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NOMENCLATURA BOTÁNICA
Referencia Bibliográfica:
La asignación de nombres a las plantas recibe el nombre de nomenclatura*. Ésta implica un conjunto de
principios regidos por reglas que se desarrollan y adoptan en las Congresos Internacionales de Botánica.
Las reglas se enlistan formalmente en el Código Internacional de Nomenclatura Botánica (Voss, 1983),
y con frecuencia. se hace referencia a éste simplemente con el nombre de el "Código".
El propósito de este sistema precisa que contiene el código, es proporcionar un nombre correcto para
cada taxón. Las reglas de nomenclatura se subdividen en artículos que deben respetarse, y en
recomendaciones que son. opcionales.
Aunque los esquemas de clasificación pueden cambiar en el tiempo, los nombres cien tíficos de las
plantas son relativamente estables. Las plantas conservan su nombre aunque cambien de familia u otra
categoría taxonómica superior. Se ha dedicado mucho esfuerzo al establecimiento de los
procedimientos para nombrar a los taxa y para cambiar los nombres que se asignaron en forma
incorrecta.
La nomenclatura y la clasificación son dos cosas distintas pero inseparables. Puede determinarse la
ubicación de una planta o grupo de plantas en el esquema de clasificación, si se conocen sus nombres.
Cuando se conoce el nombre genérico de una planta, y se cuenta con la ayuda bibliográfica adecuada,
es posible determinar la familia a la que por lo general se asigna dicho género. Una de tales
herramientas bibliográficas es A Dictionary of the Flowering Plants and Ferns (Willis, 1973).
El sistema de nomenclatura presente, es el resultado de una serie de cambias que llegaron a formalizarse a
lo largo de la historia. Los nombres de plantas más antiguos que
. El objetivo de nomenclatura es nomenclatural. La palabra nomenclatura es la forma adjetivada de nomenclatural. Una persona o
libro que trata de los nombres.
CAPiTULO 3: NOMENCLATURA BOTÁNICA
se usan en la actualidad, son los nombres comunes que se utilizaban en las antiguas
Grecia y Roma. Actualmente, todos los nombres de plantas tienen una ortografia lati-
nizada o se tratan en latín independientemente de su origen. Esta costumbre se originóa
partir de los escolásticos medievales y del uso del latín en la mayor parte de las publi-
caciones botánicas hasta mediados del siglo XIX. La asignación de nombres estuvo
relativamente desorganizada hasta el siglo XVII, cuando el número de plantas que
conocían los botánicos comenzó a incrementarse considerablemente. Este hecho dio
como resultado la necesidad de un sistema más preciso para nombrar a las plantas.
Durante varios siglos hasta antes de 1753, los nombres se componían a menudo de tres o
más palabras. Estos nombres se denominaban polinomios. Por ejemplo, en la herbolaria
de Clusius (1583), el nombre Salix pumila angustifolia altera se usa para una especie de
sauce.
Este complejo sistema descriptivo de los nombres no era fácil de trabajar porque era
engorroso y dificil de extender. En 1753, con la obra Species plantarum de Linneo, el
sistema polinomial se sustituyó por el formato binomial. Este formato de dos palabras
hizo más conveniente la forma de nombrar y Rroporcionó un sistema más fácil de
extender. La nomenclatura formal que se usa actualmente comenzó con la
publicación de Species plantarum de Linneo en 1753. Desde entonces los procedi-mientos
nomenclaturales han llegado a estandarizarse a través de revisiones legislativas periódicas,
con lo cual las plantas ya no se nombran con arbitrariedad.
Los nombres científicos latinizados con frecuencia parecen pavorosos. Existe una
inclinación natural a eludir las palabras ,cuya pronunciación se desconoce o resulta
dificil. Aunque los nombres científicos pueden ser dificil es de pronunciar, existen guías
para hacerlo en forma adecuada (Johnson, 1971). El apéndice 1 proporciona el
significado de algunos nombres en latín con el propósito de ayudar a recordarlos.
