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LOS MITANNI

El reino de Mitanni: 1.600 –1.250 a.C. su núcleo y su época de máxima expansión


El reino de Mitanni es el desarrollo estatal al que llegaron los señoríos hurritas al unificarse.

MITANNI o MITANI

Nombre del antiguo reino ubicado en el norte de la actual Siria, también conocido como Naharina. Se
considerara que el reino Mitanni existe desde antes del 1.500 a. C.
Mitani se extendía desde Nuzi, cerca a Kirkuk, y el río Tigris en el este, hasta Alepo y Siria en el
oeste. Su centro estaba en el valle del Jabur, con dos capitales: Taidu o Taite, y Wassugani
(denominada en las fuentes asirias como Ushshukana), que aún no ha sido localizada con total
seguridad, y por lo tanto no ha sido excavada. Toda su superficie permitía la agricultura sin necesidad
de irrigación artificial. Su clima era muy parecido al asirio y estaba poblado por indígenas hurritas y
otras gentes que hablaban el lenguaje de los amorreos (Amurru).
Los hititas llamaban al país Hurri o Jurri y en un texto de Mursili I (siglo XVI a.C.) se cita a un "rey de
los hurritas". Los asirio-acadios lo citan como Hanigalbat (Janigalbat) y los asirios no usaron el
nombre Mittani hasta una época en la que ya el reino no existía (indicando entonces un término
geográfico y no político). Los egipcios lo citan como Naharina (en asirio-acadio quiere decir "río").
Mitanni es mencionado por primera vez en las fuentes egipcias sobre el 1.480 a. C. en las memorias de
un oficial egipcio llamado Amememhet, que sirvió a Amenhotep I (en torno al 1.525-1.504 a. C.) y tal
vez a sus dos sucesores.
Se cree que las tribus enemigas hurritas y las ciudades-estado se unieron bajo una sola dinastía,
gobernada por una élite indoeuropea, tras el colapso de Babilonia debido al saqueo hitita de Mursili I
en 1.595 a. C. y la invasión de los casitas. La conquista hitita de Alepo, la debilidad de los reyes asirios
del momento y las luchas internas de los hititas crearon un vacío de poder en el norte de Mesopotamia.
Esto llevó a la creación del reino de Mitani. Los nombres indo-arios se reflejan sobre todo en la

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onomástica de los reyes y de los dioses mitanios. Por otra parte, el componente hurrita fue el
transmisor de la vieja cultura sumeria.
La primera mención escrita de Mitani o Janigalbat figura en la versión acadia de los textos hititas de
Bogazköy, correspondientes al reinado de Hattusili I.
La idea que se tiene de la historia de Mitani es forzosamente vaga, porque se dispone de pocos datos, y
además proceden del exterior; principalmente, las cartas de Amarna y las introducciones históricas de
varios tratados hititas hallados en Bogazköy. El estado de Mitani llegó a adquirir una importancia
capital en torno al 1600 a. C. debido a su privilegiada situación entre los imperios Asirio, Egipcio e
Hitita. Alcanzó su máximo poder en el siglo XV a. C., expandiéndose al sudoeste hacia Siria, donde
logró contener a Egipto, hasta ser sustituido por Hatti como potencia dominante en el siglo XIV a. C.
Fue un estado feudal dirigido por una aristocracia militar que llegó a la zona en torno al 1.800 a. C. o
al 1.700 a. C. llegó a adquirir una gran importancia en torno al 1.600 a.C. debido a su privilegiada
situación entre los imperios asirio, egipcio e hitita. Este reino habría sido conquistado por Asiria,
quedando anexionado en 1.270 a. C. y convertido en el virreinato o provincia de Hanigalbat.
Contaba con un ejército que introdujo mejoras determinantes como los carros de guerra y una potente
caballería, la maquinaria bélica Mitani infligió varias duras derrotas al inmenso Egipto faraónico y
llegó a invadir Asiria (hecho que aún los historiadores no se explican dado el potencial bélico del
imperio semita).

Mitani no conseguiría mantener su territorio a salvo de conquistas. Por un lado, el territorio entre el
alto Éufrates y el Tigris había sido objetivo de la expansión hitita desde los tiempos de Hattusili I. Por
otro lado, tras las derrotas de los hicsos, los faraones egipcios trataron de reconquistar los territorios de
Retenu que una vez poseyeron en el norte de Siria. El auge hitita y los conflictos dinásticos de Mitani
debilitaron el reino, siendo eventualmente subyugado por una resurgida y de nuevo poderosa Asiria,
tan solo 250 años después de su surgimiento. Nos dejaron un valioso legado destacando su innovadora
organización administrativa y un refinado arte con influencias diversas, tanto arias como semitas y
egipcias.

El reino de Mitanni es el desarrollo estatal al que llegaron los señoríos hurritas al unificarse.
Se considera que los hurritas llegaron a ocupar el norte de Mesopotamia, el oeste de Siria y el Sureste
de Anatolia con posterioridad al 2.000 a.C., tras la caída del reino de Ur y la consiguiente crisis
ocasionada por muchas migraciones.
Sin embargo, se ha logrado saber que aparecen, en el norte de Mesopotamia, algunos nombres de
origen hurrita ya hacia la época del reino de Acad (hacia el 2.300 a.C.), lo que permite hacer una
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afirmación más: los elementos poblacionales hurritas ocasionalmente interactuaban con el mundo de
habla acadia desde sus territorios originarios en el Cáucaso –la actual Armenia-.
Instalados en un territorio que se parece bastante al del actual Kurdistán, dentro del componente
étnico de los hurritas hubo muy pronto una mezcla de distintas procedencias: hablantes indo-
europeos; hablantes del tronco lingüístico alarodiano (hoy extinto, originario del Cáucaso);
hablantes de lenguas del tronco semita.
Esta mezcla de componentes lingüísticos y étnicos distintos se dio progresivamente entre el 2000 y el
1600 a.C.; no obstante, se sabe por medio de los documentos de la época que, durante la etapa en que
los hurritas llegaron a estar unificados en un solo reino, toda la aristocracia de Mitanni tenía
nombres indo-europeos; los dioses que adoraban eran indoeuropeos también, con nombres que se
repiten entre los hititas (Teshub, Kumarbi) y entre los indoiranios (Mitra, Varuna, Indra).

Conceptos indoiranios en Mitanni


El factor nuevo, en el ámbito etnolingüistico, fueron los elementos lingüísticos indoiranios que
encontramos en la onomástica del Reino Mitanni y otros estados relacionados con él, y la terminología
vinculada a la nueva técnica de la cría y doma de caballos, usados para tirar de los carros ligeros de
dos ruedas. Aparecieron nombres de clara etimología indoirania (no indoeuropeos en general, sino
estrictamente similares al persa antiguo y al sánscrito), como Shuwardata “dado por el cielo”,
Birsyashshura “héroe de valor” o Indaruta “apoyado por Indra”. Aparecieron nombres divinos como
Indra, Mitra, Varuna, Nashatya (invocados en un tratado Khatti-Khurri) o Shurya (divinidad solar de
los casitas). También aparecieron términos y frases claramente indoiranios en los tratados sobre la
doma de caballos (aika-wartanna “una vuelta” tera-wartanna “tres vueltas”, panza- wartanna “cinco
vueltas”, etc.) y el propio termino maryannu, que indica a los guerreros montado en carros, es
etimológicamente indoiranio (en sánscrito marya es “guerrero joven”). Hay que tener en cuenta que
este estrato indoiranio se diferencia claramente del grupo “anatolico” del indoeuropeo, al ser más
reciente (en términos de geografía lingüística) y de procedencia oriental.
En aquellos años Mitani vivía acosado por todos sus flancos por reinos e imperios con afanes
claramente imperialistas. De todos ellos el más peligroso era los Hati, cuyo monarca, Suppiluliuma
I, comenzaba a expandir sus territorios por el norte de Siria, acercándose peligrosamente al área de
influencia mitanio. La excusa que daría comienzo a las hostilidades entre ambos países fue el apoyo
que otorgó Suppiluliuma a otro hermano de Tushratta, también candidato al trono, que se
autoproclamó Artatama II, "Rey de los hurritas".

Gobernantes de Mitanni

Kirta.-…….......(1.500-1.490 a. C.)
Shuttarna I…. .(1.490-1.470 a. C.) hijo de Kirta.
Barattarna…... (1.470-1.450 a. C.)
Parsha(ta)tar....(1.450-1.440 a. C.)
Shaushtatar…..(1.440-1.410 a. C) hijo de Parsha[ta]tar.
Artatama I........(1.410-1.400 a. C.)
Shuttarna II….(1.400-1.385 a. C.)
Artashumara....(1.385-1.380 a. C.)
Tushratta……. (1.380-1.350 a. C.)
Artatama II…. (1.350 --------a. C.) hermano de Tushratta y apoyado por los hititas.
Shuttarna III…(1.350 --------a. C.) usurpador hijo de Artatama, apoyado por los asirios.
Shattiwaza…….(1.350-1.320 a. C.) hijo o hermano de Tushratta.
Shattuara I…....(1.320-.1300 a. C.)
Wasashatta……(1.300-1-280 a. C.) hijo de Shattuara I.
Shattuara II…...(1.280-1.270 a. C.) Hijo ó sobrino de Wasashatta derrotado por Salmanasar I.

Kirta.- (¿- 1.490 a.C. aprox.) Gran rey de contornos legendarios, se supone que reinó durante gran
parte del siglo XVI a.C.
Un relato épico en una tablilla de Ugarit narra de forma novelada la historia de su vida:

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Una vez muertos todos sus hijos y su esposa, el rey tuvo un sueño, en el que se le apareció el dios
creador, que le instruyó para pedir ayuda a Baal, dios de la lluvia, para lo cual, emprendió una
expedición a fin de conseguir una nueva esposa. En el camino, encontró un santuario de la
diosa Asherah, a la que prometió ofrecer una estatua de oro, si encontraba esposa.
Kirta encontró esposa, con la que tuvo varios hijos, pero olvidó su promesa a la diosa, que le castigó
con una enfermedad. Durante la misma, su hijo mayor trató de derrocarle, pero él le lanzó una
maldición, momento en el que acaba el texto.

Shuttarna I.- (¿1.490 a.C.?- en adelante)


La única referencia escrita que existe de este rey, que es además la primera de Mitanni, es un sello real,
encontrado en Alalakh, con la inscripción «Shuttarna, hijo de Kirta, rey de Mitanni».

Barattarna.- (1.470-1.445 a.C., aprox.)


Su reinado coincide con un período de decadencia del reino hitita, y de relativa inactividad de Egipto,
por lo que pudo expandirse hacia el oeste, ocupando Aleppo.
Al parecer, habría sido el soberano de Mitanni que encabezó una alianza de pueblos contra el rey
egipcio Tutmosis III, en la batalla de Meggido, en 1.447 a.C.
Saushtashar.- (¿1.450-1.420 a.C.?)
Su sello real se encontró en una carta del archivo de Nuzi. En un tratado posterior en más de un siglo a
su reinado, se afirma que conquistó y saqueó Asur, la capital de Asiria, de donde trasladó unas puertas
de oro y plata a su propio palacio de Washshukanni.
Logró aumentar la influencia de Mitani en Siria, coincidiendo con la renuncia a la política exterior
de Egipto, gobernado por Hatshepsut.

1.450 a.C. mostrando el reino de Mitanni en su apogeo, repartido en las modernas Siria y Turquía

Artatama I.- (1.410-1.400 a.C.), aproximadamente) Fue el primero de los reyes de Mitanni que
estableció una política de alianzas matrimoniales con los faraones, política muy beneficiosa para el
desarrollo del país, porque le permitía acceder al oro egipcio. Por eso, casó a una hija con Tutmosis IV,
aunque se hizo pedir la mano hasta siete veces, subrayando así la independencia política y el prestigio
del reino de Mitani.

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Shuttarna II.- (1.400-1.385 a.C.)
Hijo de Artatama I, continuó la política de alianzas matrimoniales con los faraones iniciada por su
padre, casando a su hija Giluhepa con Amenhotep III. Los acuerdos diplomáticos entre Shuttarna II y
Amenotep III figuran en las cartas de Amarna.
Durante su reinado, Mitani alcanzó altas cotas de poder y prosperidad. Compartía frontera
con Egipto en el norte de Siria, desde Alalakh en el oeste, siguiendo aproximadamente el curso del
río Orontes. Por el este, Asiria era por entonces su reino vasallo. Los hititas intentaron una invasión
por el norte, pero fueron derrotados.
El hijo del rey, Artashumara, probablemente no llegó a reinar, o fue asesinado a poco de asumir el
poder, por parte de un complot que puso en el poder a su hermano, Tushratta.

Tushratta (1.380-1.350 a.C.)


Tushratta era menor de edad, y se pensó que podría ser una marioneta; sin embargo, Tushratta
demostró estar bien curtido en las intrigas cortesanas y se deshizo sin mayores problemas de los
asesinos de su hermano.

(Museo Británico).Tablilla cuneiforme carta de Tushratta a Amenhotep III. Busto del Faraón

Aunque teóricamente apoyaban la candidatura del usurpador Artatama, los hititas trabajaron por propio
interés, comenzando a adueñarse del Alto Éufrates y del Líbano, tejiendo además una complicada
madeja de alianzas con los príncipes sirios en detrimento de Mitanni.
Desesperado por el cariz que estaban tomando las cosas, Tushratta fomentó la amistad con el
principal rival de los hititas, Egipto, y hace casar primero a su hermana Giluhepa y después a su
hija Taduhepa con el faraón Amenhotep III. Como contrapartida, el egipcio apoyó a Mitanni y le
envió oro con el que financiar una guerra contra Artatama y los hititas.
En parte, las dificultades para mantener unido al reino derivaban del relativo grado de autonomía en el
acceso de materias primas (madera, minerales) de todos los señoríos hititas, aún cuando la actividad
agropastoril no fuese en exceso fecunda.

SE JUEGA LA SUPREMACÍA DEL ORIENTE ANTIGUO

Supiluliuma, rey de los hititas, (1.375-1.322 a.C.)


Tushratta I, rey de Mitanni, (1.380-13.50 a.C.)
Amenhotep III, faraón de Egipto, (1.390-1.353 a.C.)
Amenhotep IV, faraón de Egipto, (1.353-1.336 a.C.)
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Ashur-Ubalit I, Rey de los asirios, primer “Gran Rey” de Asiria, (1.365-1.330 a.C.)

Consecuencias de la guerra desde la perspectiva de Mitanni.


Asesinado Thusratta I (1.380--1.350 a.C.), el trono de Mitanni es ocupado fugazmente por Artatama
II, su hermano, el candidato al trono apoyado por los hititas. Puede suponerse que su posición en el
poder no es sólida: Artatama reniega de sus antiguos protectores e intenta una alianza con Asiria.
Demostrando que en la política y en la guerra las amistades cambian de bando cada día, ahora los
hititas reivindican como su candidato al trono de Mitanni al hijo de su clásico enemigo Thusratta.

Shattiwaza, hijo de Thusratta y convertido en yerno de Supiluliuma, derrota a Artatama (1349) y al


hijo de éste, Shuttarna (1.347 a.C.).
En adelante, Shattiwaza será rey de Mitanni, pero los tiempos de grandeza ya se acabaron: en los
hechos, es un vasallo más de su poderoso suegro, Supiluliuma.
Shattiwaza reina como feudatario de los hititas hasta el 1.322 a.C., fecha de la muerte de su suegro:
de inmediato, el reino de Asiria, potencia independizada y emergente, lo ataca y lo derrota.
Los descendientes de Shattiwaza seguirán ocupando nominalmente el trono de Mitanni, pero ya no
serán reyes verdaderos, sino meros gobernadores provinciales bajo el poder de los reyes asirios
La falta de reacción egipcia ante la caída de su aliado estratégico.
-La audacia de Supiluliuma.
-La disgregación del modelo de vasallaje “feudal” propio del sistema político Mitanni.
-La rápida reacción asiria para retomar su autonomía y reclamar posiciones en el nuevo escenario
internacional: Ashur Ubalit I (1.365-1.330 a.C.) se convierte en el gran ganador geopolítico, ante el
derrumbe de Mitanni, el desgaste militar de los hititas y los problemas internos de Egipto.
Esta fase dura poco, porque los reyes asirios (como veremos con detalle al hablar de ellos) atacan
varias veces Mitanni (o Khanigalbat, como dicen ellos), sin que los hititas logren defender
adecuadamente sus posiciones. Asiria se hallaba en una posición más ventajosa que los hititas para
enviar ejércitos a la Alta Mesopotamia, y además su penetración militar y comercial en la zona ya es
antigua. Poco a poco los hititas van perdiendo posiciones, y se retiran al otro lado del Éufrates. Por lo
tanto, el último capitulo de la historia mitannia es el sometimiento a Siria, que en el siglo XIII culmina
con la anexión directa.

Tushratta (1.380-1.350 a.C.) Ashur-Ubalit I, “Gran Rey” de Asiria, (1.365-1.330 a.C.)

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Mitanni: síntesis de su relevancia a mediados del segundo milenio.

En los tres siglos de su hegemonía en Oriente Próximo, además de unificar y poner en primer plano,
por una vez, el elemento hurrita, que siempre había estado marginado, Mitanni hizo aportaciones muy
importantes a la región, aunque la falta de documentación explicita nos impide conocerlas bien. Se
cree que tuvo mucho que ver con la difusión del carro y el caballo, que pronto se convirtieron en un
patrimonio común de todo Oriente Próximo (incluyendo Egipto). También se puede atribuir a Mitanni
un papel importante en la formación de la “aristocracia militar” de los maryannu, cuya difusión
coincide, a grandes rasgos, con la difusión máxima de la influencia mitannia. Por último, parece que
Mitanni tuvo una participación decisiva en la elaboración de los valores y formas propios de la
organización política a dos niveles, característica del Bronce Tardío en Oriente Próximo. Al no
disponer de los archivos de la capital mitannia, no podemos valorar con precisión la aportación de
Mitanni a la cultura y la política de la época. Pero sabemos con certeza que la difusión de elementos
culturales hurritas por Siria y Anatolia (donde seguirían haciéndose notar, incluso tras la desaparición
de Mitanni como reino autónomo) es el resultado de la hegemonía política de Mitanni y de su
particular capacidad de penetración sociopolítica.

Mapa del reino Mitanni del 1.650 al 1.350 a.C. en morado.

Nuzi dentro de la estructura política “feudal” del poderío mitanio.


Nuzi era una ciudad situada al sudoeste de Kirkuk en el actual Irak, cerca del río Tigris. Las
excavaciones llevadas a cabo en 1.920 desenterraron no solo la ciudad, sino también millares de
tablillas escritas en cuneiforme acadio. Esto dio una luz inestimable a los investigadores en cuanto a
las actividades legales, comerciales y militares de la ciudad. También ayudó a comprender la cultura
del antiguo Oriente Próximo, incluyendo versiones primitivas de las historias de personajes bíblicos
tales como Labán o Jacob.
El yacimiento de Nuzi no es grande. En buena medida está ocupado por un “palacio” y algunas casas
privadas de tamaño regular. Es un centro administrativo de ámbito rural que podríamos situar en un

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tercer escalón jerárquico. En efecto Nuzi forma parte del reino de Arrapkha (el actual Kirkuk), donde
hay un rey y un palacio real. A su vez, el de Arrapkha es un “reino pequeño” que depende del “GRAN
REY” de Mitanni. Este último (Khanigalbat) aparece en los textos de Nuzi como entidad lejana, de
donde llegaban mensajeros y otros huéspedes del palacio, caballos, corazas y vestidos lujosos, adonde
de vez en cuando debe dirigirse algún habitante de la ciudad. En los textos no suele aparecer el rey de
Arrapkha. El archivo tiene, pues un rango meramente local.
Las tablillas procedentes de los archivos del palacio y el área del templo se refieren a las actividades
económicas típicamente reservadas a la organización central: almacenamiento y reparto de material
bélico (armas, corazas, caballos), tejido y gestión de las tierras palatinas. Existen tierras platinas, y
otras entregadas en usufructo a dependientes del palacio, a cambio de su servicio. Pero la mayor parte
de las tierras de las que tenemos noticia se explotan en régimen “privado”, y la documentación no
procede del archivo del palacio, sino de archivos familiares hallados en conjuntos residenciales
suburbanos. Estos archivos pertenecen a los próceres de Nuzi, que se dedican activamente a la compra
y gestión de fincas rurales.

