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UNIDAD V:

DECLARACIONES, DERECHOS Y GARANTIAS:


La constitución norteamericana no contenía en su texto originario una declaración de derechos, sino que se
reconocieron posteriormente por medio de las enmiendas.

 Declaraciones: son ciertas posturas adoptadas por la c.n. en relación a algunos aspectos políticos
fundamentales.
 Derechos: son facultades o prerrogativas que tiene los habitantes de la nación. Reconocidos en la c.n.
 Garantías: son mecanismos creados por la constitución para que los titulares de ciertos derechos
fundamentales puedan ejercerlos.

ETAPA DE LOS DERECHOS:


 1º etapa: De 1853 a 1949 reconoce pocos derechos en el principio de la constitución el fin era tener un sujeto
activo (ciudadano) y un sujeto pasivo (estado) para que estos no violen los derechos y abusen del poder. De aquí
emergen los derechos civiles del articulo 14 y los implícitos del 33
Art. 14.- [DERECHOCSIVILES].-Todos los habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos conforme a las
leyes que reglamenten su ejercicio; a saber: De trabajar y ejercer toda industria lícita; de navegar y comerciar; de
peticionar a las autoridades; de entrar, permanecer, transitar y salir del territorio argentino; de publicar sus ideas
por la prensa sin censura previa; de usar y disponer de su propiedad; de asociarse con fines útiles; de profesar
libremente su culto; de enseñar y aprender.
El valor fundamental de esta etapa es la libertad, la igualdad es limitada la única igualdad reconocida es la igualdad
foral o igualdad ante la ley. También tiene auge la forma en la que tiene acceso los habitantes de la nacion, que es
solamente a través del sufragio, relacionado con el Art. 22.- [SISTEMAREPRESENTATDIVEOL.ITODESEDICIÓN]. El
pueblo no delibera ni gobierna, sino por medio de sus representantes y autoridades creadas por esta Constitución.
 2ª etapa: Desde Peron el hombre paso a ser un sujeto trabajador con derechos sociales con la constitución
socialista de 1949, y la posterior incorporación del articulo 14 bis en la reforma de 1957, luewgo de haberse
declarado inconstitucional la reforma de 1949.
En el mundo esto se dio con la constitución de Queretaro en mexico y la de Weimar en Alemania, esto no solo
protege a las personas sino a sus condiciones, especialmente alrededor del trabajo. El estado pasa a ser un Estado
de Bienestar. Se consagran a nivel mundial garantías individuales, y se destacan las organizaciones intermedias con
el derecho constitucional.
 3ª etapa: Despues de la reforma de 1994 incorporando los derechos humanos, cambia la forma de ejercer los
derechos. Cambia la postura sujeta activo y sujeto pasivo, el estado debe promover los derechos y el goce de los
mismos.
 También aparecen los derechos de incidencia colectiva o derechos de 3ª generación. A nivel mundial surgen en
la década del 601 y en la Argentina después de la reforma de 199. Llegan a un nivel indeterminado de personas con
una problemática común, ampliándose la legitimacxion. Estos derechos obligan al estado no solo a garantizarlos
sino a también a difundirlos, educar, y a legislat en consecuencia. Asumen las normas de un derecho deber. El
constituyente responsabiliza al poder constituido pàra que legisle y los promueva, asegurando el libre y regular
ejercicio de los mismos.

DERECHOS IMPLICITOS:

A parte de los derechos que la constitución encierra y los que, sin estar enumerados, cabe tomar en cuenta todo el
repertorio de los que se denominan “derechos implícitos”. Su catálogo no tenía parte expresamente del orden
normativo de la constitución formal, pero ha de refutarse incluido a ella:

a) Las que proporciona el deber ser ideal del valor justicia;


b) Las que proporciona la ideología de la constitución que organiza la forma democrática respetando la dignidad
de la persona, su libertad y los derechos fundamentales;
c) Las que proporciona el art. 33 “las declaraciones, derechos y garantías que enumera la Constitución, no
serán entendidos como negación de otros derechos y garantías no enumerados; pero que nacen del principio de
la soberanía del pueblo y de la forma republicana de gobierno.”;
d) Las que proporcionan los tratados internacionales sobre derechos humanos.
e) Las que proporcionan las valorizaciones sociales progresivas.

Si en algún sector de la constitución cobra mayor relieve la articulación de que los silencios y las implicitudes de su
complejo normativo deben tomarse en cuenta a la hora de interpretarlo e integrarlo, ese sector es el de los
llamados derechos implícitos.

El “fundamento” de los derechos

Que la declaración donde constan constitucionalmente los derechos surge de una decisión del poder constituyente
que es autor de la constitución no equivale a decir que los derechos son una dádiva graciosa que el constituyente
hace voluntariamente porque discrecionalmente así lo quiere. Los derechos no son “lo que” el estado dice que son,
ni son “los que” el estado define como siendo derechos. La constitución “reconoce” los derechos, pero no los
“constituye” como derechos.

Fundamentos objetivos de los derechos: a) el derecho natural o el orden natural; b) la naturaleza humana; c) la idea
racional del derecho justo; d) la ética o moral; e) los valores objetivos y trascendentes; f) el consenso social
generalizado; g) la tradición histórica de cada sociedad; h) las valoraciones sociales compartidas que componen el
conjunto cultural de la sociedad; i) el proyecto existencial que cada sociedad se propone para su convivencia; j) la
mejor solución posible que en cada situación concreta es valorada objetivamente como posible; k) las necesidades
humanas en cada situación concreta.

Las normas:

Un sistema de derechos tiene que existir y funcionar con normas y sin normas (escritas) en la constitución o en la
ley. Esto significa que en los espacios que la constitución deja en silencio o en la implicitud hemos de auscultar con
fino sentido para dar cabida a derechos (como a la vez a valores y principios) que no cuentan con un enunciado
normativo expreso.

Para eso, ayuda mucho la cláusula de los derechos implícitos del art. 33; y el antecedente de la constitución
estadounidense de 1787 nos lo atestigua con claridad meridiana, como todavía hasta hoy también lo demuestra el
constitucionalismo de gran Bretaña, que ignora a la constitución escrita.

LOS DERECHOS EN NUESTRO ACTUAL DERECHO CONSTITUCIONAL

El sistema de derechos y la reforma de 1994:

La constitución formal argentina contiene una declaración de derechos. El texto originario de 1853-1860 se
completó luego con la reforma de 1957, que incorporó la tónica mínima del constitucionalismo social, y con la
reforma de 1994.

A la parte primera de la constitución originaria que tenía un “capítulo único”, se le ha agregado un nuevo capítulo
titulado “Nuevos Derechos y Garantías”. También en la parte orgánica algunas cláusulas que, a su modo, hacen
parte del sistema de derechos, y remiten a él.

Los tratados internacionales de derechos humanos

La parte dogmática de la constitución se ha ampliado y enriquecido a través del art. 75 inc. 22, que directamente
confiere jerarquía constitucional a once instrumentos internacionales de derechos humanos (dos declaraciones,
ocho tratados, y un protocolo adicional), y que prevé para el futuro un procedimiento especial mediante el cual
otros tratados de derechos humanos pueden lograr aquella misma jerarquía.

Listado de los derechos personales


A) Derechos del art. 14; Derechos civiles: trabajar y ejercer industria; navegar; comerciar; petición; libertad
ambulatoria; libre expresión de ideas por la prensa; propiedad; asociación; libre profesión del culto; enseñar y
aprender;

B) Derechos del art. 14 bis; Derechos sociales: protección legal del trabajo; condiciones dignas de labor; jornada
limitada; descanso y vacaciones pagados; retribución justa; salario mínimo, vital y móvil; igual remuneración por
igual tarea; participación en las ganancias de las empresas; control de la producción y colaboración en la dirección;
protección contra el despido arbitrario; estabilidad en el empleo público; organización sindical libre y democrática;
concertación de convenios colectivos de trabajo; conciliación y arbitraje; huelga; garantías a los representantes
gremiales; beneficios de la seguridad social; seguro social obligatorio; jubilaciones y pensiones móviles; protección
integral de la familia; defensa del bien de familia; compensación económica familiar; acceso a vivienda digna.

C) Derecho del art. 20; Derechos civiles de los extranjeros: todos los que titulariza el ciudadano; ejercer industria,
comercio y profesión; propiedad de bienes raíces; libre profesión del culto; testar; casarse; exención de admitir la
ciudadanía; exención de contribuciones extraordinarias forzosas; adquisición voluntaria de la nacionalidad
argentina. Derechos del art. 25; Derechos civiles de los extranjeros: ingreso de extranjeros exento de cargas
fiscales. Derechos del art. 21; Derechos civiles de los extranjeros naturalizados: exención de prestar el servicio
militar durante diez años.

D) Derechos del art. 15; Derechos civiles: prohibición de la esclavitud; prohibición de compraventa de personas.
Derechos del art. 16; Derechos civiles: igualdad; admisibilidad en los empleos; igualdad fiscal y ante las cargas
públicas. Derechos de los arts. 9º a 12; Derechos civiles: exención de aduanas interiores; libre circulación territorial
exenta de cargas fiscales de bienes, vehículos y buques; igualdad de puertos. Derechos del art. 26; Derechos civiles:
libre navegación de los ríos. Derechos del art. 17; Derechos civiles: propiedad inviolable; indemnización previa en la
expropiación; exención de servicios personales que carezcan de fundamento legal; propiedad intelectual, industrial
y comercial; exención de confiscación; exención de requisiciones y auxilios por la fuerza armada. Derechos del art.
7º; Derechos civiles: fe pública de actos públicos y procedimientos judiciales en todo el territorio, sin barreras
jurisdiccionales. Derechos del art. 8º; Derechos civiles: igualdad de derechos de los ciudadanos de provincia.
Derechos del art. 19; Derechos civiles: intimidad y privacidad; principio de legalidad. Derechos del art. 28; Derechos
civiles: principio de razonabilidad.

E) Derechos del art. 33; Derechos implícitos de toda índole. Derechos del art. 75 inc. 22; Derechos civiles; derechos
políticos; derechos económicos, sociales y culturales, todos derivados de declaraciones y tratados internacionales
sobre derechos humanos con jerarquía constitucional. También los que surgen de ellos como derechos implícitos.

F) Derechos del art. 36; Derechos civiles del ciudadano: resistencia frente a actos de fuerza contra el orden
institucional y el sistema democrático.

G) Derechos del art. 37; Derechos políticos: sufragio; igualdad de varones y mujeres. Derechos del art. 38; Derechos
políticos: libre creación y actividad de los partidos políticos; garantías a los partidos políticos; acceso a las fuentes
de información; difusión de ideas; sostenimiento económico estatal. Derechos del art. 39; Derechos políticos:
iniciativa legislativa popular. Derechos del art. 40; Derechos políticos: sufragio en consulta popular.

H) Derechos del art. 41; Derechos civiles y sociales: preservación del ambiente; preservación del patrimonio natural
y cultural; preservación de la diversidad biológica; información y educación ambientales; no ingreso al territorio de
residuos peligrosos y radiactivos. Derechos del art. 42; Derechos civiles y sociales de consumidores y usuarios:
protección de salud, seguridad e intereses económicos; información adecuada y veraz; libre elección; condiciones
de trato equitativo y digno; defensa de la competencia; calidad y eficiencia de los servicios; asociaciones de
consumidores y usuarios.

I) Derechos del art. 75 inc. 17; Derechos civiles y sociales de los pueblos indígenas: reconocimiento de su
preexistencia étnica y cultural; respeto a su identidad; educación bilingüe; reconocimiento de la personería jurídica;
posesión y propiedad comunitarias; participación en la gestión referida a sus intereses.

J) Derechos del art. 75 inc. 19; Derechos culturales: investigación; desarrollo científico y tecnológico; formación
profesional de los trabajadores; participación de la familia y la sociedad en la educación; igualdad de oportunidades
y posibilidades en la educación; no discriminación; gratuidad y equidad en la educación pública estatal; autonomía
y autarquía de las universidades nacionales; identidad y pluralidad cultural; libre creación y circulación de las obras
de autor; protección del patrimonio artístico y de los espacios culturales y audiovisuales.

K) Derechos del art. 75 inc. 19; Derechos civiles y económicos: desarrollo humano; progreso económico con justicia
social; generación de empleo; defensa del valor de la moneda.

L) Derechos del art. 75 inc. 23; Derechos civiles y sociales: igualdad real de oportunidades y de trato; pleno goce y
ejercicio de los derechos; protección especial de niños, mujeres, ancianos y discapacitados; régimen de seguridad
social para el niño desamparado, desde el embarazo hasta el término del período de enseñanza elemental; régimen
de seguridad social para la madre durante el embarazo y el período de lactancia.

M) Derechos del art. 43; Derechos de incidencia colectiva (intereses de pertenencia difusa).

N) Derechos del art. 18; Garantías: ley y juicio previos en materia penal; jueces naturales; acceso a la justicia;
exención de declarar contra sí mismo; debido proceso; defensa en juicio; inviolabilidad del domicilio; inviolabilidad
de correspondencia epistolar y papeles privados; prohibición de pena de muerte por causas políticas; prohibición
de tormentos y azotes; régimen carcelario para seguridad y no para castigo. Derechos del art. 43; Garantías:
amparo; habeas data; habeas corpus; secreto de las fuentes de información periodística; acciones de clase.

. LA CARACTERIZACIÓN DE LOS DERECHOS Y DE SU DECLARACIÓN

Las pautas fundamentales

a) Hay derechos enumerados, o sea, expresamente reconocidos —por ej.: los del art. 14—, y derechos no
enumerados o implícitos —por ej.: los aludidos en el art. 33—.

En el bloque de constitucionalidad, fuera del texto de la constitución, también hay derechos que surgen de
instrumentos internacionales con jerarquía constitucional, y de otros tratados que sólo son superiores a las leyes,
todo de acuerdo al art. 75 inc. 22.

b) Los derechos referidos en el inciso anterior, que son derechos “del hombre” en cuanto persona, pertenecen
tanto a nacionales o ciudadanos cuanto a extranjeros. Ello deriva de varias pautas; b’) la constitución los reconoce a
los “habitantes”, es decir, sin acepción de nacionalidad o ciudadanía; b’’) la constitución los extiende expresamente
a los extranjeros en el art. 20; b’’’) los tratados internacionales prohíben discriminar.
c) Los mismos derechos referidos en los incisos a) y b) reconocidos a todos los habitantes, obligan como sujeto
pasivo tanto al estado federal como a las provincias.
d) Los derechos que la constitución reconoce no son absolutos sino relativos. Ello quiere decir que son
susceptibles de reglamentación y de limitación, sea para coordinar el derecho de uno con el derecho de otro, sea
para que cumplan su funcionalidad social en orden al bien común, sea para tutelar el orden y la moral públicos, sea
por razón del llamado poder de policía, etc.
e) En orden a la interpretación de los derechos la Corte Suprema tiene dicho que la igual jerarquía de las
cláusulas constitucionales requiere que los derechos fundados en cualquiera de ellas deban armonizarse con los
demás que consagran los otros preceptos constitucionales, ya sea que versen sobre los llamados derechos
individuales o sobre atribuciones estatales
f) todas las que declaran derechos gozan de igual rango, no obstante, lo cual los derechos “en sí” no son todos
iguales, porque hay unos más “valiosos” que otros (la vida “vale” más que la propiedad, por ejemplo). De ahí que
para completar la regla del inc. e) haya que afirmar, con el derecho judicial de la Corte, que, si hay conflicto entre
valores jurídicos contrapuestos, se debe preferir el de jerarquía mayor
g) Las normas sobre derechos personales presentan el doble carácter de disponibles e indisponibles, según el
ángulo desde el cual se las contemple. Como principio, resultan disponibles para el sujeto activo, que puede a su
discreción ejercer o no ejercer el derecho del que es titular (salvo derechos irrenunciables, como los de la patria
potestad). Pero son indisponibles en cuanto al sujeto pasivo, en la medida en que éste debe una prestación (de dar,
hacer u omitir) frente al sujeto activo.
h) El goce de los derechos en nuestro estado no puede subordinarse a la reciprocidad que eventualmente
otorguen estados extranjeros en situaciones equivalentes a las protegidas en nuestra jurisdicción interna.
i) El derecho internacional que se incorpora al derecho interno puede, según la índole de las normas respectivas,
crear derechos y obligaciones directas para los particulares, además de las que sea susceptible de engendrar
interna e internacionalmente para el estado que es parte en el tratado.
j) En cuanto a la protección de los derechos por parte del poder judicial, es muy importante destacar que,
conforme al derecho judicial emanado de la Corte Suprema, “cualquiera sea el procedimiento mediante el cual se
proponga a decisión de los jueces una cuestión justiciable, nadie puede sustraer al poder judicial la atribución
inalienable y la obligación que tiene de hacer respetar la constitución nacional y, en particular, las garantías
personales que reconoce”, considerándose que excluir compulsivamente del conocimiento de los jueces una
cuestión justiciable donde se debate un derecho subjetivo importa agravio a la garantía de la defensa en juicio.
Al no existir en la constitución la dualidad de derechos “fundamentales” y otros que no lo son, tampoco hay una
protección más fuerte y distinta a favor de los primeros; nuestro sistema garantista dispensa vías tutelares
diferentes según la gravedad de la lesión que se infiere a los derechos y no tanto según su naturaleza.
k) Pese a la diferente jurisprudencia de la Corte, entendemos con Marienhoff que tanto en el caso de
administración “reglada” cuanto de administración “discrecional”, los derechos subjetivos que nacen de uno y otro
acto tienen la misma naturaleza y producen los mismos efectos. 1) Como principio, es muy interesante destacar
que los bienes jurídicos que quedan anidados y amparados en la declaración de derechos no imponen
necesariamente la obligación de que se los tutele penalmente, salvo que la constitución expresamente lo disponga.

El sujeto activo (o titular) de los derechos

Los derechos que comenzaron denominándose “individuales” y que hoy se llaman “derechos humanos” son
derechos de la persona humana. Por eso también se los apodó “derechos del hombre. De esta manera queda
individualizado el titular o sujeto activo. hay que añadir que las personas que para nuestro derecho constitucional
titularizan derechos son los habitantes, o sea, quienes integran la población de nuestro estado y,
excepcionalmente, quienes, sin formar parte de ella, tienen un punto de conexión suficiente con la jurisdicción
argentina.

a) Antes de la reforma de 1994, la constitución formal no aludía a entes colectivos cuando titularizaba derechos,
salvo en el reconocimiento a los “gremios” en el art. 14 bis. Después de la reforma, las remisiones que efectúan
muchos artículos a dichos entes son susceptibles de emplearse para reconocerles determinados derechos, por
ejemplo, en el artículo 42.

b) El hecho de que tratados internacionales sobre derechos humanos incorporados al derecho argentino sólo
reconozcan derechos a las personas físicas no desvirtúa la doble titularidad de que hablamos en el derecho interno,
por cuanto: a) el derecho internacional de los derechos humanos es un derecho mínimo y subsidiario, que nunca
disminuye mejores derechos y situaciones que pue-dan surgir del derecho interno; y b) el Pacto de San José de
Costa Rica consigna expresamente en las normas del art. 29 para su interpretación, que ninguna de sus cláusulas ha
de interpretarse como limitativa de derechos que emanan del derecho interno.

El sujeto activo de los derechos reviste importancia por diversos motivos: a) en cuanto a la promoción del control
de constitucionalidad, desde que la jurisprudencia tiene establecido que sólo el titular actual del derecho que se
pretende violado puede peticionar y obtener el ejercicio de aquel control; b) en cuanto a la renuncia, ya que el
titular puede, en principio, renunciar a su derecho, habiendo admitido la jurisprudencia que ello es viable en
materia de derechos patrimoniales, e interpretando que la renuncia se presume si el titular del derecho no articula
la cuestión de constitucionalidad en defensa de su derecho presuntamente agraviado.

El sujeto pasivo de los derechos

El sujeto pasivo es aquél ante quien el sujeto titular o activo hace valer u opone su derecho para que haga, dé u
omita algo. Los derechos existen frente a un doble sujeto pasivo: a) el estado (federal y provincial); b) los demás
particulares. Por eso se los considera ambivalentes o bifrontes. La trascendencia de esta dualidad en el sujeto
pasivo radica en que: a) cualquier actividad — proveniente del estado, o de personas o grupos privados— que
lesiona derechos, es inconstitucional; b) las garantías se deparan para proteger derechos tanto cuando su violación
proviene de actividad estatal como cuando emana de actividad privada.
Es menester puntualizar algunos aspectos fundamentales en relación con el sujeto pasivo “estado” (se trate del
estado federal o de las provincias). La primera obligación del estado frente al sujeto activo es la de respetar los
derechos subjetivos, o sea, la de no violarlos, ni impedir su goce y ejercicio, ni crearles restricciones arbitrarias.
Ahora bien, como el estado ejerce su poder a través de las tres funciones clásicas (legislativa, ejecutiva, judicial) y
de los órganos a quienes están encomendadas, podemos añadir: a) que la función legislativa debe cuidar que la
reglamentación legal de los derechos sea razonable, o sea que no altere los derechos que reglamenta; b) que la
función ejecutiva-administrativa, como sublegal que es, no altere las leyes que razonablemente reglamenten
derechos, ni que ella misma los altere; c) que la función judicial debe protección a los derechos que aparecen
comprometidos o cuestionados en causas judiciables. Por último, recuérdese el doble deber del estado de: a)
promover el goce de los derechos; b) subsanar los llamados derechos “imposibles”.

PRINCIPIOS DE RELATIVIDAD, RAZONABILIDAD, Y LEGALIDAD:

LIBERTAD:

 Como derecho de la persona humana: cuando la constitución en su parte domagtica se propone asegurar y
proteger los derechos individuales, merece la denominación de derecho constitucional “de la libertad”.
 Libertad jurídica: Tiene diversos aspectos.
o Un status personal que depare al hombre la calidad de persona jurídica con capacidad de derecho, cuya
negación absoluta es la esclavitud y la incapacidad total de derecho. El art. 15 de la constitución, al abolir la
esclavitud, mantiene virtualidad presente para afianzar este principio, porque si no pue-de haber esclavitud, todo
hombre es persona jurídica.
El Pacto de San José de Costa Rica (arts. 1º y 3º) y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (art. 16), por
su parte, prescriben que todo ser humano (persona) tiene derecho al reconocimiento de su personalidad jurídica.
o Un poder de disposición que, en uso de la libertad, sea susceptible de producir efectos jurídicamente
relevantes.
o Un área de intimidad donde la libertad inofensiva o neutra para terceros, quede inmunizada y sustraída a toda
interferencia arbitraria del estado.
Es la fórmula constitucional de nuestro art. 19: las acciones privadas de los hombres que no ofendan al orden, a la
moral pública ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios y exentas de la autoridad de los
magistrados.
El área de intimidad y la zona de permisión no son extrajurídicas ni ajurídicas, porque desde que el derecho las
protege quiere decir que son espacios jurídicamente relevantes, “dentro”, y no fue-ra, del mundo jurídico, en los
que el hombre se mueve dentro de un ámbito de licitud
o Principio de legalidad Art 19 C.N. in fine: “ningún habitante de la nación será obligado a hacer lo que no manda
la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe.”
o La libertad como pauta genérica aparece en el preámbulo de la constitución, que propone como uno de los
contenidos del fin del estado, asegurar los beneficios de la libertad. Por ende, en nuestra constitución la libertad
merece tenerse como un valor y como un principio general.
o En los tratados: El Pacto de San José de Costa Rica explaya diversos aspectos del derecho a la libertad,
abarcando supuestos como el de detención, privación de libertad (arts. 5º y 7º), y prohibición de la esclavitud, la
servidumbre, y los trabajos forzosos y obligatorios (art. 6º). En paralelo, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos (arts. 9º, 10 y 8º). Las normas equivalentes de la Convención sobre Derechos del Niño (arts. 37 b, y 40), y
todas las que se incluyen en otros tratados de jerarquía constitucional, como la convención sobre la tortura.

 La libertad física: La libertad corporal o física es el derecho a no ser arrestado sin causa justa y sin forma legal.
Apareja, asimismo, la libertad de locomoción. En otro sentido, descarta padecer cierto tipo de retenciones
corporales forzosas, o realizar prestaciones forzosas valoradas como injustas. Aun quienes padecen privación
legítima de su libertad, tienen derecho a que no se agrave su situación con restricciones ilegítimas. La libertad de
locomoción se vincula también con la libertad de circulación. Esto esta protegido por la garantía constitucional
prevista en el art. 18.
La garantía que protege la libertad corporal o física es el habeas corpus. En los tratados de derechos humanos con
jerarquía constitucional La libertad de circular cuenta con previsiones en el Pacto de San José de Costa Rica (art.
22), en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (art. 12), en la convención sobre Discriminación de la
Mujer (art. 15.4), en la convención sobre Discriminación Racial (art. 5º) y en la convención sobre Derechos del Niño
(art. 10).

 Libertad intimidad: La libertad de intimidad presupone la tutela jurídica de la vida privada. La fórmula
constitucional viene dada por el art. 19, que deja reservadas a Dios y exentas de la autoridad de los magistrados las
acciones privadas que de ningún modo ofendan al orden, a la moral pública, ni perjudiquen a terceros.
ARTICULO 1071 bis.-. El que arbitrariamente se entrometiere en la vida ajena, publicando retratos, difundiendo
correspondencia, mortificando a otros en sus costumbres o sentimientos, o perturbando de cualquier modo su
intimidad, y el hecho no fuere un delito penal, será obligado a cesar en tales actividades, si antes no hubieren
cesado, y a pagar una indemnización que fijará equitativamente el juez, de acuerdo con las circunstancias; además,
podrá éste, a pedido del agraviado, ordenar la publicación de la sentencia en un diario o periódico del lugar, si esta
medida fuese procedente para una adecuada reparación.
Con encuadre en el art. 19, estamos acostumbrados personalmente a tener como sinónimos el derecho a la
“intimidad” y el derecho a la “privacidad”; la intimidad sería la esfera personal que está exenta del conocimiento
generalizado de terceros, y la privacidad sería la posibilidad irrestricta de realizar acciones privadas (que no dañan a
otros) por más que se cumplan a la vista de los demás y que sean conocidas por éstos. Se trata siempre de una zona
de reserva personal, propia de la autonomía del ser humano.
No se ha de creer, por eso, que en la intimidad se aloje y proteja únicamente a las acciones que de ninguna manera
se exteriorizan al público.
La intimidad o la privacidad incluyen en su ámbito a las conductas autorreferentes, es decir, las que sólo se refieren
y atañen al propio sujeto autor, sin proyección o incidencias dañinas de modo directo para terceros.
El derecho a la intimidad o privacidad aloja sin dificultad a la relación confidencial entre un profesional y su cliente
(secreto profesional), que debe ser protegida también y además como una manifestación del derecho al silencio o
secreto dentro de la libertad de expresión (en su faz negativa de derecho a no expresarse).
Los tratados internacionales:La libertad de intimidad se halla enfocada en el Pacto de San José de Costa Rica y en
el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos cuando disponen que nadie puede ser objeto de injerencias
arbitrarias o abusivas en su vida privada, en la de su familia, en su domicilio o en su correspondencia, ni de ataques
ilegales a su honra o reputación y que toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra esas injerencias o
esos ataques (arts. 11 y 17, respectivamente).
Similar norma contiene el art. 16 de la Convención sobre los Derechos del Niño, que también obliga al estado a
respetar y preservar la identidad de los menores en el art. 8º.

LA LIBERTAD RELIGIOSA
LA CONFESIONALIDAD DE LA CONSTITUCIÓN ARGENTINA
La fórmula constitucional
El derecho constitucional argentino resuelve el problema de la relación entre el estado y la Iglesia
asumiendo una postura confesional.
La toma de posición del estado frente al poder espiritual o religioso puede definirse secular o estado
secular, en que el estado reconoce la realidad de un poder religioso o de varios, y recoge el fenómeno
espiritual, institucionalizando políticamente su existencia y resolviendo favorablemente la relación del
estado con la comunidad religiosa, este modo de regulación es muy flexible, y está en función de la
circunstancia de lugar y tiempo tomando en cuenta —por ej.— la composición religiosa mayoritaria o
pluralista de la sociedad.
La confesionalidad de nuestro estado cabe en la tipología de la secularidad.
La fórmula de la secularidad en que se enrola la constitución argentina está dada por la libertad de cultos
sin igualdad de cultos, en cuanto hay un culto y una iglesia que tienen preeminencia sobre las demás
confesiones y obtienen un reconocimiento preferente. Se trata del culto católico, y de la Iglesia
respectiva.
El art. 2º dispone que el gobierno federal sostiene el culto católico apostólico romano.
La “no igualdad” de cultos y de iglesias, sin cercenar el derecho a la libertad religiosa en estricto pie de
igualdad para todas las personas y comunidades, significa únicamente que la relación de la República
Argentina con la Iglesia Católica Romana es diferente a la que mantiene con los demás cultos e iglesias,
porque cuenta con un reconocimiento especial.
El status de la Iglesia Católica Apostólica Romana
La constitución confiere a la Iglesia Católica un status constitucional propio, y una relación especial con el
estado. Status consiste en reconocer a la Iglesia como una persona jurídica de derecho público (no
estatal), o de “existencia necesaria” y aquella relación se define como de unión moral entre el estado y la
misma Iglesia.
Entre la Iglesia Católica y el estado debe existir una relación de cooperación, con autonomía de una y otro
en el ámbito de las competencias respectivas, definido en el Acuerdo de 1966 entre la Santa Sede y la
República Argentina.
El art. 2º tampoco tiene el alcance de establecer como una obligación del gobierno federal la de subsidiar
económicamente al culto católico.
El deber emergente del art. 2º a una mera ayuda financiera para los gastos del culto.
“Sostener”, quiere decir dos cosas: a) la unión moral del estado con la Iglesia, y b) el reconocimiento de
ésta como persona jurídica de derecho público.
LA LIBERTAD RELIGIOSA COMO DERECHO PERSONAL
La definición de la Iglesia
Conforme a la Declaración “Dignitatis Humanae” del Concilio Vaticano II, la libertad religiosa es un
derecho civil de todos los hombres en el estado.
Los contenidos constitucionales de la libertad religiosa
La libertad religiosa se desglosa en dos aspectos fundamentales: a) la libertad de conciencia; b) la libertad
de culto. La primera radica en la intimidad del hombre, y significa el derecho de un hombre frente al
estado y a los demás hombres, para que en el fuero interno del primero no se produzcan interferencias
coactivas en materia religiosa.
Nuestro derecho constitucional reconoce la libertad religiosa. El art. 14 parece enfocar el aspecto
“externo” de esa libertad, porque menciona el derecho de profesar libremente el culto, admite
implícitamente la libertad de “conciencia”, que por otra parte se apoya en el art. 33.
La libertad religiosa debe interpretarse en relación con la libertad de intimidad o privacidad (art. 19) y con
todos los derechos cuyo ejercicio admite una finalidad religiosa.
La libertad religiosa tiene una multiplicidad de contenidos, que favorecen a todos los hombres sin
discriminación de: a) el status preferente de la Iglesia Católica; b) la moral pública; c) el orden público; d)
los derechos de terceros.
Tales contenidos, a título enunciativo, son:
a) el derecho de los padres de decidir la orientación espiritual y religiosa de sus hijos menores hasta la
edad de discernimiento;
b) el derecho de las iglesias o confesiones reconocidas a tener propiedad, y a ejercer los derechos que la
constitución reconoce;
c) el derecho de cada persona de no ser obligada a participar en actos o ceremonias de culto contra la
propia conciencia, o en actos o ceremonias con sentido religioso;
d) el derecho de cada persona de no ser compelida a prestar un juramento que la conciencia rechaza;
e) el derecho de cada persona de no ser obligada a recibir una enseñanza opuesta a la propia religión;
f) el derecho de cada persona a disponer de tiempo suficiente para asistir a las prácticas religiosas en
los días de culto, y a no ser obligado a trabajar violando las reglas de conciencia;
g) el derecho a no padecer discriminaciones arbitrarias por razones religiosas;
h) el derecho a celebrar matrimonio de acuerdo con la propia religión;
i) el derecho de las iglesias o confesiones reconocidas a prestar la debida asistencia religiosa a sus fieles
en cualquier parte, incluyendo cuarteles, cárceles, establecimientos hospitalarios, etc.;
j) el derecho de las iglesias o confesiones reconocidas a formar los ministros de su culto, y a
comunicarse con sus autoridades, dentro y fuera del país.

