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Revista de Geografía Norte Grande

ISSN: 0379-8682
hidalgo@geo.puc.cl
Pontificia Universidad Católica de Chile
Chile

Jori, Gerard
Reseña de "Alegoría del patrimonio" de Françoise Choay
Revista de Geografía Norte Grande, núm. 41, diciembre, 2008, pp. 147-150
Pontificia Universidad Católica de Chile
Santiago, Chile

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=30011629008

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PAULO C ESAR X AVIER PEREIRA Y RODRIGO HIDALGO (EDITORES
Revista
). PRODUCCIÓN 147
de Geografía Norte Grande, 41: 147-150 (2008)
I NMOBILIARIA Y R EESTRUCTURACIÓN M ETROPOLITANA EN A MÉRICA L ATINA Reseñas

Choay, Françoise.
Alegoría del patrimonio
Barcelona: Gustavo Gili, 2007. 263 p.

Gerard Jori1

Desde los años ochenta, la conservación encierra unos valores que rebasan lo pura-
y la valorización del patrimonio urbano han mente estético. Se requieren estudios que
ido adquiriendo un carácter cada vez más pongan de manifiesto su marcado significa-
prioritario en las políticas urbanas. La emer- do social, razón por la que hay que celebrar
gencia en el urbanismo de planteamientos la reciente publicación en castellano del li-
favorables a las tramas densas y mixtas o la bro Alegoría del patrimonio de Françoise
opción estratégica que muchas ciudades Choay. El texto, cuya primera edición fran-
han hecho por el turismo, son fenómenos cesa data de 1992, es una obra ya clásica de
que contribuyen a explicar esta creciente la caracterización del patrimonio urbano. La
preocupación por el patrimonio histórico y autora explora en profundidad su significa-
cultural. Sin embargo, la inserción del patri- do a lo largo de los últimos cinco siglos,
monio en la ciudad contemporánea no está concluyendo que el sentido que se otorga al
ni mucho menos exenta de problemas, entre patrimonio guarda relación con motivacio-
los que se pueden señalar la musealización nes existenciales e informa acerca de las so-
de centros históricos, la destrucción de teji- ciedades que lo afirman.
dos antiguos o los impactos negativos oca-
sionados por la afluencia masiva de turistas. El trabajo comienza diferenciando las
Las actuaciones de los políticos y técnicos nociones de monumento y monumento his-
no siempre han sido todo lo respetuosas que tórico, que lejos de ser coincidentes mantie-
cabría esperar y en demasiadas ocasiones nen relaciones opuestas con el tiempo, la
han implicado una auténtica banalización memoria y el saber. Así, el monumento es
del patrimonio urbano. Es preciso juzgar crí- universal en el espacio y el tiempo, mientras
ticamente muchas de las actitudes oficiales que el monumento histórico es una inven-
y denunciar aquellas intervenciones que no ción europea claramente fechada; el monu-
sean lo suficientemente cuidadosas con la mento es una creación deliberada, mientras
herencia construida de la ciudad. que el monumento histórico solo adquiere
tal carácter a posteriori; el monumento tiene
Para ello, debemos interrogarnos acerca por finalidad hacer revivir en el presente un
del sentido amplio que tiene el patrimonio pasado superado, mientras que el monu-
urbano, pues solo conociendo su razón de mento histórico, en tanto que obra de arte,
ser profunda nos será posible plantear ac- forma parte del presente vivido sin necesi-
tuaciones de altas miras. Más allá de contri- dad de que medie la memoria; y el monu-
buir al conocimiento de la historia del arte, mento está expuesto al desinterés u olvido,
o de ser uno de los productos predilectos de mientras que el monumento histórico es ob-
la moderna industria del ocio, el patrimonio jeto de conservación.

