You are on page 1of 20

Inserción Institucional: Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos

Aires. Facultad de Ciencias Humanas - Departamento de Historia.


Lic. Paola Garrido

La Logia Luz del Sud Nº 39 y la implantación del asociacionismo

Introducción
Si bien podemos generalizar conceptualmente a la masonería como una
institución iniciática, no religiosa, filantrópica, simbólica, filosófica, fundada en el
sentimiento de fraternidad que se propone la búsqueda de la verdad a través de la
razón, el fomento del desarrollo intelectual y moral del individuo, y el progreso social,
no podemos hablar de una unívoca masonería. Sería un error pensar a esta Institución
en un sentido homogéneo, ya que además de existir dentro de ella muchas masonerías
independientes, con sus ritos respectivos, ha logrado adaptarse a los cambiantes
contextos sociopolíticos de cada país.
En esta línea, que ubica a la masonería como una realidad cambiante adaptada a cada
contexto político y social, la historiografía contemporánea latinoamericana se ha
replanteado el papel cumplido por las logias masónicas durante el siglo XIX
caracterizándolas como sociedades de ideas, como modelos asociativos definidos por
formas contractuales modernas vinculadas a redes de sociabilidad y de poder. En este
sentido hallamos una variada bibliografía que ha analizado la influencia de las logias
masónicas en el pensamiento liberal estudiando a la Institución como un tipo
específico de asociación.
Hilda Sábato1 enmarca a las formas asociativas -incluyendo a la masonería-, en un
movimiento progresivo que fue más allá de sus objetivos específicos, calificando al
asociacionismo como propuesta civilizatoria. La historiadora plantea que fueron una
manera de concebir la organización social y las caracterizó de manera general diciendo
que:
-se dieron entre sectores muy diversos tanto social como culturalmente, definiéndose
en términos estrictos de clase.

1
Hilda Sábato, “De las cofradías a las organizaciones de la sociedad civil. Historia de la iniciativa asociativa en Argentina.
1776-1990”, en Roberto Di Stefano Estado y sociedad civil, Buenos Aires, Edilab, 2002, pp. 99-166.

1
-la mayor predisposición para asociarse se encontraba entre los sectores ubicados en
los niveles intermedios de la pirámide social, de zonas urbanas de la región pampeana.
-compartían la organización interna de cada institución, definida por estatutos o
reglamentos donde se establecían objetivos y formas de gobierno, deliberación y
funcionamiento. Las asambleas y elecciones cumplían un rol importante, pues se
suponía que estas entidades se manejaban democráticamente. La igualdad de
derechos no impidió, por cierto, la cristalización de jerarquías.
-construían dirigencias en el interior de cada nucleamiento, y frecuentemente se daban
conflictos entre grupos que aspiraban a ocupar ese lugar.
-usaban el espacio de la prensa periódica como materialización de la “opinión pública”.
Sábato considera que el desarrollo de la vida asociativa fue una forma de sociabilidad
que predominó el escenario político y social a partir de 1860. Esta idea había sido
desarrollada años antes por Pilar González Bernaldo de Quirós 2, quien había sostenido
que el asociacionismo fue el discurso utilizado por las elites políticas y culturales para
pensar el lazo social. Fue, según la autora, una forma de pedagogía cívica. Con el fin del
gobierno de Rosas, los hombres se unieron formando redes de poder, fundadas no sólo
en la autoridad social y económica de los individuos que las componían, así como en la
extensión e institucionalización de los vínculos, sino también en el poder
representativo que se introducía en ese espacio intermedio entre el individuo y el
Estado. En este punto la historiadora Yolanda Paz de Trueba expresa que “(…) dado que
el Estado en sus diversos niveles, no contaba aun a fines del siglo XIX con un aparato
destinado a atender las demandas que los actores sociales del momento ponían de
manifiesto, cobran mayor significancia las acciones de las instituciones de la sociedad
civil destinadas a la atención de múltiples necesidades de la población. Dichas
instituciones, desarrollaron una relación de complementariedad con el poder local,
tanto las vinculadas a la Iglesia católica como a las logias masónicas que desplegaron su
labor en el período que nos ocupa. (…)”. 3 Paz de Trueba relativiza la rivalidad entre la
Iglesia y la Masonería afirmando que si bien hubo conflictos existió una
complementariedad y articulación en el trabajo de ambas, y el cruce de actores fue
2
Pilar González Bernaldo de Quirós, Civilidad y política en los orígenes de la Nación Argentina. Las sociabilidades en Buenos
Aires, 1829-1862. Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2000.
3
Yolanda Paz de Trueba, “Masonería y Sociabilidad en el centro y sur de la campaña bonaerense. Fines del siglo XIX-
principios del XX”, disponible en: http://www.scielo.org.ar/scielo.php?pid=S1851-
95042011000200001&script=sci_arttext#2

2
constante. Suponiendo que así fue, las redes masónicas pudieron adquirir dimensiones
institucionales que se diferenciaron, por decirlo de algún modo, de las “redes
católicas”, proyectándose políticamente, creando una gama de vínculos y solidaridades
que impactaron en el interior de las tramas jurisdiccionales, incidiendo en la
conformación de las identidades ciudadanas. Así lo apunta Marta Bonaudo 4
exponiendo que las logias masónicas rápidamente se diferenciaron de otras tramas
asociativas.

1- El surgimiento y expansión de la vida asociativa


El inicio de la década del ochenta dejaba atrás las viejas costumbres y
modalidades del Tandil: “¿cómo serán los que vienen? Se habrán preguntado los viejos
de entonces, un tanto recelosos del progreso y un tanto escépticos con respecto a las
nuevas corrientes”.5 Se apagaba una época y se encendía otra, de la aldea a la ciudad.
Los esfuerzos de generaciones pasadas y la llegada de nuevos pobladores promovieron
una manifiesta modernización que indudablemente significaría el recorrido de un
arduo y largo camino para la localidad.
Varios fueron los sucesos decisivos que dieron comienzo, a fines del siglo XIX, a un
conjunto de iniciativas políticas, institucionales y económicas que afectarían
profundamente la vida social de la región bonaerense.
A partir de la cesión de la ciudad de Buenos Aires a la nación en 1880 los gobiernos de
turno llevaron adelante una reconfiguración política y territorial de la provincia,
poniéndola en el centro del proyecto de modernización. Una de las características de
este proyecto fue la organización de espacios de cultura. Fundación de escuelas,
museos, bibliotecas y universidades formaron parte del planeamiento de las
administraciones con el objetivo de promover el desenvolvimiento de una sociedad
moderna.
La extensión de la frontera militar, consecuencia de la Campaña al Desierto al mando
del General Roca, hizo del pequeño caserío tandilense; con manzanas a medio poblar,
edificaciones con materiales primitivos, como ripia, adobe y paja, pocas construcciones

4
Marta Bonaudo, (2007). “Liberales, masones ¿subversivos?” Revista de Indias, volúmen LXVII, número 240, pp. 403-432.
5
Nueva Era. XXV Aniversario 1919-1° de Octubre-1944, p. 80.

