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REFLEXIONES SOBRE LA CRISIS DE 1966

Un análisis objetivo de la situación que condujo a la crisis, especialmente si se analizan


documentos oficiales del gobierno del Presidente Illia y otros cursados al mismo, entre
los que pueden verse los infructuosos esfuerzos que realizó el Centro Azucarero
Argentino (CAA) para evitar el fatal desenlace, con propuestas concretas tendientes a
preservar la estructura productiva y a evitar el colapso de la actividad, que fueron
reiteradamente desatendidas por ese gobierno, el mismo que -a través de documentos
oficiales- en los meses previos al cierre de los ingenios ya había planteado que la
situación era irreversible y que ameritaba la reconversión de la actividad.

Las hipótesis planteadas por quienes achacan al gobierno de Onganía la totalidad de la


responsabilidad de la crisis de 1966 deben tamizarse a la luz del verdadero contexto
histórico y el rol que les cupo al gobierno y a los dirigentes de la actividad, entre ellos el
Centro Azucarero Argentino y las empresas que lo integraban.

La crisis de los misiles desatada a principios de la década del 60 y el consecuente


embargo a Cuba plantearon un cambio en los paradigmas del mercado azucarero
mundial y un aumento de los precios a niveles jamás registrados (como puede
apreciarse en la siguiente gráfica), desatando en todo el mundo azucarero una fiebre de
inversiones. La situación se revirtió a partir de fines de 1964, cuando excedentes de
producción hicieron caer los precios mundiales a niveles ruinosos.

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En los años inmediatamente anteriores a la crisis el mercado argentino registraba la
siguiente situación:

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¿Cuál fue la verdadera actuación del CAA y los ingenios que lo integraban frente a la
crisis que se avecinaba?

Esto puede apreciarse en la nota elevada en abril de 1966 al Primer Mandatario doctor
Arturo U. Illia, por el CAA en la cual se exponían al P.E. los problemas de la industria del
azúcar en los órdenes económico, financiero y social, como así las derivaciones de carácter
político que la afectaban.

En la misma se detallaba al Presidente Illia las distintas instancias planteadas por el CAA
para evitar que la crisis en ciernes se profundizara. Entre los párrafos más relevantes se
destacan los siguientes:

A – Antecedentes de carácter económico


1- “En el mes de abril del año 1965 una Comisión Interindustrial, integrada por
representantes de todas las zonas productoras de azúcar, terminó la redacción de un plan
tendiente a asegurar en forma permanente el normal equilibrio entre la oferta y la
demanda de azúcar, adelantándose a la aguda crisis de superproducción que ya se
preveía. El plan de referencia fue aprobado en reunión de industriales y elevado de
inmediato a la consideración de las autoridades. Mereció la conformidad del señor
Subsecretario de Estado de Comercio y se trabajó con los funcionarios de la Dirección
Nacional de Azúcar y Envases con el objeto de darle forma adecuada y precisar algunos de
los conceptos que lo integraban. Sorpresivamente, la industria fue informada que el señor
Secretario de Estado de Comercio no estaba de acuerdo con el referido plan, sin dar razones
de su actitud, por lo que se trató, por todos los medios, de conseguir una entrevista con el
aludido funcionario para conocer las razones de las cuales no se hacía lugar a este previsor
plan que de haber sido aceptado hubiera evitado la catastrófica situación actual”…

3- El gobierno incumple el compromiso de exportar 150.000 toneladas de azúcar


asumido el 28 de julio de 1965 contra la aprobación de un aumento salarial del 30%.

4- “El precio mientras tanto había caído a niveles irrisorios si se los compara con el de los
costos de producción o con el que se había autorizado a vender el producto al comenzar la
zafra. La superproducción comenzaba a corroer la economía de las empresas”…

5- “En este estado de cosas, en el mes de agosto la industria designó una comisión para
limitar la producción de la zafra 1965, con el objeto de evitar el problema de fondo que
estaba destruyendo ya los cimientos de esta economía, es decir la superproducción. La
comisión designada emitió un dictamen, al que dedujeron oposición los sectores obreros y
cañeros, pues consideraban que cualquier reducción afectaría fuentes de trabajo o merma en
la entrega de materia prima, no advirtiendo que la no limitación provocaría que los salarios
se mantuvieran impagos y la caña molida o no se pagara o se pagara a precios inferiores a
los normales”.

