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EL TRATO DEL PADRE CON EL HIJO

Por : John Flavel

Traducido al español por: Giselle Badel

Vamos a suponer las palabras que dijo el Padre cuando hacía el trato con su Hijo por ti.

Hijo mío, aquí hay una compañía de pobres almas miserables, que se han destruido a sí mismas
completamente, y ahora se encuentran bajo la disposición de mi justicia. La justicia demanda ser
satisfecha en ellos, o se satisfará ella misma en la ruina eterna de ellos. ¿Qué haremos por estas
almas?

Cristo responde: Oh Padre mío, tal es mi amor y mi compasión por ellos, que en lugar de que
perezcan eternamente, prefiero hacerme responsable por ellos como su garantía; tráeme todas sus
deudas para que vea lo que te deben; Señor tráelas todas para que no haya contra ellos ningún
juicio (o ningún ajuste de cuentas futuro); de mi mano Padre, toma lo que de ellos requieres. Yo
prefiero escoger sufrir tu ira, antes que ellos la sufran: Sobre mi Padre, sobre mi sea toda su deuda

Pero Hijo mío, si vas a emprender esto por ellos, debes pagarlo todo, hasta el último centavo. No
esperes que reduzca el juicio, si a ellos los perdono, a ti no te perdonaré.

De acuerdo Padre, que así sea; todo ponlo a mi cuenta, yo soy CAPAZ de pagarla; y aunque esto de
alguna forma me arruine, aunque empobrezca mis riquezas y vacíe mis tesoros, aun así, estoy
satisfecho de hacerme cargo.

Porque en verdad él hizo esto: 2 Corintios 8:9 "se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su
pobreza fueseis enriquecidos."

Ruborícense, mal agradecidos creyentes, ¡Oh que la vergüenza cubra sus rostros! ¡Júzguense ahora!
¿Ha Cristo merecido que ustedes estén con Él por nimiedades, y que sufriendo algunas pocas e
insignificantes dificultades se quejen que esto o aquello es difícil? ¡Oh si conocieran la GRACIA de
nuestro SEÑOR JESUCRISTO en esta, su asombrosa condescendencia con ustedes!

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