LA LIBERTAD DE EXPRESION

La libertad de “pensamiento”
La libertad de expresión es una exteriorización de la libertad de pensamiento. El pensamiento (en tanto
pensamiento) no aparece externamente como una libertad jurídicamente relevante porque escapa a toda
posible relación de alteridad con otro sujeto distinto del que piensa; la libertad de pensar no admite verse
como un derecho subjetivo: el pensamiento es incoercible y se sustrae a terceros. No puede decirse,
entonces, que el hombre sea titular de un “derecho” a la libertad de pensamiento. Ese derecho aparecerá
cuando el pensamiento se exteriorice cuando se exprese. Y en ese caso ya deberá hablarse del derecho a
la libertad de expresión, porque el pensamiento es conocido por terceros.
La libertad de expresión y de prensa
La libertad de expresión es el derecho a hacer público, a transmitir, a difundir y a exteriorizar un conjunto
de ideas, opiniones, críticas, imágenes, creencias, etc., a través de cualquier medio: oralmente; mediante
símbolos y gestos; en forma escrita; a través de la radio, el cine, el teatro, la televisión, etcétera.
Nuestra constitución protege la libertad “de expresión” en todas sus formas, las que reciben hospitalidad
cierta. Asimila los cambios y formas de expresión actuales que no eran conocidos por el constituyente
histórico.
Después de la reforma constitucional de 1994 el texto ofrece otros parámetros adicionales para el
analogado con la prensa escrita. Así, las alusiones del art. 75 a la investigación y al desarrollo científico y
tecnológico, su difusión y aprovechamiento (inc. 19 párrafo primero); a la identidad y pluralidad cultural,
la libre creación y circulación de las obras del autor, el patrimonio artístico y los espacios culturales y
audiovisuales (inc. 19 párrafo cuarto); y al derecho a una educación intercultural para los pueblos
indígenas (inc. 17).
Expresamente, el art. 38 garantiza a los partidos políticos el acceso a la información pública y la difusión
pública de sus ideas.
La equiparación actual de todos los medios de expresión
Desde 1984-1986 hasta la reforma de 1994, los tratados incorporados al derecho argentino —aunque
entonces de rango inferior a la constitución— inyectaron por analogado las normas amplias sobre libertad
de expresión y prohibición de censura; a partir de la reforma de 1994 que les confirió jerarquía
constitucional.
En la constitución y los tratados internacionales la censura previa queda prohibida en nuestro derecho
constitucional no solamente para la prensa, sino para toda forma de libertad de expresión.
El amparo global a la libertad de expresión en todas sus formas y manifestaciones ya no cabe introducir
diferencias entre la prensa y los demás medios de comunicación social.
Carácter absoluto de la libertad de expresión porque ella es también un derecho relativo, o sea, limitado,
limitable razonablemente y con una función social.
Cuando se analiza la libertad de expresión es imprescindible la vinculación con los medios de
comunicación masiva o social, porque no es lo mismo la libre expresión individual que la que se difunde y
transmite a través de tales medios a toda la sociedad y al público general.
Otras proyecciones en el contenido de la libertad de expresión
a) La libertad de información que importa el acceso libre a las fuentes de información, la posibilidad de
recoger noticias, transmitirlas y difundirlas, y de resguardar razonablemente en el secreto la fuente de
donde esas noticias se han obtenido. Esta libertad de información obliga a puntualizar que:
i.el estado no puede cohibir ni monopolizar las fuentes de información;
ii.el periodismo —en-tendido en sentido lato— no debe soportar restricciones en el acceso a dichas
fuentes;
iii.el público en general —es decir, los hombres— tiene derecho a que las mismas fuentes sean abiertas,
públicas, veraces y accesibles;
iv.debe preservarse razonablemente el secreto de dichas fuentes.
b) La libertad de no expresarse, o sea, la faz negativa de la libertad de expresión, o derecho al silencio.
Todo hombre tiene derecho de abstenerse de una expresión que no responde a sus convicciones o
deseos, o que simplemente pretende reservarse.
i.debe relacionarse con la objeción de conciencia por razones morales o religiosas. Este aspecto resguarda
el derecho del objetor a abstenerse de reverenciar los símbolos patrios, a no tener que prestar
juramentos, a no participar en actos o actividades incompatibles con las propias creencias, etc.
ii.La llamada cláusula de conciencia de los periodistas los protege contra la violencia moral que puede
provocarles para su libertad profesional un cambio de opinión asumido por el medio de comunicación en
el que se desempeñan habitualmente.
c) El derecho al silencio o a no expresarse necesita vincularse a un tema muy importante, cual es el
secreto profesional (del sacerdote, del médico, del abogado, etc.).
La relación con confidencialidad entre el profesional y el cliente exige que con respecto a ambos se
respete suficiente y razonablemente lo que el primero conoce del segundo dentro de aquella relación,
como una forma del derecho al secreto, que hace parte no sólo de la libertad de expresión (en su faz
negativa de derecho a no expresarse) sino también del derecho a la intimidad o privacidad.
d) El derecho de réplica, que con más precisión técnica el Pacto de San José de Costa Rica denomina de
rectificación y respuesta, protege a las personas frente a informes inexactos o agraviantes que se
difunden públicamente en su perjuicio a través de medios de comunicación masiva.
La prohibición de censura previa y sus alcances
El tema de la censura previa prohibida en el art. 14 de la constitución y en el Pacto de San José de Costa
Rica plantea diversas perspectivas:
a. A qué órganos de poder va dirigida la prohibición de censurar previamente;
b. cuál es el material sobre el que no puede recaer la censura;
c. qué modalidades restrictivas son censura, o se pueden equiparar a ella;
d. qué medios de expresión quedan exentos de censura.
La constitución prohíbe absolutamente toda censura previa en cualquier caso y ante cualquier situación, y
que no se puede introducir excepción de ninguna índole a esa prohibición de censura. Tampoco lo
permite el Pacto de San José de Costa Rica.
En cuanto al material protegido por la prohibición de censura previa, no hay mayor discusión en incluir a
la prensa escrita. Sin embargo, hay quienes afirman que sólo se protegen ideas, opiniones, informes, etc.
pero no —por ejemplo— imágenes, publicidad, chistes, etc.
Los medios que quedan bajo cobertura de la censura previa prohibida. Son todos: prensa escrita, radio,
televisión, cinematografía, teatro, expresión artística, expresión oral, expresión simbólica, etc., cualquiera
sea el contenido de la expresión que se exteriorice, es decir, no sólo ideas, informaciones, opiniones, etc.,
sino también publicidad, propaganda, contenidos humorísticos y cómicos, imágenes, etc.
Las responsabilidades ulteriores a la expresión
18. — El ejercicio de la libertad de expresión no cuenta con impunidad una vez que esa expresión se ha
exteriorizado. Si antes está exenta de censura, después apareja todas las responsabilidades civiles y
penales, o de cualquier otra índole. Podrá llevarse a cabo la reparación de la eventual lesión a derechos
ajenos, o compatibilizarse o preferirse esos otros derechos en relación con la libertad de expresión que
les ha inferido daño, etc.
En el conflicto entre la libertad de expresión a través de la prensa y el derecho a la dignidad y al honor, la
Corte dio prioridad —por mayoría— al primero en el caso “Campillay Julio c/La Razón y otros”, es
responsable de los daños causados el editor de un diario que difundió el contenido de un comunicado
policial donde se imputaba la comisión de delitos a una persona citada con nombre y apellido, que luego
fue sobreseída penalmente, toda vez que el derecho de informar imponía: a) el deber de haber citado la
fuente policial que difundió el comunicado, o b) el utilizar un tiempo de verbo potencial, o c) el de omitir
la individualización e identidad del acusado.
La doctrina de la “real malicia”
La tesis emergente de la Corte de Estados Unidos en el caso “New York c/Sullivan”, de 1964, quienes
reclaman penal o civilmente por supuestos daños inferidos en su perjuicio a través de la prensa han de
acreditar que la publicación o la crónica fue realizada con “real malicia”, es decir, con conocimiento de su
falsedad o con desinterés temerario por averiguar si la información era o no falsa.reducida sólo a los
casos en que la alegada falsedad difamatoria afectaba a un funcionario público, o a una personalidad
pública, o a un particular involucrado en una cuestión de trascendencia institucional.
El derecho de réplica
Aparte de la vigencia interna en nuestro orden jurídico del derecho a réplica a través del art. 14 del Pacto
de San José de Costa Rica, que lo llama derecho de “rectificación o respuesta”, cabe reputarlo uno de los
derechos implícitos en el art. 33 de la constitución, tiende a proteger la dignidad personal, el honor y la
privacidad ante informes agraviantes o inexactos, que son los susceptibles de rectificarse o responderse
por parte de la persona afectada en tales derechos.
El derecho de réplica guarda íntima conexión con el derecho a la información, procura que por la misma
vía del medio de comunicación dirigido al público ingrese al circuito informativo de la sociedad la
rectificación o respuesta de la persona afectada por el informe agraviante o inexacto. Se trata de tutelar
aquel derecho a la información como bien social, que es parte o contenido esencial de la libertad de
expresión.
El derecho de rectificación y respuesta exige hacerse efectivo del modo como lo son todos los que
constan en normas operativas. El art. 14 del Pacto lo es.
EL ARTICULO 14
La libertad “de prensa”
La libertad de prensa está consagrada expresamente en la constitución con la fórmula de publicar las
ideas por la prensa sin censura previa (art. 14).
La exención de censura se extiende a eliminar todas las medidas que restringen arbitrariamente la
libertad de prensa: así —por ej.— las trabas a la instalación de imprentas, la distribución oficial de las
cuotas de papel, el monopolio de los medios de difusión periodística, las restricciones en el acceso a las
fuentes de información, etc.
No lesionan la libertad de prensa: a) el derecho de réplica; b) las normas que, en tutela del derecho a la
intimidad, retraen a la prensa frente a la privacidad personal, siempre que la responsabilidad juegue
después de la publicación.
El contenido de la libertad de prensa.
1) El derecho de publicar ideas por la prensa significa:
a) para el autor:
a‟) frente al estado: inmunidad de censura;
a‟‟) frente al periódico: la mera pretensión de publicación, sin obligación del diario de darla a luz;
a‟‟‟) también frente al periódico: inmunidad de alteración en lo que publique; o sea que el periódico no
está obligado a publicar, pero si publica, debe ajustarse a la reproducción fiel del texto del autor;
b) para el periódico (en la persona de su propietario o editor):
b‟) frente al estado, igual inmunidad de censura que la que goza el autor;
b‟‟) frente al autor, libertad para publicar o no publicar; pero si publica, obligación de mantener la
fidelidad del texto.
Las restricciones durante el estado de sitio.
Durante el estado de sitio, la libertad de prensa y de expresión pueden sufrir restricciones severas, cuya
razonabilidad depende del peligro real y concreto que su ejercicio puede acarrear durante la emergencia.
Tales medidas restrictivas son susceptibles de revisión judicial.
Los tratados internacionales con jerarquía constitucional.
El Pacto de San José de Costa Rica reconoce el derecho a la libertad de pensamiento y de expresión (art.
13). Según su texto, tal derecho “comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas
de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito, o en forma impresa o
artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección” (art. 13.1).
El art. 13.2 establece que el ejercicio del derecho reconocido anteriormente no puede estar sujeto a
previa censura sino a responsabilidades posteriores.
El art. 13.3 agrega que “no se puede restringir el derecho de expresión por vías o medios indirectos, tales
como el abuso de controles oficiales o particulares de papel para periódicos, de frecuencias
radioeléctricas, o de enseres y aparatos usados en la difusión de información o por cualesquiera otros
medios encaminados a impedir la comunicación y la circulación de ideas y opiniones”.
El art. 13.4 dice que “los espectáculos públicos pueden ser sometidos por la ley a censura previa con el
exclusivo objeto de regular el acceso a ellos para la protección moral de la infancia y la adolescencia, sin
perjuicio de lo establecido en el inc. 2” (que alude a las responsabilidades ulteriores de la expresión).
El derecho de rectificación (o de réplica) aparece en el art. 14. Su párrafo 1 dice así: “Toda persona
afectada por informaciones inexactas o agraviantes emitidas en su perjuicio a través de medios de
difusión legalmente reglamentados y que se dirijan al público en general, tiene derecho a efectuar por el
mismo órgano de difusión su rectificación o respuesta, en las condiciones que establezca la ley”.
El párrafo 3 dice que “para la efectiva protección de la honra y la reputación, toda publicación o empresa
periodística, cinematográfica, de radio o televisión tendrá una persona responsable que no esté protegida
por inmunidades ni disponga de fuero especial”.
El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, aunque más escueto en sus fórmulas normativas,
depara cobertura amplia a la libertad de expresión en el art. 19, y en el 20 dispone que estarán prohibidas
por la ley toda propaganda en favor de la guerra, y toda apología del odio nacional, racial o religioso que
constituya incitación a la discriminación, la hostilidad o la violencia.
La Convención sobre Derechos del Niño incorpora el derecho a expresar la opinión en las condiciones a
que alude su art. 12.1 y el de libertad de expresión en el art. 13.1, incluyendo el de buscar, recibir y
difundir información e ideas de todo tipo, en tanto el art. 17 amplía medidas para que, a través de los
medios de comunicación, aquel derecho resulte accesible y beneficioso para el niño.
EL ARTICULO 32
El otro artículo de la constitución que se refiere a la libertad de prensa es el 32. Según dicha norma, el
congreso federal no puede dictar leyes que restrinjan la libertad de imprenta ni que establezcan sobre ella
la jurisdicción federal.
Las interpretaciones sobre la primera parte del art. 32.
lo que prohíbe es restringir, y que lo que protege es la libertad de imprenta. le impide al congreso legislar
sobre prensa, porque entiende que toda ley siempre restringe.
Las interpretaciones sobre la segunda parte del art. 32.
La segunda parte del art. 32 estipula que tampoco el congreso establecerá sobre la libertad de imprenta la
jurisdicción federal. Literalmente, significa que la legislación sobre imprenta (prohibida al congreso) no
será aplicada por tribunales federales. Los delitos cometidos por la prensa, se dice que su juzga-miento no
pertenece a la jurisdicción de los tribunales federales.
LA IGUALDAD:

 Concepto: todos los hombres participan de una igualdad elemental de status en cuanto personas jurídicas. Tal
es el concepto básico de la llamada igualdad civil, consistente en eliminar discriminaciones arbitrarias entre las
personas. La igualdad importa un grado suficiente de razonabilidad y de justicia en el trato que se depara a los
hombres. La igualdad no significa igualitarismo. Hay diferencias justas que deben tomarse en cuenta, para no
incurrir en el trato igual de los desiguales

 Presupuestos:
a) que el estado remueva los obstáculos de tipo social, cultural, político, social y económico, que limitan “de
hecho” la libertad y la igualdad de todos los hombres;
b) que mediante esa remoción exista un orden social y económico justo, y se igualen las posibilidades de todos
los hombres para el desarrollo integral de su personalidad;
c) que a consecuencia de ello, se promueva el acceso efectivo al goce de los derechos personales de las tres
generaciones por parte de todos los hombres y sectores sociales.

 La igualdad formal esta consagrada en el articulo 16: “La Nación Argentina no admite prerrogativas de sangre,
ni de nacimiento: no hay en ella fueros personales ni títulos de nobleza. Todos sus habitantes son iguales ante la
ley, y admisibles en los empleos sin otra condición que la idoneidad. La igualdad es la base del impuesto y de las
cargas públicas.”

 La igualdad civil se traduce en el reconocimiento uniforme de los derechos civiles a todos los habitantes
articulo 14, incluyendo también a los extranjeros articulo 20

 Igualdad real: Aparece consagrada en los siguientes artículos


a) el inc. 23 del art. 75 adjudica al congreso la competencia (para nosotros de ejercicio obligatorio) de legislar y
promover medidas de acción positiva que garanticen la igualdad real de oportunidades y de trato;
b) la misma norma añade que esa legislación y esa promoción mediante acciones positivas se debe enderezar al
pleno goce y ejercicio de los derechos reconocidos por la constitución y los tratados internacionales sobre derechos
humanos;
c) luego añade que todo lo enunciado en los incisos a) y b) ha de particularizarse respecto de los niños, las
mujeres, los ancianos y los discapacitados;
d) el inc. 17 del art. 75 sobre los pueblos indígenas argentinos trae una formulación que hace evidente el
reconocimiento de su identidad y su diferencia como expresión de una relación con el derecho a la igualdad de
trato y de oportunidades;
e) el inc. 19 del art. 75 obliga a que las leyes de organización y base de la educación aseguren la igualdad de
oportunidades y posibilidades sin discriminación alguna;
f) el inc. 22 del art. 75 está dedicado a los tratados de derechos humanos con jerarquía constitucional, entre los
cuales abundan las cláusulas sobre la igualdad, las minorías y la no discriminación;
g) muchos de estos tratados obligan a hacer efectivos los derechos que reconocen, prohibiendo discriminaciones
arbitrarias;
h) el art. 37, al referirse a los derechos políticos, consagra la igualdad real de oportunidades entre varones y
mujeres para acceder a cargos electivos y partidarios;
i) el mismo artículo añade que esa igualdad se ha de garantizar por acciones positivas en la regulación de los
partidos políticos y en el régimen electoral;
j) la disposición transitoria primera reconoce el respeto al modo de vida de los habitantes de las islas Malvinas,
Georgias del Sur y Sandwich del Sur;
k) la disposición transitoria segunda aclara que las acciones positivas del art. 37 no serán inferiores a las vigentes
al sancionarse la constitución reformada.
 Todo esto demuestra el sentido actual del derecho a la igualdad jurídica real y efectiva:
a) las acciones positivas significan prestaciones de dar y de hacer en favor de la igualdad;
b) el verbo promover (en el inc. 23 del art. 75) implica adoptar y ejecutar políticas activas que den impulso al
acceso a la igualdad real y efectiva;
c) se reconoce claramente el derecho a la identidad, a la diferencia y al pluralismo en diversos ámbitos
d) para los tratados de integración en organizaciones supraesta-tales el inc. 24 del art.75 prescribe que la
transferencia de competencias y jurisdicción a las mismas debe hacerse en condiciones de reciprocidad e igualdad;
e) a su modo, el art. 38 sobre los partidos políticos exhibe una manifestación del pluralismo democrático y del
derecho de las minorías a estar representadas.
 El derecho judicial en materia de igualdad:
a) la igualdad exige que se trate del mismo modo a quienes se encuentran en iguales situaciones;
b) por eso, implica el derecho a que no se establezcan excepciones o privilegios que excluyan a unos de lo que se
concede a otros en iguales circunstancias;
c) la regla de igualdad no es absoluta, ni obliga al legislador a cerrar los ojos ante la diversidad de circunstancias,
condiciones o diferencias que pueden presentarse a su consideración;
d) la razonabilidad es la pauta para ponderar la medida de la igualdad, con lo que queda entendido que el
legislador puede crear categorías, grupos o clasificaciones que irroguen trato diferente entre los habitantes, a
condición de que el criterio empleado para discriminar sea “razonable”;
e) las únicas desigualdades inconstitucionales son las arbitrarias, y por arbitrarias han de estimarse las que
carecen de toda razonabilidad, las persecutorias, las hostiles, las que deparan indebidos favores o privilegios, etc.
LOS DERECHOS SOCIALES Y EL TRABAJO
EL CONSTITUCIONALISMO SOCIAL.
Su surgimiento y contenido.
El siglo XX adquiere auge una forma de constitucionalismo a la que se ha calificado como social.
El constitucionalismo social se maneja con una pluralidad de lineamientos:
a) inclusión en las constituciones formales de una declaración de derechos “sociales” y “económicos”, que
abarcan el ámbito de la educación, la cultura, la familia, el trabajo, la asociación profesional o sindical, la
propiedad, la economía, la minoridad, la ancianidad, la seguridad social, etc.;
b) regulaciones en torno de la llamada cuestión social, que se refiere a: b‟) la situación del hombre en
función del trabajo; b‟‟) las relaciones entre capital y trabajo, clases sociales y factores de producción,
empleadores y trabajadores, sindicatos y estado.
Los derechos “sociales” y “económicos”.
El constitucionalismo social se caracteriza por su toma de posición frente a los llamados derechos sociales
y económicos.
Lo que el constitucionalismo social quiere definir con la locución “derechos sociales” es la adjudicación de
derechos de solidaridad, o de prestación, o de crédito a los hombres considerados como miembros o
partes de grupos sociales. Se trata de enfocar a las personas no tanto como miembros de la sociedad
general o global, sino más bien como sujetos situados en núcleos societarios más pequeños e inmediatos.
Lo social va muy unido a lo económico. El constitucionalismo social considera que el estado debe
estructurar y promover un orden económico justo, que permita el acceso de todos los hombres a las
fuentes de trabajo.
EL DERECHO DE TRABAJAR
El trabajo humano.
El trabajo es una actividad humana en la que el hombre empeña y compromete su dignidad. El trabajo no
es mercancía, sino conducta humana. En el trabajo se vuelca, en mérito a aquella dignidad personal, la
vida, la salud, la energía, la subsistencia y la seguridad del hombre.
El derecho constitucional comparado, en los principios que formula en su orden normativo para regular el
trabajo, tiende por eso a evitar que la prestación del mismo esclavice, denigre o enajene al hombre, y a
conseguir que, al contrario, sea fuente suficiente de recursos y de realización de la persona.
El derecho internacional de los derechos humanos se inspira en igual orientación.
Podemos considerar que ello se hace asequible desde el derecho constitucional a través de tres medios
principales:
a) posibilitando la sanción de normas que protejan integralmente al hombre que trabaja;
b) posibilitando la organización de asociaciones sindicales, mutuales, cooperativas, etc., que cumplan una
función plural: b‟) como defensa de los intereses comunes de los trabajadores; b‟‟) como vínculo de
conexión y colaboración con los empleadores; b‟‟‟) como vínculo de conexión y colaboración con el
estado; b‟‟‟‟) como ayuda directa a los trabajadores, ampliando las prestaciones patronales y estatales;
c) por fin, haciendo efectivos todos los derechos que emergen del trabajo mediante el desarrollo
económico, a fin de que las posibilidades económicas de la sociedad permitan realmente el goce concreto
de tales derechos.
El contenido y los sujetos del derecho de trabajar.
El derecho de trabajar implica, la disponibilidad individual de elegir libremente una actividad.
Según sea su naturaleza distingue: a) si es una actividad que el individuo desarrolla por cuenta propia,
aparece el derecho de cumplirla y de disfrutar de su rendimiento económico; b) si es una actividad que el
individuo desarrolla en relación de dependencia con respecto a un empleador, aparece el vínculo, la
relación, o el contrato de empleo o de trabajo.
El art. 75 inc. 19 párrafo primero incluye, entre las competencias del congreso, la de promover a la
generación de empleo y a la formación profesional de los trabajadores.
el sujeto activo que aparece como titular del derecho de trabajar es el hombre. Pero asociaciones,
empresas, personas jurídicas, etc. pueden titulares del derecho de trabajar.
el sujeto pasivo es doble: el estado y los demás hombres.
1) Derecho de trabajar en su aspecto primario de elección de una actividad;
a) sujeto activo: el hombre, y las asociaciones, empresas o personas jurídicas;
b) sujeto pasivo: el estado y los demás hombres;
2) Derecho de trabajar en su aspecto secundario de desarrollar la actividad elegida y de disfrutar de su
rendimiento económico:
a) sujeto activo: el hombre, y las asociaciones, empresas o personas jurídicas;
b) sujeto pasivo:
b‟) en la relación de empleo con determinado sujeto: este sujeto en cuanto empleador;
b‟‟) el estado y los demás hombres que deben respetar la relación de empleo y los derechos emergentes
de ella;
b‟‟‟) cuando la actividad es independiente o por cuenta propia: el estado y los demás hombres, que
deben respetar el desarrollo de esa actividad.
El derecho “al” trabajo.
El derecho “al” trabajo consistiría en el derecho a conseguir ocupación.
El derecho “al” trabajo funcionaría, entonces, a través de dos carriles principales: a) mediante la
obligación estatal de establecer un orden social y económico que activara e hiciera accesibles las fuentes
de trabajo a todos los hombres; y a‟) mediante políticas activas y medidas de acción positiva; b) mediante
prestaciones de desempleo para prevenir y cubrir el riesgo de desocupación, desempleo, o paro forzoso.