¿Por qué usan los botánicos los nombres científicos en latín, en lugar de los nombres
comunes? Los nombres comunes presentan un coniunto de problemas. Primero, los
nombres comunes o vernáculos no son universales y pueden aplicarse sólo en una lengua.
(Los nombres científicos, por el contrario, !Jon universales y se reconocen en todo el
mundo). Segundo, los nombres comunes usualmente no proporcionan información que
indique las relaciones de género y familia. Tercero, si una planta es muy conocida, puede
tener una docena o más de nombres comunes. Por ejemplo, Chrysanthemum
leucanthemum puede llamarse margarita, margarita blanca, margarita ojo de buey,
margarita shasta, o maleza blanca; Centaurea cyanus se conoce como flor de maíz,
botella azul, botón de bachiller, o petirrojo andrajoso. Cuarto, en ocasiones dos o más
plantas pueden tener el mismo nombre común. En Georgia, por ejemplo, Sida de la
familia de las Malvaceae recibe el nombre de maleza de hierro, pero en el Oeste Medio,
Vernonia de la familia Compositae también recibe el nombre de maleza de hierro. Quinto,
muchas especies, en particular las que son raras, no tienen nombre común.
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que se ubica en un género con terminación masculina -us, la especie debe escribirse con
la terminación albus, pero si el género tiene una connotación femenina, la terminación
debe ser alba. A pesar de su terminación us, Quercus es femenino por efecto del latín en
la botánica; esto es, Quercus alba. En el latín botánico se acostumbra considerar a todos
los árboles como femeninos, tal y como era la situación usual en el latín clásico. Un
epíteto específico puede ser también un nombre en aposición, llevando consigo su propio
género. Cuando el nombre está en aposición, normalmente es un caso nominativo, por
ejemplo, Pyrus malus para la manzana común. Cuando se nombra un epíteto específico a
partir del nombre de una persona que termina en vocal o en -er, se agrega la letra -i (e.g.
glazioui), pero si termina en una consonante se agregan las letras -ii (e.g. ramondii)
(recomendación 73C del código). Cuando se aplica a un género femenino, termina en -iae
o -ae; por ejemplo luciliae. Los epítetos específicos que se derivan de nombres
geográficos usualmente se terminan en -ensis, (a)nus, -inus, -ianus, o -icus; algunos
ejemplos son quebecensis, philadelphicus, y carolinianus (recomendación 730).
El código recomienda que todos los epítetos específicos se escriban con una letra
inicial minúscula; sin embargo, pueden usarse letras mayúsculas cuando los epítetos
se derivan de nombres de personas, de nombres genéricos previos, o de nombres comunes.
Tanto los nombres genéricos como los epítetos específicos se subrayan por costumbre,
cuando están manuscritos o mecanografiados; cuando están impresos se les encuentra en
letra cursiva o letras más gruesas. La cita de autor nunca se subraya.
REGLAS DE NOMENCLATURA
El número creciente de plantas que iban conociendo los botánicos europeos del siglo
XVIII requería del desarrollo de un orden y una estabilidad en la nomenclatura botánica.
Linneo propuso en 1737 y después en 1751 las primeras reglas elementales para
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asignar nombres a las plantas. En la última parte del siglo XVIII se reconoció a la
prioridad, es decir el uso del nombre más antiguo, como la piedra angular de la no-
menclatura, con lo que se aseguraba 'que cada planta tuviera un nombre único. Los
botánicos que no se adhirieron a este principio crearon confusión en la nomenclatura de
las plantas. A. P. de Candolle en su Théorie élémentaire de la botanique (1813), puso en
marcha una serie detallada de reglas sobre el proceso de asignar nombres. Posteriormente,
las reglas de A. P. y A. de Candolle evolucionaron hacia el Código Internacional de
Nomenclatura Botánica actual. Inevitablemente, numerosas plantas recibieron nombre dos
o más veces en forma accidental; de esta manera se desarrolló una compleja sinonimia
durante los años que siguieron a Linneo. Steudel en 1821 y 1840-1841, publicó un índice
de nombres de plantas, el Nomenc/ator botanicus, el cual enlistaba todos los nombres
conocidos que se habían asignado a las plantas. Éste fue de gran utilidad para cotejar los
nombres y sinónimos, y fue también el precursor del lndex kewensis (se estudia en el Cap.
