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Colegio Gimnasio Campestre San Sebastián

1. IDENTIFICACIÓN:
GUIA No. 1 FECHA: 22/02/2018
ESTUDIANTE:
AREA: Historia, Geografía, democracia y
ASIGNATURA: Filosofía
constitución política
GRADO: Undécimo DURACION EN HORAS: Dos
COMPETENCIAS: Interpretativa, argumentativa, propositiva.
DBA LC 5: Comprende que los argumentos de sus interlocutores involucran
procesos de comprensión, crítica y proposición.
DOCENTE: Vida Patricia Durán González

2. EXPLORACION CONOCIMIENTOS PREVIOS:


Actividad individual:
En esta guía encontrarán información de Kant que les puede servir para ir
trabajando el guion teatral.
EL IDEALISMO TRANSCENDENTAL DE KANT:
EL USO TEÓRICO Y EL USO PRÁCTICO DE LA RAZÓN
INTRODUCCIÓN
En la filosofía kantiana (“Idealismo transcendental”) culminan las tres corrientes
filosóficas principales de la Edad Moderna, racionalismo, empirismo e Ilustración:
al afirmar que el conocimiento se limita a la experiencia, Kant se aproxima
al empirismo, y al afirmar que no todo el conocimiento proviene de la experiencia
se acerca al racionalismo. Los dos grandes ilustrados, Newton y Rousseau,
también le influyeron: Newton representó el éxito definitivo que se puede
alcanzar si limitamos la ciencia al conocimiento de los
fenómenos; Rousseau reforzó en Kant la convicción de la autonomía de la
moralidad frente a las leyes que rigen el mundo objetivo y la pertenencia del
hombre a dos mundos o reinos, el Reino de la Naturaleza y el del Espíritu. El
problema tratado por Kant fue el de la posibilidad de lo metafísico, la aclaración
de cómo el hombre es ciudadano de ambos reinos. La filosofía kantiana es una
filosofía crítica: se tratará de investigar la posibilidad y límites de la
Razón tanto en su aspecto teórico como en su dimensión práctica. Su proyecto
consiste en establecer los principios y límites del conocimiento científico de la
Naturaleza, descubrir los principios de la acción y las condiciones de la
libertad, y delinear el destino último del hombre.

A. EL USO TEÓRICO DE LA RAZÓN


A. I. PLANTEAMIENTO KANTIANO DEL PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO
Responder a la pregunta ¿qué puedo conocer? exige señalar
los principios y límites del conocimiento científico. Kant defendió en un primer
momento la metafísica dogmática racionalista, para la que era posible, por pura
deducción racional, alcanzar el conocimiento metafísico de la realidad, pero la
lectura de Hume le despertó de este “sueño dogmático”. Kant creyó necesario
para los intereses y fines últimos del hombre una Crítica o examen de la propia
Razón sobre sí misma y sus límites, y propuso, frente a la “filosofía dogmática”
una “filosofía crítica”. El problema es el de si es posible la Metafísica como
ciencia y para solucionarlo debemos investigar antes las condiciones que hacen
posible la ciencia. En esta tarea distingue dos tipos de
condiciones: empíricas (particulares y contingentes) ya priori o
transcendentales (universales y necesarias). La investigación de estas últimas
dará lugar a la filosofía transcendental. Puesto que la ciencia es un conjunto de
juicios, se preguntará por las condiciones que hacen posibles los juicios
científicos. Lo que exige establecer los tipos fundamentales de juicios, que
clasificará así: tenemos juicios analíticos si el predicado se incluye en el sujeto
(no dan información nueva alguna, no son extensivos) y juicios
sintéticos cuando el predicado no se incluye en el sujeto (son juicios extensivos
y amplían nuestro conocimiento); y juicios a priori si su verdad puede ser
conocida independientemente de la experiencia, ya que su fundamento no se
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halla en ésta (juicios universales y necesarios) y juicios a posteriori si su verdad
es conocida a partir de la experiencia (particulares y contingentes). Los juicios
más importantes son los juicios sintéticos a priori, que por ser sintéticos
amplían nuestro conocimiento, y por ser a priori son universales y necesarios.

