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he tea HISTORIA TESTIMONIAL ARGENTINA [Documentos vivos de nuestro pasado Rivadavia y su tiempo Seleccién y Nidia Areces y Edgardo Ossana Centro Editor de América Latina | | Lilia Ana Bertoni y Luis Alberto Romero inde redaccion: Analia Roffo Asesoramiento artistico: Oscar Diaz Disgramacibn: Gustavo Valdés, Alberto Oneto y Diego Oviedo Coordinacion y produccién: Natalio Lukawecki, Juan Carlos Giraudo y Fermin Eusebio Marquez © 1984 Centro Editor de América Latina S.A. —Junin 981, Buenos Aires. Hecho el depésito de ley. Libro de ediciéy argentina. Impreso en Enero de 1984. Pliegos interiore compuestos en Repro, Viel 1444, Bs, As, Impreso y encta- demado en los talleres de Prensa Médica, Tunin 841, Bs, As. Distribuidores en la Rep. Argentina: Capital: Mateo Cancellaro ¢ Hijo, Echeverria 2469, 50 C, Bs. As. Interior: Ryela SAICIF y A. Belgrano 624, BS. As. ISBN 950-25-0133-0 PROLOGO Diferentes concepciones historiogrificas, y también iden- ‘ifieaciones politicas actuales, han hecho sentir su influen- cia en el tratamiento del tema rivadaviano. La historiografia levanté banderas tanto en pro como en contra del desarrollo y de los resultados de la gestion riva- daviana. El grupo rivadaviano ha sido considerado como representante directo de la burguesta comercial portefia (Milciades Peria, Sergio Bagi y Miron Burgin) 0 se lo ha Wdentificado con la burguesia progresista, contraponiéndo- Jo a lo que se caracterizd como el “feudalismo” de Rosas (historiografia positivista y los primeros trabajos de Rodok fo Puiggros). Mitre ponders su administracién como una de las mas honestas de las habidas en America, en tanto que Vicente Fidel Lopez emitié juictos unas veces favorables y otras desfavorables. Alberto Paleos y Ricardo Piccirilli se encuentran entre sus panegiristas, y entre sus detractores, Vicente Sierra y Juan Pablo Oliver; entre uno y otro extre- ‘mo, la gama es muy variada, En sintesis, como se lo ha visto a Rivadavia? ¢Como un intelectual con un plan coherente, pero inaplicable a la 4 reuliad sUcta de ta ATgentita de £040, v eon Un vision: rio, con una ideologia progresista, que provenia de los per sadores y politicos del siglo XVII? ¢Como un agente del colonialismo inglés — "agente britdnico en el Rio de la Pla- t2"— 0 como un instrumento del liberalismo iluminista, afrancesado y masén? ¢Como un charlatén, que aplicd algunas ideas del reformismo espafiol del siglo XVII y, Por consiguiente, con absoluta falta de visién politica conereta 0 como un revolucionario de la oleada de Mayo que intenté levantar una nueva nacisn? {Como el repre- Sentante de una clase social, en este caso la burguesia comercial portena, o como el catalizador politico de los in- fereses comunes de la burguesia comercial y de los terrate- nnientes bonaerenses? Mas allé de la veracidad que se adjudique a tas opinio- nes indicadas, el equipo rivadaviano se constituyd en el forjador del tinico plan integral de gobierno que se traté de instrumentar en la primera mitad del siglo XIX. Frente a este plan de organizacion del pais, y salvo casos aislados, como el de Artigas, las alternativas ofrecidas por los caudi- Hos fueron parciates. Un enfrentamiento clisico planteado por muestra histo- riografia, y en general por la latinoamericana, ha sido el de unitarios y federales. Este esquemaresultavacio de significa do si no Se remite a una dinimica de relaciones més amplia, que contemple los enfrentamientos entre concepciones libe- rales y conservadoras. Intervienen aqui, en forma dinamica, 0s enfrentamientos regionales que se traducen en conflic 408 entre Buenos Aires, el