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GACETA DEL ÁNGEL / El corazón y sus figuraciones

Por

Germán Dehesa

(10-Sep-2010).-
El escritor compartió con sus lectores sus alegrías, sus anhelos, sus
problemas y sus tristezas durante cerca de 17 años a través de su
columna.
El 25 de agosto pasado, justo una semana antes de su fallecimiento, el
periodista reveló que estaba gravemente enfermo.
Con esta entrega concluye la publicación de algunas de sus columnas más
representativas.
Hoy se cierra su espacio. Su legado, perdura.
Gracias, Germán.

Creo que no les he contado que estoy enfermo, seriamente enfermo. Tengo cáncer, pero hasta ahora la enfermedad
no me ha producido ningún dolor insoportable. Trato de vivir sobre las puntitas de los pies, pues en mis delirios,
imagino que si casi no hago ruido, la enfermedad no se va a percatar de mi presencia y me permita colarme a la
vida que es a donde me gusta estar.
Como quien dice, mi vida es casi secreta y su único nuevo rasgo que yo detecto es la impaciencia. Así pues, no
tiene ningún sentido que me saluden de lejecitos, ni que me saquen la vuelta, ni ninguna patochada de ésas. Nadie
tiene idea de cuándo será la terminación cronológica de mi vida, pero calcula la ciencia médica que esto ocurrirá
hacia los finales de este año.
Espero distribuir generosamente entre el personal médico billetes de muy alta denominación, de modo que este
plazo se vaya ampliando, por lo menos, hasta 2020. Si se puede obtener más, ahí lo dejo en manos del Gobierno.
Tengo mucha confianza en que nuestra burocracia acuse recibo de la solicitud en 2018, lo cual nos da margen para
seguir resollando. Lo que desde ahora les puedo asegurar es que, mientras pueda yo menear la pluma y no
comience a decir puros despropósitos y marihuanadas, aquí me tendrán siempre a sus canijas órdenes y a sus pies,
si no les rugen, como solía decir la inmortal Borola Tacuche de Burrón.
Me molesta, casi tanto como a ustedes, este tipo de artículos donde tengo que ponerle luto a mis palabras y no
sacarlas a pasear para que se asoleen que es lo que a mí más me gusta; pero dibodobadito, tarde o temprano los
médicos logran llevarte a sus terrenos y ahí es la de no te entumas y no le saques, manito. Por esas latitudes
transito yo en la actualidad.
Me entusiasma saber que, gracias al talento de sus madres, mis hijos son gente de bien, con buena orientación en
la vida y totalmente a la guapachosa altura de su herencia veracruzana. Todos son estudiosos, trabajadores y con
magnífica inteligencia que, donde primero y mejor se muestra es en el buen humor que los cuatro manifiestan,
caiga quien caiga.
No me estoy despidiendo. Yo espero que falte mucho como para que ocurra algo tan ingrato. Como en el teatro,
esto es apenas la primera llamada, primera. Ya sé cómo se las gastan los lectores de por aquí y no me sorprendería
que, a la vuelta de unos días, me tope con gente que diga que, el mero día del Bicentenario me voy a suicidar en el
Zócalo gritando leperadas en contra de un Gobierno y de un sistema que premia cada vez más a la idiotez y no
suele ser justo con la inteligencia.
No, yo no voy a hacer nada de eso para celebrar o denostar a este sistema del que, por lo demás soy miembro
activo y no quiero jamás dar la impresión de que me doy de baja. Lo que sin duda ocurrirá es que el sistema me dé
de baja a mí, pero ése ya es otro cantar.
Voy terminando. Este artículo y sólo este artículo. Yo tengo que guardar reposo por algunos días, pero muy pronto
volveré a vestir mi uniforme azul y oro y a sembrar el pánico por todas las canchas de la República. Ahí me los
encontraré. Mañana nos vemos. ¿Entendido?

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCLXXVII (1877)


¿Alguien ha visto a MONTIEL?. Cuando lo pierdo de vista, me viene como el soroche.

Cualquier correspondencia con esta columna llena de figuraciones, favor de dirigirla a...
GACETA DEL ÁNGEL / ¿Qué tal durmió? M (1000

Por

Germán Dehesa

(09-Sep-2010).-
El 16 de abril del 2003, la columna de Germán Dehesa se tituló "¿Qué tal
durmió?" pregunta que lanzó al entonces procurador Rafael Macedo de la
Concha para saber si los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez le
quitaban el sueño.
Desde ese día y hasta su última columna el miércoles de la semana
pasada el escritor y periodista escribió en sus textos una sección con ese
nombre.
Hoy recordamos a Dehesa con el texto publicado el 12 de marzo de 2007,
día en el que el conteo llegó al mil.

Hoy es el aniversario. Hoy cumplimos mil llamados a la impávida justicia mexicana. Nadie responde, nadie contesta,
nadie hace nada. La justicia duerme. Esto ha ocurrido mil veces.
En mil ocasiones hemos podido comprobar que a los señores que supuestamente administran la justicia, les
valemos madre. Mil veces.
Mil veces me ofenden los que me dicen que ya le pare, que parezco un loco y que nunca nadie me escuchará. Me
tienen, nos tienen que escuchar. Sin un fundamento ético, un país no tiene por qué o para qué existir. Como diría
Tomás Moro, un hombre justo y de justicia: finalmente se trata de una cuestión de amor, porque si un amor no se
asienta en la justicia, no es digno de tal nombre. Mil veces lo he dicho y al parecer nadie lo ha escuchado.
Mil veces denunciamos la complicidad y la omisión de todas aquellas "autoridades" que tendrían que haber
esclarecido las muertes de las mujeres en Ciudad Juárez y nadie, salvo Guadalupe Morfín, la siempre enamorada,
respondió algo. Con todo, el misterio de las muertas ahí sigue y su injusta muerte y la justicia que no han recibido
infaman a todos aquellos que podrían, si hubieran querido, hacer algo. Nada hicieron; les pareció más importante
su vida de ratoncitos políticos que aceptar la grandeza implícita en el hecho de luchar por la justicia. Mil veces los
invité. Jamás acudieron y prefirieron la oscura fetidez de ser injustos.
Mil veces me he referido al ladrón ARTURO MONTIEL ROJAS. A él le bastó explicar que sus hijos eran muy
inteligentes (falso) y que él había juntado algo de dinero fabricando "cocinas Quetzal". Este pobre diablo, con su
virilidad secuestrada por una filibustera francesa, pretendía ser Presidente de México. En su pre-campaña gastó una
millonada cuyo origen nadie averiguó y tiene tal cantidad de bienes, que con su libertad ofende a la decencia y a la
ley. Sus gatos, Navarrete Prida que hoy usufructúa un premio de consolación que le dio este ratero y Enrique Peña
Nieto, que actúa como si fuera gobernador, se han encargado de cubrirle las espaldas y de crear una tupida muralla
de expedientes que pongan a la rata MONTIEL al resguardo de cualquier intento de hacer justicia. Y sin embargo, se
mueve, decía Galileo. Y sin embargo, es ratero, digo yo.
¡Fallaste, manito!, me dicen los peatones, no pudiste con MONTIEL. Créanme que no es un pleito personal. A
MONTIEL lo he visto solo una vez en mi vida. Si no es conducido ante la justicia, no es que yo pierda; es que
perdemos todos; pero no se preocupen, ese bandido será castigado. Me va la vida en ello. Mil veces lo he dicho.
Yo quiero mucho a Lydia Cacho. Me consta que es una mujer justa. Lo de Mario Marín y su conversación con Kamel
Nacif es un absoluto escándalo que en cualquier otro lugar del mundo hubiera provocado la dimisión del
Gobernador. Él sigue tan campante y me dicen que Felipe hasta lo apapacha. Marín es impresentable y ya tendría
que estar en la cárcel, o, por lo menos, fuera del gobierno. Nada de eso ha ocurrido. Mil veces lo he señalado y mil
veces se ha reído de la justicia este tonto inmenso cuya defensa corre por cuenta de su partido.
Después de Marín han seguido otros truhanes como Emilio Gamboa, o Manlio Fabio y los cuarenta ladrones que los
rodean. Han ofendido impunemente a la justicia de este país y ahí siguen. Mil veces pueden ser acusados; mil veces
librarán cualquier persecución. Y sin embargo, algo queda siempre de dolor. Mil razones para seguir insistiendo.
Mil veces hemos hablado a favor de que la justicia despierte. Lo diré por
la vez mil uno: ¿qué tal durmió la justicia en México?. Ya urge que Cualquier correspondencia con esta
despierte. Estamos enfermos gravemente de injusticia.
columna mil, favor de dirigirla a ...

(08-Sep-2010).-
Germán Dehesa salió a las calles a vocear REFORMA cuando el periódico dejó de ser vendido por los puestos de la
Unión de Voceadores.
El 3 de noviembre de 1994, explicó desde su columna la situación y los planes. Durante las semanas siguientes se
dedicó a organizar grupos de microempresarios en un nuevo sistema de distribución para esta casa editorial.
Durante esta semana, recordamos al escritor y periodista fallecido el jueves con algunas de sus columnas más
representativas. Esta es una de ellas.

¡Extraaa! ¡Entérese! ¡Los del "Reforma" no se dejaaan! Hoy resulta que no somos de la estatura de la vida de los
líderes de los voceadores. Su ínclito y mirífico Secretario General, el señor Manuel Ramos de todos mis respetos
(¡Ay, sí!) ha decidido que la Unión a su digno cargo (¡Ay, sí! bis) no venda más el Periódico "Reforma". Pues a todo
dar. Entenderás, mi cada vez más querido lector, que, con una medida así, se hunde ésta y cualquier publicación
periódica. Para la corta edad de nuestro (tuyo y mío) diario que aún no cumple un año, esto es tirar a matar. ¿De
parte de quién? En otras circunstancias (fresco está aún el recuerdo de la Revista Impacto) un boicot (¡Ay, sí! tris)
así no nos dejaría más salida que liar las rotativas e irnos con nuestro directivos, columnistas y reporteros a otra
parte. Pero eso era antes. En esto si lleva razón Don Carlos Salinas que, apenas ayer, proclamó la presencia de una
sociedad cada vez más actuante y de un gobierno cada vez más respetuoso de la libertad de expresión. Así pues,
hemos decidido tomarle la palabra al Señor Presidente y, puesto que los líderes no nos quieren en sus puestos,
nosotros los trabajadores de "Reforma" (Directivos, editorialistas, columnistas, reporteros, personal administrativo y
el cuerpo técnico que es un cuerpazo) hemos decidido salir a vender nuestro periódico. A las 7:30 nos reuniremos y
zarpamos a distintos y concurridos cruceros de la Capital. Es obvio que, una vez más, estamos actuando en defensa
propia y que no es nuestra intención ofender a ningún voceador cuya personalidad y derechos individuales nos son
tan respetables como los de cualquier otro ciudadano. El problema es que no podemos quedarnos tan tranquilos
viendo cómo se nos hunde el barco. Ni que estuviera yo chimuela, diría mi tía Rufina que fue pionera de las luchas
en lodo. Si los voceadores no quieren vender nuestro periódico; pues con la pena de que nosotros sí queremos y lo
vamos a hacer. Con el incentivo adicional de que ya me dijo el Director que si agarro un buen crucero (Granados
Chapa ya se agandalló el mejor) es muy posible que obtenga yo ganancias suficientes como para comprar la
carreola y el bambineto con jacuzzi que quiere la Hillary. Y hablando de la prolífica matrona, me acaba de notificar
que ella es de la estirpe de las soldaderas y que, nada más faltaba, ella me acompaña a vender los periódicos. No
sé si lo hace por espíritu de solidaridad, o porque piensa que, en una de esas, me levanta una clienta con todo y
tambache y no vuelve a saber de mi. El caso es que mañana, queridos conciudadanos, verán a una rubia y
embarazada señora vendiendo periódicos por calles y plazas de la Capital. Creo que Bebeto jamás imaginó que, a
los cinco meses de gestación, iba a andar vendiendo periódicos. A mí me encanta la idea de que, siendo tan
chiquito, ya tenga un oficio digno y ya sepa que nuestro deber ciudadano es no dejarnos. Saldremos mañana y
saldremos los días que haga falta. Si tú, querido lector, nos quieres echar una mano, comunícate a "Reforma". Eso,
o que la h. (¡Ay, sí! tetris) directiva de la unión de voceadores decida conducirse de modo equitativo y honorable y,
entonces, todos volveremos a nuestros respetables oficios. Por lo pronto, salimos a vocear. Muchos magnates
comenzaron vendiendo periódicos. Eso no tiene chiste. Lo vaciado es terminar vendiendo periódicos. Me parece un
apetecible destino. A los que me leen en los Estados, les pido que no crean que esto es un asunto local; bien
mirado, es de interés nacional. ¡Eeextra! ¡Lleve su "Reforma"! ¡Haga su Reforma!

Cualquier correspondencia con esta columna preñada y voceadora, favor


de dirigirla a...

MIRÓN DE PALO / ¿Qué tal durmió?

Por

Pedro Lara y Malo

(08-Sep-2010).-
Definitivamente, ¡vivimos en un misterio! ¿Cómo puede alguien que ama
la vida tan profundamente dejarnos en medio del fragor de la batalla?... Si
acaso, eso es lo único que su servidor podría reprocharle a Germán por
haberse ido, y haberlo hecho antes de lo acordado, que es hasta cuando la
felicidad se le agota a uno. ¡Y miren que a mi buen amigo le quedaba
mucha!
Conocí personalmente a Germán allá por el año 2006, justo en vísperas de
las elecciones presidenciales. El pretexto que en esa ocasión se le ocurrió
al azar (es harto ocurrente ese señor) fue una invitación que recibí para
asistir a la presentación de la novela que Jaime Sánchez Susarrey había escrito sobre la hipotética victoria del Peje.
Precisamente, ese era el nombre de la novela, "La victoria", y en el podio de los presentadores estaban el propio
Jaime Sánchez, Paco Calderón y Germán, quien por cierto llegó tarde porque, según esto, Pancho se había ido a
echar un tentempié y, para no variar, el tráfico los había secuestrado por casi una hora.
Recuerdo que aquella tarde había estado lloviendo casi ininterrumpidamente. Al final, luego de disipar todas
nuestras congojas ya pasadas por agua, entre risas y temores jocosos, me acerqué a Germán para hacerle saber
quién era ese infame barbón que saludaba a la mitad de los presentes, como quinceañera en pasarela, lanzando un
beso corto y otro largo, y al cual él había visto de refilón alguna tarde en las instalaciones del Periódico REFORMA, y
ahora miraba como diciendo "te conozco". "Soy el Mirón de Palo", le dije, mientras nuestras manos se estrechaban.
"¡Ah, tú eres el que me cuida el trasero!, dijo Germán.
En aquel entonces, efectivamente, esta columna aparecía justo a espaldas de su Gaceta del Ángel y, por lo mismo,
espalda con espalda, nos cuidábamos el trasero. Hoy, sin embargo, y casi a una semana de que Germán se nos
adelantara impunemente, sigo sin acabar de digerir su partida, ya no por el hecho de no tener a quién cuidarle el
trasero cada miércoles, sino más bien porque perdí a un maestro, a un hombre que con su decir y escribir enseñaba
todos los días algo nuevo. ¡Cómo te voy a extrañar! Y menos mal que nos dejaste un titipuchal de cosas.
Yo sé que la gente casi siempre habla bien de los muertos, pero en este caso no podía ser distinto, por lo menos en
lo que a mí respecta. Incluso, muchos de los que sufrieron sus mordaces críticas estarán ahora como que no se
hallan, pues quienes son capaces de reírse de todo, incluso de ellos mismos, son absolutamente imprescindibles.
Por mi parte, insisto, sólo le reprocho que nos haya dejado a media gárgara, a medio sainete, a medio croissant,
que es de por sí una media luna deliciosa; pero prometo corresponder a
los tantos momentos de felicidad y lucidez que nos legó Germán,
continuando con la ardua pero siempre grata talacha periodística: la que
él, diariamente, libraba en contra del egoísmo y la miopía neuronal. ¡Te lo
debo, maestro!
Moraleja: A Montiel, se halle o no se halle: ¿Qué tal durmió?...
Humberto Murrieta / Germán, mi amigo xalapeño

Por

Humberto Murrieta

(07-Sep-2010).-
No era xalapeño; yo tampoco lo soy. Nací en Tacuba, él en Tacubaya 10
años después; pero el amor a Xalapa, a Veracruz todo y en particular a
Tlacotalpan y sus Fiestas de La Candelaria en su parte hermosa, fue la
argamasa que nos unió. Tuve noción que existía a eso de los 3 años en
Xalapa y de ahí salí, ya madurito, a continuar mis estudios en la UNAM,
iniciados en la Universidad Veracruzana. Él lo era por amor y ascendencia,
don Teodoro A. Dehesa a la cabeza, gran mecenas de las artes,
gobernador porfirista de 1892 a 1911 (5 periodos ¡¡faltaba más!!). Poco
pendejo -así decimos los jarochos- renunció a la gubernatura 8 días antes que Don Porfirio a la Presidencia.
Nuestro xalapeñismo es superior, ya dije, dado que es por amor, por adopción consciente, razonada. Pero nos unían
muchas cosas más: sabíamos reírnos en el momento menos correcto; fanáticos de los Pumas; el buen whisky, la
lectura, la trova, el arpa, la jarana, en especial La Bruja; la explosión de las jacarandas y la vitalidad de las
bugambilias; la belleza; Tlacopac, nuestro apacible barrio. Para acabar pronto, nos unía el cáncer. Me decía: Somos
dos finísimos cuartos de milla que estamos enfrascados en fraternal carrera parejera. Me ganó.
Mi primer contacto personal con Germán fue en junio de 94. Juan Antonio Pérez Simón (entonces director de
TELMEX) invitó a comer al Consejo de la revista ÉSTE PAÍS y nos tocó sentarnos juntos. Un xalapeño que se respete
-le dije- no escribe Xalapa con J. Y de ahí pal' real. Al día siguiente en su Gaceta del Ángel lo narró presentándome
como su amigo xalapeño; tiempo después también fui el Benemérito. Así era él, acogía y después era congruente y
consistente cumpliendo espléndidamente con las dimensiones de la fidelidad mencionadas por Juan Pablo II en su
mensaje en la Catedral al venir a México por primera vez. Su fidelidad era enorme y a todos nos hacía sentirnos
como sus consentidos, con el mérito de que, sin celo alguno, todos nos lo creíamos. Su frase final en toda
conversación telefónica era, te quiero mucho.
Entrañable seductor, ángel crítico, revisor cotidiano de México, cronista infaltable, humor ilustrado, el hombre que
más dominaba el castellano, conocedor de la armonía de las palabras y más, mucho más -que siempre será de
menos- se ha dicho ahora de Germán, con énfasis vehemente a su trabajo como escritor/cronista que eso es lo más
destacado que era. Pero relativamente escasas han sido las remembranzas a su enorme generosidad de la que tuve
el privilegio de ser testigo y comparsa en innumerables ocasiones.
Una de ellas: La primera vez que fue a las Fiestas de La Candelaria tuve el gusto de ser su chaperón. Al visitar una
de las obras de los tiempos de Don Teodoro, el hermoso Teatro Nezahualcóyotl que estaba en reconstrucción,
parados al centro de la galería y después de desparramar la vista a 360 grados, dijo: "Chingo a mi madre si no
actúo en este escenario". Esa noche hubo una cena ahí mismo, para recabar fondos... ¡150 pesos con todo y tragos,
escasas 100 personas! Días después, en México, cenamos en mi casa con "sus dos amigos de nueva adquisición"
que le presenté en Tlacotalpan; Vitico, al que mencionó en su penúltimo artículo, y José Luis González "Don Paleto",
novo tlacotalpeño prematuramente fallecido. De pronto, Germán sacó la chequera e hizo un cheque por 200 mil
pesos, así nomás, que le entregó a Vitico para las obras. Sí, así nomás era, generoso sin límite, desordenado,
comprometido. Convocaba para cualquier tragedia y la gente correspondía. Confiaba en él.
Regresamos a La Candelaria, a esas sus primeras fiestas, es su pluma (REFORMA, 3 de febrero de 2000) y reseña
que vamos en el río en el lanchón "El Mi" acompañando a la Virgen, Los Chuchumbe, jaraneros ilustres (con ellos
Adriana Cao, que tocó su maravillosa arpa en el velorio de Germán), cantan...
"Virgen de La Candelaria/ Te pedimos por el mundo/ te pedimos por el río/ te pedimos por los bosques/ te pedimos
por los niños... Mi amigo xalapeño y su Charro Negro escondemos el rostro para que los jaraneros que cantan esa
salmodia no nos vean llorar."
Pues 10 años después Germán chingó a su madre ya que nunca actuó en el teatro, ahora flamante. Pero su
generosidad ahí está desparramada y gratamente recordada. Y 10 años después no escondo mi rostro, antes al
contrario, que me vean llorar, que somos muchos, muchísimos, más de
dos.
Germán, siempre fiel, que Dios te bendiga.

GACETA DEL ÁNGEL / Las Tribulaciones del Huarachingtón

Por

Germán Dehesa

(07-Sep-2010).-
Germán Dehesa fue un gran aficionado al futbol, tema recurrente en sus
columnas.
Esta semana, en la que recordamos al escritor y periodista fallecido el
jueves, presentamos uno de sus textos más representativos sobre el
tema.
El 20 de junio de 1994 narró el inicio de su viaje a Washington para ver el
partido del Mundial de Estados Unidos en el que México perdió 1-0 con
Noruega.

¡El día del padre; nos dieron en la madre! así gritaba la turbamulta tenochca que regresaba, entre desconcertada,
bravera y fatalista, después de nuestra fallida expedición punitiva al estadio RFK en la ciudad de Washington. Pero
esta historia merece contarse desde el premonitorio principio. ¿Han participado en algún vuelo charter organizado
por alguna agencia nativa? ¿No? Permítanme notificarles que no han vivido. Es una experiencia definitiva. Es un
enérgico baño de realidad. Es algo mucho más aleccionador que una gira política. Se conocen de golpe todos los
estratos, todas las etnias, todas las tribus que componen nuestro espectro social que es mucho peor que el espectro
de la momia. Una vez más la Hillary se vio más sagaz que Sherlock Holmes cuando, ya con las maletas hechas, me
dijo: ¿Sabes qué? Como que el fut lo disfrutan más los hombres ¿por qué no te llevas a Canito? El corazón de una
mujer no se equivoca nunca. Es más: cuando se equivoca, no lo reconoce nunca. Desde el principio los hados nos
fueron hostiles. En "Información" del Aeropuerto tienen a una chancluda infradotada que, a la vista de nuestros
boletos y mascando enérgica y vacunamente el chicle, nos dijo con plena seguridad: "este vuelo se está
documentando en la sala F del área internacional". La tal sala quedaba a diez millas náuticas. Cuando padre e hijo
llegamos a la sala F, ahí no estaba ni la inexistente mamá de la señorita. Por fin, alguien nos dijo: ¡no, hombre,
este vuelo lo documentan allá en Aeroméxico, en la sala nacional! Ahi te vamos. Cuando comparecimos en calidad
de moscas con periodicazo, habíase congregado ya una vasta multitud nacional compuesta grosso modo por los
siguientes sectores: conglomerado decente (Canito, el de la pluma y diez personas más); conglomerado en vías de
descomposición social y moral (cuarenta personas) y el sector rugiente capitaneado por un sujeto de edad y
condición indefinidas motejado por sus secuaces como "El Huarachingtón". Portaban cornetas, matracas, tambores,
banderas, sombreros de charro, abundante pintura tricolor por aquello del bodilanguach y una vastísima provisión
de los más mortíferos rones nacionales. Desde el abordaje ya flotaba en el ambiente esa disposición, entre bélica y
vandálica, que muy ingenuamente llamamos "júbilo nacional" y que puede ser más lesiva que un alzamiento
chiapaneco. Era como si la futbolística masa presintiera que más les valía celebrar antes del partido, porque
después no habría mucho motivo. De México a Monterrey, las cosas fueron relativamente tranquilas. Ahí el capitán
Zavaleta (¡uuuleero! gritaban el Huarachingtón y sus mexjúligans) nos informó que haríamos una escala técnica
para pasar migración nacional y para recoger a diez regios que se incorporarían a la expedición. De Monterrey a
Washington las pasiones se desataron. Cero comida, cantina libre y el despapache más orgiástico que me ha tocado
presenciar en un avión. "Quiero llegar al estadio bien borrachote" declaró a voz en cuello el ya citado
Huarachingtón: Por esfuerzo no quedó. Un cuate hacía magia en el pasillo. Los Regios estrechaban vínculos eróticos
con las capitalinas. El organizador del viaje pensaba en suicidarse y el capitán Zavaleta no veía la hora de llegar.
Canito me comentó: ¿tú crees que nos dejen internarnos en Estados Unidos? Mi pronóstico era negativo. Me
equivoqué. En la aduana el Huarachingtón le gritó al oficial: ¡Apúrale inch' negro; ya llegaron tus primos de
Zacatecas! Sorpresiva y misteriosamente nos dejaron pasar. Seguiré informando.

Cualquier correspondencia con esta abochornada columna, favor de


dirigirla a...
GACETA DEL ÁNGEL / El viejerío

Por

Germán Dehesa

(06-Sep-2010).-
Germán Dehesa compartió durante casi 17 años sus opiniones y
reflexiones sobre su vida y el acontecer de la Ciudad de México y del País
con sus lectores de REFORMA.
Durante esta semana recordamos al escritor y periodista fallecido el
jueves pasado publicando cada día una de sus columnas más
representativas.
El 27 de mayo de 1994 comenzó con la tradición de, cada viernes,
recordarle a su lectores que "Hoy toca".

Van a pensar que soy anormal; pero me gustan muchísimo las mujeres. Su cercanía, su inteligencia, su capacidad
para ser árboles bien plantados más danzantes (O. Paz), cornisa de pájaros, alacenas de rumores, cántaros
habitados. Bueno, me gustan tanto las mujeres que vivo (y muero) con una. Díganme si eso no es mérito. Vivo con
una y platico con muchas; con todas las que puedo. Me beneficio de oírlas y de recibir de ellas noticias del otro
extremo del imperio. A falta de Cetes (que están en Nueva York) y de acciones de Telmex, mi gran capital lo forman
mis cuates y, en calidad de acciones preferenciales: mis cuatachas. Desde la Tractor que es harto pelada y cruel
conmigo (hoy en la mañana, me subió un repugnante brebaje de nopal que, por prescripción de otra cuatacha, me
tomo todos los días y me preguntó con tono belicoso: ¿cómo amaneció? y yo le respondí: muy mal, con el méndigo
calor no pude dormir y nadamás me la pasé pensando en entregarme a un negro. ¿No me estaré volviendo loco?
¡Maaas! me respondió la lépera y destructiva azafata). Bueno, pues desde la Tractor que es mi cruz, hasta mis
amigas de Editorial Armonía que hoy me invitaron a comer para proponerme unos proyectos tan absurdos y
descabellados en los que, por supuesto, voy a colaborar; yo soy el Simbad del altiplano que navega isla por isla un
archipiélago de mujeres (A. Yañez). Aunque soy mexicano, he de confesar que no les tengo miedo. Les tengo, eso
sí, grande amor, justo respeto y pasteurizada ternura. Yo nunca me referiría a ellas como "el viejerío"; pero, en
verdad y con la mano puesta en el corazón (o en alguna otra víscera) les puedo decir que a mí ni me espanta, ni me
parece relevante, ni motivo de deschongue el que un compatriota designe -en un contexto liviano y coloquial- al
total de las mujeres de mi país como "el viejerío". López Velarde las llama "mujerío" y nadie le aventó la bronca.
Pedro Infante les decía "chorreadas" y no hubo periodicazo. Ya puestos en eso, suena mucho más horrible "sector
femenil" y nadie dice nada. Con el hipócrita añadido de que la gran mayoría de los que se desgarraron los trajes del
terlenka con eso de que "el viejerío a su casa" tienen a su vieja en su casa viendo "Marimar", pariendo cual conexas
(de grandes orexas) y lidiando a la suegra bigotona e indestructible. O sea.

La muchachada

Esto, para no variar, me lo contó una cuatacha. El 12 de mayo, día del Debate, mi amigüita se fue a ver el pugilato
verbal en compañía de unos amigos. Lo vieron, debatieron, se pelearon, se contentaron y, a cierta hora de la noche,
mi referida informante regresó al hogar. Ahí la esperaba, trémula de emoción, su Tractor particular que es de
modelo más antiguo que la mía. Se trata, según me cuenta, de una mujer de unos 65 años. Transcribo el diálogo
que ocurrió entre ambas: ¡Ay, señora! ¿vio usted el Debate? Sí, a ti ¿qué te pareció? Yo estoy con Diego ¿oyó
cuando habló de mí? No ¿a qué horas? Bueno, no mencionó mi nombre, pero habló de la muchachada. Fin del
diálogo. ¿Sabía o no sabía Diego que en la muy noble y leal a las chicas de auxilio doméstico se les conoce
coloquialmente como "muchachas"? Supongo que no. Así que ahí se van las buenas con las malas. Por cada "vieja"
que se dio de baja, se dio de alta una "muchacha". Lo paradójico en toda esta tormenta de saliva es que las "viejas"
son de 30 años y las "muchachas" tienen 65. A esto añádanle una ballena de cartón que desfila por la ciudad, la
embajada de Japón con el teléfono saturado; una madre azteca que pasea por China, temperaturas de 35 grados y
ya tenemos el surrealismo nacional en todo su esplendor. Bueno, ya me voy. Es viernes. No se hagan. Hoy toca.
Cualquier correspondencia con esta columna cual peregrino cetáceo, favor de dirigirla a...

Con nostalgia

(04-Sep-2010).-
Lectores de REFORMA recuerdan de manera emotiva al escritor Germán Dehesa, destacando la
alegría y las críticas que plasmaba en su columna Gaceta del Ángel, que desde noviembre de 1993
se publicó en esta casa editorial.

El reencuentro

Descansa en paz, querido Germán, en el cielo te están esperando tus queridos Jaime Sabines y
Jorge Luis Borges. Seguramente tu mamá Margarita y todas tus difuntas tías ya te apepenaron y
apretujaron de apapachos. Quédate tranquilo, porque de Montiel tampoco nos olvidamos.
Marcela Herrera
Tecamachalco, Estado de México

Llora Tlacotalpan

Germán, tu Tlacotalpan querido, inundado como nunca, y tal parece que como si te estuviera llorando sin poder decir que "a mares" s
ríos", como presagio de que nunca más volverían a cantar juntos. Tus posdatas a Montiel y por Las Muertas de Juárez llegaban a tanto
números romanos que ya parecían nuevas clasificaciones pornográficas de tantas "XXX". Y si muchas de las alegrías de la vida las prod
al recordarnos nuestros placeres y deberes con tu clásico "hoy toca" de los viernes, pues en reciprocidad te deseamos que esta nueva
de tu vida inmortal y etérea te sea de dicha en el cielo.
Ramón Torre Lemus y Rodríguez
Narvarte, Benito Juárez, DF

Cielo divertido

Con Germán, de seguro el cielo es desde hoy más divertido.


Marisabel Cobo
Jurica, Querétaro
En jolgorio

¿Cómo se te ocurre, Germán? Cualquiera de tus tías te pondría de vuelta y media. Se acostumbra decir en estos casos que descanses
paz... pero más fiel a tus principios sería que descanses en jolgorio permanente. Mi primer café y yo te extrañaremos todas las mañan
Renata Rodríguez
Pedregal de San Francisco, Coyoacán, DF

Visión aguda

Maestro Dehesa, ya lo extrañamos, y no sabe qué falta nos va a hacer para levantar la voz protestando contra tantas injusticias, siem
con su visión positiva y su agudo sentido del humor. Maestro Dehesa, hoy (ayer) es viernes, hoy toca!
Fernando Nieto Reyes
Defensores de la República, Gustavo A. Madero, DF

Desarropados

¿Por qué él y por qué ahora? Cuando más necesitamos una cobija, que nos arrope, que caliente nuestra orfandad. No más operación c
Nos quedamos más desarropados que nunca. ¡Buen viaje, Germán!
Félix. S. Cortés
Huixquilucan, Estado de México

¿Y ahora?
Soy una ama de casa que cada día leía REFORMA por los comentarios del Sr. Germán Dehesa. Me consolaba saber que había un gran
hombre honrado y con valor para escribir la realidad de nuestro México y de sus empleados gubernamentales corruptos. ¿Quién va a l
ahora la cantidad de días que han pasado esperando una acción o respuesta de Montiel, las Muertas de Juárez y demás casos
desilusionantes que tenemos?
Carmen Gorg
Huixquilucan, Estado de México

Con Ángel

Cuanto siento su partida, por mí y por todos aquellos que ya no podrán sonreír diariamente después de leer su columna. No sé si los q
van olvidan, pero sé que los que por ahora nos quedamos recordaremos con nostalgia, cada día al abrir el periódico REFORMA, su Gac
del Ángel.
María Eugenia Abraham Hanna
Benito Juárez, DF
Agradecidos

Buscó la verdad, buscó lo mejor y nos escuchó. Por ello le viviremos eternamente agradecidos. En el camino obtuvo la fama, sin busca
hoy la ha trascendido para entrar a los campos de la leyenda. Muy querido don Germán, sabemos que sigue con nosotros, pero ya le
estamos extrañando.
Carlos Frías
Miguel Hidalgo, DF

GACETA DEL ÁNGEL / La Columna del Ángel

Por

Germán Dehesa

(03-Sep-2010).-
El 22 de noviembre de 1993, Germán Dehesa inició sus colaboraciones en
esta casa editorial, relatando y compartiendo con sus lectores alegrías y
tristezas, así como sucesos de su cotidianeidad, de la Ciudad y del País. El
escritor y periodista falleció ayer en San Ángel.
A manera de despedida, publicamos su primera columna.