A. II. LA DOCTRINA DEL CONOCIMIENTO EN LA "CRÍTICA DE LA RAZÓN


PURA"
La tarea fundamental de esta obra es averiguar cómo son posibles los juicios
sintéticos a priori (tanto en Matemáticas como en Física) y si son posibles en
Metafísica. Veamos sus tres partes principales.
La Estética Transcendental se ocupa de la Sensibilidad (facultad de las
sensaciones) y trata de las condiciones transcendentales (universales y
necesarias) que permiten el conocimiento sensible. El efecto de los objetos en la
Sensibilidad son las sensaciones, que son dadas a posteriori y
constituyen la materia del conocer. Pero, gracias a la forma, las sensaciones se
presentan ordenadas en ciertas relaciones; la forma está ya a priori en el espíritu,
como forma de la Sensibilidad. La síntesis de sensaciones o datos empíricos,
como materia, y la forma a priori es el fenómeno. Las formas puras o principios
a priori de la Sensibilidad son el espacio y el tiempo. Espacio y tiempo son las
condiciones de posibilidad de toda experiencia, ahora bien, espacio y tiempo no
son propiedades objetivas de las cosas mismas, sino formas a priori de la
Sensibilidad.
Percibir no es, aún, comprender los objetos; comprender los fenómenos es poder
referirlos a un concepto, y esta es la función propia del Entendimiento (facultad
de los conceptos). Kant la estudia en la Analítica Transcendental, y distingue dos
tipos de conceptos, empíricos, que proceden de la experiencia y son a posteriori,
y conceptos puros o categorías, que no proceden de la experiencia y son a
priori: las categorías (sustancia, causalidad, unidad...) son nociones que no se
refieren a datos empíricos pero tampoco son construidas empíricamente por el
hombre, pues pertenecen a la estructura del entendimiento. El conocimiento es
posible porque aplicamos las categorías a la multiplicidad dada en la sensación.
Los conceptos puros son condiciones transcendentales, necesarias, de
nuestro conocimiento de los fenómenos ya que el entendimiento no puede
pensarlos si no es aplicándoles estas categorías, pero las categorías solamente
son fuente de conocimiento aplicadas a los fenómenos y no tienen aplicación
válida más allá de los mismos. El error de la filosofía dogmática (basada en el uso
puro de la razón) consiste en usar las categorías para referirse a realidades
transempíricas o trascendentes (Dios y el alma, p. ej.).
La Dialéctica Transcendental estudia la Razón (facultad de las argumentaciones)
y el problema de si la Metafísica puede ser un saber a priori, y concluye que
la Metafísica como disciplina científica es imposible. La Metafísica quiere
alcanzar las cosas tal y como son en sí mismas, sus objetos
son transcendentes ―no empíricos―: el alma, Dios y el mundo como totalidad;
pero la ciencia usa necesariamente las categorías y éstas sólo pueden emplearse
legítimamente aplicadas a los fenómenos, a lo dado en la experiencia. Kant
muestra cómo la Razón realiza argumentos aparentemente correctos pero
ilegítimos. Precisamente las argumentaciones de la metafísica son de ese tipo. El
conocimiento intelectual formula juicios y conecta unos juicios con otros formando
razonamientos. Pero hay una tendencia peculiar en el uso de la Razón: la Razón
busca encontrar juicios cada vez más generales, aspira a lo incondicionado, al
fundamento de los fundamentos. Cuando la Razón, en esa búsqueda de las
condiciones de lo condicionado, de leyes más generales y profundas, se mantiene
en los límites de la experiencia, su uso es correcto y no da lugar a contradicciones;
pero esa tendencia lleva inevitablemente a traspasar los límites de la experiencia
empírica en busca de lo incondicionado: los fenómenos físicos se pretenden
explicar por medio de teorías metafísicas acerca del mundo, los fenómenos
psíquicos de teorías metafísicas acerca del alma, y unos fenómenos y
otros se intentan explicar y unificar por medio de teorías metafísicas acerca de
una causa suprema de ambos tipos de fenómenos: Dios. "Dios", "alma" y
"mundo", son pues tres Ideas de la Razón; ideas que, sin embargo, no tienen
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una referencia objetiva, pues no podemos conocer los objetos a los que se
refieren.

