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PIERA ALAUGNIER

“LA VIOLENCIA DE LA INTERPRETACIÓN “


CAPÍTULO 2

1. El postulado de autoengendramiento

Lo que caracteriza a cada proceso de metabolización, determinado por el encuentro entre el espacio
psíquico y el espacio exterior a la psique, se define por la especificidad del modelo relacional impuesto a los
elementos representado.
En nuestro análisis, separamos lo que se relaciona con la economía placer-displacer, característica de
este postulado, y lo que se relaciona con la particularidad de lo representado que el engendra: EL
PICTOGRAMA.
El encuentro original se produce en el mismo momento del nacimiento, pero que nos permitimos
desplazar ese momento para situarlo en el de una primera e inaugural experiencia de placer: el encuentro
entre boca y pecho .Cuando hablamos del momento originario, o de encuentro originario, nos referimos a
ese punto de partida.
Si nos mantenemos en el campo del INFANS, podemos aislar una serie de factores responsables de la
organización de la actividad psíquica en la fase considerada:
1. La presencia de un cuerpo cuya propiedad es preservar por autorregulación su estado
de equilibrio energico.Toda ruptura de este estado se manifestara mediante una experiencia
inconocible, una X que, en el a posteriori del lenguaje, se designa como sufrimiento. La reacción que
se origina de la homeostasis del sistema, escapa a todo conocimiento por parte d ela psique, sin
embargo, esta última es informada a cerca de un posible estado de sufrimiento del cuerpo, ante el
cual responde mediante la única acción a su alcance: la alucinación de una modificación en la
situación de encuentro, que niegue su estado de falta.
Se observa desde ya el principal escándalo del funcionamiento psíquico: su primer respuesta
“natural” es desconocer la necesidad, desconocer el cuerpo y “conocer” solamente el “estado” que la
psique desea reencontrar.
La conducta de llamada aparece solo frente al fracaso del poder omnímodo del pictograma. Se
debe reconocer que la presencia originariginaria de TANATOS es más escandalosa para el YO a que la
de EROS: lo ya presente del odio es más perturbador que lo siempre presente del amor.
2. Un poder d excitabilidad al que se debe “la representación en la que la psique de los
estímulos originariginados en el cuerpo y que alcanzan al espíritu, exigencia de trabajo requerido al
aparato psíquico con su consecuencia de su ligazón con lo corporal”. Esta definición propuesta por
Freud se aplica en todos sus aspectos a la que proponemos para la actividad pictográfica (pulsión).El
trabajo del aparto psíquico consistirá en metabolizar un elemento de información, proveniente de un
espacio que le es heterogéneo, en un material homogéneo a su estructura, para permitir a la psique
representarse lo que ella quiere reencontrar de su propia experiencia.
3. Un afecto ligado a esta representación, siendo representación de un afecto y el afecto
de la representación indi-sociables para y en el registro de lo originario.
4. El afecto es coextenso con la representación, y la representación puede conformarse o
no a la realidad de la experiencia corporal. Si, imaginamos una representación de la unidad boca-
pecho que acompaña a la experiencia del amamantamiento, se observa una conformidad entre afecto
y experiencia del cuerpo.
5. La exigencia constante de la psique: en su campo no puede aparecer nada que no haya
sido metabolizado previamente en una representación pictográfica. Larepresentatividad pictográfica
del fenómeno constituye una condición necesaria para su existencia psíquica. Lo originario solo
puede conocer los fenómenos que responden a las condiciones de representatividad; los restantes
carecen de existencia para él.

2. Las condiciones necesarias para la representatividad del encuentro


La actividad delproceso originario es coextensa con una experiencia responsable del
desencadenamiento de la actividad de una o varias funciones del cuerpo, originada en la excitación de las
superficies sensoriales correspondientes.
Esta actividad y esta excitación exigen el encuentro entre un órgano sensorial y un objeto exterior que
posea un poder de estimulación frente a él. Ensus puestas en forma el objeto originario retoma este modelo
sensorial. La representación pictográfica de este encuentro excibe la particularidad de ignorar la dualidad
que la compone.
