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Psicología Transpersonal: Una nueva

perspectiva de abordaje
psicoterapéutico
Publicado: nov 3, 09 │ Categorías: Artículos │ 3 Comentarios

 Aline Angélica Salazar Jáuregui


Tepic, Nayarit México

Se aborda la necesidad del hombre de estar en comunidad con un Ser divino, buscando la
armonía desde lo corporal, psico-mental y espiritual. Presenta una revisión de literatura sobre
las bases del enfoque transpersonal y sus técnicas de intervención psicoterapéutica.
RESUMEN
Desde tiempos remotos el hombre ha vinculado su existencia a una concepción de un Ser
iluminado superior a él mismo. El presente trabajo aborda la perspectiva trascendental de
esta necesidad del hombre de poder estar en comunidad con este Ser divino, buscando estar
en armonía con él universo desde un punto de vista corporal, psico-mental y sobre todo
espiritual. Se presenta una revisión de literatura que refiere las bases del enfoque
transpersonal, así como sus técnicas de intervención psicoterapéutica.

El trabajo fue realizado en conjunto con Xochitl Quepaima Meza Vázquez, Aída Susana
Benítez Vizarrón; Licenciadas en Psicología y Jessica Guadalupe Ramírez Esqueda, maestrando
en Psicología Clínica.

Palabras clave: Psicología transpersonal, psicoterapia transpersonal,


espiritualidad,trascendencia, autoconocimiento.
La existencia del hombre siempre ha sido cuestionada por él mismo, interrogantes tales
como: ¿Quién soy? ¿A dónde voy? ¿Cuál es mi misión en el mundo? ¿Cómo puedo ser feliz? ¿Qué
hay más allá de la vida y la muerte? Pero pocas veces se asoma a ese mundo suyo interior que
le permite en primera forma conocer su estado bio-psico-espiritual. Muchos otros, van así por
el mundo desconociendo todo aquello que pasa por su interior y, por lo tanto, inconscientes
también de aquello que pasa en el mundo exterior. Otros más poseen un contacto a medias,
viven medio reflexivos de lo que pasa en su interior en respuesta a todo aquello que ven en el
mundo y que no logran comprender, viven con miedo a vivir.

Con todos estos modos de vivir, llega el cuestionamiento de ¿cómo quiero vivir en esta vida?
Desde tiempos remotos se atribuían los milagros existenciales a los dioses y conforme el
hombre desarrolla su nivel de raciocinio, la creencia en un lado espiritual fue disminuyendo.

Cada vez es mayor el número de personas que busca pasar su existencia en este mundo de
forma armónica, y descubren que no únicamente es necesario satisfacer el cuerpo
respondiendo a todas aquellas necesidades fisiológicas que este presenta, no es suficiente el
cumplir los criterios de convivencia social y profesional de forma estable para poder vivir una
vida plena. Existe otro lado que va más allá de aquellas perspectivas físicas y cognitivas, este
lado, es lado espiritual.

La psicología transpersonal aporta al individuo un recordatorio de la esencia del ser humano,


una integración de mente, cuerpo y espíritu. Proporciona alternativas en la búsqueda de la
trascendentalidad y lograr así una relación integral energética con el universo. Sería en vano
tomar esta perspectiva únicamente como una forma de abordaje, el individuo que busca la
iluminación, vive su búsqueda como un estilo de vida.

Gnoseología de la teoría transpersonal


Fundamentos
De acuerdo a Grof (1994), la imagen de la ciencia newtoniana respecto al universo en la cual
se consideraba que la vida, la consciencia, los seres humanos y la inteligencia creativa eran
subproductos accidentales que procedían de un deslumbrante conjunto de materia; por muy
complejos y fascinantes que fuéramos, los seres humanos éramos considerados objetos
esencialmente materiales, poco más que animales muy evolucionados o máquinas biológicas
pensantes. De esta forma, una persona que funcionara de forma “normal” sería capaz de
reflejar con precisión el mundo objetivo exterior descrito por la ciencia. Dentro de esa
perspectiva, nuestras funciones mentales se limitan a absorber información a través de
nuestros órganos sensoriales, almacenándola en nuestros “bancos mentales computarizados”
y luego, tal vez, vuelven a combinar esos datos sensoriales para crear algo nuevo.

A medida que los físicos modernos afinaron sus exploraciones de lo muy pequeño y lo muy
grande, comprendieron que algunos de los principios newtonianos básicos adolecían de serias
limitaciones y defectos, llevando a los científicos a realizar otro tipo de investigaciones,
surgiendo así la idea de los principios holográficos como parte importante de la cosmovisión
científica (Grof, 1994).

David Bohm fue uno de los científicos más interesados en este descubrimiento y sugiere que
el mundo que percibimos por medio de nuestros sentidos y sistemas nerviosos, con la ayuda
de instrumentos científicos o sin ella, representa sólo un pequeñísimo fragmento de la
realidad. En otras palabras, aquello que percibimos como realidad se asemeja a una imagen
holográfica proyectada (Grof, 1994).

Primeros indicios respecto a un enfoque transpersonal


El espíritu humano ha creado sus propias intuiciones a cerca de la espiritualidad y lo divino, y
si bien es cierto que existe una numerosa variedad de grandes tradiciones respecto a este
ámbito, desde luego, muy diferentes entre sí, sus estructuras profundas son muy similares y
algunas veces idénticas (Wilber).

