Hs !or ¡he Ceography Teaching,
Longman, 19H 1; preselllaLlo y comelllaLlo in GuermonLl Y., "La poste el ses
territoires", BlIl/elin de 1'1REPP, octuhre Lle 1990)
28 GiBe L., "La Sociélé de cOl1soJnJl1;Jliun. naissancc d'un~ nnuvcllc écollomic", Telecoms
Ma¿;a:ine. n° 28. oel. 1989.
El akance social de las redes 65
5
66 l:'lurbunismo de las redes
35 Brcssand A., Disllcr e.. Niculaidis K.. "Vcrs une écunomic de réscaux", I'oliticjue illllus/r¡dle.
invierno llJgy.
36 Tcrricr e., "Rcchcn.:hc U'UI1 espace de référcncc pour }'éconumic régionalc: U'UII CUllccpt (~
lcrriloirc a un conccpt dc réscau". Revue d'lconomic régionale el llrbaitle. n 3. 1~H<).
U
de produeción del territori0 39 . Pone la red al lado de dos otros medios que son el
punto y el mallado. El punto es una nudosidad territorial, situada en el espacio por la
posición del actor. "El punto es [... ] la expresión de todo ego individual o
colectivo". En todo lo que se ha evocado hasta aquí, los aetores se sitúan
efectivamente en puntos que territorial izan: vivienda, por ejemplo, para el habitante
de las ciudades, sede social o unidad de produeeión para la empresa, 1) también nudo
de comunicación (cf. el ejemplo de la compa.íiía de taxis). Otros puntos apareeen
como tales por los proyectos de puesta en relación: lugar de trabajo, taller del
subcontratado, o incluso el nudo de comunicación (por ejemplo una "lemJinal" de
transporte colectivo, una estación, un aeropuerto...). En cambio, parcee que la
significación actual de las redes vuel ve a tomar en consideración'este otro medio de
producción territorial que es el mallado4o . En efecto, c1mallado pretende dividir y
limitar un espacio para expresar las áreas de ejercicio de poder. Se trata del tema del
área el que plantea un problema con relación a la red. En una interesante obra sobre
el espacio en Japón, Augustin I3erque muestra a la vez la distinción y la oposición 41 .
La geografía ense.íia unos procesos que afectan al espacio en toda su superficie. Eslo
pasa en geografía física en relación con la erosión cólica, yen geografía hum,tila con
las teorías de campo42. El espacio entonces debe relerenciarse a un área o áreas en la
(las) que se ejerecn los efectos en euestión. Se hablará pues de espacio areolar!.
Areolar se opone a puntual, porque un área, espacio cominuo, no es sólo un encaje
de puntos. Pero sobre todo,· observa I3erque sobre la base de un análisis
comparativo Japón/Francia, areolar se opone a lineal. "Un espacio lineal se
organizaría medianle la dctinición de un cierto número de punlos de referencia y por
la unión de estos puntos en red. I\llí se privilegiaría la circulación. Un espacio
areolar se organizaría al contrario sin referencia previa. cada lugar en su contexto
siendo por él mismo su razón de ser... El espacio lineal sería más bien extrínseC()o el
espacio areolar más bien intrínseco".
39 Raffeslin c., POllr Ilne géographie till pOIlI'oir. París. LiLe". 1981.
40 El concepto de "mallado", utilizado por C. Raffcstin a propósito <kl lcnitorill, ddlC distinp.uirsc
de la noción corriente de nxJ mallada. es dcór conectiva. Aquí. sólo se utilizará el término
"mallado" en el sentido 4lJC le da Rarrcslin. El mallado lcnilorial es lamhién diJerclllc del
ténnino "cuadrícula" ulilizado para evocar la dominación y el conlrul u:->cg.urados por una red en
un espacio. Alguno.s autores han propuesto en este último caso suhstituir "cuadrícula" (referido a
un drunero) por "plcxajc". eL sohre esle tema un inlen.::¡Ullbio enlrc PielTc Riquct y Rogcr
Drunet en F..space géograplJiqae. n° 3 y 4. t lJM7.
41 Derque A.. Vivre ['espace all Japon, París. PUF. 19M2.
42 Claval P., La logiqlle des villes. essai d'ar/Janologie, París.
LiLe". 19M!.
43 Hay que ver todavía lo delicado que es el uso del vocabulill"io" Midlcl de Ccrtcau eslah!Cce que
hay "espacio" desde yue se toman cn consideración unos veclores de direcd6n. llnas canlidades l~
velocidad y la variahle tiempo: "El espacio es un cruce de móviles"" Su delinición del "espacio"
es pues próxima a la de red. Oponc por otro lado estc "espacio" al "lugar" Cll cl que lus
elementos son vecinos los unos al lado de los ol.ros. El "lugar" p;u'ccc pues pertenecer más bien
al ámbito areolar. Aceptando que dc Ccl1eau oponc cJ "cspacio" y cl "lugar", IXU"t.X:cría dificil si
se siguiera su terminología hablar de "espacio areolar..... lcrteau (óc) M .. "l\rLs dc rain;",
L'invenrion du Quoridien. U,G.E. Col!. IO·tM. París. I'IXO.
6H El urbanismo de las redes
44 Raffcstin e..
"Rcpcrcs pour une théoric tic la tcrrilorialíté humaínc". in Dupuy G. el al., op. cit.
Ver iguaulH::ntc los análisis t:onvcrgcntcs de Di Meo G .. PiuIle X., SlruclUres sociales el
espaces, essais d'approche complexe des l~SpaCe.'i aeluds de la territorill/i¡é, 6c culloquc curopécn
de géographic théoriquc el yuanlilalivc. Royaumolll, ocluhrc de 1~g9.
45 Sansol P., "TransporlS publics. U'ansporlS dc la villc". Transpon pl/blic, junio dc 1%9.
46 Virilio P., op. cil.
El alcance social de las redes
47 Cauquelin A., Cillévilles, UGE, 1979. y "Les Portes de la ville", conferencia en el seminario
Vaie de communicaLion: espaces lrallsitijr. Monlpcllicr. marlO dc 19~7.
48 CL Roncayolo M., La Vil/e el ses lariloires. París, Gallimard. 1990.
49 Incluso si el alujamicnlo aparece cada vez más inveslido de una [unción ue conccnu"aciún {~
terminales de redes, función que, a la larga. innuyc sobre su conccp.;ión misma (garaje. halio,
cocina, locales "técnicos", ctc.). Pcro el estudio hislórico de M.J. Daunton sohre las ciudades
victorianas ha demostrado que en aquella época se operó una rcccnlr;¡lizacil>1l <..Ic la vida socii1l
sobre la familia y la vivienda, recenlri1lil.acilÍn muy favorccida por la llr.:gada de las n'xics ~
distribución de gas, de agua y de saneamiento. eL Daulllon M.J., op. de., así como Daulllon
M.J., "Public Place and Private Space: tbe Viclorian City and lbc Working Class llousebuld".
in Frasee D., Sutcliffc A.. 771C !'ursuir oJ Urban Hislory. Londres. Edward Arnuld. 1981.
50 Cf. Merdrignac C.. Les Centres de proximilé: un nouvel efljeu pour les gestiormaires urbaifls. le
cas d'Orgemont a Epirury.sur-Seine. memoria DEA. bajo la dirección de A. Fuul'Ilié. lnslilut
d'orbanisme de Paris, sel. 1989.
70 El urbani.wJO de las redes
"Si analizáis los planes que se han estableciou oía tras oía, Plan oe Ocupación
oel Suelu (POS), Zona oc Rcfunlla Cuncertaoa (ZAC) y otros barrios nuevus,
eSlaréis obligaous a constatar que, en la mayoría oc los casos, se hace funciunalismu
sin saberlo y sin quererlu l . J. -P. Lacaze critica la práctica urbanística más corrienle
que pasa necesarianlenle por la oelimitación estricla oc áreas afectadas por un tipo
detemlinaou oc construcción, oc activioaoes, en el interior oe un perímetro urbano
fijado con antelación. En rrancia, la ley que tooavía rige el urbanismu se llanJa oc
"orientación preoial". Dispone unos oucumentos oc urbanismo que oeben
establecerse en el conjunto oel territuriu francés en términos oc planes oc
zoniJicación, a escalas oiversas, pero siempre basaoos en lus mismos principios.
Desoe que se promulgó esta ley, los urbanistas se habituaron sin esfuerzo a elaborar
los nuevos oocumentos sulicitados, oemostranou así que éstus corresponoían a la
imagen que se hacen oc su misión. Más taroe, salvo escasas críticas, cuma la de J.-
p. Lacaze, no se vuelve oemasiaou a lus principius. La zonificación parece por otro
laou "inevitable en las ciudades oc urla cierta impurtancia" y, oc funlla general, se
estima "que es oifícil planilicar el espacio sin practicar la zonificación"4.
VenlaoeraJnente, se tiene la sensación oc que la crítica oel urbaJlismo actual se
busca en numerosos registros a la vez, cosa qUt; lo oebilita aJlle hábitos bien
establecious, oc conocimielllos sólioos, de apoyus jurÍoicos oifícilmel1le
contestables. Algunos criticaJl el plan y lo oponen al proyecto. Olros laJllentan que
se privilegie la propiedad. Otros finalmente atac:U1 a un funcionalismo estrecho. Se
llega hasta contestar el deseo oc lus urbaJlÍstas oc poner en primer lugar un
trataJuientu espacial oc lus problemas que se les plaJHeaJl.
Clauoe Lacuur consigue centrar la cliLica en el puntu esencial, es oecir, la
incapacioad funoaJnental del urbanismo actual a tener en cuellla utros territurius a
parte oc los que son humumurfus a las ZlInas que sabe definir 5 .
"Así, se recorta el territurio en funciones y en lugares oc problemas, oc lus que
se oice que se pueoen resulver específic:unenle y que, aoemás, esta suma de
uperaciunes oa una pulítica humugénea y cohereme. Funciunalizaciún y zonilicación
se cunvienen en las palabras clave que substituyen a territorio, dánoule un
contenidu, una realioad, es oecir, una existencia... El métuoo quiere que tuoo pueoa
ser analizaoo en ténninos oc funciones-zonificaciones, y ambus elementus se
rcfUefl:an mutuaJllente".
Este métooo es extremaJnente peligroso purque lus territorios no sun primero
áreas geográlicas, y aún menus zonas. C. Lacour consioera que se oibujaJl y se
3 Lacazc J.-1'", "1.' urballislllc cXish:·l·il'!" . NO/H'd/e J'(!\'IlL' ,le la cOflH rue! ion. n t 5~ l6. dic. 19a t-
U
enero 1982.
4 Danan Y.-M., Cumple rcnuu. Re\'IU! des re\'Ut'S tle l'urbanisme. ¡l'" 13. 10 l..rim. 1l)X2.
5 Lacour e., "De l'amtSllagcmcnt du lcniloirc au dévcloppcmcul des tClTiluircs: cssai d.~
théurisation sur une notion vague: le lcrriloire". ¡JI Régiofl el WIlL:,wg(!mCfll du terriJvire,
mélanges oj]i!rts uu Doyefl Lajugie par ses cul/eSlles, .H!.\' éteres el ses amis, Dordcaux. nri~rc,
t9&5.
Úl respuesta dEl ur/Janislllo clásico 73
6 Este ejemplo se debe a J.-L. Bernadel del Lahoratoire d'é<:onomie des lransporls de Lyon. Fue
presentado al Coloquio de geografía de los lransportes del Comité na!iona! de géographie. l.e
Havre, nov. de 1989.
7 Verpract G., "Ncw American Planning Thcory: prcscntaliolls and transpositions", Ponencia al
tereer congreso anual de la Association oJ European Schools nJ Plarming. ToUfs. nov. de 1989.
8 Zoning and subdivision regulation. según los términos americanos utilizados en el cucslionario.
9 Charles R.. Le Zonage au Québec. un lIIorl en sursis. Monlréai, Presses de I'université ce
MonlréaJ, 1974. Hay que notar que el término zonificación utilizado por R. Charles es la
traducción literal del término americano zoning.
74 El urbanismo de lar redes
~ . .-,"-
Fig. 9 A - FreclIclllación de los cincs.
..:.:1>';;_,
:.-. ,'.
12 Como lo nota P. Merlin: "El planificador debe, con pliotidad (subrayado por nosolros).
inquietarse por la úisponihilidad del suelo en términos jurídicos. es dedr por Jo que respecta a su
propiedad:en términos de su utilización actual y de las posibilidades de modificar su propiedad".
Merlin P.. Choay F.. op. cit.
13 Cf. lIaroucl J.-L.. Histoire de l'urbanisllle. París. PUr. 1985.
El urúanismo de las redes
despn:nde una primera imagen, un poco diluida, dc los principios del urbanismo 14 .
Las cspecialidades dilleren, las personalidades también. Entre la visión utópica, la
concepción nonnati va, el análisis cienlÍlIco y la posición polémica, sin duda era
difícil establecer una síntesis. Pero, ti posteriori, se puede observar una focalización
sobre un modelo territorial preciso: Wl sistema cerrado en el que deben coexistir dos
actores principales, la empresa industrial y sus empleados (lIg. 10). Los segundos
están subordinados a la primera, y tienen entre ellos relaciones de Lipo comunitario.
El nuevo marco urbano debe mejorar eslns relaciones sociales sin ponerlas
fllildamentalmente en duda.
En este marco, se considera la realización de redes técnicas: calefacción, agua,
alcantarillado. Estas redes se inscriben estrictamente en el modelo territorial antes
citado. El actor industrial, o un municipio que actúe en su lugar, presta servicios a
los trabajadores facilitándoles el calor, el agua, el saneamiento, de la núsma manera
que se intenta alojar a los obreros en las mejores condiciones económicas. La
perspectiva de una evolución del sistema, de una extensión de las redes fuera del
círculo cerrado fábrica-vivienda está ausente. No se trataría tampoco de salir del
sislema, de "pasar la frontera" para establecerse en otm lado: se rechaza la idea
misma de un afuera.
Este modelo territorial no implica la ausencia de lodo intercambio entre la ciudad
y el reslO del mundo. El cierre del sistema es forzosamente relatj vo. Pero los
intercambios económicos, las exportaciones de bienes manufacturados, las
im[XJrtaeiones de materias primas, las relaciones comerciales, están pensadas fuera
de la esfera del urbanismo, o más bien del preurbanismo que pretende actuar en el
marco urbano. Las reglas comunitarias rigen los inlercambios entre los
habitantes/trabajadores. Pero lo que podría parecerse a la comunicaciún no interesa,
porque se supone que pertenece a la esfera privada. En fin, los intercambios son
lentos. El tiempo no cuenta realmente o por lo menos no al ritmo que se verá
aparecer un [XJCO más tarde. Las mercancías se dcsplazan lenlanlente, las personas
van a pie. Los pmyectos y realizaciones del Familisterio de Guise l5 , de New
Lanarck, de Pullmann y de Gary 16 ilustran bien la aplicación del modelo lerritorial
que precede el advenimiento del urbanismo en la segunda mitad del siglo XIX.
Después de I gSO, el divorcio entre la ciudad antigua y la industria en expansión
se va acentuando. Christophe Dawson constata que ya no hay posibilidad de pensar
en una ciudad bonita o conveniente como se imentaba hacer antes l7 . Sólo hay una
"colección fortuita de individuos" congregados por la industria y para la industria. El
ideal comunitario de los preurbanislas se hace atlicos. El urbatlÍsmo toma el relevo
(lig. 11). La doctrina urbanística se elabora bajo la inlluencia de
personalidades
14 Si se dejan dc lado los que, como Jcffcrson, Emcrsun o Thureau. rccha/..an la ciudad e iniciarán
en ESladus Unidos una coniclllc anli-urbanisla.
15 Le FUlIlilislere Godill tl Guise,/Ulbiterl'uropie,l.cs E<litinl1s <le La Vilklle, I~H2.
16 Ran<lk P., El PensalllienlO urbanístico en los siglos X/X y XX, !luellns Aires, üikns, 1985.
17 Dawsoll c., rile Dynalllics vJ World HülOty, La Salle, 111., Sug<lell, Sherwook & Ca, 1962.
Ú1 respuesta del urbanismo clásico 79
......
'--._---
Figura 10. Saltaire, modelo de pueblo indu,trial eon>lfuido entre 1851 y 1876 en
Gran Bretaña por Sir Titus Sallo E, el iLleal del urbani,mo fabril: un ,btema territorial
cerrado y ordenado. Las rede, de comunicación alravie,an la ciudaLl, pero e,lán
hechas para intercambios Icntos de mercancías. Lo, habitante,!a,alariaLlos encuentran
en el mismo lugar, gracias a la induSlria, trabajo. vivienLla. servicio, y equipamiento,
diver,os.
(Fuente: Cherry G.E., Cilies ami Plan s: 71Ie S/wping of Urban Britain in tile 19th and
20th Centuries, LonLlon, E. AmolLl, 1988)
so I:.111r&allismo dt! las redes
Hospi!,Ls
figura 11. Una ciudad para la industria: el territorio urbano se define a partir de la
organización de la producción industrial, donde la vivienda, los equipamielllos y las
redes sólo son elemenlos que encuentran su lugar en un mallado funcional.
(Fuente: Tony Garnicr, Une Cilé induslriel/e, élude pour lo curwruclion des villes.
París, Massin el Cie, 1917)
19 CL Merlin P. y Choay F., np. cit.. sohre lodo Jos arlículos "Formes urhaines" y "Pré-
Urbanisrnc" .