Agricultura. Naturalmente, los archivos concentrados en la pequeña ciudad se refieren a todo el


territorio, cuyas aldeas se reúnen en “distritos” (diptu) separados por pastos y tierras sin cultivar. Parte
de los cultivos son de regadío, pero prevalecen los de secano. Disponemos de datos técnicos sobre la
agricultura y el paisaje agrícola: rendimientos (del orden de 1:5-1:8, con un máximo, teórico de 1:10
en las cláusulas penales), forma y extensión de las parcelas (que suelen ser cuadrangulares, en vez de
alargadas como en la Baja Mesopotamia), diferenciación de cultivos, trashumancia, etc.

Cambios sociales y económicos. Pero la principal documentación se refiere a las relaciones jurídicas
y económicas en la sociedad nuziana, sumid en un estado de disgregación avanzada, con una
separación cada vez mayor entre familias y tierras, trabajo y prosperidad. La clase de los pequeños
propietarios de campos familiares (cultivados personalmente en el ámbito de comunidades de aldea),
de aquí, como en todos lados, es le tejido básico de la sociedad, se encuentra sumida en una profunda
crisis por endeudamiento. El primer paso es el préstamo con interés (del 50 por 100), de vencimiento
anual, al llegar la siguiente cosecha. El segundo paso es el préstamo garantizado con una fianza
(tidenñutu) de carácter personal o territorial. Cuando se devuelve el préstamo, hecho que debía ser
frecuente (pues el primer tipo de crédito con interés resultaba ya muy gravoso), el acreedor adquiere
mano de obra como descuento de los intereses (el estado de servidumbre prolongada, cuando no
vitalicia) o el usufructo de la garantía territorial. El tercer paso es la venta propiamente dicha, con la
que los pequeños propietarios suelen quedarse en su antiguo predio, pero como colonos sometidos al
nuevo propietario.

El extraño mecanismo de la adopción. El dato típico de los textos de Nuzi, en particular sobre el
tercer estadio de servidumbre, es que las ventas se presentan bajo la ficción jurídica de la adopción,
bien con una relación padre-hijo (marutu, la mas frecuente), bien con una relación de hermandad
(ahhutu). El adoptado entrega un “regalo” al adoptador, que por su cuantía es claramente el precio de
compra enmascarado. Por su parte, el adaptador entrega al adoptado una “cuota” de herencia que
puede ser parcial (en presencia de otros hijos, que se conviertes en hermanos del adoptado) o total. Así
pues, detrás de la ficción jurídica lo que hay es un préstamo del adoptado al adoptador, que se recupera
una vez muerto el “padre”, en el momento del reparto hereditario. El pago del regalo-precio y el
hecho de que los adoptadores son numerosos pequeños propietarios, y los adoptados unos pocos ricos
terratenientes, revelan que la adopción es ficticia. El terrateniente más famoso, un tal Tekhip-tilla, se
hace adoptar cien veces por otros tantos deudores, adquiriendo de esta forma miles de hectáreas de
tierra.
Se ha discutido mucho (sobre todo en el pasado) acerca del significado de esta ficción jurídica, y de ha
propuesto una explicación “feudal”: se trataría de tierras del rey cedidas en usufructo a dependientes
palatinos, que por ello no podrían ser enajenados (salvo transmisión familiar). O se trataría incluso de
un funcionario del palacio (el citado Tekhip-tilla) que se hace “adoptar” por los beneficiarios de las
tierras del rey para poder recuperar sus asignaciones a la muerte de estos últimos, mientras que el
“regalo” seria la contribución del palacio a la gestión agrícola del beneficiario. En realidad, se trata de
tierras familiares, y los miembros de la familia, por una antigua usanza, no disponen de ellas con total
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libertad y están obligados a transmitirlas en el ámbito de la familia. En un estado de extrema
desintegración de las relaciones económicas y familiares se recurre a la ficción de la “adopción” para
sortear los obstáculos consuetudinarios que todavía se oponen a las ventas generalizadas de tierras.
Esta práctica, atestiguada en otros lugares, es la moneda corriente en Nuzi, y hace que todo el
mecanismo tenga un cariz aberrante.
Aparte de eso, en Nuzi hay adopciones de verdad, que se distinguen fácilmente por las cláusulas
específicas. En Nuzi, y en todo el antiguo Oriente, estas adopciones “autenticas” no se realizan para
amparar a un niño pequeño y solo en el mundo incapaz de sobrevivir si alguien no se ocupa de él.
Al contrario, el adoptado suele ser una persona adulta y capacitada, y con lo adoptadores, viejos y sin
descendientes naturales, son los que necesitan a alguien que les cuida durante el resto de sus días.
Se puede decir que las adopciones verdaderas despejan el camino a las falsas: en ambos casos los
adoptadores reciben una asistencia (el “regalo” en el caso de las falsas, comida y ropa durante el resto
de la vida, en el caso de las verdaderas), y solo pueden pagar con la cesión de la herencia territorial.
Sin embargo, los vínculos personales que establecen son muy distintos, y ciertas cláusulas poner en
evidencia esta diferencia. En el caso de las adopciones verdaderas, el adoptado carga con las
obligaciones que normalmente corresponden a los hijos naturales: tienen que alimentar y cuidad a sus
padres, respetarles mientras vivan y llorar su muerte, buscarles si se pierden etc. El adoptado falso está
exento de todo esto (unas veces de forma explícita, por lo general de forma implícita). No debe
buscarles si desaparecen, no debe llora su muerte… todas las obligaciones se concretan en el préstamo
de dinero, y lo único que espera a cambio es la herencia.

Servicio social y militar. Lo mismo se puede decir de las obligaciones de carácter público. Los
propietario de las tierras familiares están obligados a presta el servicio de prestación (ilku) al palacio.
Se trata de un servicio militar, cuando es necesario, y más a menudo de trabajo agrícola en las tierras
del palacio, u otros trabajos requeridos por éste. Al estipular los contratos de “adopción” se especifica
que al adoptador, y no al adoptado, le corresponde prestar el ilku (¿acaso podría Tekhip-tilla realizar
prestaciones para un centenar de padres adoptivos?). Los adoptadores, por lo general (salvo que se
disponga otra cosa), siguen trabajando su parcela como antes, y el cambio de propietario tiene lugar a
su muerte.

Concentración de la propiedad en manos de unos pocos. La clase de los pequeños propietarios se


está convirtiendo en una clase de siervos y la propiedad se concentra en una pocas manos. Hace
tiempo que el palacio no publica esos edictos periódicos que trataban de enderezar las cosas, y el
proceso de servidumbre y no encuentra obstáculos de ningún tipo. El hecho es que Tekhip-tilla,
terrateniente e hijo adoptivo profesional, y el “hijo del rey” Shilwa-Teshub, instalado en el palacio,
pertenecen a la misma clase y tienen los mismos intereses económicos, junto con todos los demás
maryannu y otros miembros de la aristocracia que es militar por sus ideales heroicos, pero terrateniente
por su base económica.

Deuda generalizada y desprotección social. En Nuzi la situación no es mas grave que en los reinos
limítrofes. A este reino llegan con frecuencia fugitivos procedentes del país de Akkad (el reino
babilonio, de su vecino meridional) o de otros lugares. Son personas que han llegado al último estadio
de servidumbre en sus países de origen y al verse expropiados de su predio y esclavizados, optan por la
huida. Pero en el país que les acoge, su suerte no es mucho mejor, ya que firman contratos de
servidumbre vitalicia, comprometiéndose a trabajar al terrateniente que les permite sobrevivir. Todas
las relaciones personales se rigen por la fuerza económica. Los mecanismos de compensación en el
interior de la familia y la comunidad de aldea, gracias a los cuales todos los núcleos podían superar las
situaciones críticas, son ahora inviables. El rey ya no enseña su cara paternal, de “el buen pastor”, sino
la misma cara de quienes se aprovechan de las dificultades de los pequeños campesino para aumentar
sus propiedades y su poder.

Corrupción en los cargos públicos. La corrupción también es moneda corriente en la práctica


judicial. Puede que sea un caso, pero hay un divertido documento procesa sobre un “alcalde” de Nuzi
que, aprovechándose de su cargo, comete una serie de abusos. De la lectura del texto se desprende que
la costumbre de dar una “propina” al empleado público para que de curso a un asunto, además de ser
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habitual, se considera legitima. Lo que ya no es legítimo es que el funcionario, después de haber
aceptado la propina, no corresponda haciendo el favor previsto. Casualidades aparte, hay cierto
paralelismo entre el “regalo” entregado para ser adoptado y la “propina” entregada para obtener un
favor de la autoridad pública.
Y hay el mismo tufillo en los documentos que establecen que Tekhip-tilla no llorará la muerte de su
padre adoptivo, y en los que acusan al alcalde, por no haber cumplido los favores por los que se
habían corrompido.
Documento: un contrato para tener como trabajador a un “rehén”.
2. Contrato de préstamo con garantía personal anticrética (es un contrato por el que se entrega al
acreedor una cosa raíz para que se pague con sus frutos). (“tidennutu”).
“Tablilla de tidennutu de Tekhip-tilla, hijo de Pukhi-shenni. Khalu-shenni, hijo de Shatt-kewe, ha
tomado 8 imeru (medida) de cebada y a cambio de la cebada su hijo Aaar-tidi, residirá durante 8 años
en la casa de Tekhip-tilla. Cuando hayan transcurridos los 8 años, Khalu-shenni devolverá los 8
imeru de cebada y se llevara a su hijo. Si (Ar-tidi) se ausenta del trabajo de Tekhip-tilla durante un solo
día, pagará una mina de cobre por día. Si Ar-tidi muere, (Tekhip-tilla) tomará otro hijo de Khalu-
shenni. Si Khalu-shenni incumple los acuerdos, pagará 1 mina de plata (ante10 testigos). Estos son los
nombres que han entregado la cebada (4sellos).

Documento: Recurrir a la justicia por haber recibido un insulto. (Proceso de difamación)

“Akawatil, hijo de Wullu, ha aparecido en juicio entre los jueces contra Akkul-enni, hijo de Mush-teya.
Así (ha declarado) Akawatil: “Akkul-enni me ha dicho: ¡estás lleno de lepra!” Los jueces interrogaron
a Akkul-enni y esté (declaró): “No he dicho eso”. Entonces los jueces le dijeron a Akawatil: “Trae a
tus testigos, que Akkul-enni te ha dicho que estabas lleno de lepra”. Akawatil llevó a PN-1, PN-2 PN-
3: tres testigos de Akawatil que han sido identificados ante los jueces. Esta es su declaración: “Akkul-
enni le ha dicho esto a Akawatil: ¡Estás lleno de lepra! ¡No te acerques a mi!”. Entonces los jueces
mandaron a PN-4, PN-5 PN-6 –tres alguaciles—junto con Akkul-enni para que “levantase a los
dioses” (ritual del juramento, en este caso redentor); pero Akkul-enni se retractó ante los dioses.
Akawatil prevaleció en el juicio, y los jueces condenaron a Akkul-enni a pagar a Akawatil un buey
(tiene 3 sellos, el nombre del escriba)

Relaciones entre Egipto y Mitanni


Las relaciones entre Egipto y Mitanni, que habían sido tirantes durante más de un siglo (desde
mediados del XVI hasta mediados del XV), cambian de signo. La frontera trazada en el sur de Siria
satisface a ambos contendientes, que tienen dificultades para hacer avanzar más allá a sus tropas en
territorio enemigo, y se conforman con los tributos que reciben de las zonas bajo su control. La
dinastía mitanni y la egipcia de los tutmósidas, que sustituye el ardor guerrero por un espíritu más
pacífico, se unen con lazos de parentesco y establecen un procedimiento de intercambio de regalos,
embajadores y cartas. Las bodas son unidireccionales: una hija de Artatama I se casa con Tutmosis
IV, (1.400 a 1.390) a. C., y una hija de Shuttarna II con Amenofis III, y una hija de Tushratta con
Amenofis IV. Para Egipto la situación es inmejorable.
La larga cabeza de puente en Siria-Palestina protege las fronteras del país, proporciona bienes asiáticos
(en forma de tributos), y pone a los faraones en contacto matrimonial, diplomático y comercial con los
grandes reyes asiáticos, garantizado a Egipto una posición central y una superioridad de hecho. La
amistad con el reino de Mitanni y la fuerza militar disuasoria, siempre disponible, alejan todo peligro
de la frontera septentrional de las posesiones asiáticas. Mitanni también saca provecho de la seguridad
del frente sur y su amistad con Egipto, ya que puede centrar sus esfuerzos en el turbulento frente
anatólico. Aquí el reino de Kizzuwatna es un estado tapón entre Mitanni y Khatti, con los hititas por lo
general confinados al otro lado de la barrera de Taurus, pero siempre dispuestos a recuperar sus
antiguas posesiones de la época de Khattushili y Murshili I. Hay oscilaciones en las relaciones de
fuerza entre Mitanni y Khatti. Mitanni pierde Kizzuwatna, pero en líneas generales mantienen una
posición bastante sólida y, a menudo, hegemónica, hasta la subida al trono hitita de Shuppiluliuma.

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LOS AMURRU
Era un reino amorreo durante los siglos XIV-XII a. C. en una región que abarca la actual Siria
occidental y noroccidental y el norte del Líbano
El primer líder documentado amorreo fue Abdi-Ashirta , bajo cuyo liderazgo Amurru era parte del
imperio egipcio. Su hijo Aziru hizo contacto con el rey hitita Suppiluliuma I
El reino de Amurru fue destruido por los Pueblos del Mar alrededor de 1.200 a.C.
Los amorreos, (martu en sumerio y amurru en acadio) fueron un pueblo de origen semita constituido
por tribus nómadas muy belicosas que ocuparon Siria, Canaán y la región al oeste del río Éufrates,
desde la segunda mitad del tercer milenio antes de nuestra era. En el curso de sus correrías llegaron a
conquistar en dos ocasiones la ciudad de Babilonia. Se cree que el rey Hammurabi era descendiente de
amorreos.
Amurrū (en acadio): era el término que más se utilizaba en la antigüedad. Con este nombre se
denominaban a sí mismos y (también significaba ‘hombres al oeste del mal desierto’, ya que abarcaba
todo lo que había al oeste).
Su origen se halla en el tercer milenio a. C. en la región occidental del Creciente Fértil (parte de los
territorios de Mesopotamia) donde fueron nómadas dominantes hasta la llegada de los arameos, una
variada zona de montes, pastos y estepa semiárida, y con el tiempo entraron en contacto con
poblaciones sedentarias, como Ebla y más tarde con otras pertenecientes a la órbita del Imperio
configurado por la Tercera Dinastía de UR, sobre cuyas fronteras presionarían hasta lograr
paulatinamente su infiltración progresiva en la sociedad.
Durante la época de la III dinastía de Ur había dos grupos de amorreos diferentes.

Los primeros amorreos eran nómadas y luego, llevaban ya sedentarizados desde hace mucho tiempo
en una parte de Canaán (Líbano, Anti-Líbano, el valle de Orontes) y se estaban expandiendo por el
norte de Siria y el sur de Canaán.

Los segundos amorreos, de mayor importancia histórica sobre todo para Mesopotamia, eran nómadas
que recorrían el desierto entre Palmira y Mari y flanqueaban el Éufrates para que su ganado pastase en
la estepa mesopotámica. Estos eran muy próximos a los sumerios y ya eran conocidos desde la época
dinástico-arcaica por los sumerios, o bien porque emigraron a las ciudades mezclándose con la
población, o bien como nómadas beduinos en toda la región, cuyas costumbres eran consideradas
groseras y toscas como se ve en una tablilla sumeria también fueron importantes por que fue el estado
quien comenzó a administrar la justicia.
La primera dinastía babilónica terminó en el año 1.600 a. C. con la invasión de los pueblo hititas pero
su legado cultural sobrevivió y fue adaptado por otros Estados.

Pensamiento sumerio
(Los martu no conocen el grano... Los martu no conocen ni la casa, ni la ciudad, los zafios de la alta
estepa... Los martu que desentierran las trufas [trufas salvajes de montaña, poco deliciosas]... no se
inclinan para cultivar la tierra, comen carne cruda, no tienen casa durante toda su vida, no se entierran
tras su muerte... Los martu son un pueblo saqueador con los instintos de las bestias salvajes).
Como se ha dicho, algunos nómadas se establecieron entre los ríos Tigris y Éufrates, haciéndose
sedentarios y mezclándose con la población sumeria con el paso del tiempo, como consecuencia
subirían al poder dinastías de origen amorrita en distintas ciudades del centro y sur de Mesopotamia.
La más importante en la ciudad de Babilonia, ya que el propio Hammurabi sería amorreo. A los inicios
del Imperio paleobabilónico, la población era pues una mezcla acadio-amorrita.
Los amorreos que se mantuvieron nómadas en toda la región, fueron contenidos fácilmente al principio
pero conforme el Imperio de Ur III fue perdiendo su poder, se fueron volviendo más peligrosos.
En el año 2.028 a. C., Ibbi-Sin sucedió a Shu-Sin en el trono de Ur, y al poco tiempo el Imperio
comenzó a fragmentarse y muchas ciudades se independizaron (Ešnunna, Susa, etc.). En el 2017 a. C.
los martu consiguen penetrar en Sumeria y comienzan a controlar los caminos, sobreviniendo el
hambre. En el 2.009 a. C. el reino se hallaba dividido en dos y finalmente una coalición de amorreos,
elamitas (liderados por su rey Simash), y los Su (habitantes de los montes Zagros), derrotaron a Ibbi-
Sin, que fue ejecutado. Se produjo la caída de Ur III y por lo tanto acabó la era sumeria.
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Los amorreos saquearon y destruyeron Ur, que aunque sería reconstruida después, nunca volvería a ser
la misma.
Con la caída de Ur III y acabada la época de dominio sumerio, empieza una época en la que los
semitas obtendrían la mayor importancia a través de pueblos como los acadios o los amorreos. Los
elamitas apenas disfrutaron su conquista. Los mayores ganadores de la caída de Ur fueron primero los
acadios del reino de Isin y después los amorreos, que en un siglo llenarían Mesopotamia de reinos,
quedando lo que fue el Imperio de Ur fragmentado en numerosos reinos amorreos y acadios cuyas
capitales serían ciudades estados que hasta ese momento habían tenido poca importancia.

Los reinos amorreos


Tras el reino de Ur y del esplendor sumerio, se extiende un complejo periodo de cuatro siglos (2.004-
1.595 a. C.) hasta la toma de Babilonia por los hititas. Durante este periodo los amorreos que se habían
establecido en Mesopotamia alcanzarán su mayor importancia a través de numerosos reinos, siendo el
más importante el de Babilonia, mientras que los amorreos nómadas también tendrán su importancia
en este periodo.

Baja Mesopotamia
Tras la caída de Ur (2.004 a. C.), el reino de Isín mantendrá la paz durante un siglo considerándose los
sucesores de Ur, siguiendo sus mismos modelos y reforzarán sus ciudades para protegerse de los martu
nómadas cada vez más numerosos, que se desplazaban continuamente a lo largo del río Tigris y el
Éufrates y que finalmente poco antes del 1.900 a. C. se infiltrarán en pleno corazón de Babilonia
aprovechándose de las luchas entre Isín y Larsa, y apoderándose de muchas ciudades como Ilip, Marad
Malgûm, Mashkan-shapir o incluso Uruk.
Estos nuevos reinos creados por las tribus nómadas amorreas, se unían a los reinos amorreos
"civilizados" y reinos acadios estando cada vez la Baja Mesopotamia más fragmentada. Tras este
siglo de relativa paz bajo el Reino de Isín emergerá el poderoso reino de Larsa (que según unas
tablillas fue fundada en el 2.025 a. C. por un amorreo llamado Naplânum) y seguirá una terrible guerra
entre ambos por el dominio de Sumeria y Acad en la cual acabará imponiéndose Larsa, que se haría
con la mitad de Mesopotamia.
Será durante estos dos siglos Isín-Larsa cuando se irán formando los distintos reinos amorreos, como
el de Babilonia, que se convertirá en el enemigo común de Larsa e Isín.
En 1.792 a. C., Hammurabi llegó a ser Rey de Babilonia. Utilizando la fuerza y la diplomacia, en
pocos años se convirtió en el dueño de toda Mesopotamia, construyendo así el mayor reino amorreo
que habrá en la historia, aunque muy efímero.
Su dinastía se mantuvo unos 150 años para declinar luego paulatinamente: en época de Samsuiluna se
declaró independiente en el Golfo Pérsico la llamada Dinastía del Mar.
Samsuditana (1625-1595), último rey de la dinastía, fue destronado por los hititas, con lo que finaliza
el predominio de los amorreos en Mesopotamia.
Los amorreos occidentales, que se habían establecido en Siria y Palestina hacia el 1.900 a. C., se
mantuvieron independientes durante varios siglos más.

