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170/Seiigio Pérez Cortés

'Distinción y relación entre


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Taylor, Ch. Sources ofSelf, Cambridge Mass., Harvard University Press, 1989. Teoría de la Historia. E^tas notas surgen de la necesidad de deter-
Thomas, K. "Cases of consdence in seventeenth-century England" en J. Morriu
(ed.), PuWíc Duty and Prívate Cmscience in Seventeenth-Century England,
minar la distinción y relación entre la teoría <|e la historia y la
Oxford, darendon Press, 1993. historiografía; así como la reladón de ambas con la historia. Para
Wells, S. C. The Casuistical Tradition in Shakespeare, Donne, Herbert and Millón, ello, me valgo de la discusión filosófica entre filosofía de la ciencia
Piinceton, Princeton University Press, 1981. e historia de la cienda.^
Zangorin,P. VVaysofbiing:Dissimulation,PersecutiottandCottfínTnityinEar¡yModern
Europe, (áunbridge Mass., Harvard University Press, 1990.
. Pretendo sosteiiier que las tres -teoría de la historia,
historiografía e historia constituyen sendos discursos completos;
por eso lünguna cancela a la otra, y en cambio una requiere de la
otra. EMcho con mayor i)redsión, hay una reladón de dependencia
mutua entre teoría de lá historia e historiografía, así como de estas
dos con la historia.^
Comenzaré mostrando el pimto distintivo entre teoría de la
historia e historiografía, en reladón con la historia. Esta distindón
nos permitirá ver las semejanzas entre las dos primeras y la impor-
tancia de distinguirlasJ Después de esta delimitación, señalaré su
reladón de dependencia. Finalmente expondré un ejemplo de cada
ima.
^ Cfr. John Losee, POosofta df la ciencia e investigación histórica, trad. de Huberto
Marraud González, Madrid, Alianza Universidad, 1989. Estany Anna, Introducción
a la filosofía de la ciencia, Barcelona, Crítica, 1993.
' EMcha distinción tiene su fiiente en el planteamiento que hace Unmanuel Kant en
la Tercera antinomia". En eÜa presenta el argumento de la libertad y el argumento
del determinismo como exduyentes, pero siendo verdaderos los dos. La razón de
esto se encuentra en que cadi uno parte de intereses distintos. Cfr. Immanuel Kant,
CrÜica de la razón pura, trad. Ide Pedro Ribas, Madrid, Alfaguara, 1978, pp. 407-12.
Ejemplos de la actualidad d¿ esta distindón y su aplicadón pueden encontrarse, en
el caso de la FilosoHa de lajdenda e historia de la denda, en Thomas Kuhn, La
tensión esencial. Estudios seleáos sobre la tradición y el cambio en d ámbito de la ciencia.
trad. de Roberto Heliei; Méxfco, FCE, 1982, pp. 40-55.0 en el caso de la epistemología

Historia y Grafía, UIA, n ú m . 6,1996.


