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1UNIDAD, LIBERTAD Y CARIDAD


2“Innecessariis unitas, in dubiis libertas, in omnibus caritas”.
“En lo esencial: unidad; en lo no esencial: libertad, y en todas las cosas, caridad”.

INSTRUCCIONES DE PABLO SOBRE LA LIBERTAD CRISTIANA


(Romanos 14:1-15:13)
3El problema:
Entre los hermanos de la iglesia en Roma se había promovido una disputa en cuanto a si el
uso de cierta cosas era en sí mismo pecaminoso.
4Un grupo, por razones de conciencia y convicciones religiosas, se abstenía de ciertos

manjares por creer sinceramente que al hacerlo agradaban a Dios. “Porque uno cree que se
ha de comer de todas cosas: otro que es débil, come legumbres” (v. 2). Diferenciaban entre
algunos días “sagrados”: “Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los
días” (v. 5a).
5El otro grupo no tenía estos escrúpulos y creía que el uso de tales cosas no era en sí

pecaminoso, sino que era una cuestión sin importancia, y dado que Dios no había mandado
nada prohibiendo su uso, los cristianos eran libres de usarlos a su propia discreción y criterio.
6¿Qué postura toma Pablo? Una postura a favor de ambos grupos. Por ello exhorta a ambos.

I. 7LAMANERA EN QUE DEBEN TRATARSE MUTUAMENTE EL “FUERTE” Y EL


“DÉBIL EN LA FE” (14:1-12).

A. 8El “débil” debe ser recibido en comunión cristiana, pero no para disputar sobre
opiniones:
1. “Recibid al flaco en la fe, pero no para contiendas de disputas” (v. 1). 9Se debe

aceptar a todo creyente porque son miembros verdaderos de la comunidad de fe. No


para convencerlo de su “extravío” y hacerlo igual al “fuerte”. Esto no es lo que quiere
Pablo.
2. 10La comunión no se basa en disputas destinadas a que uno acepte la opinión del otro
convirtiéndola en su norma de acción. Esta identidad no es un ideal cristiano.
3. 11La aceptación se debe hacer sin segunda intención y la razón es que los cristianos no
somos todos iguales. Ni debemos serlo. ¿Cómo es esto? Es que Dios le ha dado una
medida de fe mayor a uno que a otro: 12“Digo pues por la gracia que me es dada,

a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que
debe tener, sino que piense de sí con templanza, conforme a la medida de fe que Dios
repartió a cada uno” Romanos 12:3.

B. 13Ni
el “fuerte” debe menospreciar al “débil”, ni el “débil” debe juzgar al “fuerte”;
los dos pertenecen al Señor y serán sostenidos por Él.
1. “Porque uno cree que se ha de comer de todas cosas; otro que es débil, come
legumbres. El que come no menosprecie al que no come: y el que no come, no juzgue
al que come; porque Dios le ha levantado” (vv. 2-3). 14Pablo los defiende

alternativamente contra los ataques mutuos. El “fuerte” mira con cierta


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condescendencia y superioridad al que tiene escrúpulos; el “débil” condena al “fuerte”


como un liberal pecador. Los dos olvidan que a ambos los ha recibido el Señor.
2. 15“¿Tú quién eres que juzgas al siervo ajeno? Para su señor está en pie, o cae; mas se
afirmará, que poderoso es el Señor para afirmarle” (v. 4). Pablo sienta aquí un gran
principio.
16Nadie tiene derecho a criticar al sirviente de otro. El sirviente responde sólo a su amo.

Ahora bien, todos los hombres son sirvientes de Dios. No tenemos derecho a juzgarlos
o a menospreciarlos. Este hecho solo le pertenece a Dios. No es por nuestro juicio que
un hombre se eleva o cae; es por el juicio de Dios “y poderoso es el Señor para
afirmarle”.