Alta Mesopotamia
En la Alta Mesopotamia, la ciudad de Assur con los reyes de origen amorreo comenzará a ganar
importancia tras vencer en una guerra por el control de las rutas comerciales a Ešnunna y Mari.

El señorío de Amurru visto desde Siria


Se trataba de un reino nuevo, fundado por un jefe tribal militar muy hábil, Abdi-Ashirta. El núcleo del
nuevo estado eran las montañas libanesas, base militar de los refugiados (habiru) y los pastores. No
había ciudades, y Abdi-Ashirta no ostentaba el titulo de rey. Valiéndose de una propaganda incendiaria,
dirigida a los fugitivos y a los campesinos de aldeas, Abdi-Ashirta logró reforzar su poder, presionado,
por parte, sobres las ciudades costeras (sobre todo sobre Biblos, cuyo rey Rib-Adda nos ha
transmitidos gran parte de la historia en sus angustiados, y desoídos, llamamientos al faraón), y, por
otra, sobre las ciudades del valle del Orontes. Aprovechando un ataque contra la capital egipcia
Sumura, Abdi-Asista se ofreció para reconstruir la ciudad y desempeñar la función de delegado egipcio
para todos Amurru (que era el nombre de la provincia egipcia con capital den Sumura). Tras la muerte
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de Abdi-Ashirta, el proyecto siguió adelante y tuvo éxito con su hijo Aziru, que se apodero
permanentemente de Tunip y Sumura, sometió a Ugarit y Biblos y, jugando con el miedo egipcio de
que se pasara a los hititas, desempeño en la zona fronteriza un papel de potencia más que local. Pero
si bien la victoria de Shuppiluliuma arrancó a Amurru de la órbita egipcia, lo incluyó en la hitita, que a
la postre resultó mucho mas exigentes en cuanto a la lealtad política. El poderío de Amurru quedó
mermado y normalizado. La posición fronteriza sugirió a Benteshina, a comienzos del siglo XIII, la
misma maniobra que había realizado Aziru. El paso de Benteshina al bando egipcio provocó la guerra
entre Ramses II y Muwatalli y la batalla de Qadesh. Benteshina perdió el reino, aunque luego lo
recuperó al colocarse hábilmente de parte del vencedor en la lucha entre Khattushili y Urkhi-Teshub.
Los últimos reyes de Amurru, emparentados con la casa real hitita, permanecieron tranquilos hasta el
fin del imperio.

Ugarit

Ugarit era un reino más pequeño que Amurru, menos poderoso de Karkemish, pero muy importante
para nosotros, porque las excavaciones intensivas han sacado a la luz el palacio real con sus archivos
diplomáticos, epistolares, jurídicos y administrativos, que constituyes la fuente principal sobre la
historia y la sociedad de la Siria del Bronce Medio Tardio. Además, los templos con sus bibliotecas,
los barrios de viviendas, las fortificaciones, las tumbas y el barrio del puerto forman un complejo de
hallazgos que los convierte en el yacimiento mejor conocido de toda la región. Vasallo egipcio hasta la
edad amarniana, Ugarit estuvo luego sometido a la presión de Amurru (que limitaba por el sur), y
dentro de la órbita de este último se paso a los hititas con su rey Niqmadu, al que se deben la
recontracción del palacio real, la creación de los archivos y la labor de copia de testos literarios. A la
muerte de Niqmadu, Ugarit se vio envuelto en la sublevación del principio del reinado de Murshili II,
y perdió las ventajas territoriales que había conseguido anteriormente con los reyes Niqmepa y
Ammistamru, su dependencia de Khatti, y concretamente de Karkemish, fue en aumento: al tratado
estándar (Murshili-Niqmepa) se sumaron unos acuerdos particulares para la estancia en Ugarit de
mercaderes hititas, la devolución de fugitivos ugaríticos por los hititas, y las sanciones a aplicar en

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caso de asesinatos de mercaderes. Ugarit era, ante todo, comercial. Era el principal puerto sirio en
poder de los hititas, una escala que mantenía relaciones privilegiadas con Chipre y toda la costa
palestina y Cilicia, hasta el delta egipcio por un lado y Creta por el otro. El interés hitita por el
comercio y la riqueza de Ugarit era tan grande como escaso la propensión militar de esta ciudad, que
prefería pagar una fuerte suma antes que enviar tropas a la guerra contra Asiria. Ugarit se fue
desvinculando en el terreno milita y político, de un modo tan evidente que el la última fase del siglo
XIII suscitó algunas protestas. Pero, en el momento de la crisis final, Ugarit todavía fue capaz de
movilizar sus naves y sus tropas para defender a su señor hitita.

Ugarit, eje de lenguas y escrituras


En el aspecto técnico proliferan los vocabularios bilingües y plurilingües como elementos de enlace
entre las lenguas “cultas”, empleadas exclusivamente por los escribas (acadio y sumerio) y las lenguas
habladas en el área (hurrita y cananeo), gracias a los intenso contactos internacionales y al domino
extranjero. En una ciudad como Ugarit se han encontrado documentos en lenguas y escrituras muy
distintas, que casi forman unos muestrario de todas las combinaciones posibles por aquel entonces:
textos jeroglíficos hititas y cuneiformes hititas, testos jeroglíficos egipcios, textos chipirota-minoicos,
textos en acadios y en sumerio, textos en hurrita y textos en ugarítico (la lengua local).

La emergencia del sistema alfabético


Esta coexistencia de muchas lenguas y escritura tal vez fuera un estímulo para la experimentación de
nuevos sistemas gráficos. Algunos de ellos, como el sistema jeroglífico de Biblos (que se remonta al
Bronce Medio), se basaban en experiencias tradicionales. Pero en la Siria-Palestina del Bronce Tardío
se experimentó por primera vez algo mucho más prometedor e innovador: la escritura alfabética.
Todas las escrituras anteriores eran mixtas, silábico-logográficas (cuneiforme mesopotámico y sus
derivados) o jeroglíficas (egipcio y otros sistemas). Pero el sistema egipcio también incluía el empleo
de signos monoconsonánticos, que podían servir de base para un sistema puramente consonántico, es
decir, alfabético. Esto fue lo que se experimento con los sistemas protosinaítico y protocananeo, y lo
que se implantó plenamente rn la escritura ugarítica. El caso del ugarítico es el único en que el sistema
alfabético aparece a nivel oficial, siendo utilizado tanto para textos administrativos como para textos
literarios y rituales locales (para los cuales el babilonio habría resultado inadecuado, pues no existía la
costumbre de separar la escritura de la lengua). En todos los demás casos la tradición de los escribas
babilonios marginó a las nuevas escrituras alfabéticas y su uso quedo limitado a situaciones
“populares” extrapalatinas. El nuevo instrumento sólo tuvo una difusión amplia y oficial al desaparecer
las escuelas palatinas de escribas.

Textos míticos de Ugarit


Gracias a la decisión de los escribas ugaríticos de usar la escritura alfabética para poner el patrimonio
literario local por escrito, conocemos documentos de extraordinario interés. Copiados a mediados del
siglo XIV, pueden remontarse a épocas anteriores, como es razonable en el caso de aquellos textos
míticos y religiosos que ganan en autoridad con el paso del tiempo. Pero algunos elementos están bien
“datados” en el ambiente propio del Bronce Tardío. En particular, el poema de Keret, es la historia de
un rey ugarítico (situado en el pasado, fuera del tiempo) que parte, en busca de una princesa lejana
para hacerla su esposa, siguiendo las indicaciones que le han dado los dioses en un sueño. Keret
logrará su propósito, pero tendrá que superar muchas pruebas, incluyendo un intento de usurpación
por parte de su hijo, aprovechando una enfermedad de su padre. El final feliz de la historia es propio
de una fábula pero el modelo de realeza que se quiere perfilar es típico del Bronce Tardío, y los
presupuestos religiosos están formados con arreglo al código heroico y aventurero de la época).

La epopeya mítica del rey Kirta (Keret)


La leyenda de Keret, ó Epopeya de Keret, es una épica en cananeo sobre el 1.500 al 1.200 a.C.
Grabado en cuneiforme ugaríticos.
Cuenta la historia de la casi extinción de la casa real hurrita de Keret, o Kirta. Que ha perdido a toda
su familia, mujer/es e hijos y se encuentra sin descendencia. En un sueño, el dios creador El le
aconseja Rey Keret a buscar ayuda del dios de la lluvia, Baal y, a continuación, organizar una
expedición para encontrar una nueva esposa, la hija (mejor, la nieta) del Rey Pabil de Udum. Tal
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procedimiento incluyes al propiciación de los dioses por medio de los oportunos sacrificios, la leva de
un ejercito popular en el que todos hasta los mas discapacitados del reino participen en la marcha hacia
Udum y el asedio de la ciudad, no será necesario el ataque pues al cabo de siete días su rey,
atemorizado, se rendirá y acedera a su petición. Después el rey viajó hasta que llegó al santuario de la
diosa madre Asera. Entró en el templo se comprometió a donar a la diosa una estatua de oro si hubiera
ayudado a encontrar un nuevo ajuste esposa de un rey. Keret logra tener una esposa y varios hijos, pero
se olvida de su promesa de Asera. La diosa Asera, ofendida, castiga a Keret con una enfermedad
debilitante, pero el dios El, una vez más viene a su rescate y lo cura. Sus hijos están felices de verlo
restaurado de nuevo en el trono excepto el hijo mayor, Yassib, que había ganado popularidad, mientras
que Keret estaba enfermo, y por lo tanto Yassib intenta usurpar el trono, pero el golpe fracasó. Las
tablillas de arcilla se encontraron en 1930-1931 por un grupo de arqueología francés en Ugarit
(moderna Ras Shamra), a pocos kilómetros al norte de la moderna ciudad de Latakia en Siria.
Termina diciendo el escriba fue Llimilku ministro oficiante.

Tabillas sobre la leyenda de Keret Escritura cuneiforme ugarítico y asirio.

Dioses amorritas.

El.- (dios del cielo) esposa Asehera (diosa del mar)


Baal.- (hijo del dios del cielo) tiene dos hermanas Anat que luego es también su esposa y Astarte
(diosa de la guerra)
Consolidación del dios Baal
1º.- Baal lucha contra Yan (un monstruo marino)
2º.-Baal construye su palacio.
3º.-Baal v/s lucha contra Mot (dios de la muerte, de la esterilidad, de la sequía).

En cambio, hay una clara finalidad religiosa entre otros poemas ugaríticos centrados en la figura del
dios Baal, que forman un ciclo. En ellos encontramos la lucha de Baal contra Mot (la muerte), que
alude a la alternancia de la estación muerta y la estación de la vitalidad, tema esencial de la
religiosidad agropastoral de la época. Encontramos también la lucha de Baal contra Yam (el mar), que
alude en cambio a la idea cosmológica de un mar caótico que rodea a la tierra cósmica. Y la historia
de la construcción del templo de Baal. Hay otros pequeños poemas de tema religioso, algunos de los
cuales podían ser utilizados directamente como “guiones” en las festividades (en uno de ellos
encontramos títulos en este sentido). En conjunto nos da una idea del patrimonio mitológico y
cosmológico del área siriopalestina sin subestimar las variedades locales, por lo que el panorama
ugarítico no se puede extrapolar de forma mecánica para convertirlo en cananeo

15
Muestra los estilos de escritura de tres grandes sistemas cuneiformes: babilónico, ugarítico y asirio.

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PUEBLOS DEL MAR

El nombre de «PUEBLOS DEL MAR» se debe al egiptólogo parisino Emmanuel de Rougé (1811-
1872), que lo utilizó a mediados del siglo XIX para denominar a los diversos pueblos que aparecían en
algunas inscripciones y textos egipcios, hallados en Medinet Habu y fechados a finales del Reino
Nuevo, fueron traducidas por John B. Greene como «procedentes de las islas de en medio del mar».
Posteriormente, Gaston Maspero acuñó el término, apoyándose en la teoría expuesta por Rougé y
Chabas, que sostenía: «Los pueblos del mar fueron los componentes de la gran migración que recorrió
desde el mar Egeo hacia el Mediterráneo oriental, emparejando los distintos pueblos invasores con los
pueblos mencionados en la historia y la leyenda griegas».

Quiénes fueron los temidos Pueblos del Mar, breve acercamiento a las hipótesis
que hablan de estos navegantes del Mediterráneo Antiguo
El origen de los Pueblos del Mar es tema de continuo debate. Las evidencias señalan que fue un grupo
heterogéneo de diferentes poblaciones venidas de distintos lugares del Mediterráneo, aunque con una
actividad común: el dominio del mar, ya que todos ellos se dedicaban al mercenariado y a la
piratería, e disponían de buenas armas y buscaban lugares donde sacar el mayor provecho y asentarse.
Esta amalgama de grupos humanos no dejó apenas indicios escritos, ni ellos ni las comunidades
vecinas que acabaron por invadir, únicamente las civilizaciones egipcia e hitita hacen referencia a este
pueblo y siempre de forma negativa, pues eran los invasores, los destructores que venían de los mares.
Si bien es difícil situar la procedencia exacta de cada grupo que conformó a los Pueblos del Mar, sí se
tienen identificados a los distintos clanes o tribus:
SHERDEN: los vestigios documentales egipcios hablan de ellos, calificándolos de mercenarios que
actuaban tanto del bando egipcio como en su contra.
LUKKA: de ellos se tienen referencias tanto en fuentes egipcias como hititas. Se conoce que fueron
piratas y mercenarios y parece que existe un acuerdo en cuanto a su origen, sur de Anatolia y Chipre.
TURSHA: las alusiones egipcias a este grupo humano los ubican en la antigua Troya. Tras la derrota
con los micénicos salen al Mediterráneo para finalmente dispersarse.
AKAWASHA: gracias a las fuentes hititas, parece acertado colocarlos en el oeste de Anatolia.
SHEKELESH: de ellos existen las referencias más escasas. En los jeroglíficos egipcios aparecen muy
poco, si bien parece correcto calificarlos de mercenarios.
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PELESET: aparecen en las fuentes egipcias y se les identifica como “enemigos invasores”. Son,
además, los filisteos que se nombran en la Biblia.
TJEKER: las alusiones a este pueblo por los egipcios los sitúan en condiciones muy similares a los
Peleset: tienden a colocar su origen en Troya y su destino en Palestina, junto a los filisteos.
DENYEN: según las fuentes hititas, son de origen Anatolio aunque siempre con discrepancias.
Practicaban también el mercenariado.
WESHESH: el último grupo por mencionar de los Pueblos del Mar son también identificados con un
origen troyano. El destino final fue, de nuevo, Palestina.
El continuo avance de los Pueblos del Mar entre los siglos XIII y XII a. C. fue como consecuencia del
declive del mundo conocido hasta ese momento, obligando a sus gentes a emigrar para poder
conseguir tierras mejores y poder asentarse, quizá huyendo de la hambruna, de las guerras micénicas, o
quizá, del hundimiento minoico. Entraron en guerra con Egipto durante el reinado de Ramsés II y
después, con Ramsés III y las batallas del Delta del Nilo y la batalla terrestre contra los filisteos.
También existió guerra en Palestina con evidencias arqueológicas nefastas acerca de destrucción
completa de ciudades. Las convicciones generalizadas apuntan a que la caída de Ugarit fue a causa
de los Pueblos del Mar, pues se hallaron cartas que hablan de la inminente destrucción de la ciudad
hacia el 1.175 a. C. y donde aparece el último rey de Ugarit, Hammurabi II. (Ver al final)
Las consecuencias de estas invasiones (junto con otros factores) fueron devastadoras: fin del imperio
hitita, pérdida casi total de la civilización micénica, destrucción completa de ciudades situadas en
Asia Menor como Ugarit, Tarso o Hattusa, Egipto tuvo que abandonar todas sus posesiones en Asia
Menor para poderse defender, convocando Ramsés III a todos sus hombres para la contienda. Las
evidencias arqueológicas han encontrado un estrato de cenizas correspondiente a dichas ciudades
destruidas y a dicha época, pues los Pueblos del Mar arrasaban quemando, literalmente.
El fin de la actuación de los Pueblos del Mar responde a la hipótesis de que acabaron por asentarse en
nuevas tierras, sobre todo después de combatir con los ejércitos de Ramsés III y donarles éste ciertos
territorios con el objetivo de que cesara la continua confrontación.
Podría decirse que la acción de los Pueblos del Mar fue principalmente destructiva, o al menos esto es
lo que se deduce de las escasas fuentes que se han ido mencionando. Sin embargo, es posible que sin
su intervención algunas de las grandes civilizaciones posteriores o no habrían nacido o lo habrían
hecho de un modo muy distinto, porque tras la caída de Minos, Micenas o Troya, la tierra que
correspondería posteriormente a la Magna Grecia se fue recuperando y acabó resurgiendo de sus
cenizas cual Ave Fénix.
Invasiones y migraciones en el año 1.200 a.C.

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El rey egipcio Merenptah (1213-1203 a.C.) se refirió a ellos como «países extranjeros» o «pueblos de
la mar» (en egipcio n3 ḫ3t.un p3 ym6 ) en su Gran inscripción de Karnak.
La denominación «pueblos del mar» ha seguido siendo utilizada por todos los que escriben o
investigan esta época de la historia, aunque últimamente el tema ha sido sometido a distintas hipótesis
que dejan atrás la idea de una “grande y única invasión naval”.
Merenptah fue el cuarto faraón de la dinastía XIX de Egipto. Decimotercer hijo de Ramsés II, y cuarto
de su segunda esposa Isis-Nefert; fue el destinado a la sucesión debido a la muerte de sus hermanos
mayores
.

Tapa granítica del 2º sarcófago de Merenptah, tumba KV8 del valle de los Reyes
La Estela de Merneptah, también llamada Estela de la Victoria o Estela de Israel, es una losa de
granito gris, erigida por el faraón Amenhotep III e inscrita más tarde, en el reverso, por el faraón
Merneptah para conmemorar su victoriosa campaña militar en tierras de Canaán hacia 1.210 a. C.
La estela fue descubierta en 1.896 por Flinders Petrie en el templo funerario de Merenptah, en la
región de Tebas (Egipto). La piedra ha alcanzado gran notoriedad porque el texto grabado incluye
posiblemente la primera mención conocida de Israel (es decir, los israelitas como grupo), en la
penúltima línea, dentro de una lista de los pueblos derrotados por Merneptah. Muchos académicos la
denominan "Estela de Israel".

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Granito gris Descripción de las victorias de Merneptah, incluyendo la primera mención extra-bíblica
de Israel 1208 a. C. Museo del Cairo Texto jeroglífico de la estela.

Los pueblos mencionados en la estela llevan el determinativo de tierra extranjera, pero Israel es
mencionado de diferente manera, al utilizar el determinativo como un gentilicio: se habla de «las
gentes de Israel», mostrando que para los egipcios de esa época, Israel era considerado un grupo
extranjero. Este importante primer documento extra-bíblico expresa además la presencia de los
israelitas como uno de los grupos que pueblan el área del levante mediterráneo.
El texto no debe ser leído como un poema, ya que para los antiguos egipcios, el texto escrito, en tanto
que subsistiese, poseía el valor de referirse al mundo real.