172 / Carlos Mendiola Mejía Distinción y relación entre b teoría de la historia, la historiografía y la historia / 173

1. DislIncWin general: historia (práctica) y teoría de la historia 2. Distinción particular entré teoría de la historia e historiografía
e historiografía (reflexión}
Conaderando elpropósito de la reflexión de la teoría de la historía,
Atendiendo a la actividad que realizan la teoría de la historia y la se puede dedr que ésta piretende "fundamentar" a la historia, mien-
historiografía, podemos distinguirlas de la historia. Llamaremos a tras que la historiografía, de acuerdo con su propósito, pretende
las dos primeras una actividad teórica, y a la historia, una activi- "verificarla". Dicho con mayor predsión, busca cómo se pretendió
dad práctica. Estos nombres sólo son empleados en fundón de la verificar la historia en el momento en que se escribió. Ya se ha di-
distinción. Por actividad práctica entiendo todo lo que implica es- cho que ambas reflexionan sobre la validez de la historia. Enton-
cribir libros de historia (desde la búsqueda en archivos hasta su ces, la primera quiere mostrar el fundamento o legitimidad que
redacdón y defensa frente a la comunidad de historiadores). En tiene la historia para afirmar con validez. Y a su vez, la historiografía
cambio, la actividad teórica -teoría de la historia e historiografía-r, quiere mostrar la manera en que se verifica la afirmación que hizo
sólo se encarga de reflexionar sobre aquella actividad práctica que la historia.^
es la historia. La distindón no se establece entre fundamentación y verifi-
Esta distindón muestra que cada una de las actividades tie- cación, como si la teoría de la historia sólo fundamentara sin ocu-
nen que cumplirse en momentos distintos. La reflexión sólo podrá parse de la verificadón, y dejara esta tarea a la historiografía. La
llevarse a cabo si ya existe la materia sobre la que se ha de reflexio- teoría de la historia tiene que ocuparse de la fundamentación y
. nar: los libros de historia. Aunque la práctica -el escribir libros de también de la verificadón. La historiografía pretende reconstruir
historia- será benefídada por la reflexión gue se haya hecho de : la manera en que se escribió la historia en una época, poniendo
prácticas anteriores. particular atención en cómo pretendió ser válida o cómo podía ser
La reflexión está dirigida -en términos generales- a la vali- : verificada.
dez de esos libros de historia. Entendemos por validez, aqueílas Para poder fundamentar a la historia, la teoría de la historia
afirmadónes que hacen los libros de historia con pretensiones de tendría que responder al cuestíonamiento que pone en duda, de la
aceptadón. Aquí radica el benefído que ofrece la reflexión. La acti- manera más amplia, el conodmiento histórico. Este cuestíonamien-
vidad práctica adquiere mayor rigor en cuanto a su validez, gra- to es conoddo como ids argumentos escéptíeos, que al no poder
cias a la exigencia que le impone la reflexión. Así, la reflexión for- decidir si algo es verdadero o falso, simplemente niega la posibih-
mula interrogantes acerca de la posibilidad que tiene esta práctica dad del conodmiento.*iPor ejemplo, un argumento escéptico en el
para cumplir con tales pretensiones. Con esta distindón general, caso del conodmiento histórico sería que, si el pasado ya no existe,
aparece la historia como una actividad práctica previa a la reflexión, entonces no puede verificarse su conocimiento, y por consiguien-
pero también como una actividad práctica que no ha sido termina- te, no tiene sentido haljlar del conodmiento del pasado.
da completamente porque redbe nuevas exigendas de la reflexión. Por su parte la hiátoriograñ'a, buscando reconstruir la mane-
Por el momento sólo he distinguido a la historia, como acti- ra en que se ha hecho la historia, tendría que responder a la pre-
vidad práctica que redbe una exigenda de la reflexión planteada gurtta: ¿cómo pretendía ser válido este conodmiento histórico en
por la teoría de la historia y la historiografía. Queda por distinguir
3 Para la distindón entre fmidamentadón y verificadón: cfr. Karl-Otto, Apel, " H
el tipo de reflexión que cada una lleva a cabo. problema de la fundamentadón última filosófica a la luz de una pragmática tras-
cendental del lenguaje (Ensaco de una metacrítica d d 'radonalismo crítico')", ti-ad.
de Bernabé Navarro, en Dianoia. Anuario de Filosofía, 1975, aiio xxi, núm. 21.
y la ética, en cuanto a la subjetividad y la objetividad, en Thomas Nagel, La muerte • Hay que advertir que la pbsidón del escéptico es una tercera y previa a la que
en cuestiSn. Ensayos sobre la vida humana, trad. de Carlos Valdés, México, FCE, 1981, existe fíenle al deddir si al¿o es verdad, porque ésta sólo permite dos opdones:
pp. 299-325. Por último, en cuanto a la filosofía de la mente, según las explicaciones creer que es verdadero o creer que es falso. H escéptico simplemente deja de creer
de actos mentales de manera causal o intencional, en Donald Davidson, FHosofla de o, didio de otra manera, susjiende su juido. Cfr. Arthur Danto, Andytical Phüosophy
la psicología, trad. de Miguel Candel, Barcelona, Anthropos, 1994, pp. 1-63. ofHistory, Cambridge, Cambridge, 1965, p. 291, n. 3.
