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La década de los años 90 del siglo pasado, es una época clave para el impulso de los créditos
para pequeñas inversiones en nuestro país. Las grandes corporaciones bancarias comenzaron
a ampliar la oferta de préstamos a personas particulares y, a partir de entonces, han venido
desarrollando nuevas estrategias para otorgar crédito con, cada vez, menos restricciones. Esto
ha sido resultado de todo un proceso neoliberal basado en el "libre mercado", pero que
únicamente persigue la consolidación de las grandes corporaciones
Sin embargo, la realidad social, cultural y económica del país, difícilmente encaja con el
sistema de otorgamiento de créditos establecido. Guatemala ha tenido una larga trayectoria
de generación de productos y servicios basados en pequeños proyectos, ya sea familiares o
comunitarios, a los cuales el primer gobierno democrático, en la década de los años 80, puso
"en la mira" a través de la vicepresidencia de la República, debido a la amplitud en lel país
de este sector productivo pero con reducida posición patrimonial. Estos proyectos y
emprendimientos son los que hoy conocemos como "Microempresas".
Desde el estudio e investigaciones realizadas por su hermano, Mario Carpio Nicolle, que
llevaron a la publicación del libro "La Microempresa en Guatemala: una alternativa para el
desarrollo", y luego de la vivencia de las experiencias en distintos asentamientos del país
promovidas por su esposa, el Licenciado Roberto Carpio Nicolle, vicepresidente del gobierno
demócrata cristiano en 1986 hasta 1991, comprendió que el motor de desarrollo económico
del país, dadas las condiciones infraestructurales y financieras establecidas, era posible a
través del impulso y apoyo a las microempresas. Por ello, durante su período como
funcionario de Estado, funda y promueve el "Sistema Multiplicador de Microempresas",
SIMME, para brindar asistencia crediticia a las microempresas dedicadas a la creación de
bienes, a través de organizaciones no gubernamentales. Este programa fue establecido por el
Gobierno de la República en el Acuerdo Gubernativo 213-87, publicado en el Diario Oficial
el 01 de abril de 1987.
Con este programa, los pequeños empresarios ya podían contar con una fuente gubernamental
de financiamiento para su desarrollo.
Las labores asignadas a las unidades ejecutoras del programa, pasaban por la
administración de la cartera crediticia, la capacitación y asesoría. Precisamente, los dos
pilares fundamentales del programa para las y los Microempresarios eran la asistencia
crediticia y la capacitación.
El camino a recorrer no fue fácil, ni tranquilo, pero estaba en marcha. El obetivo primordial
del programa, era lograr que las y los Microempresarios asistidos, provocaran, a corto plazo
y como consecuencia de la ayuda financiera y técnica, incrementos significativos en sus
ingresos y en la generación de empleo. La ruta del progreso económico del país ya estaba
trazada, y el desarrollo del SIMME era un paso pionero y decisivo.
Pero el gobierno cambió. El Movimiento de Acción Solidaria llegó al poder en 1991. El
nuevo orden mundial que apostaba por la privatización y la económia de libre mercado influía
decididamente en la región y las grandes corporaciones del sector privado lograron minimizar
la visión de progreso microempresarial, apostando por desarrollo macroeconómico, a tal
punto que desde el mismo gobierno se llegó a afirmar que las microempresas "no existían en
el país" y, con ello, el SIMME pasó a la historia.
Sin embargo, el impulso ya era incontenible. Las organizaciones siguieron trabajando por el
bienestar de Guatemala y, actualmente, continúan esparcidas a lo largo y ancho del país,
manteniendo el sueño del desarrollo económico emanado desde el corazón de las
comunidades del país.
Tipos de empresas y su clasificación
El tejido empresarial que mueve la economía está formado por multitud de empresas, compañías
y organizaciones de diferentes características que poco tienen que ver unas con otras. Cada una
de las empresas realiza una actividad diferente, poseen plantillas totalmente distintas y se
estructuran según sus necesidades.
Sin embargo, es necesario conocer cuáles son los diferentes tipos de empresas y sociedades que
existen para saber diferenciarlas y poder saber cómo tenemos que actuar a la hora de gestionar
cualquier de ellas.
Clasificación de empresas
Las empresas pueden dividirse de diferentes formas según los parámetros que elijan
para hacerlo. Dependiendo de la forma jurídica, el tamaño que posean y de dónde
provenga el capital aportado, podemos denominar a las empresas de una forma u otra.
Limitada al capital
Sociedad de Responsabilidad Limitada 3000€ Mínimo 1
aportado
Limitada al capital
Sociedad Anónima 60.000€ Mínimo 1
aportado
Limitada al capital
Sociedad anónima laboral 60.000€ Mínimo 2
aportado
– Cooperativas
de 1er grado:
Cantidad fijada en mínimo 3 Limitada al capital
Sociedad cooperativa
Estatutos aportado
–
Cooperativas
de 2º grado: 2
cooperativas
Sociedad cooperativa de trabajo Cantidad fijada en Limitada al capital
Mínimo 3
asociado Estatutos aportado