You are on page 1of 5

cuota femenina

y dIscriminación positiva
rodrigo tena / elisa de la nuez

Q
ué pensaría usted si se enterase porción, encontraremos sin dificultad un sí a su falta de disponibilidad (esto lo dicen
que en EEUU las personas de común denominador, y por debajo de este ellas mismas).
raza negra, pese a que constituyen una causa final, de tal modo que los moti- Después de leer lo anterior no parece
casi la mitad de la fuerza de trabajo del país vos se nos presentan al modo de una pirá- muy difícil encontrar el común denomina-
y más de la mitad de los licenciados supe- mide invertida. Las razones invocadas son, dor de todas estas razones. Sí, es obvio: el
riores, sólo ocupan el 8% de los puestos di- entre otras, las siguientes: la falta de mode- tiempo, o, más bien, la falta de tiempo, lo
rectivos de las empresas? ¿Qué pensaría si le los de referencia; la penalización que impo- que, de nuevo eufemísticamente, la empre-
dijeran que ese 8% percibe un salario que ne la competitiva sociedad actual al que sa denomina “disponibilidad” o “falta de
no llega a los dos tercios del de sus compa- abandona su carrera por un tiempo (como disponibilidad”. El tiempo es para todos –
ñeros? ¿Qué, si supiese que cuando se habla muchas mujeres hacen por causa de la ma- especialmente a medida que se cumplen
de presidentes ejecutivos el porcentaje des- ternidad) y pretende reincorporarse más años– un bien precioso y escaso, pero fun-
ciende al 0.7%? No lo diga en voz alta: no adelante; la preferencia de las mujeres por damentalmente para las mujeres que traba-
es necesario, porque es mentira. No son los modelos de organización menos rígidos y jan fuera de casa y tienen hijos. En un mer-
negros, son las mujeres las que se encuen- más compatibles con las cargas familiares cado tan competitivo como el que vivimos,
tran en esa situación1. (cuidado de niños y ancianos) que les lleva o simplemente en un mercado que por una
En España la cosa es todavía peor. La a buscar fuera de la jerarquía empresarial – serie de motivos demanda tanta “disponibi-
media en la alta dirección en las empresas del organizándose por su cuenta– mayor liber- lidad”, esta es una circunstancia determi-
IBEX es de una mujer por cada veinte hom- tad y autonomía; su preferencia –por idén- nante. Los hombres disponen, en términos
bres (2,5% en consejos de administración). tica causa– por trabajos a tiempo parcial generales, de más tiempo que las mujeres
La media en el conjunto de las empresas es de peor remunerados. Todo ello motiva que para invertir en su profesión y por tanto
menos del 4%. Existen algunas, cuyo nombre las empresas consideren que deben invertir tienen muchas más posibilidades de pro-
es mejor no citar, que con 18 consejeros y 50 menos en las mujeres que en los hombres. moción profesional, dato irrefutable cuya
altos directivos en plantilla, no tienen ni una Existe también otro tipo de razones, traducción no es otra que las cifras que exa-
sola mujer ocupando esos puestos2. quizá poco objetivables pero igualmente minábamos al principio. Pero, si esto es así,
Podemos estar totalmente de acuerdo poderosas: las mujeres son menos proclives como parece que nadie discute, ¿a qué se
de que en el supuesto de que tal circunstan- que los hombres a lo que podríamos eufe- debe? ¿Porqué razón los hombres disponen
cia afectase a los miembros de una determi- místicamente denominar “relaciones socia- de más tiempo? A primera vista, la explica-
nada raza no habría más explicación que el les corporativas”, es decir, a las charlas “in- ción parece sencilla. Los hombres disponen
prejuicio irracional. Pero en el caso de las sustanciales” durante el trabajo o tras una de más tiempo porque una gran cantidad
mujeres ¿es sólo o fundamentalmente pre- interminable jornada en la barra del bar de ellos están casados o conviven con muje-
juicio? La tesis que aquí se defiende es que, más próximo, a jugar al golf los fines de se- res que no trabajan fuera de casa o lo hacen
sin desconocer que en algunos casos el jui- mana con el jefe, o a asistir a esas eternas a tiempo parcial, lo que les hace enorme-
cio pueda degenerar en prejuicio, no siem- comidas (o cenas) de trabajo de dos o tres mente competitivos –gracias al excedente
pre lo es: existen razones fundadas que ex- horas de duración que constituyen un fenó- de tiempo que ellas les proporcionan– fren-
plican esta situación. meno hispánico digno de estudio. Pero lo te a sus compañeras de trabajo que tienen
cierto es que a nadie se le escapa que estas hijos y cuyos compañeros también trabajan
Razones y causas conductas son muy necesarias para lubricar a tiempo completo. Especialmente ilustrati-
Si reflexionamos sobre las que normalmen- convenientemente las vías de promoción vo es el caso de las familias monoparentales,
te se alegan para explicar semejante despro- dentro de las empresas. Por otra parte, la que va en aumento, dado que un altísimo
presencia de mujeres en los comités de se- número de ellas está formado por la madre
1
lección y en las empresas headhunters es mí- y los hijos, de manera que en estos casos el
“The conundrum of the glass ceiling”, The Eco-
nomist, Jul 21 st 2005. nima (causa y consecuencia de un círculo progenitor varón es un ser libre, totalmente
2 El País, 27 de mayo de 2007. No obstante, en vicioso) con lo que ello supone para mante- disponible para la actividad profesional,
el último año se ha producido un incremento del 60% ner el persistente estereotipo en el que deci- mientras que la madre tiene menos dispo-
en el número de consejeras del conjunto de empresas
cotizadas, pero que no ha logrado elevar el porcentaje
de sobre la (in)capacidad de la mujer para nibilidad de la que puede considerarse
mas que a un paupérrimo 6%. El País, Negocios, 3 de el liderazgo, debido, si no a su falta real de “normal” incluso en un mercado menos
junio de 2007. capacidad (esto ya nadie se atreve a decirlo), competitivo, lo que fuerza a muchas muje-