Cuando se podía mirar, la Ciudad de México se miraba muy bien desde el Ángel de la Independencia, me consta. Yo
no estuve en 1910, cuando "El Oso" Rivas Mercado, tras prolongada estancia en París, le entregó a la ciudad (o a
Don Porfirio, que era equivalente de la ciudad y del país) la magnífica columna rematada por un ser alado, dorado,
ostensiblemente femenino, decididamente victorioso y angélico por voluntad popular. Mi primer recuerdo del Ángel
es de principios de los años 50. De la mano de mi padre, ascendí la tenebrosa escalera -leve olor amoniacal- y me
asomé a una ciudad que todavía no desmentía a José María Velasco y que todavía podía ser abarcada por la vista.
Me sentía Don Joaquín de la Cantoya y Rico. Cinco años después, mi padre y yo fuimos de los primeros en llegar y
ver el Ángel-Ángela tirado en el suelo, víctima de uno más de nuestros ya tradicionales temblores. Fue tristísimo.
Del mismo modo, fue un júbilo verlo de regreso en su pedestal. Años después, yo era estudiante de Letras y
trabajaba por las noches como "botones" y "milusos" en el Hotel María Isabel. Por ahí de las tres de la mañana, en
plena depresión hotelera, no tenía más consuelo que salir a la calle, alzar la vista y mirarme con el Ángel. Como es
su costumbre, los años siguieron pasando y, en menos de lo que tarda un tratado en aprobarse, ya estaba yo,
ahora en calidad de padre, llevando a Viruta y Colima, los dos frutitos de mi vientre, a que conocieran el Ángel.
Recuerdo que Juana Inés, (A) Viruta, me preguntó: "Oye, papá ¿el Ángel está llegando o se está yendo?" Es la
fecha que no tengo una respuesta. Quizá este diálogo que hoy iniciamos tú y yo, caro lector, nos ayude a encontrar
una respuesta. Veremos, si me acompañas, la vida y el argüende de nuestra ciudad, a vuelo del Ángel.

Temblor y temblor:

Martes, 16 de noviembre. Serían las seis, serían las siete de la tarde. Hablando de sismos. En dos o tres estaciones
radiofónicas sonó la alarma sísmica. Con el antecedente de que no hace mucho tembló de manera considerable y la
alarma sísmica tranquila como Hank ante la sucesión. Ahora no, ahora sí sonó... ¡Tienen 50 segundos para
desalojar ordenadamente!... Mi amigo Motita, que estaba oyendo el radio, decidió permanecer en su casa para
probar la cimbra. No hubo oportunidad; no tembló. Extraoficialmente avisaron que, en vista de su irregular y pelado
comportamiento, la alarma iba a ser desconectada. ¡Qué falta de tolerancia! Si San Andrés, siendo santo, tuvo
fallas, cuantimás una humilde máquina. El caso es que para sustos no ganamos.
Desdoros del Vaticano

Mientras la alarma sonaba, lo mejor de la sociedad capitalina (es un decir) se trasladaba a San Ildefonso para la
inauguración de la muestra de los Tesoros del Vaticano. Los acarreados de lujo se apretujaron en patios y pasillos.
Llegó la comitiva político-académico-eclesiástica. Tovar y de Teresa estuvo a punto de decir Vatinaco y se repuso en
un palmo de terreno. Don Carlos no saludó de mano a Prigione, ni a Corripio (hecho comentadísimo) y, mis
reporteros, tuvieron que retirarse sin ver la muestra, porque primero la tenían que ver los meros chipocludos.
Ta'güeno. En la tienda de "souvenirs" (palabra odiosísima) vendían unas playeras con La Creación de Miguel Ángel
impresa. ¿Se acuerdan? El dedo todopoderoso señala a un postrado mortal que también alza su tímido dedito y
¡zaz! la Creación se consuma. Dígame si no es simbólico.

Cualquier alabanza, retobo o comentario con esta inaugural y volante columna, comuníquelo al teléfono...

Un ángel crítico

Por

Mirtha Hernández

(03-Sep-2010).-
Promotor cultural, defensor de causas sociales, escritor y periodista consiguió hacer del lenguaje
un aliado para, con buen humor e ironía, cuestionar la realidad de la Ciudad, del País y la clase
política; además de mostrarse como un ser humano transparente.

Cuando recibió el Premio Internacional de Periodismo Don Quijote, Germán Dehesa dijo que para
escribir sus artículos miraba dos mundos: el de la calle y el literario.
Esa visión diferente lo hizo un maestro del lenguaje, de la crítica aguda con buen humor.
"Como yo soy por un lado de extracción universitaria, estudiante de letras, y por otro, de
extracción totalmente chancla, pensaba: ¿cómo haré yo para que se cree un mundo verbal, que
resulte muy lleno de luces, divertido, intenso, como debe ser nuestro idioma, que lo tienen muy opaco, pero es un idioma brillantísimo
expresó a REFORMA en febrero de 2008, luego de recibir el Don Quijote.
El dominio de la palabra y el diálogo lo desarrolló desde niño, pues contaba que le platicaba a su hermano mayor, Ángel -enfermo de
parálisis cerebral-, historias de lo que veía en la calle y de lo que descubría en el mundo de los libros.
Esta práctica que realizó durante más de 20 años, la convirtió en un don. Así, Dehesa pudo aprender a imaginar "desde el otro", supon
que pensaba, ya que la comunicación con su hermano y las respuestas a sus narraciones se daban sólo mediante apretones de manos
Germán Dehesa Violante nació en la Ciudad de México el 1 de julio de 1944, en la zona de Tacubaya; como él diría, muy cerca del Mol
del Rey.
Gran parte de su infancia y juventud la pasó caminando por la Colonia Del Valle, donde hizo sus estudios de bachillerato en el Centro
Universitario México, de los maristas.
Más tarde, ingresó a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde estudió las carreras de Ingeniería Química y Letras
Hispánicas.
En la Facultad de Filosofía y Letras fue profesor y catedrático por más de 40 años.
El autor de libros como Adiós a las trampas, Cuestión de amor y Fallaste corazón era un amante de la lectura y su ferviente promotor.
Relataba que cuando dio clases de literatura en bachillerato no pasaba asistencia a sus alumnos, sólo les presentaba una lista de obra
leer en el curso y cuando terminaban un título debían acudir al aula a comentárselo.
Los jóvenes hacían fila para entrar al salón.
Fue editorialista de los periódicos Novedades y El Financiero; así como de Reforma, Mural y El Norte, del Grupo REFORMA.
En su columna Gaceta del Ángel -en honor a su hermano- decía que seguía conversando con él.
Allí criticó lo mismo a la vida capitalina que a las autoridades; los acontecimientos nacionales y la clase política. Ejerció plenamente su
convicción de que el periodista es un intermediario entre el poder y la sociedad.
Ante la ineficacia de las autoridades para aclarar la desaparición y muerte de las mujeres de Juárez creó el espacio ¿Qué tal durmió? a
después sumó críticas al desempeño del ex gobernador del Estado de México, Arturo Montiel.
A través de sus columnas también dejó conocer a sus lectores más de Germán Dehesa como ser humano, ya que compartió sus avent
como padre de cuatro hijos, sus desafíos para educar al más pequeño, "El Bucles"; así como la experiencia de sus matrimonios.
Y sumó al léxico de todos sus seguidores expresiones como el "Dibodobadito" y "Hoy toca". Además, los hizo partícipes de su amor po
equipo de futbol Pumas.
Recibió el Premio Don Quijote por su artículo ¡Ah qué tiempos! publicado en la Gaceta del Ángel.
El jurado del premio, convocado por la agencia EFE y la Agencia Española de Cooperación Internacional, resaltó la "síntesis brillante en
idioma español y el habla popular" que reflejaba Dehesa en su trabajo periodístico.
En él, consideraron, incluía la "combinación imaginativa de las palabras que demuestra plasticidad, vitalidad y riqueza de la lengua de
Cervantes".
El también autor de ¿Cómo nos arreglamos? Prontuario de la corrupción de México y Las nuevas aventuras de El Principito, se convirtió
primer mexicano en recibir este premio, de manos del Rey Juan Carlos de España.
Dehesa Violante fue además solidario con diversas causas sociales. Y es que lo mismo promovía actividades culturales y literarias que
campañas para recaudar cobijas en pro de las familias pobres o llamaba a apoyar esfuerzo de jóvenes con Síndrome de Down.
Fue un comentarista destacado en la radio y la televisión mexicana, donde condujo programas como el Ángel de la Noche. También
participó en películas como Cilantro y Perejil.
Fue un promotor cultural y en su café teatro Planta de Luz abrió oportunidades a diversos artistas a lo largo de 16 años.
El pasado 11 de agosto el escritor y autor de diversas obras de teatro como Tapadeus III, El gabinete de Belem y Borges con Música fu
reconocido como Ciudadano Distinguido por el Gobierno del DF, en el Teatro de la Ciudad.
Allí expresó sentirse altamente satisfecho por lo que la Ciudad de México le dio en su vida: "comer rico y poder transitar por sus calles
El Jefe de Gobierno Marcelo Ebrard agradeció su trabajo, sus críticas y sus "irreverencias".
"Gracias por todo lo que haces, lo que has hecho y, sobre todo, por lo que vas a hacer por nuestra Ciudad", dijo.
Quince días después, el autonombrado Charro Negro reveló en su Gaceta que padecía cáncer, pero también expresó su gran amor por
vida.
La UNAM y sus familiares le habían preparado para hoy un reconocimiento en el Teatro Juan Ruiz de Alarcón, con música, poesía y el b
humor que siempre lo caracterizó.
Sin embargo, su enfermedad se apresuró e hizo que el escritor, dramaturgo y periodista partiera ayer, mientras se encontraba rodead
su familia en su casa de piedra y flores.

Ayudar a los demás

Tengo recuerdos de Germán, acompañándome a desastres naturales para animar a la gente, siempre dispuesto para recaudar fondos,
ayudar a los demás y siempre decir la verdad, siempre recordándome que la risa era fundamental para vivir y para ser feliz.
Josefina Vázquez Mota

Como un hermano

Lamento profundamente su muerte porque trabajamos juntos en varios programas de televisión, yo inicié el programa En Caliente con
hace muchos años en Imevisión, últimamente trabajaba con nosotros en Capitanes, era como un hermano, una gran persona, un hom
muy culto, bien preparado, pocos como él hablaba tan bien el castellano un excelente dramaturgo, yo leía incansablemente La Gaceta
Ángel, entramos juntos al periódico Reforma y estoy muy triste, lamento muchísimo la muerte de un hermano tan querido como Germ
Dehesa.
José Ramón Fernández
Unas manos preciosas

Destaco su capacidad de empatía, su humor. Era una persona generosa, amorosa. Era un hombre con mucha cultura, un espléndido
maestro de literatura, un gran observador. Tenía unas manos preciosas, ¿sabes? Unas muy bonitas manos, blancas, muy delicadas. ¿Q
destacaría de él? Su genuina y constante preocupación hacia los problemas del País, le importaba mucho la ciudadanía, el que se toma
conciencia, el que se denunciara. Convocaba mucho. Tenía una capacidad de convocatoria impresionante, y lo vimos cuando fue neces
salir a las calles a vender nuestro periódico.
Guadalupe Loaeza

Hizo valer la crítica

Germán Dehesa era esa presencia diaria, inteligente, punzante, divertida. Germán era maestro, escritor, periodista, universitario pum
padre que nos puso al tanto de toda su familia. En la Gaceta del Ángel de REFORMA, Germán hizo valer la crítica, el humor, el servicio
otros. Germán era ese gran promotor de las buenas causas: el que recolectaba cobijas para los que tenían frío, el que vendía tamales
los down, el que vendía periódicos para Reforma.
Recién condecorado con la Medalla al Ciudadano Distinguido, ya no alcanzó a recibir el homenaje que este viernes le había preparado
UNAM. Germán se veía a sí mismo todavía en sus últimos días como un ser dual: jarocho como su padre, abierto y liberal, y otra parte
la que se rebelaba, la que le heredó su madre, quien lo empujaba al sufrimiento como una ventana a lo celestial. Entre esa dualidad se
movía y en la recta final quedó claro que ganó su apuesta por la alegría, el gozo, la amistad y el amor por los suyos y por los demás. S
para muchos, yo incluida, una pérdida, muy, muy grande. Lo vamos a extrañar.
Carmen Aristegui

Con los Pumas

Su espíritu mordaz y su talento, no encontrarán fácilmente sustitutos. Lo vamos a extrañar, en la columna del Ángel y en la tribuna de
Pumas.
Juan Ramón de la Fuente

Su sonrisa y su inteligencia

La muerte lo encontró sin duda sonriendo. Me imagino que le debe haber hecho alguna broma. ¿Qué no podías venir otro día? Eres
demasiado inoportuna. Mañana tengo que estar en el teatro Juan Ruiz de Alarcón de la UNAM porque me hacen un homenaje. Va esta
rector Narro. No puedo faltar. Nunca dejo de asistir a una cita, aunque me muera... Bueno, me parece que eso sería exagerar. Pero po
no esperamos unos días más, para que pase el homenaje del gobierno de Veracruz. ¿Y si nos esperamos hasta el 17 de septiembre? M
gustaría ver los festejos del bicentenario... Germán siempre convencía a todos con su sonrisa y su inteligencia. Pero la parca no se dej
convencer.
Sergio Sarmiento
Rodeado de libros

Ayer que te vi por última vez, sentada sobre tu cama, te pedí que no me fueras a dejar aquí sola "en este México de tiempos nublados
ti. Y en los últimos meses te lo repetía una y otra vez: inimaginable seguir con la espada desenvainada, cual "ciudadana apasionada" c
me bautizaste, sin tu humor, tu generosidad, tu voluntad de acompañarme en todo momento y en cualquier buena causa. Mi adorado
amigo, no cumpliste tu palabra. Te fuiste después de prometer que un día de éstos me raptarías e iríamos juntos tras de Arturo Montie
tantos facsimilares que sobreviven, impunes, en el país. Cabalgaríamos juntos en busca del siguiente minotauro; denunciaríamos junt
próximo político rapaz; nos reiríamos del personaje detrás del escándalo de la semana, para después perseguirlo con la pluma. Tu mu
para mí es como aquel poema de los "Heraldos Negros" que habla de los golpes tan fuertes, ésos que parecen provenir del odio de Dio
Dios empeñado en irme quitando a quienes más quiero en la vida. Quizás lo único que me consuela es que ahora, cuando me pregunte
cómo me imagino el paraíso, podré decir que es una gran biblioteca en la que me encuentro a mi padre, a mi hermana, y a ti.
Y bueno, en cuanto al país magullado que dejas detrás sólo quiero decirte: me encargo de todos los pendientes que me encargaste en
camino. La obligación de la alegría y la rebeldía. Las ganas de estar en el mundo y carcajearse de él al mismo tiempo. La esperanza de
México mejor que ningún gobierno nos ha logrado arrebatar. Te voy a imaginar en lo que creo que es el cielo, ese lugar donde uno ha
que se le da la gana, como tú con tus columnas. Rodeado de libros, con un cigarro y un vaso de whiskey, contando historias. Historias
Fita y Felipe Calderón, del Bucles y "Betty Walls", de héroes y villanos. Hablando de cómo quisiste al país y cómo ayudaste a transform
Y por favor, por favor apártame un hueco chiquito allí a tu lado, para que sigamos platicando "de todo y de nada" como lo hacíamos si
y aún ayer.
Denise Dresser

Un cuarto de siglo

Querido Germán, ¡pero a quien se le ocurre morirse hoy! Pero qué impertinente. Mañana teníamos un homenaje, que sería motivo de
en la UNAM, tu UNAM, tu casa, y allí pensaba yo recordar cómo nos conocimos una vez en el mercado de Las Flores cada quien compr
ramos para nuestras musas. Hace un cuarto de siglo de eso. Y de allí en adelante, las noches gozosas de poesía y canto, allá en El
Unicornio. Tu infinita sensibilidad para leer a Borges o a Sabines y hacerlos de todos. Adriana cantaba, Gerardo Tamez y su gloriosa "T
Mestiza", Jaime Guarneros y Ernesto Anaya, la fantástica tropa musical. El bueno de Mauricio Achar en una esquina y tú como column
vertebral de una recuperación de la vida en plena locura del siglo XX y de nuestra ciudad. Fue el inicio.
Vendría la comedia, ¡pero qué facilidad de guionista! Ácido, duro, provocador, irreverente levabas a la risa dolorosa, a la carcajada de
desesperación, porque nos hacías reírnos de nosotros mismos. Pero después conocería tus inacabables muestras de generosidad para
Tarahumara, para los inundados de cada año, para los necesitados de siempre, para con todos. Y qué decir de tu columna, compañera
matutina desde hace mucho. Hay demasiados germanes que no caben en mil caracteres. No Germán no te puedes ir hoy y así. Te ext
Federico Reyes Heroles

Cosas pequeñas

Lo que me parece muy importante decir de Germán es que era una voz que constantemente, todos los días, buscaba el misterio que p
haber detrás de la vida diaria. El tenía unos ojos para ver las cosas pequeñas y contarlas de manera que las volvía trascendentes. Era
creador diario de este milagro que es transformar lo trivial en esencial.
Ángeles Mastretta

Fuiste mi Chanoc
Germán, te voy a extrañar muchísimo, siempre fuiste mi Chanoc. Dejas un vacío en el alma de todos los lectores que te queríamos.
Trino

REFORMA.COM

EL LECTOR PARTICIPA

"Te leía, no siempre, pero leer que te has muerto me ha dolido como si fueras parte de mi familia o un entrañable amigo. Neta, se me
las lágrimas. México necesita gente como tú. Me recuerdas a mi papá. Muchas gracias por las veces que me hiciste reír y reflexionar. H
siempre, querido Germán".
Demetrio Morales, Monterrey, N.L.

"Nos hemos quedado sin conciencia. Dibodomanito... a ver si aprendemos a alzar la voz como Germán, a festejar la vida como Germá
amar a México como Germán, a contar las veces que llamamos a la justicia como Germán. Mi corazón está roto. Un beso para el Bucle
Muriel del Olmo, Huixquilucan.

NOVIEMBRE, 1994. El escritor salió a las calles a vender el periódico REFORMA.


OCTUBRE, 1994. Dehesa siempre destacó el trabajo de su amigo Jaime Sabines.

"Una de las enseñanzas más grande de mi padre, es que este es el único país donde hubiéramos podido ser padre e hijo"

Ángel Dehesa durante el homenaje a su padre como Ciudadano Distinguido el pasado 11 de agosto del 2010

GACETA DEL ÁNGEL

Por

Germán Dehesa

(02-Sep-2010).-
Escritor, dramaturgo y articulista de Reforma desde el primer día en que
se publicó, Germán Dehesa falleció sentado en su sillón favorito. El deceso
ocurrió a las 18:35 horas del 2 de septiembre de 2010 y deja un enorme
vacío.

GACETA DEL ÁNGEL / Prosiguen las inundaciones

Por

Germán Dehesa
(01-Sep-2010).-
Ésta es una carta de total amor, de solidaridad fraterna y de urgida
reciprocidad. Varias de las horas más felices de mi vida han transcurrido
en Tlacotalpan, allá, a la orilla del río Papaloapan. Allí me han atendido,
allí me han recibido y allí me han agasajado. Ahora me entero de que
Tlacotalpan está inundado. Esto para mí es una gran congoja. Ese pueblito
a la orilla del río era para mí lo más cercano al Paraíso de todos los
lugares que conozco. Mientras otros amigos planeaban sus viajes a
Canadá, a Europa, a la India, mi amigo Vitico y yo decidíamos si esta vez
sería en coche, o sería en avión, o sería en autobús. Había todo un océano
de posibilidades. Las más de las veces, la selección era terrestre y de lo
único que nos arrepentíamos era de la salida a Puebla que es un tormento
inenarrable. Si en la eternidad de eternidades, Dios, por pura puntada,
anunciara: "Condenados, mañana de 9 a 11 de la mañana, podrán salir
todos aquellos que estén en el Infierno". ¿Se imaginan?. En todo el mundo
se iba a armar el Rosario de Amozoc y hagan de cuenta de que un millón
de cristianos iban a salir libres, serían como dos millones los que morirían
apisonados por la masa que se va a abalanzar contra las puertas. Por
cierto, no me hagan mucho caso pero, al parecer, una de estas puertas
está a cargo del mismo babas que cuidó la puerta del "New's Divine", así
es que pónganse buzos caperuzos, no vayan a morir por segunda vez. Ya
sería choteo. Tómenlo con calma. Si esta vez no alcanzaron a salir, la
próxima, que se calcula para dentro de diez millones de años, yo les
aseguro que estará más viable y despejada.
Por lo pronto, hoy Tlacotalpan, mi Tlacotalpan, está inundada y, aunque es pueblo pescador y ribereño, no tiene la
costumbre de que el agua se meta en sus casas. Vitico, que es el cronista de lo que ahí ocurre, de lo fasto y lo
nefasto, nos reporta: "...que ahora sí, ya nos cargó el pintor..." La verdad, es que todavía no nos ha cargado, pero
como que se le siente.
Tengo 66 años y no creo recordar una temporada de lluvias tan maciza, tan constante y tan duradera. Cuando, por
algún milagro celestial, deja de llover en todo un día, hay campanas de fiesta en mi corazón.
La policía, según me reportan mis agentes ahí destacados, aprovechó el buen tiempo del domingo para darle el
apañón a "La Barbie" que tiene tipo de señor decente (creo que ayudaba en misa de doce). Todos los cuicos están
muy contentos y todos decían que la aprehensión de "La Barbie" era el resultado de un largo trabajo iniciado en
1974 por su corporación. Éste fue el año del primer delito de "La Barbie" cuando sustrajo todas las donas de la
escuela "Chucho el Roto" que, a la sazón, infestaba después de múltiples expulsiones. Y ya voy terminando. El
trabajo y Jaime Sabines me reclaman. Me parece muy bien que hayan pepenado a "La Barbie" y también me da
mucho gusto que Felipe Calderón, en un gesto entre circense y bíblico se haya aventado a caminar sobre las aguas,
cosa que no logró, pero tampoco se hundió y así se la llevó un kilómetro. Nos tenía a todos with the Jesus in the
mouth. Todo resultó bien y, salvo la pulmonía cuata que muy probablemente le dé a nuestro Mandatario, en este
país todo marcha.
¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCXCII (1892)
MONTIEL.
Cualquier correspondencia con esta pluviosa columna, favor de dirigirla a
dehesagerman@gmail.com (D.R.)

GACETA DEL ÁNGEL / Las jirafas del silencio

Por

Germán Dehesa

(31-Ago-2010).-
Mucho tiempo se pensó y se dijo que la jirafa no emitía ningún sonido y
que esto era parte importante de su seguridad, viviendo como vivía y vive
rodeada por puras fieras. La verdad, yo también viviría en un perfecto
mutismo que quizás sería aplaudido por una buena parte de la comunidad
que habito: Germán "El Jirafa" Dehesa.
Ahora sabemos que este mamífero artiodáctilo ya tiene un largo rato de
estar entre nosotros y, si bien es muy parca en el habla, está muy atenta
y lo está por la novedad constante del mundo y porque si se descuida, le
cae encima chico leonazo y la mata con el puro impacto. A este respecto,
bien sabemos de la predilección de los leones con respecto a las jirafas. Las encuentran deliciosas y suelen ser su
platillo favorito. ¡Jumy, jumy!, suele decir la jirafita que se aproxima a su hogar de regreso de la escuela.
Normalmente los leones se comen crudos sin más aderezo que su propia y generosa bilis.
"Mira nomás a Dehesa: apenas es lunes y ya trae una borrachera de nevero..." ¿ésa es la confianza que me tiene,
señora Gomecillos?, es perfectamente legítimo hablar de jirafas en este perdido espacio donde hable de lo que
hable, al parecer está bien. Además ¡atención, señora! nada es lo que es (ya se desmayó la señora), todo es lo que
es, más lo que significa en un terreno mítico, en un terreno simbólico y en un terreno alegórico.
A ver, señora Gomecillos, ¿ya volvió usted en sí?, ¿ya recuperó su escaso juicio?. Me da gusto. Es necesario que
entendamos que vivimos, como decía, Baudelaire en "Un bosque de símbolos". Que si, por ejemplo, un padre
golpea a un hijo, con ese golpe le está queriendo decir miles y miles de cosas que, a lo mejor, ni el padre ni el hijo
entienden del todo. A lo que voy es a esto: si en verdad queremos vivir, tenemos que hacerlo con un nivel de
atención que no solemos invertir ni siquiera en aquellos eventos donde nuestra vida entra en zonas de alto riesgo.
La jirafa nunca descansa y prefiere siempre vivir en grupo. Imagino a esos ricachones que viven en mansiones
rodeadas por unos parques inmensos. Si algo les pasa (y a todos nos pasa algo tarde o temprano) ni quien se
entere, o se enterarán tarde y por los periódicos.
Estas líneas las escribo a favor de la cercanía, de lo confortable que es trasladarse del odioso yo al acogedor
"nosotros". Esto lo hice yo, ¡ay, tú!, esto lo hicimos "nosotros". En cuanto asoma el nosotros, asoma lo humano.
En el Renacimiento, brotó esta enfermiza obsesión por el yo y así pasamos del edificador anónimo de catedrales, al
soberbio creador de alguna estatua, o de alguna cúpula.
Ser nosotros es la plenitud y la delicia de lo humano. Por supuesto que hay pasos que sólo el individuo puede dar,
pero el mero y cotidiano avanzar por la vida es asunto de "nosotros".
Nadie conoce todos los secretos y recovecos que tiene el vivir. Yo menos que nadie, pero hasta yo adivino que la
clave está en el nosotros que es una delicia. Comparen el hecho de comprar un helado para nuestro gusto, a
comprar el mismo helado para compartirlo con alguien que será nuestro cómplice en ese súbito nosotros. Queda
con esto demostrado que no es bueno que el hombre ande solo.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCXCI (1891)

MONTIEL.

Cualquier correspondencia con esta pensativa columna, favor de dirigirla a


dehesagerman@gmail.com (D.R.)

GACETA DEL ÁNGEL / Palabras que escurren

Por

Germán Dehesa

(30-Ago-2010).-
Mis lectoras, pero sobre todo mis lectores sabrán entenderme: pretender
escribir en domingo con cierta sensatez y hasta profundidad, es un acto
que no está al alcance de los humanos. Sólo las esposas, de cuya pétrea
sensibilidad los siglos han dado sobrado testimonio, pretenden que
abandone uno el tibio y deleitoso lecho, que luego se sumerja uno ya sea
en una tina pletórica de formas biológicas nocivas, o bien de situarse bajo
el chorro nunca confortable de una regadera que avisa de todas las formas
que, hace un buen rato, su trabajo terminó y que su única venganza
consiste en oscilar la temperatura de su chorro que va alegremente del
frío antártico a ese calor súbito que comienza a disolvernos las nalgas y
que nos obliga a pegar gritos enormes y a huir por los cuatro rincones de la ducha. Pasado esto, ya estamos listos
para vestir las usuales y cómodas garras dominicales que forman parte muy principal de nuestro vestuario. Se nos
informa que ya fueron regaladas a un ropavejero, pero que la industriosa señora, tras fructífera incursión en
rumbosos almacenes, ha sustituido por unas prendas francesas hechas en Vietnam del Norte, que son el tope
mismo de la elegancia y el buen estilo para vestir. Nos quedan horribles; parecemos tíos de Tobi, pero la señora
muestra un entusiasmo tal, como si estuviera viendo a Gerard Depardieu. Con todo esto, ya estamos listos para
irrumpir en la mañana dominical. Quiero dejar constancia de que todas estas historias las estoy yo inventando. Yo,
venturosamente y a través de dos procelosos matrimonios, he logrado mantener vivo mi muy personal estatuto de
actividades y recreaciones propias de los días feriados. Esto incluye, por supuesto, las excursiones y giras infantiles
que, mejor serán pagadas, mientras más distantes y riesgosas sean. Otros impuestos y gabelas habrá que pagar:
derecho de marcha para la señora, adquisición de un regalo para la mamá de la señora que ya se pintó el pelo de
morado y está a punto de creerse Josefina Beaurné. Casi siempre, un buen retrato de Zapata las hace reaccionar.
Hay que pagar la onerosa ausencia de los infantes que andan con todo y el infecto perro, tarugueando allá por el
rumbo de Salazar. Con todo esto, más una hogaza de pan, un plato de carnes frías y el timbre sabiamente
desconectado, están dadas las condiciones para pasar un domingo grato y reparador.
Si quieren que les dure su Charro Negro, no le pidan que en domingo se meta a analizar la correlación de fuerzas
políticas y económicas con un comparativo entre la situación nacional y la situación internacional. Eso no lo hago, ni
por la bendita salvación del alma de Armando Fuentes Aguirre.
El domingo estoy de ánimo aflojerado, pachanguero y jugador. Trabajar, lo que se dice trabajar es un ímpetu que
se me ha borrado desde el viernes por la tarde (y ya es mucho mérito llegar al viernes por la tarde). A partir de ahí
y hasta el despertar del lunes, mi vocación es enteramente lúdica y mis verdaderos sufrimientos me los pueden
provocar, por ejemplo, los Pumas que no pudieron ganarle a ese equipo de mecánicos provincianos quienes, con la
desmesura que brinda la naquería, se hacen llamar "Campeonísimos". Pinches Chivas.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCXC (1890)


MONTIEL

Cualquier correspondencia con esta flojerosa y dominical columna, favor


de dirigirla a dehesagerman@gmail.com (D.R.)

GACETA DEL ÁNGEL / Palabras que escurren

Por

Germán Dehesa

(30-Ago-2010).-
Mis lectoras, pero sobre todo mis lectores sabrán entenderme: pretender
escribir en domingo con cierta sensatez y hasta profundidad, es un acto
que no está al alcance de los humanos. Sólo las esposas, de cuya pétrea
sensibilidad los siglos han dado sobrado testimonio, pretenden que
abandone uno el tibio y deleitoso lecho, que luego se sumerja uno ya sea
en una tina pletórica de formas biológicas nocivas, o bien de situarse bajo
el chorro nunca confortable de una regadera que avisa de todas las formas
que, hace un buen rato, su trabajo terminó y que su única venganza
consiste en oscilar la temperatura de su chorro que va alegremente del
frío antártico a ese calor súbito que comienza a disolvernos las nalgas y
que nos obliga a pegar gritos enormes y a huir por los cuatro rincones de la ducha. Pasado esto, ya estamos listos
para vestir las usuales y cómodas garras dominicales que forman parte muy principal de nuestro vestuario. Se nos
informa que ya fueron regaladas a un ropavejero, pero que la industriosa señora, tras fructífera incursión en
rumbosos almacenes, ha sustituido por unas prendas francesas hechas en Vietnam del Norte, que son el tope
mismo de la elegancia y el buen estilo para vestir. Nos quedan horribles; parecemos tíos de Tobi, pero la señora
muestra un entusiasmo tal, como si estuviera viendo a Gerard Depardieu. Con todo esto, ya estamos listos para
irrumpir en la mañana dominical. Quiero dejar constancia de que todas estas historias las estoy yo inventando. Yo,
venturosamente y a través de dos procelosos matrimonios, he logrado mantener vivo mi muy personal estatuto de
actividades y recreaciones propias de los días feriados. Esto incluye, por supuesto, las excursiones y giras infantiles
que, mejor serán pagadas, mientras más distantes y riesgosas sean. Otros impuestos y gabelas habrá que pagar:
derecho de marcha para la señora, adquisición de un regalo para la mamá de la señora que ya se pintó el pelo de
morado y está a punto de creerse Josefina Beaurné. Casi siempre, un buen retrato de Zapata las hace reaccionar.
Hay que pagar la onerosa ausencia de los infantes que andan con todo y el infecto perro, tarugueando allá por el
rumbo de Salazar. Con todo esto, más una hogaza de pan, un plato de carnes frías y el timbre sabiamente
desconectado, están dadas las condiciones para pasar un domingo grato y reparador.
Si quieren que les dure su Charro Negro, no le pidan que en domingo se meta a analizar la correlación de fuerzas
políticas y económicas con un comparativo entre la situación nacional y la situación internacional. Eso no lo hago, ni
por la bendita salvación del alma de Armando Fuentes Aguirre.
El domingo estoy de ánimo aflojerado, pachanguero y jugador. Trabajar, lo que se dice trabajar es un ímpetu que
se me ha borrado desde el viernes por la tarde (y ya es mucho mérito llegar al viernes por la tarde). A partir de ahí
y hasta el despertar del lunes, mi vocación es enteramente lúdica y mis verdaderos sufrimientos me los pueden
provocar, por ejemplo, los Pumas que no pudieron ganarle a ese equipo de mecánicos provincianos quienes, con la
desmesura que brinda la naquería, se hacen llamar "Campeonísimos". Pinches Chivas.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCXC (1890)


MONTIEL

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(D.R.)

