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Diseño de tapa y de interiores: Ignacio Fernández Casas

Se terminó de editar en noviembre de 2016 en la Ciudad


Autónoma de Buenos Aires, Argentina.

Cuadernos de Cambio es una publicación de Patria Grande


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Villasenin, Lucas Manuel


Voces de Podemos : desde la irrupción a los desafíos actuales / Lucas Manuel Villasenin ; com-
pilado por Lucas Manuel Villasenin. - 1a ed compendiada. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires :
Lucas Manuel Villasenin, 2016.
112 p. ; 23 x 15 cm.

ISBN 978-987-42-2652-5

1. Filosofía Contemporánea. 2. Ciencia Política. I. Villasenin, Lucas Manuel, comp. II. Título.
CDD 190

Se autoriza la reproducción parcial o total, siempre y


cuando sea sin fines de lucro y se cite la fuente.
ÍNDICE

1. Pensar la experiencia de PODEMOS desde Argentina.................................................... 9


Por Lucas Villasenin

2. Las cinco tesis....................................................................................................................................37


Conferencia de Íñigo Errejón

3. Los debates actuales de PODEMOS...................................................................................... 51


Conferencia de Pablo Iglesias

4. PODEMOS y el feminismo...........................................................................................................65
Entrevista a Clara Serra Sánchez

5. PODEMOS, el populismo y el marxismo..............................................................................75


Entrevista a Jorge Lago

6. PODEMOS, entre Europa y América Latina...................................................................... 89


Entrevista a Pablo Bustinduy

7. PODEMOS, la democracia y la modernidad....................................................................... 99


Entrevista a Carlos Fernández Liria y Luis Alegre Zahonero
PENSAR LA
EXPERIENCIA DE
PODEMOS DESDE
ARGENTINA
Por Lucas Villasenin

El 14 de enero de 2014 en España se lanzó PODEMOS mediante el


ya famoso manifiesto “Mover ficha”. Su irrupción fue tan repentina como
potente, expresando que de manera subterránea había emergido una nueva
España que ya no encontraba representación en el bipartidismo político
existente, garante por igual de la aplicación de las políticas neoliberales.
Ante su éxito, todas las fuerzas conservadoras de derechas e izquierdas
buscaron catalogarlo con viejas etiquetas para neutralizar la novedad de
PODEMOS. Todos sus adversarios también coincidieron en anunciar su
sistemático fracaso. En ambas cosas, hasta el momento continúan fallando.
El surgimiento de PODEMOS se dio en un contexto caracterizado
por un alto nivel de descontento y movilización popular a partir de 2011,
cuya mayor expresión fue el llamado 15M1, día en que miles de personas

1 El movimiento 15M, también llamado Movimiento de los Indignados,


surgió a raíz de la manifestación del 15 de mayo de 2011, convocada por
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Cuadernos de Cambio nº5

se manifestaron en Madrid repudiando las políticas de ajuste y austeridad


promovidas por la “troika”2 europea y cuestionando la falta de represen-
tatividad del sistema político español.
PODEMOS es el resultado de una lectura de esa brecha entre las de-
mandas populares –especialmente de la juventud- y el sistema político tra-
dicional, que permitió a sus fundadores y fundadoras consolidarse rápida-
mente como una alternativa política. Esa lectura, sintetizada en la “hipótesis
PODEMOS”, se caracterizó por considerar que en ese contexto, era posible
lanzar una “máquina de guerra electoral” que pudiera canalizar el malestar
social e irrumpir de forma vertiginosa en la política española, logrando plas-
marse en el corto plazo en la formación de un gobierno de cambio.
Al día de hoy, a finales de 2016, cuando el líder del Partido Popular
(PP) Mariano Rajoy logró reelegirse como presidente, con el apoyo del
Partido Socialista (PSOE), después de un año sin lograr el apoyo necesa-
rio en el Parlamento, la dirigencia de PODEMOS considera que se cerró
una primera etapa. ¿Fracasó la “hipótesis PODEMOS” entonces?
Semejante lectura debería hacerse cargo de que PODEMOS y sus
fuerzas aliadas lograron en poco más de dos años convertirse en el cen-
tro de la política española, lograr junto a fuerzas aliadas más de cinco
millones de votos, alcanzar los gobiernos de algunas de las principales
ciudades de España como Madrid y Barcelona, contar con 71 diputados
en el Congreso, 150 diputados autonómicos y medio millar de concejales
distribuidos por todo el Estado español.

diversos colectivos, donde después de que cuarenta personas decidieran


acampar en la Puerta del Sol (Madrid) esa noche de forma espontánea, se
produjeron una serie de protestas pacíficas en España. Para los fundado-
res de PODEMOS se trató de una experiencia determinante. Las princi-
pales exigencias del movimiento era el cese de la mercantilización de la
vida social (al grito de “no somos mercancía”) y por democracia (con la
consigna “democracia real, ya”).
2 La “troika” es la referencia al poder de la Comisión Europea, el Fondo Mo-
netario Internacional y el Banco Central Europeo, que dirige los destinos
de los países del continente, pasando por arriba de la soberanía de cada
uno de sus pueblos.
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Voces de PODEMOS

Mucho más interesante es asumir que con la emergencia de PO-


DEMOS la política española ya ha comenzado a cambiar, y ahora resta
conocer hasta dónde y en qué orientación culminarán estas transforma-
ciones. Aún falta saber si PODEMOS estará en condiciones de recorrer y
emerger de esta nueva etapa que se abrió en España, a la que el propio
Pablo Iglesias caracterizó como un “epílogo” del Partido Popular, como
un nuevo partido de las clases populares que quiebre el orden neoliberal
o si será devorado por el transformismo del sistema político conservador.
Por cierto que PODEMOS no está eximido de errores y riesgos.
La posibilidad de que se adapte a la comodidad de estar en el centro del
tablero político español sin apostar a trasformaciones radicales es uno de
sus mayores peligros. También están las dificultades vinculadas con las
debilidades genéticas de su rápido y espontáneo crecimiento.
Pero independientemente de los resultados, PODEMOS ya repre-
senta un antes y un después a la hora de pensar cómo enfrentar al neoli-
beralismo en el mundo. Con más razón su experiencia nos es de utilidad
en nuestras tierras, donde el PRO de Mauricio Macri consiguió lo que
la derecha argentina nunca antes había logrado: llegar al gobierno por
elecciones legítimas. Para eso debió renovarse, especialmente a partir de
la construcción de un nuevo lenguaje político capaz de congregar una ma-
yoría social en las urnas.
Por esa razón, hemos decidido elaborar este Cuaderno de Cambio,
tomando directamente la voz de sus protagonistas en recientes interven-
ciones y en entrevistas inéditas que realizamos durante este 2016. Antes
de eso, comenzamos con una introducción que permita advertir al lector
cuáles son las novedades políticas más interesantes que introduce PODE-
MOS para quienes vivimos su proceso a la distancia, y especialmente con
ojos argentinos, convencidos de su gran valor como herramientas para
pensar nuestra propia realidad.

Venir a Nuestra América a aprender:


entre la rebelión y el poder
Los sectores más conservadores de España permanentemente
intentan forzar los vínculos entre PODEMOS y los procesos latinoame-
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Cuadernos de Cambio nº5

ricanos más radicales. Los medios de comunicación dominantes y los


partidos políticos del régimen no pierden oportunidad en denunciar
fuentes -nunca probadas- de financiamiento desde el gobierno venezo-
lano o en intentar mostrar que en esos países se materializa el proyecto
que ellos impulsan.
Los enemigos de PODEMOS han analizado hasta el último deta-
lle del recorrido de sus dirigentes por América Latina, han tomado nota
en torno a qué proyectos trabajaron, qué vínculos tuvieron con los di-
rigentes del continente y hasta cómo copian aspectos de sus discursos.
En la experiencia de PODEMOS tenemos que reconocer al respecto una
excepcionalidad.
Desde el surgimiento de las corrientes socialistas y comunistas en
el viejo continente, su relación con las sociedades latinoamericanas fue de
un alto grado de desencuentros. Solo excepcionalmente predominó un in-
tento genuino de nutrirse de las reflexiones radicales y de las experiencias
concretas de los grupos autóctonos. La regla fue intentar hacer encajar la
realidad en sus esquemas de pensamiento originados en y para las socie-
dades europeas.
Se podría hacer referencias desde la llegada del belga Raymond
Wilmart como enviado de Karl Marx y del Consejo General de la I In-
ternacional a Buenos Aires en octubre de 1872, pasando por las posicio-
nes del italiano Enrico Ferri como dirigente de la II Internacional en sus
conferencias en Buenos Aires en 1908, hasta el trágico recorrido de la III
Internacional que subordinaba sus políticas a la prioridades de Moscú.
Tampoco un gran revolucionario como León Trotsky, quien impulsó la IV
Internacional asilado en México, escaparía a esos prejuicios y equívocos.
En el siglo XX las concepciones evolucionistas de la historia y el
esquematismo sociológico se impusieron en la mayoría de los casos a los
movimientos que planteaban una ruptura radical con esos planteos. Se
despreciaron durante muchos años los aportes de José Carlos Mariáte-
gui, se consideraron como algo efímero y voluntarista a muchas de las
reflexiones generadas al calor de la Revolución Cubana y se subestimaron
también los elementos novedosos de la teología y la filosofía de la libe-
ración, la teoría de la dependencia, los múltiples feminismos o la peda-
gogía del oprimido. No suelen abundar aquellos que desde el continente

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Voces de PODEMOS

europeo se han dedicado a estudiar estos aportes y más escasos aún son
aquellos movimientos políticos que intentan llevar adelante prácticas sus-
tentadas en lo que pueden aprender de Latinoamérica.
"Al sur no se viene a dar lecciones sino a aprender" decía Íñigo
Errejón en una entrevista con el periodista argentino Víctor Hugo Morales
el 2 de agosto de 2014.3 Esas palabras marcan un punto de partida funda-
mental en los dirigentes españoles que los diferencia de raíz de la cultura
política tanto de las derechas como de las izquierdas en el continente eu-
ropeo. Se trata de comenzar rompiendo los esquemas sociológicos y psi-
cológicos del eurocentrismo que pretenden llegar al "nuevo continente" a
enseñar recetas fabricadas con materias primas y cocinas muy diferentes.
Se trata de un cambio de actitud pedagógica indispensable para quienes
les interesa impulsar procesos de transformaciones radicales tomando las
experiencias de otros pueblos y no solamente contentándose por ence-
rrarlas en esquemas prefigurados. Éste es, sin lugar a dudas, el ABC de la
relación de referentes como Pablo Iglesias, Íñigo Errejón o Juan Carlos
Monedero -entre tantos dirigentes “podemitas”- con Nuestra América.
Que los principales referentes de PODEMOS son conocedores
de primera mano de las experiencias más radicales del continente no es
un secreto. Pablo Iglesias ha sido asesor del gobierno venezolano. Juan
Carlos Monedero, no solo ha sido asesor del mismo Hugo Chávez y del
Ministerio de Planificación venezolano, sino que ha sido colaborador en
el Centro Internacional Miranda y autor -junto a Haiman El Troudi- de un
interesante libro sobre las empresas de producción social. Íñigo Errejón
ha escrito su tesis doctoral de más de 600 páginas haciendo foco en el
primer gobierno del MAS en Bolivia y su lucha por construir una nueva
hegemonía. Luis Alegre Zahonero y Carlos Fernández Liria en 2010 han
recibido el Premio Libertador al Pensamiento Crítico en Venezuela por
su obra El orden de El Capital. En 2006 ellos dos también habían publicado
un excelente libro titulado Comprender Venezuela, pensar la democracia. El
colapso moral de los intelectuales occidentales. También se podría continuar
dando cuenta de innumerables discursos y textos existentes durante la

3 Voces de cambio, 2 de agosto de 2014. Consultar: https://www.youtube.


com/watch?v=UoYkckfMp2c
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Cuadernos de Cambio nº5

última década en los que el grupo de intelectuales defiende y se inspira en


los procesos latinoamericanos.
Desde nuestro punto de vista uno de los aportes más interesantes
que toman los dirigentes españoles de Nuestra América es la reivindica-
ción de la democracia como punto de partida y objetivo de la lucha por
la transformación social. Se trata de una reivindicación que no se limita
a considerarla sencillamente como un método de lucha, en oposición a
los métodos insurreccionales o guerrilleros, sino que implica reivindicar
también los principios ético-políticos de la modernidad que no pueden
materializarse en el mundo contemporáneo, que mantiene vigente múlti-
ples formas de opresión.
En el siglo pasado por lo general las izquierdas limitaron la lucha
democrática a las llamadas “libertades democráticas”: libertad de prensa,
libertad de expresión, libertades políticas, etc. En la izquierda más radi-
cal y en la socialdemocracia se trataba en todos los casos de asimilar a la
misma como el régimen político pertinente al desarrollo del capitalismo
contemporáneo (unos la rechazaban y otros la defendían).
Pero la democracia en el sentido originario de poder del pueblo es
algo absolutamente antagónico con el poder absoluto del mercado y la ti-
ranía ejercida por una minoría de la población que se hace con la mayoría
de los recursos de la sociedad. La democracia poco tiene que ver con un
sistema en donde el poder financiero mundial impone decisiones sobre
los pueblos del mundo. Esa concepción de la democracia sí se expresó en
las experiencias latinoamericanas que llevaron adelante políticas que ata-
caron los intereses de las minorías privilegiadas. Ese mismo sentido de la
democracia fue el que emergió en el 15M de 2011 en España, cuando luego
de tres décadas de transición pos-franquista cientos de miles de personas
se volcaron a las calles y plazas a exigir "democracia real ya".
La orientación de defender un horizonte democrático, en el con-
texto de lo que los fundadores y fundadoras de PODEMOS consideraron
una “crisis de régimen”, es un aprendizaje que los dirigentes españoles
tomaron de su experiencia en América Latina. Pero también comprendie-
ron a partir de los procesos latinoamericanos cómo intervenir en seme-
jante situación. Porque no todas las rebeliones contra el neoliberalismo
en nuestro continente dieron como consecuencia nuevos gobiernos que

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Voces de PODEMOS

llevaran adelante cambios de regímenes políticos o procesos que impulsa-


ran transformaciones estructurales (nacionalizaciones, redistribución de
la riqueza, nuevas constituciones o procesos de empoderamiento popular,
etc.).
Mientras existieron rebeliones como la de los zapatistas en 1994,
que expresaron una gran radicalidad y perspectiva de transformación
desde el comienzo, también existieron otras más espontaneas y en donde
la proyección política parecía casi nula (como el Caracazo venezolano en
1989). Pero el desarrollo de procesos políticos emergentes de un mismo
rechazo al neoliberalismo dio lugar a consecuencias muy distintas en el
continente.
A partir de la experiencia del Ejército Zapatista de Liberación Na-
cional (EZLN), intelectuales como John Holloway serían los precursores
de una propuesta política general basada en la idea de "cambiar el mun-
do sin tomar el poder". Es lo que de manera algo difusa se conoce como
“autonomismo”, corriente que tuvo su auge en América Latina junto con
el alza de las luchas contra la globalización neoliberal, en tiempos del
cambio de siglo.
Por otra parte, en esos mismos años Hugo Chávez salía de prisión
luego de la rebelión militar del 4 de febrero de 1992, y sus primeras pa-
labras dejaban entrever una orientación exactamente contraria. Ante la
primera pregunta del periodismo sobre a qué se dedicarían los militares
liberados, declaraba que iban directamente por el poder. La lucha por el
poder y por el control del Estado, ya sea a través de insurrecciones o elec-
ciones, estaría en el centro de la estrategia bolivariana desde un principio.
Con el paso de los años, a medida que en diferentes países como
la propia Venezuela, Bolivia o Ecuador, proyectos populares de transfor-
mación alcanzaban el gobierno, la confrontación en el plano de las estra-
tegias revolucionarias fue ganada de manera contundente por la segunda
de las perspectivas.
Por esa razón también en Europa, luego de las conclusiones obte-
nidas de los distintos procesos latinoamericanos, ya no habría lugar para
asumir que se puede cambiar el mundo sin la lucha por el poder. Así
PODEMOS se plantea desde el comienzo como inevitable la necesidad
de luchar por asumir la dirección política de las instituciones estatales

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Cuadernos de Cambio nº5

para llevar adelante transformaciones sociales sustanciales. Y, vale la acla-


ración, que conquistar posiciones de gobierno o poder institucional no
implica "tener el poder". Pero sin llevar adelante esa disputa no es posible
alternativa de poder real alguna.
Esta misma reflexión vale también para volver a lo que vivimos
en nuestro país, quince años atrás. Para nosotros, que en el año 2001 pro-
tagonizamos una profunda rebelión popular que cuestionó a un sistema
político vendido al neoliberalismo, y que por lo tanto ya no representa-
ba las expectativas de una sociedad duramente empobrecida, la relación
entre esos acontecimientos y la construcción de una alternativa política
transformadora sigue siendo un tema en debate.
Por un lado por lo que no fue. Es que seguramente la influencia
de las ideas “autonomistas” tenga una cuota de responsabilidad en la in-
capacidad de que desde los propios protagonistas de la rebelión popular
surgiera una alternativa política que irrumpiera y transformara el siste-
ma político. En ese momento las organizaciones populares no fuimos
capaces de sacar las conclusiones que sí lograron extraer las fundadoras
y fundadores de PODEMOS. En nuestro país no hubo una “hipótesis”
capaz de proponerse de forma consecuente la conquista del gobierno que
surgiera desde el interior de los movimientos que protagonizamos la re-
sistencia al neoliberalismo.
Por otro lado por lo que sí fue. En efecto, el kirchnerismo como
fenómeno político es incomprensible sin la rebelión popular de 2001. En
cierta forma puede decirse que es uno de sus principales resultados, si
bien surgió desde el interior del sistema político cuestionado, tomando e
impulsando algunas de las demandas que habían surgido desde abajo. El
liderazgo de Néstor Kirchner, que sí tuvo detrás una lectura de la situa-
ción y la proyección de una audaz línea de acción política, desnudó las
propias limitaciones del movimiento popular. Y al mismo tiempo, en sus
antípodas, el PRO también es inexplicable sin los hechos de 2001, como
una experiencia que desde la derecha se apoyó en la crisis de represen-
tatividad de una parte importante de los sectores medios. Esos mismos
sectores medios que con el paso de los años terminarían conformando la
base social de un anti-kirchnerismo beligerante que dio lugar a importan-

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Voces de PODEMOS

tes movilizaciones, y que llegando a nuestros días, fue el núcleo duro de la


mayoría electoral que construyó la Alianza Cambiemos.

La hipótesis de poder de PODEMOS


PODEMOS no ha sido inocente a la hora de aprender de los dis-
tintos procesos y formular su proyección política. Pero, a pesar de las im-
portantes lecciones obtenidas del otro lado del Atlántico, PODEMOS es
más español de lo que se considera cuando la derecha pretende atribuirle
vínculos con la izquierda latinoamericana. El nuevo partido no deja de ser
fundamentalmente un resultado de la ira y la bronca de millones de espa-
ñoles contra las políticas neoliberales. Se trata en los hechos de quienes
mejor caracterizaron el movimiento del 15M de 2011 en España. Sin esa
astucia para comprender la realidad local no hubiera habido aprendizaje
que alcance para los objetivos que se proponen.
En mayo del aquel año, luego de las inmensas movilizaciones y
acampes en las principales plazas de España, el derechista Partido Po-
pular lograba más del 60% de las alcaldías del país. Posteriormente el
candidato a presidente de ese partido, Mariano Rajoy, ganaba la elección
y terminaba con el gobierno del Partido Socialista Obrero Español pre-
sidido por José Luis Rodríguez Zapatero. Los balances más inmediatos
conducían a detectar que por las movilizaciones contra la aplicación de
políticas neoliberales se habían fortalecido los conservadores. Desde Iz-
quierda Unida, al haber obtenido 11 diputados, se señalaba el ascenso
electoral de una izquierda alternativa al PSOE. Otros grupos proponían
continuar con el asambleísmo que cobró masividad durante las moviliza-
ciones de mayo pero que posteriormente se había reducido a pequeños
sectores radicalizados.
Las conclusiones de los actores políticos en el país (desde la de-
recha conservadora hasta la izquierda radical) tendían a subestimar el
potencial de la reacción popular del 15M. Sin embargo, los dirigentes de
PODEMOS comprendieron que semejante descontento popular abría las
puertas de una crisis del régimen político pos-franquista. Ni el PSOE ha-
bía podido dar respuestas ante las consecuencias del neoliberalismo, ni el
PP podría hacerlo. Tampoco había surgido inmediatamente una alterna-
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Cuadernos de Cambio nº5

tiva política que canalice el descontento expresado en las calles durante


esos meses.
El surgimiento de PODEMOS en enero de 2014 justamente fue el
intento de darle un cauce a esa crisis política en la que se habían quebrado
los consensos bajo los cuales funcionaba el régimen. Ante esta situación,
más que pensar en los partidos existentes o en los activistas que participa-
ban de las movilizaciones, los fundadores y fundadoras de PODEMOS se
focalizaron en las millones de personas que adherían a las demandas del
15M pero que no habían participado del mismo. Su lanzamiento fue un
ataque directo tanto a la lógica de la izquierda tradicional como también
a la de la izquierda “autonomista”.
PODEMOS comienza como una plataforma electoral que se plan-
tea como alternativa de poder y se pone en contra de todo el tablero po-
lítico existente. Sus dirigentes, si bien fueron parte de las movilizaciones
de 2011, no hicieron un fetichismo de esa experiencia de masas. Todo lo
contrario, señalaron que a "la casta" –algo similar a lo que en nuestro país
se llamó la “clase política”- no le molestaba si seguían haciendo asambleas
en Puerta del Sol sino que lo que le preocupaba era que la gente que allí
participaba le arrebate su poder.
Para ese objetivo PODEMOS desarrollo una "maquinaria de gue-
rra electoral". Decidió ir de lleno a disputar la dirección política del Esta-
do español. La gran virtud de PODEMOS, que tiene su gran paralelismo
con el MAS en Bolivia o el chavismo en Venezuela antes de llegar al go-
bierno, es haber buscado conscientemente el rechazo y el odio rabioso de
los actores políticos conservadores existentes en un momento de crisis.
Partiendo de la idea de construir una interpretación polarizada de la reali-
dad política, generando fuertes antagonismos, expresados en un discurso
donde aparecieron con mucha fuerza los enfrentamientos entre “la casta”
y “la gente” o el “pueblo” y “oligarquía”.
PODEMOS planteó claramente un "vamos por ellos" y no se limitó
a reproducir el "que se vayan todos" tan en auge en Argentina en la rebe-
lión de 2001. Los dirigentes españoles demostraron que la audacia, que
hizo que cada ataque que recibían se transformara en una fortaleza, es
una actitud fundamental en momentos de crisis.

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Voces de PODEMOS

Esta capacidad de interpretar una situación, con su consecuente


audacia en la acción, le permitieron a PODEMOS llegar en octubre de
2014 a ser el partido con más apoyo en el país según las encuestas. Su ex-
periencia enseña que para lograr éxito en política no alcanza con la prepo-
tencia del trabajo y el sacrificio militante, hace falta también la capacidad
de analizar la realidad, formular hipótesis y actuar consecuentemente con
ellas.
No hay una sola manera de lograr el triunfo pero es necesario
aprender que uno no se esfuerza todos los días para reproducir una iden-
tidad política determinada, sino para transformar la realidad. Uno no le
rinde un efectivo homenaje a quienes nos precedieron si no logra vencer.
Asumir la necesidad de una hipótesis de poder tiene detrás de sí ese anhe-
lo que las izquierdas muchas veces hemos resignado cuando nos sentimos
cómodos en nuestros nichos ideológicos.

