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1) 1era idea de los Dones del Espíritu Santo

para explicar

En esta entrada les presentaré una pequeña


manualidad que pueden realizar con niños
para darles a conocer los dones del Espíritu
Santo.
La actividad que tengo preparada para mis
alumnos de 6 años consiste en entregarles
una figura geométrica (heptágono) recortada
en cartulina.
La figura tiene 7 lados en los cuales he
dibujado pétalos.
Cada pétalo es un don (regalo) del Espíritu
Santo. Les hablo de regalos a los niños para
que me entiendan más fácilmente.

Los dones los pueden escribir ellos mismos, o puedes darles material impreso para que
lo peguen en cada pétalo.

Les explicaremos en la medida de lo


posible cada don o regalo. Si los explicas
todo el mismo día, será demasiada
información para una clase de 30 minutos.
Así que puedes dividirla en dos sesiones.

(En la primera sesión narras el evangelio de


Juan 20,19-23) con algunos de los dones.
En la segunda sesión los siguientes dones.
Mis alumnos de este nivel ya pueden leer, así que a medida que van colocando los
dones van leyendo.

Luego escoges una imagen del Espíritu Santo y lo pegas en el centro de la figura. Le
colocas un título y así concluyes.
Resulta divertido tratar de cerrar la figura de manera armónica como les muestro en la
foto al inicio de esta entrada.

2) Esta es otra idea y manualidad para explicar los dones espirituales una bolsa con el
espíritu santo y sus regalos.

Para los peques: titulo LOS REGALOS DEL ESPÍRITU SANTO o EL ESPÍRITU SANTO
Y SUS REGALOS (1corintios 12:7-10) se lee a los niños la cita bíblica y luego se les
nombra cada uno de los dones con una explicación breve para su edad.
Sabiduría: Es el don de entender lo que favorece y lo que perjudica el
proyecto de Dios. Él nos fortalece nuestra caridad y nos prepara para una
visión plena de Dios. El mismo Jesús nos dijo: “Mas cuando os entreguen,
no os preocupéis de cómo o qué vais a hablar. Lo que tengáis que hablar se
os comunicará en aquel momento. Porque no seréis vosotros los que
hablaréis, sino el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en vosotros” (Mt
10, 19-20). La verdadera sabiduría trae el gusto de Dios y su Palabra.

Entendimiento: Es el don divino que nos ilumina para aceptar las verdades
reveladas por Dios. Mediante este don, el Espíritu Santo nos permite
escrutar las profundidades de Dios, comunicando a nuestro corazón una
particular participación en el conocimiento divino, en los secretos del mundo y
en la intimidad del mismo Dios. El Señor dijo: “Les daré corazón para
conocerme, pues yo soy Yahveh” (Jer 24,7).

Consejo: Es el don de saber discernir los caminos y las opciones, de saber


orientar y escuchar. Es la luz que el Espíritu nos da para distinguir lo correcto
e incorrecto, lo verdadero y falso. Sobre Jesús reposó el Espíritu Santo, y le
dio en plenitud ese don, como había profetizado Isaías: “No juzgará por las
apariencias, ni sentenciará de oídas. Juzgará con justicia a los débiles, y
sentenciará con rectitud a los pobres de la tierra” (Is 11, 3-4).

Ciencia: Es el don de la ciencia de Dios y no la ciencia del mundo. Por este


don el Espíritu Santo nos revela interiormente el pensamiento de Dios sobre
nosotros, pues “nadie conoce lo íntimo de Dios, sino el Espíritu de Dios” (1Co
2, 11).

Piedad: Es el don que el Espíritu Santo nos da para estar siempre abiertos a la voluntad de Dios, buscando
siempre actuar como Jesús actuaría. Si Dios vive su alianza con el hombre de manera tan envolvente, el
hombre, a su vez, se siente también invitado a ser piadoso con todos. En la Primera Carta de San Pablo a los
Corintios escribió: “En cuanto a los dones espirituales, no quiero, hermanos, que estéis en la ignorancia.
Sabéis que cuando erais gentiles, os dejabais arrastrar ciegamente hacia los ídolos mudos. Por eso os hago
saber que nadie, hablando con el Espíritu de Dios, puede decir: «¡Anatema es Jesús!»; y nadie puede decir:
«¡Jesús es Señor!» sino con el Espíritu Santo” (1Co 12, 1-3).

Fortaleza: Este es el don que nos vuelve valientes para enfrentar las dificultades del día a día de la vida
cristiana. Vuelve fuerte y heroica la fe. Recordemos el valor de los mártires. Nos da perseverancia y firmeza
en las decisiones. Los que tienen ese don no se amedrentan frente a las amenazas y persecuciones, pues
confían incondicionalmente en el Padre. El Apocalipsis dice: “No temas por lo que vas a sufrir: el Diablo va a
meter a algunos de vosotros en la cárcel para que seáis tentados, y sufriréis una tribulación de diez días.
Manténte fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida” (Ap 2,10).