174 / Carlos Mendiola Mejía Distinaón y relación éntrela teoría de la historia, la historiografía y la historia / 175

particular? La verificación pretende responder a la pregunta que fimdamentadón tiene que encontrar ese centro de creencias que
valida y falsea un cónodnüento. Para que la historiografía recons- permitan refutar alaigjumento escéptico, sosteniéndose en la ne-
truya la maneradehacer historia,tiehequeatender a la manera en cesidad de ser aceptado. Tendrá que ser aceptado porque el argu-
que se pretende su verificación. Como dije en el apartado anterior, mento muestra las condidones indispensables (de acuerdo con un
que la reflexión plantea cada vez mayor rigor a la historia, enton- modelo que propone un tipo de historia ejemplar, esto se explicará
ces por eso puedo sostener que las pretensiones de validez son más adelante) para que piieda existir la historia. La necesidad resi-
distintas a medida que pasa el tiempo. Y la historiografía señala de en que negar esas condidones implicaría una contradicdón,
este cambio. Por ejemplo, mediante ella, se mosti-ará la manera en porque si se niegan las co)tKÍidones indispensables para que exista
que Ranke pretendía escribir una historia verdadera. la historia, entonces también se niega la historia. El escéptico debe
Si ahora consideramos la manera en quetieneque proceder la advertírque si no acepta oontradicdón el ai;gumentotieneque acep-
.teoría de la historia para lograr esta fimdamentadón, encontrare- tarse. El escéptico construye sus argumentos desde las teorías más
mos que está abocada a la historia que se hace en el presente. En actuales, y ahí tiene que encontrar su refutación quien quiera ha-
cambio la historiografía, en cuanto a la manera en que tiene que cerlo. Por eso, el carácter necesario en que se sostiene el argumen-
proceder, está dedicada a la historia que se hizo en el pasado, su to sólo puede encontrarse en algo que los dos acepten de antema-
objeto de estudio está en el pasado y, por coitóiguiente, su mirada no. La teoría de la historia, con la pretensión de fundamentar,
también. apuesta que sus últimas creencias no son arbitrarias y pueden jus-
La fijndamentación que quiere alcanzar la teoría de la histo- tificarse. Un ejemplo de esta refutadón del argumento del escépti-
ria sólo puede Ipgrarse en el ámbito de la necesic^ad.^ Por necesi- co (en el apartado délos ejemplos expondré con más daridad esto)
dad entiendo una condición epistémica, de la cual el conocimien- podría encontrarse en que si él sostiene que no puede afirmarse el
to, en tanto qué conocimiento, no puede presdndir, yá que es una coriocimiento del pasado] por qué entonces utiliza el lenguaje, cuyo
regla constitutiva del conocimiento. Como por ejemplo, en el jue- uso implica suponer el pasado como un previo conocimiento de lo
go de ajedrez> la que determina el movimiento de la torre es que es el pasado mismo.;
constítiitiva del juego y quien no la cumple no está jugando dicho La reconstrucdón, por parte de la historiografía, de las dis-
juego. El argumento con el que la teoría de la historia quiere fun- * tintas verificaciones propuestas en la historia, sólo puede alcanzarse
damentar el cónodnüento se sustenta en la necesidad. Este susten- determinando la contingjeneia de la propuesta. La afirnnación pro-
to consiste en quereahnentelas condidones señaladas sean^ece- puesta poi- la historia pertenece al momento y lugar en que fue
sarias para quesepueda realizar el conodmiento histórico. pronunciada. Si la historía hace afirmadónes del pasado, mostran-
En este caso, las condidones son.las creendasque tiene que do las consecuencias de ese pasado en el futuro del pasado, enton-
compartir todo aquel que tenga pretensiones de hacjer historia. La ces esas afirmaciones sólo pueden hacerse y verificarse si ya ocu-
rrieron esas consecuendas.* Por lo tanto, la verificadón en el caso
