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ACERCÁNDOME A LA VERDAD

“… conoceréis la verdad, y la verdad os hará


libres.”
(Juan 8:32)
¿Crees que decir la verdad es sencillo? Muchas veces la verdad nos da miedo. No quieres
decirle a tu mejor amiga que la ropa que se acaba de comprar le queda horrible, con tal de no
hacerla sentir mal, y recurres a las tan famosas “mentiritas piadosas”. Se nos hace más fácil
mentir para poder salir de los problemas en los que nos metemos, que decir la verdad.
Es mucho mejor decir la verdad, aunque nos duela. Pero no por eso te la vas a pasar diciéndole
a la gente que te cae mal: “Estas feo”, “Nadie te quiere”, “Me caes gordo”. No me refiero a
eso.
Imagínate que vas a recoger los resultados de unos análisis que el doctor te mando a realizarte.
Si los resultados arrojaran que padeces una enfermedad grave la cuál debe ser atendida lo
más pronto posible, ¿te gustaría que te dijeran? “No se preocupe, usted no tiene nada. Solo
es un dolor de cabeza, tómese estas pastillas y se le pasará.”
Obviamente viendo que tu malestar sigue y hasta empeora, irás de manera apresurada a saber
lo que te está pasando. Al darte cuenta de tal negligencia, harías hasta lo imposible para que
los doctores, y hasta el hospital pague este error.
No todo es verdad
Escuche un testimonio en donde paso todo lo contrario. A una persona del medio artístico le
diagnosticaron cáncer, esta persona recibió la noticia y de inmediato su salud empezó a
deteriorarse de una forma sorprendente. Un mes después, le pidieron disculpas porque se
habían equivocado en los resultados de sus análisis. Esta persona no tenía nada.
Esta persona famosa había creído algo que era mentira. Éste argumento se hizo en su mente
y su corazón una verdad, lo que provocó que hasta su salud se fuera en picada. Así nos pasa
a nosotros en muchas ocasiones; nos creemos todo lo que nos dicen y lo volvemos una verdad.
Un ejemplo de ello, son las tradiciones e historias que nos contaban de pequeños. ¿Cuántos
de nosotros nos creíamos la historia del famoso Santa Claus? Todos le escribíamos Navidad
tras Navidad la cartita con la lista de los juguetes que deseábamos que nos trajera. A su tiempo
tuvimos que aceptar que Santa era una gran mentira. He visto muchos niños llorar
desgarradamente al enterarse que Santa no existe.
La verdad nos hace libres
La Palabrade Dios nos enseña que: “conoceremos la verdad, y la verdad nos hará libres” (Juan
8:32). Te preguntarás ¿de qué nos hace libres? Primero, nos hace libres de la mentira, de todo
aquello que es un engaño y nos lleva a la perdición. La verdad rompe con todo aquello que
hemos creído como una verdad, pero que no lo es.
Por ejemplo, es común que la gente que no conoce de Dios diga: “Dios se va a enojar contigo
y te va a castigar”, dando a entender que Dios es demasiado malo y que solo esta esperando
el momento indicado para castigarnos. Dios no es así, Dios es amor, aunque es cierto que Dios
reprende a sus hijos, pero lejos de estar buscando siempre exhortarnos, lo que busca es que
le busquemos cada día, que nos acerquemos confiadamente a él y con todo nuestro corazón.
En segundo lugar, al conocer la verdad, aún en lo espiritual podemos recibir libertad. Muchas
personas han estado viviendo en opresión por el diablo, no pueden vivir en bendición, tal vez
por pactos que han hecho con él sin darse cuenta. Cuando Dios revela la verdad, del por qué
estas personas viven de esta forma, se puede experimentar una libertad espiritual, y así poder
vivir como Dios desea que lo hagamos.
¡Es mejor la verdad!
Dios “…quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad”(1
Timoteo 2:4). ¿Por qué Dios quiere que conozcamos la verdad? Porque solo así podremos vivir
de la mejor manera. La verdad nos da paz, tranquilidad, justicia, y muchas bendiciones más.
Mientras que la mentira trae problemas, y te roba la paz.
En una ocasión, me había ido muy mal durante un semestre en la facultad. Reprobé algunas
materias y no se los había dicho a mis padres. Les dije que todo iba bien. Tuve que mentir
para que mis papás pudieran pagar esas materias, pero no las había aprobado. Tuve que
volver a cursar la materia que no había aprobado en segunda oportunidad, y casi al finalizar
