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En su conjunto los horizontes A, B y C conforman el denominado regolito, donde el horizonte A se caracteriza

por su color oscuro, debido a la presencia de abundante materia orgánica, y es el más intensamente afectado
por los procesos de disolución, que arrastran sus iones hacia horizontes más profundos, por lo que se le conoce
también como horizonte de lixiviación o de lavado (Caballero, 1998). En el horizonte B predomina el suelo
entendido como la roca totalmente meteorizada, donde el comportamiento está controlado por deformaciones
de la masa de suelo, en tanto que en el horizonte C predomina el material rocoso, en el que el comportamiento
está controlado por el movimiento a lo largo de las discontinuidades del macizo rocoso. Es por esto que entre
los horizontes B y C existe una importante zona de transición en términos de comportamiento geotécnico.

La parte superior del horizonte B se caracteriza por la extinción total de la fábrica y estructura de la roca
parental donde todo el material se ha convertido a suelo. Para las clasificaciones de la BS 5930 (Anon, 1981)
y la Anon (1988) este nivel corresponde exclusivamente al horizonte VI denominado suelo residual, en el cual
la roca está completamente meteorizada con un porcentaje menor al 30 % de roca. Voicu & Bardoux (2002)
denominan este nivel, caracterizado por la presencia de zonas moteadas, ferricretes o latosol, como pedolito.
Deere & Patton (1971), siguiendo la convención utilizada en la pedogénesis, definen este nivel como suelo
residual clasificado horizonte IA, rico en materia orgánica y lixiviación, y horizonte IB, el cual está
característicamente enriquecido en arcillas y acumulaciones de hierro, aluminio y sílice.

La parte inferior del horizonte B la conforma el denominado saprolito, definido como un material blando
producto de la meteorización química de las rocas, y caracterizado por la formación de minerales secundarios,
en el que la estructura y fábrica originales están preservadas debido al emplazamiento seudomórfico de los
minerales originales sin alteración y transporte subsecuentes. La formación del saprolito es un proceso
isovolumétrico pero la mitad de la masa de la roca se pierde por lixiviación de sílice, hierro y bases (Fookes,
1997; Voicu & Bardoux, 2002). Voicu & Bardoux (2002) dividen el saprolito en grueso (saprorock), como la
zona de transición entre la roca, y el saprolito caracterizado por la preservación de la fábrica de la roca
presentando un contenido menor al 20% de productos de la alteración de minerales meteorizados; y saprolito
fino (litomage), donde no hay minerales primarios pero se conserva la fábrica. Para la clasificación de Deere
& Patton (1971) el saprolito corresponde al horizonte IC, con menos del 10% de bloques de roca. Para Anon
(1990) el saprolito se define como el manto meteorizado que se comporta en general como un suelo en
términos geotécnicos y que presenta rasgos texturales y estructurales de la roca madre, y el cual sumado con
el horizonte VI conforma el suelo residual tropical, donde las propiedades de la masa y del material son todavía
las de un suelo, por debajo de este límite las características de la roca comienzan a dominar en la masa y el
material. Para este autor suelo residual tropical definido como el grado VI exclusivamente es muy restrictivo
para efectos geotécnicos, ya que gran parte del material descrito normalmente como suelo se encuentra por
debajo de este grado en el perfil de meteorización típico.

En ambientes tropicales húmedos por encima de los horizontes B se presentan suelos residuales alterados y
altamente meteorizados, bajos en sílica, con una concentración suficiente de sesquióxidos de hierro y aluminio
y algún grado de cementación que se denominan lateritas (Blight, 1997). La lateritización representa la etapa
final del proceso de meteorización con la formación de sesquióxidos, los cuales corresponden a óxidos,
oxidróxidos, hidróxidos (referidos como colectivamente óxidos) de hierro, aluminio y manganeso, que afectan
fuertemente las propiedades físicas y químicas del suelo, la morfología y su clasificación (Shaw & West, 2006).
Schellmann (1981) define el término laterita como el producto de intensa meteorización subaerial donde el
contenido de Fe y Al es mayor y el contenido de sílice es más bajo comparado con la roca parental caolinizada
exclusivamente y está compuesto predominantemente de minerales de goethita, hematita, hidróxidos de
aluminio, minerales de caolinita y cuarzo.

