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OVEJERO PUENTE, Ana María, Constitución y derecho a la presunción de ino-


cencia, Tirant lo Blanch, Valencia 2006, 414 pp.

Para el estudioso de los derechos terpretativa ha desembocado en un con-


fundamentales y libertades públicas re- tenido mermado o reducido del mismo.
conocidos en el Título I de la Constitu- Hablar de interpretación constitucional
ción española de 1978 (en adelante CE), de un derecho nos lleva a precisar aún
parte de importancia destacada en la dis- más, en este punto, que el objeto de es-
ciplina de Derecho Constitucional, el tra- tudio de esta obra gira en torno a la figu-
bajo que pasamos a recensionar tiene un ra jurídico-constitucional, recibida por in-
particular interés. En la introducción del fluencia de la Ley Fundamental de Bonn,
mismo, la autora sitúa el objeto de estu- del contenido esencial de los derechos y
dio en la interpretación que el Tribunal libertades, erigida por los constituyentes
Constitucional español (en adelante TC) como garantía genérica, junto a la reserva
realiza de los derechos fundamentales y, de ley, de los derechos y libertades del
más concretamente, del derecho a la pre- Capítulo II del Título I de la Constitu-
sunción de inocencia, reconocido como ción, en su artículo 53.11.
es sabido en el art. 24.2 CE, que ha posi- La autora manifiesta su interés en
bilitado, en palabras de la autora, «la con- abordar dicho estudio desde la perspecti-
creción práctica de dicho derecho» pero va del Derecho Constitucional, y no del
que, por circunstancias varias que expo- Derecho Procesal, que es desde la cual
ne en su obra, el resultado de la tarea in- tradicionalmente se ha abordado el análi-

1 A diferencia de hace alrededor de una y algún artículo aislado, hoy son numerosas las
década, cuando se publicaran en España las obras doctrinales que abordan esta cuestión y
dos primeras obras monográficas sobre el con- que toman como punto de partida la doctrina
tenido esencial de los derechos por GAVARA del TC que ha ido precisando el contencial (ne-
DE CARA, J.C.: «Derechos Fundamentales y de- ologismo utilizado en el segundo trabajo citado
sarrollo legislativo: la garantía del contenido que resume en una palabra el contenido esen-
esencial de los derechos fundamentales en la cial) de los distintos derechos objeto de recursos
Ley Fundamental de Bonn», Madrid, CEC 1994 y de amparo planteados a lo largo de sus 27 años
LORENZO RODDRÍGUEZ-ARMAS, M.: «Análisis de tarea interpretativa. Véanse de los más re-
del contenido esencial de los derechos funda- cientes, entre otros, VV.AA. «Teoría general de
mentales enunciado en el art. 53.1 de la Consti- los Derechos Fundamentales», Madrid, TECNOS
tución española», Granada, COMARES, 1996, 2004 pp. 133 a 141 donde se introduce la teoría
momentos entonces en los que el estudio del del contencial como «límite a los límites» con
contenido esencial a penas ocupaba unas líneas clara inspiración en la doctrina del profesor DE
de algunos manuales de Derecho Constitucional OTTO Y PARDO.

UNED. Teoría y Realidad Constitucional, núm. 20, 2007, pp. 692-709.


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sis del mismo. En efecto, la doctrina pro- ofreciendo la doctrina del supremo intér-
cesal ha analizado el derecho a la presun- prete. Le ha facilitado la elección del tema
ción de inocencia en relación con el régi- del trabajo el dato objetivo de ser este de-
men jurídico de la prueba en el proceso y recho (junto al derecho a la tutela judicial
las consecuencias que implica su regula- efectiva) uno de los que mayor número de
ción constitucional en la medida en que estudios jurídicos ha dado lugar, por lo tan-
entraña un límite a la libertad de valora- to es un derecho ampliamente estudiado
ción judicial. De esta interpretación se pero, como apuntábamos más arriba, bási-
han derivado numerosos problemas de camente desde el enfoque del Derecho
naturaleza constitucional, referidos por la Procesal y en relación con el régimen jurí-
autora como los relativos a la «definición dico de la prueba en el proceso y las con-
del derecho y contenido protegido y su re- secuencias que implica por erigirse en un
lación con el resto de los derechos del art. límite constitucional a la libre valoración
24.2 CE y 24.1 CE; la función del TC como judicial. Según la autora, este enfoque ha
garante de los Derechos Fundamentales acarreado problemas de diversa naturaleza
en especial frente a la actuación del poder que van desde el colapso del TC, que diri-
judicial y sus exceso de celo en la garantía ge sus esfuerzos en resolver un enorme
del derecho; la inadecuación en la inter- número de recursos de amparo por viola-
pretación de los derechos fundamentales ción de la presunción de inocencia (en
que nuestra Constitución consagra con las adelante p. de i.), hasta las condenas del
obligaciones internacionales contraídas Tribunal Europeo de Derecho Humanos
por España, en especial respecto al TEDH; recaídas contra España por entender que
y por último, la falta de proyección de la no protege ni garantiza aspectos que el tri-
interpretación del TC en la protección de bunal europeo considera esenciales del de-
derechos individuales frente a los retos ac- recho controvertido. Apunta, además, en
tuales ante los que se encuentra un siste- la introducción, una referencia que, por
ma de Justicia penal cuyas reglas de fun- añadidura, ha venido a perjudicar el disfru-
cionamiento decimonónicas no se ajustan te de ese derecho por los ciudadanos: nos
a los imperativos constitucionales». habla del poder que sin duda han ido ad-
Todos estos problemas exigen un en- quiriendo los medios de comunicación y
tendimiento del derecho a la presunción cuyo ejercicio puede, en ocasiones, pro-
de inocencia como derecho fundamental ducir, al hilo de un determinado proceso,
en el contexto constitucional. lo que se conoce en el argot periodístico
La autora defiende desde un inicio como «juicios paralelos» y las negativas con-
la necesidad de recuperar, para dar pleno secuencias que acarrean en los casos en
contenido como derecho sustantivo, un que los imputados resulten absueltos.
concepto propio como tal del derecho a Para finalizar este apunte introducto-
la presunción de inocencia que supere y rio, añadimos que la exposición que le si-
reubique el llenado de contenido opera- gue a continuación se ajustará al esque-
do a través de la jurisprudencia constitu- ma trazado por la autora, que desentraña
cional y homogenice su tratamiento con la obra en los siguientes cuatro capítulos:
el que a la luz de la doctrina del Tribunal I) «Los orígenes del reconocimiento y
Europeo de Derechos Humanos (en ade- protección del derecho a la presunción de
lante TEDH) se corresponde en el ámbito inocencia». Se aborda aquí la búsqueda,
jurídico-político de Europa. Con este fin en el contexto del surgimiento del Estado
se reclama la atención sobre la necesi- constitucional, del concepto originario del
dad de reconstruir el contenido del dere- derecho a la presunción de inocencia, que
cho, partiendo necesariamente de la in- se reconocía de forma literal en la Decla-
terpretación que del mismo ha ido ración de Derechos del Hombres y del
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Ciudadano de 1789 (en adelante DDHyC). sanción penal. Por el otro, se discutirá el
Inicialmente, durante el debate del pro- procedimiento criminal partiendo, frente
yecto de la Declaración, no se hacía refe- al «cruel proceso inquisitivo anterior» de
rencia al mismo; fue gracias al penalista la inocencia del acusado. Los trabajos ob-
Duport que durante la discusión acerca tienen un primer fruto en la redacción
del principio de legalidad penal, apuntó del art. 8 de la Declaración que establece
su introducción en el debate y que fue co- el principio de legalidad penal.
rrespondida su pretensión por la concien- Hasta la apertura del debate, apunta
cia generalizada de la necesidad de dar la autora la inexistencia de referencia al-
protección a la libertad individual en un guna a la p. de i. por los pensadores re-
contexto jurídico de sistema represivo, ava- formistas del momento. Tampoco posi-
lado por normas penales y procesales ex- ciona Beccaria este derecho como un
traordinariamente crueles e inhumanas2. derecho autónomo, subjetivo frente al
La autora hace un amplio recorrido poder, sino que, como afirma la autora,
por los autores e intelectuales más desta- reconoce un principio informador del
cados que influyeron con su obra en el proceso relacionado con la reforma legal
reconocimiento del derecho a la p.de i. del proceso criminal. Duport es quien in-
en la Declaración, citando, entre otros, a troduce ese nuevo enfoque, dotándole
los enciclopedistas y pensadores ilustra- además de contenido jurídico-político
dos Chevalier De Jeancourt, Voltaire, el que le convierte en derecho básico en la
Marqués de Beccaría, hasta los pensado- construcción del nuevo sistema penal, ra-
res pre-revolucionarios y juristas como cional y humanitario. Fruto de ello es la
Alembert, Diderot, Malesherbes, Condor- redacción del art. 9 de la Declaración que
cet, cuyas obras posibilitaron la reforma reconoce, entre otros extremos, que «todo
del sistema penal del Antiguo Régimen e hombre sigue siendo inocente hasta que
insuflaron una visión humanitarista del sea condenado» recogiendo así un princi-
acusado desencadenada por obra de las pio conocido por todos desde Ulpiano, en
corrientes filosóficas del siglo XVIII. virtud del cual nadie puede ser condenado
El debate sobre la reforma del siste- por sospechas, porque es mejor que se deje
ma represivo centró la atención en dos impune el delito de un culpable, que con-
puntos esenciales. Por un lado, en la de- denar a un inocente. En definitiva, se in-
finición de las penas y del concepto de cluye aquí la p. de i. no como un principio

