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Capítulo 1

INTRODUCCION

Iconografía es la rama de la Historia del Arte que se ocupa del


conteniao tematico o signifiCaao de laso6ras ae arte, en cuanto
a lgo aistiirtOde su forma. Intentemos, pues, oefimrlaoiferencia
entre contenioo tematico o significado por una parte y forma por
la otra.
Cuando un conocido me saluda en la calle quitándose el som-
brero, lo que veo desde el punto de vista formal no es más que el
cambio de ciertos detalles dentro de una configuración que es parte
de una estructura general de color, líneas y volúmenes que cons-
tituye mi mundo visual. Cuando identifico, tal como lo hago de
manera automática, esta configuración como un objeto (un hombre)
y el cambio de detalles como una acción (la de quitarse el sombrero),
ya he pasado los límites de la pura percepción formal y he entrado
en una primera esfera de contenido o significado. El significado así
percibido es de una naturaleza elemental y fácil de comprender, y
lo llamaremos significado fáctico; aprehendido sencillamente al
identificar ciertas formas visibles con ciertos objefos conocidos
para mi por la experiencia práctica, e identificando el cambio en
sus relaciones con ciertas acciones o acontecimientos.
Ahora bien, los objetos y acciones así identificados producirán
naturalmente una reacción en ·mi. Por la forma en que mi conocido
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lleve a cabo su acción sabré si está de buen o mal humor, y si sus tingue también por una forma personal de ver las cosas y de reaccionar
sentimientos hacia mí son indiferentes, amistosos u hostiles. Estos ante un mundo; forma que, si se racionalizara, tendría que ser
matices psicológicos revestirán los gestos de mi conocido con otro llamada filosofia. En la acción aislada de un saludo cortés, todos
significado que llamaremos expresivo. Se diferencia del significado estos factores no se manifiestan por sí mismo comprehensivamente,
fáctico en que es aprehendido, no por la simple identificación, sino pero sí sintomáticamente. No podríamos construir un retrato ment~l
por «empatía». Para comprenderlo necesito una cierta sensibilidad de ese hombre sobre la base de esa acción única, sino solo coordi-
pero esta sensibilidad es todavía parte de mi experiencia práctica' nando un gran número de ob.servacio~~s similares o interp!etán-
esto es, de mi familiaridad cotidiana con objetos y acciones. Po; dolas en relación con nuestra mformacion general sobre la epoca,
tanto, a la vez el significado fáctico y el expresivo pueden ser clasifi- la nacionalidad, la clase, las tradiciones intelectuales, etc., de aquel
cados conjuntamente: forman el grupo de significados primarios o caballero. Y sin embargo todas las cualidades que este retrato
naturales. mental mostraría de forma explícita están implícitamente inherentes
Sin embargo, el hecho de darme cuenta de que levantar el som- en cada acción aislada, de manera que, inversamente, cu'.11quier
brero significa un saludo, pertenece a un campo de interpretación acción aislada puede ser interpretada a la luz de. esas cualida?e~.
enteramente distinto. Esta forma de saludo es peculiar del mundo El significado descubierto de esta for~a P?dna llamarse sigm-
occidental y es un residuo de la cortesía medieval: los hombres ji.cado intrínseco o contenido; le es esencial rmentras que l.as otras
armados solían quitarse el yelmo para dejar claras sus intenciones dos clases de significado, la primaria o natural y la secundaria o co1!-
pacificas y su confianza en las intenciones pacificas de los demás. vencional pertenecen al dominio del fenómeno: Se podría defi~r
No.podría esper3:rs~ que ni un bosquimano de Australia ni un griego como un principio unificador que sustenta y exphca a la vez l~ mam-
antiguo se apercibieran de que el levantar el sombrero no es solo festación visible y su significado inteligible, y de~e~ina i~clu~o
una ~cción i;>ráctica con ciertas connotaciones expresivas, sino, la forma en que el hecho visible toma forma. Es~e significado mtrm-
ademas, un signo de cortesía. Para comprender este significado de seco o contenido está desde luego, tan por encima de la esfera de
la acción del caballero, debo estar familiarizado, no solo con el las voliciones consci~ntes como el significado expresivo está por
mundo práctico de los objetos y las acciones, sino también con el debajo de esta esfera.
mundo de costumbres y tradiciones culturales, peculiar de una civi- Trasladando los resultados de este análisis de la vida diaria a
lización determinada y que trasciende lo práctico. Inversamente mi una obra de arte, podemos distinguir en su contenido temático o
conocido no se sentiría movido a saludarme levantando su sombrero significado estos tres mismos niveles.
si no tuviera conciencia del significado de esta acción. En cuanto a
las intenciones expresivas que acompañan a su acción puede ser
o no consciente de ellas. Por lo tanto, cuando yo interpreto el hecho l. Contenido temático natural o primario, subdividido en Fáctico
de quitarse el sombrero como un saludo cortés, reconozco en ello y Expresivo.
un significado que podría llamarse secundario o convencional; se
diferencia del primario o natural en que es inteligible en lugar de Se percibe por la identificación de formas puras, es decir, ci~rtas
ser sensible, y que ha sido aplicado conscientemente a la acción configuraciones de línea y color, o ciertas masas de bronce o piedra
práctica que lo transmite. de forma peculiar, como representaciones de objetos naturales, tales
Y finalmente, además de constituir una acción natural en el como seres humanos, animales, plantas, casas, instrumento.s,. etc. ;
espacio y en el tiempo, además de indicar naturalmente estados identificando sus relaciones mutuas como hechos; y percibiendo
de ánimo o sentimientos, además de transmitir el saludo la acción tales cualidades expresivas como el carácter d~loroso de ~n g~sto
de mi conocido puede revelar a un observador experime~tado todo b una actitud o la atmósfera hogareña y pacífica de un mtenor.
lo que contribuye a formar su «personalidad». Esta personalidad El mundo de ias formas puras, reconocidas así como portadoras de
está condicionada por el hecho de que es un hombre del siglo veinte, significados primarios o naturales, p~~de ser llamado. el mu~do de
P?r s1;1s ante~edentes n~cionales, sociales y de educación, por la los motivos artísticos. Una enumeracion de estos motivos sena una
histona antenor de su vida y por su entorno presente; pero se dis- descripción pre-iconográfica de la obra de arte.
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Introducción
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fiesta en motivos artísticos. «El análisis fo~~l», en el. sentido en
2. Contenido Secundario o Convencional. que lo usaba Wolflin, es sobre todo un anáhs1s de mot~v?~ Y com-
binaciones de motivos (composiciones); P.ªr~ hacer un ana~sis formal
Lo percibimos al comprobar que una figura masculina con un en el sentido estricto de la palabra habna incluso que evitar expre-
cuchillo representa a San Bartolomé, que una figura femenina con siones como «hombre», «caballo» o «columna», dejando solamen!e
un melocotón en la mano es la representación de la Veracidad, que valoraciones tales como «el feo triángulo formado por el espacio
un grupo de figuras sentadas en una mesa, en una disposición de- entre las piernas del David de Miguel Angel», o «la adlll:rrable
terminada y en unas actitudes determinadas, representan La Ultima claridad de las articulaciones de un cuerpo hu.mano~>. Es ~vidente
Cena, o que dos figuras luchando de una forma determinada repre- que un análisis iconográfico correcto en el se~tzdo fY!OS estn~to pre-
sentan el Combate del Vicio y la Virtud. Al hacerlo así relacionamos supone una identificación correcta de lo~ motivos. Si el ~uchil_lo que
los motivos artísticos y las combinaciones de motivos artísticos nos permite identificar a San Bartolome no es. un cuchillo s~no un
(composiciones) con temas o conceptos. Los motivos, reconocidos, sacacorchos, la figura no es un San Bartolome. Ad~más es impor-
así, como portadores de un significado secundario o convencional tante darse cuenta que la frase «esta _figura es u~a imagen de San
pueden ser llamados imágenes y las combinaciones de imágenes Bartolomé» implica la intención conscien~e del artista d_e r~presentar
son lo que los antiguos teóricos del arte llamaron «invenzioni»; a San Bartolomé, mientras que las cuahdades expresivas de la fi-
nosotros estamos acostumbrados a llamarlos historias y alegorías 1 • gura pueden muy bien no ser intencionadas.