Litoral y el Interior, ligados a su vec a luchas entre grupos de intereses dentro del sector, nu- méricamente reducido, que eferce el poder. La dinémica de esta situacién interna debe ser relacionada con la penctra- cin inglesa, facilitada por los sectores dominantes porte- flos Estos sectores estin compuestos bisicamente por una burguesia comercial urbana, ligada con el comercio de im- portacion y exportacion y con el manejo de lat finanzas de Buenos Aires, y vinculada familiarmente con tos terrate- nientes de la provincia, Por entre ellos pasa el ee ganaderia- saladeros-comercio de ‘exportacion En el primer cuarto del siglo XIX se produjeron algunas alteraciones en la estructura productiva. Frente al resto del 8 que Halperin ha denominado la expansion portena frente a Ja ruina del litoral de los rios, se basd en las explotaciones ganaderas. La ampliacién de las fronteras, avanzando sobre Jas tierras de los aborigenes, la colonizacion y ta ley de enf- teusis, consolidaron y profundizaron el desarrollo de la estancia, niicleo social » econdmico bésico de la campana bonaerense. Apoyada por el estado, que la proveta de mano de obra a través de sus leyes contra vagos y gente sin oficio, 4a estancia consolidé su actividad en relaciin con ta expor- tacién de cueros y la produceién saladeril. Era esta una eco- noma pastoril, en expansion, dirigida a un mercado exter- no y con una creciente capitalizacién interna. No obstante, en esta economia perduran algunos rasgos de precariedad, entre ellos transportes y comunicaciones lentos, primitivos J costosos, débil integracién del mercado interno, persisten- cia de grandes espacios de economia doméstica de subsis- tencia ~inclusive en nicleos urbanos-, escasa circulacion ‘monetaria y coexistencia de formas de trabajo con mano de obra asalariada y no asalariada. Buenos Aires, eje dindmico de esta economta, se destacd como ciudad puerto. Era el puente de comunicacién con el exterior y se alimentaba ante todo de los intercambios ~exportaciones de productos ganaderos e importacién de Productos manufacturados europeos~ y del control de la Aduana, institucién proveedora de recursos por excelencia. Buenos Aires conocid un importante crecimiento demo- srifico y ast se extendio el efido urbano; se hicieron eviden- tes algunas mejoras, como el empedrado de las calles prin- cipales préximas a la plaza y la ampliaciin del servicio de alumbrado. Sin embargo, la ciudad no cambio su fisono- ‘mia-basica, heredada de ta colonia; ta edificacién continud Siendo la misma, con la tinica novedad de la casa de piso alto. Algunos elementos resultaron netamente coniradic- torios: en tanto era evidente el ineremento notable de la actividad econémica, el enriquecimiento de la ciudad y las transacciones con el exterior, Buenos Aires no poseia un puerto adecuado. Ciudad de contrastes, las formas de sociabilidad tradicio- nales no se alteraron fundamentalmente en lo que a tos sectores populares se refiere, en tanto que nuevas costum- 9 bres y norms de conviveneu contenzarun & muaiyestaise entre las clases altas, mas proclives a aceptar la influencia europea y a adoptar refinamientos modernos. Un sintoma 10 constituyeron algunos cambios en la préctica religiosa de os circulos ilustrados, que comenzaron a abandonar la am- ulosidad de las formas externas en los servicios religiosos. Puerto-Aduana-comercio exterior-influencia europea son facetas de un fenémeno tinico, que indica la incorporaciin lenta, pero segura, del Rio de la Plataa a economia mundial. grupo tivadaviano Llamamos aqui “grupo rivadaviano” a un conjunto de hombres que tuvieron, en un momento dado, similitud