CÁMARA DE FAMILIA DE LA SECCIÓN DEL CENTRO: SAN SALVADOR, A LAS
DIEZ HORAS Y CUARENTA Y CINCO MINUTOS DEL DÍA SEIS DE MAYO DE DOS MIL DIEZ.
Conocemos del recurso de apelación interpuesto por la Licda. MARIA ALEJANDRA
CERNA LARA, Defensora Pública de Familia de la Procuraduría General de la República, actuando como representante de la señora *******************, mayor de edad, empleada, del domicilio de Soyapango y de la joven *********************, mayor de edad, estudiante, del domicilio de Soyapango. Impugna la sentencia pronunciada por la JUEZA CUARTO DE FAMILIA de esta ciudad, Licda. ANA GUADALUPE ZELEDON VILLALTA, en el proceso de DECLARATORIA JUDICIAL DE PATERNIDAD, promovido por la señora ************, mayor de edad, de oficios domésticos, del domicilio de Cuscatancingo, en representación del niño ****************** contra la sucesión del señor *****************, quien fue de cuarenta y un años de edad, obrero, del domicilio de Ciudad Delgado. Son herederas presuntas del causante las impetrantes y la señora ******************, madre del difunto, de oficios domésticos, del domicilio de Ciudad Delgado. Asimismo ha intervenido el Procurador de Familia adscrito al juzgado a-quo, Lic. ROMEO ALBERTO PORTILLO. Se admite el recurso por reunir los requisitos de ley.
VISTOS LOS AUTOS Y CONSIDERANDO:
I) La sentencia impugnada fue pronunciada en la audiencia de sentencia celebrada a las diez horas del día tres de diciembre de dos mil nueve (fs. 145/148); en cuyo fallo la jueza a-quo resolvió: Declárase que el menor ************, quien nació en el Hospital de Maternidad de esta ciudad, el día diez de septiembre de dos mil siete, hijo de la señora ************************; es hijo biológico del señor *************************, quien fue de cuarenta y un años de edad, obrero, casado, salvadoreño, originario y del último domicilio de Ciudad Delgado. Inconforme con la sentencia pronunciada, la Licda. MARIA ALEJANDRA CERNA LARA, interpuso por escrito de fs. 152/153 la alzada que conocemos argumentando en síntesis lo siguiente: Que dicha sentencia causa agravios a sus representadas, señoras ******************** y **********************; pues en la misma se han inobservado los Arts. 15, 16, 33, 34 L.Pr.F. y 1130 y 1131 Pr.C. Sostiene que en la audiencia de sentencia celebrada en el proceso, la jueza a-quo a toda costa trató de justificar el craso error que como juzgado se había cometido, y el cual es el objeto de este recurso. La a-quo hizo referencia en todo momento a cuestionar que la Procuraduría General de la República está obligada a velar porque todo niño tenga una identidad, pero olvida la funcionaria, que mal haría un abogado en obviar los errores que cometen los tribunales por andar con sentimentalismos institucionales, cuando en este caso no representa al niño ************** la Institución de la Procuraduría General de la República. Si bien la Procuraduría General de la República tiene como una de sus funciones la que mencionó la a-quo en la audiencia, también debe la Procuraduría asesorar a las personas de escasos recursos -papel que le ha tocado desempeñar en el caso en comento- indistintamente del cargo de Defensora Pública de Familia, ya que mal haría en inobservar al igual que la jueza a-quo los preceptos legales mencionados. Lo más importante es que ese error de falta de emplazamiento de la señora ********************** fue advertido antes que se dictara la sentencia y visto de la manera en que lo quiera ver la jueza, es algo que no puede subsanarse, cometiendo un error todavía más grande la a-quo al obviarlo en la audiencia de sentencia, pues si bien el niño ************************ tiene derecho a conocer su filiación y a tener una identidad, no es ese el punto que se pone en duda ni tampoco el motivo que origina la interposición del recurso, pero sí lo es la inobservancia del debido proceso por parte de la jueza, ya que no realizó el emplazamiento de las partes conforme a derecho corresponde, ni integró el litisconsorcio de la forma en que lo exige la ley. Por todo lo anterior pide que se declare la nulidad del auto que admite la demanda y que establece el Litisconsorcio y todo lo que a continuación se resolvió; que se entable el Litisconsorcio Necesario conforme fue solicitado por la parte demandante, y que se emplace a su representada, a fin de que se le respeten los derechos constitucionales del debido proceso y derecho de defensa. Por su parte, el Procurador de Familia adscrito al juzgado a-quo, a fs. 161, sobre la alzada interpuesta manifestó lo siguiente: Que ha tenido la oportunidad de revisar atentamente la sustanciación del proceso y no ha encontrado defecto alguno que pudiera anular alguna etapa del proceso. Que se ha respetado el derecho de audiencia y de defensa de las partes y sobre todo no se han violentado derechos de las partes ni del niño ************************. La providencia recurrida a su juicio está apegada a derecho y es procedente que se confirme. No obstante haberse mandado a oír a la Licda. NANCY VERONICA RAMIREZ GARCIA para que se pronunciara con respecto a la apelación interpuesta, según consta en el acta de fs. 158, ésta no hizo uso de su derecho de contradecir los argumentos de la alzada.
