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manjares por creer sinceramente que al hacerlo agradaban a Dios. “Porque uno cree que se
ha de comer de todas cosas: otro que es débil, come legumbres” (v. 2). Diferenciaban entre
algunos días “sagrados”: “Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los
días” (v. 5a).
5El otro grupo no tenía estos escrúpulos y creía que el uso de tales cosas no era en sí
pecaminoso, sino que era una cuestión sin importancia, y dado que Dios no había mandado
nada prohibiendo su uso, los cristianos eran libres de usarlos a su propia discreción y criterio.
6¿Qué postura toma Pablo? Una postura a favor de ambos grupos. Por ello exhorta a ambos.
A. 8El “débil” debe ser recibido en comunión cristiana, pero no para disputar sobre
opiniones:
1. “Recibid al flaco en la fe, pero no para contiendas de disputas” (v. 1). 9Se debe
a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que
debe tener, sino que piense de sí con templanza, conforme a la medida de fe que Dios
repartió a cada uno” Romanos 12:3.
B. 13Ni
el “fuerte” debe menospreciar al “débil”, ni el “débil” debe juzgar al “fuerte”;
los dos pertenecen al Señor y serán sostenidos por Él.
1. “Porque uno cree que se ha de comer de todas cosas; otro que es débil, come
legumbres. El que come no menosprecie al que no come: y el que no come, no juzgue
al que come; porque Dios le ha levantado” (vv. 2-3). 14Pablo los defiende
Ahora bien, todos los hombres son sirvientes de Dios. No tenemos derecho a juzgarlos
o a menospreciarlos. Este hecho solo le pertenece a Dios. No es por nuestro juicio que
un hombre se eleva o cae; es por el juicio de Dios “y poderoso es el Señor para
afirmarle”.
D. 25Todas estas cuestiones serán tratadas en el juicio final cuando cada uno dé
cuenta de sí mismo.
1. “Mas tú ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu
hermano? Porque todos hemos de estar ante el tribunal de Cristo. 26Porque escrito
está: Vivo yo, dice el Señor, que a mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a
Dios. De manera que, cada uno de nosotros dará a Dios razón de sí” (vv. 10-12).
2. 27Sorpréndase: ¡el “débil” no es siempre el que sufre! Al contrario, su “debilidad” es un
arma eficaz con que obliga a aceptar su opinión. No es raro que él sea el verdadero
tirano. Por ello Pablo los exhorta: “No juzguéis”.
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3. 28Cuando los hombres juzgan a otros, tienden la mano hacia algo que Dios ha
reservado para sí y para Cristo. Todos estamos bajo el juicio, pero de Dios. Nosotros
no somos los jueces, sino los que somos divinamente juzgados. 29Hemos de responder
por nuestras vidas ante el tribunal de Dios y no ante los hombres. Por ello, toda
arrogancia humana de juzgar o menospreciar, debe ceder ante el tribunal de Dios.
A. 31Debe seguirse la máxima del amor; por lo tanto, la libertad cristiana no debe
usarse para herir o perjudicar al hermano por quién Cristo murió.
1. “Así que, no juzguemos más los unos de los otros; antes bien juzgad de no poner
tropiezo o escándalo al hermano. 32Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que de suyo
nada hay inmundo: mas a aquel que piensa alguna cosa ser inmunda, para él es
inmunda. Empero si por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas
conforme a la caridad. No arruines con tu comida a aquel por el cual Cristo murió” (vv.
13-15).
2. 33El “fuerte” tiene razón al hacer uso de su libertad cristiana. Más no está solo en el
mundo. A su lado se encuentra el hermano débil. ¿Qué efecto tiene su acción sobre
éste último? Cuando éste le ve actuar, puede ser influido en dos sentidos:
a) 34O será inducido a juzgar (condenar), cosa que no le corresponde.
b) O se verá tentado a hacer lo mismo, y esto hace que la conducta del “fuerte” sea
discutible, aunque en sí misma sea correcta. 35Porque, ¿qué sucede cuando el
“débil” imita de esta manera el proceder del fuerte? Que lo hace con mala
conciencia (“Cada uno esté asegurado en su ánimo”). De tal modo un cristiano
puede ser motivo de la caída del otro.
3. 36Para el “fuerte” lo que hace no es pecado, pero su hermano “débil” lo mira y está
tentado a obrar de igual manera, siendo inducido a hacer algo para lo cual no está
interiormente autorizado por la fe. Y cada cual debe obrar según la medida de la fe que
le es dada. 37Pero este modo de proceder no corresponde a la fe “débil” y por
consiguiente es pecado: “Mas el que hace diferencia, si comiere, es condenado, porque
no comió por fe; y todo lo que no es de fe, es pecado” (v. 23).
4. 38Cuando Pablo habla de “tropiezo” (v. 13) se refiere a que un hombre puede por su
conducta inducir a otro a obrar más allá de sus facultades y de lo que la fe le permite, y
de ese modo, hacerlo caer.
39No debe uno convertirse en piedra de tropiezo, sino esforzarse siempre por tener
hay muchas que no son ni buenas ni malas; son neutrales. No son esenciales en la
vida y la conducta. En estas no tenemos el derecho de ofender a un hermano más
escrupuloso.
41La libertad cristiana nunca debe ser usada como una excusa para atropellar los
sentimientos genuinos de los demás. Ningún placer es tan importante que justifique el
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B. 42El Reino de Dios no consiste en cosas físicas como comida y bebida, sino en
justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.
1. “No sea pues blasfemado vuestro bien: que el reino de Dios no es comida ni bebida,
sino justicia y paz y gozo por el Espíritu Santo. Porque el que en esto sirve a Cristo,
agrada a Dios, y es acepto a los hombres” (vv. 16-18).