3
de material, zanjas en las calles y pastizales, un pueblo con una dinámica que pronto lo
convertirían en un centro económico regional.
A la Campaña del Desierto le siguió estabilidad y desarrollo urbano lo que facilitó el
afianzamiento de los grupos sociales locales confiados en promover los nuevos modos
de sociabilización, costumbres y hábitos en una frontera caracterizada por formas de
vida rurales.
Influenciados por el espíritu positivista, motor de las propuestas políticas e
institucionales de la elite gobernante, la educación laica del ciudadano y la
institucionalización de la ciencia y su difusión aparecían como instrumentos propios del
progreso, al igual que el ferrocarril y la inmigración. En la localidad las colectividades
venidas de Europa alteraron y dieron origen a una nueva sociedad, consiguiendo que
de 1854 a 1914 pase de tener 2.900 habitantes a 34.061, de los cuales 12.730 fueran
extranjeros.
Al importante proceso inmigratorio, se sumó la llegada del Ferrocarril del Sud. En 1883
durante la intendencia del Doctor, y masón, Eduardo Fidanza un ramal proveniente de
Ayacucho unió Tandil al sistema ferroviario provincial. El ferrocarril, con su línea troncal
a Dolores, facilitó el transporte desde y hacia la Ciudad de Buenos Aires, representando
un colosal crecimiento en la industria de la piedra. No sólo se comercializaba en toda la
Provincia sino que también el adoquín era utilizado para cubrir las antiguas calles de
polvo.
Una década antes de la llegada del ferrocarril se había instalado en el pueblo el
alumbrado público, la oficina de telégrafos, la sucursal del Banco de la Provincia de
Buenos Aires y se había ordenado el trazado de calles y veredas para una mejor
diagramación urbana.
No obstante, más allá de todos los progresos materiales, la vida diaria aún se
encontraba limitada para los pobladores. Por ejemplo recién a partir de la década de
1910 y 1920 la colocación del empedrado se expandió del centro hacia otras zonas del
pueblo. Hasta esa fecha la falta de calles empedradas y veredas hacían que el barro se
acumulara y las vuelva intransitable.
No nos determinamos a hacer ningún pedido al señor Intendente porque casi sería una
aberración; no le diremos por el momento que cumpla con lo prometido, es decir, de ordenar la
macadamnización con pedregullo de las calles no empedradas del municipio.

4
Pero en oportunidad se lo recordaremos, no tenga duda.
(…) Lo que le decímos de veras (sic), señor Intendente, es que el contratista del barrido no barre, y
es cierto que no barre; para convencerse que esto es verdad, no hay más que mirar una calle
empedrada, cualquiera que ella sea, y verán lo menos 3 pulgadas de barro sobre el adoquinado, lo
que trae necesariamente sus molestias al transeúnte, que es anti-higiénico y que acusa un poco
de desidia (…).6

Las quejas, expresadas en oportunidades a través de la prensa, dieron cuenta no sólo


de demandas sociales hasta entonces desconocidas, sino también de otro aspecto muy
importante dentro del progreso cultural: el surgimiento de la prensa periódica y de las
imprentas en las distintas localidades de la Provincia. Espacios que fueron muy
importantes en la construcción de una esfera pública, constituida por la expansión de
la prensa escrita y la aparición de un público lector que traspasaba el marco social de la
elite intelectual y política.7 Este fenómeno convivió con el incremento de la vida
asociativa, un atributo muy vinculado a las comunidades de inmigrantes. Si bien la
región contaba con muchas de estas instituciones voluntarias antes de la década de
1880, luego del arribo de los emigrantes éstas se impulsaron y difundieron en niveles
desconocidos.
La explosión de la vida asociativa llevada a cabo en numerosas instituciones, entre ellas
la masonería, tuvo que ver con todos estos cambios económicos, sociales, políticos y
culturales que atravesaron a Tandil y a la región a partir de mediados de siglo hasta la
Gran Guerra.
En el marco de la formación de un estado-Nación representativo, federal y republicano
los vínculos asociacionistas cumplieron un rol fundamental. Las prácticas relacionales
que se establecieron dentro de las numerosas asociaciones fueron consideradas por los
diferentes gobiernos de turno, y por la mayoría de la sociedad, como baluarte de
civilización debido a que en ellas predominaban valores basados en la igualdad,
libertad y democracia.
Las asociaciones surgían con fines específicos como construir lazos de pertenencia y
solidaridad, representar y defender intereses sectoriales, desarrollar actividades

6
Luz y Verdad: “Gentes y cosas. Picotazos”, 03/07/1900, N° 10.
7
Ricardo Pasolini, Tandil en la Argentina del Bicentenario. Vida cotidiana y sociedad. 1823-2010, Tandil, Municipio de
Tandil, 2010, p. 141.