6- Las autoridades no aceptaron la limitación de la zafra 1965 y el 21 de octubre de 1965


la industria propuso una serie de medidas para remediar la crisis en un articulado
concreto que también fue rechazado por las autoridades competentes. En el mismo se
preveía la exportación de 200.000 ton., una compensación de $30 por kilogramo de

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azúcar, la limitación de la producción de los años 1966, 1967 y 1968 y la recuperación
por parte del Gobierno de los 6.000 millones de pesos a otorgarse con carácter de anticipo.
Tampoco mereció la aprobación esta proposición del Centro Azucarero Argentino,
adelantándose en aquella oportunidad a las autoridades que de no hacerse lugar a la misma
el egreso financiero para solucionar los problemas de esa zafra habría de ser mucho mayor,
predicción que se ha cumplido estrictamente, lo que pongo en conocimiento de V.E.”

7- “El 24 de noviembre de 1965 reiteré aquella solución al señor Secretario de Estado


de Comercio al mismo tiempo que criticaba la solución que el Gobierno había entendido
dar al problema azucarero, traducida en el Decreto 9586/65, por el cual se decretaba la
inmovilización de 300.000 ton. de azúcar. Se significó en aquella oportunidad que dicha
disposición no tendría ningún efecto sobre la crisis, ni para atenuarla ni para resolverla, lo
que ha sido ratificado por los hechos”.

8- “El 21 de diciembre representantes de todos los sectores de la industria mantuvieron una


entrevista con el señor Ministro de Economía y en la misma éste solicitó que se hiciera
llegar, en el plazo de una semana, una propuesta de limitación de la zafra 1966 que
contara con la aprobación de una mayoría representativa de la producción nacional de
azúcar, adelantando que si se presentaba en el término fijado sería aprobada de inmediato.
Una Comisión Interindustrial designada al efecto produjo un dictamen que fue aprobado en
Asamblea general de Industriales y elevado el 29 de diciembre a la consideración del
Señor Ministro de Economía de acuerdo con su requerimiento, pero éste no concretó la
aprobación prometida. En el dictamen de la comisión se preveían medidas de
emergencia, para dar solución adecuada al problema actual de la industria azucarera,
y medidas de fondo consistentes en la limitación de la producción de la zafra 1966 a
1971 inclusive”.

9- Mientras la Comisión referida se expedía en el dictamen de reducción de producción


recabado por el señor Ministro de Economía, el mismo Ministerio y la Secretaría de
Comercio solicitaban del Congreso de la Nación la sanción de la Ley de Emergencia que en
dos días fue discutida y aprobada y que lleva el Nº 16.880”…

10- “El día 30 de diciembre se sancionó la ley comentada y luego, y a requerimiento del
señor Subsecretario de Comercio, comprometí la colaboración de la industria en cuanto a
las medidas adecuadas para dar solución a los problemas que la aquejaban, y por nota del 4
de enero esta institución hizo llegar sus puntos de vista sobre el particular concretados
en tres aspectos fundamentales: exportación de excedentes, financiación especial a
corto plazo y regulación de la producción de zafra 1966”.

13- “Transcurridos tres meses desde que la industria, a requerimiento del señor Ministro de
Economía, elevara un proyecto de reducción de la producción, el 1º de abril último la
Secretaria de Comercio dictó la Resolución 162/66 por la que dispone la limitación de la
próxima zafra. La misma no guarda ninguna relación con lo que presentara el Centro
Azucarero Argentino, a pesar que el señor Ministro manifestara en la oportunidad referida
en el punto 8 que aquélla sería aprobada de inmediato. Llama la atención que al adoptarse
tan trascendental medida no se haya oído a esta institución, a pesar del compromiso formal
que el señor Subsecretario de Comercio asumiera en tal sentido con el suscripto, y también

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que la reducción se haya apartado totalmente de la propuesta que había merecido la
aprobación de una mayoría representativa de la industria, si se tiene además presente que en
reunión mantenida el 2 de marzo con un numeroso grupo de industriales azucareros el
mencionado funcionario adelantó que la limitación de la producción se dispondría en forma
muy similar a la proyectada por el Centro”.

D- Antecedentes de carácter político.


1- “Como puede advertirse de la lectura detenida de la situación económica, financiera y
social, la industria ha hecho cuanto ha estado de su parte para dar adecuada solución a los
problemas que se ha presentado. Todo este cuadro, en el que la única causa radica en la
caída vertical de los precios sin haberse acertado en la forma de darle solución, ha tenido
proyecciones de carácter político en la Provincia de Tucumán”…

2- … “La objetiva reseña que antecede contiene los antecedentes de la actual situación. Un
régimen de zafra sin ninguna previsión para evitar la superproducción, un ordenamiento del
mercado que las autoridades no hicieron cumplir y disposiciones financieras no cumplidas
por las autoridades, son los elementos determinantes de la brusca caída de los precios que
ha provocado un menor ingreso en esta actividad de no menos de 12.000 millones de pesos
en lo que va del ejercicio azucarero correspondiente a la zafra 1965”.