6
82 El urbanismo de las redes
la oposición entre las tendencias está lejos de ser tan radical como se ha llegado a
decir. Le Corbusier se inspira en Siae para la idea de un paisaje arquitectural urbano
(rechazando el urbanismo pintoresco). De la ciudad-jardín de Howard conserva el
principio de una ciudad verde, de edificios (verticales, a dill:rencia del inventor de
las Gl/rdl'fl Cilil's) implantados en un marco natural 20 . Humanistas y naturalistas
maúzarán más que borrarán un cuadro progresista que inspira al urbanismo
histórico. El principio de zoniJicación constituye por ejemplo un terreno de
entendimiento.
20 Phillips P.A .. Modem Froru:e: n,eories oruJ Realilies o[ UdJorl Planning. 130ston. University
Press of Ameriea, t 987.
21 Cerda l., Teoría General de la Urbanizaóón. Madrid. 1867, rccdición t 968.
22 1I0ward E.. Garden Cilies ofTol/lorrow, Londres, Faber and Faber, t 946.
23 Garnier T.. Une Cité indU,rIrielle. Elude pour la cOflstruction des vil/es, París, Vinccnt. 1917.
J.-l'. !'rey insiste sobre el hecho de que la "Ciudad industrial" da en primer lugar una
representación de un modo de lrabajo. Cf. Frey J.-P., "L'i\rehiteele Tuny Garnier el
l'urbanisliquc social-uémocratc". MilielLt. n° 11-12, oClubre de 1982. encro de 1tJ83.
2.$ Gükalp 1.. "Lcs Systcmes lcchnulugiyucs agrande échellc: les réseaux el Icur impaL:l". Armales
d" &\'anl. n° 3, 1%8.
La respuesta dd urbanismo clásico 83
se puede dudar de que su concepcilÍn del urbanismo haya sido realmcnte inspirada
por la idea de la red. Lo contrario parcce más plausible. Sc h:J avanzado la hipútesis
de que el círculo ferroviario que rodea la ciudad tenía um funciún de control y de
limitación de la urbanización (lig. 12). Por lo que respecta al servicio a la ciudad del
transporte de mercancías. parece un pretexto que se yuxtapone a lo largo de 1::1 vía
férrca, cn una prefiguración de l:l zonificaciún industrial modcrna, industrias de toda
clase de las quc uno se interroga sobre lo que tendrían para intercanlhiarse (fig. 13).
En todo caso. los acontccimientos posteriores demostraron que el ferrocarril tuvo
como único efecto la transfórmación de l:l ciudad-jardín en ciudad-dormitorio...
A medida que las nuevas redes técnicas irán apareciendo, serán integrad¡¡s en las
diversas utopías, proyectos y planes de los urb:.l.I1istas. Muy valoradas por los
progresistas cn nombre de un modernismo triw1fante, serán aceptadas por los demás
mientras mejoren las condiciones de vida de los ciudadanos sin destruir el marco
físico y social preexistente. No se puede culpar al '..:rb:lI1ismo de tener una actitud (/
priori antitécnica25 . Arquitectos, gestores, historiadores convertidos en urbanistas,
sin formación técnica previa. utilizan la~ tecnologías más avanzadas para la
eoncepción de las nuevas urbanizaciones. Le Corbusier. por cjemplo. magnilica esta
"conquista de los tiempos modernos: la luz eléclrica"26. Inmcdiatamente saca todas
las consecuencias con rel:!ción a l:J. ilunúnacilín de bs hahitaciones. la altura dc los
pisos. las cconomías que cabe esperar. elc.
La toma en considcraciún de la~ redes por el urh:Jnismo nacicnte se hará según
dos modos principales: la yuxtaposiciún y la canalizacilín de los l1ujos. Según la
importancia atribuida a uno u otro problema, será sulicicnte prcver un servicio
mediante una red yuxtapuesta. sin precisar el tipo de rclaciún de esta red con el uso
del suelo. con las actividades urbanas. Así, Tony Garnier prevé simplemente que en
la ciudad industrial. "con W1 azud en el cauce del torrente: una fábrica hidroeléclrica
distrihuye la fuerza, la luz, la calefacciún a las fáhricas y a toda la ciudad"27. O bien
se estudia cuidadosamente la forma de contener los 11ujos que se supone que son
nccesarios pero perniciosos. en zonas dc circulacilm adecuadas. es decir. en
"canales". Es la forn1a como Le Corhusier trala cl trálico automúvil y. antes de él.
los urhanista~ ingleses de la época victoriana 28 o los rcfonnadores sanitarios
americanos de finales del siglo XIX que proyectah~U1 un sistema integrauo de
circulación del agua para sanear las ciudades 2Q . Entonces se conciben sistema~ de
canales como máquinas circulatorias para 11ujos ue inui viuuos, vehículos o 11uidos
di versos. Este planteamiento dual ue la canalizacilÍn y ue la yuxtaposicilín
concordará parliculanllente bien con los principios de la zonilieaciún. [.as relaciones
entre las zonas podrán leerse en términos simples dc separación mediante límites
25 CL Dupuy G., UrlJanisme el techfliqlll'. clzroflique d'1l11 mariaxe de raiso11. París. CRU. 1978.
26 Le Corbusier. Tlle Radiant City. Lonores. Faber ami Fahcr. 1%4 (t' eoición 1933).
27 Garnicr T. o op. cil.
28 CL el ensayo oc Daunlon M.l.. arl. cil.
29 Pclcrson J.A. o arL l'il.
El urbani,¡mo de las redes
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figura 12. La ciudad-jardín de lloward rodeada por una vía férrea de función incierta.
En lodo caso, el ferrocarril no pretende hacer participar la ciudad-jardín en la
comunicación universal deseada por Cerda.
(Fuente: lloward E., Carden Cilies 01 TUlIlurrolV. London, Faocr & Faber, 1946)
30 I'erelman M., Urbs ex Machi"", Le Corbu,¡ier. Montreuil, Les Editions de la Passion, 1986.
31 Amar G .. "PULU une nouvcllc conccplión des réscaux dans la villc", Quadel7li, n° 6, invierno
1988-1'>89.
La respuesta del urbanismo e/ásico
l'igura 13. La vía férrea que rodea la zona industrial se supone que tendría que
favllrecer los intercambios entre las diversas actividades que esUin instaladas allí. ¿Pero
qué intercambios, qué transacciones se pueden prever entre las fábricas de zapatos yel
establecimiento de mermeladas'}
(Fuente, ¡bid. ng. 12)
Ahora bien, ¿cuales son los problemas concretos que encuentran íos téenicos
del urbanismo sobre el terreno'! Diversos estudios históricos rc1Crelltes a diferentes
países pcmüten tener una idea bastante clara de esllJ. El urhanista, en su voluntad de
reformar la ciudad, choca primeramente con intereses prediales e inmobiliarios.
Querer construir, destruir, reconstruir según nuevas reglas, mcjor adaptadas a la
vida industrial, al crecinúento de las ciudades, no es razonable cuando no se tienen
ni los edilicios ni lus terrenos. Este obstáculo está en todas partes. La resistencia se
di versilica según se trate de nomlalizar un barrio antiguo, encontrar terreno virgen
para nuevas construcciones, o según se atente o no contra el eelltro de la ciudad. La
resistencia tampoco es la misma según la estructura de la propiedad o de las alianzas
que apoyan las instituciones política~. Pero la cucstión de los valores prediales e
inmobiliarius de los propietarios está siempre en el centro del conl1icto.
Desde 1875, la legislación prusiana ya preveía una ZlJnilicación provisional para
la a1Cclación de los suelos agrícolas destinados a la ex((;nsión urhana)S, Esta
Zllnilieación funcional muy estricta juslilkaha la acción pública urhanística y
clarilicaha sus reglas para los propietarios.
35 Gaudin J.·P.. "Le Zonjng ou la nuil transfiguré..:. 150 ans o'urhanisJllc". Cu/wrc [l'ChllitJIU!. n°
fuera de serie. 1986.
La respuesta del urlJanisl1w clásico 87
4 lIaussmann G., Méllloires. 1853-1870, Grands IravalLt de Paris. París. Durier, 1979.
5 lIaussmann G., Méllloires 111, Grands lra\'Qllx de PariJ, París, Viclllr lIavard. 1893.
6 Chadwick G.F.. The Works ofSir Joseph Pax/on, London, 111e ÁJchileclural Press, 1961.
7 Soria y Mata A., La Cité linéaire. nouvelles architeclUres des villes. París. Eculc nalionaic des
hcaux-arts, 1984.
8 El lema de la ciudad lineal ha inspirado a más de un urhanista. La visión de Soria y Mala. para
quien la opción lineal es la condición <..le una tipulogía reticular. es sin embargo muy particular.
Se puede oponer por ejemplo a la de Mitiutin donde la ciudad lineal se mnsu-uye según el
principio de la cadella ck montaje y queda sometida a la finalidad de la pnxlucc..:ión industrial.
Miliutin N.A., SOlJgorod, Tlze Problelll of Building Socialis/ Cilies, Collins G.R., Camhridge,
Mass., MIT, 1974.
96 El urbanismo lte las redes
tejarcs a los fabricantes de hielo, las oficinas, los particulares. Pronto se extiende
más allá de los límites de la coneesión inicial comprando y conectándose a las redes
dc la competencia Cubre todo Chicago y pronto tanlbién los suburbios, las lejanas
periferias, la región. S. Insull tiene una estrategia topológica de la red, en la que la
conexión generalizada se convierte en la condición primordial del desarrollo de su
empresa.
El caso de Insull es doblemente interesante. Por un lado, no puede ser que una
estrategia como ésta no repercuta en la organización urbana. Vender la elcctricidad
no es hacer urbanismo, pero, ante esta experiencia, hay que preguntarse sobre las
consecuencias de la extensión de la red en términos de actividades econónúcas, de
transporte, y también de desarrollo urbano. La estrategia de Insull desbordaba, en
todos los sentidos del término, las tentativas (más bien tínúdas para la época, en
Chicago) del urbanismo de zonificación, reducía las posibilidades del control
municipal sobre la urbanización y el uso del suelo. Al cabo de un cierto tiempo,
algunos lo entendieron. Intentaron acabar con Insull, y lo consiguieron, puesto que
se fue en 1910.
Por otro lado, el caso de Chicago, aunque particular, es un arquetipo de las
constituciones de nuevas redcs, electricidad, gas yagua sobre todo, pero tanlbién
transporte, en otras ciudades del mundo. El desarrollo de las redes, recordado en el
capítulo 2, se hace a menudo por aplicación, más o menos consciente, de este
modelo topológico de una red conectando e interconectando tanto como puede, todo
lo que puede, creando su propio territorio por encima de las barreras administrativas
que se le intentan oponer, con las consecuencias que se imaginan sobre la~
posibilidades de control urbanístico ll .
Invcntor ingenioso, Edgar Chambless construyó el proyecto de Roadlowfl en
1910 alrededor de una línea de monorraíl l2 . La ciudad es lineal, como la de Soria y
Mala. Detrás de este esquema simple se esconde una tipología reticular muy rica, ya
que Chambless busca en primer lugar luchar contra el anonimato de la gran ciudad
facilitando la comunicación generalizada entre los habitantes. Cada cual debe poder,
gracias al monorraíl, ponerse fácilmente en contacto con cualquiera, allá donde se
encuentre localizado en el espaeio urbano.
En la misma época, un grupo de altos funcionarios promueve un proyecto
parecido en el norte de Francia l3 . Se trata de unir las tres ciudades de Lille, Roubaix
y Tourcoing por un bulevar de tres ramales, de una anchura inusitada, que incluye
caminos para caballos y para bicicletas, calzadas, paseos, líneas de tranvía y
alumbrado público. Aunque el proyecto tenga un cierto parecido con la Ciudad
Lineal, el objetivo no es en primer lugar predial. La red, reducida a los enlaces entre
tres ciudades. intenta "soldar" entre ellas Lille, Roubaix y Tourcoing. Según los
11 Dupuy G., "Ulilily Nelwork:s and Terrilory in lhe Patis Region: lhe Case of Andrésy". in Tarr
J. y Dupuy G., op. cit.
12 CL el inlcresanlc análisis dcl proyccto dc Chamblcss in Randlc P., op. cit.
13 Dcmangcon A., Wcrquin A.-C., "Lillc-Roubaix-Tnurcoing: les ingénicurs.l'Elat el les villcs: le
boulcvard du XXc siéclc", Les Annales de la reeherehe uriJaine, n° 38, junio-julio 1988.
7
I:J urbanismo de las redes
Joseph K. Hart y Henry Ford participan de este mismo espíritu 17, eon algunos
matices. Hart, historiador de las culturas, vislumbra Wl estallido de la ciudad en
pequeñas comunidades que disfrutarán, gracias a la energía eléctrica, de una nueva
libertad intelectual. Para Hart, no se trala de una utopía, porque, gracias al Gimll
Power Plan, la fuerza eléctrica se puede distribuir a todos por igual, allá donde se
encuentren. Henry Ford busca también descentralizar la industria, sobre todo la
industria del automóvil que conoce suficientemente. Tanlbién quiere dcsurbanizar la
ciudad en lo que tiene de nocivo para la vida de los obreros. El plan concebido por
Ford permitiría trabajar en el pueblo, es decir vivir allí, instalando en el campo
pequeñas unidades de producción bien conectadas a una fábrica prineipal cada vez
más reducida. La electricidad también se ve como el medio de este servicio
ubicuitario. Pero Ford imagina, contrariamente al Gimll Power Plan, obtener la
energía mediante obras hidráulicas, de manera que la producción de electricidad sería
local. Hacia 1925 llegará a hacer construir algunos pantanos en Michigan, que le
permitirán realizar una parle de su proyecto.
La topología moderna de la red se impone aquí, gracias a la electricidad, por
encima de la distribución fundacional campo/ciudad. I,a transgrcsión de los límites
de lo urbano replantea caracteres esenciales dc la ciudad: densidad y concentración.
La red, por su visión topológica nueva, pone por así dccirlo en primera línca de
fuego un planteamiento del urbanismo fundanlentado en estos caractcres. Más tarde
se verá otra vez esta visión topológica, a la vez solidarizanle y abicrta, de la red,
"conexionisla", por utilizar un témlÍno de actualidad.
En Francia, la mayoría de los urbanistas percibirán el dcsarrollo del automóvil
como una amenaza para la ciudad, una marea que debe conlenerse. De Le Corbusier
a las adaptaciones francesas del infornle Buehanan, la doctrina oficial se constituirá a
partir de la concepeión canalizadora de la circulación, seguida por una eficaz
promoción de los lranspones coleclivos. El mensaje de algunos urbanistas
americanos, al analizar de fomla más adecuada el fenómeno automóvil y exlracr
consecuencias urbanístieas originales, como Clarence Anhur Perry (1929), casi no
se recibirá en eslC lado del Atlántico. No se escucha al urbanista-promotor Jacques
Riboud, observador crítico de la suburbanización anlericana, cuando preconiza, en
Francia, en los años 60, el abandono del esquema radioconcéntrico en provecho de
las ciudades arracimadas, servidas por una red de comunicación muy densa. Para
ilustrarlo, proponía subslituir la "palata", símbolo urbanístico cerrado de la
zonificación urbana en los planes, por el racimo de uva~ en el que la red es primera e
impone una topología abierla. Enlre juicios y dolorcs de cabeza administrativos y
altercados con los urbanisla~ oliciales, a pesar del apoyo de P. Delouvrier, J.
Riboud sólo llega a realizar expcricncias muy limitadas o truncadas l8 • Será .necesario
esperar a los primeros alios 80 para que olras voces se dejen oir 19 . Bcrnard de La
automovilísticos o viajes. Sin emhargo hay que mencionar por su interés histórico unJactum ~
lOO El urbanismo de las redes
1844, por lo tanto anterior al automóvil. que preconiza "una red en tudas las carreteras y en
todos los municipios". Andricux P., Un Réseau sur toules les rGules el sur toUles les
com11lunes, chemins a viresse el travaux pub/ies, París, Cariliull, Gocry el Uwc Dalmol1l, 1844,
reproducido in Flux, n° especial, junio 1989.
20 La Rochefoucauld (de) B., L'Abondancefonciere, París. Dunúd, 1982.
21 CL por ejemplo La Rochefoucauld (de) B., "L'AuloI11obile ella vi!le", Melropolis, n° 37-38,
1978.
22 La Rochcfoucauld (de) B., 01'. dt.
23 Guillaumc M., "La Villc: nouvcaux modes d'cmploi". entrevista de G. Vignaux. grahada en
vídeo, RATP. 1988.
24 Virilio P.. "Cilé rniroir, agonie", Les Arlflales de la reclzerche uriJai"", n° 34, junio-ju!. 1987.
25 Virilio P., op. cito
Rehabilitación de las doctrinas urbanísticasJal'orablq a las redes 101
26 Williol J,·P., "Nouvelle ville, nouvelle vie: croissaoce et role du réseau gazier parisien au XIXe
siecle", in Paris el ses réseaux, op. cit.
27 Reynaud J.. Artículo "Villes". J:.'ncyclopédie no"velle (entre 1836 y 1843).
28 Chadwick a.F., op. cit.
29 Soria y Mala A.. op. cit.
102 El urbanismo de las redes
le ponga con el 22 de Asnicrcs. Es enlonces cuando por fin puede hahlar (:on el illtcrIocutllf
dt=ado.