La representación es una puesta en presentación de la psique para la psique, auto encuentro entre una
actividad originaria y un producto, también originario, que se da como presentación del acto de representar
para el agente de la representación .Esta sobre significación y sobredetrminación de lo representado
constituye su rasgo esencial.
La primera condición de representatividad del encuentro nos remite, pues, al cuerpo, y precisamente,
a la actividad sensorial que lo caracteriza.
Veamos en qué condiciones la representación de encuentro puede ser una fuente de placer y en cuales
otras de displacer. En este punto encontramos una segunda ley general de la actividad psíquica: la meta a la
que apunta nunca es gratuita, el gasto de trabajo que implica debe asegurarse una “prima de placer”; de no
ser así, la no catectización de la actividad de representación pondría fin a la actividad vital misma. La
psique previene este peligro gracias a la presencia del “placer mínimo”, consecuencia de toda una puesta en
relación , conforme al postulado, de los elementos de la información que se abren camino en el espacio
psíquico y del estado de quietud consecuente para la actividad de representación.
Es cierto que en lo representado del pictograma no puede existir una diferencia entre la representación
que acompaña al amamantamiento y la representación de esta experiencia en ausencia del pecho, postulamos
que la psique percibe muy precozmente un suplemento de placer cuando a la representación le acompaña
una experiencia de satisfaccion real: a condición, de que esta satisfaccion pueda proporcionar placer y no se
reduzca a calmar la necesidad. La condición esencial es que esta experiencia pueda representarse como
aportando placer a las dos entidades de lo que definiremos como “el objeto-zona complementario”. La prima
de placer, como meta de la actividad de representación, se encuentra relacionada con la posibilidad de una
representación y de una experiencia que pueden poner respectivamente en escena y en presencia de la unión
de dos placeres, el del representante y del objeto que él representa y que encuentra en el trascurso de la
experiencia (de la representación de la necesidad).
Si se analiza las condiciones relativas al afecto de DISPLACER, diremos que este afecto está presente
en toda oportunidad en que el estado de fijación es imposible y en que la actividad psíquica debe volverse a
forjar una representaciones trabajo requerido para el surgimiento de una nueva representación determina un
estado de tensión, responsable de lo que llamaremos el “displacer mínimo”, simétrico de lo que hemos
designado placer mínimo.
Para comprender el funcionamiento psíquico, es la relación que existe entre el afecto de displacer y la
representación que esta indisociablemente ligada a él. Esta relación nos obliga a abordar el problema que
plantea la pulsión de muerte y a recurrir al concepto con el que aludimos aun odio radical, tan originario
como su contrario.
No es posible comprender la representación de afecto de displacer sin postular la presencia originaria
de la antinomia típica de los dos propósitos del deseo: deseo de catectizar al objeto metabolizándolo en la
representación de una parte del propio cuerpo y, gracias a ello, deseo de catectizar el propio incorporante, y
deseo de auto aniquilación que convierta a la representación de la instancia representante en
autoprsentacion de la instancia que engendra el displacer.
El colorario y el sinónimo de displacer es un deseo de autodestrucción, primera manifestación de una
pulsión de muerte que considera a la actividad de la representación, en cuanto a forma original de la vida
psíquica, como la tendencia opuesta a su propio deseo de retorno al “antes” de toda representación .
Esta hipótesis facilita la comprensión de lo que separa al principio de nirvana y pulsión de muerte
llamados así por Freud, al primero es posible concebirlo como la actualización de un principio de placer que
tiende a la quietud y a la persistencia inmutable de una primera representación, que se ofrece a la psique
como prueba de su omnipotencia de autoengendramiento del estado de placer y como testigo de su poder de
crear el objeto conforme a su meta , en lo que refiere a la pulsión de muerte, se la debe considerar como una
tendencia arcaica e insistente.
En toda oportunidad en que la actividad psíquica se acompañe con una excitaciónque la informe a
cerca de un estado de necesidad, su meta será metabolizarla y representarla mediante su negación: se explica
así su ambivalencia frente a su propia producción .El estado de placer que ella induce recubre la percepción
de una experiencia de la cual huye: el amor a la representación al revés , pero también al colorario, del odio
a la necesidad en cuanto al testigo de la existencia de un espacio corporal autónomo.