de ideas, que adoptaron una posicidn piiblica semejante y se manifestaron solidarios entre si, El grupo no mantuvo una unidad permanente entre 1811 y 1827, pero trabajé con eficacia y armonia, especialmente durante el gobierno de Martin Rodriguez. La actitud de la opinién piiblica respec- to de los hombres que lo componian vari6 en cada caso; ast como fue también variable et grado de identificacién de cada uno de ellos con el grupo, segiin la época 0 el proble- ‘ma concreto suscitado en la politica nacional que debieron enfrentar. Aparecieron siempre como un sector dirigente, como una clase politica, reclutada sobre todo entre las notabilida- des urbanas del foro y de la Iglesia. Algunos ocuparon los primeros niveles de la conduccion del gobierno (Rivadavia), otros acompaftaron las gestiones desde la legislatura (Agtie- 10}, los mds prefirieron intervenciones mds discretas en el ‘manejo de ta cosa publica : Este sector gobernante represent —dentro de la dinémi- ca a la que haremos mencién mds adelante a las clases poseedoras: los grandes comerciantes nativos y extranjeros » los hacendados de la campana bonaerense, predominan- ‘temente nativos. Por hacer solo una lista representativa, podemos incluir dentro de este grupo a Juliin Segundo de Agiiero, Salvador Maria del Carril, Manuel José Garcia, Francisco de la Cruz, Santiago Wilde, Ignacio Miftez, Juan Cruz Varela, Valentin 10 ALM, ABUSE DeKguae, £ PEHCOLU £ 1c, su dures csseunen, ete. Al actuar sobre la realidad, el proyecto —que podemos caracterizar como liberal- del grupo rivadaiano generd condiciones para el desarrollo capitalista; intenté producir suficiente excedente a, través tanto de la renta del suelo como de'una mayor circulacion de bienes y del desarrollo de actividades agricolas y mineras; y dio lineamientos para 4a modernizacién det estado, como la secularizacién y la or- ganizacion institucional, entre otros. De este proyecto aunque no se levé a la prictica en su totalidad pudieron ponerse en prictica algunas medidas que significaron un avance hacia los objetivos propuestos. Rivadavia y sus reformas Rivadavia no era un advenedizo en la politiea cuando lo encontramos en la primera linea de actuacién, en la década de 1820, En su juventud siguid cursos de filosofia y teolo- gia en Buenos Aires, con lo que cubrié su formacién inte- lectual bésica. Integré los cuerpos militares eriollos durante 1a segunda invasion inglesa y en los sucesos de 1809 se mos: 176 partidario de Liniers. En mayo de 1810, aunque no fue un hombre de primera fila, respald6 al nuevo gobierno. Su popularidad se fue acrecentando y en 1811 integrs, como secretario, el Primer Triunvirato, sustinuyendo en algunas oportunidades a los triunviros titulares, Su actuacién fue destacada al punto tal que legs a identificarse al Triunvira- to con su persona, y se lo convirtié en el simbolo del cen- tralismo portetio. Fue Rivadavia quien puso en marcha el Plan politico del Triunvirato, en el que ya se delinearon muchas de las medidas renovadoras aplicadas durante su ‘ministerio (1820-1824) y su presidencia (1826-27). La revolucion del 8 de octubre de 1812 puso fin a esta expe- riencia. Desaparecid momenténeamente de la escena poli- tica para partir, en 1814, en mision diplomética a Europa ‘a fin de realizar negociaciones para el reconocimiento de la independencia del Rio de ta Plata. En Europa ( 1814-20) pudo conectarse con circulos inte- lectuales, politicos y econdmicos de Espafia e Inglaterra, los que le proporcionaron buena parte de su forzcacion uw intelectual y relaciones que utuzara durante su gesuun posterior. A su regreso al Rio de la Plata su influencia