La identificación de tales imágenes, historias y alegorías constituye
el campo de la Iconografía, en sentido estricto. De hecho, cuando
hablamos vagamente de «contenido temático como opuesto a forma» 3. Significado Intrínseco o Contenido.
nos referimos principalmente a la esfera del contenido secundario
o convencional, es decir, el mundo de los temas o conceptos espe- Lo percibimos indaga~do aquell?s supuestos que revelan ~a
cíficos se manifiesta a través de imágenes, historias y alegorías, por actitud básica de una nacion, un penado, una clase, una creencia
oposición a la esfera del contenido primario o natural que se mani- religiosa o filosófica -cualificados inconscientemente por una pe~­
sonalidad y condensados en una obra- . Apenas hace falta ~ecrr
1 Las imágenes que transmiten la idea no de personas y objetos concretos y aislados que esos principios son manifestados y por lo tanto, ~scl~reci~?s
(tales como San Bartolomé, Venus, la Sra. Jones, o Castillo de Windsor), sino de a la vez por los «métodos compositivos» y por la «s.ignificaci~n
nociones abstractas y generales, tales como la Fe, la Lujuria, la Sabiduría, etc., se iconográfica». Por ejemplo en los si~l~s XIV y xv .<e.l ejemplo mas
llaman personificaciones o símbolos (no en el sentido que les da Cassirer sino en el antiguo data de hacia 1310) el tipo tradicion~ de Natividad que ~1u~es­
sentido corriente; por ejemplo la Cruz o la Torre de la Castidad}. ·~si las alegorlas
en cuanto opuestas a las historias, pueden ser definidas como combinaciones de tra a la Virgen María tendida en una especie de lecho _fue sustltmdo
personificaciones o simbo/os, o ambas cosas a la vez. Por supuesto, hay muchas posi- frecuentemente por uno nuevo que la muestr~ arrodillad~ ~n ado-
bilidades intermedias. Una persona A puede ser retratada con los atributos de la per- ración ante el Niño. Desde un punto de vista compositivo este
sona B (el Andrea Doria del Bronzino representado como Neptuno; el Lucas Paum- cambio significa, en términos generales, la sustitución ~e un. esque~a
gartner de Durero representado como S. Jorge), o con la apariencia habitual de una
personificación (la Mrs. Stanhoe de Joshua Reynolds, representada como la «Con- triangular por uno rectangular; desde un pu_nt~ de vis.ta icono~~­
templación») los retratos de personas concretas e individuales, humanas o mitoló- fico, en el sentido más estricto de la palabra, significa l~ mtroduccion
gicas, pueden combinarse con personificaciones, como sucede en innumerables repre- de un tema nuevo formulado textualmente por escn~ores cc:imo el
sentaciones de carácter encomiástico. Una historia puede transmitir además una
idea alegórica como sucede con las ilustraciones del Ovide Moralisé, o puede ser
Pseudo-Buenaventura y Santa Brígida. Pe~o, al ~s.mo tle~po,
concebida como la «prefiguración» de otra historia, como en la Biblia Pauperum o expresa una nueva actitud emocional, pecuhar del ultimo ~enodo
en el Specu/um Humanae Salvationis. Estos significados superpuestos o no pertenecen de la Edad Media. Una interpretación realmente exhaustiva del
al contenido de la obra en absoluto, como sucede con las ilustraciones del Ovide Mo- significado intrínseco o contenid,o podría inclus~ ~ostrar que _los
ralisé, imposibles de distinguir visualmente de las miniaturas no-alegóricas que ilus- procedimientos técnicos caractenstlcos ~e un p~s, epoca o artista
tran los mismos temas ovidianos, u originan una ambigüedad de contenido, que sin
embargo puede ser superada, o incluso transformada en un valor adicional, si los determinado, por ejemplo la preferencia de Migu~l Angel por la
ingredientes contradictorios son fundidos por el calor de un temperamento ferviente- escultura en piedra en vez de bronce, o el uso pecuhar de los trazos
mente artístico, como en «La Galería Médicis» de Rubens.
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para sombrear sus dibujos, son un síntoma de la misma actitud experiencia práctica. Cualquiera puede reconocer la forma y com-
básica, que es discernible en todas las otras cualidades específicas portamiento de seres humanos, plantas y animales, y todo el mundo
de su estilo. Concibiendo así las formas puras, los motivos, las sabe diferenciar una cara enfadada de una alegre. Es posible desde
imágenes, las historias y las alegorías como manifestaciones de luego que en un caso determinado el alcance de nuestra experiencia
principios fundamentales, interpretamos todos estos elementos como personal no sea lo bastante amplio; por ejemplo cuando nos encon-
lo que Emst Cassirer llamó valores «simbólicos». Mientras nos tramos frente a la representación de un instrumento fuera de uso
limitemos a afirmar que el famoso fresco de Leonardo de Vinci o poco corriente o con la representación de una planta o animal
muestra un grupo de trece hombres alrededor de la mesa de un co- que nos sean desconocidos. En tales casos tenemos que ampliar
medor, y que este grupo de hombres representa la Ultima Cena, el campo de nuestra experiencia práctica consultando un libro o
nos estamos ocupando de la obra de arte como tal, e interpretamos un experto, pero no abandonamos la esfera de la experiencia práctica
sus rasgos compositivos e iconográficos como sus propiedades o como tal.
características peculiares. Pero cuando tratamos de comprenderlo Sin embargo, incluso en esta esfera, nos encontramos con un
como un documento sobre la personalidad de Leonardo, o de la problema peculiar. Dejando de lado el hecho de que los objetos,
civilización del Alto Renacimiento italiano, o de una actitud religiosa acciones y expresiones representados en una obra de arte puedan
peculiar, nos ocupamos de la obra de arte como un síntoma de algo no ser reconocibles debido a la incompetencia, o malicia precon-
más que se expresa a sí mismo en una variedad incontable de otros cebida del artista, es imposible, en principio, llegar a una descrip-
síntomas, e interpretamos sus rasgos compositivos e iconográficos ción pre-iconográfica correcta, o a la identificación del contenido
como una evidencia más particularizada de este «algo más diferente». primario, aplicando indiscriminadamente nuestra experiencia prác-
El descubrimiento y la interpretación de estos valores <<Simbólicos» tica a la obra de arte. Tal experiencia práctica es indispensable, y
(generalmente desconocidos por el artista mismo y que incluso aun suficiente, como material para una descripción pre-iconográ-
pueden diferir marcadamente de lo que el artista intentaba expresar fica, pero no garantiza su exactitud.
conscientemente) es el objeto de lo que llamamos iconografia en un Una descripción pre-iconográfica de Los tres Reyes Magos, de
sentido más profundo: de un método de interpretación que aparece Roger Van der Weyden, en el Museo de Berlín (fig. 1) tendría desde
como síntesis más que como análisis. Y puesto que la identificación luego que evitar el uso de términos como «Reyes Magos», «Niño
correcta de los motivos es el prerrequisito para un correcto análisis Jesús», etc. Pero tendría que mencionar que en el cielo se ve la apa-
iconográfico en el sentido más estricto, el análisis correcto de imágenes, rición de un niño pequeño. ¿Cómo sabemos que se quiere señalar
historias y alegorías es el prerrequisito de una correcta interpreta- que el niño es una aparición? El hecho de que esté rodeado de un
ción iconográfica en un sentido más profundo -a no ser que nos ocu- halo de rayos dorados no sería una prueba suficiente para esta supo-
pemos de obras de arte en las cuales se ha eliminado la esfera del sición, porque hay representaciones de la Natividad con halos simi-
· contenido secundario o convencional, y se intenta una transición lares y donde el Niño Jesús es real. ¿El que el niño del cuadro de
directa de motivos a contenido, como en el caso del paisaje, la natu- Roger represente una aparición puede solo deducirse del hecho
raleza muerta y el género en la pintura europea; es decir, en general, adicional de que se mantiene en el aire? Su postura no seria diferente
fenómenos excepcionales, que señalan las fases tardías y super- si estuviera sentado sobre un cojín en el suelo; en realidad, es muy
refinadas de un largo proceso. probable que Roger utilizara para su pintura un dibujo del natural
¿Pero cómo se llega a una descripción pre-iconográfica correcta, de un niño sentado en un almohadón. La única razón válida para
y a un análisis iconográfico correcto en el sentido más estricto, con suponer que el niño del cuadro de Berlín quiere ser una aparición
la intención última de penetrar en el significado intrínseco o contenido? es el hecho de que está pintado en el espacio sin ningún apoyo
En el caso de una descripción pre-iconográfica, que se mantiene sensible.
