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Lectura 1.

Tomada y adaptada de Medina Peña, Luis. Hacia el Nuevo Estado. 1920-1994. pp. 50-52; 53-
61; 70-83; 84-117

Disciplina política y familia revolucionaria.

“Una revolución centraliza el poder o no sirve para nada, decía Bertrand de Jouvenel.
Pero una revolución triunfante no es lo mismo que una exitosa. Una revolución triunfa en el
momento en que derrota militarmente al régimen que ha combatido, una revolución tiene éxito
cuando transmuta el poder revolucionario en base social y política de apoyo y fortalece la
política institucional del nuevo régimen”. Las dos revoluciones más sobresalientes del siglo
XX, que fueron la soviética y la china, tuvieron como antecedente un partido que les permitió
la reconstrucción. Por el contrario, la Revolución Mexicana, contó con un partido diez años
después de haber triunfado.
La revolución no hizo nada diferente de lo que sucedió en el siglo XIX. Es decir que el porfiriato
había ideado una sistema político basado en el reconocimiento de los caciques y de los líderes
militares liberales, a cambio de que aceptaran el poder y el arbitraje presidenciales, los líderes
triunfantes de la revolución hicieron exactamente igual.
Sin embargo, la “ revolución maderista quedó en una pequeña escaramuza comparada con la
revolución constitucionalista y la lucha de facciones que la sucederían”.

Las relaciones de poder que deja Díaz, son hechas aun lado pero se establecen otras
similares. Es de reconocer que la revolución trajo aportaciones que hicieron que el caudillismo
durara poco tiempo y que hubiera modernización entre las relaciones de poder.
Hay muchos políticos civiles en todo el país que se niegan a acatar las disposiciones
de los caudillos revolucionarios, y eso fue porque “ la retórica misma dela Revolución,
que se había orientado a destruir a un caudillo al cual los nuevos jefes revolucionarios
querían imitar a diversas escalas de influencia. Pero sobretodo influyó la novedad del
gremialismo, tozudamente reprimido por las autoridades porfirianas pero presente bajo
diversas manifestaciones desde el último tercio del siglo anterior. El agrarismo y el obrerismo
fue asumido utilizado y lidereado por grupos políticos locales, civiles en su mayoría , que
impusieron un perfil social a la revolución. También definieron las tensiones políticas entre el
centro y los estados, así como la articulación de agrupamientos partidistas, cada vez más
amplios, mismos que se orientaron a defender la capacidad de acción y autonomía de los
grupos estatales frente a un gobierno federal que buscaba reinplantar un verdadero poder
nacional”.
La tensión estuvo en dos sentidos: en la relación centro-estados donde el presidente buscaba
tener gobernadores que le fueran afectos, y en caso contrario empezaba una campaña severa
de desprestigio a través de las cámaras ya fuera local o del Congreso de la Unión. El otro
se concentro en el gobierno federa-Congreso de la Unión, porque había violencia electoral,
manipulación de las lecciones tanto para diputados como para senadores, se formaron bloques
y cayeron gobernadores durante los años veintes.¿Cómo salir de esta inestabilidad? Pues
mediante la creación de un organismo que agrupara todas las fuerzas políticas y sociales
existen para entonces.
“La creación de un Partido Nacional Revolucionario en 1929 se atribuye a la muerte de
Obregón y a la difícil situación política que aquella creó. Sin embargo, la idea de crear
un partido que incluyera a todos los revolucionarios no era nueva”. Lo nuevo eran las
circunstancias que permitieron esta viabilidad.

