El

Presentación: En esta época post-electoral en que el

Cosmonauta capitalismo mexicano ha demostrado sus deseos de
agravar aún más las condiciones de miseria de las
clases explotadas y reprimir a quien sea que se atreva
a protestar, en esta época en que los derechos
laborales y los sindicatos están contra la pared, es
justamente en esta época cuando más se necesita
tener una visión clara de cómo enfrentarse al capital.

Y es justamente en este contexto en que proponemos

analizar las políticas del EZLN y “La otra campaña”,
puesto que como marxistas tenemos la labor de luchar
contra las concepciones que lejos de llevar a la
construcción del socialismo son incapaces de si quiera
oponerse al capitalismo. Invitamos a todos aquellos
que realmente deseen luchar contra el capitalismo a
leer nuestro volante y unirse a nosotros en la búsqueda
de una auténtica política Marxista capaz de guiar la
lucha contra el capital.

Diciembre 2012
No. 3
 La Reaparición
Cuando hace unos días los gigantescos contingentes con más de 40 mil
zapatistas marcharon en cinco ciudades de Chiapas fue evidente que esto
causaría un gran revuelo en la prensa y en los jóvenes que de una u otra
manera sienten simpatía por el EZLN, y al cabo de unas horas empezó a
popularizarse el comunicado emitido por “El Sub. Marcos” después de la
manifestación. Marcos –animado por su conocido gusto por la poesía-
pregunta:
“¿Escucharon?
Es el sonido de su mundo derrumbándose.
Es el del nuestro resurgiendo.
El día que fue el día, era noche.
Y noche será el día que será el día.
¡Democracia!
¡Libertad!
¡Justicia!”
Pero –Siguiendo la retórica- ¿Sobre quién se está derrumbando ese mundo?,
es bien cierto que el capitalismo se cae a pedazos, no solo en México sino en
todo el mundo ¡Pero cae sobre nuestras cabezas! ¡Sobre los trabajadores y
los explotados en general!
La declaración del EZLN no puede ser un grito de batalla contra el capital, y
es necesario evaluar si la política “pacifista” y “silenciosa” del EZ es capaz de
enfrentar u oponer resistencia al capitalismo cada vez más agresivo y
militarizado. La mayoría de la izquierda actual se encuentra tan ligada a las
políticas de reformar y presionar al capitalismo –o a candidatos
“progresistas” como hicieron los zapatistas con Cárdenas- que es incapaz de
criticar a “La otra” y el Ez.
Nosotros aplaudimos la manifestación de un sector tan oprimido como el
indígena y buscamos luchar contra la centenaria opresión y segregación que
este sufre, pero debemos señalar que la única forma de acabar con esto es
justamente acabando con el capitalismo en su totalidad y no solo con el
“neo-liberalismo”, solo así evitaremos que las experiencias de autonomía –
los caracoles- sean aplastadas mediante el garrote capitalista, aun mas, solo
mediante el estado obrero lograremos acabar con la segregación de las
poblaciones indígenas y acabar con la pobreza a la que han sido sometidos,
todo mediante la colectivización de los medios de producción.
Un punto clave para entender nuestra polémica con el programa del EZLN, la
otra campaña y sus filiales, es justamente la política de clase: mientras que el
programa del EZLN responde a los intereses de clase de los indígena, que
están ligados a la propiedad de la tierra (la forma básica de la propiedad
privada), como clase no poseen la capacidad revolucionaria de acabar con el
capitalismo pero los intereses de los pueblos indígenas no pueden ser
resueltos bajo el capitalismo que solo podrá someterlos a una mayor miseria,
una política revolucionaria necesita de un programa de clase basado en el
proletariado, puesto que este no está ligado de ninguna forma a la propiedad
pero es a la vez el que mueve este sistema capitalista, el que crea las
ganancias, siendo también su interés máximo el acabar con la propiedad
privada para así poder satisfacer sus necesidades materiales, es el
proletariado la clase que puede dirigir la revolución –siendo apoyado en
México por el campesinado pobre, los pueblos indígenas y los explotados en
