Professional Documents
Culture Documents
perspectiva de abordaje
psicoterapéutico
Publicado: nov 3, 09 │ Categorías: Artículos │ 3 Comentarios
Se aborda la necesidad del hombre de estar en comunidad con un Ser divino, buscando la
armonía desde lo corporal, psico-mental y espiritual. Presenta una revisión de literatura sobre
las bases del enfoque transpersonal y sus técnicas de intervención psicoterapéutica.
RESUMEN
Desde tiempos remotos el hombre ha vinculado su existencia a una concepción de un Ser
iluminado superior a él mismo. El presente trabajo aborda la perspectiva trascendental de
esta necesidad del hombre de poder estar en comunidad con este Ser divino, buscando estar
en armonía con él universo desde un punto de vista corporal, psico-mental y sobre todo
espiritual. Se presenta una revisión de literatura que refiere las bases del enfoque
transpersonal, así como sus técnicas de intervención psicoterapéutica.
El trabajo fue realizado en conjunto con Xochitl Quepaima Meza Vázquez, Aída Susana
Benítez Vizarrón; Licenciadas en Psicología y Jessica Guadalupe Ramírez Esqueda, maestrando
en Psicología Clínica.
Con todos estos modos de vivir, llega el cuestionamiento de ¿cómo quiero vivir en esta vida?
Desde tiempos remotos se atribuían los milagros existenciales a los dioses y conforme el
hombre desarrolla su nivel de raciocinio, la creencia en un lado espiritual fue disminuyendo.
Cada vez es mayor el número de personas que busca pasar su existencia en este mundo de
forma armónica, y descubren que no únicamente es necesario satisfacer el cuerpo
respondiendo a todas aquellas necesidades fisiológicas que este presenta, no es suficiente el
cumplir los criterios de convivencia social y profesional de forma estable para poder vivir una
vida plena. Existe otro lado que va más allá de aquellas perspectivas físicas y cognitivas, este
lado, es lado espiritual.
A medida que los físicos modernos afinaron sus exploraciones de lo muy pequeño y lo muy
grande, comprendieron que algunos de los principios newtonianos básicos adolecían de serias
limitaciones y defectos, llevando a los científicos a realizar otro tipo de investigaciones,
surgiendo así la idea de los principios holográficos como parte importante de la cosmovisión
científica (Grof, 1994).
David Bohm fue uno de los científicos más interesados en este descubrimiento y sugiere que
el mundo que percibimos por medio de nuestros sentidos y sistemas nerviosos, con la ayuda
de instrumentos científicos o sin ella, representa sólo un pequeñísimo fragmento de la
realidad. En otras palabras, aquello que percibimos como realidad se asemeja a una imagen
holográfica proyectada (Grof, 1994).
Emerge una nueva corriente psicológica que brinda la comprensión de estos eventos, en
donde toda crisis posee una dimensión espiritual y debe ser tratada con precisión. Esta es el
enfoque transpersonal, una corriente con un visión espiritual que plantea el concepto de las
crisis como un método de alcance a la espiritualidad. Aborda las distintas maneras en que el
hombre puede alcanzar esta “Espiritualidad” a través de la práctica del crecimiento
personal (Grof, 1993).
Los planteamientos iníciales de esta nueva tendencia datan de principios del siglo, cuando
Richard Buckle en 1901 escribe sobre la consciencia cósmica. Años más tarde, el reconocido
psicólogo William James refiere por primera vez en la historia de la psicología, en su obra Las
variedades de la experiencia religiosa editada en 1913, la existencia de estados de
consciencia que van más allá de los que entonces se consideraban normales y, por lo tanto,
aunque no comúnmente aceptados, dentro de los parámetros de la salud mental (Oblitas,
2004).
Jung introduce el concepto del inconsciente colectivo, descubre que la psique humana tiene
acceso a motivos e imágenes universales a los que llama arquetipos y plantea la importancia
de la integración de los opuestos o “suprema unión de los contrarios” en el proceso de
individualización. Con su interés y experiencia directa en las tradiciones espirituales de
oriente, Jung descubre que las religiones son fuentes sumamente valiosas de información que
llevan lazos estrechamente ligados con los aspectos colectivos del inconsciente. Es el primer
psicólogo que se atreve a cuestionar los dominios del modelo médico en el ámbito de la
psicología y de la psicoterapia, al enfatizar su preocupación por los aspectos religiosos y
espirituales del ser humano. Estos ideales son dejados de lado durante muchas décadas,
hasta la década de los sesenta, cuando se inicia el renacimiento del interés por los alcances
remotos de la consciencia humana, constituyéndose formalmente la Psicología Transpersonal
como corriente psicológica en los Estados Unidos de Norteamérica (Sin autor, en Introducción
a la obra de C.G. Jung.).