GACETA DEL ÁNGEL / Salir a vivir

Por

Germán Dehesa

(27-Ago-2010).-
Pero ¡cuidado!, no se puede salir a vivir nomás así a lo buey. Será aconsejable salir con el pie
derecho, el cuerpo erguido como el de Johnny Walker, tarareando, así por lo bajito, algún aire
popular que puede ir desde "¡Caro nome!" hasta "De esta tierra de Cocula" (al gusto) y con el brazo
derecho ocupado por una agraciada chica que se ha "emperrao" en tomar una leche malteada que
es la novedad que tienen en la nevería "Los Volcanes" (¡y tenían que salir con su babosada de
ponerle "Los Volcanes" a la negociación, cuando podrían haberles puesto "El Aconcagua y el
Kilimanjaro", o "El busto es mío" o qué sé yo. El nombre no es importante y si me apuran, ni
siquiera es importante el par de guandajos que, cuestión de meses, se disponen a premiar a la
Patria con varios guandajitos. Eso tampoco importa; bueno, tampoco importa ni resulta pertinente
en este artículo, pero me daría la peste bubónica de saber que, aunque fuera de un modo sesgado,
yo hubiera patrocinado una procreación. Eso sí no me lo digan nunca. Mejor miéntenme la madre.
El caso es que su Charro Negro nada más remolonea y nada de que entramos en materia. ¡Ah, ya
me acordé!, todo este zangoloteo tiene que ver con el hecho de que yo quiero comunicar que es
importante, muy importante, salir a vivir. Quedarse metido en las casas, además de ser un método infalible para crearle a las mucama
incurable neurosis, produce en nosotros un extraño complejo de mueblecito artesanal que nos va inmovilizando y convirtiéndonos en
sangroncitas piezas domésticas. ¡Chicos y chicas: hay que salir a vivir!.
Cuando era pequeño y mis papás salían; el venerado Don Ángel siempre me respondía: vamos a ver la iluminación (¡¿a las doce del día
mi mamá añadía: y a rezar para que llueva. Hubiera sido glorioso que me visitaran ahora y provocaran el hundimiento final de Tenocht
pero resulta que ya murieron, o, como decía una muchacha que trabajó conmigo: ya se fueron a su jamás, pues eso. Dejemos en paz a
papacitos, aunque tengo que hacer una última referencia a mi padre. Él fue quien me enseñó a salir, a demorarme por las calles, a estu
cada aparador como si fuera un Renoir y a disfrutar los tacos de "Beatricita" y las tortas "Amalia" y la comida mexicana de "El Mirador"
vidas mías tendría yo que ocupar si hiciese la lista de todo lo que le debo a mi padre. Mi infancia me trae el recuerdo de un tío mío que
ir a Cuernavaca, abordaba unos coches negros y largos llamados "turismos"; bueno, pues un domingo abordó un "turismo" que se acom
un sanjuanazo cegador a la altura de la curva de "La Pera". Siempre que sucedía algo así, le hablaban a mi papá, pero lo milagroso es
flojonazo de mi padre ¡iba! y se hacía cargo de todo y luego me platicaba: "pues se murió tu tío, "El Guajolote", pero ya hasta lo enterr
allá en Cuernavaca. Le conseguí un lote precioso con vista al Salto de San Antón". Ya verán que esto de la muerte en mi familia no es q
termine siendo, sino que es asunto de chacota.
Por lo pronto, queridos contertulios, como dicen los funcionarios: voy a pasar a retirarme, pero el lunes, esto volverá a ser casa abierta
quien quiera refrescar un poco el alma (además, la Rosachiva sabe preparar "pantomaca"). HOY TOCA.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCLXXIX (1879)


MONTIEL.

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GACETA DEL ÁNGEL / Sigue llegando gente al estadio

Por

Germán Dehesa

(26-Ago-2010).-
Así es, amigos aficionados al deporte que Lou Gehrig y Napoleón Mc Graw amaron. El partido
todavía no comienza (¿ya comenzó?... ¿y por qué no me avisaron?... yo aquí, diciendo
babosadas)... el ampayer ya hizo la última revisión del cuadro y del jompleit y canta: ¡¡¡playbol!!!.
Comienza la serie por el gallardete entre Las Tarántulas Urbanas de Valsequillo y Los Leones
Histéricos de Ciudad Mante. El estadio Rodomiro "El Filibustero" Peniche está a reventar, que viene
de reventa, no, no es cierto, era un chistorete; pero de que hay gente de a madre, la hay.
Toda esta horneadísima fantasía beisbolística me fue dictada por un hecho muy sencillo: no quiero
y/o no puedo comenzar mi artículo. El real, el efectivo.
El objeto de tal artículo era y es el decirles que ¡muchas gracias! (en México decimos "chas gracias",
pero a ustedes no quiero mermarles el agradecimiento ni una letra). Esta mañana desperté
tardísimo, entre otras cosas porque anoche me dormí tardísimo, pero desvelarme hasta las orillas
de la locura lo hago con frecuencia y, sin embargo, siempre me despierto a la hora señalada.
Ahora no lo hice así y todavía no sé muy bien por qué. No tenía ninguna cita programada (y si le
hablo por teléfono a mis cuates-cuates, sé que la relación experimentará un notable descenso en
intensidad, frecuencia y temperatura). Así es que preferí dedicar más de una hora a un romance con una cajita de Kellog's y con ello a
esperar que el reloj de los seres civilizados diese una hora cristiana para hablar con mis informados y bibliografiados cuates.
Si lo piensan bien, esto de hablar por la mañana con los amigos, no deja de ser una ceremonia extremadamente ociosa (salvo en este
ampliamente agradecido caso). Los temas de conversación suelen ser los mismos que los que nos obligan en las primeras planas de los
periódicos (¡por cierto!, ¿ya vieron a la Miss Universo?: ¡lo sabía!, ¡lo sabía!, ahora que ya ha sucedido, nos damos cuenta de que resul
perfectamente lógico que los divinos poderes no pudieran dejar a la ciudad de Guadalajara con ese martirio permanente que son las Ch
Por eso les envió a Jimenita Navarrete, para que compensara tantos años de estar viendo al Tubo Gómez). Vuelvo a mi tema de las plá
matutinas. Además de lo que ya dijeron en la TV y de lo que ya publicitaron los periódicos, hay amigos y amigas que todavía tienen lar
tema para la conversación. Sin embargo, somos tan tontos de interrumpir este deleite diciendo: "tengo mucho trabajo". Existen, yo los
conozco, amigos y amigas que ya superaron el fantasma laboral y que han juntado suficiente intrepidez como para llegar con su jefe, p
cara de perro y decirle: no me lo va usted a creer... Por supuesto que no se la creen, pero una chambita regularmente pagada todavía
puede conseguir.
Este artículo no es de consejos. Soy pésimo para esa materia. Además, hace frío, estoy ronco (y Rosa Elvira es sorda) y mi cerebrito, y
imaginarán, nomás se menea como caldo de camarón. Creo que ante tanta inclemencia, lo mejor que podemos hacer es largarnos.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCLXXVIII (1878)


Sería muy reconfortante que a MONTIEL le tocara esta noche dormir a la intemperie.

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GACETA DEL ÁNGEL / El corazón y sus figuraciones

Por

Germán Dehesa

(25-Ago-2010).-
Creo que no les he contado que estoy enfermo, seriamente enfermo.
Tengo cáncer, pero hasta ahora la enfermedad no me ha producido ningún
dolor insoportable. Trato de vivir sobre las puntitas de los pies, pues en
mis delirios, imagino que si casi no hago ruido, la enfermedad no se va a
percatar de mi presencia y me permita colarme a la vida que es a donde
me gusta estar. Como quien dice, mi vida es casi secreta y su único nuevo
rasgo que yo detecto es la impaciencia. Así pues, no tiene ningún sentido
que me saluden de lejecitos, ni que me saquen la vuelta, ni ninguna
patochada de ésas. Nadie tiene idea de cuándo será la terminación
cronológica de mi vida, pero calcula la ciencia médica que esto ocurrirá
hacia los finales de este año. Espero distribuir generosamente entre el personal médico billetes de muy alta
denominación, de modo que este plazo se vaya ampliando, por lo menos, hasta 2020. Si se puede obtener más, ahi
lo dejo en manos del gobierno. Tengo mucha confianza en que nuestra burocracia acuse recibo de la solicitud en
2018, lo cual nos da margen para seguir resollando. Lo que desde ahora les puedo asegurar es que, mientras pueda
yo menear la pluma y no comience a decir puros despropósitos y marihuanadas, aquí me tendrán siempre a sus
canijas órdenes y a sus pies, si no les rugen, como solía decir la inmortal Borola Tacuche de Burrón.
Me molesta casi tanto como a ustedes, este tipo de artículos donde tengo que ponerle luto a mis palabras y no
sacarlas a pasear para que se asoleen que es lo que a mí más me gusta; pero dibodobadito, tarde o temprano los
médicos logran llevarte a sus terrenos y ahí es la de no te entumas y no le saques, manito. Por esas latitudes
transito yo en la actualidad. Me entusiasma saber que, gracias al talento de sus madres, mis hijos son gente de
bien, con buena orientación en la vida y totalmente a la guapachosa altura de su herencia veracruzana. Todos son
estudiosos, trabajadores y con magnífica inteligencia que, donde primero y mejor se muestra es en el buen humor
que los cuatro manifiestan, caiga quien caiga.
No me estoy despidiendo. Yo espero que falte mucho como para que ocurra algo tan ingrato. Como en el teatro,
esto es apenas la primera llamada, primera. Ya sé cómo se las gastan los lectores de por aquí y no me sorprendería
que, a la vuelta de unos días, me tope con gente que diga que, el mero día del Bicentenario me voy a suicidar en el
Zócalo gritando leperadas en contra de un gobierno y de un sistema que premia cada vez más a la idiotez y no
suele ser justo con la inteligencia. No, yo no voy a hacer nada de eso para celebrar o denostar a este sistema del
que, por lo demás soy miembro activo y no quiero jamás dar la impresión de que me doy de baja. Lo que sin duda
ocurrirá es que el sistema me dé de baja a mí, pero ése ya es otro cantar.
Voy terminando. Este artículo y sólo este artículo. Yo tengo que guardar reposo por algunos días, pero muy pronto
volveré a vestir mi uniforme azul y oro y a sembrar el pánico por todas las canchas de la República. Ahí me los
encontraré. Mañana nos vemos. ¿Entendido?.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCLXXVII (1877)


¿Alguien ha visto a MONTIEL?. Cuando lo pierdo de vista, me viene como el soroche.

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de dirigirla a dehesagerman@gmail.com (D.R
GACETA DEL ÁNGEL / ¡Regresaron los caperuzos

Por

Germán Dehesa

(24-Ago-2010).-
Pues no, las playas mexicanas no me resultaron propicias y no devoraron
a unos 20 mil educandos como tenía yo presupuestado. La falla estuvo en
haber contratado a "La Melancolías" quien también es conocida como "La
Mujer del Trapito" (siempre que la veas, aun dormida, tiene un trapito en
la mano). En estos días en los que los médicos me han impuesto un retiro
forzoso, mi obligatoria y constante presencia en el seno del hogar
comenzó por ser bienvenida, pero a estas alturas, percibo rebeldías
inesperadas e intentos de motín. La situación es tensa. En el último de los
casos, hablaré con mi amigo El Marce para que me dé asilo en alguna de
las casas que el gobierno tiene asignadas para darle cobijo a parias y
malvivientes. Ya les contaré, porque, en una de ésas, Marce y yo acabaremos viviendo en la Casa Arzobispal de
Jalisco que es donde se entrenan los párrocos-charros. Pero creo que para variar ya me desvié. De lo que quería
hablar era del incontrolable terror que me produce saber que los chipotines ya regresaron a las aulas y que, de
inmediato, se han puesto en plan belicoso como si fueran los talibanes de la colonia Pro-hogar.
Hay un hermoso libro de Alejo Carpentier donde tres jovencitos, dos hombres y una mujer son sorprendidos en su
inmensa casa de La Habana por la inminencia de un huracán. Los jovencitos entran en pánico y se dedican a subir y
bajar escaleras a lo loco, a urdir planes absurdos, mientras el huracán avanza. Es ella, la jovencita, la que pone a
todos en orden y dirige infatigablemente los preparativos para defender la casa y es ella la que consigue ver que,
salvo ciertos daños superficiales, la casa está incólume. Cuento esta historia por varias razones: a) para que se
pongan a leer, b) para que lean a ese gigante de la prosa hispanoamericana que es Alejo Carpentier y c) para que
conozcan "El Siglo de las Luces" que es una de las obras mayores de Carpentier y de nuestra literatura. Ahora bien,
si ustedes siguen empecinados en no leer, pues allá ustedes y su mala cabeza; consideren que, en última instancia,
a mí me vale un serenado gorro si es que deciden permanecer en el estado asnal.
Si ustedes ya conocen la obra de Carpentier, entenderán que les estoy dando bibliografía para que se defiendan de
ese huracán que acaba de tocar nuestras playas. No es posible que un ciudadano respetable, despierte hacia las
once de la mañana y por la ventana, protegido por la cortina (la infancia mexicana no está todavía preparada para
verme en mis atuendos nocturnos) atisbe que a esas mulas horas sigan fluyendo xoloixcuintles rumbo a alguna
escuela, cuchileados por sus madres a las que también habría que llamar a cuentas por flojas, dejadas, fodongas y
lo que resulte.
Y no hemos hablado del surtido personal que los espera a la puerta de las aulas correspondientes. ¡Hola, niños!, yo
voy a ser su maestra, me llamo Obdulia del Marro, pero soy la Miss Lety. Tengo 27 años de dar clases aquí, así es
que ya saben si intentan una perrería porque yo no paso ¡una! y así, quien intenta hacer bromitas a mis costillas le
advierto que le va a ir mal, muy mal. Por ahora y en silencio, pueden retirarse.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCLXXVI (1876)


MONTIEL.

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GACETA DEL ÁNGEL / ¡No excomulguen al Marce

Por

Germán Dehesa

(23-Ago-2010).-
No soy experto en excomuniones. Sin embargo sé que si te aplican una,
es más dolorosa y tiene más secuelas que la hurracarrana. En mi infancia,
los Maristas hablaban de la excomunión, bajando la voz y con tono
apocalíptico. Me intrigaba mucho el asunto. No tanto como para incurrir
personalmente en hechos delictivos que culminaran con la excomunión,
pero sí para darme al estudio minucioso, casi obsesivo, de la materia. Por
un tiempo, corrió el rumor de que los gemelos Calleja estaban
excomulgados. Esto me dio un gusto enorme. No porque yo tuviera nada
contra el par de güeritos. Lo que ocurría es que la mamá de los Calleja era
la mujer más atractiva que surcaba eventualmente esos corredores.
Comprenderán que, para el resto del colegio, el hecho de que alguno de los Calleja incurriera en alguna conducta
delictiva, era un motivo de felicidad y de grandes esperanzas para el estudiantado que esperaba una o varias visitas
del augusto mango.
Varios años de mi vida estuvieron atentos a la conducta de los Calleja. En cierta ocasión, alguien hizo correr el
rumor ya mencionado de que habían excomulgado a los Calleja. Esto cambió de modo sustancial nuestra relación
con los güeritos. La verdad es que nadie sabía a ciencia cierta si tal rumor era verdadero, o era una fabricación del
publicista de los Calleja, aunque en esos años no se estilaba lo del publicista. Hubo también un cándido compañerito
que nos aclaró que los Calleja seguían gozando de los consuelos de nuestra Santa Madre Iglesia y que la fulminante
excomunión donde había caído era en la cabeza de la señora Calleja quien había sido excomulgada por encuerarse
en un cabaret. Nunca supimos qué tan cierta era esta versión, pero a la sana juventud azteca nos pareció verosímil
y digna de todo encomio.
Pero el tema era la excomunión y más precisamente la que dicen que ha sido lanzada sobre la cabeza de mi amigo
El Marce. Como en el caso de la mamá de los Calleja, tampoco sé a ciencia cierta si en verdad Marcelo Ebrard ha
sido expulsado ignominiosamente de la Iglesia Apostólica Mexicana. Para que esto se cumpliese, mi amigo El Marce
tendría que pertenecer previamente a la Iglesia Católica y estar bautizado con toda la documentación que esto
exige, incluyendo el tarjetón que te permitirá circular de la tierra a las celestiales planicies. Ni modo que lo
expulsaran del Club de Filatélicos. Si éste fuera el asunto, no importaría a muchos, ni sería un acto público de
trascendencia.
El caso es que está en veremos si es cierto o no que el Jefe de Gobierno del DF fue o no, violentamente excluido de
las huestes que, con algún tropiezo de por medio, avanzamos rumbo al cielo tan panchos y tan contentotes. La
verdad, es que a mí no me gustaría otear el horizonte y ver que no viene mi cuaderno doble raya.
Sea como fuere, creo que para mí sería un motivo de contrariedad muy grave ver que ahí vienen la Gordillo,
Castañeda y Sandoval Íñiguez. Yo espero que me toque un mejor embarque y que en él vengan mis cuates. De otro
modo, a lo mejor ni me animo. Necesito de alguien que me avise, para soltarme pecando por doquier.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCLXXV (1875)


MONTIEL

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GACETA DEL ÁNGEL

Por

Germán Dehesa

(20-Ago-2010).-
La columna reaparecerá el próximo lunes
23 de agosto.

GACETA DEL ÁNGEL / El affaire Sandoval

Por
Germán Dehesa

(19-Ago-2010).-
Todavía hace 20 años esta historia o no sería contable, o pertenecería a la más avanzada ciencia ficción mexicana.
Hoy, por lo visto, resulta totalmente factible y, lo que es más extraño, todo está ocurriendo a la vista del mundo
entero. Por siglos, el clero mexicano se produjo con una enorme discreción. Nadie sabía de los ires y venires de un
Cardenal que igual estaba en la embajada de Estados Unidos, que apretándole las tuercas a un novicio que en algún
sermón se sintió superior a cualquiera y comenzó a despotricar contra los curas puñales de Irlanda. Hoy no se agota
en esto el trabajo de un pastor de almas. Ahora bien: aquí hay que reconocer un gesto muy propio de Arzobispos y
Cardenales mexicanos: son muy hocicones y, como suele suceder con los que somos así, ésa es la fuente de
nuestras demasías y desgracias. Nunca hubiera tenido que hablar sobre funcionarios corruptos aquí en México. Para
eso sí somos muy delicados. Y no es que en México o haya por ahi uno que otro funcionario corrupto, pero es que
sienten muy feo que se los digan en público y sin ningún paliativo.
Además, la grey católica mexicana no está acostumbrada a que sus jerarcas se anden agarrando de las greñas y se
involucren en pleitos de callejón. Dentro de poco, veremos a Sandoval Íñiguez con chacos benditos y chico cadenón
alrededor de la cintura: ¡le rajo la cara a cualquiera, maldita sea!, como decía Don Roque, aquel muñeco de Paco
Miller que ya nadie recuerda. Puros aspavientos y gestos belicosos que serían propios de un chavo banda, pero no
de un cardenal que hasta Papa puede llegar a ser. Me lo puedo imaginar ya en el cónclave aventándole la bronca a
los que no van a votar por él. ¿Qué me ves, güey?, le preguntará a un pobre Cardenal africano que tenga delante.
Quien está feliz como lombriz con todo este teatro clerical es mi amigo El Marce que está recibiendo de gratis toda
la atención de los medios y de todos los que frecuentan estos medios. Supongo que Sandoval está tan enchilado,
que no alcanza a medir las consecuencias de sus desmesuras verbales. Me imagino que sus hermanos de religión
han intentado, no sé, sofrenarlo, amordazarlo, exorcizarlo, darle unos tres diazepanes e invitarlo a conocer
Australia; pero Kid Sandoval sigue en las mismas y a quien le pregunta le confirma que, en efecto, todos están
"maiceados".
Según leo, hoy entró en efecto la demanda por daño moral, difamación y no sé cuántas cosas más. El país está en
espera de la contestación de Sandoval que, no es por nada, pero tendría que recordar que alguna vez se
comprometió como hombre de Dios y por lo tanto, hombre de paz, de avenimiento y de cercanía entre los hombres.
Por ahí tendría que comenzar la restauración de su buen nombre que, por lo pronto, está a la altura del charco más
infame. Tendría también Don Juan que hacer algo con sus alborotados genes tapatíos que también le están jugando
una mala pasada. Ya así apaciguado, sería el momento de visitar a Ebrard, llevarle una botellita de tequila bendito y
convidarlo a hacer las paces por el bien de todos.
Éste es mi consejo. Si lo quieren seguir, me dará mucho gusto. Si no lo van a pelar, pues allá ustedes.
¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCLXXIV (1874)
MONTIEL.

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dehesagerman@gmail.com (D.R.)
GACETA DEL ÁNGEL / Los temperamentales aztecas

Por

Germán Dehesa

(18-Ago-2010).-
Ha llegado el momento de darle uso a mi amplia experiencia como viajero
internacional y observador del diverso mundo. Yo he atestiguado, en la
electrizante Roma, el desarrollo entero de un pleito entre un taxista y un
manejador cualquiera. Por supuesto, que todo lo comenzó el taxista que
con admirable irresponsabilidad cruzó en diagonal una anchísima y
congestionada vía rápida, para rematar dando un violento frenón y
franqueándole la puerta a unos turistas que bajaron pálidos, pero eso sí,
acompañados por música de Doménico Modugno. El taxista ya se había
desentendido de la situación pre-cardiaca de su pasaje. Ahora su asunto
era con un conductor de uno de estos cochecitos como de juguete que,
por aquellos tiempos, eran vistos como la última novedad de la industria italiana. Nunca entendí y sigo sin entender
cómo un adulto de talla normal podía introducirse en uno de esos "Topolinos" donde, con muchos esfuerzos, cabrían
Vitola con su gato. El conductor de éste, un calvito con gafas y corbata, hizo una inverosímil pirueta y sacó medio
cuerpo por su ventanilla con el único objetivo de insultar a gusto al taxista quien, por su parte, contestaba todas las
imprecaciones del señor verdecito y así, la discusión fue subiendo de tono hasta unos niveles desconocidos para
México. Esto va a acabar a puñaladas, pensaba yo con mi mente troquelada en los barrios bravos del DF. Lejos de
eso, la feroz discusión que llegó a la radical puesta en duda de la virtud de ambas madres y con afirmaciones
tajantes acerca de cuál era el oficio y la ocupación de estas señoras; después de todo esto, los púgiles verbales se
dieron por bien servidos, arrancaron sus unidades y cada uno se perdió por rumbos distintos. El buen grupo de
babosos que nos reunimos alrededor de lo que probablemente iba a ser un sonado asesinato vial, tuvo también que
disolverse e irse a turistear al Coliseo. Esto ocurrió en Roma.
En México, una discusión como la que acabo de plantear, no se disuelve en su propia saliva, sino que suele terminar
en la cárcel, o con la fuga del que le sepultó 21 puñaladas al taxista felón. La prensa no me dejará mentir. Aquí
somos duros; nos tardamos en arrancar un litigio, pero ya envuelados no quedan más que la cárcel o la muerte.
He contado estas sórdidas historias viales, porque entiendo que ilustran perfectamente el jaloneo que ahora se
traen mi amigo El Marce y el Cardenal Sandoval Íñiguez (¿cargará machete agavero debajo de la sotana?). Por
cierto, que hacía mucho tiempo que no escuchaba el verbo "maicear" en su mexicano sentido de otorgar dinero o
prebendas a alguien cuya voluntad queremos inclinar de nuestra parte. Según Sandoval, todos, comenzando por El
Marce, están maiceados y han dejado al mártir Sandoval sin más ayuda que la del inútil Hugo Valdemar que ni
pincha, ni corta. El caso es que, como dicen en España, "ya la han liao", o como decimos en México: ya se armó y El
Marce está más bravo que un león y Kid Sandoval está listo para soltar el guantón.
En esto nos entretenemos, mientras los verdaderos problemas del país siguen ahí: pendientitos.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCLXXIII (1873)


MONTIEL.

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(D.R.)

GACETA DEL ÁNGEL / Lunes doméstico

Por

Germán Dehesa
(17-Ago-2010).-
Después de una semana de deschongue y disipación, la hora me ha llegado de permanecer en mi
casa de piedra y flores. Aquí me estaré recuperando mis pedazos, recuperando mi voz que ya me
quedó como de Titino y recuperando mi espíritu de eso que Sor Juana llamaba con horror "el
manoseo de la inmediación". Todo esto ocurre hoy lunes 17 de agosto de 2010. Aquí estoy, en
medio de mi casa, sentado y tratando de volver a oír mi corazón, de reconocer y reconocerme en
mis libros, en mis flores, en mis cosas, en la sigilosa voz de mi almohada y en el argüende de las
fotografías femeninas que andan desasosegadas por toda mi recámara. A todo esto he regresado
como si viniera de un larguísimo viaje y ahora quisiera descansar y volver a hacer mías mis cosas.
Hoy es lunes que supuestamente es el día de volver a entrar en acción, de planear la semana y de
ponerse al día. Todo eso tendría que hacer y en lugar de eso me he pasado las horas baboseando,
viviendo para adentro y regresando lentamente a mi ser y a los dominios de mi espíritu (¿alguno
de ustedes recuerda a la muchacha que estuvo en mi casa y que era conocida como "La Tractor"?,
pues acaba de cruzar mis umbrales). Viene resoplando porque carga una inmensa maceta donde
están sembradas dos hortensias azules de tal modo hermosas y robustas que podrían provenir de
la Tierra Prometida. Son un presente para su Charro Negro y por supuesto que lo acepto y me
comprometo a cuidarlo para que esas flores tengan una feliz vida de flor.
"La Tractor" ya emprendió el trayecto hacia su casa. Las flores ahí están y están muy serias como
niñas bien portadas que estuvieran de visita. Ya veré qué hago para que suelten el cuerpo y se sientan en su casa.
A toda mi entrañable clientela le aviso que no me estoy haciendo pato; ocurre que no entro en materia porque no encuentro materia p
entrar. Estarán de acuerdo conmigo en que este sexenio está saliendo muy ñango y no pasan demasiadas cosas. Los grandes rebaños
nubes grises avanzan lentamente por el cielo y se estacionan para darle a la Ciudad una techumbre como de dependencia gubernamen
Por favor, no me pidan que opine sobre las bodas y las paternidades gay. Lo más sencillo sería precipitarse y de inmediato afirmar que
está totalmente de acuerdo. No es mi caso. Yo estoy lleno de dudas y preveo la aparición de despeñaderos y de formas de la grandeza
hasta ahora no conocíamos. No es, espero que no lo sea, una actitud ni mucho menos una pose reaccionaria; les juro que conozco
sobradamente la materia y que quizá por eso me refrene yo tanto y me resulte tan complicado dar una opinión. Ahora bien, prefiero m
vacilaciones a la frivolidad con la que tantos condenan o canonizan estas nuevas posturas que retan a la inteligencia y a la historia de
humanos. Paciencia y barajar diría nuestro señor Don Quijote, o, más mexicanamente, vamos viendo para ir tosiendo.
Por lo demás, aquí estamos. Esta larga plática espero que no se interrumpa mientras tengamos la voluntad de dar razón de nosotros y
saber cómo va la vida de los otros. ¿Entendido?, bueno, pues ya me voy.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCLXXII (1872)


MONTIEL.

Cualquier correspondencia con esta columna con hortensias, favor de dirigirla a dehesagerman@gmail.com (D.R.
GACETA DEL ÁNGEL / Caminos vecinales

Por

Germán Dehesa

(16-Ago-2010).-
Después de una fragorosa semana de preseas, premios, reconocimientos y
pachanguitas similares, llego al sábado en calidad de carne para las
albóndigas. Por muchos siglos ha sido tema de la reflexión del hombre
averiguar el por qué es tan limitada nuestra capacidad para el goce y por
qué el sufrimiento, ése sí, se puede adueñar íntegramente de nosotros por
semanas y semanas. No tengo yo la respuesta para este enigma, lo que sí
tengo es la prueba de que encarna una verdad irrebatible y es así como
llegué al sábado en calidad de damnificado. Sin embargo, damnificado y
todo, no perdía de vista que mis entrañables amigos, el matrimonio
Quique, con mucha anticipación, me habían invitado a una comida de
celebración en sus cómodas instalaciones rurales. Todo corría por cuenta de ellos, salvo el transporte. Había que
convocar a Pancho, mi fiel auriga, quien se haya siempre dispuesto a auxiliarme en estos trances imprevistos. Esta
vez no resultó tan sencillo: Pancho estaba ya con los dolores de parto y con las contracciones muy fuertes, porque
de un momento a otro, le nacería una nieta y con tal motivo, él se hallaba francamente disminuido y mosqueadón.
Sin embargo, con una disciplina que ya no se ve ni en el ejército inglés, Pancho ocupó el volante y su Charro Negro,
en compañía de mi Tía Ágata y de mi amiga Jaililí, Jaililí, Jailó abordamos la nave y Pancho enderezó la proa rumbo
a un lugar llamado "El Oyameyo".
El trayecto no fue para nada sencillo. Los capitalinos que son muy pataratos y noveleros habían decidido también
salir en la misma dirección en la que yo iba. Yo no me opongo, pero ¿por qué tienen que ser tan inciviles y tan
escandalosos?. No lo sé, pero sí sé que en su compañía tomé la carretera vieja a Cuernavaca y todos avanzábamos
como si ya estuviéramos abandonando Tenochtitlan en busca de nuevos horizontes. Me deslumbran esos camiones
que, al frenar, les brillan miles de focos sin ninguna justificación aparente como no sea el júbilo lumínico. Me
asombran también esos autos diseñados en Detroit para darle cabida a cuatro plazas, cinco como máximo; ¿cómo le
hacen 17 aztecas para caber con todos sus armamentos, cuñados, tías agonizantes y una parrilla portátil. Pues
todos caben, incluso un perrito cuyo rostro viene impreso en uno de los cristales posteriores.
Tras las severas lluvias que hemos padecido, el campo está glorioso, pero la carretera era un desastre. Pancho tuvo
el honor de inaugurar varios baches y de poner a prueba la tapadura de todas sus muelas con esos brincos como de
circo que, de pronto, pegábamos.
Sin embargo y aunque no lo supiéramos, lo peor estaba por venir. En algún punto de este camino, teníamos que
tomar un atajo hacia la derecha. Así lo hicimos. Un maestro de primaria que quisiera darle a los chipotines una
lección práctica de cómo es la orografía de México, podría recorrer el atajo que yo recorrí. Todavía tengo el cerebro
totalmente desacomodado. No obstante, no nos arredramos y, como el "Caballo Blanco", seguimos nuestra
aventura. Nuestro afán tuvo su premio. Después de rebotar unas siete veces, se apareció ante nosotros el letrero
salvador: "El Oyameyo".