De la academia a la televisión
En el colectivo fundador y dirigente de PODEMOS predominan
los y las intelectuales, lo cual no es un novedad en la historia de las orga-
nizaciones políticas que plantean cambios profundos ante el neolibera-
lismo. Lo que sí es una novedad es que estos intelectuales sean quienes
hayan logrado semejante efectividad.
En ellos y ellas se expresa una materialización concreta de aquello
que Antonio Gramsci llamaba intelectuales orgánicos. A veces se suele
hacer referencia al concepto gramsciano para hablar de la adhesión o po-
sicionamiento de intelectuales a las luchas populares, algo que el pensa-
dor italiano destacaba como importante. Pero con el mismo énfasis no se
hace referencia a que la concepción de Gramsci implica la superación del
intelectual tradicional en sus prácticas.
Su propuesta está formulada en continuidad con los planteos de
Lenin de que en la organización de los revolucionarios debe desaparecer
toda diferencia entre "obreros" e "intelectuales". El intelectual orgánico
está pensado como el intento de prefigurar la eliminación de la división
entre el trabajo intelectual y el trabajo manual (de la "teoría" y la "prácti-

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Cuadernos de Cambio nº5

ca") vigentes en la sociedad capitalista. Para Gramsci "el nuevo intelectual


es un constructor, un organizador, un ´persuasor permanente´".4
En este aspecto, quienes dirigen PODEMOS dan un enorme estí-
mulo a cientos de intelectuales que apoyan procesos de transformación
política pero que no logran superar sus prácticas conservadoras y sus re-
flexiones solitarias. Su labor organizativa, constructiva y persuasora po-
dría ser de un aporte sustancial para la acción de movimientos y organiza-
ciones que se plantean cambios radicales.
Potenciar el debate de masas implica un trabajo intelectual tanto
o más laborioso que la producción académica. Así como también con-
lleva asumir la necesidad de abandonar parcialmente el lenguaje de los
micro-mundos de las instituciones y aprender a renombrar conceptos
fértiles. Debatir dentro de los marcos intelectuales de las tradiciones del
marxismo, populismo o republicanismo puede tener poco que ver con
llevar esas denominaciones al plano del debate político cotidiano, plagado
de estigmatizaciones que requieren un enorme esfuerzo de recreación de
esas mismas tradiciones para volverlas políticamente productivas.
Así lo hacen en América Latina líderes como Álvaro García Linera
o Rafael Correa -entre otros-. De una manera similar y con una versatili-
dad extraordinaria lo practican los y las dirigentes de PODEMOS.
Ese esfuerzo por construir un lenguaje político que permita a mi-
llones de personas apropiarse de una interpretación transformadora de la
realidad, encontró un laboratorio de primera línea en la práctica televisi-
va. A partir de asumir que la televisión es uno de los terrenos más impor-
tantes de la batalla cultural por el sentido común que supone enfrentar el
orden neoliberal, PODEMOS basó su estrategia de irrupción en la arena
televisiva a partir de la figura de Pablo Iglesias. En un primer momento
a través de sus propios programas –como La Tuerka o Fort Apache-, pero
fundamentalmente a través de la preparación casi obsesiva de todos los
detalles de sus apariciones en los principales programas políticos de la
televisión española.

4 Gramsci, Antonio (1975). Cuadernos de la cárcel. Tomo II. México: Ediciones


Era, pp. 226.
20
Voces de PODEMOS

La autonomía de lo político
Otro aspecto muy interesante de la experiencia de PODEMOS es
la reivindicación de una “autonomía relativa de lo político”. ¿A qué se
refieren con esto? Están pensando en una revisión de uno de los funda-
mentos de la acción política en las tradiciones de izquierda, especialmente
cuando predomina una matriz de pensamiento liberal.
En efecto, normalmente encontramos que desde la izquierda pen-
samos la política en los planos electoral e institucional como la prolonga-
ción de las construcciones sociales. De esa forma vemos que la estrategia
de las fuerzas de izquierda es una inserción cada vez mayor en el movi-
miento obrero y popular, en sindicatos, centros y federaciones estudian-
tiles, etc. Y la suposición es que a medida que se ganen mayores espacios
de conducción en esos terrenos, naturalmente ese apoyo se va a traducir
en el crecimiento de opciones político-electorales. Por eso habitualmente
vemos la propuesta de “votar luchadores”, o variantes similares que muy
raramente tienen éxito.
La experiencia de PODEMOS viene a cuestionar de forma direc-
ta esa forma de pensar, planteando que tanto la política electoral como
la política institucional tienen sus propios tiempos y sus propias reglas,
que no coinciden con las de la construcción política en los movimientos
sociales.
Como punto de partida -para evitar equívocos- es importante sos-
tener que la organización de los trabajadores y trabajadoras en sindicatos,
de los y las estudiantes en sus centros y federaciones o de los vecinos y
vecinas de los barrios en comisiones o asambleas (entre las tantas formas
de organización popular) no son algo escindido de la disputa por el poder
político. Por eso se trata de una autonomía “relativa”.
Estas formas de organización social adquieren un carácter táctico
en la lucha por la defensa de los intereses de distintos sectores de las
clases oprimidas y pueden permitir desarrollar estratégicamente valores
y sensibilidades antagónicas a las que predominan en la sociedad en la
que vivimos. Estos procesos tienen sus ascensos y descensos, sus éxitos
y sus fracasos.

21
Cuadernos de Cambio nº5

Pero lo que enseñan las experiencias latinoamericanas y la emer-


gencia de PODEMOS es que no alcanza con potenciar esas formas de or-
ganización y articular a sus dirigentes para construir un poder propio de
los de abajo. Una nueva hegemonía implica desarrollar un sentido común
sustentando en los mejores valores que no han podido ser destruidos por
las clases dominantes y sus herramientas para la batalla de ideas.
Muchas veces escuchamos que la disputa "se da en todos los planos
y terrenos", lo cual es relativamente cierto, pero suele ser una evasiva para
no determinar cuáles son las relaciones y las tareas que corresponden a
cada uno de ellos. La excepcionalidad de PODEMOS está en considerar
que la tarea de organización política implica asumir consecuentemente la
autonomía propia de las acciones ligadas a la articulación de las demandas
sectoriales en una propuesta general, el desarrollo de una maquinaria de
guerra electoral y la construcción de una nueva conciencia transformadora.
Concebir que existe una autonomía de lo político implica desechar
los análisis lineales y deterministas del vínculo entre la sociedad y las al-
ternativas para cambiarla. Lo político no se deriva de ninguna manera de
un análisis "científico" de la sociedad, como pretende hacer la mayoría de
la izquierda que reivindica estar guiada por el marxismo. No hay “condi-
ciones objetivas" que expliquen directamente que ante la crisis del neoli-
beralismo en Francia crezca el nacionalismo de Marine Le Pen o en Italia
el Movimiento Cinco Estrellas y en cambio en España haya nacido PODE-
MOS o en Grecia SYRIZA haya alcanzado el gobierno. Ninguna acumula-
ción de fuerza social implica por sí misma una alternativa política.
En lo político -como el mismo Marx por momentos asume- hay
reglas que son propias y también hay azar. La historia y lo político no se
pueden clausurar en análisis de bibliotecas. El mismo Marx no hizo su
mayor aporte revolucionario al analizar críticamente la sociedad capitalis-
ta, sino cuando reconoció en las acciones de los trabajadores industriales
de Europa su potencialidad como sujetos revolucionarios.
No hay un “mecanicismo” mediante el que determinadas clases
sociales o identidades se traslade inmediatamente hacia una política de
transformación social. Un ejemplo contemporáneo se da en las bases
electorales que ostentan referentes como Donald Trump en Estados Uni-
dos o Marine Le Pen en Francia, caracterizadas por estar compuestas por

22
Voces de PODEMOS

sectores de la clase trabajadora que según las teorías que hablan de los
“intereses históricos de las clases sociales” deberían apoyar otro tipo de
propuestas. Por eso, quienes no pueden asumir esta autonomía de lo polí-
tico terminan por apelar a engaños, traiciones y “falsas conciencias” para
justifican sus análisis sobre los comportamientos de las masas. De esa ma-
nera, no logran comprender las causas más profundas de estos fenóme-
nos y por lo tanto lograr respuestas que son necesarias y más complejas.
En nuestro país estamos familiarizados con este problema. En
buena medida la historia de las izquierdas argentinas tiene que ver con
cómo venimos lidiando hace setenta años con un fenómeno contundente
que refutó todos los esquemas, y a pesar de reiterados pronósticos de
agotamiento, se obstina en perseverar: el peronismo. Desde que el 17 de
octubre de 1945 una enorme movilización de la clase trabajadora repuso
en el gobierno a Perón, la distancia entre la clasificación sociológica de la
clase trabajadora y su identidad peronista auto-percibida, desafía el pen-
samiento y la práctica política de las izquierdas.
La autonomía de lo político para quienes plantean la construcción de
una nueva hegemonía conlleva nutrirse de los mensajes de los oprimidos y
dejarse también transformar por ellos. Este proceso tiene entre sus funda-
mentos la construcción de poder político y, en las sociedades fragmentadas
en las que vivimos, esto no implica otra cosa que lograr articular una ma-
yoría heterogénea. Si de transformar en un sentido progresivo las cosas se
trata, hay que asumir que esta tarea conlleva la confluencia de las demandas
de sujetos que padecen la opresión de múltiples maneras. Esta tarea tiene
como objetivo construir un pueblo que imponga su horizonte histórico y
moral de transformación sobre las minorías socialmente privilegiadas.
Darle esta importancia a la tesis de la autonomía -siempre relati-
va- de lo político supone que los sujetos de transformación social no están
“dados objetivamente” (ni son los que fetichizan las viejas y las nuevas iz-
quierdas) sino que los sujetos se “construyen”. Asumir este desafío implica
un trabajo intelectual más elaborado y creativo que el mecanicismo con-
servador que subordina lo político a lo social. Implica un serio estudio de
los aportes del psicoanálisis, la ciencia cognitiva, los valores familiares, la
psicología de masas, la teoría del discurso, la estética, la sexualidad, la reli-

23
Cuadernos de Cambio nº5

giosidad y la mitología popular, entre tantos otros campos del conocimien-


to importantes para desplegar políticas que transformen el sentido común.
Esto conlleva considerar que el "racionalismo" que sostiene que
los "hechos" irían a "demostrar verdades" inmediatas no funcionan tan
sencillamente en el mundo de lo político. Si así fuera nadie se preocuparía
por convencer y seducir votantes en ninguna disputa electoral o en hacer
de los medios de comunicación verdaderos partidos políticos. Tampoco
alcanza con responder una "mentira" con una "verdad", pues convencer y
seducir implica más que eso. Lamentablemente, la verdad por sí sola no
nos hace libres, sino que es necesario aprender a darle éxito político.
Esta conclusión no tendría por qué llevarnos a defender la posi-
ción de que hay que mentir o engañar sistemáticamente, como hacen mu-
chos candidatos en campaña. Sino que nos debería conducir a repensar
cómo dar mejor esta batalla para que nuestras verdades y nuestros valores
sean asumidos por quienes consideramos que pueden impulsar los cam-
bios políticos necesarios.
Reivindicar una autonomía de lo político implica asumir una pro-
fesionalización de la política que lleva a la necesidad de tareas que las
organizaciones populares sistemáticamente subestimamos. Son las mis-
mas tareas que las derechas y las fuerzas neoliberales llevan adelante con
minucioso esfuerzo hace décadas.
Esta profesionalización de la política en PODEMOS se vincula a
la necesidad de tener equipos que estudien sistemáticamente a la socie-
dad y a sus partidos, a las formas de pensar predominantes, a construir
discursos y a desarrollar una sensibilidad alternativa. Este desafío implica
la necesidad de desarrollar un aparato de trabajo intelectual y práctico
ligado directamente a la elaboración de propuestas, la construcción de
referencias y de formas de interpelar a la mayoría de la población con la
que se busca transformar la sociedad.

El uso de la comunicación política


para construir una nueva hegemonía
La comunicación política es un campo de estudio relativamente
novedoso en la historia aunque sus prácticas sean milenarias. Apenas tie-
24
Voces de PODEMOS

ne unas pocas décadas. Se define tradicionalmente como el intercambio


de contenidos de interés político producidos por el sistema político, los
medios de comunicación y los ciudadanos.
Como precedente inmediato a la experiencia de PODEMOS en un
uso novedoso de la comunicación política se puede hacer referencia a la
campaña de Barack Obama en Estados Unidos en 2008. Aquella campaña
marcaría un antes y un después en el uso de las nuevas tecnologías, los
financiamientos con pequeños aportantes y la claridad de su mensaje. El
mismo lema de campaña "Yes, we can" (Sí, podemos”) traza un vínculo
imborrable con PODEMOS.
Mientras las fuerzas conservadoras, neoliberales y de derecha han
invertido billones de dólares en estudios dedicados a esta disciplina, por
lo general las fuerzas de izquierda y progresistas nos limitamos a criticar-
la. Se trataría "solo de un discurso" separado de "la realidad". Y, al fin y al
cabo, esa "realidad" se impondría por sí sola sobre el "discurso". O incluso
se caricaturizan y ridiculizan las formas con las que la derecha utiliza la
comunicación política. En Argentina nos hemos cansado de escuchar críti-
cas al "duranbarbismo" del PRO durante los últimos años, pero la mayoría
de sus críticos no pudieron prever que el "duranbarbismo" alcanzaría los
éxitos políticos que tuvo en 2015.
Tampoco hay que confundir a la comunicación política con el
mero marketing, entendido a su vez como un juego de creatividad. No se
trata de ganar votos al igual de cómo se venden gaseosas con una propa-
ganda. Asumir esta dimensión política de la comunicación no puede -o
no debería- estar escindida de una caracterización y un horizonte estraté-
gico. Para una organización que se plantea transformar esta sociedad no
puede haber comunicación política al margen de un serio estudio de las
condiciones de explotación de las mayorías oprimidas, de un análisis de
los ciclos económicos, de las correlaciones de fuerzas nacionales e inter-
nacionales, entre tantos otros factores.
Si el objetivo es construir una nueva hegemonía, tampoco puede
haber comunicación al margen de un programa. No se puede pretender
que otros asuman tus ideas si no dejás en claro hacia qué objetivos se
orienta tu política y cuáles son las soluciones que planteás para la socie-
dad en la que te toca actuar.

25
Cuadernos de Cambio nº5

Asumir la importancia de la comunicación política para una nueva


hegemonía implica buscar ganar la batalla de ideas y no fortalecer iden-
tidades políticas dadas. Por este motivo PODEMOS ha sido atacado por
gente de todas las izquierdas (chavistas, trotskistas, comunistas, socialde-
mócratas, autonomistas, etc.). Quienes así lo critican no han comprendido
ni les interesa aprender en qué aspectos residen las fortalezas de un grupo
de intelectuales que ha logrado poner en jaque al bipartidismo español.
Un avance que ha dado en este terreno PODEMOS es su forma de
intervenir ante las masas. Abandonando el intelectualismo predominan-
te entre los grupos de izquierda, su propuesta se fundamenta en que el
mundo funciona a partir de ideas muy simples. Puede parecer algo nuevo,
sin embargo si hacemos una revisión de las experiencias revolucionarias
exitosas vamos a encontrar que es algo que en todos los casos se dio así,
aunque muchas veces desde las izquierdas lo olvidamos cuando valora-
mos primordialmente una suerte de “fortaleza ideológica” impostada en
el tiempo. Pero no hay que perder de vista que por ejemplo la Revolución
rusa, considerada la experiencia comunista por antonomasia, tuvo como
lema principal "pan, paz y tierra" hace casi cien años, en 1917. Así también
lo comprenden los dirigentes de PODEMOS a la hora de potenciar la de-
manda de más democracia que hay en el pueblo español.
No se trata de despreciar la lucha ideológica, pero lo sustancial
consiste en darle eficacia, en hacerla material con reivindicaciones concre-
tas incuestionables para el desarrollo de un nuevo sentido común. En esa
sencillez hay más ideas y contenido ideológico que en panfletos plagados
de párrafos ilegibles o en intervenciones públicas en un lenguaje absolu-
tamente ajeno para las mayorías.
Que PODEMOS se haya transformado en el "partido del sentido
común" o de "la gente común" en España demuestra lo grandioso de su
forma de intervenir políticamente. El nuevo partido español demuestra
que se puede luchar con las mismas reglas en las cuales apoyan sus pro-
gramas el PP o el PSOE. Incluso hasta se puede jugar con los mismos
ideales de sociedad y disputar los valores de la igualdad, la democracia y
la fraternidad. Esta apuesta consiste esencialmente en el caso de España
en demostrar que los que rompen con ese sentido común son aquellos que
lo reivindicaron durante décadas.

26
Voces de PODEMOS

PODEMOS no se para sobre las identidades de izquierdas, popu-


listas o republicanas. Se para desde la posición del reproche de quienes
les señalan a los poderosos algo tan simple como que su poder los daña a
ellos y a millones de españoles y españolas. Así, sus referentes plantean
por ejemplo que el "contrato social" vigente no estaba mal, sino que los
que lo rompen y atentan contra la vida de la gente son "ellos". La pro-
puesta de PODEMOS consiste en retomar ese "contrato social" y cumplir
realmente con las expectativas que habían creado en los ciudadanos y
ciudadanas. Se parte de no subestimar a la gente que creyó y cree en ese
contrato que le promete un ideal de vida feliz y de indicar con claridad a
los culpables de que no se lleve adelante. Se busca ganar poder concreto
para cambiar la realidad, lo que desde una perspectiva emancipadora no
es otra cosa que ganar a las mayorías oprimidas para que ellas decidan
romper el orden construido por sus opresores.
Lograr este objetivo es el resultado de llevar a la práctica aquello
que Gramsci definía como "determinadas necesidades para cada movimien-
to cultural que tienda a sustituir el sentido común y las viejas prácticas del
mundo en general". Las tareas planteadas por el filósofo italiano eran:
"1) No cansarse nunca de repetir sus propios argumentos (varian-
do literariamente su forma): la repetición es el medio didáctico más eficaz
para operar sobre la mentalidad popular; 2) trabajar sin cesar para ele-
varla intelectualmente a estratos populares cada vez más vastos, lo que
significa trabajar para crear élites de intelectuales de un tipo nuevo que
surjan directamente de las masas aunque permaneciendo en contacto con
ellas para convertirse en el "armazón" del busto. Esta segunda necesidad,
si es satisfecha, es la que realmente modifica el "panorama ideológico" de
una época".5
Sobre estos puntos hay mucho para aprender, pues es importante
el estudio de las herramientas utilizadas por PODEMOS para lograrlo.
Además de dar cuenta de la audacia y la vocación de triunfar se ha asumi-
do que el principal instrumento de lucha política en el mundo contempo-
ráneo son los medios de comunicación. PODEMOS considera que se trata

5 Gramsci, Antonio (1975). Cuadernos de la cárcel. Tomo IV. Ediciones Era: Mé-
xico, pp. 258.
27
Cuadernos de Cambio nº5

de una “guerra” (en el plano político, mediático y electoral) en donde hay


que dejar el menor lugar posible a los errores.
Las intervenciones mediáticas de sus dirigentes merecen un pro-
fundo análisis que excede esta introducción. Se trata de discursos y prácti-
cas ensayadas durante años. Ellos mismos se consideran militantes de los
medios de comunicación y le dan una prioridad a los dispositivos audiovi-
suales. Los programas de La Tuerka o Fort Apache, que evolucionaron paso
a paso, las intervenciones en las tertulias y entrevistas o las publicaciones
en los diarios dan como resultado una claridad y sencillez muy bien cons-
truida a partir de palabras, gestos y una estética para nada improvisada.
Además del uso de los medios tradicionales desde PODEMOS se
han utilizado múltiples herramientas de comunicación que rompieron
con los esquemas dados. Programas electorales de 200 páginas en forma-
to de catálogo de venta de objetos para el hogar o bolsos de una campaña
contra la violencia machista con un texto que dice "los hombres feministas
lo hacen mejor" son algunos ejemplos.
Si algo se ha destacado demasiado sobre PODEMOS es el uso de
las nuevas formas de comunicación como las redes sociales (desde las
más populares como Facebook o Twitter hasta otras menos conocidas
como Agora voting o Reddit -que da lugar a “Plaza PODEMOS”-). Ellos
han sido quienes han revolucionado la política española en este terreno.
A diferencia de los otros medios que permitían un mensaje unidireccio-
nal (del emisor al receptor) estos nuevos medios fueron más amables
y fructíferos para un partido que pretendía un diálogo más frecuente y
directo con la ciudadanía.
Cuando a los responsables de redes sociales de PODEMOS se les
pregunta si se han formado especialmente para ello responden que no es
así pues aunque valoran la técnica no habían hecho jamás cursos de “com-
munity manager”. Replican que ellos son simples politólogos o filósofos
de profesión y que su éxito se basa en un cambio de concepción sobre
la comunicación política. Cuando a los referentes se les consulta sobre
la novedad que introducen en el uso de las redes sociales desatacan que
asumieron su importancia fundamentalmente a partir de la escasez de
recursos financieros. En otros casos se señala que los nuevos medios fue-
ron un terreno más amigable en la medida que allí pueden pasar hacia la

28
Voces de PODEMOS

ofensiva cuando en los medios tradicionales sólo asisten para defenderse


de los sistemáticos ataques que reciben.
Es interesante destacar que ni la hipótesis de poder de PODEMOS,
ni la comunicación desplegada hubieran sido posibles sin el liderazgo de
Pablo Iglesias en sus primeros meses. Él es un referente formado en la te-
levisión, conocedor de sus códigos y que ha estudiado durante años la co-
municación política. Con el tiempo, ese liderazgo se complementaría con
nuevas caras que empezarían a hacerse cotidianas en los medios. Este li-
derazgo le daría potencialidad a referencias del cambio pre-existentes por
fuera de PODEMOS como Ada Colau, Mónica Oltra o Manuela Carmena,
como también crearía otras nuevas como Íñigo Errejón, Pablo Echenique,
Rita Maestre o Teresa Rodríguez. Esta personalización de lo político, pro-
pia de la mediatización de la misma, ha tendido a generar un predominio
de la pérdida de potencialidad de los proyectos colectivos. Pero en este
caso resultó al revés. Un proyecto centrado en una enorme participación
ciudadana comenzó llevando en la boleta electoral la cara de un joven de
pelo largo porque era más conocido que el propio logo de la organización.
Estas herramientas y dispositivos facilitan la lucha por construir
una nueva hegemonía. Así se lograron crear armas para luchar contra el
enemigo y distribuir municiones para los amigos. En lugar de tratarse de
un fenómeno estrictamente mediático, como señalaban en un principio
críticos por "derecha" y por "izquierda" –como si eso fuera peyorativo en
sí mismo-, detrás de estas intervenciones hay una profunda y sólida con-
cepción teórica que excede estrictamente a los medios de comunicación.
A partir de ese cambio de concepción también se promovió la par-
ticipación a través de prácticas políticas tradicionales (como afichadas,
marchas, asambleas, reuniones de círculos, mesas en las calles y actos)
de las que participan miles de militantes así como otras más novedosas
(como elecciones internas de dirigentes y votaciones desde foros virtua-
les para elaborar propuestas, etc.) de las que participaron cientos de mi-
les de adherentes.
El principal resultado de este uso de la comunicación política es
proveer argumentos para la gente común. PODEMOS le devolvió siste-
máticamente a la ciudadanía española las palabras y los conceptos que les

29
Cuadernos de Cambio nº5

habían sido expropiados por quienes también les expropian su salud, su


educación y sus hogares.

