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El crimen del psicoanálisis, que tiene un autor que se llama Jacques Lacan, es

este: (/A). Lacan mató al Otro. Lo castró. Crimen viene del latín (hay una raíz
indoeuropea) y quiere decir “separar”. El análisis tiene que ver también con esto.
(…)
Matar, amar y asesinar son hechos culturales, netamente humanos. No existe en el
mundo de la naturaleza… y hablar de “mundo de la naturaleza” es ya un abuso del
lenguaje: no hay ninguna realidad pre-discursiva. (Lacan, Seminario XX: “Los
hombres, las mujeres y los niños no son más que significantes.”)
(…)
El primer problema es que el sujeto es deseado; que el deseo nos toma, que
nosotros no tenemos un deseo, sino que el deseo nos tiene. Y aquí nos separamos
del conductivismo, porque esto es lo insconciente.
(…)
Para Lacan el “A” simboliza el lenguaje, no es estrictamente un sujeto; y castrar el
lenguaje quiere decir que para entrar a la cultura es necesario que el lenguaje esté
agujerado.
El lenguaje se agujerea y automáticamente se agujerea el Sujeto. Es decir que ya
queda una hianca que permitirá que el deseo se instale. Es decir, nosotros no
hablamos, no cagamos, no hacemos pis, no cojemos, no hacemos absolutamente
nada “por naturaleza”. El autismo comprueba que el Sujeto no habla por
necesidad: hablamos porque hay un goce en el hablaje.
(…)
A partir del Significante, que agujerea el “cacho de carne”, se produce la entrada
del goce en el organismo y acá entramos en problemas… Y este verbo que acá
escribo, AMAR, va a solucionar este problema: pero AMAR es una solución pero
también es un problema. (Lacan, Seminario VI, 3-6-59: “No hay otro malestar en
la cultura que el malestar del deseo.”)
(…)
Primero es necesario que el lenguaje se agujeree y que algo penetre. Y aunque
ustedes no lo crean, la que penetra acá es la mujer. Y esto que penetra es el FALO.
Y los estudiantes de psicología mínimamente tienen que conocer que el FALO es
el deseo de la madre. ¿Y esto qué quiere decir?
¿Qué quiso decir Freud –porque esto está en 1905- con esto? Quiso decir que la
madre no quiere un hijo. La madre quiere un FALO. Es más, porque el
psicoanálisis es muy antipático, lo quiere para el padre. Ni siquiera para el marido.
Es decir que la madre, por definición, es un sujeto fálico; MADRE-FÁLICA no es
una mala palabra; es una necesidad para que se produzca la ecuación simbólica sino
ninguna mujer puede desear un hijo. Y esto se produce a partir de una cuestión
incorporada en el Deseo-de-la-Madre que es el Nombre-del-Padre.
Esta operación de atravesamiento fálico, que Lacan la bautiza sin previo aviso en
el Seminario 4, como “la entrada del Espíritu Santo”, comporta dos operaciones:
Behajung y Ausstossung: la incorporación del falo y la expulsión del objeto. Es
decir que cuando se produce el maridaje (…) hay una pérdida que Lacan bautiza
como objeto-pequeño-a.
(…)
Esto que se perdió es lo que se busca: lo suplementario, no lo que nos
complementa. (…) Y acá estamos en problemas… Nos peleamos siempre con el
vecino de al lado, a lo sumo el de arriba, pero nunca el que está más allá, los odios
y los amores van juntos… por eso las guerras en general se dan entre países
limítrofes. (…)
Lo que está en el eje de todo es nuestro narcisismo cotidiano…
Dice Lacan en el Seminario XI: “Si hay un terreno en el discurso en que el engaño
tiene probabilidades de triunfo, su terreno es el amor.”
Por definición, para el psicoanálisis, el acto es fallido: Lacan decía que el acto más
logrado es el fallido. El amor es también un engaño (…) y el problema es que el
neurótico (“His majesty the baby”-como decía Freud) busca re-integrar esto que
perdió: busca re-integrar su producto. Porque este objeto-a es mitad del Sujeto y
mitad del Otro: y este es el problema.
(…)
La Ley, cultural obviamente, rige la Castración del Goce (Incestuoso). Para que el
Sujeto transite del goce al deseo tiene que atarse a la Ley. La Ley es la nominación
del NO. Por eso O. Masotta decía que la prohibición del Incesto más que una regla
de prohibición es una regla del Don.
(…)
El amor es un acto fallido, es un crimen fallido; y el homicidio es un crimen
logrado. Sólo que un homicidio no es más que un suicidio proyectado: y esta es la
tesis de Lacan.
Por eso escribí la cita de Rimbau: “Yo es otro”. Lacan comienza su tesis con una
cita de la Ética de Spinoza: “Una afección cualquiera de cada individuo difiere de
la afección de otro, tanto como la esencia de uno difiere de la esencia de otro.”