Temor de Dios: Este don nos mantiene en el debido respeto frente a Dios y en la sumisión a su voluntad,
apartándonos de todo lo que le pueda desagradar. Por eso, Jesús siempre tuvo cuidado en hacer en todo la
voluntad del Padre, como Isaías había profetizado: “Reposará sobre él el espíritu de Yahveh: espíritu de
sabiduría e inteligencia, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de ciencia y temor de Yahveh” (Is 11,2).

Significado de algunos de los dones espirituales


Damos gracias al Señor por el privilegio que es para nosotros el saber que usted nos está acompañando.
Bienvenida, bienvenido al estudio bíblico de hoy. Continuamos con el estudio de la primera epístola de Pablo
a los Corintios, en la serie titulada: Un mensaje oportuno para una iglesia en crisis. Uno de los problemas
serios que había en la iglesia de Corinto era el desorden en el uso de los dones espirituales. Pablo está
confrontando esta situación mostrando que hay una variedad de dones espirituales, pero el Espíritu es el
mismo. En instantes más, David Logacho nos hablará sobre el significado de algunos de los dones
espirituales.
Luego de hablar del peligro de ignorar las cosas espirituales, Pablo hizo saber que nadie que habla por el
Espíritu Santo puede llamar a Jesús anatema y todo el que habla por el Espíritu Santo llama a Jesús: Señor.
Luego Pablo hizo saber que hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo, hay diversidad de
ministerios, pero el Señor es el mismo, hay diversidad de operaciones, pero Dios que hace todas las cosas en
todos, es el mismo. La trinidad completa está activa en la operación de la iglesia local. En el estudio bíblico de
hoy, Pablo va a entregar más información sobre los dones espirituales. Antes de presentar una lista de
algunos de los dones espirituales, Pablo se va a referir a la distribución de los dones espirituales. 1 Corintios
12:7 dice: “Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.” Al menos tres verdades
importantes podemos extraer de este versículo. Primero, los dones espirituales, o las manifestaciones del
Espíritu, como los llama Pablo, son dados por, o a través del Espíritu Santo. Segundo, todo creyente ha
recibido al menos un don espiritual. Tercero, los dones espirituales que otorga el Espíritu Santo a cada
creyente, son para provecho, no del creyente que ha recibido esos dones espirituales, sino para provecho de
la iglesia. Esto es muy importante que sea tomado en cuenta. La naturaleza pecaminosa de los creyentes los
impulsa a sacar provecho personal de los dones espirituales que han recibido por Espíritu Santo, pero esto
contradice el propósito general de los dones espirituales. A continuación, Pablo cita algunos de los dones
espirituales que por el Espíritu Santo han sido otorgados a los creyentes. No es una lista de todos los dones
espirituales que existen. El modelo que usa Pablo para dar esta lista es: A este le es dado tal o cual don, a
otro un don diferente, a otro un don diferente y así sucesivamente, para enfatizar que no todos los creyentes
reciben los mismos dones. Todos los dones sin embargo provienen de un mismo Espíritu. 1 Corintios 12:8-10
dice: “Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo
Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer
milagros; a otro profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro,
interpretación de lenguas.” Pablo habla del don de palabra de sabiduría. Esto se refiere al poder sobrenatural
para hablar con discernimiento divino, ya sea para resolver algún problema difícil, para defender la fe, para
resolver conflictos, para dar consejos prácticos, o para defenderse de los ataques de autoridades impías. Esto
último se manifestó en el caso de Esteban, el primer mártir cristiano. Hechos 6:10 dice: “Pero no podían
resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba.” Después Pablo cita el don de palabra de ciencia. Esto se
refiere a un poder sobrenatural para comunicar la verdad que ha sido divinamente revelada. Pablo hizo uso de
este don, cuando por ejemplo, en 1 Corintios 15:51 introduce el asunto en cuestión diciendo: He aquí, os digo
un misterio. También cuando hablando del arrebatamiento de la iglesia, dijo: Por lo cual os decimos esto en
palabra del Señor, según lo que tenemos en 1 Tesalonicenses 4:15. Sobre el don de palabra de ciencia, es
necesario mencionar que en el sentido de revelar nuevas verdades, este don ya cesó, porque el cuerpo de
doctrina fue dado una sola vez y para siempre. Judas 3 dice: “Amados, por la gran solicitud que tenía de
escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis
ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.” De modo que el cuerpo de doctrina ya fue
dado una vez y para siempre. No puede haber revelación de nuevas verdades. Sin embargo, en un sentido
secundario, el don de palabra de ciencia todavía está presente cuando un creyente percibe una verdad
profunda de la palabra de Dios y la comunica con eficacia a otros. Después tenemos el don de fe. Es la
capacidad sobrenatural de reconocer lo que Dios quiere hacer en situaciones específicas y confiar en él hasta