 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº XX



tunadamente– en una sociedad libre, don-
de se reconoce a los ciudadanos plena auto-
nomía a la hora de buscar la mejor manera
de conseguir sus objetivos o hacer realidad
sus deseos. Si la mujer que decide dedicar
más tiempo a su familia y “regalar” tiempo
a su pareja lo hace libre y voluntariamente,
su postura es perfectamente racional y na-
die puede reprocharle nada por ello. Aun-
que lo cierto es que puede que se arrepienta
más adelante… en el momento en que sus
intereses o deseos cambien, o las circuns-
tancias se modifiquen radicalmente, lo que
en el caso de los hijos pasa siempre, senci-
llamente porque crecen y se independizan
(la razón por la que en España esto ocurre
tan anormalmente tarde merecería un artí-
culo aparte).
Aún en el caso todavía poco frecuente
de que los dos miembros de la pareja tra-
bajen a tiempo completo y compartan al
50% las cargas familiares, sigue existiendo
una diferencia insoslayable entre ellos: la
maternidad. Y no sólo por el tiempo que
exige a la madre, inevitable hasta que de la
res a buscar trabajos especialmente “cómo- necesidad de pedir ninguna baja, ni por gestación se ocupen las máquinas, sino por
dos” para poder compatibilizarlos con el parto ni por cuidado de niños, no tiene por algo mucho más importante, que quizá
cuidado no compartido de sus hijos. qué llevarlos al médico, no los recoge del podríamos denominar, de manera un poco
Todo lo anterior es una consecuencia colegio, no tiene que vigilar sus deberes, pedante, “la captación de voluntad im-
lógica de los principios de economía de es- prepararles la cena, comprarles ropa, etc. puesta por la genética”. Este es, sin duda, el
cala y división del trabajo. La unión entre No tiene tampoco por qué llevar el peso de vértice de la gran pirámide, de donde na-
un hombre que trabaja y una mujer que no la organización y gestión de su hogar. Su cen todas las decisiones que terminan des-
lo hace (o lo hace a tiempo parcial) origina mujer tiene tiempo para eso. Es evidente embocando en las cifras señaladas al prin-
una célula enormemente eficiente en el que muchos hombres que viven en pareja cipio. No es sólo esos meses de baja mater-
mercado. La mujer se ocupa de los niños – comparten estas tareas, es cierto, pero lo nal debidos a la gestación y el parto lo que
de tenerlos y educarlos– mientras que el fundamental es que no necesitan hacerlo. Si marca la diferencia, ni muchísimo menos.
marido invierte el tiempo que le “cede” su no pueden, no pasa nada, y precisamente La clave es que por un condicionamiento
mujer, al liberarle de ese trabajo, en su pro- por eso sus empresas dan por sentada su genético inevitable, a la mujer –especial-
fesión, lo que normalmente le conducirá a permanente disponibilidad para el trabajo. mente en una determinada época de su
una promoción profesional con el consi- A primera vista podría parecer entonces vida, que podríamos acotar entre los 30 y
guiente aumento de ingresos (este hecho es, que la peor enemiga de una mujer que tra- 45 años– le cuesta menos que al hombre –
por cierto, la causa fundamental que justifi- baja fuera de casa es…. otra que no lo hace por término medio, siempre hay excepcio-
ca el régimen económico matrimonial de la o lo hace a tiempo parcial. La mujer que no nes– adoptar determinadas decisiones a fa-
sociedad de gananciales, en el que se hacen trabaja es solidaria con su compañero e in- vor de la familia aún a costa de su proyec-
comunes los rendimientos profesionales solidaria con sus congéneres. Pero es obvio ción profesional. Si la mujer tiende a dedi-
obtenidos durante el matrimonio, cualquie- que no cabe hacer seriamente un plantea- car comparativamente más horas que el
ra que sea su origen). El hombre no tiene miento de esta naturaleza. Vivimos –afor- hombre a su hogar que a su trabajo, si sale