Según Grof (1993), algunas de las experiencias espectaculares y estados extraordinarios de la


mente que la psiquiatría tradicional diagnóstica y trata como trastornos mentales, para el
enfoque transpersonal son crisis de transformación del individuo o emergencias espirituales.
Este surgimiento de experiencias desconocidas para el sujeto y un tanto anormales, pueden
llegar a producir miedo y confusión. Las implicaciones de estos procesos de transformación
personal, pueden presentarse a través de un sentido de alteración de identidad o un quiebre
del sistema de valores, padeciendo una vida difícil e incluso llegando a dudar de la cordura.

Cuando logran comprenderse estos estados de la mente, sobreviene una perspectiva de


aprendizaje, llegando a ser curativos y tener efectos beneficiosos para las personas que los
experimentan. Todo proceso de crecimiento va acompañado de crisis en el camino, y de la
misma forma, el individuo que se encuentra en el trabajo de transformación sufre de
alteraciones. La perspectiva del enfoque tranpersonal vendría en las enseñanzas y
posibilidades de crecimiento que brinda este transcurso. Aun en la actualidad existen para la
psiquiatría muchos interrogantes respecto a los episodios de la enfermedad mental. No existe
una línea tangible entre las psicosis y el misticismo, tratando todos los estados no ordinarios
de consciencia con medicamentos inhibitorios (Grof, 2004).

Emerge una nueva corriente psicológica que brinda la comprensión de estos eventos, en
donde toda crisis posee una dimensión espiritual y debe ser tratada con precisión. Esta es el
enfoque transpersonal, una corriente con un visión espiritual que plantea el concepto de las
crisis como un método de alcance a la espiritualidad. Aborda las distintas maneras en que el
hombre puede alcanzar esta “Espiritualidad” a través de la práctica del crecimiento
personal (Grof, 1993).

Los planteamientos iníciales de esta nueva tendencia datan de principios del siglo, cuando
Richard Buckle en 1901 escribe sobre la consciencia cósmica. Años más tarde, el reconocido
psicólogo William James refiere por primera vez en la historia de la psicología, en su obra Las
variedades de la experiencia religiosa editada en 1913, la existencia de estados de
consciencia que van más allá de los que entonces se consideraban normales y, por lo tanto,
aunque no comúnmente aceptados, dentro de los parámetros de la salud mental (Oblitas,
2004).

De a cuerdo a González (2004), la moderna psicología profunda y el estudio de la consciencia


están en deuda con el psiquiatra suizo C. G. Jung, quien demostró que el modelo freudiano de
la psiquis humana era demasiado estrecho y limitado. Con gran popularidad su trabajo
pionero representa un hito en la nueva valoración de la espiritualidad, aumentando
rápidamente esta concepción entre los profesionales de la salud mental, gracias al aporte que
da sobre la dimensión de la existencia individual-espiritual como papel determinante en la
psicología. Lo mismo ocurre con la psicología transpersonal, que abordando el área corporal,
psicológica y espiritual, sirve de puente entre la ciencia y las tradiciones espirituales.

Jung introduce el concepto del inconsciente colectivo, descubre que la psique humana tiene
acceso a motivos e imágenes universales a los que llama arquetipos y plantea la importancia
de la integración de los opuestos o “suprema unión de los contrarios” en el proceso de
individualización. Con su interés y experiencia directa en las tradiciones espirituales de
oriente, Jung descubre que las religiones son fuentes sumamente valiosas de información que
llevan lazos estrechamente ligados con los aspectos colectivos del inconsciente. Es el primer
psicólogo que se atreve a cuestionar los dominios del modelo médico en el ámbito de la
psicología y de la psicoterapia, al enfatizar su preocupación por los aspectos religiosos y
espirituales del ser humano. Estos ideales son dejados de lado durante muchas décadas,
hasta la década de los sesenta, cuando se inicia el renacimiento del interés por los alcances
remotos de la consciencia humana, constituyéndose formalmente la Psicología Transpersonal
como corriente psicológica en los Estados Unidos de Norteamérica (Sin autor, en Introducción
a la obra de C.G. Jung.).
Otros de los pilares de este enfoque los encontramos en Abraham Maslow y Anthony Sutich,
quienes a lo largo de diez años de estudio e investigación proponen, sistematizan y originan la
visión de trascendentalidad el hombre, iniciando gradualmente desde los aspectos corporales,
hasta el ámbito espiritual y trascendental (Grof, 1993).

Los años sesenta fueron testigo de una ola de interés por la experimentación de la
espiritualidad y de la consciencia, abarcando desde un renacimiento de las prácticas antiguas
orientales, hasta la proliferación de psicoterapias vivenciales y la exploración de drogas
psicomiméticas capaces de producir una psicosis temporal. La visión de Buda del señor de la
ilusión del mundo, Kania Mara, y de las huestes de demonios que intentaban impedirles
alcanzar la iluminación, es un ejemplo espectacular de dicha situación. El Nuevo Testamento
describe un episodio similar en la vida de Cristo, que incluye su tentación por el diablo. Las
biografías de los santos, padres y monjes cristianos, abundan en episodios vividos de visiones
extraordinarias con contenido extrasensorial sobre demonios y seres celestiales (Grof, 1993).

La psicología transpersonal integra sus bases de trabajo rescatando lo funcional de gran parte
de teorías ya existentes, que enfatizan el crecimiento y la toma de consciencia para obtener
un nivel de salud integral más amplio de lo normalmente aceptado. Estas son seleccionadas
conforme a las necesidades del paciente y al nivel de consciencia que este posea, pero todas
enfocadas a la estimulación del desarrollo del potencial del hombre como las terapias:
Gestalt, Existencial, el Análisis Transaccional, el humanismo, etc.; existen otras propias de
este enfoque como el análisis Junguiano, la Biosíntesis, la Integración Primal, etc. (Szwarcer,
2006).

