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La dualidad -2

Si se unen dos seres instintivos de los dos sexos, la unión será animal, como sucede en los
burdeles, y el equilibrio se traduce en la satisfacción de un instinto que reside en el chakra
básico, positivo en el hombre y atractivo en su chakra correspondiente, o sea, el útero en la
mujer. Los opuestos se unen en este plano con la diferencia corporal y vibratoria que existe
entre los dos. Este chakra ejerce su influencia en el olfato y en la sexualidad. Esta unión
persiste tan sólo durante el acto.

Cuando dos sensitivos despiertan o desarrollan similar pasión, lo semejante atrae a lo


semejante, y el hombre y la mujer no se orientan directamente hacia el acto; él primeramente
tiene que conocerla, y ese conocimiento dura mientras se mantenga el deseo. En esa unión
trabajan solamente los chakras inferiores, el básico y el sacro; este último ejerce su influencia
sobre el estado psíquico del hombre y despierta en él la clarividencia.

La unión en el tercer plano pertenece al plano inferior umbilical y depende de la simpatía


emocional y de las ideas concretas, porque este chakra es el centro de la emotividad; también
es distinto en el hombre y en la mujer. Estos seres permanecen unidos mientras la necesidad
dure. El chakra umbilical actúa en el oído y en la voz, y otorga la clariaudiencia.

La cuarta etapa de la unión pertenece al corazón o al chakra cardíaco, que influye sobre la
vista. Aquí los semejantes se atraen nuevamente, y ambos seres sienten gran contento y
satisfacción mutua en la unión, porque la simpatía los une con el mismo interés, y tal unión
puede durar hasta la muerte.

De la quinta etapa en adelante, los seres pueden tener unión sexual aunque nunca la busquen;
la unión será puramente intelectual. Los dos seres serán distintos en su chakra laríngeo porque
ambos serán compañeros a pesar de sus diversas opiniones en sus distintos modos de ver las
cosas. Tales seres pueden reencontrarse en muchas vidas.

El sexto plano de la unión pertenece al chakra frontal. La unión será puramente espiritual
porque ambos tienden al mismo ideal y, por consiguiente, sus polaridades serán semejantes y
se atraerán. Este plexo influye sobre el tacto. Sólo se unen en este mundo quienes pertenecen
a un mismo rayo espiritual.

En el Séptimo Plano, los dos serán uno solo, sin que exista masculino ni femenino, positivo ni
atractivo. Ambos serán andróginos y neutros, esto es, poseerán los dos elementos en
equilibrio.

De lo expuesto se desprende que el sagrado misterio de la unión sexual tiene por objeto el
equilibrio entre los dos seres para que ambos, al sentirse uno solo, aprendan el misterio de la
Unión y el regreso a la Divinidad. Para llegar a este grado de perfección, se debe buscar el
matrimonio perfecto o la unión perfecta.

La unión perfecta debe abarcar las siete fases o los siete chakras o mundos.
En la unión física debe haber deseo mutuo.
El amor une los deseos.
La unión de los deseos induce a los cónyuges a conocerse uno al otro.
El mutuo conocimiento los torna amigos.
La amistad en el mundo intelectual les otorga espiritualidad o creencia espiritual similar.
La espiritualidad similar, en dos seres del sexo opuesto, abre la puerta hacia la Unidad, la cual
es equilibrio.

Antes de Cristo, las sectas prohibían el matrimonio entre seres de diferentes castas o
religiones, porque comprendían que tales seres jamás podrían llegar a la unión completa,
considerando la diferencia de costumbres, creencias y religiones; sin embargo, después de
Cristo, esos matrimonios son frecuentes y hasta necesarios. Los antiguos nos legaron varios
símbolos gráficos y escritos sobre la dualidad: Miguel y Satanás; la lucha de Jacob con el ángel;
los dos Querubines en el Arca; Caín y Abel; el Árbol de la Ciencia del Bien y el Mal, etcétera.