5
recreativas, festivas y culturales;8 y al mismo tiempo como espacios propicios para el
diálogo, la sociabilidad, la opinión, el intercambio y la igualdad entre pares
independientemente de la profesión, oficio o estatus social. De ese modo, formaban
parte de la sociedad civil como un entramado de redes y prácticas sociales
civilizatorias9 que compartían características comunes como la organización a partir de
formas contractuales e igualitarias, nociones de individuo moderno, desarrollo de lazos
asociacionistas específicos, manejo interno democrático y el uso del espacio de la
prensa escrita como medio de expresión, considerándoselas muy importantes en la
vida y opinión pública a nivel local, provincial y nacional.
Fue a partir de Caseros un período de surgimiento de asociaciones que se relacionaron
a los diversos ámbitos de la sociedad. Iniciativas que incluían desde clubes deportivos y
culturales a logias masónicas. En ese marco, el aparecimiento y expansión de las logias
masónicas10 fue caracterizada como una forma específica de asociación 11. La Gran Logia
de Libres y Aceptados Masones se funda en Buenos Aires en el año 1857. A partir de
esa fecha comenzaron a establecerse logias en todo el interior de la Provincia. Luego
de la caída de Rosas, la constitución de la Gran Logia dio organicidad a las diversas
logias uniendo a las que actuaban en Buenos Aires y luego a éstas con las del interior
del país, teniendo como uno de sus objetivos hacer conocer sus ideales, su humanitaria
misión y los valores sostenidos. Decía Luz y Verdad: “Nuestra divisa: ciencia, justicia,
trabajo, simboliza nuestro programa; ella encarna por sí sola nuestra acción en la
8
Hilda Sábato, ob. cit. 2002, p. 106.
9
Compartimos con Hilda Sábato que “las formas asociativas aspiraban a inscribirse en el movimiento progresivo que
suponía el asociacionismo como propuesta civilizatoria. Representaban una manera de concebir la organización social que
gozaba de gran predicamento entre vastos sectores de la población del país”.
10
Gruber describe a fines del siglo XIX la estructura de las logias masónicas: “La característica distintiva de organización de
la Masonería especulativa es el sistema de la Gran Logia fundado en 1717. Cada Gran Logia regular o Consejo Supremo en
el sistema escocés, o Gran Oriente en el sistema mixto, constituye una organización soberana e independiente con poderes
legislativo, judicial y ejecutivo. Se compone de las logias u organizaciones inferiores de su jurisdicción o de sus
representantes reunidos de modo regular y de los grandes oficiales elegidos. Una logia debidamente constituida ejerce la
misma autoridad, pero en una esfera más restringida. Los oficiales indispensables de una logia son el Maestro Adorador, el
Guardián Mayor y Menor, y el Tejador. El maestro y los guardianes son normalmente auxiliados por dos diáconos y dos
mayordomos para el trabajo ceremonial y social y por un tesorero y un secretario. Muchas logias tienen un Capellán para
las ceremonias y discursos religiosos. Los mismos oficiales en mayores cantidades y con rimbombante títulos (Gran
Maestro Muy Adorador, Soberano Gran Comandante, etc.) existen en las Grandes Logias. Como los gastos de los miembros
son fuertes, sólo personas ricas pueden permitirse el pertenecer a la fraternidad. Se restringe además el número de
candidatos por prescripciones con relación a sus cualidades morales, intelectuales, sociales y físicas, y por una
reglamentación que exige la unanimidad de votos secretos para su admisión. Así que, contrariamente a su pretendida
universalidad, La Francmasonería parece ser una sociedad muy exclusiva, tanto así que es una sociedad secreta, cerrada al
mundo profano del común de los mortales” Hermann Gruber, “Masonería (Francomasonería)”, disponible en
http://www.mercaba.org/FICHAS/Enciclopedia/F/masoneria.htm
11
Es importante aclarar que el término asociación se diferencia de la noción de sociabilidad, que remite, en principio, a
cualquier tipo de intercambio social, formal o informal, sin que deba corresponder necesariamente a una forma elevada de
relación. La sociabilidad es el “principio de las relaciones entre las personas” (González Bernaldo de Quirós, 2000), mientras
que la asociación puede entenderse como la sociabilidad formalizada en una institución.

6
civilización moderna, y nos pone de manifiesto la manera de luchar para alcanzar
completo éxito en la jornada”.12

2- La masonería, mecanismo de politización


En Tandil la Logia Luz del Sud Nº 39 fue reconocida e inscripta en el libro de la
Orden el 30 de enero de 187313, gracias a la iniciativa de Ramón Santamarina
(Tesorero) -que había sido iniciado en la Logia Estrella del Sud Nº 25 de la ciudad de
Azul- Eugenio Iriarte (Presidente), Bernardo Sabatte Laplace (Vicepresidente 1º), Carlos
Díaz (Vicepresidente 2º), Julián Arabehety (Secretario), Nicanor Elejalde, Miguel
Méndez (orador) y Eustaquio Herrera (Hospitalario), Pedro Pereyra, Luis Arabehety y
Manuel Suárez Buyo, a los pocos meses de los acontecimientos de extrema violencia
sucedidos el 1 de enero de 1872, a los cuales denominaron las matanzas de Tata Dios
(Gerónimo de Solané un curandero principalmente relacionado con las autoridades
locales utilizado como chivo expiatorio para los fines de los inculpadores)14 El episodio
implicó el asesinato de varias decenas de inmigrantes en manos de pobladores criollos.
Autores sostienen que esta reacción xenófoba fue resultado de los cambios que se
estaban dando en las condiciones sociales y productivas pampeanas dentro del
contexto del proceso de modernización que atravesaba la Nación. El católico Aníbal
Rottjer escribía que “en el drama gauchesco “Solané” de Francisco Hernández,
secretario de Urquiza, se repite esta critica a los liberales que querían imponer su
ideario masónico a punta de lanza y fusil de repetición. El literato entrerriano hace
justicia al sentimiento nacional, que se debate a muerte con el liberalismo
extranjerizante de los “puebleros cajetillas de Güenos Aires”, que querían acabar con el
patriciado provinciano para substituírlo (sic) con su politiquerismo venal. El drama
toma como argumento la histórica matanza de los “gringos” del Tandil en 1872,

12
Luz yVerdad: “Lo que deben hacer los masones”, 14/04/1903, N°154.
13
A treinta días del mes de enero de 1873 la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones resolvió a través de
una Carta Constitutiva otorgarle a la Augusta y Respetable Logia Luz del Sud bajo el N° 39 facultad para conferir los tres
grados simbólicos conforme a las disposiciones de la Constitución Reglamentos Generales y disposiciones que adoptara la
Gran Logia dentro de los Antiguos Límites de la Fraternidad.
14
Sobre el tema ver: Juan Carlos Torre, “Los crímenes de Tandil”, en Todo es Historia, N°4, 1967, pp. 4-40. Hugo Nario, Tata
Dios. El mesías de la Última Montonera, Tandil, Plus Ultra, 1976. Eduardo Míguez, “Política, Participación y Poder. Los
inmigrantes en las tierras nuevas de la Provincia de Buenos Aires en la segunda mitad del siglo XIX”, en Estudios
Migratorios Latinoamericanos (6-7), Buenos Aires: CEMLA, 1987. John Lynch, Masacre en Las Pampas. La matanza de
inmigrantes en Tandil, 1872, Buenos Aires, Emecé, 2001. Lorenzo Macagno, Apocalipsis al sur: una protesta contra
inmigrantes en el “desierto” argentino, Buenos Aires, Biblos, 2002. Juan José Santos, El Tata Dios. Milenarismo y xenofobia
en las pampas, Buenos Aires, Sudamericana, 2008. Daniel Pérez, “Tata Dios”, Tiempos Tandilenses, Año XV, 2010.

