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Revolución de Guatemala de 1944

La Revolución de Guatemala de 1944, conocida también como Revolución de Octubre o como


el 20 de octubre, fue un movimiento cívico-militar ocurrido en Guatemala el 20 de octubre de
1944, efectuado por militares, estudiantes y trabajadores, que derrocó al Gobierno de facto del
general Federico Ponce Vaides, dio lugar a las primeras elecciones libres en ese país, e inauguró
un período de diez años de modernización del Estado en beneficio de las mayorías de clase
trabajadora. La historiografía posterior ha denominado a dicho período como los «Diez años de
primavera» o la «Edad de oro» de Guatemala, y actualmente el 20 de octubre es una fiesta nacional
en ese país centroamericano, conmemorada como el Día de la Revolución de 1944.

Tras la serie de descontentos de la población guatemalteca con el gobierno de Jorge Ubico, este se
vio obligado a renunciar el 1 de julio de 1944, dejando en su lugar a un triunvirato militar
conformado por los generales Eduardo Villagrán Ariza, Buenaventura Pineda y Federico Ponce
Vaides. El triunvirato debía convocar a elecciones, lo cual aprovecharon los activistas civiles que
se habían movilizado para derrocar el Gobierno de Ubico para exigir a la Asamblea que se
designara como presidente interino al Dr. Carlos Federico Mora, reconocido profesional
universitario. Al momento de que los diputados estaban discutiendo el tema, irrumpieron en el
recinto legislativo un contingente de soldados al mando del coronel Alfredo Castañeda y una
compañía de cadetes de la Escuela Politécnica al mando del capitán Jacobo Árbenz Guzmán y
ordenaron a todos los presentes nombrar a Federico Ponce como presidente y luego desalojar el
hemiciclo parlamentario, los diputados por la presión de los militares, nombraron en sesión cerrada
a Ponce como presidente, el 4 de julio de 1944. A los pocos días de haber llegado al poder, Ponce
obligó a los indígenas que vivían en la capital del país a desfilar con garrotes para intimidar a la
población civil. Árbenz Guzmán, al darse cuenta de las intenciones de Ponce, pidió su baja
inmediata como militar y se dedicó junto a su amigo Jorge Toriello Garrido a conspirar contra el
Gobierno de Ponce.

Este acontecimiento causó nuevamente consternación en el pueblo guatemalteco. Árbenz junto a


su amigo Jorge Toriello contactaron al mayor Francisco Javier Arana, quién puso a su disposición
unos tanques de combate. Entre la medianoche del 19 y el mediodía del 20 de octubre,
universitarios, empresarios, militares y trabajadores derrocaron al Gobierno de Ponce Vaides. Los
cabecillas de la revolución le pidieron su renuncia por teléfono y, en ese mismo instante, se formó
la junta militar de gobierno, integrada por Jacobo Árbenz, y Francisco Javier Arana.
Antecedentes
Gobierno de Manuel Estrada Cabrera
Mapa de rutas de la «Flota Blanca» de la United Fruit Company, la cual tenía el monopolio de transporte
de carga y personas de Puerto Barrios, tras las generosas concesiones otorgadas por Estrada Cabrera.

El licenciado Manuel Estrada Cabrera. Primer presidente civil de Guatemala, gobernó entre 1898 y 1920.6

Durante el gobierno del primer presidente civil de Guatemala, licenciado Manuel Estrada Cabrera
(1898-1920), se mantuvo el sistema del Reglamento de Jornaleros de Justo Rufino Barrios,7 y
además la United Fruit Company (UFCO) se convirtió en la principal fuerza económica de
Guatemala, gracias a grandes concesiones otorgadas por el Gobierno, ya que Estrada Cabrera tenía
acciones en la compañía; a Estrada Cabrera, además, le interesaba obtener el apoyo norteamericano
para evitar un posible ataque de la flota británica;—lo cual era muy posible debido a las deudas
que dejara su antecesor, el general Reina Barrios tras el fracaso de la Exposición
Centroamericana— y en cuanto a la política exterior de los Estados Unidos para Centroamérica,
esta consistía en mantener gobiernos afines y lo más pacíficos posible para facilitar la construcción
del canal interoceánico que primero estuvo planificado para Nicaragua, luego en Colombia y por
último en Panamá, tras la Separación de Panamá de Colombia

Siguiendo el estilo de los gobiernos autoritarios: no toleró oposición a su gobierno, persiguió a sus
enemigos políticos y restringió la libertad de prensa, pero, a pesar de esto, es considerado como
un administrador eficiente, ya que logró mantener la economía del país pese a que esta se vio
afectada por:

 la deuda con los bancos británicos heredada del gobierno de José María Reyna Barrios;
 la construcción del Canal de Panamá (que hizo inútil la construcción del ferrocarril interoceánico
en Guatemala y originó tensión con los presidentes José Santos Zelaya de Nicaragua y Porfirio
Díaz de México);
 la variación en el precio del café, principal producto de exportación de Guatemala durante los
regímenes liberales.
 las imposiciones políticas, económicas y militares de los Estados Unidos, Inglaterra y Alemania
durante la Primera Guerra Mundial, y finalmente
 los terremotos de 1917-18, que destruyeron más de la mitad de la Ciudad de Guatemala.
La UFCO controló más del 40 % de la tierra del país, las instalaciones del único puerto en el
Atlántico (Puerto Barrios) y el transporte en ferrocarril con apoyo incondicional del Gobierno
guatemalteco. Esta situación se mantendría hasta 1944.