general-
Debemos advertir que el nuevo presidente EPN ha propuesto un gigantesco
aumento de 5 mil 194 millones en el presupuesto militar del país, lo que sin
duda significa una mayor militarización del país y un gran riesgo para los que
se atrevan a protestar en general, pero también significaría el aumento de la
hostilidad contra las comunidades indígenas, ante este riesgo necesitamos
movilizar a los trabajadores y explotados de todo el país y organizarlos en
una gran huelga nacional que detenga las arremetidas del estado, algo que
sin duda nos lleva a plantear la necesidad de abolir la propiedad privada y el
estado mediante una revolución socialista.
A continuación analizaremos un poco la historia y la política neo-zapatista y
“altermundista” en busca de contraponerla con una auténtica política
revolucionaria.
La otra
 Cara del reformismo.
---La conformación de la otra alternativa---
Durante décadas el PRI-gobierno apoyado en el corporativismo (la
subyugación de los sindicatos al estado capitalista) e importantes
sectores de economía nacionalizada funciono como una dictadura
perfecta, pero a finales de los 80’ con la crisis del estado de bienestar
a nivel internacional y una ya muy pesada (económicamente)
burocracia la “dictadura” que otrora controlaba cada aspecto de la
política y la economía empezó a resquebrajarse, ante la necesidad de
la alta burguesía mexicana y sus socios imperialistas de privatizar la
economía nacional, surgió una alternativa burguesa-nacionalista
encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas, quien junto ex prisitas y
algunos sectores obreros -que salieron del grillete corporativista en el
proceso – conformo el Frente democrático nacional en primera
instancia para luego crear el Partido de la Revolución Democrática. Lo
que se estaba gestando era un típico frente popular que intenta
conciliar los intereses de una burguesía supuestamente “progresista”
con los intereses de los trabajadores y explotados, y ante la retórica
nacionalista que recordaba a los antiguos años “dorados” de México,
grandes sectores de la izquierda se liquidaron en el PRD o funcionaron
como sus propagandistas externos apoyando la candidatura de
Cárdenas a la presidencia. En efecto la izquierda reformista guiada
por su naturaleza oportunista encontró un cómodo nido en
afinidad con el resurgimiento de una política populista y
nacionalista.
En 1994 con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio
el EZLN apareció en escena con un levantamiento armado en el
estado de Chiapas, donde no solo buscaban oponerse al TLC,
sino que reclamaban la reivindicación de los derechos de los
pueblos indígenas y declaraban sus intenciones de marchar a la
capital, el resultado fueron los Acuerdos de San Andrés que
fueron –y son- letra muerta para el estado capitalista.
Es aquí donde el EZLN interpretó un papel de impulsor del
frente popular operando con una política de presión en la órbita
del PRD, apoyando a Cárdenas en su candidatura presidencial e
incluso llamándolo a él y a su Frente Democrático Nacional para
que encabezaran el “Movimiento de liberación
nacional”(Tercera declaración de la selva lacandona) el EZLN es
en efecto parte del frente popular, instando a probar la “vía
pacífica” (electoral) o a apoyar al PRD y la izquierda(burguesa)
contra la derecha y el neoliberalismo, demuestra que a pesar de
ser una organización armada funciona tan solo como un grupo
de presión a los sectores “progresistas” de la burguesía y no
puede proponer una “alternativa”. Si bien renegaron de AMLO
en el 2006 y en el 2012, ni el EZLN o “La Otra” fueron capaces
de proponer una alternativa al juego electoral burgués, de
hecho ni siquiera se pronunciaron por no votar, tan solo se
limitaron a decir que la pertenencia a la otra campaña y el voto
por algún candidato son cosas que no se contraponen, dejando
en claro que su “apartidismo” es tan solo otra forma de atraer
sectores de la izquierda que no quieren romper con el PRD.
La alianza con el PRD de parte de los Zapatistas se fue