El presente artículo corresponde a la caracterización del suelo residual y saprolito de dos perfiles de
meteorización derivados de rocas ígneas plutónicas y volcánicas en el Valle de Aburrá bajo un ambiente tropical
húmedo. Para el levantamiento del perfil de meteorización se combinó la clasificación propuesta por Little
(1969) y los criterios definidos por la Anon (1988) y Anon (1995), que permitieran una diferenciación de los
niveles en términos cuantitativos y criterios de campo distinguibles. Los términos utilizados para diferenciar
los horizontes son: Suelo Residual (RS) que corresponde al grado VI, Completamente Meteorizado (CW) que
corresponde al grado V y Altamente Meteorizado (HW) que corresponde al grado IV.

Suelos altamente orgánicos

La turba es un material orgánico, de color pardo oscuro y rico en carbono. Está formado por una masa esponjosa y ligera en la que aún se
aprecian los componentes vegetales que la originaron. Se emplea como combustible y en la obtención de abonos orgánicos.

Formación de la turba
La formación de turba constituye la primera etapa del proceso por el que la vegetación se transforma en carbón mineral. Se forma como
resultado de la putrefacción y carbonificación parcial de la vegetación en el agua ácida de pantanos, marismas y humedales. La formación
de una turbera es generalmente lenta como consecuencia de una escasa actividad microbiana, debida a la acidez del agua o la baja
concentración de oxígeno. El paso de los años va produciendo una acumulación de turba que puede alcanzar varios metros de espesor, a un
ritmo de crecimiento que se calcula de entre medio metro y diez centímetros cada cien años.

Las turberas son cuencas lacustres de origen glaciar que actualmente están repletas de material vegetal más o menos descompuesto y que
conocemos como turba de agua dulce. La turba se acumula debido a que la putrefacción de la materia vegetal es muy lenta en climas fríos.
La materia vegetal que se acumula por debajo del nivel del agua de un lago está en unas condiciones de continua saturación y de poca
disponibilidad de oxígeno, fomentando así la actividad de los transformadores. En estas formaciones tenemos un suelo de tipo histosol.

Tipos

Se pueden clasificar en dos grupos:1

 Las turbas rubias (esfagno) tienen un mayor contenido en materia orgánica y están menos descompuestas.
 Las turbas negras tienen un menor contenido en materia orgánica y están más mineralizadas.

Aplicaciones

Grupo de malvinenses paleando turba hacia los años 1950. La turba era la única forma de combustible utilizada en las islas Malvinas hasta
la llegada de las empresas argentinas YPF y Gas del Estado.2

En estado fresco alcanza hasta un 98 % de humedad, pero una vez desecada puede usarse como combustible.

La turba también se usa en jardinería para mejorar suelos por su capacidad de retención de agua. Es más frecuente el uso de turbas rubias
en cultivo sin suelo, debido a que las negras tienen una aireación deficiente y unos contenidos elevados en sales solubles. Las turbas rubias
tienen un buen nivel de retención de agua y de aireación, pero son muy variables en cuanto a su composición ya que depende de su origen.
La inestabilidad de su estructura y su alta capacidad de intercambio catiónico interfieren en la nutrición vegetal, al presentar un pH que
oscila entre 3,5 y 8,5. Se emplea en la producción ornamental y de plántulas.

La turba negra se utiliza en algunas zonas de Escocia para el secado de los ingredientes del whisky, al que da un aroma único. Son suelos
carbonosos que se han formado como resultado de una descomposición libre de oxígeno de las plantas muertas. La turba natural es ácida y
contiene mucha agua. Posee compuestos químicos que se usan para el tratamiento de la piel. Oscila entre los 5 y los 8 grados Celsius de
temperatura.

Una de las mejores turberas de España se encuentra en el norte de Galicia, en la Sierra del Gistral. En el Parque nacional de las Tablas de
Daimiel (Castilla la Mancha) en 2009 se declaró un incendio «subterráneo» a causa de la autocombustión de la turba de los terrenos secos,
antes inundados.3

Por otro lado, en el extremo sur de América, más específicamente en la Isla Grande de Tierra del Fuego, Chile y Argentina, se pueden
encontrar grandes extensiones de turba. Estudios geológicos e hídricos de instituciones de Tierra del Fuego afirman que el 65 % de la
superficie de la isla está cubierto por esta vegetación y que, debido a sus propiedades de oxigenación, este lugar geográfico sería de los
poseedores del aire más limpio del planeta.

Pantanos Se considera como pantano a todo terreno bajo normalmente saturado o cubierto de agua y cubierto por árboles y vegetación
acuática. Existen en casi cualquier parte del mundo con excepción de la Antártida, pero suelen localizarse con frecuencia en zonas
bajas, cercanas o asociadas a ríos o lagos que les proveen agua.

Características de los pantanos

Las más importantes son:

 Están cubiertos por bosques.