Guatemala: República Bananera

El término despectivo «República bananera» (del inglés «Banana Republic») frecuentemente se


utiliza para describir a pequeños países que son pobres y subdesarrollados y que tienen un gobierno
inestable, con corrupción galopante y una relación sumisa con los Estados Unidos. El término lo
acuñó el escritor norteamericano O. Henry, quien lo utilizó para describir al imaginario país
«Anchuria» en su novela Cabbages and Kings. Henry se inspiró en lo que vio durante un viaje a
Honduras, que había sido invadida en 1910 por la corporación frutera Cuyamel Fruit, y que estuvo
a punto de irse a la guerra por rivalidades corporativas con su vecina, la Guatemala del licenciado
Manuel Estrada Cabrera, la cual a su vez estaba controlada por la United Fruit Company.

Otros escritores siguieron utilizando el término para describir a los corruptos países de América
Centraly el poder casi absoluto que en los mismos tenían las fruteras estadounidenses.

Renuncia de Jorge Ubico

La profesora María Chinchilla Recinos en 1940. Su muerte durante la manifestación del 25 de junio de
1944 precipitó la renuncia del presidente Jorge Ubico.

En mayo de 1944 se organizó el «Partido Social Democrático» (PSD), que aglutinó a profesionales
universitarios y militares, y que se autodefinía como «socialista democrático: socialistas depurados
y demócratas efectivos». Entre sus miembros estaban:

 El coronel Guillermo Flores Avendaño, quien ocupó varios cargos públicos en los Gobiernos de
José María Orellana, Lázaro Chacón y Jorge Ubico.
 El licenciado Carlos Zachrisson: exministro de Finanzas de José María Orellana.
 El Dr. Julio Bianchi: reconocido médico, exmiembro fundador del «Partido Unionista» que derrocó
a Manuel Estrada Cabrera en 1920, y exembajador de Guatemala ante los Estados Unidos.
 Jorge Toriello Garrido, comerciante.

Los miembros del PSD tuvieron una participación activa en los movimientos sociales que se
desarrollaron en junio de ese año.
El 1.º de junio de 1944, el Gobierno de Ubico Castañeda incrementó el salario de los empleados
públicos en un 15 %, pero solo para los que ganaban menos de quince quetzales mensuales. Esto
dejaba fuera a los maestros, quienes comenzaron una serie de protestas pacíficas para ser incluidos
en este aumento. Por su parte, los estudiantes universitarios iniciaron marchas pacíficas para exigir
la destitución de sus decanos, ya que durante el gobierno del general Ubico la Universidad
Nacional era dependencia del Ministerio de Instrucción Pública y las autoridades eran nombradas
directamente por el presidente de la República; Ubico Castañeda accedió a cambiar a los decanos,
pero los sustitutos que nombró no fueron del agrado de los estudiantes, quienes redoblaron sus
protestas.

La carta de los 311

Esta fue un documento firmado por trescientos once individuos, principalmente jóvenes
universitarios, que se envió al presidente Ubico Castañeda tras la supresión de las garantías
constitucionales que este ordenó después de las protestas de los estudiantes universitarios. En él
se destaca, la petición de renuncia del presidente Ubico.

Este memorial se redactó en casa del doctor el Dr. Julio Bianchi y lo firmaron trescientas once
personas, entre quienes estaban:

 José Azmitia
 César Brañas
 Eduardo Cáceres Lehnhoff
 Manuel Galich
 Flavio Herrera
 Julio César Méndez Montenegro
 Dr. Carlos Federico Mora
 Lic. David Vela

Ubico no respondió favorablemente a este memorando, como se desprende de la segunda misiva


que se le dirigiera pocos días después, y en la que se le exige su renuncia nuevamente. Esta vez
rubricaron la petición Ernesto Viteri B., José Rölz Bennett, Francisco Villagrán, Eugenio Silva
Peña, Federico Carbonell y Federico Rölz Bennett.
Manifiesto de renuncia

Ante las anteriores misivas, y el descontento popular generalizado, Ubico Castañeda decidió
renunciar el 1.º de julio de 1944

Manifiesto del general Jorge Ubico al Pueblo de Guatemala

El día de hoy presenté a la Honorable Asamblea Legislativa la renuncia del cargo de Presidente
de la República. La presenté con carácter de irrevocable.

Volveré así a la vida privada, después de consagrar al servicio del país mis energías y experiencia
en la vasta labor de dirección de un gobierno de orden y progreso.

Me retiro del poder dejando tras de mí una obra realizada; que si no llena ni hubiera llegado nunca
a colmar mis aspiraciones de guatemalteco, es prueba no refutable del amor que como ciudadano
profeso a mi patria y del cuidado que le dediqué como gobernante.

Jamás mis antecesores tuvieron que hacer frente, como yo, a una época tan preñada de dificultades
y peligros; y me satisface poder asegurar que los que juzguen mi actuación, hoy y mañana con
espíritu ecuánime y sereno, ajustarán su veredicto a la medida de mis pretensiones.

Un movimiento que empezaba a tomar caracteres de violencia, iniciado y proseguido hasta ahora
por una minoría de los habitantes de la capital, me llevó a la decisión de resignar el mando pues
a pesar del pequeño número de quienes se rebelaron como descontentos del régimen gubernativo,
es manifiesto, en las peticiones que ellos me dirigieron, su deseo principal y unánime de que
renunciara al ejercicio de la presidencia. Así lo hice, en seguida, sin dudas ni vacilaciones, porque
en ningún momento del lapso de mi mandato abrigué el propósito de afirmarme en el poder contra
la voluntad de mis condicionales.