Nº XX CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA




cuota femenina y descriminación po s i t i va

disparada a casa cuando llega la hora, si lle- lo ha pagado fundamentalmente uno en es casi una condición moral que atribuye un
gado el caso es ella la que pide jornada re- beneficio de ambos. Puede que en su mo- derecho inalienable a su reconocimiento y
ducida (no hablemos de la baja por mater- mento no se percibiese como un “precio” a satisfacción, por muy injusta o desigual que
nidad) si se despide de una multinacional y pagar, pero cuando el tirón genético des- haya sido la situación que lo ha originado.
se organiza por su cuenta, si renuncia a aparece –y desaparece cuando la naturaleza Las mujeres padecen (o la sociedad da por
una promoción que le exige viajar o pasar ya no lo considera necesario– la cosa cam- hecho que van a padecer) un déficit de tiem-
muchas noches fuera de su casa, si decide bia completamente. Al final resulta que po relativo que les origina un hándicap de
abandonar su trabajo para acompañar a su uno tiene una carrera profesional más o partida; pero, además, el problema se agrava
pareja cuando la promoción profesional de menos satisfactoria y el otro no… y los hi- desde el momento en que los criterios de va-
este último lo exige, es porque quiere. jos son de los dos. loración estándar suelen tener más en cuenta
¿Cómo podría ser de otra manera? La culpa, claro está, no la tiene concre- la disponibilidad para pernoctar en la oficina
Como afirmaba Nietzsche con toda ra- tamente nadie. No la tienen los hombres, que la gestión racional del tiempo disponi-
zón, siempre hacemos lo que queremos. por cuanto una gran mayoría de mujeres ble, cuestión en el que las mujeres (a la fuer-
Ahora bien ¿por qué las mujeres quieren lo elige voluntariamente sacrificar en parte o za ahorcan) suelen ser imbatibles4.
que quieren? Pues muy sencillo, porque no totalmente su vida profesional a su vida fa- Pero aun cuando el sofisma no fuese tal
pueden dejar de quererlo. Están “hechas” miliar; no la tienen las mujeres que legíti- y el principio del mérito algo digno de todo
así, como los hombres lo están de otra ma- mamente prefieren ese modelo o las que el fervor que se le profesa, al menos debe-
nera. Las mujeres se diferencian de los también legítimamente aspiran a competir ríamos ser conscientes del precio que vamos
hombres sólo en una cosa; y no es precisa- profesionalmente en condiciones de igual- a pagar por él: que las cifras que veíamos al
mente su coeficiente intelectual ni en su ca- dad con los hombres sin querer renunciar a principio permanezcan inamovibles por ge-
pacidad de trabajo, ni en otros factores muy nada; no la tienen tampoco las mujeres que neraciones; que la mitad de nuestros con-
relevantes desde el punto de vista profesio- renuncian a una vida familiar y a unos hi- ciudadanos se vean obligados a una elec-
nal. La diferencia consiste simplemente en jos, voluntaria o involuntariamente; no la ción vital radical entre familia o carrera
que tienen menos capacidad de transmitir tienen las empresas, que se limitan a aplicar profesional, disyuntiva felizmente inexis-
genes a la siguiente generación. Un hombre los principios de eficiencia y racionalidad tente para la otra mitad; que a medida que
podría –al menos teóricamente– procrear productiva hasta el final. Decir que la tiene la esperanza de vida se alarga, se asume que