EL ARTÍCULO 14 BIS
Su contenido.
Nuestra constitución formal, ha completado el enunciado del derecho de trabajar del primitivo art. 14 con
los del art. 14 bis, a partir de 1957.
En lo que hace a los derechos del hombre en razón del trabajo, su primera parte establece: El trabajo en
todas sus formas gozará de la protección de las leyes las que asegurarán al trabajador;
a) condiciones dignas y equitativas de labor;
b) jornada limitada;
c) descanso y vacaciones pagados;
d) retribución justa;
e) salario mínimo vital y móvil;
f) igual remuneración por igual tarea;
g) participación en las ganancias de las empresas, con control de la producción y colaboración en la
dirección;
h) protección contra el despido arbitrario;
i) estabilidad del empleado público;
j) organización sindical libre y democrática, reconocida por la simple inscripción en un registro especial.
El trabajo tiene y debe tener tutela; b) esa tutela surge directa y operativamente de la constitución, y debe
depararla la ley; c) la ley debe necesariamente “asegurar” todo lo que el artículo enumera.
El trabajo “gozará” de la protección legal, y que las leyes “asegurarán” tales y cuales cosas, denota una
imperatividad insoslayable. Debe leislar ya, ahora.
Esto significa que la demora o la omisión en legislar, es inconstitucional: hay inconstitucionalidad por
omisión.
Podemos agrupar los derechos emergentes del art. 14 bis en la parte que examinamos, en las siguientes
categorías:
a) condiciones de trabajo en orden a:
i.prestación en sí del servicio;
ii.remuneración;
iii.duración;
iv.control de la producción y colaboración en la dirección de la empresa;
b) asociación sindical.
LAS CONDICIONES DE TRABAJO
La prestación del servicio.
La prestación en sí del servicio debe llevarse a cabo en condiciones dignas y equitativas. Se vincula con la
propia dignidad humana empeñada en el trabajo y con el plexo de valores constitucionales.
remuneración y duración hace a las condiciones de trabajo calificadas constitucionalmente como dignas y
equitativas, también mediante la comodidad, higiene y decoro del lugar donde el trabajo se presta.
En suma, las condiciones dignas y equitativas apuntan a un aspecto material u objetivo (lugar o modo de
trabajo) y a otro personal o subjetivo (situación personal del trabajador).
La remuneración.
Se desglosan en:
a) retribución justa;
b) salario mínimo vital y móvil;
c) igual remuneración por igual tarea;
d) participación en las ganancias de la empresa.
La retribución justa significa suficiencia en el emolumento retributivo, y se orienta a satisfacer un ingreso
decoroso que permita la subsistencia del trabajador y de su núcleo familiar dependiente.
El derecho a la retribución justa juega doblemente; por un lado, frente al empleador que debe pagarlo
frente al estado que debe protegerlo mediante leyes.
la retribución debida por el empleador no queda totalmente a merced de la autonomía contractual.
El salario mínimo.
la norma constitucional hace referencia al salario mínimo, aquél por debajo del cual una retribución no se
compadece con la justicia.
El salario mínimo lleva dos aditamentos: ha de ser vital que remite a la suficiencia para subsistir; y ha de
ser móvil, reajustable a medida que aumenta el costo de la vida o el proceso de inflación.
La vitalidad y la movilidad procuran asegurar la capacidad adquisitiva del salario y su equivalencia con las
necesidades primarias del trabajador.
Igual remuneración por igual tarea.
La equiparación tendió a eliminar los salarios inferiores por razón de sexo o sea, a obtener la misma paga
para el hombre y la mujer cuando realizaban el mismo trabajo.
Cuando el art. 14 bis incorporó la cláusula de igual remuneración por igual tarea que se movió en un
ámbito similar, sin más propósito que el de impedir las discriminaciones arbitrarias, aplicando al problema
de la retribución laboral la regla constitucional de la igualdad jurídica.
La participación en las ganancias.
La participación en los beneficios se encamina a repartir de un modo más justo la utilidad originada por el
aporte que capital y trabajo hacen de la producción, a la economía y a la empresa.
La ley no ha reglamentado este derecho, pero su formulación a nivel constitucional obliga a pensar si los
convenios podrían imponer la participación a falta de ley.
La duración del trabajo.
El tiempo de duración del trabajo dependiente abarca diferentes tópicos:
a) la jornada diaria;
b) el descanso y las vacaciones pagados;
c) la protección contra el despido arbitrario.
La jornada limitada se basa en la necesidad del reposo cotidiano por razones de salud y de respeto a la
dignidad del hombre.
El descanso pago se refiere al descanso semanal obligatorio y remunerado, con similar fundamento.
Las vacaciones pagas son otra limitación al trabajo continuo.
Protección contra el despido: la estabilidad en la relación de empleo.
La constitución contiene dos cláusulas que enfocan la ruptura de la relación de empleo: habla de
“protección contra el despido arbitrario” y de “estabilidad del empleado público”.
La primera referida al empleo privado. al despido arbitrario (en el empleo privado) hay que protegerlo en
favor del trabajador que lo sufre; al empleo público hay que garantizarle la estabilidad.
Las dos clases de estabilidad.
la propia o absoluta y la impropia o relativa.
la estabilidad propia o absoluta implica impedimento para despedir (salvo justa causa), y obligación
patronal de reincorporar en caso de producirse el despido; en cambio, la estabilidad impropia o relativa
no prohíbe el despido, pero si se dispone sin justa causa, el empleador debe indemnizar.
el art. 14 bis, al proteger contra el despido arbitrario (en el empleo privado) obliga a consagrar allí la
estabilidad impropia o relativa; y al garantizar la estabilidad del empleo público cubre a éste con la
estabilidad propia o absoluta.
El despido: sus clases.
tres clases de despido:
a) el despido con causa justificada, que no es indemnizable;
b) el despido arbitrario, que sí lo es;
c) el despido que, sin revestir carácter de arbitrario, carece de causa, y que también merece
indemnización.
si el art. 14 bis impone la protección contra el despido arbitrario, deja desguarnecido al que, sin serlo,
carece de causa. No es así. una cosa es el despido que por su arbitrariedad resulta agraviante o injurioso
para el empleado, y otra parcialmente distinta es el despido incausado, porque no ofende.
el despido sin causa también debe indemnizarse, pero que no sería constitucional igualarlo al arbitrario y
dispensarle la misma protección legal.
El problema de la estabilidad propia en el empleo privado.
la ley consagrar en la relación de empleo privado un sistema de estabilidad propia o absoluta.
El contrato a plazo.
La cláusula protectoria contra el despido arbitrario obliga a encarar el contrato de trabajo por un tiempo
expresamente determinado. el vencimiento del plazo extingue la relación laboral sin obligación
indemnizatoria.
Cuando la ley regula este tipo de empleo, debe tomar algunas precauciones.
Así:
a) durante el lapso fijo de duración del contrato, la ley tiene que hacer indemnizable el despido arbitrario
o sin causa;
b) el tiempo determinado de duración del contrato no debe ser excesivamente largo, se frustra el sentido
tutelar de la estabilidad impropia o relativa;
c) tiempo breve ha de tener como presupuesto una real necesidad de fomentar las tareas transitorias u
ocasionales;
d) el contrato a plazo debe ser un tipo excepcional
El control y la colaboración en la empresa.
Otra condición de trabajo que el art. 14 bis contempla es la relativa al control de la producción y
colaboración en la dirección de la empresa, ligada a la participación en las ganancias
no suponen tener parte en los beneficios, pero se inspiran en una misma tónica participativa. La
participación en la gestión, o co-gestión.
El control de la producción parece encaminarse a la futura distribución de los beneficios, aunque en sí
puede orientarse exclusiva o simultáneamente a obtener un mejor rendimiento.
Los tratados internacionales.
El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales prevé en su art. 6º el derecho a
trabajar, comprensivo del derecho de toda persona de tener la oportunidad de ganarse la vida mediante
un trabajo libremente escogido o aceptado.
El art. 7º contiene el derecho al goce de condiciones de trabajo equitativas y satisfactorias, cuyo desglose
enumerativo se especifica.
El art. 10 encara el trabajo de los menores.
la Convención sobre Derechos del Niño, especialmente en el art. 72.
EL EMPLEO PÚBLICO
La aplicación parcial del art. 14 bis.
Hemos dejado aparte lo referente al empleado público, no porque éste no sea también un trabajador,
sino por las características que su relación de empleo ofrece.
El art. 14 bis estipula que el trabajo en sus diversas formas (o sea, incluyendo el empleo público) gozará
de la protección de las leyes, las que asegurarán la estabilidad del empleado público.
La estabilidad del empleado público.
el art. 14 bis es el ya mentado de la estabilidad.
¿Es estabilidad “propia”, o es estabilidad “impropia”? asegurará la estabilidad. La “estabilidad” apunta
acá al derecho de no ser privado del empleo.
la norma se inclina a la estabilidad propia o absoluta, a la que de ser violada obliga a reincorporar.
LOS DERECHOS GREMIALES
LOS GREMIOS
El gremio y la asociación sindical.
La segunda parte del art. 14 bis está dedicada a los “gremios”. Se inserta a continuación de la fórmula que
enuncia el principio de la organización sindical libre y democrática. O sea que, una vez establecida la
pauta de la pluralidad sindical, el artículo nuevo se ocupa de las entidades que, en aplicación de dicha
pauta, gozan de status constitucional.
La mención que de los gremios hace el artículo 14 bis tiene por objeto deparar a continuación el
reconocimiento de los derechos típicamente considerados gremiales, entre los que menciona sólo tres,
que son: a) la huelga; b) la concertación de convenios colectivos de trabajo; c) el recurso a la conciliación y
el arbitraje.
Gremio puede ser nada más que la “pluralidad de trabajadores” que se desempeñan en una misma
actividad (por ej.: el gremio de los madereros, de los bancarios, de los portuarios. etc.); pero gremio
puede ser también no ya el mero conglomerado humano del tipo señalado, sino la entidad o asociación
“organizada” que agrupa a trabajadores afines.
la constitución formal hace reconocimiento de un fenómeno. el sindicalismo, en el sentido de
asociacionismo profesional u obrero, anticipado en nuestro derecho a la reforma constitucional de 1957.
Hay tendencia a interpretar a los gremios a la asociación organizada que agrupa a trabajadores, aunque
tenga personalidad jurídica la que disfruta de la llamada “personalidad gremial” y que detenta la
representación de los intereses gremiales de su categoría. Sobre esta conclusión cabe hacer reserva.
“gremio” equivale a “asociación gremial” (o sindical) organizada; condición: que no debe postularse el
monopolio exclusivo y total de su ejercicio por ella, porque puede haber y hay otros sujetos activos
(colectivos e individuales) distintos de las asociaciones con personalidad gremial que están habilitados
constitucionalmente para ejercer derechos gremiales.
la clara alusión que el art. 14 bis hace a la organización sindical libre y democrática reconocida por la
simple inscripción en un registro especial, descarta toda afición al unicato sindical, como por otra parte
también lo hacen las normas convencionales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
el art. 14 bis, lejos de institucionalizar la democracia sindical ha consolidado la posición jurídica
excluyente, o dominante —hasta en el ámbito de lo político— de las asociaciones con personería gremial.
LA HUELGA
Consigna la segunda arte del Art 14 bis el derecho gremial a huelga.
Los sujetos de la huelga.
¿Cuál es el sujeto activo de la huelga?: a) el sujeto activo que declara y conduce la huelga; b) el sujeto
activo que participa en la huelga.
sujeto “declarante”, y sujeto “participante”.
a) El sujeto activo que declara y conduce la huelga parece ser, el sindicato con personalidad gremial.
b) el otro sujeto activo —que no declara ni conduce la huelga, pero que participa en ella— es, el hombre.
La huelga, sin perder su naturaleza de movimiento colectivo, es también un hecho “individual”.
c) El sujeto pasivo es múltiple, y tiene como obligación fundamental respetar la decisión del sujeto activo
declarante y del sujeto activo participante. es:
i.el estado, que constitucionalmente reconoce el derecho de huelga;
ii.el empleador;
iii.los particulares ajenos al conflicto;
iv.los trabajadores que,, deben abstenerse entre sí de lesionar la libertad personal de los que adhieren a la
huelga y de los que no adhieren.
La legalidad y la licitud de la huelga.
Suele hablarse de ilegalidad de la huelga cuando su ejercicio no se ha ajustado a las formas de
procedimiento; y de ilicitud cuando es ilegítima en su contenido.
La reglamentación de la huelga.
El derecho de huelga admite reglamentación más estricta, pero razonable. la jurisprudencia de la Corte:
“cuanto más alta sea la jerarquía del interés tutelado, mayor podrá ser la medida de la reglamentación”.
El derecho de huelga es operativo, o sea, puede ser invocado y ejercido aunque carezca de
reglamentación legal (ver caso “Font Jaime y otro c/Carnicerías y Estancias Galli”, fallado por la Corte el
15 de octubre de 1962).
Que puede ser reglamentado no significa, entonces, que necesite reglamentación inexorable para
funcionar.
El Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales reconoce el derecho de huelga, en su art. 8º.
La huelga y sus efectos en el contrato de trabajo.
los efectos de la huelga en cada contrato individual de trabajo:
a) la huelga no produce automáticamente la ruptura de la relación laboral, sino la suspende;
b) la huelga declarada ilegal autoriza al empleador a poner en mora a los trabajadores participantes,
intimándoles el retorno al servicio y, en caso de persistencia en el abandono, a despedirlos con justa
causa; la Corte ha considerado que si la huelga fue declarada ilícita (o ilegal) y ha mediado intimación
patronal no acatada para la reanudación de la tarea, el despido debe estimarse correcto;
c) mientras la relación laboral está suspendida por ejercicio de la huelga, el empleador no está obligado a
abonar la retribución.
d) si la huelga es ilegal, y practicada la intimación patronal para reanudar las tareas el personal no se
reintegra, el empleador puede: d‟) despedir a algunos y no a todos; d‟‟) despedir a todos; o d‟‟‟)
reincorporar luego sólo a algunos
LOS CONVENIOS COLECTIVOS DE TRABAJO
Su naturaleza y efectos.
Otro de los derechos gremiales es el de concertar convenios colectivos de trabajo.
a) El convenio colectivo tiene comúnmente como sujetos o partes normales de su celebración a una
asociación sindical y a un empleador o grupo de empleadores
b) El convenio colectivo requiere, la homologación por autoridad administrativa del estado;
c) Su aplicación se extiende no solamente a las partes que inter-vienen en su celebración, sino a todos los
trabajadores y empleadores de la actividad, categoría o zona reguladas por el convenio; el efecto “erga
omnes”,
d) La esencia del convenio colectivo es contractual; ello significa que la producción jurídica que crea,
surge fuera y al margen del poder del estado
e) Se trata , de una fuente no estatal, a la que el estado reconoce para proyectar su alcance a quienes no
fueron parte en su funcionamiento;
f) El convenio colectivo no puede considerarse “ley” en sentido material.
El “encuadramiento sindical”.
Se denomina así al mecanismo que se endereza a determinar cuál es la asociación sindical que representa
al personal que trabaja en una empresa, en un establecimiento, o en un sector de actividad.
el encuadramiento sindical está a cargo de la autoridad administrativa.
LA CONCILIACIÓN Y EL ARBITRAJE
El art. 14 bis reconoce a los gremios el derecho de recurrir a la conciliación y al arbitraje.
En las relaciones de empleadores y trabajadores pueden surgir conflictos o controversias de trabajo: a)
individuales o colectivos, intereses concretos de uno o varios trabajadores; b) de derecho o de intereses,
según que se refieran a interpretar o aplicar el derecho vigente, o que tiendan a modificarlo o a
establecer otro distinto.
el art. 14 bis da a entender es que queda “permitido” dirimir conflictos colectivos fuera de la órbita
judicial, mediante procedimientos conciliatorios y arbitrales.
LA REPRESENTACIÓN SINDICAL
La garantía y sus efectos.
En la parte del art. 14 bis, si bien se conecta con la libertad sindical y con el derecho de las asociaciones
sindicales, tiende a proteger al “trabajador” que es representante gremial. Dice el artículo que “los
representantes gremiales gozarán de las garantías necesarias para el cumplimiento de su gestión
sindical y las relacionadas con la estabilidad de su empleo”. Es, una tutela al trabajador en razón de la
función gremial que cumple.
para gozar de la garantía el representante debe haber sido legalmente designado; ejercer la
representación de una asociación sindical con personalidad gremial; ser nombrado por tiempo
determinado; estar notificada fehacientemente la designación al empleador, etc.
La garantía reviste carácter personal o subjetivo a favor del trabajador representante, pero además otro
sindical, por lo cual su violación puede encuadrar en el tipo calificado como práctica desleal.
LA SEGURIDAD SOCIAL
SU UBICACIÓN CONSTITUCIONAL
Su encuadre.
La tercera parte del art. 14 bis está dedicada a la seguridad social. reflejado en el constitucionalismo social
contemporáneo.
entienden por seguridad social: a) la protección y cobertura de los riesgos comunes a todos los hombres,
como enfermedad, vejez, desempleo, muerte, accidente, etc.; b) la protección y cobertura de esos
mismos riesgos con respecto a los trabajadores.
seguridad social” para el sector de los trabajadores se refleja en un sistema que, para cubrir los riesgos
apuntados, se financia con cotizaciones o aportes destinados al pago de las prestaciones respectivas.
Cuando, la seguridad social se extiende a todos los hombres, su campo incluye también la llamada
asistencia social que se caracteriza como gratuita.
el art. 14 bis hace de la seguridad social abarca los dos campos antes señalados, y que tiene como núcleo
de convergencia a la solidaridad social.
seguridad de que frente a ciertos “eventos” capaces de provocar necesidades determinadas, el sistema
ofrecerá “prestaciones” o “beneficios” con los cuales auxiliar o mitigar tales necesidades.
La tendencia actual de la seguridad social es la de no poner a cargo del empleador las prestaciones que
dan cobertura a las necesidades del trabajador, sino la de trasladarlas a organismos de la seguridad social
que cuenten con fondos propios para financiarlas y otorgarlas.
El art. 9º del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales reconoce el derecho de
toda persona a la seguridad social, incluso al seguro social.
reconocer a los niños el derecho a beneficiarse de la seguridad social, aparece en la Convención sobre
Derechos del Niño.
El derecho de la seguridad social que a través de la ley da desarrollo al art. 14 bis es “derecho común” y no
derecho federal.
La previsión social.
La seguridad social elevada a rango constitucional absorbe el derecho de la previsión social, sobre la base
de las jubilaciones y pensiones.
la seguridad social se maneja con dos columnas vertebrales: a) el principio de integralidad, a asumir todas
las contingencias y necesidades sociales, y a suministrar prestaciones cuyos montos queden debidamente
preservados; b) el principio de solidaridad, que tiende a hacer participar a todos en la financiación del
sistema de prestaciones, y a garantizar contra las exclusiones y las coberturas insuficientes.
El seguro social, las jubilaciones y pensiones, y su interpretación.
La norma constitucional comienza estipulando que el estado otorgará los beneficios de la seguridad
social, que tendrá carácter de integral e irrenunciable.
la cláusula significaba que la concesión de las prestaciones y su pago habían de estar a cargo del estado.
el art. 14 bis vertebra el sistema de la seguridad social a tenor de un eje que requiere: a) la protección y
garantía del estado; b) la movilidad de los beneficios; c) el respeto de los derechos adquiridos que se
resguardan en la inviolabilidad de la propiedad del art. 17.
El seguro social debe ser obligatorio
a) Social en el doble sentido de: a‟) afrontar riesgos o contingencias; y a”) financiarse en alguna medida
colectivamente.
b) Debe ser obligatorio en cuanto no depende de la voluntad de las partes incorporarse al sistema.
c) Debe ser integral, en un doble sentido: c‟) vertical, que cubra en forma amplia y total las necesidades;
c”) horizontal, que proteja a toda la población.
LAS JUBILACIONES Y PENSIONES
Su encuadre.
La tercera parte del art. 14 bis prosigue ordenando que la ley establecerá las jubilaciones y pensiones
“móviles”.
Las jubilaciones se otorgan a una persona en razón de una actividad laboral cumplida por ella misma, sea
en relación de dependencia, sea independiente o por cuenta propia. Las pensiones derivan de la
jubilación a favor de los causahabientes de la persona jubilada o con derecho a jubilación.
dos aspectos:
a) el derecho “a” la jubilación futura “en expectativa;
b) el derecho “adquirido” mediante el acto otorgante del beneficio.
El beneficio concedido presenta, dos matices:
a) el status que su titular adquiere como jubilado o pensionista, y que queda protegido por la garantía
constitucional de la propiedad inviolable;
b) el goce del beneficio, el cobro de una suma de dinero, no admite rebajas que sean confiscatorias.
Los beneficios, la movilidad, y el derecho judicial
12. — Cabe señalar que:
a) Cuando se otorga un beneficio, su monto originario responde al propósito de asegurar un ingreso
generalmente vitalicio que deriva del “status” del beneficiario; ese ingreso es una proyección que
sustituye a la remuneración el monto originario debe guardar una cierta proporción razonable con esa
remuneración;
b) Cuando ya posteriormente el beneficio está en curso de goce por su titular, debe ser objeto de
movilidad, ese monto “puede” aumentar con respecto a la antigua remuneración, y no sólo puede sino
que “debe”.
La movilidad y la inflación.
la pauta obligatoria de movilidad para las jubilaciones y pensiones fue prevista para subsanar las
alteraciones en el signo monetario y, de reflejo, en la capacidad adquisitiva de los beneficiarios.
la movilidad no presupone únicamente una necesaria actualización monetaria frente al deterioro que
produce un proceso inflacionario, sino un ajuste periódico que, sin congelamiento del haber, y aunque no
haya inflación, mantenga al jubilado en una situación de permanente relación proporcionalmente
razonable entre pasividad y actividad.
prohibición legal de indexación —como en 1991 la ley 23.928— no alcanza para impedir que:
a) el haber de las prestaciones siga sometido a movilidad,
b) si acaso hay inflación, ésta se tome en cuenta para actualizar la pérdida del valor monetario.
En suma: a) el presupuesto constitucional de la movilidad nunca desaparece, así se trate de épocas en que
no hay inflación; b) la movilidad es un concepto que trasciende las simples mediciones de los factores
económicos (voto disidente del juez Fayt en el caso “Chocobar”, fallado por la Corte el 27 de diciembre de
1996).
Las entidades de la seguridad social.
Los organismos de la seguridad social han de ser administrados por los interesados con participación del
estado, lo que impone integrar sus órganos con afiliados.
No puede existir superposición de aportes, lo que elimina la obligación de aportar a más de un organismo
en razón de una misma actividad y para una misma prestación.
EL DEBER DEL ESTADO EN EL ÁMBITO DE LA
SEGURIDAD SOCIAL
la presencia reglamentaria, reguladora y controladora del estado viene impuesta por el art. 14 bis,
reforzado por el art. 75 inc. 23, que obliga a legislar y promover medidas de acción positiva que
garanticen la igualdad real de oportunidades y de trato, y el pleno goce y ejercicio de los derechos; todo
ello, en particular respecto de niños, mujeres, ancianos y personas con discapacidad.
el estado no puede desatender, ni transferir, ni declinar su protagonismo activo sobre todo el sistema de
la seguridad social, cualesquiera sean las entidades o los organismos que otorguen las prestaciones.
LA PROTECCIÓN DE LA FAMILIA
La tercera parte del art. 14 bis in fine está dedicada a la protección integral de la familia, mediante la
defensa del “bien de familia”, la “compensación económica familiar”, y el acceso a una “vivienda digna”.
a) El bien de familia, supone un inmueble donde habita el núcleo familiar, seguridades en razón de su
destino de vivienda doméstica, se relaciona con el acceso a una vivienda digna. obliga al estado a
procurar mediante políticas diversas que todos los hombres puedan obtener un ámbito donde vivir
decorosamente, tengan o no convivencia familiar.
En el caso “Carrizo José A.” (incidente en autos “Rodríguez c/Carrizo”) del 10 de setiembre de 1985, la
Corte interpretó que la afectación de un inmueble al régimen de bien de familia debe tenerse por
operada desde el momento en que así fue solicitado por el interesado, y no a partir del asiento de
constancia en el folio real correspondiente.
b) La compensación económica familiar: el derecho a recibir determinadas prestaciones que se destinan a
sufragar la subsistencia de parientes del trabajador que están a su cargo y para los cuales tiene obligación
alimentaria. es el salario familiar o la asignación familiar
DERECHO DE PROPIEDAD

La propiedad en la constitución argentina.

Nuestro derecho constitucional enfoca la propiedad en el aspecto de propiedad adquirida. el art. 14 consigna entre
los derechos subjetivos el de usar y disponer de “su” propiedad. A esta declaración acompaña la del art. 17,
afirmando que “la propiedad es inviolable, y ningún habitante de la nación puede ser privado de ella sino en virtud
de sentencia fundada en ley”. El sujeto activo que se erige en titular del derecho de propiedad puede ser: a) la
persona física; b) la persona de existencia ideal o colectiva.

El sujeto pasivo del derecho de propiedad es ambivalente: a) por un lado, el estado, a quien se dirige
fundamentalmente la prohibición de violar la propiedad privada; b) los particulares, que no deben perturbar el uso
y ejercicio del derecho que ostenta el sujeto activo. El sujeto pasivo, sean quien fuere, también está obligado a no
impedir (contra la voluntad de una persona) que ésta adquiera propiedad.

el derecho de propiedad tiene una función social, y que su cumplimiento es exigible razonablemente por el estado,
tanto a favor del estado mismo —por ej., en las cargas fiscales— como en numerosas políticas generales de
bienestar general y de desarrollo, y en el área de las relaciones entre particulares.

Con la reforma de 1994, el art. 75 inc. 17 consigna que el congreso ha de garantizar a los pueblos indígenas
argentinos la posesión y propiedad comunitaria de las tierras que tradicionalmente ocupan.

propiedad en sentido constitucional: El término “propiedad” un concepto que excede en mucho al propio del
derecho civil. Propiedad en sentido constitucional es más que propiedad o dominio en la codificación civilista,
donde se mueve en torno de los derechos reales.

dos principios importantes: a) el uno remite a que los derechos son relativos; b) el otro principio se encarga de
admitir que los derechos patrimoniales, equivalentes al de propiedad, pese al amparo constitucional de que
disponen, pueden ser renunciados válidamente por sus titulares; ello quiere decir que la constitución no se opone a
que el titular los decline, y que cuando esto ocurre, no hay violación constitucional, ni tutela constitucional que
invocar.

“propiedad” empleado en la constitución comprende todos los intereses apreciables que el hombre puede poseer
fuera de sí mismo, de su vida y de su libertad, con lo que todos los bienes susceptibles de valor económico o
apreciables en dinero alcanzan nivel de derechos patrimoniales

CONTENIDOS DEL DERECHO DE PROPIEDAD:

A) El derecho de dominio y sus desmembraciones, de acuerdo con la legislación común.


B) Las concesiones de uso sobre bienes del dominio público, como por ej.: el derecho a una sepultura, cualquiera
sea la naturaleza que revista de acuerdo a las diferentes posiciones doctrinarias sobre los sepulcros.
C) Las concesiones que reconocen como causa una delegación de la autoridad del estado a favor de particulares,
como por ej.: empresas de ferrocarriles.
D) ) Los derechos y las obligaciones emergentes de contratos. En este rubro nosotros creemos que se incluyen los
contratos entre particulares y los contratos en que es parte la administración pública.
E) Los actos jurídicos de disposición y uso de la propiedad.
F) Los derechos “adquiridos” e ingresados al patrimonio.

Los contenidos en el proceso.

 La sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada. Ello significa que las decisiones judiciales firmes resultan
intangibles, no pudiendo ser modificadas por otras ni desconocidas por leyes, o actos estatales o privados. Los
derechos y obligaciones emergentes de las sentencias se incorporan al patrimonio, aunque en sí mismos carezcan
de contenido patrimonial.
 Los actos válidamente cumplidos durante el proceso. Ello importa que la validez y eficacia de dichos actos se
rige por la ley vigente al tiempo de cumplirlos, y que no pueden ser desconocidos posteriormente.
 El derecho a obtener en juicio que la sentencia se dicte conforme a la ley “de fondo” vigente a la fecha de
trabarse la litis; consiste en decidir qué ley debe aplicar el juez al sentenciar una causa que, iniciada bajo la vigencia
de una norma de fondo, se ve sorprendida durante su pendencia por otra norma que sustituye a la anterior.

Los contenidos en el derechos de la seguridad social:

 El derecho adquirido por otorgamiento de jubilaciones y pensiones. Las prestaciones de la seguridad social —o
si preferimos, de la previsión social— tienen arraigo en el derecho de propiedad.

Los contenidos que surgen del pago.

 El efecto liberatorio del pago. el derecho que adquiere el deudor cuando satisface su deuda, a no ser obligado
a ningún pago suplementario o nuevo. cuando se efectúa de conformidad a la ley vigente al tiempo de cumplirse.

Los contenidos que surgen de la transmisión por causa de muerte.

 Derecho hereditario. La transmisión de bienes por causa de muerte es un contenido del derecho de propiedad,
sea esa transmisión testada o intestada. La transmisión testada encuentra norma constitucional propia en el art.
20, que consigna el derecho de los extranjeros de testar conforme a las leyes, y que se proyecta a todos los
habitantes.

Los contenidos en la propiedad intelectual.

 Propiedad intelectual, industrial y comercial. El art. 17 la prevé expresamente al establecer que todo autor o
inventor es propietario exclusivo de su obra, invento o descubrimiento por el término que le acuerda la ley.
Propiedad intelectual es el derecho del autor sobre una obra científica, literaria, artística, etc.; su fundamento
dikelógico es indiscutible; nada más inherente a la personalidad que el producto de su inteligencia, de su arte, de su
inspiración creadora. Propiedad industrial y comercial es el derecho que recae sobre inventos, descubrimientos,
patentes, marcas de fábrica, etc., con un matiz económico acentuado.
 La reforma de 1994 asigna ahora al congreso la competencia de proveer a la investigación y al desarrollo
científico y tecnológico, su difusión y aprovechamiento (art. 75 inc. 19 párrafo primero) y de dictar leyes que
protejan la libre creación y circulación de las obras de autor (art. 75 inc. 19 párrafo cuarto), con lo que el panorama
anterior del art. 17 se amplía en su dimensión originaria.

La “indexación” y la propiedad.

 “Indexar” es re-valuar, o reajustar o actualizar una deuda, tanto si ésta es originariamente contraída en dinero
(el monto del alquiler o de un seguro) cuanto si es de valor (indemnizar un daño o una expropiación). Con o sin ley
y aun “contra ley”, la constitución presta apoyo para decir que cuando hay depreciación monetaria toda deuda
debe indexarse para conservar o recomponer el valor intrínseco del crédito, salvo voluntad en contrario del
acreedor o de ambas partes.
 La prohibición legal de la indexación: La ley 23.928, del año 1991, llamada de “convertibilidad” del austral
(porque dispuso el cambio de la moneda argentina y fijó su valor respecto del dólar estadounidense) prohibió la
indexación a partir del 1º de abril del citado año, como una política antiinflacionaria. O sea que dio por sentada y
establecida la estabilidad monetaria. La inviolabilidad de la propiedad.

La inviolabilidad de la propiedad

 La propiedad que la constitución tutela como derecho, y cuyos contenidos de mayor proyección e importancia
hemos explicado, es declarada inviolable en el art. 17. Inviolable no significa que es absoluta, ni exenta de función
social; significa solamente que ni el estado ni los particulares pueden dañarla, turbarla, desconocerla o
desintegrarla. La inviolabilidad se garantiza a través de una serie de prohibiciones: a) nadie puede ser privado de
su propiedad sino mediante sentencia fundada en la ley (art. 17); b) la confiscación de bienes queda borrada por
siempre del código penal; c) ningún cuerpo armado puede hacer requisiciones ni exigir auxilios de ninguna especie.
La confiscación es el apoderamiento de los bienes de una persona por parte del fisco.
opiedad sin indemnizar equivale a confiscar. La confiscación que como pena y represalia queda abolida es la
confiscación general de bienes; no puede asimilársele el decomiso de objetos particulares que son producto o
instrumento del delito, ni la recuperación de bienes mal habidos cuando la dispone una sentencia dictada en juicio
y fundada en ley. Las requisiciones y los auxilios en dinero u otras especies de bienes, o bajo forma de ayuda,
socorro y hasta alojamiento, está suprimidos. Ahora bien: si en tiempo de guerra o en épocas de emergencia grave
se llevan a cabo, es menester asegurar la debida indemnización. la requisición constitucional necesita: a) causa
suficiente fundada en guerra o emergencia grave; b) ley que la autorice; c) indemnización. Cuando el bien
requisado no se consume, debe volver al patrimonio de su propietario, lo que no descarta el resarcimiento por el
lapso de duración de la requisición; si el bien se ha consumido, la indemnización ha de resarcir también la pérdida
definitiva del mismo.

Las limitaciones a la propiedad.

 Si el derecho de propiedad no es absoluto, tampoco es exclusivo ni perpetuo. No es exclusivo porque hay


restricciones y servidumbres que afectan el goce o el uso de la propiedad. No es perpetuo porque puede
extinguirse mediante la expropiación. Las limitaciones en interés privado se rigen por el derecho privado,
especialmente por el código civil. Las limitaciones en interés público se rigen por el derecho administrativo.
a) Las restricciones administrativas se imponen en beneficio del público o de la colectividad. En principio, no son
indemnizables, porque se estima que constituyen condiciones de ejercicio del derecho de propiedad. Las
restricciones administrativas suelen consistir en obligaciones de “no hacer” o de “dejar hacer”, pero cabe
ocasionalmente que impongan una obligación de “hacer”.
b) Las servidumbres administrativas, implican sustracción o desmembración que afectan la exclusividad de la
propiedad en beneficio público. Por eso son indemnizables.
c) ) La ocupación temporánea es otra forma de limitación que recae sobre bienes y cosas, e implica el uso y goce
de los mismos por parte de la administración pública en beneficio público, durante cierto tiempo, y con
resarcimiento indemnizatorio.
 Las limitaciones “sociales”
a) el derecho al ambiente sano (art. 41);
b) el derecho de los consumidores y usuarios (art. 42);
c) los derechos relacionados con el trabajo y la seguridad social (art. 14 bis).