2. 43Muchos temen a la libertad cristiana creyendo que ésta consiste en una oportunidad
para hacer exactamente lo que no quisiera. Pero no es así. Libertad cristiana significa
que somos libres, para hacer, no lo que queremos sino lo que Cristo quiere.
3. 44Tratar a los otros y vivir no como nos lo dicta nuestra naturaleza humana y egoísta,
sino con la misma actitud de amor que Jesús mostró a nosotros: “Porque vosotros,
hermanos, a libertad habéis sido llamados; solamente que no uséis la libertad como
ocasión a la carne, sino servíos por amor los unos a los otros” Gálatas 5:13.
4. 45Por ello, Pablo nos muestra que el reino de Dios no consiste en comer o beber, sino
en tres grandes cosas, todas las cuales son esencialmente ajenas al egoísmo:
a) Justicia: dar al prójimo lo que le corresponde, con amor y consideración.
b) 46Paz: vive en buenas relaciones con el prójimo. Lo que tienda al bien supremo.
c) Gozo: no consiste en que seamos felices; consiste en hacer felices a los demás.
Si esto es el reino de Dios, nunca será blasfemado (v. 16).
como ellos y que, en consecuencia, éstos pueden obrar de otra manera de la que sería
adecuada para ellos sin que esto les dé derecho a negar la seriedad del cristianismo de
aquellos.
49El “débil” no debe ser dueño de la fe y conducta de los demás, tanto menos cuando
su fe es solamente débil.
2. 50En la última sección Pablo se ha dirigido a los “fuertes”. A éstos les exige que
guarden consideración a los “débiles” y que por causa de ellos prefieran abstenerse de
su libertad antes que hacerles caer en el empleo imprudente de la misma: 51“No
destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todas las cosas a la verdad son
limpias: más malo es al hombre que come con escándalo. Bueno es no comer carne, ni
beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece, o se ofenda o sea debilitado” (vv. 20-
21).
3. 52Si al comienzo estableció el principio de que cada cual debe ser lo que es y hacer lo
que hace, que en la congregación debe haber paz entre el “débil” y el “fuerte”, ahora
somete este principio a ciertas limitaciones.
53No sólo se trata de que “débiles” y “fuertes” vivan los unos al lado de los otros, cada
54Por el contrario exige a los fuertes que guarden consideración de los débiles y
renuncien bajo ciertas circunstancias al uso de su libertad en beneficio de ellos. Es el
“fuerte” el que debe ceder cuando resulte necesario adaptar la conducta a otro.
4. 55El “débil”, mientras lo sea, sólo puede hacer una cosa: abstenerse. Si hace uso de la
libertad sin tener autoridad interior para ello peca: “Mas el que hace diferencia, si
comiere, es condenado, porque no comió por fe; y todo lo que no es de fe, es pecado”
(v. 23).
56El “fuerte”, en cambio, puede hacer dos cosas: usar su libertad o renunciar a ella. En
ambos casos es libre. El “fuerte” debe poseer la fuerza suficiente para llevar la carga
del “débil”.
5. 57Pero, ¿es realmente justo renunciar y no hacer uso de la libertad que Cristo nos ha
dado? ¿El cristiano no tiene más bien el deber de mostrar su libertad ante el mundo y
con ello su fe?
58Pablo contesta: “¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado
el que no se condena a sí mismo con lo que aprueba” (v. 22). 59No hay ninguna
necesidad de mostrar la fe que tiene, ya que la fe es la relación entre el hombre y Dios
y pertenece a la vida íntima. Pero cuando se trata de la relación con el prójimo, el
cristiano tiene una necesidad ineludible, a saber la de “andar en amor”.
60“Innecesariis unitas, in dubiis libertas, in omnibus caritas” (Agustín de Hipona).
“En lo esencial: unidad;
en lo no esencial: libertad,
y en todas las cosas, caridad”.
61APLICACIÓN
A nivel interpersonal:
Unidad en lo esencial:
- Adorar a Dios como Creador y Sustentador de todas las cosas
- Creer en Jesucristo como único y suficiente Salvador y Señor
- Aceptar la plena divinidad de Cristo: coeterno y consustancial con el Padre
- 62Aceptar que somos salvos solo por gracia, y solo por la fe en Cristo
- Reconocer a la Biblia como única norma de fe y conducta
- Aceptar el bautismo por inmersión en el Nombre de Jesús
- Reconocer al sábado como día de reposo
63Libertad en lo no esencial:
- Usar o no bigote
- Usar o no corbata si voy a dirigir, predicar o enseñar
- Usar o no cosméticos
- 64Usar o no accesorios (anillos, pulseras, collares, mascadas, bolso)
- Usar o no pantalón
- Batir o no las manos en la alabanza
- Usar diferentes versiones de la Biblia
65Caridad en todas las cosas:
Si un hermano-a:
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Libertad en lo no esencial:
- Número de cultos a la semana
- Horario y duración de los cultos
- Manera en que se desarrolla la Escuela Sabática
- 68Liturgia que incluya batir las manos, danza y panderos
- No incluir ofrendas especiales en el culto vespertino del sábado
- Tomar la Cena del Señor en copas individuales
- Aceptar el bautismo en hermanos y hermanas de otras denominaciones (que haya sido
por inmersión y en el Nombre de Cristo)
69Caridad en todas las cosas:
- Si se utilizan otros saludos aparte de: “Paz a vos, vosotros”, “Paz a ti, usted, ustedes”
- Si las hermanas no usan el velo
- Si en el culto intervienen varones y mujeres en la dirección, predicación y enseñanza
- 70Si en la enseñanza se utilizan materiales diferentes a los institucionales