33 ViriJio P .• "La Machine á descendre le temps". Ubération. II (lcl. 19HH.
104 ElurbanislJlo de las redes
34 Riboud J., Texto extraído del relalo de "La Huie Bergerie á VilIepreux - 1956-1%1", iTl La Ville
heureuse,op. dI.
Rehabilitación de las doctrinas urbanislicas fa\'orables a las redes 105
35 Además de b vcrsiúll original de la Teoría gellcral tic la ur!xmizacióll. Reforma)' ensanche cl!
Barcd01ul (MadIid 1867. Edición facsímil de Fabíáll Est~lpé. Institutu de Estudios fiscales.
MiJdricJ 1068,3 vuls.) en el presente libro se hace rcfcn:m:ia a la oh!"a franee.sa puhlic:.Ida bajo la
dirccción de F. Choay: lldc'lotlsO Cerda· In 11u!orie géll¿rcde de l'ur1JullisCllioll. prescnlada y
auaplaua por Antonio Lóp"z ue Aberasluri. París. Le Seuil. 1979.
36 Según el propio término de Cerda.
Rehabilitaci6n de las doctrina, urbanísticas Jm'oraNes a las redes 107
con la vida de la humanidad entera". Cerda condena eon gran tinneza todos estos
obstáculos. "El sistema de murallas, de fusus, de harreras)7, considcrado hasta
ahora como una nccesidad, perjudica a las comunicaciones de la urbe con la vialidad
universal".
"No son mcnores los inconvenientes que ofrece la limitación del tiempo para las
entradas y salidas [de la ciudad], {oO.] porque en la época presente no sólo
estamos acostumbrados, sino forzados a aprovechar para la expedición de los
negocios todas las horas del día y de la nuche, en que se presente cOYWltura
favorable, o la! vez necesidad de ejecutarlus o emprcnderlos. Desde que el
telégrafo eléctrico se ha puesto al servicio del individuo, CI tiempo no se calcula
por días ni por horas, sino por minutos, por momentos; y todo ha de marchar al
compás de sus exigencias, y todo marcha por lo general, pues por esto al lado
de los telégrafos hay los Icrrocarriles; en todo se advierte semejante annonía, en
todo menos en cI funcionanncnto urbano con respecto al exterior, pues éste se
encuentra interrumpido durante algunas horas de la noche"'.
La visión topollÍgica de la red presentada por Cerda se completa así con una
dimensión cinética Un nuevo tiempo cuenta para la vida urbana: cs el tiempo de Ia.~
redes, del ferrocanil, del telégrafu, de los que el autor de la Teoría de la
Urbanización ya ha manifestado su importancia, pero también de las otras redes que
vendrán, capaces de a~egurar las comunicaciones rápidas. "El humbre en la calle
busca cncontrar rápidamcnte el objeto para el que se ha movilizado". Por otro lado,
Cerda incluye en el sistema vial todo lo que los ciudadanos deben disponer gracias a
la movilidad universal: la aportación del agua potable, la evacuación dc los residuos
sólidos y líquidos, la circulación de los bienes, de la energía, de la información, etc.
Alcantarillas, tuberías, cables, de dircrentes dimensiones, situados hasta una
profundidad indefinida bajo la calle, deben pennitir alimcntar toda la ciudad con
fluidos de di versas naturalezas y eon electricidad.
La dimensilÍn adaptativa de la red existe igualmente en 1. Cerda, aunque nu la
trata explícitamente. La adaptabilidad a largo plazo de la red es ilUlegable por el
hecho de su relación con la vialidad universal. Todo lo que sc modifica en el exterior
de la ciudad (si todavía se puede hablar de exterior) entra necesarianlente en la
comunicacilÍn generalizada, y esto impliea adaptar la red, que es exaetamente lo que
propone haccr Cerda a partir de la~ redes viales inadaptadas de las ciudades
antiguas.
La adaptabilidad a corto plazo puede hacerse evidente por la fomla como Cerda
trata la cuestión de los cruces. Estos nudos de la red, que sirven para la distribución
topológica del movimiento, son objeto de un análisis minucioso. Se consideran
todos los tipos de movimientos, todas las posibilidades de escoger los enlaces y se
37 Incluyendo las barreras impuestas por razones fiscales. 1. Ccrd~ les rcc..:riminll yuc hagan la cilX.1acl
impermeable a la comunicación universal.
• N. del T. Cila textuat de la Teoría general de la u,.bani~aci61l, edición facsímil. op. cit.. vol. I.
p.650.
\08 El urúanismo de las redes
intenta concebir los cruces lo más pcrnl1S1VOS posible, teniendo en cuenta este
objetivo. "La diversidad de los medios de locomoción y de tracción, la diversidad de
las direcciones, de las velocidades, de los destinos, toda esta multitud incalculable
de cosas diferentes, tan heterogéneas, que circulan por la vía, requiere, para el
interés general, soluciones adecuadas al funcionamicnlO particular de cada uno de
sus elementos, según la naturaleza de cada movimiento".
Se está lejos de la canalización ciega de las circulaciones que más tarde predicará
el urbanismo progresista.
Para ordenar los cruces, se debe conseguir conciliar la habitabilidad y la vialidad
(lig. 17 A, B). Evidentemente Cerda encuentra diJicultades en su tarea. Dedica a este
problema numerosas páginas de la Teoría. Pero nunca renuncia a organizar una
verdadera red de circulación, porque está con vencido de que sólo esta red puede
hacer entrar a sus contemporáneos en el sistema de la comunicación uni versal.
La obra de Cerda es particulamlente interesante porque hace aparecer muy
pronto en la historia una concepción casi moderna de red. Uno puede sorprenderse
de esta precocidad. ¿Qué fuerzas animaron a Cerda en esta búsqueda de la nueva
red? Se puede buscar una explicación por el lado del compromiso militante de
Cerda. Está preocupado por las cuestiones sociales, hasta al punto de hacer él
mismo encuestas sobre las condiciones de vida de los obreros en Barcelona. Está
sublevado por una situación que supone es la consecuencia de la inadaptación de la
ciudad catalana, encerrada en su recinto amurallado, a la vida contemporánea, a los
nuevos medios de comwlicación que conoce (ferrocarriles, telégrafo) o imagina
"
(tranvía eléctrico). Está convencido de que todo esto puede y debe cambiar. Se pone
al servicio de esta causa a la que consagrará toda su vida. En este compromiso
urbanístico (se podría decir apostólico), la vialidad es el objetivo último, universal y
transcendental, según las mismas palabras de Cerda. La red es la obra a realizar
localmente por este objetivo. Él impcdirá el divorcio de la ciudad con la modernidad
y dará al ciudadano su humanidad, su urbanidad.
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Rehabilitaóón de las doctrinas urbanfsticas favorables a las redes 109
8
B
urbanística, citados al principio de este capÍlulo. Cerda contribuyó con ellos, pero
mucho antes que ellos, a estabkcer el paradigma modemo de la red 39 •
39 eL el estudio muy pertinente publicado :l parlir del uescubrimientu de Ccru¿¡ por Arluro Soria y
Puig. El artículo estahlece interesantes conexiones entre el pensamienlo oc Cerda y el dc Soría y
M;lla. Soria y Puig. A., "lIdcfullso CcnJá y su idea urhanística", Ho);ar y Arcjuitecwra, n° 69.
t%7.
40 Fisllln:lll R.. arlo dt.
41 Wrighl F.L., ¡-he Disappearillg Cily. New York, W.l'. I'ayson. 1932. eL igualmenle Wright
l'.L., Broaducre CiIy, Book Six oI un AlIlolJiograpily, Spring Green, \Vis.. 1943.
42 Wright 1'.1.., rile Living Cil)', Ncw York. ¡lmizon I'ress. 1958.
43 VII acre representa aproxilllaUWl1Ctltc media heclárea.
Relwbililoá6n de las doctrinos Ilrbonf.f1icosjo\'Orables o ÚJs redes III
~, .
r .
--~_1·· ~ .
j\
Figura 18. Una vista aérea del proyecto de Bruatlacre dibujada por EL. Wrighl. Las
redes viales y de telecomunicaciones (se ven las antenas) se completan con enlaces
aéreos servidos por helicópteros, cuyo diseño vanguardista se dcbe a la fantasía del
aut or.
(Fuente: The Masler Archilecl, CO/lversarions wilh Frank Lloyd Wrighl, Ed. by Patrick
J. Meehan, published by John Wiley & Sons, Inc. New York, 1984)
con él en la totalidad del espacio, en el que todas las direcciones están igualmente
abiertas a su investigación"44.
La metáfora que guía la búsqueda de Wright en esta vía aparece en sus escritos:
"[ ... ] el monstruo se esparce por el espacio [...] los miles de acres de un tejido
celular esparcido [... ] una red de venas y arterias que irradia en la oscuridad [... ]
circulando allá abajo con un aullido amenazante y ensordecedor [... ] la actividad
incesante a cuyas necesidades todo esto se conforma [...] este tejido conectado y
reconectado e interconectado con un sistema nervioso eficaz y completo [... ] con los
filanlentos delicados para palpar el pulso de su propio organismo que reacciona con
un impulso motriz, y por todo esto circula el Huido eléctrico de la vida de un
hombre"45.
Conexión ubicuilaria, flujos vitales asegurados, regulación permanente, la
imagen biológica que utiliza Wright restituye las tres dimensiones de la red moderna:
topología, cinética, adaptabilidad.
Primeramente una red indclinida de autopistas crea Broac/acre. Una especie de
parrilla de autopistas que se cruzan hacen accesible, en automóvil, cualquier unidad,
agrícola, industrial o residencial. Hay que comprender la nueva naturaleza de esta
accesibilidad: como ha demostrado rishman, Broadacre no se inscribe en una lógica
de suburbanización. Sus detractores no han entendido que Wright había medido los
límites de la periferia. Alargar las autopistas, a partir de una ciudad-centro, sólo
podía conducir a una accesibilidad cada vez más degradada y a una periferia cada vez
más dependiente.
Según Wright, la función del automóvil en la sociedad moderna implica una
descentralización mucho más radical, disolviendo todas las fronteras tradicionales
que separan la ciudad del campo. La nueva ciudad no tiene ni centro, ni periferia. El
lugar de la comunicación social no es el centro, sino cada unidad en tanto que unida
a las otras por la parrilla de autopistas. Las áreas de cultura y comercio se encuentran
en cada cruce de autopistas, asegurando de hecho una accesibilidad equivalente a
todos, por lejos que se encuentren de la red. El Cemml Busilless Vislricl anlericano
pierde su poder de atracción. Los nudos de las autopistas son, a partir de este
momento, localizaciones posibles para otros centros de negocios, pero el abanico
multidireccional ofrecido por la red impide que alguno de ellos llegue a ser
predominante. Broat!acre es la ciudad de "todas partes y de ninguna parte", la utopía
en un nuevo semido del término. Contrarianlente a Howard que veía en el transporte
un paliativo para mejorar la circulación en un tejido tradicional, r.L. Wrighl, como
Soria y Mata, imagina que los nuevos medios de locomoción, sobre lOdo el
automóvil, deben engendrar un tejido completamente diferente, que aharque un
espacio ilinútado.
"El movinúenlo mecárúeo ligado al automóvil ditiere absolulanlente del
movinúento del hombre que se desplaza a pie o utiliza la tracción animal. El nuevo
patrón de medida debe ser aplicado a una concepción general del espacio en una
44 Choay 1'., L'UrballislIle, mI/pies el réalilés. une anrilologie, París, Le Seuil. 1%5.
45 Wright F.L., Tile FUlllre oJ ArcilitecllIre, New York. lIorizoll Press. t'>53.
Rehabilitaci6n de las doctrinas ur!Janfsticas favorables a las redes 113
a
114 ElllrballislIJo de las redes
"
I'igura 19. El área de servicio no es hoy, como pensaba Wriglll, cl punto Illlda1 de la
ciudad moderna. No obstame, sus evoluciones recientes se acercan a algunas ideas del
aulOr de Broadacre y deberían llamar la atención de los urbanistas (roto: Elf-
Aquilaine).
retomo a comunidades naturales, convencido como cstaba de que esta fomla de vida
se había superado, Broadllcre propone una vida urbana. S implemente, consideraba
Wright desde 1923, "la gran ciudad ya no es moderna... En la época de la
transmisión eléctrica, del automóvil y del teléfono, la concentración urbana se
convierte en una congestión sin razón: es una maldición"so.
También se ha dicho que Wright había sido sensible al mensaje del ameneal/
way o[ lifesl , lo cual es innegable. Esto no justifica que en este final del siglo XX,
cuando las redes implican a todos los ciudadanos de la ciudad europea, se continúe
desconociendo, en este lado del Atlántico, el pensamiento urbanístico de Wright. Es
todavía menos aceptable que se le condene de forma perentoria como lo hace L.
I3enevolo... que sólo reconoce a Broadllcre Wl vago interés como alegoría incitativa,
porque "pensada como un programa concreto, Brolldllcre sólo puede conducir a la
so Wrigbl EL, Experimemi1lg wilh Huma1l Uves, Hollywood, Cal., Fine Arts Sociely, 1923.
SI Randlc P., op. cir.
Relwbilitadón de las doctrinas "rbanís/ica, Jal'orables a las redes 115
El mismo año en que FL. Wright publicaha en Estados Unidos una de sus
últimas obras, aparecía en París una recopilación de textos en homenaje al
historiador Lucien foebvre. Historiadores, lingüistas, geógrafos, economistas,
etnólogos, aportaron contrihuciones diversas. Sólo un urh:.mista, Maurice-foran<;ois
Rouge, tenía un lugar en la recopilación con un artículo titulado L'orgllnLwuion de
l'espace el/es résellux53 .
Nacido en 1899, de formación HEC (Eco/e des HIlUles Eludes de COllllllerce),
M.-F. Rouge llega a urhanista en el 1tWilul d'Urbaf/isllle de Paris con una tesis
sohre Les perspeclives en urbanisme. Después de diversas actividades en el C¡U11PO
del turismo, cntra al servicio del Estado en 1942, cn la Dirección Central de
Urbanismo. Ddensor acérrimo de la ordenación del territorio francesa y de un
urhanismo respetuoso con los bienes púhlicos y el medio amhiente, M.-F. Rouge
enseña también en la Éco/e Pmlique des HIlUles Eludes. ¡\ finales de los alios 60 es
elegido vicepresidente de la Socielé Fmlll;aüe des Urbanisles.
lean Gohier, autor de su necrológica en la revista Urbanisllle "Ianlenla que sus
trabajos no sean suJicientemente conocidos"54. Por lo que respecta a las redes, cs un
eufemismo. El artículo de 1953, desgraciadamente el único que M.-F. Rouge
publicó sobre el tema, fue tolalmenll: ignorado hasta 1988 55 . Sin emhargo,
demuestra una visión extraordinariamente perspicaz de las relaciones entre ciudad y
red y merecería ser reproducido in eXlef/So.
Curiosamente, empieza con un error de apreciación histórica, frecuente en
mUl:hos de los autores dentro del campo del urbanismo. M.-F. Rouge cree ser el
primero en descuhrir la "importancia extraordinaria" que "las redes de ferrocarril,
vías navegables, l:arreteras, electricidad, teléfonos o de distrihución, han adquirido
en nuestra vida". Uno puede extraüarse de que M.-F. Rouge no evoque la
personalidad de Uon Jaussely (1875-1933) que no podía ignorar. Este úllimo,
fundador de la Eco/e des /¡aUles iludes urbaines, al mismo tiempo profesional y
teórico, marcó fuertemente el urhanismo francés de principios de siglo. Jaussely
atribuye una gral1 importancia al conjunto de las redes en el campo del urhanismo.
Pero la perspectiva de Jaussely es, efectiValllente, diferente. Tal y como ha
56 Trouycl M.. 1..l1 Ville COlJlml! mud';lIc éeotlomitJllc c/UlIS la pl.'flsél' c/c ¡.éon l11usscly, memoria ll~
DEA dellnsLilul d'urballisme de Paris. bajo la direccilÍn de J.-l', !'rey. 1990.
Rehabilitad6n de las doctrinas urbanística, fal'Orables a Ú¡s redes 117
Figura 20. Conexión entre una red comercial de dislribución de servicios y la reú vial:
sorprendente actualidad de las visiones de un gran urbanista, Maurice-Fran<;ois ROllge
(Foto: G. DlIpuy).
HAUSSMANN @ a a
PAX1DN e e a rFERROCARRIL
CERDÁ a
HÉNARD
• • a
SORIA Y MATA
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rAlJTOMÓVIL
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ROUGE G e
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RIBOUD o (FRANCIA)
DE LA
ROCHEFOUCAtJl.n
G e
r'I1:LEMÁl1CA
VIRIUO a o
Figura 21. Insistencia en las llimensiolles topológica. cronológica y allaptaliva lle las
relles,
6. Las redes para un nuevo urbanismo:
elementos de teoría
2 Ayuí se encuentran las nociones de interacción y de comullicacü'}!l a través de las tIue P. ClavaJ
ilustra la lógica de las ciudades. CL Claval P.• op. cil.
3 Raffeslin c., op. cit.
4 Amar G., "Essai de modélisation conccptllcllc d'un réscau uc dn.:ulaliun", in Dupuy G. el al.,
Réseaux ll'rrilOriQlu. Caen, Paradigmc, 19HX.