quebrantado cuando la fracción perredista en el senado voto en
contra de Los Acuerdos de San Andrés Larrainzar junto con el
PRI y el PAN, y junto con los ataques a sangre fría a las
comunidades zapatistas por grupos paramilitares del PRI y el
PRD.
Fue en la Sexta Declaración de la Selva Lacandona (junio de
2005) donde se plasmó la ruptura oficial con el PRD. A base de
Que el PRD había “traicionado” la lucha indígena -cabe destacar
que desconocieron que se trataba de un partido burgués- y así
“descubrieron” –muy tarde- que el PRD era parte de la podrida
“clase política” mexicana. Sus ataques al PRD son tan solo
empíricos y nacionalistas, no significan de ningún modo que el
EZ o “la otra” rompan con la política pacifista de presión, en
lugar de esto esa pacifica se ha hecho más patente con su apoyo
al movimiento por la Paz del poeta Javier Sicilia.
Esta Sexta Declaración fue la base que dio origen a “La Otra
Campaña”; en un llamado por una “campaña nacional para la
construcción de otra forma de hacer política, de un programa
de lucha nacional y de izquierda y por una constitución nueva” Y
después de más de diez años de vida pública plantearon como
objetivo “luchar contra el capitalismo” esto resonó
ampliamente entre las organizaciones de izquierda y en un
santiamén se adhirieron a la “sexta” –tomándolo como un
llamado, como en el caso de la JCM- desde el Partido de los
Comunistas, pasando por el Partido Comunista de México
Marxista-Leninista, hasta algunos pseudotrotskistas.
La otra campaña nace del mismo programa de presión al estado
burgués y de la misma jerga “anti-capitalista” que ha
caracterizado al EZLN, la única diferencia es que esta busco ser
una “organización de organizaciones” que agruparía a la
izquierda en una lucha común contra “el mal gobierno”, a unos
años de eso es ya evidente que la otra campaña es incapaz de
presentar un programa revolucionario contra el capitalismo. A
continuación haremos un análisis de dicho programa.
---El programa de La Otra forma de hacer
política---
La forma alternativa de lucha “anticapitalista” de la Otra
Campaña se declina bajo el peso de su propia inconsistencia
hacia el reformismo. Su programa no propone acabar con el
barbárico capitalismo sino únicamente buscar otra política para
el capitalismo mexicano, se reduce sólo a un programa
democrático para la reforma del capitalismo. Únicamente
propone marchas y manifestaciones simbólicas en lugar de
movilizar la poderosa fuerza de clase del proletariado, capaz de
detener la represión y finalmente destruir al Estado capitalista
que la ejerce, y para esto se necesita una revolución. En
palabras del delegado Zero: “la otra campaña se está
planteando sólo a nivel anticapitalista de izquierda, sin ir más
allá. Por eso la otra campaña habla de rebelión, no de
revolución.” La otra campaña no es otra cosa más que la otra
cara del reformismo. Los sectores afiliados a la otra campaña
son conocidos por denominarse “anti-neoliberales” pero existe
un problema con el “anti-neoliberalismo”, ese problema radica
en que el neoliberalismo no es siquiera una política dentro del
capitalismo que pueda ser cambiada por otra mejor, es tan solo
la forma que ha tomado el capitalismo después de la caída del
estado de bienestar.
Sin plantear claramente la necesidad de abolir la propiedad
privada sobre los medios de producción, a lo máximo que
pueden llegar estas políticas es a reformar el capitalismo,
dejando en claro la verdadera consigna del altermundismo:
“Otro capitalismo es posible”
Pero los obreros, campesinos e indígenas no podrán salir de la
miseria mediante una cuarta revolución burguesa después de
las tres anteriores fracasadas (la de Independencia, la de
Reforma y la Revolución Mexicana): esto es sólo posible a
través de una revolución obrera, apoyada por el campesinado
pobre.
---la otra enfermedad de la izquierda: el
patriotismo y nacionalismo---
Una de las principales tesis de la “sexta” nos dice: “Y entonces
resulta que el capitalismo de ahora no es igual que el de antes,