2 Describía de manera ilustrativa SISMON- an ménos horror en los Estados serviles que en
DE DE SISMONDI, en su conocida obra «Estu- los demas: la reforma se ha hecho estensiva
dios sobre las Constituciones de los Pueblos hasta los tribunales, las leyes y las administra-
Libres», el contexto en el que se vivía en Euro- ciones municipales». Hemos manejado la ver-
pa en las primeras décadas del neonato «Esta- sión publicada en España, ed. Álvarez y Cía,
do Constitucional»; afirma en ella que los go- Sevilla, 1845, p. 24 y ss. Véase también DÍEZ-
biernos de los Estados «trabajan en fin, y PICAZO, I.: «Artículo 24.-Garantías Procesales»
algunos demuestran sumo ardor en bien de la en Comentarios a la Constitución española de
instrucción pública, de la de todos los emplea- 1978, dirigidos por O. ALZAGA VILLAAMIL,
dos de la administración, y en la supresión, ó Tomo III, pp.110 a 123, ed. Cortes Generales,
al ménos en la ocultación de todos los escán- 1996-99, donde realiza un sucinto repaso a la
dalos. Ninguna córte de Europa se atreveria historia de este derecho desde su inclusión en
ahora á dar abiertamente el ejemplo de los vi- la DDHyC de 1789 hasta su reconocimiento en
cios de Enrique III, ni aun de los de Luis XIV. la vigente Constitución, afirmando, respecto a
La justicia ha dejado de ser ya una venganza lo primero, que «la presunción de inocencia
feroz y los suplicios espantosos, que aun em- supone un vuelco de la justicia penal ilustrada
pañan el reinado de Enrique IV, no inspirarí- frente a la justicia penal del Antiguo Régimen».
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jurídico de naturaleza estrictamente proce- se buscaba, por tanto, garantizar la li-


sal, sino como un derecho de contenido bertad personal en situaciones de «alto
más amplio que despliega su eficacia fun- riesgo penal» pero permitiendo que, en
damentalmente al momento anterior al de aquellos supuestos en los que por la con-
la apertura de un juicio impidiendo —afir- veniencia de otros intereses más altos
ma Ovejero— que el individuo sufra res- (como garantizar el cumplimiento de la
tricciones a su libertad como si hubiere sido Ley, o la pervivencia del interés público o
sancionado, cuando todavía no hay decla- del buen funcionamiento de la Justicia)
ración firme de culpabilidad y por tanto se considere estrictamente necesario, se
imposición de la pena. pudieran realizar excepcionalmente in-
En resumen, la autora entiende que tromisiones en el ámbito de actuación de
es necesario, para la comprensión del dicha libertad personal, siempre que tal
contenido original del derecho a la p. de intromisión sea lo menos perjudicial po-
i. relacionarlo con los tres principios bá- sible, sin constituir por sí misma una san-
sicos del liberalismo: la legalidad penal, ción, y siempre que garantice que tal in-
el principio de separación de poderes y tromisión (la detención) tiene como
el derecho a la libertad personal. Así, la finalidad la celebración de un juicio
relación entre p. de i. y principio de le- (proceso judicial, aseguramiento del sos-
galidad penal es definida como la consi- pechoso). Por último, la p. de i. como ex-
deración automática de la inocencia de presión del principio de separación de
todo comportamiento que no pueda ser poderes y de la garantía jurisdiccional re-
subsumido en algún tipo definido previa- quería, sin duda, del acuerdo expreso en
mente por la ley. En cuanto a la p. de i. la necesidad de un Poder Judicial inde-
como garantía de la libertad personal lo pendiente, eliminando por completo la
es frente al ejercicio sancionador «arbi- posibilidad de la aplicación por el Rey
trario» del Estado, no es una garantía ab- de una justicia arbitraria expresión de la
soluta frente al poder de represión estatal cual eran las denominadas lettres de ca-
en caso de infracción de la ley, sino sólo chet o «cartas selladas», que permitían el
frente a la represión no sometida a dere- directo encarcelamiento de un súbdito
cho y no garantizada por la intervención por decisión regia.
de los jueces. Se relaciona aquí de mane- A continuación se relatan por la au-
ra manifiesta el derecho a la p. de i. con tora los acontecimientos históricos poste-
uno de los derechos clásicos reconocido riores a la DDHyC y la Constitución de
en los textos constitucionales pioneros 1791 en Francia y el reconocimiento de la
del Estado Constitucional, respecto de los p. de i. en los textos que les sucederán
cuales observara ya en nuestros días Pe- con breve referencia a la Constitución es-
ces-Barba Martínez una notable influencia pañola de 1812 hasta llegar, en la segun-
ejercida sobre ellos por el iusnaturalismo da mitad del siglo XIX, al Estado francés
racionalista3. Para la autora con la p. de i. de la máxima expresión del legalismo

3 PECES-BARBA MARTÍNEZ, G.: «Intro- supremacía de la ley. Vid. LORENZO RODRÍ-


ducción a la Filosofía del Derecho», ed. Deba- GUE-ARMAS, M. ob.cit., pp. 18 a 36. Respecto
te, Madrid 1983, pp. 75 y ss. Esta corriente fi- al reconocimiento del derecho a la libertad se
losófica va a servir de base a las primeras proclamaba en el art. 2 de la DDHyC de 1789
formulaciones de derechos de finales del siglo que «la meta de toda asociación política es la
XVIII, en las que junto al reconocimiento de conservación de los derechos naturales e im-
determinados derechos como derechos natu- prescriptibles del hombre. Estos derechos son:
rales, inalienables y sagrados se reconoce a la libertad, la propiedad, la seguridad y la re-
su vez una vertiente positivista que afirma la sistencia a la opresión».
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que dejará en manos de un legislador de plía la protección que la p. de i. otorga a