Al cesar en las fatigas y sinsabores del elevado cargo que acepté en cumplimiento de un deber de
ciudadano, hago expresa mi gratitud para el pueblo leal que estuvo a mi lado en circunstancias
prósperas y adversas, lo mismo que para los funcionarios y empleados que me prestaron meritoria
ayuda; y formulo votos muy sinceros por la ventura de mi patria y la armonía entre mis
ciudadanos.

Guatemala, 1o. de Julio de 1944

Jorge Ubico

La Revolución
Papel de la Escuela Normal para Varones

A finales del gobierno del general Ubico la Escuela Normal estaba militarizada y para su
funcionamiento se integraba de una unidad administrativa a cargo de militares de profesión y
encargada de impartir órdenes y disciplina castrense, y una unidad académica integrada por un
claustro de catedráticos civiles encargados de la enseñanza. La escuela se caracterizaba entonces
por tener un internado obligatorio, régimen y disciplina militar, estudiantes becados en condiciones
económicas bastante reducidas, predominio de alumnos de la provincia, y un claustro altamente
cualificado presidido por Luis Martínez Mont. Los estudiantes de esa época sufrieron arrestos
indefinidos, palabras grotescas, golpes y prácticas militares agotadoras de tres y cuatro horas
diarias, en menoscabo de las horas de estudio.

Tras la caída del general Ubico, los estudiantes de la Escuela Normal solicitaron mediante un
telegrama al presidente Ponce Vaides la desmilitarización del plantel el 15 de julio de 1944, pero
no fueron atendidos. Alentados por las circunstancias, insistieron y el nuevo Gobierno les otorgó
la desmilitarización del establecimiento educativo. Los normalistas fueron reunidos en los
corredores de la Escuela Normal para escuchar la orden militar del día, que trató sobre la
desmilitarización de la Escuela Normal. Los estudiantes fueron desarmados y rompieron filas. El
1.º de agosto el personal administrativo de la Escuela Normal pasó al control del nuevo director,
el profesor Jorge Luis Arriola.

Durante esta corta administración, la administración de la Escuela Normal mejoró la alimentación


de los internos, cambió a los inspectores, desarrolló el arte literario y fomentó las relaciones
interescolares que no existían hasta entonces. Las primeras visitas fueron de las alumnas del
Instituto Normal Central para Señoritas Belén y luego se establecieron los jueves deportivos donde
se invitaban a institutos de secundaria de la Ciudad de Guatemala para practicar encuentros
deportivos, tanto de mujeres como de hombres. Estos cambios hicieron que el presidente Ponce
Vaides viera con recelo a la Escuela Normal, por lo que destituyó a Jorge Luis Arriola el 25 de
septiembre de 1944 y nombró como director en su lugar a Carlos Alberto Quintana quien era
miembro activo del Partido Liberal y a quien la institución declaró non grato. Como protesta,
renunciaron los profesores de la administración y los estudiantes emprendieron varias acciones:

 elaboraron un manifiesto pidiendo la reinstalación del Dr. Arriola como director


 hicieron aclaraciones a la prensa para salvar al Dr. Arriola
 emprendieron jornadas de protesta para la liberación de su director
 convocaron a una huelga general en que los internos abandonaron el edificio de la Escuela.

La huelga convocada por los estudiantes normalistas fue uno de los precursor de la Revolución del
20 de Octubre.

Los gobiernos de la Revolución

La Revolución de Octubre ha sido interpretada como el período en que emerge la pequeña


burguesía guatemalteca y del proceso de hegemonización de la burguesía en el manejo del poder
político. El nuevo papel del Estado requería de un número creciente de servidores públicos; su
apertura democrática estimuló la organización popular y el mayor protagonismo de las capas
urbanas logró que sus áreas de vida ubicadas en las periferia de la Ciudad de Guatemala fueran
atendidas por el Estado ya que son partes de la base social que sustenta los regímenes
revolucionarios.

Cuando ocurrió la Revolución de 1944, la ciudad tenía un escaso desarrollo urbano, que se
reflejaba en una deficiente y diferenciada cobertura de servicios esenciales así como pocas
posibilidades de trabajo para la población, por la casi inexistente industrialización; excepto por
una fábrica de cerveza, otra de cemento y algunas textiles y jaboneras, las principales actividades
económicas eran agrícolas y artesanales. Guatemala dependía en todo de la importación de
artículos tanto suntuarios como necesarios.

Con los gobiernos revolucionarios aparece un nuevo concepto de la administración municipal,


basado en la autonomía y en la elección de las corporaciones por la población de los municipios,
aunque, desde el principio, esta situación tuvo repercusiones en el desarrollo urbano de la ciudad,
ya que existieron fricciones políticas entre el Gobierno y las corporaciones ediles, principalmente
con la de Juan Luis Lizarralde, quien fue electo en 1951 tras ser postulado por los partidos
anticomunistas de Guatemala

Gobierno de Arévalo

El gobierno del primer presidente electo democráticamente en la historia de Guatemala, Juan José
Arévalo, se distinguió por sus numerosas realizaciones educativas y de beneficio para la mayoría
de las capas medias urbanas y de los intelectuales más consecuentes. Sin embargo, la oligarquía y
los sectores influyentes, apoyados por el sector conservador del Ejército, comenzaron a conspirar
contra el nuevo Gobierno. El presidente Arévalo Bermejo principió su gobierno en 1945, y desde
el principio utilizó un lenguaje a veces disociador, que empezó a polarizar a la sociedad
guatemalteca, causando entre los terratenientes la sensación de que solamente era el gobernante
de una parte de los guatemaltecos. En el libro «Despacho Presidencial» de Arévalo, se observa que
el gobierno empezó con sanciones a la oposición, intervencionismo económico del Estado y un
decidido apoyo a un movimiento sindicalista recién surgido. Así entonces, las fuerzas de oposición
al gobierno arevalista poco a poco fueron marginadas y empezaron a temer la implantación del
socialismo en el país. Por otra parte, es importante destacar que el presidente Arévalo tomó
posesión con poder limitado, restringido por los militares, que estaban acaudillados por el teniente
coronel Arana.