11).
En 1867, Alphonse de Candolle, hijo de A. P. de Candolle, convocó en París al Primer
Congreso Internacional de Botánica. Botánicos de muchos países se reunieron y
adoptaron un conjunto de reglas de nomenclatura. Alphonse de Candolle propuso la
mayor parte de las reglas. Las reglas eran un excelente principio; sin embargo, las
aplicaciones prácticas revelaron algunas deficiencias inherentes. La necesidad de
modificar las reglas llegó a ser evidente al final del siglo XIX, cuando los botánicos de
Kew Gardens de Inglaterra, del Jardín Botánico de Berlín, del New York Botanical
Garden y otros más, comenzaron a violar las reglas que se adoptaron en París.
Se efectuaron Congresos Botánicos en 1892, 1905, 1907 Y 1910 en un intento por
resolver los problemas nomenclaturales y establecer reglas aceptables a nivel inter-
nacional. Se estandarizaron los procedimientos nomenclaturales sobre una base de
amplitud mundial, lográndose alcanzar un acuerdo general en el Congreso Internacional
de Botánica de 1930. Los Congresos subsecuentes se han realizado con regularidad y sólo
se han efectuado pequeñas modificaciones a las reglas. En Lawrence (1951) y Smith
(1957) se discute una historia detallada del desarrollo del código.
Muchos de los términos que se usan en el código se elaboran y ensayan en McVaugh, .
Ross y Stafleu (1968).
En la revista Taxón, publicada por la International Associa"tion for Plant Taxonomy, se
discuten con frecuencia el desarrollo y los cambios en el código.
Principios
En la actualidad, los botánicos de todo el mundo usan el Código Internacional de
Nomenclatura Botánica, el cual está escrito en inglés, francés y alemán (Voss, 1983). El
siguiente conjunto de principios nomenclaturales conforman las bases filosóficas del
código:
"
1 "La nomenclatura botánica es independiente de la nomenclatura zoológica.
El código se aplica igualmente para los nombres de los grupos taxonómicos
considerados como plantas, aunque estos grupos hayan sido o no considerados
de esta manera en forma original." La primera parte de este principio es de
interés práctico; esto es,
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Las reglas que adoptan los congresos operan sobre los aspectos nomenclaturales que
surgen antes de la adopción de las mismas. Los botánicos deben consultar el Código
Internacional de Nomenclatura Botánica más reciente cuando tengan que resolver
problemas nomenclaturales comunes.
Procedimientos
Los procedimientos detallados que se basan en estos principios se dividen en Reglas y
Recomendaciones. El Código establece que, "El objetivo de las reglas es poner en orden
la nomenclatura del pasado y proporcionar la del futuro; los nombres en contra de una
regla no pueden mantenerse". Las recomendaciones, que tratan aspectos de menor
importancia, proporcionan una guía y uniformidad en la asignación de nombres a las
plantas. Sin embargo, los nombres que están en contra de las recomendaciones no pueden
rechazarse por esa razón.
Rangos de los taxa
La jerarquía taxonómica formal es "un sistema de rangos de categorías a las que se les
asocian nombres (Scott, 1973). Por lo general, la especie es la unidad básica de cIasifj-
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cación (Art. 2). Cada especie pertenece a una serie de taxa de rango consecutivamente
mayor. El código Internacional de Nomenclatura Botánica proporciona la serie de rangos
con sus nombres correspondientes, que constituyen las categorías jerárquicas (Art. 3 y 4).
En la tabla 3-1 se muestran los rangos que contiene el código; se encuentran en secuencia
descendente y con un ejemplo de cada uno de ellos.