dentro de los límites del mundo de los motivos, el asunto parece Podríamos aducir cientos de representaciones en que seres hu-
bastante sencillo. Los objetos y acciones cuya representación por ~anos, animales y objetos inanimados parecen flotar en el espacio,
líneas, colores y volúmenes constituye el mundo de los motivos, v10lando la ley de la gravedad, y sin pretender por ello ser aparicio-
pueden ser identificados, como hemos visto, basándonos en nuestra nes. Por ejemplo en una miniatura de los «Evangelios de Oton 111»
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de la Staats-Bibliothek de Munich, se representa toda una ciudad El análisis iconográfico, que se ocupa de las imágenes, historias
en el centro de un espacio vacío, mientras que las figuras que toman y alegorías, en vez de motivos, presupone, desde luego, mucho más
parte en la acción pisan tierra firme. (Fig. 2) 2 • Un observador sin que la familiaridad con objetos y acciones que adquirimos a través
experiencia podría concluir que la ciudad flota en el aire por alguna de la experiencia práctica. Presupone una familiaridad con temas
especie de magia. Y sin embargo, en este caso, la falta de soporte o conceptos específicos, tal corno han sido transmitidos a través
no significa una invalidación milagrosa de las leyes de la naturaleza. de las fuentes literarias, hayan sido adquiridos por la lectura inten-
La ciudad es la ciudad real de Naín, donde el joven fue resucitado. cionada o por la tradición oral. Nuestro bosquimano de Australia
En una miniatura de hacia el año 100 este espacio vacío no cuenta seria incapaz de reconocer el terna de La Ultima Cena; para él solo
corno un medio tridimensional, corno en un periodo más realista, le transmitiría la idea de una animada escena de banquete. Para
sino solo corno un fondo abstracto e irreal. La curiosa forma semi- comprender el sentido iconográfico del cuadro tendría que estar
circular de lo que debería ser la línea de base de las torres, atestigua familiarizado con el texto de los Evangelios. Cuando se trata de
el hecho de que, dentro del prototipo más realista de nuestra minia- la representación de temas distintos de los relatos bíblicos o de
tura, la ciudad había sido situada sobre un terreno montuoso, pero escenas históricas o mitológicas que suelen ser conocidas por el
fue transformada en una representación en la cual se ha dejado de hombre de educación media>> todos somos, en realidad, bosquimanos.
pensar el espacio en términos del realismo perspectivo. La figura En tales casos también nosotros tendríamos que llegar a conocer
flotante del cuadro de Van der Weyden vale corno una aparición, lo que los autores de esas representaciones habían leído o conocían
mientras la ciudad flotante de la miniatura otoniana no tiene nin- de alguna forma. Pero otras veces, mientras que el conocimiento
guna significación milagrosa. Estas interpretaciones opuestas nos de los temas y conceptos específicos transmitidos por las fuentes
son sugeridas por las cualidades «realistas» de la pintura y las cuali- literarias es un material indispensable y suficiente para un análisis
dades «no realistas» de la miniatura. Pero el hecho de que compren- iconográfico, no garantiza su exactitud. Es tan imposible para nos-
damos estas cualidades en una fracción de segundo y casi automá- otros hacer un anátisis iconográfico correcto, aplicando indiscrimi-
ticamente no debe inducirnos a pensar que pudiéramos siempre nadamente nuestros conocimientos literarios a los motivos, corno
hacer una descripción pre-iconográfica correcta de una obra de lo es hacer una descripción pre-iconográfica correcta aplicando in-
arte sin haber adivinado, por ejemplo, su «locus» histórico. Mientras discriminadamente nuestra experiencia práctica de las formas.
creernos identificar los motivos sobre la base de nuestra experiencia Un cuadro del pintor veneciano del siglo xvn Francesco Maffei,
práctica, pura y simple, realmente descifrarnos «lo que vernos» representando una bella mujer con una espada en su mano derecha
según la manera en que los objetos y las acciones eran expresados y en la izquierda una bandeja que contiene la cabeza de un hombre
por las formas, bajo condiciones históricas variables. Al hacerlo así decapitado (fig. 3), ha sido publicada corno una representación de
sujetarnos nuestra experiencia práctica a un principio de control Salomé con la cabeza de San Juan Bautista 4 • De hecho la Biblia
que puede llamarse la historia del estilo. 3 dice que la cabeza de San Juan Bautista fue traída a Salomé en una
bandeja. ¿Y la espada? Salomé no decapitó a San Juan Bautista
2
G. Leidinger, Bib/. 190. Lámina 36. con sus propias manos. Pero la Biblia nos habla de otra hermosa
3
Controlar la interpretación de una obra de arte aislada, a través de una «historia mujer en relación con la decapitación de un hombre, o sea Judit.
del estilo» que a su vez solo puede ser construida por la interpretación de obras ais- En este caso la situación es justamente la contraria. La espada sería
ladas, pueden parecer un circulo vicioso. Se trata, desde luego, de un círculo, pero correcta porque Judit decapitó a Holofernes con sus propias manos,
no vicioso, sino metódico (véase E. Wind, Bib/. 401, idem. Bib/. 408). Tratemos de
fenómenos históricos o naturales, la observación aislada asume el carácter de un
«hecho» solo cuando puede ser relacionado con otras observaciones análogas de
manera que la serie completa «Tenga sentido». Este «sentido» es por tanto capaz de Este Circu/us methodicus se aplica, desde luego, no solo a la relación entre la in-
ser aplicado como un control para la interpretación de nuevas observaciones aisladas terpretación de los motivos y la historia del estilo sino también a la relación entre la
dentro de la misma categoria de fenómenos. Sin embargo, si esta nueva observación interpretación de imágenes, historias y a/egorlas y la historia de los tipos, y a la re-
aislada claramente no admite ser interpretada de acuerdo con el «sentido» de la serie, lación entre la interpretación de los significados intrfnsecos y la historia de Jos sín-
y si se prueba que un error es imposible, habrá que volver a formular el «sentido» tomas culturales en general.
4
de la serie para incluir la nueva observación aislada. G. Fiocco, Bib/. 92, lámina 29.
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pero la bandeja no está de acuerdo con el tema de Judit porque el a Judit, pero no el motivo de la espada de Judit a Salomé. Esta pre-
texto dice explícitamente que la cabeza de Holofernes fue puesta gunta puede contestarse estudiando otra vez la historia de los tipos,
en un saco. De esta forma tenemos dos fuentes literarias aplicables por dos razones. Una de ellas es que la espada era un atributo hono-
a nuestro cuadro con el mismo derecho y la misma falta de funda- rífico, establecido como tal para Judit, para muchos mártires y para
mento. Si lo interpretásemos como una representación de Salomé, virtudes como la Justicia, la Fortaleza, etc., por tanto no era facil
el texto justificaría la bandeja, pero no la espada, si lo interpretásemos que fuera aplicada con propiedad a una joven lasciva. La otra razón
como una representación de Judit el texto justificaría la espada, p~ro es que durante los siglos XIV y xv la bandeja con la cabeza de San
no la bandeja. Estaríamos completamente perdidos si tuviéramos Juan Bautista se había transformado en una imagen aislada de
que depender exclusivamente de las fuentes literarias. Afortunada- devoción ( Andachtsbild) popular en los países del norte y el norte
mente no es así. De la misma manera que podríamos corregir y de Italia especialmente (fig. 4); se había desmembrado de una re-
controlar nuestra experiencia práctica investigando de qué forma, presentación de la historia de Salomé, de una forma muy parecida
bajo condiciones históricas diferentes, objetos y acciones eran expre- a como el grupo de San Juan Evangelista descansando en el regazo
sados a través de formas, o sea en la historia del estilo, podemos del Señor se había separado de la Ultima Cena, o la Virgen en el
corregir igualmente nuestro conocimiento de las fuentes literarias lecho de la Natividad. La existencia de esta imagen devota esta-
investigando de qué forma, bajo condiciones históricas diferentes, bleció una asociación fija entre la idea de la cabeza de un hombre
temas o conceptos específicos fueron expresados por objetos y acciones, decapitado y la idea de una bandeja y así el motivo de la bandeja
o sea dentro de la historia de los tipos. pudo sustituir más fácilmente al motivo del saco en una imagen de
En el caso que estamos tratando tendríamos que preguntar si Judit, que el motivo de una espada podía insinuarse en una imagen
hubo, antes de que Francesco Maffei pintase su cuadro, alguna de Salomé.