cien hijos por año. Una mujer no puede as- “la sociedad”, es como decir que la tienen el matrimonio no es para siempre y la com-
pirar ni a la quinta parte en toda su vida. “los genes”: algo completamente inútil. De petitividad laboral aumenta, cada vez mas
Este insignificante dato, a lo largo de millo- lo que se trata es de buscar una solución mujeres se verán obligadas a tomar decisio-
nes de años de evolución, ha marcado una que, como en tantas otras ocasiones, cuan- nes en contra de la maternidad, con lo que
“estrategia de inversión” seleccionada por la do se busca una sociedad mejor o unos ciu- ello implica para todos; sin olvidar, por su-
evolución y, en consecuencia, una tenden- dadanos más satisfechos, debe pasar por la puesto a los hombres –que sin duda exis-
cia “de la voluntad” difícilmente negocia- intervención pública. ten– que desearían dedicar más tiempo a
ble3. Las cosas son así y más vale asumirlas Los derechos de baja por paternidad, sus familias pero que pueden ver peligrar
cuanto antes. las guarderías sin horario, las ayudas públi- por esta razón no ya sólo su carrera profe-
cas de todo tipo, son sin duda pasos en la sional (como cualquier mujer) sino hasta su
La necesidad de la intervención pública buena dirección, pero no resolverán el pro- consideración social o incluso personal por
Lo que ocurre es que hoy no vivimos como blema por sí solos. Lo crucial es compren- parte de otros colegas más “competitivos”.
lo hacían los homínidos, ni siquiera como der que en la mayoría de los casos la mujer
nuestros inmediatos antecesores: los caza- realiza sus opciones “voluntariamente”: pre- La ley de igualdad
dores recolectores. Los hombres no aspiran fiere coger ella la baja, no quiere dejar a su Pues bien, la Ley de Igualdad ha sido apro-
a competir por ser uno de esos selectos ma- bebé en la guardería hasta que cierren, es bada y publicada (BOE 23 de marzo de
chos capaces de tener cien hijos por año. ella la que solicita jornada reducida o la ex- 2007), y el Presidente del Gobierno ha di-
Aún el más “afortunado” de ellos tiene tan cedencia temporal, la que está dispuesta a cho que “la norma está llamada a transfor-
pocos como cualquier hembra. Es más, posponer sus aspiraciones profesionales a mar radicalmente y para siempre la socie-
suelen ser los mismos. Es decir, un buen cambio de tiempo que dedicar a sus hijos, dad española” ¿Va a ser realmente así? Nos
día la madre descubre que después de de- etc. En una sociedad tan hipócrita como la tememos que no.
dicar tanto tiempo a la familia, después de nuestra no faltará quién diga que si la elec- La Exposición de Motivos arranca con
renunciar a las pocas oportunidades que ción fue voluntaria, un elemental principio una afirmación fundamental (“el pleno re-
ofrece una vida laboral normal, resulta pre- de responsabilidad exige asumir las conse- conocimiento de la igualdad formal ante la
cisamente eso: que los hijos son los mis- cuencias, por incómodas que puedan resul- ley, aun habiendo comportado, sin duda,
mos, son comunes, son de los dos. Cuando tar. Nuestra sociedad “libre y democrática” un paso decisivo, ha resultado ser insufi-
esa “captación genética de la voluntad” dis- está construida sobre esos parámetros y hay
minuye o desaparece por el simple paso del que ser consecuentes.
tiempo, lo que muchas veces queda es la Sobre este argumento gira el llamado 4 Al margen, por supuesto, de cuando los criterios