Conceptualización básica
Según Grof (2001), la psicología transpersonal se caracteriza por promover el desarrollo
integral de la consciencia en sus dimensiones bio-psico-social-espiritual, reconoce la
capacidad humana de experimentar una gama muy amplia de estados de consciencia que
trascienden los límites naturales del ego y de la personalidad, y se ocupa por alcanzar una
comprensión profunda del llamado impulso trascendental.

Grof menciona (1993) que, pese a al número considerable de diversas disciplinas que plantean
sus propias teorías y métodos, enfatizando distintos elementos del desarrollo de la dimensión
espiritual y su tendencia y acción para el tratamiento de los diferentes aspectos del ser,
todos coinciden en dos principios fundamentales que son: el concepto de la naturaleza
humana en que se basa este enfoque y su origen; y el desarrollo y trascendencia de la
consciencia hasta sus últimas instancias. El ser humano debe contemplarse como una unidad
integral armónica que no sólo abarca las dimensiones biológica, psicológica y social de los
individuos, sino que incluye otras dos dimensiones más elevadas:

- La transpersonal. Permite al individuo salir de su conceptualización, para convertirse en


testigo y observador de toda la creación, incluyéndose a sí mismo y la realidad última.
-La trascendente. Percibida como un impulso natural que incita al hombre al despertar de la
consciencia unitaria.
La psicoterapia transpersonal es una corriente psicológica fundamentada en un enfoque
comprensivo de los alcances remotos de la naturaleza humana, que devela los problemas,
dificultades y las crisis de transformación espiritual, facilitando los procesos de
identificación, integración, consolidación y desidentificación, para la expansión de la
consciencia. Está directamente interesada por el reconocimiento, la aceptación y la
realización de los estados de unidad, totalidad, verdad última, realidad absoluta, percepción
de lo sagrado, experiencia oceánica o experiencia de Dios; así como por descubrir y superar
los obstáculos y barreras que impiden este despertar de consciencia. Este enfoque concibe
especial atención en las alteraciones psíquicas relacionadas con las crisis espirituales: el
desarrollo deficiente de la consciencia, el fracaso en los procesos de diferenciación-
integración, el hedonismo espiritual, el narcisismo espiritual, la depresión causada por la
noche oscura del alma y los problemas que surgen ante un despertar espiritual prematuro, así
como por las fases de transformación por las que el ser humano atraviesa a lo largo del
proceso de despertar a su verdadera esencia. La finalidad y los objetivos de la práctica
psicoterapéutica se centran en la atención de las alteraciones, disfunciones y patologías que
pueden presentarse como resultado del despertar de las energías e impulsos espirituales
(Grof, 2001).

Un paradigma es tan esencial para la ciencia como la observación y la experimentación; la


adherencia a paradigmas específicos es un requisito absolutamente indispensable de todo
proyecto científico consecuente. Las observaciones científicas por sí mismas no dictaminan
claramente soluciones únicas y precisas, ningún paradigma explica jamás todos los hechos
conocidos y muchos paradigmas diferentes pueden, en teoría, justificar un mismo conjunto de
datos (Grof, 2001).

Las diferentes escuelas de psicología occidentales, pasan a centrarse en la práctica de la


psiquiatría, que suele entrar en escena para la resolución de conflictos psíquicos de carácter
más agudo. La limitación e inconveniente a este modelo, es el mecanicismo inherente que le
lleva a considerar la psique humana, y el cerebro, como modelos cerrados. Definiendo ‘lo
aceptable’ y lo ‘no aceptable’, la psiquiatría descarta en todo momento el intento de la
mente para hallar significado a la existencia propia o a solventar por sus propios medios los
conflictos internos planteados. Así, la psiquiatría, es una imposición a la fuerza para volver a
un modelo de funcionamiento aceptado, reprimiendo en todo momento experiencias no
autorizadas’ por su modelo orientado a la productividad (Grof, 2001).

Emergencia espiritual
Cualquier evento desventurado que experiencia el individuo, es una señal de advertencia
sobre el estilo de vida que lleva y al mismo tiempo una invitación a la toma de consciencia; a
esto se le conoce como experiencia espiritual.

El peligro en este enfoque consistiría en no identificar la diferencia entre la vertiente del


episodio psicótico y la de un proceso de transformación espiritual, esto provocara la carente
atención que exhorta el primero y el tratamiento médico que requiere el segundo.

Se ha intentado situar el problema dentro del contexto de la crisis que la humanidad actual
está afrontando, creyendo firmemente que este enfoque puede lograr una transformación a
gran escala de la consciencia humana. Sería una de las pocas tendencias realmente
prometedoras para lograr una existencia armónica en el mundo actual .

El guía espiritual, así como el psicólogo transpersonal exploran las diferentes formas de ayuda
que pueden brindar al individuo, la familia y a la comunidad respecto a la solución de las
emergencias espirituales.