El código, define las categorías enlistando únicamente su secuencia. Puede resultar
innecesario utilizar todas las categorías que se presentan en el código en el caso de un
orden, familia o género pequeños; sin embargo, nunca debe cambiarse la secuencia de las
categorías (Art. 5). Cabe indicar que algunas categorías (tales como especie, género y
familia) son esenciales para que funcione la nomenclatura. Las categorías que por lo
común se usan en las angiospermas son clase, subclase, orden, familia, género, especie y
en ocasiones subespecie o variedad, o ambas. Pueden utilizarse también categorías tales
como subfamilia; tribu, subgénero, sección y otras; de hecho, con frecuencia son
necesarias en los grupos grandes y complejos. En la práctica actual, las especies se
agrupan en géneros, los géneros en familias y así sucesivamente a través de la secuencia
de categorías. Cada rango en turno es más inclusivo que las categorías inferiores. Esta
forma de establecer categorías da orden y accesibilidad a la clasificación de las plantas y
proporciona un importante sistema de entrada o recuperación de información.
El código establece las terminaciones gramaticales estándares para las categorías desde
división hasta subtribu. Sin embargo constituye una excepción el uso de ciertos nombres
de familias que se han sancionado en el código debido a su uso tradicional antiguo. Estos
nombres no terminan en -aceae, como es usual (Art. 18). Los nombres de estas familias
junto con sus nombres alternativos son Palmae (Arecaceae), Gramineae (Poaceae),
Cruciferae (Brassicaceae), Leguminosae (Fabaceae), Guttiferae (Clusiaceae),
Umbelliferae (Apiaceae), Labiatae (Lamiaceae) y Compositae (Asteraceae). El código
autoriza a los botánicos a hacer uso de cualquiera de estos nombres alternativos. Algunos
manuales usan los nombres más antiguos y otros usan los nombres que terminan en
-aceae. Los nombres de las familias que terminan en aceae se basan en nombres
genéricos; por ejemplo, Brassica es la base de Brassicaceae. Para seguir el uso correcto,
los nombres de las familias se tratan gramaticalmente como nombres en plural.
TABLA 3.2
DESCRIPCiÓN DE UNA ESPECIE NUEVA PARA LA
CIENCIA
Un sintipo es uno de los dos o más especimenes que cita el autor de una especie cuan do
no se designó holotipo, o también cualquiera de uno, dos o más especímenes que se
designan originalmente como tipos. Unparatipo es un espécimen que se menciona en la
publicación original, y que es distinto al holotipo y al isotipo. Si el autor cita dos o más
especímenes tipo, los especímenes restantes que se citan son paratipos. Un neotipo es
aquel que se selecciona cuando todos los especímenes originales y sus duplicados se
perdieron o destruyeron. Si no hay holotipo, debe seleccionarse un lectotipo de entre los
isotipos o sintipos. Si no existe ninguno de ellos puede seleccionarse un neotipo. Un
lectotipo tiene prioridad sobre un neotipo ya que el lectotipo es un espécimen que estudió
el autor original.
Los primeros botánicos no designaban tipos como se hace hoy en día. Para estos
botánicos antiguos las especies se basaban en todos los especímenes, ilustraciones y
descripciones dentro de los límites de las especies. Estos elementos o todo lo que se
asocie con el nombre en la primera publicación, se conoce colectivamente con el nombre
de protólogo. La recomendación 7B del código sugiere que cuando los elementos del
protólogo sean heterogéneos, debe seleccionarse un lectotipo para conservar el uso más
común.
El código contiene reglas que indican los procedimientos adecuados para seleccionar el
nombre correcto cuando los taxa se dividen, transfieren o rechazan. Esto es, un género
puede dividirse en dos .géneros, o una especie transferirse de un género a otro; o si un
nombre es ilegítimo, rechazarse. A continuación se presenta una breve sinopsis de los
puntos principales de las reglas más importantes que se refieren a la retención, elección y
rechazo de los nombres. Debe consultarse el capítulo 5 del código para tener un panorama
completo sobre el tema.