que están los ricos contentos explotando a los trabajadores en
sus países, sino que ahora está en un paso que se llama
Globalización Neoliberal. Esta globalización quiere decir que ya
no sólo en un país dominan a los trabajadores o en varios, sino
que los capitalistas tratan de dominar todo en todo el mundo”
algo que sobresalta aquí es que el EZLN de ninguna manera se
opone a esa opresión, sino como dice, busca “un plan de lucha
para que nuestra Patria, que es México, no se muere”
demostrando que es sólo un intento utópico reformista de
limitar el capitalismo a fronteras nacionales, un intento de
salvar la patria de la opresión imperialista –aun cuando la patria
resguarda a muchos opresores nacionales.
Se debe de aclarar que el capitalismo desde su comienzo ha sido
un sistema mundial. A partir del descubrimiento del continente
americano en el siglo XVI, se desarrolló un mercado mundial
que propició la transición a un capitalismo mercantil y luego
industrial. Pero el problema elemental de la supuesta
“globalización” del capitalismo no es el dominio del capital en sí,
sino, al parecer, el dominio en un país de los capitalistas de otro
país. “entonces la globalización neoliberal quiere destruir a las
Naciones del mundo y que sólo quede una sola Nación o país,
ósea el país del dinero, del capital” para los zapatistas el
problema es que el neoliberalismo destruye a la nación, parecen
no saber que la nación está compuesta por clases con intereses
en lucha. En efecto, las naciones modernas son un resultado
directo del imperio del capital. La “patria” no es otra cosa sino el
coto privado de explotación y comercio de la burguesía
nacional.
 Y seguiremos enfatizando bajo las palabras de Marx y Engels en
el Manifiesto Comunista: los explotados no tienen patria.
Es menester que retomemos de donde nació “nuestra patria
que es México” para que queden claros sus orígenes. La “patria
Mexicana” se constituyó sobre la brutal explotación de los
indígenas (hasta llevarlos al borde de su extinción física) y luego
de su sistemática opresión y exclusión. La bandera tricolor en la
que se enarbolan con orgullo, no es la bandera de los indígenas,
sino el símbolo de su explotación, de ese asqueroso racismo anti
indígena de la burguesía criolla. Esa independencia no fue
indígena sino fue una independencia criolla y de los herederos
de la conquista. Y a esto se contrapone la propuesta de los
zapatistas que no es de acabar con el dominio mundial del
capital, sino defender el capital “nacional” en contra del
extranjero.
El nacionalismo tercermundista de la Sexta no tiene nada en
común con el marxismo. Los comunistas no gritamos: “viva la
patria” o ese tipo de falacias, sino gritamos “¡Proletarios de
todos los países, uníos!”
---los caracoles: la otra forma de socialismo
utópico---
Los caracoles zapatistas (experimentos de autogestión) no
representan amenaza alguna para la burguesía, la “resistencia”
y la “autonomía” no son ofensivas al capitalismo. Este tipo de
proyectos ya habían sido enterrados por Marx y Engels en el
Manifiesto comunista:
-El socialista utópico Carlos Fourier (1778 - 1837) ofreció una
crítica dura y profunda del régimen burgués, se pronunciaba en
contra de la revolución violenta y suponía que podía pasarse a la
sociedad socialista mediante una propaganda pacifica de los
“falansterios” (asociaciones laborales). Sin embargo Fourier no
era partidario de la abolición de la propiedad privada y en sus
Falansterios existía aun una distinción (de clase.) (Entre ricos y
pobres.)
-El socialista utopista inglés Robert Owen (1771 - 1858) sometió
a crítica los fundamentos del régimen capitalista pero no fue
capaz de descubrir las raíces de las contradicciones del
capitalismo. Veía la futura sociedad en forma de “pequeñas
comunas con autoadministración” los intentos de Owen de
llevar a la práctica sus ideas fueron un fracaso.
Los Falansterios y las Comunas de Owen tienen gran similitud a
los caracoles zapatistas de hoy. De manera que la “autogestión”
