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Civil IV

Clase 19/03
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Clase 26/03
Hay que tener clara la distinción entre derechos reales y derechos personales. El CC coloca
un gran énfasis en los derechos reales, puesto que es un código de propiedad, que un
código encargado a regular cosas específicas. Dado el contexto socioeconómico de una
sociedad agraria, la importancia de proteger la tierra (inmuebles), profundiza en el aspecto
de los derechos reales.
Una segunda idea es que los derechos reales están establecidos por el legislador, y no es
viable por la vía convencional generar otros distintos que del CC. De ahí el contraste de los
derechos reales limitados, previstos en el CC y otros códigos, con los derechos personales
los cuales son ilimitados, puesto que derivan de las fuentes de las obligaciones, previstas
en el artículo 1437° del CC; y que podríamos agregar el rechazo de enriquecimiento sin
causa y los actos jurídicos unilaterales.
En la introducción, se planteaba un caso relativo a una servidumbre, y se hablaba acerca
de la discusión de la posibilidad o no de estipular un derecho real por la vía convencional,
alterando los requisitos específicos del CC, en este caso de la servidumbre. Un elemento
esencial de la servidumbre (gravamen) es la existencia de dos predios, uno dominante y
uno sirviente. Entonces la duda que se presenta del punto de vista práctico es si el dueño
de un lote, destinado a la subdivisión urbana, puede establecer convencionalmente una
servidumbre entre inmuebles específicos en el lote, mediante un reglamente de
copropiedad donde suelen establecerse condiciones y gravámenes. La pregunta que surge
es si ése único propietario podría en ese inmueble no dividido, establecer servidumbres que
puedan calificarse como tales, y que puedan regirse por la normativa que es aplicable a las
servidumbres, en condiciones en que se perfecciona el reglamento hay sólo un dueño. En
este caso, lo que es criticable es que se pueda establecer una servidumbre entre un mismo
dueño. La pregunta es si puede fracturarse de la declaración unilateral de voluntad, un
elemento esencial de la servidumbre, cual es la existencia de dos predios. Se puede
plantear desde el punto de vista de que la servidumbre está sujeta a una condición
suspensiva, que es la subdivisión, o también desde el punto de vista del tiempo, que se
establece la servidumbre previamente a la subdivisión del predio. Resulta la primera opción
muy aceptable, pero es problemático desde el punto de vista de la condición indeterminada,
donde no hay asociado ningún plazo, en el caso de la servidumbre, el sujeto que inició el
proyecto, entendemos que esa servidumbre es bajo condición, y no se establece un plazo,
qué pasa si transcurren más de cinco años (bajo el plazo del fideicomiso como regla
general) o diez años (como el plazo máximo de prescripción del código civil), para entender
fallida la condición. También puede entenderse como un derecho personal, y por tanto, la
prescripción sería de 5 años desde que se hace exigible la obligación.
Entonces la pregunta central es si la voluntad puede establecer un gravamen, fracturando
lo establecido en el código civil. Hay visiones a favor y en contra. Los opositores van a decir
que se trata de un derecho personal. Si es un derecho personal, habría que aplicar las
características del contrato, que es indemnización, etc. mientras que, si es derecho real,
necesariamente se pide una reivindicación. Entonces la calificación va a depender del
resultado del juicio.
Una tercera cuestión es el sistema de protección es diverso según se trate de derechos
personales o derechos reales. Los derechos reales están amparados por acciones reales,
ahora, no todas las acciones reales son las mismas para todos los derechos reales: en el
caso del dominio, usufructo, servidumbre, podrán reivindicarse, cuando el propietario
desprovisto de la posesión, lo cual provoca en un riesgo significativo al revindicante, puesto
que reconoce la posesión, y esto es un supuesto de la prescripción adquisitiva, alegándola
como demanda reconvencional, para que la sentencia reconozca que es el dueño del
inmueble. El sistema de protección en el caso de los derechos reales, tratándose del
derecho real de herencia, existe la acción de petición de herencia, que es la que tiene el
heredero que ha sido ignorado, y que, por ende, ve afectado su derecho real de herencia,
y la acción para amparar su derecho es la acción de petición de herencia. En el caso real
de prenda e hipoteca, están amparados por el derecho real de persecución, acción de
desposeimiento, que en el caso de la hipoteca contra el tercer poseedor de la finca
hipotecada.