poder ilimitado la regulación de los dere- aspectos extraprocesales, mientras que
chos subjetivos. El reconocimiento de la en la americana, la p. de i. es sólo uno
p. de i. no aparecerá expresamente ya de los elementos del derecho al proceso
en otra declaración de derechos hasta la debido. En Francia se une la p. de i.
Declaración Universal de los Derechos como derecho extraprocesal a la garantía
Humanos de 1948. jurisdiccional de los derechos, mientras
La autora concluye este capítulo re- que en los EEUU lo primero se encuentra
cordando que en este primer período del subsumido en lo segundo.
Estado Constitucional se enfatiza la im- También respecto al contexto consti-
portancia de destacar el concepto Rous- tucional español hace la autora el corres-
soniano de la Ley general, fija, igual para pondiente repaso en relación a la p. de i..
todos, que sustenta todo el sistema de la En nuestro ámbito, «la inexistencia de re-
Carta de Derechos y por el que se ha conocimiento constitucional en el XIX
definido a la DDHyC como «legicentrista» pudo deberse a su consideración como
y termina ofreciendo lo que podríamos garantía del proceso y por lo tanto no
determinar un resumen de la concepción como derecho sustantivo en sí mismo por
originaria de la p. de i. como derecho lo que era desarrollado por el legislador
del ciudadano: «El derecho a la presun- procesal y no por el constituyente. La re-
ción de inocencia de 1789 responde a la forma de la justicia penal en España se
protección del bien jurídico Libertad per- hace desde los enunciados constituciona-
sonal, sin que ello implique la abolición les de los derechos al juez y al proceso y
del sistema represivo. El derecho a la pre- no se incluyó junto a ese nivel de catego-
sunción de inocencia garantizaba el dis- ría de derecho sustantivo la p. de i. que,
frute de la misma frente a intromisiones, en consecuencia, no integraba la garantía
no justificadas por incumplimientos de jurisdiccional de los derechos. En España,
la Ley, del Poder Ejecutivo. No era un de- por tanto, estamos ante un derecho de
recho del ciudadano frente al juez (Poder configuración legal, relacionado con las
Judicial), porque se entendía que la in- garantías procesales y la valoración judi-
tervención del «nuevo» juez actuaría de cial de la prueba y que se erige como lí-
garante de la libertad y demás derechos. mite en la actuación procesal penal vi-
Era un derecho pre-procesal cuya vali- gente en cada momento. En lógica
dez era proteger la libertad individual consecuencia, ahondando en las diferen-
del abuso del Ejecutivo, hasta la interven- cias entre contextos español y francés,
ción del juez y contenía además los ele- tampoco encuentra la autora referencia,
mentos políticos definitorios de todos los en nuestro constitucionalismo, del dere-
derechos liberales como principios de con- cho a la p. de i. con una protección pre-
figuración política del poder, en este caso procesal del individuo, que enlazara tal
del poder judicial» derecho con su derecho a la libertad fren-
A continuación aborda la p. de i. en te a la acción del Estado.
el contexto de la Constitución de los II) El derecho a la presunción de
EEUU, como elemento conformador del inocencia en el ordenamiento español.
derecho al proceso debido para concluir En España no hay una tradición constitu-
fijando la diferencia respecto del contexto cional de reconocimiento de este dere-
francés en que, en éste último, se am- cho4. Los derechos de los individuos fren-

4 Un repaso por las constituciones deci- cencia como derecho «de los españoles», véase
monónicas evidencia la ausencia de reconoci- la recopilación de DE ESTEBAN, J.:»Las Cons-
miento constitucional de la presunción de ino- tituciones de España», BOE;CEC, 1998.
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te al poder represivo arbitrario del Estado autora por la naturaleza de la p. de i.


se garantizaban a través de otros dere- como derecho fundamental en relación
chos, como el derecho de acceso a los con la institución del in dubeo pro reo,
tribunales (garantía jurisdiccional de los que había inclinado a la doctrina a consi-
derechos) y el derecho al proceso legal, derarlo un principio general del Dere-
además de a través de determinadas ga- cho5. Al constitucionalizarse se convierte
rantías procesales concretas (derecho al en un derecho subjetivo definitorio del
proceso público, asistencia letrada, etc.). status jurídico de la persona frente al po-
¿Por qué, entonces, —se pregunta la au- der, vinculante para todos los poderes
tora— fue incluido como derecho funda- públicos y dotado de una protección es-
mental en la sección 1.ª del Cap. II, con pecial a través de la reserva de ley de
la especial protección otorgada por el art. los artículos 53 y 81 CE y del recurso de
53 CE, en la Constitución de 1978? Se re- amparo constitucional. Cita la primera
cogía ya en los trabajos constituyentes sentencia en la que se produce el reco-
del art. 24 pero no se produjo un debate nocimiento de la p. de i. como derecho
acerca de la naturaleza jurídica de este fundamental, la STC 31/1981. No obstan-
derecho ni durante los trabajos prepara- te, en una 1.ª etapa considera la autora
torios de la ponencia, ni durante su dis- «que se mantuvo cierta confusión entre
cusión en las Cámaras, a pesar de que se los conceptos derecho fundamental y
trató de modificar a través de enmiendas principio general del derecho». Así, el TC
su ubicación y resituar el reconocimiento definía en alguna ocasión la p. de i.
del mismo en el apartado. 1.º y no en el como un derecho fundamental y un prin-
2.º del art. 24, en estrecha relación con el cipio procesal penal. Sin embargo, la au-
genérico derecho al proceso debido y tora defiende en este apartado la natura-
con el derecho de acceso a la jurisdic- leza jurídica de la p. de i. como un
ción. derecho fundamental con contenido sus-
Una vez fue publicado el texto cons- tantivo propio, que puede integrar junto
titucional la doctrina interpretó el art. 24.1 a otros el principio procesal penal del in
como una cláusula general, el derecho a dubeo pro reo, pero que abarca un senti-
la tutela judicial efectiva, y el 24.2, como do mucho más amplio. Esto ha posibili-
un conjunto de garantías procesales pe- tado un mayor alcance protector de este
nales. En sus primeras sentencias el TC se derecho frente al que posibilitaba aquel
inclinó por la defensa del carácter proce- principio y, por lo tanto, le dota de un
sal penal de la p. de i. como presunción contenido esencial mucho más rico en
iuris tantum pero esta interpretación ha elementos que los que la visión parcial
sido corregida con gran esfuerzo por el equiparadora al citado principio le con-
TC para «dotar de contenido constitucio- cedía; además, esto le permite incluir en
nal propio» a los derechos del art. 24.2 dicho contencial los elementos que re-
CE y conectarlo todo ello con la idea eu- sulten de una interpretación conforme a
ropea de p. de i. que, a su vez, lo está la Declaración de Derechos Humanos y
con la idea original recogida respecto a demás tratados internacionales ratificados
dicho derecho en la DDHyC de 1789. por España en virtud de lo establecido en
II) 1. Se pregunta a continuación la el art. 10.2 CE (STC 138/1992).

5 TOMAS Y VALIENTE, F.: «»In dubeo pro resume de manera magistral el paso de la con-
reo», libre apreciación de la prueba y presun- sideración de la p. de i. como un principio
ción de inocencia» en Revista Española de De- general del derecho vinculado al principio del
recho Constitucional, núm. 20, CEC, Madrid in dubeo pro reo a un derecho de rango cons-
1987; de interés sus pp. 9 a 20, donde el autor titucional.
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Nos queda por tanto la definición de derecho dentro del proceso, lo cual ha
la p. de i. como un derecho fundamental causado un vacío interpretativo respecto
no equivalente a una garantía procesal al aspecto extra-procesal del mismo7. En
penal, sino supracomprensiva o integra- lo que respecta a la faceta intraprocesal
dora de otros elementos que le posibili- ampliamente desarrollada por el TC, ésta
tan desplegar eficacia como garantía tiene su fundamento en la competencia
constitucional de los derechos, en el sen- declarada por el TC «para estimar la exis-
tido de que la p. de i. es uno de los me- tencia de mínima actividad probatoria
dios establecidos por la Constitución para que pueda ser constitucionalmente con-
hacer efectivo el derecho a la tutela judi- siderada de cargo, como presupuesto bá-
cial efectiva; o como garantía constitu- sico para desvirtuar la presunción de ino-
cional-individual, esto es, como garantía cencia (STC 31/1981)». Así, es interesante
de los valores superiores del Ordena- proseguir con la constatación de que tan-
miento que propugna la Constitución to para el TC como para la doctrina pro-
como principios básicos que sustentan cesalista, la p. de i. determina la existen-
todo el sistema político (art. 1.1 CE). Lo cia de una presunción iuris tantum, a
resume Ovejero con la afirmación de que favor del titular del derecho, cuya aplica-
«confundir el derecho a la p. de i. con ción opera de forma completa en el régi-
una garantía procesal es confundir el men jurídico de la prueba»8. Asimismo,
todo con la parte», siendo así que «las ga- es relevante reflejar algunos aspectos más
rantías procesales —prosigue— son el re- de este derecho: «primero, el TC ha reco-
flejo positivo del derecho a la p. de i. nocido que existe una relación limitativa
Son medios creados por el legislador entre el derecho a la p. i . y el principio
para hacer efectivo el derecho o para do- de libre valoración judicial de la prueba
tarlo de eficacia...». (STC 80/1986). Segundo: para el TC el
II) 2. A continuación expone la au- derecho a la p. de i. informa todo el sis-
tora los elementos definidores del conte- tema probatorio. Los únicos medios de
nido del derecho extraídos de la juris- prueba válidos para desvirtuar la p. de i.
prudencia constitucional en sus 25 son los utilizados en el juicio oral y los
primeros años de funcionamiento6. Así, preconstituidos que sean de imposible o
afirma que en este derecho concurren muy difícil reproducción. Otro aspecto
dos aspectos, que determinan su conte- relevante en el análisis de este derecho
nido esencial, uno extraprocesal y otro es su relación con los principios procesa-
intraprocesal, de lo cual se infiere una les básicos; con el principio acusatorio,
definición dual. Sin embargo, el TC ha con el principio de contradicción, con el
interpretado la p. de i. como un derecho de oralidad e incluso con el de publici-
meramente procesal, si bien según la au- dad. Cita como sentencia que resume y
tora esto es debido a que el mayor nú- anticipa lo que se considera contenido
mero de amparos por violación del mis- constitucionalmente protegido la STC
mo se instaban por vulneraciones del 182/1989 y expresa lo que, a su juicio, ha