Los cuatro capítulos siguientes caracteri-


zan la evolución del significado de la no-
1 Doctorando en la Universidad de Barcelona. Be- ción de monumento histórico “a partir de la
cario del Programa de Formación del Profesorado
fase antiquizante del Quattrocento –cuando
Universitario del Ministerio de Ciencia e Innova-
ción (España). E-mail: gerardjori@gmail.com los monumentos elegidos pertenecían exclu-
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sivamente a la antigüedad– hasta la fase de primera vez, estos son objeto de un interés
consagración que institucionaliza la conser- fundamentalmente estético. La toma de con-
vación del monumento histórico” (Choay, ciencia de la degradación del entorno que
2007: 21). En el quinto capítulo, Choay in- provoca la industrialización –junto a otros
daga en la aparición de la noción de patri- factores como el romanticismo– hace privi-
monio urbano, que es cuatrocientos años legiar el valor artístico de los monumentos,
más tardía que la de monumento histórico. al tiempo que conduce a un refinamiento de
Por último, la autora critica severamente las los instrumentos jurídicos y administrativos
políticas culturales de las últimas décadas y para protegerlos. Especialmente significati-
aboga por la protección incondicional de vas son, en este sentido, la creación en
los monumentos históricos y el patrimonio 1830 del cargo francés de inspector de mo-
urbano frente a la creciente explotación numentos históricos y la promulgación en
económica de que son objeto. 1887 de la ley gala sobre monumentos his-
tóricos, con la que el Estado se dota de una
Choay sitúa el nacimiento del monumen- poderosa infraestructura para garantizar su
to histórico y los inicios de la conservación conservación.
en la Roma de la década de 1420. La autora
cita numerosos testimonios que dan cuenta Al mismo tiempo, el debate europeo so-
del surgimiento de la mirada distanciada y bre la restauración se enriquece con el en-
estetizante que, al posarse sobre los edifi- frentamiento de dos doctrinas antagónicas: la
cios, hizo de ellos objetos de reflexión y intervencionista, predominante en los países
contemplación. Esta actitud, síntesis de las continentales, y la antiintervencionista, pro-
aproximaciones histórica y artística, es la pia de Gran Bretaña. Choay analiza detalla-
que llevó a los humanistas del Cuatrocientos damente esta polémica clave en la historia de
a multiplicar las protestas contra el pillaje la restauración. Según el enfoque interven-
de los edificios antiguos. Los papas de los cionista, cuyo mayor exponente fue el arqui-
decenios sucesivos se harán eco de tales tecto Eugène-Emmanuel Viollet-le-Duc, “res-
condenas prohibiendo la utilización de las taurar un edificio es restablecer un estado
antigüedades como canteras, aunque ellos completo que puede no haber existido nun-
mismos seguirán extrayendo piedra de aque- ca” (Choay, 2007: 134). Esta postura se funda
llas edificaciones para levantar sus propias en una concepción ideal o abstracta del mo-
construcciones. Desajustes de este tipo entre numento histórico, que lleva a afirmar que la
el discurso y la práctica –deseo de conservar restauración no tiene por qué tener en cuenta
y necesidad de construir– se constatan en la autenticidad del objeto restaurado. En
todas las épocas analizadas en el libro, lo cambio, para los antiintervencionistas, repre-
que se explica por la complejidad de las sentados por John Ruskin, restauración y con-
fuerzas contradictorias a las que están some- servación son nociones incompatibles por-
tidos los actores. que la pátina del tiempo forma parte de la
esencia del monumento histórico. En su con-
La autora se detiene a examinar con de- cepción más radical, esta doctrina postula
tenimiento el significado que la Revolución que toda intervención es un sacrilegio por-
Francesa dio a los monumentos históricos. que el destino irremediable del monumento
De los decretos e instrucciones publicados es la ruina. El mérito de la autora consiste en
por el Comité de Instrucción Pública, infiere interpretar el pensamiento de Camillo Boito
que se les otorga, ante todo, un valor nacio- como una elaborada síntesis de ambas postu-
nal que es el que legitima a los otros valores ras. Este arquitecto, escritor y crítico de arte
–cognitivo, económico y artístico por orden italiano no niega que haya que intervenir en
de importancia–, el que justifica la necesi- los edificios cuando estudios exhaustivos así
dad de inventario y el que inspira las medi- lo aconsejen, pero siempre es preciso respe-
das de conservación. En otras palabras, se tar tanto su singularidad, como la pátina que
hace del monumento histórico la memoria el tiempo ha posado sobre ellos. Lo que, en-
viva de la nación. Sin embargo, desde la se- tre otras cosas, implica adoptar el criterio de
gunda década del siglo XIX se advierte una mínima intervención y diferenciar ostensible-
inversión en la jerarquía de valores atribui- mente las partes correspondientes a las obras
dos a los monumentos históricos ya que, por de restauración.
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Respecto a la invención del patrimonio irradiar belleza plástica a partir de lecciones