Un cambio en el límite diagnóstico que separa el taxon de sus parientes más cerca nos
no es causa que justifique cambiar el nombre del taxon (Art. 51). Por ejemplo, el cambio
en el concepto de caracteres diagnósticos de un género o una especie no es una razón
suficiente para cambiar el nombre. Si un género se divide en dos o más géneros, el
nombre genérico original debe conservarse para el género que incluye a la especie tipo
nomenclatural para ese género (Art. 52). Asimismo, cuando una especie se divide en dos o
más especies, el epíteto específico original debe conservarse para la especie que incluye al
espécimen tipo (Art. 53). Esta misma regla se aplica a los taxa infraespecíficos, esto es,
subespecies y variedades.
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"
CAPITULO 3: NOMENCLATURA BOTÁNICA 53
Karwinski s.n. (término en latín sine numero, que significa "sin número" de colecta). G-DC
indica que el tipo se localiza en el herbario Prodromus De Candolle en el Conservatorio
Botánico de Ginebra, Suiza. Cada herbario se designa con una abreviatura de la Asociación
Internacional de Taxonomía Vegetal. Estas abreviaturas se encuentran en Holmgren, Keuken
y Schofield (1981). El espécimen se observó en la microficha mc del herbario Prodr0l!lus
De Candolle. El signo de admiración (!) es una abreviatura de vidi (del latín "lo he visto"), e
indica que el autor de la revisión vio el espécimen citado.
Los sinónimos en una revisión se enlistan en orden cronológico. Por ejemplo, en 1891
Kuntze transfirió el epíteto específico al género Cacalia, haciendo la combinación
Cacalia /eiocarpa (DC.) Kuntze. En 1906 Gleason hizo la combinación Eremosis /eiocarpa
(De.) Gleason, transfuiendo V. /eiocarpa De. a Eremosis. Gleason describió también
Eremosis me/anocarpa Gleason, basándose en el tipo colectado en Guatemala por Heyde y
Lux. El número 3416 es el número de colecta del espécimen particular de Heyde y Lux.Este
holotipo se localiza en NY (Jardín Botánico de Nueva York) y lo examinó el autor de la
revisión, como se indica por el símbolo"!". Los isotipos que se examinaron se localizan en F
(Museo Field), GH (Herbario Gray), MO (Jardín Botánico de Missouri) y US (Herbario
Nacional de Estados Unidos). Blake no reconoció a Eremosis y transfirió el epíteto
específico me/anocarpa al género Vernonia. El resultado de esto fue la combinación
Vernonia me/anocarpa (Gleason) Blake. El autor de esta revisión consideraba que V.
me/anocarpa era un sinónimo taxonómi~o de V. /eiocarpa. Una revisión del tratamiento
taxonómico formal provee una historia taxonómica de la entidad bajo consideración. Existe
una práctica creciente y muy útil de presentar en un párrafo todos los nombres que se basan
en el mismo espécimen tipo, esto es, usar un párrafo para cada basónimo, su tipo nomencla-
tural y sus sinónimos taxonómicos. El basónimo es el epíteto con el cual se asocia el tipo.
Otra regla importante del código es la siguiente: "Un nombre o epíteto le~timo nunca
debe rechazarse sólo porque sea inapropiado o desagradable, o porque otro sea preferible o
mejor conocido, o porque haya perdido su significado original" (Art. 62). Por lo tanto, el
nombre Sci//a peruviana no puede rechazarse por el hecho de que crece en el área del
Mediterráneo y no en Perú. El nombre (Vernonia crinita Raf. es más conocido que V.
arkansana DC., que es más antiguo; sin embargo, V. crinita Raf. no puede conservarse
únicamente por el hecho de ser más conocido.