7
organizada por Tata Dios Solané con sus gauchos fanatizados, a los cuales les había
prometido la salvación si derramaban la sangre de los enemigos de la religión”. 15
Así, quienes inauguraron la logia operativa pudieron encontrar una justificación en la
causa de hacer justicia y defenderse ante posibles nuevos ataques. En su interior
congregó a grupos de extranjeros de diversas nacionalidades e ideologías, y se
autodenominó como la primera institución liberal, mutualista e iniciadora de las
primeras sociedades en fomentar la beneficencia. Cincuenta y un años después de la
instauración decía José Antonio Cabral:
(…) durante el lapso de tiempo que abarca tres cuartos de siglo de la vida tandilense, no hay
iniciativa noble, ni ningún movimiento de este pueblo que no haya nacido o repercutido
generosamente entre las columnas de la benemérita Logia. Hizo el bien, por amor al bien mismo,
no impuso credos, ni dispuso de otros recursos que los exclusivamente suyos, formados por el
generoso aporte de sus afiliados. Hoy en forma difusa, pero eficiente, se practica su apostolado de
justicia, labor y fraternidad entre los hombres. Muchos vecinos que se han destacado en Tandil,
en las diferentes manifestaciones de su vida útil, pertenecieron a la Logia y algunos de ellos
fueron después aplaudidos y hasta honrados por la misma Iglesia, su tradicional adversaria que
rindió tributo a la justicia.16

Si bien la institución masónica pudo haber sido fundada con la intención de proteger y
garantizar la seguridad a un grupo particular y reducido de la sociedad tandilense;
asimismo, como afirma Hugo Nario,17 también fue una manera de encauzar los
propósitos políticos de los mismos. Luego de la matanza el sector tradicional,
representado por el Juez de Paz Figueroa, fue vinculado como sospechoso de los
asesinatos. Los inmigrantes que sobrevivieron, enfurecidos, aterrados y, al mismo
tiempo, con ansias de alcanzar un lugar relevante en espacios hasta entonces relegados
para ellos, acudieron al gobierno provincial para exigir la renuncia de Figueroa. El
gobierno provincial había sido ocupado por el Autonomismo, liderado por Alsina, lo
que la sucesión de estos acontecimientos fueron un motivo para apartar del poder a
Figueroa, Gómez, Jurado y Machado vinculados a los mitristas. De esa forma el viejo
sector perdió representación, y el nuevo grupo social comenzó un camino de ascenso
en la política municipal. Sin embargo, este recambio no significó una elite política

15
Anibal A. Rottjer, La Masonería en la Argentina y en el Mundo, Buenos Aires, Editorial Nuevo Orden, 1959, p. 323.
16
Nueva Era, Suplemento extraordinario en Homenaje al 1er. Centenario de Tandil, 1923, p. 75.
17
Hugo Nario, ob. cit., p. 86.

8
totalmente diferenciada a la anterior. Creemos que para llegar a posicionarse el nuevo
grupo debió crear vínculos de algún tipo con los ya insertos para ascender en la carrera
política. Por ejemplo, recién mencionábamos a Machado, un coronel mitrista que tenía
a su primo hermano Don Alejo Machado casado en segundas nupcias con Marcelina
Gómez –hermana de José Ignacio y Ramón Gómez-. Uno de los hijos de Ramón Gómez,
José Ciriaco, se había casado por primera vez con Ángela Machado y por segunda vez
con la hermana de Ángela, Rosaura Machado, ambas hijas del Cnel. Benito Machado. A
su vez, los Gómez y los Machado estaban emparentados con Raimundo Piñero a través
de su esposa, Rudecinda Casado, hija de Josefa Gómez de Casado -hermana de José
Ignacio y Ramón Gómez-, y sobrina política de Alejo Machado. 18 Las relaciones
matrimoniales y parentales cumplieron un papel muy importante en la formación y
mantenimiento de las redes y alianzas.
Así, la masonería en Tandil fue fundada con varios fines entre ellos el de protección
pero principalmente el de posicionar políticamente a un grupo social concreto. Este
grupo formaba parte del movimiento expansivo de la Institución a nivel nacional.
Recordemos que a partir del año 1857 se produce un florecimiento territorial y social
de las logias en toda la provincia de Buenos Aires, y en el país, que reclutó a miembros
de una vasta franja social, desde figuras públicas a comerciantes, artesanos y
trabajadores calificados.19
En un contexto políticamente relegado para algunos fue a través de la masonería una
de las maneras que se sirvieron para canalizar proyectos políticos y sociales, y así
fortalecer lazos fraternos en el interior del grupo y fuera de él. La inexistencia de
canales partidarios de participación política (en este período de análisis los partidos
políticos se formaban de manera efímera época electoral y no tenían la organización
orgánica que hoy conocemos como espacios estables de construcción y medio de
transmisión de una ideología afín entre sus afiliados que aspiran a ejercer el poder para
desarrollar su programa político), no significó la ausencia de mecanismos que fuesen
capaces de transmitir la ideología e intereses de este sector. 20Al contrario, si bien los
partidos políticos tenían una corta vida, naciendo y muriendo en épocas electorales, la
18
Andrea Reguera, "Formar y transmitir el patrimonio en la pampa bonaerense del siglo XIX. El caso de Hipólito Piñero:
vicisitudes de una familia para continuar". En Anuario del Centro de Estudios Históricos "Prof. Carlos S. A. Segreti". N°2-3,
2002-2003, pp. 17-40.
19
Hilda Sábato, ob. cit. p. 127.
20
Eduardo Míguez, ob. cit. p. 346.

9
actividad política se adaptó a otros espacios de sociabilidad que brindarían, a quienes
formaban parte de los mismos, un conjunto de herramientas organizativas. 21 Luz del
Sud ofreció un canal de politización de gran fuerza estratégica que se adecuó
perfectamente a la época. Y la pertenencia a la institución facilitaría la posibilidad de
crear nuevas redes favoreciendo la relación con el poder.
En Tandil esas redes se dieron a través de prácticas asociativas, de una esfera de
opinión pública moderna, de un lugar de encuentro, de intercambios y de relaciones,
tal como lo plantea Pilar González Bernaldo de Quirós. La autora se centra en la Ciudad
de Buenos Aires para estudiar las surgidas y modernas formas contractuales y de
sociabilidad como núcleo de la política como práctica social que vehiculizó una
representación de sociedad. Ello nos llevó a repensar en si las prácticas relacionales
pudieron ser similares -o haberse desenvuelto de la misma manera- en una ciudad
como Buenos Aires, que según el Segundo Censo Nacional para el año 1895 contaba
con 664.000 habitantes y Tandil que para ese mismo año había llegado tan sólo a los
7.088.22 Indudablemente en el pueblo todos se conocían entre sí, y los imaginarios, las
concepciones y la vida cotidiana de los grupos familiares se concebían y construían
dentro de una dinámica de pueblo chico. Las dimensiones de los espacios socio-
urbanos deben ser tenidas en cuenta por la influencia que pudieron ejercer en la
edificación de las redes de sociabilidad.
Dijimos que la masonería brindó posibilidades de vínculos permitiendo a través del
ingreso la permanencia en un círculo social dirigente. No obstante, el hecho de formar
parte de una misma asociación como grupo no supuso la armonía entre ellos.
Desfavorablemente, ésta estuvo atravesada por crisis generadas por rivalidades entre
sus miembros, en general relacionadas a cuestiones que tocaban intereses políticos. Si
bien la prensa masónica tandilense intentaba mostrar estabilidad y solidez con el fin de
realzar los valores masónicos y fortalecer a la institución, las disidencias de opiniones
entre los miembros acaecieron, sobre todo durante el período que va desde 1873 a