El deseo de no deseo expresa la concepción de la pulsión de muerte.
Hemos encontrado en forma sucesiva: a) un experiencia del cuerpo , a la que hemos designado como
el x inconocible, que acompaña a una actividad de representación que da lugar al pictograma; b) un afecto
que está indisolublemente ligado a esa experiencia, que puede ser tanto de placer como de displacer; c) la
presencia original de una ambivalencia radical del deseo de destruirla, por ser prueba de la existencia de
otro lugar escapa a su poder)la ambivalencia de toda catexia que concierne al cuerpo.
3. El “préstamo” tomado del modelo sensorial por la actividad de lo originario
Partimos de la hipótesis de que el fundamento de la vida del organismo consiste en una oscilación
continua entre dos formas elementales de actividad, a la que designamos como el “tomar en sí” y el
“rechazar fuera de sí” actividades que se acompañan con su trabajo de metabolización de lo “tomado”, que
lo tranforma en un material del cuerpo propio: los residuos de esta operación, por su parte, son expulsados
del cuerpo.
Respiración y alimentación constituyen un ejemplo simple y claro de ello. Este doble mecanismo
puede explorarse al conjunto de los sistemas sensoriales cuya función implica analógicamente la “tomaen si”
de la información, fuente de excitación y fuente de placer, y el intento de “rechazar fuera de sí” esta misma
información cuando se convierte en fuente de displacer. Se debe tener una primera diferencia: en esta etapa
de la vida, es posible vomitar la leche, no así taparse la nariz o cerrarse la cavidad auditiva.
Todainformación sensorial tiene el poder de exceder el umbral de tolerancia y transformarse en fuente de
dolor. Al hablar de información intentamos destacar un con junto de funciones cuya tarea es informar a la
psique y al mundo de su mutua interdependencia en su registro muy particular y muy “psíquico”, si se me
permite la expresión: el del placer y su relación con el discurso. Tan pronto como se accede al lenguaje, la
vista, el oído, el gusto y el tacto se encuentran bajo la égida de un enunciado que decidirá a cerca del
mensaje afectivo que el informado y la voz informante esperan y reciben uno de otro.
En términos psicoanalíticos , el “tomar en sí” y el “rechazar fuera de sí” pueden traducirse desde un
primer momento en otro binomio: la catectizacion y la descatectizacion de aquello de lo que es informado y
del objeto de excitación responsable de esta información. Importa señalar que, en esta fase, la representación
pictográfica de los conceptos de “tomar” y de “rechazar” es la única representación posible de toda
experiencia sensorial: lo percibido por la vista, el oído, el gustolo será por la psique como una fuente de
placer auto engendrado por ella, que forma parte por excelencia de lo que “es tomado” en el interior de sí
misma, o, de lo contrario, como una fuente de sufrimiento que se debe rechazar: este rechazo implica que la
psique se auto mutila de aquello que, en su propia representación , pone en escena el órgano y a la zona,
fuente y sede de la excitación.
Al hablar de este doble modelo abordamos la descripción de la representación que la psique se da de
su experiencia de placer o de displacer.
Si se acepta designar como sentimiento a los afectos presentes y que se manifiestan en la esfera del
YO, se comprenderá mejor la indisociabilidad de los términos de este segundo binomio.
Se plante aquí el problema de la relación que existe entre el término “préstamo” que proponemos y el
de apuntalamiento utilizado por Freud: su semejanza es evidente, pero se distinguen por en un aspecto. En la
acepción que le otorga Freud, el apuntalamiento se relaciona en mayor medida con una astusia de la
“psique” que aprovecharía el camino que abre la percepción de la necesidad, o el estado de la necesidad,
para permitir a la pulsión que el estado de la necesidad, para permitir a la pulsión que la informe de sus
exigencias vitales, con el propósito, escribe Freud “de lograr al sistema nervioso a elaborar actividades más
interdependientes y más complejas, capaces de reproducir modificaciones en el mundo exterior con el fin de
satisfacer la fuente de las estimulaciones endógenas ”.