Las redes para un nuevo urbanismo: elementos de teoria 123
5 Coltereau A .. arlo Cilo A. Collcrcau trata en eslc artículo el caso <.le la re<.l <.le rnelro <.le París.
6 Annslrong G .• Nclles A.v.. Mallapo/y's MOlllelll. Ihe O,xatliSaliall 1lIu/ Regll/atiotl af
Caruuliall Vli/ities 1830-1930, l'hiladclphia. Temple Universily Press. 1986.
7 eurien N., Gensollen M., op. cit.
124
S Este concepto de nx1 máxi.ma <.Jebe relacionarse con el de "sistema vectorial" utilizado pur Jean
Bouley. secrelario general de la Unión Internacional de f'eITOcalTiles. pal'a calificar la
cxhorhilanlc demanda dirigida a las redes ferroviarias y yuc no pueden satisfacer. Punencia al
l.:oloyuio de la Asst.X:iatioll historiquc des Chcmins de fce, "Le Réscau dan s l'univcrs fClToviairc",
París, nov. 1989. in Revue d'hisloire des chelllins dejer, n° 2, primavera de 1990.
9 CL el caso de la n.xl de Eurovisión en la yuc las sobcranías nacionales frenan las modernas
posibilidades de teledifusión europea: Dupuy G., "L'Eurovisiull uu le conllit du réseau el d;s
lcrriloircs", Nelcom. n° 1, Groupc d'Eludes de Géographie de la communkalion el <bi
lélécommunications. Comité nalional de Géographie, enero de l 9~7.
10 Tomando prestado un térmillo utilizado por G.-Il. de Radkowski, art. cilo
Las redes para un nuevo urbanismo: elementos de teoría 125
territorialidad que el operador tendría que realizar. Pero, tal como scñala c.
Raffestin, "intervienen diferentes restricciones técnicas, económicas, políticas ... La
red es un compromiso entre red máxima y medios a disposición y condiciones
reales".
Este compromiso realizado por el operador a partir de lo imaginario y de la
virtualidad de la RPT es lo que materializa la red técnica.
Dos ejemplos ilustran este efecto de las restricciones citadas por C. Raffestin.
En el primero, el operador, asinúlablc a los poderes públicos, hace prevalecer una
lógica política. En el segundo, el operador es una empresa. Entonces, la lógica
econóllÚca juega p!Cnanlente para linútar la red transaccional.
El predomiruo de la lógica política se encuentra en la concepción de la red de
distribución de agua de las ciudades romanas. Este caso fue expuesto por Vitruvio y
recogido en la obra de Jacques I30nnin sobre hidráulica urbana ll . Los consumidores
urbanos romanos nunca estaban conectados directanlellle a la traída de agua potable.
El agua, anteriormente almacenada, se repartía antes de ser distribuida entre los
consumidores, divididos en tres categorías: casas privadas, depósitos y fuentes
públicas, y termas. El reparto se hacía a partes iguales. Después. el agua se
almacenaba nuevamente antes de la distribución en tres depósitos que correspondían
a cada tipo de usuario. Los eventuales excedentes del depósillJ "casas privadas" y
del depósito "termas" se enviaban al depósito "depósitos y fuentes públicas". Ix
esta manera, la capacidad de almacenanúento no solamente constituía un límite
material del consumo, sino que se aseguraba una prioridad de hecho en la
distribución para los usos públicos no concedidos (depósitos y fuentes), por delante
de los consumidores privados (casas) o de los concesionarios (tcmJas).
Por supuesto esta concepción de la red, cuya realización era muy onerosa,
traducía una voluntad política de los poderes públicos de limitar las desigualdades en
el uso de un bien vital y escaso, cuyo suministro podía ser aleatorio.
En eamhio, la lógica económica prevalece en otros ejemplos. Se puede imaginar
que una RPT formada por líneas de deseo entre seis polos urhanos (I1g. 22 A), para
ser económicamente realizahle mediante una red pesada de transporte público, se
tenga que diseñar según el dibujo de la figura 22 n. Annstrong y Nelles evocan la
diferencia entre la red A y la red 13 a propósito del tranvía en las ciudades
canadienses del siglo pasado 12 •
Los dos casos precedentes se han escogido porque las limitaciones que se
imponen a la red virtual (y por lo tmJto a los proyectos transaccionales) no son
visiblemente de naturaleza léenica. En muchos otros casos las cosas son menos
evidentes 13 , porque la técnica opera una especie de combinación de linúlaciones de
naturalezas diversas, y es dillcil descifrar su composiciónl 4 . Las redes modemas
A B
Figura 22. La reo simplilkaoa I3 sirve a los mismos pllIltos que 1\.
IS Dupuy G.. Une lecllflilJue de plllf/ijieaJivn au ,-en'iee de 1'1lUlvlllObile: les lIIadNes de IruJie
urbajfl.op. cil.
ló En Estados Unidos, donde el t~nnino "técnica" (con el que rivaliza tec}¡t1%gy. más amplio,
pero muy valurado) no tiene el mismo sentido, la opcr<.l.ci6n se cJlifica más hien por su rcsullJdo
y se hahla dc redes de infracslructura (ifljrCJI.'sIruclllre 1/R1WOl'ks).
Las redes para un nuevo urbanismo: elementos de leoría 127
¿Cuáles son las reglas que guían a este úlLimo? Se ha visto en los ejemplos
precedentes cómo uno u otro de los dos criterios, político o económico, podía ser
determinante. La historia contemporánea de las redes técnicas aporta explicaciones
interesantes sobre la manera cómo estos dos criterios sc combinan cn las redes
modemas 17 • De hecho, si las reglas actuales de extensión de las redes provienen a
mcnudo de una opLimización bajo limitaciones, el peso del pasado, la herencia de las
redes existentes, juegan un papel destacado. A veces, la regla es simple. "Ninguna
callejuela sin salida podrá tener más de 50 metros de longitud", ésta era la nonna
aplicada por los Servicios del Equipamiento del Oepartanlento del Nord (I'rancia)
para las redes viales dc los polígonos. La historia de los palios insalubres explica cl
origen e incluso la perpetuación de esta regla aplicada por cl operador. La RATP'
estima, sobre la base de una larga experiencia cn la explotación de los autobuses
parisienses, quc una línca de autobuses no debe tener una longitud superior a x
kilómetros. Se impone pues esta restricción en el diseño de su red, incluso cuando la
quiere recstructurar l8 • La compañía parisiense de calefacción urbana aplica cl
siguiente principio: sólo acepta conectar a la red a un nuevo abonado que contrate
una potencia instalada de P megavaLios, y esté situado a una distancia máxima de d
metros de la red, si P> Po y d < do. Po y do son umbrales fijados según el coste de
conexión, el consumo supuesto del futuro usuario, la estruclura tarifaria de la
compañía, los gastos financieros soportados por la inversión, etc. Si bien el criterio
económico parece dominante, el cálculo se apoya en cada etapa en hipólesis fuertes
de otro orden: concesión del scrvicio público, bonilicación pública de los préstanlos,
prohibición legal de vcnder electricidad, lo que impide la cogeneración y aumenta cl
coste dc producción del calor. ..
Para otras redes, las reglas son menos explícitas y mucho más complejas. No
obstante, a menudo se puede extraer de ellas una lógica económica, moderada por
obligaciones de servicio púhlico, todo cllo combinado con imperativos, Jatos y
limitaciones técnicos implícitos.
¿Qué ocurre con los proyectos transaccionales en la constitución de la red rcal'!
Si bien, en su lógica, el operador no puede evitar proceder a una colecLivización y a
una homogeneización de los proyectos individuales, esto no quiere decir que haya
disolución total, laminado de los proyectos transaccionales. La homogeneidad tendrá
sus límites, que son evidentemente límites de poder. El operador está subrogado en
su función por un compromiso de poderes donde un actor determinado, puntual
pero poderoso, sabrá imponer una configuración de la red más favorable a sus
17 Jacobson c.. Kleppcr S.. Tarr J.. "L·Eau. 1"élcclricilé el la létévision par cáble aux USA: élude
comparalivc des modeles hisloriqucs de propriété ct de réglcmcntation", Cahil!rs du grollpe
réseaux. n° 3. nov. 1985; "Las Réseaux let'hniyues urbains". [-es Annales de la reclU'rcile
urbaille. n° 23-24. jul.-dic. 1984; Dupuy G., Urhanisllle ellecilnü¡ue. cilroniljue '¡'unlllariage de
raison. op. cil.
• N. del T. Régie Autonome des TmnsporLs Parisiens. empresa pública yuc explota las redes tC
metro y autobuses de París y cercanías.
18 Offner J.-M .. Sander A., "Las poiols-clés d'Aulremenl-llus: des lhéor¡es á la pratiyue". RATP-
Réseau 2000. GDR Réseaux. septiemnre 1990.
128 I::I urbanismo de las redes
" N. del T. Eleclricilé de f'rance, empresa pública yuc pnxluce y distrihuye la elec~'ieidad en
Prancia.
I~ RibeiJl G.. "Le Dévcloppcmenl á la fran~aise des réseaux techuiyues". Métropolis, n° 73-74, 2"
Lrim. 1986.
Las redes para un nuevo urbanismo: elementos de leoría 129
PUNTOS ... ~
9
130 El urbanismo ele las redes
lugares variados... pero en todos los easos, incluye a los amigos de los padres, la
familia próxima, etc. .
Cada una de estas tres series de redcs tiene su propia lógica espacial. Las
escuelas primarias se disponen en los barrios según la población en edad escolar
para ser accesibles a pie. Los centros comerciales se implantan según la red de
carreteras y de zonas de clientela (fig. 24). Las oficinas se instalan en los nudos de
las redcs viales o de transporte colecti va.
La familia urbana, al utilizar todos los medios de comunicación puestos a su
disposición por los operadores del primer nivel "debe hacer ella misma las
conexiones necesarias entre los tres tipos de red (del·segundo nivel) para diseñar
este complejo esquema de conexiones multidireccionales que constituye la ciudad de
cada uno" (fig. 25). Fishman añade que la nueva ciudad no tiene ni centro, ni
periferia, ni frontera definida, ni distinción clara entre zonas residenciales,
industriales y comcrciales. Tanlpoco tiene una estructura característica que la
distinga del caos que algunos quieren ver en ella: es una estructura de red que se
puede calificar de tercer nivel.
Aunquc quizá la visión teórica de rishman subestima el peso rcmanente de los
centros, sobre todo para las ciudades europeas 24 , aclara la articulación entre la~
funciones de operador de redes de primer, segundo y tercer nivel en la organización
urbana contemporánea. Es interesante notar que la visión de I'ishman y la
articulación en tres niveles que se puede deducir de ella se acercan a ciertas
consideraciones muy anteriores de Gustavo Giovannoni (1873-1943) reveladas en
Francia por r. ChOay 25.
Estas consideraciones se encuentran tanlbién en las ideas de M. l3onetti 26 y las
puntualizaciones de A. Moles a propósito de la calidad de vida en la ciudad cableada,
calidad que cada vez más asegura el "sistema de conexiones de cada una de las
células sociales con las fuentes de las redes''27. Esta ciudad-red particular, este
esquema complejo que realiza de la mejor manera la red virtual, para un actor y a
partir de un punto determinados, fmalmente lo construye él mismo, jugando de
alguna manera la función de un operador de tercer nivel.
¿Cómo situar el urbanismo con n:lación a esta nueva visión de la ciudad'!
Cuando los prineipios fundadores de la antigua ciudad, de la ciudad burguesa, de la
urbanización industrial, dejan paso a la conexión urbana, ¿todavía hay lugar para un
urbanismo que ya no sería, en lodo caso no sólo, de mallado, sino de retieulacíón'!
Adaptar el método al cambio de la forma urbana y al desarrollo de las nuevas
24 Y también en cierta medida para Estados Unidos, según Goldficld D.R., '''Ibe Fulurc of
MclropoJilan Region". in Scba/fer D., op. cit.
25 Giovannoni G., Vecchie Gua, edi/izja nuova, Torino, Nuova Antologia. 1981 y Choay F., "La
ville invivahle", lA' Débal, n° 60, Gallimard, mayo-agosto 1990.
26 Bonelti M., "Le Réscau de communication el la rccomposition de I'espace urbain",
comunicación al simpusiwn internacional Communicalion el organisalion sociale. Intcmational
GeographicalUnion, Ginebra, CSTD, nov. 19H9.
27 Moles A., art. cit.
132 El urbanismo de las redes
SORnE N" 7
sr-QUE'"
LAUWO"'E
(II.AGHY
OUVERTURES
PAOCHAINES
CHANTEMUR
KUQM CUlS1NE
lOCATEl
CLAUOE MAX1ME
tCOIFFEUAI
VERS LA GAAE RER
LA POSTE
PR(fECTURE
(COMPIOJR OANCAIREI
INFLORESCENCE
(FlEURISTEj
ELECTHOMENAGER
figura 24. Versión francesa de Mallopolis. Las lógicas espaciales de las grandes
cadenas comerciales tejen progresivamente redes de consumo que se apoyan en las
redes de infraestructura vial.
(Fuente: Frailee Soir, Spécial Pub licité "Árt de Vivre")
lAS redes para un nuevo urbanismo: elementos de leor{a 133
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Figura 25. Los tres niveles de operadores de redes que (re)organizan el espacio
urbano.
39 Soughir R., /,'Enjea de ["eaa iI Soasse. la prodaclion sociale d'lm déjicil, tesis doctor"! de 3°
ciclo, Instilut d'urlJallislllc de Paris, Univcrsité París XII. 19~4.
40 Whitt l.A., UrblUl l:"Jiles wuJ Mass Transp0rTation, lIJe DialeClics o/ POH'l'r. Prim.:cton,
Princcton Universily Prcss. IlJK2.
41 Anderson D.D., op. cil.
42 Cun vocación dCIX>rtivu, llamada "Red de lus dcporlcs".
43 Rlluge M.-F.. arl. cil.
Las redes para un nuevo urbanismo: elementos de leorfa 137
delante del urbanismo, que petrilica unas opciones que inmediatamcnte resultan
reductoras y discutibles (metro, alcanlarillado... )44.
Michel Bassand y Pierre Rossel rccuperan esta crítica al denunciar la pretensión
de W1a "estrategia tecnocrática de gestión de los flujos" para expresar el "bien común
y general"45.
Claude Neuschwander ha explicado en W1 artículo su temor de que el creciente
papel de las redes en la ordenación territorial intervenga según W1a "estructura
jerárquica" más que según "la estruetura biológica" que sería auténticamente la de la
red46 • De heeho, subraya que las rigideces político-administrativas francesas
actuarán siempre en la lógiea de los operadores en favor de una jerarquización.
Perversión política, perversión económica, perversión técrúea de la red a nivel
de los operadores, los riesgos son reales y no se tendrían que dejar que pasaran a la
colectividad.
El urbanismo tiene así, en el campo de las redes, una doble lcgitinúdad: primero
histórica, porque verdaderos urbanistas han otorgado a láS redes W1 lugar principal
en su concepción de la ciudad desde el nacimiento del pensamiento urbanístico hasta
hoy. El hecho de que este a~pecto de las obras de Cerda o de Wright haya sido
encubierto por otra corriente urbanística no quita nada a la agudeza y a la pertinencia
de sus análisis y propuestas. T-egitimidad social igualmente, porque la realización de
las redes que, de Jacto, organizan la ciudad moderna, pide una intervención al
servicio de la colectividad para regular y controlar a los operadores. Todavía queda
la cuestión del lugar de la intervención: ¿dónde situar la acción del urbanismo sobre
las redes? Lo que se ha expuesto hasta allOra sugiere respuestas que hay que
explicitar a continuación.
En primer lugar, es seguro que el urbanismo debe intervenir en los procesos "de
operación" de la~ redes. Evidentemente se trata del punto erucial. Actuar al margen
de estos procesos, en un canlpo diferente del de los operadores, cerrado y
restringido por el principio del mallado, condena, como se ha visto, al urbanismo a
permanecer al margen de la vida urbana, de la ciudad moderna. La~ di visiones del
trabajo como la que se adoptó én Francia durante los conllictos de la AGHTM47 o
má~ tarde, son inadmisibles, mientras la ciudad se eonstruye bajo nuestros ojos por
la conjunción de los actores-operadores sobre las redes en los diferentes niveles
analizados má~ arriba.
44 Bardct G., op. cit. Curiosamente, esta posición también fue, después dé la experiencia de la
creación de Ccrgy-Pontoise. la de Deman! Hirsch. Este ingcniero de caminos, después de haher
dirigido la construcci6n dc la nucva ciudad, hahía aprcndidl> a desconfiar de la rigidez de las redes
técnicas ante las necesarias evoluciones de la w·bunización. En este sentido, fustigaha
particularmente la calefacción urbana. I1irsdl D., L'lnvention d'ufle ville flOuvelle, París, Prcsses
de rEcole Nationale des \'onts el Chaussécs, 1990.
45 Bassand M., Rossel\'.. "Métropoles et réseaux", Espaces el sociétés, n" 57-58. 1989.
46 Neuschwander e., "Villes el réscaux". Allernalives éCOfW11liques. diciemhre 1988.
47 ef. Claudc V., "L'Association générale dc..'i hygiénistcs et lcchnicicns municipaux: écolc cúou
lobby, 1905-1930", ARDU. Paris VIII, informe para el Plan W'hain, julio 1987.
t3H E/uruanismo de las redes
4l:S Si es así, el desinterés detectado por Y. Chalas para una participación sohre lemas como la
seiialética urbana o la on.l~nación de un cruce [Xxiría cnconlrar una explicación. Este desinterés
provendría esencialmente del hecho de que se ha promovido liJ participación de los vecinos. en el
marco dd malladu del urbanismo tradicional. mientras que los usuarios dc las redes, fuertemente
implicados, no están, en el sl'ntido fuerte del término. localizahles en estc mallado. Por 4uercr
permanecer cn los límitcs del mallado de la zona y dcl barrio, comu escribe Y. Chalas, se <.k.x.h.~
yuc los habitantes sólo dan importancia a la satisfuc..'ción en la vía pública de la "necesidad
nalural de sus apreciados compaileros caninos". CL Chalas Y .. ar1. cil.