' El que la fundamentadón pueda dar argumentos de necesidad, queda enmarcada
en la discusión, si espodWesegulr manteniéndola distindónde lo analítico, « r a o
de la historia no puede éer ajena al momento en que fue hecha la
verdades universales y necesarias, y de lo sintético como verdades enifárícas que
siempre pueden ser siseadas. Aquí sigo la posidón de Hilary Putaam, quien sos- * Con esto hago referenda a las características que mostró Arthur Danto con las
tiene que puede seguirse manteniendo esta distindón, si por analítico sólo se en- "oradones narrativas". Única manera en que la historia puede explicar los aconte-
tiende un centro de creencias (podrán ser refutadas y cambiar) que no se cuestio- cimientos «íel pasado. La característica más general de estas oradones narrativas es
nan en fundón de la práctica denlíflca. Por tanto, empleo el concepto de necesidad que hablbn dé dos acontecimientos por lo menos separados en el tiempo, en donde
como el peso que valida el argumento de la fundamentadón, para mostrar las con- por medio d d segundo se hace referenda al primero. El primer acontecimiento
didones de posiblidad del conocimiento dentifico. El peso que lo valida es que no (pasado) puede explicarse porque d segundo acontedmiento (futuro del pasiKlo)
podrían negarse estas condidones sin caer en oontradicdón, porque entonces no ya ocurrió y constituye la condidón para poder afirmar que el primero es la causa
seria posible el conocimiento dentifico. Estas condidones son las creendas com- del segundo. C/r. Arthur Danto, op. cit., p. 15. Del capítulo que dto aquí hay traduc-
partidas que hacen posible la práctica dentífica. Cfr. Hilary Putnam, Lo amUtko y lo d ó n en Historia y narración. Ensayos defilosofíaanalítica de la historia, trad. de Eduar-
sintético, trad. de Martha Cknxwtiza, México, UNAM, 1983. do Bustos, Barcelona: Paidós, 1989, p. 51.
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afirmación. En el caso de la historiografía, la reconstrucción no sólo dad, y el de lá historiografía, en la explicadón. El primero pjreten-
tiene que mostrar esta contingencia, sino también la que determi- de ser normativo, ye! segundo sólo descriptivo.
na las pretensiones de validez a las que puede aspirar un historia-
dor. Esto es, que su afirmación depende de la concepción de ver-
dad que impere en la época. Por ejemplo, las afirmaciones de Ranke 3. Reladón entre teoría de ja historia e historiografía
no pueden ser consideradas fuera de la física mecanidsta y la filo-
sofía idealista, ya sea que se le interprete a favor o en contra. A l moverse en dos ámbitos distintos, la teoría de la historia y la
Por lo tanto, la teoría de la historia, dirigida haqia su propio historiografía ofrecen diferentes aspectos de la historia. La expli-
presente, busca delimitar el ámbito de la historia en reladón con cadón de la historiograjfía señala las condidones en que fue hecha
las demás dendas, en tanto que pretende ofrecerle una fundamen- la afirmación de la historia. Las normas del modelo de la teoría de
tación que la legitíme ante ellas, y que la distinga de la literatura la historia señalan criterios de verificadón de las pretensiones de
como un conocimiento que no oftece meras ficciones. Esta delimi- validez de la historia. Coi\fundimos sería tanto como pensar que
tación es una espede de frontera en donde el límite tendrá que una multiplicación hecha con tma calculadora tendría que verifi-
extenderse en reladón con las dendas, pero estará bien marcado carse explicando los pasos que siguió para hacerla y no por medio
en reladón con la literatura. AI construir esta dehmitadón, se ofre- dé tma prueba de dicha miütíplicadón. »
ce un modelo de lo que debe ser la historia. Como este modelo es Por lo anterior, la teoría de la historia se reladona con la
construido por medio de una confrontación con las dendas y la historiograft'a, como lo está con la historia, a la cual fimdamenta.