Traducción de la Estela de Merenptah


Año quinto, tercer mes de la estación shemu, (finales de primavera y principio de verano) día 3, bajo la
Majestad de Horus: Toro poderoso, que se alegra con Maat.
Rey del Alto y del Bajo Egipto: Morueco de Ra, amado de Amón. Hijo de Re: Merenptah, rey del Alto
y bajo Egipto: Morueco de Ra, amado de Amón, Hijo de Re: Merenptah, que esta satisfecho a causa de
Maat.
Se exalta la fuerza y se magnifica la potencia de Horus, toro poderoso, que golpea los Nueve Arcos y
cuyo nombre es establecido para siempre y para toda la Eternidad. Se narran sus victorias en todas las
tierras, de manera que cada tierra, reunida, conozca y admire la virtud en sus hechos valerosos.
Merenptah, que está satisfecho a causa de Maat, el Toro, señor de la fuerza, que masacra a sus
enemigos, hermoso en el campo de batalla, en el momento de la victoria; la luz, que descubre las nubes
que habían estado sobre Egipto y deja ver al País bienamado los rayos del disco del Sol; que aleja la
montaña de bronce de la garganta de la gente para que pueda dar el aliento [de la vida] a los pueblos en
apuro; que satisface el corazón de Menfis sobre sus enemigos y permite a Tatenen regocijarse sobre sus
adversarios abatidos; que abre las puertas de la ciudad de la Muralla que habían sido atrancadas y deja
que sus templos reciban sus alimentos [otra vez].
El rey del Alto y del Bajo Egipto, Morueco de Re, amado de Amón, el hijo de Re Merenptah, que está
satisfecho a causa de Maat, el único que vuelve firme los corazones de cientos de miles, mientras que,
a su vista, los alientos [de la vida] penetran en sus narices.
El país de los timihiu está destrozado, en su tiempo de vida y el terror permanece para siempre en el
corazón de los mashauash. El hace retroceder a los libios, que habían [osado] mirar a Egipto; un gran
temor, a causa de Egipto, habita en sus corazones.
Sus tropas, adelantadas, abandonan los confines [del país], pues sus piernas no se aguantan derechas,
excepto para huir. Sus arqueros abandonaron allí sus arcos. Los corazones de los que se apresuran son
los de caminar. Desatan sus pellejos de agua y los arrojan al suelo; sus cargas eran desatadas y tiradas a
un lado.
El miserable príncipe, el vencido de Libia, había huido en la oscuridad de la noche, solo, sin ningún
penacho en su cabeza; sus piernas estaban debilitadas. Sus mujeres fueron llevadas lejos de su
presencia; se tomó la harina de sus provisiones; no había, incluso, agua en los pellejos para conservarle
vivo. Las caras de sus compañeros, prestos a matarle, eran hostiles; entre sus comandantes uno luchó
contra otro. Sus tiendas estaban quemadas, transformadas en cenizas. Todos sus bienes eran alimento
para la tropa.
Cuando alcanzó su país, estaba (sumido) en lamentaciones. Cada superviviente en su tierra estaba
demasiado agraviado para recibirle. Un príncipe a cuyo mal penacho castigó el destino y todos, en sus
villas le decían esto:
¡El está en poder de todos los dioses de Menfis! El señor de Egipto hace una maldición de su nombre:
Meriay es la abominación de la ciudad de la Muralla Blanca y (esto permanecerá) en su familia, de
hijo en hijo, para la Eternidad.
Morueco de Re, amado de Amón perseguirá a sus hijos y Merenptah, que está satisfecho a causa de
Maat, le será dado como destino [Merenptah, héroe legendario].
El ha llegado a ser una leyenda proverbial para Libia. Las jóvenes generaciones dirán unas a otras a
propósito de sus victorias: Aquello no se hará así de nuevo desde [los días] en que Re lo ha abatido.
Por eso, cada viejo habla así a su hijo: ¡Aflicción para Libia!

20
Ellos han dejado de vivir del agradable modo del que va de un lado a otro en el campo. Van a ser
reprimidos sus paseos en un solo día. Los tehenu están acabados en un solo año. Sutej se ha vuelto
contra su jefe; sus pueblos han sido arruinados con su consentimiento.
No hay trabajo para cargar fardos en estos días. Es, entretanto, conveniente ocultarse y es sólo en un
agujero donde se está a salvo.
El gran señor de Egipto es poderoso, la victoria le pertenece. ¿Quién puede luchar, conociendo su
inexorable paso? ¡Imprudente y necio sería quien fuese en su contra! El que transgreda su frontera no
conocerá el mañana.
En cuanto a Egipto -dicen- desde los tiempos de los dioses [ha sido] el hijo único de Ra y su hijo es el
que está en el trono de Shu. Ningún corazón sabría emprender un ataque contra su pueblo, porque el
ojo de cada dios perseguiría a quien lo violase y él es quien acarrearía el fin de sus enemigos. Así dicen
aquellos que observan las estrellas y los que conocen todas las palabras [mágicas] al mirar a los
vientos.
Un gran prodigio ha ocurrido en Egipto. El que la atacó ha sido metido en su mano como un prisionero
vivo, gracias a los designios del divino, que ha triunfado sobre sus enemigos, en presencia de Ra.
Meriay es quien hizo el mal y a quien ha abatido el Señor que esta en la Ciudad de la Muralla
[Blanca]. Ha sido juzgado con aquél en Heliópolis y la divina Enéada lo consideró culpable de sus
crímenes.
El Señor del Universo dice: ¡Que se dé la cimitarra a mi hijo!, el justo de corazón, el gentil y
bondadoso, Carnero de Ra, amado de Amón, el que es solícito con el Castillo del ka de Ptah; el que ha
protegido a
Heliópolis y quien ha abierto las ciudades que estaban cerradas; el que ha hecho libres a las multitudes
que habían sido encerradas en todos los nomos; el que ha vuelto a dar ofrendas a los templos y deja
que el incienso sea quemado ante el dios; el que ha hecho que los grandes recuperen la posesión de sus
propiedades y que los pobres hayan vuelto a sus ciudades.
He aquí lo que han dicho los Señores de Heliópolis acerca de su hijo, Merenptah, que está satisfecho a
causa de Maat: "Que se le dé el tiempo de vida de Ra; así él podrá proteger al que está sufriendo a
causa de algún país. Le ha sido asignado Egipto, como la parte de aquél que ha conquistado para sí,
eternamente; por ello él puede proteger a su pueblo. Mirad, cuando se vive en la época de este héroe, el
aliento de vida está en las manos del [rey] valiente. Los bienes corren como el agua para el que no
toma a su cargo la mentira, pero el hombre de corazón malvado pierde lo que ha robado; [en cuanto] al
que tiene a su cuidado bienes mal adquiridos, [sus bienes] irán a otros y no a sus hijos.
Se dice también: "Meriay, el vil enemigo, el vencido de Libia, vino para franquear los muros de la villa
de Ta-tenen, que es el señor de ella, mientras que su hijo había aparecido sobre su trono, el Rey del
Alto y del Bajo Egipto, Carnero de Ra, amado de Amón; el hijo de Ra, Merenptah que está satisfecho a
causa de Maat". Ptah dijo entonces al encuentro del vencido de Libia: "Que sean reunidos todos sus
crímenes, y que ellos caigan sobre su cabeza. Ponedle en manos de Merenptah, a fin de que le haga
vomitar lo que él había tragado, como un cocodrilo. Ahora, mirad, el hombre rápido se lleva al hombre
rápido y el señor real cazará al que conocía su fuerza.
Es Amón quien lo capturará con su mano y por eso lo asignará a su ka, en Hermonthis, al rey del Alto
y del Bajo Egipto, Carnero de Ra, el hijo de Ra, Merenptah".

21
Ptah "Señor de la magia", "Maestro constructor", inventor de la albañilería, patrón de los arquitectos y
artesanos. Se le atribuía también poder sanador, dios creador de la mitología egipcia.
Maat símbolo de la Verdad, la Justicia y la Armonía cósmica; también era representada como diosa, la
hija de Ra en la mitología egipcia.

Himno a la paz.
Una gran alegría ha venido a Egipto
y el júbilo se manifiesta en las villas del País bienamado.
Ellas hablan de las victorias
que Merenptah logró sobre los tehenu.
¡Qué amado es, el príncipe victorioso!
¡Qué ensalzado es el rey, entre los dioses!
¡Qué prudente es él, el señor del dominio!

En verdad, qué agradable es sentarse y hablar! ¡Oh, caminar a grandes pasos por el camino, sin que
haya temor en el corazón de las gentes! Las fortalezas están abandonadas a su suerte, los pozos son
abiertos [de nuevo], accesibles en lo sucesivo a los mensajeros.
Las almenas de los muros están tranquilas; únicamente es el sol quien despertará a los centinelas. Los
madjai están tendidos y duermen; los nau y tekten están en las praderas, según su deseo.

22
El ganado del campo está suelto y vagabundea sin pastor, [incluso] cruzan la corriente del río. Ninguna
llamada, ningún grito se alza en la noche: "¡Alto, mirad, un recién llegado viene hablando en lengua
extranjera!". Se va y se viene cantando y no hay gritos como cuando hay aflicción entre las gentes.
Las ciudades están habitadas de nuevo. El que siembra su cosecha la comerá.
Ra se ha vuelto de nuevo hacia Egipto, mientras que ha sido puesto en el mundo, gracias a su destino,
su protector, el Rey del Alto y del Bajo Egipto, Carnero de Ra, el Hijo de Ra, Merenptah.

[La paz en el Imperio egipcio]


Los príncipes están postrados, diciendo: ¡Clemencia!
Ninguno alza su cabeza a lo largo de los Nueves Arcos.
Libia está desolada, Hatti está pacificada,
Canaán está despojada de todo lo que tenía malo,
Ascalón está deportada, Gezer está tomada,
Yanoam parece como si no hubiese existido jamás,
Habiru está derribado y yermo, no tiene semilla,
Siria se ha convertido en una viuda para Egipto.
¡Todas las tierras están unidas, están pacificadas!
Todos los [países] que andaban errantes han sido unidos por el Rey del Alto y del Bajo Egipto, Carnero
de Amón, el Hijo de Ra, Merenptah, dotado de vida, como Ra, cada día."

Habiru, primera referencia escrita que se conoce nombrando al pueblo Hebreo

En los documentos de la época aparecen denominaciones de pueblos desconocidos hasta


entonces, identificados como grupos problemáticos y, en muchos casos, directamente belicosos:

Habiru (¿hebreos?)
Peleset (filisteos)
Shardana (¿sardos?)
Lukka (¿Licia?)
Tjeker (llegan a Siria desde el mar

Características del cambio de época asociada a la penetración de los “Pueblos del Mar”.
Intromisión masiva de armas y armaduras de hierro. Nuevas pautas alimenticias, como la primacía del
cerdo. Nueva presión demográfica sobre espacios territoriales que se habían venido convirtiendo
gradualmente en “cáscaras vacías”. Ocaso militar de la casta de carros de guerra. Desplome del gran
circuito internacional de comercio; reemplazado por redes más limitadas de comercio que rivalizan
entre sí y se hostilizan mutuamente.

23
Merenptah luchando contra los pueblos de Mar Extranjeros en el reino de Egipto, por sus atuendos

Lugares aparentemente involucrados en la presión demográfica hacia el Cercano Oriente:

-Costa del Mar Negro


-¿Crimea?
-Tracia
-Arzawa, Oeste de Anatolia (posteriormente “Jonia”)
-Cerdeña
-¿Sicilia?
-Libia
-Las ciudades-estado micénicas.

Una de las teorías más aceptadas es la llamada “bola de nieve”, entendiendo por este termino que los
primeros y originarios PUEBLOS DEL MAR no son los mismos que atacaron Egipto debido a que a
su paso por el Egeo, Hatti y Canaán otros pueblos o tribus se fueron uniendo a esta conjunción
heterogénea. Esta teoría de la “bola de nieve” es aceptada por muchos autores, una de las cuales,
Shelley Waschsmann, lo utiliza literalmente en su estudio de la iconografía de los barcos micénicos.

Como hipótesis del efecto dominó: los mismos micénicos que han sido desplazados de Grecia habrían
llegado a impactar en Chipre, Siria, Palestina y Egipto.

Recordemos las causas internas de la crisis en el Cercano Oriente Antiguo


Al hablar de las regiones ya se ha mencionado la crisis demográfica, que se agudiza en el transcurso
del Bronce Tardío. Las mesetas semiáridas de Transjordania y alta Mesopotamia vuelven al
nomadismo; en Anatolia y Siria grandes ciudades son abandonadas, y los asentamiento se concentran
en los valles de regadío; en el centro y sur de Mesopotamia la población se reduce a la mitad. Esta
crisis demográfica se debe, ante todo, a un descenso del tono demográfico interno (es decir a las tasas
de natalidad, pues las otras ya son bajas), combinado con factores productivos y sociales más o menos
evidentes. Pero esta tendencia a la regresión interna se agudiza a causa de factores políticos. Mientras
decrecen los recursos humanos y materiales, los palacios no quieren o no pueden reducir sus
pretensiones y su tren de vida (al contrario, lo potencian). Para ello recurren exacciones más
gravosas, que acaban arruinando a una población productiva, ya depauperada. La competencia
internacional, sobre todo militar, el sometimiento de regiones enteras al pago del tributo externo y los
destierros masivos son recursos de los estados más fuertes para sanear su crisis, cargándola sobre las
espaldas de las regiones más débiles.

Las guerras, los destierros, la despoblación y la crisis productiva provocan hambres y pestes. Ya eran
problemas endémicos en el Bronce Tardío, pero la documentación revela su agudización a mediados
del siglo XIV y a finales del XIII. Los angustiosos llamamientos de los últimos reyes hititas a los
vasallos que les quedan para conseguir grano a toda costa, o la intervención de Egipto para “mantener
en vida el miserable país Hatti” revelan una situación muy grave. Además, la secuencia
dendrocronológica de Gordion registra en torno a 1.200 a.C. siete u ocho años de sequía, lo cuala
explicaría la terrible carestía que asola Anatolia ya en dificultades. En la Baja Mesopotamia el
progresivo colapso de la red de canales provoca una crisis agrícola, y en zonas pantanosas (como en
las semiáridas de otras regiones) se vuelven al régimen de pastoreo seminómada. A la degradación
paisajística y agraria, al espectáculo de las grandes ciudades de Bronce Medio, reducidas a recintos
amurallados vacíos en medio de la estepa, se suma la crisis del tráfico caravanero, que tropieza con
crecientes dificultades al atravesar territorios fuera del control palatino.

Deuda, deudores y demografía


Las dificultades demográficas y productivas acompañan a la crisis social, que en un plano lógico y
cronológico se puede considerar causa primera de todo el colapso. Ya se ha hablado de la
generalización de la alineación de tierras y su consecuencia, la servidumbre por deudas. El fin de la
solidaridad familiar y aldeana provoca fenómenos de enriquecimiento (de los miembros de la
24
aristocracia palatina) y consiguiente ruin, con el desmembramiento de las familias (las esposas e hijos
son entregados como fianza laboral para descontar intereses) y fugas de deudores insolventes,
esclavizados o a punto de serlo. El hecho de que la población rural se vea sumida en un estado de
servidumbre contribuye, sin duda, al descenso del tono demográfico, de los estímulos productivos y
también del apoyo popular a la autoridad real.

Elite e incomunicación
Ya hemos visto que el rey del BRONCE TARDIO se desinteresa de la miseria de la población rural,
deja de promulgar edictos de remisión e incluso se enriquece personalmente, con una miope política de
la ganancia rápida y solidaridad de clase. En el ámbito familiar, el fin de la tradicional solidaridad se
pone de manifiesto en la necesidad de incluir cláusulas que obliguen a los hijos a honrar y atender a
sus padres, si quieren heredar. Todo esto tiene su razón de ser. Desde el punto de vista de sus
protagonistas, responde al intento de sacar el mayor provecho de unos recursos cada vez más
mermados. Pero el mismo panorama, visto globalmente, muestra la falta de previsión de un
comportamiento que no tiene en cuenta la necesidad de salvaguardar unos niveles mínimos de
supervivencia física y libertad política, única garantía de que los grupos privilegiados puedan seguir
beneficiándose del mecanismo de concentración de excedentes. La separación tajante entre clase
dirigente y clase productiva también tiene aspectos y efecto de carácter ideológico de “imagen”. El rey
y no se preocupa de aparecer como un buen padre de la población, y prefiere cultivar una imagen de
tipo heroico, hecha de fuerza y habilidad guerrera, de lujo refinado e internacional. Y para la población
productiva el rey ya no es el protector de los necesitados, el campeón de la justicia y la equidad. No
puede rebelarse abiertamente ni crear por se sola una organización alternativa, pues carece de los
medios y la conciencia necesarios. La única salida que les queda es huir, soslayar las dificultades
insalvables tratando de rehacer su vida en otro lugar. La proliferación de fugas hace que los estados
tiendan una red de tratados de extradición con procedimientos de búsqueda, captura y entrega. De
modo que las fugas, en vez de dirigirse a otros estados palatinos, se dirigen a las zonas que están fuera
de control de dichos estados. Estos espacios de estepa o montañas boscosas, son la meta ideal de los
fugitivos.
Estos espacios no están “vacíos”, son el medio frecuentado por los grupos de pastores trashumantes, a
quienes considerar “bandidos”, precisamente porque escapan a su control, asaltan caravanas y acogen
a los fugitivos. El grupo tribal ofrece a estos últimos ese polo alternativo, ese modelo no palatino de
organización sociopolítica que no se puede encontrar en la sociedad aldeana, en plena disgregación. La
solidaridad con el palacio, que está en entredicho, puede tornarse en solidaridad con el palacio. Para
los fugitivos aislados o en pequeños grupos, esta nueva solidaridad implica un desplazamientos físico,
echarse al monte. Pero cuando aldeas enteras pasan de la obediencia al palacio, a la solidaridad tribal,
comunidades enteras se convierte en habiru sin moverse de donde están. Se sacuden la insoportable
opresión fiscal y política cambiando de polo de atracción, de solidaridad y obediencia, y dejan al
estado platino sin recursos materiales y humanos.

En un periodo tan convulso, repleto de destrucciones y cambios como el Bronce Final, debió resultar
difícil dejar constancia de los acontecimientos que estaban ocurriendo en los diferentes estados del
Mediterráneo; aún así, existen varias fuentes literarias contemporáneas en las que nos podemos apoyar
para intentar comprender el sinuoso camino de los Pueblos del Mar. La más importante y precisa de
esas fuentes es, sin duda alguna, el relato de la campaña del faraón RAMSES III, reflejado en los
relieves del tempo de Medinet Habu. De igual modo, desde Pilos y Ugarit nos han llegado sendos
documentos escritos de este agitado periodo. Estos documentos no son los únicos que tratan la
cuestión de los Pueblos del Mar, otras fuentes escritas, mas alejadas en el tiempo del conflicto, dan su
visión sobre estas migraciones. Obras como la Iliada, los textos hititas, o incluso la Biblia no deben ser
obviadas.

Ramsés III se sintió en vida como el sucesor del victorioso Ramsés II y de hecho su titulación es casi
idéntica a la de este faraón. Ramsés III fue el último faraón guerrero y exitoso de Egipto, durante su
reinado se produjeron lo últimos logros bélicos notables que no volvieron a producirse con ninguno de
sus sucesores.

25
Medinet Habu: Recordatorio del triunfo de Ramsés III (1.184-1.153 a.C.) 2º faraón de la dinastía 20

El templo funerario de Ramsés III se encuentra situado en la pequeña localidad de Medinet Habú,
frente a Luxor, en la orilla Occidental del Nilo. Esta región tebana es la antigua Djamet o Tjamet,
Djeme en copto. Tebas fue la capital de Egipto durante el Imperio Medio y el Imperio Nuevo y estaba
situada en la actual población de Luxor. La localidad de Medinet Habú fue uno de los primero lugares
de la región tebana asociada al dios Amón, y el lugar elegido por Ramsés III para construir su templo
funerario. La ciudad fue durante algunos siglos también el centro económico y administrativo de la
región tebana. La relevancia que adquiere el templo se debe a que su pequeño templo se encontraba
ubicado en una zona considerada como el emplazamiento primigenio, es decir, el primer lugar para los
egipcios donde se manifestó a creación. Allí se adoraba a Amón-Ra bajo la forma de autorrenovación
continua. Los relieves de este templo funerario erigido por Ramsés III describen con bastante exactitud
tanto el recorrido de los invasores, desde las tierras de Hatti hasta Egipto, como la composición de este
grupo migratorio, nombrando uno a uno los pueblos que lo forman.
Poco después de la realización de los relieves de Medinet Habu, encontramos otro documento en el
que se nombran los integrantes de los Pueblos del Mar, el llamado Papiro Harris I. El texto recuerda
los hechos acontecidos en el año 8 del reinado de Ramsés III, completando la lista de pueblos
invasores con los Shardana, ausentes en Medinet Habu.