El frente de lucha del gobierno arevalista fue preponderantemente urbano y, a diferencia de su


sucesor, no enfrentó los problemas de la tenencia de la tierra y el trabajo agrícola, a pesar de que
la mayoría de la población era rural e indígena, salvo en lo relacionado con los trabajadores de la
agricultura tecnificada norteamericana aposentada en las vastas y fértiles regiones de Bananera y
Tiquisate. Por otra parte, el régimen revolucionario, impulsado y dirigido por miembros de las
capas medias directa e indirectamente, fortaleció las posiciones de aquellas y las acrecentó Por su
parte, el sector terrateniente se organizó a través de las asociaciones de agricultores, comerciantes,
industriales, banqueros, aseguradores y especuladores financieros, etc.

Los precios del café, principal producto agrícola que exportaban los guatemaltecos, ya que el
banano era negocio exclusivo de los norteamericanos, alcanzaron los precios que habían perdido
en 1930, y, aunque la beneficiada en primer término fue la élite cafetalera, hubo una derrama
suficiente para abrir nuevos negocios o ampliar los ya existentes en los rangos sociales intermedios
de la capital y de algunas cabeceras departamentales. Asimismo, durante el gobierno de Arévalo
hubo considerable expansión de las clases medias urbanas y ladinas del país, a las que hasta el
sindicalismo recién organizado favoreció, puesto que muchos de los nuevos dirigentes y diputados
obreros salieron de sus distintas capas.

Arana y Árbenz fueron ascendidos al grado de coronel y teniente coronel, respectivamente.


El 16 de diciembre de 1945, Dr. Arévalo, en compañía de un periodista estadounidense y dos
bailarinas rusas que estaban de visita en Guatemala, tuvo un terrible accidente automovilístico en
la carretera a Panajachel: cayó al barranco y quedó gravemente herido, mientras que todos sus
acompañantes murieron. Creyendo que la recuperación del presidente iba a ser prolongada, los
dirigentes del Partido Acción Revolucionaria (PAR) suscribieron un pacto con el ya teniente
coronel Arana, en el que este se comprometía a no intentar ningún golpe de Estado contra el
presidente convaleciente, a cambio de que los partidos revolucionarios apoyarían a Arana como
su candidato oficial en las siguientes elecciones. Este fue el famoso «Pacto del Barranco». Sin
embargo, la recuperación del presidente fue casi milagrosa y pronto pudo hacerse cargo del
gobierno nuevamente, aunque no estuvo de acuerdo en aceptar el Pacto del Barranco. Arana había
aceptado este pacto porque quería ser conocido como un «héroe demócrata» de la sublevación
contra Ponce y creyó que el Pacto del Barranco garantizaría su posición cuando llegara el momento
de las elecciones a presidente.

Arana era una persona muy influyente en el Gobierno de Juan José Arévalo, y había logrado ser
nominado como el siguiente candidato a la presidencia, por delante del capitán Arbenz, a quien se
le dijo que por su corta edad (apenas 36 años en ese tiempo) no tendría problema en esperar su
torno para las elecciones siguientes. Pero la élite social no estaba conforme con el gobierno
arevalista, pues por primera vez en la historia del país la clase media urbana tenía poder y lo había
utilizado para que el Gobierno adoptara medidas en favor de los obreros de la ciudad. La élite
consideraba nocivas las reformas sociales y consideraba que era más fácil hacer negocios y dinero
—y que era más seguro para ellos— vivir en un régimen dictatorial como el de Ubico.

Los terratenientes tradicionales empezaron a cortejar al teniente coronel Arana, para que liderara
un golpe de Estado contra Arévalo y se opusiera a las nuevas reformas que este había emprendido.
Pero Arana estaba indeciso porque eso significaba perder el apoyo de los recién formados
sindicatos urbanos, quienes eran sus votos seguros en las elecciones de 1950, en donde estaba
garantizada su candidatura presidencial por el partido oficial. La división entre Arana y el gobierno
arevalista empezó a notarse más en 1948, cuando se eligió a la mitad del congreso y Arana apoyó
a sus propios candidatos, de los cuales ninguno resultó electo por la ineptitud de su jefe de
campaña, el oficial Ricardo Barrios Peña —quien era nieto de Justo Rufino Barrios—.A partir de
ese momento, las relaciones entre Arana tanto con el presidente Arévalo como con el Congreso se
fueron distanciando, y se empezó a rumorar un posible intento golpista del militar y un posible
descontento del presidente con el movimiento «Arana para Presidente» que ya se había iniciado.