Otros de los pilares de este enfoque los encontramos en Abraham Maslow y Anthony Sutich,
quienes a lo largo de diez años de estudio e investigación proponen, sistematizan y originan la
visión de trascendentalidad el hombre, iniciando gradualmente desde los aspectos corporales,
hasta el ámbito espiritual y trascendental (Grof, 1993).
Los años sesenta fueron testigo de una ola de interés por la experimentación de la
espiritualidad y de la consciencia, abarcando desde un renacimiento de las prácticas antiguas
orientales, hasta la proliferación de psicoterapias vivenciales y la exploración de drogas
psicomiméticas capaces de producir una psicosis temporal. La visión de Buda del señor de la
ilusión del mundo, Kania Mara, y de las huestes de demonios que intentaban impedirles
alcanzar la iluminación, es un ejemplo espectacular de dicha situación. El Nuevo Testamento
describe un episodio similar en la vida de Cristo, que incluye su tentación por el diablo. Las
biografías de los santos, padres y monjes cristianos, abundan en episodios vividos de visiones
extraordinarias con contenido extrasensorial sobre demonios y seres celestiales (Grof, 1993).
La psicología transpersonal integra sus bases de trabajo rescatando lo funcional de gran parte
de teorías ya existentes, que enfatizan el crecimiento y la toma de consciencia para obtener
un nivel de salud integral más amplio de lo normalmente aceptado. Estas son seleccionadas
conforme a las necesidades del paciente y al nivel de consciencia que este posea, pero todas
enfocadas a la estimulación del desarrollo del potencial del hombre como las terapias:
Gestalt, Existencial, el Análisis Transaccional, el humanismo, etc.; existen otras propias de
este enfoque como el análisis Junguiano, la Biosíntesis, la Integración Primal, etc. (Szwarcer,
2006).
Conceptualización básica
Según Grof (2001), la psicología transpersonal se caracteriza por promover el desarrollo
integral de la consciencia en sus dimensiones bio-psico-social-espiritual, reconoce la
capacidad humana de experimentar una gama muy amplia de estados de consciencia que
trascienden los límites naturales del ego y de la personalidad, y se ocupa por alcanzar una
comprensión profunda del llamado impulso trascendental.
Grof menciona (1993) que, pese a al número considerable de diversas disciplinas que plantean
sus propias teorías y métodos, enfatizando distintos elementos del desarrollo de la dimensión
espiritual y su tendencia y acción para el tratamiento de los diferentes aspectos del ser,
todos coinciden en dos principios fundamentales que son: el concepto de la naturaleza
humana en que se basa este enfoque y su origen; y el desarrollo y trascendencia de la
consciencia hasta sus últimas instancias. El ser humano debe contemplarse como una unidad
integral armónica que no sólo abarca las dimensiones biológica, psicológica y social de los
individuos, sino que incluye otras dos dimensiones más elevadas:
Emergencia espiritual
Cualquier evento desventurado que experiencia el individuo, es una señal de advertencia
sobre el estilo de vida que lleva y al mismo tiempo una invitación a la toma de consciencia; a
esto se le conoce como experiencia espiritual.
Se ha intentado situar el problema dentro del contexto de la crisis que la humanidad actual
está afrontando, creyendo firmemente que este enfoque puede lograr una transformación a
gran escala de la consciencia humana. Sería una de las pocas tendencias realmente
prometedoras para lograr una existencia armónica en el mundo actual .
El guía espiritual, así como el psicólogo transpersonal exploran las diferentes formas de ayuda
que pueden brindar al individuo, la familia y a la comunidad respecto a la solución de las
emergencias espirituales.