A. III. EL IDEALISMO TRASCENDENTAL: EL "FENÓMENO" Y EL “NOÚMENO"


Para entender la aportación de su filosofía, Kant propone la analogía de la
revolución copernicana: al igual que Copérnico consiguió comprender el
movimiento de los astros modificando las relaciones que se creía que existían
entre ellos y el sol, Kant creerá que es posible comprender el conocimiento
sintético a priori si modificamos las relaciones entre el sujeto y el objeto: hasta
Kant se había considerado que el sujeto era pasivo en el acto del conocimiento
y se tenía que plegar al objeto para conocerlo; pero de este modo es imposible
entender el conocimiento a priori. El giro copernicano consiste en rechazar la
concepción tradicional del conocimiento y considerar que el sujeto es activo, que
son las cosas las que se deben someter a nosotros de cara al conocimiento: sólo
podemos conocer a priori de las cosas aquello que antes hemos puesto en
ellas; podemos comprender el conocimiento a priori si admitimos queconocemos
únicamente los fenómenos y no las cosas en sí mismas o noúmenos, tesis
principal del Idealismo Trascendental. El Idealismo Trascendental es
la culminación del pensamiento moderno, que comienza con el planteamiento
cartesiano del problema del conocimiento y que progresivamente va centrando
en el sujeto el fundamento de la experiencia humana. Toda la filosofía anterior a
la modernidad, mantiene una concepción realista del mundo: los objetos, sus
propiedades y relaciones existen independientemente de la experiencia que
podamos tener de ellos. Pero con Kant aparece la concepción idealista: no
sabemos cómo puede ser el mundo independientemente de nuestra experiencia
de él; todo objeto del que tenemos experiencia ha quedado influido por la
estructura de nuestro aparato cognoscitivo. Estas ideas llevan a los conceptos de
Noúmeno y de Fenómeno: Noúmeno (o Cosa en sí) es la realidad tal y como
pueda ser en sí misma, independientemente de nuestra experiencia de
ella; Fenómeno es la realidad dependiente del Sujeto Trascendental (el sujeto
no empírico del cual se predican las formas aprióricas, es la realidad estructurada
por las formas de la Sensibilidad y las categorías del Entendimiento. El sujeto no
deja intacta la realidad conocida, la constituye en el propio acto del conocimiento.
Por ello, el Idealismo Trascendental se puede resumir en la afirmación de
que sólo conocemos fenómenos.

B: EL USO PRACTICO DE LA RAZÓN


B. I. LA RAZÓN PRÁCTICA Y EL CONOCIMIENTO MORAL
La Razón Teórica formula juicios y se ocupa de conocer cómo son las cosas;
la Razón Práctica ofrece imperativos y se ocupa de cómo debe ser la conducta
de los seres racionales. Punto de partida de la ética kantiana: en la experiencia
moral hay algo análogo al dato fundamental del conocimiento: el "factum de la
moralidad", el hecho moral, la existencia del deber: todos los hombres tienen
conciencia de estar sometidos a prescripciones morales, se sienten obligados a
hacer ciertas cosas y a evitar otras. Esta conciencia del deber es conciencia
de una determinación de la voluntad que posee características análogas a las de
la experiencia de conocimiento: la universalidad y la necesidad. La ética
kantiana es un intento de entender el factum de la moralidad y sus condiciones
de posibilidad, del mismo modo que la teoría del conocimiento kantiana es la
investigación de las condiciones de posibilidad de la ciencia.
Kant clasifica los principios prácticos del siguiente modo:
las máximas expresan cómo nos comportamos dadas tales o cuales
circunstancias; hay máximas buenas y malas. El hombre no está dirigido
necesariamente a realizar el bien, por ello el deber se le presenta como un
mandato. Los imperativos o mandatos pueden ser hipotéticos o categóricos;
los imperativos hipotéticos mandan una acción porque ésta es un buen medio
para la realización de un fin. Los categóricos mandan la realización de una
acción porque esa acción es buena en sí misma. Un imperativo es hipotético o
categórico dependiendo del fundamento de determinación que el sujeto ha tenido
al realizar la acción: si ha seguido el precepto "debes hacer X" para la realización
de un fin suyo, entonces dicho mandato es un imperativo hipotético ("debes hacer
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X si quieres conseguir Y"). Si lo ha hecho exclusivamente por la propia acción,
entonces el mandato es categórico ("debes hacer X"). Los imperativos hipotéticos
son imperativos de la habilidad cuando el fin para el cual se prescribe una
acción como buena es un fin meramente posible (fin no común a todos los
hombres). Los imperativos hipotéticos son imperativos de la prudencia cuando
el fin es un fin real (un fin común a todos los hombres, la felicidad).