Un discurso para una política


Otra novedad que introduce PODEMOS es un uso del lenguaje que
rompe con los moldes clásicos de los partidos de izquierda o progresistas.
El discurso de PODEMOS se deduce consecuentemente de su concepción
de lo político y la labor de la construcción de una nueva hegemonía. Que
en las palabras se expresa la forma de pensar es una verdad algo tonta
pero que no siempre se asume consecuentemente a la hora de enfrentar
un debate político. No es lo mismo decir "inmigrante" que "refugiado",
"guerra contra el terrorismo" que "invasión a otros países", "flexibilización
laboral" que "precarización laboral", "violencia doméstica" que "violencia
machista", etc.
Su discurso nació planteando una tajante división entre "ellos", los
responsables de la crisis económica del neoliberalismo, y un "nosotros"
que incluía a todos los afectados por esa misma crisis. Pero ese discurso
necesitó un lenguaje propio. Pues no es lo mismo dividir "clase trabaja-
dora" y "burguesía" que delimitar a "los de abajo" de "los de arriba". No
es lo mismo hablar de "clases oprimidas" que de "pueblo", "ciudadanos"
o simplemente "la gente". Por cierto que se buscó re-significar nombres,
pero fundamentalmente se buscó evitar los anacronismos clásicos de los
nichos ideológicos de las izquierdas o el progresismo.
Simultáneamente se buscó alcanzar la mayor simplicidad posible
en los términos. No es lo mismo decir "burguesía" que se asocia a "parti-
dos políticos conservadores", que tiene sus "medios de comunicación" y
"periodistas amigos", y que también está subordinada a los interés de la
"troika", que resumir todo ese sentido en la palabra "casta". Hay que de-
cirlo claro: de una manera se genera una identificación útil políticamente
para construir mayorías y de la otra forma es más probable que solo te
llegue a comprender una pequeña minoría.
A diferencia de lo que sostienen quienes banalizan el discurso de
PODEMOS, sus dirigentes no buscaron asumir el lenguaje y los marcos
conceptuales del adversario tal como son. Tampoco importarlos de otros
30
Voces de PODEMOS

lugares. Menos aún se intentó traer al presente palabras del pasado asu-
miendo que implicaban los mismos conceptos. Todo lo contrario. Se buscó
disputar las palabras que se habían apropiado los partidos conservadores
y que las izquierdas les habían regalado a sus adversarios (como "demo-
cracia", "igualdad", "patria", "república", "ciudadanía", "socialdemocracia" o
"libertad"). También utilizar prolijamente aquellas que refuercen un mar-
co conceptual propio ("austeridad", "decencia", "justicia", "paro", "cambio
político", "plurinacionalidad", "indignación", etc.).
Otra teoría que se descarta es aquella que sostiene que hay que de-
cir mecánicamente lo que las encuestas marcan como aquello que la ma-
yoría piensa. Si hay que transformar el sentido común también hay que
empujar al mismo a dar un paso adelante. Un ejemplo de ello es el debate
sobre el carácter "plurinacional" del Estado español en dónde PODEMOS
ha introducido un discurso innovador y radical que no estaba presente en
el debate sobre la territorialidad del país.
También PODEMOS enseñó a dejar de usar algunas de estas pala-
bras cuando su efecto ya no era el deseado. Un ejemplo se da con la pala-
bra "casta" que tanto éxito le dio a PODEMOS en un comienzo. En la me-
dida en que se han ido conquistando espacios institucionales y mediáticos
esta palabra empezó a servirle a los medios para confundir a PODEMOS
con "la casta". Desde entonces, cuando esta palabra dejó de ser utilizada
para delimitar una frontera con quienes eran "la casta", fue dejada de lado
por sus dirigentes.
Una de las claves de su discurso en los debates es no dejar que el
otro sea el que te etiquete. El éxito de "la casta" es que parte de quienes
eran referenciados con esa etiqueta la terminaron asumiendo inmedia-
tamente al decir "yo no soy casta". El que te impone la etiqueta general-
mente es el que manda y el que gana el debate. A PODEMOS sistemática-
mente lo han querido encasillar vinculándolo con múltiples etiquetas (que
van desde el chavismo o el comunismo soviético hasta el fascismo). Sus
dirigentes siempre han eludido estas identificaciones (con argumentos o
bromas) evitando quedar encerrados ante la posibilidad de debatir con la
mayoría de la ciudadanía. La acción discursiva de PODEMOS con sus de-
nuncias y propuestas ha estado por delante de su identidad y por eso esta

31
Cuadernos de Cambio nº5

labor de "etiquetado" discursivo de sus adversarios no ha sido fructífera


hasta el momento.
Construir respuestas con un mensaje superador dentro del propio
marco conceptual implica asumir una coherencia política necesaria para
la transformación del sentido común. Seguir este camino lleva a la nece-
sidad de poder dar respuestas claras incluso de aquellos temas que para
las fuerzas de izquierdas o progresistas no son los más cómodos, como
seguridad, terrorismo o la monarquía (en el reino de España). Este discur-
so que busca la posibilidad de un nuevo sentir común ya no se sustenta
en aquel lema del Mayo francés de 1968 que decía "pidamos lo imposible",
y que tanto aprecian los grupos izquierdistas que buscan auto-complacer
su identidad. El discurso de PODEMOS se sustenta en que los ideales que
se promueven y las políticas que proponen son factibles si los de abajo
asumen el poder.
Para lograrlo se construye un discurso que busca lograr una em-
patía y una seducción mutua con los "ciudadanos", la "gente" o el "pueblo".
Para eso es necesario utilizar las palabras que se escuchan todos los días
en los bares o en las plazas, como también introducir nuevos términos.
En esa orientación hay que comprender la importancia de contar historias
que apelan a los sentidos, a la emoción y a la empatía. O contar historias
que convocan a los de abajo a la acción, al ejemplo y a construir proyectos
colectivos. Se muestran también las caras concretas de quienes asumen un
compromiso con los otros como herramienta para construir credibilidad
y responsabilidad. Se busca transformar así sentimientos en lenguaje y
en imágenes que construyen nuevos lazos e identidades. Con el lenguaje
también se construye un pueblo.

Conclusiones
Pensar a PODEMOS desde una perspectiva transformadora re-
quiere romper con los clichés que pretenden etiquetarlo. Una nueva expe-
riencia política -mientras lo sea- no puede ser encerrada en las categorías
preexistentes.
Así como desde Europa se estableció un vínculo dogmático y de
dominación con nuestro continente también dentro de las tradiciones
32
Voces de PODEMOS

emancipadoras, desde América Latina también predominó -salvo honro-


sas excepciones- esa lógica de subordinarse a los planteos que emergían
al otro lado del Atlántico. Pero durante las últimas décadas, a partir de los
procesos de cambio en nuestro continente y luego del aplastante triunfo
del neoliberalismo sobre los pueblos europeos, ese vínculo de dependen-
cia intelectual de las izquierdas se ha ido debilitando.
Una vez que ese vínculo se ha debilitado está la posibilidad de un
diálogo más sano y fructífero. En esa orientación es que los dirigentes de
PODEMOS han tomado por lo general su vínculo con América Latina. Y,
en esa orientación, consideramos que debemos actuar en nuestro país al
momento de comprender las novedades que introduce PODEMOS para
quienes anhelamos un mundo con justicia social, democracia y soberanía
para nuestros pueblos.
Cuando Fidel y el Che se entrenaban en México para embarcarse
en el Granma y derrotar a la dictadura de Batista, tuvieron como instruc-
tor militar a Alberto Bayo Giroud. Él había sido teniente coronel en el
ejército republicano durante la guerra civil española. En aquel momento
los revolucionarios cubanos se enfrentaron a un ejército mucho más nu-
meroso, mejor preparado y con mejores armas. Parecía imposible ganar.
Ahora contamos con una correlación tanto o más desfavorable
aún. Las derechas latinoamericanas han invertido recursos y preparado
mucho mejor a sus soldados para ganarnos la batalla de ideas durante
las últimas décadas. Los think tanks y los intelectuales neoliberales han
construido las preguntas y las respuestas para los políticos y comunica-
dores mucho mejor que quienes nos enfrentamos a ellos. De esta manera
se pueden explicar parcialmente los grandes éxitos que han tenido en las
últimas elecciones en el continente las fuerzas de la derecha. Lejos de una
cuestión coyuntural ha sido la derecha la que ha desarrollado iniciativas
estratégicas en el debate político que han debilitado a los gobiernos de
izquierda o progresistas.
Como hemos señalado, ni la historia ni lo político están determina-
dos de manera fatalista por la correlación de fuerzas sociales existentes.
La ofensiva neoliberal en América Latina requiere de la preparación y la
respuesta de nuestros pueblos. La necesidad de vencer que expresa PO-
DEMOS desde España transmite esperanza en un panorama latinoame-

33
Cuadernos de Cambio nº5

ricano de crecientes derrotas; pero también lleva de la mano la necesidad


de un compromiso serio de esforzarnos más en pensar cómo hacer para
cambiar la correlación de fuerzas actual. Esta vez quienes están librando
batallas decisivas en España nos pueden enseñar a utilizar nuevas armas
para liberarnos de los opresores de Nuestra América, a condición de que
junto con Mariátegui dejemos atrás calcos y copias. A ese objetivo espera-
mos haber contribuido con el siguiente Cuaderno de Cambio.

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34
Voces de PODEMOS

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35
LAS CINCO TESIS6
Conferencia de Íñigo Errejón

Quiero aprovechar para reconocer no sólo todo el trabajo de los


compañeros que hacen el esfuerzo para que estemos aquí y tengamos
esta discusión, sino lo que nos sigue haciendo diferentes y la enorme
virtud que supone esta Universidad de Verano. Nosotros organizamos
este ciclo porque debatimos y discutimos en serio. Lo hacemos porque
somos compañeros y compañeras. Y, en PODEMOS, el compañerismo y
la fraternidad no tienen que ver con la uniformidad. No tiene que ver con
estar de acuerdo en todo, sino con que nos queremos, buscamos el mis-
mo rumbo y somos conscientes de estar construyendo una herramienta
para recuperar nuestro país para las mayorías. Por eso aprovecho para
mandar un saludo desde aquí a Pablo Iglesias, nuestro secretario general.
Nos tomamos en serio la Universidad. No sólo porque nos guste el
debate de ideas sino porque sentimos en el pecho la enorme responsabili-
dad de no poder fallar. Una parte del vértigo político que tenemos no tiene
solo que ver con todo el camino recorrido sino con esta inmensa respon-
sabilidad. Somos conscientes de que si no pudiéramos alcanzar nuestras
metas se produciría un repliegue de muchas décadas. Somos conscientes
de que cuando se ilusiona una parte fundamental de nuestro pueblo, y

6 Intervención de Íñigo Errejón en la apertura de la Universidad de Verano


de PODEMOS, el 22 de septiembre de 2016.
37
Cuadernos de Cambio nº5

alcanzamos por primera vez en muchos años a imaginar que la gente sen-
cilla puede ganar, nos jugamos todo a doble o nada. Yo creo que podemos
ganar pero también somos conscientes de que tenemos una herramienta
más grande que nosotros. Caminamos sobre hombros de gigantes y por
eso no tenemos derecho a guardarnos las opiniones, las ideas y lo mejor de
nosotros mismos para discutir de lo fundamental: cómo ganamos.
Voy a ordenar la intervención en cinco puntos o tesis para some-
terlas a discusión. No sólo aquí sino para discutirlas con los compañeros,
los familiares, los amigos y los círculos. Buscamos problematizar el mo-
mento en el que estamos y cómo salimos hacia adelante.

Podemos ganar
La primera tesis es que sigo convencido de que podemos ganar.
No sólo que PODEMOS puede, sino que en la primera en que lo haga-
mos un poquito bien va a gobernar España. Me parece una premisa no
sólo para darnos ánimos, es una premisa bajo la cual tenemos que pensar
todas las decisiones que tomamos. Nadie dijo que el camino fuera recto,
que todas las etapas fueras sencillas o que todos nos fueran a aplaudir.
Ha cambiado buena parte del escenario político español, en parte porque
hemos aparecido nosotros.
Sigo convencido de que todos nuestros análisis tienen que estar
bajo la premisa radical de que vamos a gobernar. Y tenemos que tomar las
decisiones políticas pensando que nosotros lo vamos a hacer.

Podemos garantizar un orden


diferente en España
Esto conduce a lo que es la segunda tesis: no es que vamos go-
bernar por una suerte de casualidades. El futuro de PODEMOS no está
ligado a la excepcionalidad. Para gobernar nuestro país no necesitamos
un país en el que todo esté patas para arriba.
Es cierto que en España muchas cosas están patas para arriba
y eso es el resultado del desgobierno de las élites. Y esas fueron las
condiciones de posibilidad de que nosotros aparezcamos y lleguemos
38
Voces de PODEMOS

tan lejos como hemos llegado. Pero nuestro futuro no está ligado a
que se siga manteniendo una situación de excepcionalidad o inestabi-
lidad permanente.
Nosotros estamos en condiciones de dar un segundo paso en nues-
tra historia. Y eso consiste en que PODEMOS se convierta en el núcleo
fundamental que puede construir certezas y la idea de que nosotros no
sólo sabemos decir lo que no funciona sino que podemos garantizar un
orden diferente en España.
Eso pasa fundamentalmente por entender cómo hemos llega-
do hasta aquí. Nosotros fuimos capaces de construir una lancha cor-
ta, ligera y rapidísima sin la que hoy no tendríamos cinco millones
de votos y el gobierno de las alcaldías en las principales ciudades del
Estado español. Jamás hubiéramos llegado tan lejos sin tomar aque-
llas decisiones.
Ahora hay discusiones que me recuerdan a cuando decidimos fun-
dar aquella maquinaria de guerra electoral y decíamos que la herramienta
no es sólo para los compañeros y las compañeras. Los militantes somos
lo mejor del proyecto pero construimos una herramienta para seguir con-
venciendo y generar consciencia con los que faltan.
Ser radical y transversal no es incompatible sino que ambos se
necesitan mutuamente. Solo se es radical si se es transversal y sólo se es
transversal si se impugna con radicalidad que el orden de los de arriba
no da para más y hay que construir una nueva España gobernada por la
gente sencilla.
Cuando pensamos aquello lo hicimos pensando fundamentalmen-
te en los que faltaban. Y es verdad que apartamos unas tareas para darle
prioridad a otras. Priorizamos las tareas de la construcción rápida y la
pelea electoral. Eso nos permitió llegar lejos. Pero es verdad que eso nos
hizo descuidar tareas fundamentales si hubiéramos tenido otro tiempo
político no tan acelerado.
Nosotros no nos quedamos diciéndole a la gente que dentro
de diez años todo se derrumbará y ganaremos. Eso lo viene haciendo
la izquierda toda su vida. Nosotros teníamos la obligación de decir:
con este caudal de ilusión electoral vamos a construir la expectativa
de victoria.

39
Cuadernos de Cambio nº5

El otro día estuve leyendo sobre la vida de Tupac Amarú. Fue un


líder indígena en lo que hoy es el Perú y sostuvo la más amplia campaña
contra los conquistadores. La idea fundamental, que fue capaz de ilusio-
nar a mucha gente en ese levantamiento contra la colonia, fue que se po-
día vencer y además se podía hacerlo de inmediato. Y ese ejército llegó
lejísimo, llegó a cercar la ciudad del Cuzco. Puso contra las cuerdas a los
señores más privilegiados que hasta entonces se creía que no podían ser
desafiados.
La misma táctica que utilizó aquel ejército de indios para asaltar a
la colonia se vio en problemas cuando el escenario cambió. Eso se com-
plicó cuando Cuzco aguantó un poco más y ese grupo de hombres tuvo
que afrontar que iban a asaltar Cuzco en un tiempo un poco más largo.
No hubieran ido tan lejos si no lo hubiesen hecho tan rápido pero habían
llegado a una fase diferente. En esta fase tenían la necesidad de tomar
algunas de las posiciones del adversario con el cerco.
Para nosotros ese cerco afortunadamente no tiene que ver con la
violencia ni el terror. Tiene que ver con la posibilidad electoral, cultural
y social de convertirnos en una fuerza dirigente incluso antes de ser
gobernante. Es decir, una fuerza política que incluso si no ha construi-
do una primera minoría de españoles, tenga la capacidad de marcar el
rumbo del país que va a venir. Tengo la absoluta certeza de que sólo
nosotros representamos un horizonte diferente para nuestro país. Los
demás partidos solo pueden comprar tiempo o que el cansancio haga
que una buena parte de la población que se ilusionó se rinda por resig-
nación o aburrimiento.
Nosotros podemos volver a ser una fuerza dirigente que no solo le
hable a los compañeros a los que se les pone la piel de gallina en los actos
de PODEMOS, sino que podamos hablarle a toda esa gente que aún no
confía en nosotros y que aún tiene alguna duda. A la gente en la que han
calado los estigmas infundados contra nosotros pero que sabe que no hay
salida si dejamos el país en manos de los de siempre.
Si partimos de esta idea tenemos que considerar una línea tem-
poral un poco diferente: ¿Cómo vamos a ser capaces de construir ya la
España nueva que finalmente ganaremos en las urnas?

40
Voces de PODEMOS

Eso tiene que ver con comprender la importancia de las institu-


ciones en nuestro país. El debate entre instituciones o calles es el debate
en el que nos quieren encerrar los que no soportan que estemos en las
instituciones y los que cuando estábamos en la calle nos mandaban a
que nos multaran o pegaran. No es un debate real. Lo que hay que pen-
sar es cómo se está y para hacer qué en las instituciones y cómo se está
en la calle. No hay la menor contradicción entre una cosa y la otra. Yo
creo que en las alcaldías del cambio está faltando un movimiento popu-
lar para apoyar las transformaciones de las que estamos profundamen-
te orgullosos. Un movimiento para salir a defender a los ayuntamientos,
a los compañeros y compañeras a los que estamos orgullosos de llamar
alcaldes o alcaldesas. No hay contradicción entre calle e institución sino
que hay que pensarlas de forma diferente a cómo las piensa normal-
mente el adversario.
En España hay una crisis del sistema político, hay una crisis eco-
nómica, hay una crisis de credibilidad de los que mandan. Hay una crisis
de régimen: del orden construido por los de arriba. Pero esa crisis de
régimen no es una crisis de Estado. Las instituciones, las administracio-
nes y el orden público siguen funcionando. No les pertenecen a los de
arriba, las hemos construido nosotros con nuestro esfuerzo, con el pacto
social y con el dinero de los impuestos. Esas instituciones van a seguir
funcionando así que cualquier hipótesis revolucionaria que se base en
que se van a caer en mi opinión es una hipótesis que sólo puede confiar
en la nostalgia.
No se van a caer y no necesitamos que se caigan. Es más, estamos
orgullosos que permanezcan en pie para rescatar lo mejor que hay en
ellas y volver a ponerlas al servicio de la mayoría social. En los próximos
años no va a suceder esa situación en la que esa gente que sabe que se
han reído de ella lo pierda todo o que sienta que "no tiene nada más que
perder que sus cadenas". Nuestra gente sí tiene cosas que perder y eso
significa que una parte de nuestro pueblo con la que hay construir la
unidad popular todavía tiene buenas razones para confiar en el orden y
exigir garantías.
Esto no es un dato para posicionarnos estéticamente sobre qué
preferimos sino que es un dato para analizar. Vivimos en Europa y la

41
Cuadernos de Cambio nº5

traducción de una hipótesis que apueste a construir un pueblo nuevo


se tiene que hacer cargo de que en nuestro país los ciudadanos con-
fían en las instituciones. Es gente que la principal idea que la movilizó
en el terremoto democrático del 15M no fue una impugnación de la
totalidad. Sino que lo que la movilizó fue la conciencia de que los de
arriba eran el desorden y habíamos llegado a un momento en el que
la gente sencilla tenía que tomar en sus manos las riendas de la con-
ducción de España para defender el orden, las conquistas y lograr un
país más justo.
Esto es fundamental porque nos permite pensar cuáles son las ta-
reas de los revolucionarios en tiempos no revolucionarios. Cuál es la tarea
ante un movimiento que tenía mucho de buscar conservar lo que existe.
El 15M sacó a bastante gente con una idea transversal a la calle, rompien-
do con las etiquetas en las que nos querían encajonar los partidos viejos,
para decir que la mayoría social de España se siente estafada. No estaban
diciendo que el conjunto del contrato no valiera para nada o que había
que demolerlo todo. Es más, esa es una idea con la que nos quisieron
encasillar los de arriba para impedir que fuéramos capaces de convencer
a nuestros compañeros de trabajo o nuestros vecinos. Lo que se estaba
diciendo es que ellos nos llevaron a una situación de desorden, ingober-
nabilidad y tener que retroceder décadas sobre las conquistas de nuestras
abuelas y nuestras madres.
Había una ola plebeya en España pero no estábamos inventando
una palabra diferente para decir clase obrera. Cuando decíamos “plebe-
yo” estábamos nombrando una condición que compartían la mayoría de
los españoles que no tenía solo que ver con sus condiciones materiales
sino con la percepción de que estábamos siendo tratados como menores
de edad. La percepción era de que había unas élites políticas que no es-
taban a la altura de nuestro pueblo. Por lo tanto vivíamos un momento
histórico en dónde las mejores posibilidades de futuro estaban del lado
de la gente común y las peores posibilidades de involución estaban del
lado de las élites.
Con ola plebeya no nos referíamos a un conjunto de gente que
compartiera las mismas etiquetas y que supiera quiénes eran los adver-
sarios. La política hegemónica tiene que ver con construir los bandos y

42
Voces de PODEMOS

tiene que ver con hacerse cargo de esa parte de nuestro pueblo que aún
vota al PP, al PSOE, Ciudadanos o se abstiene. Ello tiene que ver con
no dar nunca a esa gente por perdida. Porque, si lo que queremos no es
refundar y ocupar una "parte", sino refundar una España que no deje a
nadie atrás, eso tiene que pasar por una voluntad general que se haga
cargo de quienes piensan diferente. Tiene que ser una voluntad que sea
capaz de incluirlos, dialogar con ellos e integrarlos. Esta es la posición
que tiene las mejores posibilidades de cercar y poner a la defensiva a
los poderosos.

Relanzar un proyecto para ser


una fuerza hegemónica
Estamos viviendo un momento de impasse. Hasta ahora todo era
correr y no les veíamos más que retroceder. Se llega a un momento en el
que las aguas se estancan. Estamos en una especie de empate catastrófico,
en el que los que querían hacernos retroceder a antes de 2011 no tienen
la fuerza suficiente para conducir ese retroceso. Pero quienes queremos
abrir un ciclo de transformaciones sociales en España no tenemos la fuer-
za para conducirlo solos. Ellos no pueden hacernos retroceder pero noso-
tros no podemos avanzar.
El peligro de esta situación es que cuando en un país empieza a
crecer la idea de que lo más importante no es solucionar la desigualdad,
acabar con los desahucios, ponerse duro con los corruptos, que quien más
tenga más pague, sino que lo más importante es que esto lo solucione
cualquiera esa es una idea de cuño conservador. Cuando nuestra gente
empieza a alejarse de la política ya sabemos adónde conduce eso. Eso
conduce a dejar la política en las manos de los de siempre. Y conduce a
retroceder a todo el trabajo cultural hecho hasta ahora. Por eso hay que
desbloquear esta situación de impasse que permite que Rajoy nos amena-
ce a todos con la restauración.
El conjunto de quienes hemos trabajado para que en España la
frustración y el maltrato a los ciudadanos no se hayan convertido en tris-
teza en casa aislados, sino convertido en ilusión colectiva de cambio, tene-

43
Cuadernos de Cambio nº5

mos la obligación de asegurar que este empate catastrófico no se resuelva


con un retroceso.
La tercera tesis es una cuestión estratégica: en PODEMOS tene-
mos que discutir si vamos a relanzar un proyecto para ser una fuerza
hegemónica o vamos a relanzar un proyecto para ser resistencia. Y una
fuerza de resistencia es fundamentalmente una que se opone, protesta y
que asume que no ha llegado su momento pero que tiene la obligación
de mantener las banderas bien altas. Una fuerza hegemónica es una que
se hace cargo de la situación en la que vive en la que aún una parte de su
pueblo a lo mejor no está en las condiciones políticas y culturales para
dar un cambio político pero lo tiene que estar y por lo tanto tiene que
trabajar con ellos. Es una fuerza que asume que el cambio nunca es hacer
tabla rasa sino incorporar lo mejor de lo existente en un horizonte nuevo
y asume que las transformaciones solo son duraderas si son capaces de
integrar a una parte de quienes aún hoy no las comparten. Es decir, cons-
truir irreversibilidad.
Cuando hablamos de bloque histórico no hablamos de ganar elec-
ciones. Hablamos de una alianza amplia que sea capaz de incluir incluso
a algunos de nuestros adversarios en un orden diferente en el cual tengan
un hueco pero que ya no lleven las riendas y dirijan los destinos de nues-
tro país. Eso implica que seamos capaces de construir una idea radical-
mente democrática en la cual la gente sencilla se sienta en condiciones
de gobernar su país. No de votar gente para gobernarlo, sino que esa
gente se sienta en condiciones de ser soberana y conducir un proyecto de
transformación.
Esto tiene que ver con disolver una buena parte de los miedos que
el adversario ha arrojado sobre nosotros. En esto estamos de acuerdo to-
dos los compañeros de PODEMOS. Ahí el problema no es que nuestro
adversario nos tenga miedo sino que el problema es que lo tengan nues-
tros vecinos y compañeros de trabajo. Eso hay que disolverlo ofreciéndole
a la gente garantías y certezas. Nuestro trabajo en las instituciones tiene
que servir para ello. En los lugares en donde estamos las cosas se pueden
hacer mejor y de otra forma. No vale solo con prometer que cuando ga-
nemos las cosas serán diferentes. Hay que asegurar "el mientras tanto"
mientras construimos la mayoría nueva.