literatura contemporáneas, ofrece un ideal de historia. De esta [ La historiografía es historia, en tanto que explica, y dejjende de la
nnanera, la historia es exigida con mayor rigor por la teoría de la teoría de la historia. La historiografía, como la historia, es comple-
historia. ^ ta. Su reladón de dependencia con la teoría de la historia no es de
La historiografía está dirigida hacia el pasado, ofredendo el carencia, sino de descubrimiento y legitimadón.
conocimiento de cada uno de los modos en que la historia ha sido La teoría de la historia encuenbra su objeto de reflexión en la
hecha como paradigma de la práctica histórica. Con paradigma historiografía. Esta últicna presenta los paradigmas de la historia.
quiero decir que cada una de las maneras en que la historia ha sido Sin elja> la teoría de la historia correría el riesgo de distandarse en
realizada impone un nujdo de dirigirse a las fuentes, una manera una abstracción que nqnca encontraría aplicadón. El modelo que
de expresar sus afirmaciones y defenderlas ante la comunidad de construye la teoría de la historia sólo resulta necesario en virtud
historiadores, lo cual resulta ser una fonna de pretensión de vali-i de estos paradigmas. La teoría de la historia busca este nnodelp en
dez y de su posible verificadón. En sí, cada paradigma es comple-j el presente, porque en éste quiere fundamentar a la historia frente
to porque muestra una serie de compromisos de la comunidad del a las demás ciencias; p<ero esta fundamentación únicamente ten-
historiadores. Si estos compromisos cambian por exigendas de lai dría séntidoen reladón con la práctica. La teoría de la historia no
teoría de la historia, la historiografía muestra una diversidad de! puede, pues, desconocier a la historiografía. La teoría de la historia
paradigmas.'' | numtiene una reladón; de dependenda con la historiografía, pero
Esta distindón, que muestra las características particulares! tampoco es una carehcia/como no lo es en la relación entre
entre teoríade la historia e historiografía, como sus profxSsitos y el i historiografía y teoría; de la historia. La teoría de la historía en-
proceso que tienen que seguir'para obtenerlos, nos pertrute ver: cuentra su completituden su argumentadón, por eso es que corre
que cada una pertenece a ámbitos distintos. El argumento que de-| el riesgo de perder aplicadón. El peso de esta ai^gumentadón se
sarrolla la teoría de la historía encuentra su sustento en la necesi-i sostiene en dos tipos de reladón: la que se establece con la propia
historia, que deberá acjeptarla si quiere constituirse en cienda, por-
' Para el concepto de paradigma, cfr. Thomas Kuhn, La estructura de ¡as revoluckmesl que este aigumento rriuestra las condidones de esta última; y con
científicas, trad. de Agustín Contín, México, PCE, 1971,1^ 'Posdata", 1969. las dendas, éstas deberán aceptarla porque muestra que la prácti-
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ca dé la historia mantiene las mismas aeeiKáas que la teoría de la comp>atibih'dad de caiiacteres. A l seíialar la reladón, aparederon
historia. contó un matrimonio ique no se rompe, por la convenienda que
Ahora bien; la cottexión entre los paradigmas que presenta la ofrece su unión. ;
historiografía sólo puede encontrarse en el modelo proporcionado Mostraré esta reladón y distindón con dos ejemplos. En el
perla teoría de la historia. Esos paradigmas constituyen constela- caso de teoría de la historia sería la propuesta de Arüiur G. Danto.'
ciones de compromisos de la comunidad de historiadores. Cada Como ejemplo de historiografía cabe mendonar a Hayden White.'"
uno de los paradigmas representa una constelación o un lenguaje No cito a estos autores, sólo expondré los elementos que ejempli-
propio. Como en el caso de la historia no puede pretender Una fican n\ desarrollo déla teoría de la historia y de la historiografía.