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCLXXI (1871)


MONTIEL.
Cualquier correspondencia con esta irrefrenable columna, favor de dirigirla
a dehesagerman@gmail.com (D.R.)
GACETA DEL ÁNGEL / La ceremonia

Por

Germán Dehesa

(13-Ago-2010).-
Nunca me imaginé que mi relación, a veces cercana, a veces no tanto, con
Ángeles Mastretta fuese, desde los ojos de ella (grandes y bonitos) algo
tan complicado o más que la antigua carretera a Acapulco: con Germán ha
habido momentos de cercanía, de alejamiento, de repulsión, de
indiferencia, de reencuentro, de alborozo y de mutua ignorancia. ¿De todo
eso me ha dado tiempo?, nomás de leerlo, creo que hasta necesito
oxígeno. Sin embargo, me consuela y me alivia que todo este repaso lo
hizo Ángeles porque tenía buena voluntad de ir al sentido homenaje que
me hizo la Ciudad de México y, a última hora, no le resultó posible. Sea
por Dios.
El festejo estuvo hiper-padre y yo tuve un día feliz como he tenido muy pocos en mi vida. Todos los que acudieron
eran amigas y amigos que la vida me ha ido regalando a través de los años y que yo he tenido el respeto y el
cuidado de conservar. Creo que el único gremio que estuvo ausente fue el Clero, cosa bastante explicable. Por lo
demás, ahí estuvimos reunidos y felices ciudadanas y ciudadanos libres de esta Ciudad. Quien llegó con más
puntualidad fue nuestro Jefe de Gobierno, mi amigo El Marce, pero con él ni chiste tiene porque hasta le tapan los
baches antes de que él pase. Nosotros, la sufrida grey, llegamos como pudimos. Yo hice casi hora y media para
llegar, aunque es una de las raras ocasiones en mi vida en que llego bien y a tiempo. Algo de mérito tuvo esto,
porque a lora de lora, todos decidieron trasladarse en mi coche, aunque casi todos tenían el propio. Yo sentía el
rostro comprimido contra el cristal, la pobre Fita fue pasando de rodillas a rodillas y creo que acabó acostada en el
piso con el bonito traje rojo que iba estrenando. "Mecánica Nacional" en su esplendor. Cuando llegamos, nos
enderezamos el cerebro y la ropa interior y ya con nuestra habitual compostura, hicimos nuestra triunfal entrada al
Teatro de la Ciudad, Esperanza Iris que ya estaba a medio llenar, aunque a lo largo de la ceremonia fueron cayendo
clientes hasta llenarlo. Es un hermoso espectáculo ver desde el escenario ese teatro lleno.
Hablaron: Marcelo Ebrard, Héctor Bonilla, Carmen Aristegui, Elena Cepeda, Secretaria de Cultura del DF, Fernanda
Familiar, Ángel Dehesa y Tania Libertad.
También hablé yo. Me encanta hablar, pero la tarde del miércoles me costó un enorme trabajo traducir en
agradecimiento tantas emociones, tantas sorpresas, tantos homenajes, la cercanía de tantos amigos, la ausencia de
mis muertos, las mujeres que he amado (ahí en el teatro estuvo una y sólo una) y todos los que de algún modo son
o fueron gente mía. Los dioses del Anáhuac me enviaron una dosis extra de elocuencia y por eso pude hablar con
palabras que sin duda te incluían, lectora lector querido, que no necesitabas estar ahí para hacer sentir tu
gravitación y tu recordatorio de que esto apenas fue un alto en el camino, un respiro que ustedes me concedieron.
Ahora, me pongo en manos del Dios de mi madre y reanudo mi trabajo que es mi obligación y mi regocijo.
Comprenderán que nada de lo dicho sería posible sin la cercanía siempre emocionante de Rosa Elvira Landazabal,
tan amada.
HOY TOCA.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCLXX (1870)


MONTIEL.

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CIRCUITO INTERIOR

(12-Ago-2010).-
The end?

AYER Héctor Llamas, subsecretario de Coordinación Metropolitana y Enlace


Gubernamental del GDF, logró lo que parecía imposible.
DESPUÉS de varios meses de pleito y a pesar de haber un amparo de por
medio, el funcionario cerró la negociación con los dueños de predios de
Álvaro Obregón afectados por la construcción de la Supervía.
AL PARECER, el GDF negoció para aumentar el monto de la indemnización propuesta en primera instancia para que
los colonos aceptaran.
AHORA, en la administración de Marcelo Ebrard creen que con esto, otros vecinos -no afectados directamente con la
obra-, ya no tendrán cómo justificar su movimiento.
¿SERÁ que ya llegó el fin del conflicto?

Apoyo azul

MUY EMOCIONADOS están los empresarios de publicidad exterior.


Y TODO porque hoy se reunirán con Mauricio Tabe, diputado del PAN, para concretar una estrategia contra la Ley de
Publicidad Exterior, aprobada hace más de 40 días en la Asamblea y aún sin publicar en la Gaceta Oficial del GDF.
SEGÚN esto, como Tabe fue el único diputado que formalmente pidió a la administración capitalina devolver con
observaciones esa norma a la ALDF, los empresarios quieren ver cómo refuerzan su lucha para modificar artículos
que, a su consideración, afectan la industria.
LA DUDA es hasta dónde llega este último tirón de los publicistas, pues sus anteriores esfuerzos con legisladores
fueron infructuosos.

Desaire

YA SE supo que Gabriela Cuevas, diputada panista federal, sí fue invitada al evento de la Reforma Política del DF en
el Teatro de la Ciudad.
Y FUE precisamente Obdulio Ávila, presidente del PAN local, quien le extendió la cortesía a la presidenta de la
Comisión del DF en la Cámara de Diputados.
INCLUSO, cuentan que Fernando Rodríguez Doval, presidente de a Comisión Especial de la Reforma Política en la
ALDF, buscó a Cuevas para comentarle del acto del lunes, pero ella no respondió a los llamados.
POR AHÍ andan diciendo que Cuevas esperaba que fuera José Ángel Ávila, Secretario de Gobierno local, quien la
invitara a la ceremonia.
QUEDA CLARO que la forma es fondo.

'Twittercampaña'

UN GRUPO de "simpatizantes" de Mariana Gómez del Campo, coordinadora del PAN en la ALDF, creó el perfil
@estoyconmariana en Twitter.
MEDIANTE la red, los seguidores de la diputada comentan todas sus actividades, agenda de trabajo y se
intercambian puntos de vista sobre ella.
AUNQUE los mal pensados creen que más que un perfil de "simpatizantes", la cuenta forma parte de la pre-pre
campaña que Gómez del Campo y su gente lanzaron para que la legisladora se posicione hacia el 2012.
LOS ALLEGADOS a Gómez del Campo señalan que como la tirada de la diputada es la Jefatura de Gobierno, por eso
ya está calentando motores.
¡A VER si no se sobrecalientan por tanta anticipación!
circuitointerior@reforma.com

GACETA DEL ÁNGEL / La inminencia

Por

Germán Dehesa

(11-Ago-2010).-
Carlos Monsiváis, ilustre difunto mexicano, con su tino habitual, algún día
escribió: México no es un país de eminencias, sino de inminencias. Nada
nos emociona, ni nos pone más en plan de esperar la revelación suprema,
que la inminencia; ese instante que parece vibrar en el aire en el prólogo
mismo de que ocurra algo, lo que sea, pero algo. Nuestra noche es el 24
de diciembre antes de que suenen las doce. Recuerdo que yo me retorcía
como almeja con limón en espera de que apareciera el gerente de
Juguetería Ara para entregarme las llaves del negocio y así pudiera yo
servirme a mi entera y regocijada voluntad. Año tras año, mi voluntad y
mi esperanza permanecieron firmes, lo malo es que la juguetería
desapareció con todo y gerente. La vida es así y ya dibodobadito. Esta contingencia, más la total trivialización de los
Reyes Magos a los que les perdí toda la confianza porque regalaban unas furris bolsitas de dulces Larín que sólo
despertaban una suave sensación de odio hacia el trío de orientales que preparaban su viaje, llenaban sus
costalones, cargaban al elefante y al dromedario hasta que este último comenzaba a dar señales de que se estaba
pandeando. Así preparados emprendían dilatados viajes desde algún palacio árabe hasta la colonia Nápoles donde
yo los esperaba desvelándome como animal de pezuña, aun sabiendo que me iban a traer puras porquerías. La vez
que me trajeron una bolsita de estraza con esos dulces de miscelánea que eran las peritas de anís, los barrilitos de
cereza y/o de menta o yerbabuena, recuerdo que arrojé mi bolsita en el último de mis cajones y con toda celeridad
me dirigí a la ventana que daba a la calle con la esperanza de que todavía anduviera por ahí el miserable trío y
poder mentarles su arábiga madre. Ya no estaban. De babosos iban a quedarse. Muchos años después, me enteré
de que mis padres eran más bien indigentes que no salían a pedir dinero a la calle, porque también eran muy
decentes. El caso es que entre los tales Reyes Magos y su Charro Negro la relación siempre fue tensa y constelada
de peritas de anís.
Como veréis, esta semana ando más disperso que nunca. Supongo que algo en mi interior está muy emocionado
con la medalla ciudadana que recibiré. Es muy raro, porque en mi nivel consciente el asunto me parece bastante
trivial y menor, pero supongo que en las cocinas de lo no consciente, el asunto tiene para mí más relevancia que la
que estoy dispuesto a concederle. Esto que estoy diciendo ahora no es algo que pueda afirmar desde la lucidez y la
conciencia; más bien se presenta en forma de breves ataques nocturnos y entrevisiones que se cuelan en mis
sueños. En esa dimensión, no sé cuántas veces me han robado mi medalla dejándome en la desolación; tampoco sé
cuántas veces la he recuperado, ni de cuántas formas la he imaginado. Anoche la imaginé octogonal y con un
aspecto como de oro viejo que, todo fue verla y saber simultáneamente que estaba yo condenado a limpiarla
perpetuamente con Brasso que era uno de mis más molestos deberes infantiles. Sea como fuere, supongo que hoy
por fin la medalla que mi mente ha imaginado multiforme, me será entregada para que yo averigüe a posteriori la
forma y la consistencia de mis sueños.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCLXVIII (1868)


MONTIEL.

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GACETA DEL ÁNGEL / Viaje al centro

Por

Germán Dehesa

(10-Ago-2010).-
Esto es como de Julio Verne. Lo único
que yo quería era cerciorarme del
tiempo actual que un sureño tiene que
consumir, al día de hoy, para llegar en
automóvil desde San Ángel hasta el
Zócalo, nombre peregrino si los hay. Un
zócalo es humildemente la base o el
sustento que se construye para lucir
propiamente una escultura, un relieve
o, si quieren, el retrato de su abuela.
Lejanamente se entiende que en la
Capital de la Nueva España, un equis
virrey haya decidido ornar la ciudad con
una escultura. Para mostrarla de un modo galano y artístico, el arquitecto de la
corte, me imagino yo, habrá dicho: ¡tengo una idea! y nadie chistó porque a la
sazón el arquitecto gozaba del total valimiento del virrey y no eran pocas las
anécdotas picantes que circulaban en torno a los dos. El asunto es que el
arquitecto pudo exponer su idea que tampoco era cosa del otro mundo: lo que
quería el arqui (que se llamaba Desiderio y era levemente pispiojo) era
sencillamente hacerle una base a la escultura, de modo que todo resultara lucidor
y barato. Pongámosle un zócalo y va que chuta. Esta última expresión era un
total neologismo que mucho se le celebró a Don Desiderio.
En este punto comenzó el Calvario mexicano. Todos lo conocemos: hay que
presentar un presupuesto con dos copias y esperar que pase a firma, ya que lo
tenga firmado, pasa a revisión de firma por si hay algún errorcito, algún detalle
de ésos que siempre se le escapan a uno y nos hacen volver a empezar todo otra
vez... yo creo que en dos semanas, bueno, tres, bueno, ni usted ni yo, vamos a
decir cuatro meses para más seguro. Yo creo que para entonces ya le tengo sus
papeles... ándele... vaya con Dios, Don Desiderio. Era un trámite que a lo sumo
debía durar una semana, pero pasó un año y nada que se resolvía. Por fin salió
una autorización provisional, Don Desiderio cayó en el éxtasis y de inmediato
puso manos a la obra. Apenas pudo adelantar, cuando se le apareció un inspector
de monumentos que lucía un gran mostacho y una total desvergüenza. El tenaz
Desiderio hubiera estado dispuesto a pagar la inmoral cantidad que le pedía el
Mostachón, pero esa misma tarde, al ir a su casa, se desplomó muerto y nos legó
a los tiempos venideros un zócalo inacabado que, en su humildad de piedra,
jamás soñó en convertirse en el nombre de todas las Plazas de Armas de la
República. Creo que con esto, ya queda explicado por qué el Zócalo se llama así y
ahora quiero explicar qué demonios hacía yo ahí, tan lejos de mi terruño y de ese
grupo humano que es propiamente mi etnia.
El centro, ya lo saben, siempre está en ebullición. Ahí, durante siglos de siglos se
ha cocinado ese mole prodigioso que es México. Y ahí llegué yo buscando el
"Teatro de la Ciudad, Esperanza Iris" un historiado teatro donde el miércoles, en
una ceremonia breve pero emotiva, Don Marcelo Ebrard me otorgará la medalla
"Ciudadano Distinguido" por algunos méritos en campaña que ya no recuerdo con
nitidez. Me da igual, yo esa medalla la agarro porque la agarro y que nadie
intente detenerme y no es tanto por la medalla, sino porque, para después, se
está armando un huateque de ésos que hasta sangre sacan. Ya fui, ya vine.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCLXVII (1867)


MONTIEL.

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GACETA DEL ÁNGEL / Éstos sí son domingos

Por

Germán Dehesa

(09-Ago-2010).-
Agradezco a quien se deba agradecer la dádiva de este domingo que me
ha resultado tan satisfactorio. Para comenzar, nadie me ha hablado para
pedirme absurdos textos a deshoras. El autor y su inseparable Rosachiva
agradecen esta fineza, o esta casualidad; en ambos casos, el
agradecimiento es inamovible y el mismo.
Comenzó bien este día ligeramente friolento y luego templado. Mi hijo
Canito, a quien nunca encomiaré lo suficiente, me invitó a ir al estadio de
CU para ver jugar a los sorprendentes Pumas en contra del Cruz Azul, un
equipo tan odiosito que sólo seres tan espurios y primarios como un tal
Ernesto López pueden apoyar a este equipo imaginado y edificado (así les quedó) en torno al culto al cemento. Su
Charro Negro estaba más que dispuesto a presentarse en el coloso del Pedregal (único verdadero coloso que la
ciudad reconoce; los otros dizque "colosos" son propios de esa extraña y numerosa variante de mexicanos que
confunde lo colosal con lo que es meramente grandote). Bueno, pues yo iba a ir al estadio de CU y, ya para salir, se
me presentó un violento ataque a mi estado general que acabó conmigo postrado en mi camota de la que sólo he
salido para redactar este boletín dominical. Como decía un hombre de campo que tropezó con Azorín en su "Viaje a
la Alcarria": "Yo, señor, le dijo, ya estoy un poquito echado a perder". Pues eso me pasa, o así me sentí hoy
domingo por la mañana. La recuperación vino por vía electrónica. Después de unos cuantos minutos de ver a los
Pumas patearse entre ellos y hacerse unas magníficas pelotas, los jóvenes universitarios comenzaron a entenderse
y a jugar buen futbol; tan bueno fue éste, que con eso bastó y sobró para sumir en la confusión y en la pérdida de
la de por sí escasa compostura del equipo albañil. Cruz Azul empeoraba (es lo suyo) y los Pumas florecían. Mi dolor
de panza desapareció y yo recuperé el estado de gracia. Me serené tanto, que pude oír impasible los despropósitos
e improperios de la Rosachiva que se acercó a estas playas para cumplir el presente compromiso laboral. No diré
más, porque no me gusta patear borrachos, además estoy en proceso de purificación interior. No debemos olvidar
que el próximo miércoles la nación agradecida (no sé de qué) me otorgará un reconocimiento que yo, sin discolería
alguna, comparto con todos los que me han ayudado, léase Rosachiva, léase Josefina y nunca Martha Sahagún.
¿Qué horas son en el reloj de mi vida?. Si quieres, lectora lector querido, sentir el súbito calambre metafísico, hazte
esta pregunta que se adueñó de la mente de Italo Calvino en sus últimos días. Todos nosotros vivimos atrapados
inescapablemente entre dos misterios: ¿por qué llegué aquí? y ¿por qué me tengo que ir?. Es obvio que yo no tengo
la respuesta, aunque, según adivino, dentro de poco, tendré mi respuesta personal e intransferible. No creo en la
utilidad de comunicarla dado que es única y que a cada quien le tocará vivir la suya...
Pero ya basta de plañidos. Por lo pronto, la vida revolotea por todas partes con todos sus colores, olores, sabores y
misterios. Ya vendrán por nosotros. Lo nuestro es vivir.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCLXVI (1866) MONTIEL.


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GACETA DEL ÁNGEL / El estupor

Por

Germán Dehesa

(06-Ago-2010).-
Una tarde, hace sesenta años, estaba su Charrito Negro tirando la baba
abundantemente. Para pasmo de mi madre, de mi hermana, de Aurora y
de todas las agregadas culturales que acudían a la tertulia de Aurora que
era todas las tardes, ya había yo terminado mi tarea, dispuesto mi ropa
para el día siguiente y gozaba de un merecidísimo descanso. Como un
premio muy especial de la Divina Providencia, toda mi familia estaba fuera
y yo pensaba seriamente en ponerme a leer "Crimen y Castigo" que ahí
me esperaba en el estante. Todavía tardó unos 15 años el cumplimiento
de esta decisión, pero en este caso, el retrato es atribuible a mi padre
quien, mientras yo gestionaba la lectura, apareció en la casa con un cierto
aire furtivo (todos sus bolsillos estaban abultados), me saludó de lejecitos, se escurrió rumbo a su recámara y el
mini-Sherlock detrás de él: el sospechoso abrió su ropero, abrió una puertita, miró pensativo su interior (el de la
puertita), algo no le pareció, cerró la puertita y se puso a abrir los cajones de su ropa; en cada cajón entremetía
uno de los bultos que cargaba. Terminó su faena, se retiró y de inmediato entré en acción. La curiosidad me estaba
matando. Aquí la anécdota tiene un giro inesperado: los paquetes que mi prángana padre había escondido entre su
ropa eran, cada uno, un huatote enorme de billetes de cien dólares. Recuerdo que mi imaginación se disparó y yo vi
a mi padre dándose de alta en el hampa nacional en pleno asalto de un banco, me lo figuré con su antifaz, su
playera de rayitas y una pistolita ridícula; me lo imaginé de smoking con el pelo engominado deambulando entre las
mesas de un casino clandestino ganando carretadas de dólares que un canchanchán le iba guardando. Ésa fue quizá
la única ocasión en la que imaginé a mi padre como a alguien inmensamente rico, aunque luego me explicaría que
toda esa pachocha la había recibido en depósito para la compra de algunos tractores.
Te preguntarás, lectora lector querido, por qué o para qué te conté esta historia tan rara. No te vayas a enojar,
pero te la conté mientras estaba yo en el proceso de imaginar que donaba a mi país la mitad de mi fortuna, así
como acaban de hacerle 40 de los empresarios más poderosos de Estados Unidos. No me digan que al gobierno
mexicano no le caería un donativo así como agüita de mayo. Ya me veo junto a Carlos Slim tomado del brazo
avanzando rumbo a la Secretaría de Hacienda con nuestro respectivo cheque, flanqueados por un nutrido coro de
doncellas mexicanas (a ver dónde las pepenamos, porque se están escaseando mucho) que entonarán "Así es mi
tierra", "Tierra de mis amores", "La norteña de mis amores" y varios éxitos más. Estoy seguro de que por el camino
se nos unirán muchos otros ricotes mexicanos quienes imbuídos del mismo espíritu portarán también sus cheques y
enormes cofres que contendrán desde joyas hasta pedazos, pero pedazos, de Teotihuacán.
Bromas aparte, quién sabe dónde se originó esta oleada, este tsunami de generosidad, pero me parece que
debemos aprovecharlo con inteligencia y rectitud. ¿Qué necesitamos?, servicios de salud, educación, amor a México
y civismo.
HOY TOCA.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCLXV (1865)


MONTIEL.

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GACETA DEL ÁNGEL / Misterios aztecas

Por

Germán Dehesa
(05-Ago-2010).-
A ver, díganme cómo le hizo y de dónde sacó la cultura mexicana para
fabricar a un ser que se llama Mony de Swaan; ¿quién es?, ¿qué armas
porta?, ¿qué vacas cuida?, ¿de parte de quién?, ¿qué rey lo ampara?...
nada, no sabemos nada y si no sabemos nada, malamente podremos
formarnos un juicio acerca de la pertinencia o falta de ella para nombrarlo
Copero Mayor del Reino, o subjefe de adquisiciones, o lo que sea.
Entonces, Don Mony de Swaan, pásele y siéntese; el señor ya no ha de
tardar en bajar, ¿le ofrezco un cafecito, un tecito, un poquito de
guayabate hecho en casa?... ¡Don Mony!, ¡Don Mony!, ¿está usted vivo?...
ah, ya me había asustado, pero siéntese, Don Mony, mi patrón no tarda.
Con esta novedad vino la presente semana. Hace un buen rato que no
teníamos un buen motivo de entretención, pero la llegada de Mony de
Swaan nos tiene como a los indígenas caribeños que vieron llegar a
Cristóbal Colón con su estandarte choncho y la patota puesta en el mástil
de proa.
Deliberadamente me he negado a ver algún retrato del susodicho Mony de
Swaan y mi imaginación más bien se ha dedicado a buscarle su hueco en
aquel notorio linaje de los Swaan tal como aparecen en "En busca del
tiempo perdido" de Marcel Proust. Ocurre, sin embargo, que los Swann de
Proust redactaban su apellido con una sola "a" y con dos "enes". ¿Qué
hacer?. Considero que lo prudente es mandar a la fruta todo este
merequetengue onomástico, respirar hondo y aceptar con resignación que ese mismo Dios que nos envió al General
Scott para plancharnos en Chapultepec, es el que ahora nos envía a Mony de Swaan. Y ya.
La tarde avanza, la lluvia arrecia, se aplaca, regresa y tiene veleidades propias de esas mujeres que pueden llegar a
enloquecernos con su entradero y salidero al grito de "ya no te soporto más", que en una semana será sustituido
por el de "te voy a dar la última oportunidad"... y nosotros nomás mirando, como en parada de peseros, a los que
llegan y a los que se van.
La Rosachiva me obliga con el doble rigor de ser mujer y de ser Chiva triunfadora, a interrumpir todo este discurso
para dirigirme, como en el box, al ¡Respetable y culto público!, se hace de su conocimiento que el próximo
miércoles 11 de agosto, a las ocho de la noche en el Teatro de la Ciudad, Esperanza Iris, Don Marcelo Ebrard tendrá
a bien imponerle al C. Germán Dehesa, la medalla al Ciudadano Distinguido. Quedan todos invitados y espero que
tengamos la oportunidad de celebrar con gusto, señores (boletos en Ticketmaster). Sí, señora Domínguez, ya sé
que a mí me tocaría decir que se trata de un homenaje a la vez inesperado e inmerecido, pero que pensando en los
héroes que nos dieron Patria y en el General Enrique Cervantes, me atrevo a recibir con el ánima ofuscada y el
pensamiento vulnerado por la mera comparación con seres mucho más meritorios como el Gral. Prim o un
paramecio cualquiera que, ése sí para que vean, tiene que esforzarse muchísimo para allegarse el diario sustento y
ya de cohabitar ni hablamos, pobre paramecio. Como bien observa la triunfante Rosachiva, el próximo miércoles:
aikir. ¡Ah! y por supuesto que está invitado Mony de Swaan.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCLXIV (1864)


Ojalá y no tenga usted, funcionario corrupto, ni techo que lo cobije.

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GACETA DEL ÁNGEL / ¡Dénme chance

Por

Germán Dehesa

(04-Ago-2010).-
Los que me van a escribir para frijolearme por este título tan rupestre,
absténganse, no pierdan su tiempo, soy totalmente consciente de que he
incurrido en un coloquialismo que, además, emplea un anglicismo. ¿Y
qué?. La bolsa no se ha desplomado, la salud del gabinete es buena, la
oposición está atorada, pero esto ocurrió antes de que yo profiriera el
título de esta publicación.
¡Dénme chance! es el más aceptable título de los que se me han ocurrido en medio de este méndigo calor que me
está derritiendo la piamadre, la duramadre y la aracnoides (para que vean que sí entraba a mis cursos de biología
impartidos por los Maristas a quienes debo todo honor y toda gloria y toda gratitud por los ímprobos esfuerzos que
hicieron, con regular suerte, para desasnarme y hacerme gente de bien, a pesar de mis obvias y notorias
tendencias criminales. Amigos del Instituto México y del CUM: muchas gracias por intentar educarme. Sé que
muchas veces me he comportado cual verdadero perro café; pero también ha habido otras donde ha resplandecido
mi cuidada educación y los valores que los Maristas me inculcaron. Ellos me enseñaron a ser veraz y valiente. No
los he defraudado y me parece que a los 66 años, difícilmente los defraudaré. ¿No creen?).
En otra cosa pensaremos. Pienso que pronto me serán otorgados algunos premios. Es muy tonto que los que, de
una manera u otra, estén involucrados en este asunto se pongan a discutir su pertinencia, su equidad y no sé qué
tantas otras cosas. Por supuesto que tienen derecho a discutir pero como dije, bien que mal, están en el ajo; la
discusión déjensela a la gente, al público lector y, en especial, al público lector de periódicos.
Si me lo preguntan (nadie me ha preguntado), yo estoy encantado (en-cantado; habitado por un canto) por el
hecho de que un grupo de compatriotas, reservada y libremente, haya decidido otorgarme algún reconocimiento.
Cuando algo así sucede, para mí se vuelve obligatorio citar a Don Ángel Dehesa, mi papá quien decía: si te dan,
agarra; si te quitan, grita. Aplicando tan sabios preceptos y tratándose de un premio que en mucho enaltece a quien
lo recibe, por supuesto que lo agarro, o, situándonos en el debido tiempo verbal e histórico: lo agarraré en cuanto
me lo pongan a tiro. Líneas arriba ya les dije que no frieguen con el asunto de si lo merezco o no, ¡yo qué boa
saber!, imagino que por algo me lo darán, pero reconozco mi entero desconocimiento de las íntimas razones que
movieron a los otorgantes. Sepa Dios y sepa la bola.
Lectores queridos, estoy a punto de decir algo que nunca imaginé que ingresaría a mi repertorio expresivo: no
tengo qué ponerme. Y ni modo que alguna acomedida lectora me mande un traje de coptel (así decía mi tía La
Campamocha). Ya veré qué hago, en México abundan los chaparros gorditos, así es que alguno me hará el gran
servicio de prestarme un traje confeccionado en esa tela brillosita con la que se visten los políticos y los líderes de
opinión. La Rosachiva insiste en llevarme a "El Niño Elegante" para que ese día estrene y esté a la altura de la
presea que me será conferida. Está loca. Ya veré qué hago. De anticutimano, agradezco el premio y lo disfrutaré
cual enano que soy.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCLXIII (1863)


MONTIEL.

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GACETA DEL ÁNGEL / Ángeles y serafines; tronos y dominaciones

Por

Germán Dehesa

(03-Ago-2010).-
No, no es una festividad excesivamente conspicua. Y miren que les estoy hablando de la grey
creyente de este país que a todo le atora. Si es ocasión festiva, la espiritual pachanga va por todo
lo alto (en este caso, la expresión "ocasión festiva" se ciñe exclusivamente a los aniversarios y
fastos de la religión católica que, de cualquier modo, aquí en México, con eso nos bastaría y nos
sobraría.). Es pues un culto inherente a la sacralidad de una religión específica; sin embargo, los
ángeles y con ellos, su Santa Patrona se mueven por esferas mucho más amplias. Hay, por
ejemplo, ángeles de la guarda cuya misión es velar por la integridad física y moral de aquel ser
humano que les ha sido asignado. No es un trabajo fácil; los mexicanos somos muy chirriscos,
muy ojoalegre, muy sacaletiras y todo esto, de un modo u otro termina siendo trabajo para el
Ángel de la Guarda que se podría morir de aburrimiento en espera de que llegara la policía, o
aunque fuera un triste cuico que a todo estaría dispuesto, menos a entrar en batalla contra la
delincuencia organizada. Así pues: loor al Ángel de la Guarda mexicano que tiene que ser una
mezcla de Robocop y de Intocable para cumplir bien las tareas que le asigna el Santísimo Pelón
Mondragón.
Vengamos ahora a la impresionista crónica de mis relaciones angélicas en este su día particular y festivo. Como bien me consta, el hom
puede teóricamente disponer de su tiempo y enlistar las acciones que pretende realizar en ese lapso. Todo esto cae dentro de lo razon
Ahora bien, lo cierto es que hacemos lo que vamos pudiendo y ya. Tomemos mi día de hoy. Si por mí fuera, me hubiera quedado en c
dispuesto a realizar exclusivamente las tareas vinculadas con los horizontales jugueteos. Aquí es importante notificar al posible lector
yo, Germán Dehesa, estoy rodeado de ángeles. Ángel es el nombre de mi padre, el de mi hijo, el de esta columna, el de la otra colum
que me inspira desde la infancia y la que me mantiene enhiesto cuando la pluma tiembla y la inspiración se ofusca. Puebla es una ciud
resguardada por los ángeles quienes como tales asisten a mi amiga La Mastre desde su nacimiento y a lo largo de su fragorosa y entra
existencia. Creo que la irreductible dicha que ha estado conmigo durante ya 66 años, tiene su fuente directa en la cercanía y el ampar
me brindan estos seres.
Los hay de todos los tamaños y realizados en todos los materiales. Se trata de una buena colección. Su dueña es una señora que trab
la Junta de Conciliación y Arbitraje. A tempranísima hora allí he sido remolcado por las regentas de la ya inexistente "Planta de Luz". S
trata de solventar (¡a esas horas!) un asunto referente a ese lugar. La espera se prolonga y yo estoy ahí como gallina en eje vial. Una
buena señora se apiada de mí y me ofrece asilo político en su oficina. La señora, yo no la juzgo, colecciona ángeles. Termino con una
diapositiva: su Charro Negro rodeado de ángeles. Aleluya.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCLXII (1862)


Insomnio y agruras. Son mi regalo para los gandallas de este país.

Cualquier correspondencia con esta alada columna, favor de dirigirla a dehesagerman@gmail.com (D.R.)</P< span>
GACETA DEL ÁNGEL / La morriña

Por

Germán Dehesa

(02-Ago-2010).-
No quiero trabajar. Háganle como quieran pero hoy, lo que se dice hoy, no
voy a dar golpe. Siempre que dejo para el domingo (y casi siempre lo
hago) la redacción de mi artículo para el lunes, caigo en uno de estos
vacíos existenciales, en esta tierra de nadie, en este país de nunca jamás
(no confundirlo con Tepoztlán Mor. que tiene rasgos muy parecidos,
aunque se encuentra al lado del Tepozteco al que yo, desde la infancia,
considero un cerro bastante idiota, aunque ahora lo han revestido de
"poderes" y le han adosado una mafufa historia creada por el mismo autor
de "La Mano Peluda"). Para acabar pronto (frase ritual de la eyaculación
precoz), todo mi ser se niega a trabajar durante la tarde del domingo.
Esto me ocurre en cualquier tarde dominical, pero las que hemos tenido recientemente que están como húmedas,
llorosonas, sin nada digno de verse en la TV, salvo unos programas nefandos de música tropical donde aparece
"Leobardo y sus Orates del ritmo", algo así como una orquesta que nos ofrece, a cornetazos, sus últimos éxitos
como "Pañuelito Usado" o "Frasquito de Pasión". Y yo siento que célula a célula, molécula a molécula, me voy
desarticulando y diluyendo en la sustancia original.
Así no se puede escribir. Cada vez percibo con más nitidez que este texto dominical es el equivalente a esas
malditas tareas que nos dejaban los Maristas para pudrirnos todo el fin de semana. Yo no conozco a ningún niño
que el sábado por la tarde lo dedique a resolver veinte reglas de tres que les dejó para el lunes el maestro Zapiáin.
Por lo menos, yo tenía a mi mamuchis que el domingo, a punto de irnos todos a dormir, recibía la confesión de su
Príncipe Encantado quien confesaba que no había hecho la tarea de matemáticas con la agravante de que quien no
la hiciera, no tendría derecho a examen final. A mí el matemático asunto me venía más o menos guango y no
porque no le temiera a la suspensión, sino porque sabía que con veinte minutos de enjundiosa guáguara, el
profesor Zapiáin casi me pediría perdón por haber dejado esa tarea. Esto no tenía efecto sobre mi madre que ya
encremada y con bata, hacía que nos sentáramos tú a tú en el comedor y que resolviéramos la tarea de cabo a
rabo. Y todavía había que pasar en limpio los resultados, porque Doña Margotita decía que un niño Dehesa no podía
entregar esos como chilaquiles de papel en calidad de tarea. Muchas veces, hacia las doce de la noche, todavía
estábamos "pasando en limpio". El lunes entregaba esa tarea, el miércoles me la devolvían calificada casi siempre
con una espantosa calificación reprobatoria, lo cual me llevó a la conclusión de que mi venerada madre era una
perfecta bestia en todo lo referente a las ciencias exactas.
Por eso, detestaba yo los domingos. Por eso los sigo detestando.

