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El canon es una pieza o sección de una composición musical de carácter contrapuntístico

basada en la imitación entre dos o más voces separadas por un intervalo temporal. Una
parte vocal o instrumental interpreta una melodía y unos compases más tarde una segunda
voz repite esa misma melodía de manera exacta o bien modificando su tonalidad u otros
aspectos. En este proceso pueden participar más voces. A la primera voz se le llama dux,
propuesta o antecedente, y a cada una de las voces que le siguen comes, respuesta o
consecuente.1

El canon aportó un gran beneficio al estudio del contrapunto, y, en consecuencia, al


desarrollo de las distintas formas musicales.

En el siglo XVII, y posteriormente con la obra de Bach, el canon desarrolla todo su poder creativo.
Durante el período sinfónico y en el romanticismo, el canon pasa a segundo plano. A principios del
siglo XX, con el neoclasicismo y el serialismo, recobra importancia.

Tipos
La enorme variedad de combinaciones posibles en la imitación de las voces en el canon ha
dado lugar a un gran número de formas distintas:2

Según el intervalo de voces

Canon al unísono

Es el tipo de canon que se emplea con más frecuencia tanto en la música vocal como la
instrumental. Consiste en colocar las voces imitadoras en unísono o un número de octavas
por encima o por debajo de la voz principal, manteniéndose este intervalo hasta el final.12

Cánones en otros intervalos

De manera análoga, la voz consecuente puede ser situada a cualquiera de los intervalos
restantes —a la segunda superior e inferior, a la tercera superior e inferior, etc.

Otros

Canon circular, infinito o perpetuus

La repetición de las voces es estrictamente autosemejante, generalmente dejando un


intervalo de tiempo entre el comienzo de cada parte (el tema y sus consecuentes). En
ocasiones puede comenzar con un contratema en contrapunto al tema canónico principal.
Al término de cada parte éstas pueden comenzar de nuevo escalonadamente remontándose
en su totalidad las veces que los intérpretes decidan. En la antigüedad solía escribirse sobre
un pentagrama circular.

Canon en espiral

Un canon en espiral sería una variante en la que en cada vuelta o bucle el consecuente ha
modulado con respecto al tema a una tonalidad diferente de la de partida (por ejemplo, un
tono por encima) por lo que una ejecución completa de éste tipo de canon se consideraría
con el número de vueltas necesario hasta que la voz principal vuelve a alcanzar la tonalidad
de partida (de ahí su nombre). Debido a la gran dificultad de contraponer una voz repetida
en una tonalidad distinta (ya que antes del término de la voz principal, ya modulada, el
consecuente aún sigue en la tonalidad de partida) son pocos los ejemplos de éste tipo de
canon, siendo el más famoso el Canon per tonos de Johann Sebastian Bach, presente en su
Ofrenda musical, BWV 1079.

Canon de movimiento contrario, al inverso (per motum contrarium)


Esquema con las tres simetrías del canon por movimiento contrario, canon retrógrado y
canon de mesa usando el tema B-A-C-H

La repetición del tema canónico o consecuente interpreta la melodía en sentido contrario


interválicamente, manteniendo generalmente el tipo de intervalo diatónicamente, pero por
tanto no necesariamente su especie. El consecuente se considera una imagen especular
interválica o simetría impar del tema canónico, ya que bastaría con reflejar la partitura
paralelamente en un espejo para obtenerlo.

El canon histórico llamado El buen rey Wenceslao presenta este tipo de repetición.

Canon retrógrado o cancrizante (Canon cancricans)

La repetición del tema canónico o consecuente es interpretada de atrás hacia delante. Toma
el nombre cancrizante del movimiento retrógrado típico del cangrejo, en latín cancer. El
tema canónico y su consecuente presentan una imagen especular temporal o simetría par,
pudiéndose obtener reflejando la partitura perpendicularmente en un espejo.

Canon de mesa

La relación entre el tema canónico y su consecuente es que éste ha sufrido una reflexión
especular interválica y temporal, por lo que es una mezcla de los dos tipos anteriores de
canon, conteniendo ambos tipos de simetría. No suele presentar desfase temporal entre el
antecedente y el consecuente, comenzando ambos a la vez. A veces a éste tipo de canon
también se lo nombra al espejo ya que un canon de esta naturaleza atribuido a Wolfgang
Amadeus Mozart recibe el nombre Der Spiegel (El Espejo en alemán) lo que puede prestar
a confusión con los tipos anteriores de canon. Desde un punto de vista estricto, al reflejar la
partitura paralelamente en un espejo la lectura del ejecutante seguiría yendo de izquierda a
derecha y sólo presentaría el tipo de simetría interválica (canon inverso) y análogamente de
forma perpendicular se obtendría la inversión temporal del tema (canon retrógrado), por lo
que el consecuente del canon de mesa no podría considerarse una imagen especular del
tema canónico de ningún tipo; sería necesario un giro de 180 grados del tema canónico para
poder obtenerlo.

El nombre de canon de mesa se debe a que con una sola partitura con el tema canónico
dispuesta en una mesa con dos ejecutantes enfrentados sería suficiente para la lectura de
ambos músicos, tanto para la voz canónica como para el consecuente.

Canon por aumentación (per augmentationem)

La repetición del tema canónico o consecuente aumenta temporalmente una constante. Por
ejemplo, en un tema a tiempos notado como es habitual a negras, el consecuente
respondería la misma melodía a blancas, yendo temporalmente dos veces más lento.

Canon por disminución (per diminutionem)

La repetición del tema canónico o consecuente disminuye temporalmente una constante.


Por ejemplo, en un tema a tiempos notado como es habitual a negras, el consecuente
respondería la misma melodía a corcheas, yendo temporalmente dos veces más rápido.

Doble canon

Consiste en una combinación de dos voces canónicas y sus consecuentes en una pieza
compuesta al menos para cuatro voces.

Canon enigmático
Se designa así a cualquier tipo de canon en el que el autor no ha dejado expresamente
escrito el tema canónico y sus consecuentes, si no sólo el tema principal, y ha de ser el
intérprete el que previamente debe buscar en qué forma ha de repetirse el tema para que
encaje, decidiendo el desfase temporal entre las partes, el intervalo, y en ocasiones el tipo
(de los anteriormente mencionados).

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