sensación de estafa, de injusticia. El “pre- “principio del mérito”, que no es más que descansan en el puro prejuicio, todavía abundante.
Significativo es el caso relatado por Hyacinthe Ravet
cio” que supuso la inversión en la familia un sofisma que descansa sobre dos presu- (Professionnalisation fémenine et féminisation d´une
puestos falsos: primero, el que la idoneidad profesión. Les artistes interprétes de musique, citado
de cada uno para desempeñar un determina- por Dominique Vidal, Le Monde diplomatique, mayo
3 La genial intuición de Schopenhauer expresada 2007) sobre una selección de músicos para una or-
do puesto se aprecia de manera imparcial en
en los complementos al libro cuarto de El mundo como questa: sólo la instalación de una cortina que ocultaba
voluntad y representación se ha visto contundentemen- base a causas objetivas fácilmente mensura- a los aspirantes permitió la elección de... varias can-
te ratificada por la moderna psicología evolutiva. bles; segundo, que esa idoneidad (o mérito) didatas.

 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº XX



R o d r i g o Tena / Elisa de la Nuez

ciente”) pero sin extraer apenas consecuen- va, sino más bien “desiderativa”, por cuan- tir en que esas objeciones han tenido tra-
cias. Consagra un teórico principio de dis- to el legislador desea una cosa, pero no se dicionalmente un campo de debate –el de
criminación positiva, pero que en la prácti- atreve a imponerla y por eso solicita al des- la affirmative action en EEUU por motivos
ca queda en muy poco o casi nada, huérfa- tinatario de ese deseo normativo que “pro- raciales– sensiblemente diferente del que
no de cualquier imposición o sanción. cure” cumplirla. Claro está que si no lo aquí comentamos.
Como antes hemos defendido, no es lo hace no pasa nada. Más que norma, enton-
mismo a estos efectos permitir al padre co- ces, es deseo, petición, expresión de buena l Desde el punto de vista de la igual-
ger la baja por “paternidad” que obligarle a voluntad... y poco más. dad de trato se ha insistido especialmente en
hacerlo. Casi todas las medidas imperativas En parte podemos dar la razón a Ga- que no es justo que determinados miem-
de discriminación positiva se centran en briel Tortella cuando afirma que la imposi- bros de los grupos étnicos más favorecidos
una esfera –la pública– de trascendencia ción de una presencia equilibrada en las lis- (básicamente los blancos) tengan que sufrir
muy limitada. De hecho, la Administración tas electorales revela una visión patrimonia- las consecuencias de injusticias históricas de
ha venido constituyendo desde hace años lista del cargo público, que a quién convie- las que ellos actualmente no son beneficia-
un refugio para las mujeres capaces, dado ne en primer lugar es al que lo desempeña5. rios. Sin embargo, ese principio de igualdad
que combina un sistema de entrada muy Pero tiene razón precisamente porque la no puede ser una objeción en nuestro caso,
competitivo (las oposiciones) con una ca- imposición se limita a eso, sin trascender ni porque aquí no estamos hablando de injus-
rrera profesional que lo es mucho menos. un palmo a la esfera de lo privado. No con- ticias históricas que, pese a que ya no exis-
Es decir, la competitividad se circunscribe a viene confundir los intereses públicos, que ten, deben compensarse de alguna manera,
un momento temporal relativamente breve, son de todos (es decir, de nadie en particu- con la esperanza de que sus efectos desapa-
situado al principio de la carrera, pero lue- lar), con los privados, que son de personas rezcan en un futuro próximo, sino de “in-
go es mucho más limitada, dado el sistema muy concretas. Ya se sabe: los experimentos justicias” biológicas que determinan una si-
de Cuerpos superiores con determinadas con gaseosa.... Aunque no deja de ser un tuación de partida no sólo desigual, sino
plazas reservadas, las retribuciones “iguali- tanto sorprendente que se considere menos que va a seguir siendo desigual. No estamos
tarias”, o por lo menos sin grandes diferen- delicado o polémico imponer cuotas en el hablando de remediar injusticias históricas
