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Que es sembrar un árbol

embrar un árbol en zonas menos arborizadas nos proporcionarán oxígeno, ayudando


a regular la temperatura y la humedad, contribuyendo a la infiltración del agua de la
lluvia.
Además hay otros factores importantes que debemos saber sobre la importancia de
sembrar árboles como por ejemplo:
•Favorecen la presencia de agua: las hojas, las ramas y el tronco de los árboles
interceptan la niebla y la lluvia. Cuando esa agua escurre hasta la base del árbol, sus
raíces ayudan a conducirla hacia las capas más profundas del suelo. Un árbol libera
hasta 30 litros de agua al día.
•Proporcionan oxígeno: a través de la fotosíntesis, los árboles absorben Bióxido de
Carbono en grandes cantidades, que almacenan y lo transforman en madera,
carbohidratos y azúcares; además, liberan oxígeno para un mejor ambiente.
•Regulan la temperatura: al interceptar la luz del sol y agregar humedad al ambiente,
los árboles regulan las temperaturas extremas y amortiguan los cambios de
temperatura. La diferencia entre una zona arbolada y una sin árboles, puede variar
hasta 10 grados centígrados.
•Reducen el ruido: los árboles lo absorben y reducen su intensidad.
•Generan belleza escénica, nos ofrecen espacios para el esparcimiento.
•Proporcionan alimentos: un importante número de seres vivos se alimentan de los
frutos, hojas y raíces de los árboles.
•Suministran muchos otros materiales: proporcionan combustibles como leña y
carbón; madera, materiales de construcción; celulosa para fabricar papel y carbón;
muebles, puertas, ventanas, herramientas, utensilios médicos y domésticos, plantas
medicinales entre muchos otros.
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Plantar un árbol con los niños, no es sólo un símbolo, es realmente una


gran empresa: una semilla, un árbol, una flor, un fruto, una gran sombra, aire
puro y limpio, la belleza inigualable del paisaje.

¡Dejémosles hacer!... un agujerito en la tierra, poner un tierno brote, manipular


la tierra, regar con agua y contemplar cómo crecen los árboles que una vez
fueron plantados por ellos. Será un pequeño proyecto que les llenará de ilusión
y les enseñará el valor del respeto a la naturaleza.

El Día Mundial del Árbol (28 de junio) pretende poner de relieve la


importancia de los árboles en nuestro entorno. Son los encargados de
regular la temperatura, purificar el aire, protegen el suelo, son el hogar de otras
muchas especies por lo que albergan ecosistemas y contribuyen a regular las
lluvias.

Enseñémos a los niños a valorar la naturaleza y a disfrutarla. Sembrar un árbol,


cruzar un río, merendar a la sombra de una arbolada, trepar a una rama, subir
montañas, recolectar flores y bichos, realizar hormigueros, buscar piedras,
hojas, setas, flores... pueden ser para nuestros hijos una agradable y
divertida lección de respeto y amor a nuestro legado natural.
El árbol representa una manifestación muy especial de las fuerzas y del poder divino. Fue
venerado en todas las culturas y en todos los tiempos, y desde siempre estuvo íntimamente
relacionado con el destino de los hombres.

En sus primeros tiempos históricos, Europa estuvo cubierta de selvas enormes, en las cuales
aparecieron las primeras llanuras como islas en un mar verde. La vida del hombre en aquellos
tiempos estuvo íntimamente ligada con la selva y con los árboles. El árbol alimentaba la llama,
y la madera y el carbón vegetal fueron hasta hace poco tiempo los únicos combustibles. Por
ello se dice que los árboles proporcionaban luz al hombre, al igual que madera como materia
prima, fácil de trabajar y útil para muchos fines. Las abejas que habitan en los árboles le
permitían obtener miel y cera, además de la recolección de frutos y bayas de los árboles, e
incluso hayucos que se transformaban en harina y pan. El hombre aprendió pronto a resinar los
árboles y a convertir la resina en brea, alquitrán, perfumes y aromas e incienso. Nuestros
antepasados vivieron mucho tiempo con el árbol en una simbiosis intensiva. Por ello
agradecían su presencia y veían en él el origen del mundo.
Manfred Lurker divide el simbolismo de los árboles en tres sectores, hacia los cuales está
orientado este artículo. Lurker menciona el Árbol Cósmico, el Árbol de la Vida y el Árbol del
Conocimiento. Estos tres aspectos del simbolismo del árbol se fusionan y, frecuentemente, en
un árbol sagrado se encuentran reunidos dos y a veces los tres aspectos.