6 La autora cita como más significativas cho a la p. de i. en relación a los denomina-


bien por su contenido, bien por ser doctrina dos «juicio paralelos» realizados en la prensa
reiterada las SSTC 31/1981, 2/1984 y 109/1986. sobre un caso sub iudice y el resumen que
7 Véase ALLUÉ BUIZA, A.: «Una presun- ofrece del parecer de la doctrina constitucional
ción de inocencia extensa y poco intensa» en y dogmática al respecto.
«La Europa de los Derechos: el Convenio Eu- 8 Cita OVEJERO la STC 79/1990, donde el
ropeo de Derechos Humanos», CEC Madrid alto tribunal expone los diferentes aspectos
2005, pp. 337 a 387. Interesante su reflexión en los que se divide esta faceta intraprocesal
acerca de la vertiente extraprocesal del dere- del derecho.
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sucedido con la doctrina procesalista que los derechos del 24 como derechos sub-
ha adoptado la interpretación realizada jetivos autónomos y por lo tanto invoca-
del derecho a la p. de i. como conectada bles de manera independiente ante el TC.
con la prueba, de forma tal, que le ha lle- Además, el TC favorecía esta interpreta-
vado a la reducción del contenido del ción por la necesidad de identificar el
mismo hasta el punto de identificarlo con derecho vulnerado desde la vía judicial
el «derecho a no ser condenado sin que (art. 44. 1. c) LOTC) para poder acotar su
medie prueba de cargo»9. Resume la au- actuación revisora. Pero existía una co-
tora que, según la doctrina del TC, está nexión de la p. de i. con los demás dere-
clara la relación entre derecho a la p. de chos tal, que ello impedía desarrollar has-
i. y prueba procesal pero que, lo segun- ta el final la tesis, que mantenía el TC, de
do es de configuración legal, mientras que son derechos diferentes. Además, se
que lo primero es derecho fundamental y añade a esto que el TC considera la p. de
por lo tanto norma constitucional. Tendrá i. «un elemento base del sistema procesal,
que examinar el TC si el juez ha actuado como base de todas las vulneraciones de
correctamente en el proceso respecto a la los demás derechos del 24.2. En definiti-
prueba y que quedará destruida aquella va de todos los derechos enunciados
p. de i., dice el TC «desde el momento en como diferentes del art. 24.2, hay uno, el
que se realizan pruebas de cargo legal- derecho a la p. de i. que sostiene todo el
mente válidas (...)», sin que pueda el TC a sistema protegido por el resto de dere-
su entender «entrar a examinar y decidir chos.
el mayor o menor acierto en la aprecia- Seguidamente relaciona la autora la
ción». extensión del derecho a la p. de i. a to-
Respecto a la conexión del derecho a das las formas del ius puniendi del Esta-
la p. de i. y el resto de los derechos re- do, incluyendo por tanto su aplicación
conocidos en el art. 24 CE, las primeras en los ámbitos administrativo sancionador
sentencias del alto tribunal apoyaban las y al ámbito de las sanciones privadas, so-
tesis de los procesalistas para los cuales bre todo en Derecho Laboral y Derecho
la relación entre los derechos del 24.1 y Familiar.
del 24.2 era una relación de concreción, II) 3. Es interesante, por último en
siendo el primer párrafo el enunciado ge- este capítulo la referencia que introduce
neral y el segundo, especificaciones pro- la autora a la teoría de la eficacia de los
cesales penales (entre ellas la p. de i.). derechos frente a particulares en relación
La jurisprudencia del TC se vio obli- con el derecho a la p. de i. Recuerda la
gada a evolucionar esta primera interpre- conocida teoría de la Drittwirkung o Efi-
tación para dar mejor protección a los cacia frente a particulares de los Dere-
derechos constitucionales del art. 24. En chos Fundamentales10, según la cual los
esta reconocerá la autonomía de todos derechos fundamentales en la medida en

9 En el mismo sentido «reduccionista» de- bre el derecho fundamental a la presunción de


nunciado por la autora véase, entre otros, inocencia», en Revista IUS ET PRAXIS, 11 (1)
CARBALLO ARMAS, P.: «La presunción de ino- Talca 2005, pp. 221 a 241.
cencia en la jurisprudencia del Tribunal Cons- 10 Esta teoría se recibe en nuestro derecho
titucional», Ministerio de Justicia, Madrid 2004, por influencia de la doctrina del Tribunal
p. 19, donde reduce el contenido del derecho Constitucional Federal alemán, desde su sen-
a la p. de i. a su vertiente procesal ligada al tencia de 18 de diciembre de 1953 sobre igual-
derecho al proceso debido y a la exigencia dad de trato de hombres y mujeres en el ám-
de la «mínima actividad probatoria»; ejemplo bito del Derecho Civil; véase, en la relación a
en el ámbito iberoamericano de esta corriente esta conocida doctrina la referencia que reco-
NOGUEIRA ALCALÁ, H.: «Consideraciones so- ge LORENZO RODRÍGUEZ, M.: «La igualdad
700 RECENSIONES

que son norma constitucional, son apli- mativa». Sostiene Ovejero que, al ser las
cables, y por lo tanto eficaces, a todo constituciones normas jurídicas singula-
tipo de relaciones intersubjetivas aún sin res, con una forma tradicional de enun-
existir la interpositio legislatoris que desa- ciar sus preceptos, una estructura dife-
rrolle el ejercicio de un derecho concreto rente a la norma legal ordinaria y,
mediante ley. Sin embargo, respecto al además, con un marcado carácter políti-
derecho a la p. de i., dado que su conte- co, su contenido demanda de forma clara
nido constitucionalmente protegido es un una interpretación que determine su sen-
derecho a no sufrir una sanción del Esta- tido. Así, en cita a Bökenforde se suma a
do, éste es un derecho público «que no la consideración de que la interpretación
podrá hacerse valer en las relaciones en- constitucional no será una mera interpre-
tre particulares, en tanto en cuanto el tación «explicativa» sino que deberá ser
monopolio en el uso de la fuerza lo os- «rellenadora» de la letra constitucional. Es
tenta el Estado y no se permiten sancio- decir, la interpretación constitucional vie-
nes penales privadas» y además añade ne a desempeñar aquí lo que denomina
que «la extrapolación de garantías exigi- Alexy una «integración normativa» de los
das en virtud del derecho a la p. de i. a Derechos Fundamentales. Según la auto-
ámbitos que no sean el propio del Dere- ra, el TC declara, en su condición de má-
cho sancionador del Estado (...) supone ximo intérprete, con carácter vinculante
una desnaturalización del sentido carac- «cuál es el contenido de cada uno de los
terístico del mismo, como derecho de derechos fundamentales» recogidos en la
corte liberal de protección del ciudadano CE. Así, el contenido constitucionalmente
frente al Estado y no frente a otro ciuda- protegido (o declarado) de cada derecho
dano». Otra cosa es, según la autora «la fundamental es el conjunto de faculta-
extensión a las relaciones interpersonales des, garantías y posiciones jurídicas que
de la protección extraprocesal» y nos ha- son declaradas como tales por parte del
bla aquí de supuestos sobre los denomi- TC en su labor interpretativa.
nados «juicios paralelos» en la prensa, o Pues esto es lo que ha hecho el TC
las declaraciones públicas ante determi- en relación al derecho a la p. de i.; ahora
nados casos delictivos, o la denomina- bien, aunque ha definido inicialmente el
ción periodística de «presunto delincuen- derecho a la p. de i. desde dos perspecti-
te» y de que en España este aspecto vas completamente diferentes, una pro-
extraprocesal del derecho no ha sido de- cesal y otra extraprocesal, sólo ha desa-
sarrollado ni por la legislación ni por la rrollado la primera, lo cual «ha
jurisprudencia del TC. Sí en cambio en condicionado qué se considera contenido
Francia donde «la protección del sospe- constitucionalmente protegido por el de-
choso y del acusado (procesado o no) recho a la p. de i. y es necesario —en-
ante las investigaciones de la prensa o tiende la autora— esperar a que se ale-
las declaraciones públicas de las autori- guen vulneraciones extraprocesales del
dades se lleva aplicando este derecho». derecho para oir la interpretación del TC
III) El contenido del derecho a la y, por lo tanto, se hará referencia a la
presunción de inocencia conforme a la doctrina que se ha manifestado sobre esa
jurisprudencia del TC (1981-2002). perspectiva extraprocesal del derecho.
III) 1. Interpretación constitucional La autora sigue la línea defendida
del art. 24.2 CE como «integración nor- por el procesalista Montañés Pardo y