se hizo sentir de inmediato en todos los drdenes. “Su persona se hizo tan contagiosa que gran porciin de los hechizados hizo suyos sus enfaticos modales”; “el grupo dirigente (...) le conocié como punto céntrico del nuevo movimiento %o- cial por una especie de ensimismamiento patridtico comple- tamente ajeno al espiritu de partido, que es, per cierto, el mayor elogio que puede hacerse a aquella época”. (Vicente Fidel Lopez). Siendo ya ministro de Martin Rodriguez puso en mar- cha, dentro de los limites de la provincia de Buenos Aires, un conjunto de medidas inspiradas en un esquema liberal y tendientes a la implantacion de un estado modemo. Desarrollé reformas estatales basadas en transformaciones econdmico-financieras y una accién renovadora en todos los Ordenes. Su programa, en esencia, tendié a ordenar la admi- nistracion del estado, a coneiliar los intereses de los sectores dominantes (burguesta comercial portena y hacendados de ta campatia) y a promover un desarrollo ‘de neto caricter capitalista libera La organizacién del estado fue encarada con una serie de medidas politico-administrativas: la ley del obvido, el sufra- gio universal y directo (para mayores de 20 aftos}, la ley del sistema representativo, Estas leyes posibilitan Ia incorpora- cién y la participacion de los ctudadanos en el quehacer politico del gobierno provincial. La reforma de la justicia ~eliminacion del fuero especial corporativo para los comer- ciantes y los eclesidsticos; supresién de magistraturas de raigambre colonial, como el Cabildo —reemplazado por la Justicia de paz—; la reforma eclesidstica —supresién del diez ‘mo, regularizacion interna de las érdenes religicsas; aruila- cin de algunas congregaciones y el paso de sus bienes al gobierno; desaparicion de los cementerios dependientes de las iglesias y su reemplazo por cementerios oficiales, entre otras y la reforma militar —profesionalizacién del efércé to para dar lugar a una oficialidad mds joven y mejor prepa- efada— tenden:a incorporaral:estado rivadaviano estamen- tos @ instituciones tradicionales, pero en un sentido mo- demo. Las reformas precedentes estuvieron basadas en trans- 12 Jormaciones economico-pinaieieras, como ui creucwit ues crédito del estado, la de un aparato impositivo més comple- Jo que gravd el capital mueble ¢ inmaueble mediante la con- tribucion directa y la fundacién del Banco de Descuentos ara el fomento de actividades productivas. También sirvid de apoyo a esas reformas ta politica de tierras —coloniza- cion, enfiteusis— acompanadas por la creacién del Departa- mento Topogrifico —cuyo objeto fue el confeccionar un catastro territorial que asegurara la propiedad inmucble~, 1 por una ley para el fomento de la mineria, que impulsaba 1a introduccién de capitales y hombres. La educacién adquirié una gran importancia dentro del proyecto rivadaviano; de allt su aceién renovadora tanto en 10 cultural general como en lo especificamente escolar. Una reocupacion fue’ la instauracién de"un sistema de ense- vianza piiblica, que se canalizé a través del sistema lancaste- riano de educacién. La fundacién de establecimientos edi cativos Colegio de Ciencias Morales, Universidad de Buenos Aires con escuela normal anexa—, academias —de Medicina, de Jurispradencia, de Miisica— y otras institucio- nes culturales ~Sociedad de Beneficencia, Biblioteca Pi:bli- ca- demuestra el valor adjudicado a la educacién como ele- mento de transformacin social y sostén del proyecto polt- tico. No estin ausentes tampoco otras preocupaciones sociales como la difusién de ta vacuna antivariblica en el pais. Apoyos y resistencias : Pero debemos considerar