imagen indiscutible de Judit (indiscutible porque incluyese, por La interpretación de la significación intrínseca o contenido, que
ejemplo, la sirvienta de Judit), pero en el que apareciese sin justifica- trata de lo que hemos llamado valores «simbólicos» en vez de con
ción alguna bandeja; o alguna indiscutible representación de Salomé imágenes, historias y alegorías, requiere algo más que el conoci-
(indiscutible porque incluyese, por ejemplo, a los padres de Salomé) miento de temas o conceptos específicos, tal como los transmiten las
pero en el que aparecería una espada sin justificación. Y he aquí fuentes literarias. Cuando queremos captar los principios básicos
que, mientras no podemos señalar ni una sola Salomé con una que subyacen en la elección y presentación de motivos, de la misma
espada, nos encontramos en Alemania y el norte de Italia varios forma que en la producción e interpretación de imágenes, historias
cuadros del siglo XVI que representan a Judit con una bandeja 5 ; y alegorías, y que dan significado incluso a las disposiciones formales
hubo, pues, un tipo de <<.Judit con bandeja», mientras nunca hubo y a los procedimientos técnicos empleados, no podemos esperar
un tipo de «Salomé con espada>>. De aquí podemos deducir, sin encontrar un texto individual que cuadre con esos principios básicos,
peligro, que el cuadro de Maffei representa a Judit y no a Salomé de la misma forma que San Juan (XIII, 21 y sig.) corresponde a la
como se había creído. iconografia de la Ultima Cena. Para comprender estos principios
Podríamos además preguntarnos por qué los pintores se sin- necesitamos una facultad mental similar a la del que hace un diag-
tieron autorizados para trasladar el motivo de la bandeja de Salomé nóstico -una facultad que no puedo describir mejor que con el
5 bastante desacreditado término de «intuición sintética», y que puede
Una de las pinturas del norte de Italia se atribuye a Romanino y se conserva
en el Museo de Berlín, donde anteriormente estuvo catalogada como «Salomé», a estar más desarrollada en un aficionado inteligente que en un erudito
pesar de la doncella, un soldado dormido y la ciudad de Jerusalén al fond<;> (no. IS?); estudioso.
otra se atribuye al discípulo de Romanino, Francesco Prato da Caravagg¡o (mencio- Sin embargo, cuanto más subjetiva e irracional sea esta fuente
nado en el catálogo de Berlín), una tercera es de Bernardo Strozzi, que era natural de interpretacjón (porque cualquier aproximación intuitiva estará
de Génova, pero trabajó en Venecia, aproximadamente en la misma época que Fran-
cesco Maffei. Es muy posible que el tipo de <<.Judit con una bandeja» naciera en Ale- siempre condicionada por la psicología y la «Weltanschauung» del
mania. Uno de los más antiguos ejemplos (por un maestro anónimo de hacia 1530, intérprete), más 'becesaria será la aplicación de esos correctivos y
relacionado con Hans Baldung Grien) ha sido publicado recientemente por G. Poens- controles, que se· han mostrado como indispensables en los casos
gen, Bibl. 270. en que se trataba de un análisis iconográfico en el sentido más estricto,
25
24 Capítulo 1 Introducción

o incluso de una simple descripción preiconográfica. Cuando, incluso HISTORIA DE LA TRADICION


nuestra experiencia práctica y nuestro conocimiento de las fuentes
literarias podrían confundirnos, si los aplicáramos indiscriminada- td td C: .t o -e:;-
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mente a las obras de arte, ¡cuánto más peligroso sería confiarnos a ~z
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objetos y las acciones son expresados por formas (historia del estilo), 8~ -¡;iü'°g:a·§g¡ -"O..oo<:>..,c
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y como nuestro conocimiento de las fuentes literarias ha de ser --
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controlado por una percatación sobre la manera en la cual, bajo
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condiciones históricas diferentes, temas y conceptos específicos son 2:g: "'Q ..... cu u·- Q ><
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expresados por objetos y acciones (historia de los tipos), igualmente, c..s
o quizá más aún, tiene que ser controlada nuestra intuición sintética ' -~
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por una percatación del modo en el cual, bajo condiciones históricas e :-:= ~ o
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podremos llamar una historia de los síntomas culturales -o símbolos "'~ "" <:s "'!:S •t:: ~
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en el sentido de Ernst Cassirer- en general. El historiador del arte ~~ ·~~ ~
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de la obra, o grupo de obras, a las que dedique su atención, contra ,.J
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lo que él crea que es el significado intrínseco de tantos documentos
de civilización relacionados históricamente con aquella obra o ·t!s 6 e o '
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grupo de obras, como pueda dominar: documentos que testifiquen
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No es necesario decir que, a la inversa, el historiador de la vida po-
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lítica, de la poesía, de la religión, de la filosofía y de las instituciones
sociales debería hacer un uso análogo de las obras de arte. Es en
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En conclusión, cuando queremos expresarnos estrictamente (cosa z ·1: t;
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que, por supuesto, no es siempre necesaria en nuestra forma normal < ~ ii! o u- u -oa.g~ i:: cu ...
de hablar o de escribir, donde el contexto general aclara el signifi- r: ~ o o 0 -~ ~-8 .~ .g.s:i8§..;.; ~~u.E
cado de nuestras palabras, tenemos que distinguir tres niveles de !!! ~ ] .2 .!::! 0 ~ e :::: ·a~ .e~~ 86~~ª
:!l ~ u90c..t;"O ~s:::t:i-\Jc $. c.J.E ~ 8
contenido o significado, el más bajo de los cuales se confunde general- Cí¡¡:<fl~cc:~ cei::"'·~bO i:: o~-·-
2: o·- o ::s > ·!!l'coo:O
u ~~~u e·.::i 8 ~·§.g,§~ t'l "'u"O..O
mente con la forma, y el segundo de los cuales es el campo especial
de la iconografía en el sentido más estricto. En cualquiera de los
niveles en que nos movamos, nuestras identificaciones e interpreta-
~ ,....¡
- ,....¡
::::
ciones dependerán de nuestro bagaje subjetivo, y por esta misma
razón tendrá que ser corregido y controlado por una percatación
de los procesos históricos cuya suma total puede llamarse tradición.
3
26
Capitulo ¡ Introducción 27
He resumido en un cuad . ó .
hasta aquí. Pero debemo/~~~~·atico Jo que ~e ~ratado de explicar Por ejemplo, en la fachada de San Marcos en Venecia se pueden
c1aramente diferenciadas en este I c erar qu~ .s1 ~1en las categorías ver dos grandes relieves del mismo tamaño: uno es una obra romana
tres esferas independientes de si~adro smoptico parecen indicar del siglo m D. C., y el otro fue realizado en Venecia casi exactamente
aspectos de un solo fenómeno d c~do, se refieren en realidad a mil años más tarde (figs. 5, 6) 6 • Los motivos son ta~ pareci~~s q~e
todo. De manera que en e] tr~~s. ecrr, ~ Ja obra de arte como un nos vemos obligados a suponer que el escultor medieval copio deli-
miento que aparecen 'aquí ajo efectivo, ~os métodos de trata- beradamente Ja obra cJásica para hacer una réplica. Pero mientras
vestigación, se mezclan entr~~ro tres formas mdep~ndientes de in- que el relieve romano representa a Hércu]~s llevando :1 ~abalí ~e
en un proceso orgáruco e indivisibJ
e. Erimanto al Rey Euristeo, el maestro medieval, al sustitmr la piel
de león por el ropaje ondulado, al rey asustado por un dragón, y
al jabalí por un ciervo, transformó. la .historia mit?lógica en. una
II alegoría de la salvación. En el arte italiano }'. f~ances de lo~ siglos
xn y XIII encontramos gran número de casos similares; por ejemplo,
Pasando ahora de Jos proble d préstamos directos y deliberados de motivos clásicos, al tiempo que
Jos problemas de Ja lconografia ~~ e ]~ Iconogra~a en general a se transformaban los temas paganos en temas cristianos. Baste
m~nte nos interesará en especial 1~en.tista en particular, natural- mencionar las más famosas piezas del llamado movimiento proto-
mts~o de Renacimiento se de . e . eromeno. del cual el nombre renacentista : Las esculturas de San Gilles y Arles, el célebre grupo
c1ás1ca. nva · e resurgir de Ja antigüedad
de la Visitación en la Catedral de Reims, que durante mucho tiempo
Los escritores italianos que -- - pasó por ser una obra del siglo XVI, o la Adoraci~n de los Rey~! Mag~s
historia del arte, tales como Lorei: ocu~aro1_1 tempranamente de Ja
~ especialmente Giorgio Vasari 0 ~hibertt, Leone Battista Alberti
.
std? .destronado a] principio de' 1cr~tan ¿~e e] arte c1ásico había
1 de Nicolo Pisano, en la cual el grupo de la Virgen y el Nmo Jesus
muestra la influencia de un sarcófago de Fedra que todavía se con-
serva en el Camposanto de Pisa. Aún más frecuentes sin embargo
revtVIdo hasta servir de base paraª e] r:Stil nsJ1ana, y q.ue. no había que tales copias directas, son los casos de una supervivencia continua
razones de este derrocamiento o el Renaclllllento. Las y tradicional de motivos clásicos, algunos de los cuales fueron suce-
sido las invasiones de Jos bárb~r:Sensrban ~s!os escritores, habían sivamente usados para una gran variedad de imágenes cristianas.
sacerdotes y pensadores cristianos. y a hostihdad de Jos Primitivos En general una cierta afinidad iconográfica facilitaba, o incluso
Pensando de esta forma 1 . sugería tales reinterpretaciones; por ejemplo, cuando se usaba la
tenían razón. No Ja tenían ue~:o escntores te!11pra~os tenían y no figura de Orfeo para representar a David, o cuando el tipo de Hércules
~ompl~ta de Ja tradición dtirante J~ue no babia. habido una ruptura haciendo salir al Cancerbero del Hades se usaba para mostrar a
hteranas, filosóficas científicas y :~d Media. Las concepciones Cristo sacando a Adán del Limbo de los Justos 7 • Pero hay casos
s?brevivido a través' de Jos s· ª s .cas del clasicismo habían
sido. delibe~adamente reaviva~~~6a~sp~c1almente después de haber
en que la relación entre el modelo clásico y su adaptación cristiana
es puramente de composición.