Estructura de la consciencia
La consciencia se encuentra estructurada en niveles que se relacionan estrechamente con las
dimensiones que conforman la naturaleza humana, mismas que se consideran estructuras
básicas que permanecen a lo largo de todo el proceso de desarrollo al que hemos llamado
Espiral de la Consciencia (Oblitas, 2004). Estos niveles son:

a) Nivel pre-egóico.Comprende los primeros cuatro o cinco meses de vida y se caracteriza por
ser una etapa en la cual la consciencia no se diferencia aún de todo lo creado. Su primera
función consiste en aprender a diferenciarse de lo que le rodea. Es aparentemente la etapa
más primitiva ya que en ella no se experimenta la diferencia entre el mundo exterior y el
ego.
b) Nivel egóico. Es el más simple y reducido nivel de autoconsciencia en el que el proceso de
diferenciación sujeto-objeto es aún muy primitivo. La consciencia se encuentra identificada
con el cuerpo y se sitúa principalmente en la dimensión biológica, aunque al finalizar esta
fase, empieza a penetrar dentro de los confines de la dimensión psicológica.

c) Nivel prepersonal. Conforma una nueva etapa de transformación en la cual la mente inicia
su camino de identificación del cuerpo, y pasa de ser una consciencia corporal a una
consciencia mental-racional. Este proceso comprende tres fases: la diferenciación entre
cuerpo y mente; la trascendencia del cuerpo; y la tercera que incluye la capacidad de operar,
controlar y dirigir el organismo físico, obteniéndose como consecuencia de las anteriores
etapas. Esta expansión cognitiva se realiza gracias al vehículo del lenguaje simbólico, que
crea para la mente un espacio perceptual que se extiende mucho más allá de la simple
recepción sensorial.

d) Nivel personal. Este nivel abarca dos etapas del desarrollo evolutivo; la primera abarca de
los 7 hasta los 12 años y se caracteriza por el desarrollo del pensamiento lógico; y la segunda
etapa que corresponde a la fase conocida como la adolescencia. Esta última traviesa por tres
períodos distintos: la temprana que corresponde a la pubertad; la primaria en la que el
individuo se vive dividido entre el narcisismo y el encuentro con el otro y los otros; y la tardía
que oscila entre los 17 y los 21 años de edad. Estas dicotomías se van resolviendo positiva o
negativamente y las polaridades van encontrando puntos de convergencia y de síntesis. Se
experimentan necesidades de logro, de autoestima, autovaloración, de pertenencia y
afiliación.

e) Nivel organísmico social. Se rige por los principios de la relación y de la voluntad. Esta es
una fase en la que se realiza la integración de todos los niveles de consciencia anteriores. El
desarrollo de la libertad responsable es característico de este nivel de consciencia.

f) Nivel transpersonal. Se rige con base en los principios de la intencionalidad y de la


trascendencia. En este nivel se encuentra la residencia de los valores universales, de las
aspiraciones más elevadas y de las causas más nobles, precisamente porque es la dimensión
que penetra en los dominios espirituales de la naturaleza humana.

Técnicas de aplicación psicoterapéutica


Siendo el objetivo principal de la teoría transpersonal, el crecimiento y desarrollo del
individuo, a través de una serie de niveles de integración progresiva psicoespiritual, que le
permiten ir alcanzando estados de iluminación de consciencia que lo llevaran a la
trascendentalidad, es necesario la visualización de las herramientas de este enfoque. La
psicoterapia transpersonal combina diversas técnicas con el objeto de provocar un efecto más
amplio. Éstos por lo general incluyen técnicas de respiración, de relajación, de visualización,
de concentración mental y de imaginación entre otras. El término método corresponde al
conjunto de técnicas y ejercicios que se emplean en la práctica psicoterapéutica (Oblitas,
2004).

Psicosíntesis
González (2004) señala que es la contribución más importante del psiquiatra italiano Roberto
Assagioli, que proporciona la comprensión del complejo del fenómeno humano. Es un enfoque
psicológico que combina una teoría convincente de la psique humana y de la autorrealización
y la expansión de la consciencia, con una propuesta psicoterapéutica práctica que conduce a
la plena realización del potencial humano, se interesa especialmente en la relación existente
entre los desórdenes mentales y la espiritualidad. Su propuesta enfatiza los aspectos
creativos, positivos, espirituales y gozosos del ser del hombre y de la mujer, así como el
papel relevante que juega la voluntad en los procesos de autorrealización y de trascendencia.
Assagioli señala -treinta años antes que Maslow- la expresión transpersonal para referirse a la
dimensión espiritual que él vislumbra como la cuarta dimensión que conforma la naturaleza
humana, consciente de que el término espiritual se confunde fácilmente con la religión.

La psicosíntesis divide la práctica psicoterapéutica en dos grandes grupos: el primero se aboca


a atender los conflictos, disfunciones y alteraciones del nivel personal de desarrollo, en cuyo
caso el objetivo es la estructuración o reestructuración del self personal; y el segundo que
corresponde al nivel transpersonal, se centra en el desarrollo de una estructura armónica que
permita y favorezca la asimilación y la integración de las tendencias y las energías
espirituales (Oblitas, 2004).

La amplitud del repertorio de técnicas que Assagioli desarrolla y compila, hace prácticamente
imposible la presentación y la descripción de cada una de éstas. Por lo tanto, nos limitamos a
mencionar algunas de las técnicas más utilizadas por los psicoterapeutas de la psicosíntesis
(Oblitas, 2004):

- En las fases iniciales de la psicoterapia se emplean: biografía, autobiografía, diario,


cuestionarios diversos, análisis de los sueños, técnicas proyectivas, dibujo libre y ejercicios en
los que se utiliza música, movimiento rítmico y expresión creativa.