Las redes para un nUR\'O urbanismo: elementos de ¡eOrra 139
nnall1\CIlte, el papel Jel urbanista con n:lación a los operaJores Jel JJ11l11er
¡til'el, responsables Je la implalllación Je las reJes lécnicas urbanas, es a la vez
necesario y posible. En un país como l:rancia, pero esto es cierto poco o mucho para
otros países, hay tratlición Je illlervención pública en materia Je reJes urbanas. A
veces, las aUloriJaJes locales realizan y gestionan ellas mismas la reJ. A veces,
Jelegan a agentes privaJos su realización o su gestión o toJo junto, conservanJo un
Jerecho Je observación, Je reglamenlación... El problema no es pues aquí el Je la
intervl'Ilción Jel urbanismo, sino el Je la extrema sectorialización y Je la Ji visión Jd
lrabajo que, históricamente, ha alcj aJo el urbanismo Je estos temas. Se Jebe atlmitir
que el urballismo pueJe intervenir en toJos los lugares JonJe se elabOrall las reJes
reales, para favorecer la consiJeraCÍón Je las reJes virtuales, para facililar las
articulaciones con los otros niveles Je operaJores, y para mejorar la consiJeración
global Je las reJes técnicas caJa vez que la colectiviJaJ encuentra ventajas en ellas.
Hay sin JuJa Jiversos lugares d.:: intervención posible. El más eviJente es d Je
(:¡ autoriJad local habitual, que ejerce una responsabiliJaJ territorial areolar. Se
conocen las "entajas y los límites de eslas intervenciones. La mayor Jilicultad tiene
que ver con el papel oel urb:U1ista con relación a las reJes orgallizaJas a una escala
muy oi ferente. Es el caso sobre toJo Je Jos reoes muy importalltes: teléfono y
electriciJaJ. Pero talnbién se plalllea d lcma Je la reJ oe carreteras. Peler Hall ha
oc mostrado muy bicn cómo se constituyó en menos de un siglo un verJadero
sistema automóvil, a partir oe Wla tecnología arteSalla1 ulilizaJa por aJicionaJos, en
una reJ Je vías inaJaptaJas 52 . En el primer nivel doperaJur de la red Je carretcras
ha sabiJo cncontrar los mcJios linancieros y técnicos para aear una red transitable.
En d segundo nivel se hall implalllado en toJo el territorio reJes Je áreas oe
scrvicio, después restaurantcs, hotdes y tienJas concebidos para d acceso Jd
automóvil. Finalmente cn el tercer nivel, los automovilistas han estableciJo sus
reJcs de usuarios. Ahora bien, toJo esto no pooría estar encerrado en los límites
municipales. Está daro que la intervención Jd urballÍsla debe interesarse
necesarialncnle por estas. reJes, para no perJer toJa posibiliJaJ de articulación con
los otros niveles Je operación.
La función Jd urbanista talllbién puede Jelinirse tal como lo hace J. fiemis a
propósito Je la ingeniería urballa 53 . Anle situaciones críticas en los servicios
públicos urballOs viviJas por los usuarios (complejidaJ, ausencia Je comprensión
de los acontecimientos y de las posibiliJades reales ofreciJas... ), puede resultar
necesario un nivel superior Je coorJinación de las reJes, en una perspectiva
sisténlÍca (evolutiva y adapwiva). Las autoridaJes ltx:ales actuales no parccen tener,
54 Sobre este punto y referente a Francia. ver Martinand C., Le Géllie urbaill. Informe al minislerio
de I'Equipcrncnl, du I.ogcmcnl. de I'Aménagcmcnl <.Iu TCITiluire el des Transpurts. París. La
Docurnentatiun fr",,~·aisC. 1986.
7. Métodos y herramientas para un
urbanismo de redes
10
146 1:.'/ urbani:nllo di! las redes
5 Dupuy G .. Gcly C. y Offller J.-M., "RER el illlercullllexiulls: les verlus d'ulI réseau hyhride",
Flux, 11" 2. utuñu 1990.
Métodos y herramientas para un urbanismo de redes 147
caso aclaratoria. El proyecto de enlace entre las líneas de cercanía~ con origen en la
estación del Est y las de Saínt Lazare (EOLE), en curso de realización, y que tendrá
previsiblemente efectos urbanísticos considerables, se inscribe en esta línea de
pensamient06 •
6 Dcmcy P.. "Du hon usagc de l'intcrconncxiun: vcrs (~cs inlcrconncxions úe Ucllxicmc
généralion"./,(·s Cahiers de "IAURIF, n° 8(>. julio 1988.
7 Dupuy G .• "La Crise des inl"raslruclures aux EtaLs-tJnis", in Lcfevre c., llody-Gendrot S .. l.cs
Villes des EtalJ-UniJ, París. Massun. ltJ8X; Gakcnheuncr R., "'111e Plighl of funclkan
Infraslrudurc: whal Rcasuns fur lhc Ncgkl't". i1l Tcrny G .. Prud'hummc R.. l.e FillQ1IC('111ellt
des équipements publics di' demaill.P~lrís.Et.ullomica. 1')86.
t4H 1:.'/ ur/Jlllli.mlO de las redes
8 Dupuy G. el al.. l.a Crise des rése<ULt d'inJinslrllClUre.; le cas de [Juellos Aires, LATrS, París.
1087 (lradUt.:dón castellana: ÚIS redt:'s de servicios urbanos de Buenos Aires. Problemas y
ailemaf¡vas. Paradigmc, Ca~ll, 19(2). Estl obra se completó <.kspués COIl el artículo de Guigo
D., "Lcechcs in "lllC Eleclrical N~twork: '!lle Crisis in the Buenos Ai.res Suburh" Flux, n° 1,
primavera 1990, sohrc la red de cIeclJil,:idad y se prolonga actualmente ",'on una invesligación
suhre la red telefónica.
Métodos y herramientas para un urbanismo de redes 149
. ' . .. . .
Figura 26. La visión histórica es necesaria para el urbanismo de las redes. La aClUal
crisis de las redes de infraestruclUra en Buenos Aires se explica, en buena parte, por la
retirada de los capitales europeos en los años 30. Aquí se puede ver un anuncio de
1942 editado por la compañía de electricidad, todavía calincada "de italo-argentina".
(Fuente: Boletín de Obras Sanilarias de la Nación, n° 57, año VI, marzo de 1942)
9 El análisis había demostrado igualmente que el operador público encargado de la red de agua
potable había adoptado una estrategia de estancamiento de la red. Contrario a una veldadera
Larificación del consumo, no fX>díiJ cxlracr los recursos. nccesarios pariJ una polítici.1 d:
ramificaciones, Al mismo liempo. rechazaha reconocer las práctica.o;; informales (hombas
eléctricas), incluso colcctivas o Sofislic'-Idas. mrullenicndo la ilusi6n de un plan de desanollo d:
la red, plan que siempre se retrasaba.
150 /:..1 urbanislIlo de Las redes
10 TcySSUl G .. "La Métropolc mise en rcpréscntation. urbanismc: la villc entre ¡muge el projct",
eah;ers da CCI, n° 5. Edilions du Conl{e Pompidou. París, 1988.
11 Sleinberg J .. lIusser J., Cal1ograph;e dynalllÍtlue applicalJle á 1'C11llérlllgemerll. París, SEDES,
1988.
12 RibeiU G., "Du I'neumaliyue á la lugisliyue roulii:re: André Michelín, promuleur de la
r¿volutíon aUlomobilc", art. Ót.
Métodos y herramientas para un urbanismD de redes 151
MAX[MUM
LOAD AT
FOR
TIMEOF STOCK YARDS
YEAR
SYSTEM ANO PACKING COSo
MAxIMUM
DEPARTMENT STORES
SUM DIVERSITY lCLEPHONE EXCHANGES
OF FACTOR AND orncES
SEPARAlC 2 .7
¡----- -.:j MAXIMA
26._ f::::---lr----------LJ
K.W. /
LOAD
HOTELS STEEl, IRON ANO
FAcrOR
BRASS WORKS
41 %
MANUFACT1JRERS
CEMENT WORKS
ICE MANUFACT1}RERS ANO MISCELLANEOUS
13 Akicnna.n L., Représentations graphiques des réseaux.. memoria de DEA "Transpllrl" hajo la
dirección de J.-M. Offner, &ole Nationale des Punts el Chaussées. 19RR: y también Offner J.-
M., "La Représentation graphi4ue des réscaux: oulil hcuristiquc ou innovation de gcstionT.
Fl "x.n° 2. otoño 1990.
152 El urbanismo ele las redes
ell:jl:l:ucilÍn de una tarl:a lktl:nninada. Así, para ayudar a la concepci6n de una red se
puede encontrar un esquema funcional simplilicado que a menudo no se presenta ni
como un mapa, ni siquiera bajo la fomla de un grafo, dejando implícita la función
territorial de la red. En este sentido se puede recordar el esquema utilizado por Insull
para construir la red eléctrica de Chicago (lig. 27).
1,a realizacilÍn de trabajos en la red física necesitará recurrir a planos que situen
los diversos equipamientos de las redes con sus características simplilicadas
(canalización de tal diámetro, compuerta de tal género, línea de tantos voltios,
transformador de tal género... situados en tal lugar, a tal profundidad bajo la
calle...). Realizados a mano, antes estos planos se aclualizab~Ul laboriosamente. Hoy
es el ean1po por excekncia de los sistemas de información geográliea que, gracias a
la ayuda de la informática, 110recen en el mercado (lig. 28 Y29).
Estas representaciones aportadas por la infomlática se prestan a los cambios de
escala necesarios para tencr cn cuenta la topología de la red. En cambio se el(eluyen
la mayor parte de las características cinéticas y adaplativa~, que sólo son
verdaderamente útiks al operador para las tareas de el(plolación de la rcd. Se
encontrará entonces en el centro de gestión un cuadro sinóptico depurado que
visualiza los enlaces y puntos-clave de la rcd para facilitar una comprensión rápida
de las situaciones de alerta. Pero esta representación, claramente insulicicnte, debe
completarse en pantallas infonnáticas, constituidas en tiempo real a la demanda, por
esquematizaciones parciales (posici6n de una señal, apertura o cierre de una
compuerta, etc.), por datos cifrados, o por imágenes lijas o animadas (estado de la
circulaci6n en un cruce por ejemplo). Finalmcnte, para la comwlicación con el
usuario, que, como se ha dicho, es generalmenlc limitada, se proponen a mcnudo
esquematizaciones muy simplilieadas según los principios mencionados más arriba,
y más estáticas que dinámicas, del mapa de carreteras (lig. 30 y 31).
Se manifesta una tendencia para representar, ya no la red (o algunos de sus
aspectos), sino sus efectos para los usuarios. Áreas bien sl:rvidas por una red, zonas
de sombra, curvas de isoaccesibilidad mediante una red o un conjunto de redes: los
efectos de la conel(idad, de la conectividad, de la homogeneidad de la red sc pueden
representar claramente en un mapa evidenci;Uldo las importantes consecuencias de la
topología, de la cinética y dc la adaptabilidad de la red 14. Pero esta especie de
represenlacilÍn es de un uso delicado. Supone, en efecto, que se privilegie una
dilll'~'lsilÍn particular de los efectos de la red: un indicador de calidad del servicio, un
tiempo de acecso, ctc. Esta sclcccilÍn se acomoda mal a la variedad de los usos de las
redes señalada más arriba. Adl:más, una cartografía de sus efectos hará aparecer
necesariamente espacios más favorecidos que otros según la dimensión escogida, de
donde se derivan Lis presunciones de iniquidad poco favorables a una comunicación
serena con los usuarios. Por estas razones, este tipo de rl:presentación se reserva
más bien para los métodos de evaluacilÍn o de concepción de I~l~ redes, de los que se
tratará más adelante.
Aculo;¡ Construction
Sémantique
Reseau dá¡¡ártemental
ltinlÍraira
est sur
Ob/ets complexes
Ráseau roullar
successeur
Ob/ets éléroentaires
Géométrie
Figura 28. Representación de una red vial utilizada por el lnslillll Géograp!lique
Nalional francés para la elaboración de un sistema de información geográfica. Se
intenta representar la red mediante un esquema lógico generativo.
(fuente: Salgc, F., A Geograp/¡ic Dala Model Based 011 HRDS Canee/JlS: l/re IGN of
Carlograpflic Dala Base Model, París, IGN, 1989)
154 El urbanismo de las rl!des
R1HR
"""'-~=----H-----+----
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G. . ,""'~. e
Los puntos y los arcos tienen aLIibutos. Por ejemplo, se podrá distinguir una
jerarquía de los puntos (simplilicando: los puntos-clave y los dcmás). Los arcos (o
los caminos) serán portadores de atributos más o menos precisos y numerosos. Nos
podernos contentar con un aLIibuto booliano que exprese, corno en un grafo
ordinario, la existencia o no de una conexión enLIe dos puntos. Pero nomlalmente se
le aiiadirán atributos característicos de la cinética o de la adaptabilidad de la red.
Según los aLIibutos escogidos, la rcd polar se pucde en cierta manera "declinar" de
diferentes formas, intennedias enLIe la red virtual y la red real. El interés de esta
representación es que conserva un gralismo simple (eompletado por licheros dc
atributos más o menos importantes). Así pues facilita el LIabajo de búsqueda de
variantes en la concepción de redes reales mejor articuladas a las redes virtuales, en
la concepción de redes de primer nivel mejor articuladas a las redes dcl segundo y
tercer nivel, y en la búsqueda de compromisos entre redes técnicas y territorialidades
areolares.
El ejemplo propuesto por N. StaUlOpoulos, que ha comprobado esta
representación a escala real en la región parisiense, es el de una red de autobuses 16 •
16 Stathopoulos N .. Pour une COflCl'ptiofl lelTiIorja/e des résealü: motiNes COllCl'pluelS. aspects
slralégiljUeS el Gil/ils d'aide iJ la d¿ósiofl. Le projet "AWreUl('flt Bus" de la RA TP. tesis docloral
bajo la dirección de n. Roy. Université Paris 1X·Dallphine, 1990.
Métodos y herramientas para un urbanismn de redes 157
Figura 32. Representación mediante llna red polar de una red de transporte eolectivo.
(pueBle: Stathopou1os N., 01'. cit.)
Al igual que para la representacilín, cada operauor ue red técnica dabora sus
propias normas en materia ue servicio. Así la uuración necesaria para obtener una
comunicación tdcllínica o el porcentaje de llamauas que llegan efectivamente a su
uesLinatario, constituyen indicadores que evalúan la efcctiviuad ue la reu tdefónica.
Inuil:auores anillogos miuen los cortes ue la alimentación eléctrica o las bajadas ue
presión ue agua para evaluar otras reues.
Si bien estas meuiuas son inuispensahks para los operaumes, rcsponuen mal o
sólo ue forma inuirecta a la uemanua uel urb:ll1ismo ue las redes. En efecto, en la
perspectiva presentada a lo largo de esta obra. la evaluación tendría que centrarse en
la capacidad de la red. o mejm del conjunto de redes, para construir un nuevo
territorio urbano que se acerque a un ideal de ubicuiuad, Lle instant¡Uleidad y de
inmediatez. Dcbe hacerse hincapié sobre todo en las características topológicas,
cinéticas y adaptativas que van en este sentido, porque la diferenciación de las redes
y aun más de sus resultados técnicos sólo interviene secundari:ullente. En todos los
casos uebe aparecer el carácter equitativo de la constitución uel nuevo tcrritorio y la
rdación con las Llcmás territorialidades.
17 Mil'hon R. el al. "PRAO. Planifil'aliun d~s réseaux assisléc par ordinalcur", conferellcia en la
jornada Représl'fl1u[iofl graphújue des réseaw.:, GDR Réscaux, abril de ltJXt).
Métodos y herram;enlar para un urhanismn di! rt'des 159
existen les l . . . .
7..0 0as tle vi vi cnt!..,
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pruvcdaúas ~~ ...'
runas de aetivit1adcs exislentes .:: .. ;~
yroye.ctadas J~X"~··
NUEV A CENTRA 1.
Nuevas salidas
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Nuevas
,,,hd;¡s
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C: PRAO - Estrategia 11 - Esquema de explotación año 3,
Figura 33, Representación mediante una red polar según el modelo I'RAO,
160 El urbanismo dc las redes
1M En el c¡..\Inpn <.Id I.r;jnsporl~ urhano, se propuso un modelo de cslc tipu: Kucníg G.. 17uJorie
éCOTWl1Iil¡ue de l'acc(Jssibilicé urbain.t!,lnstitut de fC(,;hcn:hc des transports. París. llJ73.
19 Ver por ejemplo Dcryckc P.-H .. Gannon F., "Distam.:c el. cuUl", de lransporl: lJuclqucs réllcxions
sur h.::s polili4UCS de réum:lion de la congcsliun urhainc". Rel'llc c/'écOflOmie n.·gionale el wfJuine,
n° 2, 1990.
