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Historia de la Música Mexicana I

Mtro. Ernesto Cano


27 de Noviembre, 2015

Música y educación del mexicano


El período histórico anterior a la conquista española en México, es algo relativamente
desconocido y menospreciado por nuestra cultura moderna, pero es importante rescatar la
sabiduría y complejidad de las mentes y tradiciones indígenas que llevaron a las civilizaciones
prehispánicas a un auge en sus conocimientos de las ciencias como la astronomía, la
medicina, las cuentas históricas, y que también sus prácticas religiosas reflejan su complejidad
en manifestaciones que unificaban la danza, la música, y el drama.
Según historiadores, las culturas mesoamericanas, en su amplia diversidad, compartían
una cosmogonía y leyendas similares, todo atado a un estilo de vida lleno de tradiciones
religiosas representadas y transmitidas en escuelas, denominadas por los nahuas como
Calmécac, donde se aprendían las historias de los dioses, el origen de todo y demás saberes
necesarios para la vida cotidiana.
La música era una práctica conocida desde los inicios de las civilizaciones
mesoamericanas, y estaba íntimamente arraigada en la cotidianidad y la experiencia
espiritual diaria. Mucho antes de la llegada de los españoles, podemos encontrar vestigios
arqueológicos desde 10,000 ANE en el periodo preagrícola, pero ya desde el año 5000, hay
vestigios de instrumentos musicales de percusión como el teponaztli de los aztecas, tunkul
para los mayas y kiringua en la región de Michoacán, y otros tambores como huéhuetl para
los nahuas y Zacatán para los mayas. Algo no tan conocido es el arco de cacería, y se cree que
los indígenas mexicanos fueron los primeros en utilizarlo como un instrumento musical, pero
aun se discute si fueron los españoles quienes lo introdujeron, o las comunidades coras,
huicholes, tepehuanos, seris, y tarahuamaras.
Las flautas y ocarinas merecen ser re-descubiertas por la cultura moderna, ya que las
culturas indígenas alcanzaron un gran conocimiento y perfección en este arte. En el período
protoagrícola, no había una escala definida a utilizar, sino que primero se ajustaban a los
sonidos resultantes de los agujeros distribuidos en proporción al tamaño de la flauta, pero
después fue evolucionando a modificar el tamaño y posición de los agujeros para corregir los
intervalos que no iban de acuerdo con la acústica de la escala. Ya para el horizonte preclásico,

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entre 2000 ANE y 0 NE, los instrumentos aerófonos alcanzaron gran perfección, culminando
en una amplia diversidad de formas, como flautas rectas, globulares, sencillas, dobles y triples,
y vasos silbadores para efectos y juguetes, además de crearlas en barro y cerámica. Los
silbatos, flautas y ocarinas eran utilizadas para simular los sonidos de los animales, como el
águila, el tecolote, la tortolita, el gorrión, jaguar, etc., ya fuera con motivos ceremoniales,
musicales, o como comunicación entre guerreros ocultos entre las selvas.
La complejidad de su sistema social se refleja también en la importancia otorgada a la
educación, y la gran diversidad de centros especializados en enseñanza. Las calmécac eran
escuelas para hijos de nobles, donde se les preparaba para ser tlatoani, y se les instruía en
conocimientos profundos de su cultura y a ser grandes guerreros. A los músicos de oficio se les
educaba en un centro denominado Mecatlán, casa de mecates, donde se colgaban mecates
para guardar las cuentas astrológicas y religiosas. También, en las cuicacalli, se enseñaban los
cantos para ser representados después junto con danza, drama y/o ceremonias; a través de
los cantos aprendían su historia y su organización. Había otros centros de enseñanza como las
calpulli, las tepozcalli, hueytepozcalli, para los mas aventajados, las tlilacalmecac, casa de los
escritos, las ixcocalli, para las mujeres, o las nemaxtiloya, escuelas mixtas donde se enseñaba
la colectividad. La ley dictaba que todos debían acudir a las casas y escuelas donde sus padres
dejaban encargada la buena crianza y educación de los niños; en estas escuelas debían vivir
hasta cumplir cierta edad, y al salir debían casarse y seguir la carrera militar o permanecer en
los templos hasta llegar a rango de sacerdotes. Su model de enseñanza era por edad, el más
grande enseñaba al más pequeño, había guardianes que vivían enteramente entregados a la
educación y crianza de los jóvenes.
La educación y la música fueron áreas muy importantes para los mexicanos del pasado
prehispánico, y actualmente deberían ser valoradas igual. No sólo por su gran poder
sensibilizador, sino también como recurso para guardar y transmitir la cultura de las
comunidades. En los cantos, antiguamente, se imprimían mensajes sobre la historia, la
naturaleza, el erotismo y llegaban incluso a serios cuestionamientos sobre la existencia del
humano, "¿Acaso hablamos algo verdadero aquí, dador de vida?/ Sólo soñamos, sólo nos
levantamos del sueño./ Sólo es un sueño.../ Nadie habla aquí de verdad..." Cantares Mexicanos,
recogidos por Fray Bernardino de Sahagún.
Desde mi perspectiva personal opino que deberíamos de acercarnos más a los modelos
educativos de nuestro antepasado directo, quizá sea difícil retomar esos métodos, pero al
menos conocerlos nos permitirá sentir orgullo por nuestro pasado, y no desprecio por esas

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personas que aún guardan su pasado en un hermetismo denominado como ignorancia por la
mente moderna. En realidad, la cultura americana actual está desvaneciéndose, y vale la
pena, como Gabriel Pareyón en su ópera Xochicuicatl Cuecuechtli, darle un nuevo aire a los
ritmos y versos de los antiguos mexicanos.

Bibliografía

Garibay K., Ángel María. "Canto de Travesuras." Tlalocan, 41. Revista.


León-Portilla, Miguel. "Existencia Histórica de un Saber Filosófico entre los Nahuas."
Filosofía Náhuatl. México: UNAM, 1993. 55+. Libro.
Rojas, Alejandro Jaen. "Modelos Matemáticos del Cosmos de los Indígenas Mayas
Precolombinos." CIENTEC: Matemática y Ciencia de los Calendarios. Fundación CIENTEC, s.f.
Web. 22 Nov. 2015.

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