cias entre los escalones más altos y los más Parlamento español o en el Consejo de Mi- a través de institucionalizar diferencias –en
bajos, los sistemas de promoción casi auto- nistros que en el Consejo de administración lugar de atenuarlas–, sino de desigualdades
máticos o muy ligados a la antigüedad, el de una sociedad del IBEX 35. originadas por la genética que subsisten hoy
hecho de que la Administración (y el sector y que previsiblemente van a subsistir en el
público en general) esté exenta a su vez de Discriminación positiva futuro cercano, nos guste o no. Precisamen-
competir, etc. Viene así a constituir un des- Pues bien, pensamos que ha llegado el te, la igualdad de trato lo que exige en este
tino laboral que no penaliza la falta de momento de asumir que sin avances signi- caso es un tratamiento diferenciado, pues
tiempo que soportan las mujeres ni, por ficativos en el sector privado y ocupándo- tan injusto es tratar de forma desigual a los
tanto, premia el excedente de tiempo que nos siempre de lo “fácil” (cargos políticos, iguales como igual a los desiguales. Aspirar
disfrutan los hombres, salvo en supuestos sector público, Administración pública, a que la creciente valoración por la “diversi-
muy excepcionales y en cargos de muy alto donde ya las mujeres empiezan a ser ma- dad”6 termine por eliminar un problema
nivel o de carácter “político” donde hay yoría por las razones más arriba expuestas) basado exclusivamente en el prejuicio racial
muchas menos mujeres precisamente por- no conseguiremos, no ya “transformar ra- puede ser razonable pero no resolverá por si
que las reglas que rigen son mucho más pa- dicalmente y para siempre la sociedad es- solo otro que sí radica en la existencia de
recidas a las del sector privado. pañola”, sino ni siquiera avanzar decidida- una diferencia “innata”.
Precisamente por eso, lo más llamativo mente en la buena dirección. Es impres-
de la Ley para la Igualdad efectiva de mu- cindible asumir sin complejos la necesidad l Más serias son las objeciones basadas
jeres y hombres es la diferencia de trato en- de imponer a través de medidas imperati- en los efectos contraproducentes –especial-
tre la esfera pública y la privada. Mientras vas, también para el sector privado, un es- mente para el colectivo al que teóricamente
el principio de presencia equilibrada se im- pacio –por muy “voluntariamente” que se se pretende ayudar– derivados de las medi-
pone imperativamente en órganos de selec- haya abandonado– en compensación por das de discriminación positiva. El debate
ción de personal de la Administración y en un tiempo empleado en interés de todos. central en el caso de la affirmative action es
sus organismos públicos dependientes, en Se trata, efectivamente, del llamado prin- hasta qué punto, al privilegiar a los miem-
sus representantes, en sus comités de ex- cipio de “discriminación positiva”, o de las bros de una determinada raza, no se crea
pertos o consultivos y en las listas electora- famosas “cuotas”, tan denostadas incluso una sospecha de menor idoneidad para to-
les, a las sociedades mercantiles de cierta por muchas mujeres que las consideran dos los miembros de esa raza, incluidos los
dimensión (las obligadas a presentar cuenta denigrantes. más capaces, que termina siendo castigada
de pérdidas y ganancias no abreviada) se El principio de discriminación positi- por el mercado. El caso típico que se pone
les dedica un único artículo en donde sim- va ha sido objeto de crítica desde una do- como ejemplo es el de la discriminación
plemente se indica que “procurarán” in- ble perspectiva: desde el punto de vista de positiva a favor de determinadas minorías
cluir en su Consejo de administración un la igualdad de trato y desde el punto de (negros e hispanos) a la hora de fijar los cri-
número de mujeres que permita alcanzar vista de su eficiencia. No pretendemos en terios de acceso a las Universidades de pres-
una presencia equilibrada de mujeres y este breve artículo analizar a fondo un
hombres nada menos que en un plazo de tema tan complejo y que ha dado lugar a
ocho años a partir de la entrada en vigor de una bibliografía muy extensa, pero sí insis- 6 Principal motivo que explica que hoy la affir-