B. II. CRÍTICA DE KANT A LAS ÉTICAS MATERIALES


Hasta Kant las éticas habían sido materiales, frente a todas ellas, su ética es
formal. Son materiales aquellas éticas según las cuales la bondad o maldad de la
conducta depende de algo que se considera Bien Supremo (sea espiritual o
material): los actos serán buenos cuando nos acerquen a él y malos cuando nos
alejen de él. Toda ética material parte de que hay bienes, cosas buenas para el
hombre, determina cuál es su bien o fin supremo y establece las normas o
preceptos para alcanzarlo. Pero los preceptos de toda ética material son
hipotéticos, empíricos, por lo que no valen absolutamente, sino sólo de un
modo condicional, como medios para conseguir un fin. Kant creerá que los
imperativos hipotéticos no reflejan la auténtica experiencia moral porque
ésta es sometimiento a un precepto universal y necesario, y dichos imperativos
no pueden ser universales y necesarios, ni los de la habilidad ni los de la
prudencia. Dado que las éticas materiales extraen su contenido de la experiencia
empírica y que ésta nunca puede dar universalidad ni necesidad, dichas éticas
únicamente podrían fundamentar mandatos a posteriori, particulares y
contingentes, pero nunca imperativos universales y necesarios, que son los
verdaderos preceptos morales, como expresa el factum de la moralidad.
Además, las éticas materiales son heterónomas: un sujeto es autónomo
cuando tiene la capacidad para darse a sí mismo sus propias leyes y es
heterónomo cuando las leyes no descansan en él mismo, cuando le vienen de
fuera; las éticas materiales son heterónomas porque describen una acción como
buena sólo de forma condicional, describen una acción como buena porque es
un buen medio para la realización de un fin querido por el sujeto. En las acciones
heterónomas el sujeto se tiene que someter a la realidad, es ésta la que impone
sus condiciones; el sujeto tiene que plegarse al orden del mundo.

B. III. LA ÉTICA FORMAL DE KANT


Podemos caracterizar la ética kantiana a partir de sus tres rasgos siguientes:
• Es formal: la materia del imperativo es lo mandado, la forma el grado de
universalidad del imperativo. La tesis esencial de la ética kantiana consiste en
indicar que una máxima describe propiamente una acción moral cuando cumple
un requisito puramente formal: que pueda ser universalizable.
• Es autónoma: un sujeto es autónomo cuando tiene la capacidad para darse a
sí mismo sus propias leyes, y es heterónomo cuando las leyes no descansan en
él mismo, cuando le vienen de fuera; la ética kantiana es autónoma al afirmar que
sólo las acciones morales son autónomas. Kant considera que sólo allí donde
encontramos acción moral encontramos libertad: cuando nos conducimos
moralmente el fundamento de determinación de nuestra voluntad no nos viene de
fuera, del mundo, o de la religión, sino de nosotros mismos, de nuestra
conciencia, pues es nuestra razón práctica la que nos da el criterio de la conducta
buena y permite la determinación de nuestra voluntad. En la experiencia moral
somos autónomos porque la ley a la que nos plegamos está en nosotros mismos.
• El fundamento de las acciones buenas es el deber, no la inclinación: para
que una acción sea buena no basta que sea conforme al deber, además ha de
hacerse por deber. El rigorismo kantianoimplica el deber por el deber, aunque
vaya en contra de mi felicidad y de las personas que quiero, y el carácter
universal de la bondad o maldad de una acción, universalidad que impide
aceptar excepciones en la validez del impe- rativo categórico. Este imperativo
prescribe una acción como buena de forma incondicionada, manda algo
absolutamente, declara la acción objetivamente necesaria en sí, sin referencia a
ningún propósito extrínseco. Sólo el imperativo categórico es imperativo de la
moralidad. Kant dio varias formulaciones generales del imperativo
categórico, entre las que destacan la “fórmula de la ley universal”, y la “fórmula
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del fin en sí mismo”, que ordena tratar a la humanidad, tanto propia como ajena,
siempre como un fin en sí mismo.