real y efectiva desde la perspectiva del género pañol», Anuario Jurídico y Económico Escuria-
en la jurisprudencia del Tribunal constitucional lense, XL, 2007, pp. 183 y ss.
federal alemán y el Tribunal Constitucional es-
RECENSIONES 701

Vega Torres, que divide el contenido del probatoria deberá ser globalmente consi-
derecho en: a) «contenido constitucional- derada, que la actividad probatoria que
mente protegido, es decir, aquéllos ele- destruye la presunción debe alcanzar to-
mentos directamente derivados del man- dos los elementos del tipo penal y, final-
dato constitucional del art. 24.2 último mente, que la carga de la prueba recae
inciso, que constituyen en todo caso el en la acusación. Describe a continuación
«contenido esencial» del derecho que el qué se considera mínima actividad pro-
legislador debe respetar y que el TC ha batoria de cargo y realiza un pormenori-
explicado jurisprudencialmente; en este zado análisis, desde el derecho procesal,
sentido, las sentencias del TC no son cre- del derecho a la presunción de inocencia
adoras porque derivan facultades y posi- como derecho a la prueba auténtica ofre-
ciones jurídicas a favor del ciudadano di- ciendo, además, una exposición amplia
rectamente del mandato constitucional; y sobre el tratamiento recibido por la juris-
b) garantías procesales legales, que son prudencia del TC sobre algunas garantías
también contenido protegido por el de- procesales legales del contenido del de-
recho a la p. de i. en virtud del concreto recho a la p. de i., tales como el atestado
desarrollo legislativo, que en todo caso policial, las diligencias de investigación
debe ser respetuoso con el contenido judicial en la fase de instrucción, las de-
esencial al que antes nos referíamos (art. claraciones del inculpado y de testigos
53 CE). en las ruedas de reconocimiento, las de-
III) 2. A continuación y, en línea con claraciones de los coencausados, la prue-
lo anterior, se pregunta la autora por el ba pericial y otras pruebas preconstitui-
contenido constitucional del derecho a la das.
presunción de inocencia y, dado que la III) 3. Junto a la determinación del
interpretación de este derecho se ha lle- contenido del derecho a la p. de i. desde
vado a cabo en relación con recursos de la perspectiva procesal del mismo que
amparo que impugnaban la actuación ju- ha ido delimitando el TC, se recoge en el
dicial en relación al momento probatorio trabajo la referencia a las restricciones le-
del proceso se trata de dar contenido al gales del derecho, con referencia a las
derecho desde esta perspectiva. En este medidas cautelares sobre las que se pre-
sentido, desde el inicio, la jurispruden- gunta la autora si constituyen un elemen-
cia del TC (STC 31/1981) consideraba la to configurador o una restricción del de-
p. de i. «como una p. de i. iuris tamtun recho a la p. de i. Recuerda la doctrina
que puede ser desvirtuada a través de sobre los límites a los derechos funda-
una actividad probatoria llevada a cabo mentales y señala que límite al derecho a
en juicio». Para Ovejero, el siguiente paso la p. de i. es «cualquier género de restric-
en la interpretación del TC era ofrecer ción o condicionamiento, de carácter
un concepto de prueba «constitucional» ocasional y excepcional, no permanen-
frente a otro de prueba «preconstitucio- te, en la esfera de libertad protegida por
nal» e inválida, entendiendo por prueba este derecho. La única restricción im-
«constitucional» aquélla que destruye la puesta por el legislador al mandato de
p. de i., a la que se le denominará «prue- maximización enunciado en el derecho a
ba de cargo» y de la que puede deducir- la p. de i. es la previsión legal de las me-
se, según doctrina del TC, razonable- didas cautelares». La autora sostiene que
mente (que no sólo razonadamente) la desde la teoría constitucional de los de-
culpabilidad del acusado, o bien aquélla rechos fundamentales no podemos con-
sobre la que el juzgador asiente su razo- siderar las medidas cautelares como deli-
nable convicción de culpabilidad. Son ca- mitación del derecho a la p. de i. No
racterísticas de la misma que la actividad pueden entenderse como contenido del
702 RECENSIONES

derecho, en cuanto a delimitación, pues nalidad, es decir, sin motivación, el dere-


no son restricciones para el ejercicio nor- cho vulnerado es el de tutela judicial
mal del mismo, sino límites del derecho efectiva (art. 24.1CE) por falta de motiva-
pues constituyen por propia definición ción de la sentencia, o por indefensión, o
restricciones ocasionales justificadas por bien por vulnerar el proceso con todas
circunstancias extraordinarias como son las garantías (art. 24.2 CE). Sin embargo,
el temor a que el juicio no se celebre cuando la medida aún estando motivada,
por la ausencia del acusado, o a la comi- sea tal que se exceda la proporción entre
sión de otros delitos semejantes, o la pér- medio y fin, transformando con ello su
dida de evidencias necesarias en la in- carácter cautelar en carácter sancionador
vestigación y en el enjuiciamiento de los y punitivo, entonces el derecho vulnera-
hechos. do es la presunción de inocencia. Aun-
A este respecto me interesa cuando que será a través de la motivación ex-
se cita la prisión provisional o preventiva presa de la resolución judicial en
como medida cautelar de naturaleza per- adopción de la medida, como se podrá
sonal más gravosa para el procesado, en controlar la proporcionalidad entre cau-
tanto en cuanto supone la privación de li- tela y bien jurídico superior protegido. Y
bertad del encausado durante la tramita- cuando la medida sea adoptada sin res-
ción del proceso, dentro de unos plazos petar los requisitos legalmente estableci-
señalados por la Ley (STC 108/1984). dos, entonces el derecho vulnerado será
Aquí, la autora considera esta medida la libertad de movimientos del art. 17
una «intromisión en la libertad del proce- CE». Ahora bien la autora entiende que la
sado, limitativa no sólo de la libertad, «diferencia entre la vulneración de la li-
sino sobre todo de la p. de i, puesto que bertad y una vulneración de la p. de i. es
es este derecho concreto que protege al muy sutil y no está clara en la jurispru-
ciudadano frente al Estado, cuando está dencia del TC».
siendo sometido a un proceso judicial». Y, III) 4. Corresponde, a continuación,
más en concreto, cuando la autora reco- conocer cuál es la competencia del TC en
ge los pronunciamientos del TC sobre la apreciación de vulneración del dere-
dos aspectos conflictivos de la prisión cho a la presunción de inocencia, o di-
provisional, como son la extralimitación cho con otras palabras, cuáles son los lí-
temporal de la prisión provisional y la ex- mites de su control. Hay que partir aquí
tralimitación temporal de la libertad bajo de la base de que el TC debe poder ga-
fianza. El TC da un concepto de p. de i. rantizar este derecho, pero respetando
conforme con la coexistencia de medi- tres principios básicos reconocidos en la
das cautelares: «...el derecho a la p. de i. CE y la legislación: 1. Principio de exclu-
que establece el artículo 24.2 CE, (...) exi- sividad en el ejercicio de la potestad ju-
ge que las medidas cautelares que afec- risdiccional (art. 117.3CE); 2. Principio de
ten a la libertad personal o supongan una «libre apreciación de la prueba» por parte
restricción de la libre disposición de los de jueces y tribunales (741 LECr) que im-
bienes, se fundamenten en un juicio acer- pide la valoración de la prueba al TC; y 3.
ca de la razonabilidad para la consecu- El RA no es una tercera instancia revisora
ción de la finalidad propuesta, en aten- y por lo tanto no puede celebrar de nue-
ción a las circunstancias concurrentes, vo las pruebas practicadas ni otras inad-
cuando la decisión del juez o tribunal no mitidas o desestimadas en instancia.
tenga carácter reglado». La autora conclu- En cuanto al contenido del fallo de
ye que «cuando las medidas cautelares las sentencias del TC, es muy interesante
hayan sido adoptadas sin estar motiva- la afirmación de la autora respecto a que,
das en el juicio razonable de proporcio- aunque no es admisible la sustitución de
RECENSIONES 703