Los tratados internacionales de jerarquía constitucional

 El Pacto de San José de Costa Rica enfoca en el art. 21 el derecho de propiedad privada con esta fórmula: “1.
Toda persona tiene derecho al uso y goce de sus bienes. La ley puede subordinar tal uso y goce al interés social. 2.
Ninguna persona puede ser privada de sus bienes, excepto mediante el pago de indemnización justa, por razones
de utilidad pública o de interés social y en los casos y según las formas establecidas por la ley. 3. Tanto la usura
como cualquier otra forma de explotación del hombre por el hombre, deben ser prohibidas por la ley”. El Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos carece de normas sobre el derecho de propiedad.

LA EXPROPIACION

SU CONCEPTO Y NATURALEZA:

 La expropiación es una de las limitaciones al derecho de propiedad en el tiempo, es el acto unilateral por el
cual el estado priva de la propiedad de un bien al titular del derecho sobre el mismo, con fines de utilidad pública,
mediante calificación por ley e indemnización previa e integral del valor de aquel bien. Es un instituto de derecho
publico.
Esta surge de la norma constitucional prevista en el art. 17 “la expropiación por causa de utilidad publica debe ser
calificada por ley y previamente indemnizada”. A esto se le suma la ley 21499.

LAS ETAPAS DEL PROCESO EXPROPIATORIO.

 La calificación de utilidad pública: El proceso expropiatorio consta de diversas etapas, que procuramos
sintetizar del siguiente modo:
A) La calificación legislativa de la “utilidad pública”. La constitución exige al efecto la ley del congreso; se trata de
ley formal como requisito indispensable. La exigencia de “utilidad pública” para expropiar representa una garantía
constitucional en resguardo del derecho de propiedad de los particulares. La calificación de utilidad pública por ley
no requiere especificar individualizadamente los bienes, pero sí exige que sean determinables.
La utilidad pública es la causa y el fin de la expropiación, y quien califica dicha utilidad es el congreso. Y ante
tamaña desviación, el control de constitucionalidad recae en el poder judicial.
Nuestro derecho judicial ha acuñado la norma de que la calificación de utilidad pública efectuada por el congreso,
por configurar un acto político, no es judiciable. el objeto normal del juicio de expropiación consiste únicamente en
la fijación de la indemnización, al no ser discutible la causa de utilidad pública. Sin embargo, tal principio de no
judiciabilidad admite reservas para el caso en que la calificación de utilidad pública sea manifiestamente arbitraria.
B) La determinación de los bienes. La ley que califica la utilidad pública puede determinar directamente el bien
sujeto a expropiación, o hacer una enumeración genérica, o establecer la zona donde quedan comprendidos los
bienes sujetos a expropiación. Cuando el congreso no determina individualmente el bien, le corresponde hacerlo al
poder ejecutivo.
C) La indemnización previa. La exigencia de que antes de consumarse la expropiación debe satisfacerse el pago
de la indemnización, se halla impuesta en la constitución. Por eso, es inconstitucional toda ley que posterga el
pago de la indemnización (total o parcialmente) para un tiempo posterior a la transferencia de la propiedad.
a. La indemnización debe ser justa e integral. Ello surge del carácter y sentido de la indemnización, que es un
“resarcimiento”. La expropiación no debe empobrecer ni enriquecer al expropiado: debe dejarlo en igual situación
económica. El carácter justo de la indemnización surge implícitamente de la constitución. “no es constitucional ni
legal una indemnización que no sea justa”, “y la indemnización es justa cuanto restituye al propietario el mismo
valor económico de que se lo priva, y cubre además los daños y perjuicios que son consecuencia directa e
inmediata de la expropiación”.
b. La indemnización que el juez fija en la sentencia debe tomar en cuenta lo que el bien vale a la fecha de la
sentencia. la indemnización debe cubrir el valor actual del bien y que debe pagarse “antes” de la transferencia de la
propiedad expropiada.
c. La indemnización tiene que pagarse en dinero.
LA DESPOSESIÓN, LA TRANSFERENCIA DE LA PROPIEDAD Y LA INDEMNIZACIÓN

a) la desposesión o desapoderamiento material del bien calificado de utilidad pública y determinado ya con una
individualización precisa; b) la transferencia de la propiedad.

Con la desposesión, el expropiante toma “posesión” del bien; pero su título de dominio no se transfiere todavía.
Solamente la transferencia de la propiedad consuma definitivamente la expropiación al extinguir la propiedad del
expropiado. la ley de expropiación puede regular la desposesión con bastante margen del arbitrio, disponiendo que
se la reserve para casos de urgencia, o permitiéndola como principio general. Lo que, en cambio, siempre se vuelve
inconstitucional es invertir el orden del proceso expropiatorio, estableciendo (como lo hacía la anterior ley 13.264)
que mediante una consignación judicial provisoria (a cuenta de la indemnización total) el expropiante pueda
desposeer y que, de inmediato, antes de estar paga esa indemnización, se disponga judicialmente la transferencia
de la propiedad.

La valuación del bien y la indemnización.

“Valuación” (avalúo) es sinónimo de tasación. La valuación del bien sirve para fijar el valor del bien expropiado y la
indemnización (equivalente a ese valor) que hay que pagar.

Hay dos aspectos a considerar: a) En qué momento se hace el avalúo; b) cuál es la fecha a la que el avalúo se
remite.

En épocas de estabilidad monetaria —o sea, sin inflación— no es demasiado importante hacer este deslinde,
porque los resultados no varían. En cambio, en tiempos de depreciación monetaria, la cuestión cambia mucho.

En efecto, si el “momento” en que se realiza la valuación, toma en cuenta lo que valía el bien en una “fecha”
anterior que fuera la fecha de la desposesión, es evidente que esos años de inflación iban a causar perjuicio al
expropiado en la medida en que el “valor” del bien.

En efecto, hay que prolongarlo hasta: a) la sentencia, que consigna el “valor” a pagar, y b) el pago de la suma
indemnizatoria.

LOS SUJETOS EXPROPIANTES:

Hay un sujeto activo directo y originario, que es el estado federal y cada una de las provincias en sus respectivas
jurisdicciones.

La expropiación “indirecta”

La expropiación a la que denominamos indirecta —que nada tiene que ver con la expropiación inversa— y que se
consuma en forma derivada por delegación. Es decir que hay algunos sujetos activos de expropiación, que
expropian por delegación de los sujetos directos y originarios. para que un sujeto activo expropie por delegación,
siempre hace falta que previamente el estado federal, o la provincia, o la ciudad de Buenos Aires dicte una “ley”
declarativa de la utilidad pública, en mérito a la cual el sujeto activo derivado o indirecto lleve después a cabo la
expropiación. Son sujetos activos de esta expropiación indirecta los municipios, y también las entidades
autárquicas y empresas del estado, conforme al art. 2º de la ley 21.499. Los particulares, sean personas de
existencia visible o jurídica, podrán actuar como expropiantes cuando estuvieren autorizados por la ley o por acto
administrativo fundado en ley.

LOS BIENES EXPROPIABLES:

todo bien de índole patrimonial y valor económico es susceptible de expropiación.

 Excepto: el derecho “adquirido” e incorporado al patrimonio sobre un acto procesal válidamente cumplido, la
cosa juzgada (por ej., en la sentencia que en un juicio de filiación, el derecho que se adquiere por ley a quedar
protegido por una amnistía, No es expropiable el dinero, porque si la indemnización debe pagarse en dinero, al
expropiado en su dinero habría que entregarle una cantidad igual a la que se le expropiara.

Son expropiables:
a) los bienes muebles, inmuebles o semovientes;

b) las universalidades (una empresa, una biblioteca, las maquina-rias de una fábrica, etc.);

c) los lugares históricos;

d) el espacio aéreo;

e) el subsuelo, sea sólido o fluido;

f) los bienes inmateriales (la energía hidráulica, los derechos de autor, etc.);

g) las iglesias;

h) los bienes de una embajada extranjera;

i) las unidades de un inmueble dividido en propiedad horizontal.

El art. 4º de la ley 21.499 dice que pueden ser objeto de expropiación todos los bienes convenientes o necesarios
para la satisfacción de la utilidad pública, cualquiera sea su naturaleza jurídica, pertenezcan al dominio público o al
privado, sean cosas o no.

EL PROCEDIMIENTO EXPROPIATORIO

El procedimiento expropiatorio ofrece dos vías posibles. Una es la del acuerdo entre expropiante y expropiado, que
se llama “avenimiento”; otra es la judicial. No siempre se llega a la última, ni es indispensable su uso. El
avenimiento entre el estado y el expropiado es un contrato administrativo innominado (de derecho público). El art.
13 de la ley 21.499 lo prevé claramente. Cuando no hay avenimiento, el estado (si quiere consumar la expropiación)
debe promover juicio de expropiación contra el propietario con quien no alcanza el arreglo.

El rechazo del expropiado puede versar sobre cuatro aspectos: a) el expropiado discute o niega la causa de utilidad
pública del bien afectado a expropiación; b) el expropiado discute, aun aceptando genéricamente la utilidad
pública, que no hay necesidad ni conveniencia en la expropiación total o parcial de determinados bienes; o sea, la
medida o dimensión de la expropiación; c) el expropiado discute la determinación administrativa del bien; d) el
expropiado discute el monto de la indemnización. El juicio de expropiación se suele conocer con el nombre de
“contencioso expropiatorio”. La sentencia tiene carácter “constitutivo”, ya que ella consuma el proceso
expropiatorio transfiriendo la propiedad.

LA EXPROPIACIÓN “INVERSA” O “IRREGULAR”

La expropiación inversa se llama así porque el procedimiento se opera al revés: es el expropiado quien demanda al
expropiante. se torna procedente cuando concurren las siguientes condiciones: a) vigencia de la ley declarativa de
utilidad pública afectando el bien cuestionado; b) no iniciación de la acción expropiatoria por parte del
expropiante; c) conductas del expropiante que implican desposeer al expropiado, ocupar el bien, o meramente
impedir el libre ejercicio y la disponibilidad plena del propietario sobre la propiedad afectada.

La expropiación inversa tiene por objeto obligar al expropiante a consumar la expropiación y a pagar la
indemnización al expropiado que, de alguna manera, padece una situación total o parcial de indisponibilidad en el
goce de su propiedad afectada a la expropiación que se demora.

LA RETROCESIÓN

Retrocesión significa retroversión o reintegro del bien expropiado al patrimonio de su propietario, en razón de no
haberse cumplido la causa de utilidad pública a la que estaba afectado. Es indispensable tener en cuenta que la
retrocesión es un instituto que solamente funciona “después” que se ha perfeccionado y consumado la
expropiación, o sea, que necesita haberse transferido la propiedad y pagado la indemnización. La retrocesión
procede también aunque la expropiación se haya cumplido por avenimiento.

Son dos los supuestos de ausencia de utilidad pública: a) que después de consumada la expropiación, el estado no
destine el bien a la afectación para la cual se lo declaró de utilidad pública; b) que se lo destine a otro fin.
A falta de previsión legal sobre la retrocesión, ésta procede igualmente por aplicación directa de la constitución que
le presta fundamento, ya que sin el destino de utilidad pública la expropiación es inconstitucional.

“el derecho de retrocesión nace cuando el expropiante no da al bien expropiado la afectación dispuesta por el
legislador o le da una distinta, pues en tales supuestos se ha dejado de cumplir la finalidad que determinó la
calificación de utilidad pública que requiere el art. 17 de la constitución nacional. Ese derecho trae aparejado, como
consecuencia, la facultad de reclamar la devolución del bien, previo pago del importe recibido por la expropiación,
ya que en esencia la retrocesión importa volver las cosas al estado anterior al acto que originó el
desapoderamiento”.

Los requisitos de procedencia.

a) En primer lugar, se requiere que el fin de utilidad pública no se cumpla; ello puede acaecer de las dos maneras
explicadas en el nº 45.

b) En segundo lugar, el expropiado que demanda por retrocesión debe reintegrar el monto de la indemnización
percibida, a tenor del siguiente principio: b‟) si el bien no ha sufrido modificaciones que aumenten o disminuyan su
valor económico, basta devolver la misma suma.

La ley 21.499 le fija un plazo de prescripción de tres años.

EL ABANDONO DE LA EXPROPIACIÓN

 El concepto y sus requisitos: El abandono es cuando transcurre cierto tiempo durante el cual el expropiante
permanece inactivo (o sea, no lleva a cabo ningún acto tendiente a consumar la expropiación). Vencido ese plazo
(que es resolutorio) ya no se puede expropiar, y la potestad autorizativa para hacerlo queda extinguida. Se
diferencia: a) de la expropiación inversa o irregular, porque en el abandono no hay actos del expropiante que
menoscaben o perturben la propiedad del expropiado (como sí ha de haberlos para la expropiación inversa); b) de
la retrocesión, porque en el abandono no se ha cumplido ninguna etapa expropiatoria después de la ley declarativa
de utilidad pública del bien (como sí han debido cumplirse todas las etapas expropiatorias para que proceda la
retrocesión); c) del desistimiento en el juicio expropiatorio, porque en el abandono ni siquiera se ha iniciado dicho
juicio; d) de la perención de la instancia en el juicio expropiatorio (por lo mismo que en el inciso anterior).
 El efecto del abandono es doble, según se lo contemple desde la posición del expropiante o del expropiado.
a) Para el expropiante, significa que transcurridos los plazos de inactividad, ya no puede consumar la
expropiación; es como una “caducidad” de su facultad expropiatoria; pero, a la vez, significa que el expropiado
tampoco puede intimarlo, ni urgirlo, ni demandarlo para que lleve adelante la expropiación.
b) Para el expropiado, significa una certeza jurídica, ya que transcurridos los mismos plazos de inactividad del
expropiante, sabe que éste ya no podrá consumar la expropiación y, si lo intentara, se le podría oponer como
defensa que se ha producido su abandono.
c) Si el expropiante incurso en abandono quisiera expropiar el mismo bien después de operado ese abandono,
necesitaría una nueva ley calificatoria de la utilidad pública.
d) Si, abandonada la expropiación, el expropiante ocupa el bien o turba su propiedad, el expropiado que opone el
abandono no puede demandar la expropiación inversa (porque el plazo de caducidad extinguió la potestad
expropiatoria), y debe usar las acciones del derecho común.

El abandono opera “de pleno derecho” una vez vencidos los plazos fijados por la ley para tenerlo por tipificado.

 El abandono en la ley 21.499: La ley 21.499 dispone en su art. 33 que la expropiación se tendrá por
abandonada —salvo disposición expresa de la ley calificatoria de utilidad pública— cuando el expropiante no
promueva el juicio de expropiación dentro de los dos años de vigencia de la ley, si se trata de bienes
individualmente determinados; de cinco años si se trata de bienes comprendidos en una zona determinada; y de
diez años si se trata de bienes comprendidos en una enumeración genérica
UNIDAD VI
SUPREMACÍA CONSTITUCIONAL:
 Concepto: es el principio mediante el cual todos los actos públicos como privados deben someterse a la letra
y el espíritu de la constitución nacional que está dotada de superlegalidad.
La supremacía tiene dos sentidos por un lado la noción que utiliza el constitucionalismo clásico el cual le otorga
superlagalidad con el fin de legitimar la posición del estado burgués respecto de los demás estamentos (teoría de la
autolegitimacion), y por otro lado, el factico o positivo que establece que la C.N. tiene supremacía porque así en
ella se establece siendo el fundamento y la base de todo el ordenamiento jurídico- político de un Estado; La
supremacía constitucional supone una gradación jerárquica del orden jurídico derivado, que se escalona en planos
distintos. Los más altos subordinan a los inferiores, y todo el conjunto se debe subordinar a la constitución. Cuando
esa relación de coherencia se rompe, hay un vicio o defecto, que llamamos “inconstitucionalidad” o “anti-
constitucionalidad”.
El principio de supremacía se vincula con la teoría del poder constituyente, la constitución es establecida por un
poder constituyente; el poder constituido o poder del estado no puede ni debe sublevarse contra la constitución
que deriva de un poder constituyente, formalmente distinto y separado del poder constituido. Además de ello, si
ese poder constituyente ha creado una constitución escrita y rígida, fijando para la reforma de la misma un
procedimiento distinto al de las leyes ordinarias, ha sustraído a la constitución de las competencias y formas
propias de los órganos del poder constituido.
Hay doctrinas que dentro de la misma constitución efectúan una gradación o un escalonamiento de sus contenidos
en planos subordinantes y planos subordinados. si dentro de la constitución suprema hay cláusulas o normas que
prevalecen sobre otras de su mismo articulado, estas últimas son inconstitucionales (aunque formen parte de la
constitución) cuando infringen a las superiores.
En nuestra constitución reconocemos que, además de simples normas, hay, implícitamente, principios y valores,
pero tenemos hasta hoy por cierto que todos sus contenidos, en cuanto normas, comparten la misma jerarquía
suprema o, en otros términos, que dentro de la constitución no existe un orden jerárquico de planos diferentes,
por lo que no creemos que dentro de la misma constitución una norma de ella pueda ser inconstitucional por
incompatibilidad o contradicción con algún principio o algún valor contenidos en el conjunto normativo de la
constitución.
Esto surge del Art. 31 de la C.N.:
“Esta Constitución, las leyes de la Nación que en su consecuencia se dicten por el Congreso y los
tratados con las potencias extranjeras son la ley suprema de La Nación; y las autoridades de cada
provincia están obligadas a conformarse a ella, no obstante, cualquiera disposición en contrario que
contengan las leyes o Constituciones provinciales, salvo para la Provincia de Buenos Aires, los tratados
ratificados después del pacto del 11 de noviembre de 1859.”
Este articulo trata 2 temas fundamentales, primero indica la supremacía de la C.N. por sobre el resto del orden
jurídico, pero en forma lineal, y por otro lado, la prelación de las normas entre el derecho federal y provincial.
Esto se complementa con el articulo 27 C.N.:
“El Gobierno Federal está obligado a afianzar sus relaciones de paz y comercio con las potencias
extranjeras por medio de tratados que estén en conformidad con los principios de derecho público
establecidos en esta Constitución.”
En el cual se establece la facultad que tiene el gobierno federal de firmar tratados internacionales. Le corresponde
al presidente negociar y firmar el tratado y al congreso federal rectificarlo o no.

Art. 5.- [CONSTITUCION PROVINCIALES garantía federal]. “Cada provincia dictará para sí una
Constitución bajo el sistema representativo republicano, de acuerdo con los principios, declaraciones y
garantías de la Constitución Nacional; y que asegure su administración de justicia, su régimen
municipal, y la educación primaria. Bajo de estas condiciones, el Gobierno federal, garante a cada
provincia el goce y ejercicio de sus instituciones.”
Art. 75 Corresponde al Congreso inc. 12 “Dictar los códigos civil, Comercial, Penal, de Minería, y del
Trabajo y Seguridad Social, en cuerpos unificados o separados, sin que tales códigos alteren las
jurisdicciones locales, correspondiendo su aplicación a los tribunales federales o provinciales, según
que las cosas o las personas cayeren bajo sus respectivas jurisdicciones (…)”

Art. 121 “las provincias conservan todo el poder no delegado por esta Constitución al Gobierno Federal,
y el que expresamente se hayan reservado por pactos especiales al tiempo de su incorporación.”

Art.123. “Cada provincia dicta su propia constitución, conforme a lo dispuesto por el art. 5 asegurando
la autonomía municipal, y reglando su alcance y contenido en el orden institucional, político,
administrativo, económico Y financiero.”

Art. 126.- [PODERES DELEGADAOS LA NACIÓN]. “Las provincias no ejercen el poder delegado a la
Nación. No pueden celebrar tratados parciales de carácter político; ni expedir leyes sobre comercio, O
navegación interior o exterior; ni establecer aduanas provinciales; ni acuñar moneda; ni establecer
bancos con facultad de emitir billetes, sin autorización del Congreso Federal; ni dictar los códigos Civil,
Comercial, Penal y de Minería, después de que el Congreso los haya sancionado; ni dictar
especialmente leyes sobre ciudadanía y naturalización, bancarrotas, falsificación de moneda o
documentos del Estado; ni establecer derechos de tonelaje; ni armar buques de guerra o levantar
ejércitos, salvo en el caso de invasión exterior o de un peligro tan inminente que no admita dilación
dando luego cuenta al Gobierno Federal; ni nombrar o recibir agentes extranjeros.”

Hasta la reforma de 1994 había dos teorías:


 Teoría de Adopción: la cual necesita que una ley incorpore el tratado al derecho interno y lo ponga en vigencia;
 Teoría de la Bivalencia: que expresa que alcanza con rectificar el tratado para que se incorpore al derecho
interno.

el fallo “Ekmedjian, Miguel Ángel c/ Sofovich, Gerardo y otros s/ recurso de hecho” trata de dirimir esta cuestión. la
Corte reconoce a tratados internacionales jerarquía sobre las leyes del derecho interno (analizado en arts. 14 y 31).
Además, la Convención de Viena sobre derecho de los Tratados (art. 27) dice que un Estado parte de un tratado no
puede invocar leyes de su derecho interno para justificar el incumplimiento de un tratado. Con sólo invocar el
artículo del Pacto ratificado, ya se presume la operatividad del derecho invocado.

Después de la reforma de 1994 el articulo 75 inc. 22 el primer párrafo le otorga superioridad a los tratados
internacionales y en el segundo reconoce con jerarquía constitucional a 11 tratados, dejando la posibilidad al resto
de los tratados sobre derechos humanos a adquirir jerarquía constitucional.

“Aprobar o desechar tratados concluidos con las demás naciones y con las organizaciones
internacionales y los concordatos con la Santa Sede. Los tratados y concordatos tienen jerarquía
superior a las leyes.
La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre;
la Declaración Universal de Derechos Humanos;
la Convención Americana sobre Derechos Humanos;
el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales;
el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y su Protocolo Facultativo;
la Convención Sobre la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio;
la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial;
la Convención Sobre la eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer;
la Convención Contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes;
la Convención Sobre los Derechos del Niño;
en las condiciones de su vigencia, tienen jerarquía constitucional, no derogan art. alguno de la primera
parte de esta Constitución y deben entenderse complementarios de los derechos y garantías por ella
reconocidos. Solo podrán ser denunciados, en su caso, por el Poder Ejecutivo Nacional, previa
aprobación de las dos terceras partes de la totalidad de los miembros de cada Cámara.
Los demás tratados y convenciones sobre derechos humanos, luego de ser aprobados por el Congreso,
requerirán el voto de las dos terceras partes de la totalidad de los miembros de cada Cámara para gozar
de la jerarquía constitucional.”
Se agregaron 3 tratados más con jerarquía constitucional desde la reforma, la Convención Interamericana sobre
Desaparición Forzada de personas (1997), la Convención sobre imprescriptibilidad de los crímenes de guerra y de
los crímenes de lesa humanidad (2003), y por último la convención interamericana sobre los derechos de las
personas con discapacidad y su protocolo facultativo.

Con este artículo se conforma la pirámide del bloque constitucional federal, es la cúspide con la C.N. y los tratados
internacionales con jerarquía constitucional, y por debajo el derecho infra constitucional conformado por los
tratados internacionales sin jerarquía constitucional, con prelación sobre las leyes nacionales.

CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD:
 concepto: es el mecanismo, sistema o la misma doctrina que hace efectiva la supremacía de la constitución
nacional y establece que toda norma contraria a la letra y al espíritu de la constitución es inconstitucional.
Los sistemas posibles de control:
 Por el órgano que toma a su cargo el control, los dos sistemas principales son:
a) El político, en el que dicho control está a cargo de un órgano político (por ej.: el Consejo Constitucional en la
constitución de Francia de 1958, o el senado en la de 1852 del mismo país).
b) El jurisdiccional, en el que dicho control se moviliza dentro de la administración de justicia o poder judicial. El
sistema jurisdiccional puede, a su vez, subdividirse en:
a. difuso, cuando cualquier órgano jurisdiccional —y todos— pueden ejercer el control concentrado, cuando hay
un órgano jurisdiccional único y específico, al que se reserva la competencia exclusiva de ejercer el control; a veces,
ese órgano jurisdiccional no forma parte del poder judicial, sino que se considera un órgano extrapoder;
b. mixto, cuando tanto un tribunal constitucional como los jueces ordinarios invisten competencia, cada cual
mediante diversas vías procesales.
 Las vías procesales mediante las cuales puede provocarse el control constitucional de tipo jurisdiccional son
fundamentalmente las siguientes:
a) La vía directa, de acción o de demanda, en la cual el proceso se promueve con el objeto de atacar la presunta
inconstitucionalidad de una norma o un acto, también cabe la variante de acción popular.
b) La vía indirecta, incidental o de excepción, en la cual la cuestión de constitucionalidad se articula o introduce
en forma incidental dentro de un proceso cuyo objeto principal no es la posible declaración de inconstitucionalidad,
sino otro distinto.
c) La elevación del caso efectuada por el juez que está conociendo de un proceso, a un órgano especializado y
único para que resuelva si la norma que debe aplicar es o no inconstitucional.
El sujeto que está legitimado para provocar el control puede ser:
a) El titular de un derecho o un interés legítimo que padece agravio por una norma o un acto inconstitucionales.
b) Cualquier persona (una sola o un número mínimo exigido por el régimen vigente), en cuyo caso la vía es
directa y se llama acción popular.
c) El ministerio público.
d) Un tercero que no es titular de un derecho o interés legítimo personalmente afectados, pero que debe de
algún modo cumplir la norma presuntamente inconstitucional, que no lo daña a él pero que daña a otros
relacionados con él.
e) El propio juez de la causa que la eleva en consulta al órgano encargado del control para que resuelva si la
norma que ese juez debe aplicar en su sentencia es o no constitucional.
f) El defensor del pueblo u ombudsman.
g) Determinados órganos del poder o, de ser éstos colegiados, un determinado número de sus miembros.
h) Las asociaciones cuyo fin atiende a la defensa de derechos o intereses de personas o grupos.

Los efectos del control pueden agruparse en dos grandes rubros:


a) cuando la sentencia declarativa de inconstitucionalidad sólo implica no aplicar la norma en el caso resuelto, el
efecto es limitado, restringido o “inter-partes” (“entre partes”), dejando subsistente la vigencia normológica de la
norma fuera de ese caso;
b) cuando la sentencia invalida la norma declarada inconstitucional más allá del caso, el efecto es amplio, “erga
omnes” (“contra todos”) o “extra-partes”. Este efecto puede revestir dos modalidades:
a. que la norma inconstitucional quede automáticamente derogada; o,
b. que la sentencia irrogue la obligación de derogar la norma inconstitucional por parte del órgano que la dictó.
En cuanto al efecto, la sentencia declarativa de inconstitucionalidad se limita al caso resuelto, descartando la
aplicación de la norma a las partes intervinientes en él, y dejando subsistente su vigencia normológica fuera del
caso.

Las materias controlables:


 Las constituciones provinciales. Su control funciona en el derecho vigente.
 Las leyes. Su control funciona en el derecho vigente.
 Los tratados internacionales sin jerarquía constitucional. Su control funciona en el derecho vigente.
 Los decretos, reglamentos, y actos administrativos de contenido general. Su control funciona en el derecho
vigente.
 Los actos políticos y de gobierno. Su control no funciona en el derecho vigente, en el que queda inhibido por
aplicación de la doctrina de las cuestiones políticas no judiciables.
 Los actos administrativos individuales. Su control funciona en el derecho vigente.
 Las sentencias. Su control funciona en el derecho vigente (un ejemplo típico lo encontramos en el control de
sentencias por arbitrariedad).
Las relaciones entre la supremacía constitucional y el control de constitucionalidad:
a) La paridad que asignamos a todo el conjunto normativo de la constitución con los instrumentos
internacionales de jerarquía constitucional impide declarar inconstitucionales:
a. a norma alguna de la constitución;
b. a norma alguna de dichos instrumentos en relación con normas de la constitución;
c. por ende, toda aparente oposición ha de superarse a tenor de una interpretación armonizante y congruente,
en la que se busque seleccionar la norma que en su aplicación rinda resultado más favorable para el sistema de
derechos.
b) El bloque encarado en el anterior inc. a) y sus subincisos obliga a controlar todos los sectores del derecho infra
constitucional, y a declarar inconstitucional toda norma que en él sea infractora de la constitución y los
instrumentos internacionales de derechos humanos con jerarquía constitucional.
c) Los tratados internacionales que no gozan de jerarquía constitucional, como inferiores que son, quedan
sometidos a control.
d) También son controlables los tratados de integración a organizaciones supraestatales, y las normas que son
consecuencia de ellos.
e) Todo el derecho infra constitucional, a partir de las leyes, también debe ser controlable en relación con los
tratados sin jerarquía constitucional, porque el principio general aplicable a este supuesto es el de la superioridad
de los tratados sobre las leyes y, por ende, sobre el resto del ordenamiento sublegal.
Convención de Viena:
Artículo 26. "PACTA SUNT SERVANDA". Todo tratado en vigor obliga a las partes y debe ser cumplido por
ellas de buena fe.
Artículo 46. DISPOSICIONES DE DERECHO INTERNO CONCERNIENTES A LA COMPETENCIA PARA CELEBRAR
TRATADOS.
1. El hecho de que el consentimiento de un Estado en obligarse por un tratado
haya sido manifestado en violaci6n de una disposici6n de su derecho interno concerniente
a la competencia para celebrar tratados no podrá ser alegado por dicho Estado
como vicio de su consentimiento, a menos que esa violaci6n sea manifiesta y afecte a
una norma de importancia fundamental de su derecho interno.
2. Una violaci6n es manifiesta si resulta objetivamente evidente para cualquier
Estado que proceda en la materia conforme a la práctica usual y de buena fe.
Las cuestiones “políticas” no judiciables:
En nuestro derecho constitucional del poder se denominan cuestiones políticas aquéllas que no son judiciables.
Un concepto poco preciso, es el que considera cuestión política a la que se configura por el ejercicio de facultades
privativas y exclusivas de un órgano del poder: el acto por el cual ese órgano ejercita una facultad privativa y
propia, no es revisable judicialmente.
No ser revisable, o sea, escapar del control judicial, significa que la violación constitucional en que puede incurrir un
acto político de tal naturaleza, carece de remedio: el órgano que ha emitido ese acto contrario a la constitución, no
es pasible de que un órgano judicial lo nulifique o invalide declarándolo inconstitucional.
La retracción del control judicial en las cuestiones políticas importa, para nosotros, una construcción defectuosa
que tiene vigencia en nuestra constitución material por obra del derecho judicial derivado de la Corte. En torno del
punto, se afirma que:
a) El no juzgamiento de las cuestiones políticas viola el derecho a la jurisdicción de la parte afectada, en cuanto le
impide obtener una sentencia que resuelva la cuestión política propuesta o comprometida en la causa; la sentencia
que se dicta no lo hace, porque se limita a decir que sobre aquella cuestión el juez no puede pronunciarse.
b) El no juzgamiento de las cuestiones políticas implica también declinar el ejercicio pleno de la función estatal de
administrar justicia.
c) Con ello se impide asimismo remediar la eventual inconstitucionalidad de las actividades.
d) Si el estado no es justiciable cuando algunas de sus actividades se escudan tras la pantalla de las cuestiones
políticas, la “responsabilidad” estatal se esfuma, pese a la eventual infracción constitucional en que incurra.
e) Se obstruye un área del sistema garantista para la defensa de la constitución y de su supremacía.

