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Los acordes mayores con séptima menor (por ejemplo el acorde formado por las notas
do, mi, sol, y si bemol) contienen un tritono en su construcción, entre el tercer y séptimo
grados del acorde. Los acordes con sextas aumentadas también suelen (aunque no es
necesario para su construcción) contener tritonos... Por ejemplo, el acorde formado por
las notas la bemol, do, mi bemol y fa sostenido contiene un tritono entre do y fa#. Esto
es importante, porque este tipo de acordes ocurren con frecuencia en cierta música (si la
tonalidad fuera do mayor, por ejemplo, el acorde anterior buscaría resolverse a la
dominante de do, o sea a sol mayor.)
Las tríadas disminuidas se forman al tomar una tríada menor y bajar el quinto grado del
acorde un semitono, resultando en una quinta disminuida (o un tritono) desde la raíz del
acorde. De manera similar, los acordes disminuidos con séptima disminuida (por
ejemplo, el acorde formado por los tonos si, re, fa y la bemol), están formados por un
par de tritonos separados por una distancia de una tercera menor (un tritono entre si y fa,
y un tritono entre re y la bemol).
Importancia histórica del tritono en la música
occidental
Debido a su dificultosa entonación y su sonido algo siniestro, en el Medievo se le
denominaba diabulus in musica (‘el diablo en la música’) y se consideraba un intervalo
prohibido que había que evitar a toda costa.
En los antiguos modos griegos no ocurría esto, ya que el canto solía empezar en la. El
problema empezó a manifestarse en la Edad Media cuando Guido D'Arezzo redistribuyó
la escala y puso al do en primer lugar. De este modo, el si quedaba en una posición algo
inestable y tentadora.