Un nombre es un homónimo posterior si se escribe en forma semejante a un nombre que
se publicó previa y válidamente para un taxon del mismo rango que se basa en un tipo
diferente (Art. 64). Géneros diferentes o especies diferentes dentro de un mismo género no
pueden tener el mismo nombre. Si lo tienen, el nombre más antiguo es el legítimo y el más
reciente es un homónimo posterior. Tapeinanthus Boiss. ex Benth., 1848, es uD. homónimo
más reciente de Tapeinanthus Herb., 1837. Astraga/us rhizanthus Boiss., 1843, es ilegítimo
porque es un homónimo posterior de Astraga/us rhizanthus Royle, 1835.
El código trata de otros temas, incluyendo la ortografia de los nombres y epítetos (Nicolson,
1974; Nieolson y Brooks, 1974). Los nombres de las plantas deben escribirse tal como se
publicaron originalmente a menos que existan errores ortográficos o tipográficos (Art. 73).
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Una fuente de confusión es con frecuencia la asignación de nombres a los taxa infra-
específicos (Clausen, 1941; Fosberg, 1942; Weatherby, 1942). Si se describe una subes-
pecie o variedad en una especie que no estaba dividida previamente en taxa infraespecífi- I
cos, automáticamente existe una subespecie o variedad "tipo". Está presente el mismo
epíteto que la especie pero no le sigue ninguna cita de autor. Esto significa que una
especie con taxa infraespecíficos debe tener al menos dos subespecies o variedades. Por
ejemplo, las dos subespecies de Vernonia obtusa (Blake) Gleason son Vernonia obtusa
subsp, obtusa y Vernonia obtusa (Blake) Gleason subsp. parkeri S. B. Jones (la
subespecie obtusa no va seguida de una cita de autor). El código exige que el epíteto se
repita y el espécimen tipo original sea el tipo de la subespecie obtusa. La lógica de esto es
simple. La creación de una subespecie (o variedad) automáticamente crea dos
subespecies: 1) la entidad que el autor tiene en mente cuando propone la nueva subes-
pecie y 2) el material restante dentro de la especie. La primera recibe el nombre nuevo
(e.g. Vernonia obtusa subsp parkeri S. B. Jones), mientras que el último se representa
mediante la repetición del epíteto específico (e.g. Vernonia obtusa subsp. obtusa). Los
nombres tales como Vernonia obtusa subsp. obtusa se denominan autónimos o nombres
que se establecen automáticamente. Para una discusión de algunos problemas
nomenclaturales relacionados con los autónimos, el lector puede consultar el trabajo de
Reveal y Broome (1980).
Los híbridos entre especies diferentes en el mismo género o entre géneros estrecha-
mente emparentados, en ocasiones se describen y reciben un nombre. Para ser publicados
con validez, los nombres de los híbridos siguen las mismas reglas que se aplican a los
nombres de los no híbridos (Art. 40). Las reglas adicionales y las recomendaciones que se
necesitan para nombrar a los híbridos se encuentran en el código, en el apéndice 1,
Nombres de híbridos. Algunos de los. puntos más importantes incluyen lo siguiente: los
híbridos entre dos especies del mismo género se designan ya sea por una fórmula, por
ejemplo, Salix aurlta L. x S. Caprea L.; o si se desea, por un nombre formal, por ejemplo,
Quercus x beadlei Trel., un híbrido de Q. alba L. x Q. michauxii Nutt. De acuerdo con el
código se permite referirse a ellos por una fórmula o darles un nombre (binomial). Las
opiniones de los taxónomos difieren en si los híbridos deberían nombrarse o no (Wagner,
1969, 1975).