Estos símbolos se hallan en el cuerpo humano, sujetos a la ley doble. En primer lugar, vemos
que los chakras son conductores de esa energía. Cuando esta llega a cierto punto y es
abundante, produce una presión que genera movimiento. Cada chakra pertenece a una de las
dos polaridades magnéticas; unos son positivos y proyectores, y otros negativos y atractivos.
Cuando se unen dos seres de diferente sexo, el fluido proyector del primero irá a los chakras
atractivos del segundo, y viceversa.

Cuando los proyectores realizan mayor movimiento, el ser puede dominar, por medio del
pensamiento y desde el plano físico, a otros seres que habitan en otros planos, y servirse de
ellos. Cuando el fluido atractivo es mayor, el hombre puede recibir sabiduría del más allá.

El Iniciado debe desarrollar en sí las dos polaridades para aprender y proyectar su saber sobre
los demás. Ese desarrollo puede efectuarse de dos maneras:
1 Con el método del Yoga y obediencia al Sermón de la Montaña; y
2 Con el matrimonio perfecto, cuya base debe ser la pureza.
No todos los temperamentos pueden seguir un solo método; sin embargo, no es difícil unir los
dos y llegar al mismo fin.

Para alcanzar la forma material (riqueza, gloria, fama, amores, etcétera) hay que desarrollar los
chakras atractivos, los cuales son el básico, el sacro y el coronario o pineal; sin embargo, si el
hombre no domina la naturaleza inferior, el desarrollo de esos chakras hace de él un banquero
neurótico o un extorsionador; atrae la idea, pero nunca la proyecta en beneficio de los demás.

En cambio, si es una persona verdaderamente espiritual, en lugar de atraer dinero, recibe un


formidable poder psíquico, y puesto que los otros chakras están desarrollados en él, proyecta
sentimientos y pensamientos que son capaces de hacer evolucionar al mundo.

Cuando un hombre desarrolla los chakras, se pone en relación con la atmósfera de los
elementales. Estos le ayudan y enseñan sus mundos, haciendo que más bien atraiga el éxito
material, y sea al mismo tiempo un potente proyector espiritual. Por medio de ellos, lleva a
cabo grandes obras, y ellos le enseñan descubrimientos e inventos destinados a la mayor
felicidad de la humanidad; sin embargo, aquellos que solamente atraen y cuyos fines son el
provecho personal, quedan librados a los elementales inferiores.

Desarrollar un chakra es aumentar su elasticidad. Los medios para aumentar esta elasticidad
son:
1- Aspiración, respiración y meditación; y
2- Magia sexual.
Ambos métodos producen equilibrio, pero el segundo es más violento y, por lo tanto,
peligroso. Este es el misterio de la serpiente. La magia sexual, o la Unidad del Binario (hombre
y mujer) aviva los chakras atractivos en los seres receptores, y por lo tanto, el olfato, los
órganos sexuales, el paladar, el éxtasis y la atracción; mientras que la espiritualidad desarrolla
los plexos proyectores. Téngase bien presente que hablamos de magia sexual, no de libertinaje
sexual.

Con la castidad, en la Unión del Binario, el hombre o la mujer son mucho más poderosos,
porque aumenta o expande la elasticidad de todos sus chakras, y en ese estado tendrá a los
elementales a su servicio. La conjunción del hombre con la mujer fue la primera causa de
desequilibrio; sin embargo, el equilibrio se halla o se hallará siempre en esa unión.

Toda unión sexual impura produce disminución del equilibrio nervioso; este desequilibrio
pasajero es el que provoca luchas y guerras entre individuos y naciones. Este desequilibrio
dota de atracción a ciertos individuos neuróticos, quienes, ejerciendo su influencia sobre los
demás, serán líderes y dictadores de naciones. Los desequilibrios de los demás influyen sobre
estos seres; son éstos quienes crean desequilibrio en la unión sexual. En este sentido, el
Iniciado aspira siempre a restablecer el equilibrio entre los hombres, por medio del Binario, y
la lucha será ardua y eterna. La clave de la Dualidad, que conduce a la Unidad en el Reino del
Ser Recóndito, se halla en la mujer. Aquellos que dudan de sus conocimientos en este estudio,
pueden estudiar la letanía de la Virgen María y meditar sobre ella.

La meditación debe ser mística; entonces, el que aspire a lograrlo, puede comprender el papel
del elemento femenino en el mundo y dentro de sí

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