 Normalmente están saturados de agua estancada.
 La profundidad de las aguas es baja.
 Sus aguas pueden ser dulces, salobres o saladas.
 El terreno donde se asientan se caracteriza por el suelo mineral con mal drenaje.
Los pantanos no son hábitats enteramente acuáticos ni completamente terrestres.

Algunos pantanos están siempre cubiertos por agua, pero otros pueden tener el agua estancada durante ciertas épocas del año y durante
otros, es el suelo el que se encuentra saturado con el líquido o ligeramente encharcado. Desde esta perspectiva, los pantanos no son
hábitats enteramente acuáticos ni completamente terrestres. Debido a que su agua contiene una alta concentración de minerales, todo
material orgánico puede desintegrarse o descomponerse, factor que evita la acumulación de una gran cantidad de materiales.

Los pantanos asociados a los ríos dependen de las variaciones del nivel las aguas de estos. Muchos pantanos son mejor conocidos por el
tipo de árboles que se desarrolla en ellos. Por ejemplo, existen los llamados “pantanos de ciprés”, identificados por la abundancia de
árboles de ciprés calvo o ciprés de los pantanos (Taxodium distichum), las únicas coníferas con la capacidad de sobrevivir en un ambiente
cubierto por agua.

Zona pantanosa en los Estados Unidos de Amérca

Tipos de pantanos

Según el tipo de agua:

-Pantanos de agua dulce. Se hallan tierra adentro asociados a cuerpos de agua dulce como los lagos y los arroyos. A su alrededor crece
vegetación altamente tolerable al agua, y las especies animales que ahí habitan se adaptan perfectamente a la fluctuación de los niveles
del agua a lo largo del año, dependientes tanto del cuerpo de agua mayor como de las lluvias y las inundaciones estacionales.

-Pantanos de agua salada. Por lo regular se encuentran a lo largo de las áreas costeras tropicales. Su lecho de arena y lodo se cubre de
agua salada durante la marea alta, dotando al terreno aguas de una escasa profundidad.

Según el tipo de vegetación:

-Pantanos de arbustos. La vegetación dominante es, por supuesto, la de los arbustos. Como se localizan entre las llanuras de inundación
o a lo largo de corrientes de lento movimiento, los pantanos arbustivos pueden cubrirse completamente de agua hasta unos cuantos
centímetros de altura, pero también mostrar suelos saturados durante gran parte del año.

-Pantanos boscosos. A menudo se cubren de agua dulce estancada o en movimiento, de forma permanente o estacional, y en vez de
arbustos poseen árboles como principal vegetación.

Ambos pantanos pueden encontrarse muy cerca uno de otro.

Flora y fauna de los pantanos

El tipo de flora y fauna de un pantano está relacionado con el tipo de pantano del que se trate, pero por lo general, se asocia a este
ecosistema especies como los cocodrilos, las ranas y algunas aves. Por otro lado, los suelos de los pantanos forman un ambiente alto en
nutrientes que permite el crecimiento de abundante y densa flora.

Los pantanos de agua dulce son hogar de varios tipos de peces, mamíferos como las nutrias, reptiles como las serpientes y los caimanes, y
anfibios e invertebrados como los camarones y los cangrejos. En los pantanos boscosos crecen fácilmente cipreses, robles, lentejas de
agua, musgos y otras especies vegetales. En los pantanos de agua salada coexisten peces, cangrejos, moluscos, cocodrilos y varias aves.
Son típicos los matorrales y los manglares que crecen en las orillas. Los pantanos arbustivos son abundantes en especies como
Cephalanthus occidentalis, rosa palustre (Rosa palustris) y cornejos (Cornus).

Los pantanos ayudan a controlar los niveles de agua sobre la tierra y en alguna medida, las inundaciones.

Importancia de los pantanos

Es común que no se brinde la importancia necesaria a estos ecosistemas, ya que a lo largo de mucho tiempo han sido drenados con la
intención de usar su terreno para cultivar y para reducir la incidencia de enfermedades transmitidas por algunos animales que viven ahí.

Pese a la mala imagen que las personas pueden tener de los pantanos, debe decirse que son un ecosistema clave para la supervivencia
de muchos animales, sobre todo de peces. Son una especie de esponja que absorbe el exceso de agua, por lo que ayudan a controlar los
niveles de agua sobre la tierra y en alguna medida, las inundaciones. En adición, los manglares de sus márgenes ayudan a filtrar los
desechos orgánicos y purificar el agua, pues todo producto o sustancia química tiende a caer en el lecho y quedar enterrada bajo capas de
lodo y sedimentos.

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