Fue Álvaro Obregón y no a Plutarco Elías Calles a quien se atribuye la idea de la creación
de un gran partido que reuniera a la familia revolucionaria, dadas sus ambiciones políticas
pensó, tras de asistir a la convención ,que sólo con el apoyo político de campesinos, obreros y
militares, lograría sus propósitos.
Junto con Alberto J. Pani, Jesús Urueta, Rafael Zurbarán, y Roque Estrada, acordó formar
la Confederación Revolucionaria pensando formar en el futuro un partido obregonista. Ésta
machacó en el tema agrario hasta que Carranza emitió el decreto del 6 de enero de 1915, que
constituye la “piedra de toque de la reforma agraria”, y aunque se prohibió que la confederación
siguiera sesionando, ésta se fortaleció, y sus trabajos concluyeron en la formación del Partido
Liberal Constitucionalista, en 1917.
El nuevo partido trató de convertirse en el vocero dela revolución; apelaba al liberalismo, se
declaró a favor del sufragio efectivo, la no reelección, la reforma agraria, la protección de
los derechos de los obreros, la seguridad social, la administración expedita de la justicia, la
separación de poderes, la soberanía de los estados y la autonomía municipal.
A Obregón le sirvió para organizar desde fuera a los diputados constituyentes y que esto
sirviera de contrapeso a los carrancistas. Pero Carranza no se dejó engañar tan fácilmente y
vio en el partido una amenaza para él y un gran apoyo para Obregón.
Suprimió el órgano del PLC, El Gladiador, exilió al Dr. Atl, uno de sus principales redactores. Y
una vez electo Carranza ya no consideró indispensable a Obregón al frente de la Secretaría de
Guerra.
Pero, el héroe de Celaya reaparece en 1919, cuando el carrancismo se había dividido en los
renovadores y los radicales que lidereaba Obregón. Para Obregón sólo había dos partidos en
México: el Liberal y el Conservador, con postulados diametralmente opuestos. Obviamente sólo
el Liberal tenía posibilidades aunque tuviera serias divisiones internas, porque el otro trataba
de beneficiarse de los traidores a la Revolución.
Cómo veía muy dividido al partido liberal pensó en “una nueva organización” que reuniera a
todos los revolucionarios y además sería un partido integrador, unificador, y comprometido
con las clases explotadas, opuesto a los extranjeros, a los ricos y al clero, que prosiguiera lo
postulados de la Revolución, además de permitir la sucesión pacífica del poder. Pero la idea
de Obregón no pudo cuajar porque aún había luchas políticas en el interior del país y no se
pudo doblegar el militarismo, tanto así que vino el intento de asonada de Adolfo de la Huerta.
En esta época no era problema la falta de partidos políticos sino al contrario, su abundancia:
Partido Nacional Cooperativista, Partido Nacional Agrarista, Partido Liberal, clubes y
sociedades políticas a nivel de barrio municipio o ciudad, generalmente personales, y eran
alrededor de 8 mil agrupaciones políticas.
Pero las cosas empezaron a cambiar en los años veintes, la vida política se normalizó
relativamente en los estados, surgieron élites políticas locales, integradas por civiles que se
dedicaron a formar bases sociales que les permitieran asegurar el control de su entidad.
Surgieron líderes políticos que trascendieron sus entidades: Felipe Carrillo Puerto, en el
sur; José Guadalupe Zuno, en occidente; Emilio Portes Gil en el noroeste, y Tomás Garrido
Canabal en el sureste.
Para la formación del partido de la Revolución no se tomó como modelo a los partidos-
convención estadounidenses, sino que se tomaron en consideración a los partidos comunistas
y socialdemócratas, los que para estas fechas actuaban en Europa con poder centralizado y
con poder nacional.
Calles no encontró las condiciones propicias para crear un partido, así que los trabajos para la
formación de un nuevo partido se iniciaron el primero de diciembre de 1928.
En esa fecha tomó posesión Emilio Portes Gil, y se integró el comité organizador.
Formaron parte de éste Aarón Sáenz, Luis L. León, Manuel Pérez Treviño, Basilio Vadillo,
Bartolomé García, Manlio Fabio Altamirano y David Orozco. LO encabezaba formalmente
Calles pero se hizo a un lado por la pugna existente ente Morones y la CROM con Portes Gil.
Pero siguió al frente informalmente
A Calles se le empezó a reconocer como “jefe máximo de la Revolución”; Sáenz afirmó que
una vez fallecido Obregón sólo Calles tenía la estatura para “marcar el derrotero a seguir”.
Los estatutos preveían una estructura vertical que se iniciaba en los comités
municipales ,pasaba por los estatales y concluía en un Comité Ejecutivo Nacional y electo
por el Comité Ejecutivo Nacional. El CEN podía aprobar o vetar a los candidatos a diputados
y senadores para asegurar el control del partido en las cámaras del Congreso. Los enlaces
verticales servían para fortalecer el centralismo, pero también para prevenir las divisiones al
evitar la comunicación interregional de órganos de la misma jerarquía.
Así el PNR ve la luz como una gran alianza destinada a ser árbitro en la distribución pacífica
de cuotas de poder nacional y locales entre sus agremiados. No fue un partido de clase,
ideológico o totalitario. Buscó ser inclusivo diseñando principios generales con los que todos
los grupos estatales estuvieran de acuerdo. Lo único condenable fue que no contemplaba la