que, si bien todo plan dle go- bierno responde a una determinada situacion econémico- social, también implica un manejo y control del poder y una manipulacién de los instrumentos de gobierno. Los estancieros, los saladeristas, los comerciantes exportadores » minoristas, los financistas, aplaudieron la politica rivada- viana durante el gobierno de Martin Rodriguez, porque las reformas se comrespondian con sus intereses. Los estancieros bonaerenses eran cada afio mas podero- $08; ampliaban sus latifundios con tierras arrebatadas al indio por el estado y con la adjudicacién de otras a través de enfiteusis. Los banqueros, prestamistas y comerciantes 13 mngleses y sus suctws nativos progresacan y especuuavus, avalados por el imperio britinico. Los dos grupos —muy interrelacionados por intereses y por vinculos familiares Se mostraron como aliados del grupo rivadaviano hasta que, en el momento de Ia presidencia, la situacin no resulto favorable para el mantenimiento de esta alianza. Cuando Rivadavia asumié ta presideicia —creada y legalizada a través de la Ley Fundamental y la ley de Pre- sidencia— Ia situacién general del pais no era la misma que durante su ministerio: tos ingresos de la Aduana estaban limitados a causa del estricto bloqueo brasilefto, el presu- puesto estatal estaba destinado en su casi totalidad a los gas- tos militares ocasionados por el problema de la ‘Banda Oriental y no existian recursos para cumplir con los pagos emergentes del empréstito Baring. A pesar de esta situacion, Rivadavig se mostrd remiso. para contratar un nuevo em- préstito financiero en Londres, por lo que se planted un enfrentamiento entre el gobierno y los intereses de los sec- tores dominantes portefios, temerosos de que el gobierno se vier forzado a exigir contribuciones de guerra extraordina- vias y nuevos impuestos, paraafrontar la guerra con el Brasil. Una de las primeras medidas que tomd Rivadavia fue la ley de consolidacién de las deudas anteriores al 1° de febre- ro de 1820, afectando asi la tierra y demas bienes inmue- bles de propiedad piiblica Tanto en esta ley, como en el proyecto para nacionalizar las aduanas provinciales, se en- contré con una oposicién federal muy importante. Las riue- vas medidas organizativas —como la ereacién del Departa- mento de Topografia y Estadtstica, nacionalizacién del comreo, pastas y caminos y la nueva linea de fortines uni- das a proyectos irrealizables ~como el canal de los Andes 0 la canalizacién del Bermejo- pretendieron concretar, a escala nacional, lo que habia sido la politica provincial de su anterior gobierno. Tal vez una de las cuestiones mas conflictivas que debio afrontar Rivadavia fue la minera. A partir del decreto para el fomento de Ja mineria de 1823 se designd a Hullett Her- ‘manos y Cia, para formar una compafita de minas, hecho del que participd @ titulo personal Rivadavia, mientras se encontraba en Londres, en 1825, como Ministro plenipoten- 14 ciario, La nueva empresa Rio Plata dining Association re- cibid, por contrato, el derecho de explotacion en el territo- rio del Rio de la Plata, por lo que tuvo gran aceptacién entre los inversionistas britinicos. No obstante, las provin- cias afectadas, excepto San Juan, no aprobaron, Ia medida, Ja.que el gobierno de Buenos Aires no tenia jurisdiccién Sobre el territorio donde estaban asentados las minas. Esta politica encontré especial oposiciin en Facundo Quiroga quien, para la explotacién del Famatina, conformé una nue- ¥a sociedad ~Casa de Moneda y Mineral de Famatiria~ con- Juntamente con banqueros portenos y el aval de la Baring Brothers. Este problema, sin posibilidades de resolucién