20 Curicn N.. GcnsolIcn M .. op. cit.
21 Lachcne R.. "Cuntrihuliun a l'analysc de I'espare économi4ue", Revue MEFRA,n° 6,1965.
22 El "momento" en un punto de una red es par'-l R. Lachcne un ínoiL"e de notblidad que combina las
distancia..'i de este punto con los diferentes nuJos de la red. El autor deline igualmente un centro
de la red. cOITespondicnlc al "momento" máximo. Este ínl!il.'c le permite medir las
mlX1ificaciones aportadas por la red en un espaciu "natural""
23 Afurtunadamente localizados por Philippc Pinchernel junto a lus de P. DuwTi~n:s publicadus en
1950 en lus AflflalcS des Porlls el Chaussées. trahajos tlue proponían un método para la
determinación óplima dc Ulla red de vías de cumunicadón (l:i.l11·etera y fenol:<.lnil). Nu se tralaba
de urhanismo sino de valorar culturaJmcnte un "país nuevo" (Africa Negra). el'. DowTicres M.,
"Essai d\Stude économi4ue des vuics de conununication en pays neu 1"" , Arlllales des POfl!S el
C}wuHées. n° 1, 2.3,4.1950.
Métodos y herramienta.'i para un urbanismo de redes 161
11
162 El urbanismo de fcL') redes
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J."di
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"¡orlar..
o Nudos
Nudos de área urbana lIlil~lllasa
periféncos
- Arcos insertados en el proyecto Pa.~.wl/t/'
--. Arcos no involucrados en el proyecto PUDan/e
- Arcos inchudos en la red considerada
Figura 34. Efectos del proyecto Passante sobre la nodalidad de la rcd ferroviaria de
Milán.
(Fuente: Moretli A., "Un nouveau réseau de transpon fondé sur le métro: elTets
généraux sur le développcment urbain et ellets locaux sur l'occupation du sol", Flux,
n". 2, otoño de 1990)
Métodos y herramientas para un ur1Jafli.ffllo de n-des 163
A- Distancia al nuLlo más alcjaLlo. 13- ÁccesihiliLlaú lIlcúia al reSlO Lle la reLl.
c- Proyeelos Lle infraestructura vial en D- Evaluación Lle la mejora Lle la reLl vial
Cataluña. proúuciúa por los Lliferenles proyectos:
impactos úe los proyectos.
Figura 35. Evaluación úe los resullaLlos Lle la reLl viat en Cataluña.
(Fuente: Ilerce Vallejo. M., art. cit.)
164 J~'t urbanismo de las redes
; ~¡¡ el campo de las earreleras, Manuel Heree Vallejo presenta un caso aplieado a
CalallJüa" (lig. 35). A diferencia del easo precedente, e! m~todo utilizado no se
CUlllell!a sólo en abordar la dimensión tupológica de la red, sino que se interesa por
su dn~tic¡¡.
A parl.ir de un esquema simplilicado de la red de earreteras (de! tipo red polar),
se dell.:rmina en primer lugar un centro geográJico de! espacio irrigado por la red. Se
!rata ud PWllO que se encuentra a la distancia mínima, vía la red, de! punto más
alejado de lUda la n:d. Alrededor de este punto central (que es próximo al centro
geográJico de Cataluüa, según la delinición e!ásiea) se establecen curvas de
isodistancia (vía la red vial) al nudo más alejado de la red. Se obtiene así el mapa A
de la ligura 35.
l'ero e! criterio de la distancia no es suliciente para evaluar la red según el
objetivo úe! estudio. Se tr,!ta en efecto de eomparar tres proyectos lle infraestructura
vial que prelenden una reorganización temtorial de Cataluiía. El criterio de la
accesibilidad aporrada por estas mejoras de la red a los agentes económicos y a los
usuarios es entonces esencial.
Por esltl se establecen a continuación curvas de isoaccesihilidad, para lo que se
ha estimado el tiempo medio necesario a partir de cada punlo para acceder a los
denÜ'; PUllWS vía la red vial por el camino más cono. En estas condiciones, la
velocidaJ posihle en cada tramo se convicrte en fundamental. Esta depende
cvid<:nte¡ll<:nte d<: las cara<:lerísticas d<: la vía (anchura, p<:ndiente, discfio dd trazado,
il1ler:;ecciolles, puntos dc congestión, etc.). Así cs como se trata rcalmente la cin~tica
lk la red. quc se muestra cn el mapa 13 de la ¡¡gura 35.
¡.a comparación de ambos mapas muestra cn panicular cómo las realizaciones
viafcs en Cataluüa han desplazado, desde el punto de vista de la accesibilidad, el
eemm de gravcdad hacia la costa, en detrimento de ciudades pequeiías o medias en
proceso de marginación (sohre todo en las zonas montaiiosas del none y del
sudocste).
l.os pmyeelU3 de infraestructuras dehen evaluarse con relación a <:sta situación,
y a las mejoras que las transformaciones de la red son susceptihles de aponarle. Se
tralaha de tres proye<:tos, bastante amhiciosos, que se ilustran en el mapa C de la
ligura 35. Tienen en común que pretenden reducir los efeclus de! relicve sohre las
wlIlunicaciolles, pero ta1ilhi~n que permiten velocidades y regularidades de trayeeto
considerablemente mejores. Para cada uno de lus proyectns se calculó e! impacto
sohre la accesibilidad en cada punto dcllCrritorio (de hecho en cada nudo de la red).
l.a lllt:dia sobre e! conjunto hace aparecer las mejoras que liguran en la tahla 1:
Estos resullados puel1en precisarse con una cartogral'ía que hace aparecer las
áreas de impacto de los proyectos y visualiza las posibilidades que ufrecería por
ejemplo la t:oIllbinacil>l1 de proyectos de dos en dos. En el mapa D de la ligura 35,
en lugar Je rt:pre3emar e! conjunto de curvas de isoaceesibilidad (análogas a las del
'2X I h.'n:c Valk:jo M., "La utilización de indicadures topológicos en el uni.Ílisis de redes <.C
cllmunical·Hm~s. Ensayo subre la nx.I de caneleras de Calaluiia", DOCLUIfCnIS d'AllilJisi
(;l'llgrajica. Univcrsital Autünoma de Dan.:clona. Dcllalcna. 1983.
MélOdos y herramientas para un urbanislIlo de redes iG:;
mapa 13) tal como quedarían modilicadas por cada proyecto o combinaciún tle
proyectos, que habria hecho ilegible el mapa, súlo se han representado las áreas que
obtienen, gracias a los proyectos, una variación positiva de la accesihilidad relativa.
Mejora media de la accesihilidad
Proyecto I 0.88%
Proyecto JI 2,04%
Proyecto II! 1,71%
Tabla 1
La combinación de las dimensiones topológicas y cinéticas de la red en la
ordenación dclterTItorio es una aportación signilicativa En un trabajo realizado por
la RATI' en el sector sudeste de la periferia próxima de la conurbación de París, N.
Stalhopoulos compara diversas variantes de red de transporte colectivo en has~ a
indicadores que tienen en cuenta la topología de la red, su cinética y las posibilidades
adaptativas ofrecidas por algunas conJlguraciones de las líneas. Por lo que respecta a
la topología, se utilizan los indicadores clásicos de conectividad. 1-<1 cinética se
obtiene simplemente mediante un indicador del número de correspondencias
necesarias para efectuar caminos determinados en la rcd. En efecto, las encuestas
hechas a los usuarios mostraron que toda correspondencia entre dos línea~ de
autobús era un inconvenienle 29 . La duración equivalente de una correspondencia, tal
como se percibe psicológicamente, siempre es mayor que el tiempo perdido por I~L~
irregularidades de velocidad. El númcro dc correspondencias necesarias en los
trayectos en autobús es pues, en este caso, una buena medida tk la
heterogeneidad/homogeneidad de la red. Por lo que respecta a la adaptahilidad surge
una dificultad. Unos nudos de correspondencia, unidos a los demás punlos de la red
por numerosas conexiones, facilitan al usuario la adaptación de la red a
configuraciones de trayectos múltiples. a imagen de la práctica de los habituales del
metro parisiense. La eonsideracilín de la existencia de estos nudos es pues
importante para evaluar positivamente la adaptabilidad de la red. Pcro al mislllo
ticmpo, los nudos exigen correspnndencia~ y, por lo tanto, desde el punto dc vista
de la cinética de la red serán evaluados negativamente. Ya que la evaluacillll de la r.:d
entra en un proceso de concepción (presentado más adelanle) con la inlCllciún de
resolver el problema colocando sensatarnCllle unos puntos-clave que facilitell las
eorrespondencia~ (ver capítulo 8), N. Stat]¡opoulos no busca cn esta etapa arbitrar
entre la~ dos dimensiones de la red. Presenta para cada variante resultados utilizahles
en ambas perspectivas: comparación de varianles y concepción de la rcd reallinal.
LYlJH JOIHGAAE
~
T t1AURCHAt1PI
A
".IUAV
Correspondance :
Liaisons directes Isa
Liaisons avec une correspondance 242
Liaisons avec plus d'une correspondance 35
Nodal He :
Nb groupes Plus pet it Plus grand
HA 9 1 12
HL 7 1 8
L.ARA PAD J.7 2 22
PAC 7 H 29
P8<Pts) 19 o S6
PB<Cses) 16 o 3S
NA = Número de arcos
NL = Número de líneas (asociaciún de arcos recorridos por un mismo autobús)
PAD = Número de polos accesibles directamente
PAC = Número de polos accesibles con un transbordo
PB (Ptes) = Número de autobuses por hora en las horas punta
PB (Cses) = Número de autobuses por hora en las horas valle
----T-~ ----l--~-
I (b)
(a) I
I
o
__ _
pumo de r~\'cnl~l
red de: dbtnbuciOIl
(a) I V13J': por fallllha
\ , T
\
\
,
\
,
..........
I .".
- -~- - --:'ilIi17----'
\
-- - -'- ---
33 La cuestión <k la concepci6n de los puntos de anclaje de las redes en el espacio: terminales,
Cabc7...as de redes. ctc., es importan le. Esta cOllcepl.:iün cs propia. en principio, mi'i de la
arquiLcctura que del urbanismo. Pcro estos equipamientos tamhién son en el paisaje urhano los
signos sensihles de la red. Esle tema se ahordará más atlcl:mle a propósito de la semiología de las
redes.
34 FréroL A., LatcITasse J.. Rowe r.. 1'éltJtransmisJiofl el gestion de l'espace wbai,,: lfudr
opérateurs pour quels rrseaux?, IOcllles jow·nées inlcrnationalcs de l'IDATE. Acles.
MonLpellier, l10viernhrc dc 19HM. Se pueden enconLrar ejemplos parecidos en otros países. el'. en
particular Schüllc G., AU.fwirkuflgen des lechnoloNisc.:hl'n llIuf sozioc/eJ1lographiscJu'll lJ'llfldds
aufdie Stadtcntwickiung, BunJesrep"btik DelllschlanJ. NalillIlaien Berichl Zllm OECD-l'rojckl.
DundcsforschungsanslalL mr Lalldeskundc uno R;,¡uJn;Jrdnullg. 30111l. agosto de 1989.
t70 l~'l urbanismo de las redes
esperados en todo el espacio urbano. Hay, más allá de este objetivo, una demanda
social animada por el ideal ubicuitario, instantáneo e inmediato ya sdialado. Los
servicios en cues!illl1 son:
• caldai;ción;
• agua;
• saneamiento;
• circulación;
• ascensores;
• relaciones intranlUnicipalcs (las oficinas municipales estún repartidas en diferentes
edilicios);
• hospitales (relaciones entre diversos eSlablecimiel1los hospitalarios de la misma
ciudad);
• información (mobiliario de información).
Anteriormente al proyecto de rcd telemática Ulllca, cada serVtCIO había
constituido su propio sistema de infornlación al utilizar, cuando era necesario, el
operador de telecomunicaciones (titular del monopolio de telecomunicaciones fuera
del dominio privado). ¿Cómo iniciar el proceso de com:epción de la red telemática?
En principio se tuvo que proceder a un replanteamiento de todas las necesidades de
transmisión que emanaban de los diferemes servicios. Para hacerlo, fue necesaria
una encucsta que hizo vcr, por ejemplo, que el ayuntamiento era responsable de
1.200 plantas caldactoras dispcrsas por el territorio municipal. El telemando de
estas plantas exige cada día la transmisión hacia una olicina cemral de un volumen
de información de 100 octetos para caJa comunicación. El control de la circulaeión
necesita 2.000 puntos de captación en la red vial y 90 cámaras de televisión en los
puntos neurálgicos. Cada punto de captación debe comunicar a una olieina central
30 octetos cada segundo, núentras las eámaras transmiten las imágenes
continuamente. Se podría continuar este análisis para los otros servicios. El conjunto
de estos datos muestra una dispersión muy grande de los puntos terminales (esto es
debido a la variedad de los servicios implicados) pero tambi~n una dispersión de los
centros receptores de las infonnaciones (centros de gestión de los diferentes
servicios). Además existe tambi~n una gran variedad de los volúmenes de
transmisión necesarios (desde la orden simple de extinción de una planta ealcfactora
hasta la transmisión de imágenes animadas continuas para la drculacillIl).
Los que concibieron la red telemátiea procedieron en primer lugar a reagrupar en
cuatro tipos las necesidades de transmisión y a una vemilación de las estaciones
terminales según estos tipos:
Estaciones lenninales ['ll1r tino de lransmisiún Número
Puntos de televigilancia 2.400
Pumos de teleges!ión 2.400
Telcinfonllática 230
Tele videocomuní caciún 170
Tabla 2. Número de estaciones lefllunales por l1pOS de transmlslún para la explotación
de las reJes técnicas urbanas.
Métodos)' herramientaf para un urbanismo de redes 171
Aparato ,
Red públi"" (ASTARTE)
tclcfónioo
Usuario,
, UsuaIiu
~ ---.....-<-1---'1---">-----0-- 1\
I
Aoopl..wr
(TRANSPAC)
JJüül
tu
supraftSnico
I
Estación . Estación
tcnninaJ central
Figura 38. Ejemplo de arquitectura de red telemática que utiliza la red ASTAR·Il:.
!1m r;q .n sm
m:m:mm:;1J[ll%ZBlJ'm ¡ ¡
<o .. 1 <o .. I
12.:50
8 g o
o g
10.00 • • • •
7.'"
¡;;Op¡¡;; 6
36 Fishman R", "'1'111": Post· W ar American Suburb: a Ncw Fonn. a Ncw Cily". art. cit.
37 Mcadc M.o I3oudoll P., Cunan M., Alain Sm/ati. París, EJitions du Monilcur. 1990.
38 Pinchcmcl P. el G., op. dI. Ver igualmente Rimhcrt S.. (;L'fWJC {/'Ull pay.wge suburbllin: la
ballljefle risith:mjdle c/u JlllJ eJe StraslJourg. Association dcs publkalinlls pr~s ks Universilé:i d:
Slrasbourg. n. el.
J9 Chnay 1:., "Ven; un nouveau stalut des signes de la ville". Rcvuc de l'Acad15mic des scicoccs
morales ct puliliqucs. 19~8.
Métodos y herramientas para un urbaniSflw de redes 175
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.~~ ........ :_.5)+l~1J'ITCEAuD'f.Pl~_E, l'EAU NOUSTRJElLE ET ~~~Ill"4!
f'"~ ~ TRQl.:) FORTE.S Q'UNUKlQUES Rfa::».'~E 1!J,1X~
-_-~ 'EN' REUEF ORNANT CHACUNE D'EuES. LA QU'iTJtlEM(lIllIH
- R)RTE DONNE. SlR LE f:AS5lN DE. l'ARSENAL CEST LA
- - PORTE DU RETOUR. AU R...fUVE". ET EN EFftT.C'EST .eteN
-:.A1N.S1 QUE LES CIDSE:S SE ~NT DANS LA RrAUTI: JII
~PARlSt-OO TOuTE.S LE5 EAUX,APRE5- TRAJTEMENT RETCoRNt
. .A LA 5dNE.
-- !'1M5 i-E MONUMENT FIGmE. ESS€NTIEll..EMENT -
LE PWS t:.THéRE DU OCLE Cf t:EAO TERRESTRE CBlJI DE L'~TI
COI A ~E(HEUE GEQGRAPH1Ql,E SE fWT A AIoRr(R t>fS Ftt.~· ~II'JI~
CES l..N:S Ert:lf;S MERS ETQJI R.EAUSt k:1 ARnfk:IEll.EHE.N11~rT tJNE
-C0N:3V\NTE EM.A.NA.T\C'toI DE \lA.PfUR AU MlIJfU D€S AAMfs U L:E..5
PlA'lfAlIONS llU SQU"IOL .
. EN saJ5-5QL LA ROTDNt::f. E:5T Rf.J.Jff NJX.5AU.fS [ES
MACI-l.INh.S ET A tENSEM&..E. CES 1N5r,..U-"ijON5 ·SOl.JTfRRJ,IN'E5 INTERf.5SN'.IT
LESERYlCE DES EGcots SlTUE A PROXltálTt.
Figura 40. Proyecto de monumento que simboliza el ciclo del agua en la ciudad.
(Fuente: Auben, J., "Le Square des égouliers", L'ivre de Pierres, op. cit.)
1915, verdadero palacio del agua, expresa lodavía hoya la ve/. la polencia de la red
y de la ci udad.