Existen varios relatos de intentos golpistas maquinados por Arana que se frustraron por diversas
circunstancias: en una ocasión, durante una celebración en octubre de 1948 en la Quinta Samayoa
—entonces una propiedad rural en las afueras de la Ciudad de Guatemala— Ricardo Barrios Peña
y sus amigos habrían convencido a Arana para llevar a cabo un golpe de Estado, pero el joven
oficial Carlos Paz Tejada lo habría evitado diciéndole enérgicamente a Arana que se convirtiera
en «otro Ubico».En otra oportunidad, a mediados de 1949, Arana habría girado instrucciones a sus
hombres en la Guardia de Honor para que lo esperaran en la noche para dar un golpe contra el
Gobierno; pero Arana ya no llegó porque pasó la noche bebiendo con Arévalo en la Casa
Presidencial. A pesar de que Árbenz tenía muchos seguidores en las fuerzas armadas, Arana sabía
que había varios grupos independientes y numerosos oficiales indiferentes a la situación; además,
tenía a sus más cercanos colaboradores en posiciones clave en el ejército, aprovechando su puesto
de jefe de las Fuerzas Armadas; pero a Arana lo detuvo su indecisión entre dar un golpe y alcanzar
la presidencia por medios legales.
Tras el fracaso en las elecciones legislativas Arana fue rechazado por el PAR y el Frente Popular
Libertador (FLP) —partido de los estudiantes universitarios—, en el que únicamente la facción de
Mario Méndez Montenegro lo apoyaba; de hecho, en abril de 1949 se produjo un cisma en el FLP,
formándose el Frente Popular Libertador Ortodoxo que apoyaba a Arana y que comenzó la
campaña presidencial de este en el interior de la república. Al mismo tiempo, se empezaba a
perfilar la candidatura del teniente coronel Árbenz porque parecía favorable a los obreros y
respetuoso de la Constitución y porque en el interior de la república únicamente un militar podría
derrotar a Arana.

Muerte de Francisco Javier Arana

«En las últimas horas de la


mañana del 18 de julio de
1949, varios hombres
armados salieron a toda
velocidad de la Ciudad de
Guatemala en dos vehículos.
Cerca de un pequeño puente
—el Puente de la Gloria—
esperaron por Francisco
Arana, jefe de las Fuerzas
Armadas de Guatemala. No
tuvieron que esperar mucho.
Cuando Arana y sus tres
acompañantes se acercaron
al puente, había del otro lado
un Dodge gris, y viendo que
les impedía el paso, el coronel
Arana detuvo su vehículo. Se
produjo entonces una corta
balacera. Arana resultó
muerto. No hubo
investigación sobre su
muerte. Sus asesinos nunca
fueron capturados.»

—Piero Gleijeses

La muerte del teniente coronel Francisco Javier Arana es de crítica importancia en la historia del
país, pues fue un evento crucial en la historia de la revolución guatemalteca: su muerte no solo
abrió las puertas a la elección del coronel Jacobo Arbenz como presidente de la república en 1950
sino que también causó una aguda crisis en el Gobierno del doctor Arévalo Bermejo, quien se vio
enfrentado contra un ejército que había sido fiel al mayor Arana, y a grupos civiles de derecha que
aprovecharon la ocasión para protestar fuertemente contra su gobierno.
De acuerdo a la Constitución guatemalteca vigente en 1949, para que un oficial del ejército pudiera
participar en las elecciones presidenciales debía renunciar a las fuerzas armadas en mayo de 1950,
es decir seis meses antes de los comicios. Arana se vio entonces en la encrucijada entre el camino
legal y el golpe de Estado, pues perdería su poder sobre el ejército al proclamar su candidatura
presidencial, que se veía cada vez más débil. El sucesor de Arana como jefe de las Fuerzas
Armadas era elegido por el Congreso de Guatemala entre tres candidatos postulados por el Consejo
Superior de la Defensa (CSD), ente formado por veintitrés oficiales, que incluía a Arana y a Árbenz
como miembros por ser los mayores jerarcas militares del país, pero que también incluía miembros
que eran electos cada tres años. Arana sabía que su sucesor iba a ser un oficial no-aranista y decidió
influir en las elecciones del CSD de 1949; las reuniones dentro del CSD fueron tensas y no se llegó
a ningún acuerdo, más que posponer las elecciones de nuevos miembros para julio de 1949. El
viernes 15 de julio finalmente los aranistas aparentaron doblegarse y aceptaron que el voto fuera
libre en las zonas militares y que los comandantes locales no supervisaran las votaciones.

Pero ese mismo día, Arana destituyó al coronel Francisco Cosenza, jefe de la Fuerza Aérea de
Guatemala, y único arbencista entre los jefes militares; lo sustituyó por Arturo Altolaguirre Ubico
sin pedir permiso al ministerio de la Defensa. Árbenz supo en ese momento que un golpe de Estado
estaba en marcha y Arana, que estaba cansado de esperar, fue al despacho de Arévalo a enfrentar
el 16 de julio; allí —según relatos posteriores pues no hubo testigos presenciales— le dio un
ultimátum: Arévalo tenía que destituir a todo su gabinete y sustituirlo por colaboradores del militar
o sería derrocado. Arévalo le dijo que le diera unos días para realizar los cambios ordenamente, a
lo que Arana accedió, dando como plazo hasta las diez de la noche del 18 de julio —fecha en que
iban a dar comienzo las elecciones para el CSD—. Ricardo Barrios Peña le recriminó a Arana este
acuerdo, pues consideraba que Arana debió haber tomado el poder inmediatamente; pero Arana
estaba seguro de su victoria y que iba a quedar como un presidente constitucional tras ganar las
elecciones, en vez de un líder de facto.