mative action aparezca anacrónica y en declive en los


esta Ley (es decir, en el 2015). Se trata de
EEUU, según afirma John D. Skrenty (“La ‘affirma-
una curiosa modalidad de norma jurídica, tive action’ norteamericana en declive”, Le Monde
ni imperativa, ni dispositiva, ni prohibiti- 5 “La sinecura”, El País, 11 de abril de 2007. diplomatique, mayo 2007).

Nº XX CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA




cuota femenina y descriminación po s i t i va

tigio. Exigir a los miembros de esos grupos meninas. Quizá precisamente porque ellas impuesta al sector privado, teóricamente
un nivel académico inferior al normal obli- han podido llegar hasta donde están sin medido en términos de competitividad con
ga luego a ser consecuente y evaluarles de ayuda piensan que es “hacer de menos” a otras empresas que no sufren estas limita-
forma más indulgente. El mercado capta las mujeres ayudarlas con un sistema de ciones. Sin embargo, al hablar del principio
inmediatamente el mensaje y califica al li- cuotas. Pero quizá otras mujeres, igualmen- del mérito, ya se ha comentado la parciali-
cenciado por esa Universidad con una nota te capaces, no están dispuestas en empeñar dad actual de los criterios de valoración y
equivalente a la categoría del centro corres- una lucha titánica por llegar a puestos que selección dentro de las empresas, lo que
pondiente... salvo si pertenece a esa mino- están al alcance de sus compañeros varones, hace muy discutible su propia racionalidad
ría, en cuyo caso puede sospechar que su igual o quizá no tan capaces, pero que tie- económica. A medida que la reserva de
idoneidad no viene respaldada por la Uni- nen un “excedente de tiempo” del que ellas puestos exija a las empresas invertir más en
versidad de la misma manera que la de sus no disfrutan. No parece razonable exigir a sus mujeres y racionalizar sus horarios, el
compañeros de raza blanca (o asiática). No ningún individuo sacrificios heroicos para problema tenderá a resolverse por sí sólo.
cabe duda de que esa sospecha –perfecta- alcanzar metas que otros con sus mismas o Sin olvidar, por supuesto, como señala el
mente racional en términos generales– per- menores aptitudes consiguen sin dejarse la propio Código Unificado de gobierno cor-
judica enormemente al miembro de esa mi- piel. En definitiva, el sistema de cuotas fe- porativo, que la incorporación de la mujer
noría que sí cumplen con los estándares meninas en el sector privado va a beneficiar a los Consejos de Administración es tam-
académicos del centro7. necesariamente, no a las mujeres que están bién un objetivo de pura eficiencia econó-
En nuestro supuesto la cuestión es “fuera” del mercado de trabajo, sino a las mica, pues “desaprovechar el potencial ta-
completamente distinta. En el caso de la que están dentro y sólo necesitan que las lento empresarial de 51% de la población –
raza, el mercado, actuando libremente y empresas inviertan en ellas y les den las las mujeres– no puede ser económicamente
sin ataduras, castiga racionalmente una mismas oportunidades que a sus compañe- racional”8.
discriminación positiva situada a su entra- ros. Si cualquier hombre joven, buen profe- Podría argumentarse, por último, que
da, que perjudica especialmente a los que sional y trabajador que comienza su carrera existen otras medidas imperativas que pue-
no la necesitan para nada, cuyo número, puede aspirar a llegar a socio de un gran den llevarnos al mismo resultado –sin nece-
además, está condenado a crecer exponen- despacho, a director general de una multi- sidad de acudir a las denostadas cuotas–
cialmente a medida que el problema se so- nacional o a ocupar un puesto en un Con- como podrían ser la imposición de bajas
luciona. En el caso de las mujeres, sin em- sejo de Administración ¿por qué no cual- paternales obligatorias o las limitaciones