LA TETRALLAGA
Cuatro golpes rudos traigo en el alma. El Santos Laguna fue, no el brazo ejecutor, sino la pata ejecutora que puso
en evidencia lo mucho, lo muchísimo que añoramos al Tuca. Regresa. Ya te perdonamos.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCLXI (1861)


Dormir es un verbo muy poderoso. Significa descansar, olvidar y olvidarnos, paliar los dolores, reacomodar a
nuestros fantasmas y sentir la cercanía, la gravitación de Dios. Espero que MONTIEL y los de su laya sean
condenados al insomnio.

Cualquier correspondencia con esta lacerada columna, favor de dirigirla a dehesagerman@gmail.com (D.R.)

GACETA DEL ÁNGEL / Los terribles resultados

Por

Germán Dehesa

(30-Jul-2010).-
Reviso en la prensa de los últimos días los acontecimientos salientes de la vida nacional. Si me
piden que me produzca con verdad, tendría que decir que no se presentaron tal tipo de
acontecimientos y parodiando a Pellicer tendría que decir: "Aquí no suceden cosas/ de mayor
trascendencia que las gotas...", dicho de otro modo: no sucedió nada de excesiva relevancia, salvo
la pertinaz, la obsesiva, la omnipresente lluvia. Los más viejos de la tribu me dicen que, por estos
meses, las lluvias suelen ser así. No sé si creerles. Los viejos de la tribu, escudados en el hecho de
que ya no vive nadie que pueda refutarlos, dicen que esto es totalmente cierto y que todavía era
peor, porque ya nadie se acuerda de aquellos antiguos tiempos en los que la ciudad se inundaba
totalmente y era necesario trasladarse en góndola tocando la mandolina. Por lo pronto, esto ya no
sucede (conste que dije "por lo pronto") y, aunque la ciudad se vuelve un súbito caos cuando
llueve, ya son otras las razones que concurren a la creación de ese caos. Cito una: los conductores
que deambulan por la ciudad. No me refiero al honorable gremio de los traileros que ésos, con
lluvia o sin lluvia, atraviesan la urbe hechos la peluda y en medio de un enardecido mar de
mentadas. Les vale. Yo me refiero al conductor común, a ése que todavía, por las mañanas, pone su coche "a calentar" cual si fuera co
se aventura por las calles siempre asesorado por su señora que más le valdría irse corriendo junto al coche a ver si así baja ese leve
excedente de 45 kilogramos que la acompaña desde la niñez y que ya encontró réplica en los hijos, conocidos en la escuela como "Los
cochinitos"; pero no es el momento de hablar de la adipocracia que reina en México, sino que me hubiera gustado decir algunas cosas
alrededor del ciudadano Cayetano Cabrera, cuyo sonoro nombre casi exige un corrido y una película de "aliento popular". Resulta que
tiempo ha el gran Cayetano trabajaba en el SME con la tranquila alegría que le daba saber que si incurría en una falta, o hacía explota
transformador, o volaba alguna sucursal de la empresa, nada de esto importaba porque ahí estaba el SME que lo cobijaría bajo sus ala
Imagínense lo que sentiría el pobre Cayetano cuando le dijeron que el Sindicato había valido más o menos gorro y que ahora él, Cayet
Cabrera tendría que atenerse a una nueva disciplina que, por ejemplo, volvía obligatorio ese hecho lúdico y esporádico que es trabajar
verdad, yo también me habría encuerado y me habría declarado en huelga de hambre, aunque en este renglón no puedo garantizar na
porque soy muy tragón y muy antojadizo.
En la calle, los electricistas comprobaron crudamente lo que el público opinaba de ellos y resulta que opinaban que su servicio era pés
que había demasiadas fallas y que los dizque trabajadores del SME eran una bola de vividores sin la menor vocación de servicio. En es
tensión estamos y hoy no sabemos si nos cortan o no la luz.
HOY TOCA.
¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCLX (1860)
Aquí en mi casa, está cayendo tal granizada (la luz se va y regresa) que no es imposible que se trate del Diluvio Universal. Nos vemos
Juicio Final para asistir al juicio de MONTIEL.
Cualquier correspondencia con esta encuerada columna, favor de dirigirla a dehesagerman@gmail.com (D.R.)
GACETA DEL ÁNGEL / La hora de la hora

Por

Germán Dehesa
(29-Jul-2010).-
He estudiado minuciosamente el rostro, las facciones, la silueta y el
cuerpo de la señora Jan Brewer, gobernadora del Estado de Arizona. Tras
estos abundantes y muy detallados estudios, el comité que yo presido,
llega a la conclusión de que la señora Brewer está fea como mordida de
burro, como si la hubieran manufacturado en alguna de estas fábricas
aztecas donde hacen Judas, piñatas de presidentes y otros horrores.
Pobrecita, pero Doña Jan no tiene salvación por más que uno quisiera
mirarla con buenos ojos. Ahora bien, tampoco es cosa de cebarse con el
esperpento caído; ninguna intención tengo yo de andar subrayando la
desarmonía y la condición gallinácea de la señora. Yo a lo que voy es a
esto: esa mujer y no AMLO es un verdadero peligro para México. Me
cuentan que hace algunos años quién sabe qué le hicieron o le dejaron de
hacer en su visita a la playa de Caleta; pero desde entonces nos trae en
jabón y literalmente no nos puede ver. Éste no es el meollo del problema;
el asunto se pone peludo cuando, en estos momentos tan delicados de la
relación migratoria México-Estados Unidos, descubrimos que Doña Jan
tiene múltiples poderes e influencias que se especializan en la espinosa
cuestión de los migrantes. De todo esto se extrae una conclusión muy
simple: hay que neutralizar a Doña Jan a como dé lugar y si esto implica
el dolor y la sangre de algún mexicano, pues dibodo badito; siempre llega
ese momento en el que la Patria nos pide un sacrificio y una pena. Así
están las cosas. Lo diré de modo lo más inteligible que pueda: se necesita
urgentemente a un mexicano de no malos bigotes y en edad de merecer para que haga por la Patria un sacrificio
mayúsculo: para que se aviente a la cazuela con Doña Jan Brewer.
La comunidad nacional entiende que no será una noche fácil; que el afortunado mexicano que nos represente tiene
ante sí una tarea hercúlea y que, una vez lanzado al estanque de los patos, no hay vuelta atrás, ni solicitudes de
auxilio y/o de tiempo fuera. Será cosa de ver a Doña Jan y ¡papas!... todos esperaremos un feliz y benéfico
amanecer; Doña Jan será colocada en su "limo" y enviada C. o D. a Arizona. "Nuestro muchacho" será convertido
en diputado suplente y en retadora del Presidente. En la Avenida Altavista del sur de la Capital, todas las porquerías
que ahí ha reunido José Luis Cuevas serán enviadas como regalo a Don Hugo Chávez por su notoria simpatía y don
de gentes. Ya con Altavista escombrada podremos poner dos que tres imágenes de nuestro muchacho y santo
remedio. Fin de la historia.
Ahí dejo las cosas. Les dará su coraje pero estoy invitado a comer con Gaby Vargas y tengo que atravesar media
ciudad para presentarle mis respetos, saborear su exquisita cocina y mirarla hasta que mis ojos se conviertan en
peces de la belleza.
Vengan, amigas y amigos, vamos al mundo exterior. ¿Se han dado cuenta de que el narco y la estupidez de
nuestros políticos nos están aislando y arrinconando cada vez más hasta que toda la gente de bien languidezca.
Opongámonos.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCLIX (1859)


MONTIEL.

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GACETA DEL ÁNGEL / Mi amigo Joserra

Por

Germán Dehesa
(28-Jul-2010).-
Hoy he vuelto plenamente a mi vida laboral. Dicté, espero que con
suficiente garbo y donaire, una clase introductoria al estudio, espero que
fructífero y detallado, de "Cien años de soledad" de Gabriel García
Márquez, un libro vertiginoso que, al contarnos con detalle y con precisión
literaria, la vida en un pueblito llamado Macondo, ubicado en algún lugar
de Centro o Sudamérica, redacta ¡por fin! la fe de bautizo y el Registro
Civil de nuestras pequeñas comunidades, tan miserables y, de pronto, tan
mágicas, que constituyen, cada pueblito por su cuenta, las semillas de lo
que luego los estudiosos llamarán nuestro "Realismo Mágico", membrete
que luego será corregido por Alejo Carpentier quien prefiere, y hace bien,
hablar de "Lo real maravilloso en América". Lo sepamos o no, ése es
nuestro ámbito de vida, cosa que podremos negar hasta que tropecemos
con ese milagro que cintila ante nuestros ojos y nos reafirma que de aquí
somos, así es que ni gracia, ni mérito, ni ganancia tiene andar jugando a
que somos sajones, o, por lo menos, "aspirantes" a sajones. Proponerse
algo así es una locura cuya consumación nunca veremos y que sólo nos
provocará desubicación y melancolía. ¡Somos de aquí! y hay que decirlo
con una alegría que viene del Amazonas, de los Andes y de México-
Tenochtitlan.
Cumplido este arrebato, regreso a la modesta reseña de mi retorno a la
vida laboral. Terminé mi clase y en la grata cercanía de Pancho y la
Rosachiva que es el lucero de mis noches, el remedio de todo mal y la sonriente luz que me va mostrando el camino
de manera que no haga yo demasiadas brutalidades, emprendí la luenga travesía hacia esa región de la Ciudad, que
ya es casi un suburbio de Toluca, que es donde viven las tribus apaches que se perdieron y se perdieron a lo bruto.
Ahí fueron a dar, ahí existen unos pequeños estudios de TV y ahí reina Joserra, jefe de jefes y cacique indiscutido
de las tribus electrónicas.
Martes y jueves, acá su buey, tiene que surcar casi todo el Periférico para llegar al trabajo que le ofreció José
Ramón Fernández. Ahí estoy de 2 a 3 opinando sobre futbol y, sobre todo, opinando sobre el futbol mexicano como
espejo de lo que ocurre en la sociedad y en los altos círculos de gobierno de nuestro país. La tarea es muy
satisfactoria y ESPN y José Ramón mucho han hecho para que sea así. Lo agradezco y paso a incluirlos en la lista de
los mexicanos visitables y, en su caso, hasta admirables. Estos seres (e incluyo a todos los que hacemos el
programa) son los que alivian mis personales Cien Años de Soledad y los que en algo equilibran la existencia y el
medro de seres como Justino Compeán o Decio de Maria y una caterva de vividores a los que nadie llama a cuentas
a pesar de su probada inutilidad. Es por esto, por el hecho de que se honra a un buen mexicano honesto y eficiente,
que me congratulo de que en el nuevo estadio de las antipáticas Chivas, la Sala de Prensa lleve el nombre de José
Ramón. Un acto de justicia.
Y ya me voy. Ésta ha sido mi primera jornada laboral y estoy muy cansado. Mañana les seguiré escribiendo.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCLVIII (1858)


MONTIEL.

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GACETA DEL ÁNGEL / 26 de julio

Por

Germán Dehesa

(27-Jul-2010).-
Durante un buen tramo de mi juventud, esta fecha del 26 de julio
representaba una ocasión movilizadora y electrizante. No creo haber sido
el único, pero sí uno de los primeros que entendió que detrás de esa
fecha, estaba inscrito un gran cambio para el mundo. Me gustaría algún
día leer un libro que me explicara los tejemanejes de rusos y
norteamericanos alrededor de esta fecha fundacional de la liberación
cubana.
Aquí quiero recordar también la existencia de un grupo de liberales y de
intelectuales hispanoamericanos. Todos ellos, como movidos por el mismo
impulso eléctrico, reaccionaron a favor de este movimiento, que en sus comienzos se adivinaba frágil, y que tiene
ya luengos años adueñado del poder en Cuba.
Recuerdo aquellas comidas familiares de los años sesenta. Eran un módico campo de batalla siempre atemperado
por la presencia de mi mamá y mis tías, pero siempre en pie de guerra irreconciliable entre jóvenes y "señores" que
tenían pose de directos beneficiarios de la política económica de Harry S. Truman. Aparecía un tío mío con una
chamarra que le quedaba ligeramente cucha, pero que él lucía como si fueran gala de la corte versallesca. Un único
comentario recorría la mesa: "es que es de allá" y ya todos conocíamos dónde quedaba "allá" y lo que esto
significaba para una prenda de vestir, o para cualquier otra cosa.
Estaría bonito decir que todo esto cambió a raíz del 26 de julio, pero el asunto no fue tan drástico, aunque sí
alcanzamos a percibir cambios de muchas índoles que iban desde la música (yo me sabía íntegras la letra y la
música de "A la orilla de un palmar" y de millones más de canciones mexicanas e hispanoamericanas; pero pronto
quedé arrumbado en el desván de la historia por una horda de copetudos que cantaban "Be bop a lula" de la cual se
sabían sólo este estribillo) y el resto de la canción lo champurreaban en un dialecto ininteligible que recordado hoy,
es de risa loca porque, además, quienes lo usábamos poníamos un rostro muy serio como si deveras fuéramos Bing
Crosby o Frank Sinatra.
Todo eso ya pasó. Hoy son mayoría los adultos y los jóvenes que no saben con precisión qué ocurrió el 26 de julio.
Personajes clave como Gutiérrez Barrios ya murieron y jamás nos explicaron con claridad y detalle qué fue lo que
ocurrió. Muchos de los protagonistas hoy afinan autos, supervisan cañerías domésticas, o forman parte de algún
grupo de nostalgia musical cubano. Salvo para algunos aferrados, Fidel Castro ya ha perdido su estatura de titán y
tiene una cierta pinta de beisbolista desocupado y sin demasiados quehaceres en la vida.
Ustedes dirán que he dedicado toda la columna a la pura nostalgia. Es cierto, pero yo quisiera que vieran cómo está
el día aquí en el presente actual e histórico de mi rumbo, mi calle y mi casa. Ni mi estilo, ni mi pluma nacieron para
estos ambientes lamosos, verdosones e insalubres. Yo soy cultura solar y siento una gran piedad por los sufridos
habitantes de las tierras húmedas.
Pienso, por ejemplo, que si en su peregrinación, los aztecas hubieran llegado a este Valle en un día así, no se
hubieran quedado por más águila y por más nopal que apareciera. Me voy a mi cama.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCLVII (1857)


MONTIEL.

GACETA DEL ÁNGEL / Retazos de país

Por

Germán Dehesa

(26-Jul-2010).-
Alonso se apellidaba aquél buen maestro de tercero de primaria. A mí me
parecía que la amplitud y extensión de sus conocimientos no admitían
discusión, desde el momento mismo en el que usaba un sombrero Stetson
similar al que usaban Humprey Bogart y mi papá. Un sombrero así
representaba la absoluta garantía de que quien lo usara se produciría con
total apego a la verdad. Ya luego, las películas de gángsters y malandrines
se encargarían de intentar dinamitar esta sólida noción ética adquirida en
la primera infancia. En 2010 evoco estas imágenes porque me veo perdido
y amenazado en alguna parte de este océano polar ético, donde con
dificultades me puedo tener en pie entre el estruendo y el entrechocar de
los valores a veces fragmentados y a veces irreconocibles.
No sé de lo que esté hablando aquél que predica la recuperación moral de México. Yo no me opongo a que lo haga,
pero sería importante que entendiera que se trata quizá de una de las tareas más amplias, hostiles y complejas que
podemos intentar.
Los motivos son casi infinitos: lo hago por comodidad, lo hago porque tengo prisa, lo hago porque me sale más
barato; lo hago porque detesto ver a los burócratas. Y así se ha ido formando la espesa y casi sólida nata de este
país constituida por los buenos que ocasionalmente incurren en alguna maldad y por los malos que eventualmente
nos anuncian que se están produciendo con bondad.
Reconozco que yo tendría que estar celebrando la lamentable derrota del América, una escuadra que, muy sabrosa,
saltó a la cancha con Lapuente y Bosejour como garantes de esa sabrosura que fue pulverizada por los
huapangueros hidalguenses. Tendría también que decir algo acerca de la honda decrepitud de las Chivas
septuagenarias que, no van a recuperar sus bríos por el hecho de que su "hombre" les ponga departamento nuevo
que no tiene ni omnicarretera para acceder a él.
El motivo central de esta columna tendría que haber sido el heroico y sorprendente retorno de los Pumas que, sin
Tuca, sin Barrera y sin Juárez, parecía una segura víctima del equipo que tenía enfrente, que no era cualquier
equipo, sino el Toluca que es el actual campeón. ¿Ustedes creen que eso nos detuvo?, porfa: guiados por Juana de
Asbaje (que es muy bullidora), Guillermo Prieto, Altamirano, Benito Juárez y otras luminarias del pensamiento
liberal mexicano, nuestro equipo se impuso rotundamente a las fuerzas enemigas.
Hoy es día de los Santiagos y esto me recuerda que hay una carta que le tengo que contestar al güerito. Como yo
pensaba que se había retirado a tener hijos en la vida privada, yo me había permitido diferir esta respuesta. Lo veo
ahora en pleno retorno a la actividad política y se me hace perentorio escribirle a Santiago, aunque sea un breve
recado que diga: Oye, niño: ¿Tú no escarmientas, verdad?.
De todo esto tendría que haber escrito; pero resulta que magnéticamente me atrajo la idea de hablar de la urgente
pelea en contra de ese maremoto de corrupción que a todos nos ha afectado y que a ninguno de nosotros nos
permite encarnar del todo esos valores tan o más indispensables que la tecnología para asomarse al futuro.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCLVI (1856)


MONTIEL.

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favor de dirigirla a dehesagerman@gmail.com (D.R.)
GACETA DEL ÁNGEL / La suerte de la fea

Por

Germán Dehesa

(23-Jul-2010).-
Me pasma, me asombra, me inquieta, me intriga la inaudita suerte de
Televisa. Mira que venirse a encontrar con unas frecuencias y con unos
canales electrónicos que estaban ahí tirados y que nadie había visto. Pero
a Televisa no se le va una. Todo fue mirar la oferta y ¡¡chomp!!, de un
puro mordidón se adueñó de todo.
Yo creo que esto está muy mal y que constituye una ofensa para nosotros
puesto que, intelectualmente, se supone que es nuestro nutrimento
cotidiano. A todo esto, Televisa y su santón intelectual ya tienen una
respuesta: la televisión es para los jodidos; las buenas conciencias
tenemos aparato de TV, pero no para ver al Perro Bermúdez, o a ese lamentable sobrante de la que alguna vez fue
la luminosa Silvia Pinal de quien ahora sólo conservamos una imagen esperpéntica y una descendencia catastrófica.
Eso es Televisa ahora; eso y la barra matutina de las descerebradas.
No hace mucho, Televisa se involucró sin cortapisas en un novedoso programa de educación y empleo para los
mexicanos. Está bien pensado, bien articulado y sólo necesita de muchachos inteligentes, activos y dispuestos no a
que les regalen o los limosneen; sino a aprovechar cuanta oportunidad de progreso se les presente. A estos
jovenazos los está aprovechando y asimilando Televisa. Como diría el poeta: que sea para bien.
México no se encuentra en un buen momento. Después de haber sido saqueado y prostituido por ésos que ahora
dicen que "ellos sí sabían gobernar"; después de eso, aparecieron los aprendices de brujo y el ciudadano común
mira a unos, mira a otros y lo único que puede hacer es condolerse por la suerte de nuestro país y por lo lastimada
que queda la Patria después de cada uno de estos experimentos. Te asomas a los mandos de este país y se hace
imperativo dar gritos de terror; ¿qué demonios hace Boston Blackie como Secretario de Gobernación?... y mis
amigos me dicen: vieras que es buena persona... vieras que tiene muy buena intención. Me parece muy bien que
sean tan monos, pero con eso no sacamos ni a un chivo de una milpa, como diría Fox, el inmortal. Necesitamos
políticos de carrera y estadistas y de ésos no hay y no se ve que en fechas próximas pudiéramos tenerlos. Sólo la
exigencia ciudadana podría acelerar este proceso que impida la propagación del kínder político. O es eso, o Capulina
Beltrones nos espera.
Es viernes. Me harta seguir neceando con este muy limitado teatro de la política. Me congratulo -lo siento, señoras-
de que se reanude la temporada del futbol, aunque Pumas, al parecer, va a tener que alinear al Rector como medio
de contención. Ni modo; de tanto vender y de no comprar nada, ya nos quedamos incompletos, pero estamos
tomando medidas al respecto. Las omnichivas van a inaugurar su omniestadio con una omnimadriza que les va a
propinar no el primer equipo del Manchester United, sino una fracción de su sindicato de recogebalones. Va a estar
muy bonito.
La Ciudad de México recién llovida nos ofrece sus museos y sus rincones para que se pueblen de besos inaugurales.
¿Quieren un buen consejo?. Aprovechemos esta vida en fuga; esta vida que se va.
HOY TOCA.
¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCLV (1855)
MONTIEL.
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GACETA DEL ÁNGEL / Puertas adentro

Por

Germán Dehesa

(22-Jul-2010).-
Alguien con mucha garganta y mucha autoridad ha anunciado que, desde ayer y hasta el viernes
las tribus nahuatlacas hemos de permanecer a buen recaudo en nuestras chozas, o donde nos
haya agarrado el agua. Por un ensoñado momento, me abandono a la fantasía de que los
capitalinos obedeceremos el mandato de su Tlatoani y nos recogeremos en nuestras casas en
espera de que la lluvia amaine, el tiempo escampe y la atmósfera recupere su proverbial
transparencia.
Toda esta historia que ahora les cuento, nace del hecho acaecido ahí en el observatorio que fue
donde surgió el pronóstico de que a los capitalinos, a partir del miércoles se nos vendría encima
una cantidad de agua como nunca habíamos visto en nuestra vida y que muy probablemente
volveríamos a ser aquella ciudad lacustre de la que hablan las crónicas indígenas. Como suele
suceder, esta noticia pasó inadvertida para la enorme mayoría de la población que vive
convencida de que en la Ciudad de México nunca llueve. Cuando esto ocurre, el capitalino medio
pone cara de enorme contrariedad, voltea a los cielos con rencor, regresa a su casa en pos de su
paraguas que nunca aparece, toma un periódico, lo dobla sobre su frente y pega la carrera rumbo a su coche y, si los dioses están de
buenas, el coche arranca y la historia termina; pero si da la casualidad de que a Huitzilopochtli, o a Tláloc o a alguno de la familia le h
recientemente una perrería (una xoloixcuintlería), las deidades deciden que ha llegado la hora de ponerse a mano. Entonces, el coche
nunca arrancará y, lejos de eso, comenzará a dar toques en toda su superficie y a avanzar pequeños tramos como el famoso barco be
Una cosa sí te digo, lectora lector querido, estoy escribiendo el miércoles por la tarde y el cielo está apacible, la lluvia no comparece y
obra y gracia del observatorio, los capitalinos que curiosamente los miércoles por la tarde tenemos bastante voluntad de trabajar, hem
relajado nuestra actitud y nos hemos preparado, desde el atuendo hasta el alma para chacotear bajo la lluvia. Basta asomarse para v
legión de gandallitas, todos con su disfraz de que son obreritos de Emulsión de Scout. Por eso todos cargan su pescado y muestran la
decidida actitud de entregarlo en alguna parte. Gracias a un pronóstico temprano, todos estamos preparados para recibir el diluvio qu
viene y me temo que lo más probable es que tal diluvio no ocurra nunca por estos rumbos y que nos quedemos, como nos solemos qu
vestidos y alborotados, o, lo que es peor: desvestidos y alborotados.
"Bruscamente la tarde se ha aclarado/ porque ya cae la lluvia minuciosa./ Cae o cayó, la lluvia es una cosa que sin duda ocurre en el
pasado". Tienen su hermetismo estos versos de Borges y, sin embargo, los encuentro enormemente expresivos. Hace más de dos hor
que los tengo en la punta de la neurona, listos para ser despachados y nada que llueve en esta absurda ciudad de las inminencias.
Por lo pronto, hoy y aquí, no sabremos si lloverá o no; lo que es indudable es que nos acompañamos tú y yo platicando, como el Duqu
Job, en dulce charla de sobremesa.

ENVÍO

Para Gaby Vargas que es una luz que acaricia.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCLIV (1854)

MONTIEL.

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GACETA DEL ÁNGEL / Uno es el hombre

Por

Germán Dehesa
(21-Jul-2010).-
Uno es el hombre, dice Sabines, y otro es el actor. Esto es cierto en la mayoría de los casos, pero
yo conozco una excepción. Se llama Héctor Bonilla y es un hombre cabal y es el mejor actor de
México. En la vida y en la escena, sus procederes son impecables. Siempre es afable, siempre está
de buen ánimo y siempre está bien dispuesto para ayudar a quien así se lo solicite. La expresión
española "ese chico es un sol" me parece subidamente sangrona, pero en el caso de Bonilla, es una
definición ponderada y correcta.
De conocer a Héctor Bonilla yo tendré unos 25 años sobrados y en ellos no ha habido el menor
pleito o distanciamiento; lejos de eso, ha sido gratísimo descubrir paso a paso a este homo sapiens.
Reconozco que, aunque pudiera haberlo hecho, no ha estado en mí entablar relaciones cercanas y
duraderas con esa variedad de la raza cainita que son los actores y los aspirantes mexicanos a tan
exóticas actividades.
Alguna vez ya habré contado mi historia en detalle; cuento ahora superficialmente un pasaje: la
llegada de JLP fue un rudísimo golpe para los que vivíamos del ejercicio libre de nuestra profesión;
las concomitantes devaluaciones nos dejaron semiencuerados y con nuestros ínfimos capitales al
borde de la desaparición (eso también nos lo han robado). Fue una época en la que todos le
hacíamos a todo para poder sobrevivir y así aparecieron taxistas que comenzaron a dar clases de
inglés (algunos de ellos, incluso, hablaban inglés). Yo, que era maestro de literatura, comencé a
escribir guiones para la televisión. En esas andaba, cuando fui convocado a las oficinas del entonces mandamás de Televisa San Ángel. Era
un día jueves y, según oímos Talina y yo, había que tener listo un programa de dos horas para que pasara el domingo en lugar del futbol. E
cualquier otro país, nadie se hubiera atrevido a hacer una solicitud así. En México la hicieron y ¡yo acepté!. Ése fue el altísimo costo de mi
boleto para conocer a Héctor Bonilla quien ya era un reconocido actor que, desde un principio, se incorporó al reparto del nuevo programa
que habría de llamarse "Viva el Domingo". Yo pienso que si a Bonilla no le hubiera entusiasmado tanto ese primer libreto que escribí para la
serie, quizá nuestra amistad no hubiera cuajado tan rápidamente, o quizá no habría cuajado nunca. Como sí le gustó mucho, pues aquí
estamos a la vuelta de los años con unas cuantas convicciones compartidas: a) la pasión puma es una cosa muy seria y muy respetable, b)
Universidad es la gran casa de México, c) ningún proyecto tiene por qué abrumarnos, d) vestirse correctamente es un modo de poner en
evidencia nuestra total falta de imaginación, e) sólo muertos dejaremos de urdir locuras y de tramar modos nuevos para expresarnos, f) lo
más suntuoso de México son sus injusticias, brutales, casi asumidas, dolorosas y carentes de toda humanidad. A Héctor y a mí, sin necesid
de marchas ni aspavientos, nos ofenden frontalmente estas taras lamentables de nuestra vida social... y aquí, en este final, como diría Elio
está nuestro principio. Él ha optado por el teatro para formular su radical desacuerdo; yo he optado por escribir artículos sobre Héctor
Bonilla.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCLIII (1853)


MONTIEL.

Cualquier correspondencia con esta columna en alabanza de Bonilla, favor de dirigirla a dehesagerman@gmail.com (D.R.)</P< span>

GACETA DEL ÁNGEL / El hallazgo

Por

Germán Dehesa

(20-Jul-2010).-
Me gustaría contar con los servicios de Boston Blackie (amigo de los que no tienen amigos y
enemigo de los que lo han hecho su enemigo) para que él me ayudase a desentrañar el
misterioso mecanismo que gobierna las trayectorias gravitacionales de los objetos. Me
explico: el mundo está lleno de cosas, de objetos aparentemente inanimados que, sin
embargo y a pesar del supuesto gobierno que los seres humanos ejercemos sobre ellos,
tienen una suerte de vida propia. Por variadas razones aparecen en nuestras vidas: los
adquirimos, los fabricamos, los recibimos como regalos o como parte de nuestro patrimonio;
pueden ser hermosos u horribles. A veces los tenemos muy cerca, luego los vamos retirando
y hay algunos que, desde su origen, no nos significaron nada y se dedican a andar sueltos por el universo y a aparecer y desaparecer
como si tuvieran voluntad propia, o como si estuvieran coludidos con otros objetos para, por ejemplo, esconderse entre dos libros y
súbitamente aparecer por obra, según algunos, de la casualidad, o, como decía, gobernados por una secreta ley de la gravitación de
las cosas. ¿Me explico?. Prosigo.
Difícilmente sabré quien y el cuándo también resultará complejo y un tanto ocioso investigarlo. El caso es que alguna vez, hace ya un
buen tiempo, alguien me tomó una foto, que podría resultar comprometedora, en donde aparezco platicando en un tono
ostensiblemente íntimo con Doña Elba Esther Gordillo en su versión de hace cuatro cirugías. Las cabezas están cercanas, mi pelo es
castaño natural, no hay canas, mientras que Elba Esther luce una cabellera que es como un muestrario de la oferta completa que hay
de tintes rubios. Su peinado es elaboradamente sencillo y ella parece escucharme con gran concentración como si yo le estuviera
revelando los secretos, no de la vida eterna, sino del liderazgo eterno.
En la fotografía estamos exclusivamente ella y yo y, sin embargo, esa imagen de algún modo revela la presencia de un buen número
de gente; es decir, que no estamos en una cita pactada en algún recóndito lugar, sino que más bien parecería que estamos en un
ágape en donde ella me raptó momentáneamente (esto lo digo por mi cara de falsa sumisión) con el fin de mostrarme supuestamente
lo que hay en el alma de una lideresa chiapaneca. Dicho de otro modo: ella con cierto desgano está cumpliendo con su tarea de
seducir a un periodista poco adicto a su causa y el periodista nomás se está haciendo buey.
Estoy encantado con la mágica aparición de esta fotografía que me habla de otro tiempo mexicano en el que la política se hacía de otro
modo y nosotros mismos éramos de otro modo. Éramos, válgame la contradicción, más salidores y más entrones; no éramos los
conejos asustados que somos ahora. Usted, Doña Elba Esther, tendrá alguna copia de esta foto que eterniza un momento en que
llegamos a estar cerca, muy cerca; si no la tiene, avíseme y con gusto le regalaré una con su correspondiente y elegante marco.
Aquí la tengo en algún selecto lugar de mi biblioteca. Esto lo he hecho con la ilusión de que algo del contenido de estos libros le llueva
y le penetre. Ojalá, mil veces, ojalá.

ENVÍO

Estos renglones son, él sabe por qué, para mi amigo Roberto Cornejo.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCXLII (1852)


MONTIEL.

Cualquier correspondencia con esta columna anti-romántica, favor de dirigirla a dehesagerman@gmail.com (D.R.)