Estructura de la consciencia
La consciencia se encuentra estructurada en niveles que se relacionan estrechamente con las
dimensiones que conforman la naturaleza humana, mismas que se consideran estructuras
básicas que permanecen a lo largo de todo el proceso de desarrollo al que hemos llamado
Espiral de la Consciencia (Oblitas, 2004). Estos niveles son:
a) Nivel pre-egóico.Comprende los primeros cuatro o cinco meses de vida y se caracteriza por
ser una etapa en la cual la consciencia no se diferencia aún de todo lo creado. Su primera
función consiste en aprender a diferenciarse de lo que le rodea. Es aparentemente la etapa
más primitiva ya que en ella no se experimenta la diferencia entre el mundo exterior y el
ego.
b) Nivel egóico. Es el más simple y reducido nivel de autoconsciencia en el que el proceso de
diferenciación sujeto-objeto es aún muy primitivo. La consciencia se encuentra identificada
con el cuerpo y se sitúa principalmente en la dimensión biológica, aunque al finalizar esta
fase, empieza a penetrar dentro de los confines de la dimensión psicológica.
c) Nivel prepersonal. Conforma una nueva etapa de transformación en la cual la mente inicia
su camino de identificación del cuerpo, y pasa de ser una consciencia corporal a una
consciencia mental-racional. Este proceso comprende tres fases: la diferenciación entre
cuerpo y mente; la trascendencia del cuerpo; y la tercera que incluye la capacidad de operar,
controlar y dirigir el organismo físico, obteniéndose como consecuencia de las anteriores
etapas. Esta expansión cognitiva se realiza gracias al vehículo del lenguaje simbólico, que
crea para la mente un espacio perceptual que se extiende mucho más allá de la simple
recepción sensorial.
d) Nivel personal. Este nivel abarca dos etapas del desarrollo evolutivo; la primera abarca de
los 7 hasta los 12 años y se caracteriza por el desarrollo del pensamiento lógico; y la segunda
etapa que corresponde a la fase conocida como la adolescencia. Esta última traviesa por tres
períodos distintos: la temprana que corresponde a la pubertad; la primaria en la que el
individuo se vive dividido entre el narcisismo y el encuentro con el otro y los otros; y la tardía
que oscila entre los 17 y los 21 años de edad. Estas dicotomías se van resolviendo positiva o
negativamente y las polaridades van encontrando puntos de convergencia y de síntesis. Se
experimentan necesidades de logro, de autoestima, autovaloración, de pertenencia y
afiliación.
e) Nivel organísmico social. Se rige por los principios de la relación y de la voluntad. Esta es
una fase en la que se realiza la integración de todos los niveles de consciencia anteriores. El
desarrollo de la libertad responsable es característico de este nivel de consciencia.
Psicosíntesis
González (2004) señala que es la contribución más importante del psiquiatra italiano Roberto
Assagioli, que proporciona la comprensión del complejo del fenómeno humano. Es un enfoque
psicológico que combina una teoría convincente de la psique humana y de la autorrealización
y la expansión de la consciencia, con una propuesta psicoterapéutica práctica que conduce a
la plena realización del potencial humano, se interesa especialmente en la relación existente
entre los desórdenes mentales y la espiritualidad. Su propuesta enfatiza los aspectos
creativos, positivos, espirituales y gozosos del ser del hombre y de la mujer, así como el
papel relevante que juega la voluntad en los procesos de autorrealización y de trascendencia.
Assagioli señala -treinta años antes que Maslow- la expresión transpersonal para referirse a la
dimensión espiritual que él vislumbra como la cuarta dimensión que conforma la naturaleza
humana, consciente de que el término espiritual se confunde fácilmente con la religión.
La amplitud del repertorio de técnicas que Assagioli desarrolla y compila, hace prácticamente
imposible la presentación y la descripción de cada una de éstas. Por lo tanto, nos limitamos a
mencionar algunas de las técnicas más utilizadas por los psicoterapeutas de la psicosíntesis
(Oblitas, 2004):
- Una vez reconocido el proceso individual que se trata, se utilizan técnicas de identificación-
desidentificación, trabajo con las sub personalidades, fantasías guiadas, evocaciones visuales,
olfativas, gustativas, motrices, auditivas y simbólicas, expresión del ser a través del arte,
transformación de las energías psicocorporales, entrenamiento imaginativo, meditación
reflexiva y contemplativa, diálogo interior, bibliotecaria, modelo ideal del yo, descubrimiento
de las energías y las dimensiones del amor, de las relaciones interpersonales, del encuentro y
del compromiso social, entre otras.