LA BATALLA DEL DELTA


Los Pueblos del Mar eran experimentados navegantes y guerreros, por lo que una confrontación naval
directa en la costa podría haber sido un puro suicidio. Ramses III dejó penetrar a los invasores por las
bocas del Nilo para tenderles una emboscada. En algún punto estratégico, la orilla se había fortificado
con una empalizada de lanzas y el faraón esperaba en ella junto a numerosos arqueros. Tras atraerlos
hasta su posición hizo aparición una gran flotilla -que el faraón había ordenado juntar con todas las
naves posibles- cargada de guerreros; de tal manera que los atacantes fueron sorprendidos y se
encontraron atacados tanto desde tierra como desde el mar. En la representación de la batalla no se
representan remeros en las naves invasoras, lo que puede ser indicación de que fueron sorprendidos
cuando ya habían varado en la orilla para asaltar la posición del faraón.
Se menciona que Ramses III reunió 3 tipos de naves que irían desde las meras naves de pasajeros del
Nilo hasta las naves que hacía las rutas del Levante. Sin embargo en las imágenes de los combates sólo
se nos muestra un tipo de buque, al parecer el más apto como galera “de guerra”. Las naves son
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curvadas pero no tanto como antaño, se representan con unos 6-11 remos por banda y un remo grande
(en vez de dos) para ejercer de timón. Cuentan con un aparejo evolucionado y la vela ya está más
suelta por lo que se puede maniobrar mejor con ella.
La borda está elevada al contar con una pantalla para proteger a los remeros de los proyectiles
enemigos. Además hay pequeños castillos a proa y popa que otorgan protección a algunos arqueros y
al timonel. No necesitan de maromas para sujetar el casco en su sitio, por lo que deben ser
suficientemente fuertes estructuralmente.

La flota del Faraón: el poder naval en el Imperio Nuevo


Fragmento de la batalla del Delta según los relieves del templo de Ramsés III en Medinet-Habu. Las
naves de los pueblos del mar son las de los extremos en formas de pico de ave. La escena recoge varias
fases de la batalla: el comienzo del combate, el abordaje a las naves enemigas, el hundimiento de estas
y la captura de los vencidos. En el fragmento completo se ve a la derecha a Ramsés III (disparando
flechas gigantescas) en la orilla junto a arqueros. La perdida de la pintura que cubría el relieve original
ha supuesto por desgracia la perdida de muchos detalles.

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A primera vista el relieve nos muestra una escena de guerra. Esta escena está evidenciada por un
primer carro de guerra que está aplastando a una serie de personas, es una acción de lucha propiamente
dicha. Aparecen también la lucha directa en tierra con arco y lanza, los prisioneros de guerra atados La
imagen trata secuencialmente el tema de la guerra; se eligió para darle un temporal sucesivo a la
representación, en lugar de recurrir a una imagen fija.

En la imagen precedente, la persona que se realza sobre el carro de guerra y que domina la situación es
el rey; bajo su carro de combate aparecen agolpadas un montón de personas al borde de la muerte por
aplastamiento; en un tercer plano, aparecen las inscripciones narrativas sobre los hechos.
Los personajes derrotados tienen barbas puntiagudas: imagen asociada tradicionalmente a pueblos
semitas, aunque puede tratarse también de otros componentes étnicos.
En esta representación nos encontramos una característica bastante frecuente en toda la representación
egipcia: el tratamiento a escala. El tratamiento constituye junto con la iconografía uno de los
principales recurso de la expresión ideológica. Incluso en aquellos casos en los que las figuras están
realizadas en su proporción natural, las escenas se organizan en torno a unas figuras principales que
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son las que adquieren el protagonismo. En este relieve, el faraón domina la escena tanto por su
ubicación y dinamismo en la misma como por las proporciones de su tamaño. El faraón subido en el
carro de combate tiene una actitud de superioridad respecto a los enemigos que aparecen reducidos,
aniquilados y en su mayoría yacentes. Se trata de hacer propaganda política sobre las cualidades
guerreras del gran soberano egipcio.

A través de esta escena se muestra el triunfo y el botín de Ramsés III tras su victoria ante los sirios y
libios. Los hechos se narran dando un papel principal al faraón Ramsés III que de nuevo aparece
montado sobre su carro y acompañado del resto de sus tropas a su regreso de la guerra. El relieve le
muestra como vencedor de las batallas y con ello se conjura el peligro que representas las invasiones
de los pueblos extranjeros hacia Egipto. Los prisioneros humillados aparecen tras el soberano como
botín de guerra y agarrados por el cuello para evitar que se escapen. La representación del enemigo
aniquilado y atado tras el faraón es una representación que se repite a lo largo de la iconografía del
tempo y muestra la humillación que Egipto inflinge a sus enemigos.
Triunfo sobre la multiplicidad caótica de los enemigos
En cuanto a los prisioneros representan los distintos pueblos sometidos por Egipto, estos tienen
características raciales distintas, se trata de pueblos diferentes, tal y como se demuestra por sus rasgos
faciales y sus vestimentas, Egipto se presentas como el Imperio que somete al resto de los pueblos, es
el contraste del vencedor frente al los vencidos.
No faltan una serie de inscripciones dirigidas a los dioses, de hecho se afirma que gracias a la ayuda de
estos se han podido apresar a los jefes de los pueblos invasores.

“Respira, respira Oh poderoso Rey


Horus poderoso danos aire,
tu puedes darnos vida:
El jefe principal de los Hatti, es nuestro prisionero.
El jefe del enemigo Tjeker,
los sardanos del mar,
el jefe de los beduinos,
los Turkesh del mar,
el jefe del enemigo filisteo”

La batalla naval: el punto más destacado en el complejo propagandístico/conmemoratorio de


Ramsés II contra los Pueblos del Mar.
ero. Este relieve se encuentra situado en la parte exterior del muro Norte del templo de Medinet Habú,
se trata, por tanto de una zona muy bien situada y con una gran perspectiva visual. Se puede afirmar
que existe una clara intencionalidad en su ubicación, esta hecho para impactar y para ser visto por el
mayor numero de personas posibles.

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Circulo 1º.- Nos muestra la batalla naval propiamente dicha y ocupa la parte superior izquierda.
Circulo 2º.- Aparece el faraón con el arco disparando flechas bajo la protección de la diosa buitre que
sobrevuela su cabeza, el faraón está apoyado y protegido por un grupo de arqueros que dispara ante él,
en la parte derecha del relieve.
Circulo 3º.- aparecen las inscripciones narrativas sobre los hechos.
Sobre el armamento y los barcos de guerra podemos hacer un breve estudio en base a las imágenes que
nos proporciona el relieve. En ellos, las embarcaciones de guerra de los Pueblos del Mar se representa
portando unos espolones con forma de cabeza de pájaro en la proa (estos espolones se encuentran
marcados con un circulo en relieve). Los pájaros son un motivo recurrente en el arte de estos pueblos
en el siglo XII a.C., habiéndose encontrado en vasijas y recipientes con forma estilizada de pájaro. Esta
decoración es similar a la utilizada por los micénicos o en Creta y Chipre, por lo que mayoritariamente
se les atribuye un origen Egeo. Asimismo, la avanzada tecnología naval de estos pueblos es otro de los
motivos por los cuales se piensa que su origen es egeo. En cuanto a la representación que se realiza de
los navíos egipcios estos aparecen portando una cabeza de leona, animal africano, en la proa.
En primer lugar, ¿Qué tipo de barcos nos encontramos? La forma de distinguir los barcos egipcios que
aparecen en los relieves de los barcos de los Pueblos del Mar es bastante sencilla. Se diferencia en la
propia manera en la que se realizan las representaciones. En las embarcaciones egipcias reina el orden
(tal y como podemos ver en la parte inferior del circulo 1º). En las embarcaciones de los enemigos de
Egipto reina el caos y el desorden (parte media del círculo 1º).
La embarcación egipcia es una embarcación de vela, estas están recogidas sobre el mástil que ocupa el
centro de la embarcación que se mantiene al mismo tiempo en perfecto estado. Los remos y el mástil
(bajo el arquero en la parte derecha) mantienen su ubicación y por tanto los guerreros de Egipto
mantienen el control del barco sobre el que se encuentran luchando. Es una forma de demostrarnos que
ellos manejan las artes de la guerra y que se mantienen en la batalla y ante el enemigo en orden y por
tanto, en una posición de fuerza. Sobre la barca egipcia aparecen varios arqueros disparando flechas
con el arco (arma ya vista en figura 3º) contra los enemigos de Egipto. En esta embarcación todo sus
ocupantes permanecen en la posición que les corresponde y no existen bajas ni personas cayendo por
la borda tal y como vemos en las embarcaciones de su enemigos. Otra de las diferencias es la de los
espolones de los barcos, los barcos egipcios llevan un espolón con una cabeza de leona, mientras que
barcos de los Pueblos del Mar llevan espolones con cabeza de pato.
La única similitud de los barcos de Los Pueblos del Mar y de los egipcios es que llevaban vela, las
representaciones los muestran como barcos en que reina el desorden y el caos. Uno de los elementos
más significativos es que ninguno de los barcos enemigos mantiene los remos en su sitio, estos barcos
luchan sin control antes la superioridad de las tropas egipcias. En el barco de los Pueblos del Mar ha
desaparecido el timón y el mástil ya no está firmemente colocad, por lo tanto tras perder el control de
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su embarcaciones están siendo sometidos por los egipcios. De hecho en esta representación, uno de los
barcos de los Pueblos del Mar aparece volcado. En la mayoría de los barcos hay enemigos cayendo
por la borda. Los soldados egipcios han abordado algunos barcos de los Pueblos de Mar (podemos
apreciarlo en la esquina superior izquierda del relieve) y han cogido a los soldados prisioneros que
aparecen sentados alineados en la barca egipcia bajo los arqueros. Este relieve que secuencia
cronológicamente la batalla finaliza en la escena inferior afirmando la victoria egipcia frente a los
Pueblos del Mar.
¿Que armas nos encontramos en esta escena de guerra? Respecto al armamento que se utiliza (arcos
flechas y escudos protectores) no existe diferencias con lo que hemos visto hasta ahora en la figura 2ª.
El mejor testimonio de este relieve es el de la marina egipcia. Es un testimonio importante porque a
pesar de que Egipto no fue un pueblo naval como lo pudieron ser griegos o fenicios, desarrollando su
flota durante el Imperio Nuevo, tal y como vemos en este relieve, pudieron competir en el medio
acuático contra los invasores. En este caso, la flota que encontramos representada es la flota del Nilo,
se trata de barcos de vela y ligeros para poder navegar hasta Nubia y atravesar sin problemas los
rápidos de las cataratas.
Además de la batalla en si, en relieve aparecen otra serie de representaciones. En el circulo 2º vemos
en gran tamaño la figura del faraón con el arco y disparando flechas bajo la protección de la diosa
buitre que sobrevuela su cabeza (es el mismo caso que nos encontramos en l figura 2) El faraón en este
relieve aparece, por un lado, como figura activa en la batalla, es el faraón guerrero que con su
participación en la batalla salva a su Imperio de las invasiones de los enemigos y por otro, como el
vencedor directo de los Pueblos del Mar. Esta es la idea que la representación de este relieve trata de
transmitir. Nos encontramos de nuevo con una propaganda a favor del faraón que destaca su fuerza y
superioridad en la guerra. Es una forma de alabar de nuevo los triunfos del faraón. La figura del
faraón aunque no esté en el centro de la batalla es representada como la figura principal de este relieve,
el faraón es el guerrero divino que salvaguarda al mundo egipcio. El jeroglífico (circulo 3 del relieve)
presenta al faraón en la batalla con la siguiente descripción:

“El dios perfecto que es el dio Montu en Egipto, y cuya potencia es tan fuerte como la de Baal en los
países bárbaros, ser como brazos fuertes y corazón intrépido, altivo y astuto en su poder, muro capaz
de cubrir el Delta para que ningún país lo ataque, el Rey, el señor de dos países.
Usimara el amado de Amón, Ramsés soberano de Heliópolis”

En este relieve nos encontramos a Ramsés III presentando victorioso a los prisioneros de guerra ante
Amón. La teología política de la época podemos deducirla de esta representación y hace al faraón hijo
corporal de Amón. El faraón vive en contacto con los dioses tal y como nos muestra este relieve y sirve
de enlace entre el mundo de la divinidad y los súbditos de Egipto.
En el relieve encontramos tres grupos de figuras.
La figura derecha, el dios Amón
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La figura del centro, El faraón Ramsés III
A la izquierda, los prisioneros que procesionan tras el faraón para ser presentados ante el dios Amón.
¿Que datos nos aporta este grupo de prisioneros? Los prisioneros de este relieve constituyen un valioso
testimonio histórico puesto que evidencia la llegada a Egipto de una amplia variedad de pueblos con
características étnicas distintas. Es decir, podemos afirmar, basándonos en las diferencias raciales de
los prisioneros, que el Imperio egipcio sufrió en esta época oleadas de invasiones procedentes de
zonas diversas. Los prisioneros que se presentan ante el faraón llevan sus respectivos peinados y trajes
típicos. Los tipos raciales son muy difíciles de explicar. Se trata de un tema complicado incluso cuando
se estudia utilizando las fuentes escritas como base. La denominación que les asignan los egipcios
“Pueblos del Mar” es bastante confusa y entorpece los estudios sobre este tema, de por si, bastante
mal conocido. El análisis y el intento de realizar una síntesis sobre los pueblos que asolaron Egipto
durante esta época es bastante complejo.

Una de las representaciones más características de estos pueblos las encontramos en los azulejos que
decoran las paredes de los interiores del templo de Medinet Habú. Se trata de figuras en lozas
policromadas y vidriadas de unos 25 cm de alto por 7 de ancho. La entrada al templo estaba decorada
con sus bordes inferiores derecho e izquierdo con imágenes de sus enemigos.
Tratar de realizar un estudio a través de estas imágenes es muy complicado, lo único que se puede
afirmar es lo que hemos venido diciendo hasta ahora, que Egipto sufrió oleadas de invasiones de
distintos pueblos y que esto se constata en las diferencias raciales de los prisioneros que nos
encontramos representados.

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Ramsés III en Medinet Habú menciona los siguientes pueblos entre los atacantes: Peleset, Tjeker,
Shekelesh, Denyen y Weshesh. El Papiro Harris añade a esta lista los Shardana. El problema a la hora
de abordar este estudio es que las propias fuentes difieren. De este modo, la lista que proporciona
Medinet Habú difiere también de la que proporciona el templo de Karnak. Tan solo aparece repetido el
nombre de un pueblo, los Shekelesh, aunque bastantes probable que los Shardana participasen en la
contienda tanto del lado de Ramsés III como de los enemigos de Egipto.

Relieve de la pared exterior oeste del templo


¿Quiénes son estos pueblos que aparecen nombrados en las fuentes?

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Los Peleset.- Parece que son filisteos de los que habla la Biblia, el parecido onomastico facilitó la
identificación.
Los Tjeker.- Su origen parece estar en Asia Menor, su vinculación con los Peleset es tan grande que
son difícilmente distinguibles. Hay autores que consideran que debió existir una gran diferencia entre
ellos, ya que los Peleset no eran navegantes mientras que los Tjeker realizaban numerosa incursiones
acuáticas sobre sus enemigos.
Los Denyen.- Están vinculados a Asia Menor o al menos así lo parece. Existe una teoría que los
vincula con los Danuna de las cartas de Tell el Amarna. También se mantiene su vinculación con los
aqueos por la similitud de su nombre con los Danoi forma alternativa utilizada para la denominación
de los griegos micénicos.
Los Shekelesh.- Han sido puestos en relación con la isla de Sicilia donde los griegos a su llegada se
habrían encontrado con una población llamada siculoi. Algunos autores han propuesto que Sicilia fue
su lugar de llegad pero que su origen era Anatolia.
Los Weshesh.- Se trata del más enigmático de los pueblos que se nombran. Tradicionalmente se ha
aceptado una vinculación con la Wilusha de los textos hititas situada en la península de Anatolia pero
existe falta de información acerca del tema.

Tras el estudio de las fuentes nos encontramos ante una serie de explicaciones especulativas, la falta
de documentos, información y elementos de juicio impiden que se realicen avances en este campo de
estudio. Podemos concluir afirmando que resulta complicado atribuir una identificación segura a
ninguno de ellos.
Tebas aparece simbólicamente ante el espectador como el baluarte que defendía al Egipto del Imperio
Nuevo contra los agentes de la decadencia política, moral y cultural. Es precisamente este dato el que
si podemos constatar en los relieves que estamos estudiando, a través de la propaganda política que
realizan.

Los Pueblos del Mar vistos desde Ugarit


Pese a que estaban siendo testigos del final de su propia ciudad, se han conservado varios documentos
escritos del final de su propia ciudad, se han conservado varios documentos escritos en el yacimiento
de Ras Shamra, algunos encontrados en el mismo horno como consecuencia de la cercana invasión que
Ugarit estaba sufriendo. Estos documentos son cartas enviadas por el rey de Alashiya al gobernante de
Ugarit y viceversa, al modo de correspondencia. De la lectura de la primera carta podemos extraer la
preocupación del rey de Alashiya frente a la presencia de los barcos enemigos de los Pueblos del Mar
en su territorio, y la advertencia a Ugarit del peligro que estos navegantes representan.
El texto de esta carta es el siguiente:

DOCUMENTO GRAFICO

Carta del rey de Alashiya (Chipre) al rey Hammurabi II de Ugarit (antiguo puerto al norte de Siria)

Esto dice el rey a Hammurabi rey de Ugarit. Salud, que los dioses te conserven sano. Lo que me has
escrito "se ha divisado en el mar al enemigo navegando". Bien, ahora, incluso si es cierto que se han
visto barcos enemigos, mantente firme. En efecto, acerca de tus tropas, tus carros ¿dónde están
situados? ¿Están situados a mano o no? ¿Quién te presiona tras el enemigo? Fortifica tus ciudades,
establece en ellas tus tropas y tus carros y espera al enemigo con pie firme».

Hammurabi II, (1.215-1.185 a.C.) penúltimo rey de Ugarit

Yagurum II (1.185-1.175 a.C.), último rey, en pleno período de anarquía y destrucción final.

La respuesta de Hammurabi II, no puede ser más descorazonadora, pues su ciudad acaba de sufrir una
invasión de estos Pueblos de Mar, dejando un reguero de destrucción a su paso. Estas dos cartas,
encontradas en el archivo de Rap`anu, ponen de manifiesto la gravedad de la situación en el

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Mediterráneo Oriental, con una confrontación de Ugarit frente a unos invasores llegados por mar y la
amenaza de éstos sobre Alashiya.

Respuesta del rey de Ugarit, Hammurabi II al rey de Alashiya (Chipre)

Al rey de Alashiya. Mi padre, esto dice el rey de Ugarit su hijo. Me postro a los pies de mi padre.
Salud a mi padre, a tu casa, tus esposas, tus tropas, a todo lo que pertenece al rey de Alashiya, mucha,
mucha salud. Mi padre, los barcos enemigos ya han estado aquí, han prendido fuego en mis ciudades y
han causado grave daño en el país. Mi padre, ¿no sabías que todas mis tropas estaban situadas en el
país hitita, y que todos mis barcos se encontraban aún en el país de Lukka y todavía no han regresado?
De este modo, el país está abandonado a su propia suerte... Que mi padre sepa que siete barcos
enemigos han venido y ocasionado gran daño. Si en adelante hay más barcos comunícamelo para que
pueda decidir qué hacer (o "saber lo peor").»