urbano, Choay apunta que en la génesis de extraídas de la ciudad antigua. No obstante,
dicho concepto se encuentra la conversión Choay señala que el modelo ideado por el
de la ciudad antigua en un objeto de saber maestro vienés plantea una antinomia irre-
histórico, lo que solo pudo tener lugar a raíz soluble, dado que propone crear racional y
de la transformación del espacio urbano que deliberadamente unas formas que en el pa-
provocó la industrialización. Hasta que no sado fueron producidas orgánicamente. El
se hizo patente la diferenciación entre la mismo Sitte es consciente del carácter fingi-
ciudad histórica y la ciudad industrial aque- do que tendría un paisaje natural y artificial
lla no pudo ser considerada en su conjunto al mismo tiempo, aunque no es capaz de
y, por tanto, pensada como un objeto de salvar esta dificultad.
conservación en su totalidad. Lo que lleva a
la autora a afirmar que “la noción de patri- El libro de Sitte se centra casi con exclu-
monio urbano histórico se construye a con- sividad en la función propedéutica que tiene
tracorriente del proceso de urbanización do- la ciudad del pasado, pero de él se infiere
minante” (Choay, 2007: 164); y añade que otro importante tema al que el arquitecto
es el resultado de una dialéctica de la histo- apenas prestó atención: el de la conserva-
ria con la historicidad que implica tres mira- ción de los tejidos antiguos. Serán los segui-
das cronológicamente sucesivas a la ciudad dores del vienés quienes lo desarrollarán,
antigua: memorial, histórica e historial. atribuyendo a la ciudad preindustrial una
función museal. Más que concebir el espa-
El primero de estos enfoques –el memo- cio urbano como un museo, con ello la au-
rial– es el que se desprende de los textos de tora quiere dar a entender que el conjunto
Ruskin. Una de sus innovaciones fundamen- urbano es concebido como una pieza de
tales fue considerar el tejido urbano antiguo museo, carácter que le viene dado por ser
como una entidad específica. Para Ruskin, un objeto raro, frágil, bello y en trance de
el conjunto de la ciudad preindustrial confi- desaparecer. Sin embargo, como toda obra
gura una armonía de la que participan tanto expuesta en un museo, la ciudad antigua
los edificios de arquitectura culta como los debe, con arreglo a esta visión, desligarse
de arquitectura vulgar o doméstica, lo que de los circuitos de la vida cotidiana y des-
le impide concebir los primeros desligados prenderse de sus usos y habitantes. Lo que
de los segundos. Además, toda la ciudad an- lleva a la autora a afirmar que “al transfor-
tigua posee para Ruskin el carácter de mo- marse en histórica, la ciudad pierde su his-
numento en el sentido original y etimológi- toricidad” (Choay, 2007: 172).
co del término, ya que apela a la memoria
colectiva y habla acerca de los hombres que Gustavo Giovannoni, inventor, según
la habitaron. Sin embargo, Ruskin es inca- Choay, del término “patrimonio urbano”,
paz de situar estos descubrimientos en su fue quien halló la forma de sintetizar y su-
perspectiva histórica, pues en vez de abogar perar las aproximaciones precedentes me-
por la conservación de la ciudad preindus- diante un enfoque que la autora califica de
trial en tanto que monumento histórico con historial. Este italiano tenía una triple forma-
una función memorial, propugna, mediante ción. Como ingeniero, intuyó desde la se-
una argumentación que en realidad es pro- gunda década del Novecientos que la im-
fundamente antihistórica, una vuelta a la so- plantación de las grandes redes de
ciedad del pasado. comunicación y telecomunicación acarrea-
ría un proceso de desintegración de la ciu-
Choay cita a Camillo Sitte como el ma- dad densa en beneficio de una urbanización
yor exponente de la aproximación histórica difusa y a escala territorial; como arquitecto,
a la ciudad preindustrial. En 1889 publicó comprendió que la nueva sociedad no po-
un pequeño ensayo titulado “Construcción dría funcionar únicamente a escala territo-
de ciudades según principios artísticos” en rial, sino que requeriría unidades de vida a
el que se constatan los inconvenientes esté- escala local; y como historiador del arte es-
ticos que presenta la ciudad contemporá- tableció que la ciudad preindustrial, aun te-
nea. El objetivo de Sitte radica en mostrar niendo un papel memorial, propedéutico y
en qué medida la ciudad moderna podría museal, podía igualmente desempeñar aque-
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lla función, pues su forma y dimensión ha- tar medidas estratégicas –creación de répli-
cen de ella un lugar idóneo para albergar cas para proteger los originales, control de
determinados usos contemporáneos “de flujos turísticos, etc.– contra los efectos per-
proximidad”. De este modo, Giovannoni versos del uso masivo del patrimonio.
otorga a la ciudad antigua el valor de uso
para el presente que otros le habían negado, Para concluir, conviene apuntar que
justificando la conservación del patrimonio “Alegoría del patrimonio” es una obra pro-
sin la necesidad de congelarlo. fundamente francocéntrica. La misma autora
advierte en la introducción que buena parte
La aproximación que propone Giovan- de sus ejemplos están tomados de Francia,
noni es el punto de llegada de la historia de aunque el problema, desde mi punto de vis-
la construcción del concepto de patrimonio ta, no reside aquí sino en la omisión de im-
urbano que describe Choay. Con posteriori- portantes tradiciones europeas e iberoameri-
dad, se han producido importantes aporta- canas. Así, por poner un ejemplo, no
ciones conceptuales y metodológicas, pero menciona el vivo debate que se planteó en
estas siguen en buena medida enmarcándo- España desde comienzos del tercer decenio
se en la mirada historial del italiano a la del siglo XIX, cuando románticos como José
ciudad antigua. En cambio, lo que sí puede Mª Quadrado relacionaron la destrucción de
ser considerado como una novedad es la ne- monumentos históricos con la degradación
cesidad de proteger el patrimonio urbano moral del siglo. Pese a ello, el libro sigue
frente a las agresiones que comporta su cre- constituyendo, tras más de quince años des-
ciente explotación económica. Choay dedi- de su aparición, una obra clave para com-
ca la última parte del libro a abordar esta prender el significado del patrimonio urba-
cuestión, postulando la necesidad de adop- no y la necesidad de estudiarlo y protegerlo.

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