GACETA DEL ÁNGEL / Sucede

Por

Germán Dehesa

(19-Jul-2010).-
...yo estaba muy bien... bueno, no estaba taaan bien, pero estaba como
decía Solón: "a medios chiles". Según Solón, éste es el estado perfecto del
hombre: ni frío, ni calor, sino la confortable sensación de que la vida va y
que, en última instancia: no hay purrún. Ésta es una noción central. Si las
mujeres, por ejemplo, entendieran esto, estaríamos salvados. Que Pepe
llegó a las tantas y oliendo a no sé qué, no hay purrún; ya el hígado de
Pepe tomó debida nota y, en su momento (el peor), pasará su factura.
Felizmente el ser humano (hasta ahora) poco o nada puede hacer para
lesionar profundamente el equilibrio del universo y, por eso, a pesar de
tanto loco y de tanto menguado que padecemos, amanece como gran acto de justicia ¡chazz! y bajo ese amanecer
nos cobijamos todos. Piénsalo con cuidado, lectora lector querido, y verás que ese amanecer es el diáfano y
fundacional acto de democracia... pero ya me extravié un poco; esto me ocurre cuando pretendo hacer grandes
sumarios.
Lo que me sucedió en este último fin de semana difícilmente me lo creerán, pero es, hagan de cuenta, Cri-Crí con
un drástico pasón que le permitió, por ejemplo, explorar el contenido erotismo de la Patita y la dudosa masculinidad
del Ratón Vaquero.
Todavía el jueves por la noche, no había novedad en el frente y mi espíritu era un raudo buque que navegaba por
mansas aguas en pos de un apacible fin de semana. De pronto, como suelen pasar las cosas en la vida, algo
sucedió. Lo mío, lo mío es andar baboseando y por esta lamentable condición de ausencia, de andar ido, de ser
"piantao" (Cortázar sabía mucho de esto), supongo que intenté una coreografía imposible a resultas de la cual, me
acomodé un mulazo enorme. Si les digo que "me caí" no estoy dándole su justa dimensión a lo que ocurrió;
básteles saber que los hechos subsecuentes se conjugaron de tal modo, que terminé en el hospital que regentea mi
hermanita, la Doctora Margarita Dehesa, quien consideró por demás indicado internarme con el doble fin de
reacomodarme el esqueleto y de impedir que siguiera haciendo brutalidades y bufonadas su hermanito consentido y
único. Y así fue, lectora lector querido, que sin decir ¡agua va! (que yo nunca digo eso) pasé mi fin de semana en el
Centro Médico que es una shulada de las que los mexicanos logramos y mantenemos en buen funcionamiento.
"¿Otla vez aloz?", me pregunté una vez que quedé instalado en mi cuartito chiquito y muy blanco. Pues sí. Desde el
hospitalario lecho me enteré de los chicoleos que se traen en Los Pinos a partir de la renovación de la que alguna
vez fue la Secretaría más poderosa e influyente de todo el organigrama de gobierno. Ahí en el hospital no hay radio,
no hay TV y ni ganas me dieron de procurar alguna otra fuente de información. Ya me enteraré, me dije, y luego
pensé que ésta era una de las pocas cosas sensatas que me he dicho últimamente.
Me hicieron esto, me hicieron aquello, me dieron un trapazo y me mandaron de regreso a mi hogar de piedra y
flores por donde voy como por la jungla. Camino despacio, miro para acá, miro para allá y, por fin, después de
tantas décadas, he resuelto hacerle caso a mi madre y aplicar esa sencilla y sabia ley contenida en una sola
palabra: ¡fíjate!.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCLI (1851)


MONTIEL.

Cualquier correspondencia con esta columna que se propone fijarse, favor


de dirigirla a dehesagerman@gmail.com (D
GACETA DEL ÁNGEL / La ajena realidad

Por

Germán Dehesa

(16-Jul-2010).-
Hay días así. Tendemos a tener una aceptable idea de nosotros mismos.
Piedra angular de este monumento que nos edificamos es ese sólido
núcleo formado por lo que, con orgullo revolucionario, llamamos nuestros
conocimientos. Conocer o reconocer a alguien nos llena de secreto orgullo.
Es una estampita más para nuestro álbum. Yo a mi madre la dejaba con el
paso vacilante cuando le decía: mira, ahí va Morones. Más que ver al
señalado, mi mamuchis volteaba a verme a mí en un vano intento por
resolver múltiples enigmas: ¿cómo demonios sabía yo que era Morones?,
¿no estaría inventándolo todo?, ¿pero por qué tendría yo que inventar que
conocía a Morones y no al Pato Donald?. Todas estas preguntas serán
respondidas en la eternidad, en el departamento de preguntas imposibles.
Vuelvo a mi tema y éste tal cual lo enuncié es el de la gratificación que nos proporciona descubrir que conocemos a
alguien aunque sea de rostro, de silueta de póster o de anuncio del Periférico. Esta ínfima experiencia es, aunque no
parezca, de gran ayuda para proporcionarnos la siempre necesaria e insuficiente confirmación de que estamos
donde deberíamos estar y que está en buena marcha nuestro sistema de reconocimientos.
Hace 40 años, era yo tan distraído y tan tímido como lo soy ahora. Recuerdo a una señora con indudable aire de
viuda bien enviudada. No les digo que podría haber sido la viuda de Lindergh, pero sí la de mi tío Eduardo que
estaba más guapa. A esta señora le vino, no sé por qué, el chincual de ir a la Facultad de FyL. Pronto se agazapó en
el dintel de la puerta de mi salón de clase. Un buen día se decidió a abordarme y me dijo: ¡ay, Ramsés, qué pronto
se te olvidó la Tatis!... ¿Cuál Tatis, señora?... poca cosa, ¡MI HERMANA!, te sacó de la nada, Ramsés, te hizo gente,
te prestó dinero (el volumen de su voz ya era la envidia de Verdi), te enseñó a vestirte (como si alguna mujer
hubiera logrado eso alguna vez), a usar los cubiertos... interrumpo aquí la lista infinita de bienes que a mí, Ramsés
Dehesa, llegaron gracias a la Tatis. Ambas, ¡qué groovy!, ya desaparecieron de mi vida y tienen que desaparecer de
este artículo, porque todo él está ubicado en nuestro actual escenario político. Estábamos entonces con que ayer
miércoles durante el mediodía el clima ya comenzaba ese simpático juego de un rato frío, otro caliente, otro que
llueva, otro caliente y así nos lo llevamos. En ese lapso, los medios noticiosos se pusieron a vibrar cual cocuyos
jarochos. Todo esto para anunciar urbi et orbi la salvaje ceremonia heredada de los Austria, consistente en
proclamar: Don Fulano, Don Zutano y el Marqués de Perengano se van rápido y sin escalas a la goma; en cambio el
Ingeniero Fulano, el Contador Zutano, experto en pendejaditas y el Contralor Cósmico Hércules Pijulín entran a
suplirlos con carácter de que ya hasta acomodaron sus cajones. Ésta es la verdadera continuidad mexicana. El Lic.
Citlaltépetl Temixco así reacomodaba su gabinetillo y Felipe Calderón "La mano pachona" procede de la misma
forma. Esto es lo que nos hace discernibles y perdurables. HOY TOCA.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCL (1850)


MONTIEL y los ladrones como él.

Cualquier correspondencia con esta columna que pugna por el


reconocimiento, favor de dirigirla a dehesagerman@gmail.com (D.R.)

GACETA DEL ÁNGEL / La ajena realidad

Por

Germán Dehesa

(16-Jul-2010).-
Hay días así. Tendemos a tener una aceptable idea de nosotros mismos.
Piedra angular de este monumento que nos edificamos es ese sólido
núcleo formado por lo que, con orgullo revolucionario, llamamos nuestros
conocimientos. Conocer o reconocer a alguien nos llena de secreto orgullo.
Es una estampita más para nuestro álbum. Yo a mi madre la dejaba con el
paso vacilante cuando le decía: mira, ahí va Morones. Más que ver al
señalado, mi mamuchis volteaba a verme a mí en un vano intento por
resolver múltiples enigmas: ¿cómo demonios sabía yo que era Morones?,
¿no estaría inventándolo todo?, ¿pero por qué tendría yo que inventar que
conocía a Morones y no al Pato Donald?. Todas estas preguntas serán
respondidas en la eternidad, en el departamento de preguntas imposibles.
Vuelvo a mi tema y éste tal cual lo enuncié es el de la gratificación que nos proporciona descubrir que conocemos a
alguien aunque sea de rostro, de silueta de póster o de anuncio del Periférico. Esta ínfima experiencia es, aunque no
parezca, de gran ayuda para proporcionarnos la siempre necesaria e insuficiente confirmación de que estamos
donde deberíamos estar y que está en buena marcha nuestro sistema de reconocimientos.
Hace 40 años, era yo tan distraído y tan tímido como lo soy ahora. Recuerdo a una señora con indudable aire de
viuda bien enviudada. No les digo que podría haber sido la viuda de Lindergh, pero sí la de mi tío Eduardo que
estaba más guapa. A esta señora le vino, no sé por qué, el chincual de ir a la Facultad de FyL. Pronto se agazapó en
el dintel de la puerta de mi salón de clase. Un buen día se decidió a abordarme y me dijo: ¡ay, Ramsés, qué pronto
se te olvidó la Tatis!... ¿Cuál Tatis, señora?... poca cosa, ¡MI HERMANA!, te sacó de la nada, Ramsés, te hizo gente,
te prestó dinero (el volumen de su voz ya era la envidia de Verdi), te enseñó a vestirte (como si alguna mujer
hubiera logrado eso alguna vez), a usar los cubiertos... interrumpo aquí la lista infinita de bienes que a mí, Ramsés
Dehesa, llegaron gracias a la Tatis. Ambas, ¡qué groovy!, ya desaparecieron de mi vida y tienen que desaparecer de
este artículo, porque todo él está ubicado en nuestro actual escenario político. Estábamos entonces con que ayer
miércoles durante el mediodía el clima ya comenzaba ese simpático juego de un rato frío, otro caliente, otro que
llueva, otro caliente y así nos lo llevamos. En ese lapso, los medios noticiosos se pusieron a vibrar cual cocuyos
jarochos. Todo esto para anunciar urbi et orbi la salvaje ceremonia heredada de los Austria, consistente en
proclamar: Don Fulano, Don Zutano y el Marqués de Perengano se van rápido y sin escalas a la goma; en cambio el
Ingeniero Fulano, el Contador Zutano, experto en pendejaditas y el Contralor Cósmico Hércules Pijulín entran a
suplirlos con carácter de que ya hasta acomodaron sus cajones. Ésta es la verdadera continuidad mexicana. El Lic.
Citlaltépetl Temixco así reacomodaba su gabinetillo y Felipe Calderón "La mano pachona" procede de la misma
forma. Esto es lo que nos hace discernibles y perdurables. HOY TOCA.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCL (1850)


MONTIEL y los ladrones como él.

Cualquier correspondencia con esta columna que pugna por el reconocimiento, favor de dirigirla a
dehesagerman@gmail.com (D.R.)

GACETA DEL ÁNGEL / ¿Y luego

Por
Germán Dehesa

(15-Jul-2010).-
Pues aquí me tienen, hecho un sólido idiota en espera de que nuestro faro,
nuestra guía nos muestre con su lux los derroteros por donde ahora
avanzará México en pos de esa justicia social tan largamente anhelada.
Sucede, lectora lector querido, que mi voluntad era comenzar a escribir
esta columna hacia las 4:30 de la tarde; pero, la Rosachiva que suele ser
portadora de noticias jugosas y novedosas, me anunció que hoy a las
18:30, nuestro Presidente Constitucional, Lic. Felipe Calderón H. nos
dirigirá la palabra a todos los miembros de todas las tribus que
constituyen el Anáhuac. Me dicen que el mensaje está especialmente
dirigido a los chicos de la prensa, así es que yo les suplicaría que, de buen
modo, sin juego subterráneo ni pataditas descontoneras, me permitan
pasar a la primera fila para oír con toda nitidez las palabras de Don Felipe
que ya ven que farfulla mucho, se encamota con la sintaxis de vez en
cuando y yo le conozco casos donde entra en un párrafo con un sujeto y
sale acompañado de una bella reina de la localidad. Con todo y todo, es de
lo mejorcito que hemos tenido en los últimos sexenios.
Contra lo que muchos piensan, no creo que el país esté atorado en la Presidencia. Si así fuera, todo sería tanto más
fácil. No lo es. Nuestro actual encamotamiento tiene que ver contigo y conmigo y con él. Estamos en una difícil
transición que fatalmente se está cumpliendo en el interior de nuestra ciudadanía. Poco a poco, los que
consideraban que ser ciudadano era simplemente un título casi nobiliario que venía adosado a la mayoría de edad,
ellos, todos ellos, comienzan a comprender que ser ciudadano es algo inmensamente más comprometedor, más
humano, más generoso y mucho más benéfico para todos. Por dar un caso, si las mujeres mexicanas (ciudadanas
también ellas) se decidieran a exigir el trato que corresponde a una ciudadana y la pareja oyera, ¡entendiera! y
actuara en consecuencia; les aseguro que estaríamos en el umbral de una felicidad social que nunca hemos
conocido.
¡Detengan las rotativas!, Calderón va a hablar, o, como decíamos en mi infancia: ¡silencio, ranas, que va a predicar
el sapo!. Felipe Calderón viene a cuadro con su ya conocido, quizá choteado, traje color Tofico, muy pronto deja
atrás el español y aterriza en el priñol que es un caso curiosísimo de un idioma que fue creado y desarrollado para
no significar nada. Si a un priista se le entiende algo cuando habla en público, inmediatamente la policromada
Beatriz entra en acción y envía al culpable a un campo de reeducación que los priistas tienen en Tlaxcala en
sociedad con los Legionarios. Su lema es precioso: "Aprender para no entender y no entender para no educar". Pero
ya basta de chacotita. Lo que yo quería enfatizarles era el hecho de que estamos en el exacto momento histórico en
que debemos asumir plenamente nuestra ciudadanía que viene a ser en lo social, el equivalente de nuestra mayoría
de edad y de la aceptación plena de nuestros compromisos. Ustedes, como yo, han vivido la experiencia de intentar
un diálogo, iniciar un trámite, plantear una explicación con cualquiera de estos capados del alma. Ya me
entendieron.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCXLIX (1849)


MONTIEL.
Cualquier correspondencia con esta columna que aspira a la ciudadanía,
favor de dirigirla a dehesagerman@gmail.com (D.R.)
GACETA DEL ÁNGEL / ¡Ya déjense de pulpos

Por

Germán Dehesa

(14-Jul-2010).-
Me cuesta trabajo creer que la mensada esa del pulpo siga alimentando al
morbo popular y, por lo mismo, siga siendo material para notas,
pseudonoticias, partos cerebrales, reflexiones pseudofilosóficas y demás
quincallería verbal. Y que conste que el baboso del guajolote no tiene la
menor gracia. A lo mejor en mole tendría más chiste, pero así tal como
insisten en venderlo ya tendría que ser materia olvidada. No lo es, por que
acá los integrantes de mi gremio nos cargamos una flojera que raya en lo
sublime. Dicen los libros que, por allá en el lejano Siglo XVI, un
médico/poeta llamado Girolamo Fracastoro, al descubrir que padecía la enfermedad de la época (la sífilis o mal
francés) se puso a escribirle un poema titulado: "De sive morbo gallicum". Pues yo no seré Fracastoro, pero
también me podría lanzar a la aventura de escribir un poema: "De sive morbo huevicum" dedicado a exultar la
magnificencia de la flojera mexicana. De otra manera, no sabré de qué escribir.
Envidia inmensa me dan los humanistas liberales mexicanos que, sin demasiada molestia, tenían a Porfirio Díaz y a
su séquito o pandilla para poder escribir cotidianamente maledicencias sin temor a no atinarle; su verdadero temor
era que les cayera la policía y tuvieran que retirarse y dedicar su vida al estudio detallado de playas muy lejanas.
Con todo y que no lo apruebo, ni lo comparto, entiendo que todavía muchos medios sigan emperrados con el tema
del octópodo. Lo hacemos precisamente por que no hay en el México actual ningún Porfirio Díaz. Hablo en serio.
Supongamos que los valores humanos y las concepciones políticas de Felipe Calderón fueran ostensiblemente
superiores a las del héroe del 2 de abril. Si se hiciera un óleo parejero dedicado a retratar juntos a estos dos
capullitos de rosa, se percibiría que Calderón produce un efecto óptico de desaparición. Y así es y ni modo.
Y que quede claro que soy de cepa antiporfiriana y que ese viejo que parece la versión de lujo de Beatriz Paredes
concluyó su vida lejos de la patria que defendió con todo y murió amargado quizá por la idea de que no supo amar
ni a México, ni a las mujeres.
A lo que me quería referir es a la ausencia que padecemos de figuras épicas, de seres cuya estatura política o moral
pudiera no conducir, pero sí señalar la dirección a seguir por un pueblo que anda extraviado y escamado como
cocodrilo en fábrica de carteras. Nos gobiernan, y mal, puros chaparros que no ejercen el liderazgo ni en su casa.
Uno de los tantos resultados de esto es el festival que ya se desató en los Estados de la República donde ya cada
caciquillo se siente el de Gaulle de Tonatico y todos se sienten guapos, garbosos, altos, magnéticos (la verdad es
que tienen facha de chinches infladas). A varios de ellos, ya les calentaron la oreja con la idea de que tienen todo
para ser los próximos Presidentes de la República. Esto los tiene transfigurados, con el bigote brilloso, con el paso
más firme que nunca y prodigando el ya patentado abrazo con tres palmadas que intercambian entre si los priístas
de la primera hora.
Todo esto es cháchara vacua. Lo que es importante es la ayuda a Monterrey y a todas las poblaciones de la franja
norte lesionadas por las aguas. Es hora de dar.

¿QUÉ TAL DURMIÓ?


MDCCCXLVIII (1848)
MONTIEL.

Cualquier correspondencia con esta columna hija del desierto, favor de


dirigirla a dehesagerman@gmail.com (D.R.)
GACETA DEL ÁNGEL / Garganta roja

Por

Germán Dehesa

(13-Jul-2010).-
Gracias a los 79 climas que vivimos día con día, el sector más sensible y
frágil de la sociedad capitalina hemos resentido ya estas adversas
condiciones del clima reinante en el condado de Billy the Marce. Lo peor es
que no hemos quedado inutilizados, sino con el cerebro mermado, la
energía muy expoliada y nuestra capacidad de acción muy venidita a
menos. No importa, allá vamos.
Resulta que terminaron las elecciones (por ahí quedan algunos diferendos
que por supuesto que no se ventilarán democráticamente, porque con ese
método no se obtienen resultados democráticos).
Les comunico todavía con más dolor que ya terminó también el Mundial de Fut cuyo indudable triunfador fue ese
pulpo idiota que es, al parecer, de origen inglés, aunque residente en Alemania. Aquí ya se le ha ofrecido una curul
para que siga orientándonos. En este páramo noticioso, los chicos de la prensa estamos muriendo por asfixia y por
inanición. Por lo pronto, no hay nada qué hacer. Las primeras planas se llenan ya no de noticias, sino de anécdotas,
de sucedidos, de hechos curiosos acontecidos en lugares que o son inverosímiles (Ripposville, Uganda) o
tranquilamente no existen (Ripposville, Uganda). Sólo en esos lugares, un cronista con colmillo puede ubicar
noticias como: "¡Devoró a su madre!"... "Ahorra 47 años para adquirir auto"... "Desplegado a favor de Carlota".
Ser periodista, no lo voy a negar, es un oficio delicioso. Es fungir como intermediario entre el ciudadano y la
información. De nuestras tareas que se observan tan nítidas pueden producirse miles de "cochupos" que ya
conocemos todos y que aparentemente tienden a disminuir, aunque no estemos contando al heroico periodismo que
se hace en los estados. Y ¡ojo! no estamos haciendo una evaluación moral de las cosas. Esa sería una segunda y
urgente tarea. No, aquí estamos viendo por qué en este país las tareas no se cumplen rectamente. Esto no es poca
cosa. Habría que ver lo que esto afecta al rendimiento del país. En verdad, paisano: ¡fíjate!. Fíjate y no colabores
con estos absurdos modos de hacer las cosas. Fíjate y ya no toleres la existencia de estas dependencias de Ali-
Babá.
Esto es para mí, lo malo de estos lunes desérticos y ayunos de toda información. Alzas la mirada, la paseas por la
realidad y nada más observas a Beatriz Paredes platicando con el pasmado de César Nava.
Hasta aquí me he expresado como ávido cronista que no encuentra materia digerible. Dejo esa caracterización y
paso a ser un viandante, un "de a pata" como tantos. En ese frente, sí hay noticias. No voy a dar detalles, pero me
fui a comer por la escondida senda con mi amiga Leticia Navarro que me paseó de lo lindo y que luego me llevó al
Restorán del Lago donde comimos de muy buena manera. Este suceso ha tenido un efecto doble: me ha alegrado
intensamente el corazón y eso es bueno y me ha provocado un sueño bruto y eso no es tan bueno porque ya llevo
toda la tarde campechaneando líneas con abismos babeantes y así, me la he ido llevando y todo para decirles que
tengamos cuidado con las agüitas mansas que parecen reinar con la entusiasta anuencia del PRI. Aguas con las
aguas.

LUTO NACIONAL

La madre del pulpo, llamada Rosa Elvira se nos ha puesto muy malita. Seguirán reportes.
¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCXLVII (1847)
MONTIEL.

Cualquier correspondencia con esta columna llana y mansa, favor de


dirigirla a dehesagerman@gmail.com (D.R.)

GACETA DEL ÁNGEL / Fin de fiesta

Por

Germán Dehesa

(12-Jul-2010).-
¿Ah, es fiesta?. Esto es lo que nos preguntamos los sobrevivientes a
tantos y tantos "ciclos vacacionales" de verano. En principio, tendría que
haber sido una fiesta, pero las condiciones económicas, sociales, políticas
y ¡CLIMATOLÓGICAS! lograron sin demasiado problema que la fiesta, ya
de entrada, se fuera a la fruta. Hemos sido tratados con enorme injusticia.
Según esto, la fiesta comenzó con un Mundial de Futbol bastante Rupertito
y terminó con un juego igualmente rupa en el que nunca, ni el holandés
más beodo pudo pensar que podría aspirar al triunfo. Apagué la tele
porque imaginé que iba a aparecer esa mucosidad que nombran "El
Compayito" que es una especie de concentrado de la tontería, la
vulgaridad, el humor chafa de Televisa y todo lo que de peor tiene México.
Apagué el televisor, pero la realidad se quedó prendida y en esa realidad seguía la fiesta: había frío, lluvias
constantes, inundaciones, surgimiento de damnificados y llamados de toda índole para que ayudemos. Creo que en
la medida de nuestra confianza y de nuestra generosidad lo estamos haciendo. Ojalá y lo hagamos con la clara
conciencia de que con eso no saldamos nuestro compromiso ético personal. En esta lluviosa tarde dominical
embarrada de gris, suspendo mi treno (canto triste), tomo el teléfono y me pongo en contacto con la pura vida. Mi
amigo Vitico navega jubiloso rumbo a Tlacotalpan (¡eso es fiesta!) y lo imagino con su atuendo pirata, la espada
desenvainada, sus grandes botas afianzadas en el palo mayor. Por puro contagio voy entrando en calor y hablamos
del trópico hacia el que se dirige y le planteo la urgencia de un pachangón de tal modo sonado, musical y
tamboreado que se agriete todo el malecón para que el contador Humberto Murrieta y el Lic. Germán Dehesa, en
medio de los acordes del discazo de cumbias que me regalaron, desaparezcamos en compañía de dos agraciadas
damitas de la localidad. Colgué, me tomé el pulso emocional y vi que era bueno.
¿Saben para qué era bueno?. Lo fue para recordarme que soy una bestia y que con la redacción de algún artículo
anterior sembré la confusión pues, en efecto, hay un párrafo enormemente confuso que podría ser leído como una
renuncia y una despedida. Lectora lector querido: no es cierto. Aquí me estaré sentado hasta que alguna fuerza
mayor lo disponga, pero yo: aquí estoy.
Otro asunto: me consta que existe un enjambre de vividores o de beneficiarios del trabajo de los demás. Me
parecen seres deleznables pero allá ellos; allá ellos siempre y cuando no decidan agarrarme de cliente. Lo que peor
me pone es leer esos textos adjudicados a mí, pero escritos por algún desnucado que emplea en su texto renglones
míos como condimento. ¡Déjenme en paz!.
¡Ah! y por favor lectora lector amigo, tú también ponte las pilas y no desperdicies Internet para preguntarme:
¿usted escribió esto, señor Dehesa?. ¡No!, ¡con un demonio!, ¡yo no escribo esas tarugadas tendenciosas!; yo tengo
mis propias tarugadas tendenciosas que tienen ya, eso espero, ese sello de agua, esa infalsificable firma que es un
estilo personal. Dicho de otra manera: yo tengo mi modito de rebuznar.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCXLVI (1846)


No sabe la flojera que me da usted, MONTIEL, pero de mí depende que para usted no haya ni perdón, ni olvido.

Cualquier correspondencia con esta columna y su metafísica fiesta, favor de dirigirla a dehesagerman@gmail.com
(D.
GACETA DEL ÁNGEL / Broche de latón

Por

Germán Dehesa

(09-Jul-2010).-
Con los renglones de esta columna, procedo a dar por finalizados, terminados, concluidos los
trabajos correspondientes a la Gaceta del Ángel de la primera semana de julio que tan
luminosamente comenzó con el sexagésimo sexto aniversario del titular de la ya mencionada
columna. Sello de lacre y broche de latón.
Por compromisos contraídos con anterioridad por la redacción, me veo obligado a tomar esta
precipitada decisión que me pilla sin haber cumplido todavía muchas de las tareas inherentes a la
fecha, a la fiesta y a la concurrencia.
Ni de lejos, voy a poder hacer la enorme y original lista de los obsequios recibidos y esto es una
gran pena, porque me regalaron las cosas más bonitas, las más inútiles, las más absurdas y un
buen tanto de otras que tengo almacenadas en otra zona de mi casa porque, así a primera vista, no
sé si en verdad son regalos y para qué demonios sirven. No es normal, digo yo, que ese individuo
conocido como "El Mostachón", de negra ejecutoria en el submundo de la explotación laboral (y esto
no lo digo de oídas, sino que he sido una de sus víctimas predilectas) haya tomado la inverosímil decisión de regalarme el auténtico y origin
casco de los Pieles Rojas, mi equipo favorito en el futbol americano profesional. Ahora bien, una cosa es que sean mis favoritos, y otra, mu
otra, es que yo me piense abodollar a ver los juegos con mi casco puesto, cosa que me haría parecer como anuncio de foco. Y éste es uno
los regalos que recibí. Hay otros (muchos otros) que implican tal disimulo e intimidad, que ni siquiera puedo nombrarlos y esto sin tomar e
cuenta que tardaré varios meses en pensar en usarlos. El caso es que la presión acuática y la presión temporal, me han obligado a precipita
las cosas y a declarar la terminación formal de las festividades de mi cumpleaños.
Y si tan siquiera esta prisa obedeciera a sacudimientos y transformaciones mundiales, pero no; se trata sencillamente de agua derramada,
bruscamente desatada y severamente perjuiciosa: automóviles enloquecidos, casas inundadas, familias nómadas y la horrible sensación
televisiva de que todo el país se está yendo por el caño y que nuestro turno ya no está lejos.
Entonces, hay que ser muy tonto (y el egoísmo me parece una forma extrema de la tontería, pues nos muestra al tonto enseñándonos su
estupidez y escudándose en frases adocenadas como "así pienso yo, pero cada quien puede pensar lo que quiera"), (¡no es cierto, imbécil!;
tus escurrimientos cerebrales nada tienen que ver con el pensamiento). El pensamiento, creo yo, es un difícil trabajo de la razón que, de
lograrse, me beneficia y beneficia a mi comunidad. Amigas, amigos: vamos a pensar; asuntos como éste de las tumultuosas aguas y sus
correspondientes sequías son en verdad muy graves y no pueden ser dejados en manos de los "funcionarios" que, con ciertas y notorias
excepciones, son una punta de acémilas que no van a resolver nada. HOY TOCA.

AYUDA

El Tel. es 5611 6513 y el lugar de acopio es Parque del Conde 24, Col. San José Insurgentes. Ayudar es un deber ciudadano, pero es tambi
la inauguración de la alegría compartida; ésa que es la verdadera fiesta.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCXLV (1845)


Espero, MONTIELITO, que noche a noche, te vayas aguadando y vayas adquiriendo facciones de pulpo predicador.
Cualquier correspondencia con esta columna con casco de los Pieles Rojas, favor de dirigirla a dehesagerman@gmail.com (D.R.)</P< span>

GACETA DEL ÁNGEL / Extraño calendario

Por

Germán Dehesa

(08-Jul-2010).-
Me imagino que también les ocurre a ustedes. Desde los días anteriores a
nuestra olvidable participación en el Mundial de Futbol, el calendario
interior de los mexicanos (aquí: imaginarnos e imaginar a cada uno de
nuestros compatriotas con una pequeña talla circular del Calendario
Azteca en el centro del cerebro u lo que tráigamos), se ha visto
enormemente violentado, al punto de que la mayoría no sabemos ya ni en
qué día, ni en qué mes vivimos. Actualmente imperan sobre la sociedad
mexicana dos calendarios: el del que ya nos volvimos locos porque
nuestro cerebro ya es "Jabulani" de Adidas y el de una aristocrática
minoría formada por intelectuales pesaditos, por maestras que le ponen a
su materia "la aventura del electrón" y por señoras que declaran que ellas no van a perder su tiempo en esas
tonterías (que, la verdad, nunca entenderán bien a bien) y que sienten una pena inmensa por el burro de su marido
que nunca ha entendido bien la música de Yani.
El caso es que el tiempo mexicano está dividido. Por acá estamos la rugiente broza hijos de la mano pachona y del
Sirenito de Matamoros y por allá los que ya juntaron sus tiliches para ir a la reinauguración de Bellas Artes y que
peregrinan por todo el país para darse el gusto de escuchar a un Plácido Domingo cuya voz tiende a ser de
aserradero.
Y así la música siguió y siguió... pero no es cierto; esto no puedo escribirlo. Es importantísimo que nos volvamos a
reunir todas las tribus del Anáhuac. Sucede que mientras andábamos en el jelengue y cumpliendo años y
anunciando que España será campeona del mundo, la realidad volcó sobre México aguas alevosas y vientos
desatados, como dice Jaime Sabines. Si concentramos nuestra mirada, el paisaje es, en muchas zonas y regiones,
desolador. Y entendamos por favor una cosa: no son tragedias que estén lastimando la casa de nuestros vecinos; es
nuestra propia casa la que, en unos cuantos días, fue severamente dañada y traspuesta. Entiendo muy bien que
todavía tenemos que reservar ciertas energías para apoyar la futbolística coronación de España (todos nos vamos a
volcar en la Plaza de las Cibeles, con la Rosachiva dirigiendo el magno coro de épicas canciones peninsulares), pero
no olvidemos que hay importantes tareas que tú, él, yo, los ciudadanos de México tenemos que cumplir para sanar
y resanar nuestro país, nuestra casa, el espacio en donde todos nos sentamos a platicar y a estar de acuerdo y en
desacuerdo en lo grande, en lo nimio, en lo real y en lo imaginario. La enorme mansión de los argüendes, donde se
mezclan las voces de Andrés Manuel con las de Hidalgo y las de nuestros familiares, nuestros muertos, nuestros
descendientes que ya no tendrán el dudoso gusto de conocernos, los millones de voces que todavía ni siquiera han
externado su palabra y la fervorosa alegría y nuestras cotidianas penas... todo eso, necesitará el espacio que les
debemos cuidar. Por eso, mis cubicuates, hay que ir emprendiendo el regreso a nuestro país, a lo nuestro que, sin
duda, no incluye al futbol.

ENVÍO

Vuelan estos renglones rumbo a Monterrey. ¿Qué necesitan?, ¿en qué ayudamos?.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCXLIV (1844)


MONTIEL y toda su camada de bandidos tricolores.

Cualquier correspondencia con esta columna que anuncia el regreso, favor de dirigirla a dehesagerman@gmail.com
GACETA DEL ÁNGEL / La patria humedecida

Por

Germán Dehesa

(07-Jul-2010).-
Ahora sí, la solidaridad y la voluntad de auxilio se están poniendo muy
difíciles en nuestro país. Quién más, quién menos se encuentra bastante
fregado y con el agua al cuello. Aquí hagamos el distingo entre los que ya
tienen el agua por encima del cuello y quienes la tenemos a nivel de la
barbilla.
Y sigue lloviendo. Hoy martes 6 continúa lloviendo implacablemente aquí
en la Ciudad de México. Ya es un fondo de sonido que nos acompaña a lo
largo de todo el día. Nuestro trabajo y nuestro descanso se acompasan
con el rumor pluvial y yo supongo que es por eso que los escritores
mexicanos estemos creando una prosa estilo chipi-chipi. Sea como fuere,
la inmensa mole de la realidad mexicana se mueve con todos los
rechinidos y brincos de los políticos que estos meneos traen aparejados.
¡Que salió Calderón y dijo!, ¡pero cómo, en verdad no tiene oficio, ahora le
tocaba quedarse callado! y todos los que expelen estas perlas de sabiduría ponen cara de que México debe caer
postrado ante tanta genialidad política. Actúan ellos para aplaudirse ellos. Nosotros los miramos desplazarse como
miramos a los mimos que se colocan en el Zócalo a hacer sus monerías. ¡Que vamos a impugnar tal elección porque
el candidato Tripitas hacía modelaje desnudo en 1941!, pues que lo impugnen, dicen las fuerzas vivas, ¡que vamos
a defender a Lupita Marmolejo porque quieren desconocer su triunfo y la acusan de yerbera y de primera voz de
"Las Lobas del ritmo". Pura batea de mondongo, diría el siempre recordado Manuel Seyde. La verdad es que aquí no
pasa nada y creo que no pasará hasta que termine el Mundial de Futbol. Lo único que, supongo, resultará
memorable será no el castigo, no la cárcel, no la reparación del daño; sino el simple y temporal marginamiento de
hipergandallas como Ulises Ruiz, Mario Marín y bichos igual de repugnantes. No castigarlos con todo el peso de la
ley es seguir prostituyendo y ensuciando a esa ley que se pretende defender: ¡métanlos al bote!, ¡que devuelvan
sus raterías!, ¡que le compren su nixtamal a Beatriz y que a eso se dedique!, ¡que le arranquen los bigotes y las
cejas a jalones a Manlio Fabio!, ¡que le pongan su traje de gala a Elba Esther y que se la lleven a Chiapas
arrastrando!, ¡que alivien a México de tanto patán, logrero egoísta que dentro y fuera de los partidos en el poder,
que dentro y fuera de la Presidencia, que dentro y fuera de lo razonable saquearon y siguen saqueando a esta
patria tan infinitamente dulce!.