UNIDAD VII:
EL DERECHO AMBIENTAL
El art. 41 prescribe:
“Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para
que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones
futuras, y tienen el deber de preservarlo. El daño ambiental generará prioritariamente la obligación de
recomponer, según lo establezca la ley.
Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la utilización racional de los recursos naturales, a la
preservación del patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, y a la información y educación
ambientales.
Corresponde a la Nación dictar las normas que contengan los presupuestos mínimos de protección, y a las
provincias, las necesarias para complementarlas, sin que aquéllas alteren las jurisdicciones locales.
Se prohíbe el ingreso al territorio nacional de residuos actual o potencialmente peligrosos, y de los radiactivos.”o
Es una norma nueva que da acogimiento a una materia que antes de la reforma era susceptible de ubicarse por
igual en dos ámbitos: en el de los derechos de la tercera generación, y en el de los llamados intereses difusos, o
intereses colectivos, o intereses de pertenencia difusa.
la constitución ha perfilado claramente en el nuevo art. 41 una situación jurídica subjetiva, de todos los
habitantes. Sin perjuicio de ello, al depararle en el art. 43 la vía tutelar de la acción de amparo y hacer referencia
a “derechos de incidencia colectiva” ha asumido, simultáneamente, la dimensión colectiva o grupal que tiene el
derecho al ambiente. El derecho ambiental, o derecho ecológico, con un contenido muy holgado y elástico, ha
alcanzado auge contemporáneo universal, en la doctrina y en el derecho comparado.”

Calificaciones del ambiente:


“sustentable” es el modelo de desarrollo duradero que haga posible la vida de los seres humanos, de la fauna y
flora del planeta tierra, y todo ello enmarcado en el entorno ambiental que hace las veces de un hábitat. El
ambiento no se circunscribe al entorno físico y a sus elementos naturales; hay que añadir todos los elementos que
el hombre crea y que posibilitan la vida, la subsistencia y el desarrollo de los seres vivos.
Deber de reparación: es un deber jurídico de todos y cada uno y son obligaciones que también posan sobre el
estado son prestaciones positivas para lograr todo cuanto hace falta en orden de preservarlo, evitar que lo alteren
o destruyen o recomponerlo; y para exigir a los particulares el deber concreto por comprometer o pertubar el
medio ambiente. Recomponer o volver las cosas a su estado anterios, lo que no excluye la reparación del daño que
se causado, en cuanto a la información el Estado asume dos deberes 1 recolectarla y procesarla debidamente, o
sea, auto informarse; y por el otro lado suministrar y difundir públicamente.
En cuanto a la educación se debe diversificar, campañas publicitarias, planes de enseñanza, en todos los niveles
educativos , cuanta con tutela judicial amparista.

Derecho de consumidores y usuarios


El art. 42 dice así:
“Los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en la relación de consumo, a la protección de
su salud, seguridad e intereses económicos; a una información adecuada y veraz; a la libertad de elección y a
condiciones de trato equitativo y digno.
Las autoridades proveerán a la protección de esos derechos, a la educación para el consumo, a la defensa de la
competencia contra toda forma de distorsión de los mercados, al control de los monopolios naturales y legales,
al de la calidad y eficiencia de los servicios públicos, y a la constitución de asociaciones de consumidores y de
usuarios.
La legislación establecerá procedimientos eficaces para la prevención y solución de conflictos, y los marcos
regulatorios de los servicios públicos de competencia nacional, previendo la necesaria participación de las
asociaciones de consumidores y usuarios y de las provincias interesadas en los organismos de control.”

Los derechos, las protecciones y los deberes:

a) derecho a la protección de su salud (que incluye el derecho a la vida y a la integridad);


b) derecho a la protección de su seguridad (personal, en cuanto se halla en juego por la naturaleza y calidad de
bienes y servicios);
c) derecho a la protección de sus intereses económicos (conforme a sus recursos de igual índole);
d) derecho a información veraz y adecuada por parte de quienes proveen los bienes en el mercado de consumo y
de servicios;
e) derecho a la libertad de elección (en la misma relación);
f) derecho a condiciones de trato equitativo y digno (en la misma relación).

“las autoridades proveerán a la protección de los derechos”

a) la educación para el consumo;


b) la defensa de la competencia en el mercado;
c) el control de los monopolios;
d) el control de la calidad y eficiencia de los servicios públicos;
e) la formación y participación de asociaciones de consumidores y usuarios.

No dudamos en considerar que cada uno de los aspectos a cuya protección deben proveer las autoridades, también
tiene como recíprocos —del lado del consumidor y del usuario— los correlativos derechos.
Son derechos “frente” al estado, porque “autoridades” son todos los órganos de poder gravados con la obligación
de proveer la protección. En algunos casos, los derechos son ambivalentes, porque resultan oponibles además ante
quien provee los bienes y los servicios.

La legislación prevista

la legislación para que establezca procedimientos eficaces en orden a prevenir y solucionar conflictos en la triple
relación de “consumidores y usuarios-prestadores de bienes y servicios - estado”. Los marcos regulatorios de los
servicios públicos de competencia “nacional” y, la ley debe además prever la necesaria participación de las
asociaciones de consumidores y usuarios, y de las provincias interesadas.
La educación para el consumo.
No solo equivale a la publicidad y propaganda para estimular el consumismo, sino todo lo contrario, es predisponer
adecuadamente a las personas para que sepan ejercer el derecho a la libre elección en el acceso y el trafico del
mercado. Es una educación informativa que tiene que llegar hasta provocar e inducir la capacidad del consumidor
para reconocer el engaño y la seducción, y para preservarse de ellos. La educación para el consumo en el correcto
sentido que le atribuimos es un deber del estado, porque figura en el párrafo donde la norma dice que las
autoridades proveerán a esa educación; pero es compartidamente un deber de las asociaciones de consumidores y
usuarios.
La tutela judicial amparista.
“Los derechos que protegen a la competencia, al usuario y al consumidor” disponen por el art. 43 de la vía del
amparo para su defensa judicial.

GARANTIAS CONSTITUCIONALES:
Son aquellas herramientas que tienen los hombres de la nación como soporte de la seguridad jurídica, estas son los
remedios constitucionales que gozan las personas para proteger sus derechos cuando estos se ven vulnerados,
restringidos y/o limitados.

Existen dos tipos de garantías:

 Genéricas: Es aquella utilizada para proteger los derechos en general. (Amparo).


 Específicas: Son aquellas que se presentan cuando se ve vulnerado un derecho en específico. (Habeas Corpus y
Habeas Data).

Estos surgen del Art. 43 C.N.

AMPARO:
ACCION: Es una acción judicial breve (y subsidiaria para algunos) cuyo fin es proteger derechos y libertades
reconocidos en la constitución, tratados o leyes que están siendo (o exista el peligro de serlo) lesionados ilegal o
arbitrariamente por actos u omisiones de particulares o del Estado.

Recurso: Es un instrumento procesal con el que se ejerce la acción de amparo. Los jueces deben reestablecer de
inmediato a través de este recurso, aquel derecho que es restringido ilegítimamente de forma clara y manifiesta.

También se usa el recurso de amparo para casos en donde si se aplicaran procesos ordinarios en lugar del amparo,
se causaría un daño grave e irreparable.

El amparo históricamente consta de 4 etapas:

 1º etapa NEGATORIA:

Hasta el año 1957 nuestro derecho constitucional material no solamente ignoro al amparo, sino que su
admisibilidad fue expresamente negada por la jurisprudencia

 2ª etapa JURISPRUDENCIAL:

A partir de 1957 la corte en el caso “SIRI” hizo lugar por primera vez aun amparo para proteger la libertad de
expresión contra un acto de autoridad pública que la lesionaba inconstitucionalmente. Se trataba de una imprenta
y un periódico clausurados. La corte ordenó el levantamiento de la medida y reestableció la libertad de prensa,
valiéndose de un procedimiento sumario equivalente al del habeas corpus. “las garantías individuales existen y
protegen a los individuos por el solo hecho de estar consagrados por la constitución, e independientemente de las
leyes reglamentarias…”

En 1958 en el caso “KOT” añadía a la citada creación judicial nuevos elementos de procedencia del Amparo. En este
caso para actos lesivos por parte de particulares. Se trataba de la ocupación de un establecimiento por parte del
personal en conflicto con la patronal. La corte admite vía de amparo la desocupación del local, en tutela de los
derechos de propiedad y de ejercer la actividad propia de la fábrica.
De este modo se produjo una mutación constitucional que dio ingreso a un nuevo contenido en la constitución
material. Es una mutación por adición y por interpretación.

 3º etapa LEGAL:

En 1966 se dictó la ley 16.986, sobre amparo contra actos estatales.

Art. 1º: la acción de amparo será admisible contra todo acto u admisión de autoridad pública que, en forma actual
o inminente, lesione, restrinja, altere o amenace, con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, los derechos o garantías
explícita o implícitamente reconocidas por la constitución Nacional, con excepción de la libertad individual tutelada
por el habeas corpus. (solo autoridad pública)

Art. 2º: la acción de amparo no será admisible cuando:

a) Existan recursos o remedios judiciales o administrativos que permitan obtener la protección del derecho o
garantía constitucional de que se trate, (medio judicial mas idóneo).
b) La intervención judicial comprometiera directa o indirectamente la regularidad, continuidad y eficacia de la
prestación de un servicio publico, o el desenvolvimiento de actividades esenciales del estado.

Art 3º: si la acción fuese manifiestamente inadmisible, el juez la rechazara sin sustanciación, ordenando el archivo
de las actuaciones.

Art. 4º: será competente para conocer de la acción de amparo el juez de Primera Instancia con jurisdicción en el
lugar en que el acto se exteriorice o tuviere o pudiera tener efecto.

Cuando un mismo acto u omisión afectare el derecho de varias personas, extenderá en todas esas acciones el
juzgado que hubiese prevenido, disponiéndose la acumulación de autos, en su caso.

Art. 5º: la acción de amparo podrá deducirse por toda persona individual o jurídica, por si o por apoderados, que se
considere afectada conforme los presupuestos establecidos en el articulo 1º. Podrá también ser deducida, en las
mismas condiciones, por las asociaciones que sin revestir el carácter de personas jurídicas justificaren, mediante la
exhibición de sus estatutos, que no contrarían una finalidad de bien publico.

Art. 10º: si el actor no compareciera a la audiencia por si o por apoderado, se lo tendrá por desistido, ordenándose
el archivo de las actuaciones, con imposición de costas. Si fuere el accionado quien no concurriere, se recibirá la
prueba del autor si la hubiere, y pasaran los autos para dictar sentencia.

Art. 13º: la sentencia firme declarativa de la existencia o inexistencia de la lesión, restricción, alteración, o amenaza
arbitraria o manifiestamente ilegal de un derecho o garantía constitucional, hace cosa juzgada respecto del
amparo, dejando subsistente a las partes, con independencia del amparo.

Art. 15º: Solo serán apelables la sentencia definitiva, las resoluciones previstas en el art. 3º y las que dispongan
medidas de no innovar o la suspensión de las efectos del acto impugnado. Deberá interponerse dentro de 48 horas
de notificada la resolución impugnada y será fundado.

En 1968, el código procesal civil y comercial incorporo el amparo contra actos de particulares, regulándolo como
proceso sumarísimo. El curso del amparo tal como quedo trazado originalmente estaba destinado a actos lesivos
graves de carácter individual que violaban la constitución o la ley.

Art. 321º: será aplicable el procedimiento establecido en el art. 498º:

1) A los procesos de conocimiento en los que el valor cuestionado no exceda de la suma de $5.000.
2) Cuando se reclamase contra un acto u omisión de un particular que, en forma actual o inminente lesione,
restrinja, altere o amenace con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta algún derecho o garantía explicita o
implícitamente reconocidos por la constitución nacional, un tratado o una ley, siempre que fuere necesaria la
reparación urgente del prejuicio o la cesación inmediata de los efectos del acto, y la cuestión, por su naturaleza, no
deba sustanciarse por alguno de los procesos establecidos por este código u otras leyes, que le bríndenla tutela
inmediata y efectiva a que esta destinada esta via acelerada de protección.
3) En los demás casos previstos por este código u otras leyes.
Si de conformidad con las pretensiones deducidas por el actor no procediere al tramite de juicio sumarísimo, el juez
resolverá cual es la clase de proceso que corresponde.

Art 498º: en los casos en que se promoviese juicio sumarísimo, presentada la demanda, el juez, teniendo en cuenta
la naturaleza de la cuestión y la prueba ofrecida, resolverá de oficio y como primera providencia si correspondiese
que la controversia se sustancie por esta clase de proceso. Si asi lo decidiese, el tramite se ajustara a lo establecido
para el proceso ordinario, con estas modificaciones:

1) Con la demanda y contestación se ofrecerá la prueba y agregara la documental.


2) No serán admisibles excepciones de previo y especial pronunciamiento, ni reconvención.
3) Todos los plazos serán de 3 dias, con excepción del de contestación de demanda, y el otorgado para fundar la
apelación y contestar el traslado memorial, que será de 5 dias.
4) Contestada la demanda se procederá conforme al art. 359º. La audiencia prevista en el art 360º deberá ser
señalada dentro de los 10 dias de contestada la demanda o de vencido el plazo para hacerlo.
5) No procederá la presentación de alegatos.
6) Solo serán apelables la sentencia definitiva y las providencias que decreten o denieguen medidas
precautorias. La apelación se concederá en relación, en efecto devolutivo, salvo cuando el cumplimiento de la
sentencia pudiese ocasionar un perjuicio irreparable en cuyo caso se otorgara en efecto suspensivo.

Por esto, la ley 16.986 acuño el principio de improcedencia del amparo cuando se hacía necesario declarar la
inconstitucionalidad de normas generales (leyes, decretos, ordenanzas).

¡Excepción caso OUTON! (1967)

El decreto 280/64 reglamentario de la bolsa de trabajo marítimo para minería y maestranza exigia como condición
para inscribirse en la bolsa, afiliarse forzosamente al sindicato con personeria legal reconocida.

Outon, trabajador marítimo, interpone acción de amparo y pide la constitucionalidad de ese decreto que afectaba
su derecho a trabajar y asociarse libremente.(art. 14)

La cámara rechazo la pretensión. Outon interpuso recurso extraordinario federal.

La Corte suprema dijo que en general no se puede declarar la inconstitucionalidad de una norma en el
procedimiento sumarísimo del amparo, pero puede ceder si la ilegitimidad de esa norma es manifiesta o viola
derechos humanos. En Outon hay un decreto que lesiona los derechos a trabajar y a agremiarse libremente, y que
causa un daño grave e irreparable, por tanto, el decreto es manifiestamente ilegitimo y exige remedio urgente.

Reunidos los requisitos de admisibilidad del Amparo, la Corte hace lugar a la acción y declara la inconstitucionalidad
del decreto.

Conclusión: puede declararse la inconstitucionalidad de una norma durante el procedimiento del amparo cuando la
ilegitimidad de la misma sea manifiesta.

 4º etapa CONSTITUCIONAL:
Con la reforma de 1994 el Amparo recibe raigambre constitucional. Reconocida en el art. 43 C.N.
“Toda persona puede interponer acción expedita y rápida de amparo, siempre que no exista otro medio judicial
más idóneo, contra todo acto u omisión de autoridades públicas o de particulares, que en forma actual o
inminente lesione, restrinja, altere o amenace, con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, derechos y garantías
reconocidos por esta Constitución, un tratado o una ley. En el caso, el juez podrá declarar la inconstitucionalidad
de la norma en que se funde el acto u omisión lesiva.
Podrán interponer esta acción contra cualquier forma de discriminación y en lo relativo a los derechos que
protegen al ambiente, a la competencia, al usuario y al consumidor, así como a los derechos de incidencia
colectiva en general, el afectado, el defensor del pueblo y las asociaciones que propendan a esos fines,
registradas conforme a la ley, la que determinará los requisitos y formas de su organización.”

del primer párrafo del artículo 43 surge el AMPARO INDIVIDUAL:


La “acción” queda definida como expedita y rápida, cuando en verdad lo expedito y rápido es el “proceso” que
toma curso con la acción. Ello se corrobora cuando, a continuación, se prevé la procedencia del amparo cuando no
existe otro medio judicial más idóneo. El acto lesivo que se acuse en el amparo podrá referirse a derechos y
garantías reconocidos por la constitución, por un tratado, o por una ley; y acá sí hay esclarecimientos favorables a
la holgura del proceso amparista. Asimismo, se habilita al juez del amparo para declarar la inconstitucionalidad de
la norma en la que se funda el acto o la omisión lesivos. A partir de la reforma, los actos u omisiones lesivos pueden
entonces, impugnarse mediante la acción de amparo, aunque resulten aplicativos de una norma general, cuya
inconstitucionalidad cabe controlar judicialmente en el mismo proceso.

Del párrafo segundo del art. 43 surge el AMPARO COLECTIVO:

Este también exige que exista un acto lesivo, pero circunscribe los bienes jurídicos y los derechos protegidos por
esa vía, y simultáneamente establece quiénes tienen disponibilidad de acudir al amparo para lograr esa misma
protección. Consigna el art. 43 que la acción puede ser interpuesta: a) contra toda forma de discriminación; b) en lo
relativo a derechos que protegen al ambiente, a la competencia, al usuario y al consumidor; c) en lo relativo a
“derechos de incidencia colectiva en general”. En este conjunto hallan recepción expresa los intereses difusos, o
colectivos, o de pertenencia difusa. El ámbito amplio del segundo párrafo se lo vincula con la legitimación, la cita de
sujetos investidos de ella se compone de otra manera; así: a) el afectado; b) el defensor del pueblo; c) las
asociaciones que propendan a los fines perjudicados por el acto lesivo, y que están registradas conforme a la ley.

La legitimación del “afectado”: La pluriindividualidad que caracteriza a los intereses generales, colectivos, sociales
o difusos requiere algunas connotaciones: a) por un lado, la indivisibilidad de lo que es común a muchos no riñe
con la fragmentación en situaciones jurídicas subjetivas que, sin ser exclusivas de cada uno, sí son “propias” de
cada uno en cuanto cada uno tiene “su” parte en lo que interesa a varios; b) por otro lado, el “afectado” no pierde
su calidad de tal por el hecho de que “otros” o “muchos” como él también lo sean; c) la “afectación” personal no
necesita identificarse con un daño o perjuicio que solamente recaiga sobre el “afectado”, porque tal afectación no
deja de ser personal, directa o concreta por el hecho de que resulte igual o similar a la de otros o muchos. Por
consiguiente: a) las discriminaciones grupales (por motivo de raza, religión, origen étnico o social, etc.); b) lo
relativo a derechos involucrados en los arts. 41 (ambiente) y 42 (consumidores y usuarios); y c) todo cuanto
razonablemente admita reputarse como un “derecho de incidencia colectiva” en general, confieren legitimación
para deducir amparo a todo aquél que resulta afectado por el acto lesivo, conforme a la interpretación amplia que
hacemos del segundo párrafo del art. 43.

La legitimación del defensor del pueblo: su misión es la defensa y protección de los derechos humanos y demás
derechos, garantías e intereses. Por lo tanto dispone de acción para acceder a la justicia mediante el amparo de
este párrafo segundo.

La legitimación de las asociaciones. Cuyos fines propenden a la defensa de bienes, derechos e intereses. La norma
las habilita con la condición de que estén registradas conforme a la ley, pero mientras a falta de ley no estén
registradas, damos por cierto que basta que existan con alguna formalidad asociativa de la que surjan sus fines para
que su legitimación les sea reconocida judicialmente. Resta añadir que si invisten legitimación para promover
amparo, también se les ha de admitir cuando, de no ser procedente el amparo, acuden a otra clase de vía judicial.

La pluralidad de legitimaciones: La triple legitimación del afectado, del defensor del pueblo, y de las asociaciones
nos induce a sostener que una no excluye a las otras, por lo que ninguno de los legitimados tiene el monopolio de
la acción. De no darse un litisconsorcio activo ni acumulación de amparos en un solo proceso, resta prever el
alcance de los efectos de la sentencia, a fin de evitar decisiones opuestas que desvirtúen en una misma cuestión,
resuelta por sentencias dictadas en más de un caso, el objetivo tutelar del amparo.

La operatividad del art. 43: La norma constitucional del art. 43 es directamente operativa, lo que significa que aun
en ausencia de ley reglamentaria surte su efecto tutelar y debe ser aplicada por los jueces. No impide que la ley le
confiera desarrollo razonable, pero no lo torna imprescindible.

La cosa juzgada en el juicio de amparo: La sentencia que recae en el juicio de amparo hace cosa juzgada respecto
del amparo, lo que significa que la misma cuestión no puede volver a replantearse en un nuevo proceso amparista,
pero deja abierta la posibilidad de promover igual cuestión por una vía judicial diferente al amparo, si es que en el
amparo se ha rechazado la pretensión en él articulada por faltar algunos requisitos de procedencia.

El amparo durante el estado de sitio: Durante el estado de sitio, la restricción que razonablemente pueden
padecer los derechos y libertades individuales es capaz de hacer decaer paralelamente la eficacia del amparo que
como garantía los tutela. Sabemos que el estado de sitio como instituto de emergencia hace viable una limitación
más intensa y severa del ejercicio de algunos derechos. Lo que no admitimos es que obture la procedencia formal
del amparo, es decir, la interposición de la acción y el trámite del proceso. Lo único posible es que el tribunal de la
causa no haga lugar en su sentencia a la pretensión del amparista, por entender que la restricción impuesta al
derecho por él alegado no configura, en la situación excepcional del estado de sitio en vigor, un acto lesivo de
arbitrariedad o ilegalidad manifiesta.

HABEAS DATA:
Surge del tercer parrafo del Art. 43:

“Toda persona podrá interponer esta acción para tomar conocimiento de los datos a ella referidos y de su
finalidad, que consten en registros o bancos de datos públicos, o los privados destinados a proveer informes, y
en caso de falsedad o discriminación, para exigir la supresión, rectificación, confidencialidad o actualización de
aquéllos. No podrá afectarse el secreto de las fuentes de información periodística”.

Puede interponer la acción toda persona, con el objeto de: a) conocer los datos a ella referidos y la finalidad de su
almacenamiento; b) exigir la supresión, rectificación, confidencialidad o actualización de esos datos. Los datos
susceptibles de dar lugar a la acción de habeas data han de ser los que constan en registros o bancos públicos, y
también privados, cuando éstos están destinados a proveer informes. Pero en ningún caso puede afectarse el
secreto de las fuentes de información periodística, prohibición que resguarda debidamente el secreto profesional
de los medios de comunicación. En los registros privados la norma habilita la acción solamente cuando ellos están
destinados a proveer informes. Quedan fuera, entonces, y como ejemplo, los archivos históricos o periodísticos, y
todos los que se limitan a coleccionar o recopilar documentación, porque en este caso su destino no es el uso
público.

Las clases de habeas data: su objeto y sus finalidades:

El habeas data presenta un contenido multidireccional

A. El habeas data informativo para recabar:


a. qué datos personales se encuentran registrados;
b. con qué finalidad se han obtenido y se hallan registrados;
c. de qué fuente se han obtenido los datos (salvo si se trata de fuentes periodísticas, u otras fuentes
resguardadas por secreto profesional);
B. El habeas data rectificador para:
a. corregir datos archivados que son falsos o inexactos;
b. actualizar o adicionar datos atrasados o incompletos;
C. El habeas data de preservación para:
a. excluir datos archivados que integran la información personal denominada “información sensible” (por
ejemplo, los referidos a orientación sexual, identidad étnica o racial, religión, ciertas enfermedades, ideas políticas,
etc.);
b. reservar en la confidencialidad ciertos datos archivados que hacen a informaciones legalmente acumuladas,
pero innecesarias y sustraídas al acceso de terceros, o susceptibles de originar daño a la persona si son conocidas
por terceros;
D. Puede haber un habeas data mixto, que tiende a más de una finalidad entre las antes expuestas en los incisos
a) a c).

Ambitos a los que no cubre el habeas data: Entendemos que no deben resguardarse dentro del ámbito protegido
por el habeas data algunos datos que, con suficiente razonabilidad, son de interés público o general.
a) La información colectada en registros o ficheros que se refiere a la actividad comercial, empresarial o
financiera de las personas, porque su conocimiento parece de acceso necesario a terceros que también están
insertos en la red de similares actividades;
b) La documentación histórica destinada a la consulta e información de investigadores, estudiosos, científicos y
personas en general, porque la divulgación que puedan hacer de esos datos con destino a la información pública a
través de distintos medios en el circuito social, bien se puede considerar como una forma de facilitar en el público
y de promover en la sociedad el acceso a la cultura y a la información; no en vano se habla de información pública
científica, información pública historiográfica, consulta documental histórica y periodística, para cubrir tanto la
búsqueda como la difusión de dicha información;
c) La defensa y seguridad del estado, siempre que realmente en un caso concreto resulte razonable y excepcional
el acceso a ciertos datos personales registrados, porque parece configurar otro supuesto frente al cual no opera la
protección del habeas data.

El secreto periodístico: La norma no ha protegido específicamente más que el secreto de las fuentes de
información periodística, aun cuando en otros ámbitos el secreto profesional es también un aspecto de la intimidad
o privacidad de las personas. Este secreto tiene seguro albergue constitucional, pero no en esta cláusula sobre el
habeas data, sino implícitamente en el art. 19.

La reserva que esta cláusula formula a favor de las fuentes de información periodística reviste, a nuestro criterio,
un doble alcance:

a) en primer lugar, impide que mediante el habeas data se pretenda conocer qué datos personales figuran
registrados periodísticamente;

b) en segundo lugar, impide asimismo conocer de dónde fueron obtenidos (acá se protege la fuente —de cualquier
índole— de la cual es originaria la información que posee la fuente periodística). Por fuente periodística se ha de
entender la propia de todos los medios audiovisuales y escritos de comunicación social. También de los
informatizados.

La legitimación procesal activa: Ha de quedar bien en claro que la promoción del habeas data queda reservada, en
forma estrictamente personal, al sujeto a quien se refieren los datos archivados en el banco de que se trate, siendo
el único investido de legitimación procesal activa.

La aplicación del art. 43 al habeas data: La norma es operativa, y debe funcionar y aplicarse aunque carezca de ley
reglamentaria. Su naturaleza federal obliga a las provincias. En otro orden de cuestiones, también en el habeas
data queda habilitado el juez del proceso para ejercer el control de constitucionalidad de normas generales.
Durante el estado de sitio, ha de tomarse en cuenta lo que, genéricamente, hemos explicado para la procedencia
del amparo.