- Una vez reconocido el proceso individual que se trata, se utilizan técnicas de identificación-
desidentificación, trabajo con las sub personalidades, fantasías guiadas, evocaciones visuales,
olfativas, gustativas, motrices, auditivas y simbólicas, expresión del ser a través del arte,
transformación de las energías psicocorporales, entrenamiento imaginativo, meditación
reflexiva y contemplativa, diálogo interior, bibliotecaria, modelo ideal del yo, descubrimiento
de las energías y las dimensiones del amor, de las relaciones interpersonales, del encuentro y
del compromiso social, entre otras.

Además de técnicas y ejercicios, Assagioli diseña estrategias de intervención tanto individual


como grupal, encaminadas a facilitar el desarrollo de las habilidades de pensamiento y de la
mente consciente, así como del manejo de las emociones y los sentimientos (Oblitas, 2004).

Imaginación Activa
Fue planteada por Jung en 1935, en la cual describe otra forma -además de Freud- de
ingresar al inconsciente. En estado de vigilia y sin una actitud crítica, el inconsciente surge a
través de imágenes oníricas, sentimientos, miedos, ideas y obsesiones. Si se toman esas
imágenes interiores como si se tratara de presencias objetivas, el enfrentamiento de este
contenido inconsciente es lo que auxiliara en la extracción del sentido, siendo esta la esencia
de la imaginación activa. Una vez que el inconsciente se encuentra próximo, se revela el
contenido personal reprimido el cual se denomina “sombra”. La resolución de este estadio
conlleva “sufrimiento”, y solo así, con el dolor que comporta resolver la sombra, se revelara
el fondo arcaico (Sin autor en Introducción a la obra de C.G. Jung.).

Jung creía en el entrenamiento del individuo para ingresar al inconsciente en su estado


consciente a través de la fijación de la atención sobre el curso de los pensamientos, por lo
que sólo puede ser aplicada en sujetos equilibrados. Además señala la existencia de
alternativas facilitadoras de acceso al inconsciente, como las drogas alucinógenas, que
permiten la rapidez del análisis, sin embargo, la integración de los contenidos interiores
vistos rara vez se obtiene (E. A. Bennet, 2009).

Fantasía guiada
Desarrollada por Desoille, esta técnica es un modelo sistemático en el cual se elabora
material simbólico, y cuyo objetivo es la comprensión del sentido del mismo. Las
representaciones figuradas facilitan la expresión de las experiencias emocionales del
individuo, y este estado del sueño se encuentra en el espacio intermedio que existe entre la
vigilia y el estado de sueño. El terapeuta induce al individuo a un estado hipnoide en el cual
se experimenta una sensación de relajación muscular y mental, que promueve en el sueño
una imagen que desarrollará a través de instrucciones específicas, llevando al paciente al
enfrentamiento de diferentes tipos de posibles situaciones y analizando las respuestas que
este tenga ante ellas. Existe una segunda fase en la cual se le brindan las alternativas
posibles no visualizadas con anterioridad, y de esta forma, desarrolla nuevas actitudes. Para
finalizar se le invita a practicar la realización de estas fantasías (Ruiz, Imbernón, Barbudo,
Luján & Pérez, 2001).

Espiritualidad y filosofía perenne


Desde los inicios de la historia, el hombre ha brindado una explicación supersticiosa,
milagrosa o incluso divina a todo aquello a lo cual no encontraba una explicación racional.
Esto no fue la excepción para aquellos individuos que presentaban una conducta o
pensamiento desviado conforme a lo establecido, ya sea religioso, social, cultural o mental;
por lo que es notable la necesidad del ser humano de sentirse en conexión directa a un ser
superior, llevándonos así, a la apreciación del hombre como un ser espiritual.

Willber refiere, según la filosofía perenne, que la consciencia se encuentra dominada por el
dualismo sujeto-objeto, y es incapaz de percibir la realidad tal como es, en su totalidad y
como identidad suprema.

La filosofía del perenne expresa que aquello que causa el sufrimiento, es el apego y el deseo
de nuestra identidad separada, y lo que pone fin al sufrimiento es el camino meditativo que
trasciende al pequeño yo y al deseo y el apego. El sufrimiento es inherente a ese nudo o
contracción llamado ego y la única forma de acabar con el sufrimiento es trascender el ego.
No se trata de que después de la práctica espiritual ya no se sienta dolor, angustia, miedo o
daño, lo que simplemente ocurre es que esos sentimientos ya no amenazan la existencia y,
por tanto, no tienen energía, no resultan amenazadores. Esto se debe a que ya no existe
ningún ego fragmentado que pueda sentirse amenazado y, por otra, nada puede amenazar a
ese gran Yo del ser original y auténtico, puesto que, siendo el “Todo”, no existe nada ajeno a
él que pueda hacerle daño. Visto de esta manera, para lograr poseer un aspecto transpersonal
en el cual se vive una salud integral y espiritual, es necesario conocer las estructuras
básicas de los pilares de la consciencia. Según Willber, en lo que es su versión ampliada de la
Gran Cadena del Ser de la filosofía perenne, refiere nueve niveles para lograr la
espiritualidad y trascendencia:

Primer nivel. En este se ubican todos los componentes corporales, desde las percepciones
sensoriales, hasta la materia corporal.
Segundo nivel. Es todo el aspecto emocional instintivo como organismo y las
conceptualizaciones, lo llamo emocional-fantásmico. Contiene el aspecto instintivo, libidinal,
bioenérgico, sexual, más el nivel de las imágenes.
Tercer nivel. La mente representacional. Está basada en los símbolos, en aquellas
conceptualizaciones representativas que el individuo tiene como significados sobre una forma
real.
Cuarto nivel. Lo llamo mente regla/rol, es la primera estructura capacitada para producir un
pensamiento reglado y metódico, además de poder asumir roles diferente a los propios.
Willber enfatiza que ésta es la estructura asimila los mitos como ciertos.
Quinto nivel. Conlleva la capacidad de reflexión formal, es lo que Willber refería como pensar
sobre el pensamiento. Es una estructura con la capacidad de construir un razonamiento
hipotético.
Sexto nivel. Incluye el plano existencial con una visión lógica integradora, capaz de crear
redes relacionales. Este nivel se logra cuando el individuo es capaz de integrar y unificar la
mente y el cuerpo generando, así una fusión de orden superior, Willber la denomina
Centauro.
Séptimo nivel. Es el nivel psíquico, en el cual pueden desarrollarse capacidades
paranormales. Es el inicio del desarrollo espiritual o transpersonal.
Octavo nivel. Es un nivel intermedio en el desarrollo espiritual. En él se aguardan
conceptualizaciones luminosas y divinas, diferentes a las formadas en los niveles tres y
cuatro. Es el sentido de aguardar un Dios personal y de los objetivos transpersonales.
Noveno nivel. Es el estado resolutorio de la trascendentalidad. Es la fuente pura, el estado de
una conceptualización luminosa no personal, sino divida.
Desde el punto de vista sinérgico, todo esto es la representación del diagrama de la realidad
suprema, el Espíritu Absoluto el que funcionará como base y realidad de todos los niveles.

Enfoque bioenergético

Bergson (en Lowen, 1993) refiere la existencia de una energía vital en el ser humano que
brinda la animación al cuerpo, la denominó Élan vital. Esta energía según el pensamiento
religioso oriental está vinculada directamente a la espiritualidad. La energía es la que mueve
al mundo y la concepción antigua de atribuir ciertos eventos a dioses místicos como el de la
fertilidad o el de la cosecha, no estaba del todo equivoca. La conceptualización era a través
de la influencia directa de energía.

La salud va mas allá de la corporalidad, según Reich, psique y soma no son dos conceptos
individualizados, hay una la relación existente entre ellos y la alteración de uno, se
reflejará de forma proporcional en el otro (Lowen, 1993).

Recordando la conceptualización que Freud tenía respecto a las fuerzas que llevan al
individuo a actuar, llamada líbido; Reich se enfoca a la comprobación de esta energía. En sus
experimentos encontró que un estímulo placentero aplicado a una zona corporal, producirá
carga eléctrica y se presenciaba el aumento del flujo sanguíneo. De forma contraria un
estímulo displacentero se relacionaba a un reflujo del fluido corporal. Posteriormente
conceptualiza la orgona, que es la energía que se encuentra en todos los procesos existentes
en el universo, incluso en el individuo mismo (Lowen, 1993).

La energía está en constante movimiento, y es normal el flujo energético en el cuerpo del


individuo, si este flujo es intervenido, existirá también una alteración en la psique, y si
existiera algún evento importante para la mente del sujeto, se reflejará en su corporalidad.

La teoría bioenergética se auxilia de ejercicios corporales específicos, que auxilian en el


desbloque energético existente, esto lograra el flujo normal de la energía.
Autoconocimiento y relajación
El organismo que busca la trascendental debe conocerse a sí mismo y vivir en un estado de
consciencia todo el tiempo, no como una tarea pasajera, sino como un estilo de vida.

Tschudin en Payne (2002) refiere que el autoconocimiento es resultado del diálogo con uno
mismo. Esa charla interna sobre cuestionamientos como ¿Cómo me siento? ¿Estoy dónde
deseo estar? ¿A dónde dirijo mi vida? ¿Es la elección correcta? Etc., son los que enriquecen el
autoconocimiento, ya que están en contacto directo con la autopercepción del mundo
interno y externo, permitiendo mejorar las relaciones personales.

Stevens en 1971 (Citado en Payne, 2002) dividió la autopercepción en tres partes:

- Mundo exterior de información sensorial


- Mundo interior de sensaciones y emociones
- Mundo interior de actividad intelectual

Los ejercicios de autopercepción si se realizan de forma concentrada, pueden considerarse


como técnicas de relajación. Estos ejercicios permiten el contacto directo con las emociones.
El autoconocimiento a través de las técnicas de relajación permite el progreso espiritual del
individuo, facilitándole la consciencia de sus emociones, la expresión asertiva de estas, el
análisis de las respuestas y la catarsis de los eventos para seguir adelante (Payné, 2002).

Terapia Mente- Cuerpo


La medicina alopática o biomédica, hasta el momento ha tenido una gran participación en el
diagnostico de enfermedades. La medicina mente- cuerpo, tiene sus orígenes en la psico-
neuro-inmunología, este campo empezó atener mayor importancia aproximadamente hace
más de dos décadas. La medicina alopática o biomédica tiene tres acercamientos en el área
clínica: una es las aplicaciones exclusivamente corporales; la segunda es integración de
ejercicios metodológicos y la tercera es el área de la nutrición, la cual reivindica la capacidad
interna del individuo de curarse y alimentarse. La medicina mente-cuerpo surge de la
medicina complementaria (Rodríguez, 2005).

Utilizando una integración de mente y cuerpo, el trabajo de esta terapia consiste en que el
paciente aprende a utilizar recursos los cuales les ayudaran a un mejor afrontamiento a los
problemas y enfermedades que puedan padecer en la vida (Rodríguez, 2005).

Existe una diferencia entre la medicina mente- cuerpo de la medicina alternativa o medicina
complementaria. La medicina mente-cuerpo menciona que la salud es mucho más que la
ausencia de enfermedad, la salud consta de un bienestar general: social, físico y mental.
Diversos estudios muestran que la conexión entre mente y cuerpo es importante para el
proceso de curación (Rodríguez, 2005).