y la “resistencia” asemejan intentos de resucitar al socialismo
utópico y la historia nos demostró que estas “nuevas formas” ya
han fracasado. Pensar que la autonomía es una alternativa de
lucha contra el capitalismo sólo le facilita las cosas a la reacción,
contribuye a la crisis de la vanguardia del proletariado y de la
revolución socialista que es la única vía para salir de la
prehistoria de la humanidad.
Si bien no es una alternativa de lucha, los marxistas estamos a
favor del derecho a la autodeterminación de los pueblos
oprimidos, apoyamos el derecho de los pueblos indígenas a
decidir su futuro. Pero para que esto sea posible deben tener
control pleno de los recursos naturales en su territorio y no
estar sitiados por paramilitares y un ejército capitalista. Este
control de la propiedad se contrapone a los intereses de la clase
capitalista, por eso sostenemos que la autonomía de los pueblos
indígenas sólo será real cuando se lleve a cabo la revolución
socialista internacional.
---la otra deficiencia de la izquierda---
Pero preguntémonos de forma autocrítica ¿acaso no es
oportunismo hacer a un lado un programa marxista formal y
aprovechar la inmersión en “la otra” para ganar simpatizantes o
“compañeros de lucha”? ¿Realmente estamos aplicando el
marxismo-leninismo en nuestras acciones políticas?
Nuestra organización –la JCM y el PC- está siguiendo una
deteriorada línea política de Stalin; quien tomó prestada de los
mencheviques rusos la concepción de una revolución
“democrática” como primera “etapa” que dejaría el poder en
manos de sectores de la burgueses. Esta política fue la
contrapartida a escala internacional de su dogma nacionalista y
conservador (también profundamente antimarxista) de
supuestamente construir “el socialismo en un solo país”.
Recordemos que la implantación de esta política tuvo
consecuencias desastrosas en China de 1927 que originó la
masacre de Shanghái, llevada a cabo por Chiang Kai-shek y su
partido nacionalista burgués, el Kuomintang, “aliado” de Stalin,
que ahogó en sangre una insurrección obrera dirigida por los
propios comunistas. Esta misma política “Etapista”, y su
encarnación organizativa, el frente popular, sirvió para bloquear
la revolución socialista en países como España en 1936-1939,
Grecia durante y después de la II guerra mundial, Indonesia en
1965 y en Chile en 1970-1973.
Un partido reformista o centrista más bien sembraría la
confusión y prepararía así nuevas derrotas.
Si nuestra praxis revolucionaria se fundamenta en el marxismo-
leninismo –o por lo menos como se menciona en nuestros
documentos: “se inspira”- debemos tener en claro que el titulo
de “organización de organizaciones” u “organización de masas”
deja a un lado los intereses de forjar una vanguardia obrera,
mediante el desarrollo de la conciencia del proletariado por
parte de los intelectuales desclasados y los obreros más
avanzados.
Hay que tener bien en claro que “La crisis de la humanidad se
reduce a la crisis de la dirección revolucionaria” y analizar que
nuestras acciones como organización “Marxista-Leninista” no
lleguen a ser un obstáculo de la clase obrera para su internacionalmente la revolución. Por una vanguardia obrera
emancipación por una política oportunista. que guie a los demás oprimidos hacia su emancipación
mediante una revolución socialista internacional.
“Un error milimétrico aparentemente sin importancia
en la teoría, se traduce en errores kilométricos en la ☭
práctica” (V.I. Lenin)
---Nuestra propuesta ante la otra propuesta
del reformismo---

“No somos utopistas. No “soñamos” en cómo podrá

prescindirse en el acto de todo gobierno, de toda
subordinación…

Pero a quien hay que subordinarse es a la vanguardia armada de

todos los explotados y trabajadores: al proletariado.” - V.I.
Lenin Estado y Revolución (1917)

Hace falta trascender el marco del capitalismo, expropiar a los

expropiadores, establecer un gobierno de soviets (consejos)
obreros y campesinos, pasar a medidas socialistas y extender