Después de que Arana se retiró, Arévalo mandó a llamar a Árbenz y a otros importantes
colaboradores, quienes al conocer del ultimátum acordaron secuestrar a Arana y enviarlo al exilio;
el 17 de julio, mientras Arana estaba en la Quinta Samayoa, seguro de su triunfo, el comité
permanente del Congreso de Guatemala se reunió secretamente para destituirlo como jefe de las
Fuerzas Armadas. El presidente de Cuba Carlos Prío Socarrás, quien era amigo de Arévalo, estuvo
de acuerdo en otorgar exilio al coronel Arana, quien sería transportado a Cuba por el coronel
Cosenza. El Gobierno de Arévalo estaba seguro de que luego del destierro de Arana, se produciría
un alzamiento militar por parte de sus seguidores.

El lunes 18 de julio por la mañana, Arana se presentó en el palacio presidencial y le dijo a Arévalo
que iba a El Morlón, la residencia presidencial a orillas del lago de Amatitlán, para confiscar un
lote de armas que Arévalo había escondido allí luego de que las autoridades mexicanas las
confiscaran a un grupo de exiliados dominicanos a quienes el Gobierno guatemalteco se las había
regalado para derrocar a Rafael Leónidas Trujillo. Las armas habían sido sustraídas de la base
militar del Puerto de San José y ahora iba a confiscarlas en la residencia presidencial. El historiador
Piero Gleijeses considera que la visita de Arana a Arévalo fue «la de un hombre impulsivo cuya
paciencia estaba agotada y que fue al palacio para presumir de su poder y para apurar al humillado
presidente a que cumpliera con su ultimátum rápidamente». Pero en lugar de amedrentar a Arévalo,
lo único que consiguió fue que este supiera en donde iba a encontrarse y pusiera en marcha el plan
para sacarlo al exilio; hábilmente, Arévalo le sugirió que se llevara al coronel Felipe Antonio Girón
—jefe de la guardia presidencial— lo que confirmó a Arana de su aparente triunfo y de que
Arévalo y Árbenz jamás se le enfrentarían.

Arévalo llamó a Árbenz para que se hiciera cargo de la situación, y este envió a varios hombres
armados, quienes salieron desde la capital en dos carros e iban bajo las órdenes del jefe de la
policía, teniente coronel Enrique Blanco y por el diputador del PAR Alfonso Martínez, un oficial
retirado y amigo de Árbenz. Cuando Arana llegó al puente de La Gloria, un Dodge gris estaba
parado allí obstruyéndole el paso. Después de la corta balacera quedaron tres fallecidos: Arana, su
asistente el mayor Absalón Peralta y el teniente coronel Blanco. Los testigos presenciales nunca
confirmaron cual fue el detonante de los disparos y si la intención había sido capturar a Arana
como estaba previsto.

Al conocerse la noticia de su muerte, la Guardia de Honor se alzó en armas y estallaron los


combates en la ciudad, que duraron veinticuatro horas; mientras, el resto del país esperaba el
resultado. Aunque pareció que los aranistas iban a triunfar aquel 18 de julio, no lograron su
objetivo porque carecían de un líder que los dirigiera contra las escasas fuerzas leales al presidente
que estaban dirigidas por Árbenz, quien demostró mucha perspicacia y habilidad militar. El
coronel Carlos Castillo Armas, uno de los principales colaboradores de Arana, estaba en
Mazatenango observando las elecciones para el CSD y no se atrevió a regresarmientras que el
comandante de la Guardia de Honor, coronel Juan Francisco Oliva, fue detenido en el Ministerio
de la Defensa, a donde lo había llamado Árbenz menos de una hora después de la muerte de Arana.

Para el amanecer del 19 de julio, el Gobierno había la iniciativa: el coronel Cosenza había arrestado
a Altolaguirre Ubico en la Fuerza Aérea y numerosos civiles habían tomado las armas de los
depósitos del fuerte de Matamoros y de un pequeño cuartel que Árbenz había tomado durante la
noche. Los leales al Gobierno sitiaron la Guardia de Honor, que también fue atacada por la Fuerza
Aérea, con bombas obsoletas que muchas veces no estallaron; finalmente, el cuartel se rindió y la
lucha se dio por concluida con un saldo de ciento cincuenta muertos y más de doscientos heridos.
La versión oficial era que los miembros reaccionarios de la sociedad guatemalteca habían sido los
culpables de la muerte del coronel Arana, algo que muchos guatemaltecos vieron con incredulidad
desde el principio, pues se sabía que Martínez estaba herido y que este era incondicional de
Árbenz; esto dio pie para que surgieran rumores de un complot para asesinar al coronel Arana, los
cuales han persistido hasta la actualidad.

Gobierno de Jacobo Árbenz

Múltiples conspiraciones y asonadas militares no lograron derribar el Gobierno de Arévalo, debido


al fuerte apoyo popular y sindical con el que contaba, tanto así que no solo logró culminar su
mandato sino que incluso pudo entregar el poder en un contexto pacífico y de elecciones
democráticas a su sucesor, el coronel Jacobo Árbenz Guzmán quien tenía tendencias
revolucionarias más radicales que las de Arévalo; es importante mencionar que los autores
liberales como Carlos Sabino han puesto en duda la transparencia de las elecciones que dieron por
ganador a Árbenz, aduciendo que como candidato oficial, se aprovechó de los recursos del estado
para movilizar votantes en toda la República, mientras que los autores socialistas las recuerdan
como un ejemplo de transparencia.