reladón basada en la observadón de aquello que afirma, en tanto Danto ofrece una fundamentadón de la historia puesto que
que él pasado ya no está ahí enfrente para ser constatado (podría- refuta los argumentos escéptíeos. El autor responde a tres argu-
mos preguntamos si en alguna denda si lo está, pero no es asunto mentos escépticos: el del significado, el de la referenda y el del
deesta exppsidón). Así, lo afirmado como la realidad del historia- valor de verdad que puede tener la historia. El argumento del sig-
dor no podrá encontrarse más que en el propio lenguaje o conste- nificado dice que toda oradón que afirma algo sobre el pasado,
ladón. Esto significa que la consteladón constituye Im muiido o carece de sentido porque habla de algo que ya no existe, y esta
una realidad. Para que pueda haber comunicadón o conexión en- forma de'afirmadón no puede ser verificada. A este argumento
tre los paradigmas, tendría que ser posible traducirlos a im mismo Danto contesta que d sentido de una oración no depende de su
lenguaje; Esta traducción es posible por nniedio del modelo que verificadón. El sentido no radica en aquello de lo que habla, sino
muestra un ideal de historia. Mediante diferencias y semejanzas en la nrumera en que habla de aquello. Por eso una oración que
con el modelo, puede tradudrse im paradigma y ser comparado afirme algo sobre el pasado, tendrá sentido si entendenvos la rela-
con otros. El modelo no es atemporal, pertenece al presente y po- ción temporal y espacial que propone. Aquí tiene lugar el segundo
drá refutarse, mas por el momento es el único inshiamento que
permite esta traducdón.' De esta manera, la teoría de la historia y
la historiografía tienen otra reladón de dependencia. La primera José Migud Esteban a o q u d l , Madrid, Tecnos, 1988, pp. 118-24. Existe contestadón
de Ktihn: "Conmensuiabilitiad, comparabilidad y comunicabilidad", en ¿Qué son
da la posibilidad de comparar esos paradigmas y la segunda mues- las retfoluekmes científicas? y <aros ensayos, trad. de José Romo Feito,Barcdona/ Paidós,
tra los paradigmas en su particularidad. De tal manera que no se 1989, pp. 95-135. i
podría lograr esa comparación sin la teoría d é l a historia, y ésta no ' Arthur Danto, op. cit. Advierto que no creo que toda fimdamentadón tenga que
eiKontraría el lugar de cada uno de los paradigmas sin la histo- tener como núdeo la verdad (como en el caso de Danto), por-eso he formulado la
tarea de la fundamentadón como la justificadón de un centro de creendas o la
riografía. Pero la primera reladón ocurre dentro de la teoría de la legitimadón de las pretensiones de validez. Un ejemplode fundamentadón que no
historía y la segtmda reladón en la historiografía; tan sólo han de tiene su núdeo en la veidad es la que hace Midtel de Certeaa Él la fundamenta en
tomarse en cuenta una a la Ob-a. la institudón, que está constituida por la comunidad de historiadores. Éstos com-
parten Un código de honor y se encargarán de su cumplimiento. Desde la institu-
d ó n está minaídála frontera éntrelas dendasy lo q u e n ó l o es. N o cábela posibi-
Udaddécoitfusión poique la propia institudón determina qué es historia y qué no
lo es. La verificadón para de Certeau no oorre^nde con criterios de verdad, sino
4. templos de teoría de la historia e historiografía de pertinencia; esto es, la importanda de intervenir en situadones detecmiiudas.
Por éso, para élU) im{x>rtante s(Hi el momento y el lugar en qué algo es didio. El
Con apoyo en tm símil podré explicar esta distindón y reladón objetivo de la historia es la política. Debefedsearlos modelos que las dendas pro-
ponen «n benefido de la humanidad. Esta falsificadón se realiza mostrando el pa-
entre teoría de la historíae historiografía. En un prindpio> cuando
sado como lo no c o n t e m f ^ p por el modelo. Cfr. Michel ele Certeau, La escritura de
hice la distindón entre ellas; aparederon como un divorcio por in- la historia, trad. de Jorge López Moctezuma, 2* ed. trad. revisada, México, úiA-De-
partamento de Histwis, 1993, cap. n.
• ijcm esta tedTque sostiene la posiMUdad de traducir los paradigmas desde un
modelo, tüJQio pcieldón en la discusión que se origina acerca de si es posible o no Hayden White, Metehi^om. La imaginación histórica en la Europa del siglo xix, trad.
esta traducdón; Comparto la de Hilary Putnam en RazOn, veráad e historia, trad. de de Stella Mastrangelo, México, F C ^ 1992.