Entre la necesidad y la pulsión a pesar de su heterogeneidad no impide que entre estas dos entidades
exista una relación que ya no pertenece al orden del apuntalamiento, sino al de una dependencia efectiva y
persistente en el registro de lo representado.
4. Pictograma y especulación
En la parte reservado al YO veremos el concepto de estadio del espejo tal como lo define Jaques
Lacan. Micho antes de ese estadio, desde el origen de la actividad psíquica, se comprueba la presencia y la
pregnancia de un fenómeno de especularizacion: toda creación de la actividad psíquica presenta ante la
psique como reflejo, representación de si misma, fuerza que engendra esa imagen en cosa en la que se
refleja, reflejo que contempla como creación propia, “imagen “que es simultáneamente para la psique
presentación del agente productor y de la actividad que produce. Si se acepta que en esta fase el mundo-“lo
exterior a la psique”-no existe fuera de la representación pictográfica que lo originario forja a cerca de él, se
deduce que la psique encuentra al mundo como un fragmento de superficie especular, en la que ella mira su
propio reflejo.
Representante y representación del mundo son complementarios entre sí, siendo cada uno de ellos la
condición de existencia para el otro.
El modelo de representación de esta complementariedad especular entre el espacio psíquico y el
espacio del mundo está constituido por lo que toma la psique de la experiencia sensible. Lo pulsional se
apoya en el “vector sensorial”; la percepción de la necesidad se abre camino hacia la psique gracias a una
representación que pone en escena a la ausencia de un objeto sensible, fuente de placer para el órgano
correspondiente. Escogimos como punto de partida de nuestra construcción la experiencia inaugural de una
vivencia de placer debido a la función que acordamos a la actividad sensorial, fuente original de un placer
(del gusto, del oído, del tacto, de la vista, del olfato) para el órgano correspondiente cuyo poder descubre la
psique. Experiencia de un placer que ella obtiene y que constituye la condición previa necesaria para la
catactizacion de la actividad de representación y de la imagen que en ella se origina.
Todo placer de una zona erógena es al mismo tiempo, y debe serlo placer global del conjunto de
zonas. La experiencia de amamantamiento se acompaña con una serie de percepciones que afectan a los
diferentes órganos sensoriales: el placer, desde su primera aparición, se anticipara paradójicamente a esta
experiencia de una totalidad indecible de la vivencia que, que en un a posteriori lejano, será designada como
goce.
El primer reconocimiento de lo exterior a si es tributario de una primera relación de identidad en la
que una “alteridad “es, al mismo tiempo, reconocida y negada.
Se puede definir del siguiente modo lo que caracteriza a la representación Pictográfica :la puesta en
forma de una percepción mediante la que se presentan, en lo originario y para lo originario, los afectos que
allí se localizan en forma sucesiva, actividad inaugural de la psique pata la que toda representación es
siempre autorreferente y nunca puede ser dicha, ya que no puede responder a ninguna de las leyes a las que
debe obedecer lo “decible”, por elemental que sea. Esta especularizacion sí-mismo mundo demuestra la
ambigüedad de la acepción que se le da habitualmente al concepto de narcisismo primario.
5. Pictograma y placer erógeno
La importante de la totalidad sincrónica de la excitación de las zonas erógenas es fundamental:
condición previa necesaria para integración del cuerpo como unidad futura, pero, también, causa de una
fragmentación de esta unidad que da origen a una angustia de desplazamiento; por otra parte la
desintegración de la imagen del cuerpo que ella implica es fácil de comprender. Esta sincronía de los
placeres erógenos es coextensa con una primera experiencia de amamantamiento que reúne una boca y un
pecho y se acompaña con un primer acto de ingestión de alimento que en el registro del cuerpo, hace
desaparecer su estado de necesidad. El importante lugar que ocupa el concepto de oralidad o fase oral remite
a la experiencia inaugural de placer, que hace coincidirá) satisfaccion de la necesidad) la ingestión de un
objeto incorporado) el encuentro, por parte de la organización sensorial, de objetos, fuente de excitación y
causa de placer.
