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¿Cómo ayudar a que mi hijo acepte la llegada de un nuevo

hermanit@?

La llegada de un segundo hijo exige un periodo de adaptación importante, no solo para el


hermano(a) mayor, sino para la familia en su totalidad. El proceso de adaptación implica
cambios de rutina y normas al interior de la familia generando desorientación y ansiedad
en todos sus miembros. Esto hace que los niños no sólo deban lidiar con la llegada del
nuevo miembro –pequeñito y delicado-sino también con el estrés de los padres, quienes
tienen menos tiempo para darle.

En este contexto es perfectamente normal que el niño sienta celos del hermano que llega,
pero también malestar por la situación en general.

Los celos a la llegada de un hermano pueden manifestarse en los niños a través de


conductas muy variadas: exigen más atención que la habitual (están más regalones), se
muestran más irritables o tristes, presentan conductas más infantiles que las esperadas
para su edad (vuelven a hacerse pipi, o a chuparse el dedo, cuando ya habían dejado de
hacerlo), e incluso muchas veces agreden al bebé, siendo bruscos, peñiscándolos, etc.

Lo importante es guardar la calma, comenzar por controlar la propia ansiedad y asumir


como normales las posibles reacciones de rechazo que pueda tener un niño hacia su
hermano que llega y que se transforma de alguna manera para él en una competencia por
el espacio físico y emocional en un hogar donde antes era el único “rey”.

Por estos motivos, los padres deben encontrar un espacio para sentarse a conversar,
primero entre ellos y después con el niño, respecto de la situación que están viviendo,
cómo han cambiado las cosas, y favorecer que el niño verbalice qué le pasa en relación al
bebé. Esto permitirá que se sienta escuchado y que perciba que su espacio en la familia
permanece y que no debe luchar por él.

Además es importante reforzar los aspectos positivos del nuevo rol de hermano mayor que
ahora tiene, incorporándolo a actividades relacionadas con al bebé. Se le puede pedir ayuda
en algunas tareas simples como ponerle los calcetines o llevar el coche siempre con
supervisión.

Es fundamental mantener espacios individuales con el niño, en los que pueda realizar
actividades sólo con su padre o con su madre, fortaleciendo en él sus sentimientos de
seguridad y autoestima.

Otras ideas que pueden ser útiles son:

1. Contar su experiencia de cómo fue para usted el nacimiento de sus hermanos menores.

2. Valorar y connotar positivamente el rol de hermano mayor y las ventajas que ello tiene o
puede tener.

3. Felicitar y reforzar cualquier conducta de aproximación positiva hacia el bebé ”qué bien
como te acercaste a ver a tu hermanito en silencio…así lo puedes ver sin despertarlo… ¡te
felicito!”.

4. Dar a conocer la importancia que tiene para el bebé tener un hermano mayor: “Hay
tanto que enseñarle a este bebé ¿Me puedes ayudar?”

Los niños tienen inmensas capacidades de adaptación y en general logran seguir adelante
frente a eventos familiares como el que la inquieta. Sin embargo, si el problema persiste
luego de tiempo y/o esta situación va más allá de su control y de sus esfuerzos en la
dirección que le señalo, la invito a consultar con un especialista, que puede ser un Psicólogo
Infanto Juvenil o un terapeuta familiar.

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