1B0/Carlos Mendiola Mejia ^tinaón y relación entre Ik teoría de la historia, la historiografía y la historia / 181

argumento escéptico, acerca d é l a referencia, el cual sostiene que •".pimientos. Con respe<|ó al contenido, puede verificarse por medio
quizá no exista el pasado del que habla esa oración. Danto contes- de las fuentes que cóifoboran los datos empléados.^^
ta a éste,mostrando que el uso del lenguaje implica suponer el Hayden Whiteréconstruye las manerasen que se ha hecho la
pasado. Hay dertas palabras que son huellas de algo que ocurrió historia en el siglo hx. Muestra sus obras: Michelet, Ranke,
én el pasado. El ejemplo que presenta es el de/'dcatriz" que hace Tocqueville y Burcklwdt Y no podría dejar dé mostrar la conste-
referenda a un acontedmiento que ocurrió en el pasado con el que ladón en la que aparecen estas obras: los filósofos de la historia
existe una reladón causal. Por último, respecto al ai^xmiento so- Como Hegel, Marx, NRetzsche y Croce. La atención en la verifica-
bre el valor de verdad qué puede tener la historia, el autor señala, ción puede verse en leí que él considera la pretensión de una repre-
el hecho d é que d historiador siempre distorsiona subjetivamente sentación realista por biedio de los modos en que traman sus rela-
la realidad objetiva. El argumento dice que éste es un hecho por- tos los historiadores. Ésta reconsbiicdón no puede carecer de un
que quién nOtieneactitudes no es un ser hiunano, el historiador es. modelo, que él mismio construye, en donde marca una frontera
un ser himiano y por consiguiente no puede hacer afirmadónes con h'mites más cercanos a la literatura y más lejanos de la ciencia.
objetivas sobré él pasado. Toda oradón histórica, como consecuen- Una cita de Meighistoria -en donde el propio Hayden White
cia de factores personales, es una distorsión y no puede sostenerse explica sus propósitos- mostrará su interés por reconstruir la con-
cómo verdadera. A este ái^gumento. Danto contesta que si es un cepdón d^ verificación y delinütarla en la época en que esta histo-
hecho, entonces toda forma de verdad está sujeta a esta distorsión, ria fue hecha.
de tal manera que la verdad consideraría tal distorsión> conw algo
inherente a ella.^' Gon estas refutaciones délos argumentos escép^ Me parecía que ciialquier intento de presentar una historia de la
ticos, puede comprenderse que Danto fimdamenta a lahistoria en escritura histórica én el siglo XIX tenía que empezar con una conside-
la posibilidad de que el lenguaje sea d conocimiento del mundo. ración de los documentos primarios que conciernen a tal tema, que
La historia, como cualquier denda, parte de un previo cortódmiento eran los escritos realmente producidos por parte de los historiadores y los
d d mundo, por partidpar ya del lenguaje. El escéptico comparte
filósofos de la historia, y que se ajustaban al canon de los clásicos reco-
este preconodmiento porque comparte el lenguaje. La posibilidad
nocidos del pensamiento sobre la historia del siglo XIX. Puesto que
dequeelescéptíco formule estos argtunentos está en éste preco-
primero había decidido abordar la escritura histórica como discurso
nodmiento. Danto sólo fundaníienta el conodmiento histórico, no
escrito, puesto que ésta era la forma manifiesta en la cual este canon
dice que siempre sea verdadero o falso, sino que gradas a este fun-
se mostraba a sí mismo a la percepción, sentí que necesitaba tina
damento puede ser verdadero o falso un c»nodmiento.