Ley 25.326: (2000)


Art 1º (objeto)
La presente ley tiene por objeto la protección integral de los datos personales asentados el archivos de
registros, bancos de datos, u otros medios técnicos de tratamiento de datos, sean estos públicos o
privados destinados a dar informes, para garantizar el derecho al honor y a la intimidad de las personas,
asi como también el acceso a la información que sobre las mismas se registre, de conformidad a lo
establecido en el art 46, párrafo tercero de la CN.
Las disposiciones de la presente ley también serán aplicables, en cuanto resulte pertinente a los datos
relativos a personas de existencia ideal.
En ningún caso se podrán afectar la base de datos ni las fuentes de información periodísticas.
Art. 2. Definiciones:
Datos personales: información de cualquier tipo referida a personas físicas o de existencia ideal
determinadas o determinables.
Datos sensibles: datos personales que revelan origen racial y étnico, opiniones políticas, convicciones
religiosas, filosóficas o morales, afiliación sindical e información referente a la salud o a la vida sexual.
Archivos, registro, base o banco de datos: indistintamente, designan al conjunto organizado de datos
personales que sean objeto de tratamiento o procesamiento, electrónico o no, cualquiera que fuere la
modalidad de su información, almacenamiento, organización o acceso.
Tratamiento de datos: operaciones y procedimientos sistematicos, electrónicos o no, que permitan la
recolección, conservación, ordenación, almacenamiento, modificación, relacionamiento, evaluación,
bloqueo, destrucción, y en general el procesamiento de datos personales, asi como también su cesion a
terceros a través de comunicaciones, consultas, interconexiones o transferencias.
Responsable de archivo, registro, base o banco de datos: persona física o de existencia ideal publica o
privada, que es titular de un archivo, registro, base o banco de datos.
Datos informatizados: los datos personales sometidos al tratamiento o procesamiento electrónico o
autoamatizado.
Titular de los datos: toda persona física o persona de existencia ideal con domicilio legal o delegaciones o
sucursales en el país, cuyos datos sean objeto del tratamiento al que se refiere la presente ley.
Usuario de datos: toda persona, publica o privada que realice a su arbirio el tratamiento de datos, ya sea
en archivos, registros o bancos de datos propios o a través de conexión con los mismos.
Disociacion de datos: Todo tratamiento de datos personales de manera que la información obtenida no
pueda asociarse a persona determinada o determinable.
Art 10º: deber de confidencialidad:
1) El responsable y las personas que intervengan en cualquier fase del tratamiento de datos personales
están obligados al secreto profesional respecto de los mismos. Tal obligación subsistirá aun después de
finalizada su relación con el titular del archivo de datos.
2) El obligado podrá ser revelado del deber de secreto por resolución judicial y cuando medien razones
fundadas relativas a la seguridad publica, la defensa nacional o la saludo publica.
Art 13º: derecho de información:
Toda persona puede solicitar información al organismo de control relativa a la existencia de archivos,
registros, bases o bancos de datos personales, sus finalidades y la identidad de sus responsables.
El registro que se lleve al efecto será de consulta publica y gratuita.
Art 14º derecho de acceso:
1. El titular de los datos, previa acreditación de su identidad, tiene derecho a solicitar y obtener
información de sus datos personales incluidos en los bancos de datos públicos, o privados destinados a
proveer informes.
2. El responsable o usuario debe proporcionar la información solicitada dentro de los diez días corridos de
haber sido intimado fehacientemente. Vencido el plazo sin que se satisfaga el pedido, o si evacuado el
informe, éste se estimara insuficiente, quedará expedita la acción de protección de los datos personales o
de hábeas data prevista en esta ley.
3. El derecho de acceso a que se refiere este artículo sólo puede ser ejercido en forma gratuita a
intervalos no inferiores a seis meses, salvo que se acredite un interés legítimo al efecto. 4. El ejercicio del
derecho al cual se refiere este artículo en el caso de datos de personas fallecidas le corresponderá a sus
sucesores universales.
ARTICULO 15. — (Contenido de la información).
1. La información debe ser suministrada en forma clara, exenta de codificaciones y en su caso
acompañada de una explicación, en lenguaje accesible al conocimiento medio de la población, de los
términos que se utilicen.
2. La información debe ser amplia y versar sobre la totalidad del registro perteneciente al titular, aun
cuando el requerimiento sólo comprenda un aspecto de los datos personales. En ningún caso el informe
podrá revelar datos pertenecientes a terceros, aun cuando se vinculen con el interesado.
3. La información, a opción del titular, podrá suministrarse por escrito, por medios electrónicos,
telefónicos, de imagen, u otro idóneo a tal fin.
ARTICULO 16. — (Derecho de rectificación, actualización o supresión).
1. Toda persona tiene derecho a que sean rectificados, actualizados y, cuando corresponda, suprimidos o
sometidos a confidencialidad los datos personales de los que sea titular, que estén incluidos en un banco
de datos.
2. El responsable o usuario del banco de datos, debe proceder a la rectificación, supresión o actualización
de los datos personales del afectado, realizando las operaciones necesarias a tal fin en el plazo máximo de
cinco días hábiles de recibido el reclamo del titular de los datos o advertido el error o falsedad.
3. El incumplimiento de esta obligación dentro del término acordado en el inciso precedente, habilitará al
interesado a promover sin más la acción de protección de los datos personales o de hábeas data prevista
en la presente ley.
4. En el supuesto de cesión, o transferencia de datos, el responsable o usuario del banco de datos debe
notificar la rectificación o supresión al cesionario dentro del quinto día hábil de efectuado el tratamiento
del dato.
5. La supresión no procede cuando pudiese causar perjuicios a derechos o intereses legítimos de terceros,
o cuando existiera una obligación legal de conservar los datos.
6. Durante el proceso de verificación y rectificación del error o falsedad de la información que se trate, el
responsable o usuario del banco de datos deberá o bien bloquear el archivo, o consignar al proveer
información relativa al mismo la circunstancia de que se encuentra sometida a revisión.
7. Los datos personales deben ser conservados durante los plazos previstos en las disposiciones aplicables
o en su caso, en las contractuales entre el responsable o usuario del banco de datos y el titular de los
datos.
ARTICULO 17. — (Excepciones).
1. Los responsables o usuarios de bancos de datos públicos pueden, mediante decisión fundada, denegar
el acceso, rectificación o la supresión en función de la protección de la defensa de la Nación, del orden y
la seguridad públicos, o de la protección de los derechos e intereses de terceros.
2. La información sobre datos personales también puede ser denegada por los responsables o usuarios de
bancos de datos públicos, cuando de tal modo se pudieran obstaculizar actuaciones judiciales o
administrativas en curso vinculadas a la investigación sobre el cumplimiento de obligaciones tributarias o
previsionales, el desarrollo de funciones de control de la salud y del medio ambiente, la investigación de
delitos penales y la verificación de infracciones administrativas. La resolución que así lo disponga debe ser
fundada y notificada al afectado.
3. Sin perjuicio de lo establecido en los incisos anteriores, se deberá brindar acceso a los registros en
cuestión en la oportunidad en que el afectado tenga que ejercer su derecho de defensa.
Acción de protección de los datos personales

ARTICULO 33. — (Procedencia). 1. La acción de protección de los datos personales o de hábeas data procederá:

a) para tomar conocimiento de los datos personales almacenados en archivos, registros o bancos de datos públicos
o privados destinados a proporcionar informes, y de la finalidad de aquéllos;

b) en los casos en que se presuma la falsedad, inexactitud, desactualización de la información de que se trata, o el
tratamiento de datos cuyo registro se encuentra prohibido en la presente ley, para exigir su rectificación,
supresión, confidencialidad o actualización.

ARTICULO 34. — (Legitimación activa). La acción de protección de los datos personales o de hábeas data podrá ser
ejercida por el afectado, sus tutores o curadores y los sucesores de las personas físicas, sean en línea directa o
colateral hasta el segundo grado, por sí o por intermedio de apoderado. Cuando la acción sea ejercida por personas
de existencia ideal, deberá ser interpuesta por sus representantes legales, o apoderados que éstas designen al
efecto. En el proceso podrá intervenir en forma coadyuvante el Defensor del Pueblo.

ARTICULO 35. — (Legitimación pasiva). La acción procederá respecto de los responsables y usuarios de bancos de
datos públicos, y de los privados destinados a proveer informes.

ARTICULO 36. — (Competencia). Será competente para entender en esta acción el juez del domicilio del actor; el
del domicilio del demandado; el del lugar en el que el hecho o acto se exteriorice o pudiera tener efecto, a elección
del actor. Procederá la competencia federal:

a) cuando se interponga en contra de archivos de datos públicos de organismos nacionales, y

b) cuando los archivos de datos se encuentren interconectados en redes interjurisdicciones, nacionales o


internacionales.

ARTICULO 40. — (Confidencialidad de la información).

1. Los registros, archivos o bancos de datos privados no podrán alegar la confidencialidad de la información que se
les requiere salvo el caso en que se afecten las fuentes de información periodística.

2. Cuando un archivo, registro o banco de datos público se oponga a la remisión del informe solicitado con
invocación de las excepciones al derecho de acceso, rectificación o supresión, autorizadas por la presente ley o por
una ley específica; deberá acreditar los extremos que hacen aplicable la excepción legal.

ARTICULO 43. — (Sentencia).

2. En el caso de estimarse procedente la acción, se especificará si la información debe ser suprimida, rectificada,
actualizada o declarada confidencial, estableciendo un plazo para su cumplimiento.

3. El rechazo de la acción no constituye presunción respecto de la responsabilidad en que hubiera podido incurrir el
demandante.

HABEAS CORPUS:
 LA ETAPA ANTERIOR A LA REFORMA CONSTITUCIONAL DE 1994:
El habeas corpus es la garantía tradicional, que como acción, tutela la libertad física o corporal o de locomoción, a
través de un procedimiento judicial sumario, que se tramita en forma de juicio.
Nuestra constitución formal antes de su reforma en 1994 le suministró base en la parte del art. 18 que establece
que nadie puede ser arrestado sino en virtud de orden escrita de autoridad competente. Superabundantemente, se
lo pudo considerar como garantía implícita en el art. 33. No era requisito inexorable para la viabilidad del habeas
corpus que existiera reglamentación legal a su respecto; ni para reconocerlo como garantía, como acción, y como
proceso; ni para tramitarlo judicialmente.

La legislación sobre el habeas corpus: Hasta 1984 el habeas corpus sólo estuvo legislado en el art. 20 de la ley 48 y
en el código procesal penal “de la nación”. La ley 23.098 de 1984, vino a derogar aquellas disposiciones, y a
reemplazarlas íntegramente con un sistema independiente, que no quedó incorporado al código procesal penal. Es
una ley de contenido constitucional. El procedimiento de habeas corpus procede cuando se denuncia un acto o una
omisión de autoridad pública que implica: a) limitación o amenaza actual de la libertad ambulatoria sin orden
escrita de autoridad competente; b) agravación ilegítima de la forma y condiciones en que se cumple la privación
de la libertad.
La legitimación procesal activa para promover la acción no se circunscribe a la persona que padece la restricción en
su propia libertad, ya que cualquiera otra, aun sin estar apoderada por ella, inviste esa legitimación. Y hasta
es excepcionalmente procedente el habeas corpus de oficio, es decir, por iniciativa del juez, sin necesidad de
demanda.
Ley 23.098
Articulo 1º: esta ley regirá desde su publicación (…) y tendrá viegencia en todo el territorio de la Nacion.
Artículo 3: Procedencia.- Corresponderá el procedimiento de hábeas corpus cuando se denuncie un acto u omisión
de autoridad pública que implique:
1. Limitación o amenaza actual de la libertad ambulatoria sin orden escrita de autoridad competente.
2. Agravación ilegítima de la forma y condiciones en que se cumple la privación de la libertad sin perjuicio de las
facultades propias del juez del proceso si lo hubiere.
Artículo 4: Estado de sitio.- Cuando sea limitada la libertad de una persona en virtud de la declaración prevista en
el artículo 23 de la Constitución Nacional, el procedimiento de hábeas corpus podrá tender a comprobar, en el caso
concreto:
1. La legitimidad de la declaración del estado de sitio.
2. La correlación entre la orden de privación de la libertad y la situación que dio origen a la declaración del estado
de sitio.
3. La agravación ilegítima de la forma y condiciones en que se cumple la privación de la libertad que en ningún caso
podrá hacerse efectiva en establecimientos destinados a la ejecución de penas.
4. El efectivo ejercicio del derecho de opción previsto en la última parte del artículo 23 de la Constitución Nacional.
LEY 23098
Artículo 5: Facultados a denunciar. - La denuncia de hábeas corpus podrá ser interpuesta por la persona que afirme
encontrarse en las condiciones previstas por los artículos 3 y 4 o por cualquier otra en su favor.
Artículo 6: Inconstitucionalidad. - Los jueces podrán declarar de oficio en el caso concreto la inconstitucionalidad,
cuando la limitación de la libertad se lleve a cabo por orden escrita de una autoridad que obra en virtud de un
precepto legal contrario a la Constitución Nacional.
Artículo 8: Competencia. - Cuando el acto denunciado como lesivo emane de autoridad nacional conocerán de los
procedimientos de hábeas corpus.
1. En la Capital Federal los jueces de primera instancia en lo criminal de instrucción.
2. En territorio nacional o provincias los jueces de sección, según las reglas que rigen su competencia territorial.
Artículo 10: Desestimación o incompetencia. - El juez rechazará la denuncia que no se refiera a uno de los casos
establecidos en los artículos 3 y 4 de esta ley; si se considerara incompetente así lo declarará. En ambos casos
elevará de inmediato la resolución en consulta a la Cámara de Apelaciones, que decidirá a más tardar dentro de las
veinticuatro horas; si confirmare la resolución de incompetencia remitirá los autos al juez que considere
competente.
Artículo 22: Intervención del denunciante. - El denunciante podrá intervenir en el procedimiento con asistencia
letrada y tendrá en él los derechos otorgados a los demás intervinientes, salvo lo dispuesto en el párrafo 2 del
artículo 19, pero no será necesario citarlo o notificarlo.
La ley de habeas corpus introdujo dos importantes innovaciones:
o si la restricción a la libertad se produce durante el estado de sitio (en virtud del art. 23 de la constitución), el
juez del habeas corpus podrá controlar en el caso concreto sometido a su decisión la legitimidad de la declaración
del estado de sitio.
o si la limitación a la libertad se lleva a cabo por orden escrita de una autoridad que actúa en virtud de un
precepto legal contrario a la constitución, el juez del habeas corpus podrá declarar “de oficio” la
inconstitucionalidad en el caso concreto sometido a su decisión.

El habeas corpus contra actos de particulares: La ley 23.098 no previó, para el ámbito federal, el habeas corpus
contra actos de particulares. Expresamente remite tal supuesto a lo que establezca la ley respectiva.

El habeas corpus “de oficio”: Como excepción a la regla según la cual los jueces no actúan “de oficio”, sino a
requerimiento de parte, la ley 23.098 previó en el orden federal un caso de habeas corpus “de oficio”, y que
procede sin promoción de demanda alguna cuando el tribunal tiene conocimiento por sí mismo de la afectación
grave de libertad padecida por una persona, con riesgo de sufrir perjuicio irreparable o de ser trasladada fuera del
territorio de la jurisdicción del tribunal.

El habeas corpus contra sentencias militares: Con la ley 23.042 (del año 1984) se habilitó excepcionalmente el uso
del habeas corpus para revisar sentencias firmes de condena aplicadas a civiles por tribunales militares. El derecho
judicial emanado de la jurisprudencia de la Corte siempre sostuvo la improcedencia del habeas corpus para revisar
sentencias firmes de tribunales militares. Una vez vigente la ley 23.042, creemos que la norma del derecho judicial,
acuñada con anterioridad, cedió su paso a la norma legal en los casos incluidos en sus disposiciones.

 LA ETAPA POSTERIOR A LA REFORMA CONSTITUCIONAL DE 1994: Surge del cuarto y ultimo párrafo del Art. 43:
“Cuando el derecho lesionado, restringido, alterado o amenazado fuera la libertad física, o en caso de
agravamiento ilegítimo en la forma de condiciones de
detención, o en el de desaparición forzada de personas, la acción de habeas corpus podrá ser interpuesta por el
afectado o por cualquiera en su favor y el juez resolverá de inmediato, aun durante la vigencia del estado de
sitio”.
En cuanto a la legitimación para interponer la acción, se ha respetado tanto la del afectado en su libertad física
como la de cualquier otra persona a su nombre, con proximidad al perfil de una acción popular. La norma concluye
dando por verdad que el habeas corpus es deducible también durante la vigencia del estado de sitio, tal como el
derecho judicial de la Corte lo tiene establecido desde tiempo atrás, en superación de interpretaciones que
negaban su admisibilidad o procedencia en épocas de estado de sitio.
Aunque este segmento del art. 43 guarda silencio acerca del control judicial de constitucionalidad que —acaso—
pudiera suscitarse si el acto lesivo de la libertad física fuera ejecutado en aplicación de una ley u otra norma
general, tenemos convicción segura de que la declaración de inconstitucionalidad sería procedente, del mismo
modo como la norma constitucional lo ha dejado esclarecido en el párrafo primero regulatorio de la acción de
amparo. También el art. 43 guarda silencio acerca del habeas corpus de oficio, pero la omisión no alcanza para
negar la subsistencia de su viabilidad.
De modo análogo, damos por vigentes todas las amplitudes que para la procedencia del habeas corpus hemos
explicado con relación a la etapa anterior a la reforma de 1994.
Para el supuesto de agravamiento ilegítimo en la forma o las condiciones de detención parece quedar ahora en
claro que el habeas corpus procede no sólo cuando ese agravamiento recae sobre la libertad corporal del detenido,
sino también cuando a éste, por su situación de tal, se le cercenan,
lesionan o cohiben otros derechos cuyo ejercicio le es restringido o impedido, o cuando en su privacidad de libertad
se le infligen mortificaciones innecesarias. Así, en su derecho a recibir asistencia espiritual y religiosa, a gozar de la
atención médica y sanitaria necesaria, a comunicarse con el exterior, a expresarse, etc.
El habeas corpus contra actos de particulares: En la medida en que garantías como el habeas corpus y el amparo
tienen raigambre en la constitución tenemos certeza de que el habeas corpus procede no sólo contra actos de
autoridad sino también contra actos de particulares.
Los tratados internacionales de jerarquía constitucional: El art. 7 del Pacto de San José de Costa Rica, después de
varias cláusulas de garantía para la libertad, consagra el habeas corpus, sin denominarlo así, en el apartado 6, que
dice: “Toda persona privada de libertad tiene derecho a recurrir ante un juez o tribunal competente, a fin de que
éste decida sin demora sobre la legalidad de su arresto o detención y ordene su libertad si el arresto o la detención
fueran ilegales. En los estados partes cuyas leyes prevén que toda persona que se viera amenazadas de ser privada
de su libertad tiene derecho a recurrir a un juez o tribunal competente a fin de que éste decida sobre la legalidad
de tal amenaza, dicho recurso no puede ser restringido ni abolido. Los recursos podrán interponerse por sí o por
otra persona.”
El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos contiene una norma equivalente en su art. 9.4. La Convención
sobre Derechos del Niño prevé en su art. 37 el supuesto de privación de libertad ilegal o arbitraria del niño (inc. b),
y el derecho a impugnarla ante un tribunal u otra autoridad competente, independiente e imparcial, así como a
pronta decisión sobre dicha acción (inc. d).

Sus clases:

Dentro de las variadas categorías de habeas corpus, cabe mencionar:

a) el habeas corpus clásico, o de reparación, que tiende a rehabilitar la libertad física contra actos u omisiones
que la restringen o impiden sin orden legal de autoridad competente;
b) el habeas corpus preventivo, que se dirige a frenar las “amenazas” ciertas e inminentes para la libertad física;
c) el habeas corpus correctivo contra toda forma ilegítima que agrava la condición de una persona legalmente
privada de su libertad;
d) el habeas corpus restringido contra molestias que perturban la libertad de locomoción, sin llegar a la privación
de libertad (seguimientos, vigilancias, impedimentos de acceder a lugares como el domicilio, el sitio de trabajo o
estudio, etc.).

El habeas corpus no tiene por objeto investigar ni castigar el eventual delito que pueda haber cometido el autor de
la privación ilegítima de la libertad, pero ello no exime al juez del habeas corpus de realizar las diligencias
necesarias para conocer el hecho de la restricción a la libertad y obtener la reparación si resulta procedente.

Ley de ética publica:

ARTICULO 1º — La presente ley de ética en el ejercicio de la función pública establece un conjunto de deberes,
prohibiciones e incompatibilidades aplicables, sin excepción, a todas las personas que se desempeñen en la función
pública en todos sus niveles y jerarquías, en forma permanente o transitoria, por elección popular, designación
directa, por concurso o por cualquier otro medio legal, extendiéndose su aplicación a todos los magistrados,
funcionarios y empleados del Estado. Se entiende por función pública, toda actividad temporal o permanente,
remunerada u honoraria, realizada por una persona en nombre del Estado o al servicio del Estado o de sus
entidades, en cualquiera de sus niveles jerárquicos.

ARTICULO 2º — Los sujetos comprendidos en esta ley se encuentran obligados a cumplir con los siguientes deberes
y pautas de comportamiento ético:

a) Cumplir y hacer cumplir estrictamente Constitución Nacional, las leyes y los reglamentos que en su consecuencia
se dicten y defender el sistema republicano y democrático de gobierno;

b) Desempeñarse con la observancia y respeto de los principios y pautas éticas establecidas en la presente ley:
honestidad, probidad, rectitud, buena fe y austeridad republicana;

c) Velar en todos sus actos por los intereses del Estado, orientados a la satisfacción del bienestar general,
privilegiando de esa manera el interés público sobre el particular;

d) No recibir ningún beneficio personal indebido vinculado a la realización, retardo u omisión de un acto inherente
a sus funciones, ni imponer condiciones especiales que deriven en ello;

e) Fundar sus actos y mostrar la mayor transparencia en las decisiones adoptadas sin restringir información, a
menos que una norma o el interés público claramente lo exijan;

f) Proteger y conservar la propiedad del Estado y sólo emplear sus bienes con los fines autorizados. Abstenerse de
utilizar información adquirida en el cumplimiento de sus funciones para realizar actividades no relacionadas con sus
tareas oficiales o de permitir su uso en beneficio de intereses privados;
g) Abstenerse de usar las instalaciones y servicios del Estado para su beneficio particular o para el de sus
familiares, allegados o personas ajenas a la función oficial, a fin de avalar o promover algún producto, servicio o
empresa;

h) Observar en los procedimientos de contrataciones públicas en los que intervengan los principios de publicidad,
igualdad, concurrencia razonabilidad;

i) Abstenerse de intervenir en todo asunto respecto al cual se encuentre comprendido en alguna de las causas de
excusación previstas en ley procesal civil.

ARTICULO 3º — Todos los sujetos comprendidos en el artículo 1º deberán observar como requisito de
permanencia en el cargo, una conducta acorde con la ética pública en el ejercicio de sus funciones. Si así no lo
hicieren serán sancionados o removidos por los procedimientos establecidos en el régimen propio de su función.

ARTICULO 5º — Quedan comprendidos en la obligación de presentar la declaración jurada: a) El presidente y


vicepresidente de la Nación; b) Los senadores y diputados de la Nación; c) Los magistrados del Poder Judicial de la
Nación; d) Los magistrados del Ministerio Público de la Nación; e) El Defensor del Pueblo de la Nación y los adjuntos
del Defensor del Pueblo; f) El Jefe de Gabinete de Ministros, los ministros, secretarios y subsecretarios del Poder
Ejecutivo nacional; g) Los interventores federales; h) El Síndico General de la Nación.

ARTICULO 13. — Es incompatible con el ejercicio de la función pública:

a) dirigir, administrar, representar, patrocinar, asesorar, o, de cualquier otra forma, prestar servicios a quien
gestione o tenga una concesión o sea proveedor del Estado, o realice actividades reguladas por éste, siempre que
el cargo público desempeñado tenga competencia funcional directa, respecto de la contratación, obtención,
gestión o control de tales concesiones, beneficios o actividades;

b) ser proveedor por sí o por terceros de todo organismo del Estado en donde desempeñe sus funciones.

ARTICULO 14. — Aquellos funcionarios que hayan tenido intervención decisoria en la planificación, desarrollo y
concreción de privatizaciones o concesiones de empresas o servicios públicos, tendrán vedada su actuación en los
entes o comisiones reguladoras de esas empresas o servicios, durante TRES (3) años inmediatamente posteriores a
la última adjudicación en la que hayan participado.

ARTICULO 15. — En el caso de que al momento de su designación el funcionario se encuentre alcanzado por alguna
de las incompatibilidades previstas en el Artículo 13, deberá:

a) Renunciar a tales actividades como condición previa para asumir el cargo.

b) Abstenerse de tomar intervención, durante su gestión, en cuestiones particularmente relacionadas con las
personas o asuntos a los cuales estuvo vinculado en los últimos TRES (3) años o tenga participación societaria.

Unidad VIII:
Seguridad jurídica:
En un buen sentido abarca la “seguridad del estado” (tanto interna como externa); la seguridad de las instituciones
constitucionales; la seguridad de las personas y sus derechos. Su concepto brinda la idea de que ha de ser posible
prever razonablemente con suficiente precisión, cuales han de ser las conductas por parte del estado y los
particulares en el marco estable del ordenamiento jurídico, así como contar con la protección adecuada frente a la
arbitrariedad y a las violaciones de ese mismo orden jurídico.

Garantías constitucionales “El debido proceso”:


Las garantías constitucionales son el soporte de la seguridad jurídica, por esto se las define como el conjunto de
seguridades jurídico-institucionales deparadas al hombre. Las garantías existen frente al Estado, en cuanto son
medios o procedimientos que aseguran la vigencia de los derechos.
debido proceso adjetivo, o sea, al que exije cumplimentar ciertos recaudos formales, de trámite y de
procedimiento, para llegar a una definición, mediante la sentencia, de una litis.

otro concepto, el del debido proceso sustantivo, que refiere a la necesidad de que las sentencias (y también, en
general, las normas) sean valiosas en sí mismas, esto es, que sean razonables, es también una garantía
constitucional innominada, ubicable en el grupo de los derechos no enumerados (art. 33, C.N), detectada por la
jurisprudencia estadounidense y aceptada por la nuestra.

FUNCIÓN DE LAS NORMAS PROCESALES. - En principio, corresponde a éstas reglamentar y hacer efectivas las
garantías constitucionales del debido proceso y defensa en juicio, por lo que se presumen sancionadas en favor de
los justiciables.

Art. 18 C.N. “Ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio previo fundando en ley anterior al hecho
del proceso, ni juzgado por comisiones especiales, o sacado de los jueces designados por ley antes del hecho de
la causa. Nadie puede ser obligado a declarar contra si mismo; ni arrestado sino en virtud de orden escrita de
autoridad competente. Es inviolable la defensa en juicio de la persona y de los derechos. El domicilio es
inviolable, como también la correspondencia epistolar y los papeles privados; y una ley determinará en que
casos y con que justificativos podrá procederse a su allanamiento y ocupación. Quedan abolidos para siempre la
pena de muerte por causas políticas, toda especia de tormentos y azotes. Las cárceles de la Nación serán sanas y
limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidas en ellas, y que toda medida a pretexto de
precaución conduzca a modificarlos mas allá de lo que aquella exija, hará responsable al juez que lo autorice”.

De este articulo surgen distintos principios constitucionales:

 Derecho a la jurisdicción: también conocido como derecho a la tutela judicial efectiva. Es un derecho que no
esta reconocido en la constitución formalmente, pero ha sido reconocido por la doctrina y por el derecho judicial.
La corte suprema de justicia lo conceptúa como el derecho de ocurrir ante un órgano judicial en procura de justicia.
El titular de ese derecho, justiciable, es tanto el hombre como las personas jurídicas y asociaciones, y en el sentido
amplio también el Estado. El sujeto pasivo es el estado a través del órgano judicial encargado de administrar
justicia.
Este sistema no es solamente ejercido por quien voluntariamente toma la iniciativa de un proceso, sino que
también el demandado titulariza el derecho a la jurisdicción. Es decir, que todo aquel que voluntariamente o sin su
libre iniciativa, interviene en un proceso, tiene derecho a la jurisdicción.
Este derecho no se agota con el acceso al órgano judicial, de esta forma solo se cumple la primera etapa. El
desarrollo subsiguiente importa un despliegue del derecho a la jurisdicción que requiere: a) que se cumpla la
garantía del debido proceso, b) que la pretensión se resuelva mediante la sentencia que debe ser oportuna en el
tiempo, debidamente fundada y justa.
El principio fundamental contenido en el derecho a la jurisdicción se fórmula diciendo que todo justiciable tiene
derecho a que no se excluya compulsivamente la intervención de un órgano del poder judicial.
Siendo el derecho a la jurisdicción correlativo de la obligación que tiene el estado de prestar su función de
administrar justicia, para que aquel derecho y esta función se satisfagan, el estado debe: a) establecer los órganos
(tribunales) del llamado poder judicial; b) asignarles jurisdicción y competencia; y por ultimo c) dictar las normas de
procedimiento.
Derecho a la jurisdicción en los tratados internacionales con jerarquía constitucional:
En el Pacto de San José de Costa Rica podemos mencionar el art. 25 inc. 1“Toda persona tiene derecho a un
recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales competentes, que la
ampare contra actos que violen sus derechos fundamentalmente reconocidos por la constitución, la ley o la
presente Convención, aun cuando tal violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio de sus
funciones oficiales”.
En el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos se hace referencia en los artículos 2, 9 y 14. En el último
estableciendo que todas las personas son iguales ante los tribunales y cortes de justicia. Y que tienen derecho a ser
oídas públicamente y con las debidas garantías por un tribunal competente, independiente e imparcial….
La Convención sobre Derechos del Niño le garantiza a los mismos en el art. 12.2 el derecho de ser escuchados en
todo procedimiento judicial que lo afecte.
La Convención sobre Discriminación Racial incluye el derecho a la igualdad de trato ante los tribunales y obliga a
asegurar recursos efectivos ante los tribunales internos (art. 5 y 6).
La Convención sobre Discriminación de la Mujer dispone establecer a su favor, en forma igualitaria con el varón, la
protección de sus derechos por conducto de los tribunales internos (art. 2.c) y a dispensarle con la misma igualdad
el trato en todas las etapas del procedimiento judicial.
 Necesidad de juicio previo: Está ligado al principio de legalidad del Art. 18, “ningún habitante de la
Nación puede ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso, …”
Nadie puede ser penado o condenado sin la tramitación de un juicio durante el cuál se cumplan las etapas
fundamentales requeridas por el debido proceso. Estas son: acusación, defensa, prueba y sentencia. Esto significa
que el individuo debe ser acusado de la comisión de un hecho concreto, presentándose pruebas en su contra; y
debe tener la oportunidad de defenderse alegando sus derechos y presentando las pruebas que tenga para
demostrar su inocencia. Entonces, en base a estos elementos, el juez juzgara los hechos y finalmente dictara
sentencia, absolviendo o condenando al individuo.
El juicio previo requiere, por principio, su sustanciación ante un tribunal de justicia, o por lo menos, la posibilidad
de recurrir a él antes de ser penado. Si la imposición de pena se encomienda a un órgano de la administración sin
ulterior control judicial suficiente, hay agravio a la constitución. Sólo los jueces pueden, en última instancia, decidir
la aplicación de sanciones penales.
Las formas sustanciales del juicio penal son, para la Corte: acusación, faltando la acusación, la sentencia se
considera dictada sin jurisdicción; defensa, la asistencia profesional es parte del debido proceso y del derecho de
defensa; prueba, basta que la oportunidad de ser oído y ofrecer prueba sea anterior al pronunciamiento final; el
principio de progresividad en el juicio penal impide que éste se retrotraiga a etapas ya superadas, porque los actos
procesales se precluyen cuando se han cumplido observando las formas legales, salvo supuesto de nulidad; y por
último, debe reputarse incluido en la garantía de defensa en juicio el derecho de todo imputado a obtener un
pronunciamiento que ponga término, del modo más rápido posible, a la situación de incertidumbre y de innegable
restricción de la libertad que comporta el enjuiciamiento penal.
La duración del proceso: El proceso penal debe ajustarse, como todo proceso, a una duración razonable conforme
a la naturaleza de la pretensión jurídica que en él se tiene que resolver al dictarse la sentencia.
En el pacto de san José de Costa de Rica en su Art. 8.- Garantías judiciales. 1. Toda persona tiene derecho a ser
oída, con las debidas garantías y dentro de plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e
imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada
contra ella, o para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro
carácter. (Fallo Mattei)
 Ley anterior al hecho del proceso: Esto se relaciona con el principio “nullum crimen, nullum poena sine
lege” (no hay delito, ni pena sin ley anterior). Es decir, que ha de existir una ley dictada por el congreso federal
antes del hecho, entendiendo como hecho a la conducta humana que coincide con la figura legal, la cual debe
hacer descripción del tipo delictivo; el tipo legal concreta el ilícito penal; y debe contener la pena o sanción
retributiva.
La afirmación de que no hay delito ni pena sin ley quiere decir que nadie puede ser condenado sin ley
incriminatoria que cree el tipo delictivo y que adjudique la pena consiguiente; si hay descripción del delito, pero no
hay pena atribuida legalmente, no puede haber condena.
 La retroactividad y ultraactividad de la ley penal más benigna: La norma que torna retroactiva a la ley
penal más benigna surge del código penal, cuyo art. 2º establece que “si la ley vigente al tiempo de cometerse el
delito fuere distinta de la que existía al pronunciarse el fallo o en el tiempo intermedio, se aplicará siempre la más
benigna. Si durante la condena se dictare una ley más benigna, la pena se limitará a la establecida por esa ley. En
todos los casos del presente artículo, los efectos de la nueva ley se operarán de pleno derecho”. Limitándonos al
aspecto constitucional, entendemos que en la norma transcripta están contenidos dos principios: a) el de
retroactividad de la “nueva” ley penal más benigna; b) el de ultra-actividad de la ley “anterior” más benigna.
Con la reforma de 1994 esta pauta judicial ha decaído para ser reemplazada por las normas pertinentes de tratados
internacionales con jerarquía constitucional. El Pacto de San José de Costa Rica dice que, si con posterioridad a la
comisión del delito la ley dispone la imposición de una pena más leve, el delincuente se beneficiará de ello (art. 9).
Norma equivalente trae el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (art. 15). Ambos tratados tienen
jerarquía constitucional por el art. 75 inc. 22, por lo que las normas citadas se sitúan al mismo nivel de la
constitución.
A partir de la jerarquización constitucional de los tratados internacionales se elimina la ultraactividad de la ley
penal.
 Irretroactividad de la ley penal: cuando al tiempo de llevarse a cabo una conducta humana no hay ley que
contenga la descripción de un tipo penal con el que esa conducta coincida, y que a la vez adjudique pena, no hay
delito ni puede haber condena, en esto es en lo que se basa la irretroactividad de la ley penal. Es decir, que las
leyes penales no son retroactivas en el derecho penal reviste singular importancia, remitiéndose al “nullum crimen,
nullum poena sine lege”. (fallo vigil 1981)
 La segunda instancia: Se entiende por “segunda” instancia (o instancia “múltiple”) la organización
procesal del juicio penal que contiene la posibilidad de revisar la sentencia de primera instancia mediante
recurso (que habilita una o más instancias posteriores ante otro tribunal, denominado “de alzada”).
“Reformatio in pejus” (o reforma en perjuicio) es la que un tribunal de segunda instancia (o “de alzada”) realiza en
su sentencia cuando empeora o agrava penalmente la situación de una persona sin que exista recurso deducido en
su contra en relación con la sentencia que debe revisar ese tribunal. (por ej., si el condenado a ocho años de prisión
en primera instancia deduce recurso de apelación contra la sentencia para que el tribunal de alzada lo absuelva o le
reduzca la pena, y la parte contraria —normalmente el fiscal o ministerio público— no apela, el tribunal de alzada
no puede elevar la condena, pues su fallo debe limitarse a la “única” pretensión articulada en el “único” recurso
que habilita a la revisión del fallo inferior, y esa pretensión tiende a mejorar y no a empeorar la situación penal del
recurrente). La “reformatio in pejus” está prohibida por nuestro derecho judicial emanado de la Corte.
La pluralidad de instancias como derecho humano, en principio, en favor del acusado y como una suerte de
garantía para éste, se ha sostenido que el acceso a esa instancia superior corresponde exclusivamente al inculpado
(o en todo caso, al ministerio fiscal, pero en favor del acusado), y no al portador de la acción penal, esto es, al fiscal
del caso, y menos al querellante o actor civil. la garantía del derecho de recurrir ha sido consagrada sólo en
beneficio del inculpado. Por ello, siendo el Ministerio Público un órgano estatal, no está amparado por las
convenciones internacionales para apelar, "sin que ello obste a que el legislador, si lo considera necesario, le
conceda igual derecho". En definitiva, para la Corte, la ley procesal puede tanto negar como otorgar al Ministerio
Público la facultad de apelar de una sentencia penal, y cualquiera de estas opciones, dice, no es inconstitucional ni
viola las convenciones internacionales.
2da instancia en los tratados internacionales: Conforme al Pacto de San José de Costa Rica, entendemos que
la doble instancia es obligatoria en el proceso penal, porque su art. 8.2, consigna el “derecho de recurrir del fallo
ante juez o tribunal superior”. También el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos obliga a la doble
instancia, en su Art. 14 inc. 5º Toda persona declarada culpable de un delito tendrá derecho a que el fallo
condenatorio y la pena que se le haya impuesto sean sometidos a un tribunal superior, conforme a lo prescripto
por la ley. (Fallo Giroldi)
 Juez natural: El propósito de esta norma, según la Corte Suprema, es asegurar a los habitantes de la Nación
una justicia imparcial, cuyas decisiones no pudieran presumirse teñidas de partidismo contra el Justiciable,
completando así el pensamiento de implantar una justicia Igual para todos, que informara la abolición de los fueros
personales". También tuvo por meta impedir la intromisión del Poder Ejecutivo en la administración de Justicia, por
sí o mediante la designación de comisionados especiales. El juez natural es el que reúna estas condiciones: haber
sido designado conforme a la ley, y contar con competencia (también legal) para resolver un caso según la
distribución de causas entre la Nación y las provincias, todo esto antes de que los hechos de la litis hubiesen
ocurrido. La garantía de los jueces naturales no es privativa de la materia penal, sino extensiva a todas las
restantes. Pero ambos recaudos cuentan con excepciones razonables.
a) EXCEPCIONES SUBJETIVAS. Son las producidas por muerte, renuncia, jubilación, etc., de un juez, circunstancias
que provocan su apartamiento de la causa. Si, en tal supuesto, un nuevo juez asume la función que le correspondía
al anterior, "no hay sustracción al juez natural".
b) EXCEPCIONES OBJETIVAS. Éstas se presentan cuando la ley modifica la competencia o jurisdicción de un
tribunal, en términos generales. Por ejemplo, un juzgado es suprimido y sus causas remitidas a otro; o un juzgado
con dos secretarías se desdobla, y con una de esas secretarías se forma un juzgado más.
El “juez natural” en los recursos judiciales ante tribunales de alzada: En el caso de tribunales de alzada que
entienden en procesos recurridos ante ellos, también debe aplicarse el principio del juez natural. Por eso, tales
tribunales de alzada tienen que ser creados y dotados de jurisdicción y competencia por una ley anterior al “hecho”
del proceso tramitado en la instancia inferior.

EL JUEZ NO NATURAL (INCONSTITUCIONAL). - La Constitución nacional y la jurisprudencia han delineado ciertos


supuestos de juez no natural, vale decir, el que ha ocupado (ilegítimamente) el lugar del juez natural, sustrayendo
inconstitucionalmente a éste del conocimiento y decisión de uno o más procesos.

a) COMISIONES ESPECIALES. Según la Corte, son los órganos creados para juzgar una o más causas
particularizadas "al margen del Poder Judicial". En este supuesto no solamente se niega el acceso a una justicia
imparcial, sino a la justicia misma.
b) JUECES ESPECIALES. Son aquellos que legal o ilegítimamente sustituyen al magistrado que normalmente debía
entender en un proceso. "Por regla general caen bajo la prohibición constitucional todos los casos en que por error
o por abuso se atribuya poder para juzgar a individuos no investidos por la ley con la jurisdicción para tal género o
especie de delitos, y en los que los jueces mismos se atribuyan facultades para entender o decidir en causas no
sujetas a su jurisdicción".
 Presunción de inocencia: Hasta tanto recae sentencia firme de condena, toda persona tiene derecho
a la presunción de inocencia. Es éste un derecho implícito que aún no formulado en la constitución
formal, pero sí en algunas constituciones provinciales, merece reconocimiento. Actualmente, está
incorporado a nuestro derecho por la Convención de San José de Costa Rica, Art. 8.- Garantías judiciales
inc. 2. Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se
establezca legalmente su culpabilidad; por el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, Art 14.
2.Toda persona acusada de un delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe
su culpabilidad conforme a la ley; y por la Convención sobre Derechos del Niño. La Corte ha terminado
por reconocer rango constitucional a la presunción de inocencia, por lo que partiendo del estado de
inocencia sólo cabe reprimir a quien resulte culpable. No hay responsabilidad penal sin culpa.
 Prohibición de delegación en materia penal: La competencia legislativa en materia penal es exclusiva del
congreso, reflejado en el art. 75 inc. 12 cuando establece que es el único órgano facultado para dictar los códigos
de fondo, y a través de una ley federal que se dicte en su consecuencia regulada a partir del art. 77 C.N. y está
prohibido a las provincias legislar por el art. 126 que establece que las mismas no pueden ejercer el poder delegado
a la Nación, y no pueden dictar los códigos de fondo.
La reforma constitucional de 1994 prohíbe: a) que el poder ejecutivo dicte decretos de necesidad y urgencia en
materia penal (art. 99 inc. 3º); a‟) que mediante el derecho de iniciativa legislativa popular se dicten leyes en
materia penal (art. 40); a‟‟) que el congreso delegue facultades legislativas al poder ejecutivo en materia penal,
legislado en el art. 76, que limita la delegación legislativa a materias determinadas de administración o de
emergencia pública, prohibiendo el resto de delegación.
La privación de la libertar es una competencia exclusiva del congreso federal, excepto en el caso de estado de sitio
en el cual el presidente tiene la facultad de arrestar y trasladar a una persona, pero no de condenar ni aplicar
penas. (Fallo Mouviel).
 Non bis in ídem: Según la Corte Suprema, del art. 18 de la Const. nacional se desprende la prohibición de la
doble o múltiple persecución penal por un mismo hecho. Ello importa, asimismo, una efectivización del principio de
la cosa juzgada. Estos otros fallos, el alto tribunal lo ha derivado al principio del non bis in ídem como garantía no
enumerada, encapsulada en el arto 33 de la Const. Nacional.
El principio non bis in ídem impide no solamente aplicar una segunda pena sobre un hecho ya juzgado, "sino
también la exposición a un riesgo de que ello ocurra mediante un nuevo sometimiento a juicio de quien ya lo ha
sufrido por ese mismo hecho". En otras palabras, conduce asimismo a que alguien no padezca otro proceso por la
misma causa, pero no impide al legislador tomar en cuenta la anterior condena (entendida ella como un dato
objetivo y formal), a efectos de ajustar con mayor precisión el tratamiento penitenciario que corresponde dar al
reincidente (p.ej., negándole la libertad condicional), con relación al segundo delito.
Por lo demás, el principio del non bis in ídem tiene una excepcional corrección cuando en ciertos casos es posible
reexaminar lo decidido, pero únicamente en favor del condenado, mediante el recurso de revisión.
 Sentencia y cosa juzgada: El litigante tiene derecho a contar con una sentencia judicial firme, pues la
sentencia dictada en forma regular integra, según reiterada jurisprudencia de la Corte, el debido proceso que el art.
18 de la Consto nacional asegura a todos los habitantes del país. Dicho pronunciamiento debe contar con carácter
intangible, es decir, con fuerza de cosa juzgada. Cuando se niega al justiciable la posibilidad de obtener un
pronunciamiento judicial que resuelva sus pretensiones, se produce un caso de privación de justicia o de estado de
indefensión. La sentencia a que tienen derecho los litigantes no es cualquier pronunciamiento de los tribunales,
sino el que importe una derivación razonable del derecho vigente; es decir, un fallo no arbitrario
 In dubio pro reo: En la duda, hay que estar en favor del acusado. En un principio, en virtud del cual, el
tribunal si tiene duda no puede condenar al acusado por un hecho criminal. Pertenece al momento de la valoración
probatoria y a la duda racional sobre los elementos objetivos y subjetivos que integran el tipo. Como tiene dicho la
jurisprudencia, este principio sólo entra en juego cuando, efectivamente practicada la prueba, ésta no ha
desvirtuado la presunción de inocencia o, dicho de otra manera, la aplicación del referido principio se excluye
cuando el órgano judicial no ha tenido duda alguna sobre el carácter incriminatorio de las pruebas practicadas.
Tiene íntima relación con el derecho a la presunción de inocencia, pero existe entre ellos una diferencia sustancial
entre ambos, pues este último derecho desenvuelve su eficacia cuando existe una absoluta falta de pruebas o
cuando las practicadas no se han efectuado con las debidas garantías.
 Necesidad de acusación: postula un juez neutral, correspondiendo el impulso del proceso al Ministerio
Público Fiscal, a quien le toca acumular las probanzas incriminatorias, antes que al juez.
En el régimen acusatorio, el fin del proceso penal deja de ser la búsqueda de la verdad, para convertirse más bien
en un mecanismo de defensa de los derechos del acusado. La acusación penal tiene que ser clara, vale decir, tiene
que "describir con precisión la conducta imputada", para que el acusado pueda desplegar con plenitud su derecho
a ser oído y ofrecer prueba en su descargo. Por tanto, se afecta la garantía constitucional de defensa en juicio si se
condena a alguien por un hecho por el cual no se lo acusó en la requisitoria fiscal. En definitiva, un tribunal puede
calificar los hechos de modo distinto al solicitado por la fiscalía, por ser esa tarea propia de los jueces de la causa,
pero la condena no se puede basar en hechos distintos de los que fueron materia del debate.
 Defensa en juicio: “Es inviolable la defensa en juicio de la persona y de los derechos”. Parece que en esta
parte del art. 18 se expande la garantía más amplia. La doctrina y el derecho judicial argentinos la rotulan “defensa
en juicio”, o “debido proceso”, esto significa que: a) ningún justiciable puede ser privado de un derecho sin que se
cumpla un procedimiento regular fijado por la ley; de no haber ley razonable que establezca el procedimiento, ha
de arbitrarlo el juez de la causa; b) ese procedimiento no puede ser cualquiera, sino que tiene que ser el “debido”;
c) para que sea el “debido”, tiene que dar suficiente oportunidad al justiciable de participar con utilidad en el
proceso; d) esa oportunidad requiere tener noticia fehaciente (o conocimiento) del proceso y de cada uno de sus
actos y etapas, poder ofrecer y producir prueba, gozar de audiencia (ser oído). En otras palabras, se inserta aquí la
plenitud del derecho de defensa. De ahí que el debido proceso nos deje la idea de un proceso regular y razonable, y
de una tutela judicial eficaz.
DERECHO A SER OÍDO. Es la primera manifestación del ejercicio del derecho de defensa y debe ser practicado en la
oportunidad y forma prevista por las leyes de procedimiento. El derecho a ser oído involucra el de estar presente
en el proceso, lo que excluye el dictado de sentencias in absentia, o en rebeldía.
La garantía del debido proceso incluye el recaudo de la duración “razonable” del proceso: todo proceso ha de tener
una duración que sea razonable para la tutela judicial eficaz, de acuerdo con la naturaleza de la pretensión jurídica
que se ventila en el proceso. Cuando la pretensión es urgente, el proceso debe durar menos, o mucho menos, que
cuando no reviste ese apremio.
La corte dijo que: “la garantía de la defensa en juicio exige, por sobre todas las cosas, que no se prive a nadie
arbitrariamente de la adecuada y oportuna tutela de los derechos que pudieran asistirle, asegurando a todos los
litigantes por igual el derecho a obtener una sentencia fundada, previo juicio llevado en legal norma, ya se trate de
procedimiento civil o criminal, requiriéndose indispensablemente la observancia de las formas sustanciales
relativas a acusación, defensa, prueba y sentencia”.
Conforme al derecho judicial derivado de la jurisprudencia de la Corte, las formas regulares y básicas del debido
proceso son condición indispensable para que la sentencia que se dicta en juicio goce de la inmutabilidad y el
efecto de la cosa juzgada. Cuando no se ha respetado el debido proceso, o en el proceso se ha incurrido en dolo o
estafa procesales, la sentencia queda destituida de la fuerza y la eficacia de la cosa juzgada. La violación del
derecho de defensa se denomina “indefensión”. La teoría del fruto del árbol venenoso impide tomar en cuenta
pruebas obtenidas ilegítima o ilegalmente, o en violación a derechos personales, y hasta sirve para invalidar los
actos y secuelas procesales que sean consecuencia inmediata, directa o necesaria del acto, procedimiento o prueba
envenenados de inconstitucionalidad.
 Ser asistido por un defensor proporcionado por el Estado: Aunque se le ofrezca a un acusado un defensor
oficial inteligente, diligente y recto, aquél puede escoger siempre a uno de su confianza, libremente, "porque
solamente la parte interesada es dueña de las condiciones en que, dentro de las normas reglamentarias, deben ser
alegados y probados sus derechos, tanto más cuanto éstos son, como en el juicio criminal, los esenciales de vida,
libertad y honor". Por lo demás, el derecho a nombrar defensor comprende el de comunicarse libre y privadamente
con él.
si se admite -según el procedimiento- la renuncia a la asistencia letrada, tal dimisión no se puede presumir sino que
debe resultar de un acto inequÍvoco de voluntad. El derecho a escoger defensor rige, después de la sentencia
dictada en "Ramón López", también en los procesos a los que sean sometidos militares, incluso por actos
cometidos en sus funciones como tales.
OBLIGATORIEDAD DEL DEFENSOR LETRADO. La Corte Suprema señaló que si el Estado acusa por medio de un fiscal
letrado, el acusado debía estar también asesorado jurídicamente. Surge así la exigencia de la defensa obligatoria,
en el ámbito penal, por lo que si los procesados, al formular sus descargos, no tuvieran asistencia letrada ni se les
hizo saber su derecho a contar con dicho auxilio, corresponde absolverlos, por aplicación de los principios de
progresividad y preclusión, cuyo propósito es que los procesos no se prolonguen indefinidamente.

La defensa en juicio se relaciona con el resto de los principios:


 Prohibicion de Autoincriminación: “Nadie puede ser obligado a declarar contra sí mismo”. La exención se
considera limitada a la materia y al proceso penales. El derecho judicial emanado de la Corte Suprema es constante
en afirmar que la garantía de no ser obligado a declarar contra sí mismo sólo rige en materia penal. Se llama
también garantía de “no inculparse” o “incoercibilidad de confesión”. De alguna manera, la garantía de no
inculparse también presta protección constitucional a la relación confidencial entre el cliente y el profesional,
porque de poco serviría que una persona no pueda ser obligada a declarar contra sí misma, y que el profesional
vinculado a ella en un asunto concreto pueda ser compelido a revelar lo que de esa persona conoce bajo secreto
cuando ha sido o es su cliente. Esta exención entendemos que ha de alcanzar al periodista o comunicador social
respecto del secreto de las fuentes de información.
El Pacto de San José de Costa Rica dice que la confesión del inculpado sólo es válida si se presta sin coacción de
ninguna naturaleza (art. 8.3).
DERECHO A NO PRESTAR JURAMENTO. Las posiciones tomadas bajo juramento son contrarias al derecho
constitucional de defensa en juicio, explica la Corte, aun en la esfera civil. El juramento es conceptuado, en
resumen, como una coacción moral sobre el confesante, salvo, entendemos, que libremente quiera prestarse.
 Está abolida la pena de muerte por causas políticas: en el mismo artículo 18; no obstante, la ley marcial y
la extensión de la jurisdicción militar a los civiles han registrado la aplicación de la pena de muerte por delitos
políticos en nuestro derecho constitucional material.
Tratados internacionales Pacto de San José de Costa Rica art. 4.
2. En los países que no han abolido la pena de muerte ésta solo podrá imponerse por los delitos más graves, en
cumplimiento de sentencia ejecutoriada de tribunal competente y de conformidad con una ley que establezca tal
pena, dictada con anterioridad a la comisión del delito. Tampoco se extenderá su aplicación a delitos a los cuales no
se la aplique actualmente.

3. No se establecerá la pena de muerte en los Estados que la han abolido.

4. En ningún caso se puede aplicar la pena de muerte por delitos políticos ni comunes conexos con los políticos.

5. No se impondrá la pena de muerte a personas que, en el momento de la comisión del delito, tuvieren menos de
dieciocho años de edad o más de setenta, ni se le aplicará a las mujeres en estado de gravidez.
6. Toda persona condenada a muerte tiene derecho a solicitar la amnistía, el indulto o la conmutación de la pena,
los cuales podrán ser concedidos en todos los casos. No se puede aplicar la pena de muerte mientras la solicitud
esté pendiente de decisión ante autoridad competente.
 Está abolida la confiscación de bienes; así lo dispone el art. 17.
 El art. 18 in fine dice que las cárceles serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos
detenidos en ellas, y toda medida que a pretexto de precaución conduzca a mortificarlos más allá de lo que aquélla
exija, hará responsable al juez que la autorice.
Los antecedentes históricos y patrios que perduraban al tiempo de dictarse la constitución, consideraban “reo” a
quien no había sido condenado. Hoy, en una interpretación dinámica y actualizada, hemos de entender que esta
cláusula impone una pauta aplicable por igual al detenido sin condena como a quien se halla cumpliéndola.
 Prohibición de torturas: Están abolidos los tormentos y los azotes (por supuesto que si los están como
penas, lo están también y con mayor razón como medios de obtener la confesión durante el proceso); así lo
dispone el art. 18. La abolición constitucional de los tormentos o torturas no sólo significa, según el derecho judicial
de la Corte, que es procedente disponer el procesamiento y castigo del responsable de los apremios según la ley,
sino que también y a la vez impide computar como prueba válida en un juicio la que se ha obtenido mediante el
uso o la aplicación de aquellos métodos.
El Pacto de San José de Costa Rica prohíbe las torturas y las penas o los tratos crueles, inhumanos o degradantes.
Toda persona privada de su libertad será tratada con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano (art.
5.2). Marcada similitud normativa ofrece el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (arts. 7 y 10.1), en
tanto la Convención sobre Derechos del Niño se inspira en pautas equivalentes a favor de los menores (por ej., art.
37.a y c. y art. 40.1). Uno de los tratados con jerarquía constitucional (art. 75 inc. 22) es la Convención contra la
tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.
 Inmunidad de arresto arbitrario: Nadie puede ser arrestado sino en virtud de orden escrita de autoridad
competente. Aunque la norma no dice cuál es esa autoridad, limitándose a calificarla de “competente”, parece que,
como principio, debe serlo la autoridad judicial, y sólo por excepción la que no lo es.
La exención de arresto mentada en el art. 18 sirve de base implícita a la garantía del habeas corpus, con la que se
remedia la privación de libertad física sin causa o sin formalidad debida.
a) La Corte Suprema ha establecido que las dos únicas figuras que en nuestra constitución dan base a la privación
de libertad son el proceso penal y el estado de sitio.
b) En jurisprudencia reciente, tampoco admite la Corte que las cámaras del congreso o las legislaturas
provinciales impongan sanciones de arresto a terceros alegando ofensa o violación a privilegios parlamentarios, ya
que el poder disciplinario respecto de terceros se limita al supuesto en que éstos interfieren o traban el desempeño
normal de la función propia de los legisladores.
c) mediante ley razonable puede atribuirse a la autoridad policial la facultad excepcional de detener personas en
casos especiales de urgencia (delito in franganti, o indicio vehemente de delito), al solo efecto de ponerlas de
inmediato a disposición de juez competente.
d) Organismos de la administración carecen de facultad jurisdiccional para imponer sanciones privativas de
libertad que por su duración equivalen a “penas” y que carecen de posible revisión judicial
e) Los edictos policiales no pueden establecer sanciones privativas de la libertad. (Fallo Mouviel)
f) ) Las sanciones “disciplinarias” que, sin configurar “penas”, implican medidas “menores” de privación de
libertad aplicables por organismos administrativos, requieren que el afectado disponga de posibilidad de recurso
contra las mismas ante tribunales judiciales (control judicial suficiente).
g) El Pacto de San José de Costa Rica sobre derechos humanos estipula que nadie puede ser sometido a
detención o encarcelamiento arbitrarios, y que toda persona detenida o retenida debe ser informada de las
razones de su detención y notificada sin demora del cargo o cargos formulados contra ella (art. 7.3, 4). Nadie puede
ser privado de su libertad física, salvo por las causas y en las condiciones fijadas de antemano por la constitución de
los estados parte o por las leyes dictadas conforme a ellas (art. 7.2). Similar disposición contiene el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos (art. 9.1, 2) y respecto de los niños la Convención sobre Derechos del
Niño (art. 37).

Delitos constitucionales:
a) COMPRAVENTA DE PERSONAS. Figura descripta en el art. 15: 'Todo contrato de compra y venta de personas es
un crimen de que serán responsables los que lo celebrasen, y el escribano o funcionario que lo autorice". El
propósito de la Constitución ha sido enfatizar la prohibición de realizar tales contratos y el castigo de los
culpables, pero no determina qué sanción concreta cabe aplicar, cosa que reserva al legislador ordinario.
b) SEDICIÓN. Está contemplado, primero, en el art. 22 de la Const. nacional, respecto de "toda fuerza armada o
reunión de personas que se atribuya los derechos del pueblo y peticione a nombre de éste". Posteriormente, el
art. 127 de la Const. nacional califica como "sedición o asonada" las hostilidades de hecho que haya entre
provincias. Tampoco indica la sanción a aplicar. Se trata de una especie, entre otras posibles, del delito de
sedición.
c) TRAICIÓN A LA PATRIA. La traición contra la Nación, como la llama el art. 119 de la Const. nacional, "consistirá
únicamente en tomar las armas contra ella, o en unirse a sus enemigos prestándoles ayuda y socorro. El
Congreso fijará por una ley especial la pena de este delito; pero ella no pasará de la persona del delincuente, ni
la infamia del reo se transmitirá a sus parientes de cualquier grado". Según Ramella, el delito que tratamos no
puede ser cometido por extranjeros, a tenor de la Constitución.
d) CONCESIÓN DE FACULTADES EXTRAORDINARIAS O SUMA DEL PODER PÚBLICO. Está previsto y definido su tipo
penal por el art. 29 de la Const. nacional; donde se inserta la sanción prevista por el art. 227 del Cód. Penal. La
Constitución hace una excepción aquí al espíritu de su art. 119, ya que aplica, a los sujetos involucrados en este
tipo delictivo, la pena de los traidores a la Patria.
e) ATENTADO CONTRA EL ORDEN INSTITUCIONAL Y EL SISTEMA DEMOCRÁ- TICO. Esta nueva figura penal fue
incorporada por la reforma de 1994 (art. 36). El tipo penal tiene tres variables. La primera consiste en
interrumpir la observancia de la Constitución por actos de fuerza contra el orden institucional y el sistema
democrático. Es sugestivo que pese a las propuestas de algunos convencionales de ampliar tal tipo, en el
sentido de incluir no solamente "actos de fuerza", sino "actos de cualquier naturaleza", tal iniciativa fue
rechazada por la Comisión de Redacción, la que entendió que si la lesión al orden institucional se consumaba
por vías no violentas, ello tenía remedio "en otros artículos de la Constitución nacional".
La segunda hipótesis incriminada por el actual art. 36 de la Consto nacional es la de, como consecuencia de
aquellos actos de fuerza, usurpar funciones previstas para las autoridades de esta Constitución o las de las
provincias. El delito estriba, entonces, en asumir inconstitucionalmente tales cargos, pero como efecto de un
golpe de Estado. Se trata de funciones previstas en las constituciones referidas, y no alude el precepto a cargos
infraconstltucionales. La tercera conducta castigada es incurrir en grave delito doloso contra el Estado, que
conlleva enriquecimiento, sea que ello pase durante regímenes de facto o de iure.
sanciones, el art. 36 contempla las siguientes: 1) para los autores de la interrupción (por la fuerza) del orden
constitucional y el sistema democrático, la pena del art. 29 (que es la correspondiente a los "infames traidores
a la Patria"), con más la inhabilitación a perpetuidad para ocupar cargos públicos, dicha sanción no podrá
indultarse ni conmutarse; 2) para los que, como consecuencia del golpe de Estado, usurparen funciones
constitucionales, la misma pena del art. 29, con responsabilidad civil y (obviamente) penal de sus actos; tales
castigos son imprescriptibles, nada dice aquí la Constitución sobre indulto o conmutación, y 3) para los autores
de' graves delitos dolosos que impliquen enriquecimiento ilícito, inhabilitación por el tiempo que las leyes
determinen para ocupar cargos o empleos públicos, no rige aquí la prohibición de indultos o conmutaciones, ni
la imprescriptibilidad.
f) DELITOS CONTRA EL DERECHO DE GENTES. La Constitución no define sus tipos penales, ni su castigo, en el art.
118º “Todos los juicios criminales ordinarios, que no se deriven del derecho de acusación concedido a la
Cámara de Diputados se terminarán por jurados, luego que se establezca en la República esta institución. La
actuación de estos juicios se hará en la misma provincia donde se hubiere cometido el delito; pero cuando éste
se cometa fuera de los límites de la Nación, contra el derecho de gentes, el Congreso determinará por una ley
especial el lugar en que haya de seguirse el juicio.”
Además de los crímenes de guerra, la trata de blancas y de esclavos, la ruptura de cables submarinos, piratería,
etc., se suma ahora el apartheid racial, la tortura, el terrorismo, las deportaciones, los secuestros y traslados
ilegales, los genocidios, etcétera.
entina de juzgar y sancionar. Cabe sumar a lo dicho la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada
de Personas, que describe a este delito (art. 2°), y la Convención sobre la Imprescriptibilidad de los Crímenes de
Guerra y los Crímenes de Lesa Humanidad, que igualmente tipifica tales figuras (art. 1). Ambas poseen también
rango constitucional, por decisión del Congreso y según el trámite del art. 75, inc. 22, de la Const. nacional. En
un importante pronunciamiento, la Corte Suprema de Justicia concluyó que la condición de delito "contra el
derecho de gentes" involucra a los "crímenes contra la humanidad" y a los "crímenes de guerra", y que ellos
pueden ser definidos así tanto por el derecho convencional internacional como por el derecho consuetudinario
internacional. La desaparición forzada de personas importa un delito de esa categoría, como la tortura, y
resultan imprescriptibles. la Corte Suprema -continuando directrices de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos- añadió que resultaban inválidas las leyes de amnistía que despenalizaren esas figuras, dada su
magnitud y significación y el interés internacional en su represión, y destacó que resultaban delitos
imprescriptibles.
En materia de prescripción de delitos internacionales, debe tenerse presente que la Convención sobre la
Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y de los Crímenes de Lesa Humanidad, que en la Argentina tiene
-según vimos- rango constitucional, declara imprescriptibles a los delitos definidos como crímenes de guerra
según el Estatuto del Tribunal Militar Internacional de Nuremberg de 1945, sobre todo las "infracciones graves"
enumeradas en los convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949, la expulsión por ataque armado u
ocupación y los actos inhumanos debidos a la política de apartheid y el delito de genocidio definido en la
Convención de 1948 para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, aun si esos actos no constituyen
una violación del derecho interno del país donde se cometieron.
g) OTROS DELITOS. La Constitución prevé la existencia de delitos en el ejercicio de ciertas funciones públicas
(presidente, vicepresidente, ministros, jueces de la Nación) y de delitos comunes, en el art. 53, pero sin
tipificarlos ni establecer su pena (tampoco lo hace en el art. 60). El art. 99, inc. 5, contempla asimismo "penas
por delitos sujetos a la jurisdicción federal", igualmente sin definir el tipo penal y la índole o medida de las
sanciones.

