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Visión
Vemos la humanidad como una gran comunidad de convivencia y amor.
Vemos la gente unida logrando sus sueños de paz. Vemos un mundo
transformado, saludable y feliz.
Misión
Trabajamos para acompañar solidariamente a la comunidad en su
desarrollo y transformación. Abogamos porque se reconozcan y se
respeten los derechos fundamentales de la comunidad y sus
individuos. Proponemos e impulsamos una política pública inclusiva
sensible y comprometida con lograr calidad de vida, convivencia
saludable y armoniosa sobretodo en seres humanos que sufren
exclusión social.
Valores
Solidaridad, Amor y Compasión
Logo
SIGNIFICADO
El logo está representado por una unión de varias manos, conformando un árbol.
El corazón el amor, la compasión y la solidaridad. Son los valores que simbolizan la ayuda
sin esperar nada a cambio, porque creemos en la humanidad.
Las manos representan nuestro ofrecimiento, nuestro deseo de dar la mano amiga, la que
se extiende en el momento indicado.
El árbol representa la naturaleza, la vida, que es todo lo que conforma el planeta, una
unión.
COLORES
El verde es el color del balance ecológico y del respeto a la naturaleza que es evidencia
ineludible del Creador Amoroso que nos ha regalado un escenario vivencial que asegura
nuestro desarrollo holístico.
La mano azul fuerte expresa lo profundo de nuestro amor hacia el prójimo. Es oscuro
porque es un desafío a la noche para que siempre nos garantice un nuevo amanecer de
posibilidades.
Objetivos
Localizar una comunidad en el estado de Chiapas, México, que
presente una escases notoria de servicios y a su vez de
oportunidades para que con la ayuda de todos nosotros
Lemon Tree pueda cambiarle la vida a todas aquella personas
que necesitan una mano para levantarse y comenzar y crear
su propio camino.
Es mediodía y aquí, en Los Altos chiapanecos, cae una ligera llovizna helada
que empapa la ropa y hace tiritar de frío. Hace ya media hora que reportero y
fotógrafo se apearon del taxi colectivo tomado en la cabecera municipal, y a la
altura de Cuchumtón comenzaron una caminata a lo largo de una brecha lodosa,
que en las cuestas es tan resbaladiza que pone en peligro la vertical en más de
una ocasión. Las botas, la parte baja de los pantalones e incluso la libreta de
apuntes se encuentran ya llenas de barro.
Durante las pausas que hacemos para descansar, Vicente -de 44 años- nos pone
al tanto: Cuchumtón, una de las localidades más dispersas de Mitontic,
cuenta con 104 viviendas y una población de 704 habitantes. Más de 450 son
menores de edad; es decir, sólo hay 254 adultos, de los cuales 29 tienen más de
60 años.
"El número de los que sólo hablan un idioma indígena (en este caso, tzotzil), pero
no hablan español, es de 358; son bilingües 297", completa el informe estatal.
"En eso se parecen todas las comunidades que hay en Mitontic (diez). Ha habido
mejoras, pero todavía faltan muchos caminos, agua, escuelas, doctores, clínicas,
o hay clínicas pero no hay doctores o medicinas."
"Mire -tercia Marcelo Gómez, un campesino que desde hace algunos minutos se
ha unido al grupo-, en Cuchumtón ya tenemos clínica, pero está prohibido
enfermarse sábados y domingos porque el doctor no viene esos días."
Al fondo de la vivienda, sin ventanas -por ello, muy oscura- y con piso de tierra se
observan varias cajas de cartón por donde se asoma la ropa de los 8 integrantes
que habitan esta casita, una de las pocas de Cuchumtón que están
construidas con tabicón rústico y techo de concreto.
Manolo Rodríguez, el muchacho más grande, es medido por los enviados de este
diario. Tiene 12 años y asiste a primer año de telesecundaria, pero su talla apenas
rebasa el metro 15 centímetros, la altura promedio de un niño de entre 6 y 7 años.
Su estatura ideal tendría que andar entre el 1.40 y el 1.43 cm.
Incómodo por primera vez desde que el taxista nos lo presentó en la carretera más
de una hora antes, Vicente ríe nervioso; se quita la cachucha, se rasca la cabeza.
En ese momento es que leemos la leyenda que trae inscrita su gorra: "Gobierno
de progreso".
Ironías
"Mantén limpia tu casa. No tires basura"
Afuera de la vivienda que don Domingo López Méndez, 65 años, su esposa y sus
9 hijos (19, 18, 14, 12, 10, 9, 6, 4 y 3 años) habitan, hay agua de lluvia
estancada y se ha formado un lodazal. Guía, reporteros y los propios
integrantes de la familia traen los pies llenos de tortas de lodo imposibles de
quitar, pues no hay un espacio libre de barro. Adentro, en la habitación de 5 x 3, el
piso de tierra también se ve todo fangoso.
Construida totalmente con láminas de zinc, en esta choza no hay ni siquiera una
mesa para comer y el único mobiliario está conformado por 4 sillas de plástico y
una mesita, donde se encuentra colocada un pequeño televisor. Al fondo pueden
observarse 3 colchones desvencijados. La ropa -prácticamente hecha jirones- de
los 11 integrantes de la familia se encuentra colgada en un alambre a un costado
de la habitación.
Pese a que se cuenta con luz eléctrica, la vivienda -sin ventanas al igual que
la de Vicente Rodríguez- se encuentra a oscuras. La única luz que hay es la
que se cuela por las paredes y el techo -los cuales están repletos de orificios-, así
como la del fogón, encendido a esa hora (2 de la tarde).
-Dos, señor -dice Margarita, la esposa-. Por la mañana pozol (una bebida de
maíz), tortillas y chile; en el día, lo que usted ve: verduras, frijoles y tortillas.
Población:
o 11.157 (2010)
Superficie:
o 82 km²