En cambio, en el ámbito de los derechos personales, va a depender de la fuente de la cual
emanen. Fundamentalmente, los contratos que dan lugar a diversos remedios o sanciones,
particularmente el cumplimiento forzado, la resolución, la indemnización de perjuicios, etc.,
el acreedor podrá acudir a alguna de esas sanciones, cuando se configuren las causales.
Si se trata, en cambio, de una acción extracontractual, fuera del contrato, por
responsabilidad extracontractual, habrá una acción indemnizatoria, que es prácticamente
el único medio para cobrar la indemnización de perjuicios. Uno de los debates
contemporáneos es que si es necesario que cada derecho lesionado deba tener una acción
que lo ampare. Por ejemplo, esto se ha discutido con respecto al daño moral, si se crea una
ley que limita la indemnización al daño moral, ¿se estará privando del derecho a la
integridad física y psíquica, establecida en el numeral 1 del art. 19 de la CPR? Entonces,
los derechos personales según su fuente tienen un régimen específico de protección.
Por otro lado, la diferencia entre derechos reales y personales se ha colocado en gran
medida en que en el ámbito reales la relación sería entre el sujeto y la cosa, en cambio en
los derechos personales se pueden reclamar respecto a una persona específica. Se plantea
por la doctrina (marcel plañiol???), que existe otro sujeto de derecho en el ámbito del
derecho real, que es el sujeto pasivo universal. Otra perspectiva es a propósito del efecto
absoluto de los contratos, que es el elemento social del contrato, a diferencia del efecto
relativo.
…..
Ahora, también existen ciertos derechos personales que transitan con la propiedad,
particularmente los gastos comunes.
En el curso nos vamos a dedicar de manera fundamental a los derechos reales, y estos, al
igual que los derechos personales, se entienden como cosas incorporales, como lo dice el
código civil. Sin embargo, el CC pone el acento en las cosas corporales. Se trata de una
división que se plantea a propósito de los bienes del art. 565. La pregunta es, ¿todas las
cosas son bienes, o hay bienes que son corporales e incorporales? Se dice que las cosas
adquieren el carácter de bienes cuando son apropiables. Sin embargo, no es tan correcto
a propósito de los bienes de uso público.
Otra apreciación que se hace con frecuencia que las cosas son aquellas que tienen
existencia real en la naturaleza, de manera que pueden ser percibidas por los sentidos. Es
decir, las cosas corporales cabrían dentro del concepto general de cosas.
Esta clasificación, que distingue las cosas corporales como percibidas por los sentidos, y
las incorporales, que son los derechos reales y personales, han manifestado cierta
indiferencia con respecto a, por ejemplo, las energías, que es difícil clasificarlas con las
cosas corporales, y también a los derechos. Desde el punto de vista del derecho civil, la
clasificación mostró su insuficiencia. De ahí surge la clasificación de bienes inmateriales,
que es una categoría más bien casuística, donde están las energías, sujetas de
apropiación, pero no es ni corporal ni incorporal, aunque todo esto es difuso. Ahora, dentro
de la clasificación, además, la encontramos como insuficiente a propósito del derecho de
propiedad intelectual. *****
Por último, en el ámbito de las cosas incorporales se debe tener presente el debate
constitucional en cuanto al 583° CC reconoce una especie de propiedad sobre las cosas
incorporales, lo que la jurisprudencia llevó a la propiedad sobre los derechos personales…
Ahora, vamos a comenzar la clasificación más relevante del curso, que es sobre los bienes
muebles e inmuebles, del artículo 566° del CC. “Las cosas se dividen en muebles e
inmuebles”, acotando a las cosas corporales. Se trata de una división fundamental, y existe
formas diferentes de abordarlo. Esto va a ratificar la importancia del derecho inmobiliario.
En primer lugar, está la compraventa. Esto es importante por la forma de perfección del
contrato.
En segundo lugar, está la prescripción adquisitiva (modo de adquirir el dominio), varía
según si se trata de un mueble (2 años) e inmueble (5 años). Art. 2508 CC.
En tercer lugar, está la tradición. En el caso de los inmuebles, la tradición se verifica en la
inscripción del título de dominio en el conservador de bienes raíces. Esto no quiere decir
que vaya adquirirla finalmente, porque tiene que comprobar que toda la historia de tradición
es sana, concatenada, etc. En los muebles es la entrega de la cosa, etc.