II. El quid de la apelación se constriñe en determinar si ha existido falta de
emplazamiento a la señora ******************* y error en la integración del Litisconsorcio Necesario del proceso, en cuyo caso decidir si es procedente declarar la nulidad de las actuaciones procesales pedidas por la impetrante. Es importante tomar en cuenta que el hecho que motiva a la impetrante a alegar la nulidad es que –a su juicio- no se ordenó y consecuentemente no se verificó el emplazamiento de la señora ***************** en el proceso; además no se le consideró para la integración del litisconsorcio pasivo necesario por la jueza a-quo en el proceso. Para verificar lo expuesto haremos un recorrido de las actuaciones procesales que militan en autos. En la demanda de fs. 1/3 claramente se pidió que se emplazara en legal forma a la sucesión del causante ********************, conformada dicha sucesión por la señora ************ (esposa del causante), ****************** (hija del causante) y ****************** (madre del causante). No obstante la petición de la parte actora, en el auto de admisión de la demanda (fs. 14), la jueza a-quo ordenó la conformación de litisconsorcio necesario entre las demandadas ******************** consignando que era mayor de edad y de ******************, en su carácter de herederas presuntas de la sucesión que dejó el señor **********************. De igual forma, en la misma resolución ordenó el emplazamiento de ************** y **********************, como si se tratase de las dos únicas demandadas, obviando ordenar el emplazamiento de quien fuera la cónyuge del causante. Verificados que fueron los emplazamientos de éstas (ver actas de fs. 75 y 100); a fs. 101 se señaló día y hora para la celebración de audiencia preliminar en el proceso, ordenándose la cita de las partes a dicha audiencia, sin embargo únicamente se libraron provisiones para citar a ********************** y *************, omitiéndose citar a la señora ***********************************, pues no se le consideró como parte demandada. (Confrontar oficios de fs. 102 y 103). La audiencia preliminar se celebró, (fs. 112), sin la asistencia de ****************, asistiendo sólo la señora **************, sin hacer mención en ningún momento, ni aún en la Fase Saneadora de la omisión del emplazamiento o la inasistencia a la audiencia de la viuda del causante, señora ***************, procediéndose a señalar día y hora para la práctica de la prueba científica de ADN, en el niño ************** y en las señoras ****************** y ********************, constando en el proceso en el oficio de fs. 120, que únicamente se libró provisión para citar a la joven *************** no así a la madre de ésta. Es hasta en la audiencia de sentencia (fs. 145/148), que comparecieron las señoras *************** y **********************, debidamente procuradas por la defensora pública de familia de la Procuraduría General de la República; quien en la misma audiencia interpuso incidente de nulidad del proceso alegando la falta de emplazamiento de la cónyuge del causante; mismo que la jueza a-quo desestimó por considerar en un principio una táctica dilatoria cuestionable por parte de la Procuraduría en perjuicio del niño *******************, considerando improcedente decretar la nulidad en el presente caso, alegando que las partes han tenido oportunidad de conocer el proceso y de comparecer al mismo, pronunciarse sobre los hechos y en todo caso apelar de la sentencia si estiman que se les vulneran sus derechos, pareciéndole cuestionable el deseo de anular el proceso por las consecuencias negativas que ello conlleva para el niño ********************** y porque la Procuraduría General de la República está obligada a velar porque todo niño tenga una identidad. III. Planteados así los hechos, cabe citar lo que la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia ha sostenido en reiterada jurisprudencia, en relación al emplazamiento del demandado: Que el derecho constitucional del debido proceso se refiere “... a la observancia de la estructura básica que la misma Constitución prescribe para todo proceso o procedimiento". Que el derecho de audiencia consiste en que en todo proceso o procedimiento se tiene que otorgar o posibilitar –de acuerdo a la ley o en aplicación directa de la Constitución– al menos una oportunidad para oír la posición del sujeto pasivo –principio