Teruan razon, sin embar o a ~o a~Jomagno y sus sucesores
actitud general con respe~t¿ a )~e~~~ ~~c~t~res e~. cuanto a que 1~
Por otra parte, cuando un miniaturista gótico tenía que ilustrar
la historia de Laocoonte, éste se convierte en un viejo calvo y salvaje,
damenta] con Ja aparición del R ~~ a sufno un cambio fun- vestido a la manera de la época, que ataca al toro del sacrificio con
La Ed d M d' enacun1ento
- a e ta no estaba ciega b 1 . algo semejante a un hacha, mientras sus dos hijos flotan en la parte
-~~~~~ásico, y se interesaoa pro~º ~ so uta ª los valores visuales inferior del cuadro y las serpientes marinas destacan en el agua 8 •
tJco~ntelecfüalesae]aliterafüra cfa~·~nte por Jos .valores poé- Eneas y Dido aparecen como una elegante pareja medieval jugando
en Ja misma cumore CfeJpenoo0 -d' 1Ct e;o es Sigrifficativoque, al ajedrez, o quizá como un grupo que parece más el profeta Nathan
usaban Jos motivos clásicos me tev (siglos XIII y XIV), no se
clásicos, al tiempo que re , para Ja representación de Jos temas
expresados a través d~ moc1tpz·vroocam].e?te, Jos temas clásicos no eran 6
Ilustrado en la Bibl. 238, pág. 231.
s c as1cos. 7
Véase K. Weitzmann, Bibl. 395.
8
Cod. Vat. lat. 2761, ilust. en Bibl. 238, p. 259.
28
Capítulo 1 Introducción 29
ante David, que un héroe clásic
Tisbe espera a Píramo sobre una ~u:~e su ~namorada (fig. 12). y la impresión de modelos visuales que tenían ante los ojos, ya co-
ción «Hic situs est Ninus rex» p d"ad gódtica que lleva Ja inscrip- piaran directamente un monumento clásico o imitaran una obra
(fig. 11) 9. • rece i a e la acostumbrada cruz más reciente derivada de un modelo clásico a través de una serie de
Cuando nos preguntamos el , d . transformaciones intermedias. Los artistas que representaban a
entre Jos motivosc1ásicos revestíd~ra~est~ficuno~paración Medea como una princesa medieval, o a Júpiter como un juez me-
temas cfásicos expresaClos por figu e un y~i caClo no clásico, y dieval, traducían a imágenes una simple descripción encontrada en
no clásico, la respuesta obvia are~:s no c asica~°.- ~~biente fuentes literarias.
l a tradición representativa y Japtext re~Cfir en. la aiferencia entre Esto es muy cierto, y la tradución textual a través de la cual el
motivo de Hércules como tma en ua . . os artistas q~e usaban el conocimiento de los temas clásicos, especialmente de la mitología
para las imágenes de los Evan:elis~~ C(fing~tº7-~0e)~ºmottvo bde Atl~s clásica, se transmitió y perduró durante la Edad Media es de la
· , actua an baJo mayor importancia, no solo para el medievalista, sino para el que
9
París Bibl Nat 1 estudie la iconografía renacentista. Porque fue de esta tradición
1
° C. T~lnay.' Bibi' ~~: ;~· i{}~· f~~h~~o .en 1289, .ilus. Bibl. 238, p. 272. compleja y a menudo muy corrompida, más bien que de las fuentes
de que las impresionantes imá enes d~ altzado. el importante descubrimiento
terrestre y sosten!endo la gloria !1estial ( ~~s aEvangeltstas s~ntados sobre un globo clásicas auténticas, de la que, incluso en el Quattrocento italiano,
Barb. lat. 711; Vide nuestra ti 7) '! parecen por pnm~ra vez en el cod. Vat. muchos extraían sus nociones de la mitología clásica y los temas
los de una divinidad celestialggre~~~~!~nnan lo.s rasgos del Cnsto en Majestad con con ella relacionados.
Tolnay, los Evangelistas del cod Barb 711 a. Sm embargo, como señala el mismo Limitándonos a la mitología clásica, los caminos de esta tradición
de n!lbes que no se parece en n~da a ~n au::po~a.n con !"' claro esfuerzo una masa
consiste en varios segmentos de círculos az espintual smo a ~n peso material que pueden ser trazados de la manera siguiente: los últimos filósofos
contorno forma un círculo Es una inte ' tul~~ y ve~des alternativamente, cuyo total griegos habían ya empezado a interpretar a lc>sClioses y semfüioses
(las itálicas son mías). De ~qui podem~r~e~~ .n err nea del cielo en.forma de esferas paganos como simples personificaciones de fuerzas naturalesode
genes no era Coelus que mantiene sin esfi ctr '!lle el modelo clásico de estas imá. cualidadesmorales, y algunos aeellos haDían llegado hasta a expli-
sino Atlas que se afana bajo el peso de l~=~olun (lt~nzo ondul~nte (el Weltenmantel) ,
y Daremberg·Saglio, Bibl. 70, bajo <<Atlas») l~f~ v~ase Gd Thiele, Bibl. 338, p. 19 s., carlos como seres humanos normales que habían sido deificados
lám. I, a) con Ja cabeza inclinada ba'o 1 . . ateo el cod. Barb. 711 ITolnay posteriormente. En el último siglo del Imperio Romano estas ten-
davfa colocada junto a su cadera iz Ju.e ¡eso de Ja esfera ~ su mano izquierda to· dencias se acrecieron grandemente. Mientras los Padres de la Iglesia
de Atlas, Y. otro ejemplo chocante d'¿ l~r ~;t~~uerda es~~1almente al tipo clásico intentaban probar que los dioses paganos eran, o meras ilusiones o
un Evangeltsta se encuentra en el,. 4454, fo~ 86 V (~aractenstica de Atla.s, aplicada a
vol. II, lám. 40). Tolnay (notas 13 y 14) n.0 h' d .
las representaciones de Atlas y Ne d
i::· en A. Goldsch1nJdt, Bibl. 118
ª eJa 0 de notar este parecido y cit~
demonios malignos (transmitiendo de esta forma muchas y valiosas
informaciones sobre ellos), el mundo pagano mismo se había alejado
Saxl, Bibl. 299. Um. XX fig 42 Vi~dreo ente1 cod. Pal. Lat. 1417, fol. I (ilus. en F tanto de sus divinidades que la gente educada tenía que aprender
1 como una mera •derivación
de A tas · • nues ra fig 8) · p
del ti
.
d · • ero.parece considerar el tipo
·
de enciclopedias, poemas didácticos o novelas, tratados especiales
arte antiguo, las representaciones de Coelu;' e Co~us. Sm ~mbargo incluso en el
y en el arte Carolingio, Ottoniano . .Parecen .aber denvado de las de Atlas, sobre mitología y en los comentarios a los poetas clásicos. Impor-
chenau) la figura de Atlas en su lo!~an:~º? (esp~~1almente en la escuela de Rei· tantes entre estos tardíos escritos antiguos, en los cuales se inter-
cuente que la de Coelus, ~mbas como ~ s1~ on~nal, es infinitamente más fre. pretaba a los personajes mitológicos de forma alegórica, o «mora-
como una especie de cariátide Cito al p ·~º~~ac1on de carácter cosmológico, o -lizaoa» para usar la expresion medieval~fueron-Las NuptiaeMereüii{
Wald, Bibl. 74, lám. LXXVÚ fol azar .. ª.tena de Utrecbt, fol. 48, V. (E. T. De
LXXXIX), fol. 57 (Ibid lám XCI). vid~ V. (ibid lám. LXXXV), fol. 56 (Ibid, lám Tt1'Fíllologiae, de Marciano Capella, Las Mitologiae, de Fulgencio,
Biblia de Oton, n, fol. fo (T~rra en posic~~~s~ra l~· 9. Aachen, tesoro de Ja catedral;
radar, concebido aquí como monarca del . e t as soportando el trono del Empe.