Problemas constitucionales de las penas:


a) PRINCIPIO DE PERSONALIDAD DE LA PENA. El art. 119, parte 2", de la Const. nacional, con referencia al delito
de traición a la Patria, dispone: "El Congreso fijará por una ley especial la pena de este delito; pero ella no
pasará de la persona del delincuente, ni la infamia del reo se transmitirá a sus parientes de cualquier grado".
Por lo demás, el Pacto de San José de Costa Rica declara que "la pena no puede trascender de la persona del
delincuente" (art. 5°, inc. 3).
b) c) SUSPENSIÓN DE JUBILACIONES, PENSIONES O RETIROS. El arto 19, inc. 4°, del Cód. Penal determina que la
inhabilitación absoluta pronunciada en sede penal provoca "la suspensión del goce de toda jubilación, pensión
o retiro, civil o militar, cuyo importe será percibido por los parientes que tengan derecho a pensión".
Al constituir la jubilación, pensión o retiro un derecho constitucional adquirido, según el art. 14 bis, mal puede
el Estado quitárselo al beneficiario, so pretexto de haber cometido éste un delito. Ello importaría, además, una
especie de confiscación de bienes, igualmente interdicta por el art. 17 de la Const. Nacional.
c) PENAS IRRAZONABLES. Como cualquier norma, la que establece pena debe responder a parámetros de
razonabilidad. Y ser respetuosa de la dignidad humana del condenado. El criterio de la Corte Suprema, en este
punto, es que corresponde al Congreso incriminar ciertos actos, desincriminar otros y disponer
discrecionalmente las sanciones penales del caso, sin estar autorizados los jueces a inmiscuirse en la
conveniencia, oportunidad o acierto del criterio fijado por el legislador. Sin embargo, hay un control judicial de
la constitucionalidad de las penas, que la Corte Suprema enuncia así: a tenor del art. 18 in fine de la Const.
nacional quedan prohibidas las penas crueles o mortificantes; y también, por irrazonabilidad, las que resultan
desproporcionadas si se compara su monto con la falta cometida; esto es, las que "expresan una falta de
correspondencia tan inconciliable entre el bien jurídico lesionado por el delito y la intensidad o extensión de la
privación de los bienes jurídicos del delincuente como consecuencia de la comisión de aquél, que resulta
repugnante a la protección de la dignidad de la persona humana".
d) DISMINUCIÓN DE PENAS. EL "ARREPENTIDO". Lo previsto por la ley 24.424 de estupefacientes, incorpora la
figura del "arrepentido", vale decir, del sujeto que habiendo cometido un delito colabora con la justicia en la
investigación de éste, aportando datos relativos a la identidad de los copartícipes, información que permita
secuestrar material delictivo, etcétera. La ley permite reducirle la pena del caso, y aun eximírsela. La
constitucionalidad de esta figura ha sido objetada por varias razones. Una, por implicar una desigualdad de
trato (favorecimiento del arrepentido), en comparación con los demás autores del acto ilícito. Desde otra
perspectiva se ha dicho que vulnera la regla del debido proceso, en el sentido de que importa una suerte de
presión para que una persona declare contra sí misma a fin de lograr, en definitiva, una pena mucho menor a la
ordinaria. El tema de la reducción de las penas seconecta con la posibilidad de celebrar “pactos sobre penas”
entre el ministerio fiscal y los acusados, alternativa prevista en el “juicio abreviado”del actual código procesal
penal de la nación.
e) INCREMENTO DE PENAS O DE MEDIDAS DE SEGURIDAD POR REINCIDENCIA: para la corte suprema el instituto
de reincidencia, a fines de agravar la ultima pena que se aplica a un condenado, no viola el principio
constitucional del non bis in ídem. No es ajeno al sentido común, al establecerse por la ley la pena por el ultimo
delito, valorar la conducta anterior al delicuente y agravar prudentemente la sanción, si ha reincidido en su
comportamiento criminoso. En el caso, no se esta castigando a alguien por lo que es, sino por lo que han hecho
(derecho penal de acto).

EL ESTADO DE SITIO
Art. 23.- [ESTADO DE Sitio]. “En caso de conmoción interior o de ataque exterior que pongan en peligro el
ejercicio de esta constitución y de las autoridades creada por ella, se declarara en estado de sitio la provincia o
territorio en donde exista la perturbación del orden quedando suspensas allí las garantías constitucionales. Pero
durante esta suspensión no podrá el presidente de la República condenar por sí ni aplicar penas. Su poder se
limitará en tal caso respecto de las personas, a arrestar o trasladarlas de un punto a otro de la Nación, si ellas no
prefiriesen salir fuera del territorio argentino.”

Art. 99 Inc. 16.-. [DECLARACIÓN EN El ESTADO DE SITIO Requisitos]Declara en estado de sitio uno o varios
puntos de la Nación, en caso de ataque exterior y por un término limitado, con acuerdo del Senado. En caso de
conmoción interior sólo tiene esta facultad cuando el Congreso está en receso, porque es atribución que
corresponde a este cuerpo. El Presidente la ejerce con las limitaciones prescriptas en el Art. 23.

El inc. 16 del art. 99 prevé la declaración del estado de sitio por el presidente de la república, con acuerdo del
senado, en caso de ataque exterior y por un término limitado. En caso de conmoción interior, añade la norma, sólo
tiene la facultad de declarar el estado de sitio cuando el congreso está en receso, porque es atribución que
corresponde a este cuerpo.

Art. 75 Inc. 29.- [DECLARACIÓN DEL ESTADO DE SITIO].- Declarar en estado de sitio uno o vanos puntos de la
Nación en caso de conmoción interior, y aprobar o suspender el estado de sitio declarado, durante su receso, por
el Poder Ejecutivo.

El inc. 29 del art. 75 pone a cargo del congreso declarar en estado de sitio uno o varios puntos de la república en
caso de conmoción interior. También aprueba o suspende a posteriori el estado de sitio declarado durante su
receso por el poder ejecutivo.

El senado autoriza al presidente de la república para declarar en estado de sitio uno o varios puntos de la república
en caso de ataque exterior (arts. 61 y 99 inc. 16).

El estado de sitio es el único instituto de emergencia reglado por nuestra constitución. Está previsto para dos
situaciones, cuyas causas son: a) ataque exterior; b) conmoción interior.

Pero ninguna de ambas emergencias configura por sí sola causa suficiente si faltan los recaudos que tipifica la
norma del art. 23. La constitución cuida de diseñar prolijamente los casos. Para que el ataque exterior y la
conmoción interna permitan declarar el estado de sitio, es menester que: a) cada una de ellas ponga en peligro el
ejercicio de la constitución y de las autoridades creadas por ella, y b) produzca perturbación del orden.

El peligro para las autoridades provinciales cabe como presupuesto del estado de sitio, porque ellas son
“autoridades creadas por la constitución”, desde que ésta las erige y garantiza con autonomía dentro de la forma
federal.

Cuando la causa radica en el ataque exterior, el estado de sitio debe ser declarado por el poder ejecutivo con
acuerdo del senado (art. 99 inc. 16); si el congreso está en receso, entendemos que la necesidad de poner en vigor
el estado de sitio proporciona el “grave interés de orden” previsto en el inc. 9 del mismo artículo para convocar a
sesiones extraordinarias. Cuando la causa radica en la conmoción interior, el estado de sitio debe ser declarado por
el congreso (art. 75, inc. 29 y art. 99 inc. 16); si el congreso está en receso, la facultad puede ejercerla el poder
ejecutivo (art. 99 inc. 16), correspondiendo al congreso aprobar o suspender el estado de sitio declarado durante
su receso (art. 75 inc. 29). Creemos que también en esa hipótesis el poder ejecutivo debe convocar al congreso
inmediatamente después de haber declarado durante su receso el estado de sitio.

El estado de sitio puede ponerse en vigor en todo el territorio o en parte de él; así lo da a entender el art. 23, en
concordancia con los arts. 75, inc. 29 y 99 inc. 16.

En cuanto a su duración temporal, resulta evidente la transitoriedad excepcional del instituto.

La declaración del estado de sitio es una competencia privativa y exclusiva del gobierno federal. Las provincias no
pueden declararlo en sus jurisdicciones locales.

El “acto declarativo” del estado de sitio tiene indudablemente naturaleza política, tanto si lo cumple el poder
ejecutivo cuanto si lo cumple el congreso, y cualquiera sea la forma con que el acto se revista. Conforme a la
jurisprudencia uniforme sentada por la Corte, consideramos que la norma vigente de derecho judicial es otra:

a) El acto declarativo del estado de sitio no es revisable judicial-mente, y no puede ser atacado ante los jueces ni
controlados por éstos.

b) La duración o subsistencia del estado de sitio también ha evadido al control judicial

c) Sí son judiciables las medidas concretas que se adoptan en ejecución del estado de sitio, controlándose su
razonabilidad

Los tratados internacionales de jerarquía constitucional.

Los tratados sobre derechos humanos prevén, bajo el nombre de “suspensión”, restricciones o limitaciones que,
con carácter excepcional y por real causa de emergencia, pueden recaer en los derechos que ellos reconocen. El
Pacto de San José de Costa Rica contempla la suspensión de garantías en su art. 27, cuyo texto dice:

“1. En caso de guerra, de peligro público o de otra emergencia que amenace la independencia o seguridad del
estado parte, éste podrá adoptar disposiciones que, en la medida y por el tiempo estrictamente limitados a las
exigencias de la situación, suspendan las obligaciones contraídas en virtud de esta Convención, siempre que tales
disposiciones no sean incompatibles con las demás obligaciones que les impone el derecho internacional y no
entrañen discriminación alguna fundada en motivo de raza, color, sexo, idioma, religión u origen social.” “2. La
disposición precedente no autoriza la suspensión de los derechos determinados en los siguientes artículos: 3
(Derecho al Reconocimiento de la Personalidad Jurídica); 4 (Derecho a la Vida); 5 (Derecho a la Integridad
Personal); 6 (Prohibición de la Esclavitud y Servidumbre); 9 (Principio de Legalidad y de Retroactividad); 12
(Libertad de Conciencia y de Religión); 17 (Protección a la Familia); 18 (Derecho al Nombre); 19 (Derechos del
Niño); 20 (Derecho a la nacionalidad), y 23 (Derechos Políticos), ni de las garantías judiciales indispensables para la
protección de tales derechos.” “3. Todo estado parte que haga uso del derecho de suspensión deberá informar
inmediatamente a los demás estados partes en la presente Convención, por conducto del Secretario General de la
Organización de los Estados Americanos, de las disposiciones cuya aplicación haya suspendido, de los motivos que
hayan suscitado la suspensión y de la fecha en que haya dado por terminada tal suspensión.”

El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos también encara en el art. 4 las situaciones excepcionales “que
pongan en peligro la vida de la nación y cuya existencia haya sido proclamada oficialmente”; para el caso prevé que
los estados parte adopten disposiciones que, en la medida estrictamente limitada a esa situación, suspendan las
obligaciones contraídas en virtud del tratado, y siempre que esas medidas no sean incompatibles con las demás
que les impone el derecho internacional, y que no entrañen discriminación alguna fundada únicamente en motivos
de raza, color, sexo, idioma, religión u origen social.

A continuación, prohíbe la suspensión de los arts. 6 (Derecho a la vida); 7 (Prohibición de torturas, tratos crueles,
etc.); 8 (Prohibición de la esclavitud y servidumbre); 11 (Prohibición de encarcelar por el solo hecho de no cumplir
una obligación contractual); 15 (Principio de legalidad penal); 16 (Derecho al reconocimiento de la personalidad
jurídica); y 18 (Libertad religiosa).

Hay obligación de informar de la situación y de su cese a los demás estados parte a través de las Naciones Unidas.

LA LIMITACION DE LOS DERECHOS DURANTE EL ESTADO DE SITIO

El estado de sitio como instituto de emergencia responde a los siguientes principios: a) no suspende la vigencia de
la constitución; b) tampoco destruye ni debilita la división de poderes, cuyos órganos y funciones subsisten
plenamente; c) se pone en vigor para defender la constitución y las autoridades creadas por ella.

la repercusión sobre los derechos, hay dos pautas: a) la genérica consigna que, declarado el estado de sitio en la
provincia o el territorio donde existe la perturbación del orden, quedan suspensas allí las garantías
constitucionales; b) la específica, b‟) prohibe al presidente de la república condenar por sí o aplicar penas; pero:
b‟‟) limita su poder a arrestar o trasladar personas de un punto a otro, si ellas no prefieren salir del territorio
argentino.

El habeas corpus durante el estado de sitio. Cuando se dice que durante el estado de sitio se suspende el habeas
corpus, la doctrina y la jurisprudencia han interpretado tal suspensión de diversas maneras:

a) podría significar que no se puede interponer; o que

b) si se interpone, no hay judiciabilidad de la medida presidencial de arresto o traslado; o que

c) se puede interponerse, se debe tramitar, ha de habilitar el control judicial, y será o no exitoso según se acredite
la falta de razonabilidad —o no— del arresto o del traslado.

Los privilegios durante el estado de sitio Los privilegios parlamentarios, aun los individuales, por estar acordados
por la constitución a favor del congreso como órgano del poder independiente y autónomo, no quedan
suspendidos durante el estado de sitio. Así lo declaró la Corte Suprema en el caso “Alem” de 1893, en el que dijo
que, si el estado de sitio ha sido previsto para garantir la existencia de las autoridades creadas por la constitución,
resultaría incongruente que el mismo art. 23 autorizara al presidente de la república para destruir los poderes
legislativo y judicial por medio del arresto o traslado de sus miembros.

LA INTERVENCIÓN FEDERAL
Art. 6.- El Gobierno federal interviene en el territorio de las provincias para garantir la forma republicana de
gobierno, o repeler invasiones exteriores, y a requisición de sus autoridades constituidas para sostenerlas o
reestablecerlas, si hubiesen sido depuestas por la sedición, o por invasión de otra provincia.

Hay que tener en cuenta que el citado art. 6º habla de intervenir “en” el “territorio” de las provincias, y no de
intervenir “a” las provincias, o “las provincias”, lo que da pie para interpretar que la constitución no impone
necesaria ni claramente que la intervención haga caducar, o sustituya, o desplace, a las autoridades provinciales.

Inc. 20.- Decreta la intervención federal a una provincia o a la ciudad de Buenos Aires en caso de receso del
Congreso, y debe convocarlo simultáneamente para su tratamiento.

El inc. 20 del art. 99 faculta al presidente a decretar la intervención federal a una provincia o a la ciudad de Buenos
Aires durante el receso del congreso, y lo debe convocar simultáneamente.

El “gobierno federal” interviene: a) por sí solo: para garantizar la forma republicana de gobierno, o repeler
invasiones exteriores; b) a requisición de las autoridades constituidas: para sostenerlas o restablecerlas, si hubieran
sido depuestas por sedición o por invasión de otra provincia.

La causas de intervención se pueden sintetizar así:

1) Sin pedido de la (por decisión propia del


gobierno federal) PARA

a) garantizar la forma republicana provincia alterada en la provincia b) repeler invasiones exteriores


2) Con pedido de las autoridades de la provincia PARA

a) sostenerlas b) restablecerlas

si han sido destituidas (o amenazadas) POR

a) sedición (dentro de la provincia) b) invasión de otra provincia

RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL:


Es la vía procesal que permite elevar a la Corte Suprema todo expediente en el que se haya dictado una sentencia
definitiva, emanada de cualquier superior tribunal de la causa del país, a fin de plantearle a aquélla temas de
derecho federal (constitucional o infraconstitucional); entre otros, inconstitucionalidad de normas, interpretación
de leyes federales de ciudadanía, impuestos, convertibilidad y desregulación.
Art. 14, ley 48” Una vez radicado un juicio ante los Tribunales de Provincia, será sentenciado y fenecido en la
jurisdicción provincial, y sólo podrá apelarse a la Corte Suprema de las sentencias definitivas pronunciadas por
los tribunales superiores de provincia en los casos siguientes:
1° Cuando en el pleito se haya puesto en cuestión la validez de un Tratado, de una ley del Congreso, o de una
autoridad ejercida en nombre de la Nación y la decisión haya sido contra su validez.
2° Cuando la validez de una ley, decreto o autoridad de Provincia se haya puesto en cuestión bajo la pretensión
de ser repugnante a la Constitución Nacional, a los Tratados o leyes del Congreso, y la decisión haya sido en favor
de la validez de la ley o autoridad de provincia.
3° Cuando la inteligencia de alguna cláusula de la Constitución, o de un Tratado o ley del Congreso, o una
comisión ejercida en nombre de la autoridad nacional haya sido cuestionada y la decisión sea contra la validez
del título, derecho; privilegio o exención que se funda en dicha cláusula y sea materia de litigio.”
Los fines del recurso recurso extraordinario clasico fueron tres: a) tutelar la primacía del derecho federal, respecto
de sentencias provinciales; b) proteger la supremacía de la Constitución y del resto del derecho federal, aun contra
sentencias de tribunales federales (ley 4055), y c) uniformar la aplicación del derecho federal ("casación federal").
El recurso extraordinario moderno asume otra tarea más: dejar sin efecto sentencias arbitrarias. Esto último es una
creación de la Corte Suprema, y cuadruplicó el número de los recursos extraordinarios. Ocasionalmente ha
cumplido el papel de casación general y de recurso de justicia y equidad.

"CUESTIÓN FEDERAL"
En primer lugar, son impugnables por el recurso extraordinario pronunciamientos judiciales, esto es, las sentencias
definitivas dictadas por un superior tribunal de la causa. Sentencias definitivas son las que producen en un proceso
cosa juzgada material, y también las equiparadas por la Corte a las "sentencias definitivas", a los fines de dicho
recurso extraordinario. Son éstas las resoluciones que causan gravamen irreparable, paralizan el procedimiento o
resultan portadoras de "gravedad institucional".
El superior tribunal de la causa, para un proceso, es aquel que puede conocer en último término, antes que la Corte
Suprema, el problema del derecho federal que se va a plantear en el recurso extraordinario.
El art. 257 del Cód. Proc. Civil y Como de la Nación permite articular el recurso extraordinario contra resoluciones
de organismos administrativos. También ha habilitado la Corte el recurso extraordinario para impugnar la sentencia
pronunciada por un poder legislativo local en un "juicio político" o por un tribunal de enjuiciamiento de jueces
provinciales. La ley 23.549 programó asimismo el recurso extraordinario contra decisiones de la Comisión Federal
de Impuestos (art. 12).
La resolución objetable mediante el recurso extraordinario debe tratar temas de derecho federal, es decir, incluir
una "cuestión federal", y ser contraria a dicho derecho federal. Esos puntos de derecho federal tienen que guardar
una relación directa o inmediata con lo decidido. En el lenguaje técnico del recurso extraordinario, se habla de
"cuestión federal simple", cuando en dicho recurso se discute la interpretación de una regla de derecho federal;
"cuestión federal compleja directa" si se debate la compatibilidad entre una norma y la Constitución; y "cuestión
federal compleja indirecta" si se estudia la armonía u oposición entre una regla federal superior con su inferior.

RECURSO EXTRAORDINARIO POR SENTENCIA ARBITRARIA


La Corte Suprema creó pretorianamente la doctrina de las sentencias arbitrarias, y las definió como las que "no
importan una derivación razonada del derecho vigente", por incurrir en un defecto grave que las descalifica como
pronunciamientos judiciales válidos. Según esta tesis, las sentencias arbitrarias son temas de derecho federal y
generan cuestión federal para el recurso extraordinario, ya que resultan inconstitucionales por violar las reglas del
debido proceso y del derecho de defensa en juicio. Hay dos tipos sustanciales de arbitrariedad:

a) ARBITRARIEDAD NORMATIVA. La doctrina de la Corte Suprema se refiere a las siguientes hipótesis:


1. Sentencias infundadas o insuficientemente fundadas.
2. Sentencias que arremeten contra la ley aplicable.
3. Sentencias que se basan en normas inexactas.
4. Sentencias que se basan en la mera voluntad de los jueces; por ejemplo, en afirmaciones dogmáticas o pautas
de excesiva, amplitud.
5. Sentencias que desconocen o se apartan de la norma
6. Sentencias que aplican la ley impertinente
7. Sentencias que efectivizan la ley no vigente para el caso.
8. Sentencias que invocan jurisprudencia no aplicable a la litis ("Municipalidad de Rosario", Fallos, 300:88).
9. Sentencias que interpretan arbitrariamente a la ley
10. Sentencias que incurren en exceso ritual manifiesto; o importan una renuncia consciente a la verdad jurídica
objetiva.
11. Sentencias incongruentes que no se expiden sobre cuestiones a decidir; o que resuelven más allá de lo que
debe pronunciarse.
12. Sentencias que atentan contra el principio de preclusión y de cosa juzgada, por ejemplo, por reformatio in
peius.
13. Sentencias autocontradictorias, con fundamentos contradictorios, o con oposición entre los considerandos y
su parte resolutiva.
14. Sentencias inválidas por vicios relativos a la integración del tribunal que las dictó, o en su emisión de voluntad.
b) ARBITRARIEDAD FÁCTICA. Según la Corte Suprema de Justicia, comprende algunas de estas alternativas:
1. Sentencias que prescinden de pruebas o constancias de la causa, o de hechos notorios.
2. Sentencias que se dictan en oposición a las pruebas del proceso.
3. Sentencias basadas en prueba inexistente, o no incorporada válidamente al expediente.
4. Sentencias basadas en afirmaciones dogmáticas de hechos.
5. Sentencias que valoran arbitrariamente la prueba, de modo irrazonable o parcial.
6. Sentencias que incurren en exceso ritual en la apreciación de la prueba.
7. Sentencias que incurren en autocontradicción en la evaluación de la prueba.
8. Sentencias dictadas en procesos que arbitrariamente omiten la averiguación de los hechos.

RECURSO EXTRAORDINARIO POR GRAVEDAD INSTITUCIONAL:


La Corte Suprema ha manejado dos conceptos de "gravedad institucional". Uno, de mínima, entiende que ella
existe cuando en un proceso se discuten temas que exceden el mero interés de las partes. Otro, de máxima, dice
que la gravedad institucional aparece en expedientes donde se plantean temas de macropolítica, que
comprometan las instituciones básicas de la Nación; la buena marcha de las instituciones, o casos que conmuevan a
la sociedad entera.
Pues bien, el concepto de gravedad institucional ha operado de modo diverso en cuanto al recurso extraordinario:
a) para disminuir la exigencia de ciertos recaudos de admisibilidad de dicho recurso, e incluso para permitir la
apelación per saltum; b) para habilitar el recurso, aunque no existiese "cuestión federal" en juego; c) para
seleccionar los casos a resolver, según el writ of certiorari, Y d) para suspender la ejecución de fallos con recurso
extraordinario concedido, o con queja articulada.

Trámite del recurso extraordinario:


El paso preliminar al planteamiento del recurso extraordinario consiste en la introducción, en la primera
oportunidad posible del procedimiento, de la cuestión federal que luego se replanteará en el propio recurso. A esto
podemos llamar el "pre" recurso extraordinario. "Introducir" a la cuestión federal significa que el litigante deberá
requerir, al tribunal que entienda en el proceso, la efectivización de normas federales. La cuestión federal debe
también ser mantenida en las distintas instancias previas a la Corte Suprema. En su defecto, ella entiende que se ha
desistido de su aplicación, y eso frustrará el recurso extraordinario.
Algunas veces la cuestión federal aparece no al inicio de un pleito, sino, por ejemplo, cuando se dicta una sentencia
de primera o segunda instancia. En tales casos de "arbitrariedad sorpresiva", el promotor del futuro recurso
extraordinario deberá introducir su pretensión de aplicación de derecho federal en la primera oportunidad posible
posterior (p.ej., al expresar agravios en segunda instancia, si la arbitrariedad sorpresiva surgió del fallo dictado en
primera instancia).

"WRIT OF CERTIORARI"
Una vez terminado el proceso con la "sentencia definitiva" dictada por el "superior tribunal de la causa", el litigante
puede articular ante ese mismo tribunal y en el plazo de diez días el. recurso extraordinario federal, que debe ser
fundado, y bastarse a sí mismo, de tal modo que de su simple lectura surjan los datos suficientes para resolverlo. Su
mera interposición (hasta tanto no sea denegado), suspende ahora la ejecución del fallo impugnado.
El art. 257 del Cód. Proc. Civil y Como de la Nación prevé un traslado por diez días a la contraparte, transcurridos los
cuales el tribunal que dictó la resolución objetada concede o deniega formalmente el recurso. Si lo otorga, remite
los autos a la Corte Suprema, la que debe, en su caso, disponer ciertas vistas o, si le parece, medidas para mejor
proveer. También puede descartar discrecionalmente el recurso extraordinario mediante el writ of certiorari,
instrumentado por ley 23.774, en los casos de "falta de agravio federal suficiente o cuando las cuestiones
planteadas resultaren insustanciales o carentes de trascendencia". En estos casos, el alto tribunal decide sin dar
razones o fundamentos, según el citado art. 280 del Cód. Proc. Civil y Com. de la Nación. Según el mismo esquema,
la Corte Suprema puede rechazar un recurso extraordinario por falta de trascendencia, y en el mismo momento
entrar a decidir otro parecido al primero, igualmente intrascendente. La planificación de este writ of certioriari
argentino tuvo por meta descongestionar el abultado trabajo del alto tribunal, pero su instrumentación,
excesivamente discrecional, le ha restado mucha legitimidad.
A lo expuesto, se lo llama writ of certiorari negativo. Algunos fallos de la Corte Suprema han inventado el writ of
certiorari positivo, sosteniendo, por el uso del argumento llamado a contrario sensu, que si por razones de falta de
trascendencia el art. 280 citado le permite desechar un recurso extraordinario, de modo discrecional, para el caso
inverso (esto es, de haber trascendencia relevante), podrá admitir un recurso extraordinario al que le faltasen
ciertos recaudos.
Superado este tramo, el alto tribunal dicta sentencia. Si rechaza por inadmisible o por improcedente al recurso
extraordinario queda firme el fallo impugnado. Por el contrario, si revoca éste, tiene la opción de decidir
directamente sobre el fondo del asunto o devolverlo al tribunal que dictó aquella sentencia revocada, o a quien lo
sigue en orden de turno, para que pronuncie una nueva.

RECURSO DE QUEJA:
Cuando el superior tribunal de la causa no otorga el recurso extraordinario, el interesado puede concurrir
directamente ante la Corte Suprema, mediante el recurso "de queja" o "de hecho”, que tiene por fin atacar aquel
rechazo y abrir el recurso. Art. 282, Cód. Proc. Civil y Como de la Nación “Si el juez denegare la apelación, la parte
que se considere agraviada podrá recurrir directamente en queja ante la cámara, pidiendo que se le otorgue el
recurso denegado y se ordene la remisión del expediente. El plazo para interponer la queja será de CINCO (5)
días, con la ampliación que corresponda por razón de la distancia, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo
158.” El plazo de interpretación es de cinco días, con uno más por cada cien kilómetros o fracción que no baje de
cien, contados desde la sede del "superior tribunal de la causa" hasta la Corte Suprema. Debe acompañarse de un
depósito a la orden de la Corte Suprema, de mil pesos. Si el alto tribunal lo admite, se expedirá sobre el fondo del
asunto, según las alternativas indicadas en el párrafo anterior. De lo contrario lo rechazará, quedando así
confirmado el fallo recurrido.

"PER SALTUM":
La Corte Suprema, sin ley reglamentaria al respecto, e invocando la existencia de gravedad institucional en su
máxima expresión, admitió que se planteara directamente ante ella un recurso extraordinario contra una sentencia
de amparo de primera instancia, de modo per saltum, es decir, salvando la actuación de la Cámara de Apelaciones.
Este per saltum fue aceptado en el marco del Poder Judicial de la Nación, sobre temas federales y del recurso
extraordinario, y del mismo se corrió traslado para la Corte a la contraparte. Durante su tramitación, la Corte
Suprema suspendió la ejecución de la sentencia recurrida. Todo ello fue creación pretoriana de dicho tribunal. En el
ámbito nacional, una ley puede programar procesalmente esas apelaciones "directas" u omissio medio, porque la
Corte ejerce su competencia por apelación "según las reglas y excepciones que prescriba el Congreso" (art. 117,
Const. nacional); sin ley, tal apelación per saltum deviene ilícita. No obstante, otros fallos de la Corte Suprema han
admitido la posibilidad de la vía per saltum.
El argumento básico dado por el alto tribunal para defender el per saltum, es que la creación de las cámaras
federales de apelaciones y la necesidad de recorrerlas antes de plantear el recurso extraordinario, fue a los fines de
tornar más eficiente los roles de la Corte Suprema como guardián e intérprete final de la Constitución. Si en un caso
concreto esa escalera procedimental perturbase o dificultase tales funciones, y fuese necesario dar una respuesta
inmediata y final a un proceso, en función de los graves intereses institucionales en juego, la Corte Suprema se
autoriza a obviar dichos caminos procesales y a resolver ella misma el juicio.

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