¿Por qué Lacan empezará su tesis con esta frase Spizoniana? Porque esto es lo que
nos diferencia a los psicoanalistas del discurso médico: la singularidad. ¿Qué va a
decir Lacan?
Va a decir que la Psicosis no es un déficit: yo no puedo comparar a un psicótico
desde mi lugar de neurótico: ser psicótico no es ni mejor ni peor que ser neurótico.
Y hay que diferenciar psicosis de locura. La locura es un adjetivo, un acto que
denota insensatez y que Lacan va a tomar de Hegel y denota delirio de infatuación.
Para Lacan la única enfermedad –si es que la enfermedad existe- es el delirio de
infatuación; ¿qué quiere decir esto? Que la única enfermedad que tenemos los
Sujetos se llama YO.
Y esto es lo que toca un analista en el análisis. Y ustedes ya estarán pensando: “Ah,
¿entonces se mata por narcisismo?”- Exactamente: igual por lo cual se ama: se ama
por narcisismo y se mata por narcisismo.
(…)
La psicosis es pura lógica. La psicosis es trans-fenoménica, la locura es fenoménica
(…) La locura se ve, la psicosis se escucha. Es más: la psicosis se escucha aún sin
desencadenar…
En general la psicosis que nos llega al consultorio es una pre-psicosis, no es la
psicosis desencadenada. Locuras hay muchas: enamorarse es una locura. Lavarse
35 veces las manos o poner 7 despertadores –como los casos que analizó Freud-
es una locura…
(…)
.
Vayamos al caso Aimeé: ¿qué descubre Lacan? Que la naturaleza de la cura
demostrará la naturaleza de la enfermedad; es decir: que ser castigada produce la
curación… Cuando el sujeto no se ata a la Ley, la Ley lo ata. (…)
¡Y qué más dice Lacan acá? Dice que la producción del delirio es directamente
proporcional a la producción artística. Esto quiere decir que nuestro síntoma, el
síntoma del neurótico, es poético, no es psiquiátrico. Nosotros no escuchamos el
mismo síntoma que escucha el psiquiatra.
(…)
No existe la ferocidad ni la violencia en el reino animal, esos son significantes-
humanos. (…) Ningún animal mata por violencia o por ferocidad; esto que le
enseñamos a los nenes: “el león es malo y el pajarito es bueno”-eso es un fantasma
nuestro. Los animales no son ni buenos ni malos.
El animal mata por instinto. Es más, si me pongo muy lacaniano podría decir que
el animal no (sabe que) mata. Matar, dice Lacan, como la palabra “muerte” existe
en el Sujeto porque la podemos decir: de hecho el animal no “sabe” que se va a
morir. Y este es el único saber humano. (…)
El síntoma es una manera elegante –neurótica- de tapar la muerte, de tapar la
castración. Y no hay que tener ningún miedo de poner esta fórmula: Castración =
Muerte. Esta es la única muerte que el Sujeto conoce. (…) Y toda muerte es del
narcisismo.
(…)
Ferocidad, violencia, crimen, asesinato, homicidio: todos significantes humanos.
(…) Digo que el crimen, como el amor, no tiene nada que ver con los genes.
Ustedes saben que se descubren genes para todos…
Y esto es una cuestión política-ideológica; porque no es casualidad que en los países
que se investigan estas cuestiones decir que hay un gen del criminal de raza negra,
al racismo, hay un solo paso. Estas son cosas propias del ser humano.
¿Y qué es lo más propio del ser humano aparte del narcisismo? La pulsión, que no
se puede traducir como instinto.
Por eso Lacan decía en su conferencia de mayo de 1950: “Pero esa misma crueldad
implica la humanidad. A un semejante apunta, aunque sea en un ser de otra especie.
Ninguna experiencia como la del análisis ha sondeado en la vivencia esta
equivalencia de que nos advierte el patético llamamiento del Amor: a ti mismo
golpeas.
Y la helada deducción del Espíritu: en la lucha a muerte por puro prestigio se hace
el hombre reconocer por el hombre.
Si en otro sentido se designa por instintos a conductas atávicas cuya violencia hubo
de hacer necesaria la ley de la selva primitiva y si las que algún doblamiento
fisiopatológico liberaría, a la manera de los impulsos mórbidos, del nivel inferior
en que parecen contenidas, bien podemos preguntarnos por qué, desde que el
hombre es hombre, no se revelan también impulsos de excavar, de plantar, de
cocinar y hasta de enterrar a los muertos.”
Ahora que leo “enterrar a los muertos” recordé que O. Masotta decía que en toda
tumba hay un espejo escondido… Espejo es sinónimo de semejante. El ser
humano empieza la cultura cuando empieza a enterrar a sus semejantes… Fíjense
que todo tiene que ver con no-aceptación de que vamos a morir…
.
Y por si todavía no se entendió, ¿por qué amar es un crimen? Porque para amar –
y esto en la primera etapa de enamoramiento el Sujeto no lo percibe porque está
alienado- para amar es necesario matar.
Es necesario castrar-me: matar mi narcisismo. Porque sino no puedo amar-al-otro;
me sigo amando a mi mismo: como Narciso y su Mito que sigue mirando al espejo
(al lago); y ¿cuál es su tragedia?
Porque así como hay una tragedia en Edipo –aparte del Drama- hay una tragedia
en Narciso: la tragedia es que no puede tomar agua –es decir: acceder a su deseo-,
porque si toma agua se difumina su imagen.
Entonces es una tragedia estar cristalizado en su propia imagen, es una tragedia
para el Sujeto no poder amarse más que así mismo, no poder amar… Entonces,
claro que son dos crímenes opuestos…
¿Y por qué me voy a castrar? La castración, lo digo como Lacan lo dice en el
Seminario III, es simplemente -en dos palabras-: perder para ganar.
Marcelo Augusto Pérez
“(A)matar: amar y matar. Dos crímenes opuestos.
Una aproximación freudolacaniana.” -Fragmento-
.
EN: Congreso de Patologías Border-Line y Delitos Complejos…
Los in-diagnosticables: Semiologías Psiquiátricas en debate: DSM-IV y Semiología
Francesa.
En: Instituto de Criminología y Psicología Forense de Uruguay.
Montevideo / 10-5-201

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