En este estadio, el pecho debe ser considerado un fragmento del mundo que presenta la particularidad
de ser, simultáneamente, audible, visible, táctil, olfativo, alimenticio y dispensador de la totalidad de los
placeres. Por su presencia, entre fragmentos desencadena la actividad del sistema muscular necesaria para el
acto de succión: de ese modo, la psique establecerá una identidad entre lo que realmente es efecto de una
actividad muscular que ingiere un elemento exterior, y al hacerlo satisface una necesidad, y lo que se origina
en la actividad sensorial, que a su vez, podríamos decir, “ingiere” el placer que experimenta en el momento
de su excitación.
Por ello mismo, la boca se convertirá en representante, pictográfico y metonímico, de las actividades
del conjunto de las zonas, representante que autocrea por ingestión la totalidad de los atributos de un
objeto(el pecho) que, a su vez será representante como fuente global y única de los placeres sensoriales .
Se observa la presencia de fenómenos de displacer y sufrimiento. El pictograma representara una
misma unidad “objeto-zona” como lugar de un doble deseo de la destrucción, lugar en que se desarrolla un
conflicto mortal e interminable. En lo originario, el deseo de destruir al objeto se acompañara siempre con el
deseo de aniquilar la zona erógena y sensorial, al igual que la actividad que se produce en ella; en esta etapa,
el objeto visto solo puede ser rechazado si se renuncia a la zona visual y a la actividad que la caracteriza. En
lo originario, todo órgano de placer puede convertirse en algo de lo que es posible mutilarse para anular el
displacer con respecto al cual aquel, súbitamente, se muestra causante.
El YO odia, detesta, persigue con sus propósitos destructivos a todos los objetos que se convierten en
una fuente de impresión desagradable, tanto si constituyen con él una renuncia a la satisfaccion sexual como
a la satisfaccion de la necesidad de la conservación.
El odio no es anterior ni posterior al amor: ambos términos designan al afecto y la meta,
característicos de dos representaciones inaugurales; una vez que el discurso pretende dar cuenta de ellos. El
primero nace el área de EROS y el segundo nace en el área de TANATOS .
La puesta en escena del desgarramiento y del rechazo entre la zona y objeto es también la
representación de la relación de odio entre Tanatos y Eros, a partir del momento en que este último ya no
logra apresar al primero en la trampa de una fijación entre la libido y el objeto que cree la ilusión de un
retorno a un silencio.
6. La reproducción de lo mismo
El término “originario” define una forma de actividad y un modo de producción que son los únicos
presentes en una fase inaugural de la vida.
Existe una antinomia entre los dos caminos de que dispone la energía psíquica para alcanzar su meta.
El conflicto está presente desde un primer momento, ya que en toda oportunidad en la que surja un estado de
deseo, se producirá al mismo tiempo, una búsqueda del objeto esperado y un rechazo de toda actividad de
búsqueda, de deseo de presencia y odio ante un encuentro; y esto constituye una prueba indirecta de la
existencia de la necesidad y de la falta. Eros puede imponersesolo si la espera del placer no se prolonga, ya
que su astucia consiste en ofrecer a Tánatos por la vía del objeto de la ilusión de la que ha alcanzado su
meta: el silencio del deseo, el estado de quietud, el reposo de la actividad de representación.
En el registro económico lo originario queda bajo el dominio de esta fuerza ciega que tiende a
preservar un estado de quietud y que, abandonada a sí misma, solo podría oscilar entre una fijación perpetua
al primer soporte encontrado y la imposible aniquilación de si misa. En esta óptica, podríamos decir que la
muerte es la última ilusión que el hombre encuentra en su camino, que al desear morir espera “locamente”
alcanzar un antes el deseo, olvidando que ese antes implica la anulación de toda posibilidad de goce.
El pictograma no es sino la primera representación que se da a cerca de si misma de la actividad
psíquica a través de su “puesta en forma” del objeto-zona complementario y del esquema relacional que ella
impone a estas dos entidades. Placer y displacer dependerán de las relaciones respectivamente puestas en
escena entre el objeto y la zona.