B. IV. POSTULADOS DE LA RAZÓN PRÁCTICA


El Idealismo Trascendental rechaza la posibilidad del conocimiento metafísico (de
Dios, el alma, la libertad...); pero Kant no negará todo acceso a esa realidades,
sólo el intelectual, el conocimiento científico, pues únicamente cabe la ciencia de
la realidad fenoménica. Pero para Kant hay otra experiencia que puede
vincularnos con lo metafísico: la experiencia moral. Y ello a partir de los
llamados postulados de la Razón Práctica o proposiciones que no pueden ser
demostradas desde la razón teórica pero que han de ser admitidas si se quiere
entender el "factum moral"; estos postulados se refieren precisamente a la
existencia de la libertad, la inmortalidad del alma, y la existencia de Dios. Aunque
desde la perspectiva de la razón teórica se concibe al hombre como sometido a
la ley de la causalidad y necesidad natural, desde la perspectiva de la razón
práctica podemos defender la existencia de la libertad pues la libertad es la
condición de posibilidad de la acción moral (únicamente de las acciones libres
podemos predicar valor y responsabilidad moral); la libertad es la capacidad de
los seres racionales para determinarse a obrar según leyes que son dadas por su
propia razón; libertad equivale a autonomía de la voluntad. Con el postulado
de la libertad, Kant muestra que el hombre pertenece a dos reinos:
el fenoménico (o Mundo Sensible), en donde todo está sometido a la
causalidad, y el nouménico (o Mundo Inteligible oReino de los Fines) en
donde rigen las leyes morales (la esfera de la libertad). Por otra parte, Kant llama
“Sumo o Supremo Bien" a la síntesis de virtud y felicidad, y defiende que su
realización última es la condición de posibilidad de la moralidad: nuestra conducta
moral carecería de sentido si no existiese la posibilidad de realizar la santidad;
en éste mundo no la podemos realizar, luego debe existir otra vida en donde tenga
cumplimiento perfecto el afán moral. Postulado de la inmortalidad del alma: la
tesis del Supremo Bien permite la defensa de la inmortalidad del alma, pues la
virtud necesita de un tiempo infinito para su realización plena. Postulado de la
existencia de Dios: en este mundo no coincide la realización de nuestra felicidad
con la realización del bien por tanto debemos pensar que existe Dios ya que
únicamente Él puede hacer que coincidan las leyes que rigen la realización de la
felicidad con las leyes morales. Los postulados de la razón práctica no se pueden
demostrar científicamente, pero tienen una validez subjetiva ya que sirven para
que tenga sentido la experiencia moral, y llevan a lo que Kant llama fe racional:
fe porque de ellos sólo cabe un convencimiento subjetivo, pero racional porque
no vienen dados por urgencias de la revelación sino de la propia razón.

Echegoyen Javier. Recuperado de: http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-


la-filosofia/Resumenes/Kant-Resumen.htm

Socialización: durante las sesiones dadas para el proyecto


3. MATERIAL DE CONSULTA:

http://www.e-torredebabel.com
VALORACIÓN INTEGRAL
CALIFICACION GUÍA FIRMA FIRMA
DESEMPEÑO
CUALITATIVA CUANTITATIVA DOCENTE ACUDIENTE
SUPERIOR
(96 – 100)
ALTO
(86 – 95)
BASICO
(75 – 85)
BAJO
(10 – 74)

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