21
Francisco Reyes, “A todos los correligionarios y a los que adhieran a las ideas del partido. Política de comité y
construcción identitaria en los orígenes de la Unión Cívica Radical”, en V Congreso Regional de Historia e Historiografía,
Santa Fe, Universidad Nacional del Litoral, 2013.
22
Segundo Censo Nacional, 1895. Disponible en www.deie.mendoza.gov.ar/tematicas/censos/censos_digitalizados/Censos
%20Digitalizados/index.html

10
1914 donde la masonería argentina estuvo sacudida por inestabilidades internas y
rupturas, sufriendo graves problemas.23
La Franc-masonería argentina, después de las peligrosas escisiones que la han dividido por las
ambiciones de algunos de sus adeptos, que pretendiendo servirse de ella para satisfacer
aspiraciones personales olvidaron su carácter induciendo la anarquía en la institución. Los buenos,
que son la mayoría, han prevalecido en la contienda.24

3- Radicalismo y masonería: vínculos compartidos


La “cultura política” –hábitos y tradiciones heredadas- tuvo una influencia relevante en
los procesos institucionales de Argentina. Para el período estudiado se observan dos
aspectos de la misma. Por un lado, la gran influencia del personalismo. El apoyo a los
grandes líderes o caudillos, por arriba de los programas políticos o agrupaciones, fue
una manera de identificación política. Por otro lado, se nota una ausencia en la
alternancia del ejercicio del poder.25
Ahora bien, teniendo en cuenta ello veremos lo que se registra en Tandil. ¿Quiénes
eran los masones del siglo XIX? Los cambios en la política nacional tuvieron repercusión
en la localidad. Conformando una oposición al gobierno nacional; al “unicato” de
Juárez Celman, en 1890 en el marco de una crisis económica y de la planeada
Revolución del Parque, en Tandil un grupo de hombres independientes y ambiciosos,
entre ellos Ramón Gómez, Leonardo Pereyra, Bartolomé Vivot, Florencio Méndez,
Felipe de la Canal, Toribio Díaz, Benito Rojido, Luis Arabehety (h.), Pedro Duffau, José
Fuschini, Francisco Bellini (Director en ese momento del periódico El Eco del Tandil),
Ernesto Richieri, entre otros, integraron el Comité de la Unión Cívica con la intención
de dirigir trabajos políticos.
En 1890, la ciudad se estremecía convulcionada (sic) por una revolución que fue el jalón de su
futura vida política.26

Sucedido el acuerdo entre la Unión Cívica de Mitre con el Partido Autonomista


Nacional (P.A.N.) de Roca, algunos disconformes con dicha decisión se unieron a las

23
Carlos Mayo, “La Masonería en crisis (1902-1922)”, en Conflictos y procesos de la Historia Argentina Contemporánea,
Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1988.
24
Luz y Verdad: “Pseudoliberales”, 30/09/1902, N°127.
25
Ezequiel Gallo, La República en ciernes. Surgimiento de la vida política y social pampeana, 1850-1930 , p. 58, Buenos
Aires, Siglo XXI, 2013.
26
Nueva Era, Bodas de Oro 1919-1969, p. 17.

11
filas de Leandro Alem27 formando parte de la recién nacida Unión Cívica Radical (U.C.R).
Entre ellos se encontraban Raimundo Piñero, Juan y Daniel de la Canal, Mariano y Juan
A. Dhers, Domingo Argúas, José Antonio Cabral y Francisco Sampaul. El horizonte
político tandilense se veía inestable, fragmentado y en constante lucha. Francisco
Bellini 28expresaba:
Ambos partidos en lucha, acuerdistas y radicales se disputan la supremacía y ámbos a uno dicen:
“yo soy el más fuerte” y por consiguiente el triunfo estará con nosotros.
¿A quiénes creer? ¿Á los acuerdistas? ¿á los radicales?
Sin embargo, analizado, uno y otro partido en lucha es casi seguro que del juicio imparcial
resultará con más elementos el partido acuerdista y por consiguiente al que llevará al poder al
General Mitre y al Dr. Uriburu.
(…) Por otra parte, después de la proclamación solemne hecha por la Convención cívica radical,
¿qué significación puede tener ese propósito?29

Como lo anunciaba Bellini las elecciones de 1892 dieron el triunfo a los acuerdistas.
Claramente el resultado generó indignación en los radicales, quienes en 1893 formaron
una Junta Revolucionaria y tomaron la Municipalidad, argumentando que el gobierno
de Julio Costa era arbitrario y fraudulento, sumándose a la aguda crisis económica que
atravesaba al país.30
(…) Costa será gobernador, porque sí y porque así conviene á los intereses del partidos pacista. (…)
De manera que nadie querrá presentarse á hacer oposición porque el resultado será negativo. (…)
Que se proclame la candidatura de Costa, en buena hora, que tenga todo el apoyo de los pueblos
y del Gobierno, pero cuando el momento llegue que haga ver á los mismos que lo han sostenido
que no han depositado su confianza en un hombre ambicioso y déspota. 31