teoría acerca del discurso escrito, que me permitiera problematizar
La posibilidad de: que la historia exprese su conocimiento, la idea -lanzada ja la drculadón por los historiadores- de que la
según él, sólo puede encontrarse en oradones narrativas. Éstas historia aspiraba i nada más que decir la verdad acerca del pasado,
pueden explicar, poique refieren dos acontecimientos por lo me- toda la verdad si fuera posible, y nada rtós qué la verdad al menos
noaseparadosend tíempaydescribenelprimero. La rdadón que (...) La nóaón del|!fpo áe ücrdfld producto de la inv
guardan estps dos acontedmientos es causal, en tanto que d cun»- ca, sin embargo, rfesultaba problemática. EHiranté el siglo xix los his-
pUmiento del segundo es lá condidón para afirmar que el primero toriadores, en stí deseo de ser objetivos, científicos, o al menos
es la causa de este segundo. La forma en que puede verificarse "realistas", habían tendido a definir la escritura histórica en oposi-
esta oradón luurativa es en> cuanto al contenido y a su forma. En ción a la "novela?, al "romance" o, en términos más generales, a la
r d a d ó n con su forma, puede verificarse como im argumento cau- "narrativa"." \
sal, cuando el historiador se ubica en el futuro de estos dos aoonte-

pp.U2-43 (hay trad. al español de este cap. en op. cit., pp. 53-155).
"Hayden White, "Flespuista a las cuatro preguntas del profesor Charüer", trad.
' Arthur Danto, op. cit., pp. 27-112. de Alejandro Pescadoi; &iHistoria y Grafta, nüm. 4, año 2,1995, pp. 324-5.
182 / Carlos Mendiola Mejia

S.Epflogo
Prólogo a Ranciére
la® leladOnes y distinciones que he expuesto encuentran su sus^
tentó en un análisis de los propósitos, actividades y procedimien-
tos. Por ello, no tendría sentido enundar una condúsión, puesto^
que el resultado se ha venido tejiendo paso a paso. De acuerdo con
los distintos aspectos analizados, han ido revelándose distintas
formas de reladón y distindón. La validez de lo aquí afirmado de-i
pende de los argumentos ofireddos en cada uno de estos pasos.n • Hayden White
Univsrsity of CalSomIa, Santa Cruz

-í/ texto de Hayden VJhit$ que a continuación presentamos es d prefacio


escribió para la edición en inglés dd libro de facques Ranciére titula-
The Ñames of Histdry: on the Poetics of Knovyledge, publicado
por la University ofMirfiesota Press en 1994. Es importante informar
que la edición en espaHdfue publicada por Nueva Visión en 1993 con el
título Los nombres de p historia. Una poética del saber. El título
original de esta (era es d¡de Les mots de l'histoire. Essai de poétiqüe
du savoir, Sc«í7,1592. i
Por lo anterior es necesario tomar en cuenta que este artículo acom-
paña al "k/go ensayo" de Ranciére. Hasta dónde es comprensible este
pr^acio sin una lectura ád libro de Ranciére, es alffl que ¡os lectores de-
^ dderminar. Quizás habría que precisar lo siguiente: d documento de
• Hayden V/hite se entmviepor sí mismo, pero debido a que es un texto
sobre otro texto, el conodmiento de este último es necesario. Sin embargo,
decidimos publicar d prefacio por dos razones: primera, porque este escri-
to de Hayden White continúa con la reflexión abierta por ñ desde Meta-
historia -destacar el peéo de lo literario en la ciencia de la historia-; y
segunda, poi-que creemos, que el libro de Ranciére es valioso para aqudlos
que están interesados por profundizar en la función de la historia en la
\ actual.
En números anteriores hemos publicado de Hayden Vihite: "El tex-
to historiográfico como art^acto literario" (núm. 2,1994) y "Respuesta a
las cuatro prontas ddfrofesor Otartier" (núm, 4,1995).
Nunca será sufieupite insistir en que la escritura de la historia es
histórica. Esto, que parece una obviedad, y más para los profesioríates de
la ciencia histMca, rw ló,es. Y menos aún lósenlas consecuencias que ese
postulado tiene para d modo dehacer historia. Al rdomar la propuesta de
Ranciére, y la suya propia, Hayden White mdve a resaltar d estatuto

Historia y Grafía, UIA, n ú m . 6,1996.

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