el semestre, estaba a punto de quedar suspendido por esa materia.
Mi mente empezaba a imaginar muchas cosas, ¿cómo explicarles que había quedado
suspendido?, ¿cómo pagar la cuarta oportunidad?, ¿cómo reaccionarían mis papás?, ¿qué iba
a suceder?, ¿Qué debía hacer para salir de este problema?, ¿Qué mentiras debía inventar?,
¿engañaría a mis papás haciéndoles creer que iba a la escuela, estando suspendido?
Por varias noches no podía pegar los ojos, lo que había sido una mentirilla para evitar un
regaño, se había convertido en una gran telaraña de la que no sabía cómo escapar. Hasta que
dije: “¡Es mejor la verdad!” Una de esas noches en las que no podía dormir, me levante fui a
la recamará de mis papás y hable con mi mamá, y confesé toda la verdad.
Estaba lleno de preocupaciones, quise buscar una salida a través de la mentira, pero al decir
la verdad, me sentí libre. Sentí como toda carga pesada que sentía en mi espalda se iba, y esa
noche pude descansar. Experimente que la verdad trae paz y te hace libre. Pude acreditar la
materia, y seguir estudiando sin problema.
El enemigo de la verdad
Si crees que es difícil decir la verdad, tienes que saber algo. El diablo es un mentiroso y es el
padre de mentira (Juan 8:44). Hay gente a la que le gusta más lo malo y la mentira (Salmo
52:3), muchos hoy en día han desechado lo bueno y la verdad. El diablo se opone a la verdad,
el siempre está en contra de que la gente le dé la espalda a la mentira. ¿Por qué? Pongamos
atención a Juan 8:44: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre
queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque
no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de
mentira”.
El diablo no quiere que la gente se acerque a la verdad, porque perdería a muchos de sus
hijos. Cuando mentimos nos hacemos hijos del diablo, mientras que cuando decidimos dejar
la mentira y andar en la verdad podemos ser hijos de Dios.
¿Dónde encontramos la verdad?
Mi pastor, Pedro Flores nos enseñó una vez, que existen verdades relativas y verdades
absolutas. Nos decía que las verdades relativas son aquellas que hoy pueden ser verdad y
mañana ya no; y las verdades absolutas hoy, mañana y siempre serán verdad. Una verdad
absoluta es, que Dios es Amor; esta es una verdad que siempre lo seguirá siendo.
La Palabra de Dios, esta llena de verdades absolutas. Por eso es que durante este tema citaré
algunos pasajes de la Biblia.Jesúsmismo al orar por sus discípulos le pidió al Padre:“Santifícalos
en tu verdad; tu palabra es verdad” (Juan17:17).
Si quieres encontrar la verdad, debemos acercarnos a la Palabrade Dios. El Salmista David le
decía a Dios: “Enséñame, oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu verdad” (Salmo 86:11). A
través dela Palabra encontramos el verdadero camino por el cual debemos andar, y no
desviarnos por otros caminos.
Jesús testificó de sí mismo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre,
sino por mí” (Juan 14:6). Cristo es el camino que debemos seguir, para no perdernos por los
caminos del error y la mentira. También Cristo es la verdad, el nos guiará al Padre si le
seguimos.
Verdaderamente libres
Dios nos quiere hacer verdaderamente libres. Libres del maligno; libres del error y del engaño.
Libres de la maldad y de la maldición. Entendamos esto, la verdad nos hace libres y Jesús es
la verdad, entonces, Jesús nos hace libres. Por es la Biblianos enseña que: “… si el Hijo (Jesús)
os libertare, seréis verdaderamente libres” (Juan 8:36).
Acercándonos a la verdad podremos experimentar la libertad y la bendición de Dios en nuestras
vidas. Recuerda que es mejor la verdad y debemos dejar la mentira atrás para que no seamos
más hijos del enemigo.
Con el Entendimiento abierto
Cristo tuvo que hacer algo en la vida de sus discípulos para comprender la verdad, les abrió el
entendimiento (Lucas 24:45). Esa debe ser nuestra oración a Dios en el nombre de Jesús, que
nuestro entendimiento sea abierto para comprender la verdad y podamos hacerla parte de
nuestra vida, ponerla en práctica y ser de bendición para otros.
Cuando el Señor abra nuestro entendimiento podremos ver la verdad
de una forma que transformará nuestra manera de actuar, de hablar y
caminar

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