¿Se dene pues poner al día un nuevo monumelllalismo ue: las re:des?
Imaginación no falta, como atestiguan los dibujos de: J. Aube:n para 1II0numelllOS al
agua y a las alcantarillas 41 (lig. 40). ¿Esto signiJica, COlllO de:ja eIJlende:r C.
Devillers, eonJiar a cada re:d técnica (o de otro tipo) la carga de su
monumentalidad'!42 (1ig 41).
i\.I contrario, ¿hay que considerar, como sugiere F. Chuay, que tantu para las
redes como para las comunidade:s urbanas en ge:ne:ral, los signus construidos que
aseguranan el arraigo local están de:saparecie:ndo y pierdc:n su función, exce:pto los
monumentos históricos y algunas señales arquitee:turales?43 Algunos indicios
actuale:s apuman en este sentido. El proyectu LASER de red de autupistas urbanas
subterráneas de París se ha acompa.iiadu de numerosos esludios funcionales. Pero
no se ha propuesto ningún proyecto monumental para las eIJlradas y salidas de los
túneles a la superficie.
¿Se trata de aplicar los principios de un Le Corbusicr, reduciendu la red a su
función cire:ulatoria'! "Una ciudad es cfectivamellle: una biología. Se dice justamente
de un hombre que e:s Wlluho dige:stivu: entrada, salida. A la e:lllrada o a la salida dd
tubo, no hay ni iglesia ni palacio. ¡Paso libre:! Condición fundamental de una ciudad:
ser atravesada, irrigada, alimcntada, de pUllla a punta: ¡Iibn:! No añadamos
acome:cimÍe:lllus de naturaleza plástica a e:sta necesidad de: orden biohígico". Quizá la
metr6polis de las re:des no depende sólo de "un método abstracto, que subn:pase d
mundo de la experiencia sensible, de lo visible, de: lu táctil, de: lo audiblc, de: lo
objetivu, en resumen, de: lo que constituye el conjunto de: los datos fundame:ntales de
la estética c1ásica"44. Salvo que los signos de las re:des ya sólo se puedan leer en
otras escalas del espacio (y quizá también del tíc:mpo). Es lo que parece
sobreentende:r Fishman cU¡Uldo aboga por la búsqueda de un nuevo paisaje: urbano.
Es también la vía e:n la que: se inici¡Ul proyectos que pre:te:nden la mejor percepción de
la presencia de ciudade:s en la red de aUlopistas45 . Para b nueva ciudad de Melun-
Sénart (cerca de París), a la que se: decidi6 que le convenía (¿todavía'!) un cemro, d
41 Auhcrl J" "Le S4uarc ues ¿goulic.rs", L'jl,Te de pit!rres. nU 2, París. I\crolandc, 197&.
-12 "C;'HJa ohjeto. c:Jd;.¡ roo de ohjdos ticn~ tendencia a identificarse ",'un UIl munumentu: es esta la
fuente de 1;.. mOllumcnlaliu:H.l. Yo defino un Il1UIlUllll:lllU urbano comu un ohjeto en una red.
Huy. todos los supecmcn.:aJos sun monumcntos. L.1s gr.. uIJcs redes infracstructw'ales sc han
cunvcnid0 en nueslros grandes munUll1entos. comu poc ejcmplu las aUlllpislas urbanas. Cada nx.l
se puede pensar en su gluhalidad. cs la oc1illít.:ión JI.: una red, Ulla furma estralégica". Dcvillcrs
e., art. cito
43 Choay F.. "Vcrs un nouyeau slalul dcs signcs dans la yillc". art. t'iL
44 Tcyssot G .. arl. cil.
45 Sompairac A .. "Lcs Nouvcllcs aircs", in "Aménagcmcllt: COllst.rUU·C pour lc l.ransporl", Cl1hicrs
c/u Celo It 6. 1989. Pero ulla Jlll)(1Wnenlalidad vcnucular ha pn.:cedido a estas búStlucdas
organizadas. eL Wcihsm:.lnll 1I.. Sc.;hmidt-Drüll1ll1cI 1I .. MO/uter Am Hig/m'l1Y, Die Arclzitektur
der "/.eiC/li'Il. Firckc Vcrlag, Frankfun am Main. 1%3. Langdlln 1'.. Orallge Raofs, Clodell
Arclll's: TII(' ArchiteclUre ofAlIwrice.,m Clwi" ResIaurl1lll.\". Ncw Yurk. A.A. KnoIX. IlJXó; Luye
J., Svus les arches de A-tacDUllald's. París. Editions Michel LafuIl. 1t)~~.
Métodos y herrwllientas para UfJ urbanismo de redes 177
análisis dc los proycctos también hacc aparccer esta tendencia. Al lado de proyectos
voluntariarnentc retrógrados a base de puertas, bastidas, plazas o avcnidas
circulares, diversa~ propuesta~, entre cllas las dc los dos equipos ganadores dd
concurso, buscan expresar, mediante el juego de los llenos y de los vacíos, de lo
construido y de los espacios libres, a una escala inusitada, una especie dc nodalidad,
de condensación de las redes que configurarán la nueva ciudad46 .
Sin embargo, Michel de Certeau intenta llevar a los urbanistas dc las rcdes hacia
otra pista. Al constatar, como otros, la desagregación o la pérdida de sentido dc los
antiguos signos de lo urbano, ve d indicio de una adaptación modernizadora de la
sociedad, de acuerdo con la conquista de nuevas libertades. El patrimonio urbano
tendría que dejar dc considcrarsc como estático. Pensada sobre un modelo
generativo, la crcación dc signos correspondería, a partir dc ahora, a los "anistas
cotidianos de las maneras de habitar"47. Si se extrapola un poco, se imagina que
podía corresponder a los ciudadanos ordinarios, a los operadores del tercer nivel, la
definición de estos nuevos signos de las redes que aquellos combinan para generar
la ciudad contemporánea, su ciudad. Quizá se trata de otra utopía, pero contiene una
clara indicación para d urbanista profesional. Primeramcnte, como geslo
semiológico, hay que reconocer las redes en su historia, tal como se ha dicho al
inicio de este capítulo. Hay que comprender la red virtual sin llegar a la red técnica,
considerando las voluntades de transacción que mediatiza, pero lambién, como
justamente menciona G. Dubois-Taine, los "circuitos reales" y la función de los
operadores en estos circuitos4x . Un trabajo debido a dos arquiteclOs ilustra bien este
propósit049 . Se tralaba de reconsiderar el acceso a la vivienda como leoninal de la
red vial para el habitante motorizado. Ellin de la gran mayoría de los ciudadanos es
efcctivanlente llegar, aunque sea ocasionalmente, a su vivienda desde la red vial
utilizada para circular en automóvil. La secuencia que lleva de la carrelera al
estacionamiento, del estacionamienLo al a~censor, del ascensor al rcllano es muy a
menudo particularmente pesada porque nada no signilica e1aranlente en qué tcrritorio
uno se encuentra, a qué transición atenerse. Después de analizar d problema y sus
causas (en particular el hecho de que la~ entradas de los edilicios se conciben para
peatones y no para "habitantes motorizados"), los autores de! estudio proponen un
método para la marcación de la~ secuencias que unen la "leoninal-vivicnda" a la red
vial. Los resultados ciertanlC1lte son limitados, pero e! ejemplo vale por la
perspectiva adoptada. Aceptar la consideración de la vivienda como un punto de una
46 Sompairac 1\.., Uue LoXilJllR des forres? Notes sur le cun<:ours intcrnalional d'an.:hitcl'turc el
d'urbanismc de Mclun-Sénarl. 1987: "Urbanismc: la vil1c entre imagc eL pwjet", Cahil'rs da
CCI, n° 5, 19X8.
47 Ccrlcau (de) M .. op. cil.
48 Dubois.Tainc G .. Rencotllres Voie ef villt! y Les Boulevards urbaills: li.fl exemple d'urbllllüme
"umagé. INRETS, 1989. Las ideas de G. Duhuis-Tainc se pueden relacionar útilmcnte COIl
trabajos un poco más antiguos de Vcnturi. CL Venluri R.. llmwn D.S., Izenuur S ..
L'Enseignement de l.as Vegas. I3ruxcllcs. Mardaga. 1977.
49 Bres A., Mariollc B .. CHabiranf motorisé. Plan Conslrul:tion eL J\n.:hilcl:lure, colc(,xiún
Rcchcrches. !tJX9.
12
178 E/urblllli.wlO c/e las redes
red abre nuevas vías en materia de semiología. El urbanismo tendrá que auoptar este
tipo ue método, y extenuerlo a las uemás reues.
Cuanuo se han identificado estas redes que eonfonnan la ciudad, es menor el
riesgo de equivocarse de signos. Los signos son los del pouer, de los poderes:
poderes de los agentes territoriales en busca de transacciones vía la red,
mieropoderes de los ciudadanos, macropoderes de los operauores de redes. De la
misma manera que las parrillas expresaban la ciudad de Haussmann, los cruces con
rotondas, las antenas parabólicas, los periódicos electrónicos, las farolas, así como
una ventana iluminada, un césped verde porque está bien regauo, pueuen significar
la ciuuad de las reues. Pero en esta materia, el urbanismo debe aprenuer a mandar, y
no a dejarse llevar. Hoy, en Francia y por doquier, los ayuntamientos todavía
encargan "ciudad" en Wl sentido que no tiene demasiado que ver con la ciudad de las
reues. Se trata "de evocar sin ambigücl!ad las formas más comúnmente admitidas
como di~tintivas del tejido urbano, formas que generan efeclO de CiUlÚU!,50,
mediante edilicios, plazoletas, línútes y zonas. El urbanismo de las redes también
debe ser capaz (y mucho más legítiman1ente), a falta de disponer de los métouos y
tée¡úcas que le pemútirían actuar directamente, ue encargar a artistas la prouucción
de los signos de la nueva urbanidad. Los erilerios para orientar los proyectos y
juzgar su pertinencia existen, y se han precisado a lo largo de este libro. Los
ejemplos disponibles permiten redactar los pliegos de condiciones sin impeuir que la
expresión anística se manilieste, tllillo si se trata ue uecoradores. arquitectos,
paisajistas o publicitarios.
Aquí no se tiene evidcntemente la pretensiún de limitar a algunas recelas la
búsqueda de una semiología para el urba.nismo de las redes. El uebate, como se ha
visto, está abierto. Y no se cerrará por el hecho ue proponer uos pistas ue
investigación.
En principio. hacer legible para touos el significauo ue las reues es cieI1~Ullente
inscribir, materializar, manifestar lo que, a largo plazo, soliuariza a los "socios" de
estas reues. En este sentiuo, el tratlli1úento plástico de la reu vial es ejemplar.
"CUllilUO en una ciuuad se sustituye W1a calzada auoquinaua o un cllilúno de lierra
por una carretera pavimentada, no súlo se cambia un color, se trastorna la dinámica
de la visión y la conciencia de la ciudad... La cinta perfcetllinente lisa e impernleable
del asfalto hace resbalar el ojo, patinar la mirada, y la proyecta hacia la leja.nía, hacia
el horizontc"SI. Pero la red vial, además de su función de circulación, esconde
numcrosas otras redes técnicas, que sirven a todos los ciudadllilOs, ricos o pobres, a
todos los pWllOS ue actividad. al centro y a las periferias, hasta las
periurba.nizaciones más lejanas. Se ha ridiculizado "el urlxulismo del boruillo de
50 Evcno C.. "La Stratégic du visible: imprcssions de voyagc a Montpcllicr. urbanismc: la ville
cntre Ímagc el projct". Ca/ziers du cel. n° 5,1988, El autor evoca en parlil-ular las ohras de R.
Buril!.
51 Tournicr M., Des Clef'i t'l des seITures. Editions du Chcnc, 1989.
Métodos y herramientas para un urhaflis"w de redes 179
figura 41. Confiar a cada red la carga de su monumentalidad, ¿es encontrar el senlido
de las redes'! ¿Este transformador eléctrico de la I1aie l3ergerie, transformado en
monumento a la energía" significa la conexión urbana, realidad de la ciudad moderna'!
(Folo: G. Dupuy.)
acera". Quizá se debe, a nivel simhÍllico, replantear este juicio un poco precipitado y
tratar la red vial desde esta pcrspccliva 52 .
El sentido de las redes tamhién es la posibilidad de la conexión, de la
interrelación a corto plazo, ineluso al instante. Los puntos de conexiÍln tendrían que
estar pues particularmente cargados de senüdo 53 . Este es el caso de las estaciones y,
más generalmente, de las grandes tenninales de las redes de transporte interurbano.
Pero los puntos de interconexión de la red eléctrica, las centrales telefónicas, las
cabezas de redes cableadas, habitualmente están escondidos. ¿Sería suliciente
enseñarlos, decorarlos, monumentalizarlos? Probablemente no 54 . La "conectividad"
52 ¡Esto no significa que sea necesario ir hacia un ··w·hallismu de las harreras de seguridad"!
53 Es lo que demuestra el artículo dc Qfrner J.-M., "Le Tramway Saint-Dcnis-Ilohigny. enl.re
réseaux et territoires", RTS, n° 29, marzo 1991. La misma línea de tranvía con sus paradas, sus
terminales y sus corres¡xmdencias sc puede "Icer" y comprender en difefCntes sentidos según el
territorio con que se la quiera relacionar. Según lus casos. los puntos de conexión se tratarán (k!
manera diferente.
54 CL para el caso de los nudos de aUlopistas el análisis matizado de Dcsportes M .. "!Iisloire de-;
na:uds autoroutjcrs". Jornada Qlld pass,} pOllr Les réscwU"? GDR Réscaux. París. enero IlJ<J1.
I~O El ur!JunislJIo de las redes
sin duLla se debe dar a conoeer de otra manera, verosímilmente por la in [unnación,
sobre todo visual. La señaléLiea, el anuncio o el cartel evocan sin duda más las
posibilidades de concxión (Iue el soporte físico quc cjerce la función concctiva a la
red. Seguranlcnte, la panUJIla electrónica interacLiva expresa mejor, en Liempo real, el
senLido moderno de la reJ. ¿Se Liene que relcer con este espíritu la aparente anarquía,
la sobreabundancia, la acumulación de información, de señalización, de anuncios
oliciales o comerciales que quizá se har¡ condenado dema~iado de prisa o solanlente
tolerado como un mal necesario? (lig. 42).
iBordillos de acera y anuncios publicilaIios I ¿Son estos los signos sensibles de
la p/l/stic lurlll 01 genuine tlelllocracy, los nuevos monumentos de la conexión
urbana, las marcas signilicaI1tes del nuevo urbaIlÍsmo? Aquí no hay ni búsqueda de
paradoja ni volul1lad de escarnio. Simplemente, el sentiJo no se decreta. Todas las
vías están abienas para buscar la expresión de una sl:miótica de las redes, para
presentar los signos inteligibles de la conexión urbar¡a.
8. Urbanismo de redes: estudios de
casos
Vcrlaquc e., "Les Espaccs du millilcl'·. in Dakis B .. InJo"'llafinn el organisa/jon spariale. Cacn,
Paradigmc. 1988.
2 Por aLTo lado, la política activa de conexión telefónica llevada a caho en los úlLimos 15 aous en
Francia también se podría analizar tlcsdc este punto de vista. Las encuestas hCl.:has subre las
relaciones entre transporte y telecomunicaciones hacen suponer efectos de esle tipo. eL Claisse
G .. Rowc F., "Le Téléphonc en queslion: 4ucslions sur la cOJ11l11unication", Coloquio
Communicarion and Data C011lmuniCalion. París. mayo 1987.
3 Dubois-Tainc G .. Rencontres \'oie el ville. marzo 19X9. arto dL y [.es Bouh'\"ard<¡ ur1Jai'I!i: un
exelllple d·urbanislIle lIlanag¿. INRETS. 1989. doc. cil.
182 1:..'1 urbanislllo tic las redes
C-dre da. V
OTAN O
.6TAN-TrAnslolrt 44 OVo.
OTAN. .5NCF
OAlJTRE~ ~O oln So fl.u/lllrlJ.
locales ven con satisfacción. El Estado, operador encargado de la red vial nacional,
debe intervenir para arreglar los .accesos cuando las diversas implantaciones lo
permiten. Además, en estos ejes se encuentran a menudo problemas agudos de
seguridad vial 5.
A lo largo c;: estas vías se concretan los efectos de lógicas muy fuertes de
circuitos económicos. Las redes de producción (alta tecnología, centros
logísticos...), en el sentido de Fishman, intentan implantar nudos cerea de las
intersecciones entre carreteras nacionales y autopistas. Las redes de eonsumo actúan
de la misma manera en relación a los hipermercados o los grandes hoteles, o se
conforman en situarse a lo largo de las carreteras nacionales, en la periferia urbana,
por lo que respecta a otros comercios, garajes y servicios diversos.