XÓCHITL GÁLVEZ

Con gran tristeza, leo que perdiste por una cantidad irrisoria de votos que ahora vas a impugnar. Me parece muy
bien que lo hagas y que no te dejes cuando alguien te quiere pisar el poncho. Ahora bien, casos como el tuyo son
una garantía para México: ganes o pierdas, estés donde estés, siempre estarás haciendo el bien. ¡Por eso te quiero,
fregada!.

ENVÍO

Estos renglones quisieran ser un abrazo y un beso enorme para mi bienamado Monterrey (en el Parque de la Bola
estamos haciendo acopio de ayuda para Monterrey. En esta acuática situación: no se hagan patos. Tel: 5611 6513.
Aikir)

GACETA DEL ÁNGEL / Fallas de origen

Por

Germán Dehesa
(06-Jul-2010).-
Yo provengo, lo he dicho hasta el cansancio, de un ámbito justificada y
sostenidamente anti-priista. A mí, como a tantos más, me tocó conocer y
padecer la condición atrabiliaria, abusiva, dictatorial y falsamente
comprensiva y generosa del PRI. A mi familia, como a todas aquellas que
conformaban la rugiente clase media mexicana le tocó vivir la
esquizofrenia que provocaba atenerse al catecismo de Ripalda, a los
Evangelios del PRI y, en mi caso, a las locuras de mi papá que era
jarocho-stalinista. En medio de todo esto, la sociedad mexicana, con el
desgano que la caracteriza, fue empujando para que nuestra manera de
darnos gobierno resultara un poquito más moderna. Aquí es muy
importante subrayar que la todavía trémula evolución política de México
no tuvo, ni tiene nada que agradecerle al PRI y sí mucho a los jóvenes
profesionistas, estudiantes y obreros de aquellos años.
De esto habrán pasado 50 años y en ese lapso han ocurrido muchas
cosas, entre otras, nuestro envejecimiento personal, pero también el
surgimiento de nuevos partidos que, en principio, tendrían que
representar nuevas opciones ideológicas y políticas para México.
Estos nuevos partidos nacen "puros", pero, según hemos contemplado,
poco a poco van adquiriendo los inconfesables modos de ese partido
monolítico contra el que supuestamente luchaban y hoy lo que yo
contemplo con horror es al lamentable conjunto de "el PRI y sus
hermanitos cuchos". Obsérvenlos y verán que todos terminan actuando igual, seleccionando al mismo tipo de
candidatos, con una oferta a sus adherentes también extremadamente parecida y sin una idea de nación y un
proyecto para hacerla viable.
Con horror contemplamos ahora que la "filiación política" de nuestros distintos funcionarios, tribunos y aspirantes es
la misma y se reduce, como en los tiempos dorados del PRI, a un salvaje apetito de poder, de influencias y de
dinero. Normalmente esto se disfraza mediante el uso de un idioma supuestamente "elevado", abundantemente
sazonado con la palabra "Patria" y con infaltables alusiones a nuestros héroes, en particular a aquéllos que ya han
llegado a la neutralidad ideológica. No les crean nada, pero por favor: nada, son los modernos tlacuaches que, como
siempre, pretenden dar saliva a cambio de apoyos, valimientos y encubrimientos. En cuanto a su pelaje van del
tricolor al amarillo, pero este asunto del pelaje es menor, puesto que todos van a lo mismo y todos ajustan su
comportamiento y su idea de la política a las viejas lecciones de los tricolores que ahí siguen y ahí seguirán hasta
que no nos demos cuenta de que hay una inmensa mayoría de mexicanos que alojan en su espíritu un gran
tlacuache tricolor.

EXCEPCIONES

Desde un principio se habrán dado cuenta, amigas como Josefina Vázquez Mota, o como Xóchitl Gálvez que la
bronca no iba con ellas, ni con tantos políticos verdaderos que he podido conocer. Para ellos, anden en lo que
anden, ganen o pierdan, los entamben o no, para ellos, decía, es todo mi cívico agradecimiento y un pase para
todos los juegos de Six Flags.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCXLII (1842)


¿Cómo es posible que los mexicanos y los mexiquenses voten por el partido en el que milita ARTURO MONTIEL
ROJAS?.
Cualquier correspondencia con esta columna de desgano post-electoral, favor de dirigirla a
dehesagerman@gmail.com (D.R.)

GACETA DEL ÁNGEL / Yo ya cumplí

Por

Germán Dehesa
(05-Jul-2010).-
Con todo y los achaques y alifafes propios de la edad, he cumplido 66 años y me siento
enteramente satisfecho. Hagan de cuenta que la edad fuera para mí una especie de mérito
personal y que me hubiera dedicado yo a acumular instantes de existencia que habrían de
constituir una vida que, ahora que la miro en retrospectiva, la encuentro bastante satisfactoria
sobre todo en términos de tareas amorosas y de empresas comunes.
Hoy he comido con tres de mis hijos y con su santa y guapachosa madre. El reparto quedó
perfectamente redondeado con la presencia de mi hermanita la doctora que siempre me mira
como si ya estuviera planeando todos y cada uno de los pasos de mi autopsia. Dos motivos tenía
la reunión sabatina: la visita de nuestra hija Juana Inés que, por lo pronto, infesta la ciudad de
Boston en calidad de embajadora del folclor mexicano y que vino a la Capital creo que nada más
para llevarse unos penachos. El segundo motivo, ya lo dije, era la celebración, así fuese tardía, de
mi cumpleaños.
A veces a la dicha le cuesta mucho trabajo abrirse paso. La tarde de este sábado estaba como
llorosa, como muchacha que no se halla y oscilaba entre el tímido sol y la amenazante lluvia, entre
el viento cortante y el calorcito restaurador. Yo por mí, no hubiera salido ni a la esquina, pero es el
amor el único imperativo al que jamás podremos negarnos. Ni siquiera terminé de ver el aburridón
partido entre España y Paraguay, sino que ¡en sábado! me metí a la regadera, canté muy
desganadamente unas canciones muy feas, me sequé, me puse unas cuantas garras negras (me
imagino a la señora potosina pensando: ¡y a mí qué demonios me importa lo que se ponga o deje
de poner el señor ése!) y zarpé a mi reunión familiar.
Ya volví de donde andaba y ya volví en mí. Ya caí en la cuenta de que mañana tendremos elecciones que todos esperamos sean pacífi
creíbles. También caí en la dolorosa cuenta de que mi amado Monterrey está hecho trizas. Es importante que todos acudamos en su a
Monterrey es un orgullo de México y hoy ese orgullo sobrenada entre el lodo, las aguas estancadas y los desechos de tantos días de
malevolencia pluvial. Jamás nadie debe pensar que la compasión tiene sus objetivos específicos. Monterrey es asunto nuestro, de todo
todos corresponde ver en qué puede ayudar para restaurar tanto daño como ha sufrido esa ciudad que, por otra parte, ha sido, como
uno de nuestros legítimos orgullos. De nuestra cuenta corre que vuelva a serlo.
La tarde ya se entristeció más, pero además se entristeció feo. Esto es como el último tercio de una película con Ramón Gay y Emilia G
(Emilia Gugú, como la llamaba mi tía La Pelambres). Diagnostico que estoy cansado y creo que la Rosachiva está peor porque no hace
que pandearse. El mundo parece haberse detenido para quitarse las botas y los calcetines y meter los pies en agua caliente. Mañana
domingo todo el tema serán las elecciones. Habrá que tomar nota para que el lunes tú, lectora lector querido, y yo podamos platicar a
respecto. Mientras tanto, hazte bolita, acurrúcate bien, que una agraciada chica te haga piojito y mañana ya veremos.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCXLI (1841)


MONTIEL.

Cualquier correspondencia con esta columna que se puso chípil, favor de dirigirla a dehesagerman@gmail.com (D.R.)
GACETA DEL ÁNGEL / ¡Glorifica mi alma al Señor

Por

Germán Dehesa

(02-Jul-2010).-
Con los momios francamente en contra, he llegado en aceptable condición
al sexagésimo sexto aniversario de mi presencia en estas tierras del
Anáhuac que han sido gratas, retadoras y emocionantes para mí, del
mismo modo que yo he tratado de serlo para ellas. Son muchos mis
linajes y a todos debo honrar: soy veracruzano por herencia y
temperamento; soy juarista por pasión y elección; desconfío, porque la
conozco, de la Iglesia Católica mexicana, institución a la que muy
tempranamente le conocí las mañas y el poder manipulador y su
permanente solidaridad con los enemigos de México. Venero todo aquello
que se cifra en la palabra "guanábana" cuyas consonantes y vocales
arraigan y hacen camino por nuestro suelo y van procesando un enorme almacén de dulzores que, ahí están
siempre para iluminar aquellas vidas que temporalmente se eclipsan. Lo mío no es el maíz, tampoco lo es el trigo;
lo mío es la guanábana y su invisible y tupida selva de aromas y sabores.
Conozco a infinidad de mexicanos a los que su cumpleaños produce depresión profunda como si algo en lo recóndito
de su ser les avisara que no tienen al mundo nada contento con su aparición en el censo mexicano. Hay otros,
muchos de ellos son políticos o son familia política, que no podrían estar más satisfechos de ser como son. De lo
que no se dan cuenta estos capullitos es que ellos son los únicos que se gozan a sí mismos; todos los demás los
encontramos abominables y enormemente nocivos. Yo no sé, por ejemplo, para qué es útil la presencia en el mundo
de Emilio Gamboa Patrón. Yo creo que no resultó útil ni para Marcela Bondenstedt, pero el señor ahí sigue
declarando con un aplomo que ni Charles de Gaulle.
Yo no digo que sea el único mal de esta patria, pero lo que sí creo es que tenemos que reducir o desaparecer la
brutal cuota de farsantes que la fatalidad nos ha asignado. Esto no puede seguir así. Con tanto viejo mamuco que
luego resulta diputado suplente, pero que hace el paseíllo como si fuera inminente candidato a la Presidencia y con
tanta vieja chimolera cargada de collares, gargantillas, pulseras y lo que vaya cupiendo. Me quiero imaginar a Don
Guillermo Prieto mirando la pinta de estos dos personajes y sollozando por la toma de su país por parte de culturas
extraterráqueas.
En 66 años, así grosso modo, ha evolucionado el paisaje humano que ha rodeado mi existencia siempre vicaria,
siempre múltiple, siempre provisional, siempre enamorada y siempre divertida. Se acaba mi vida y una de mis
tristezas es haber tropezado en mi país, y muy particularmente en mi ciudad, con mujeres a las que, entre burlas y
veras, les dices mirándolas a los ojos: eres muy hermosa y no sería remoto que me enamorara de ti. Según me
consta, lo que acto seguido puede ocurrir es que estas mensas se suelten llorando y te digan con brevísima voz que
ellas nunca te han dado pie para que le faltes al respeto; o bien, otean el horizonte en busca de su augusta madre
en cuyo regazo se refugian, mientras nos acusan de ser unos degenerados. Ni modo. Decía mi mamuchis que "el
que quiere la col, quiere las hojas de alrededor". Añade la Rosachiva: pero es que son más hojas que col.
Consideraré esta reflexión como un regalo de cumpleaños. HOY TOCA.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCXL (1840)


MONTIEL.

Cualquier correspondencia con esta paradójica columna, favor de dirigirla


a dehesagerman@gmail.com (D.R.)
GACETA DEL ÁNGEL / The cold turkey

Por

Germán Dehesa

(01-Jul-2010).-
Hoy es miércoles 30 de junio. En menos de 24 horas habré pasado de los
65 a los 66 años. ¡Aleluya!, la vida insiste en incluirme en sus planes y
esto me resulta altamente satisfactorio. No son momentos de dejar a la
Patria a la merced de seres como Beatriz Paredes, o Manlio Fabio, cuyo
carisma está alcanzando niveles flamígeros; por no hablar de Jesús Ortega
y su bigote que canta. Alguien, no sólo yo, pero alguien tiene que avisar
que nuestra Patria impecable y diamantina, ahí sigue y nos necesita y la
necesitamos.
Aquí en la Capital, este miércoles ha sido un día de lo más ruchi. No ha
hecho calor, no ha hecho propiamente frío, ha habido algo de humedad y, sin haber hecho encuestas formales,
puedo afirmar que el 70% de los habitantes de la Capital habría deseado retornar a su cama y simplemente desde
ahí ver pasar los poquitos acontecimientos de cierto interés que hoy han acaecido.
Como cereza en el alto helado de nuestras desgracias viene a resultar que, hoy no hay futbol ni internacional, ni
nacional, ni nada. A Fita la reté a unas coladeritas, pero se me rajó de la manera más vil y el encuentro se frustró.
Creo que lo que procede es tomar un libro, leer un buen rato, esperar la tiniebla, en ella disolverse y renacer
mañana con una nueva edad que traerá consigo todas las ilusiones que la vida nos brinda.
Sin embargo, mañana tampoco habrá futbol y el síndrome de abstinencia (el "cold turkey") de los aztecas habrá
alcanzado cotas muy violentas. Esto no es para nada un buen pronóstico. Hoy miércoles, esta casa de piedra y
flores se ha convertido en una tupida colmena de operarios mexicanos que entran y salen con una tuerquita en la
mano. Yo me los topo, les hago alguna venia de saludo, pero ellos me miran con profunda desconfianza, porque no
tengo cara de pertenecer a ningún gremio, ni de tener oficio ni beneficio en la magna obra transformadora que ellos
le están imponiendo a mi casa. Un buen tramo matutino intenté defenderme y permanecí en mi recámara dedicado
a diversas actividades culturales. Este último asunto, a los operarios tenochcas le viene valiendo un puro y celestial
pistache. Según leo en sus mentes, el diagnóstico inmediato que hacen de mí tiene tres vertientes: a) es joto y no
lo dejan salir; b) hay un delito horrible en su pasado y la familia lo tiene ahí escondido; c) es un huevón. Ni yo
sabría a qué carta quedarme frente a un caso tan estrambótico como el mío. Yo soy quien soy y no me parezco a
naiden, decía, en mi involuntario apoyo, el llorado carpintero de Guamúchil: Pedrito Infante.
Tú, lectora lector amado, habrás de creer que, aunque sea en peregrinas horas, sí trabajo y sí me esmero en ser
útil a mi país y a mis cuatro hijos que, por un milagro gentil y enternecido de la vida, se encuentran hoy en esta
ciudad para celebrar que su mero padre cumple 66 años. Amados míos, estad preparados.
Hoy, día 30, tomé mi gran gorra, recorrí unas cuantas cuadras y me presenté a comer con mis amigos Los Murrieta,
una familia mexicana honrada, sonriente y amorosa. Lo de menos fue la comida que estuvo rica, lo mejor fue esa
tumultuosa y comedida cercanía que llamamos "el papacho". ¡Eso es lo que quiero para mi cumpleaños!: mucho
papacho.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCXXXIX (1839)


MONTIEL.

Cualquier correspondencia con esta papachona columna, favor de dirigirla


a dehesagerman@gmail.com (D.R.)
GACETA DEL ÁNGEL / Temblorosas líneas

Por

Germán Dehesa

(30-Jun-2010).-
Ya muy cerca de mi cumpleaños número 66, puedo afirmar que ya vi lo
que tenía que ver y que, lo que hasta hoy no he vivido, "ai" me lo queda a
pagar la vida para la próxima. En éstas y otras sesudas meditaciones
estaba yo abismado mientras deambulaba con paso vacilante por el
amplio y circular espacio central del Instituto Nacional de Nutrición donde,
como es sabido, se da cita un generoso contingente de los capitalinos que
tienen algo, o que sospechan que tienen algo. Ahí, a ese espacio, llegan
temprano (más o menos), obtienen un número, el número es canjeado
por otro número, pero éste ya es "de ficha". A partir de que "ya tenemos
ficha", nuestro estatus mejora de manera muy significativa. La siguiente
vez que nos llamen por el altavoz ya será por nuestro nombre y apellido. Tras una espera breve como de hora y
media, se produjo este milagro auditivo y mi nombre resonó del Ajusco al Popocatépetl.
Una ya casi veterana virgen vestal de la nutrición me tomó por su cuenta y me ordenó: pásele por aquí y le pase
por aquí, quítese su chamarrita, me quite la chamarrita (parece letra de cumbia), descúbrase su bracito, ¿Me
enrollo la camisa, o lo descubro así tipo Cristóbal Colón?: ¡Brazo a la vista!. Nada más dóblese su manguita. Así lo
hice, la vestal extrajo un algodón con alcohol suficiente para que nos aventáramos tres cubas por piocha y procedió
a una radical faena de aseo de mi bracito con gran pompa y aparato de soplidos, movimientos de mano como quien
está dándole a un comal y una extraña letanía tomada de la medicina tradicional de México y que debe ir
acompañada por la salmodia: ¡Chúpale que se apaga!. Todo salió muy bien. El que no salió tan bien fui yo que
estaba desmañanado y en ayunas. El amable Pancho me pepenó en el auto y regresamos a mi domicilio o razón
social y todos los expedicionarios almorzamos huevos revueltos con chorizo hasta ponernos morados.
A todo esto, el indómito equipo español de futbol se enfrentaba a un melancólico equipo portugués, cuya melancolía
provenía, me imagino yo, del hecho nada favorable, ni simpático de que su capitán fuera Cristiano Ronaldo, teniente
general de la liga de mamucos internacionales. El partido estuvo apenas bueno y ganó España por 1-0. Apagué la
tele, el cerebro lo puse en pausa, me recosté en mi camota y los más dulces sueños se fueron adueñando de mí.
Esta bonanza tuvo una brevísima duración. En el momento mismo de ir a desconectar el último cable de mi cabeza,
sonó la alarma y ¡Todos a los botes!: todavía no había hecho mi articulo, ni las faenas conducentes a su envío y
entrega en buenas manos. ¡Horror al crimen!, porque, para acabarla de fregar, a Rosa Elvira le amaneció
rechinando una de sus patas de palo y esto la pone muy mal. Caer en esta cuenta y contratar por una generosa
cantidad al gran Don Daivid, todo fue un solo movimiento financiero. Esto se le notifica a la Rosachiva para que ya
jamás se presente a trabajar y a la Secretaría del Trabajo para que tome debida nota. Con Don Daivid en los
controles se ha redactado esta nota inaugural que, entre otras cosas, ha buscado disimular el desconcertado pánico
que estamos viviendo a raíz de los últimos crímenes perpetrados en México. ¡No se me rajen, paisanos!.
¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCXXVIII (1828)
MONTIEL.
Cualquier correspondencia con esta columna de esto y aquello, favor de dirigirla a dehesagerman@gmail.com (D.R.)
GACETA DEL ÁNGEL / La copita de bilis

Por

Germán Dehesa

(29-Jun-2010).-
Yo no sé qué esperan las autoridades correspondientes y las pertinentes
dependencias para declarar ciudadana emérita y distinguida a Margotita,
mi sacrosanta madre quien, la verdad, jamás le tiró a ingresar en el
santoral laico de nuestro país. Lejos de eso, ella siempre esperó la
canonización en vida, o si no, aunque fuera en caliente (¡santa súbita!).
Supongo que por culpa mía que he tenido mis dares y mis tomares con las
pandillas eclesiásticas de Norbocop Rivera, o la del Onésimo. Estoy seguro
de que ellos no contemplan con buenos ojos el ascenso teológico-
escalafonario de mi mamuchis quien, de no ser por ellos, ya sería santa y
probablemente patrona de los beisbolistas (de los futbolistas ni hablamos;
no hay poder humano o divino que los ayude). Vuelvo con mi mamá. Lo
que yo quería decir es que a mí me tocó una madre ejemplar cuando esta
especie no había sido declarada en peligro de extinción. Margotita era una
buena madre mexicana con su enorme dosis de abnegación, sus departamentos de publicidad y venta de imagen
perfectamente organizados y una muy apreciable dosis de sarcasmo y buen humor que ella tenía en poco, pero que
constituía su gran encanto y su talismán de cercanía con la gente. Según ella, lo que más gordo le caía de la
interacción entre mi padre y su aventajado vástago era que nunca hablábamos en serio y que siempre estábamos
en ese territorio tan gratamente mexicano llamado "la chacotita". Lo curioso del caso era que ella fungía como
fundadora y Secretaria de Relaciones Exteriores de la nombrada chacotita. Por ejemplo, si yo despertaba un lunes
cualquiera y, con rostro muy serio, le contaba que había soñado que un señor con mucho perfume me había llevado
a su casa y me había hecho cosas que yo ni sabía que se podían hacer, mi jefecita santa aferraba automáticamente
su rosario y ponía una cara de congoja que Emilia Guiú jamás habría logrado. Germán, me decía, esto lo tienes que
platicar con tu confesor. ¿Y si nomás le doy ideas?. Niño, no seas blasfemo, además necesito que me autorices para
platicarlo con tu padre. Es materia grave. ¿Tú crees?. No, no creo: estoy segura. ¿Aunque sean puras mentiras?...
mi mamuchis se me quedaba viendo con esa mirada que hubiera pulverizado a Lutero y decía con voz inimitable:
"ya me diste mi copita de bilis". Esto hubiera necesitado apoyo musical de toda la orquesta, pero aun sin éste, el
resultado dramático era certero y de gran dimensión.
De tal modo la famosa copita se imprimió en mi espíritu, que jamás la he olvidado y jamás he dejado de usarla.
Ayer domingo, por ejemplo, supe muy pronto que Aguirre y sus once mataperros me habían dado mi copita de bilis
con los increíbles desfiguros que hicieron ante la selección de Argentina. El día entero no me alcanzó para agotar
con lentos traguitos el contenido de la pequeña copa.
En la Ciudad de México, este lunes amaneció de franco buen humor; no digo que dieran ganas de trabajar, pero la
idea no se presentaba del todo repugnante. Apareció Rosa Elvira, especialmente guapa con su traje sastre como de
embajadora soviética y en ésas estábamos cuando llegó la noticia del asesinato del candidato priista a Tamaulipas y
ésa fue para mí, la copita de bilis de esta semana.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCXXVII (1827)


MONTIEL.

Cualquier correspondencia con esta copiosa columna, favor de dirigirla a dehesagerman@gmail.com (D.R.)
GACETA DEL ÁNGEL / La hora sacramental

Por

Germán Dehesa
(28-Jun-2010).-
La tarde está a punto de derramar sus vinajeras. Es sábado, son las cinco
de la tarde, la ciudad se percibe sosegada y la inminencia de la lluvia no
asusta, ni apresura a nadie. Después de varios meses de ajetreo médico y
su correspondiente cansancio, este sábado me gustó para "salir a dar la
vuelta" que es un ritual mexicano que cumple exactamente con lo que su
nombre promete. No se trata de salir a comprar nada; tampoco existe la
intención de visitar a nadie; muchas veces, como sabiamente puntualiza la
Rosachiva (recién goleada por los pamperos), ni siquiera es necesario
bajarse del coche para que se cumpla el ritual de "dar la vuelta". Tengo la
impresión de que la Ciudad de México pronto nos negará este solaz y esta
vacación. Dar la vuelta implica avanzar a muy lenta velocidad, frenar con
cierta regularidad y a establecer con otros viandantes y transeúntes
conversaciones quizá breves, pero cálidas y sustanciosas. Nada más lejano
a mis intenciones que pretender hacer gala de que yo sé hacerlo todo y
hacerlo bien. No hay tal; pero es mi obligación reconocer que soy quizá
uno de los diez expertos capitalinos en el galano arte de dar la vuelta. Si
llegara Tere Vale a preguntarme ¿por qué soy tan ducho para dar la
vuelta?, yo tendría que contarle que soy de estirpe jarocha, que eso trajo
aparejado una marcada e irrenunciable vocación de metichería. Desde mi
infancia poseía a la literatura para todo lo que fueran viajes largos y
aventurados y poseía a mi papá a quien le encantaba salir a dar la vuelta,
para todo lo que fueran los trayectos breves que pueden resultar
inmensamente aleccionadores siempre y cuando el sujeto de la vuelta sea perceptivo, tenga oído fino, buen olfato y
mirada aguda. Con el ejercicio de estas sencillas virtudes, una vueltecita puede resultar mucho más iluminadora y
enriquecedora que lo que pueda obtener un nako feliz que hiciera un viaje por Tasmania. Sabedor de esto, el
sábado pasado experimenté el enorme gusto de volver a sentir el íntimo deseo de dar una vuelta.
De hecho, lo primero que me movió a abandonar mi sagrado retiro fue acudir a una de las múltiples salas artísticas
que hay en CU para ver y escuchar a mi amigo Toño López que ofrecía un concierto con su Terceto de Guitarras.
CU estaba pletórica de paseantes bonachones y con mirada inteligente. La mayoría iba con la intención de asistir,
como era el caso mío y de la Rubia Misteriosa, a alguna actividad artística y/o cultural, aunque otra buena parte iba
con la también muy noble intención de tirar baba. Esta segunda opción terminó siendo la nuestra porque los boletos
para oír a mi cuate estaban agotados. Esto resultó una feliz coyuntura que me permitió ponerme al día acerca de
todas las novedades arquitectónicas de CU, mi más íntima casa. Todo transcurrió con gran comedimiento: la lluvia
nunca se hizo presente, me encontré con muchas parejas que se interesaron por mi tornadiza salud y el aire era
suave, de pausados giros y se me ocurrió que si algún día contemplan la edificación de un cielo para los
académicos, esta nueva ala de CU sería un modelo perfecto.
De regreso en mi casa me esmeré en mantener el sosiego de mi espíritu, pero al día siguiente llegaron los
argentinos y todo se derrumbó.
¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCXXVI (1826)
MONTIEL

Cualquier correspondencia con esta columna que da la vuelta, favor de


dirigirla a dehesagerman@gmail.com (D.R.)
GACETA DEL ÁNGEL / Regocijo nocturno

Por

Germán Dehesa

(25-Jun-2010).-
En los cines de mi infancia solían tener la muy plausible costumbre de
pasar, entre función y función, una ringlera enorme de "avances",
"cortos", noticieros y ¡lo mejor! pasaban caricaturas "de animalitos". Al
paso del tiempo, estas costumbres fueron siendo abandonadas, las
edificaciones mismas de los cines perdieron su épico esplendor y a la
magnificencia de un Real Cinema sucedió el pobrediablismo de los
mugrosos cinitos para cuarenta personas. Por aquellas épocas yo descubrí
varias cosas: a) me encantaba el cine y no le hacía ascos al cine nacional;
b) me encantaban los cines inmensos, así como para organizar en ellos
convenciones priistas; c) esos instantes de progresiva oscuridad que eran
el anuncio de que la película estaba por comenzar fueron para mí el primer modelo de lo que habría de ser un
orgasmo, o, si me apuran, el acto de morir. D) Muchas películas me resultaron enormemente aleccionadoras. Por
nombrar alguna, nombro "Tierra de Faraones" donde el tema central era el emperramiento de un Faraón por
construirse una pirámide más grande y aparatosa que la de su antecesor. Según se podía ver, acudían miles de
chancludos a trabajar en la nueva obra. Al principio, la tarea me llamó la atención y me puse a pensar cuánto
pagarían por trabajar ahí. Cuando en una cruda escena percibí que la única paga era una bola de latigazos mecos,
decidí que ésa no sería mi profesión. Muchas cosas buenas y malas aprendí en las salas cinematográficas, pero todo
esto ocurrió en las magnificentes y no en las viles ratoneras que sobrevinieron luego.
En la actual etapa de mi vida he optado por cancelar radicalmente mi visita a las salas de exhibición
cinematográfica. Mi modus operandi consiste ahora en rentar o adquirir la versión DVD de la película que deseo ver
y esperar el momento prudente para verla. Normalmente, este momento prudente se presenta hacia las tres de la
mañana, hora a la que no será difícil encontrarme frente a mi majestuoso aparato televisor. Éste ha sido el gran
remedio de mis insomnios y soledades nocturnas, aunque estoy abierto y dispuesto a analizar y sopesar otras
posibilidades de aprovechamiento del espacio nocturno.
Y pensar que todo este arrebato poético que te acabo de endilgar, lectora lector amado, en sus humildes orígenes lo
único que quería ser era un acto de nostalgia de aquellos paquetazos de cortos, noticias y caricaturas que se
exhibían, a modo de prólogo, en los cines de mi infancia y de la de muchos de ustedes. Y todo esto quería fungir
como una soterrada petición para López Dóriga y sus congéneres, de modo que no se arrancaran en tono mayor
como lo hacen, sino que antes pudiéramos dedicar, aunque fueran dos o tres minutos para platicar de asuntos más
menudos y menos broncíneos que son los que constituyen una noticia.
En fin, cada quien consigue su información como va pudiendo, pero por eso ¡ojo!, armamos también tamaños
tubérculos a partir de pequeñeces y naderías. Seamos cautos y proclives a la incredulidad. Esto no es el cine
(desgraciadamente) ésta es la vida, la que compartimos, la nuestra. ¡HOY TOCA!.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCXXV (1825)


A ti, MONTIEL, no te toca más que el unánime desprecio.

Cualquier correspondencia con esta palomera columna, favor de dirigirla a


dehesagerman@gmail.com (D.R.)
GACETA DEL ÁNGEL / Aquellos tiempos

Por

Germán Dehesa

(24-Jun-2010).-
Hoy me tocó grabar para la revista electrónica "Índigo" mi recomendación
literaria para la semana. Como supuse que Saramago y Monsiváis ya se
habían apoderado de las revistas de este tipo, pensé que había que
buscarle por otro camino, porque, no sé si ustedes lo sepan, pero siempre
hay otro camino. En el caso que narro, el otro camino me lo señaló la
benemérita persona que se encarga de enviarme todas las novedades
editoriales que aparecen en el mercado. Fue así como llegó a mis manos
"Pobre Patria Mía (La novela de Porfirio Díaz)" de Pedro Ángel Palou, un
joven y talentoso y desfachatado escritor mexicano.
Lo primero que tendría que decir acerca de Díaz según Palou, es que se trata de un anciano entrañable, mexicano y
solitario. Cuando descubrimos que a él le tocó la nada fácil tarea de ser, desde el nacimiento hasta la muerte,
Porfirio Díaz. En ese momento, ya se sabe, se derrama sobre nosotros toda la mitología familiar, escolar y social
que se ha acumulado en torno a Porfirio Díaz. En las reuniones familiares nadie nos cuenta de cómo Porfirio Díaz
defendió heroicamente a México durante la Intervención Francesa, de la guerra de guerrillas que emprendió contra
Maximiliano y su Imperio hecho como de galletitas, no se nos habla de su tormentoso vínculo con Benito Juárez y
nada se nos dice sobre los fragorosos amoríos de este oaxaqueño que era como la lumbre en esto de las cuestiones
amorosas. Opino que es fascinante acercarse a la historia de México del siglo XIX, porque es atestiguar la génesis
de un país. Antes de Maximiliano, la nación mexicana no existía; años después, cuando Díaz anunció su renuncia,
México era un país de peso internacional. Y estos milagros no se hacen porque sí; estos milagros los hacen los
hombres y a mí me resultan venerables; éstos sí y no los que mi mamá quería que venerara yo porque prefirieron
recibir mil puñaladas antes que entregar su virtud. Éstos, como ya dije, no me merecen el menor respeto, pero
aquellos otros que con su acción dijeron: de aquí hasta allá y de allá para acá ya tiene el nombre de México y es
territorio común para los que hablamos un idioma, los que cantamos de un modo, los que soñamos así y los que
morimos con vista a los volcanes. Estos modos del pensamiento son los que hicieron posibles Benito Juárez (¡a ver,
todas mis tías: una ola para Benito Juárez!) y Porfirio Díaz que era un viejo jijo, pero muy simpático, salvo que te
hubiera mandado matar. Es en esta atmósfera en la que te sumerge Pedro Ángel Palou en su novela "Pobre Patria
Mía", aunque les vuelvo a decir lo que ya saben de mi relación con los libros: yo no los recomiendo, tan sólo los
señalo. Pónganse a leer.
HABLA UNA ESPOSA EN WIMBLEDON

Ya ni la friegas, Richard, no te hubiera yo pedido que fueras por los niños, porque no tienes tiempo; pero eso sí,
largarte con el otro inútil a jugar once horas seguidas, para eso sí tienes tiempo. Si se te ofrece algo, estoy con mi
mamá.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCXXIV (1824)


MONTIEL.