Imaginación Activa
Fue planteada por Jung en 1935, en la cual describe otra forma -además de Freud- de
ingresar al inconsciente. En estado de vigilia y sin una actitud crítica, el inconsciente surge a
través de imágenes oníricas, sentimientos, miedos, ideas y obsesiones. Si se toman esas
imágenes interiores como si se tratara de presencias objetivas, el enfrentamiento de este
contenido inconsciente es lo que auxiliara en la extracción del sentido, siendo esta la esencia
de la imaginación activa. Una vez que el inconsciente se encuentra próximo, se revela el
contenido personal reprimido el cual se denomina “sombra”. La resolución de este estadio
conlleva “sufrimiento”, y solo así, con el dolor que comporta resolver la sombra, se revelara
el fondo arcaico (Sin autor en Introducción a la obra de C.G. Jung.).
Fantasía guiada
Desarrollada por Desoille, esta técnica es un modelo sistemático en el cual se elabora
material simbólico, y cuyo objetivo es la comprensión del sentido del mismo. Las
representaciones figuradas facilitan la expresión de las experiencias emocionales del
individuo, y este estado del sueño se encuentra en el espacio intermedio que existe entre la
vigilia y el estado de sueño. El terapeuta induce al individuo a un estado hipnoide en el cual
se experimenta una sensación de relajación muscular y mental, que promueve en el sueño
una imagen que desarrollará a través de instrucciones específicas, llevando al paciente al
enfrentamiento de diferentes tipos de posibles situaciones y analizando las respuestas que
este tenga ante ellas. Existe una segunda fase en la cual se le brindan las alternativas
posibles no visualizadas con anterioridad, y de esta forma, desarrolla nuevas actitudes. Para
finalizar se le invita a practicar la realización de estas fantasías (Ruiz, Imbernón, Barbudo,
Luján & Pérez, 2001).
Willber refiere, según la filosofía perenne, que la consciencia se encuentra dominada por el
dualismo sujeto-objeto, y es incapaz de percibir la realidad tal como es, en su totalidad y
como identidad suprema.
La filosofía del perenne expresa que aquello que causa el sufrimiento, es el apego y el deseo
de nuestra identidad separada, y lo que pone fin al sufrimiento es el camino meditativo que
trasciende al pequeño yo y al deseo y el apego. El sufrimiento es inherente a ese nudo o
contracción llamado ego y la única forma de acabar con el sufrimiento es trascender el ego.
No se trata de que después de la práctica espiritual ya no se sienta dolor, angustia, miedo o
daño, lo que simplemente ocurre es que esos sentimientos ya no amenazan la existencia y,
por tanto, no tienen energía, no resultan amenazadores. Esto se debe a que ya no existe
ningún ego fragmentado que pueda sentirse amenazado y, por otra, nada puede amenazar a
ese gran Yo del ser original y auténtico, puesto que, siendo el “Todo”, no existe nada ajeno a
él que pueda hacerle daño. Visto de esta manera, para lograr poseer un aspecto transpersonal
en el cual se vive una salud integral y espiritual, es necesario conocer las estructuras
básicas de los pilares de la consciencia. Según Willber, en lo que es su versión ampliada de la
Gran Cadena del Ser de la filosofía perenne, refiere nueve niveles para lograr la
espiritualidad y trascendencia:
Primer nivel. En este se ubican todos los componentes corporales, desde las percepciones
sensoriales, hasta la materia corporal.
Segundo nivel. Es todo el aspecto emocional instintivo como organismo y las
conceptualizaciones, lo llamo emocional-fantásmico. Contiene el aspecto instintivo, libidinal,
bioenérgico, sexual, más el nivel de las imágenes.
Tercer nivel. La mente representacional. Está basada en los símbolos, en aquellas
conceptualizaciones representativas que el individuo tiene como significados sobre una forma
real.
Cuarto nivel. Lo llamo mente regla/rol, es la primera estructura capacitada para producir un
pensamiento reglado y metódico, además de poder asumir roles diferente a los propios.
Willber enfatiza que ésta es la estructura asimila los mitos como ciertos.
Quinto nivel. Conlleva la capacidad de reflexión formal, es lo que Willber refería como pensar
sobre el pensamiento. Es una estructura con la capacidad de construir un razonamiento
hipotético.
Sexto nivel. Incluye el plano existencial con una visión lógica integradora, capaz de crear
redes relacionales. Este nivel se logra cuando el individuo es capaz de integrar y unificar la
mente y el cuerpo generando, así una fusión de orden superior, Willber la denomina
Centauro.
Séptimo nivel. Es el nivel psíquico, en el cual pueden desarrollarse capacidades
paranormales. Es el inicio del desarrollo espiritual o transpersonal.