C. 17Ambos hacen lo que hacen en honor al Señor y ambos son de Él.


1. “Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté
asegurado en su ánimo. El que hace caso del día, hácelo para el Señor: 18y el que no
hace caso del día, no lo hace para el Señor. El que come, como para el Señor, porque
da gracias a Dios; y el que no come, no come para el Señor, y da gracias a Dios” (vv.
5-6).
2. 19No importa cuán diferentes sean las prácticas, sus metas son las mismas:
a) Ambos (“fuertes” y “débiles”) creen servir a Dios sinceramente.
b) Ambos dan gracias a Dios.
20Pero, cualquiera que sea el curso que uno elija, se debe hacer con convicción
plena: “Cada uno esté asegurado en su ánimo”.
3. 21“Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. Que si vivimos,
para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así que, o que vivamos, o
que muramos, del Señor somos. Porque Cristo para esto murió, y resucitó, y volvió a
vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven” (vv. 7-9).
4. 22Nadie puede hacer de su propia práctica la norma universal para todos los demás. La
importancia del cristianismo reside en que cada uno pertenezca al Señor por la fe. La fe
es lo común a todos los creyentes, sean “fuertes” o “débiles”. ¿A qué hijo ama Dios
más? A todos por igual.
5. 23Así que, toda tendencia de uniformidad en la vida cristiana es imposible:
a) Porque cada miembro en el cuerpo de Cristo tiene diferente función.
b) Porque hay diferencia entre el “débil” y el “fuerte” en su fuero interno.
6. 24Por ello no es la intención que se comporte el “débil” en forma idéntica que el “fuerte”.
Cada cual debe obrar conforme a la medida de fe que le fue dada y dar cuenta de la
misma.

D. 25Todas estas cuestiones serán tratadas en el juicio final cuando cada uno dé
cuenta de sí mismo.
1. “Mas tú ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu
hermano? Porque todos hemos de estar ante el tribunal de Cristo. 26Porque escrito
está: Vivo yo, dice el Señor, que a mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a
Dios. De manera que, cada uno de nosotros dará a Dios razón de sí” (vv. 10-12).
2. 27Sorpréndase: ¡el “débil” no es siempre el que sufre! Al contrario, su “debilidad” es un
arma eficaz con que obliga a aceptar su opinión. No es raro que él sea el verdadero
tirano. Por ello Pablo los exhorta: “No juzguéis”.
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3. 28Cuando los hombres juzgan a otros, tienden la mano hacia algo que Dios ha
reservado para sí y para Cristo. Todos estamos bajo el juicio, pero de Dios. Nosotros
no somos los jueces, sino los que somos divinamente juzgados. 29Hemos de responder
por nuestras vidas ante el tribunal de Dios y no ante los hombres. Por ello, toda
arrogancia humana de juzgar o menospreciar, debe ceder ante el tribunal de Dios.

Hasta aquí la primera milla. Veamos la segunda milla.

II. 30LAFORMA EN QUE EL “FUERTE” EN LA FE DEBERÁ HACER USO DE LA


LIBERTAD CRISTIANA (14:13-23).

A. 31Debe seguirse la máxima del amor; por lo tanto, la libertad cristiana no debe
usarse para herir o perjudicar al hermano por quién Cristo murió.
1. “Así que, no juzguemos más los unos de los otros; antes bien juzgad de no poner
tropiezo o escándalo al hermano. 32Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que de suyo
nada hay inmundo: mas a aquel que piensa alguna cosa ser inmunda, para él es
inmunda. Empero si por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas
conforme a la caridad. No arruines con tu comida a aquel por el cual Cristo murió” (vv.
13-15).
2. 33El “fuerte” tiene razón al hacer uso de su libertad cristiana. Más no está solo en el

mundo. A su lado se encuentra el hermano débil. ¿Qué efecto tiene su acción sobre
éste último? Cuando éste le ve actuar, puede ser influido en dos sentidos:
a) 34O será inducido a juzgar (condenar), cosa que no le corresponde.
b) O se verá tentado a hacer lo mismo, y esto hace que la conducta del “fuerte” sea
discutible, aunque en sí misma sea correcta. 35Porque, ¿qué sucede cuando el
“débil” imita de esta manera el proceder del fuerte? Que lo hace con mala
conciencia (“Cada uno esté asegurado en su ánimo”). De tal modo un cristiano
puede ser motivo de la caída del otro.
3. 36Para el “fuerte” lo que hace no es pecado, pero su hermano “débil” lo mira y está