la jurisdicción ordinaria por parte del TC risprudencia del TC la retroacción de las


en la valoración de las pruebas, ni el en- actuaciones judiciales al momento inme-
juiciamiento de los resultados a los que, diatamente anterior al de dictar la sen-
razonadamente, llegue un juez ordinario, tencia recurrida en amparo, en aquellas
se aprecia la posibilidad de que el TC sentencias de amparo en las que se cons-
actúe en última instancia, pues ha de tata que la lesión del derecho a la p. de i.
existir un tribunal superior que comprue- se producen al margen de las pruebas
be la inexistencia de arbitrariedad en el no susceptibles de valoración por el Tri-
empleo de los criterios que llevan a to- bunal ad quem, y porque existen otras
mar determinadas decisiones judiciales y válidamente practicadas. En estos casos
en el sometimiento del Poder Judicial a la se retrotrae para que el órgano judicial
Constitución. Resume en cita a López decida si con las pruebas que subsisten
Guerra la casuística de sentencias recaí- en el proceso mantiene su conclusión
das en recursos de amparo por vulnera- condenatoria o las revisa (entre otras la
ción de la p. de i. en cuatro fases. Una STC 40/2004).
primera, caracterizada por los recursos III) 5. Termina el capítulo con la re-
que impugnaban resoluciones basadas en flexión acerca del «contenido necesario»
los sumarios, en las que el TC declaraba del derecho a la p. de i. Este derecho,
vulnerado el derecho y retrotraía las ac- entiende la autora, tiene un contenido
tuaciones hasta el momento procesal del propio, esencial y necesario, un conteni-
juicio oral, para que se repitiese la prue- do mínimo, que lo diferencia y lo distin-
ba con las garantías constitucionales que gue de cualquier otro, que debe quedar
se exigían y se emitiese una nueva sen- salvaguardado en la intervención del le-
tencia; este tipo de soluciones se terminó gislador y respetado incluso por la propia
rechazando porque era un doble juicio interpretación que realice el TC. La CE,
cuyos efectos duplicaban el perjuicio a para preservar lo anterior, establece nor-
aquel cuyo derecho había sido lesionado. mas de garantía que aseguran la vigencia
En un segundo momento, se decidió re- de los preceptos constitucionales incluso
trotraer las actuaciones al momento de ante la jurisdicción constitucional. El art.
dictar sentencia, obligando al juez penal 10.2 viene a cumplir esta función —afir-
a decidir conforme a las pruebas que se ma la autora— de especie de «superga-
había efectivamente realizado en el juicio rantía» del principio de constitucionali-
oral, dando lugar a fundamentaciones de dad, en tanto se imponen y superponen
sentencias mucho más complicadas pero a otras garantías constitucionales, como la
con idénticos resultados condenatorios. exclusiva jurisdicción constitucional. El
Para evitarlo el TC cambió de plantea- 10.2, así, impone un canon hermenéuti-
miento: como lo vulnerado era la p. de i., co, el único impuesto por la CE, de obli-
eso significaba que el imputado seguía gado cumplimiento, que se traduce en
siendo absolutamente inocente, luego la una obligación de «interpretación confor-
sentencia condenatoria era nula, se anu- me» que delimita el contenido mínimo
laba la sentencia y se absolvía de todos esencial de los derechos constitucionales
los cargos al procesado, convirtiéndose conforme a los tratados internacionales,
de hecho el amparo en una cuarta ins- cuya relevancia «aún no ha sido puesta
tancia; esto produjo un alto nivel tensión de manifiesto por la doctrina del TC, y
entre Tribunales. Actualmente son pocas que nos resulta imprescindible para saber
las sentencias que reconocen vulneración qué es y qué protege el derecho funda-
del derecho a la p. de i., y las que lo ha- mental a la p. de i.
cen es por falta absoluta de prueba. Sin A continuación, se desmenuza este
embargo, también está asentada en la ju- precepto desde su inclusión en el texto
704 RECENSIONES

constitucional en el art. 10.2 y se precisa (protegidas por derechos recogidos en


el principio de «integración conforme» Tratados internacionales, pero no en la
como integración de contenido declarado CE) como contenido de derechos funda-
por el TEDH respecto de los derechos mentales enunciados positivamente en la
fundamentales. Según la autora, cuando Constitución.
el TC concrete o desarrolle el contenido Es interesante cuando entra a hablar
de cada uno de los derechos constitucio- de la vinculación del TC a la jurispruden-
nales, determinando qué conjunto de fa- cia europea de derechos humanos y ex-
cultades, garantías y posiciones jurídicas presa que la interpretación conforme que
integran su contenido, debe incluir tam- realiza el TC y que decíamos que supone
bién las que hayan sido declaradas como la ausencia de contradicción, sin embar-
tales para los mismos derechos enuncia- go, no es suficiente para la absoluta con-
dos en los tratados, por parte del TEDH. cordancia entre las doctrinas de ambos
Por la naturaleza de los tratados interna- tribunales respecto al contenido de los
cionales de derechos ratificados por Es- derechos. Y en este sentido, nos interesa
paña el art. 10.2 sólo es aplicable en re- destacar, en línea con Ovejero, que en
lación con el CEDH y la jurisprudencia el caso del derecho a la presunción de
del TEDH que interpreta los derechos del inocencia reconocido en nuestro art. 24.2
Convenio Europeo de Derechos Huma- y en el art. 6.2 del Convenio Europeo de
nos. Con ello la autora concluye que «en Derechos Humanos, dado que, no sólo
virtud de la interpretación conforme im- tienen el mismo nomen iuris sino ade-
puesta por el art. 10.2, el contenido esen- más responden a las mismas institucio-
cial de los derechos fundamentales, del nes, «el contenido mínimo del derecho a
que habla el art. 53.1 de la CE, estaría la presunción de inocencia viene deter-
compuesto, en cualquier caso, por el minado, conforme al art. 10.2 CE, por la
contenido declarado, para los mismos de- interpretación que el TEDH haya dado
rechos, por parte del TEDH». Entiende sobre el derecho a la p. de i. del art. 6.2
respecto del precepto que «su principal del CEDH». De ahí se extrae el contenido
virtualidad reside en ser el canon decisi- necesario o mínimo del d. a la p. de i.
vo para la definición del contenido esen- imprescindible para integrar lo que la au-
cial o mínimo de los derechos funda- tora ha denominado el contenido decla-
mentales». Por su parte, el TC ha optado rado por la jurisprudencia del TC, de lo
por aplicar en su interpretación de los que se deriva, a su vez, que el Alto Tri-
DDFF de conformidad con el art. 10.2 bunal incurriría en responsabilidad si ig-
CE un criterio de «conformidad material» norase como contenido del derecho al-
en su vertiente más suavizada de mera guno de los elementos declarados por el
compatibilidad o ausencia de contradic- TEDH por su actuación inconstitucional
ción con los mismos derechos funda- por vulneración del art. 10.2 CE.
mentales regulados en el CEDH. Pero ¿es IV) La protección del derecho a la
la interpretación constitucional, a través p. de i. en el Convenio Europeo de De-
del 10.2 CE un medio para la creación de rechos Humanos. En este capítulo desta-
derechos? La autora entiende que el art. camos el interés de la autora por centrar
10.2 no dota al TC de una potestad legis- la atención sobre el Convenio Europeo
lativa y/o constituyente, sino que permite para la salvaguarda de los derechos del
al TC llevar a cabo una interpretación hombre y de las Libertades Fundamenta-
constitucional integradora de derechos les (CEDH) de 4 de noviembre de 1950,
(Alexy) ya que al imponer la interpreta- respecto del que afirma que «no nace
ción a la luz de los Tratados, se permite como un nuevo tratado para el reconoci-
la introducción de facultades jurídicas miento regional de derechos, sino como
RECENSIONES 705

