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2 indiferencia
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actividad 2
Observa la fotografía de Kevin Carter. ¿Se puede ser indiferente frente a
la realidad que presenta? ¿Qué punto de vista adopta el espectador?
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3 prejuicios
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actividad 3
Detectar prejuicios es algo muy difícil. Te proponemos que interpretes la
siguiente imagen. ¿Qué hacen estos personajes?
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6 imágenes
Nada tan evidente, pero a su vez, nada había pasado tan desaper-
cibido como esta obviedad que nos plantea Foucault en su co-
mentario de la siguiente obra de Magritte.
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actividad 6
¿Qué es esto?
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15 indecisión
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actividad 15
Exponemos a continuación el conocido dilema que un joven presentó a
Sartre, pidiéndole consejo sobre cómo actuar, y que el ilósofo siempre
puso como ejemplo para indicar que cada dilema moral implica unas cir-
cunstancias tan personales (donde intervienen la personalidad del sujeto,
las peripecias vitales, las ideas personales, etcétera) que es imposible
establecer normas generales que sean válidas para situaciones parecidas.
El dilema es el siguiente:
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7 argumentación
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actividad 7
Lee este fragmento del texto La avent ur a de los bailar ines de Conan Do-
yle. Después, plantéate: ¿Las inferencias del detective son deductivas o
inductivas? ¿Por qué?
Holmes llevaba varias horas sentado en silencio, con su larga y delgada es-
palda doblada sobre un recipiente químico en el que hervía un preparado
particularmente maloliente. Tenía la cabeza caída sobre el pecho y, desde
donde yo lo miraba, parecía un pajarraco larguirucho, con plumaje gris
mate y un copete negro.
–Y bien, Watson –dijo de repente–, de modo que no piensa usted in-
vertir en valores sudafricanos.
Di un respingo de sorpresa. Aunque estaba acostumbrado a las asom-
brosas facultades de Holmes, aquella repentina intromisión en mis pen-
samientos más íntimos resultaba completamente inexplicable.
–¿Cómo demonios sabe usted eso? –pregunté.
Holmes dio media vuelta sin levantarse de su banqueta, con un hu-
meante tubo de ensayo en la mano y un brillo burlón en sus hundidos
ojos.
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8 análisis
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actividad 8
Analiza el siguiente cuadro de Bronzino, de 1546: Alegor ía de la Luj ur ia.
Distingue los elementos que componen el cuadro e intenta interpretar el
valor simbólico de cada uno de ellos. Veremos cómo el análisis nos per-
mite profundizar en una realidad que nos habría pasado desapercibida sin
aplicar este método. (Consulta el solucionario después de haberlo inten-
tado.)
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9 crítica
Muchas veces la realidad que nos circunda no nos gusta, y por eso
buscamos, imaginamos, esbozamos alternativas a la misma. Algo
semejante puede pasar con las ideas o la cultura que deinen una
época. La ilosofía contribuye a potenciar esta función crítica que
desarrolla de forma natural el carácter humano por medio de las
herramientas lógicas y conceptuales que nos proporciona.
Horkheimer escribe: «La verdadera función social de la iloso-
fía reside en la crítica de lo establecido […]. La meta principal de
esa crítica es impedir que los hombres se abandonen a aquellas
ideas y formas de conducta que la sociedad en su organización
actual les dicta». Y por si alguien duda de ello, Adorno ve en esta
actividad la propia justiicación del cultivo del pensamiento: «Si
la ilosofía es necesaria todavía, lo es entonces más que nunca
como crítica, como resistencia contra la heteronomía que se ex-
tiende, como si fuese impotente intento del pensamiento perma-
necer dueño de sí mismo y convencer de error a la trama mito-
lógica… Propio de ella sería, mientras no se la declare prohibida
(como en la Atenas cristianizada de la antigüedad tardía), crear
asilo para la libertad».
La ilosofía como expresión de la racionalidad pretende desde
sus orígenes explicar las bases del conocimiento humano. Se tra-
ta de un primer momento que remite al intento de comprender
la naturaleza racionalmente, mas allá de los mitos. Se ha logrado
esta clase de conocimiento crítico en forma de ciencia, pero, no
se acaba aquí su contribución al progreso humano.