in- mediata, esté presente y actiia negativamente durante la corta gestion presidencial de Rivadavia. El fin El fin de'la experiencia se debid a la confluencia de un conjunto de situaciones y problemas, intimamente relacio- nados, que desembocaron en la renuncia de Rivadavia. El crack de la bolsa londinense de diciembre 1826-enero 1827, motivado en gran parte por la quiebra de la Mining, y Ua politica beligerante de Rivadavia con Brasil le enajenaron 4a simpatia de Inglaterra. Los problemas derivados de la cuestion minera, conjuntamente con el dictado de la Cor titucién Unitaria de 1826 y el Tratado de Paz que Garcia firmé Con Brasit entregando la Banda Oriental al Imperio, le acarrearon la cerrada oposicin de las provineias del Inte- rior. Esta situacion, ligada a la pérdida det apoyo de los a citados sectores dominantes y los conflictos internos del ‘mismo grapo rivadaviano ~entre otros la oposicién Rivada- via Garcia, ya presente en las candidaturas presidenciales: dejaron sin base de sustentacién social ni politica a Rivada- via, quien debid renunciar. Todos los rasgos qpuntados en este prélogo tienden a poner en claro que las oposiciones unitarios-federales, 0 liberales-conservadores, 0 Buenos Aires-Interior, no son suficientes para explicar la complejidad que encierra la ac- tuacién del grapo rivadaviano. Su plan apunta a la cons- truceion de un estado moderno y a un desarrollo capitalis- 15 1a, pero sus aspiraciones no se correspondieron ni con sus posibilidades ni con la realidad. Nidia Areces y Edgardo Osanna Bibliografia Sergio, EI plan econdmico del grupo rivadaviano, Badin Nacional del Lior, Sane Fe, 1986 Burgin, Miron, Aspectos econdmicos del federalismo argen- tino, Buenos Aires, Hachette, 1957 Coni, Emilio, La verdad sobre la enfiteusis de Rivadavia, Imprenta de la Universidad, Buenos Aires, 1927 De Vedia y Mitre, Mariano, La presidencia de Rivadavia, Buenos Aires, mayo, 1910, El Banco de la Nacién Argentina en su Cincwentenario, Bue~ nos Aires, Talleres Graticos Kraft, 1941 Fems, Henry, Gran Bretaa y Argentina en el siglo XIX, Buenos Aires, Hachette, 1966. ; Fitte, Emesto, Historia de un empréstito, Buenos Aires, Emecé, 1962. ' Galvan Moreno, C.; Rivadavia, El estadista genial, Buenos ‘Aires, Editorial Claridad, 1940 ; Halperin Donghi, Tulio, Guerra y finansas en los origenes del estado argentino (1791-1850), Buenos Aires, Edito- rial de Belgrano, 1982. i Lamas, Andrés, Rivadavia. Su obra politica y cultural, Bue- nos Aires, La Cultura Argentina, 1915, : La Revista de Buenos Aires. Historia Americana, Literatura 1y Derecho, Afi IV. Buenos Aires, julio de 1866, NO 39. Oddone, Facinto, La burguesia terrateniente argentina, Bue- nos Aires, Libera, 1967. Ortega Pefa, Rodolfo y Duhalde, Eduardo L., Facuindo Ja montonera. Buenos Aires, Plus Ultra, 1968, Piccinttli, Ricardo, Rivadavia y su tiempo, Buenos Aires, “Ediciones Peuser, 1943, E Romero, Luis Alberto, La feliz experiencia. 1820-24, Bue~ nos Aires, Memorial de la Pata, Ediciones La Bastilla, 1976, Sane eM ‘ Sealabrini Ortiz, Rail, Politica brisdnica en el Rio de la Pla- ta, Buenos Aires, Plus Ultra, Sa, edici6n, 1971 16 ‘Kelurencias biograiicas y fuentes citadas Andrews, Capitin José Marino y viajero inglés, conocia el territorio sudamericano antes de emprender su viaje en 1825-26, relacionado. con Jas especulaciones mineras de 1a época, Liegé a Buenos Altes el 26 de marzo de 1825 y se interes6 en la explora. cion de 10s minorales de Famatina, Paso a Cordoba, Tucu min y Salta, cuyas costumbres observé, siguid mas tarde 4 Potosi, Tacna y Arica, Viaje de Buenos Aires a Potosi y Arica en los ailos 1825 y 1826. Traduccion