tentado a obrar de igual manera, siendo inducido a hacer algo para lo cual no está
interiormente autorizado por la fe. Y cada cual debe obrar según la medida de la fe que
le es dada. 37Pero este modo de proceder no corresponde a la fe “débil” y por
consiguiente es pecado: “Mas el que hace diferencia, si comiere, es condenado, porque
no comió por fe; y todo lo que no es de fe, es pecado” (v. 23).
4. 38Cuando Pablo habla de “tropiezo” (v. 13) se refiere a que un hombre puede por su

conducta inducir a otro a obrar más allá de sus facultades y de lo que la fe le permite, y
de ese modo, hacerlo caer.
39No debe uno convertirse en piedra de tropiezo, sino esforzarse siempre por tener

consideración para nuestros hermanos. A un cristiano que usa desconsideradamente


su libertad cristiana, Pablo le dice: “ya no andas conforme a la caridad” (v. 15).
5. 40Hay cuestiones esenciales en las que cada uno debe elegir su propio camino. Pero

hay muchas que no son ni buenas ni malas; son neutrales. No son esenciales en la
vida y la conducta. En estas no tenemos el derecho de ofender a un hermano más
escrupuloso.
41La libertad cristiana nunca debe ser usada como una excusa para atropellar los

sentimientos genuinos de los demás. Ningún placer es tan importante que justifique el
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ofender y angustiar, aún causar la ruina de otros. Entre mi convicción y mi hermano, es


más importante mi hermano.

B. 42El Reino de Dios no consiste en cosas físicas como comida y bebida, sino en
justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.
1. “No sea pues blasfemado vuestro bien: que el reino de Dios no es comida ni bebida,
sino justicia y paz y gozo por el Espíritu Santo. Porque el que en esto sirve a Cristo,
agrada a Dios, y es acepto a los hombres” (vv. 16-18).
2. 43Muchos temen a la libertad cristiana creyendo que ésta consiste en una oportunidad

para hacer exactamente lo que no quisiera. Pero no es así. Libertad cristiana significa
que somos libres, para hacer, no lo que queremos sino lo que Cristo quiere.
3. 44Tratar a los otros y vivir no como nos lo dicta nuestra naturaleza humana y egoísta,

sino con la misma actitud de amor que Jesús mostró a nosotros: “Porque vosotros,
hermanos, a libertad habéis sido llamados; solamente que no uséis la libertad como
ocasión a la carne, sino servíos por amor los unos a los otros” Gálatas 5:13.
4. 45Por ello, Pablo nos muestra que el reino de Dios no consiste en comer o beber, sino

en tres grandes cosas, todas las cuales son esencialmente ajenas al egoísmo:
a) Justicia: dar al prójimo lo que le corresponde, con amor y consideración.
b) 46Paz: vive en buenas relaciones con el prójimo. Lo que tienda al bien supremo.
c) Gozo: no consiste en que seamos felices; consiste en hacer felices a los demás.
Si esto es el reino de Dios, nunca será blasfemado (v. 16).

C. 47La primicia de la fe.


1. “Así que, sigamos lo que hace a la paz, y a la edificación de los unos a los otros” (v.
19). Es obligación del cristiano seguir lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación
(v. 19). Revisemos la profundidad de estos conceptos: al principio del capítulo 14 Pablo
se dirige a los “débiles”.
48Estos deben dejar de juzgar; han de aprender que existen otros que no están ligados

como ellos y que, en consecuencia, éstos pueden obrar de otra manera de la que sería
adecuada para ellos sin que esto les dé derecho a negar la seriedad del cristianismo de
aquellos.
49El “débil” no debe ser dueño de la fe y conducta de los demás, tanto menos cuando

su fe es solamente débil.
2. 50En la última sección Pablo se ha dirigido a los “fuertes”. A éstos les exige que
guarden consideración a los “débiles” y que por causa de ellos prefieran abstenerse de
su libertad antes que hacerles caer en el empleo imprudente de la misma: 51“No
destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todas las cosas a la verdad son
limpias: más malo es al hombre que come con escándalo. Bueno es no comer carne, ni
beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece, o se ofenda o sea debilitado” (vv. 20-
21).
3. 52Si al comienzo estableció el principio de que cada cual debe ser lo que es y hacer lo
que hace, que en la congregación debe haber paz entre el “débil” y el “fuerte”, ahora
somete este principio a ciertas limitaciones.
53No sólo se trata de que “débiles” y “fuertes” vivan los unos al lado de los otros, cada

cual conforme a su propio modo y sin preocuparse de los demás.