un sistema de protección de los derechos con la Ley» . En línea con lo anterior, ex-
ya reconocidos por la Declaración Uni- plica el significado de este derecho a la
versal de Derechos Humanos de 10 de luz de la definición sostenida por la Co-
diciembre de 1948 (DUDH)». El punto de misión como un «principio fundamental»,
partida de su actividad es el derecho a la de carácter pragmático, que garantiza el
p. de i. recocido por los arts 11. de la derecho frente a todos los poderes públi-
DUDH, 14 del Pacto Internacional de De- cos y que ofrece una protección que des-
rechos Civiles y Políticos de 16 de di- pliega su eficacia hasta que la culpabili-
ciembre de 1966 y el art. 6 del Convenio dad haya sido establecida.
Europeo, como derecho equivalente en Analiza, a continuación, el derecho
cuanto a su contenido mínimo. En éste a la presunción de inocencia dentro y
último, el derecho aparece recogido en el fuera del proceso, así como el aspecto
art. 6 dentro de un apartado del derecho procesal del mismo, ayudándose de co-
«matriz» al que se denomina «derecho al piosa jurisprudencia de la Corte Europea.
juicio justo». Se mantiene un doble conte- En relación con este último aspecto y,
nido del derecho, que ofrece una posi- sin pretender ser minucioso en la recen-
ción ecléctica que sabe conjugar la tradi- sión de este apartado, es interesante la
ción continental y los postulados conclusión a la que llega la autora en el
pragmáticos norteamericanos sobre la in- sentido de que la CEDH diferencia la pre-
terpretación de este derecho. Por un lado sunción de inocencia del «derecho a la
está en estrecha relación con el derecho prueba legítima». Todos los elementos de
a la justicia (o derecho a obtener equidad ese hipotético derecho, esto es, prueba
en los juicios), y por el otro, se mantiene obtenida legítimamente, sin vulneración
un contenido autónomo, desde dos pers- de otro derecho del Convenio, legalmen-
pectivas: como especificación de las ga- te obtenida, realizada en juicio oral, pú-
rantías procesales penales en los proce- blico y contradictorio de forma inmedia-
sos en los que se determina la ejecución ta, garantizando el ejercicio de los
del ius puniendi estatal en relación con el derechos de defensa y el respeto a la
due process of Law y como garantía de la igualdad de armas, todos ellos, están con-
libertad en relación con la garantía juris- tenidos y protegidos de forma general en
diccional de los derechos. el art. 6.1 de la convención (principio de
La autora ofrece, asimismo, una ex- equidad) y de forma más concreta en el
plicación exhaustiva de la noción que art. 6.3, pero una inadecuada práctica de
acerca de la presunción de inocencia re- la actividad probatoria no desemboca ne-
coge el CEDH, mantenida por la Comi- cesariamente en una vulneración de la
sión en el conocido caso Krause 11: «el ar- presunción de inocencia del art. 6.2. Y
tículo 6.2 es un principio fundamental esto nos lleva a la interpretación que el
que protege a todos de ser tratados por TEDH ha realizado acerca de cuál es el
los agentes de la Administración Pública contenido del derecho a la p. de i. reco-
como culpables de una infracción, hasta nocido en este art. 6.212, que entraña una
que la culpabilidad haya sido establecida notable diferencia con lo que la doctrina
por un tribunal competente, de acuerdo y jurisprudencia constitucional españolas

11 Es citado aquí el caso Krause versus a no sufrir las condenas realizadas en aplica-
Suiza (Decisión de la Comisión 3/10/1978) Re- ción de presunciones legales desproporciona-
curso núm. 7986/1977. das o irracionales, y las sanciones impuestas
12 En palabras de la autora el TEDH ha de forma definitiva en casos no cerrados por
considerado contenido protegido por el dere- estar pendientes de resolución en apelación
cho a la presunción de inocencia: el «derecho o casación».
706 RECENSIONES

entienden al respecto por considerar de- manos y su naturaleza como normas self
terminante del contenido propio de dicho or non self executing y acerca de la fuer-
derecho la relación existente entre él mis- za interna de los derechos protegidos por
mo y la declaración de culpabilidad de- los tratados internacionales, a la luz del
ducida de la actividad probatoria en el art. 96 CE. En este extremo entiende la
proceso. autora que «las disposiciones de los trata-
IV) 1. Relación entre la protección dos internacionales que contienen dere-
internacional y la protección interna del chos para los ciudadanos son, desde el
derecho a la presunción de inocencia. Se momento de su incorporación al Orde-
abre ahora el interrogante acerca del va- namiento nacional, derechos ordinarios,
lor de los tratados internacionales en De- de complemento o desarrollo de los pre-
recho español, de acuerdo con el art. 96 ceptos constitucionales sobre derechos
de la CE Recuerda la autora que el art. 96 fundamentales». Con esto sigue la autora
de nuestro texto constitucional «es consi- la teoría que permite la protección cons-
derado unánimemente por la doctrina in- titucional de los derechos protegidos por
ternacionalista como la «cláusula de inte- tratados internacionales que, sin embar-
gración» que impone la asunción de todo go, no están expresamente recogidos en
el articulado de los Tratados como ley la lista constitucional de los derechos fun-
interna, en todas sus disposiciones, in- damentales. Pero cuando los derechos
corporándose en una relación jerárquica contenidos en las disposiciones interna-
como normas infraconstitucionales pero cionales tienen iguales enunciados que
supralegales, en virtud de la lectura com- los derechos fundamentales constitucio-
binada del art. 96 y del art. 9.3 de la CE, nales (idénticos nomen iuris) entonces la
que establece el principio de jerarquía responsabilidad internacional, que actua-
normativa como elemento configurador ría como sistema de protección de di-
del Estado de Derecho». Recoge, además, chos derechos, sería un valor añadido a
la distinción entre Tratados self executing la protección que ofrece la Constitución
y Tratados non self executing13 desde la nacional. Esta vía la posibilita el art. 96
perspectiva formal (rango del tratado en como instrumento integrador de derechos
relación a la Constitución y al resto del que permite coordinar la protección
ordenamiento jurídico) como desde la constitucional y la internacional de los
perspectiva práctica de la aplicación por derechos humanos en España aunque el
las autoridades nacionales del tratado. En TC, señala la autora, no ha utilizado esta
este segundo aspecto, la autora recoge vía novedosa que, «permitiría la incorpo-
la doctrina acerca de la aplicación por ración como derechos supralegales o de-
los jueces de los tratados internacionales rivados o de desarrollo de los derechos
en la resolución de los casos concretos, fundamentales las facultades o posicio-
siendo la de los tratados self executing di- nes jurídicas resultantes de la interpreta-
rectamente aplicables e invocables en los ción dada por el TEDH».
procesos, y los segundos, los non self IV) 2. La postura del TC español res-
executing de aplicación indirecta y supe- pecto a la recepción de la jurisprudencia
ditada a la previa existencia de norma del TEDH. La autora parte de la conside-
nacional de desarrollo. ración de que, con carácter general, el
En este ámbito la autora reflexiona TC español ha aceptado con normalidad
acerca de los Tratados de Derechos Hu- la doctrina procedente de Estrasburgo,