del contradictorio-, no cabe duda que todas las oportunidades de defensa a lo largo del proceso, también son manifestaciones o aplicaciones in extremis del derecho de audiencia. Si existe audiencia puede haber defensa; de modo inverso, es impensable el ejercicio de éste, y de obviarse esta intervención acarrea nulidad de las actuaciones. El marco jurídico regulatorio de las nulidades se encuentra en el Código de Procedimientos Civiles, que en su Art. 1115 Pr. C., establece que para declarar la nulidad, ésta debe estar expresamente establecida en la ley, lo que se conoce como principio de especificidad. Además, el Art. 1130 Pr. C, reza: "Las nulidades que consistan en incompetencia de jurisdicción que no ha podido prorrogarse, en no haberse autorizado el fallo en la forma legal, o en haberse pronunciado contra ley expresa y terminante, no podrá cubrirse ni aún con expreso consentimiento de las partes...". (Sic) A su vez, el Art. 1131 del mismo código, establece: "Tampoco podrán cubrirse y deberán declararse de la manera prevenida en el artículo anterior, las nulidades que consistan en falta de citación o emplazamiento para contestar la demanda, en incapacidad absoluta o ilegitimidad de las partes que han intervenido en el juicio...o no se ratifica lo actuado por quien tiene el derecho a hacerlo...". (Sic). Ante estas situaciones todo juzgador(a) debe tener en cuenta que el emplazamiento para contestar la demanda como concreción ineludible del derecho de audiencia es el acto procesal que posibilita la defensa e incoación de una pretensión fijando un plazo para que el emplazado, se manifieste al respecto, sin perjuicio que de no contestarla, un procurador asuma su defensa dentro del proceso, Arts. 10, 11 y 112 L. Pr. F. El emplazamiento para contestar la demanda, se rige por el principio finalista de las formas procesales, según el cual sus requisitos y modos de realización deben de garantizar el derecho de audiencia y otros derechos constitucionalmente reconocidos. (Sala de lo Constitucional improcedencia de amparo ref. 621-2000 de fecha doce de diciembre de dos mil). Ahora bien, como lo hemos detallado ut supra, han existido actuaciones judiciales en las cuales se confirma la omisión de la intervención de la señora *********************** en el proceso, tales como el no haber sido llamada a integrar el litisconsorcio que correspondía, así como la falta de emplazamiento, cita a la audiencia preliminar y de sentencia, tampoco se incluyó a la señora ****************, ni a la joven ***************** en la realización del estudio social practicado, (fs. 141/143). Las razones que utilizó la a-quo para resolver el incidente de nulidad planteado por la impetrante en la audiencia de sentencia, no sanean la omisión de ordenar el emplazamiento a la señora ******************** y su integración al Litisconsorcio Necesario integrado en el proceso y las demás actuaciones procesales señaladas, a las cuales no se citó a la referida señora, a fin de que ejerciera su derecho de defensa, argumentando la jueza que la joven *******************, -entonces menor de edad- debía ser representada por su madre y que esta última no podía por esa razón alegar ignorancia del proceso, lo que no es suficiente razón para no emplazarla, pues debió dársele intervención por derecho propio, puesto que le afectará lo que se resuelva en la sentencia, máxime cuando la jueza desde el auto de admisión de la demanda hizo hincapié que ***************************** era mayor de edad, (fs. 14), es decir que el argumento de la minoría de edad no es válido para subsanar la omisión señalada en el sub lite y por ende procede declarar la nulidad alegada. Lo anterior no habilita en manera alguna a la apelante, Licda. CERNA LARA para emitir expresiones con el ánimo de desacreditar con sarcasmo las razones expuestas por la a quo para no hacer lugar a su petición, tildándolas de “sentimentalismos institucionales”, pues debe recordarse la función constitucional de la Procuraduría General de la República y que el derecho a la identidad es un derecho fundamental de todo niño o niña –como lo afirmó la a quo-, al igual que el derecho al debido proceso, aún y cuando no sea por esos motivos que deba avalarse la omisión procesal reclamada. Lo anterior sin perjuicio de la sensibilidad y reconocimiento de los derechos prioritarios de la niñez que debe caracterizar al juzgador