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LA MAYEÚTICA SOCRÁTICA Y EL OLVIDO DEL NACIMIENTO EN LA

FILOSOFÍA

Una vez realizado el repaso de las ideas preliminares que Sloterdijk había planteado
en el primer y segundo capítulo de sus lecciones sobre el comenzar poético, procede a
introducirse en un nuevo problema de matices más filosóficos esta vez, para ello toma
como punto de partida al filósofo Friedrich Nietzsche.
Sloterdijk apela a un diagnóstico realizado por Nietzsche en su obra Más allá del bien
y el mal el cual es: “Poco a poco se me ha ido revelando qué es lo que ha sido hasta la
fecha toda gran filosofía: la auto-confesión de su autor y una suerte de memoires
involuntarias e inadvertidas”. A partir de esta frase Sloterdijk comenta que existen dos
posibles caminos para la teoría filosófica a partir de dicho diagnóstico, la primera, a
modo de hipótesis es que si dicho planteamiento se constituyera como máxima
aceptada de forma general por los pensadores de la filosofía, se llevaría a cabo una
transformación radical de la manera en que se elabora la filosofía debido a que toda
construcción teórica necesariamente se convertiría en una autobiografía del
pensamiento, es decir, las confesiones intelectuales de los autores permeadas de
elementos meramente subjetivos. Sin embargo, dice Sloterdijk, que el segundo
camino que en realidad tuvo lugar, se manifestó en el quehacer filosófico fue la
despersonalización del pensamiento, la filosofía posterior a Nietzsche se configuró
como un esfuerzo conjunto para no para eliminar, sino para ocultar todo elemento
subjetivo del filosofar y por ello la elaboración teórica termina por configurarse como
grandes tratados que en función de el ocultamiento de los elementos personales, se
sirven de altos grados de abstracción que de alguna manera invisibilizan y desplazan
cualquier especie de contenido humano, por ello Sloterdijk afirma que para estos
filósofos nada humano les es ajeno, siempre y cuando sea a priori.
Empero, una vez dictados los dos caminos posibles, la afirmación de Nietzsche no ha
sido rebatida. Debido a que la afirmación hace referencia a elementos que escapan a
la propia autoconciencia, aunque se realicen esfuerzos explícitamente conscientes de
eliminar los elementos autobiográficos, estos subyacen inexorablemente a las
elaboraciones filosóficas y dicha negación de los elementos subjetivos en las obras
teóricas solo puedo tener lugar unas vez se tuvo conciencia de su existencia debido a
la propuesta de Nietzsche; la única forma de enfrentar, negar o contraponerse a algo
es cuando se su presencia se hace evidente.
Sloterdijk hace referencia al filósofo Austriaco Wittgenstein, en tanto que este
afirmaba que el saludo entre los filósofos debería ser “tómate tu tiempo”, con el fin de
expresar que muchas veces las proposiciones filosóficas se dicen demasiado rápido,
sin reparar en las implicaciones que subyacen a los planteamientos, sus principios
lógicos implícitos y consecuencias inadvertidas. Por ello, Sloterdijk sostiene que entre
los filósofos modernos existe una especie de pacto tácito en el cual se aceptan o pasan
por alto las consecuencias de los sistemas filosóficos sin realizar un verdadero análisis
crítico de los fundamentos de dichos sistemas, y esta es la manera en que las diversas
escuelas filosóficas lograr seguir elaborando cómodamente sus propuestas de manera
aislada y con pretensiones de auscultar el sentido del mundo sin tener contacto con él.
Nietzsche -dice el autor- fue uno de los que no aceptó hacer parte de dicho acuerdo
tácito, debido a que sentía impotencia frente a una verdad que se había pasado por alto,
esta verdad consistía en que Nietzsche había visto algo en Sócrates. Pero ¿qué era lo
que había visto? Nietzsche entonces haciendo uso de un ejercicio imaginativo se
enfrenta a Sócrates como si fuera un contemporáneo con el cual está teniendo un
debate cara a cara, el filósofo alemán no se enfoca en adornar problemas filosóficos
producto de la retórica de los autores, por el contrario, se ocupa de cuestiones que el
mismo siente, sufre y padece, para él, los antiguos problemas de la filosofía estaban
lejos de haberse soluciona sino que en realidad tienen una vigencia y contundencia
manifiesta. Para Nietzsche la figura de Sócrates es quién introduce el hombre teórico
al mundo, una especie de reflexión que dota a la razón de la capacidad de guiar el
quehacer humano y llevarlo hacia una virtud que puede ser aprehendida en función de
aquella capacidad. Debido a esta introducción de la reflexión en el mundo, a los ojos
de Nietzsche, Sócrates incorpora una especie de nihilismo en su proceder filosófico,
esto es debido a que la voluntad vital, es decir todas aquellas pasiones y principios
que se conforman como el motor de la vida real, se ven subordinadas al escrutinio
reflexivo del espíritu que no logra más que destruirlas e imposibilitar su
funcionamiento, es una razón que bajo su lente vigilante socava cualquier fundamento
posible de la vida humana y hace de esta un sinsentido.

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