En cuarto lugar, está la sucesión por causa de muerte, puesto que, para la disposición de
un inmueble, los herederos deben realizar ciertos trámites insoslayables, cuales son, en
primer lugar, la posesión efectiva, ante el registro civil cuando es intestada, o en el tribunal
civil cuando es testada. Ese trámite de posesión efectiva tampoco va a ser suficiente para
la posesión, puesto que también debe inscribirse en el conservador. En el caso de los
muebles, basta que se pongan de acuerdo, pese a que el valor incluso puede ser superior.
En quinto lugar, está la enajenación de los bienes del pupilo, que en el caso de los
inmuebles se requiere autorización judicial, y en los muebles, no se requiere.
En sexto lugar, está el caso de la lesión enorme, que solamente se aplica en la venta de
inmuebles. Esta acción se llama acción rescisoria por lesión enorme.
En séptimo lugar, en materia de la sociedad conyugal, que es un régimen patrimonial del
matrimonio, se verifica una situación particular dado que el jefe de la sociedad y administra
el haber social, y también los bienes propios de la mujer y los suyos, es el marido. A
propósito de eso, cuando los cónyuges tienen bienes en su propiedad con anterioridad del
matrimonio, la respuesta del CC es que los que son inmuebles ingresan al haber propio de
cada cónyuge. En cambio, si se trata de un bien mueble, aquellos ingresarán al haber social.
La particularidad es, mientras que los inmuebles son de propiedad de cada uno, los muebles
que ingresan al haber social, en el momento en que se liquida la sociedad, esos bienes sólo
generarán recompensa a favor del cónyuge de cuya propiedad era, lo que quiere decir que
se pagará el equivalente al bien, pero no habrá una restitución en especie. Esto se llama
recompensa.
Existen otras diferencias más sencillas, con respecto a las garantías, prendas, hipotecas,
etc.
Por otro lado, las acciones posesorias, por ejemplo, la de amparo, restablecimiento,
restitución, etc. son acciones posesorias que sólo se aplican en el ámbito de los inmuebles.
Todavía en el ámbito de la resolución del contrato es posible advertir una diferencia con
respecto a los terceros adquirentes, que distingue entre bienes muebles e inmuebles, en la
cual no prospera la acción en contra del tercero que está de buena fe siendo mueble, y en
los bienes inmuebles, debe constar en el respectivo título. (1490 y 1491° CC).
En el caso del arriendo, está el desahucio e incumplimiento, cuando son predios urbanos,
en cambio cuando son rústicos, se aplica el DL 993.
En cuanto al bien familiar, todavía hay una diferencia con respecto a bienes muebles e
inmuebles, pues solamente pueden declararse bien familiar los inmuebles, y está asociada
a la ruptura de la sociedad o la separación de hecho, etc. Todavía tiene importancia a
propósito de la adjudicación preferente, regulado en el art. 1337 n10° CC, es decir, a partir
del cónyuge sobreviviente que habita el bien familiar, y se le habilita para adquirir el bien
inmueble, si es que los derechos sucesorios le alcanzan. Cuando no le alcanza, tiene el
derecho a reclamar el uso y habitación a perpetuidad. Ninguna de estas aplica a la segunda
residencia, ni el bien familiar ni el de adjudicación preferente, ni el uso a perpetuidad.
Por último, hay que hacer una diferencia entre la ejecución forzada en el ámbito mobiliario
e inmobiliario… 34:00
La otra cuestión refiere al distinto criterio para calificar un bien mueble o un bien inmueble.
Cuando hablamos de las muebles o inmuebles por naturaleza, el criterio por el cual optó el
código civil, es el de la movilidad o inmovilidad, esto pese a que hay bienes muebles por
naturaleza, que los exceptúa por su destinación. Otro ejemplo es que hay bienes muebles
por anticipación, como los frutos de un árbol, la madera, el ripio, etc. que en principio cabe
calificarlos como inmuebles por su naturaleza, sin embargo, para efectos de la enajenación,
se les va a considerar muebles (570° CC). El criterio de esto último es económico. Entonces
el de movilidad e inmovilidad es certero sólo parcialmente, porque en no pocas ocasiones,
el criterio vuelve a ser económico, como era en el imperio romano.

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