27
Leandro Alem fue iniciado masón en la Logia Constancia N° 7 el 17 de octubre de 1871. Dos años después fue su
Venerable Maestro (Presidente). Participó luego en la fundación de la Logia Docente (1881). Acompañó como Pro Gran
Maestre (Vicepresidente) la gestión de Domingo Faustino Sarmiento al frente de la Masonería Argentina y lo sucedió en
1883 cuando aquel presentó su renuncia para abocarse al desarrollo de las ideas que cimentaron la sanción de la Ley 1420
de enseñanza común, obligatoria y laica.
28
Antimasón que ante la fragmentación de la Unión Cívica y formación de la U.C.R (masónica desde sus inicios), decide
continuar formando parte de la primera. En 1889 publicaba en El Eco “Indúcenos a ocuparnos de esta hermandad, -Si es
que de tal puede calificarse á un grupo de personas que se unen con el fin de imponer voluntades a los pueblos- un artículo
que con el título “La Liga del Sud” ha visto la luz pública en el papel local, órgano de intereses puramente personales. (…)
Resulta pues que la liga es bajo el punto de vista que se la mire, contraproducente para el vecindario y sus aspiraciones,
pues una congregación de personas que buscan el triunfo por los medios ilegales que ella emplea, como consta a todos,
imponiéndose por medios hóstiles condenables, no puede ser benefactora, como es de fácil penetración. (…) Desengáñese
el organillo, inútil que se afane por demostrar lo contrario de lo que piensa porque el público bien convencido está de que
la liga no pretende más que hacer presión para obtener un éxito en las elecciones próximas éxito, que está muy lejos de
alcanzar”.
29
El Eco del Tandil, “Política”, 27/08/1891.
30
Leonardo Fuentes, Radicalismo Tandilense, Tesis de Licenciatura inédita, Tandil, Universidad Nacional del Centro de la
Provincia de Buenos Aires, 2002.
31
El Eco del Tandil, “Proclamaciones”, 14/04/1889.

12
La Junta Revolucionaria gobernó hasta que el gobierno provincial convocó a elecciones
para regularizar la situación. Las urnas se abrieron en 1895, año bisagra para los
radicales, con la presentación de dos listas: la Unión Cívica Radical y la Unión Cívica
Nacional, dando como resultado el triunfo de la radical. A partir de allí, el Concejo
quedó constituido por seis radicales -Eduardo Frers, Ramón Gómez, Juan Bautista de la
Canal, José López Osornio, Juan Dhers y Jorge Dhal-, un candidato común -Florencio
Méndez- y un Cívico Nacional -Julián Dufau-.32
Desde entonces y hasta 1904 los radicales ocuparon el gobierno municipal.
Basándonos en el cuadro realizado por Leonardo Fuentes 33 sobre la dirigencia radical
que ocupó el poder entre 1895 y 1904 pudimos constatar que muchos de ellos eran
masones.
Nombre Ocupación Cargo
Dhal Jorge Farmacéé utico Concéjal
Dhers Juan A Comércianté Inténdénté-Concéjal-Conséjéro
Dhers Juan María Comércianté Concéjal-Conséjéro
Lisarraguirre Bernardo Comércianté Concéjal
López Osornio Eulalio Hacéndado Conséjéro
Nigoul Antonio Rématador/Périodista Concéjal
Plazas Higinio Rélojéro/Platéro Concéjal
Riviere Alfonso Comércianté Conséjéro
Riviere Luciano Escribano Concéjal
Sampaul Francisco Comércianté Conséjéro
Suárez Gordillo Manuel Rématador/Procurador Concéjal

Es sabido que en este periodo los ámbitos municipales se caracterizaban por el


liderazgo de los caudillos, jueces de paz o comisarios. En Tandil los masones se
agruparon alrededor de caudillos34- radicales carismáticos. Masones y radicales
compartieron espacios sociales y de poder. Durante el período analizado la figura
sobresaliente fue Raimundo Piñero,
(…) Lo conocimos, asi, á la distancia, el año 93, cuando rodeado de un grupo de ocho jóvenes que
hoy se han aumentado á quien sabe cuantos cientos, y encaramado en la tribuna popular, con su
palabra cálida, vibrante fundida al calor del patriotismo mas sincero, estigmatizaba aquél gobierno
oprobioso de luctuosa recordación, acaudillado por Julio Costa; mas tarde su nombre simpático á

32
Leonardo Fuentes, “Política y relaciones sociales en Tandil a principios del siglo XX: el caso de Raimundo Piñero”, en IV
Jornadas de Historia Política, Bahía Blanca, 2009.
33
Leonardo Fuentes, ob. cit., 2002, p. 33.
34
Coincidimos con Leonardo Fuentes cuando afirma que “(…) el caudillo local, cuya figura se hallaba superpuesta a la del
intendente, tenía como principal capital político su capacidad de manipulación y el conocimiento del padrón electoral
municipal que le permitía dominar la situación comunal”. Ver: Leonardo Fuentes, ob. cit., 2002, p. 6.

13
las multitudes que se habían condensado á su alrededor con tensiones de viril entusiasmo, salvó
los límites de este pueblo que lo cuenta entre sus mejores hijos, y llegó hasta el escenario de la
política provincial, para ser pronunciado por muchos hombres espectables (sic) del país que
quisieron conocerlo, y que cuando lo conocieron apreciaron su sencillez y admiraron su
inteligencia, honrándose con su amistad.
Hoy, el muchacho como lo llaman los que no comulgan con ese crédito político que él ha sabido
sustentar contra todas las borrascas, es el prestigioso ciudadano que condensa en sí los anhelos
de toda la juventud del Tandil (…).35

Nos atrae el entorno sociopolítico de Don Raimundo. Nacido en Tandil, nieto de


Hipólito Piñero y Josefa de Montes de Oca, e hijo de Raimundo Piñero y Rudencinda
Casado (sobrina política de Pilar López de Osornio y de Alejo Machado, quien fue
nombrado administrador de la estancia de Raimundo a partir de 1848). Perteneciente a
una familia de acomodados hacendados, participó activamente en las diversas
asociaciones de la localidad. No era masón. No obstante, se casa con Ana Dhers, hija de
Juan María Dhers, quien era masón y propietario del Hotel “La Piedra Movediza”, lugar
donde habitualmente se reunían los masones-radicales a debatir cuestiones políticas.
Raimundo Piñero ocupó por muchos años la presidencia del Comité Radical y en dos
períodos el gobierno municipal (1899-1900 y 1902-1904), creando a su alrededor redes
que lo vincularon, junto a su grupo, en la esfera de los notables.

