You are on page 1of 9

Guillermo Arbe: Soledad bajo la lluvia

Datos biográficos

Llovía. Nunca llueve en Lima, sin embargo llovía.


Gotas eventuales, pero grandes. Lágrimas de El Niño.
Aparte de eso, Larco estaba igual que siempre un
viernes en la noche, una mezcla de lúgubre y festivo.
- ¿Duyu spik inglich? -en plena calle,
inesperadamente.
- ... - (¿quién es ésta?)
- ¿Eres extranjero?
- ¿Por qué?
- No, es que estaba con mi enamorado, en realidad
hemos estado saliendo pero no sé si llamarlo mi
enamorado, era mi enamorado, pero prefiero ya no
verlo así, si salimos bien, pero si no, no me importa.
Bueno, lo que pasa es que estaba con él y se fue y
necesito un sol para mi pasaje para llegar a mi casa.
- Pero..., espera, toma. Pero, ¿y cuál es la diferencia si
soy o no extranjero?
- Gracias... No, es que yo estoy aprendiendo inglés, y
necesito practicar con alguien, hablar en inglés, ¿estás
yendo para allá? Si quieres, vamos caminando, yo
puedo tomar mi movilidad allá en el óvalo. Si quieres
caminamos juntos, ¿de dónde eres?
- Yo soy chalaco.
- ¿Chalaco?
- Si, del Callao.
- Y, ¿qué haces por acá?
- ¿Acá en Miraflores? Vivo acá, a unas cuadras.
- Pero..., entonces, ¿por qué dices que eres chalaco?
- No, es que nací en el Callao, pero ahora vivo acá.
- Es que mi enamorado era, no sé por qué me pasan
estas cosas. Me siento sonsa teniendo que pedir
dinero. No entiendo por qué no se lo pedí a él. ¿Por
qué soy así? ¡Por qué! Es que estas cosas siempre me
pasan. Es que yo estoy yendo al neurólogo... ¿te
molesta que te cuente estas cosas?
- ¿Cómo?
- ¿Te incomoda que te cuente lo que te estoy
contando, que voy al neurólogo?
- La verdad es que no entiendo por qué me lo estás
contando.
- Es por conversar, yo siempre necesito conversar,
hablar con alguien.
- Pues, a mi no me molesta conversar, yo simplemente
estoy caminando unas cuadras, y me da igual caminar
sólo o conversar con alguien mientras...
- Yo me llamo Soledad.
- Yo, Guillermo.
- ¿Dónde estás yendo?
- (pausa) Acá..., a comprar... unas donas.
- ¿Qué?
- Donas. A comprar unas donas, acá nomás.
- Yo tomo mi movilidad acá enfrente, ¿me acompañas?
(pausa)
- Qué tal tráfico.
(pausa)
- Cruza.
- Ya... Mira, ése es el alcalde de Miraflores.
- ¿Dónde?
- Allí, ¿no lo ves?
- Mmmm... ah, sí, ahí está.
- Bueno, mi enamorado, que es marroquí, es que yo he
tenido muchos enamorados extranjeros, o sea,
también peruanos, pero más extranjeros. Uno era
norteamericano, y era muy bueno, pero ahora está en
los Estados Unidos y me dice para ir, que vaya, que
nos casaríamos...
- Y, ¿por qué no vas?
- Es que, igualito que mi último enamorado, este
marroquí, siempre me andan dejando. Como uno que
yo tenía, uno peruano, me dejó diciéndome que me
tenía que dejar porque si no iba a terminar siendo
como yo, entonces, yo quiero casarme algún día, y
salgo con enamorados, y después me dejan, y después
mis sobrinos me andan diciendo "otra vez estás sola
tía", y es que me pasa cada cosa. Por ejemplo hoy día,
tenía que comprar un libro de inglés. Yo estudio inglés,
entonces mi mamá me dio dinero para comprarme un
libro de inglés que necesito para mi curso. Entonces
me fui a la librería acá no más a esta Guinaldi,
¿conoces?
- No. ¿Cuál?
- Guinaldi, acá no más por Pardo. Acompáñame un
ratito, sentémonos acá en estas bancas.
- Está garuando.
- Un ratito no más, aunque nos mojemos un poquito.
- Además, parece que ya está parando.
- Fui primero al Guinaldi, y después a Tassorelo que
queda cerca también, y también a Tradiciones
Peruanas, y en ningún sitio me lo quisieron vender.
Estas cosas siempre me pasan, por eso estoy yendo al
neurólogo. El libro estaba en el estante, incluso estaba
en la vitrina de Tassorelo, por ejemplo, y entré a la
tienda, y me sacaron el libro, y hasta me estaban
haciendo la factura ya, me habían sacado el libro y de
repente me dijeron que no tenían el libro, y yo les dije
que sí, que allí tenían el libro, porque yo estaba viendo
el libro allí que hasta habían sacado para mí, y todo
esto es lo que le tengo que contar al neurólogo, pero
es que no sé contárselo, no sé si me entenderá, y es lo
que siempre le digo a mi mamá, porque yo le cuento a
mi mamá, pero ella no es como tú, ella me interrumpe
y me hace preguntas, me pregunta, por ejemplo, pero
¿viste el libro?, ¿te dio la factura?, entonces yo le diría,
sí mamá, vi el libro allí, tenían el libro, pero no me
dieron factura, estaban llenando la factura, pero de
repente me dijeron que no tenían el libro, ¿ves? estas
cosas siempre me pasan, entonces yo les dije que allí
tenían el libro, lo estaba viendo, entonces me dicen
que sí, pero era sólo para profesores, que no me lo
podían vender. Y no es que no tuviera el dinero. Yo
tenía el dinero que me dio mi mamá y que todavía
tengo acá conmigo...
- Pero...
- ...y se los mostré el dinero...
- Pero...
-... pero igual no me hicieron caso, y uno de ellos
empezó como a golpear la mesa con su puño...
- Pero, si tienes dinero, ¿por qué...?
- ...porque esa es otra cosa que siempre me pasa, la
gente, pueden pasar minutos conmigo, y la gente
empieza a como golpear la mesa, o algo, con su puño,
así, mira, así con su puño, puede ser gente que recién
me conoce, pero incluso mis enamorados, no el gringo,
pero, por ejemplo, mi enamorado de ahora, o el
peruano último que tuve, estaba, por ejemplo, en un
taxi, y de repente empieza a golpear así con su puño,
entonces eso pasó también en la librería y...
- ¡Soledad!
- y..., ¿qué? ¿qué pasa?
- Te das cuenta que has estado quince minutos
hablándome de comprar un libro en una librería.
(Mira su reloj). - Sí, yo hablo y hablo. Por eso tengo
que ir al neurólogo. El dice que se me va a pasar...
- ¿Qué va a pasar?
- Ya no voy a tener esto de hablar tanto.
- Pero, ¿qué es lo que tie... hmmm... qué es lo que se
te va a pasar?
- Eso. El neurólogo dice que me va quitar esto de
hablar tanto, que eso se me va pasar, que eso es lo
único que puede hacer, después, no sabe si un
sicólogo, pero yo no sé cómo decirle todas estas cosas
que me pasan, no sé contarle...
- ¿Cómo se llama tu neurólogo?
- No sé, Alfredo algo, creo.
- ¿Desde cuándo estás yendo al neurólogo?
- Recién estoy yendo, he ido alguna vez, y me da
pastillas, pero no sé si contarle todo lo que me está
pasando, como lo del libro, o cómo me tratan mis
enamorados, ¿de repente tú le puedes contar? Debería
ir mi mamá, o sea, él dice que debería ir mi mamá,
pero es que cuesta, y entonces va a cobrar también
cuando vaya mi mamá...
- Pero, Sole, sácame de una curiosidad. ¿Por qué me
hablaste en inglés? Te lo pregunto...
- Es que, como estoy estudiando inglés, quiero
practicar...
- Te lo pregunto porque hace unas semanas estaba
caminando por Larco también y alguien se me acercó
igualito, y me preguntó igualito si ...
- ¿Era una mujer?
- Si, era como...
- De repente era yo... Debe de haber sido yo, es que
me gusta conversar con la gente, y practicar mi inglés,
y así conocí al marroquí, y al otro gringo que está en
los Estados Unidos y que se quiere casar conmigo, y
además porque un peruano te ignora, ni te mira, tú no,
tú eres una excepción, pero la mayoría, y además si
necesito una ayudita, como ahora que me dejó mi
enamorado, un peruano no te da, pero un extranjero
te da más fácil, y a veces te invita, no sé, un café o
incluso a salir, ¿no ves que están solos acá?, entonces
te invitan a salir, pero después de un rato también
siempre me dejan, y eso también quiero decirle al
neurólogo, conversan un rato conmigo, y después me
dejan o hay problemas, como cuando uno me quiso
llevar a una discoteca y no nos quisieron dejar entrar,
entonces me dejó también, como también mis
enamorados, y yo me quiero casar, pero ellos me
terminan dejando, y después los veo con otras y a ellas
sí las tratan bien, cuando a mi siempre me trataban
mal, y no es que sean bonitas tampoco, ah. Porque yo
no seré una belleza, pero éstas son realmente unas
cholazas. Y hasta mis hermanas me tratan mal, no me
dejan sentarme en el sofá cuando voy a sus casas, me
botan. Pero, los gringos no me tratan tan mal, por eso
también los busco, y no por dinero, porque yo tengo
una casa grande, y vivo en Vista Alegre con mi mamá
ah, sino para conversar, yo no busco nada, como
ahora que estuve con mi enamorado, que no es en
realidad mi enamorado, me dijo incluso que mañana
iba a salir con una chica. Mmm. A mí no me importa, si
lo veo otra vez bien, si no también, y, por ejemplo,
ahora que estuve con él y nos fuimos acá no más a la
calle de las pizzas y no me tomé un jugo de papaya
que me pedí. El no se pidió nada, entonces yo tampoco
tomé mi jugo. Porque a mí me gusta conversar con la
gente, no es por dinero o porque me compren cosas.
¿Tú no has vivido antes por Vista Alegre?
- Bueno, en realidad hace mucho tiempo, cuando tenía
como catorce años.
- Es que, creo que te he visto...
- No creo. Fue hace muchos años, yo tenía entre doce
y catorce años.
- ...
- ...
- Bueno, la cosa es que yo tengo una casa grande en
Vista Alegre, me gustaría que fueras... que vieras que
tengo una casa grande. Claro, yo no tengo mucha
plata, yo, sólo lo que mi mamá me da. Por eso estoy
estudiando inglés, para no estar sin hacer nada,
porque también cuando voy a buscar trabajo me pasa,
me presento y a veces ni me dejan pasar, los mismos
guachimanes allí me dicen "¿Así que, tú vienes a
buscar trabajo?" Y me fastidian, me dicen cosas feas,
se ríen. Pero yo quiero trabajar, y casarme, yo quiero
casarme algún día, y todo esto se lo quiero decir al
neurólogo, cómo me fastidian, y no me venden cosas,
como lo del libro, pero no sé cómo decirle...
- Sole...
- ... de repente tu le puedes decir. El consultorio es...
- Soledad...
- ... en San Borja, es un consultorio nuevo, ¿conoces el
consultorio San Judas Tadeo?
- No, Sole. Mira, Soledad, me tengo que ir, déjame
acompañarte al paradero. Y, no te preocupes, que todo
va a salir bien. Mira, por qué no me das tu teléfono,
y...
- Es el 838-3859. Pero, ¿me vas a llamar?
- Si, yo te voy a llamar, de todas maneras te llamo.
Sólo que no te voy a poder llamar hasta dentro de diez
días, por que me voy de viaje.
- ¿Te vas de viaje? ¿A dónde te vas?
- Me voy a Venezula. Por trabajo.
- ¡Llámame de Venezuela!
- No te puedo llamar de Venezuela, es larga distancia y
caro, y yo voy a estar en una oficina prestada. No te
preocupes, te voy a llamar cuando vuelva.
- A mi me gusta venir acá a Miraflores. Hay mucho
movimiento, mucha gente.
- Soledad, si yo te llamo, digamos dentro de diez días,
¿te vas a acordar de mí? Acuérdate, Guillermo.
- Sí. Guillermo.
- Mmm, no estoy muy convencido.
-Sí, sí. Allí viene mi carro... oye, se está pasando...
- Lo que pasa es que quiso ganar la luz. Mira, allí viene
otro.
- Chau.
- Chau.
- ¡Me llamas, ah!

Guillermo Arbe, Perú 1999

You might also like