que se realicen. También se dice que es la capacidad sobrenatural para hacer la obra de Dios sin provisión
presente, pero confiando que Dios va a proveer en el futuro. Se trata de un entendimiento extraordinario de la
voluntad de Dios. Los que tienen el don de fe no conocen la palabra: Imposible, cuando están convencidos de
lo que Dios desea hacer. Es una convicción de que se hará realidad lo que se espera. Un creyente con el don
de fe no solamente cree que Dios puede hacer determinada cosa, sino que está seguro que Dios va a hacer
esa determinada cosa. Después tenemos dones de sanidades. Se refiere a una capacidad sobrenatural para
restaurar la salud de una persona enferma, de una manera instantánea, total y permanente, sin que tenga que
ver en absoluto la fe que puede o no puede tener la persona enferma. La sanidad se producía por la acción
del don de sanidad, no por la fe de quien iba a ser sanado. El don de sanidad, juntamente con el don de
milagros, el don de lenguas y el don de interpretación de lenguas, son dones de señal, que sirvieron para
autenticar mensaje y mensajero. Hoy en día, Dios está sanando a los enfermos, en su voluntad, a su manera,
y en su tiempo y como respuesta a la oración, pero no por medio de personas que tienen el don de sanidad.
Después de esto tenemos el don de milagros. Es una capacidad sobrenatural para invocar la intervención
directa de Dios en una determinada situación, de tal manera que sea evidente para todos que lo que sucedió
fue algo sobrenatural o la obra directa de Dios. Un milagro es algo que va en contra de la naturaleza. Se
manifiesta con poder sobrenatural sobre enfermedades, sobre la naturaleza, como calmar una tempestad,
sobre la materia, como cambiar el agua en vino, sobre la muerte, como cuando resucitó Lázaro. Un milagro es
algo que se puede percibir con los sentidos y que a nadie la queda la menor duda en cuanto a que se trató de
algo que trasciende a lo natural. Al igual que el don de sanidad, el don de milagros sirvió para autenticar
mensaje y mensajero. Hoy en día, Dios sigue haciendo milagros, pero no a través de personas con el don de
milagros, sino en respuesta a la oración de los que son suyos y siempre para su propia gloria, nunca para que
el hombre sea admirado. Después tenemos el don de profecía. Es una capacidad sobrenatural para expresar
la verdad de Dios, revelada directamente por él o revelada en su palabra, la Biblia, con el fin de exhortar,
edificar y consolar a los creyentes. Como oficio se extinguió en el primer siglo, una vez que se completó el
canon de las Escrituras, pero como don no produce nuevas revelaciones sino una capacidad de entender,
aplicar y explicar la verdad ya revelada para las circunstancias actuales. Después tenemos el don de
discernimiento de espíritus. Es una capacidad sobrenatural para determinar si un maestro o predicador o
profeta o pastor está hablando bajo los impulsos del Espíritu Santo, bajo sus propios impulsos, o bajo los
impulsos de Satanás o sus demonios. Los que tienen este don manifiestan una capacidad extraordinaria, en
realidad, sobrenatural, para distinguir la verdad del error. Este don fue fundamental en el primer siglo cuando
había profetas y evangelistas viajando de iglesia en iglesia y no estaba todavía la Biblia completa para
comprobar sus enseñanzas. En la actualidad se necesita de este don para protegerse del error doctrinal o de
prácticas contrarias a la Biblia. En penúltimo lugar tenemos el don de lenguas. Es una capacidad sobrenatural
para hablar un idioma que nunca antes se ha aprendido. En último lugar tenemos el don de interpretación de
lenguas, el cual es una capacidad sobrenatural para entender un idioma que nunca antes se ha aprendido. El
don de interpretación de lenguas se complemente con el don de lenguas. Ambos dones tuvieron que estar
presentes para la edificación de la iglesia. Al igual que el don de sanidad y el don de milagros, estos dones
sirvieron para autenticar mensaje y mensajero. El auténtico don de lenguas no tiene en absoluto que ver con
el moderno balbuceo en estado de éxtasis al cual muchos llaman lenguas. En la lista de dones espirituales
que ha proporcionado Pablo faltan los dones de apóstol, evangelismo, pastor-maestro, enseñanza,
exhortación, servicio, repartir, presidir, misericordia. Estos dones aparecen en otros pasajes del Nuevo
Testamento. Pablo termina esta sección enfatizando que todos los dones citados han sido dados de la
manera que el Espíritu Santo ha querido. 1 Corintios 12:11 dice: “Pero todas estas cosas las hace uno y el
mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.” Diversidad de dones espirituales, pero
todos proviniendo de un mismo Espíritu. Estos dones espirituales son repartidos a cada uno en particular, es
decir que todo creyente tiene al menos un don espiritual. ¿Qué don o qué dones? La respuesta es: Según el
Espíritu Santo quiera, no según el creyente quiera. Los dones espirituales no son dados como el creyente
quiere sino como el Espíritu Santo quiere. Esto asegura que en la iglesia haya una variedad de dones
espirituales sin la cual la iglesia no podría funcionar adecuadamente.

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