You are on page 1of 2

MARÍA JIMENA DUZÁN | 2018/03/17 22:19

Trabajando para el uribismo. Hoy Vargas Lleras está donde el uribismo quiere
tenerlo: no tiene cómo recoger votos de centro y la derecha lo considera un santista
solapado.

La derecha recalcitrante de este país está rezando para que Gustavo Petro siga
creciendo en las encuestas, después de las elecciones del 11 de marzo. Y no
precisamente porque se hayan convertido al petrismo –¡por dios, con esa chusma
maloliente no se mezclan!–, sino porque les conviene. Tienen claro que si en la
segunda vuelta Duque, su candidato, se enfrenta con Petro, el triunfo del uribismo
sería arrollador, mientras que si el contrincante es Sergio Fajardo o Germán Vargas,
las posibilidades de que pierdan son bastante altas.

Por eso, el uribismo se ha convertido en el jefe de campaña de Gustavo Petro. En


los discursos de su candidato y en las intervenciones que hacen los militantes del
Centro Democrático en los medios de comunicación y en las redes, Petro ocupa un
lugar estelar así se le presente como el candidato del apocalipsis, el que de verdad
nos va a llevar al castrochavismo y el que va a acabar con la propiedad privada. Sus
trinos se cotizaron en las redes y al igual que los de Uribe imponen hoy la agenda
noticiosa en perjuicio de otros candidatos presidenciales como Sergio Fajardo, de
la Coalición Colombia, del candidato liberal Humberto de la Calle y del propio
Germán Vargas Lleras. Hasta en los programas radiales el temor que suscita la
figura de Petro ha ocupado más la atención de los periodistas, que peleas legítimas
como la que se está dando en el liberalismo en contra del expresidente César
Gaviria, quien convirtió a ese partido en su coto de caza para impulsar a su hijo,
Simón Gaviria.

Un Petro así de crecido no ha facilitado la conformación de una coalición de centro-


izquierda para la primera vuelta, lo que sin duda favorece a la derecha uribista. Si
excluyen a Petro de una eventual coalición, por castrochavista, como lo señaló
Claudia López en una reciente entrevista para SEMANA, los congresistas del Polo
y de los verdes partidarios del exalcalde –que son muchos– pueden no apoyar a
Fajardo, y si no lo excluyen, pueden quedar a merced de él. Lo cierto es que en
lugar de que la centroizquierda esté tendiendo puentes con miras a una coalición
en la primera vuelta, internamente todos sus integrantes andan agarrados porque
este Petro que no parece tener techo en las encuestas se les convirtió en la
manzana de la discordia. Los más contentos con ese despelote son los uribistas
porque hasta los verdes terminaron trabajando para la candidatura del Centro
Democrático.

Germán Vargas Lleras tampoco se salva de estar engrandeciendo a Petro en contra


de sus propias aspiraciones presidenciales. Al ver que el exalcalde estaba
punteando en las encuestas, muchos vargaslleristas –como los Char de
Barranquilla– votaron en la consulta de la derecha por el candidato del Centro
Democrático, Iván Duque, y contribuyeron a inflar la votación uribista, en detrimento
de la candidatura de Vargas Lleras, que también es de derecha.

Pero hay más: su decisión de nombrar en su fórmula vicepresidencial al exministro


Juan Carlos Pinzón, un candidato presidencial que en las encuestas nunca pasó del
1 por ciento, puede estar fundamentada en su lectura sobre lo que sucedió en las
consultas el pasado 11 de marzo, cuando muchos colombianos salieron a votar por
la consulta de la derecha movidos por el temor de ver a Petro trepado en las
encuestas.

La campaña de Vargas insiste en que Pinzón vale su peso en oro porque trae
consigo a una gran parte del Partido Conservador, versión que no coincide ni con el
análisis de La Silla Vacía, ni con las pesquisas que yo he hecho entre las toldas
azules. En cambio, sí es evidente que con el nombramiento de Pinzón, Vargas
Lleras se corre a la derecha y se aleja aún más del centro, un espectro que por
cuenta del miedo a Petro parece interesarle cada vez menos. Hoy Vargas Lleras
está donde el uribismo quiere tenerlo: no tiene cómo recoger votos de centro y la
derecha lo considera un santista solapado –al fin y al cabo, Pinzón fue el ministro
de Defensa de Santos y su embajador en Washington–.

Por el temor a Petro, los verdes, los liberales y hasta Germán Vargas han terminado
haciéndole campaña al uribismo. Ojalá se den cuenta a tiempo.

You might also like