pp. 82, 191, fig. 64, vide nuestra ti 10) Co umverso; v~a~ P. E. Schramm, Bibl. 307,
(M. Mackeprang, Bibl. 206, lám gLXII) Kt:enh~gu~, B1bltot~c.a Real, cod. 218, fol. 25 más tarde por ejemplo en Isidoro, Etymologiae, 111, 24, I; Mythohgrapho 111, 13, 4,
Bibl. 38, p. 248). Era por tanto consecuente usar el tipo de Coelus para la represen·
lám. 74). También desde un punto de vi~ta i~~~ og¡~de Basilto II (.f!ibl. 289, vol. II, tación de Dios (véase Tolnay, lám. 1, C) y era igualmente consecuente usar el tipo de
rabies a Atlas más bien que a Coelus Se i ogr co los Evangeltstas son campa·
los sujetaba y en un sentido alegórico .1 ere a q~e Coelus regía los cielos y que Atlas Atlas para los Evangelistas que, a semejanza de él, «conocían>> los cielos, pero no los
que había transmitido la scientia cdet~~«~é~~c~a» ;(sSe le ~enia por u~ gran astrónomo gobernaban. Mientras Hibernus Exul dice de Atlas Sidera quem coeli cuneta notasse
u es erv10, comm. m Aen., VI, 395; volunt (Monumenta Germaniae, Bibl. 220, vol. 1, p. 410), Alcuino apostrofa así a
S. Juan Evangelista : Scribendo penetras caelum tu, mente, Johannes (ibid, p. 293).
31
30 Capítulo l Introducción
1 t la Gesta Romanorum y sobre
y, sobre todo, el admirable Comentario de Servio sobre Virgili 0 las Mora/itates de ~obJrt ~ot~ot ~scrito hacia 1340 por un teólogo
tres o cuatro veces más largos que el mismo texto y quizá más leídos'. todo el Ovidio Moraliza o en a i!l, Pierre Bersuire que conocía
Durante la Edad Media estos escritos y otros de su clase fueron francés llamado Petrus B;rc~onu~r~ está precedida de un capítulo
plenamente usados y desarrollados más ampliamente. De esta forma , personalmente a Pet!arca . u o basado sobre todo en el Myto-
sobrevivió la información mitográfica, y se hizo accesible a los especial sobre los dio~es P~~an~~r moralizaciones específicamente
poetas y artistas medievales. Primero en las Enciclopedias, cuyo graphus III. pero .ennqueci..º las moralizaciones suprimidas
desarrollo empezó con escritores tan tempranos como Beda e Isidoro cristianas, y esta mt~o~uccio?, ~~~ran popularidad bajo el nombre
de Sevilla, fue continuado por Rabano Mauro (siglo IX), y llegó a en aras de la breveda a canzo .u. D m 17
su punto culminante en la Alta Edad Media con las obras extensí- de Albric~. L~bellus de Jmagmibus ;:'port~nte en su Genealo~J.~
simas de Vicente de Beauvais, Brunetto Latini, Bartolomeo Anglico, Bocaccio dio un paso nuevo ~ m:na nueva revlsíón del matenal,
etc. Segúndo por los comentarios medievales a los textos clásicos o Deorum ts' o onde no sdolo re~en ~200 aproximaaamente, sino qu.e
de la antigüedad tardía, especialmente a las Nuptiae de Marciano muy acrecentado des e e ª~º las antiguas fuentes on-
Capella, que habían sido ya anotadas por eruditos irlandeses tales también trató de volver conscientem~~e 1:s unas con las otras. Su
como Juan Escoto Erígena, fue comentado con autoridad por Re- ginales y de relacior_iar. c~id;d~~:1:ctitud crítica 0 científica hacia
migio de Auxerre (siglo IX) 11 • Tercero, en tratados especiales sobre tratado marca el pnncipio e llamado un precursor de tratados
mitología como los llamados Mythographi 1 y 11, que son todavía la antigüedad clásica, y puede ser d'tos como la Historia Deorum
bastante tempranos y están basados sobre todo en Fulgencio y renacentistas tan verdader~;rente ~~ ldesde su punto de vista, tenía
Servio 12 • La obra más importante de esta clase es el llamado Mytho- Syntagmata de L. G. Gy~a us~¿u;redecesor medieval más popular
graphus lll, que ha sido atribuida, de forma hipotética, a un inglés, pleno derecho a ?espreciar a. oco de fiaP> 19.
el gran escolástico Alexander Neckham (muerto en 1217) 13 , su tra- como a un «escntor proletano y ) . Deorum de Boccaccio, el
tado, revisión impresionante de toda la información disponible hacia Se notará que h3:sta la Gene~i:~~f era una región muy alejada
1200, merece ser llamado el compendio definitivo de la mitografia de punto central de la f!1itografia f!1e . Irlanda el norte de Francia
la Alta Edad Media, y fue usado incluso por Petrarca cuando des- de la tradición mediterránea /irectatambién ~l Ciclo Troyano, el
cribía las imágenes de los dioses paganos en su poema Africa. e Inglaterra. Est? puede ap icarse tido por la antigüedad Clasica
Entre la época del Mythographus 111 y la de Petrarca se había tema épico más impo~tante trdansn_io~n válida en la Edad Media, el
'dad. su pnmera re acci f d'd y
dado un paso más en la moralización de las divinidades clásicas. a la posten ! fi frecuentemente abreviado, re un i .o
(Las figuras de la mitología antigua se interpretaban no solo de Roman de Tro1e • que ue . las se debe a Benoit de Samte-
una forma generalmente moralista, sino que se relacionaban decidi- traducido a las otras lenpiabve~:C~~ p~demos hablar de un movi-
damente con la fe cristiana, de manera que, Píramo, por ejemplo, More, natural de Bret~na. ~ . un interés activo por los temas
era interpretado como Cristo, Tisbe como el alma humana, y el miento P!ºt?humanístico; es .e~~· clásicos, centrado en la región
león como el Mal profanando sus vestiduras; mientras que Saturno clásicos indiferente a los m~tt.". un movimiento protorrenacen-
servía como ejemplo, positivo y negativo al mismo tiempo, del nórdica de ~urop~, po~ opo~icion ªlos motivos clásicos, indiferente
comportamiento de los clérigos. Ejemplos de este tipo de escritos tista; es decir, u~ mteres act~vo po~rovenza e Italia. Hay un hecho
son el Ovide M oralisé 14 , el Fulgentius M etaforalis 15 de John Ridewall, a los temas clásicos, centra o en nta para poder comprender
memorable, que debem~sttener pe~~~~te dicho : Petrarca, cuando
11
el movimiento renacentls a pro
Véase H. Liebeschütz, Fulgentius Meta/ora/is, Bibl. 194, p. 15 y pp. 44 s. El
libro de Liebeschütz es la contribución más importante a la historia de las tradiciones
mitofáficas durante la Edad Media; véase también Bibl. 238, especialmente pp. 253 ss. 16 «Thomas Walleys» (o Valeys), B'bl. 1 . 386 ·
h-tt Bibl 194 pp. 117 s. con el 1uego
1
Bode. Bibl. 38, pp. l s. 11 Cod. Vat. Reg. 1290, Ed. H. L1ebesc u ' . '
13 completo de ilustraciones. . . una traducción italiana. . .
Bode, ibid., pp. 152 s. En cuanto aJ problema del autor véase H. Liebeschütz,
Bibl. 194, pp. 16 s. y passim. 18 Bibl. 36 ; otras muchas ed1c1onf y 1 153 · Ut scribit Albricus, qui auctor nulu
14 19 L. G. Gyraldus, Bibl.. 127, vol. , co · ·
Ed. por C. de Boer, Bibl. 40.
15
Ed. H. Liebeschütz, Bibl. 38. proletarius est, nec fidus satis.