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54Por el contrario exige a los fuertes que guarden consideración de los débiles y
renuncien bajo ciertas circunstancias al uso de su libertad en beneficio de ellos. Es el
“fuerte” el que debe ceder cuando resulte necesario adaptar la conducta a otro.
4. 55El “débil”, mientras lo sea, sólo puede hacer una cosa: abstenerse. Si hace uso de la
libertad sin tener autoridad interior para ello peca: “Mas el que hace diferencia, si
comiere, es condenado, porque no comió por fe; y todo lo que no es de fe, es pecado”
(v. 23).
56El “fuerte”, en cambio, puede hacer dos cosas: usar su libertad o renunciar a ella. En

ambos casos es libre. El “fuerte” debe poseer la fuerza suficiente para llevar la carga
del “débil”.
5. 57Pero, ¿es realmente justo renunciar y no hacer uso de la libertad que Cristo nos ha
dado? ¿El cristiano no tiene más bien el deber de mostrar su libertad ante el mundo y
con ello su fe?
58Pablo contesta: “¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado

el que no se condena a sí mismo con lo que aprueba” (v. 22). 59No hay ninguna
necesidad de mostrar la fe que tiene, ya que la fe es la relación entre el hombre y Dios
y pertenece a la vida íntima. Pero cuando se trata de la relación con el prójimo, el
cristiano tiene una necesidad ineludible, a saber la de “andar en amor”.
60“Innecesariis unitas, in dubiis libertas, in omnibus caritas” (Agustín de Hipona).
“En lo esencial: unidad;
en lo no esencial: libertad,
y en todas las cosas, caridad”.
61APLICACIÓN

A nivel interpersonal:

Unidad en lo esencial:
- Adorar a Dios como Creador y Sustentador de todas las cosas
- Creer en Jesucristo como único y suficiente Salvador y Señor
- Aceptar la plena divinidad de Cristo: coeterno y consustancial con el Padre
- 62Aceptar que somos salvos solo por gracia, y solo por la fe en Cristo
- Reconocer a la Biblia como única norma de fe y conducta
- Aceptar el bautismo por inmersión en el Nombre de Jesús
- Reconocer al sábado como día de reposo
63Libertad en lo no esencial:
- Usar o no bigote
- Usar o no corbata si voy a dirigir, predicar o enseñar
- Usar o no cosméticos
- 64Usar o no accesorios (anillos, pulseras, collares, mascadas, bolso)

- Usar o no pantalón
- Batir o no las manos en la alabanza
- Usar diferentes versiones de la Biblia
65Caridad en todas las cosas:
Si un hermano-a:
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- no ha podido descansar el sábado


- celebra sus aniversarios con una piñata y un pastel
- asiste al cine, circo u otro espectáculo familiar
- 66ve la televisión en sábado

- no asiste a todos los cultos; no participa en todas las actividades


- entona cantos con estilos populares (rancheros, mariachi, rock)
- trabaja en lugares donde se promueve el vicio (p. ej., en un bar)
67A nivel inter congregacional:

Libertad en lo no esencial:
- Número de cultos a la semana
- Horario y duración de los cultos
- Manera en que se desarrolla la Escuela Sabática
- 68Liturgia que incluya batir las manos, danza y panderos
- No incluir ofrendas especiales en el culto vespertino del sábado
- Tomar la Cena del Señor en copas individuales
- Aceptar el bautismo en hermanos y hermanas de otras denominaciones (que haya sido
por inmersión y en el Nombre de Cristo)
69Caridad en todas las cosas:
- Si se utilizan otros saludos aparte de: “Paz a vos, vosotros”, “Paz a ti, usted, ustedes”
- Si las hermanas no usan el velo
- Si en el culto intervienen varones y mujeres en la dirección, predicación y enseñanza
- 70Si en la enseñanza se utilizan materiales diferentes a los institucionales

- Si deciden no participar en alguna actividad sectorial, distrital o nacional


- Si tienen una cena de fraternidad al final de la Cena del Señor
- Si entonan los himnos y estribillos con otra melodía que no es la institucional

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