El Árbol Cósmico
El Árbol Cósmico es, frecuentemente, un árbol invertido, un “árbor inversa”. Representa la
Creación como un movimiento descendente. Las semillas espirituales del árbol se encuentran
en el cielo, en el mundo divino, y su corona se extiende sobre el mundo. Unifica los tres niveles
del cosmos en un “axis mundi”: Cielo (mundo de los dioses), Tierra (mundo de los hombres) y
mundo subterráneo (mundo de los muertos, de las energías cetónicas).
El Árbol Cósmico se ubica en el centro del mundo, en el Omfalos. Es el pilar central, la columna
del centro, la cual apoya el mundo. El árbol se ubica entonces en un lugar sagrado. Los lugares
sagrados antiguos forman un microcosmos: un paisaje de piedras, de aguas y árboles. La
piedra indica aquí la duración y representa la realidad por excelencia, la indestructibilidad, lo
estático. El árbol, con su renovar periódico, representa el poder sagrado de lo viviente; el agua
y la fuente representan las fuerzas secretas del interior de la tierra, la semilla, la purificación.
Ese paisaje microcósmico se reduce a un único elemento esencial: el árbol o pilar sagrado, que
simboliza el cosmos.

El Árbol de la Vida
El árbol fue considerado como encarnación del principio vital, por una parte porque a través de
su ciclo de las estaciones del año representa el retorno de la regeneración, y por otra parte, los
coníferos siempre verdes son una encarnación de los principios inagotables y eternos de la
vida. Por ello se ha mantenido hasta hoy en día en algunos lugares el rito de plantar un árbol al
nacimiento de un niño, el cual le transmite su vitalidad. Además, el árbol aparece en muchas
mitologías como portador de inmortalidad, es la planta que puede aportar la vida eterna, como
el “Soma” de los Vedas o el “Haoma” del Avesta, que a veces se ve representado como fuente
o bebida divina. Los frutos del Árbol de la Inmortalidad o la planta o hierba que puede otorgarla
son siempre difíciles de alcanzar. Suelen ser custodiados y protegidos por monstruos, como
por ejemplo el Árbol de las Hespérides, o el Árbol de la Vida en el paraíso bíblico. Estos
árboles se encuentran al final del mundo, o en el cielo, como el melocotonero P´an mou de los
chinos, el cual ofrece los frutos de la inmortalidad, o en cualquier otro lugar inaccesible, como
la Hierba de la Vida que Gilgamesh tiene que recoger del fondo del océano.
El simbolismo resulta claro: la inmortalidad es difícil de adquirir, y se encuentra concentrada en
un árbol o Pozo de la Vida, que se halla en un lugar difícil de alcanzar. El árbol está custodiado
por un monstruo, y la victoria sobre ese monstruo tiene un significado iniciático: el héroe tiene
que abrirse camino, tras haber pedido consejo a los “seres correctos”, y tiene que pasar por
pruebas a través de las cuales tendrá el derecho a la inmortalidad.
El árbol encama, pues, la vida eterna. De cualquier modo, es curioso constatar que hay árboles
que viven más de mil años, y parecen prácticamente inmortales para los hombres.

El Árbol del Conocimiento


El Árbol de la Vida y el Árbol del Conocimiento se encuentran en estrecha relación. Sabiduría y
conocimiento son difíciles de alcanzar, como la inmortalidad. Hay que realizar sacrificios
inmensos y conseguir grandes victorias. Hay que alcanzar ese contacto directo con el Árbol del
Mundo, el cual, a través de su función como axis mundi, posibilita la ascensión al mundo
espiritual y la visión mística. El árbol sirve como canal hacia el conocimiento. Es el eje de la
intuición, la fuente de la inspiración.
La carta n.º 11 de los tarots representa un sacrificio en el árbol. El Colgado simboliza al espíritu
prisionero en la materia, el cual, a través del crecimiento mágico de las palmas, se libera de
aquello que impide su desarrollo espiritual. Por ello pierde las monedas, es decir, sacrifica lo
material para alcanzar el verdadero conocimiento.
Después de haber ilustrado estos tres aspectos generales del simbolismo del árbol, nos
dedicaremos a algunos de los árboles sagrados más importantes, examinándolos a través de
dichos aspectos.

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