Cuando inició el gobierno de Árbenz, el 76 % de los habitantes poseían menos del 10 % de las
tierras; mientras que un 2.2 %, el 70 %. La United Fruit Company era dueña de más del 50 % de
las tierras cultivables del país, de las que únicamente cultivaba el 2.6 %; y los campesinos tenían
sueldos miserables. Por otra parte, desde el gobierno de Manuel Estrada Cabrera existían
monopolios norteamericanos de empresas subsidiarias de la UFCO y que se dedicaban al
transporte de carga por ferrocarril y vapores, los que salían de Puerto Barrios, Izabal, puerto
controlado por la frutera. Asimismo, controlaban la generación de la electricidad, los teléfonos y
telégrafos del país. Estas empresas no pagaban ningún tipo de impuesto por el uso de los recursos
nacionales, gracias a las generosas concesiones otorgadas por Estrada Cabrera, y ratificadas por
los Gobiernos de José María Orellana y Jorge Ubico.

Dado que Arbenz era de tinte izquierdista nacionalista, dijo en su discurso de toma de posesión:

Nuestro gobierno se propone iniciar el camino del desarrollo económico de Guatemala, tendiendo
hacia los tres objetivos fundamentales siguientes:

 convertir nuestro país de una nación dependiente y de economía semicolonial en un país


económicamente independiente;
 convertir a Guatemala de país atrasado y de economía predominantemente semifeudal en un
país moderno y capitalista; y
 hacer que esta transformación se lleve a cabo en forma que traiga consigo la mayor elevación
posible del nivel de vida de las grandes masas del pueblo.

Basándose en su plan de gobierno, realizó lo siguiente:

1. Promulgó el Decreto 900, para expropiar los terrenos ociosos de la UFCO.


2. Principió la construcción de la carretera al Atlántico y que fue terminada por los gobiernos de
Carlos Castillo Armas y de Miguel Ydígoras Fuentes debido a la importancia económica de la
misma. Tal y como había previsto el Gobierno de Arbenz, una vez concluida la carretera, el
monopolio ferroviario de la IRCA se derrumbó.
3. Comenzó la construcción del puerto Santo Tomás de Castilla en donde se encontraba el puerto
Matías de Gálvez, para competir con Puerto Barrios, puerto controlado por la UFCO, aunque la
construcción de este puerto no se terminó sino hasta después del Terremoto de Guatemala de
1976.
4. Empezó los estudios para la planta de generación Jurún Marinalá, para competir con la empresa
eléctrica en manos de norteamericanos.

En 1952, ganó las elecciones a alcalde Juan Luis Lizarralde, apoyado por el Partido de Unificación
Anticomunista (PUA), el Comité de Estudiantes Universiarios Anticomunistas (CEUA), la Unión
Patriótica y la Juventud Nacionalista, en una muestra de elecciones verdaderamente democráticas.
Esta administración tuvo enfrentamientos con el Gobierno del coronel Arbenz, pero el Gobierno,
mediante obra pública intervino en la producción de nuevos espacios en la ciudad y, en algunos
casos, en la valorización de la tierra que fue incorporada a la ciudad por medio de los nuevos ejes
viales como la carretera Interamericana que se construyó a partir del Hospital Roosevelt.
La Contrarrevolución

Muralista mexicano Diego Rivera quien pintó el cuatro «Gloriosa victoria». En el centro del cuadro, el
secretario de estado de los EE.UU, John Foster Dulles le da la mano a Castillo Armas. El jefe de la CIA, Allen
Dulles, y el embajador estadounidense en Guatemala, John Peurifoy están regalando dinero a los
comandantes militares, mientras que los indígenas trabajan como esclavos, cargando los barcos de la
United Fruit Company con bananos. A los pies del embajador, hay una bomba antropomorfizada que
contiene la cara sonriente del presidente Dwight Eisenhower. En el fondo está el arzobispo Mariano
Rossell y Arellano oficiando una misa sobre los cuerpos masacrados de los trabajadores. Este cuadro fue
prohibido en los Estados Unidos y desapareció completamente durante los siguientes cincuenta años. En
el año 2000, fue encontrado en una bodega del museo Pushkin, en Rusia y desde entonces, está en calidad
de préstamo y en exhibición permanente en México.

Diez años después de la Revolución de 1944, en 1954, los opositores al gobierno de Árbenz se
unificaron en el llamado Movimiento de Liberación Nacional. Bajo el mando del teniente coronel
Carlos Castillo Armas y con el apoyo de Juan Córdova Cerna, director de la CIA en Centroamérica,
quien fue el verdadero líder del Ejército de Liberación y se infiltró en el gobierno de la Junta
Revolucionaria como ministro de Gobernación; esta acción fue el preámbulo para que se iniciarán
los planes para el derrocamiento en la denominada «Operación PBSUCESS», la cuál, bajo otro
nombre tenía como objetivo derrocar a la Junta Revolucionaria, sin embargo se logró hasta con el
presidente Árbenz.

Con el apoyo de las dictaduras de Nicaragua y Honduras se planeó una invasión desde este último
país, se reunió un pequeño ejército, cuyos aviones incursionaron sobre Guatemala, arrojando
propaganda contra el Gobierno y atacando objetivos militares. El 18 de junio de 1954, el Ejército
de Liberación invadió el país por Esquipulas y tomó Chiquimula. Al presidente Árbenz solamente
una sección del ejército le dio su apoyo por lo que no pudo oponer una resistencia efectiva, y la
invasión ya había avanzado demasiado. Árbenz renunció el 27 de junio, dejando la presidencia en
manos del coronel Carlos Enrique Díaz, jefe de las Fuerzas Armadas, y se asiló en la embajada de
México.