bargo, se trataría de una discriminación quier mujer en idénticas circunstancias? horarias a la jornada laboral. Sin embargo,
positiva situada dentro del mercado y no a Sabemos que esto no ocurre en la ac- a nadie se le escapa que la traducción real
sus puertas –donde no es necesaria en ab- tualidad. Hay numerosas mujeres muy ca- de tales medidas es casi imposible si la prác-
soluto, dado que las mujeres acceden sin paces en los escalones bajos e intermedios, e tica y la cultura empresarial y social no es-
problemas a los estudios superiores en los incluso cerca de los puestos directivos de las tán en sintonía. Precisamente, es el acceso
que, además, alcanzan normalmente un empresas, los famosos “segundos niveles”, de la mujer a los puestos directivos lo que
alto rendimiento. La discriminación positi- pero pocas llegan a lo más alto. No hable- puede provocar esa revolución en la cultura
va de la que hablamos no puede, entonces, mos ya de aquellas que abandonan, que son empresarial, y no a la inversa. Como es
penalizar a las mujeres que no la necesiten, legión, expulsadas por un mercado que pe- bien sabido, las revoluciones triunfantes
si es que las hay (las pocas afortunadas que naliza la falta de disponibilidad en cuanto son las que se hacen desde arriba.
disponen de un excedente de tiempo simi- tienen hijos o simplemente están en situa- En cualquier caso, debemos ser cons-
lar al de sus compañeros varones, lo que ción de poderlos tener. Y no parece que la cientes de que el miedo a las normas im-
sólo suele suceder antes de formar una pa- cosa esté cambiando pese a la incorpora- perativas (traicionado por el abundante
reja o una familia). Más bien al contrario, ción masiva de las mujeres a la vida laboral. uso de las “desiderativas”) se paga en tér-
pues al situarse dentro del mercado tenderá ¿Qué objeciones se pueden hacer en- minos contantes y sonantes de igualdad
a beneficiar precisamente a las más capaces tonces a la imposición decidida de cuotas efectiva, con todas las consecuencias ne-
entre las que se encuentren ya posicionadas femeninas también en el sector privado? gativas, también económicas, que tal cosa
dentro de ese mercado. No puede invocarse el principio de que lleva consigo. n
cada uno con su dinero hace lo que quiera
Cuota femenina porque lo cierto es que el sector público lle-
Conviene detenerse un momento en esta va muchos años imponiendo restricciones a
última afirmación, pues no resulta extraño ese principio, bien prohibiendo o bien in-
que mujeres que han llegado a puestos de centivando determinadas decisiones empre-
relevancia (a costa de esfuerzos en muchas sariales en aras de intereses generales que
ocasiones titánicos) sean precisamente las todos compartimos, empezando por el re-
más críticas con los sistemas de cuotas fe- conocimiento de todos los derechos sociales
de los trabajadores y terminando por la in-
corporación de personas con minusvalías al
7 “The fact is that the average black student´s
mercado laboral.
achievements do not equal those of the average white
student in good universities and everybody knows
El único perjuicio posible sería enton-
ces el que resulta de cualquier restricción Rodrigo Tena es ensayista, autor de Ocho minutos
it (…) Those who are good students fear they are
equated with those who are not, that their hard–won de arco (Ensayo sobre la importancia política de los
credentials are not credible. They are the victims of arquetipos morales).
a stereotype, but one that has been chosen by black
leadership”. Allan Bloom, The closing of the American 8 Aprobado por la Comisión Nacional del Mer- Elisa de la Nuez es abogada del Estado excedente,
Mind, Cap. I. 1987. cado de Valores el 19 mayo de 2006. Directora Gerente de Symmachia S.L.

 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº XX


You might also like