Cualquier correspondencia con esta columna de amor y de historia, favor


de dirigirla a dehesagerman@gmail.com (D.
GACETA DEL ÁNGEL / ¡Qué feo es madrugar

Por

Germán Dehesa

(23-Jun-2010).-
El lunes 21 de junio, su Charro Negro, que tiene el cerebro en servicio de
reparación, escuchó o leyó o mita y mita que el partido de futbol de
México contra Uruguay sería el martes 22 a las siete, a las ocho, a las
nueve, a las diez, a la 1:30 y a las 7:30 de la tarde. Yo preguntaba y el
que me respondía daba cada una de estas cifras con ese aire de Oráculo
de Delfos que adquiere todo mexicano que va a decir una mentira, o algo
de lo que no está muy seguro. Para mí, el resultado fue la total
perplejidad. Pero todavía se complicó más el asunto porque un ex-alumno
y actual amigo me anunció telefónicamente que se haría presente en la
casa de piedra y flores con el fin de que compartiésemos las incidencias
del partido. Bueno, pensé, no hay purrún, si el Polituzo (que así es nombrado el susodicho) me agarra dormidote,
pues que me despierte y nos ponemos a ver el fut; ya en caso de mucha necesidad que se meta en la camota y lo
vemos tiradotes. Así recuperé mi tranquilidad que me duró como 15 minutos. Luego volvió a sonar el teléfono y mis
oídos percibieron la cristalina voz de Denise Dresser. La chicuela estaba interesada en saber dónde tenía planeado
ver el futbol. Me dieron ganas de decirle que iba a ir al estadio, pero pensé que me lo iba a tomar a mal y Denise es
una joya no apta para bromas. Yo la miro y la miro desempeñarse y me confirma en mi idea original de que es una
ciudadana apasionada. Para ella, todo amor y toda honra.
Adolfa: va a venir temprano la señora Denise, hay que estar preparados. ¿Preparados, cómo?. Ahí fue donde me
atoré, aunque tras mucho pensar, concluimos que la mejor preparación era no hacer nada. Dicho esto, prendimos la
tele y nos sumergimos en el océano de imbecilidades que diariamente fabrican chicas y chicos de Televisa.
Venturosamente esto duró poco, pues dio paso a la transmisión del fut propiamente dicha. Dieron la alineación de
México y yo empecé a regar bilis: ¿qué demonios hacía Guillermo Franco como centro delantero, y qué demonios
hacían tres o cuatro jugadores más que no estaban para la titularidad, ni mucho menos para este partido que se
adivinaba clave en todo nuestro desempeño mundialista?. Entiendo que yo aficionado no sé todos los misterios
futbolísticos que hay que saber, pero tantito olfato para darme cuenta cuándo Xavier Aguirre se apendejó, ése sí lo
tengo.
Arrancó el partido en ese tono cauto y timorato en el que suelen comenzar estos enfrentamientos. ¡CAMBIO EN LA
ALINEACIÓN!: Salen los fantasmas y entra Denise Dresser sobriamente vestida como tía de Virginia Woolf. Pasados
los treinta, las mujeres para aterrizar bien en una reunión necesitan de sesenta a noventa minutos para acabar de
llegar. Aquí se lo redujimos a menos de un minuto, lo que tardamos en hallarle lugar, aposentarla y ponernos todos
a desayunar los alimentos más peregrinos que nadie hubiera conocido. Partido tras partido, ganamos, pero en peso.

ENVÍO
Para Xóchitl que está en campaña: ¡duro con los caciques!.
¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCXXIII (1823)
¿Quién morirá primero?, ¿MONTIEL o la justicia?

Cualquier correspondencia con esta gambetera columna, favor de dirigirla


a dehesagerman@gmail.com (D.R.)
GACETA DEL ÁNGEL / Ojalá y ganemos

Por

Germán Dehesa

(22-Jun-2010).-
No se enojen, señoras, no voy a hablar propiamente de deportes y, si en
algún momento lo hiciera, es porque tengo muy buenos y urgentes
motivos para hacerlo, ¿estamos?.
Estarán de acuerdo conmigo en que la actual vida pública mexicana da
entre asco y flojera. Son ya los primeros escarceos de una pugna por la
próxima Presidencia. Esto es lo que ha provocado la muy poco grata
exhibición que cada politiquillo hace de sus miserias. Ante todo son fintas,
salidas en falso, amagos, y en realidad cada uno de ellos sigue su lujosa
vida, mientras los plumíferos escupen bilis, redactan el Apocalipsis
mexicano y viven, según ellos, obsesionados por la patria y sus problemas. No les crean nada, se trata de un
notable grupo de lenguaraces. Una cosa sí les puedo asegurar yo: con todo y estos políticos y a pesar de ellos,
México se salva, se salva con todo y Pedro Infante y Pardavé y las paletas heladas y sus tardes de algarabía y las
flores y los ojos asombrados de María Félix y los vasitos de esquites y las músicas en el kiosko y todo aquello por lo
que José Emilio Pacheco daría la vida en su poema "Alta Traición". México se salva mediante la sencillísima
condición de que los ciudadanos ¡por fin! entendamos que México no tiene por qué estar en manos de esa gavilla,
esta asamblea permanente de panzones, bigotones, vulgares, ignorantes, acomodaticios, ladrones, desamorados y
siempre listos para participar en cualquier negocito que redunde en el mal de México. De todos éstos, por un rato,
no quiero hablar, pues no hacen más que deshojar, una vez tras otra, sus flores del mal.
Frente a esta ingrata realidad, ocurre que en estos días está en curso el Campeonato Mundial de futbol. No
pretendo hacer aquí la exégesis de las múltiples virtudes (que dudo que las tenga) del balompié. El sabio Villoro ya
se ha ocupado del tema y pretender hablar de lo que él ya habló es como querer recorrer un camino que conserva
su huella indeleble. Del futbol lo único que, de momento, quiero decir es que lo encuentro emocionante y divertido.
Todo esto a pesar de que este actual torneo está resultando medio shirgo y medio pachichi. Hay equipos que dan
ganas de formarlos, darles cien pesos a cada uno y decirles: tenga, buen hombre, ya no haga el ridículo ni se ponga
en calzones, ¿qué caso tiene?.
En medio de tanta mediocridad, los franceses han venido a salvar el espectáculo. Si ustedes siguen con cuidado sus
andanzas se ahorran de golpe "Yo soy tu dueña", "Vidas Robadas" y "Zacatillo". Entre esto y aquello, los francesitos
ya armaron un desmadre, que yo digo que sólo puede remediarse nombrando campeón a México y citarnos para
dentro de cuatro años. Está con nosotros Zinedine Zidane quien nos da su autorizada opinión: Bueno, yo cgeo que a
los pgoblemas hay que dagles solución; no sé cuál, pego hay que haceglo. Dicho esto, Zinedine pasa a cobrar su
lanota en Televisa y asunto finiquitado.
En esto no hay que fijarse. Fijémonos en que hoy nuestros aguerridos aguiluchos van contra los uruguayos.
Tenemos que ganar; de esto depende la estabilidad emocional de una nación y de su Charro Negro. Ganen, por
favor.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCXXII (1822)


Caen rayos y MONTIEL incólume.

Cualquier correspondencia con esta columna con ansias de victoria, favor de dirigirla a dehesagerman@gmail.com
(D.
GACETA DEL ÁNGEL / El elefante, el asueto, las muertas quimeras

Por

Germán Dehesa
(21-Jun-2010).-
Aun no estoy curado (al paso que voy, nunca lo estaré). De pronto, todos
mis años se me agolpan en la espalda y he de reconocer, que, como la
múcura de aquella canción que ya nadie recuerda: "...es que no puedo con
ella...". En tales casos y de acuerdo con la receta de León Felipe, poeta
español residente en México: "me hago a un lado del camino/ y me jarto
de dormir". ¡Eso!, ¡eso es lo que tenía yo planeado para este fin de
semana!, dejar a un lado los indigeribles compromisos del fin de semana,
instalarme en mi camota, leer algunos librillos que me estaban esperando,
dormir como marmota catatónica y pensar de modo que el déficit creado
por los políticos se vaya compensando. Éste era mi bonito y redondo plan
para el fin de semana. Después, comenzaron a llegar las noticias.
Murió José Saramago, dijo por decir algo, un comentarista de alguno de
los insufribles partidos de futbol que actualmente nos asestan. Yo ya sabía
que tenía 87 años, sabía también que vivía un tiempo idílico en compañíía
de una guapa moza que lo acompañaba en el bosque que les regaló la
madera para que tuvieran techo y mobiliario. Sabía que originalmente era
talachero en un taller automotriz y que comenzó a publicar ya entrado en
años. De no ser por mi amiga Ma. de la Paz Canales que me ayuntó con
"El Memorial del Convento", quizá yo nunca habría sido lector de Saramago, pero la vida quiso que sí lo fuera y
todavía hace unas semanas estaba yo engolfado en un texto breve, un divertimento de Saramago en torno al
traslado de un elefante de una corte a otra. Todo esto me papaloteaba en la mente y comenzaba a tomar la forma
de una columna periodística. Estaba yo en las últimas etapas de esta confección, cuando llegó la noticia de la
muerte de Carlos Monsiváis. De nuevo, confusión total.
Antes de que tuviera yo diez años, ya conocía en mucho por su fama y sobre todo por su obra a Carlos Monsiváis.
De lo que nunca, ni entonces ni ahora, supe mayor cosa con respecto a Monsi, fue acerca de su vida. Infinidad de
ocasiones trabajamos juntos, varias veces estuvo en nuestra casa (cuando yo tenía "nuestra casa") y yo acabé
haciéndome la imagen de que Monsiváis había nacido vestido de traje y con las mismas humildes prendas de
siempre. Se ha hablado hasta el cansancio del universo de gatos que lo rodeaba en su intimidad. Nunca los conocí y
me importan un pito. Creo que Carlos jamás, pero jamás, habló en serio. Su discurso me creó siempre la impresión
de que él ya venía de regreso.
Carlos era espantadizo y no una, sino varias veces me lo tropecé en la penumbra, me miraba perplejo y me
preguntaba: ¿qué vamos a decir?, mientras en sus manos blandía una de esas novelas peso mosca que, por
demoniacas artes, accedíamos a presentar. La verdad es que Carlos siempre la libraba con harta galanura y recibía
felicitaciones mientras él pensaba que nunca más se metería en una de ésas.
No es materia leve ni grata meterse en los terrenos de la muerte dos días seguidos. Para mí, es una actividad
detestable. Mi domingo amenazaba con ser un sollozo. Llegaron mis hijos (la ausente telefoneó) y van a decir que
qué xalado, pero sobre mi frente descendió una modesta corona de luz.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCXXI (1821)


MONTIEL.

Cualquier correspondencia con esta columna multitonal, favor de dirigirla a dehesagerman@gmail.com (D.R.)
GACETA DEL ÁNGEL / Los leones de Chapultepec IV

Por

Germán Dehesa
(18-Jun-2010).-
EL LEONSOTE: Yo sabía que para el día de hoy iba a surgir un enorme
león. Y surgió. Fue el que se almorzó a los franceses en la parrillada
africana que México ofreció en algún lugar frecuentado por los Tuareg.
En mis regias instalaciones atendidas por Fita, que para esta ocasión lucía
un sobrio pareo en rojo dinamita y morado sacristía, se dieron cita varias
importantes personalidades del mundo de la banca, la industria, la política
y otras actividades inconfesables (sólo faltó Fidel Herrera quien me había
dicho que nada más iba a depositar una lana y luego se caía al fut). La
finalidad de nuestro encuentro era exclusivamente el disfrute del cotejo
futbolístico entre México y Francia. Morbo y emoción las había en
suficiente cantidad, pero, para darle todavía una vuelta más a la tuerca,
me pareció indicado cruzar aquí y allá algunas apuestas en las que yo
daba como favorito a México por dos goles. Se vendieron muy pronto y
muy bien. El partido, como a todos consta ya, fluyó tranquilo. Ganarle a
Francia resultó más sencillo que encuerar a una borracha y, si se me
permite decirlo, la verdadera hazaña la consumamos entre mis cuatas,
cuates y yo al devorar íntegra una "botanita" constituida por los platillos
que yo había ordenado que se compraran para la ocasión y que fungieron
apenas como el primer piscolabis. Consumidos éstos en un tiempo récord,
comenzó la debacle que tuvo como epicentro la debilidad de Fita y la
accesibilidad de mi despensa. Yo pensaba que había mucho de demagogia
contra Calderón cuando decían que el hambre ya había permeado los sectores medios. Es una gran verdad. Mis
invitados iban y venían con su plato a la despensa y la traidora Adolfa les daba vía libre y les señalaba dónde
estaban esas anchoas, o esas sardinas que andaban buscando. Fue un festival de gallinazos. Exquisiteces que yo
tenía planeado consumir en octubre, ya me dispensaron de ellas: nada más las vi pasar. Se nos acabaron las
cervezas, las galletas, el pan y las carnes frías y los pelones del hospicio no se aplacaban. De pronto, todo parecía
una escena de "Oliver" en la que yo hacía el triste papel del encargado del hospicio que le niega al seráfico Oliver
una nueva porción de la bazofia que se sirve en ese establecimiento.
Y pues, por más que se haga uno el remolón, habrá que hablar del león grande, el enorme, el inabarcable. En
nuestro país, ese león inmenso es la miseria, pero no se puede decir así "la miseria" porque al hacerlo ignoramos
sus numerosos y horrendos componentes: la corrupción, la dejadez secular de nuestra gente, los intereses y las
complicidades creadas, nuestra infinita capacidad para quedarnos callados frente a la injusticia, nuestros líderes
hocicones, perfumados y complacientes y un pueblo que todavía se atreve a aplaudir a estos líderes. Con todo esto,
se va preparando el horrendo caldo de la miseria que es como una espina supurada en el talón de Cristo. Yo estoy
seguro de que todos juntos podríamos paliarla y ¿por qué no? expulsarla. Hay que vivir como Dios manda y Dios
manda ser justos y ser felices. Y ya.
HOY TOCA.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCXX (1820)


MONTIEL.

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dehesagerman@gmail.com (D.R.)
GACETA DEL ÁNGEL / Los leones de Chapultepec III

Por

Germán Dehesa

(17-Jun-2010).-
LEÓN MEDIANO: No hace muchas noches, tres para ser exacto, sostenía
yo animada conversación con una bella pero empecinada mujer. Estaba yo
en plena edificación de mi irrebatible alegato final, cuando ¡cátate! algo
ocurrió que mi discurso se fue al puritito demonio. Mi excelente español se
tornó dialecto africano y yo quedé asombrado y asustado. Revisando con
calma lo ocurrido, vine a caer en la cuenta de que lo que había ocurrido
había sido un simple problema dental. ¿Se imaginan?, ¿estar en pleno
alegato y que comience uno a escupir dientes y a decir "tafoya" cuando
quiere decir "tragedia"?, bueno, pues eso le acaba de pasar a su
indestructible, todavía campeón y todavía invicto Charro Negro. En el
momento mismo en el que comenzaba cling, clang, la lluvia de piezas dentales sobre el piso, reconozco que la
primera moción de mi espíritu fue mentarle la madre a mi dentista. Todas las demás imprecaciones y deprecaciones
vinieron después y alcanzaron su punto más alto, cuando me miré en el espejo y se me apareció un viejo igualito al
que era el mero cuaderno matacuás de la madrastra de Blanca Nieves. Mirar esto y pegar la carrera rumbo a mi
doselada cama, todo fue uno. ¡Ya no quiero vivir!, gritaba yo en mi chimuela desesperación, con el INRI adicional
de que ciertas consonantes me chiflaban y así no había quien me tomara en serio.
Comienzo la segunda parte de este león avisándoles que acabo de recibir la visita de las Kúkaras, un dueto
humorístico formado por mi amiga Lily que hoy venía caracterizada como pintora abstracta y por mi Tía Ágata
convertida en una apetecible dama otoñal. Como decimos en México: me hicieron la visita y procedimos luego a
compartir el pan y la sal, con la ventaja de que ellas también trajeron el pan y la sal, Fita aportó platos, cubiertos y
mantelería y yo aporté mi reconocido buen humor. No hicimos más que chacotear, al tiempo que en mi
maxipantalla se veía el juego entre Sudáfrica (que son malísimos) y Uruguay que es una oncena que adivino nos va
a meter en bastantes problemas.
De pronto, ya estoy (of all places) en una cafetería llamada "Sorrento" donde el poeta León Felipe ha concluido la
tertulia de ese día. Alguna vez, yo escuché a León Felipe leer un poema suyo titulado "¡Qué lástima!" que con voz
genuinamente humilde, nos habla de un boticario de provincias que quiere ser poeta, pero que al no tener grandes
blasones, ni batallas heroicas de algún antepasado, ni un aventurado romance, viene obligado a cantar cosas de
poca importancia. Esto es exactamente lo que me ocurre.

¡ÓRALE, ANÍMENSE!

Ya dejen de remolonear y de aburrirse (o pelearse) viernes y sábado. Dense una arregladita y ganen la calle: vayan
al teatro, al cine, a los museos, a los restoranes y a todo lo que la ciudad tiene para ofrecernos. Vivimos
quejándonos permanentemente de los males de la ciudad. Y resulta que ni siquiera conocemos los bienes. Hay que
ser más legales con la ciudad y con nosotros mismos. Vamos abriendo la pista que hay mucha polilla que regar.

PRONÓSTICO DEPORTIVO

México derrota a Francia. Desde la Batalla de Camarón, Francia es cliente.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCXIX (1819)


MONTIEL es el único mexicano derrotado por Francia.

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GACETA DEL ÁNGEL / Los leones de Chapultepec II

Por

Germán Dehesa

(16-Jun-2010).-
LEÓN PEQUEÑO: Todos los días, la televisora que de ello se encarga, le
envía a los televidentes meshicas, un juego cuya difusión comienza cerca
de las seis de la mañana. Suelen ser juegos realmente apasionantes del
tipo de Islas Fidji contra Eslovaquia del Sur. Desde estos renglones quiero
saludar y abrazar a ese hipotético ser que se despierta a las cinco de la
mañana para buscar su playera de Eslovaquia del Sur y su
correspondiente banderola. El prodigio de la literatura me permite verlo
con toda nitidez: está sentadito y su cama es compartida con una criatura
mítica del averno que se esconde bajo el nombre de Hortensia Palazuelos
de Garmendia. Se trata de una mujer (a mí no me consta, pero así está
registrada) de talante más bien difícil y con un lunar piloso encima del labio superior. A Doña Hortensia no le gusta
el futbol y mire Doña Flor, ya le he buscado; con tal de no tener problemas con Aquiles, me digo: ¡haz un esfuerzo!,
¡trata de ver un juego! y entonces agarro mis dos celulares y la extensión "sinalámbrica" del de aquí de la casa y
mis tejidos porque ahorita estoy haciendo dos chambritas: una roja con rayas amarillas para mi ahijada que ya va a
nacer y otra para Raulito Migoya que se la prometí el día que su mamacita resultó embarazada, no voy a decir de
quién y que ahora ya se va a recibir de algo que nunca entendí qué era, pero es como ingeniero de naufragios o
algo así. El caso es que con esto y una buena botaniux ¡ay, sí! me aplano en el Reposet, pongo el fut y en tres
minutos, ya me cuajé...
Hay millones de historias como ésta en la Ciudad que, a las seis A.M. despierta casi contra su voluntad. En estas
circunstancias, es dramático el caso de las jovencitas que, la verdad la verdad, de nada entienden nada, pero que
encuentran en el futbol un ámbito donde lucir su ignorancia y utilizarla en contra del género masculino. ¡Mamaaá!,
dile a mi papá que le baje al volumen de su futbol, con la pura voz del Perro Bermúdez voy a perder la virginidad y
además mis hermanos me hacen burla porque a mí no me gusta su pinche futbol... ¡Constanza!, una señorita no se
expresa así del pinche futbol, mira, tú y yo nos vamos a ir de compras para que aquí se quede la pura chancla
viendo sus babosadas. ¿Y qué vamos a comprar a las 6:45 de la mañana?...
Lo que yo quería mostrar (porque lo propio del periodismo es mostrar y no demostrar) es el severo daño que los
estúpidos juegos de las seis de la mañana están haciendo en la sociedad chilanga. Yo me permitiría sugerir un
empate universal para todos los equipos que han tenido la adversa suerte de que les toque algún juego a esas
horas y con ello, todos dormiremos un poco más y un poco mejor.
Me han preguntado insistentemente por qué titulé los ensayitos de esta semana con el galano título de "Los leones
de Chapultepec". El viernes lo explicaré de modo que todos entendamos. Por lo pronto, vaya un saludo a todas mis
cuatas y cuates que andan desbalagados en las maravillosas cantinas que rodean al bosque. Un saludo especial al
"Mirador", un lugar donde mi alma se regocija y alaba al Creador. Quedad todos con Dios.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCXVIII (1818)


MONTIEL: ¿ya viste un juego completo?, ¿le entendiste?.

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GACETA DEL ÁNGEL / Los leones de Chapultepec

Por

Germán Dehesa

(15-Jun-2010).-
Ustedes van a diagnosticar: ése es un título totalmente absurdo. En principio, tienen ustedes razón,
pero si en este mundo vamos a desechar todo lo absurdo, creo que nos van a dejar a mi Tía Ágata y
a mí bailando un vals sin fin por el planeta. Lo que ocurre es que cada quien tiene sus propios
vericuetos mentales y cada quien sabe cómo le hizo para llegar a las conclusiones a las que llegó. Y,
hasta el momento, me estoy ciñendo a las maneras que tiene de fluir el pensamiento masculino; el
femenino lo dejaré intacto porque, hasta la fecha, me sigue resultando misterioso y sorpresivo. ¿Por
qué una mujer de esto, concluye aquello?, pues, porque es mujer; y ¿por qué, ya con la confesión
firmada y el juramento de que jamás volveremos ni siquiera a mirar a la Pimpis, nos dice la
autoridad máxima que se dio cuenta de nuestros chicoleos porque me dio por cambiar de cereal en
el desayuno?. No dudo ni por un instante de la veracidad de esa mujer que nos sorprendió en plena
maroma; lo que me ocurre es que jamás me será dado entender los enigmáticos caminos que sigue
el pensamiento femenino que, hasta donde he observado, funciona mediante pequeñas y
domésticas revelaciones que ellas llaman "latidas" y de ahí pasan a succionar la calceta con su
odioso "sexto sentido" y esto a los hombres nos pone muy nerviosos, tanto que, poco a poco, nos vamos refugiando en la castidad con tal d
no vivir en ese Estado Policial que se nos quiere imponer. Es que nuestra alma no conoce el reposo: de cero a 18 años nos vigilan por turno
a) nuestro Ángel de la Guarda que es como un seráfico judicial, b) nuestra madre que está en los cielos y de quien nada diré porque soy ex
alumno marista y detesto a los que escupen donde comieron, c) las variadas pelafustancitas que, con el visto bueno de mi madre, accedier
a ir conmigo al cine o al parque (tengo un antiguo amor por los parques y siempre he creído que, contra lo que se piensa comúnmente, las
ciudades comienzan por ser parques o resultan una porquería) y que ahora, al filo de los 66 años, compruebo que mi teoría es correcta.
1° de julio. Me molesta estárselos recordando, pero sé que de no hacerlo, la cosecha de regalos se da muy magra y entelerida y entonces,
la paso muy mal abriendo cajas y cajas con puras porquerías en su interior: ¡colaboren a que esto no ocurra!.
Tranquilo, señor, tranquis, tranquis. Ya sabe usted que así me pongo en las proximidades de mi cumpleaños. Ya sé que actualmente la mod
es ignorar una fecha tan naka, pero yo no puedo, porque mi entrenamiento es de otra índole. Mi madre, que tenía conmigo una ejemplar
impaciencia, compartía y fomentaba mi deleite y emoción ante una fecha que se me revelaba como un artístico monolito similar al
Monumento a Álvaro Obregón que fungió en mi infancia el papel que para un niño egipcio cumplían las Pirámides (siendo más bonitas las
Pirámides). Lo que quiero decir es que ya va a ser mi cumpleaños, que preparen su regalo, que si me van a regalar una porquería, mejor la
tiren y me compran un regalazo. Advertidos de esto, mañana mismo reanudamos las obras suspendidas. Muchas gracias.
¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCXVII (1817)
MONTIEL.

Cualquier correspondencia con esta elegante columna de papel nacarado, favor de dirigirla a dehesagerman@gmail.com (D.R.)

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GACETA DEL ÁNGEL / ¿Y el asueto

Por

Germán Dehesa

(14-Jun-2010).-
En el año cristiano que actualmente rige en las grandes familias
mexicanas y algunas advenedizas que se nos colaron, el sábado y el
domingo son dos días consagrados al descanso, a la recuperación y al
ocio. Sin embargo, la herética modernidad se empecina en torcer nuestros
caminos y en llevarnos por caminos, aunque asfaltados e iluminados con
neón, son los caminos del mal.
Si este fin de semana lo hubiéramos vivido de acuerdo con el calendario
que debería regirnos, el momento culminante tendría que haber sido hoy
domingo con las gloriosas festividades de San Antonio de Padua, santo
muy milagroso en lo general, pero particularmente eficaz para conseguir pareja nueva, u obtener el retorno de
alguna pareja desbalagada. Este año de 2010, nada esperen del gran San Antonio que, como buen italiano, es
futbolerísimo y, según me han confiado mis contactos en el ultramundo, el santo casamentero ya le metió toda su
lana a Holanda, que es una oncena que nada tiene que hacer frente a las huestes españolas que ahora sí vienen
cortando rabo y oreja. En fin: veremos y diremos.
Del resto del país también hay que ocuparse, pero les confieso que me da una oeva ultracósmica simplemente tener
que enunciar el tema de un caño que se rompió a medias del océano y ¡oh, milagro! ningún plomero mexicano tuvo
nada que ver; pero ya que estamos en eso, y en vista de que el Presidente que es medio guánsaras no se acomide,
me permito ofrecer los servicios del "taller de plomería Don Polo" que precisamente se especializa en estas tareas
de plomería en aguas profundas e internacionales; tenemos todos nuestros papeles en regla, o, en su defecto,
contactos en The White House que depende directamente de la Casa Blanca y en donde sea: ¿le salió un agujero en
el océano?, el taller de plomería "Don Polo" o se lo quita, o se lo agranda, pero no lo deja igual.
Ya es la tarde del domingo y no hay novedad en el frente. Me ha invadido (quizá, nunca me ha dejado) la urgencia
de contraer matrimonio. Quisiera yo que la solicitud seguramente multitudinaria que se seguirá a esta publicación
sea manejada íntegra por los que están manejando actualmente lo del futbol mundial. De ese tamaño tiene que ser
la organización para no verse rebasada. Así es que, muchachas, váyanse formando (aunque yo supongo que ya
están bien formadas) y esperen su ficha y esperen la dicha.
Yyyyy, antes de que se me olvide: ¿alguien sabe cómo sigue Carlos Monsiváis?. En mi tumultuosa salida de
Nutrición, alguien me dijo que Monsiváis ahí seguía y que, al parecer, iba para rato. Me apena grandemente. Sin la
prosa de Monsiváis, sin la imaginería de Gabriel Vargas (La Familia Burrón), sin la poesía de Jaime Sabines, quedan
rotos los puentes entre lo culto y lo popular en la literatura mexicana. Son piezas claves de nuestro andamiaje como
cultura y como perfil ante el mundo y créanme que la batalla por ser uno mismo y no dejar de ser y luchar contra la
bruma que nos quiere borrar son obligaciones humanas de primera urgencia. Pocas cosas más fáciles que no ser;
pocas tareas más dignas que las del ser. Ya platicaremos.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCXVI (1816)


Estoy seguro de que MONTIEL vio el futbol y no entendió nada. Lógico, apenas lógico.

Cualquier correspondencia con esta laboriosa columna, favor de dirigirla a dehesagerman@gmail.com (D.R.)
Gaceta del Ángel / Mandala

Por

Germán Dehesa

(25-Ago-1994).-
Todo lo que aquí leerás distraído lector matutino, tiene un doble origen.
"Rayuela" de Julio Cortázar (Novela-mandala) y un libro titulado "Kautilya
o el Estado como manadala" (Ciudad de México. Librería y Editora S.C.)
escrito por mi entrañable maestro y amigo Ernesto de la Peña que lo sabe
todo, pero nada más. A esto quizá le tengamos que añadir el juego del
"avión". Yo, lo confieso no sin pena, jugaba "avión" con las niñas el 25 de
marzo de 1954. Atardecía en el conspicuo parque Alfonso Esparza Oteo; el
sol jolgorioso organizaba sus coloridos comicios, lo verde iba siendo
ganado por lo negro y ahí estoy yo frente a ese fascinante diseño de
casillas numeradas del uno al diez. Algunas casillas están ocupadas y
quien las pise no llegará al diez que es "la gloria" o "el cielo", o "la
salvación" que de los tres modos se les nombraba. Yo en aquellos
tiempos, no sabía que ese "avión" trazado en el piso era una figuración de mi trayecto por la vida, pero también una
metáfora del destino social y además -espejo que refleja a otro espejo- un mapa del universo. Es decir: un
mandala. Tampoco sabía que, de visita con una tía, esa obsesión por pisar los mosaicos oscuros y evitar los claros
so pena de algún imaginario y terrible castigo era una conducta mandálica. Leyendo "Rayuela" lo aprendí. Luego
busqué profundizarlo y me puse a leer. Un pintor amigo me pintó mi mandala particular y luego, todo se me fue
olvidando. Anoche, entre las noticias de 24 horas ("Zedillo rebasa el cincuenta por ciento") y la lectura del libro de
Ernesto de la Peña, la estupefacción mandálica me visitó otra vez. Voy a poner punto y aparte para que no se les
desgobierne el "maus".
Guiados por De la Peña (Virgilio de esta comedia) imaginemos un círculo. Ahora pensemos que con esa figuración
los occidentales hicimos ruedas para nuestros carruajes, aparatos de relojería, computadoras y círculos muy
selectos. Con el mismo arquetipo los orientales espolearon su intrépida; su selvática emoción y concibieron el
mandala: la tenue raya que figura un cuadro, un círculo, zonas sagradas, zonas de riesgo, zonas de avenimiento y
zonas prohibidas. Un lugar para que quepan el cosmos y las naciones y los siglos y un pétalo que cae y tu destino y
el mío. Todo esto se tramaba (se trama) incesantemente en la India y en el universo. Las legiones macedónicas
avanzan. Algunas líneas son añadidas a un libro secreto. El calidoscopio tiene un cambio imperceptible pero
fundamental. Una estrella surge. Otra se extingue. Alejandro llamado el Magno va en busca de aquel nudo. Surge
un nuevo modo de gobierno. ¿De dónde surge? Es un reflejo, un diseño del destino proyectado por una determinada
comunidad en un momento preciso de su aparente historia y de su esencial mito: El Estado como mandala. ¿Por
qué todo esto? No es mi tarea averiguarlo. Yo acomodo las palabras; tú las descifras. Vagamente adivino que los
números de la reciente elección; su sorpresiva distribución; la anómala y aparentemente inesperada caída de sus
dados (cargados desde hace siglos, todo hay que decirlo) dibuja un mandala mexicano que para muchos (me
incluyo) puede parecer ingrato. Nuestra actual congoja es irrelevante. Volviendo al avión; apenas caímos en el uno
y ya nos dimos cuenta de que el diez queda muy lejos y de que muchas casillas están ocupadas por seres realmente
indignos. Así está el mapa. Yo voy rumbo al diez y, lo que es peor, voy cantando. Si no alcanzo a llegar, aquí dejo
este recado para Bebeto. Mucho te he de agradecer, Nonatín, que tú y tus hermanos continúen el juego. Si ustedes,
o sus hijos alcanzan el diez, cuánto mejorará retroactivamente mi (nuestro) pasado. Cuánto mas armónico y
luminoso será nuestro mandala.
Cualquier correspondencia con esta columna entre esotérica y diurética, favor de dirigirla al Apartado Postal 19-111,
Delegación Benito Juárez, México DF.

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