Se ha considerado durante muchos años que el cuerpo es el reflejo del quebranto de la


mente, y desde esta perspectiva se enfoca la relación existente entre ambos. Siendo de esta
forma, la biomedicina se centra en el abordaje de las enfermedades.

El 1930 Walter Canon realiza los primeros estudios en la conexión mente-cuerpo, años más
tarde, Walter Hess y Hans Salye en 1950 realizan los primeros hallazgos sobre la respuesta
fisiológica del efecto de pelea y huida. Todos estos hallazgos son pauta para la formación de
nuevos conceptos y crece el interés en la unidad de la mente, el cuerpo y el espíritu. En
1970, Herbert Benson se interesa por la validación científica de la unión de cuerpo-mente-
espíritu, a partir de ese momento se inició al estudio de las técnicas de meditación, como
respiraciones diafragmáticas, oraciones repetitivas. Quigong, yoga, relajación muscular
progresiva, tai chi, etc. (Rodríguez, 2005).

De forma general, la teoría mente-cuerpo enfoca el origen de la salud a través de diversos


planos, tales como: biológico, social, espiritual, energético, psíquico, etc.

Esta alternativa, proporciona al individuo nuevos conceptos sobre el envejecimiento,


sexualidad, muerte, enfermedad y la convivencia con los demás. Con el auxilio de la física,
metafísica, etc., los estudios científicos toman mayor fuerza e importancia dentro de la
biomedicina como una opción que sirve como complemento al tratamiento convencional. Las
terapias que utiliza el concepto mente-cuerpo son de bajo costo y sumamente accesibles.
Eta nueva visión de la medicina, es una pauta para el acceso a la auto-curación y a la
oportunidad de que el sujeto forme su propia salud.
Psicochamanismo integrativo
El psicochamanismo integrativo es creado por el psicólogo Carlos Velasco. Este enfoque tiene
como eje central el área psicoespiritual, ya que emplea psicoterapia y a la vez experiencias
trascendentales. En el chamanismo se forma todo tipo de perspectivas que auxilien en el
bienestar tomando en cuenta cuerpo, mente y espíritu. El concepto de enfermedad es
comprendido como la ausencia del espíritu, el cual esta velado por conflictos
psicooemocionales, por lo que muchas personas que practican el chamanismos realizan
diversos rituales para traer el espíritu de regreso al cuerpo (Velasco, 2009).

De acuerdo a Velasco (2009), esta técnica es parte de la esencia de Psicología Transpersonal,


la cual busca integrar el chamanismo con la psicología y la medicina. Desde la perspectiva del
Chamanismo Interactivo la sanación se da a través de una serie de técnicas cuyo objetivo es
el de restablecer y mejorar la unidad psicofísica, la relación con el entorno y, especialmente
el devolver el espíritu al cuerpo. Dentro de este enfoque se aplican técnicas chamánicas y
psicoterapéuticas orientales y occidentales, por medio de las cuales la persona comienza una
fase de auto transformación, debido a que puede ampliar su consciencia y acercarse a las
luces del gran espíritu y con ello recuperar la salud psicológica, física y espiritual. El estado
de consciencia permite rescatar el espíritu y aproximarse al gran espíritu, lo cual se logra a
través de la catarsis del psico-chamanismo, de la bioenergética y la gestalt.

El círculo de hiperventilación es una de las técnicas propias de este enfoque, y va


acompañada de movimientos corporales, habla, cantos, danza primala, y repetición de la
palabra de poder. La función de esta técnica es el movilizar todo aquello que obstaculiza
tener una amplia visión de la realidad, y va encaminada a la toma de consciencia de los
conflictos psicoemocionales, que representan un obstáculo entre el espíritu y la percepción
de otras realidades; y al afrontamiento de las enfermedades psicosomáticas, causadas por la
neurosis. Es de suma importancia tomar en cuenta la fuerza que mueve el universo, esta
conexión o sintonía con el Gran Espíritu es en realidad la base por la cual se obtiene el
conocimiento que brindará el poder de la cura. Al gran espíritu se le venera o contempla a
través del esencia de las plantas, animales o algún otro elemento de la creación, ya que todo
proviene de él y por lo tanto retorna (Velasco, 2009).

Sistema de respiración holotrópica


Es una forma de intervención diseñada y desarrollada por Grof, en la cual, la terapia se
desarrolla con la intención de activar el inconsciente y desbloquear la energía positiva.
Permite a la persona superar la fragmentación interior y el sentido de aislamiento del mundo,
para lograr así la integración total. Consiste en presentar estímulos al paciente que le
conduzcan a experimentar con plenitud las sensaciones y emociones emergentes, así como en
ayudarle a descubrir formas apropiadas para expresarlas, invitando a la persona a utilizar
sonidos, posturas, movimientos, dibujos, los mándalas y otras formas de expresión simbólica
y/o metafórica. Grof la llega a combinar con otras técnicas de manera estratégica tales como
regresión, música, respiración etc., con la finalidad de quitar la coraza muscular en la
persona conduciendo al individuo a pasar por diversos estados en los que revive situaciones
transpersonales (Oblitas, 2004).

El psiquiatra suizo Carl Jung fue uno de los precursores de los hallazgos de supra-inconsciente
a partir de la vivencia soñadora. Después de los descubrimientos del inconsciente colectivo y
los arquetipos, sería la modificación al estilo de vida occidental (Almendro, 2006).

