Texto adaptado: “Revisando nuestra identidad.

Un aporte a la conceptualización de la Terapia

ocupacional.”

Se advierte que el artítulo original fue publicado en el libro de los 25 años de T.O. en la Escuela
Superior de Sanidad de la UNL. Asumiendo que el conocimiento científico es dinámico y tal
dinamismo permite hacer revisiones con los concomitantes ajustes en las argumentaciones teóricas,
se presenta el artículo con algunas modificaciones realizadas por la cátedra.

Se puede acceder al texto original en papel en la biblioteca de la FBCB. Autores del texto original:
Abba, Viviana; Boggio, Carla; Medici, Ayelén; Santa Cruz, Soledad; Serra, Cecilia; Westman, Sandra

Texto modificado.

Introducción: En el marco de la comisión de seguimiento curricular, con la participación de diferentes

actores institucionales (coordinadora, docentes, graduados y alumnos) se viene realizando un
trabajo de revisión del plan de estudio de la Licenciatura en Terapia Ocupacional. Tal revisión implicó
analizar diferentes aspectos del plan de estudio, entre ellos sus fundamentos, los cuales incluyen la
conceptualización de terapia ocupacional.

La diversidad de conceptos existentes, el reconocimiento de la base epistemólogica sobre la cual

construye cada uno de ellos, las funciones que distingue para los profesionales y las poblaciones, el
foco de intervención, fueron algunos aspectos de intercambio respetuoso y responsable en el equipo.
En el marco de tal intercambio, frente a la ausencia de un concepto que entendiéramos en la
actualidad sea representativo de todas las expresiones profesionales posibles y poniendo énfasis en
cuestiones que redundaran en claridad para con lo que se es y hace, motivó al grupo a trazar las
líneas para una nueva definición.

En este contexto, se define a la terapia ocupacional como la disciplina cuyo campo de conocimiento
e intervención es el desempeño y la participación ocupacional de las personas y las comunidades. Su
objetivo es la promoción de los estilos de vida saludables y de la participación ocupacional y la
prevención, tratamiento y rehabilitación de limitaciones transitorias y/o permanentes de diferente
naturaleza que puedan tener las personas y que comprometan sus posibilidades ocupacionales,
utilizando como medio y fin ocupaciones significativas de autocuidado, sueño y descanso, juego, ocio,
trabajo, educación y participación social.

En la construcción del concepto que hoy socializamos partimos de la certeza que Terapia
Ocupacional es una disciplina. Como disciplina científica o campo de estudio posee un objeto de
estudio propio que le da sentido e identidad: la ocupación humana y la vinculación de ésta con el
bienestar de las personas, las comunidades y la salud.

Construye sobre la base de múltiples ciencias y teorías que permiten entender diferentes aspectos de
la participación ocupacional de las personas y los entornos (psicología, anatomía, fisiología, ética,
ciencia de la ocupación, etc.).

La ciencia de la ocupación es uno de los constructos teóricos más sólidos sobre los cuales asienta hoy
día la disciplina de terapia ocupacional. Entre las diferencias sutiles que la distinguen con la terapia
ocupacional, la ciencia de la ocupación construye un tipo de conocimiento básico sobre la naturaleza
ocupacional de los seres humanos, en tanto que la terapia ocupacional construye conocimiento
básico que enriquece a la ciencia de la ocupación y aplicado respecto a los efectos que tiene su
instrumentación práctica en el bienestar y la salud.

En consonancia con el desarrollo de la ciencia y la evolución de paradigmas propios del campo y

compartidos por otros campos disciplinares, se amplía la mirada del campo de conocimiento
disciplinar hacia el desempeño y participación ocupacional de las personas y la de los grupos sociales
de los cuales forman parte.

Históricamente los objetivos de la terapia ocupacional se centraban en la recuperación de funciones

subyacentes al desempeño ocupacional. Los cambios en los paradigmas de salud, discapacidad y
terapia ocupacional han colaborado en el desplazamiento de los mismos hacia la promoción de
estilos de vida saludables, la participación ocupacional, la prevención, el tratamiento y/o la
rehabilitación.