Ugarit y las ciudades importantes de esa época

Los dos siguientes documentos se han tomado como los últimos emitidos por Ugarit, pues fueron
encontrados en el horno de endurecido, paso previo a su almacenamiento en el archivo. El primero de
estos documentos no se conserva en su totalidad, es una carta de Pgn al rey de Ugarit recomendándole
que se embarque en un navío y víveres para estar a salvo de las destrucciones terrestres:

Carta de Pgn al rey de Ugarit (los puntos suspensivos indican lo que no se ha podido traducir)

Que los dioses te guarden y mantengan salvo. Aquí, junto a mi, va bien (hay paz. Allí junto a mi hijo,
por lo que respecta a la paz, respóndeme… Como mi hijo me ha enviado un Iht de víveres, yo estoy en
alta mar y…. ¡Pues bien! Que mi hijo del mismo modo, equipe un navío de alta mar, que…y que los
víveres…

La segunda tablilla (RS 18.148) muestra el consejo de Ydn, quien insta a Ugarit a la movilización de
nada menos que 150 barcos para repeler al enemigo.

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Estas cartas encontradas en Ugarit confirmarían la gravedad de la situación en la zona, pues mientras
que los gobernantes de Alashiya piden continuamente ayuda a Ugarit y le advierten de los peligros
que sufren en su territorio, la propia ciudad levantina se enfrenta a la destrucción.
Una situación así podría haber entorpecido o incluso acabado con las comunicaciones entre Ugarit y
Alashiya, de este modo se explicaría el desconocimiento que el rey de Alashiya tiene de la situación en
el continente.

Las noticias que se desprenden de las cartas de Ugarit, escritas, por así decirlo “el día de antes”,
coinciden solo en parte con las de Ramsés III, escritas, una vez agotado el empuje de la invasión.
Según el faraón egipcio, una “confederación” de pueblos mediterráneos (filisteos, zeker, shekelesh,
danuna y weshesh), tras invadir y destruir uno tras otro todos los territorios del imperio hitita (Hatti,
Kode/Cilicia, Arzawa/Anatolia suroccidental, Alashiya/Chipre y Karkemish/Norte de Siria) se había
detenido en la costa de Amurru y amenazaba el territorio egipcio. Los invasores están detalladamente
representados, con sus típicos tocados de plumas (filisteos) o cuernos (sherdana y otros) y sus armas
típicas (espadas largas, escudos redondos pequeños), en sus barcos o en carros de combate tirados por
bueyes y con sus enseres y familias detrás: una invasión masiva, que avanza por la costa y por el mar
al mismo tiempo. Los egipcios habrían librado una batalla naval con los invasores, impidiendo su
desembarco y aniquilándolos. La celebración egipcia posee rasgos más más propios de un esquema
que los hechos reales. Por ejemplo, los conceptos de “coalición” y “complot” son típicos de
narraciones egipcias. El episodio de la batalla como culminación del enfrentamiento con el enemigo es
claramente ficticio (pues falta una ubicación topográfica precisa y un desarrollo puntual). Puede que
Ramsés III quisiera resumir en un episodio único y clamoroso una serie de choques (mucho menos
heroicos) entre pequeños núcleos de invasores por mar y tierra y los puesto defensivos egipcios de
Siria, Palestina y el Delta- un panorama que no difiere del que presentan las cartas de Ugarit, ya que,
además, al llegar a Palestina y al delta la invasión ya habría perdido grana parte de su impulso inicial y
de sus efectivos. No cabe duda de que la invasión se produjo, y además de una forma masiva y
repentina, lo cual explica el pánico que se desprende de las cartas ugaríticas y el sentimiento de alivio
que se desprende de las inscripciones celebrativas de Ramsés III. Pero los hechos no debieron ser tan
sencillos como el faraón quiere dar a entender, cuando subraya su papel heroico y tranquilizador, como
único baluarte capaz de desbaratar la invasión.

Situación en el Oriente Medio hacia los años 1.250—1.150 a.C.


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La contraposición explicita que hace Ramsés III entre el imperio hitita que sucumbe a la invasión y un
imperio egipcio que logra rechazarla, solo es cierta en parte. Egipto resulta indemne, pero pierde sus
posesiones sirio-palestinas, y precisamente en el sur de Palestina es donde se instala el grupo más
numeroso de invasores, los filisteos. Más adelante veremos cómo los filisteos ocupan una pentápolis
(Gaza, Ashdod, Escalón, Eqrón y Gat) que coincide con todo el territorio costero situado ente la
frontera con Egipto y a la altura de Jerusalén. Más al norte, hacia el Carmelo (cordillera de 26 kms. de
largo y 7 de ancho de forma triangular, en la actualidad se haya la ciudad de Haifa), se instalan los
zeker. A las noticias de los textos se suman los datos arqueológicos, referentes a la destrucción de
ciudades costeras y a la aparición de cerámica “submicénica” análoga a la filistea. En algunas zonas la
destrucción es más violenta (ciudades comos Ugarit y Alalakh desaparecen para siempre), otras acogen
a grupos de emigrantes (Chipre, Cilicia, Amuq), otras permanecen a salvo (costa libanesa entre Biblos
y el Carmelo).
Los invasores no debieron de ser muy numerosos, sobre todo los que llegaron por mar. Con el paso del
tiempo todos los inmigrantes acaban siendo integrados por la población preexistente (en el aspecto
etnolingüistico). Pero en el momento de la invasión su fuerza militar, su cohesión social y su
determinación les permiten vencer a las ciudades amuralladas, establecerse en posición de fuerza e
influir en la cultura material de las zonas invadidas. Parece que el papel de Egipto fue ambiguo ya que
la utilización de los “Pueblos del Mar” como mercenarios fue anterior e incluso posterior a la
invasión y es posible que los faraones permitieran que los filisteos y otros grupos se establecieran en
Palestina remplazando a sus propias tropas de guarnición, y les cedieran la gestión de unos territorios
que Egipto no era capaza de controlar con su propios medios, algo que supieron aprovechar muy bien
los filisteos.
Ugarit y Egipto no son las únicas civilizaciones que han dejado constancia de la aparición de los
Pueblos de Mar en sus documentos, existen otras fuentes escritas que aluden a estas migraciones.
En las ruinas de la ciudad de Pilos, destruida cerca del año 1.200 a.C. se han encontrado varias
tablillas que hacen referencia al reclutamiento de hombres, barcos y armamento para defender la
posición de la ciudad en los últimos días de Pilos
Pilos, ciudad micénica de importancia durante el período 1500-1200 a.C., parece haber sido destruida
por una agresiva invasión.
El llamado “Palacio de Néstor”, palacio real que la arqueología empezó a trabajar a partir de 1939, da
cuenta de este ataque: hacia el 1.200 a.C., fue atacado y, a diferencia de otras ciudades micénicas, el
complejo no fue reconstruido posteriormente.

Cerámica micénica (M. Atenas) Situación geográfica de Pilos

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Plano y mosaico del Palacio de Néstor.

Este palacio debió ser el centro administrativo de un reino o principado dividido en una zona citerior
que incluía el palacio y que comprendía a su vez nueve distritos y otra zona ulterior que comprendía
siete. Estas dos zonas estaban separadas por la cadena montañosa de Haghiá.
El palacio fue destruido en torno a 1.200 a. C. y, al contrario que otros centros micénicos, no fue
reconstruido tras su destrucción.
Hay indicios procedentes de las tablillas con inscripciones que sugieren que Pilos esperaba un ataque
por mar, puesto que en ellas se hallan disposiciones para fortalecer la defensa de la costa.
Finalmente, las precauciones defensivas nada pudieron hacer, pues el palacio llegó a ser destruido por
un gran incendio.

Tablillas de Palacio de Néstor Herodoto

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Sobre la escritura
Escritura lineal A: Minoicos y Creta hacia el 2.600 al 1.700 a.C. (no se ha podido traducir).
Escritura lineal B: Micenicos, Creta y Gracia, hacia el 1.700 al 1.100 a.C.

Un famoso pasaje de Heródoto muestra la deambulación y la migración de lidios de Anatolia


(Arzawa) a causa de la hambruna: “En los días de Atis, el hijo de Manes, había una gran escasez en
toda la tierra de Lydia.... Por lo tanto, el rey determinó dividir la nación en dos partes... una
permanecería, los demás debían salir de la tierra.... los emigrantes deberían tener como jefe a su
hijo Tirreno... que bajaron a Esmirna, y ellos mismos construyeron buques... después navegar muchos
países llegaron a la Umbría... y se llamaban a sí mismos... Tirrenios”.

Dos documentos hititas cobran importancia, sendas cartas emitidas por gobernantes de Hatti. La
primera, la llamada carta Tawagalawa narra la disputa hitita con el país de Lukka y pone de manifiesto
la inestabilidad que se vivía en la época de las invasiones de los Pueblos del Mar en Hatti, elemento
que sirvió como caldo de cultivo para la invasión marítima y facilito la destrucción del Imperio Hitita.

La llamada Carta de Tawagalawa fue escrita por el rey hitita Hattussili III a un rey de los Ahiyawa
(micénicos) hacia el 1250 a.C.
Esta primera carta, de la cual sólo se ha conservado la tercera tablilla, el rey hitita se queja de las
actividades de un tal Piyamardu contra el reino de Hatti, y solicita su extradición. Al parecer, este
individuo estaría llevando a cabo actividades de piratería, ayudado por los propios micénicos; el
mismísimo hermano del rey de Ahiyawa, de nombre Tawagalawa, sería el principal colaborador y
aliado del pirata, lo cual permitiría entender ya la presencia de mercenarios del mar utilizados por las
distintas potencias estatales, que terminarían, a su vez, perdiendo la capacidad de ejercer su control
sobre ellos.
El nombre que los hititas escriben como Tagawalawa ha sido relacionado con el nombre griego
Etéocles (Etewoklewes); de este modo, la documentación se entroncaría con la tradición mítica
griega, entendiendo que Etéocles es uno de los hijos de Edipo y Yocasta.
La segunda carta Milawata muestra la preocupación de Hatti por el abastecimiento de su población
tras una mala cosecha, pidiendo ayuda de carácter alimenticio que no puede llegar por la actividad de
piratas, posiblemente Pueblos de Mar, en el Mediterráneo.

CHIPRE
El principal problema de Chipre es la actual situación política que ha influido enormemente en las
interpretaciones que se han hecho del pasado, por ello, no es de extrañar que la mayoría de los
arqueólogos chipriotas consideren que en el Bronce Final llegan aqueos refugiados, para justificar el
dominio griego de la isla desde la antigüedad.
Las principales fuentes de evidencia que utiliza el positivismo para la afluencia de aqueos son las
arqueológicas, debido a que la escritura chiprio-minoica permanece aún sin descifrar. Estos autores
consideran que en el siglo XIII, tras una serie de destrucciones en las principales ciudades chipriotas,
llegan colonos egeos ya que la evidencia arqueologica muestra nuevos elementos de origen micénico,
que aparecían en periodos anteriores. Poco importa que las destrucciones y abandonos no se produzcan
de manera sincrónica.
Para asegurar aun más la hipótesis de la colonización egea de Chipre, se buscan otras evidencias que
respalden esta identificación étnica, como las pesas de telar que tendrían su respaldo con aquellas
descubiertas en Pilos, Tirinto y Micenas, cuya aparición en Palestina demostraría igualmente la llegada
de griegos creadores de la cultura filistea.

Los filisteos se formaban por Arameos y Hebiru, de hay viene la palabra hebreos.
Los filisteos podrían ser entre 20.000 y 30.000 personas.
La agricultura en la franja de Gaza la constituía predominantemente la vid, el olivo, no había pastos.

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Figura de invasor (M. de Chipre) Pesas de telar

Algunos estados, como Sidón y Biblos, lograron sobrevivir a las invasiones ilesos. A pesar del
pesimismo de Ramsés III. Karchemish también se salvó del ataque: Kuzi-Tešub, que gobernaba en
nombre de Suppiluliuma II, se declaró Gran Rey y fundó un pequeño imperio entre «el Sudeste de
Asia Menor, el norte de Siria... [a] la curva oeste del Éufrates», que se mantuvo entre los años 1.175 y
990 a. C.

Excavaciones en Karkemish

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La antigua Karkemish estaba situada 100 km al noreste de la actual Alepo, en Siria, y 60 km al sureste
de la actual Gaziantep, en Turquía, en la orilla occidental del Éufrates, lo que le permitía controlar el
principal vado de este río. Esta posición estratégica explica buena parte de su importancia para los
imperios de la antigüedad. Turquía ha construido una base militar sobre las ruinas de Karkemish, lo
que impide el acceso libre a la zona.

Ciudades-estado independientes fenicias y la palestina actual ocupada por los filisteos 1150 a.C.

LOS FENICIOS
En su articulo titulado “Los fenicios” de Patricia Maynor Bikai da una explicación alternativa de los
que ocurrió en el mundo fenicio durante esta época, intentando analizar los hechos de la historia
Fenicia desde el sigo XIII a.C. bajo la dominación egipcia, hasta el siglo X a.C., época supuesta para el
gran rey Hiram de Tiro, donde según ella, tiro y las demás ciudades fenicias ya no serian tributarias de
Egipto, es mas ya en el siglo XI en el relato del viaje de Wenamon se notaria que biblos ha dejado de
ser tributaria de Egipto por el tratamiento que da su rey al emisario de esta. Según Bikai la perdida del
Levante por parte de los egipcios no seria un proceso esporádico, sino largo iniciándose en época de
Merenptah que es cuando probablemente con la primera invasión de los Pueblos del Mar se perdería
el área Libanesa. Sin embargo, esto no implica que las ciudades fenicias fueran destruidas por los
nuevos invasores, sino que estos se aliarían con los fenicios contra Egipto, y seguirían aliados con
ellos durante la época de Ramsés III. Esto no solo explicaría el porqué las ciudades fenicias no fueron
destruidas, sino también por qué la cultura material fenicia, chipriota y filistea tienen muchas
semejanzas, esto se debería a los intercambios pacíficos entre estas, ya que eran aliadas. Para hacer
esta propuesta Bikai se basa en los nombres de Fenkhu y Hau-nebut que aparecen en el papiro Harris y
en las inscripciones de Medinet Habu, estos nombres serian identificados por Vanderleyer en 1.971
como referentes al área norte de Canaán, es decir a las ciudades fenicias. No solo esto sino que se nos
nombra como algunos de los Pueblos de Mar procedentes de estas tierras de Fenkhu y Hau–nebut
adoraban a Baal y comparaban al faraón de Egipto con esta divinidad. Todo esto hace pensar a Bikai
que habría una alianza entre pueblos del mar y ciudades fenicias.

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La Historia o las Aventuras de Unamón, (Wenamun), es un texto egipcio escrito en hierático tardío.
Se conoce este documento por una copia, incompleta, encontrada en 1890 en al-Hibah, en Egipto. El
texto hierático se publicó en 1960 en Korostovcev, y el texto jeroglífico fue publicado por primera vez
en 1932 por Alan Gardiner.
El texto se sitúa en el año 5, probablemente el quinto año de «renacimiento» del faraón Ramsés XI, el
décimo y último rey de la dinastía XX - período que corresponde al año 19 de su reinado. Egberts
(1991) sugirió la hipótesis de que se trataba del quinto año de reinado de Esmendes I, el primer rey de
la dinastía XXI. Esta teoría supone que el Sumo sacerdote Herihor sucedió a Pianjy (pero con orden
normalmente invertido), y no encontró gran entusiasmo entre los egiptólogos.
La historia comienza con la presentación del personaje principal, Unamón, sacerdote de Amón en
Karnak. El Gran sacerdote Herihor le pide viajar a Biblos, ciudad Fenicia, para encontrar madera
(probablemente de cedro) para construir un nuevo barco sagrado con el fin de transportar en
procesión a Amón. Después de haber visitado a Esmendes I, en Tanis, Unamón se detiene en el puerto
de Dor, gobernado por el príncipe Tyeker Beder. Unamón fue desvalijado durante esta corta pausa. Al
llegar a Biblos, Unamón se asombró con la recepción que se le hizo. Después de haber conseguido
audiencia con el rey Zakar-Baal, este último se negó a que le entregasen la madera pedida, pidiendo
al contrario que el sacerdote pagase para obtenerla - una práctica contraria a la tradición. Unamón
entonces tuvo que pedir a Esmendes más oro, un gesto humillante. Después de alrededor de un año de
espera en Biblos, Unamón intenta dejar Egipto, pero el viento lo arrastra a Alashiya (Chipre), donde
quisieron matarlo, antes de recibir la protección de la reina Hatbi. La historia se detiene aquí, aunque
Unamón intentaría la vuelta a Egipto después de sus aventuras, probablemente.

La teoría principal y más aceptada para la zona es que el área de Siria fue destruida por los Pueblos
del Mar, afirmaron apoyada en las inscripciones del templo de Medinet Habu, que nos dice que los
Pueblos del Mar habían destruido Alalah, Ugarit y Karkemish y que taras esto se habían asentado en
Amurru. A su vez encontramos una serie de cartas entre el rey de Alashiya (como hemos visto
anteriormente) y el rey de Ugarit en el que este ultimo pide ayuda al primero ya que hay una serie de
enemigos en su costa. Aquí Michael C. Astour reconstruye una invasión completa con sus diferentes
batallas y áreas de guerra entre las fuerzas unificadas de Ugarit y Hatti contra los Pueblos del Mar,
que procederían en masa desde el Mar Egeo. De este modo, los Pueblos de Mar habrían salido del
Mar Egeo en barco avanzado por la costa de Asia Menor y previendo esto el rey de Ugarit mandó su
enorme flota de 150 barcos a Licia ( ó Lukka, se mencionan a menudo en las escrituras hititas. Se
supone que se trata de una región en el sur de Asia Menor que los hititas no pudieron controlar por
completo y cuyos pobladores fueron considerados enemigos) para detenerles antes de que llegasen a la
costa Siria. Sin embargo, algunos pocos llegaron a modo de avanzada antes de la batalla y comenzaron
a saquear sistemáticamente la costa Siria.
A la vez que esto ocurría en el mar, en tierra firme los Pueblos de Mar avanzaban por Anatolia
enfrentándose a las fuerzas combinadas de Hatti y Ugarit, las cartas que encontramos entre el rey de
Alashiya y el de Ugarit serian escritas en este momento, antes de que se supiera el resultado de ambas
batallas, por eso el rey de Ugarit dice que sus barcos no pueden defender sus puertos porque están en
Licia (Lukka) ni sus tropas sus costas porque están en Hatti. Tras esto las tropas de Ugarit y Hatti serán
derrotados tanto por tierra como por mar, permitiéndose así el paso a los Pueblos del Mar que arrasan
todo el Mediterráneo orienta hasta ser frenados por Ramsés III en Egipto.
En resumen, los Pueblos de Mar son reinterpretados como una comunidad económico-cultural con
epicentro en el mar, entre Chipre y el Levante. Sus actividades incluyen la producción industrial de
textiles, cerámica y aceite, así como el reciclado de metales, y el comercio de estos materiales de
manera descentralizada. Al mismo tiempo se fue desarrollando una gran competitividad debido a estas
actividades y las aspiraciones políticas que permitían controlar su realización. El resultado fue en
ocasiones la agresión armada, la piratería o incursiones en la costa. En este sentido las periódicas
destrucciones que se habían interpretado como la llegada de los Pueblos del Mar pueden no ser más
que síntomas de procesos desencadenados por el crecimiento de sus actividades y su creciente
importancia política. A finales del siglo XIII y durante el siglo XII a.C., el principal centro de
crecimiento de sus actividades fue Chipre, debido a ala falta de un control centralizado de tipo palacial,
42
que permitió el crecimiento de este fenómeno y al mismo tiempo preservó al territorio chipriota de los
colapsos que afectaron a sistemas más centralizados como el Imperio Hitita y los palacios micénicos o
Ugarit.

Desplome y cambio de estructuras después del 1.150 a.C.