44
Voces de PODEMOS

Lo más hermoso que nos han regalado las alcaldías del cambio no
es la posibilidad de decir que tenemos las ideas más lindas o tenemos más
coraje sino que somos capaces de poner orden y de gobernar las ciudades
de una forma en la que a nadie se le ha quitado un solo derecho. Allí he-
mos equilibrado la balanza.
Si queremos ser una fuerza hegemónica no tenemos que pen-
sarnos nunca con las etiquetas del adversario. Si ellos quieren que
discutamos si somos radicales o moderados, le decimos las dos. Si nos
dicen que no se puede ser patriota y defender la plurinacionalidad, le
decimos que lo estamos demostrando. Si nos dicen que no podemos
ser transversales y rupturistas, le decimos ambas. Las categorías del
adversario solo sirven para encajonarnos y obligarnos a elegir alguno
de los callejones sin salida que el 15M desbarató. Allí se demostró que
no había que elegir entre ser como ellos o ser una minoría marginal.
Nos enseñó a no caer en los compartimentos estancos que son derrota
o derrota.
Escribía Marx en el XVIII Brumario de Luis Bonaparte: "las tradi-
ciones de los muertos oprimen la cabeza de los vivos como si fueran una
loza". Nosotros no tenemos que elegir entre diferentes tradiciones porque
somos una cosa nueva. No nos van a encasillar ni en el PSOE ni en el PCE.
No somos ninguna de las dos cosas. Somos la posibilidad de construcción
de una mayoría popular nueva.
Esta vez no tenemos que tropezar en las mismas piedras que tro-
pezaron nuestros padres y nuestras madres. Que no nos hagan discutir
cosas que pertenecen a tradiciones políticas anteriores. Tenemos la po-
sibilidad de construir una herramienta política que construya soberanía
popular, justicia social y que le devuelva la ilusión a la mayoría de nues-
tro pueblo. Tenemos que decir que esas categorías no son las nuestras,
que hemos llegado hasta aquí desafiándolas: siendo extraordinariamente
tiernos con nuestra gente y extraordinariamente duros con quienes han
saqueado nuestro país. Si nos encerramos en las categorías políticas del
adversario se habrá cerrado la posibilidad de cambio político en España
protagonizada por nuestro pueblo

45
Cuadernos de Cambio nº5

El pueblo no está dado y


hay que construirlo
La cuarta tesis tiene que ver con algo paradójico. Nosotros asu-
mimos que el pueblo no existe. No hay política sin pueblo pero el pue-
blo no está dado y hay que construirlo. Por eso decimos con orgullo que
representamos una política nacional-popular. El pueblo no es un objeto
fetiche del que hablamos muchas veces. No es un batallón que ya está
constituido esperando que alguien levante las banderas de la verdad
para llegar a la victoria final. Nos hemos pasado 200 años esperando
esa victoria.
Es la posibilidad de construir una idea radical: que la gente senci-
lla no tiene que resignarse a ser una parte. Se puede fundar algo más que
ser una parte: ser el todo. Ser el todo es construir una nueva idea de patria
que no deje nadie atrás guiada por una idea diferente: equilibrar la balan-
za. Nosotros aspiramos a ser el todo cuando los ciudadanos nos lo digan y
nos lo concedan con su confianza en las urnas, en las calles, en la sociedad
civil, en los círculos y en la organización popular. Seguimos aspirando a
representar una nueva idea de España.
Hoy somos una parte porque nuestro pueblo así lo ha queri-
do. Pero la idea fundamental es que no podemos dar los bandos y las
identidades por constituidas. Cuando decimos que somos una fuerza
política popular no decimos que representamos o que aspiramos a re-
presentar solo a los que protestan. O sólo a la parte más consciente de
nuestra sociedad que ha salido a la calle a enfrentar a los poderosos.
Decimos que queremos construir un horizonte diferente en la idea de
que nadie sea más que nadie, que los privilegiados no estén por encima
de la ley y que se respeten las conquistas e igualdad de oportunidades
que nos legaron nuestros mayores para construir un futuro más prós-
pero que sólo existe si tenemos a nuestra gente adentro. Por lo tanto,
la posibilidad de construir una hegemonía popular en España es una
tarea cultural.

Construir un movimiento popular

46
Voces de PODEMOS

¿Tiene eso que ver con que sea una tarea de marketing político?
No. ¿Tiene eso que ver con hacer buenos discursos o escribir buenos artí-
culos? No. Una tarea cultural es construir un movimiento popular y esto
no es solo juntar a las agrupaciones, colectivos y movimientos sociales
que han salido a enfrentar las peores medidas contra nuestra gente. Esos
son los imprescindibles pero no alcanzan.
Construir un movimiento popular es una tarea concreta de frater-
nidad, diaria, legislativa, jurídica, estética, musical, social y comunitaria
que sea capaz de ir construyendo ya la España que viene y que no nos
haga esperar a un resultado en las urnas. Para quienes queremos un cam-
bio político en este país las urnas son imprescindibles pero no alcanzan.
Hace falta construir un pueblo consciente que empuje, que acompañe y
que fabrique más y mejores dirigentes para que nos dé el relevo cuando
nos cansemos. Y esa es una tarea muy concreta.
No hay pueblo si no nos emocionamos juntos: si no tenemos
canciones, símbolos, películas, novelas que nos cuenten sobre nuestras
vidas. No se trata de elegir de cosas que nos gusten entre nosotros.
Se trata de construir el vehículo cultural de las transformaciones que
vienen y eso no se decreta. Cualquier cultura que nace desde el poder
nace muerta. No lo puede decretar un partido y lo tiene que hacer la
ola de cambio que viene. Lo va a tener que hacer de forma desordenada
y solapada.
Necesitamos una cultura, una estética y una narración de qué ha
sido de nuestras vidas y qué puede ser que nos ayude a emocionarnos
juntos. Hay que multiplicar los espacios de comunidad popular. Los cír-
culos son nuestro sistema nervioso pero no pueden ser sólo círculos de
debate interno. Tienen que ser organismos permanentes de construcción
del poder popular y eso se hace con gente que a lo mejor no nos vota. Lo
mejor es que demuestren que son útiles: organicen excursiones, festivales
de música y teatro, revitalicen los clubes deportivos o creen huertos ecoló-
gicos. Eso es construir pueblo y movimiento popular. No es una tarea de
dar slogans: es una tarea concreta.
Nosotros hemos corrido mucho con una maquinaria de guerra
electoral que nos ha permitido llegar lejos. Ahora necesitamos un se-
gundo paso. Hace falta descentralizar, un PODEMOS más federal y

47
Cuadernos de Cambio nº5

multiplicar la producción de cuadros dirigentes. Vamos a ser capaces


de construir un movimiento popular ganador en cuanto nos ocurra que
cuando un compañero capaz de hacer las tareas necesarias, de elevar la
moral en los momentos difíciles y de sugerir un rumbo, se canse, enton-
ces haya tres mucho mejores, más capacitados, generosos, altruistas y
experimentados.
Hay que asumir con urgencia la tarea de ser la fuerza política de
los y las mejores. Eso tiene que ver con prepararnos para gobernar nues-
tro país y ser extraordinariamente exigentes. Ello implica asegurar que
los próximos relevos en todos los ámbitos son para los que han sido más
capaces de trabajar y de crecer hacia afuera construyendo más movimien-
to popular.
Esto se vincula también con una tarea de seducción y generar con-
fianza para mucha gente experta que sabría hacer las cosas mucho mejor
pero a la que hay que tender la mano. Tiene que ver con la capacidad de
crear una intelectualidad nueva y que querría aportar sus mejores capaci-
dades. Si creemos que la contradicción fundamental en España está entre
una pequeña minoría que nos gobierna que es profundamente mediocre
y una sociedad civil que es más madura y con más capacidades, hay que
trabajar para multiplicar esas capacidades. Hay que ser una fuerza que
atrae y suma a los mejores.

***

Estos no son todos los retos que tenemos, tampoco son un con-
junto de dogmas. Son ideas para problematizar hacia dónde queremos ir.
Hemos llegado lejísimo, nadie había llegado tan lejos en tan poco tiempo
con el conjunto de la maquinaria de los poderosos para ponernos la zan-
cadilla, dividirnos, desmoralizarnos y fragmentarnos. Estamos profunda-
mente orgullosos de ello.
Si viniéramos de otra tradición política nos daríamos golpes en el
pecho, plantaríamos la bandera y diríamos "ha sido maravilloso". Sin em-
bargo venimos de una tradición que nos hemos inventado, que la hemos
inventado el 15M, es una tradición popular que asegura que en España la
frustración no se canaliza contra los de abajo sino contra los de arriba.

48
Voces de PODEMOS

Pero es una tradición que lleva dos años estimulando nuestras mejores
ideas en la cabeza, poniéndonos la piel en carne de gallina y calentán-
donos el corazón con la idea de que la gente sencilla puede ganar a los
poderosos.
Vamos a ganarles. Por eso discutimos, por eso nos formamos, por
eso construimos las mejores ideas para seguir haciendo el trayecto que
falta con los que faltan.
¡Adelante que se puede!

49
LOS DEBATES ACTUALES
DE PODEMOS7
Conferencia de Pablo Iglesias

Estamos cerrando una Universidad y quiero agradecer a toda la


gente que ha hecho posible que sigamos cuidando uno de nuestros ma-
yores tesoros que es la capacidad de reflexionar. Si algo marcó la dife-
rencia de PODEMOS al hacer una lectura lo suficientemente sofisticada
pero también lo suficientemente osada de la situación que había en este
país para cambiarlo todo, para convertirnos en una referencia en Europa,
lograr más de 5 millones de votos y un cambio en el sistema de partidos
fue precisamente que fuimos capaces de reflexionar con libertad. Eso nos
diferencia de las máquinas políticas existentes que tenían muchas dificul-
tades para que las reflexiones se puedan transformar en política.
Mi objetivo y obligación en esta intervención como secretario ge-
neral es tratar de apuntar una serie de elementos estratégicos claves del
momento que estamos viviendo. No es un momento sencillo. Hace casi
tres años nos conjurábamos para lanzar PODEMOS. Y hace algo menos

7 Intervención de cierre de la Universidad de Verano de PODEMOS pro-


nunciada por Pablo Iglesias, el 26 de septiembre de 2016.
51
Cuadernos de Cambio nº5

de dos años en Vistalegre8 definíamos cuál debía ser el recorrido de esa


maquinaria. En aquel momento PODEMOS tenía 5 cargos públicos (5 eu-
rodiputados) hoy tiene más cargos públicos de los que nunca ha tenido
en los últimos 90 años una organización con un programa equivalente al
nuestro. Eso no es una cosa sencilla, está llena de peligros y obliga a tener
debates sobre lo que queremos ser.
Dijimos una vez, y creo que nos equivocamos, que el problema de
este país era que se había producido un empate. El empate catastrófico era
una noción que utilizaba Álvaro García Linera en Bolivia para expresar el
empate político-electoral que impedía que haya transformaciones que per-
mitan pasar a un nuevo ciclo político. Eso permitió que en América Latina se
hablara de un proceso de tipo constituyente que sirviera para desempatar.
En nuestro país no hay empate. Salvo que ganáramos las eleccio-
nes por mayoría absoluta seguiríamos en una situación muy parecida a la
que estamos.
Lo más importante para entender lo que sucede en nuestro país
son las contradicciones que vive uno de los partidos tradicionales. El par-
tido tradicional más importante desde 1978, el que más se parecía a Espa-
ña y ha gobernado. El PSOE vive una tensión interna que es una tensión
del sistema. Una tensión entre la restauración y el cambio. La paradoja es
que los defensores del cambio en el PSOE son sus sectores más conser-
vadores (Felipe González, Alfredo Pérez Rubalcaba, Juan Luis Cebrián).
Ellos defienden que hay que cambiar y tienen que aliarse con el PP. Eso
es así porque con el PP comparten su visión sobre Europa, sobre la troi-
ka, sobre las reformas económicas y laborales. Con ellos comparten, en
última instancia, un proyecto de país. Este es el sector más sofisticado del
PSOE y el que ha comprendido mejor qué significa PODEMOS. Por eso
no tienen ninguna duda de que su partido se debe aliar con el PP.
El otro sector del PSOE por desgracia temo que no es el que quiere
construir el futuro con nosotros sino el que sencillamente busca la restau-
ración y volver al año 2013 dónde solo había dos partidos. Soy consciente
de lo que ha ocurrido en los últimos 10 meses en los que Pedro Sánchez no

8 En el Palacio de Vistalegre (Madrid) se realizó la Asamblea fundacional de


PODEMOS en octubre de 2014.
52
Voces de PODEMOS

quiso construir el futuro del país con nosotros. Quiso convertirnos en una
fuerza subalterna. Nos pidieron que nos abstuviéramos de un acuerdo suyo
con Ciudadanos. Eso era prácticamente decirnos que sus 5 millones de vo-
tos valían menos que los nuestros y el millón de votos de Izquierda Unida.
Me temo que hay realidades demográficas, geográficas y plurina-
cionales que hacen imposible que nuestro país vuelva al año 2013. La si-
tuación es de bloqueo pero no de empate. Y es en esa situación en la cual
nosotros tenemos que ubicar nuestros debates estratégicos.
Este contexto de tensión nos dificulta hablar de temas cruciales
con libertad: hablar de nuestro papel en las instituciones y de nuestra
relación con los movimientos populares. Esto no es un debate sobre si
más calle o más institución, últimamente parece que todo se caricaturiza y
ridiculiza. Es un debate sobre dónde tenemos que cavar las trincheras en
un momento de guerra de posiciones.
Recordemos que nosotros habíamos planteado la necesidad del
"blitz" . Del asalto electoral, de la maquinaria de guerra que iba a asumir
9

de manera sucesiva procesos electorales continuos. Y, después de las elec-


ciones, pasar de la guerra de movimientos a la guerra de posiciones. Dis-
cutir de guerra de posiciones es construir trincheras. Y cavar trincheras en
política es construir tus defensas. Tenemos que ver cómo las construimos
en el espacio de la sociedad civil, cómo nos relacionamos con los movi-
mientos sociales, cómo construimos un movimiento popular.
Nosotros nacimos en la televisión pero no tenemos futuro en la
televisión. Nos sirvió para hacer el "blitz". Pero nuestro desafío es ser

9 “Blitzkrieg” (en alemán, literalmente “guerra relámpago”) es el nombre


popular que recibe una táctica militar de ataque que implica un bombar-
deo inicial, seguido del uso de fuerzas móviles atacando con velocidad y
sorpresa para impedir que un enemigo pueda llevar a cabo una defensa
coherente. Los principios básicos de estos tipos de operaciones se desa-
rrollaron en el siglo XX por varias naciones, y se adaptaron años después
de la Primera Guerra Mundial, principalmente por las Fuerzas Armadas
alemanas en los años 30, para incorporar armas y vehículos modernos
como un método para evitar la guerra de trincheras y la guerra en frentes
fijos en futuros conflictos.
53
Cuadernos de Cambio nº5

capaces de saber que a nosotros no nos va a salvar la tele ni les vamos a


hacer la misma jugada que le hicimos a los medios metiéndole la pelota
por debajo de las piernas. Hay que construir trincheras en la sociedad
civil y debatir cómo establecemos la relación entre las instituciones y los
movimientos. Si los movimientos deben ser espacios de apoyo al trabajo
institucional o si los espacios institucionales son el apoyo político de los
movimientos populares. Yo me fío más de lo segundo. No por una cues-
tión ideológica, sino porque las trincheras son más profundas y más segu-
ras cuando están cavadas en la sociedad civil y no dependen de la buena
voluntad de los cargos públicos.
Tenemos que ser capaces de discutir sobre las posibilidades de
gobernar en un país del sur de Europa en el marco de la Unión Europea.
Tenemos que discutir de nuestro estilo comunicativo. Y de que ya no es-
tamos solos. Ya no es sólo PODEMOS. Compartimos un espacio político
con Izquierda Unida, con En Comú Podem, con En Marea y que tiene que
asumir en lo político la plurinacionalidad del Estado con todas las impli-
caciones en lo organizativo. Y también asumir que en nuestra organiza-
ción política falta la sociedad civil. Esto es un espacio político con muchas
familias, con muchos sectores. Estoy orgulloso de que lo hayamos cons-
truido pero ahora toca ver cómo lo cuidamos y cómo lo hacemos crecer.
Toca discutir sobre los que faltan y los que se van. Toca discutir so-
bre los errores y los aciertos. Es un debate de la tercera fuerza de un país
y por desgracia puede condicionar en última instancia quiénes ocupan
órganos políticos de un partido, quiénes van en listas y quiénes son re-
presentantes públicos. Y aquí, como secretario general, tengo una respon-
sabilidad enorme: impedir que los debates políticos se conviertan en un
debate de listas, de nombres y de quién controla los aparatos del partido.
Hay una dificultad ulterior. Es un debate con las puertas abiertas
a los medios de comunicación y a la televisión. Ellos no solo retransmiten
sino que participan y condicionan. El periódico El país planteaba una en-
cuesta: ¿qué PODEMOS prefieres? ¿El PODEMOS sensato de Íñigo Erre-
jón o el PODEMOS anti-sistema y radical de Pablo Iglesias?
Todos los medios de comunicación van a influir en nuestro debate
para convertirlo en uno banal y simple. Tengo la obligación de impedir que

54
Voces de PODEMOS

nosotros caigamos en esa simpleza y pensemos que los medios de comunica-


ción son los campos de batalla para librar los debates estratégicos internos.
Ese problema de las caricaturas no deja de sonar como un debate
entre "moderados" y "radicales". Un periodista el otro día decía que esto es
lo habitual en la izquierda, como el debate entre bolcheviques y menche-
viques. Un debate entre "sofisticados" y "simples" que quieren repetir el
pasado o experimentar el futuro; entre quienes quieren parecerse al PSOE
o a los que quieren parecerse al PCE. Un debate sobre los que prefieren a
Coldplay o a Bruce Springsteen.
Hay que evitar analizar las metáforas hasta la saciedad. Ojalá el
debate fuera tan fácil de caricaturizar. Ojalá fuera tan sencillo. No van por
ahí los tiros aunque algunos nos quisieran imponer ese debate.
La primera conclusión es que a pesar de las dificultades de este
contexto, a pesar de la situación de bloqueo político, de los debates de uno
de los partidos del sistema que podría llevarnos a unas tercera elecciones,
de los medios de comunicación que van a jugar en nuestro debate, de los
riesgos de la simplificación, les pido a todos la altura política para cui-
dar uno de nuestros tesoros más valiosos: nuestra inteligencia y nuestra
capacidad de discutir. Nuestra capacidad de ser uno de los laboratorios
políticos más eficaces para entender la realidad. Lo reconocieron hasta
nuestros enemigos.
Tengamos presente que una fuerza política sin capacidad para de-
batir es un partido sin capacidad para transformar. Una fuerza que sólo
discute de listas y de nombres es un partido político más.

***

El debate sobre dar miedo (o


no) no es de PODEMOS
¿Sobre qué no estamos discutiendo en ningún caso? Me fascina
el periodo de España de la transición10, es un periodo que tiene enormes

10 La transición española es el período de la historia contemporánea de Es-


paña en el que se llevó a cabo el proceso por el que el país dejó atrás el ré-
gimen dictatorial del general Francisco Franco. Desde entonces España
55
Cuadernos de Cambio nº5

diferencias con el actual. Nos sirve para entender muchas cosas. El PSOE
y el PCE tienen en ese momento un debate muy parecido que se concreta
en algo muy simbólico. En el PSOE discuten si abandonar el marxismo y
en el PCE si abandonar el leninismo. En realidad no estaban discutiendo
de eso. Los defensores de abandonar el marxismo en el PSOE lo hacían
con elogios a Marx y lo mismo hacían en el PCE con Lenin. Pero esto no
iba ni de Marx ni de Lenin.
Era un debate sobre el miedo. Los dos partidos estaban preocu-
pados por no dar miedo. Eso significaba decirle a todo el mundo "yo he
renunciado al marxismo" o "yo he renunciado al leninismo". El anterior
jefe del Estado Juan Carlos I escribía al sha de Persia "estoy muy preocu-
pado porque hay un partido que puede ganar las elecciones y es marxis-
ta". Santiago Carrillo del PCE se tuvo que vestir con el traje de la selección
española para evitar el miedo al Carrillo de la guerra civil. Era toda una
puesta en escena para no dar miedo.
La pregunta es: ¿nosotros tenemos que tener ese debate ahora?
No. Básicamente porque no tenemos la sociedad de entonces que era una
sociedad atemorizada por la dictadura. Una sociedad, con excepciones en
Cataluña y el País Vasco, que a pesar de contar con un movimiento audaz
y poderoso, con el movimiento estudiantil y vecinal era una sociedad ma-
yoritariamente atemorizada. Una sociedad que vota a favor de la ley de
la reforma política cuando la mayoría de los partidos de la oposición de-
mocrática pedía la abstención, que vota por un partido fundado por fran-
quistas como la Unión Centro Democrático. Una sociedad con buenas
razones para tener miedo a los militares que terminaron dando un golpe
de Estado en 1981. Se comprende que esos dos partidos de la izquierda se
preocuparan por no dar mucho miedo.
Ahora el debate es completamente distinto. Estamos en la socie-
dad posterior al 15M y no se tiene tanto miedo. Unidos Podemos11 ha de-

pasó a regirse por la Constitución de 1978 que habilitaría un régimen po-


lítico que sería hegemonizado por el bipartidismo entre el PSOE y el PP.
11 De cara a las elecciones generales del 26 de junio de 2016 fue formada
esta coalición electoral entre PODEMOS, Izquierda Unida y otras fuerzas
autonómicas o municipales.
56
Voces de PODEMOS

mostrado una realidad que no tiene nada que ver con el sistema de parti-
dos que se ha diseñado tras 1977. Es la fuerza política de los jóvenes y eso
tiene implicancias innegables hacia el futuro. Es la fuerza de las nuevas
generaciones. Si viviéramos en un país con una pirámide "normal" o más
parecida a los países en "vías de desarrollo" estaríamos gobernando. Si no
gobernamos en este país es porque la pirámide generacional es casi un
triángulo invertido y en última instancia son las personas mayores de 65
años las que deciden quién gobierna. Somos la fuerza política del futuro.
Y además, la fuerza de las grandes ciudades. Claro que hay que en-
trar en el mundo rural pero es una fortaleza porque las grandes ciudades
marcan el camino al futuro. Lo que primero pasa en las grandes ciudades
ocurre un poco después en el resto de núcleos de la población.
Por esa razón estamos aquí para quedarnos, no somos efímeros.
Y además, nos atrevimos a decir algo que nadie se había atrevido a decir:
España es plurinacional, se acabó la uni-nacionalidad. Hemos sido los pri-
meros en señalar una obviedad que era un tabú y funciona. Diciendo que
somos plurinacionales hemos sido la segunda fuerza en Madrid.
Al mismo tiempo estamos en un ciclo económico y europeo dife-
rente. La transición española se produce en las vísperas del thatcherismo12
y el reaganismo13 en EEUU, en el éxito de la economía financiera sobre
la economía real, en las vísperas de la derrota de los mineros en el Reino
Unido. Hoy estamos en una situación en la que el proyecto de la Unión
Europea como espacio asociado al bienestar, al respeto de los derechos
humanos y a la existencia de los derechos sociales, se ha terminado. La
crisis económica que se ha producido en 2008 no va a tener una solución
con la vuelta al Estado de bienestar. Son tiempos difíciles, duros. Pero
basta lo que ocurre en Europa para ver que es tiempo de las organizacio-
nes políticas que cuestionan lo existente.