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actividad 9
¿Qué tipo de crítica se podría hacer a este texto: formal o conceptual?
«Los males del mundo son debidos tanto a los defectos morales como a la
carencia de inteligencia. Pero la especie humana no ha descubierto toda-
vía ningún método para eliminar los defectos morales […]. Por contra, la
inteligencia se perfecciona fácilmente gracias a métodos que son conoci-
dos por cualquier educador competente. Por tanto, hasta que algún méto-
do para enseñar la virtud no haya sido descubierto, el progreso habrá de
buscarse a través del perfeccionamiento de la inteligencia más que de la
moral».
Bertrand Russell, Ensayos escépticos.
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«En cada uno de los sistemas de moralidad con que hasta la fecha me
he tropezado, he observado invariablemente que el autor procede duran-
te un cierto tiempo razonando a la usanza ordinaria (estableciendo, por
ejemplo, la existencia de Dios, o haciendo observaciones relativas a los
asuntos humanos); pero, de pronto, me encuentro sorprendido al com-
probar que, en lugar de la cópula es que usualmente interviene en las pro-
posiciones, apenas hay lugar para otras proposiciones que aquéllas en que
el verbo es ha dejado paso al verbo debe. El cambio es casi imperceptible,
pero reviste, sin embargo, la máxima importancia. Porque, dado que di-
cho debe expresa una relación de nuevo cuño, es menester tomar nota del
mismo y explicarlo; y, al mismo tiempo, es necesario dar razón de algo
que a primera vista resulta inconcebible: a saber, cómo aquella nueva re-
lación pudo surgir por deducción a partir de otras de cuño enteramente
diferente».
Hume, Tratado de la naturaleza humana.
«La idea que tenemos de Dios es la idea de un ente perfecto. El ente per-
fecto nunca puede considerarse como no existente, porque si no existiera
le faltaría la perfección de la existencia y no sería perfecto. Luego, nunca
se puede negar la existencia de Dios».
Argumento ontológico de San Anselmo.
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ii. los catalizadores del pensamiento
14 síntesis
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ii. los catalizadores del pensamiento
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actividad 14
No hay duda de que no podemos encontrar un mejor ejemplo de síntesis
que un epitaio. Toda una vida en unas pocas palabras. Te proponemos al
respecto dos ejercicios. Primero, intenta detectar, entre los ejemplos que
te ofrecemos de epitaios ilosóicos, los cinco que son falsos; segundo,
redacta tu propio epitaio, como un ejercicio de creatividad, sinceridad y
relexión.
HERÁCLITO
«Yo soy Heráclito, ¿por qué, ignorantes, me molestan de este modo? No
trabajé para ustedes. Para mí, un hombre es igual a treinta mil y muchos
hombres a ninguno. Lo airmo incluso aquí, en casa de Perséfone.»
PLATÓN
«Esta tierra cubre el cuerpo de Platón. El cielo contiene su alma. Hombre,
seas quien fueres, respeta sus virtudes si eres honrado.»
EPÍCTETO
«Aquí yace Epícteto, un esclavo, un mutilado en el cuerpo, un mendigo
sumido en la pobreza y el favorito de los inmortales.»
DESCARTES
«Acudiendo a la cita con su ejército, en la calma del invierno, combinaba
en su mente los misterios de la naturaleza con las leyes de la matemáticas,
aspirando a desvelar los secretos de ambas.»
LA METTRIE
«¿Dónde está Dios?»
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ii. los catalizadores del pensamiento
HUME
«Nacido en 1711. Muerto en 1776. Dejando a la posteridad que añada el
resto.» (Escrito por él mismo.)
KANT
«El cielo estrellado sobre mí, la ley moral en mí.»
WITTGENTEIN
«Estoy discutiendo con Dios.»
SARTRE
«Tu muerte nos separa. Mi muerte no nos unirá.» (A Simone de Beau-
voir.)
CIORAN
«Lo mejor: no haber nacido.» (Versos de heognis, en el siglo antes de
nuestra era.)
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