13 Recuerda la autora que los primeros que los segundos necesitan forzosamente de la
contienen mandatos directos y susceptibles de adopción de actos normativos internos que
ser ejecutados de forma inmediata, mientras los desarrollen.
RECENSIONES 707

sin haberse cuestionado hasta la fecha la cial de cada derecho, a la luz del cual de-
recepción obligada por el art. 10.2 CE, si berá aplicarse (interpretarse) cualquier
bien recoge algunos matices que ha con- otra norma legal inferior de desarrollo. Y
siderado el Alto Tribunal respecto a dicho termina afirmando que es el mandato
mandato que, aunque no sea posible su constitucional del 10.2 el que «diferencia
desarrollo en estas líneas, giran en torno al CEDH del resto de los Tratados sobre
a los siguientes asuntos: en primer lugar, derechos humanos vinculantes para Es-
la sede jurisdiccional considerada consti- paña».
tucionalmente competente para emitir la V) Nuevas perspectivas en torno al
interpretación internacional vinculante; derecho a la presunción de inocencia. Es
en segundo lugar, la aclaración de que el en este apartado donde la autora resume
art. 10.2 CE no reconoce un derecho fun- el concepto constitucional del derecho a
damental, susceptible de amparo, al cum- la presunción de inocencia conforme a la
plimiento por parte de todos los poderes interpretación jurisprudencial del TC es-
públicos de los Tratados internacionales pañol. En él expone que el TC ha inter-
y, en tercer lugar, el TC sólo ha utilizado pretado el derecho a la presunción de
la cláusula del 10.2 para introducir en inocencia exclusivamente desde su faceta
nuestra Constitución derechos que no es- procesal, olvidando su aspecto extrapro-
tando expresamente reconocidos en cesal, si bien le reconoce un rasgo dife-
nuestro texto constitucional, sí eran obje- rencial respecto del resto de derechos re-
to de protección internacional por alguno conocidos en el 24.2 CE, que le otorga
de los Tratados válidamente ratificados una visión angular en relación al resto
por España14. de garantías procesales penales ahí regu-
IV) 3. La vinculación del juez espa- ladas y que permite considerar este dere-
ñol a la jurisprudencia del TEDH. Aquí es cho como elemento «principio informa-
interesante el resumen que recoge la au- dor» del proceso penal.Y aquí es donde
tora acerca de la vinculación que la juris- introduce la autora la crítica por la au-
prudencia del TEDH adquiere respecto sencia de reformas en la legislación penal
de los jueces y tribunales por las vías de que ha forzado al TC a realizar una «au-
los artículos 96 y 10.2 de la CE. En este téntica labor legislativa» determinando
sentido, afirma Ovejero que «ambas nor- cómo «es» el proceso constitucionalmente
mas permiten la integración de la juris- debido. Así mismo ocurre con la califica-
prudencia del TEDH en Derecho espa- ción de este derecho como «presunción
ñol», si bien si se sigue la vía del art. 96 jurídica» iuris tantum, razón por la cual
CE, la doctrina de dicha Corte debe apli- se ha interpretado este derecho redu-
carse por los jueces sólo para aplicar nor- ciéndolo a un «derecho a la prueba». Sin
mas con valor infraconstitucional y, en embargo, como se sostiene en el trabajo
cualquier caso, de conformidad con la objeto de esta síntesis, «el derecho a la
Constitución y la doctrina del TC; mien- presunción de inocencia no es una pre-
tras que si se adopta la vía del 10.2, la sunción legal, ni constitucional, es un de-
Constitución, y en concreto los derechos recho fundamental que impone a los po-
fundamentales, deben aplicarse de con- deres públicos un determinado
formidad con la doctrina del TEDH, que tratamiento del sospechoso primero, y
constituirá el mínimo o contenido esen- del procesado después, que implica el

14 Por ejemplo, desde la STC 42/1982 se PIDCyP, como contenido propio del derecho
reconoce el derecho a la segunda instancia a la tutela judicial efectiva, en virtud de la in-
penal, no expresamente previsto en el texto terpretación conforme, impuesta por el art.
constitucional, pero sí en el CEDH y en el 10.2 CE.
708 RECENSIONES

absoluto respeto de sus derechos indivi- conjunto elementos integrantes del dere-
duales y la no injerencia estatal en el ám- cho al «proceso debido».
bito de la libertad personal antes y du- V) 2. Implicaciones de la nueva in-
rante el proceso, hasta que la sentencia terpretación del derecho a la p. de i. en
del juez declare su culpabilidad». derecho español. Siguiendo con el argu-
V) 1. «Una tesis posible: la “debida” mento anterior, la autora sostiene que ha-
interpretación del artículo 24 CE en rela- bría que interpretar los derechos del art.
ción con el derecho al juicio justo». La 24 como «derechos estanco», invocables
autora sitúa el asunto recordando que el individualmente en amparo pero no in-
derecho a la p. de i. está tutelado en Es- dependientes, en el sentido de que «sólo
paña simultáneamente por tres normas, el pueden entenderse desde la perspectiva
art. 24.2 CE, el art. 14 del Pacto Interna- de la sistemática de los derechos funda-
cional de Derechos Civiles y Políticos y el mentales, y en concreto desde la pers-
art. 6 del CEDH. A continuación recuerda pectiva del principio constitucional de
que para que el art. 10.2 pueda aplicarse Justicia, (...) formando un genérico dere-
a un tratado internacional, debe ser clasi- cho al juicio justo (...)». Y esto porque
ficado, como se vio páginas atrás, como según Ovejero, «la interpretación inde-
self executing y que sea susceptible de pendiente de los derechos del 24.2 CE
interpretación por una autoridad distinta es restrictiva de derechos» dado que una
del TC, con competencias exclusivas para vulneración independiente de cualquiera
determinar el contenido del derecho. Am- de ellos sería, a su vez, una vulneración
bas condiciones sólo las reúne el CEDH, de ese derecho a la tutela judicial efecti-
por lo que para saber qué es p. de i. en va, entendida como el derecho general a
España hay que atenerse a lo que el la Justicia (...)». Además, esta protección
TEDH haya definido como tal, que deter- sustancial que ofrece el genérico dere-
minará, a su vez, el contenido esencial y cho a la tutela judicial efectiva, —entien-
mínimo de nuestro derecho fundamental de la autora— concede al TC un mayor
a la p. de i. En este orden de cosas y en campo de actuación competencial «a la
línea con la interpretación mantenida por hora de definir los elementos constitu-
el Tribunal de Estrasburgo, sostiene OVE- cionales a los que está obligada la Ley
JERO que la p. de i. debe ser interpretada procesal y la Ley organizativa del Poder
como un derecho de naturaleza mixta Judicial (...) y puede producir algunas
que, en parte conforma la garantía juris- mejoras en el funcionamiento de la Justi-
diccional de los derechos y, al mismo cia de conformidad con los objetivos y
tiempo, comparte algunas de las caracte- parámetros constitucionales y la idea de
rísticas de los derechos procesales pena- “Justicia” española, que subyace en nues-
les que conforman el denominado Due tra convivencia». Así mismo, para alcanzar
process of Law. Sin embargo, siguiendo la protección plena del derecho contro-
los argumentos de dicho tribunal, entien- vertido hay que garantizar su vertiente
de la autora que «no cabe un análisis ais- extraprocesal, a la que el TEDH consi-
lado ni del derecho a la p. de i., ni de dera esencial y diferenciador de dicho
ninguno de los otros derechos enuncia- derecho y que aúna la garantía de la li-
dos en el art. 24». Hay un derecho supe- bertad del ciudadano frente al Estado y el
rior, que podemos denominar «derecho derecho al proceso debido conformando
a la tutela judicial efectiva», compuesto la concepción moderna del «derecho al
por todos los derechos que jurispruden- juicio justo». Para la autora esta protec-
cialmente el TC ha derivado del enun- ción extraprocesal es la asignatura pen-
ciado del art. 24.1 CE, y todos los dere- diente tanto del propio intérprete supre-
chos del 24.2, son considerados en mo como del legislador en los primeros
RECENSIONES 709

veinticinco años de democracia en Espa- * * *


ña. Por último, son sugerentes los aparta-
dos relativos al derecho a la p. de i. ABSTRACT. This paper tries to offer a
como límite del ejercicio de otros dere- synthesis of the remarkable book wrote by
chos, en especial de los contenidos en the pr ofessor A. M.ª. Ovejer o about
el art. 18.1 CE, (honor, intimidad y propia «Constitution and the Right to the
imagen) y en el art. 20.1 a) y d) (libertad Presumption of Innocence» in the context
de expresión y de información). of the Spanish Constitution. The author’s
thesis expr esses the need of a new
MAGDALENA LORENZO direction of the interpretation of the
RODRÍGUEZ ARMAS Spanish Constitutional Court about this
Profesora Asociada de Derecho right, in order to bring it a full content
Constitucional according to its historic origin and with
Universidad Carlos III de Madrid the European Court of Human Rights
jurisprudence.

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