4- Expansión de la logia hacia otros espacios


Advertimos que la masonería fue un tipo de asociación estrechamente vinculada a la
política local desde sus inicios teniendo como misión, de acuerdo a su discurso,
terminar con el error y el fanatismo religioso a través de la verdad y la ciencia positiva,
adjudicándose el establecimiento de las primeras asociaciones florecientes y el
fomento de la beneficencia en la localidad. La masonería actuó como un canal de
comunicación entre lo privado y lo público, procurando influir en la dirección de la
sociedad, apropiándose de espacios que iban más allá de las tenidas en el templo.
Existió, de ese modo, un propósito de abarcar otras esferas, como por ejemplo el de la
opinión pública, la cultura, la beneficencia y, como percibimos, el de la política, ya que
los iniciados en la masonería supieron crear vínculos relacionales que fueron

35
Luz y Verdad: “Siluetas locales, Raimundo Piñero”, 18/02/1902, N°95.

14
aprovechados para la obtención de cargos políticos. Y una vez ejerciendo en ellos
tuvieron el poder y la influencia para erigir o vincularse a instituciones culturales y
filantrópicas que respondieran a las demandas de la sociedad, demandas que el Estado
aún no suplía.
Corría el año 1880 cuando los masones impulsados por las iniciativas del Dr. Eduardo
Fidanza -quien ocupó la Intendencia entre 1883 y 1885- y su cuñado el Dr. José Fuschini
fundaron el primer hospital de Tandil, el cual reemplazó a la Casa de Sanidad que había
sido implantada en 1875.36 Denominado Asilo San Juan, ubicado en calle Río Bamba
(hoy calle Alem37) entre Maipú y 25 de Mayo; en 1888 pasa a ser el Hospital Municipal,
presidiéndolo Fuschini38, quien llevó adelante este proyecto destinado a los enfermos
necesitados.
Las relaciones sociales y políticas les permitieron a ambos médicos concretar tan
anhelado sueño e implementar políticas relacionadas a la higiene y salud pública,
influenciados por la concepción de “orden y progreso”.
Supeditada al Hospital Municipal los masones fundaron la Sociedad Cosmopolita de
Socorros Mutuos. Las esposas y hermanas de masones, amparadas por éstos, habían
fundado años atrás la Sociedad Hermanas de los Pobres que cumplía un rol importante
en la atención de las necesidades de los sectores más pobres. Dicha Sociedad
dependiente de la Logia no llegó a tener más de veinte años de vida, factiblemente por
contrariedades internas. Estas mujeres cumplieron un rol sólido en la beneficencia,
formando parte de la red asociativa.
En su momento la Sociedad Hermana de los Pobres 39 había colaborado en la
administración del Asilo San Juan. 40 Ahora, el intendente Piñero les encomendaba a
aquellas mujeres la tarea de ejercer la caridad mediante la Sociedad Cosmopolita de
Socorros Mutuos acercando a la familia del paciente vestido y alimentación. Luz y
Verdad anunciaba:
36
Karina Carreño, Noches alegres, muchachas tristes: la prostitución legal en Tandil, 1870-1910, Tandil, Dirección de
Cultura, 2005.
37
Esta calle integró la primera delineación de Tandil en 1858, designada con el nombre de Río Bamba. A partir del 20 de
julio de 1918 su denominación definitiva fue Leandro N. Alem. Libro de Actas N° 1260, Archivo Histórico Municipal de
Tandil.
38
El Doctor José Fuschini presidió la Logia Luz del Sud N° 39 entre 1875 y 1876. Alcibíades Lappas, La masonería argentina
a través de sus hombres, Buenos Aires, Edición propia, 1966, p. 199.

39
La Presidenta fundadora de la Sociedad Hermana de los Pobres, institución surgida el 6 de enero de 1888, fue la Sra.
Josefa M. de Venegas esposa del masón José Venegas.
40
El Eco del Tandil, 6/04/1888.

15
Los que suscriben invitan á todas las personas que simpaticen con la idea de formar una
Institución de Socorros Mutuos y dé Beneficencia, con la base del actual Hospital Municipal, -á
suscribir el acta de adhesión que está en poder de Don Pedro Barbé, calle 9 de Julio Nro. 506.
Joaquín Rivera. – Raimundo Piñero. –Horacio Cavenago. –Alberto Speroni. –Santiago Serigós. –
Francesico Iglesias. –Carlos Linne. –Blas P. Grothe. –Pedro Barbé. 41

El Hospital podría hacerse cargo de esta asociación, sosteniéndose con los fondos
obtenidos de la cuota mensual de los asociados. Piñero había evaluado la imperiosa
necesidad de establecer una institución de socorros mutuos diciendo que:
(…) el actual Hospital no respondía a las necesidades públicas, á pesar de los inmensos esfuerzos
que hacía para su sostén la autoridad edilicia (…). Que á cortar de raíz estos males, propendía la
formación de la nueva sociedad, que teniendo por base el Hospital Municipal, calcándola en la
organización de las asociaciones semejantes establecidas en los pueblos cultos de la República y
del extrangero (sic), y contando con las subvenciones del Estado y con el apoyo moral y pecuniario
que se hallaban dispuestos á prestarle las personas pudientes y caracterizadas de este pueblo
(…)42

En un proyecto orgánico los masones, sus mujeres y su entorno fueron más allá de la
beneficencia privada y pública abarcando espacios que tenían que ver con la cultura y
la educación. La Sociedad Belgrano Amigos de la Educación de carácter educacional no
tenía el objetivo de hacer caridad sino proporcionar ropa y calzado a los niños para que
puedan concurrir de manera decente a la escuela. La asociación estableció un Estatuto
que expuso en su artículo primero que,
La Sociedad actuara con el objeto de propender á que la educación se difunda abundantemente
por entre todas las clases sociales, promoviendo para ello, la mayor afluencia de niños á las aulas
escolares y organizando conferencias públicas y emprendiendo la publicación de una revista
periódica, en las cuales se diserte sobre temas sociales, científicos, etc., que tengan atinencia (sic)
con la educación popular, y coadyuvará, así mismo según el artículo 2. con su influencia moral y
pecuniaria, á la edificación y refacción de edificios para escuelas, y constituirá becas para formar
un magisterio propio es decir, para ayudar con cuotas mensuales y mientras duren sus estudios, á
los que nacidos en esta localidad y siendo pobres, tengan aptitudes y vocación para el ejercicio de
la carrera del profesorado.43

41
Luz y Verdad: “Al Vecindario”, 16/10/1900, N° 25.
42
Luz y Verdad: “La Nueva Asociación”, 9/10/1900, N° 24.
43
Luz y Verdad: “Astucia clerical”, 2/04/1901, N° 49.

16
La Sociedad compraba calzado y ropa a través de llamado a licitación a los comercios
de la ciudad. La compra era distribuida a los niños inscriptos en la asociación, que
cumpliesen con el requisito de ser pobre y encontrarse en edad escolar. Además de la
cuota mensual aportada por sus miembros, se realizaban actividades recreativas y
culturales para recaudar fondos.
La sociabilidad masónica se caracterizó como una red compleja. Quienes integraban la
logia, y las asociaciones que dependían directamente de ella; formaban parte también
de otras entidades de la ciudad. La pertenencia a diferentes ámbitos formaba los
vínculos y expandía y reproducía la red.