Hasta el momento de la invasión, el sistema regional del Bronce Tardío, con sus dos niveles de
agregación (pequeños y grandes reinos) y su red de relaciones verticales y horizontales, se habían
mantenido en pie, pese a las dificultades y reajustes. El paso de los Pueblos del Mar y otros
movimientos migratorios internos destruyó sobre todo las ciudades palatinas, que eran centros
cruciales de este sistema. Dado que, en muchos casos, las destrucciones no fueron seguidas de
reconstrucciones y dieron lugar a un vacío de poder generalizado, todo el sistema de relaciones
interregionales se vino abajo sin remedio , y tuvo que pasar cierto tiempo antes de que pudiera
organizarse otro sistema distinto.
La destrucción de muchos palacios al mismo tiempo supuso el cese de las relaciones diplomáticas, los
intercambios epistolares y las relaciones políticas formales. Faltaban los interlocutores (los reyes
instalados en los palacios) y sus instrumentos (escribas, mensajeros, centros administrativos, etc.).
También se interrumpieron las relaciones tributarias que vinculaba a los pequeños reyes con los
grandes, ya que ambos habían desaparecido, o no estaban en condiciones de exigir. E incluso se
interrumpió el comercio palatino, cuyos puntos de apoyo físicos era los palacios, y los jurídicos del
sistema de dotaciones, garantías, presentaciones y protecciones. La destrucción de los palacios, al
incidir en un sistema completamente centrado en ellos, acarreo la destrucción del sistema político y las
relaciones interregionales.
Entre los grandes reino, la desaparición más sonada fue la del Imperio Hitita. A ello contribuyo sobre
todo la destrucción de la capital, más que el paso de los “Pueblos del Mar”, que desvastaron la franja
meridional, a los largo de la costa mediterránea. Toda la región tuvo que amoldarse a unos niveles de
agregación política muy modestos, y unos niveles administrativos elementales (se perdió el uso de la
escritura cuneiforme). Pero dentro de Anatolia se dieron dos situaciones distintas. En el suroeste hubo
una mayor continuidad con las tradiciones imperiales y una estructura de reinos comarcales que, a
43
grandes rasgos, calcaba la de las “provincias” o reinos vasallos que ocupaban la llanura de Konya
hasta el Éufrates. En cambio, el reto de la península, bien porque se había quedado más despoblada
antes de la invasión, bien porque después había cogido a nuevos grupos de procedencia balcánica, es
encamino a un tipo de agregación política de cariz étnico más marcado. Hubo un claro retroceso a
niveles de organización y asentamientos preurbanos, y habría de transcurrir cierto tiempo antes de que
en Anatolia sugieran nuevos centros urbanos, de la tipología de la Edad del Hierro.

Mapa de Oriente Medio hacia el 1.150 a.C. después de la batalla de Qadesh

En el área egea, que aquí solo nos interesa por su valor complementario y comparativo, el panorama
era similar: caída de los palacios y sus administraciones, retroceso pasajero a niveles de agregación
reducidos, penetración de nuevos grupos procedentes del norte y lenta reconstrucción de un tejido
político que seguía nuevas pautas. La propia isla de Chipre, que durante el Bronce Tardío había
alcanzado la unidad política y se había introducido con fuerza en la red de las relaciones comerciales y
diplomáticas, se dividió en pequeños estados ciudadanos y con la llegada de nuevos grupos
procedentes del oeste conoció los primeros contrastes entre distintas etnias.
Egipto, cuyo país interior estaba indemne, tuvo que renunciar a sus posesiones asiáticas y limitar sus
relaciones interregionales. Los filisteos se hicieron con el control de Palestina, pero en toda la franja
siropalestina empezó una fase de independencia, aunque sin grandes reyes con capacidad de
intervención militar a los que hubiera que pagar tributo. También Asiria, que había permanecido
indemne al otro lado del Éufrates, no tenia por entonces fuerza suficiente para llenar el vacío y ver
realizado el sueño de una salida al Mediterráneo, algo que habían acariciado los reyes medioasirios del
siglo XIII a.C. cuando era irrealizable. Las zonas interiores, que habían permanecido al margen de la
oleada de los “pueblos del mar”, se vieron afectadas por otros movimientos, y también entraron en una
fase de retroceso y reorganización, antes de reanudar los contactos interregionales.
Así pues, en líneas generales, la crisis del siglo XII a.C. en el aspecto político, provocó una bipartición
de Oriente Próximo. Al este del Éufrates, pese a los problemas de las infiltraciones nómadas,
permanecieron los tres grandes reinos de dimensión regional (Asiria, Babilonia y Elam). Todo ello
determinó su estabilidad durante el periodo prolongado. Al oeste del Éufrates el viejo sistema
regional fue reemplazado por un intenso fraccionamiento, sin jerarquías ni relaciones entre estados
formándose un nuevo sistema que, en parte, era heredero del fraccionamiento anterior (se recordará
que en la franja siropalestina había pequeños reyes, y en Anatolia la dimensión local era persistente,
44
incluso en la fase de unificación imperial). Pero también adquiere connotaciones nuevas, por
influencia de los nuevos grupos étnicos y tribales. Esta separación entre estados regionales al este y
estados ciudadanos o tribales al oeste, guardo un momentáneo equilibrio, pero sin duda preludiaba un
nuevo y más claro centralismo mesopotámico.

Mapa de Oriente Medio hacia el 1.100 a. C. aparecen por primera vez instalados los filisteos.

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Mapa Mesopotámico sobre el 1.000--950 a.C. Antigua ciudad de Gat

Nuevas entidades establecidas en el área Sirio-Palestina tras el movimiento migratorio de los


pueblos del Mar: Filisteos Hebreos
Además de una entidad redefinida: Los Fenicios.
Estos tres grupos se consolidaron a lo largo de al menos cuatro siglos de autonomía política y
económica (1.100-700 a.C.).
Se instala la monolatría, el individuo tiene un solo dios pero acepta que los demás tengan el suyo

LOS FILISTEOS

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Fueron un pueblo de la Antigüedad, del cual existen testimonios en diferentes fuentes textuales
(egipcias, hebreas, asirias) o arqueológicas.
Los documentos más antiguos que harían referencia a los filisteos son los documentos egipcios sobre
los «pueblos del mar», donde se menciona a los «parusata» (transcrito convencionalmente como
peleset), junto a otras poblaciones hostiles a Egipto.
Desde al menos el año 1.822, estos peleset se han relacionado con los filisteos mencionados en fuentes
bíblicas, aunque el consenso académico sobre dicha identificación no es total. Tras su enfrentamiento
con los egipcios, se establecerían en la costa suroeste de Canaán, es decir, en la región de la actual
Franja de Gaza Entonces su cultura original (que es materia de debate) empezaría a asimilarse a la de
cananeos y hebreos.
Las ciudades filisteas dominaron la región hasta la conquista asiria de Tiglatpileser III en el año 732 a.
C. Seguidamente, fueron sometidas a los imperios regionales y parecen haber asimilado
progresivamente las culturas dominantes. Las últimas menciones a los filisteos como pueblo aparecen
en la Biblia y datan del siglo II a. C. En época posterior y tras la diáspora judía del 70 d. C, los
israelitas fueron expulsados de Samaria y Judea por los romanos, por lo que todo el territorio sur del
Levante mediterráneo pasaría a ser conocido como Palestina, término derivado así mismo del hebreo
Pəlešet.
El origen geográfico de los filisteos sigue siendo un tema de debate académico. Las evidencias más
sólidas del origen de los filisteos son arqueológicas y apuntan hacia el mar Egeo, aunque también se ha
sugerido que la cultura material filistea sea simplemente una continuación de la cultura cananea de la
Edad del Bronce.2 Más vagas son las fuentes egipcias de la época que hablan de un pueblo invasor
venido del norte por el mar (los peleset), generalmente identificados los filisteos. Las evidencias del
idioma filisteo, muy tenues, así como las que los relacionan con los pelasgos, podrían apuntar también
hacia el mundo egeo.
Los filisteos ocuparían cinco ciudades de Gaza, Ascalón, Asdod, Ecrón y Gat, a lo largo de la franja
costera del suroeste de Canaán, que había pertenecido a Egipto hasta los últimos días de la
Decimonovena Dinastía (1.185 a. C.). Su organización política fue una pentarquía en la que en cada
uno de sus cinco centros de gobierno había un príncipe (seren) que ostentaba el poder.
Los filisteos conocían el empleo del hierro, cuyo secreto hasta el siglo XII a. C. habían guardado
celosamente los hititas. El monopolio de este metal (saber dónde encontrarlo, cómo forjarlo y cómo
usarlo) les confirió una superioridad militar durante siglos. Del mismo modo que la definición etno-
lingüística de los filisteos antes de su establecimiento en Canaán no es bien conocida, su definición
etno-lingüística posterior es igualmente difícil, tomando en cuenta la falta de fuentes textuales. De
hecho, se han desarrollado dos grandes tesis sobre el tema. La primera se fundamenta, por ejemplo, en
los nombres y palabras no semíticas citadas por la Biblia, para sostener que los filisteos conservaron
por largo tiempo un particularismo étnico y lingüístico. Para la otra corriente, los filisteos se mezclaron
tempranamente con las poblaciones cananeas locales.

Ya asentados en la costa, los filisteos intentaron extenderse por el sur de Canaán, llegando a ocupar
casi la totalidad de la costa hasta Fenicia y localizaciones tan al este como el valle del Jordán. Ese fue
el motivo de que las reseñas bíblicas citen fuertes conflictos entre los filisteos y los israelitas. En el
Libro de los Jueces, por ejemplo, el nacimiento de Sansón a Manoa tiene lugar porque «él [Sansón]
comenzará a salvar a Israel de mano de los filisteos». Los relatos de Samuel, Saúl y David incluyen
también conflictos entre los filisteos y los israelitas, caracterizados en ocasiones como los más
peligrosos enemigos de Israel.

Tanto la arqueología como las historias bíblicas muestran, en efecto, una influencia de las culturas
cananeas anteriores o vecinas. El Primer Libro de Samuel indica que uno de sus dioses era Dagón:
«Cuando los filisteos capturaron el arca de Dios, la llevaron desde Eben-ezer a Asdod. Y tomaron los
filisteos el arca de Dios, y la metieron en la casa de Dagón, y la pusieron junto a Dagón». No obstante,
Dagón era un dios semítico de la vegetación, de las cosechas y los cereales, cuyo culto estaba muy
extendido en el Oriente Próximo, por lo que hecho de adoptarlo como divinidad principal demuestra
hasta qué punto habrían integrado dicha cultura. Los términos (como seren) o los nombres (como

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Goliat), sin origen semítico, quedaron como reliquias lingüísticas aisladas. De hecho, los términos de
poder y los nombres sobreviven a menudo por más tiempo que los otros.
Los dioses venerados por los filisteos eran Dagón, su hijo Baal, y Astarté, cuyos nombres o variaciones
de los mismos aparecen también en el panteón cananeo.
Las fuentes bíblicas destacan en numerosas ocasiones que los filisteos no practicaban la circuncisión.

SEGÚN LA BLIBIA
1º.- Desde Adán a Jesús dice que hay unos 2.800 años.
2º.-1.900 años a.C. Abrahan sale de la ciudad de Ur, al sur de Mesopotamia.
3º.-1.750 a.C. llega la historia de José.
4º.-1.250 a.C. la historia de Moisés.
5º.-1.000 al 900 a.C. la historia de David y Salomón.
6º.- 722 a.C. cae Israel ante los asirios.
7º.- 586 a.C. cae el reino de Judá y Jerusalén ante Nabucodonosor II, (rey de Babilonia)

LOS PATRIARCAS SEGÚN LA BIBLIA


Abraham fue el primer patriarca, destinatario de una promesa por parte de dios de territorios, seguida
de su hijo Isaac y por el hijo de este, Jacob. Cada uno de los hijos de Jacob acabará siendo patriarca de
una tribu de Israel.
El libro del Génesis, describe a Abrahan, como hombre de fe y patriarca familiar, pastor en un
momento de su vida se le apareció Dios y le dijo “Sal de tu tierra y de la casa de tu padre, a la tierra
que te mostraré. Haré de ti un gran pueblo, te bendeciré, haré famoso tu nombre y servirá de
bendición” (12:1-2) Obedeciendo a estas palabras tomo a su mujer Sara y a su sobrino Lot y partió
hacia Canaán. Dios prometio a Abrahan y a sus descendientes desde el rio de Egipto al gran rio
Éufrates. Abraham evito las ciudades porque pensaba que eran centro de pecado.
Con el transcurso del tiempo por Canaán sus pastores y los de su sobrino comenzaron a pelearse, por
eso decidieron repartirse el país, Abrahan se quedo en las tierras altas occidentales y Lot marcho hacia
del valle del Jordan, cerca de mar Muerto. Se instalo en Sodoma pero tanto esta como Gomorra, por
pecadoras fueron arrasadas con una lluvia de azufre. Lot marcho solo hacia las colinas orientales.
Como su mujer Sara, no podía tener hijos por su avanzada edad (90 años), tomo como concubina a la
esclava egipcia de esta, Hagar, (ó Agar) y tuvieron un hijo llamado Ismael, (con el tiempo seria el
antepasado de todos los pueblos árabes de los desiertos meridionales).
Dios prometió otro hijo a Abraham y cuando tenía 100 años, Sara dio a luz milagrosamente, un niño
Isaac, que cuando fue adulto vagó con sus rebaños por las proximidades de la ciudad de Berseba, casó
con Rebeca, con esta tuvo dos gemelos, que con caracteres y temperamento distinto lucharon entre si
toda su vida.
Esau, primogénito, fornido cazador y heredero legitimo de la promesa divina, pero su madre disfrazo a
su hijo Jacob, su favorito, cubriéndole con una piel de cabra, para que su padre ciego en su senectud le
concediera involuntariamente la primogenitura.
Esau, descubrió la treta y la bendición robada, pero y nada se pudo hacer, tomo como mujer, una de la
familia de su tío Ismael, engendrando otras tribus del desierto y estas siempre estarían en conflicto con
los israelitas.
Jacob huyo de la colera de su agraviado hermano y marcho a casa de su tío Labán, en Jarán para
encontrar esposa. En el camino Dios confirmo su herencia, tuvo un sueño en el cual había una escalera
de la tierra al cielo, el la cual al final estaba Dios, renovándole la promesa hecha a su padre.
Yo soy el Señor, dios de Abraham, tu padre, y Dios de Isaac. La tierra en que yaces te la daré a ti y a
tu descendencia. Tu descendencia será como el polvo de la tierra; te extenderás a occidentes y
oriente, al norte y al sur. Por ti y por tu descendencia todos los pueblos del mundo serán benditos. Yo
esto contigo, te acompañaré a donde vayas, te haré volver a este país y no te abandonaré hasta
cumplirse cuanto te he prometido (Génesis 28:13-15).
Permaneció con su tío Labán varios años y caso a sus dos hijas Lía y Raquel y engendro once hijos,
Rubén, Simeón, Levi, Judá, Dan, Neftalí, Gad, Aser, Isacar, Zabulón y José, con sus dos mujeres y dos
criadas de ellas. Mientras se desplazaban más a sur Raquel murió de sobreparto cerca de Belén al dar
a luz a Benjamin, el último hijo de Jacob. La familia se iba convirtiendo poco a poco en un clan que

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acabaría transformándose en una nación. El hijo favorito de Jacob, José, era detestado por todos los
demás hermanos que deseaban asesinarlo.

Mapa con las doce tribus israelitas, 1.200-1.050 a.C. El territorio correspondiente a José le fue
otorgado a sus dos hijos, quienes formaron la Tribu de Manasés y la Tribu de Efraín, cuyos territorios
figuran en el centro del mapa, en color verde manzana y crema, respectivamente.

El faraón de Egipto les da la bienvenida a José y los hebreos (acuarela de James Tissot).

José, según el relato bíblico del libro del Génesis (Gen. 35:22), José, el undécimo, de los doce hijos
de Jacob. Era el hijo preferido de su padre y sus hermanos lo envidiaban por eso. Su madre fue Raquel.
Luego de haber acogido a todo Israel, y a través de sus hijos Efraín y Manasés, la casa de José
constituyó una de las doce Tribus de Israel y llegó a poseer un territorio relativamente extenso.
Jacob lo amaba más que sus otros hijos y ello produjo la envidia de sus hermanos. José tenía a su vez
sueños en los que aparecía alzado por encima de éstos y prediciendo lo que iba a suceder en el futuro.
Por ser el favorito y quien Jacob quería que fuese su sucesor, Un día sus hermanos llevaron a sus
animales a pastar en un lugar lejano a sus tiendas. Al pasar el tiempo y ver que no regresaban, Jacob
envió a José a buscarlos y verificar que se encontraban bien. Sus hermanos, al ver desde lejos que
venía José, planearon matarlo. Rubén, el mayor, intentó convencerlos de que no era buena idea. Pero
cuando José llegó lo arrojaron a un pozo de agua vacío y lo tuvieron atrapado hasta decidir qué hacer
con él. Al día siguiente pasó por ese lugar una caravana de mercaderes que se dirigían a Egipto y los
hermanos de José lo vendieron como esclavo. De regreso con Jacob, mintieron al patriarca diciendo
que solo habían encontrado la túnica de José, la cual habían embebido en sangre de cordero para
hacerle creer a Jacob que había sido atacado por un lobo, bestia que supuestamente lo había matado.
Jacob lloró la muerte de su querido hijo desconsoladamente. Así fue como José partió de Canaán para
llegar luego a Egipto.

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Allí fue vendido y llevado a la casa de Potifar. Éste, al ver que sabía leer y manejaba los números
(enseñado por su padre), le confió la administración de su casa y se convirtió en la mano derecha de
Potifar. En sus tiempos como esclavo trabajaba mucho y siempre confiando en Dios que algún día iba
a regresarlo a sus tierras con sus padres y sus hermanos. Con el trabajo de esclavo José se convirtió en
un joven fornido, y la esposa de Potifar, que se quedaba en la casa cuando este salía, se fijó en él e
intentó seducirle.
Un día llamó a José a su habitación y trató de tener relaciones con él, pero él se resistió, recordando las
enseñanzas de rectitud que su padre siempre le enseñó, además de ser consciente de que sería una falta
ante Dios y salió de la habitación dejando en las manos de la señora su manto. Al no lograr su objetivo,
y sabiendo que José podría denunciar su adulterio, la esposa de Potifar lo acusó de intentar
aprovecharse de ella, mostrando su manto como prueba. Potifar dudó de esto, pues conocía a José y
sabía que era incapaz de ello, pero por otro lado su esposa insistía mucho en que lo matase, así que
Potifar decide enviar a José a la cárcel.
En la cárcel José se encontró con el copero y el panadero del Faraón, quienes fueron a parar allí
acusados de robar una copa de oro perteneciente al Faraón. Ambos habían tenido sueños misteriosos, y
José les pidió que se los contasen porque él podía descifrar qué significaban.
El copero le contó: "Soñé que tenía ante mí una vid con tres sarmientos, que estaban como echando
brotes, subían y florecían y maduraban sus racimos. Tenía en mis manos la copa del faraón, y tomando
los racimos, los exprimía en la copa del faraón y la puse en sus manos". José le respondió que los tres
sarmientos representaban tres días, y que al cabo de ese tiempo el copero sería declarado inocente y
volvería a servir al Faraón. José le pidió además al copero que le hablase de él al faraón para que fuese
liberado y pudiese volver a su patria.
Viendo el panadero que José había dado una respuesta favorable al copero, le pidió que también le
interpretara su sueño y le dijo: "En mi sueño voy caminando con tres canastillas llenas de pan blanco.
En el canastillo de encima había toda clase de pastas de las que hacen para el Faraón los reposteros, y
las aves se las comían del canastillo que llevaba sobre mi cabeza". José contestó que las tres canastillas
simbolizaban tres días, al cabo de los cuales el Faraón decapitaría al panadero, lo colgaría de un árbol
y los pájaros picotearían su cuerpo. Todo se cumplió según lo predicho por José: al tercer día, que era
el del cumpleaños del Faraón, dio éste un banquete a todos sus servidores; se acordó entonces del
copero y del panadero, y decidió restablecer al primero en su puesto y condenar a muerte al segundo.
Sin embargo, al verse libre, el copero se olvidó de José.
Al cabo de dos años, el Faraón soñó que se encontraba a la orilla del Nilo, y del agua salían siete vacas
gordas y hermosas que se pusieron a pacer en la orilla, pero entonces salieron del agua otras siete
vacas, feas y flacas, que devoraron a las primeras. El Faraón despertó, y al volver a dormirse soñó que
de una caña de trigo brotaban siete espigas hermosas y llenas de grano, pero tras ellas brotaban otras
siete espigas, vacías y quemadas por el viento del desierto, que devoraron a las primeras. Al día
siguiente, el Faraón se encontraba nervioso y atormentado por sus sueños, pero por más que
preguntaba a sus adivinos y a todos los sabios del Egipto, ninguno sabía cómo interpretarlos.

El copero se acordó entonces de José (cuando se encontraba en la cárcel) y le contó a Faraón lo


ocurrido en la cárcel. Así pues, el Faraón mandó llamar a José a su presencia.

He tenido un sueño y no hay quien me lo interprete, y he oído hablar de ti, que en cuanto oyes un
sueño lo interpretas". José respondió a su vez: "No yo; Dios será el que dé una respuesta favorable al
Faraón". El Faraón dijo entonces a José: "Éste es mi sueño: estaba yo en la ribera del río, y vi subir del
río siete vacas gordas y hermosas, que se pusieron a pacer en la verdura de la orilla, y he aquí que
detrás de ellas suben otras siete vacas, malas, feas y flacas, como no las he visto de malas en toda la
tierra de Egipto, y las vacas malas y feas se comieron a las primeras siete vacas gordas, que entraron
en su vientre sin que se conociera que había entrado, pues el aspecto de aquéllas siguió siendo tan
malo como al principio. Y me desperté. Vi también en sueños que salían de una misma caña siete
espigas granadas y hermosas, y que salían después de ellas siete espigas malas, secas y quemadas del
viento solano, y las siete espigas secas devoraron a las siete hermosas. Se lo he contado a los adivinos,
y no ha habido quien me lo explique".
José dijo al Faraón: "El sueño del Faraón es uno solo. Dios ha dado a conocer al Faraón lo que va a
hacer. Las siete vacas hermosas son siete años, y las siete espigas hermosas son siete años de riqueza y
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abundancia. Las siete vacas flacas y malas que subían detrás de las otras son otros siete años, y las
siete espigas secas y quemadas del viento solano son siete años de hambre. Es lo que he dicho al
Faraón, que Dios le ha mostrado lo que hará. Vendrán siete años de gran abundancia en toda la tierra
de Egipto, y detrás de ellos vendrán siete años de escasez, que harán que se olvide toda la abundancia
en la tierra de Egipto, y el hambre consumirá la tierra. No se conocerá la abundancia en la tierra a
causa de la escasez, porque ésta será muy grande. Cuanto a la repetición del sueño a Faraón por dos
veces, es que el suceso está firmemente decretado por Dios y que Dios se apresurará a hacerlo. Ahora,
pues, busque el Faraón un hombre inteligente y sabio, y póngalo al frente de la tierra de Egipto.
Nombre el Faraón intendentes, que visiten la tierra y recojan el quinto de la cosecha de la tierra de
Egipto en los años de abundancia; reúnan el producto de los años buenos que van a venir, y hagan
acopio de trigo a disposición del Faraón, para mantenimiento de las ciudades, y consérvenlo para que
sirva a la tierra de reserva para los siete años de hambre que vendrán sobre Egipto, y no perezca de
hambre la tierra".
El propio Faraón, impresionado por ello, dijo: "Tú serás quien gobierne mi casa, y todo mi pueblo te
obedecerá; sólo por el trono seré mayor que tú". Dicho esto, el Faraón se quitó su anillo y se lo puso a
José, mandó que lo vistieran con ropas blancas de lino, puso en su cuello un collar de oro y ordenó
que, cuando José montase sobre el segundo de los carros del Faraón, se gritase ante él la expresión de
reverencia Abrek y que se le llamase Zafnat Paneaj, que significa aproximadamente "Dios habló y él
vino a la vida". Finalmente, el Faraón le entregó por esposa a Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On.
Pasó el tiempo, y antes de que llegasen los años de escasez José tuvo dos hijos varones el mayor
Manasés, pues se dijo "Dios me ha hecho olvidar todas mis penas y toda la casa de mi padre", y al
menor Efraím, pues decía: "Dios me ha dado fruto en la tierra de mi aflicción", pero jamás olvidó a su
padre y hermanos, y nunca perdió la esperanza de volver a verlos.Al acabar los siete años de
abundancia en Egipto, llegó el hambre, y el pueblo clamaba al faraón, que les decía que fueran a José e
hiciesen lo que él dijera. Mucha gente fue a comprarle trigo a José, no sólo de Egipto, sino también de
otras tierras.
El hambre también golpeó las tierras de Canaán, y en especial Beerseba, donde vivía Jacob con su
gente. Enterados de que en Egipto había trigo, envió a sus diez hijos mayores a Egipto dejando a
Benjamín, el menor de todos, a su lado. Los diez hermanos llegaron hasta la corte del faraón para pedir
ayuda, y se presentaron ante José, al que no reconocieron porque estaba muy cambiado y además
vestía como egipcio.
Pero José sí los reconoció a ellos, pero disimuló y les preguntó a través de un intérprete de dónde
venían. Sus hermanos le contestaron que venían de Canaán para comprar alimentos, pero él los acusó
de ser ladrones y espías. Ellos, consternados, le contestaron que todos eran hermanos, hijos de Jacob.
José les replicó “¿Como puede ser un hombre tan rico en hijos?”, y ellos explicaron que en realidad
eran once hermanos, pero que el menor de todos se había quedado con su padre. José mandó encerrar a
sus hermanos en la cárcel durante tres días, y durante este período ellos reflexionaron sobre todo el mal
que le habían hecho a José. Éste, que los escuchaba, tuvo que retirarse debido a la emoción que le
causaban sus palabras. Al cabo de los tres días, José los liberó y declaró que llevarían trigo a Canaán,
pero, para demostrar la veracidad de sus palabras, deberían volver y traer consigo al hijo menor,
Benjamín. Mientras tanto, tomó a Simeón como rehén y lo encerró. Además, metió en las alforjas de
sus hermanos el dinero que ellos habían pagado por el trigo. Cuando regresaron a Canaán, los
hermanos quedaron consternados al ver en sus alforjas el dinero que habían pagado, y temieron que los
egipcios pudiesen utilizar esta situación para convertirlos en esclavos y despojarlos de sus bienes. Le
contaron todo lo sucedido a su padre, y Jacob se entristeció por Simeón, pero les contestó que no iban
a volver a Egipto con Benjamín porque ya había perdido a José y no soportaría perder también a
Benjamín, el único hijo que le quedaba. Pero la sequía y escasez continuaron y, tras mucho insistir,
Rubén y Judá consiguieron que Jacob transigiera, y los hijos de Jacob volvieron a Egipto con
Benjamín.
Cuando los esclavos estaban llenando de trigo las alforjas de los hermanos, José decidió ponerlos a
prueba e introdujo su copa de plata en las alforjas de Benjamín. Cuando los hermanos ya se marchaban
de la ciudad, fueron alcanzados por los soldados, que los acusaron del robo de la copa. Estos negaron
el hecho, pero los soldados revisaron las alforjas y, para sorpresa de los hijos de Jacob, la copa
apareció en la de Benjamín. Entonces los soldados anunciaron que los demás podían seguir su camino,
pero que el ladrón debía quedarse. Ninguno de sus hermanos quiso aceptar esto, y todos volvieron con
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José, quien les recriminó que defendiesen a un ladrón y los instó a volver a su tierra. Sin embargo, sus
hermanos replicaron que preferían morir que ver sufrir nuevamente a su padre, quien ya sufrió el dolor
de la pérdida de un hijo predilecto y no podría volver a soportarlo.
Entonces, José expulsó a los soldados y a los esclavos y rompió a llorar a gritos, con tanta fuerza, que
sus llantos se oyeron hasta en el palacio del Faraón. Al ver que habían cambiado y que estaban
dispuestos a dar la vida por su hermano menor, José por fin se dio a conocer a sus hermanos. Estos
enmudecieron de asombro y de miedo al pensar que, probablemente, querría vengarse de ellos, pero
José los calmó, diciendo “No os preocupéis, que todo fue obra de Dios, era necesario que yo viniese a
Egipto para que nuestro pueblo, Israel, sobreviviera en este tiempo de escasez y hambruna”.
Al enterarse el Faraón de lo sucedido, mandó a decir a José que invitase a Egipto a Jacob y a su
pueblo, pues deseaba regalarles tierras de cultivo en agradecimiento por cuanto José había hecho por
los egipcios. Los hermanos de José volvieron a Canaán, cargados de regalos de Egipto, y le contaron
todo a Jacob; éste, lleno de alegría, partió con toda su familia rumbo a Egipto. Al encontrase padre e
hijo, Jacob exclamó “¡Agradezco infinitamente a Dios porque me ha dado por segunda vez a mi hijo
querido, Él obra de manera misteriosa!”. José le pidió que se quedara a vivir sus últimos años con él y
también que se quedase todo su pueblo. Él aceptó, con la condición de que los restos mortales fuesen
llevados nuevamente cuando el pueblo regresase a “Canaán, La tierra prometida”.
Jacob y su familia vivieron entonces en la tierra de Gosén, un lugar destinado al pastoreo del ganado
en el Bajo Egipto, cerca de las ciudad de Pi-Ramsés o Ramesés, también llamada Avaris ciudad que
fuera la capital de las dinastías hicsas (siglo XVII a.C. ) que en tiempos predinásticos habían dominado
Egipto. José falleció cuando tenía ciento diez años de edad.
Los hijos de Jacob acabaron reuniéndose y se fueron a vivir a Gosén, en su lecho de muerte bendijo a
sus hijos y sus nietos Manasés y Efraín hijos de José, Judá recibió la primogenitura.

Moisés, en el Libro de Éxodo, el nacimiento de Moisés tuvo lugar cuando un indeterminado faraón
egipcio había ordenado a las parteras (comadronas) que mataran a todo varón hebreo recién nacido,
pero estas por temor a Dios no hicieron como se les mandó (Éxodo 1:15-17). Según el mencionado
libro, Moisés fue hijo de Amram (quien era miembro de la tribu de Leví y descendía de Jacob) Moisés
tuvo una hermana siete años mayor que él, Miriam, y un hermano tres años mayor que él, Aarón.
Según el Libro de Génesis, el padre de Amram, Coat, llegó a Egipto junto con setenta miembros del
grupo descendiente de Jacob, por lo que Moisés era parte de la segunda generación de israelitas
nacidos en Egipto.
Su madre lo escondió durante los tres primeros meses. Cuando no pudo ocultarlo más, lo colocó en
una cesta, embadurnada con barro en su interior y brea en el exterior para hacerla impermeable, y la
llevó al Nilo. La cesta con el bebé fue vigilada de cerca por Miriam hasta que la hija del faraón llegó al
Nilo para bañarse. La princesa egipcia, cuyo nombre era Henutmire, descubrió la cesta y a Moisés
dentro de ella. Miriam se acercó y consiguió que la princesa encargara que una hebrea amamantase y
cuidase de la criatura; la hebrea en cuestión fue la propia madre de Moisés.
Moisés fue criado como hijo de la princesa egipcia y el hermano menor del futuro faraón de Egipto.
Cuando Moisés se hizo adulto, observó el trabajo de los esclavos hebreos. Un día, al ver la brutalidad
con la que un capataz egipcio maltrataba a un esclavo hebreo, Moisés acabó con la vida del egipcio,
acto que lo condujo a tener que dejar Egipto.
Moisés consulto al SEÑOR que debían hacer este les dijo a Moisés y a Aarón: El faraón les dirá:
“Muéstrenme un milagro”. Cuando lo haga, dile a Aarón: “Toma tu vara y arrójala al suelo delante del
faraón, y la vara se convertirá en una serpiente.
Moisés y Aarón fueron a ver al faraón e hicieron lo que el SEÑOR les había ordenado. Aarón tiró su
vara al suelo delante del faraón y de sus funcionarios, ¡y la vara se convirtió en una serpiente!
Entonces el faraón llamó a sus sabios y a sus hechiceros, y los magos egipcios hicieron lo mismo con
sus artes mágicas: tirarón sus varas al suelo, ¡y las varas también se convirtieron en serpientes! Pero la
vara de Aarón se tragó las varas de ellos. Sin embargo, el corazón del faraón siguió endurecido.
Continuó negándose a escucharlos, tal como el SEÑOR había dicho. (Puede ser cierto siempre que el
faraón fuera un hicso “soberano de venido de país extranjero”) puede ser cierto en la época de
Akenaton y Ay (que reinó 2 años) (no se ha encontrado su tumba).

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La heroica figura de Moisés enfrentándose al tiránico faraón, las diez plagas y el éxodo masivo de los
israelitas de Egipto han perdurado durante siglos como imágenes centrales e inolvidables de la historia
bíblica.
Conducidos por un líder y no por un padre, guiados por Dios recorrieron un trayecto casi imposible
desde su esclavitud a la atierra prometida.
Esta historia de la liberación de los israelitas de la servidumbre es tan importante que los libros
bíblicos del Éxodo, el Levítico, los Numeros y el Deuteronomio.
Durante esos años se produjeron los milagros de la zarza ardiente, las plagas, la división del Mar rojo,
la aparición del maná en el desierto y la revelación de la Ley de Dios en el Sinaí, manifestaciones
visibles del domino de dios sobre la naturaleza.

David y Salomón, La historia de David figura en la Biblia, en los Libros del profeta Samuel y en el
Libro de los Salmos. David fue uno de los grandes gobernantes de Israel y padre de otro de ellos,
Salomón. Es venerado como rey y profeta en el judaísmo, el cristianismo y el Islam.
David es considerado como un rey justo, valiente, apasionado; guerrero, músico y poeta, pero un rey,
también, no exento de pecados. Según la Biblia, él fue elegido por Dios en persona para gobernar
Israel. Se le atribuye la autoría de gran parte del Libro de los Salmos. Aparentemente vivió entre los
años 1.040 y 966 a. C., reinó en Judá entre el 1.010 y 1.006 a. C. y sobre el reino unido de Israel entre
el año 1.006 y el 966 a. C.
Un gigante llamado Goliat de Gat, de seis codos y un palmo de estatura y miembro de las tropas de
choque filisteas, desafió al ejército israelita durante cuarenta días, proponiendo que escogieran a su
mejor hombre para hacerle frente. En palabras de Goliat, si él resultaba derrotado y muerto por el
israelita, los filisteos serían esclavos de Israel, pero si él vencía y mataba al escogido de Israel, los
israelitas serían esclavos de los filisteos (1 Sam 17:8-9). Los hebreos temían en gran manera a Goliat y
se escabullían del reto.
David, cuyo padre le había pedido que viajara al campamento para saber cómo estaban sus hermanos
mayores y llevarles algo de comida, escuchó el desafío del gigante (1 Sam 17:23). Según la Biblia, la
condición de pastor llevó a David a estar preocupado por defender a sus rebaños de los ataques de
fieras salvajes y, utilizando su talento, se servía del cayado y una honda. Con ello se presentó ante el
rey Saúl y se propuso para luchar contra el gigante. Con la anuencia de Saúl, David se vistió con la
armadura del rey, pero al no estar acostumbrado a utilizarla, se deshizo de ella y se dirigió al campo de
batalla solo con su honda. Por el camino recogió cinco piedras lisas en un arroyo y se plantó delante
del gigante Goliat. Éste se burló de él y tuvo en menos al más joven de los hijos de Jesé que se
presentaba para tener un combate singular con él. Pero David proclamó: Toda la Tierra sabrá que hay
Dios en Israel. Y toda esta asamblea sabrá que no por la espada ni por la lanza salva Yahvé, porque
de Yahvé es el combate y os entrega en nuestras manos.
Y con su honda de boleo, David le incrustó una piedra en la frente a Goliat y, cuando cayó, aprovechó
para cortarle la cabeza con la espada del propio filisteo.

Salomón, fue el segundo de los hijos que tuvieron el rey David y Betsabé La historia de Salomón se
narra en el Primer Libro de los Reyes, 1-11, y en el Segundo Libro de las Crónicas, 1-9. Sucedió a su
padre, David, en el trono de Israel hacia el año 970 a. C. Su padre lo eligió como sucesor a instancias
de Betsabé, aunque tenía hijos de más edad habidos con otras mujeres. Fue elevado al trono antes de la
muerte de su padre, ya que su medio hermano Adonías se había proclamado rey.
Adonías fue más tarde ejecutado por orden de Salomón, y el sacerdote Abiatar, partidario suyo, fue
depuesto de su cargo, en el que fue sustituido por Sadoc. También fue asesinado el general Joab sin
respetar el derecho de asilo del templo. Del relato bíblico parece deducirse que a la ascensión de
Salomón al poder tuvo lugar una purga en los cuadros dirigentes del reino, que fueron reemplazados
por personas leales al nuevo rey.
Primera fuente extrabliblica que hablan de los habiru “Dependiendo de fuente y época, los habiru son
descriptos variadamente como nómadas o seminómadas, generalmente como trabajadores migrantes,
ocasionalmente como mercenarios, eventualmente sirvientes o incluso esclavos, aunque también como
gente rebelde.”sobre el 1.150 a.C. la arqueología no encuentra que hubiera un gran reino en la zona, no
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existe ningún documento que afirme la existencia de estos dos personajes. Existe un monolito en el
país MOAB, habla de las luchas entre este pueblo y el rey de Israel Omri (850 a.C.)

Caída de Israel (722 a.C.) antes los Asirios El rey asirio Salmanasar V se encontró con serios
problemas para tomar Samaria. El asedio se prolongó infructuosamente durante tres años. No sabemos
bien lo que sucedió, pero tal vez un ejército acostumbrado a victorias fáciles se exasperó ante las
dificultades. El caso es que Salmanasar V fue depuesto y sustituido por un nuevo rey (quizá uno de sus
generales), que adoptó el nombre de Sargón II (que, como ya sabemos, significa "rey legítimo").
Samaria fue tomada finalmente en 722. Sargón II se atribuyó la conquista, mientras que la Biblia la
atribuye a Salmanasar V. Babilonia aprovechó el cambio de monarca para rebelarse. Un noble caldeo
se apoderó de la ciudad y se proclamó rey con el nombre de Marodac-Baladán. Su reinado duró
mientras Sargón II estuvo ocupado en otros puntos de su imperio.
Fuentes extrabíblicas nos confirman el hecho.

Caída de Jerusalén (586 a.C.) El reino de Judá, con capital en Jerusalén, se encontraba amenazado
por tres grandes potencias: el Imperio Asirio, Egipto y, en último lugar, el Imperio Babilónico, bajo la
dinastía caldea, que finalmente arrasó Jerusalén y su templo en Julio de 587 a.C.
Fuentes extrabíblicas nos confirman el hecho.
Nabucodonosor II, el líder histórico de Babilonia, invadió Jerusalén por primera vez en 597 a.C. y el
rey Joaquín fue deportado a Babilonia junto a otros destacados ciudadanos, incluido el profeta
Ezequiel. «Todo este país será saqueado y quedará reducido a un desierto, y estas naciones servirán al
rey de Babilonia durante setenta años», profetiza Jeremías en el Antiguo Testamento (25:11).
Nabucodonosor regresó diez años después, destruyó el primer templo de Jerusalén construido a.C. por
el rey Salomón, y esta vez se llevó cautivos a casi todos sus ciudadanos, excepto a Jeremías, que
decidió no irse para ser testigo de la destrucción y consolar a los pocos más que se quedaron. Jeremías
no logró convencer a su pueblo sobre los peligros que amenazaban a Jerusalén, que fue incendiada y
quedó reducida a cenizas, pero según las Sagradas Escrituras su profecía se cumplió y los deportados
comenzaron a regresar a la antigua capital en 538 a.C., bajo el rey persa Ciro II el Grande, casi setenta
años después del primer sometimiento de la capital por parte de los babilonios, en 605 a.C. Su segundo
templo fue reconstruido en el año 535 a.C. y fue nuevamente arrasado en el siglo I d. C. por el
Imperio Romano.
Los sacerdotes del templo de Jerusalén, tienen acceso a las bibliotecas e Babilonia y pasan de enseñar
la religión por el sistema oral a la religión de texto, o sea la escrita. El Arca de Alianza, es considerada
su templo portátil.
(El Arca de la Alianza era un cofre sagrado ubicado en el Tabernáculo, que más tarde se colocó en el
Templo de Jerusalén. Se hizo por mandato de Yahvé y según su diseño, dicho cofre contenía las Tablas
de la Ley: tablas de piedra en las cuales figuraban inscritos los Diez Mandamientos que Dios entregó
a Moisés en el Monte Sinaí.)

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