Octavo nivel. Es un nivel intermedio en el desarrollo espiritual. En él se aguardan
conceptualizaciones luminosas y divinas, diferentes a las formadas en los niveles tres y
cuatro. Es el sentido de aguardar un Dios personal y de los objetivos transpersonales.
Noveno nivel. Es el estado resolutorio de la trascendentalidad. Es la fuente pura, el estado de
una conceptualización luminosa no personal, sino divida.
Desde el punto de vista sinérgico, todo esto es la representación del diagrama de la realidad
suprema, el Espíritu Absoluto el que funcionará como base y realidad de todos los niveles.
Enfoque bioenergético
Bergson (en Lowen, 1993) refiere la existencia de una energía vital en el ser humano que
brinda la animación al cuerpo, la denominó Élan vital. Esta energía según el pensamiento
religioso oriental está vinculada directamente a la espiritualidad. La energía es la que mueve
al mundo y la concepción antigua de atribuir ciertos eventos a dioses místicos como el de la
fertilidad o el de la cosecha, no estaba del todo equivoca. La conceptualización era a través
de la influencia directa de energía.
La salud va mas allá de la corporalidad, según Reich, psique y soma no son dos conceptos
individualizados, hay una la relación existente entre ellos y la alteración de uno, se
reflejará de forma proporcional en el otro (Lowen, 1993).
Recordando la conceptualización que Freud tenía respecto a las fuerzas que llevan al
individuo a actuar, llamada líbido; Reich se enfoca a la comprobación de esta energía. En sus
experimentos encontró que un estímulo placentero aplicado a una zona corporal, producirá
carga eléctrica y se presenciaba el aumento del flujo sanguíneo. De forma contraria un
estímulo displacentero se relacionaba a un reflujo del fluido corporal. Posteriormente
conceptualiza la orgona, que es la energía que se encuentra en todos los procesos existentes
en el universo, incluso en el individuo mismo (Lowen, 1993).
Tschudin en Payne (2002) refiere que el autoconocimiento es resultado del diálogo con uno
mismo. Esa charla interna sobre cuestionamientos como ¿Cómo me siento? ¿Estoy dónde
deseo estar? ¿A dónde dirijo mi vida? ¿Es la elección correcta? Etc., son los que enriquecen el
autoconocimiento, ya que están en contacto directo con la autopercepción del mundo
interno y externo, permitiendo mejorar las relaciones personales.
Utilizando una integración de mente y cuerpo, el trabajo de esta terapia consiste en que el
paciente aprende a utilizar recursos los cuales les ayudaran a un mejor afrontamiento a los
problemas y enfermedades que puedan padecer en la vida (Rodríguez, 2005).
Existe una diferencia entre la medicina mente- cuerpo de la medicina alternativa o medicina
complementaria. La medicina mente-cuerpo menciona que la salud es mucho más que la
ausencia de enfermedad, la salud consta de un bienestar general: social, físico y mental.
Diversos estudios muestran que la conexión entre mente y cuerpo es importante para el
proceso de curación (Rodríguez, 2005).
El 1930 Walter Canon realiza los primeros estudios en la conexión mente-cuerpo, años más
tarde, Walter Hess y Hans Salye en 1950 realizan los primeros hallazgos sobre la respuesta
fisiológica del efecto de pelea y huida. Todos estos hallazgos son pauta para la formación de
nuevos conceptos y crece el interés en la unidad de la mente, el cuerpo y el espíritu. En
1970, Herbert Benson se interesa por la validación científica de la unión de cuerpo-mente-
espíritu, a partir de ese momento se inició al estudio de las técnicas de meditación, como
respiraciones diafragmáticas, oraciones repetitivas. Quigong, yoga, relajación muscular
progresiva, tai chi, etc. (Rodríguez, 2005).
El psiquiatra suizo Carl Jung fue uno de los precursores de los hallazgos de supra-inconsciente
a partir de la vivencia soñadora. Después de los descubrimientos del inconsciente colectivo y
los arquetipos, sería la modificación al estilo de vida occidental (Almendro, 2006).
De acuerdo a Szwarcer (2006), esta técnica permite una comprensión más amplia de aquellos
sucesos biográficos adelante del nivel personal. Enfatiza la concepción del ser humano como
ser de conocimiento más allá de sus vivencias, incluso prenatales; siendo capaz de traspasar
su corporalidad y la relación espaciotemporal, llegando así a un conocimiento transpersonal.
Las patologías presentadas por el individuo, pueden tener su origen en torno a estas
experiencias pasadas, y es a través de la recuperación de la memoria celular de esas épocas,
traída a nivel consciente, que se revive el episodio significativo direccionándolo a la sanación.