Las psique contemplan en su representación su propia forma de actividad (incorporar o rechazar); en el
primer caso catectiza esta forma productora y el producto consecuente, en el segundo considera a la
representación de su actividad y de su producto como la causa odiada de su sufrimiento.
Toda producción de este espacio será metabolizada por lo originario y representada como efecto de su
poder de engendramiento del objeto de placer, o como efecto de su poder de engendrar el objeto que se debe
destruir.
El pictograma no es en absoluto privativo de la psicosis: empero, permite comprender porque esta
última conserva la posibilidad de actuar un impensado que es también, para los otros sujetos, un impensable.
7. El concepto de originario: conclusiones
La especificidad de lo originario reside en su metabolización de todas las experiencias, fuente de
afecto, en un pictograma cuya estructura hemos definido.
La única condición necesaria para esta metabolización es que el fenómeno responsable de la
experiencia responda a los caracteres de la representatividad.
Podemos plantear una primera separación entre dos tipos de “existentes”, tanto si su fuente es el
cuerpo como si es el mundo: 1) el primero abarca todo lo que el sujeto no conocerá nunca; en este caso el
término “sujeto” designa la totalidad de las instancias presentes en el espacio psíquico.2) el segundo
comprende dos subconjuntos: el subconjunto de lo representable y el subconjunto de lo inteligible.
En lo referente al primer tipo su única forma de existencia para el hombre es la que se origina en el
saber mítico o científico; lo visible está lejos de incluir a lo existente, que lo que podemos conocer del
mundo es parcial y sobre todo en el campo de la ciencia, que subjetivamente no es posible saber nada, ni
percibir nada de una parte de las actividades fundamentales de nuestro organismo.
A la inversa, el segundo registro, comprende lo existente que se abre un camino en el espacio psíquico
a) los fenómenos representables (las producciones de lo originario);b) los fenómenos figurables y pensables
(las producciones de lo primario y lo secundario).
La relación que existe entre ambos es diferente: si bien, todo lo pensable tiene un representante en el
espacio de lo representable, inversamente, las representaciones originarias son precluidas en el espacio que
comprende lo primario. Secundario.
En nuestra opinión, es indudable que la catectizacion de la actividad de representación constituye una
condición necesaria para la vida: este es el único camino por el cual las funciones del cuerpo pueden ser
erogeneizadas, y de lo que de ello resulta, convertirse para la psique en objeto de placer cuya presencia
alucínala alucinación del pecho se apoya en un movimiento de succión de los labios que reproduce la
actividad característica de la zona oral en el momento de ingestión de la leche. El pulgar, por su parte ,
reproduce a nivel táctil la excitación característica del pezón.
El Pictograma es la representación que la psique se da de sí misma como actividad representante; ella
se re-presenta como fuente que engendra el placer erógeno de las partes corporales, contempla su propia
imagen y su propio poder en lo que engendra, es decir en lo visto, en lo oído, en lo percibido que se presenta
como auto engendrado por su actividad.
La representación Pictográfica constituye una prueba de metabolización total operada por la psique
en relación con la imagen del mundo de la que le “YO “de los otros da fe, aparece junto a ella la violencia
igualmente radical que le impone a la psique el discurso del OTRO y las demandas del portavoz que solo
puede responder a las necesidades del infans con la pretensión de “saber” algo de lo que, en realidad, no
tiene conocimiento alguno. En nombre de este “Saber”, algo de lo que, en realidad, no tiene conocimiento
alguno. En nombre de este “Saber”, lo afectos de la representación y las exigencias consecuentes no podrán
recibir respuestas que no se acompañen con un abuso de poder por parte del que responde, abuso tan
absoluto como necesario. A partir de este momento, el “objeto-saber” se encuentra en el origen de la
problemática identificadora y se convierte en el “bien” cuya apropiación se impondrá al infans.. El modo en
que se produzca esta apropiación decidirá el lugar y la función que ocupará en la psique la instancia
llamada YO.

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