De acuerdo a Szwarcer (2006), esta técnica permite una comprensión más amplia de aquellos
sucesos biográficos adelante del nivel personal. Enfatiza la concepción del ser humano como
ser de conocimiento más allá de sus vivencias, incluso prenatales; siendo capaz de traspasar
su corporalidad y la relación espaciotemporal, llegando así a un conocimiento transpersonal.
Las patologías presentadas por el individuo, pueden tener su origen en torno a estas
experiencias pasadas, y es a través de la recuperación de la memoria celular de esas épocas,
traída a nivel consciente, que se revive el episodio significativo direccionándolo a la sanación.

Puede llegar a presentarse una variable en el ritmo del proceso terapéutico debido a algún
proceso personal de vida en el paciente, por lo que se sugiere bajar el ritmo de trabajo y
utilizar técnicas o ejercicios enfocados al desbloqueo de la energía y la armonización. La
respiración holotrópica es una técnica, eficaz y sumamente funcional para poder entrar a los
espacios internos del ser y asesar directamente al inconsciente. Además de su poder curativo,
es una alternativa que permite el acceso al área espiritual (Almendro, 2006).

Otras técnicas que apuntan hacia la corriente transpersonal


Otra de las aportaciones importantes en cuanto a técnicas, la ofrece Tart en su libro
Psicologías Transpersonales. En sus dos volúmenes, Tart presenta los caminos del budismo
zen, el yoga, el cuarto camino de Gurdjieff, además del entrenamiento de Arica, el sufismo
contemporáneo y la psicología de la tradición mística cristiana, que ofrecen distintas técnicas
y herramientas para promover el despertar de las energías espirituales y la salud integral
(Oblitas, 2004).

Aspectos importantes en la aplicación


Principios básicos en la aplicación de las técnicas transpersonales
Varios autores proponen la meditación como un camino que conduce a un sentido de
profunda transformación, incitando a un cambio radical de consciencia y a la integración de
las polaridades. Sin embargo a este respecto, se consideran importantes los alcances y
peligros que la meditación tiene como técnica y/o práctica psicoterapéutica, y a las
consecuencias que pudiera traer consigo, por lo que se sugiere tomar la debida consideración
de acuerdo al caso personal para el cual se practica. Precisamente las crisis de
transformación se generan por prácticas meditativas equivocadas, provocando estados de
confusión que transgreden en distintos grados (Oblitas, 2004).

Para una adecuada utilización y aplicación de las técnicas de la psicología transpersonal, se


requiere la exploración del individuo desde una perspectiva multidimensional, tanto física,
como mental, espiritual y cósmica; esto, para identificar el nivel de consciencia que tiene el
individuo y auxiliarle en la superación de los conflictos de esos niveles. El objetivo es
centrarse en la creación de condiciones que posibiliten al individuo la solución de estos
conflictos. Todo ser tiene la capacidad de auto curación a través de la estimulación de una
consciencia transpersonal, así de esta manera, el terapeuta transpersonal es la base del
equilibrio físico, mental, emocional y espiritual que funcionará como guía de fuerza curativa
e integradora, por lo que debe poseer un compromiso profundo con su propio crecimiento,
llevando esto a la práctica dentro de la relación terapéutica, ya que la evolución de un
participante facilita el desarrollo del otro (Willber,2002).

Aquella persona que presenta manifestaciones patológicas propias de los niveles personal y
ego de consciencia, no es apta para este tipo de técnica meditativa. En el transcurso de las
tres últimas décadas, la ciencia moderna nos ha enfrentado a nuevos desafíos y nuevos
descubrimientos, que sugieren la existencia de aptitudes humanas que exceden todo lo
imaginado anteriormente (Willber, 2002).

Principios básicos en la aplicación de las técnicas en los procesos psicoterapéuticos


transpersonales (Oblitas, 2004):

-Toda técnica y toda estrategia no son más que simples instrumentos para producir un efecto
determinado sobre la psique, por lo que nunca deberán ser consideradas como fines en sí
mismas.
-Las actitudes y los valores del terapeuta juegan un papel mucho más importante que las
técnicas.
-Los ejercicios, los métodos y las técnicas, se van determinando conjuntamente entre
terapeuta y cliente para alcanzar los fines que se pretenden
-La aplicación de las técnicas, los ejercicios y los métodos siempre se verán encausados y
manejados a través de la voluntad y de la libertad responsable.
-Es de extrema importancia adoptar una actitud equilibrada y ser capaz de diferenciar las
emergencias espirituales de las auténticas psicosis. La terapia transpersonal no es apropiada
en casos claramente psicóticos, caracterizados por ausencia de introspección, imágenes y
alucinaciones paranoicas, y formas extravagantes de conducta.

Discusión
La psicología transpersonal suele englobar pensadores, filósofos y psicólogos que desarrollaron
una variedad de estilos terapéuticos a través de los cuales enfocan en autoconocimiento y la
espiritualidad humana. La psicología científica y la psiquiatría catalogan los eventos de
desequilibrio físico-mental como enfermedades psicopatológicas, dejando de lado la inclusión
de ese aspecto tan importante que la filosofía transpersonal retoma: “El espíritu”.

En la actualidad, es de gran importancia el prestar atención a todas aquellas corrientes que


brinden la posibilidad de una reivindicación del ser humano en el mundo y hacia su
existencia; y la teoría transpersonal nos brinda esa alternativa, al integrar el aspecto
espiritual al concepto físico-mental que con anterioridad era concebido.

Referencias
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