Puede llegar a presentarse una variable en el ritmo del proceso terapéutico debido a algún
proceso personal de vida en el paciente, por lo que se sugiere bajar el ritmo de trabajo y
utilizar técnicas o ejercicios enfocados al desbloqueo de la energía y la armonización. La
respiración holotrópica es una técnica, eficaz y sumamente funcional para poder entrar a los
espacios internos del ser y asesar directamente al inconsciente. Además de su poder curativo,
es una alternativa que permite el acceso al área espiritual (Almendro, 2006).
Aquella persona que presenta manifestaciones patológicas propias de los niveles personal y
ego de consciencia, no es apta para este tipo de técnica meditativa. En el transcurso de las
tres últimas décadas, la ciencia moderna nos ha enfrentado a nuevos desafíos y nuevos
descubrimientos, que sugieren la existencia de aptitudes humanas que exceden todo lo
imaginado anteriormente (Willber, 2002).
-Toda técnica y toda estrategia no son más que simples instrumentos para producir un efecto
determinado sobre la psique, por lo que nunca deberán ser consideradas como fines en sí
mismas.
-Las actitudes y los valores del terapeuta juegan un papel mucho más importante que las
técnicas.
-Los ejercicios, los métodos y las técnicas, se van determinando conjuntamente entre
terapeuta y cliente para alcanzar los fines que se pretenden
-La aplicación de las técnicas, los ejercicios y los métodos siempre se verán encausados y
manejados a través de la voluntad y de la libertad responsable.
-Es de extrema importancia adoptar una actitud equilibrada y ser capaz de diferenciar las
emergencias espirituales de las auténticas psicosis. La terapia transpersonal no es apropiada
en casos claramente psicóticos, caracterizados por ausencia de introspección, imágenes y
alucinaciones paranoicas, y formas extravagantes de conducta.
Discusión
La psicología transpersonal suele englobar pensadores, filósofos y psicólogos que desarrollaron
una variedad de estilos terapéuticos a través de los cuales enfocan en autoconocimiento y la
espiritualidad humana. La psicología científica y la psiquiatría catalogan los eventos de
desequilibrio físico-mental como enfermedades psicopatológicas, dejando de lado la inclusión
de ese aspecto tan importante que la filosofía transpersonal retoma: “El espíritu”.
Referencias
Almendro, M. (2006). El poder curativo de la prespiración holotrópica. Revista Discovery D
Salud.com.Recuperado el 12 de agosto del 2009 de http://www.dsalud.com/
numero86_4.htm
Bannet, E. (2009). Nuestro mundo interior, según Jung. Revista ALCIONE. No. 19. Recuperado
el 07 de Agosto del 2009 de http://www.alcione.cl/nuevo/index.php? object_id=251
Bartolome, A. (2002). Filosofía Transpersonal. En Ken willber Psicologia
Transpersonal [Versión electrónica]. (pp. 1-98). Recuperado el 16 de agosto del 2009 de
http://psicosystem.blogspot.com/2009/07/filosofia-transpersonal-ken-wilber.html
Grof, S. & Grof, C. (1993). “Ayuda en casos de emergencia espiritual”. En El poder curativo
de la crisis.Barcelona: Editoria Kairos.
Grof, S. (1994). “Descubrimiento de nuevas dimensiones de la concienca”. En La mente
holotrópica. Barcelona: Editorial Kairos.
Grof, S. (2001) Psicología transpersonal, nacimiento, muerte y trascendencia en
psicoterapia.Barcelona: Editorial Kairos.
Lowen, A. (1993). “El concepto de energía”. En La espiritualidad del cuerpo. Buenos Aires:
Editorial Páidos Ibérica.
Oblitas, G. (2004). “Psicologia Transpersonal”. En ¿Cómo hacer psicoterapia
exitosa?. Colombia: Psicom Editores [Versión electrónica].
Painé, R. (2002). “Sistemas mentales de relajación”. En Técnicas de Relajación. Guía
práctica. (3ª ed.) Barcelona: Editorial Paidotribo.
Ruiz, J., Imbernón, J., Barbudo, A., Lujan, J. &Perez, M. (2001). Trabajando los sueños.
Interpretaciones en psicoterapia. Psicología on-line. Recuperado el 20 de agosto del 2009
dehttp://www.psicologia-nline.com/ESMUbeda/Libros/Suenos/suenos7.htm