de Cazlos Aldao, Buenos Aires, La Cultura Argentina, 1920. . Beaumont, J.A.B. Inglés, fue uno de los pioneros de la inmigracién y coloniza- cion de tierras en el Rio de la Plata, aunque su empresa fra. cas. Entremezcla sus dotes de observador sagaz con su condicién de pleitista convencido de la justicia de su causa, ‘Sus informes son importantes para el conocimiento de los factores econdmicos y sociales que actuaron en la década de 1820, Viajes por Buenos Aires, Entre Rios y la Banda Oriental (1826-1827), traduccion y notas de José Luis Busaniche, Buenos Aires, Hachette, 1957, Forbes, John Murray Agente consular norteamericano, estuvo a cargo de la mision en Buenos Aires, desde 1820 a 1831. Su correspon- dencia con el Departamento de Estado, encabezado sucesi- vamente por John Quincy Adams y Henry Cais, refleja la opinign de los norteamericanos, por entonces la nica y ‘ébil competencia frente al predomino comercial britanico, Once aios en Buenos Aires, recopilacién, traduc- cion y notas de Felipe A.’Espil, Buenos Aires, Emece, 1956, Head, Francis Ingeniero inglés, Hegado para trabajar on las operaciones mi- neras de Hullett Brothers. Tuvo enfrentamientos con Riva: Gavia al dictaminar sobre 1a pobreza de los filones. Sus opi- niones, experiencias y conocimientos son expuestos en sus obras, editadas en Londres en 1826 y 1827, Las Pampas y los Andes; notas de vigje, traduccion 17 y prologo de Carlos A. Aldao, Buenos Aires, La Cultura Argentina, 1920. Parish, Woodbine Diplomatic inglés, acreditado como consul general y encar- gado de negocios de Gran Bretaha en Buenos Aires desde 1824 a 1832. Realiz6 varios estudios sobre nuestro pais, su historia, economia, costumbres, flora y fauna. Se dedicé especialmente, por orden de Canning, a relevar mapas. Buenos Aires y las Provincias del Rio de Ia Plata, traduceién y notas de Justo Maeso, Buenos Aires, Hachette, 1958, Castafieda, Fray Francisco de Paula Maximo representante del periodismo combativo de la dé- cada de Jos veinte, lego a publicar hasta ocho periddicos a Ia ver, sin contar sus hojas sueltas, versos y manifiestos ex- traordinatios. Encarnizado enemigo de Rivadavia, a quien atacé y satirizd. Entre otros, publicé EI Despertador Teofi- lantrépico Misticopolitico, Desengaftador Gaucbipolitico y Paralipomenon al Suplemento del Teofilantrépico. Periédicos El Argos Editado del 12-5-21 al 3-12-25. Actuaron como directores, en distintos momentos, Santiago Wilde, Ignacio Niiiez, Manuel Moreno, Esteban de Luca y el Dein Funes. Name- 08 publicados: $23, 17 extraordinarios y 6 suplementos. Difundia informacién de orden goneral, objetivamente, sin tomar partido. El Centinela. éQuién vive? La Patria. Editado del 28-7-22 al 7-12-23. Actuaron como directores Florencio Varela, Juan Cruz Varela e Ignacio Nafiez. Nime- ros publicados: 72. Adicto a Rivadavia, se destaca en la campaiia anticlerical. El Eco de los Andes Editado del 23-9-24 al 25-12-25. Publicado por el doctor José Luis Calle, fundado por Juan Gualberto Godoy, con redaccion de Francisco Borja Correas y José M, Salinas. Na- meros publicados: 49. De caricter liberal y anticlerical. 18 Editado del 18-11-25 al 9-17-27. Directores: Florencio Vare- la, Valentin Alsina, Francisco Pico, Juan Cruz Varela y Agustin Delgado. Nimeros publicados: 235 y un suplemen- to. Adicto al gobierno de Bernardino Rivadavia, El Nacional Editado del 23-12-24 al 6-4-26. Directores: Valentin Alsina e Ignacio Nitiez. Nitmeros publicados: 54 y dos suplemen- tos. Defensor de la politica oficial. Publicaciones Oficiales Registro Nacional, Registro Oficial. 19

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