12 Margaret Thatcher fue primer ministra del Reino Unido desde 1979 a
1990. De su mano fueron implementadas sistemáticamente políticas neo-
liberales.
13 Ronald Reagan fue presidente de Estados Unidos entre 1981 y 1989, y jun-
to con Thatcher, su gobierno representa la nueva hegemonía neoliberal a
nivel global.
57
Cuadernos de Cambio nº5

Para decirlo claro, el debate sobre si debemos dar miedo o no es


un debate viejo, de hace 40 años. Es un debate del PSOE y el PCE, no de
PODEMOS.
¿Cuáles son los debates ahora? Uno: ¿qué Unidos Podemos fun-
ciona mejor electoralmente? Ese debate sobre los que faltan, dónde están
los que faltan (si están en otros partidos tradicionales, en la abstención o
en todas partes) y los que se van.
Hay un debate concreto sobre el millón de votos que nos faltó el 26
de junio. Hay quien dirá que nos sentó muy mal ir con Izquierda Unida.
No estoy de acuerdo, si hubiéramos ido sin ellos el resultado hubiese sido
peor. Mi sensación es que perdemos credibilidad cuando tratamos de pre-
sentarnos moderados en las formas. Dijimos algo que es verdad: tenemos
un programa socialdemócrata. Eso es decir que todas las organizaciones
de la izquierda tradicional en los últimos 25 años básicamente tienen pro-
gramas así: que propone reformas fiscales progresivas, políticas más ex-
pansivas, proteger los derechos de trabajadores o apostar por un modelo
de industrialización sostenible.
Dijimos lo que lleva diciendo la gente decente hace muchísimos
años. Pero es verdad que al incidir sobre una palabra que se asociaba a la
moderación y al no dar miedo se nos percibió como unos mentirosos. Una
gente dijo que no nos creía y otra dijo que eso no le gustaba. Si intentamos
parecer lo que no somos me temo que ni conseguimos traer a los que fal-
tan y se nos van unos cuantos de los que están.
La prueba es Europa. Somos casi el único país de Europa en el que
una fuerza como la nuestra es la fuerza "outsider" que recoge la crisis de
legitimidad de los partidos políticos tradicionales y la crisis de las clases
medias. Lo que está funcionando en Europa son los discursos beligeran-
tes y destituyentes. Los que están tratando de abrir grieta en los sistemas
tradicionales en Francia, en Alemania, en Italia y en Reino Unido sue-
nan "hard", suenan más duros que nosotros. El espacio en el que se está
abriendo la grieta en Europa tiene que ver con esos terribles años 30. Por
eso pienso que nuestra hipótesis original sigue funcionando bien. Esa que
decía que éramos "outsiders". No se puede repetir igual, porque no somos
lo mismo, pero nosotros fuimos capaces de abrir grieta en una época, no
en una coyuntura.

58
Voces de PODEMOS

Qué implica que gobernemos


El segundo debate es si nos iban a dejar gobernar o los límites
son los ayuntamientos o las comunidades autónomas. La pregunta es la
siguiente: ¿el resto de las fuerzas políticas están preparadas para que
una fuerza como la nuestra gobierne? ¿Está dispuesto el PSOE a gober-
nar con nosotros?
Eso tendría dos implicaciones. Primero, decirle a Europa que hace
falta una Europa social, que no estamos de acuerdo con la política de la
Troika, que hacen falta políticas expansivas y acabar con los paraísos fis-
cales, que la corrupción se combate con políticas económicas. Eso implica
decirle a Europa que estamos dispuestos a hacerles frente y hacer alianzas
muy difíciles con otros sectores europeos. Segundo: ¿están dispuestos a
asumir que España es plurinacional? Es evidente que hay algo diferente.
¿Está dispuesto ese partido a asumir que un proyecto de fraternidad so-
lamente se puede construir reconociendo la soberanía de naciones que
forman parte de lo que nosotros deseamos como un proyecto colectivo?
¿Están dispuestos a reconocer que mientras sigan gobiernos centralistas
en España cada vez va haber más gente que se va a querer ir? Es normal,
si sigue el Partido Popular mucho tiempo más en el Puente de Vallecas14
también nos vamos a querer ir.
Hasta ahora no han querido. Plantean una alianza estratégica con
la fuerza política que representa al IBEX 3515 y lo reconocen abiertamen-
te. Ese es el PODEMOS de derecha, el PODEMOS de los bancos, el que
reconoce que ellos están en política básicamente para que PODEMOS
no pueda gobernar. Ese es un debate que tenemos que tener y definir los
pasos en los próximos meses y días.
Hay quien dice: "vamos a darle la investidura al PSOE a cambio de
nada y que se estrellen ellos solos con 85 diputados". El problema es que
a lo mejor se estrella el país y eso nos coloca en una posición incómoda

14 Puente de Vallecas es un distrito perteneciente a Madrid.


15 El IBEX 35 es el principal índice bursátil español, conformado por las 35
empresas de mayor liquidez que cotizan en el Sistema de Interconexión
Bursátil Español en las cuatro bolsas españolas (Madrid, Barcelona, Bil-
bao y Valencia). Iglesias se refiere concretamente al poder financiero.
59
Cuadernos de Cambio nº5

en el parlamento porque ahí la oposición no seríamos nosotros sino el


PP. Si damos un cheque en blanco a cambio de nada a lo mejor nos estre-
llamos todos. Hay otros que dicen que lo tenemos que hacer a cambio de
un programa "muy social". Eso está mejor, pero todos sabemos que a los
programas y a los papeles se los lleva el viento. Al final es fundamental
quién tome las decisiones y lo aplique.
Hasta ahora yo siempre me he posicionado en el: "me fío no solo
del qué sino del quién". En cualquier caso tengo muchas dudas. Tenemos
que debatir sin que nos desangre sobre lo que estamos dispuestos a hacer.

El debate de PODEMOS
con la sociedad civil
Un tercer debate es el del movimiento popular. Es el debate de
las trincheras. Se lanzó el otro día la iniciativa “Vamos” que va a plan-
tear que PODEMOS tiene que ser un instrumento para proclamar que
en este invierno a nadie se le puede cortar la luz y que no solo puede
ser un planteamiento institucional. Si tenemos tantos cargos públicos
eso tiene que ser para relanzar un movimiento que nos sirva para ca-
var las trincheras que van a ser lo único con lo que podamos contar a
mediano plazo.
El debate de PODEMOS con la sociedad civil, sobre si PODEMOS
tiene que ser un movimiento político en manos de la sociedad civil es
un debate que va a determinar nuestras posibilidades de éxito político.
Probablemente es la mejor garantía de que PODEMOS no se convierta
en algo que no deseamos. No estoy de acuerdo con que los movimientos
sociales tengan que trabajar a favor de los gobiernos progresistas. Los
movimientos sociales tienen una lógica diferente y ojalá puedan tener una
relación armónica con los gobiernos progresistas. Pero nosotros no po-
demos ser una organización política que solo aspire a gobernar. Tenemos
que ser una organización que ponga todo su capital para cavar las trinche-
ras más importantes de las que va a depender nuestra supervivencia, las
trincheras de la sociedad civil.

60
Voces de PODEMOS

El eje izquierda-derecha
El cuarto debate: izquierda-derecha. No podemos plantearlo en
términos de mayo de 2011. Nosotros dijimos que el 15M no era la ven-
ganza de la izquierda. El 15M no era la venganza de los perdedores de
la transición sino que el 15M inauguraba una nueva gramática política.
Nosotros planteamos además una crisis entre los sectores que veníamos
de la izquierda y entendimos mejor el 15M que los actores que estaban
enfadados con el adanismo del movimiento. Ellos decían: "yo llevo en-
fadado muchos años para que vengan estos chavales ahora a Puerta del
Sol". Lo que representaba ese movimiento era la existencia de una crisis
orgánica en la que se había convertido en mayoritario el grito social que
les llamaba delincuentes. Eso nos permitió hablar de la dicotomía funda-
mental entre democracia y economía privada, entre pueblo y oligarquía,
entre gente y casta.
Pero han pasado cosas en el medio. Hemos elegido pactar en ayun-
tamientos y en comunidades autónomas con el PSOE y con fuerzas que se
reivindican de la tradición de la izquierda. No hemos hecho como SYRIZA
en Grecia que pactó con un partido nacionalista de derechas planteando
que el eje es entre patriotas y anti-patriotas.
Nosotros no planteamos ese eje. No pactamos con Ciudadanos
sosteniendo que el eje es entre regeneración o viejo. El debate ahora es
más complejo, implica reconocer que el espacio político que nosotros es-
tamos obligados a liderar no es solamente un espacio solamente nuestro.
Compartimos espacio político con organizaciones hermanas que se rei-
vindican abiertamente de la izquierda (Izquierda Unida, En Comú Podem
o En Marea).

Qué es la transversalidad
¿Cómo hacemos compatible una transversalidad que forma parte
de nuestro ADN? Pero la transversalidad no es un discurso moderado, es
apelar a sujetos muy distintos, no necesariamente parecerte a los actores
políticos rivales. ¿Cómo hacemos posible la politización del dolor con tra-
diciones a las que nosotros abrazamos y estamos encantados de que cami-

61
Cuadernos de Cambio nº5

nen con nosotros? Ese debate ya no es tan sencillo. No lo es entre viejos


y modernos. Es el debate de una fuerza política que aspira a ganar y que
aspira a hacerlo en un espacio en el que coinciden muchas tradiciones.
Ser transversal no es parecerse al PP o al PSOE. Es parecerse a la
Plataforma de Afectados por las Hipotecas (PAH) y a las tradiciones que
se han acercado a nosotros y con las que estoy orgulloso de caminar.
Por eso, la próxima dirección de PODEMOS no puede ser ni
"errejonista", ni "echequinista", ni "garzonista", ni "anti-capitalista". Tie-
ne que ser la dirección política de la organización que está obligada a
liderar un espacio político más amplio. Si existe el "pablismo" desaparece
PODEMOS.
Las corrientes pueden ser invitaciones legítimas al debate. Pero no
pueden ser partidos dentro del partido que se constituyan como aparatos
que pueden ocupar el conjunto de los aparatos. Eso no solo haría que nos
pareciéramos a los partidos viejos sino que inhabilitaría a nuestro partido
político. Es demasiado amplio, demasiado plural, lo que hemos creado
para que sea un espacio de combate entre corrientes que se construyen
como partidos dentro del partido.
Por eso es tan importante el debate teórico porque aunque deba-
tamos duro, aunque tengamos posiciones diferentes, sirve. No porque las
ideas sean complementarias, eso es una estupidez. Debatir implica elegir:
decir que sí a unas cosas y decir que no a otras. Pero, a través del debate
político que nos permita encarar el futuro, siendo conscientes de lo que
hemos construido. Eso se traduce en 5 millones de votos que no están
interesados en peleas de poder internas pero que seguramente que crez-
can o se reduzcan dependerá de nuestra habilidad y de nuestra capacidad
intelectual de tener en este momento los debates estratégicos que tocan.

La necesidad de un movimiento popular


El sexto tema de debate es el del bloque histórico. Este debate im-
plica asumir dos límites: el del ciclo electoral y el del Estado. Hemos sido
una máquina electoral cuando teníamos que serlo y deberemos seguir
presentándonos a elecciones cuando las haya e intentar ganarlas. Pero no
podemos seguir siendo solo una máquina electoral.
62
Voces de PODEMOS

Al mismo tiempo debemos asumir los enormes límites de los dis-


positivos administrativos del Estado y de los gobiernos. Son espacios limi-
tados para la transformación política. Una organización que se convierta
solo en una que tenga cargos públicos está condenada a morir. Lo vimos
en la izquierda. Los cargos públicos tienen intereses propios, lógicas
propias, adquieren ideologías propias que los alejan de la gente. Por eso
necesitamos que la gente apunte sus fusiles dialécticos sobre el Conse-
jo Ciudadano, sobre los órganos de dirección, sobre los cargos públicos.
Necesitamos unas bases que tengan el control de todos los aparatos del
partido. Hubo un tiempo en que esto no fue así y lo defendí, hablando del
famoso “blitz”. Era un momento en el que necesitábamos una dirección
que pudiera correr. Ahora no, hay que atarse los cordones en serio. Ne-
cesitamos no sólo unas bases de PODEMOS sino un movimiento popular
con mecanismos que permitan articular el control sobre los cargos públi-
cos y aparatos de mando de la organización.

***

Por último. Hay un error histórico del marxismo que es pensar


que la historia camina inexorablemente hacia una sociedad sin clases y
que al fin y al cabo el rol de los revolucionarios era sólo empujar las con-
tradicciones existentes, pero que el propio desarrollo de las fuerzas pro-
ductivas iba a producir una sociedad mejor. Eso es mentira. La historia ha
probado que quizás lo peor esté por llegar.
Por eso quiero reivindicar algo que tiene ver con aquello que
Gramsci llamaba "el optimismo de la voluntad" para contraponerlo al "pe-
simismo de la inteligencia". Nosotros queremos cambiar esta sociedad, no
queremos parecernos a ella. Hacer política no es parecerte a ella sino que
es intentar cambiarla por una sociedad mejor. Y eso tiene muchos riesgos.
Puede que haya partidos que pareciéndose a lo peor de la sociedad con-
sigan tener éxitos electorales. Yo no quiero que nos parezcamos, quiero
que seamos una organización política que aspire a una sociedad mejor y
más justa.
Cuando hablamos de feminismo no hablamos de algo que nos
echamos en cara entre compañeros, hablamos de que queremos una so-

63
Cuadernos de Cambio nº5

ciedad más justa. Cuando hablamos de ecologismo, hablamos de que que-


remos una sociedad más justa. Cuando hablamos de desigualdad y de de-
fender los derechos sociales, hablamos de que aspiramos a una sociedad
mejor de la que tenemos. Eso no se consigue solo con una organización
política de cargos públicos o con una máquina electoral. Se consigue con
una organización capaz de convertirse en una herramienta de un gran
movimiento popular de transformación social.

64
PODEMOS Y EL
FEMINISMO
Entrevista a Clara Serra Sánchez,
Realizada por Lucas Manuel Villasenin en agosto de 2016.

CSS: Clara Serra (1982) / Diputada en la Asamblea de Madrid, Coordi-


nadora del Área de Mujer e Igualdad del Consejo Ciudadano Estatal de
PODEMOS / Licenciada en Filosofía de la Universidad Complutense de
Madrid / Autora de los libros: Filosofía y ciudadanía y Educación para la
ciudadanía.

LMV: Lucas Manuel Villasenin

65
Cuadernos de Cambio nº5

LMV: ¿Cómo resumirías las principales demandas del movimiento de mujeres y


del movimiento LGTBI en España?
CSS: Primero, el movimiento feminista y el LGTB aquí no están li-
gados. Nuestra apuesta es construir una unidad entre ambos movimientos
porque en principio sus demandas van por el momento separadas.
El movimiento feminista en España en estos últimos dos años se
ha centrado en el tema de la violencia. Hubo una movilización el último
7 noviembre que fue muy importante con mucha presencia de hombres,
algo que es una novedad aquí. Ha sido una propuesta que ha calado más
que las manifestaciones previas. PODEMOS ha acompañado esa lucha
desde el principio y ha sido uno de nuestros puntos fuertes. Hemos ali-
mentado las movilizaciones y también a nivel discursivo hemos hecho
apuestas ligadas al movimiento.
En 2004 el PSOE hizo una ley de violencia que fue impugnada por
el Partido Popular por "ser una ley solo para mujeres". La derecha siem-
pre ha dicho que la ley de violencia no se podía circunscribir solo a las
mujeres sino que tenía que ser considerada "violencia familiar" lo cual era
tumbar la ley completamente. Finalmente la ley se aprobó pero durante
todos estos años han instalado en el sentido común que hace falta una ley
"también para los hombres".
Ciudadanos ha sido un partido que también ha pescado en ese
sentido común. Ahora que hasta el Partido Popular ha aceptado que tiene
que haber leyes sobre violencia de género, Ciudadanos es más reacciona-
rio. Se trata de ocultar que la violencia de género es una violencia funda-
mentalmente hacia las mujeres. Una de las razones por las cuales no tuvo
buenos resultados en la elección del 26 junio es porque ha tenido una
propuesta como quitar el agravante penal en los hechos de violencia ma-
chista. Durante la última semana de campaña recibieron muchas críticas
por buscar retroceder 10 años atrás.
Nosotros hemos apostado a llamarlo "violencia machista" porque
para nosotros es un cambio importante. Se han logrado cambios impor-
tantes como que en los medios ya se empiece a nombrar como "violencia
machista". Hasta gente del PSOE, como Patxi López (ex-presidente del
Congreso de Diputados), que siempre habló de "violencia de género" para

66
Voces de PODEMOS

reivindicar su autoría sobre la ley, también están hablando de violencia


machista. Les hemos ganado la batalla en este sentido.
La anterior demanda había sido la negativa a aceptar la propues-
ta de reforma del derecho al aborto que proponía el Partido Popular. El
PSOE había hecho una reforma de la ley del derecho al aborto que qui-
taba la obligación de informar a los padres en los casos de menores. En-
tonces, el PP prometió en su campaña de 2011 una reforma muy regresiva
respecto a este derecho. El movimiento feminista trabajó mucho tiempo
con eso, hubo una movilización que se llamó "el tren de la libertad" que
acabó con la dimisión del ministro de Justicia Alberto Ruiz-Gallardón y se
logró tumbar esa reforma. Al final, el Partido Popular tuvo que echar atrás
la ley del aborto pero hizo un cambio que dificulta el acceso a las menores
al derecho al aborto.
El movimiento LGTBI ha estado centrado, luego de haber obtenido
el matrimonio igualitario, en conseguir leyes contra la LGTBI-fobia en el
terreno educativo. Hemos tenido suicidios de chicas y chicos transexuales
luego de acosos sistemáticos y eso motorizó leyes de transexualidad. El
PSOE aprobó leyes que al movimiento no le gustaron por obligar el cam-
bio de sexo para el cambio de nombre y obligar a un periodo de hormona-
ción que lleva a la pérdida de la fertilidad para las personas transexuales.
Una de las demandas del colectivo trans es que el cambio de nombre y el
cambio de género sean en relación al género sentido y no después de una
operación de cambio de sexo o de un proceso de hormonación.
Ahora, PODEMOS está proponiendo leyes en los parlamentos. En
Madrid hemos logrado aprobar una ley que supera a aquella presentada
por el PSOE y que ha incluido todas las demandas del movimiento. Tam-
bién la ley la vamos a llevar al Congreso de Diputados. En estos temas es
más sencillo porque con las demandas LGTBI Ciudadanos es un partido
moderno y está dispuesto a apoyar (algo que no hace con las demandas
feministas). Por eso, los avances en los derechos LGTBI van más rápido
en las instituciones.
LMV: En los últimos 15 años hubo cambios importantes en la legislación espa-
ñola. El PSOE, mientras aplicaba políticas neoliberales, en lo que hace a las de-
mandas del movimiento de mujeres y LGTBI ha avanzado. Son cambios que se

67
Cuadernos de Cambio nº5

dan en una sociedad con sectores conservadores sólidos que siguen con fuerza
como legado del franquismo. ¿Qué es lo que permitiría trazar las diferencias de
PODEMOS respecto al PP y al PSOE? ¿Cómo se podría definir el feminismo de
PODEMOS?
CSS: El Partido Popular es un partido de derechas y conservador que en
algunos casos se ha visto obligado a cambiar sus posturas porque las leyes
del PSOE han acabado cambiando el sentido común. Ahora le es imposi-
ble seguir diciendo las mismas cosas que años atrás. El Partido Popular
llevó al Tribunal Constitucional la ley de matrimonio igualitario y ahora
mismo no pueden sostener eso y tienen que decir que están a favor.
Al PSOE hay que reconocerle todos los logros. Rodríguez Zapate-
ro fue un presidente de gobierno que para la izquierda feminista expresa
el PSOE con el que mejor nos entendemos y más simpatías levanta. No se
le pueden poner "peros" en algunas cosas, pues fue alguien que embande-
ró dentro del PSOE muchos de esos cambios. Nosotros entendemos que
con el PSOE tenemos que entendernos y reconocer sus logros. Han hecho
leyes buenas como la del matrimonio igualitario, la de igualdad o la ley
de violencia.
Las modificaciones del PSOE hay que reconocer que han ido por
delante del sentido común. Si hubiéramos preguntado a la gente sobre la
ley de violencia, no hubiera salido. Lograron cambiar el sentido común a
través de leyes y ahora la gente las defiende.
Nosotros cuando empezamos a pensar qué feminismo hay que
construir nos pasó que estábamos en una situación difícil. Pues tenemos
el feminismo de la izquierda que es muy identitario, un feminismo que
después de muchos años no llega a la gente. Mientras que tenemos el
feminismo del PSOE que sí llega a la gente, que ha logrado cambios indu-
dablemente buenos. El feminismo de la izquierda se quedó en la crítica
al PSOE por hacer un feminismo institucional y no consigue conectar con
ninguna mujer que no sea aquella que participa siempre en las asambleas
de solo cinco personas.
Nosotros partíamos de venir de ese feminismo con un lenguaje
que no entiende nadie, que utiliza referentes que nadie reconoce, un fe-
minismo incapaz de conectar con la gente. Y, por el otro lado, teníamos

68
Voces de PODEMOS

a unos compañeros en PODEMOS que consideraban que el único fe-


minismo que se podía hacer era el del PSOE y que PODEMOS no tenía
que apostar por el feminismo. Se decía que no teníamos nada que ganar
porque en ese terreno el PSOE era el partido feminista y no íbamos a
sacarle esa medalla.
Nosotras teníamos que combatir a nuestros dirigentes que obvia-
mente decían que PODEMOS era feminista pero no creían en una apuesta
política ganadora y que podíamos superar al PSOE en su recorrido fe-
minista. Luego teníamos que convencer al movimiento feminista militan-
te, del cual nosotras veníamos, de que había que hacer un feminismo de
mayorías y que no íbamos a conseguir nada haciendo lo que veníamos
haciendo durante tantos años. Esa era la encrucijada de la que partimos
que explica el feminismo que hemos hecho.
LMV: Desde afuera de PODEMOS se ha criticado que los principales referentes
de PODEMOS son hombres y que el rol de las mujeres está más ligado a aseso-
rías. A pesar de eso, cuando uno empieza a conocer el movimiento de cambio po-
lítico que lidera PODEMOS uno se da cuenta que hay importantes compañeras
como Ada Colau y Manuela Carmena. También que en PODEMOS hay compa-
ñeras muy capaces sin las cuales PODEMOS no sería lo que es. Pero pensando
hacia adentro de PODEMOS: ¿cuál es el lugar que tiene el feminismo en la vida
interna del partido?
CS: En estos dos años el trabajo que hemos venido haciendo de igualdad
y feminismo en PODEMOS ha permitido ganar mucho terreno. Es verdad
que PODEMOS es un partido muy masculino porque los líderes son fun-
damentalmente hombres y además yo creo que son "bastante masculinos".
Pero esta apuesta de ir por un feminismo de PODEMOS que no sea el del
PSOE al final ha existido. Sí está en la conciencia de la gente que PODE-
MOS es un partido feminista.
De hecho, el PSOE está rabioso porque ve que le disputamos eso
y que podemos hacerlo desde una diferencia generacional que les asusta.
Nosotras representamos un feminismo nuevo que ellas no entienden y se
sienten amenazadas. A lo que se aferran cuando se les acusa de ser igua-
les al Partido Popular por aplicar políticas neoliberales es a sus políticas
feministas. Y si al PSOE le sacas el feminismo, le quitas un poco lo que

69
Cuadernos de Cambio nº5

le queda de diferencia con el Partido Popular. En la medida en que al


PSOE lo dejas como viejo hasta con el feminismo lo matas en el sentido
simbólico.
Hacia afuera hemos conseguido que la gente y los medios de co-
municación nos consideren un partido referente en materia de igualdad.
Así, hemos convencido a muchos compañeros de que esta era una apuesta
fundamental. Están más convencidos que al principio.
Hacia adentro, hemos conseguido convencer poco a poco que hay
que construir un partido más igualitario y que esto no solo es por justi-
cia sino porque hacia afuera una visión de PODEMOS muy masculina es
mala para PODEMOS y es malo en término de votos. Tenemos un voto
muy diferenciado entre hombre y mujeres. Somos el partido con el voto
más masculinizado de España.
Nos queda mucho para hacer. Ahora que no vamos tanto hacia
el asalto electoral hay que hacer reformas organizativas en PODEMOS
en donde las mujeres estén mucho más presentes. Vamos a defender eso
como una tarea política de este ciclo y que ya no se puede postergar. Tiene
que haber un cambio en el nivel de prioridades también en la inversión de
recursos. Pues si no se invierten recursos para hacer un partido igualitario
no lo vamos a lograr. Si esto no es así, entramos a un ciclo político en el
cual puede haber más crítica interna y presión al no ir a elecciones.
Al principio las compañeras más "radicales" que veían a PODE-
MOS como un partido más masculino nos han acusado de ser dóciles con
los hombres del partido y aceptar todo lo que venía de ellos. Mientras
que los hombres del partido siempre nos han visto como una amenaza
y como aquellas que no paran de quejarse. Y, de alguna manera, en este
ciclo político que pasó te llamaban a la responsabilidad. Ahora ese ciclo
político se ha acabado y tiene que haber más crítica. Si no nos hacen caso,
daremos batalla.
LMV: Pensando en el nuevo ciclo que se abre para PODEMOS. Tú eres diputada
en la Asamblea de Madrid y eso tiene que ver con algunas de las nuevas tareas
que van a tener que llevar adelante. ¿Cómo piensan llevar adelante el trabajo en
las instituciones?