Plantas cultivadas
El artículo 28 del código trata de la nomenclatura de las plantas cultivadas. Las plantas
que se introducen al cultivo a partir de las silvestres y las propiamente cultivadas, man -
tienen los nombres que se aplican a los mismos taxa en suhábitat nativo (Art. 28). Las
plantas hortícolas que se producen en cultivo mediante hibridación, selección u otros
procesos, y que son dignas de nombrarse, reciben el nombre de cultivares. El término
cultivar denota a un conjunto de plantas cultivadas que se distinguen claramente por
cualquiera de sus caracteres (morfológicos, fisiológicos, citológicos, químicos; o de otro
tipo), y que después de la reproducción (sexual o asexual) mantiene sus caracteres
distintivos (Brickwell, 1980). Cultivar es una palabra que se deriva del término variedad
cultivada. Debe notarse que el concepto de cultivar no es análogo al de variedad botánica
(varietas); esta última es una categoría por debajo de especie y se rige
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como tal por el Código Internacional de Nomenclatura Botánica. Los nombres de los
cultivares se escriben con una letra mayúscula inicial. Éstos son precedidos por la
abreviatura cv. (que significa cultivar) o se ponen entre comas simples invertidas, por
ejemplo, Hosta 'Decorata'. Los nort.bres de los cultivares pueden usarse después de los
nombres genéricos, específicos o comunes. Algunos ejemplos de cultivares son Camelia
japonica cv. Purple Dawn y Citru/lus cv. Crimson Sweet (o sandia cv. Crimson Sweet, o
Citru/lus lanatus cv. Crimson Sweet). El uso del término variedad para referirse a los
cultivares es inadecuado, aunque su empleo fue tradicional durante mucho tiempo y es sólo
en la actualidad que está pasado de 'moda (Stuart, 1974).
En el Código Internacional de Nomenclatura para Plantas Cultivadas (Brickell, 1980) se
puede encontrar información más detallada sobre situaciones nomenclaturales
especializadas en relación con las plantas cultivadas. La nomenclatura para plantas
cultivadas debe seguir este código. Algunas de las reglas generales más importantes que
rigen los nombres de los cultivares son las siguientes:
1 Los nombres de cultivares nuevos deben estar ahora en lenguas modernas y no deben ser
nombres en latino Por ejemplo, el término en latin "albo-marginata"
no puede darse a un cultivar nuevo. Las únicas excepciones son los nombres de lostaxa
botánicos que se reducen a rangos de cultivar.
2 Si el nombre botánico de una especie se cambia, el nombre del cultivar permanece
inalterable. Por ejemplo, si el nombre cientifico del tomate cambiara de acuerdo con el
código botánico, los nombres de los cultivares, tales comO 'Better Boy' o 'Ultra Girl'
permanecerian inalterables.
3 No se permite que dos o más cultivares de la misma clase de cultivar tengan el mismo
nombre. Una clase de cultivar es por lo general un género pero también puede ser una
especie, un tipo de planta cultivada o un grupo de cultivares. Por ejemplo, puesto que ya
existe una Hosta 'Decorata', no puede nombrarse una segunda Hosta 'Decorata'.
4 A partir del 10. de enero de 1959, los nombres de los cualtivares nuevos no de ben ser los
mismos nombres botánicos o comunes de un género o una especie. Es decir, no se permiten
nombres tales como Hosta cv. 'Rose'.
5 Los nombres de cultivares nuevos publicados después del 1 de enero de 1959, requieren
de la publicación o la duplicación de una descripción, que puede darse en cualquier idioma
y fechada por lo menos con el afto.
6 Se recomienda que los nombres de cultivares se registren con una autoridad de registro
con el fin de evitar la duplicación o el abuso de los nombres de cultivares. Por ejemplo, la
American Hosta Society actúa como una autoridad de registro para los cultivares del género
Hosta.
RESUME
ocasional pero necesariamente los nombres más familiares de las plantas. Pueden
encontrarse algunos ejemplos y problemas prácticos para la aplicación del código en St.
lohn (1958) y Benson (1962). El uso del método de casos en estos problemas es una forma
excelente de desarrollar un conocimiento práctico del código, en especial para los
taxónomos potenciales.
Davis y Heywood (1963) señalan que "para la mayoría de los sistemáticos, sin embargo,
la nomenclatura es una necesidad que consume tiempo y que se interpone entre ellos y las
plantas. No obstante, es una de las herramientas de los taxónomos y por tal razón sus
principios deben respetarse" . Hay que recalcar que para un conocimiento detallado de las
reglas de nomenclatura, debe consultarse el propio código. Aquí se han considerado
únicamente los principios generales y algunos de los puntos más importantes.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS