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lidad (por ejemplo, la empatía) y con otras medidas criterio (por ejemplo,
satisfacción con la vida). La IE también estaba relacionada con la capa-
cidad de las personas de manejar sus estados de ánimo, pero no con su
capacidad de prevenir los estados de ánimo que influyen en sus deci-
siones.
Sánchez, Retana y Carrasco (2008) realizaron otro estudio con per-
sonas de edades comprendidas entre los 18 y los 27 años, que giraba
en torno al entendimiento emocional, concibiendo la misma como una de
las áreas principales de la inteligencia emocional. Las autoras encontra-
ron que las mujeres tienen mayor capacidad para comprender los con-
textos ideales de la emoción relacionada con la tristeza, y las emociones
complejas o contradictorias.
Sánchez, Fernández-Berrocal, Montañés y Latorre (2008), analiza-
ron, en primer lugar, si la IE es una cuestión de sexo, y en segundo lu-
gar, estudiaron la socialización de las competencias emocionales en
hombres y mujeres y sus implicaciones. Concluyeron que las mujeres
tienen un mayor índice de IE con respecto a los hombres, pero que su
auto-percepción tiende a ser más baja; y que estas diferencias de sexo
en IE se vislumbran desde la infancia debido a la instrucción diferencial
que tienen los niños frente a las niñas. Ello explicaría que en las nuevas
generaciones, por influencia de la cultura y la educación, se minimicen
estas diferencias.
Otro estudio (Bindu y Thomas, 2006) investigó la naturaleza y el al-
cance de las relaciones que existen entre variables cognitivas (inteligen-
cia y creatividad) y dos variables no cognitivas (IE e inadaptación) entre
una muestra (n = 90) de jóvenes entre 21 y 24 años de edad. Se demos-
tró que existían diferencias de género en 9 de las 13 variables estudia-
das. Concretamente en las variables relacionadas con la inteligencia
(numérica, espacial y la inteligencia global), con la eficacia interpersonal
e intrapersonal y la IE global, las puntuaciones de los hombres fueron
más altas que las de las mujeres. Sin embargo, en las tres variables
restantes: inadaptación, fluidez de ideas y creatividad global, las mujeres
obtuvieron mejores puntuaciones. Además, la IE global correlacionó
negativamente con inadaptación en ambos sexos. Otros estudios han
analizado si existe relación entre la IE y otras variables como, por ejem-
plo, el estudio realizado por Bermúdez, Teva y Sánchez (2003) en el que
encontraron correlaciones positivas significativas entre la IE, el bienestar
psicológico y la estabilidad emocional en jóvenes de entre 18 y 33 años.
Dawda y Hart (2000) relacionaron las dimensiones del Inventario de
Cociente Emocional (EQ-i) (Bar-On, 1997) con la personalidad y la psi-
copatología (alexitimia) en estudiantes universitarios. Los resultados
indicaron que el cociente emocional mostraba una alta correlación nega-
tiva con neuroticismo y depresión. Dichos resultados fueron similares en
ambos sexos, excepto en la dimensión de pensamiento orientado al
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Método
Participantes
La muestra está constituida por 49 personas que estaban cursando o
habían cursado estudios en Ciencias Humanas en las Aulas de la Expe-
riencia de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea
en la provincia de Gipuzkoa. Los requisitos para la realización de estos
estudios universitarios son tener cumplidos los 55 años antes del 1 de
octubre del año en curso y no realizar actividad laboral remunerada. La
muestra fue obtenida de forma incidental, sin criterios de exclusión. Sus
componentes tienen edades comprendidas entre 55 y 78 años, 17 son
hombres y 32 mujeres. El 24% tiene estudios básicos, el 26.5% ha cur-
sado el bachiller, el 26.5% tiene una diplomatura y el 22.4% son licen-
ciados.
Instrumentos de evaluación
Con la finalidad de medir las variables objeto de estudio se utilizaron
2 instrumentos de evaluación con garantías psicométricas de fiabilidad y
validez.
Inventario de Personalidad NEO Revisado (NEO PI-R, Costa y
McCrae, 1992). En conjunto, las 5 escalas fundamentales y las 30 esca-
las parciales del NEO PI-R permiten una evaluación global de la perso-
nalidad del adulto. Consta de 240 elementos a los que se responde en
una escala Likert de cinco opciones y permite la evaluación de cinco
factores principales: 1) Neuroticismo (puntuación alta: desajuste, inesta-
bilidad emocional, tendencia general a experimentar sentimientos nega-
tivos, como miedo, melancolía, vergüenza, ira, culpabilidad y repugnan-
cia; puntuación baja: ajuste, estabilidad emocional, sujeto tranquilo, so-
segado, relajado y capaz de enfrentarse a situaciones estresantes sin
alterarse ni aturdirse), 2) Extraversión (puntuación alta: persona extro-
vertida, sociable, asertiva, activa, habladora, le gusta la excitación y la
estimulación, carácter alegre, animosa, enérgica y optimista; puntuación
baja: persona introvertida, reservada, independiente, constante, que
prefiere estar solo (no hay que confundirlo con timidez), no se siente
desdichado ni pesimista y no sufre necesariamente ansiedad social), 3)
Apertura (puntuación alta: abierto, poco convencional, dado a cuestionar
la autoridad y dispuesto a aceptar nuevas ideas éticas, sociales y políti-
cas; puntuación baja: tiende a ser convencional en su comportamiento y
de apariencia conservadora; prefiere lo familiar a lo novedoso y sus res-
puestas emocionales son en cierto modo apagadas), 4) Amabilidad
(puntuación alta: persona amable, altruista, simpatiza con los demás,
está dispuesta a ayudarles y cree que los otros se sienten igualmente
satisfechos de hacer lo mismo; puntuación baja: persona desagradable
o antipática, egocéntrica, suspicaz respecto a las intenciones de los de-
más y más bien opositora que cooperadora), y 5) Responsabilidad (pun-
tuación alta: persona responsable, voluntariosa, decidida, con voluntad
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Procedimiento
En este estudio se empleó una metodología descriptiva y correlacio-
nal. El equipo investigador explicó las características del estudio y el
procedimiento al alumnado de las Aulas de la Experiencia Con quienes
mostraron interés se procedió a fijar las fechas para la administración de
las pruebas en dos sesiones. La aplicación fue realizada por una psicó-
loga especialista. El estudio cumplió los valores éticos de la investiga-
ción con seres humanos: consentimiento informado y derecho a la in-
formación; protección de datos personales y garantías de confidenciali-
dad; no discriminación, gratuidad y posibilidad de abandonar el estudio
durante el proceso del mismo.
Resultados
Inteligencia Emocional: Diferencias en función del sexo y la edad
Con la finalidad de comprobar si existen diferencias en la Inteligencia
Emocional en función del sexo y la edad (rango 1= 55-66 años; y rango
2= 67-79 años) en primer lugar, se realizó un análisis de varianza multi-
variado (MANOVA) con las puntuaciones obtenidas en todas las varia-
bles objeto de evaluación. Los resultados del MANOVA (Traza de Pillai)
indican diferencias estadísticamente significativas entre varones y muje-
res, F (7,39) = 2.28, p < .05, siendo la magnitud del efecto digna de con-
sideración, ף2 = .291, r = .53. Sin embargo, no se hallaron diferencias en
función de la edad, F (7,39) = 0.31, p > .05, aunque el tamaño del efecto
es bajo ף2 = .053, r = .23; ni tampoco la interacción sexo*edad fue signi-
ficativa, F (7,39) = 0.89, p > .05, siendo el tamaño del efecto medio ף2 =
.138, r = .37. Los análisis de la varianza univariantes (ver Tabla 1) de-
muestran que no existen diferencias en IE emocional en función del se-
xo en la mayoría de las variables salvo en el pensamiento esotérico, en
la que se observan puntuaciones significativamente mayores en las mu-
jeres en ambos grupos de edad.
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Tabla 1
Medias, desviaciones típicas y análisis de varianza en Inteligencia
Emocional en función del sexo y la edad
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Tabla 2
Medias, desviaciones típicas y análisis de varianza en Rasgos de Per-
sonalidad en función del género y la edad
Tabla 3
Correlaciones de Pearson entre Inteligencia Emocional y Rasgos de
Personalidad
Discusión
Como ya se ha dicho anteriormente, el estudio tuvo dos objetivos:
1) examinar si existen diferencias en la inteligencia emocional (IE) y en
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