70
Voces de PODEMOS

CSS: Nosotros nos proponemos tratar de cambiar las instituciones. Son


instituciones pensadas para quienes estaban gobernándolas. Cuando lle-
gas te das cuenta que están pensadas para que nada cambie. El parlamen-
to regional, por ejemplo, está pensado en una lógica en la que nada sale
hacia afuera y tu quedas atrapada haciendo un montón de cosas. Es una
especie de búnker que comunicativamente no llega a la realidad y a la
gente.
Entonces, lo primero que hemos hecho es transformarlas -en
la medida de nuestras posibilidades- para que sean más participativas,
transparentes y conocidas. Una cosa surrealista de la Asamblea es que
antes de que llegáramos nosotros se hacían las sesiones los jueves hasta
las 2 de la mañana, esto pensado para que no haya periodistas y esté todo
totalmente tapado. Tampoco se hacían públicos los documentos. Todas
cosas medievales para nosotros.
Otras de las tareas, que les corresponden más a los ayuntamientos
del cambio donde gobernamos, es demostrar que somos responsables y
eficaces. Esto es así porque lo que siempre se nos dice es que: "ustedes
tiene muy buenas intenciones, son unos chicos muy simpáticos, pero son
muy jóvenes y no tienen idea de gestionar". No es verdad que para gestio-
nar tengas que ser un señor del Partido Popular que lleva 30 años en un
sillón. De hecho, gestionan bastante mal y despilfarran el dinero.
Es enorme la responsabilidad que tiene el Ayuntamiento de Ma-
drid y el de Barcelona a la hora de demostrar solvencia. Y tampoco te-
nemos mucha ayuda de los medios de comunicación. Por ejemplo en el
Ayuntamiento de Madrid han salido muy bien las cuentas después de un
año de gobierno con lo que se ha ahorrado y el despilfarro se ha parado,
pero los medios de comunicación solo comunican los atascos de coches
en la ciudad.
También tenemos una tarea enorme en el Congreso de Diputados
donde tenemos que cumplir un rol de oposición. Allí tenemos que mos-
trar solvencia, rigor y que hacemos un trabajo serio.
Si es difícil que la gestión de los gobiernos llegue a la gente, más di-
fícil es que llegue un trabajo parlamentario responsable. Puedes hacer un
trabajo serio pero que no llegue comunicativamente. Tenemos ese proble-
ma pero tenemos que lograr mostrar solvencia y capacidad de gobierno.

71
Cuadernos de Cambio nº5

LMV: ¿Cuáles son las principales novedades intelectuales que introduce la expe-
riencia de PODEMOS?
CSS: En PODEMOS, quienes venimos del mundo académico hemos es-
tudiado bastante a Ernesto Laclau y a Chantal Mouffe. A mí me interesa
que el feminismo piense la identidad como lo asume Laclau. La manera de
hacerlo creo que es ponerlo en diálogo con Judith Butler.
El feminismo de PODEMOS se vincula con Laclau en términos
teóricos y nos cuesta convencer al movimiento que hay que hacerlo así. La
propuesta consiste en que hay que trabajar con las identidades.
Hay un feminismo que considera que es más revolucionario, más
radical y más transformador acabar con las identidades. Se considera que
sería mucho mejor destruir el poder antes que las mujeres tomen el po-
der. Piensan que es mejor acabar con las identidades de la masculinidad
y feminidad que cambiarlas. Nosotras somos las que consideramos que
las identidades no se acaban, que el poder no se acaba ni se destruye. Nos
toca disputar el poder y trabajar con él. Nos toca trabajar con identidades
que están en construcción.
Como sostiene Íñigo Errejón, partimos de un mundo en el que
hay unos ingredientes en la realidad y lo que puedes hacer es cocinarlos
de otra manera. En ningún caso, puedes arrasar con ellos y hacerlos des-
aparecer. A nivel teórico eso explica muchas de las intervenciones que
hacemos en el Área de Mujeres e Igualdad de PODEMOS.
Eso se expresa cuando decimos que la masculinidad, tal cual está
construida en el mundo, tiene que jugar a favor del feminismo.
También hay que decir que los cánones de belleza no son cánones
a exterminar, eso no va a desaparecer del mundo, sin embargo eso puede
ser utilizado a favor del feminismo. Herramientas de acceso a la mayoría
de la población como la moda o como las grandes marcas de ropa son
también cosas que pueden tener un uso a favor del feminismo.
A nosotras nos critican por decir que vamos a utilizar las armas
del enemigo. Pero yo considero que esto define a PODEMOS: se le pue-
den tomar las armas al enemigo y usarlas contra él. Se nos ha empezado
criticando por ir a la televisión por ser una herramienta del poder. Se
decía que Pablo Iglesias iba a la televisión porque generaba audiencia y

72
Voces de PODEMOS

a partir de eso un empresario ganaba dinero. Según ellos en ese terreno


no puedes ganar nada. Nosotros decíamos que sí, que la televisión es un
medio de masas para ganar dinero pero que yendo a hablar ahí podía-
mos llegar a la gente y convencerla. La realidad nunca está perfectamente
organizada de manera que nunca puedas encontrar una brecha donde
hacerle una trampa.
En el feminismo hay que hacer exactamente lo mismo. Hay un
feminismo que tiende a tener una actitud completamente izquierdista
y a considerar que la realidad no te presenta brechas para romperla. Si
Beyoncé sale con una pancarta que dice feminismo no tendría ninguna
capacidad transformadora porque Beyoncé es un producto de la indus-
tria de la música estadounidense. Si se hace feminismo en la televisión
se dice que la televisión es un arma del enemigo. Esa actitud hay que
ponerla en duda.
Nosotros decimos que nunca encuentras herramientas puras a
salvo del enemigo con las cuales hacer política. Siempre utilizas herra-
mientas imperfectas manchadas de realidad y poder. Es difícil convencer
al feminismo de izquierdas de esto. Siempre se impugna como una tarea
traidora, moderada y que no va a conseguir nada. Nosotras pensamos que
es más radical utilizar medios que llegan a la mayoría de la gente y que
transforman el sentido común antes que utilizar herramientas de comuni-
cación que se limitan al "ghetto militante" que no transforman el sentido
común de nadie.
Nosotras estamos convencidas de que hay que hacer un feminis-
mo para mayorías y que todo el tiempo juega en el terreno del poder.

73
PODEMOS, EL
POPULISMO Y EL
MARXISMO
Entrevista a Jorge Lago
Realizada por Lucas Manuel Villasenin en agosto de 2016.

JL: Jorge Lago (1976) / Miembro del Consejo Ciudadano de PODEMOS -


Coordinador de las áreas de Cultura y Formación - Director del Instituto
25M / Licenciado en Sociología

LMV: Lucas Manuel Villasenin

75
Cuadernos de Cambio nº5

LMV: A la hora de definir a PODEMOS se rompe con los marcos clásicos de las
izquierdas. Dentro de las tradiciones y de las novedades de los movimientos po-
pulares: ¿Cómo definirías a PODEMOS?
JL: Yo creo que hay varias cuestiones. La primera de orden teórico pero
que tiene que ver con una cuestión política inmediata que es cómo pensar
al sujeto político. Esa es una obsesión de los movimientos de izquierda
que tienden a darlo por sentado. Lo dan como algo dado por el mismo
proceso histórico. El movimiento obrero sería un resultado de un proceso
histórico ciego que genera un proceso político. Y a lo que se habría de-
dicado la izquierda es a leer en cada momento histórico cómo se ha ido
transformando ese sujeto.
Así también tienes a la nueva izquierda hablando del precariado
o del trabajo cognitivo. También se habla de los nuevos sujetos como si
fuera algo que la estructura productiva entrega.
Lo que PODEMOS hace es considerar que no hay un sujeto
político dado, hay que construirlo. Y, cada contexto social, cultural y
económico permite diferentes construcciones. Eso ya rompe con las
miradas clásicas porque ya no apelas a un sujeto que está ahí dado
y que te tiene que escuchar sino que estás pensando en términos de
cómo hago para que haya una narrativa, un lenguaje, unos sentimien-
tos colectivos y una identidad que sea compartida mayoritariamente.
Esto se hace a través de elementos que construyo interpretando, pero
no "desvelando".
Es algo muy distinto interpretar que desvelar. Desvelar es buscar
quitarle el velo a la sociedad y decir que aquí las "necesidades objetivas"
de la clase obrera son éstas, las digo, me escuchan y tomo el poder. Esa es
una primera diferencia que rompe con la izquierda que tradicionalmente
piensa a partir de un sujeto político dado.
Una cosa derivada de esta reflexión es que si de lo que se trata es
de pensar que la manera de articular una determinada identidad política
no está dada, la propia palabra "izquierda" también se vacía. Ya no tiene
un contenido dado: "nosotros la izquierda". Ya no hay un sujeto que habla
en un plural al que todo el mundo entiende sino que si ese sujeto está

76
Voces de PODEMOS

por construir también está por construir ese relato y está por construir
la identidad.
¿Eso significa que hay que renunciar a la herencia de las luchas de
izquierda? No, en absoluto. Pero sí hay que evitar que tu identidad esté
construida en relación a ese pasado. Y eso a mucha gente le ha costado, le
sigue costando y sigue buscando un hilo de la historia en el cual apoyarse
y decir: "esto somos nosotros". Creo que aquí hay que construirse hacia el
futuro, no hacia el pasado.
Esto tiene mucho que ver con otras dimensiones. Una dimensión
pragmática, no en el sentido de ser pragmáticos sino en el sentido de una
praxis. Tiene que ver con ganar y con hacer justicia a través de lo que pue-
des, más que hacer justicia a través de una justicia histórica en la que por
fin un sujeto que siempre ha estado ahí mutando accede al poder. Por lo
tanto, acceder al poder no es algo tabú y menos importante que mantener
ese linaje y esa "verdad histórica", sino que así hay más lealtad para con
las luchas sociales, el sufrimiento y la desigualdad. Ganar no es solo una
ambición, sino una lealtad mayor a las luchas y a los sufrimientos que
mantener una identidad política.
Construir una identidad a futuro es más importante que mante-
ner una identidad pasada que es minoritaria y en la que se está en un
refugio cómodo en contra del poder. De esa identidad hay que salir. No
es que PODEMOS lo haga porque sea más listo que la izquierda sino
porque se dan unas determinas condiciones como la crisis de régimen
que nos permiten pensar de esa manera. No es que hay una generación
más lista que la anterior sino que hay un contexto social que permite
ver más allá.
En último lugar considero que esta crisis y este contexto permiten
-mucho mejor que otros- redefinir el campo político, nombrar de otra ma-
nera. Nombrar "izquierda" ya no funciona tanto, hablar de "arriba y abajo"
funciona mejor. Funciona mejor porque hay mucha gente identificada en
esa metáfora potencialmente y porque muchos de los que no se identifi-
can de izquierdas están de acuerdo con un 80% de lo que se está diciendo
en las calles y se expresa en las luchas pero no con esa manera de expre-
sarlo. Y, de repente, esto se visualiza en el 15M.

77
Cuadernos de Cambio nº5

El 15M no es importante sólo porque mueva mucha gente sino


porque de manera casi automática, inconsciente o espontánea toda refe-
rencia sobre una identidad pasada que prevalezca sobre la gente que está
en las plazas es desplazada. Y eso nos da una lección a todos. Se dice: "A
mí me importa muy poco que tu bandera sea roja y tenga una hoz y un
martillo. De hecho, escóndela porque aquí no pinta nada. Lo que yo siento
y lo que tú sientes en términos de sufrimiento y de demandas es mucho
más parecido de lo que nos separa esa bandera". Se trata de una lección
que hace redefinir el campo político.
LMV: En la izquierda en general uno se forma diferenciando principios, es-
trategias y tácticas. Y el discurso suele ser visto como algo "táctico" pensado
solo como un mero instrumento para llegar a la gente. Incluso, se lo ve como
algo engañoso. ¿En qué dimensiones piensas a la hora de construir el discurso
desde PODEMOS?
JL: El tema es complejo y hay mucho debate. A mi juicio, y siendo un poco
provocador, diría que hay una soberana estupidez en torno a las críticas
que reciben los teóricos de PODEMOS sobre que "sólo haríamos marke-
ting" o "sólo haríamos discurso". Esos críticos piensan que por un lado
existe algo como una "realidad material" que no hace falta nombrar que es
como es por sí misma; y por otro lado existe "el discurso". Se piensa como
si el discurso y lo material estuvieran enfrentados y fueran dos dimensio-
nes distintas de la realidad. Una dimensión sería "la verdad" que son las
condiciones materiales de vida y la otra dimensión sería la posibilidad de
"la mentira" que sería el discurso.
No existe una realidad material que pudiera existir al margen de
ser nombrada. Decir "hay 5 millones de parados" no significa políticamen-
te nada. Sino que "hay 5 millones de parados" significa algo políticamente
en el marco de una interpretación del sufrimiento de esas 5 millones de
personas. Significa algo si se piensa en que haya 5 millones de parados no
es algo "natural".
Hay un marxismo que defenderé siempre pero un marxista torpe
responde que: "el neoliberalismo miente al decir que es natural que haya
5 millones de parados y la verdad del asunto es que están causados por
las relaciones sociales de producción". Ese discurso en sí mismo no ge-

78
Voces de PODEMOS

nera política si no es capaz de articular las demandas de esos 5 millones


de parados con un programa político de transformación social. Y eso no
se da por ser parado, ni porque exista el paro. Tanto es así que se podría
articular políticamente con una fuerza política de extrema derecha que
canalice esas necesidades y ese sufrimiento. Francia y Gran Bretaña son
un ejemplo de ello.
No hay nada en las condiciones materiales que esté al margen del
discurso. No hay nada que no deba ser nombrado. No existe una sepa-
ración entre materia y palabra. No existe tampoco una preponderancia
del discurso.
Lo único que existe en el discurso "materialista" que separa el
"discurso" de la "materia" es un discurso que dice que lo material opera
en una única dirección. Se sostiene que "si uno está en paro es de iz-
quierdas", "que si uno es obrero tiene demandas contrapuestas a otra
gente", etc. Yo me pregunto: ¿Qué hay en común entre un chico de 22
años que trabaja en Burger King, una mujer de 45 que trabaja limpian-
do escaleras precarizada, un joven universitario que se ha ido a traba-
jar a otro país por un salario bajo, un parado de larga duración, un me-
talúrgico con unas buenas condiciones de trabajo y sindicado? ¿Qué es
lo que hay de común objetivamente y materialmente? Responder que
son "clase obrera" en términos analíticos, discursivos y políticos no
significa nada. Lo que puede haber en común son estructuras discursi-
vas que crean que sus intereses son compatibles y que sus demandas
son o no equivalentes.
El debate que separa lo material de lo discursivo es ridículo.
Que te peguen un puñetazo en la cara no significa lo mismo si te lo pega
tu hermano o tu jefe en condiciones de explotación. Y el dolor físico y
la hemorragia interna son exactamente las mismas pero no significan
lo mismo que te lo pegue uno u otro. No hay una separación entre la
condición material del dolor y su significación psicológica, cultural o
psico-social. Esa separación solo es posible si consideras que solo vos
estás diciendo la verdad y por lo tanto tu palabra (la de un "Dios" o
un "Líder") no es palabra sino la directa interpretación de la materia-
lidad social. Eso es básicamente religión y el 90% de la epistemología

79
Cuadernos de Cambio nº5

moderna ya no sostiene esa posición excepto determinados grupos de


extrema izquierda.
No hay una realidad material que no implique interpretar tu pro-
yecto de vida, interpretar tus necesidades e interpretarlas individual o co-
lectivamente de una o de otra manera.
LMV: Lo que sostienes va en sintonía con aquello que desarrolla Carlos Fer-
nández Liria en su reciente libro “En defensa del populismo”. Allí, él conside-
ra que hay un marxismo que intentó superar a la superstición religiosa, a la
que consideraba una “droga” para los pueblos, pero ese grupo de marxistas se
transformó a su vez en un “grupo de drogadictos”. Pero en PODEMOS tam-
bién uno puede dar cuenta que hay otro vínculo con el marxismo. Al escuchar
a Pablo Iglesias en Puerta del Sol se hace indirectamente referencia a Lenin,
se vuelve al planteo de asumir la pregunta de qué hay que hacer para alcanzar
el poder cuando el posmodernismo la había abandonado o se señala directa-
mente a los enemigos del pueblo -algo que también solía hacer el líder la Revo-
lución Rusa-. Simultáneamente con esos rasgos "leninistas" se da un dialogo
con autores considerados "posmarxistas" (como Ernesto Laclau) o lingüistas
norteamericanos (como George Lakoff). ¿Qué hay allí de marxismo y de aban-
dono del mismo?
JL: Yo creo que si uno lee Lenin se da cuenta de que es un grandísimo
heterodoxo. Deja de lado cualquier ortodoxia marxista. Luego se recons-
truye esta ortodoxia a posteriori, pero Lenin cuando escribe está actuando
políticamente. Con la Nueva Política Económica traiciona todo, antes lo
hace con las Tesis de Abril para llegar al poder. Es una persona que está
leyendo la coyuntura. Congelar a Lenin ignorando que la coyuntura ha
cambiado y ser "leninista" hoy de la manera que lo podía ser Lenin es una
manera de religiosidad.
El contexto hoy es otro radicalmente. No hay formas de acceso
al poder que no sean las vías parlamentarias en Europa. En el caso de
que quisiéramos ser "leninistas" hoy -que no es mi caso- la forma sería
entender cuáles son las grietas por las cuales se puede conseguir que los
que más sufren, las mayorías sociales, tengan mejores condiciones de vida
y accedan a gobernarse a sí mismas. Eso no se hace a partir de ninguna

80
Voces de PODEMOS

teorización universal sino leyendo la coyuntura y entendiendo las formas


a través de las cuales es posible generar ese sujeto político.
En esa orientación me interesa la teorización de Ernesto Laclau
y Chantal Mouffe. Pues es lo que hace precisamente Lenin de otra ma-
nera. ¿Cuántos obreros o "proletarios" para la ortodoxia había en Rusia
en el momento de la revolución en comparación con los campesinos
o la pequeño-burguesía? Los obreros no eran la mayoría social pero
en nombre de esa figura se consigue hacer una transformación social
enorme. Lo que se está mostrando ahí es que no es una condición "ob-
jetiva" sino -como diría Laclau- una construcción hegemónica donde la
parte se convierte en el todo. A través de las demandas de una parte de
la sociedad se genera una cadena de equivalencias entre amas de casa
que salen a protestar por el precio del pan, viudas de guerra, campesi-
nos que están siendo proletarizados, entre otros. Son demandas hete-
rogéneas que empiezan a convertirse en homogéneas las unas con las
otras perdiendo su especificidad.
En España eso está pasando desde la emergencia de la crisis eco-
nómica y la crisis de régimen. Las demandas de los médicos, de los es-
tudiantes, de quienes están siendo expulsados de sus casas, empiezan a
perder su especificidad pero empiezan a ganar en la relación unas con
las otras. Se empieza a pensar lo fundamental: que el conjunto de esas
demandas no son asumibles una por una por el Estado y que se necesita
una transformación política.
Ese "posmarxismo" de Laclau -si uno desea llamarlo así-, o leer
ese contexto en sentido leninista tradicional a partir de las condicio-
nes concretas y la posibilidad de actuación, me parece más sensato que
mantener una cierta identidad ideológica con independencia de cómo se
están reconfigurando las necesidades y las demandas en un momento
determinado. Es necesario pensar cómo se pueden articular las mismas
y cómo se puede ocupar el "espacio vacío" de la equivalencia de unas
con otras.
Esto es lo que lee muy bien Íñigo Errejón cuando interpreta a
Laclau en el contexto de la crisis orgánica o semi-orgánica del régimen
político español y permite la actuación de PODEMOS. En ese sentido,
claro que es "posmarxista" o "anti-marxista" pero ahí también habría

81
Cuadernos de Cambio nº5

que preguntarse si Lenin es "marxista" en la manera en que concibe lo


político. Sí considero que el "marxismo" ha sido incapaz de pensar lo
político y la ruptura de Laclau con el marxismo viene de ahí. Viene de
preguntarse: ¿Cómo sería posible lo político si para el "marxismo" ya
está dado por las relaciones de producción, las relaciones históricas,
de fuerza, etc.?
Si lo político está dado, no es pensado. La política sería algo de-
rivado y cuando tienes que actuar te quedas incapacitado para actuar o
necesitado de romper con toda la ortodoxia que leíste para actuar.
Cada proceso de transformación social genera su propia ortodo-
xia. El error consiste en importarla como si no fuera resultado de la actua-
ción misma. Hay que asumir que la acción política es performativa.
LMV: También en este juego de reivindicar a los herejes de la tradición marxista,
se busca un nuevo acercamiento a Gramsci.
JL: Sí. Porque Gramsci es compatible con pensar la autonomía de lo polí-
tico como forma de transformación posible de las relaciones de fuerza. Él
introduce dos cosas fundamentales.
Primero, hay algo de Gramsci que es fundamental: pensar que el
enemigo para ganar tiene que generar la incorporación de las clases po-
pulares. Tiene que aceptar parte de su cultura. Y la forma de ganar es una
construcción hegemónica en la cual tu identidad se confunde, mezcla y
permea con la identidad del otro. La burguesía no puede gobernar si no
es a cambio de aceptar expresiones populares.
Esto debería hacer reflexionar a quienes hacemos política para de-
cir: no es nunca mi identidad la que se va a imponer sobre el otro. Para
ganar en España tenemos que mezclarnos y mancharnos con identidades,
culturas y formas de ver el mundo que no son las nuestras. Mi identidad
pura nunca se va a imponer. Tenemos que mezclarnos con determinadas
formas de la identidad y cultura popular, de música actual o de cine que
nos puede hasta repugnar. Sin esos elementos no hay pueblo y si no hay
pueblo no hay nada.
Esa lectura de cómo se hace construcción hegemónica para
Gramsci es central. La idea importante es que la burguesía gobierna más
seduciendo que imponiendo y que nosotros si queremos gobernar y con-