32
Capítulo I
Introducción 33
describía a los dio~es de ~us antepasados romanos, tenía que con-
s.ultar un c~mpendio escnto por un inglés, y los miniaturistas ita- Jos tipos perfectamente clásicos de la Quadriga So/is y la.Biga Lunae 22 ,
lianos qu~ ilustrar~n. la Eneida de Virgilio en el siglo xv tenían estos tipos clásicos son sustituidos por otros no clásicos en las re-
que recuri:rr a las miruat1:1ras de los manuscritos del Roman de Troie presentaciones románicas y góticas. También los ído~os perdieron
Y.sus denvados. Pues siendo éstos lectura favorita de los nobles gradualmente su apariencia clásica a .lo largo de los siglo~, ~ pesar
laico~ h~?ían sid.o ampliamente ilustrados mucho antes que el texto de que tendieron a conservarla más tt~mpo que l~s otras imagenes,
de yrrgilio propiamente dicho, leído por eruditos y estudiantes· porque eran los símbolos por excelencia del pagarusmo .. En seg~mdo
habian atraído la atención de los miniaturistas profesionales ief Jugar lo que es mucho más importante, aparecen en Ilustraciones
. Clar~mente es fácil imaginar que los artistas que desde fines dei de te~tos tales como los que ya habían sido ilustrados en la antigüedad
siglo XI mtentaron traducir a imágenes estos textos protohumanís- tardía, de manera que los artistas carolingios disponían de modelos :
t~cos, no podían sin? .represe~t~rlos de una manera completamente las comedias de Terencio, los textos incorporados en el De Universo
diferente de las. !radiciones clasicas. Uno de los ejemplos más tem- de Rabano Mauro, la Psychomachia de Prudencio, y escritos cien-
pranos es ~ambien uno de los más curiosos: una miniatura de hacia tíficos, especialmente tratados de astrono~ía, donde imágenes mit~­
1100, realizada ~r?~ablemen~e. en la escuela de Ratisbona, repre- lógicas aparecen tanto entre las constelaciones (tales como ~n~ro­
sentan~o a las divirudades clasicas según las descripciones del Co- meda, Perseo, Casiopea) como entre los planetas (Saturno, Jupiter,
mentario sobre Marciano Capel/a de Remigio de Auxerre (fig. 13)21. Marte, Sol, Venus, Mercurio, Luna).
Apolo aparece ~onduciendo un carro de labrador que lleva en la En todos estos casos podemos observar que las imágenes clásicas
mano una espe~ie de ramo con los bustos de las Tres Gracias. Sa- eran copiadas de forma fiel, aunque a menudo tosca, en los manus-
turno se ase~eJa más a. una estatua columna del románico que al critos c~rolingios y continuadas en sus derivados, ~ero fueron
padre de los dioses del Olimpo, y el águila de Júpiter tiene un pequeño abandonadas y sustituidas por otras completamente diferentes en
nimbo ~orno el águila de San Juan Evangelista o la paloma de San los siglos xm y XIV, lo más tarde.
Gregono.
En el siglo IX ilustraciones de un texto de astronomía, figuras
Sin embar~o, el cont~aste entre la tradición figurativa y la textual, mitológicas tales como Perseo, Hércules o Mercurio, se representan
a pe.sar de su tmportanc!a, ~o pue~e explicar por sí mismo, aunque de una forma perfectamente clásica; lo mismo puede decirse de las
sea imp?~ante, la extr~~d~coto~a entre motivos y temas clásicos, divinidades paganas que aparecen en la Enciclopedia de Rabano
_c~r~cte!!_S!~~a delarte<l~!~lta EaadNooiil.l>orque mcluso aunque Mauro 23 • A pesar de su tosquedad, debida sobre todo a la incom-
li~fü~ Iia~i~o una traClicion figurativa en ciertos campos de la ima- petencia del pobre artista que en el siglo XI copiaba el perdido ma-
ginen~ clasica, fue abandonada deliberadamente a favor de repre- nuscrito carolingio, las figuras de las ilustraciones del libro de Rabano
sentaciones de. caráct.er compl~tamente no clásico, tan pronto como no han sido evidentemente forjadas ante la mera descripción textual,
la Edad Media h~bia conquistado un estilo enteramente propio. sino que se relacionan con modelos antiguos de una tradición figu-
. ~e encuentran ejemplos d~ e~te proceso, primero, en las imágenes rativa (figs. 40, 69).
cl~si~as que casualmente comciden con representaciones de temas Sin embargo, unos siglos más tarde estas imágenes originales
cnsttanos, tales como los ídolos paganos encontrados frecuente- habían caído en el olvido y fueron sustituidas por otras -en parte
ment~ e~. esce~as de martirios y similares, o el sol y la luna en la inventadas nuevamente, en parte derivadas de fuentes orientales-
Crucifixton. Mientras que los marfiles carolingios todavía muestran que ningún observador moderno podría reconocer nunca como divi-
20
nidades clásicas. Se representa a Venus como una joven elegante
Entre el Vergi/ius Romanus del siglo VI y los Virgilios ilustrados del Quattro- tocando el laúd u oliendo una rosa, Júpiter como un juez con los
cento, el ~utor solo conoce dos manuscritos ilustrados de la Eneida: Nápoles, Bibblio- guantes en la mano, y Mercurio como un viejo estudioso o incluso
teca Naz1o~ale, cod'. olim. Vienna 58 (que he llegado a conocer por el Dr. Kurt Weitz-
mann, a quien .también tengo que agradecer el permiso para reproducir una miniatura
. en l~ fig. 12.; siglo X) Y el Cod. Vat. .Lat. 2761 (véase R. F0rster, Bib/. 95, siglo x1v).
Las21ilustraciones de ambos manuscntos son de una tosquedad infrecuente
Clm. 14271, ilus. en Bibl. 238, p. 260. · 22
A. Goldschmidt, Bibl. 117, vol. 1, lám. XX, núm. 40, ilus. en Bibl. 238, p. 257.
23
Véase A. M. Amelli, Bibl. 7.
34 Capítulo 1 35
Introducción

como un obispo (fig. 14) 24 • Hasta el Renacimiento mismo, Júpiter como un fenómeno completo en ·sí mismo, y, sin embargo, pertene-
no recobró la apariencia del Zeus clásico, ni Mercurio la joven belleza ciente al pasado y separado histórica~ente .del mu~do conteII?-po-
de Hermes clásico 25 • ráneo como un universo cultural que mvestigar y, s1 fuera posible,
Todo esto muestra que la separación de los temas clásicos de recup~rar, en vez de ser un mundo de maravillas vivientes o u_na mina
los motivos clas1cos, tuvo lugar, no solo por fáffilde una traalCíón de información. Los filósofos escolásticos podían usar las ideas de
figurativa, smo a pesar mcltiS'()de esa tradícfon. Donoequiera que Aristóteles e incorporarlas a su propio sistema y los poetas medie-
una unagen clásica, es decir, la fus1óñ0e un tema clásico con un vales podían inspirarse libremente en los autores _clásic~s, pero
motivo clásico, hubiera sido copiada durante el periodo carolingio ninguna mente medieval podía pens.ar en una fil?logia clásica .. Los
de febril asimilación, esta imagen clásica fue abandonada tan pronto artistas podían usar, como. hemos visto, los 11?-ºtivos d~ los relieves
como la civilización medieval llegó a su clímax y no fue reinstaurada y estatuas clásicos, pero nmguna mente medieval podia l?ensar. en
hasta el Quattrocento italiano. Fue privilegio del Renacimiento una arqueología clásica. De la misma for~a que fue 1mpos~ble
mismo reintegrar los temas clásicos a los motivos clásicos después para la Edad Media elaborar el moderno sistema ?e pers:pectiv~,
de lo que podría llamarse una hora cero. que está basado en la comprobación de ~na determinada ~1s~anc1a
Para la mente medieval la antigüedad clásica estaba demasiado entre el ojo y el objeto capacitando al art1st~ :para e~ocar 1magenes
alejada y al mismo tiempo presente con demasiada fuerza para ser comprensibles y coherentes de l~s cosas vlSlbles, 1gu~lme~te era
concebida como un fenómeno histórico. Por un lado pensaban en imposible para ellos alcanzar la idea moderna de la h1stona, que
una tradición sin solución de continuidad en cuanto que, por ejemplo, se basa en la comprensión de una distancia intelectual entre el pre-
se consideraba al Emperador alemán como el sucesor directo de sente y el pasado, y con ella se permite al .investigador construir
César y Augusto, mientras los lingüistas consideraban a Cicerón conceptos comprensivos y coherentes de penados ya pasados. .
y Donato sus antecesores, y los matemáticos se consideraban des- Podemos ver fácilmente que una época que no era capaz m
cendientes de Euclides. Por otro lado pensaban que existía una di- quería darse cuenta de que los motivos cl~sicos y los t~mas clásicos
visión insuperable entre la civilización pagana y la cristiana 26 • estaban unidos estructuralmente, en realidad no podian mantener
Estas dos tendencias no podían todavía estar equilibradas como la unión de ambos. Una vez que la Edad Media hubo establecido
para permitir un sentimiento de distancia histórica. En muchas sus propios valores de civilización y en~ontrado s~s propios métodos
mentes el mundo clásico adquiría un carácter distante, de cuento de expresión artística, fue imposible disfrutar o mcluso comprender
de hadas, como el oriente pagano contemporáneo, de manera que cualquier fenómeno que no tuviera un común denominador con
Villard de Honnecourt podía llamar a una tumba romana «la sepoul- los fenómenos del mundo contemporáneo. El espectador de la alta
ture d 'un sarrazin», mientras que se llegó a considerar a Alejandro Edad Media podía apreciar una bella figura clási~a si se la presen-
Magno y Virgilio como magos orientales. Para otros el mundo clá- taban como la Virgen, y podía apreciar una Tisbe represe~t~da
sico era la última fuente por excelencia de la sabiduría maximamente como una muchacha del siglo xm sentada en una tumba gotica.
apreciada, y de instituciones que habían prevalecido en el tiempo. Pero una Tisbe clásica, sentada junto a un mausoleo clásico, ~ubiera
Pero ningún medieval podía ver la civilización de la antigüedad sido una reconstrucción arqueológica más allá de su capacidad de
comprensión. En el siglo xm incluso la escrit~ra ~lá~ica era co!1si-
derada algo completamente «extraño»: las mscnpc1on.es explica-
24 Clm. 10268, siglo x1v, ilus. en Bibl. 238, p. 251, y todo el grupo de otras ilus-
tivas del códice carolingio Leydensis Voss. Lat. 79, escntas en una
traciones basadas en el texto de Miguel Scoto. Para las fuentes orientales de estos bella Capitalis Rustica fueron copiadas en la escritur~ angular del
nuevos tipos véase ibid., pp. 239 s., y F. Saxl, Bibl. 296, pp. 151 s.