5-Conclusiones
En este articulo nos propusimos delinear el contexto en que se produce la
expansión de la masonería en el interior de la Provincia de Buenos Aires, y el
desenvolvimiento económico, social y político experimentado en Tandil, advirtiendo
que estos cambios impulsaron la explosión de la vida asociativa, incluyendo a la
masonería.
En este sentido, la logia Luz del Sud Nº 39 se adecuó perfectamente a las exigencias del
período. Organizada a partir de formas contractuales e igualitarias, con un manejo
interno democrático y el uso de la prensa escrita como medio de expresión, se propuso
concretar un proyecto orgánico que abarcó esferas como la política, beneficencia,
cultura y educación, procurando influir en la dirección de la sociedad en un contexto en
el que el Estado aún no cubría las demandas de la sociedad.
Más allá de plantearse el objetivo de difundir su humanitaria misión, los ideales y
valores masónicos, la logia fue instaurada con la intención de defender los intereses de
un grupo particular y reducido de la sociedad tandilense; y también encauzar sus
propósitos políticos.
La capacidad de formar y mantener las redes de sociabilidad y el nivel de instrucción,
les abrió las puertas de la esfera. Estos ingresos no significaron un recambio en la
conformación del grupo, porque para posicionarse necesariamente tuvieron que crear
vínculos previos con los ya insertos para formar parte de la red social.
Lo mismo sucedería con la política local. En este sentido, las redes familiares –como el
caso visto de los Piñero- y los vínculos creados a partir de las diversas asociaciones ,

17
incluida la masonería) nos mostraron que las diferencias ideológicas se matizaban en
espacios socio-urbanos que respondían a dinámicas de una ciudad chica en la que
todos se conocían entre sí. Ello nos llevó a repensar las prácticas relacionales, donde
las dimensiones de dichos espacios ejercieron influencia en la construcción de las redes
de sociabilidad.
La pertenencia a la logia les facilitó la posibilidad de crear nuevos contactos y favorecer
su relación con el poder. Fue no sólo un canal de politización, sino un espacio de
opinión moderna, un lugar de encuentro social y prácticas asociativas. Los que se
iniciaron en este período formaron una elite letrada que se propuso abrir las puertas
de la logia y no ocultarse, expresándose a través de la prensa masónica.

6-Fuentes y Bibliografía utilizada

Fuentes inéditas
Libros de Actas. Archivo Histórico Municipal de Tandil.
Segundo Censo Nacional de 1895. Disponible en
www.deie.mendoza.gov.ar/tematicas/censos/censos_digitalizados/Censos
%20Digitalizados/index.html

Diarios, periódicos y revistas


Diario El Eco del Tandil
Diario Nueva Era: Suplemento extraordinario en Homenaje al 1er. Centenario de Tandil.
4 de abril de 1923
------------------------: XXV Aniversario 1919-1° de Octubre-1944.
------------------------: Bodas de Oro 1919-1969.
Semanario Luz y Verdad, 1900-1904

Bibliografía General

Bonaudo Marta, (2007), “Liberales, masones ¿subversivos?” en Revista de Indias , LXVII


(240), 403-432.

Carreño Karina (2005), Noches alegres, muchachas tristes: la prostitución legal en


Tandil, 1870-1910. Tandil: Dirección de Cultura.

18
Fuentes Leonardo, (2002), Radicalismo en Tandil. Tesis de Licenciatura inédita,
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, Tandil.
---------------------------- (2009). “Política y relaciones sociales en Tandil a principios del
siglo XX: el caso de Raimundo Piñero”, IV Jornadas de Historia Política, Bahía Blanca.

Gallo Ezequiel (2013), La República en cierne, surgimiento de la vida política y social


pampeana, 1850-1930, Siglo veintiuno, Buenos Aires.

González Bernaldo de Quirós Pilar, (2000), Civilidad y política en los orígenes de la


Nación Argentina. Las sociabilidades en Buenos Aires, 1829-1862. Buenos Aires: Fondo
de Cultura Económica.

Gruber, Hermann, Masonería (Francomasonería). Recuperado en:


http://www.mercaba.org/FICHAS/Enciclopedia/F/masoneria.htm

Lynch John, (2001), Masacre en Las Pampas. La matanza de inmigrantes en Tandil,


1872. Buenos Aires: Emecé.

Macagno, L. (2002). Apocalipsis al sur: una protesta contra inmigrantes en el “desierto”


argentino. Buenos Aires: Biblos.

Mayo Carlos (1988). “La Masonería en crisis (1902-1922)”, en Conflictos y procesos de


la Historia Argentina Contemporánea. Centro Editor de América Latina.

Míguez Eduardo, (1987), “Política, Participación y Poder. Los inmigrantes en las tierras
nuevas de la Provincia de Buenos Aires en la segunda mitad del siglo XIX”, en Estudios
Migratorios Latinoamericanos (6-7).

Nario Hugo, (1976), Tata Dios. El mesías de la Última Montonera. Tandil: Plus Ultra.

Pasolini, R., & El Hage, E. (2010). Tandil en la Argentina del Bicentenario. Vida cotidiana
y sociedad. 1823-2010. Tandil: Municipio de Tandil.

Paz de Trueba, Yolanda (2011), Masonería y Sociabilidad en el centro y sur de la


campaña bonaerense. Fines del siglo XIX-principios del XX. Disponible en:
http://www.scielo.org.ar/scielo.php?pid=S1851-
95042011000200001&script=sci_arttext#2

Pérez Daniel, (2010), “Tata Dios”, en Revista Tiempos Tandilenses, Año XV.

Reguera Andrea, (2002-2003), "Formar y transmitir el patrimonio en la pampa


bonaerense del siglo XIX. El caso de Hipólito Piñero: vicisitudes de una familia para
continuar". En Anuario del Centro de Estudios Históricos Prof. Carlos S. A. Segreti, N°2-
3.

Reyes Francisco, (2013). “A todos los correligionarios y a los que adhieran a las ideas
del partido. Política de comité y construcción identitaria en los orígenes de la Unión

19
Cívica Radical”, V Congreso Regional de Historia e Historiografía, Santa Fe: Universidad
Nacional del Litoral.

Rottjer Anibal A, (1959), La Masonería en la Argentina y en el Mundo. Nuevo Orden.

Sábato Hilda, (2002), “Estado y sociedad civil”, en Di Stefano Roberto, De las cofradías
a las organizaciones de la sociedad civil. Historia de la iniciativa asociativa en
Argentina. 1776-1990. Buenos Aires: Edilab.

Santos Juan José, (2008), El Tata Dios. Milenarismo y xenofobia en las pampas. Buenos
Aires: Sudamericana.

Torre Juan Carlos, (1967), “Los crímenes de Tandil”, en Todo es Historia

20

You might also like