oposición, en todo caso sería de los reaccionarios derrotados por las armas. Por lo mismo
estaba totalmente descalificada en todos los sentidos y aspectos.
Y su mérito fue crear los mecanismos para posibilitar acuerdos internos, e imponer la disciplina
de partido, hasta entonces desconocida en nuestro país.
Y claro que tenía sus contras como su asociación con el maximato y su dualismo político
producido en la época de transición entre caudillos e instituciones.
“ Según Puig Cassauranc, testigo de primera mano pues participó activamente en el nacimiento
del Maximato, Calles no tuvo la intención inicial de convertirse en el poder tras el trono. La
debilidad del gobierno de Portes Gil, que de entrada tuvo que hacer frente a la rebelión cristera
y resolverla para que no uniera fuerzas con la revuelta escobarista, impuso el apoyo efectivo
de Calles que fue, después de todo, el general que heredó el liderazgo militar de Obregón.
Su designación como Secretario de Guerra al estallar la revuelta, fue expresión (institucional)
de esa primacía. A partir del momento en que se derrotó la revuelta escobarista, surgió otro
reto, el vaconselismo y la huelga universitaria, que planteó de nueva cuenta la dualidad de
funciones. Portes Gil se dedicó a resolver el problema universitario otorgando la autonomía
para evitar que los estudiantes movilizados contribuyeran a la agitación vasconselista,y Calles
se empeñó en conseguir el apoyo nacional para Pascual Ortiz Rubio, candidato del PNR, a fin
de derrotar al vasconselismo”.
El arbitraje minó tanto a Calles como al PNR a fines de los años 30 cuando el panorama
político del país había cambiado. Las fuerzas se habían movido y algo no estaba funcionado
por lo que se imponía una reforma en el partido, donde se prestara más atención a las
organizaciones sociales.
Algunos gobernadores apoyaron las cuestiones agrarias como Adalberto Tejeda, en Veracruz,
y el enfrentamiento de Morones con Portes Gil hace que la CROM se debilite. Los obreros
tranviarios junto con Fidel Velásquez, Fernando Amilpa y Jesús Yurén fundaron la Federación
Sindical de trabajadores del Distrito Federal y culminó con la escisión de Vicente Lombardo
Toledano en 1932 para fundar una CROM depurada.
Esto da idea del cambio , se funda el primer sindicato de la industria y el Sindicato de
Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana, y para 1933 se funda la Confederación
General de Obreros y Campesinos de México con Lombardo oledano como su líder.
Las organizaciones campesinas se empezaron a movilizar porque exigían también otro tipo de
soluciones a sus demandas de reparto agrario.
La primera organización campesina la había creado Adalberto Tejeda en Veracruz en 1923,
y en 1926, junto con Ürsulo Galván crearon la Liga Nacional Campesina, luego se formó la
Confederación Campesina Mexicana, antecedente de la CNC.
El PNR, durante sus siete años de existencia, se mantuvo alejado de las organizaciones
agrarias y obreras, los radicales se mantuvieron fuera del partido, pero junto con la crisis
económica de 1929, la próxima sucesión presidencial y el surgimiento de líderes sociales,
volvieron a cambiar el panorama político nacional.
Así en la convención del PNR en 1933 se enfrentaron dos posturas: el radicalismo de Cárdenas
y el conservadurismo de Calles. El resultado fue el plan sexenal, a fin de mantener la unidad
y tratar de incorporar las nuevas fuerzas sociales, y se marcó un giro en torno a las políticas
tanto agrarias, laborales y sociales. El documento era francamente socialista, principalmente en
sus capítulos referentes a la educación, el trabajo y el problema agrario.
La nominación de Cárdenas a la Presidencia de la República se vio natural porque pertenecía
a un grupo de gobernadores agraristas vinculados fuertemente con líderes campesinos. De
una nueva generación de revolucionarios, preparado políticamente, cuya lealtad a Calles no
se ponía en duda. Por lo mismo éste lo poya y pide a Manuel Pérez Treviño que decline su
candidatura.
En su campaña, el discurso cardenista siempre fue en el sentido de darle mayor apoyo a los
problemas agrarios y obreros, y mostró su afán de darle a la presidencia un perfil propio. Su
retórica fue socialista y crítica hacia el conservadurismo que le antecedió.
Su socialismo fue “a la mexicana” distinto al soviético y al liberalismo, cuyas raíces hundía
en la Revolución Mexicana. Así el Estado no debería limitarse a ser un mero vigilante sino a
intervenir como regulador de la economía, equilibrar las diferencias sociales a través de una
política favorable a los trabajadores y de una profunda reforma agraria.
Cárdenas se había conquistado el apoyo de las fuerzas sociales fuera del PNR, partido al cual
transformó en un partido de comités a un PMR de sectores, dentro del cual la clase política
revolucionaria quedó consignada a dos de ellos, el sector popular y el militar, flanqueados
por el obrero y el agrario, que introdujeron masa y disciplina y empezaron a diluir el poder de
los hombres fuertes regionales. Y se estableció una autonomía sexenal, es decir que cada
presidente tenía independencia de acción en cuanto a sus decisiones políticas durante su
mandato, sin interferencia de sus predecesores.