de familia, lo que por supuesto no contraría el cumplimiento de los principios que estructuran el debido proceso. En ese sentido no puede esta Cámara subsanar las omisiones del tribunal a quo, pues se vulnerarían derechos constitucionales, ya que el hecho que la señora **************** sea la madre de ************************, no es óbice para no garantizar el derecho de audiencia y defensa con las formalidades debidas, más aún cuando su emplazamiento fue expresamente solicitado por la parte actora en la demanda siendo un acto intuito personae. En ese orden de ideas, aún y cuando fue hasta en la audiencia de sentencia que la apelante, defensora pública de familia, advirtió la omisión de la falta de emplazamiento de su patrocinada e intentó un incidente de nulidad debido a esa actuación procesal, su comparecencia a la audiencia no convalida la omisión del tribunal, desde luego que alegó la falta de emplazamiento, debiendo accederse a su petición, motivo por el cual es procedente declarar la nulidad de todo lo actuado en el proceso a partir del auto de admisión de la demanda, el cual se anula parcialmente a partir del párrafo 4°, que integra el litisconsorcio quedando válido el emplazamiento de las dos demandadas, la prueba científica de ADN y el estudio social practicado, el cual podrá ampliarse, debiendo darle la oportunidad a todas las demandadas (litisconsortes) para controvertir las argumentaciones y la prueba ofrecida por la demandante, garantizando la igualdad procesal de las partes. (Art. 3 letra e] L. Pr. F.); designando un nuevo juez(a) para que continúe con la tramitación del proceso reponiendo los actos viciados con nulidad y dándole al proceso el trámite que legalmente corresponde. Cabe acotar que tal como efectivamente lo sostuvo la a-quo, las consecuencias de la anulación de las actuaciones en este caso conllevarían a perjudicar de alguna manera al niño *************, ya que no podrá establecer su filiación paterna y los derechos que se derivan de la misma, lo que se pudo evitar con una correcta dirección del proceso, más aún, cuando ya se había librado el oficio al Registro del Estado Familiar, pues no se advirtió por error atribuible a la Licda. CERNA LARA la apelación interpuesta, quien citó mal la referencia del proceso, debiendo ser por ende más diligentes en sus propias actuaciones procesales. Por lo tanto, la omisión del emplazamiento, cualquiera que sea el tipo de proceso acarrea una nulidad insubsanable; pues vulnera las garantías del debido proceso y los juzgadores estamos obligados a cumplirlas, al no declarar la nulidad propiciamos la interposición del amparo constitucional por violación de la garantía de audiencia y de defensa de la parte no emplazada, Art. 11 Cn., lo que retardaría aún más la solución del sub judice. Acotamos que los jueces de familia debemos velar principalmente por el principio de prioridad absoluta, la protección y no vulneración de los derechos de los niños, su interés superior y de los adultos mayores, por tratarse de personas en condición de mayor vulnerabilidad en los procedimientos, pero también hemos de tramitar los procesos cumpliendo los principios procesales, sin omitir la verificación de actuaciones procesales elementales, cuya omisión conlleve a vulnerar garantías constitucionales de los involucrados, es decir, que la tramitación de los procesos debe estar estrictamente apegada a nuestra Constitución. Por tanto, de conformidad a los Arts. 11, 12 Cn.; 15, 16, 218 L. Pr. F.; 1115, 1130 y 1131 Pr. C., a nombre de la República de El Salvador, esta Cámara FALLA: Declárase nula la sentencia impugnada y todo lo actuado desde el auto de admisión de la demanda, a partir de su párrafo 4°, quedando válidos los emplazamientos de ******************* y ****************, así como el estudio social practicado y la prueba científica de ADN; debiendo ordenarse el emplazamiento de la señora ****************. Designase a la Jueza Tercero de Familia de esta ciudad, Licda. OLINDA MORENA VÁSQUEZ PÉREZ para que tramite el proceso conforme a derecho. Además, certifíquese la presente sentencia a la Jueza a quo, quien deberá enviar las respectivas copias a la jueza designada. Devuélvanse los autos originales al tribunal designado con certificación de esta sentencia. Notifíquese.
PRONUNCIADA POR LOS MAGISTRADOS:
DR. JOSÉ ARCADIO SÁNCHEZ VALENCIA Y LICDA. RHINA ELIZABETH RAMOS GONZÁLEZ.