25
Para los interesantes precedentes de esta restauración (síntesis de los modelos Alto Gótico, en provecho de los lectores menos eruditos. .
griegos arcaicos y carolingios) véase Bibl. 238, pp. 247 y 258. Sin embargo, esta incapacidad para darse cuenta ~e la «umdad»
26 Un dualismo similar es característico de la actitud medieval hacia la aera sub
intrínseca de los temas clásicos y los motivos clásicos puede ser
/ege : por una parte, a la Sinagoga se la representaba ciega y asociada a la Noche,
la Muerte, el demonio y los animales impuros; y por otra, se consideraba a los pro-
explicada no solo por u_na falta de sentido histó~co si.n~ también
fetas judíos inspirados por el Espíritu Santo, y los personajes del Antiguo Testamento por la disparidad emocional entre la Edad Media cnstiana y la
eran venerados como los antepasados de Cristo. Antigüedad pagana. Mientras el paganismo helénico - por lo menos
36 Capítulo 1 Introducción 37

tal como se refleja en el arte clásico- consideraba al hombre una vuelve". Por toda la orilla resuena "Europa, vuelve", y el toro
unidad integral de cuerpo y alma, la concepción judeo-cristiana mira alrededor y besa sus pies» 28 •
del hombre, estaba basada en la idea de la «envoltura de tierra>> El dibujo de Durero da realmente vida a esta descripción sensual.
unidas forzosa, y aún milagrosamente, a un alma inmortal. Desde La posición encogida de Europa, su pelo flotante, sus vestidos que
este punto de vista las admirables fórmulas artísticas que en el arte el viento pliega hacia atrás revelando así su gracioso cuerpo, las
griego y romano habían expresado la belleza orgánica y las pasiones. actitudes de sus manos, el movimiento furtivo de la cabeza del toro,
animales, parecían admisibles solamente si estaban penetradas de la orilla donde están dispersas sus lamentosas compañeras, todo
una significación sobrenatural por encima de lo orgánico; o sea, ello está fiel y vivazmente pintado; más aún, la misma playa hierve
cuando servían a temas bíblicos o teológicos. En las escenas seculares, con la vida de los aquatici monstriculi, para hablar con palabras
por el contrario, estas fórmulas tenían que ser sustituidas por otras, de otro escritor del Quattrocento, mientras los sátiros celebran
de acuerdo con la atmósfera medieval de maneras cortesanas y al raptor.
sentimientos convencionalizados, de manera que las divinidades Esta comparación ilustra el hecho de que la reintegración de
y héroes paganos penetrados de amor o crueldad, aparecieran como temas y motivos clásicos que parece ser característica del Renaci-
príncipes y damiselas elegantes, cuyo aspecto y comportamiento miento italiano, por oposición a las numerosas evocaciones espo-
estuvieran en armonía con los cánones de la vida social de la Edad rádicas de las tendencias clásicas durante la Edad Media, es un
Media. suceso no solo humanístico sino también humano. Es un elemento
En una miniatura de un Ovide Moralisé del siglo x1v, el Rapto muy importante de lo que Burckhardt y Michelet llamaron «El
de Europa está representado por figuras que, ciertamente, expresan descubrimiento conjunto del hombre y del mundo».
poca agitación pasional (fig. 15) 27 • Europa, vestida a la moda me- Por otra parte es evidente que esta reintegración no podía ser
dieval tardía, está sentada en un toro pequeño e inofensivo como una simple reversión al pasado clásico. El periodo intermedio había
una joven señora dando un paseo matinal, y sus compañeras, ves- cambiado las mentes de los hombres de forma que no podían vol-
tidas de forma similar, forman un tranquilo grupo de espectadoras. verse paganos otra vez; y habían cambiado sus gustos y sus ten-
Desde luego se quería que pareciesen angustiadas y chillando, pero dencias de prod1;lcción, de forma que su arte no podía simplemente
no lo están, o al menos no nos convencen de estarlo, porque el renovar el arte de los griegos y los romanos. Tenían que luchar
miniaturista ni era capaz de ello ni estaba inclinado a visualizar por una nueva forma de expresión, estilística e iconográficamente
pasiones animales. diferente de la clásica, así como de la medieval, y sin embargo rela-
Un dibujo de Durero, copiado de un modelo italiano, proba- cionada y deudora a ambas. Ilustrar este proceso de interpenetración
blemente durante su primera estancia en Venecia, acentúa la vita- creadora será el propósito de los capítulos siguientes.
lidad emocional que estaba ausente en la representación medieval
2a F. Lippma1fo, Bibl. 196, nr. 456, también ilus. en Bib/. 238, p. 275. Las estrofas
(fig. 16). La fuente literaria del Rapto de Europa por Durero ya no de Angelo Poliziano (Giostra, 1, 105, 106) dicen así:
es un texto adulterado donde se comparaba el toro con Cristo y a Nel/'a/tra in un formoso e bianco tauro
Europa con el alma humana, sino los versos paganos de Ovidio Si vede Giove per amor converso
mismo reproducidos en dos estrofas deliciosas de Angelo Poliziano: Portarne i/ do/ce suo ricco tesauro,
E lei vo/gere i/ viso al lito persa
«Podeis ver a Júpiter transformado en un hermoso toro por el poder In atto paventoso : e i be'crin d'auro
del amor. Se aleja precipitadamente con su dulce, aterrorizada Scherzon ne/ petto per lo vento avverso :
carga, su hermoso cabello de oro flotando en el viento, que agita La veste ondeggia e in drieto fa ritorno :
sus ropajes. Con una mano está asida al cuerno del toro y con la L'una man tien al dorso, e /'altra al corno.
otra al lomo. Alza los pies como asustada del mar y así encogida Le ignude piante a se ristrette accoglie
con miedo y dolor, pide ayuda en vano. Porque sus dulces compa- Quasi temendo il mar che lei non bagne:
Tale atteggiata di paura e doglie
ñeras han quedado en la florecida orilla, todas gritando "Europa, Par chiami in van le sue dolci compagne;
Le qua/ rimase tra fioretti e foglie
27
Lyon, Bibl. de la Ville, manus. 742,. ilus. en Bibl. 238, p. 274. Dolenti «Europa» ciascheduna piagne
«Europa», sona i/ lito, «Europa, riedi»-
E'/ tor nota, e talar gli hacia i piedi.
38 Capítulo 1 Introducción 39

2 3

l. Roger van der Weyden.


La Visi6n de los Reyes Magos. Detalle.
2. La Resurrecci6n del Hijo de Naín.
Miniatura. Hacia el año 1000.
3. Francesco MafTei. Judit.
4. La Cabeza de San Juan Evangelista.
Talla holandesa en madera. Hacia 1500.
40 Capítulo 1

5. Hércules 11 6
Relieve ro::::o el Jabalí de E .
6. Alegorl d . rimanto.
a e la S Ir
7. San Juan E van a vación. Rel·1eve del s·
acia el año 1Íe ista. Detalle de iglo xm.

~~u
8. Atlas
H y N OO. un manuscrito
9 ·
10. Atlas. Del Salterio ~:· Hacia el 1100.
· Terra. Detall Utrecht s· I
Hacia el 975e
· · del Retrato del. Emperad
ig o IX.or Otto 11

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..
11. Píramo y Tisbe.
Detalle de un manuscrito. 1289.
12. Eneas y Dido. ldem.
Siglo X.
13. Los Dioses Paganos.
ldem. Hacia el 1100.
14. Saturno, Júpiter, Venus,
Marte y Mercurio.
ldem. Siglo XIV. (
15. El Rapto de Europa. Detalle
de un manuscrito.
16. Alberto Durero.
El Rapto de Europa.
Hacia el 1495.

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