LA ECONOMÍA

La Revolución Mexicana no destruyó el aparato económico del porfiriato. La etapa


constitucionalista fue la que más lastimó a la economía. Con Obregón los apremios
económicos inmediatos dejaron atrás las ideas y planes en materia económica. Había
acreedores internacionales, se buscó un cuerdo sobre la deuda externa,( 508.8 millones de
dólares) como paso previo para que Estados Unidos reconociera su gobierno. Estaba además
todo tipo de reclamaciones por daños a estadounidenses durante el movimiento armado.Y
Obregón sabía que era “necesario el reconocimiento” y que la estabilidad de México dependía
de Estados Unidos. Y con mayor razón cuando después de la Primera Guerra Mundial
Estados Unidos surge como una potencia mundial.
Se requerían recursos económicos, de ello dependía el gobierno, por lo que Obregón trató de
restablecer el sistema bancario, se buscó pagarles a los banqueros lo que habían perdido y la
forma de redimir su papel moneda.
Obregón logró el reconocimiento internacional pero no los préstamos que pretendía.
La política de reactivación económica se inició con Calles, hubo un cambio en la estructura
del gasto público al aumentarse los renglones de inversión y crecimiento económico a costa
de los administrativos, principalmente militares, siempre bajo el principio de presupuestos
equilibrados.
Se creó el Banco de México como entidad oficial, podía emitir billetes, regular la circulación
monetaria; los cambios sobre el exterior y las tasas de interés; redescontar documentos de
carácter mercantil, y operar con los bancos de depósito y descuento. Pero la banca privada
le hizo el vacío, y los particulares atesoraron sus en metálico o bien los sacaron del país, y
esto provocó que los depósitos en el banco central fueran menores a su capital pagado. Hubo
desconfianza y los billetes se cambiaban por oro y las reservas disminuyeron., sin embargo con
sucesivas reformas monetarias la situación cambió y el banco se consolidó.
Se buscó la seguridad del régimen mediante la estabilidad económica, el crecimiento
económico y como una estrategia de pacificación y normalización política, cuando
Se reducía el ejército y estaban latentes las posibilidades de revueltas.
Así como se buscó la estabilidad económica, los gobiernos emanados de la Revolución
buscaron comunicar al país, mediante el crecimiento de líneas ferroviarias y las
comunicaciones en general, igualmente como un medio de contrarrestar el descontento.
Carreteras, caminos, la telefonía, el telégrafo y , de otra parte, llevar irrigación y la construcción
de presas, también contribuyeron a la pacificación del país.

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