82
Voces de PODEMOS

quistar poder solo lo podemos hacer a través de una seducción de sectores


que están siempre fuera de nuestra cultura e identidad. Es en esa mezcla
en la que se construye el sujeto político.
La hegemonía no es construir un bloque histórico y la simple vic-
toria sobre los otros. Eso solo es ganar. La hegemonía es un proceso de
confusión en donde una "parte" se vuelve "todo" pero al costo de dejar de
ser "parte". Se logra a cambio de que ese "todo" te manche y te disuelva
un poco. En la hegemonía hay una pérdida de sustancialidad e identidad
originaria importante.
LMV: En la última campaña electoral se pudo notar bien como en PODEMOS
confluyen distintos imaginarios. Se habló de "patria" en un país en donde la
"patria" tradicionalmente se asocia con valores de extrema derecha. También
se disputó la identidad "socialdemócrata" asociada a los derechos sociales y
al PSOE.
JL: Si tú no puedes hablar de tu país no pretendas ganar. A casi todos
los que veníamos de militar y hacer política desde las izquierdas y movi-
mientos sociales nos costaba mucho hablar de España. Primero porque
España es un símbolo de Estado-Nación fallido. Segundo, porque obvia-
mente España es el resultado de los 40 años previos a la transición y está
asociada al franquismo. Era difícil sentir una identidad colectiva porque
además hay identidades antagonistas en disputa en Euskadi, Galicia, Ca-
taluña y más aún.
Sin embargo, hay un momento en el que eres capaz de re-significar
y tener una manera distinta de entender la patria o es imposible ganar.
¿Cómo vas a ganar sobre un espacio que rechazas de plano y con el cual
no puedes generar ningún tipo de identidad colectiva?
Hay algo enormemente bello en PODEMOS que consigue hablar
de patria en Euskadi con un significado y hablar de patria en Madrid con
otro significado. En ambos casos la palabra es la misma y el sujeto que
la produce es el mismo. Eso muestra una re-configuración del lenguaje, y
no es solo lenguaje, sino que también es una identidad que se construye
colectivamente.
Renunciar a hablar de España o de "patria" es renunciar a cual-
quier posibilidad de tomar el poder. Esto da cuenta de una nueva

83
Cuadernos de Cambio nº5

manera de entender el país con gente joven (y no tan joven) harta


de una oligarquía y de la corrupción. Es pensar en una nueva salida
a los problemas del país en la cual ser patriota no tiene que ver con
una vieja identidad anclada en imágenes. Sino que "patria" se vincula
con ese sentimiento de colectividad que produce diariamente reali-
dad social a través de una serie de valores que hoy no están en las
literaturas "oficiales".
Por otro lado, a mí no me gusta particularmente hablar de "social-
democracia". Se ha utilizado pero no veo que sea exitoso. Tiene sentido
político y es verdad que hoy nuestro programa político es el de la social-
democracia. Pero es más una cuestión de coyuntura que un intento de
construir una identidad colectiva nueva.
LMV: ¿Cuál es el rol que cumple el Instituto 25M en PODEMOS? ¿Cuál es el rol
que consideran que deben asumir los intelectuales de cara al nuevo ciclo político?
JL: A mí me gusta más hablar de los próximos años que de lo que ha su-
cedido hasta ahora. Ha sido difícil encontrar espacios al margen del ciclo
electoral prolongado que hemos tenido. Crear espacios de formación y
de debate como pretende hacer el Instituto es complicado y precisamente
para no perderse en la coyuntura es necesario. Si las campañas y el parla-
mento lo son todo, esto se acabó. Tenemos que tener una mirada puesta
en otro lugar y ahí está el sentido del Instituto.
Una pata importante del Instituto es pensar en el mediano y lar-
go plazo, y que la coyuntura no te absorba lo suficiente para que te
quedes incapacitado para mirar hacia afuera. Es un espacio de reflexión
y análisis, tiene su revista, su Universidad de Verano, sus conferencias
y charlas.
Por otra parte, tiene que ver no solo con pensar sino también con
hacer. Es necesario dar lugar a esos espacios de construcción colectiva e
identitaria. La Morada, que es una de las tantas sedes del Instituto, es un
espacio de encuentro de la militancia y está abierto a la ciudadanía. Es un
espacio donde la confusión entre ser militante y no serlo es la norma. A
mí me gusta pensar que en La Morada de Madrid un viernes a la noche
hay más gente que no milita en PODEMOS que aquellos que sí lo hacen.

84
Voces de PODEMOS

Incluso, permite acercar a gente que no vota a PODEMOS pero que gra-
cias a lo que sucede ahí presta más atención a la política.
Ahí se da lugar a que nuevas formas de expresión popular, de iden-
tidades, músicas y relatos vayan surgiendo. Si ha habido un cambio social
en España, y ese cambio aún no se ha asentado (en tanto que no tiene
canciones ni himnos por ejemplo), hay que generar espacios en los que se
pueda permitir que eso suceda. La cultura no puede ser algo solo creado
por el partido.
LMV: PODEMOS tiene sus estructuras orgánicas. Está claro quiénes son o no
sus militantes. Pero simultáneamente está la idea de crear un partido-movi-
miento pues PODEMOS no son solo sus militantes. ¿Qué implica esta propuesta
organizativa?
JL: Es complicado pensarlo. Lo dijimos mucho pero qué significa no es tan
claro. Hay dos cosas claves.
La primera es que si PODEMOS solo piensa lo político como
movilización social nos perdemos de vista que vivimos en un país oc-
cidental con estructuras de Estado firmes, con una autonomía de lo
político fuerte con respecto a la sociedad. Para mí, cuando hablamos
de movimiento popular nos olvidamos de los expertos de la sociedad
civil que tienen que encontrar en PODEMOS un interlocutor. Y, para
eso, la frontera tiene que ser muy permeable. Es revolucionario tener
al experto que pueda, con una movilización social detrás, discutirle a
los tecnócratas del poder cara a cara para decirle que las reformas se
pueden hacer de otra manera.
La segunda es entender que un movimiento popular es un espa-
cio abierto a la ciudadanía donde la movilización social pueda encon-
trar un interlocutor sin disolverse en él. ¿Cómo se hace eso? No es tan
fácil. Conocemos la experiencia tradicional de los partidos comunistas
por liderar de manera encubierta la movilización social, los sindicatos,
etc. ¿Cómo hacer que los movimientos tengan poder de transformación
social y de fuerza política sin que se subsuman en PODEMOS? Pero
también tiene que ser un partido que se relacione con la sociedad civil
y eso no se hace diciéndolo. Yo no creo que tengamos del todo clara
esa respuesta y creo que es fundamental que nos hagamos la pregunta.

85
Cuadernos de Cambio nº5

Nos tenemos que preguntar cómo nos relacionamos con la sociedad


civil sin fagocitarla.
Una de las cosas que se dice de PODEMOS es que habría sustitui-
do a la movilización social. Eso es mentira. Sino que precisamente porque
dejó de ser fuerte la movilización social, surgió PODEMOS. La lectura
retrospectiva dice que "ocupamos el espacio de los movimientos sociales",
pero eso es a posteriori. Cuando se agotó la movilización social algunos
nos dimos cuenta de que había que dar el salto a las instituciones. Los
momentos de mayor fuerza social no se habían traducido en transforma-
ciones políticas.
Preguntarse "¿cómo se relaciona PODEMOS sin ocupar su espa-
cio?" tiene que ver con cómo entender la hegemonía y de no entenderla
como una "victoria sobre" sino como una especie de porosidad con la so-
ciedad. La sociedad se mueve en órbitas que para los militantes políticos
nos son relativamente desconocidas precisamente porque llevamos mu-
chos años militando.
En una cancha de baloncesto, un concierto, un mercado o en
diversos espacios de ocio hay formas de expresión social que nosotros,
y normalmente los partidos, las despreciamos porque no son las canó-
nicas (no son el movimiento obrero o el movimiento social). Ahí hay
pueblo, hay movilización y hay formas de expresión. Considero que
un movimiento popular también significa ser capaz de permearse y de
parecerse a ello.
Para construir hegemonía hay que seducir. Te tienes que mezclar
con lo que ya hay sin perder de vista hacia dónde quieres conducir las
cosas (teniendo en cuenta que nunca las vas a conducir al lugar exacto al
que querías conducirlas porque no lo vas a conseguir solo). Para lograrlo
tienes que poner en juego muchas identidades, deseos, formas de enten-
der lo colectivo con las que vas a tener que dialogar.
Un movimiento popular se tiene que parecer a eso y no solo a lo
que de manera crónica se tiene en mente cuando se piensa que habría que
conseguir: "obreros de PODEMOS", "sindicatos parecidos a PODEMOS"
o "músicos que toquen para PODEMOS". Eso no sería movimiento popu-
lar ni hegemonía, eso sería un partido que tiene una capacidad de acción
mayor o menor de ganar espacios de poder.

86
Voces de PODEMOS

Yo creo que no se ganan los suficientes espacios de poder como


para ganar un país desde la lógica de la cooptación. Eso sería ganar pe-
queñas cuotas de poder pensando en "ahora tengo 5 músicos más", "ahora
tengo este barrio", "ahora tengo este sindicato" y así continuar. Así nunca
vas a llegar a nada. Tu discurso no se vuelve mayoritario por la cooptación
sino que para que se vuelva mayoritario tienes que hacerlo circular por
espacios en los que se transforma y pervierte un poco. Y, esto último, sí
tiene que ver con ser un movimiento popular.

87
PODEMOS, ENTRE
EUROPA Y AMÉRICA
LATINA.
Entrevista a Pablo Bustinduy,
Realizada por Guido Saccal y Pilar Fiuza en octubre de 2016.

PB: Pablo Bustinduy Amador (1983) / Miembro del Consejo Ciudadano


de PODEMOS - Coordinador de la Secretaría Internacional - Diputado
en el Congreso de España / Licenciado en Ciencias Políticas y Profesor
en Filosofía

GS: Guido Saccal

PF: Pilar Fiuza

89
Cuadernos de Cambio nº5

GS: Con la llegada de la crisis a Europa estamos viendo un ascenso de las fuerzas
conservadoras y xenófobas. También la emergencia de nuevas fuerzas políticas
transformadoras ¿Cómo desde PODEMOS se plantean frenar ese avance? ¿Es
posible lograrlo?
PB: El balance es mixto, o al menos contradictorio. Hace 3 o 4 años re-
sultaría imposible imaginar a las fuerzas progresistas, de izquierda y
nacional-populares alcanzar hitos como los que se lograron. En España
una fuerza como la nuestra sacando el 21% de los votos y gobernando las
principales alcaldías parecía una quimera. Los resultados electorales en
Grecia también parecían una quimera. Lo mismo sucede en Portugal con
el Partido Socialista pactando por primera vez en 45 años con la izquier-
da. Otro caso es el del Partido Laborista de Gran Bretaña que fue bandera
de la deriva neoliberal impulsada por Tony Blair en los años 90´ y ahora
lo encabeza, y resiste a los ataques, Jeremy Corbyn. O, lo que ha pasado
con Bernie Sanders en Estados Unidos es parte de todo esto y también
resultaba inimaginable.
Creo que hay que leer el ciclo largo abierto desde 2011 como un
avance sostenido y articulado de las fuerzas democráticas y populares, es-
pecialmente en Europa. No olvidemos el estado en que estaba la izquier-
da europea. Hemos alcanzando importantes cuotas de poder, construido
una base social, un lenguaje y una forma organizativa nueva. Eso es muy
esperanzador.
Considero que es muy contradictorio porque por el otro lado -par-
ticularmente nosotros- no hemos conseguido el objetivo y el espacio de
articulación de una alternativa democrática no ha alcanzado alternativas
de gobierno. Donde lo ha alcanzado, ha sufrido derrotas muy duras por la
violencia de la reacción de los poderes europeos. Ahora ese espacio está
en disputa con una nueva internacional reaccionaria, xenófoba, autorita-
ria, racista y pre-fascista (en algunos casos). Estamos en un momento con-
tradictorio en el que está en disputa el espacio político de la alternativa.
PODEMOS ha jugado un rol importante en Europa porque le ha
puesto un rostro nuevo y un lenguaje nuevo a ese esfuerzo de articula-
ción de fuerzas democráticas. Ha roto con varios tabúes de la izquierda:
lingüísticos, comunicativos, organizativos, mediáticos e ideológicos. Ha

90
Voces de PODEMOS

sido una fuente de inspiración aunque muy idealizada. Ha tenido sí un


efecto revulsivo.
El hecho de que no alcanzáramos el gobierno ha frenado nuestra
aspiración. Nuestra lectura del momento de la geopolítica en Europa era
una en la cual era muy importante aprovechar la ventana de oportunidad
para hacer un asalto o un acceso muy rápido al aparato del Estado y al
poder. De esa manera se buscaba incidir en las correlaciones de fuerza
en Europa.
Una vez que ese objetivo no se ha alcanzado, evidentemente la
estrategia se rediseña. El gran reto que tenemos por delante es de cara a
las elecciones europeas de 2019. No porque las elecciones europeas sean
un momento tremendamente importante, sino porque es un momento
de politización clave. Ahí tendremos que articular un frente democráti-
co, un frente amplio en el que puedan converger espacios diferentes de
ecosistemas políticos diferentes: progresistas, de identidades de izquier-
da, ecologistas, de la socialdemocracia crítica y de las nuevas formas de
organización que se dan en Europa. Con ese horizonte en 2019 tenemos
que ser capaces de incidir en la correlación de fuerzas, que al menos
sirva como un baluarte defensivo de esta internacional reaccionaria. Es
necesario conquistar posiciones para alterar ese paisaje que ahora mis-
mo es aterrador.
PF: Ustedes evalúan a partir de la llamada “hipótesis PODEMOS” que por el
momento pareciera haberse cerrado la ventana de oportunidad. ¿En qué consis-
tía esa hipótesis? ¿Cómo evalúan los resultados de esta hipótesis?
PB: Hay que evitar lecturas fatalistas o mecánicas de lo que ha sucedido.
La hipótesis PODEMOS de ningún modo podía "funcionar o no". Hasta
dónde ha llegado es de una magnitud histórica. Pero nos quedamos en
diciembre a menos de 300 mil votos (menos del 1%) de conseguir superar
al PSOE y por tanto estar en la vanguardia de una operación que hubiese
sido tremendamente compleja como formar gobierno con una coalición y
dar vuelta la orientación de las políticas de austeridad que se están apli-
cando. Hemos llegado hasta ahí.
Hay que evaluar esa hipótesis a partir de sus resultados. No ha
conseguido todos los resultados pero ha conseguido buena parte de ellos.

91
Cuadernos de Cambio nº5

Esa hipótesis combinaba una lectura del momento histórico en el que es-
tábamos, una lectura del sociológica de nuestro pueblo. Le daba la vuelta
a un dogma clásico de la izquierda que consistía en acumular fuerza social
para traducirlo en fuerza electoral o política. Nosotros hicimos al revés,
aprovechamos un momento electoral para lanzar una operación masiva
de politización y organización. Esa organización tiene un modelo innova-
dor que con un elemento muy vertical como una máquina electoral muy
ágil, capaz de correr y estar cohesionada. Este elemento se combinaba
junto a elementos muy horizontales de participación ciudadana y también
transversales de disolución de los derechos políticos de la organización en
una ciudadanía amplia.
Ese modelo ha funcionado muy bien para la parte dura de la hi-
pótesis: enfrentar siete procesos electorales en dos años, lograr impor-
tantes victorias, consolidar un espacio político nuevo, unir fuerzas que
trabajaban por separado y unir a fuerzas plurinacionales. Pero también
ha tenido importantes déficits, obstáculos y problemas. Hubo problemas
organizativos que tenemos que corregir en un proceso de refundación que
tiene que encarar un ciclo nuevo.
Hay un ciclo nuevo que es resultado también de lo que hemos
hecho. Hemos transformado el sistema de partidos en España y ahora
tenemos que pensarlo en relación a ese nuevo paisaje.
GS: Sus lecturas en torno al nuevo ciclo cambian y se renuevan. Construir un PO-
DEMOS para la nueva etapa es la discusión que encararon recientemente en la
Universidad de Verano de 2016.
PB: Cambia PODEMOS porque también crece. Ahora también hay mu-
chos debates sobre la esencia o los orígenes de PODEMOS. Pero esos
debates son siempre complejos.
GS: Se suele cuestionar en torno a si se apartaron del camino original o no.
PB: Es que el camino lo fuimos labrando y ese camino modificó el paisa-
je. No sólo te puedes pensar en torno a dónde vienes y lo que has hecho
sino hacia dónde quieres ir. Yo pienso que la esencia de PODEMOS y la
brújula de nuestras orientaciones es que nosotros plantamos una ética de
la victoria, una voluntad clara de ganar y de que ya existen las condiciones

92
Voces de PODEMOS

objetivas, sociales e ideológicas en nuestro pueblo para poder lograr esa


victoria. Si hay una esencia en PODEMOS es haber roto con esa suerte de
melancolía de la derrota y la imposibilidad de la victoria.
GS: Al interesarnos construir una alternativa popular en nuestro país hay algo
que a nosotros siempre nos llamó la atención de ustedes. Y tiene que ver con eso
de lo que habla bastante Íñigo Errejón cuando habla de eludir las etiquetas. Us-
tedes han hecho un esfuerzo grande para que no los encasillen en la "izquierda",
el "progresismo" o la "socialdemocracia". ¿Cómo se puede hacer eso? ¿Significa
renunciar a la identidad de izquierda?
PB: Desde el principio nuestra mayor capacidad y una de la razones de
nuestra eclosión tan rápida fue imponer términos para el debate público
que resultaban y posibilitaban la construcción de un sentido común ma-
yoritario. Acostumbrados a las viejas categorías conceptuales del debate
político, a estar en una posición condenada a ser minoritaria y a estar en
una esquina del tablero, nosotros nos planteamos refigurar el campo y
siempre plantear las grandes cuestiones políticas en términos de aglutinar
grandes mayorías sociales.
Eso no quiere decir renunciar a los objetivos del proyecto político,
tampoco moderar el contenido programático, sino que implica asumir la
confrontación comunicativa, ideológica y política como una cuestión de
táctica y estratégica en términos bélicos. Sin afectar a la estrategia es una
virtud de cualquier dirigente plantear la confrontación en los términos, en
el momento y en el lugar más favorable a las fuerzas de las que dispones.
Esa es una operación hegemónica de construcción conceptual e ideológica
que tiene que ver con tu capacidad de esquivar los golpes del adversario
y de conducirle al terreno en el que más difícil le va a resultar defenderse.
Al principio poníamos un ejemplo con la identidad republicana de
la izquierda española. Nosotros descubrimos que si el debate se plantea
en términos de república contra monarquía hay una parte significante de
nuestro pueblo asociando a la republica a distintos contenidos vincula-
dos con la dictadura, con la ausencia de memoria, con el miedo, con una
pulsión de orden. Muchos no se posicionan o se posicionan en categorías
conservadoras. Pero si se enfocaba la cuestión en clave democrática y en
lugar de decir "soy republicano" se decía "creo que en una sociedad demo-

93
Cuadernos de Cambio nº5

crática avanzada los ciudadanos tienen la suficiente madurez para elegir


a su jefe del Estado" uno lograba una adhesión del 90%. Estás diciendo lo
mismo pero inmediatamente generas una adhesión mayor.
¿Diciendo eso estas renunciando al compromiso con tener una
república en España en el mediano plazo? No. Sencillamente estás plan-
teando la cuestión en términos más sencillos para seducir, más capaces
de aglutinar a sectores sociales. La cuestión es si uno considera que tiene
una identidad hacia la que tienen que venir los demás o si uno considera
que tiene un aparato conceptual, psíquico e ideológico que es capaz de
permear a otros sectores sociales. Es una operación compleja que implica
equilibrios frágiles pero que nos ha permitido avanzar bastante.
PF: ¿Cómo se plantea eso en la vieja izquierda?
PB: Cuando esto se plantea como una conversación identitaria ya han
perdido todas las partes. El problema sobre la identidad, sobre definir
la esencia, sobre definir quiénes somos es que automáticamente te acaba
sobrando gente. Gente a tu derecha, a tu izquierda, gente que consideras
que no es lo suficientemente "pura".
Lo que hizo el 15M aquí fue establecer un axioma por el cual da
igual quiénes seamos sino que nos definimos por lo que hacemos. Nos
definimos por las acciones, por el programa, por la dirección hacia la que
avanzamos. Es una proyección claramente hacia el futuro, no hacia el pa-
sado o los orígenes. Se pone por delante las causas que nos unen. PODE-
MOS es hijo de esa revolución conceptual. Y pienso que el futuro tiene
que estar claramente marcado por una voluntad de seguir ese camino de
aglutinar, unir, conducir, dirigir e ir avanzando en posiciones.
PF: Hay algo como del "hacer izquierda" y no "ser la izquierda", evitar posicio-
narse en un lugar en el que te termina sobrando gente o que configura polos
muy estancados.
PB: Siempre repetimos una frase que considero que es significativa: nin-
guna revolución se ha empezado a hacer diciendo "nosotros la izquierda".
Se ha empezado diciendo "nosotros el pueblo" como dice la Constitución
norteamericana. El proceso de construcción popular siempre es un pro-
ceso dinámico y vivo. No parte de identidades fijas y pre-establecidas.

94
Voces de PODEMOS

Se genera un proceso de forjar una identidad y un proyecto que necesa-


riamente tiene las conclusiones siempre por escribir. Si las conclusiones
están escritas de antemano es muy difícil que esa operación de federación
de intereses y sueños pueda funcionar.
GS: En varias intervenciones se habla de la necesidad de ser radical y transver-
sal. ¿Qué significa ser radical y ser transversal para ustedes? ¿Y cómo se hace
para ser radical y transversal al mismo tiempo?
PB: El término radical acá se refiere a esa imposición de categorías que
intentan siempre dibujar un ala radical, anti-sistema y anti-capitalista, y
otra ala más moderada, institucionalista y pactista. Mi posición es que la
radicalidad -como prácticamente todo en política- se mide en los efectos y
en la capacidad de hacer. Una identidad presuntamente radical, coherente
y pura pero incapaz de traducirse en una fuerza social que pueda cambiar
la realidad para mí no es una forma de radicalidad.
La radicalidad se demuestra en la capacidad de transformación so-
cial y no en la virulencia de un discurso.
El término “transversalidad” tiene que ver con la operación de
aglutinar sectores sociales y de conglomerar fuerza social con aquellos
actores que a priori no aparecen dispuestos a incorporarse a las filas del
cambio social. La transversalidad consiste en esa operación de politiza-
ción de posiciones sociales que no están predeterminadas. Consiste en la
capacidad de crear sentido común y eso implica incorporar al proceso de
cambio a sectores sociales que tradicionalmente han actuado como diques
de contención o engrosado las filas del orden.
El 15M logró hacer aquello de manera extraordinaria en España:
logró hacer una fractura en el sentido común y aglutinar una interpre-
tación muy clara de la crisis. Se hizo una división que no fue entre "iz-
quierda y derecha" sino entre "arriba y abajo" apuntando directamente a
la clase financiera y política como los responsables de la crisis en lugar de
hacerlo con los inmigrantes, refugiados, pobres, musulmanes, etc. Y ese
sentido común fue transversal porque fue capaz de hacer un corte a través
de clases sociales, generaciones, poblaciones urbanas y rurales.
Radicalidad y transversalidad son las dos variables de un equili-
brio complejo pero que permiten ganar. Sólo cuando logras aglutinar a

95
Cuadernos de Cambio nº5

una mayoría social en un sentido rupturista tienes posibilidades de ganar.