El concepto presentado pretende reflejar que los profesionales son agentes sociales de promoción
de la salud y bienestar ocupacional. Entendiendo a salud como un estado de bienestar bio-psico-
social y espiritual con dos dimensiones: una objetiva que remite a aspectos orgánicos objetivables
cuantitativamente y una subjetiva relativa a la manera de dar significado a su propio estado de salud
las personas en cuestión. Ambas dimensiones determinan la calidad de vida de las personas la cual
se expresa en indicadores de calidad de vida que son las percepciones de las personas en cada uno
de los siguientes dominios: Bienestar emocional, Relaciones interpersonales, Bienestar material,
Desarrollo personal, Bienestar físico, Autodeterminación, Inclusión Social y Derechos.

Esto intenta dar apertura no solo al tipo de funciones de salud (niveles de prevención) desde las
cuales interviene el T.O. que se corren de la intervención secundaria y terciaria hacia la primaria, de
hecho sin dejar de lado las primeras, sino también a las acciones que intentan expandirse hacia
nuevas poblaciones y que implican anticiparse a los problemas de participación ocupacional
previniéndolos en diferentes sectores, especialmente aquellos más vulnerables.

Intervenir con sectores vulnerables implica asumir como profesionales una posición frente a las
situaciones y condiciones sociales y políticas que generan condiciones de desigualdad y aumentan
vulnerabilidad y riesgo a las comunidades, aceptando que es un derecho humano el acceso a las
ocupaciones dignas y significativas sin distinción de raza, color, discapacidad, nacionalidad, edad,
sexo, religión y creencia política y que es una responsabilidad profesional, ética y moral tomar
posición ante situaciones que se traduzcan en injusticia ocupacional.

A su vez el concepto plantea que el terapeuta ocupacional implementará sus acciones usando las
ocupaciones, ya sea instrumentándolas como medio o como fin. Las ocupaciones usadas como
medio son aquellas que se seleccionan y utilizan para producir un efecto en una o varias destrezas de
desempeño en las cuales la persona encuentra dificultades y que a su vez posibilitan una mejor
condición para el desempeño de ocupaciones. Se reconoce que el uso de ocupaciones como medio
está más ligado a las funciones de prevención secundaria y terciaria en salud, aunque no es exclusivo.
Ej.: cuando se realizan ocupaciones con lanzamientos de pelotas para beneficiar el movimiento y las
fuerza muscular de los miembros superiores. Las ocupaciones también pueden ser utilizadas como
fin, cuando se instrumentan con el propósito mismo de que la participación en una ocupación real
sea el fin último de la intervención. Por ejemplo, jugar en el recreo escolar. El fin es que el niño
pueda beneficiarse de esta ocupación placentera y beneficiosa para su edad en un ambiente natural
de juego.

En cualquiera de los casos, ya sea que se utilicen ocupaciones como medio o fin en si mismas, las
mismas deberán ser significativas para las personas. Esto implica que deben tener un sentido y
significado para las vidas de las personas en cuestión y deben ser coherentes con el género, edad y
contexto de pertenencia de la persona; y las mismas personas deben ser protagonistas en la
selección de las mismas o en el acuerdo de su uso para alcanzar un objetivo que tenga relevancia
para sus metas personales.

Entre las ocupaciones que podrán usarse en las intervenciones profesionales existe una variedad
amplia, agrupada en áreas de pertenencia. Existiendo ocupaciones específicas dentro de las áreas:
autocuidado, sueño y descanso, juego, ocio, trabajo, educación y participación social. Los terapeutas
ocupacionales seleccionarán las ocupaciones a utilizar conforme a los objetivos trazados, a la edad, a
la manera singular de valorar y clasificar la persona esa ocupación, respetando preferencias y estilos
de desempeño individuales y sociales