“El Centro Azucarero Argentino ha desarrollado una actividad de franca y leal colaboración
con las autoridades. Sin embargo, no ha tenido lugar el diálogo constructivo entre ellas y el
sector empresario, como lo propugna V.E. La demostración acabada de ello es que ninguna
de las propuestas formuladas para evitar la crisis o para superarla ha merecido la
consideración de las autoridades”…

… “La gravedad de la situación es tal que me ha obligado a poner en conocimiento de V.E.


las causas que han motivado esta crisis que abate por igual a los factores que intervienen en
esta economía: obreros, cañeros e industriales”…

Dios guarde a V.E..

Firma: Presidente del CAA

Esta reseña cronológica de los acontecimientos tal cual sucedieron demuestra la incorrecta
apreciación de la realidad de los que achacan toda la responsabilidad al posterior gobierno
militar.

Por el contrario, el Centro Azucarero Argentino, lejos de formular propuestas tendientes al


cierre de ingenios o para sabotear todo intento de limitar la producción, propuso cursos de
acción tendientes justamente a exportar los excedentes y a ajustar la producción a lo largo
de varias zafras hasta que se asimilara el exceso de capacidad existente. Lamentablemente
estas propuestas no fueron tenidas en cuenta llevando la crisis a una situación terminal.

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¿Cuál era la percepción del Gobierno de Illia sobre la magnitud de la crisis azucarera
y sobre los cursos de acción que debían emprenderse?

La respuesta a esta pregunta puede deducirse de los considerandos de las resoluciones


adoptadas por el Gobierno.

Resolución 162/66 de la Secretaría de Comercio del gobierno de Illia, que limitaba la


producción azucarera de 1966 señalaba:

“Que la excepcional producción de la zafra 1965 ha determinado la existencia de


un considerable excedente de azúcar, situación ésta que ya había sido prevista por
el Decreto 9586/65, el que, en su art. 3º ya fijaba la política a seguir en la materia”;

“Que la actual capacidad de producción azucarera de nuestro país no permite


prever que dicho excedente pueda ser absorbido por disminuciones naturales de
zafras futuras”;

“Que, por otra parte, los bajos precios del mercado internacional aconsejan la
conveniencia de no crear nuevos excedentes, que solamente pueden ser exportados
a costa de abultados subsidios que atentarían contra la economía nacional”;…

Más adelante en un comunicado oficial el Poder Ejecutivo Nacional (a cargo del presidente
Illia) expuso las razones en que fundamentaba las disposiciones de carácter transitorio
tomadas para fijar el régimen al que se ajustaría la zafra 1966, en el mismo manifestaba:

“El presente régimen no es sino un régimen transitorio, tal como lo dispone la Ley
16.880, y lo hace inevitable la inminencia del comienzo de la zafra. Las complejidades
de una producción dislocada por una larga serie de irregularidades no pueden ser
ordenadas sino por imperio de una ley de fondo que el Poder Ejecutivo espera lograr
del Congreso Nacional en el curso del actual período de sesiones”.

a) “Es indispensable regular la producción de azúcar de este año a un nivel no mayor


de 900 mil toneladas, teniendo en cuenta que el consumo interno alcanza apenas a
800 mil toneladas y que, aún así, la suma de los excedentes acumulados hasta el
comienzo de la zafra siguiente será aproximadamente de 500 mil toneladas. Si esta
regulación no se adopta ya mismo, llegaríamos, al año 1967 con una cantidad de
azúcar acumulado del orden de las 900 mil toneladas, sin colocación posible
alguna en el mercado interno o exportándola con un quebranto probable de 30 mil
millones de pesos, con lo cual se produciría la quiebra definitiva de la economía
azucarera”.

b) “Para lograr estos límites se hace necesario reducir la recolección de caña a un


nivel global del 70% aproximadamente”…

c) También es indispensable ir aliviando la presión ruinosa de los excedentes de


azúcar, por un lado, e ir integrando un fondo de reservas financieras para

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reconvertir la producción de caña de azúcar hacia cultivos más convenientes, sin
aumentar los efectos inflacionarios, por otro”…

Una situación de equilibrio en un sistema azucarero normal se logra normalmente con un


stock de pasaje equivalente a mes de consumo. Al inicio de la zafra 1966 el mismo ya
reportaba 7,5 meses de consumo y la proyección hacia la zafra 1967 indicaba 13,5 meses de
existencias, situación insostenible en cualquier esquema azucarero del mundo.

Sin asumir las responsabilidades que le competía, el Gobierno de Illia ya reconocía la


gravedad de la situación, considerando que era imposible resolver el problema mediante
disminuciones naturales de zafras futuras (que podrían haberse logrado limitando las
renovaciones de cañaverales) y poniendo de manifiesto la necesidad de un programa de
reconversión de la actividad, que iba a plantear en una futura ley de fondo, pero que quedó
en el tintero a causa de su derrocamiento.

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