Genevieve Dubois-Taine organiza su metodo de urbanismo alrededor de estos
operadores del segundo nivel. La intervención consiste en artieular este nivel con los
dos otros estratos de operadores de redes. En el primer nivel se encuentra sobre todo
el Estado, operador de la red nacional de carreteras, pero a menudo también los
entes locales que operan en la red secundaria6 . AdeIlli~, pueden encontrarse
implicadas otras redes técnicas: saneanüento (drenaje de los aparcanlientos, de los
terrenos urbanizables), electricidad y alumbrado público. A propósito de una
intervención análoga en la Nacional 7 entre Orly y Evry, otro urbanista, A. Sarfati.
llega a movilizar incluso redes de radio local 7 •
En el tercer nivel se eneuentran en particular los ciudadanos/clientes/usuarios
que, por referencia a las lógicas de la red de eonsumo, repcsentan la "demanda". el
"mereado". De hecho, como se ha visto, estos aelores son microopcradores de sus
propias redes. Por sus comportamientos de cireulación, de consumo, muy
dependientes del automóvil y de la infoffi1ación (publicidad), en una ciudad a partir
de al10ra abierta, en un "mundo libcral, difuso, ligado al automóvil"R, inscriben en el
espacio y cn el tiempo las redes características de nuevos modos de vida urbanos.
En este nivel cxiste, en relación con los otros dos niveles, la demanda de más
facilidad para el operador: legibilidad, información, seguridad, fiabilidad ... Sarfali
emile por ejemplo la idea de que el automovilista consumidor debe poder detenerse y
e
u
L
T
U
R
A
HERRAMIENTAS METODOLOGfA
· ca rT'pl"00ar bs dinarTllSmos
H
- tráficos económicos y poIllicos
E
R
R · deliniruna trarm. vial
A jerarquizada.
M
I
- definir la lunción de la vla
E
- urbanismo
N
T · definir las secuencias y sus
A vocaciones
- semiología
S
y -1 radueir e Iproyect o en
- economía
objetos: definirlas formas,los
M objelos y los maleriales
E
T
O
· no hacer un Pfoy ecto para
D loda la vla: eslableceruna
O TOMAR EN carta de las vocaciones de los
L esp acios (sec uen cias y
CUENTA EL cruces)
O TIEMPO
G -el reglamenlodelPOS y las
f parcelaciones perrrien
A construir poco a poco estas
vlas en ellerrpo
rcfof/.ar el senlido, o bien dislinguir las seeuencias (y los cruces) entre ellas"IO. Pero
más allá del sentidu del objeto "bulevar", hay que revelar sen tillos más nuevos del
bulevar en las reLles, las "nuevas urbanidades" que eontienen las vías por urbanizar.
Sólo una inversión "eultural" seria pcmlite tratar esta difícil cuestión que tiene que
ver con el sentido Lle las redes opuesto al contrasentido del mallado (y al no sentido
de las luberías) 11.
La metodología propuesta precisa justamente las relaciones entre el urbanismo
reticular y los proccdimentos clásicos (zonilicación, plan de ocupación del suelo,
etc.)12. Hay que comprender que en la intervención "Vía y ciudad", el mallado ya no
es lo primordial. Los proccdimentos del POS, o de parcelación por ejemplo, están
subordinados a los imperativos de ordenación de red. CUillldo están implicados
di versos mWlÍcipios, que es lo más general, la operación da lugar al eSlablccinliento
de una propuesta internlunicipal que precise las intervenciones que deben realizarse
en los diferentes espacios y los "vocabularios" que pernlitilll la gestión de estos
espacios en el tiempo sin desnaturalizar su sentido. Los POS o zonilieaciones sólo
intervienen como pliegos de prescripciones, como medio para llevar a cabo el
proyecto de bulevar urbilllo.
Ya existen algunas realizaciones, al menos parciales, de "Vía y ciudad", y
atestiguan, por su éxito, la pertinencia de los principios adoptados, así como el rigor
de la metodología seguida1J.
16 Amar G.. "Pour une nuuvcllc conccplion des réscaux OUIlS la villc". a11. cil.
17 ¡bid.
188 E/urbanismo de las redes
18 En el futuro, esle u·abajo p<Kltia sistemalizarse con el apoyo del modelo EVARIST, modelo
desagregado de simulaóón de lus desplazamientos. en L'w'su de realización en b RATP.
Urbanisl/w de redes: estudios de casos 189
,,/ /
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ti
T-LAYABOS
1- TELÉroNo
f- F1JENTE
bl- BUZÓN
p- PAPELERA
I'ig. 45 A
1'J0 }:'/ urbulli,wlO tk las n'des
,
<,•.~f..
!l
Figura 45. A, 13. Méwdo Red Suhurbaua "Aulremenl !lus". Anteproyecto y
realización de "pumos clave". El "pumo clave" no es solamenlC la conexión lIe
lIiversas líneas de aUlohús, sino también la posible conexiúnlle los viajeros con
lIiferentes relles: información, agua, ele.
(FOlO: RATP)
A:;;:; cspal..:iu local internu Esp~il1 intr.:mu :;;:; csp3Ciu ¡>mpiu d.:1 puntu te nxi
tffij
e
A
.,
n
D
II = ospClCill
e ;:; cspilCio
J) = ospClCill
loc:J1 exlerno Esp<1i:iu cxlcl1lu ;:; haniu. "',Olla d: vCt.'illlW
lrJ.l1slm:aJ inlcmo Local ;;; relativu al cspal:iu propio y al lnuriu
1J":JIlSlllc:J1 exlemll TransllH:al : : ; rdativo a }.L'i lr:Ulsat:ciollcs no locales
rigura 46. Ayulla a la generación lIe punlos lIe rell. Ensayo lIe tipología.
(Fue me: Amar G., l'euy A., Les Poillls de réseall: dll poilll ,/"arrel all cOlllplexe
c/'éc:/¡allge. Slrmégies el collcepls, Nota lIe rellexilÍn prospecliva, RATI', 1989)
Urbanismo de redes: eslUdios de cosos 191
19 E incluso con relación al medio urbano tic la periferia (l."olor, forma. ctc.).
20 Orrner J.-M., Sander A., op. dI.
21 Pappa R., Gargulio C., "Innovalions lCl:hnolugiqucs el ll'ans[onnalions lcrriloriaJcs.
L'cxpérimcntation sur l'ain.~ mélropolili.lnC de Naplcs". ponem:ia al coloquio Vil/es ,,1
communications. Lyon, mayo 1989. eL igualmenle en ilaliano la obra yue sirve de hase al
proyecto: Deguinol C. (a eW'a di), La Cillii Cab/ala. CNR, Univcrsilá degli Sludi di Na¡mli.
Na¡x)li. Giannini Edilore. 1989.
22 Piorunski R .. Teletnpia. la vil/e el les systemes d'illformatinn au Japon. UTII 200 l. Délegalioll
a la rccherche el a I'innovalion. minislcrc de I'Eyuipcmcnt. du LngcIllclll. des Transporls el de la
Mer. 1989.
UrbanisffUJ de redes: esIudios de caws IX7
16 Amar G .. "Pour unc l10uveJlc cOIH.:cpliotl dcs réscaux uans la villc", iUt. t:iL
17 ¡bid.
188 h1 urbanismo de lWi recies
18 En el fuluro. esle o'abajo 1")(1Iia sistematizarse eun el apuyo del mudelu EV J\RIST. mudelo
desagregado de simuladón de los dcsplazamicnlos, en t:W·so de realización en la RATI>.
Urbanismo de redes: estwiios de casos 1X9
"-
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---~
g
1- CORRESPONDENCIAS 6- DlSIRm,-!lIX)~E)3IU_ETES
2- PlANO DE LA RED 7- YIDEOBUS
3- HORARIOS R- POSTE-SEÑALÚ'nCO
4- TARIFAS 9- NOMBRE DE LA PARADA
5- PLANO DEL BARRIO P- PUBLICIDAD
o
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T-LAYABOS
1- TELÉFONO
f- FUENTE
bl- BUZÓN
p- PAPELERA
rig. 45 A
190 }~'l urbanismo de las redes
B
Figura 45. A, B. MélOdo Red Suhurbana "AUlremenl llus". AnteproyeclO y
realización de "puntos clave". El "punlo clave" no es solamente la conexión de
diversas líneas de autobús, sino también la posible conexión de los viajeros con
diferenLCs redes: información, agua, elc.
(Foto: RATI')
A = csJxu:io Im:a1 irllcrno Espar.:io intcmo = csp:.u.:iu plUpiu ,1:1 punlo ~ n.xl
tffij
e
A 13
D
I3 = esp""¡" tucal ex lernu
e = C3pacio translocaJ ¡memo
D = esp""iu traJlsluc.u eXlemu
Espociu cxlemu ;;;; bi.Ul1U. i'.olla c.i: vCl'in<.W
1.l.X.:a1 = rcialivo al espacio pmpiu y al b~l'iu
TrallslOt.;a1 = rdaLivu a I;,t'i lr~uls'll:ciollcs no lm:ales
23 Por ejemplo, el inlcrcs:.lIllc esludio de Wriglcy N., /nfOJ1nalioll l'ecJmology ami Health Care
S(:r\'i('e~·. I'rnjt!ct on Urban Impuca ol TI..'c1l1lulogicaI (JIul Socio Dl'JIlographic Chunge, DECD
Gmup un Urban AffaiJs, lJnivcrsily of Walcs, Cardifr, lJK, octubre t ~~O.
Urbanismo de redes: escu.dios de ca'iOS t93
Figura 47. La telemática al servicio de las periferias: Ulla forma posible lIel urhanismo
lIe las relles. (1'010: G. Dupuy.)
implica 13 fases, entre las que se encuentran los análisis diacr{micos, una
identificación de las nuevas tendencias en materia de redes de proyectos
transaccionales, la dctinición de "la eslructura espacio-funcional" capaz de
compensar las carencias diagnosticadas y, linalmente, sobre la base dc un método
parccido al que se ha prcsentado más arriba, la definición de la arquilcctura de la red
Lclemática mctropolitana primaria24 .
El plan propuesto por "Ciudad y comunicacioncs" se tendría que acnmpaiiar dc
modelos de gestión de las funciones urbanas, teniendo en cuenta las evaluaciones de
la aportación de la red telemática con relación a los servicios suministrados por las
demás redes. Se trata de "superar los d~ficils de gestión observados y prever unos
modelos de gestión óptimos para caJa una de las acti vidades consideradas para
reducir costes, reducir las cuencas de uso físico, disminuir los espacios necesarios
para los edificios y mejorar la calidad del servicio". La lisla de la tabla 3 da una idea
de los critcrios empleados en esta fase del estudio.
24 E~;ta definición llcvó a rctener liJ transmisión mcdii.Hllc fihras üpticas para la red prillli.u·ia.
'3
1')4 1~1 urbanismo de [as Tedes
l' ,,
.a t t ..,.
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3 3 3
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2
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1: Nivel Operadores dc redes técnicas
2: Nivel Ol~radorcs dc redes prooucción-consumo...
.-
1 L .-
1
Nivel eJe inlcrvcndün privilegiado
Arlit.:ulación privilegiada
3: Nivel Operadores red ··familia.s"
Figura 4R. Comparación L1e los métoLlos "Vía y ciuLlaLl", "ReLl suhurhana", "CiuLlaLl
y comunicacioncs".
Conclusión
personas, los bienes, las informaciones punto a punto, hasta el extremo de que la
concxión a la red, la conexión urbana, adquiere el sentido de una urlnuJidad nueva.
Este urbanismo, olvidadizo dc lo que haee la vida de los hombres, la actividad
económica, en una palabra la ciudad de hoy, se declara en crisis y se pregunta
porqué.
¿Se debe pues, como algunos están tentados, rechazar en bloque el urbanismo'!
Los críticos de la acción pública, los defensores de un libcralismo desalorado
estarían dispuestos a apoderarse del argumento para condenar irrevocablemente la
acción urbanística La conelusión de este libro está en el extremo opuesto. Hay que
hacer el urbanismo más fuerte, más eficaz, al servicio de la colcctividad urbana. Por
esto, hay que canlbiar sus premisas. El péndulo se ha decantado demasiado por el
lado del mallado. Debe volverse a la realidad de la reticulaciónlcrritorial.
¿Para qué redes'! Actores económicos, administraciones y poderes técnicos ya
operan en redes según sus propias lógicas. Sobre todo, cada UIlO de nosotros se ha
convertido poco o mucho en el artes'ano experimentado de sus redes de conexiones,
realidad urbana individual y original. La conexión urbana contemporánea es, de
hecho, un urbanismo sui generis que hay que admitir. El urbanismo debe encontrar
su nueva dclinición en el conjunto de lodos es LOS "operadores", cerca de ellos,
comprcndiendo sus lógicas pero también sus dilicullades y sobre todo sus límites, y
no contra ellos o lejos de ellos.
La situación francesa actual podría hacer dudar del realismo de un proyecto
como éste. La descentralización ha dado a cada ayuntamiento, a cada alcalde, una
legitimidad de la quc el poder urbanístico parece ser el emblema. ¿Se puede pensar
entonces en un urbanismo que trascienda el mallado territorial, mientras que simples
proyectos intermunicipales se encallan un poco por doquier'!
No obstante, en las árcas urbanas de cierta importancia, ya se dibuja un futuro
diferente. Algunos alcaldes quieren trabajar para su municipio realizando un "trozo
de ciudad". La elección delténnino traduce bien el sentimiento de los límites de una
acción mWlÍcipal sobre el hecho urbano. Y por otra parte, en un solo y mismo
municipio, el "trozo de eiudad" puede provenir de signilicaeiones múlliples: rclimna
de Wla plaza próxima al centro tradicional por un arquitecto con talento, pura
composición morfológica, excluyendo toda idea de red, de transacción, de
conexión, incluso de movimiento o de relación funciona!, por un lado; por otro,
reorganización de un espacio periférico con el objetivo de facilitar los movimientos,
las conexiones, que se empalmen a las grandes redes de producción, de
distribución, de la vía pública, de información, dar un sentido a esta nueva vida
urbana difusa propia de las redes; delinición de polos de excelencia, siendo cada uno
de estos polos "wla red donde se ponen en serie unos lugares, de tal manera que
cualquier parte del área urbana está asociada al centro, e.luÍ en cl centro"!; sin contar
un proyecto de recuperación de una autopista para tr:lllsfomlarla en bulevar urbano,
la renovación, gracias a múltiples fuentes, estanques, etc., de la red de agua en
3 Se hahrá reconocido el e",o de MOlllpellier con la mbanización del espacio I'ihll (m'4oileclo R.
Mcicr), una operación "Vía y ciudad", el proyecto de creación <.le una nueva aulopisl<.l
desdohlando la A9. y la recoperación del b'aZa<lo aelual entre Velldargoes y Sainl-Jcall-<le-Védas.
la conexión por fibra óplica de La Paillade a Allligone de la red de cahle. Todavía hay muchos
más proyectos. Sohre este caso ver Ehcno e.. ¡bid.
4 Cf. entrevista citada de A. Sarf<)ti en Franee-Culture: L'amélU1geml!nl de la RN 7.
19H 1:'[ wbanj,\'IJlO de las redes
debe negociarse con los aclores que represenlan estos intereses o estos valores 5.
Tanlbién sobre esta cuestión, los urbanistas del pasadu, Cerua y Bardel, no se
callarun. Sus lecciones lodavía son válidas, pero importa igualmente saber remnocer
la consideración de la territorialidad reticular en acciones de urbanismo moderno,
mejor conocidas bajo otra faceta. A veces existe el compromiso de los imperativos
de las redes con otros principios de urbanismo. La ordenación de las cuencas de
retención de aguas pluviales es un buen ejemplo, así como In orgallizat:ión de la
mezcla peatones/automóviles en algunas vías urbanas. También puede haber
sustitución, es decir utilización de las redes para controlar la urbanización, mantener
su zonificación, favorecer la densidad, o bien, a la inversa, utilización de la fonna
urbana, de la zonificación, de la planificación espacial para entrar en las redes,
imponerse a ellas, marcar su lerrilorio: tanlo si se piensa, p:lfa esle último caso, en
renovar las estaciones de ferrocarril en las grandes ciudades, convertir los
telepuertos en "zonas de Ielecomunicaciones avanzadas", elc.
6 Incluidas las ciud<ldcs nuevas. que buscaron una centralidad alrededor ocl/ónUlI. del ágora y olra...'i
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marzo de 1990.
Indice onomástico
33. Representación mediante una red polar de una red eléctrica: clmodelo
1'1<1\0 159
34. Evaluación dd proyeclo PaSSWl/e de Milán 162
35. Evaluación de los resultados de la red vial en Cataluña 163
Tabla L Evaluación de los resultados de la red vial en Calaluiia 165
36. Evaluación de variantes de redes de autobús 167
37. Comparación de redes de redistribución de agua potable 168
Tabla 2. Arquitectura de una red telemática 170
38. Arquitectura de una red telemática 171
39. Utilización del programa interactivo grálico RETIS para la concepción de
redes 173
40. Proyecto de monumento que simboliza el ciclo del agua en la ciudad 175
4 L Monumento a la em:rgía eléctrica: la Haie 13crgeric 179
42. Legibilidad paradójica del urbanismo de las redes: señalizacioncs y
carteles en las entrades y salidas dc las ciudadcs 180
43. l.as inlCfconexiones cntrc rcdcs de transporte en el área metropolitana de
Nantes 182
44. Mélodo "Vía y ciudad": principios metodológicos 185
45. Método Red Suburbana: anteproyecto y realización de "puntos clave" . 189-190
46. Ensayo de tipología de puntos de red 190
47. La tclemática al servicio de las periferias: una forma posible del urbanismo
de las redes 193
Tabla 3. Modelos de gestión de las funciones urbanas para una red de
telccomunicaciones 194
48. Comparación de los métodos "Vía y ciudad", "Red suburbana", "Ciudad
. .
YcomUlllcaClllnes " . 194
49.1nfracslructura y superestructura: imágenes del urbanismo de las redes 198
Vocabulario y acrónimos