Y sólo puedes hacer eso con esa operación de articulación en un sentido
común que va más allá de las identidades pre-establecidas y es capaz de
construir un pueblo consciente y dispuesto a ganar el poder -que es más
que ganar elecciones-.
PF: Ustedes han tomado y aprendido lecciones de los procesos latinoamericanos.
¿Cuáles serían los elementos positivos y los negativos que ustedes retoman?
PB: Si uno tiene en cuenta el proceso de desarticulación de la experiencia
soviética, las experiencias de luchas globales de los años 90, la experiencia
absolutamente novedosa de articulación gubernamental, constitucional y
de re-articulación ideológica es la que se da en Latinoamérica y ahora el
proceso que se abre en 2011. Somos hijos e hijas de toda esa línea que
avanza con saltos y contradicciones.
En América Latina nosotros adquirimos experiencia en términos
auto-biográficos porque muchos de nuestros dirigentes y cuadros estu-
vieron allá acompañando a los procesos de una u otra manera. Esto se ha
revelado como muy productivo para traer ese caudal de experiencia a Es-
paña. Eso parece una locura. Pero no se explica PODEMOS sin entender
las virtudes y los defectos de los procesos latinoamericanos.
¿Que aprendimos? Aprendimos cómo el pueblo es un poderosísi-
mo significante para la construcción política. Aprendimos planteamientos
para la batalla ideológica que implicaban una ruptura con la izquierda
clásica en Europa. Aprendimos las contradicciones que implica un asalto
a la esfera gubernamental y legislativa.
Hemos aprendido el drama que implica la descapitalización de los
movimientos sociales para nutrir a las formaciones políticas. Así también
la descapitalización de las formas políticas para asumir funciones insti-
tucionales. Y, al final, la descapitalización de las funciones instituciona-
les para asumir posiciones de gobierno. Es un problema clásico y que se
manifiesta de manera trágica en la función sucesoria. Se han intentado
alternativas diferentes, y prácticamente ninguna ha salido bien.
América Latina fue un laboratorio de todo. Fue un laboratorio de
austeridad y también fue un laboratorio de rearticulación de procesos
nacional-populares y sujetos democráticos. También es un laboratorio y

96
Voces de PODEMOS

una vanguardia de la restauración conservadora, de la conformación de


una nueva derecha extremadamente agresiva y extremadamente hábil en
términos comunicativos. Una derecha que es capaz de disputar esa ope-
ración de articulación política de los sectores populares como lo estamos
viviendo ahora.
Lo miramos como un espejo, pero no como un espejo que nos
brinde una imagen simétrica pues las condiciones de partida son muy
diferentes. Claramente América Latina ha jugado un rol de vanguardia
en ese sentido pues allá se han prefigurado procesos que después se han
dado aquí con intensidades parecidas.
Ha sido un objeto de análisis y de aprendizaje interesante. Y aho-
ra, la situación es complicada. Nosotros contábamos en caso de llegar al
gobierno con esa reserva geopolítica que España tiene y que no ha utiliza-
do salvo para profundizar un modelo neocolonial y extractivista absurdo.
Contábamos con esa variable geopolítica por lo cual vemos con mucha
preocupación lo que está sucediendo no solo por una cuestión de solida-
ridad con los compañeros y compañeras de allá. Sino también porque es
uno de los resortes geopolíticos claves para neutralizar la dirección que
está siguiendo el proyecto europeo.

97
PODEMOS, LA
DEMOCRACIA Y LA
MODERNIDAD
Entrevista a Carlos Fernández
Liria y Luis Alegre Zahonero,
Realizada por Lucas Manuel Villasenin e Ignacio Kostzer en agosto de 2016.

CFL: Carlos Fernández Liria (1959) / Profesor de Filosofía de la Universi-


dad Complutense de Madrid / Autor de los libros: El naufragio del hom-
bre, Educación para la ciudadanía, El plan Bolonia, El materialismo, ¿Para
qué servimos los filósofos?, Comprender Venezuela, pensar la democracia
y En defensa del populismo. Por el libro El orden de El Capital, escrito
junto a Luis Alegre Zahonero, ha recibido el Premio Libertador al Pensa-
miento Crítico en el año 2010.

LAZ: Luis Alegre Zahonero (1977) / Miembro del Consejo Ciudadano de


PODEMOS, secretario general de PODEMOS - Comunidad de Madrid y
secretario de Participación Interna / Profesor de Filosofía de la Universi-
dad Complutense de Madrid / Autor de los libros: El orden de El Capital,
Comprender Venezuela, pensar la democracia, Educación para la ciudada-
nía y Filosofía y ciudadanía.

LMV Lucas Manuel Villasenin

IK: Ignacio Kostzer

99
Cuadernos de Cambio nº5

LMV: Para comenzar a comprender la emergencia de PODEMOS ustedes carac-


terizan que hay una crisis de régimen en España. ¿Cómo surge la misma?
CFL: Este es un país que salió de 40 años de dictadura y que realmente nun-
ca rompió con ella. Franco nombró al rey su sucesor, y la monarquía es un
síntoma de continuidad, pero no sólo eso. Se pactó todo de tal manera que
se instauró un régimen bipartidista con una ley electoral que perjudica a
las minorías. Ese sistema, que esperaba que haya una derecha que aplicara
programas de derechas y una izquierda que también aplicara programas
de derechas, es el sistema que hemos tenido durante los 40 años posterio-
res a la dictadura. Eso es lo que hemos llamado el régimen del 78.
Si miras las encuestas del CIS16 el 15M marcó un declive comple-
to en la intención de voto al PP y al PSOE. Asistimos así a la crisis de
este régimen.
LMV: Desde ahí empezó a discutirse en torno a la "casta" que gobierna el país.
¿Qué significa para PODEMOS este término?
LAZ: El término "casta" es un acierto poético. Todo el campo político se
había distribuido entre dos partidos que aplicaban los mismos programas
y ambos con actitudes, talantes y colores distintos resultaban eficaces en
esa distribución. La palabra "casta" fue un modo de agrupar a esas ideas
políticas y agruparlas como una unidad diferente de los intereses de la
mayoría ciudadana. Fue la palabra a través de la cual logramos poner de
manifiesto que ellos se financian con los mismos bancos, que se jubilan
como parte de los Consejos de Administración de las empresas y desahu-
cian a los ciudadanos exactamente igual. Fue la palabra a través de la cual
logramos hacer visible la unidad material que había entre partidos que
hacían ver que jugaban posiciones distintas.
LMV: Ante la pregunta de qué es PODEMOS en este proceso hay variadas res-
puestas. ¿Cómo lo definirían como parte de su trayectoria militante e intelectual?
CFL: Implicó una nueva esperanza. Porque el bipartidismo parecía ab-
solutamente invencible en las urnas. Luis y yo hemos defendido desde el
marxismo que no había que renunciar a las instituciones republicanas por

16 CIS: Centro de Investigaciones Sociológicas


100
Voces de PODEMOS

mucho que el capitalismo las haya convertido en una pocilga. Había que
reivindicarlas a toda costa, aunque es verdad que bajo la ley electoral del
78 el régimen parecía imbatible.
De pronto, a partir del 15M, de la experiencia de Juventud sin Fu-
turo que fue una primera llamada de atención y después de las mareas,
todo de pronto cambió. Hubo un cambio radical en nuestras mentes y en
nuestras esperanzas políticas. En estos dos años hemos conseguido 5 mi-
llones de votos pero además de obtener esos 5 millones, a pesar de toda la
campaña mediática y judicial en contra nuestra, hay que decir que el país
ya ha cambiado radicalmente.
La manera de hacer política se ha modificado con sus más y sus
menos. De verdad hemos pegado una patada al tablero.

LAZ: El 15M se pone de manifiesto un nuevo sentido común de rechazo


de las élites y sin embargo se produce la frustración de no lograr, con ese
sentido común, cambios efectivos. Ahí se pone de manifiesto la necesidad
de lograr transformar esa nueva mayoría social en una mayoría política.
Eso es una cosa que diagnostica cualquiera que haya vivido la frustración
del 15M. A partir de ahí irrumpe PODEMOS como una de las opciones
para intentar asaltar el poder político.
IK: PODEMOS va directo a la política, directo a las elecciones y a los medios de
comunicación. ¿Se puede ver como una autonomía de lo político que no necesita
acumular en lo social?
LAZ: Nadie piensa que se pueda operar directamente así. Una cosa es pen-
sar que se pueda operar de esa forma y otra es pensar que el trabajo que
queda por hacer es ese. Nadie piensa en PODEMOS que esta herramienta
hubiera sido posible sin las movilizaciones populares, sin las mareas y sin
tantas otras iniciativas. El asunto es que cuando ya han tenido lugar las
movilizaciones y el 15M, un grupo de diez colegas nos ponemos a pensar
qué falta por hacer y en qué podemos aportar. Ahí decidimos construir la
herramienta política que transforme en poder político ese movimiento.

CFL: Esto que se ha dicho de que desde que existe PODEMOS con su
apuesta electoralista las calles se han vaciado, es falso. Los movimientos

101
Cuadernos de Cambio nº5

sociales amortiguaron su ritmo y las calles se vaciaron antes de que nacie-


ra PODEMOS, por cansancio y agotamiento.

LAZ: Ahí habíamos caracterizado que las movilizaciones habían alcanza-


do su cumbre. Estábamos con la frustración con la que volvíamos a casa
diciendo que en la movilización éramos todos los que podíamos ser.

CFL: Fue un momento en el que la movilización se frenó, ya no se podía


más. Pero toda esa energía no se podía tirar a la basura. Por eso se decide
crear una herramienta electoral que demuestra que esa energía podía ser-
vir para algo. Presentar que esa herramienta que dio cauce a esa energía
flotante es la que le puso fin a esa energía es algo absurdo.
IK: PODEMOS entendió que había una autonomía de lo político en dónde podía
operar y demostró ser un enorme acierto. Así lo demostró la llamada "hipótesis
PODEMOS". ¿Qué implica esta autonomía?
LAZ: Hay un determinado ámbito de autonomía de lo político, eso no
está en discusión. Autonomía de lo político en el sentido de ser capaz de
conocer y controlar las reglas a partir de las cuales opera lo político pero
hay que ser capaces de conocer y controlar esas reglas para determinados
objetivos, principios y contenidos. Cuando vinculas esa relación entre la
autonomía y los objetivos es mucho más fácil articular los objetivos con
otras esferas.
IK: Ahora, luego de los resultados electorales que no permitieron llegar al gobier-
no se plantea la necesidad de "ir hacia el movimiento social". Me interesa pre-
guntarles: ¿cómo se puede pensar que PODEMOS impulse el movimiento social
cuando ya es una herramienta política, partidaria y electoral?
LAZ: Yo no estoy seguro de que sea a PODEMOS a quien le corresponda
esa tarea que le corresponde a la sociedad, a los pueblos. Ahora posible-
mente nos venga una reforma universitaria que nos hace temblar. Espero
que haya movimiento estudiantil y popular. Lo que esperamos tener que
antes no teníamos es altavoces en las instituciones.

102
Voces de PODEMOS

IK: Yo vengo viviendo hace un año aquí y me llama la atención la ausencia en las
noticias y en la escena pública del movimiento obrero. ¿Cómo asumen la situa-
ción del movimiento obrero español actualmente?
CFL: Hay un índice de parados altísimos. Y los sindicatos no se han ocu-
pado precisamente de los parados porque no los asumen como trabaja-
dores. En este momento en España predomina el paro y el funcionariado,
ninguno de ellos entra dentro de la lógica sindical.
Ha triunfado el discurso dominante del "emprendedurismo". Ya
no somos trabajadores sino que somos autónomos emprendedores. Eso
ha hecho mucho daño. Es una catástrofe civilizatoria, pero es así y las
derrotas no las puede remediar nadie con una varita mágica. Las derrotas
del sindicalismo europeo no tienen fácil remedio.
IK: PODEMOS ya se ha construido como un partido político. ¿Cómo van a
asumir las contradicciones que no dejan de implicarse de la relación con
los movimientos?
CFL: Esas contradicciones van a tener más de bueno que de malo. De eso
no me cabe duda. Lo único que ocurre es que tampoco confío demasiado
en la capacidad de la sociedad, que en este momento está muy maltrecha.
Las ostias del neoliberalismo salvaje han triturado casi toda respuesta so-
cial. Estamos nockeados. La gente está muy agotada. Luego del enorme
esfuerzo que ha implicado PODEMOS se ve a mucho militante volunta-
rista agotado.
LMV: En PODEMOS uno nota que confluyen múltiples tradiciones ideológicas
pero también se ha visto en un comienzo a PODEMOS como un producto electoral
desideologizado para las izquierdas. ¿Cómo asumen esas síntesis y esas tensio-
nes entre esas tradiciones? ¿Cuál sería para ustedes la ideología de PODEMOS?
LAZ: Nunca ha sido verdad que PODEMOS fuera desideologizado. Y eso
es resultado de una incomprensión de los movimientos emancipatorios
de los oprimidos contra los opresores que durante los últimos dos siglos
y en una zona geográfica muy determinada ha cobrado ciertos símbolos,
colores como el rojo y determinada metáfora (que ha sido la izquierda)
que a lo largo del siglo XX ha quedado desgastada. De tal forma es así que
se mete bajo el rótulo de izquierda a Kim Jong-un, a Pol-Pot, a Stalin, a

103
Cuadernos de Cambio nº5

Allende, a Rodríguez Zapatero, a Chávez o a Fidel Castro. La "izquierda",


desde quienes venimos de tradiciones marcadamente de izquierdas, pasa
a ser una metáfora y una etiqueta que deja de valer.
Pero renunciar a esas etiquetas no implica renunciar a ninguno de
los principios que se han expresado a través de esas etiquetas. Es decir,
desde el mismo sistema de principios asumimos que es necesario decir
las cosas a través de metáforas nuevas. Y las metáforas "izquierda" y "de-
recha" han dejado de valer en la medida en que son víctimas de una crisis
y manifiestan el malestar de gente que se identifica con otras metáforas
y símbolos. Así es que decidimos reconstruir el sistema de metáforas a
través del cual se expresa una determinada posición política.
Es una posición un poco anti-religiosa. Una religión se caracteriza
a veces en que cuando tiene que elegir entre un principio y un símbolo se
queda con el símbolo (la cruz o el niño Jesús por ejemplo). Y un plantea-
miento emancipatorio si tiene que elegir entre un símbolo o la posibilidad
de éxito de un principio, tiene que elegir por el principio.

CFL: Hay que tener en cuenta que la apuesta era crear una nueva mayoría
social que estuviera de acuerdo en plantarse ante el neoliberalismo salva-
je. Es algo que en Latinoamérica relativamente se había conseguido: ese
cambio de sentido común que generó nuevas mayorías.
Hemos estado inspirados por los movimientos latinoamericanos
y por la Revolución Bolivariana. Pero se trató de hacerlo con un lenguaje
permeable en Europa. Se buscó encajar con un nuevo sentido común que
gracias al 15M se había mostrado claramente a la izquierda, pero que no
dejaba de ser sentido común. Se trataba de luchar por una hegemonía
cultural y política en la sociedad.
Creemos que en Europa eso es más importante que nunca porque
si eso no lo hace la izquierda, lo hace la derecha. De hecho ya lo está ha-
ciendo la derecha en la mayor parte de los países europeos como en Fran-
cia. Por eso importa el ejemplo de España que es -junto a Grecia- dónde se
intenta conectar el sentido común desde la izquierda y no desde la dere-
cha. Esto es lo que se ha dado a conocer como el populismo de izquierda.

104
Voces de PODEMOS

LMV: En sus libros critican a las izquierdas del siglo XX. A la socialdemocra-
cia por asimilar democracia a capitalismo. Y a las tradiciones marxistas-leni-
nistas por asumir la defensa de una hipotética "dictadura del proletariado" en
oposición a la democracia. Ustedes defienden al marxismo desde los principios
republicanos. ¿Ahí también se rompe con las metáforas tradicionales y se de-
fiende los principios?
CFL: Es un buen ejemplo hablar de "dictadura del proletariado". Si tú
quieres recomponer conceptualmente qué significa ese término tienes un
itinerario de razonamiento tan largo que prácticamente sería impresenta-
ble en sociedad. Eso no quiere decir que no haya un concepto de fondo
que pueda conectar con cosas que todo el mundo puede entender. "Dicta-
dura del proletariado" significaba una alternativa a la dictadura burguesa
y todo el mundo hoy puede entender que somos siervos del capital finan-
ciero y sus asesores como jamás ha ocurrido en la historia del capitalismo.
Todo el mundo puede entender que hace mucho tiempo ya no go-
biernan los parlamentos ni los gobiernos. Todo aquello que decide cada
minuto de nuestra vida se decide en un lugar que nadie sabe dónde está.
Se le llama Eurogrupo. Se trata de una institución que no tiene reglas.
Cuando a Yannis Varoufakis (el ex ministro de Finanzas griego)
lo echaron de la reunión del Eurogrupo y pidió que le mostraran dónde
figuraba que podían tomar esa decisión, se le contesto que el Eurogrupo
no tenía reglamento. Desde esas reuniones al servicio del capital europeo
se chantajean a los gobiernos y parlamentos. Entonces, todos pueden en-
tender que hay una dictadura de los poderes financieros.
Hay que construir una alternativa a ese poder, pero llamarle "dic-
tadura del proletariado" es un sinsentido en tanto que la gente no localiza
ni qué es el "proletariado". Es una tontería sacar herramientas que son po-
pularmente incomprensibles. Hacen falta nuevas herramientas retóricas
y eso es una de las cosas que hemos intentando hacer reivindicando los
principios republicanos y la democracia.
LMV: Ustedes contraponen democracia y capitalismo. El año pasado eso se vio
muy claro en Grecia dónde las decisiones del capital financiero se imponen a tra-
vés de las instituciones a pesar del voto de la mayoría del pueblo griego.

105
Cuadernos de Cambio nº5

CFL: Siempre ha sido así. Varoufakis le pregunto a Jean-Claude Juncker


(presidente de la Comisión Europea) si los países endeudados no debe-
rían convocar a elecciones y hubo un silencio como respuesta.

LAZ: La idea de una "democracia burguesa" ha sido un oxímoron siempre.


La metedura de pata del marxismo es dar por buena una expresión ente-
ramente contradictoria. O "burguesa" o "democracia". Nunca ha habido
una confianza en la posibilidad del poder popular por parte de la dictadu-
ra de los mercados. Democracia y burguesía son dos cosas radicalmente
incompatibles.
LMV: ¿Cuáles son los valores de la Ilustración y la modernidad que ustedes con-
sideran necesarios mantener para un proyecto de emancipación del capital?
LAZ: Yo diría que todos. Ha habido una lectura interesada que ha sido
el resultado entre los intereses del liberalismo económico y lo peor de la
ortodoxia marxista. El liberalismo se interesó en apropiarse de las gran-
des conquistas de la razón humana que habían sido puestas en juego
por la Ilustración. Ellos hasta ahora lo consiguieron. Y a los marxistas
ortodoxos les interesó para salvar su filosofía de la historia contar que lo
ocurrido en la Revolución Francesa fue una revolución burguesa previa a
la revolución socialista.
Lo que ocurrió en la Revolución Francesa fue algo muy distinto.
Ahí hubo una guerra a muerte entre el liberalismo económico y el republi-
canismo. La confrontación entre el Antiguo Régimen con el movimiento
ilustrado es una línea de fractura tan protagónica que ha eclipsado la otra
gran fractura que hubo a lo largo del siglo XVIII que oponía el liberalismo
económico frente al republicanismo. Es decir, la orientación que proponía
la libertad absoluta de mercado frente a la que proponía la primacía de las
posiciones colectivas respecto a las decisiones económicas.
Esta confrontación tuvo lugar en una guerra real. El marxismo de-
bería haberse reconocido como heredero de la posición democrática de
los jacobinos pero sin embargo los ortodoxos, para defender su filosofía
de la historia, renunciaron a ese legado.

106
Voces de PODEMOS

CFL: Nuestra tesis es que el triunfo de la burguesía en la Revolución Fran-


cesa no fue el triunfo de la Ilustración sino más bien su derrota. De hecho,
el filósofo Antoni Domènech tiene una frase muy buena para describir
esto: "Lo único que la Revolución Francesa tuvo de revolución burguesa
fue la contrarrevolución".
Tendemos a pensar que el ser humano no puede inventar la pól-
vora con aquellas cosas que para el ser humano son irrenunciables. Los
principios republicanos, de una república que como dijo Kant consistiera
en algo así como que aquellos que obedecen a la ley sean al mismo tiem-
po co-legisladores de la misma ley, son principios que fueron plasmados
en una arquitectura institucional muy bien pensada (división de poderes,
garantías judiciales, etc.) y son irrenunciables. Son la arquitectura de lo
poco de bueno que nos queda bajo condiciones capitalistas. Eso es lo que
hay que defender a toda costa.
Para defender el republicanismo hay que ser anticapitalista, no
queda otra opción. Nosotros lo somos porque estamos convencidos de
que todo ese conjunto de principios funcionan mal y no funcionan en el
capitalismo. Hay que estar en contra del capitalismo y no en contra de la
arquitectura republicana.
LMV: ¿Cuáles son las novedades intelectuales más importantes que introduce
PODEMOS para el pensamiento emancipador?
CFL: Lo más relevante del mundo intelectual actual es que ya por fin nos
hemos librado de un cierto radicalismo izquierdista que siempre preten-
día inventar la pólvora respecto a lo que llamaba modernidad. Se puede
decir que la era de la moda de la posmodernidad ha terminado. Política-
mente está acabada. No se trata ya de inventar algo mejor que la moderni-
dad. Lo más novedoso es que se han acabado las épocas de las novedades.
Ha habido sectores de la población que han tenido cierto éxito po-
lítico -PODEMOS ha sido uno de ellos- que se han dado cuenta que lo que
hay que reivindicar contra el mundo capitalista no es una posmodernidad
insólita y novedosa sino la modernidad de toda la vida. No queremos
ser "hombres nuevos" imprevisibles sino lo que queremos es ser lo que
siempre quisimos ser: "ciudadanos". El discurso de la ciudadanía es lo que
impidió el triunfo del modo de producción capitalista.

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Cuadernos de Cambio nº5

La filosofía de la historia del marxismo ortodoxo fue un desastre,


resultado de una herencia de lo peor de Hegel. Sirvió como motor de un
impulso religioso que movilizó mucho a las masas pero una vez que ha
dejado de servir no vemos que tenga ningún trasfondo teórico importante
o coherente.

LAZ: Respecto al modo a como el capitalismo piensa la democracia, la


novedad es impedir que sigan mintiendo. Hay que impedir que se siga
haciendo pasar por democrático lo que es una dictadura financiera. Y, en
ese sentido, hay que reivindicar los poderes para las decisiones políticas.
LMV: ¿Cuáles serían los aportes de la experiencia Latinoamericana a la existen-
cia de PODEMOS?
LAZ: Hemos aprendido mucho de los procesos de transformación de
América Latina. Muchos hemos tenido la posibilidad de trabajar allí y de
vivirlos de cerca. El gran aporte en términos autobiográficos es la ruptura
con nuestros propios dogmatismos, nuestras propias metáforas y nues-
tros propios símbolos. Nos permitió distinguir lo que había de principios
y de mera retórica.
Vimos procesos diversos. Es obvio que el chavismo no tiene nada
que ver directamente con el kirchnerismo, ni Rafael Correa es lo mismo
que Evo Morales. Sin embargo, es posible ver cómo principios muy si-
milares con la tradición republicana se han enarbolado con formatos y
retóricas diferentes, con el reto de construir un pueblo para insertarlo en
instituciones radicalmente democráticas.
LMV: En los últimos años también ha habido ejemplos de recrear un marxismo
desde horizontes que no parecen cercanos a las tradiciones republicanas euro-
peas. Por ejemplo, Álvaro García Linera ha emprendido ese desafío en su obra
Forma valor y forma comunidad y tiene sus expresiones en el proyecto del so-
cialismo comunitario en Bolivia. ¿Encuentran vínculos con esas re-lecturas del
marxismo en un principio distantes del marxismo republicano?
CFL: García linera es una persona que ha sabido modular muy bien su
discurso de manera que sea comprensible en los ámbitos en los que te-
nía que hacerlo comprensible (como Bolivia). Ya quisiéramos tener unos

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Voces de PODEMOS

cuantos “Garcías Lineras” que hicieran lo mismo con sus particularidades


en España.
LMV: En PODEMOS confluyen la pasión y la ciencia, elementos que expresan
a la mayoría de sus activistas que provienen de sectores de la juventud y de la
intelectualidad. ¿Que expresa eso en la política española?
LAZ: Yo creo que esto es lo único que nos permite ser optimistas. Y los que
nombras son principalmente quienes se han incorporado a un movimien-
to como el nuestro. En términos sociológicos hay perfiles de futuro y hay
perfiles de progreso. Los perfiles del futuro son básicamente los perfiles
en los que ganamos. Eso significa que es cuestión de tiempo que algunas
cosas que son ahora mismo planteamientos de parte de PODEMOS se
terminen dando como sentido común. De hecho, ya sucede en torno a
principios que tienen que asimilar quienes son detractores de esos mis-
mos principios.

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