El coronel Díaz fue sustituido por una junta militar integrada por los coroneles Elfego H. Monzón,
José Luis Cruz Salazar y Mauricio Dubois. El coronel Monzón, presidente de la junta militar,
firmó con Castillo Armas, en San Salvador, un pacto que puso fin a la guerra, y le otorgó el poder
a este, quien había traicionado a el Lic. Juan Córdova Cerna e inmediatamente devolvió las tierras
a los terratenientes e inauguró un período de sucesivos gobiernos militares en el país que
incurrieron en una considerable deuda externa.
Que temas no se deben tratar en una conversación
1. Los deportes y sus seguidores

El fútbol se lleva la palma, aunque no es el único deporte. Cualquier disciplina en la que entra
tanto el corazón como el sentimiento deportivo -lo que los aficionados llaman "vivir los colores"-
, es peligrosa, porque hablamos más con el corazón que con la cabeza. El corazón puede hablar
pero acompañado de la razón.

2. La religión y las creencias

Es un tema bastante difícil de tratar sin entrar en consideraciones y opiniones muy personales que
pueden llegar a molestar o crear cierta polémica. Mejor lo dejamos a un lado. O si hablamos de
este tema, con muy respeto y comprensión.

3. La política y las ideologías

Es un caso similar al de los temas deportivos. Cada persona puede ser de un "equipo" al que
defiende a capa y espada. Los buenos siempre son los del equipo de uno; los malos son los del otro
equipo. No es una cuestión de buenos o malos, pero las conversaciones suelen acabar con algo
parecido a "vosotros sois mucho peores" o "y tú más".

4. Cuestiones médicas, percances y desgracias

Relatar las enfermedades de una persona, sus operaciones, sus tratamientos... no es un "plato" de
gusto para hablar de ello en la mesa -bueno, ni en casi ningún otro lugar-. Dejemos el relato de
nuestros achaques para el médico. Por la misma razón, contar los accidentes, calamidades y
desgracias propias o ajenas no es un "plato de buen gusto para servir en la mesa". Mejor estos
temas los guardamos para momento más oportuno e íntimo.

5. El aspecto de otras personas: críticas, prejuicios, etcétera

Ponerse a criticar, no comentar, los detalles sobre el peso, la forma de vestir, el tipo de peinado, o
los defectos físicos de otras personas es un tema a evitar en cualquier tipo de reunión. Es molesto
para muchas personas que incluso pueden tener una relación familiar o de amistad con esa persona.
No hay que ser criticones con las personas, y menos si están ausentes, pues no se pueden defender.
Antes de hablar tenemos que pensar si diríamos lo mismo de una persona si la tuviéramos delante
de nosotros.

6. Presumir de cultura, posición social o estatus económico

Hablar de lo que uno tiene, de lo que uno gana, de lo que uno gasta, de los títulos que tiene... es
una forma muy zafia de darse importancia. La verdadera importancia de una persona se la debe
dar su forma de ser, sus valores y su forma de actuar, no el patrimonio que tiene. La posición social
no es indicativo, en muchas ocasiones, de la buena educación de una persona.

7. El dinero y el valor de la cosas

Las cuestiones financieras mejor dejarlas para el asesor fiscal o para el director del banco. Tanto
si nuestra situación es boyante como si es precaria, no debemos hablar de temas monetarios. Si
necesitamos algo -un consejo, pedir dinero, etc.- en privado.

Importancia de ver a los ojos al momento de hablar

Como maestra de escuela sé de la importancia que tiene mirar a todos los niños del salón, no perder
de vista a ninguno cuando estoy explicando algo.

Al realizar esa acción me estoy asegurando que todos mis alumnos se sientan integrados a la clase
y que estén prestando atención.

Por eso recomiendo a los que tienen que dar una conferencia o presentación, que realicen un
recorrido de 180 grados con la vista por todo el salón. Eso les demostrará a los oyentes que uno
está seguro de lo que está hablando y será un componente esencial para lograr el efecto deseado.

Pero mirar a los ojos cuando hablamos no es solo fundamental cuando hablas en público, sino que
es algo necesario para la vida en sociedad, y, por ende, para lograr el éxito en la vida. ¿Te has
preguntado por qué?

1. Seguridad y confianza Transmites seguridad, honestidad, transparencia. Verlos a los ojos


implica que no tienes miedo de que ellos te vean a ti.

2. Prestas atención a lo que te están diciendo Si te has fijado, cuando dos personas están
conversando, la que habla generalmente mira hacia otro lado para concentrarse en lo que está
diciendo. Lo mismo ocurre al pensar, las personas solemos mirar hacia un costado cuando lo
hacemos mientras hablamos con alguien, pero siempre, para que la comunicación sea exitosa,
debemos mirar a los ojos a nuestro interlocutor.

3. Hay miradas que matan Muchas veces la mirada lo dice todo. Ante una mirada que intimida,
mira el entrecejo. La persona no se dará cuenta y continuarán teniendo una conversación
agradable.
4. Enfocarse En general, no mirar a los ojos, desviar la mirada cuando estamos hablando con
alguien, no está bien visto. Genera desconfianza, rechazo, enojo. Muestra que no estamos
prestando atención. De ahí la frase metafórica “poner la mira”, nos concentramos en algo
determinado. Si no miramos al otro estamos mostrando que no nos interesa, que estamos pensando
en otra cosa. O también podemos hacer dudar a nuestro interlocutor de la veracidad de nuestras
palabras.

Vale aclarar que puede haber excepciones. Si ves que alguien no te mira a los ojos, no siempre es
sinónimo de deshonestidad. Puede tratarse de timidez o enojo.

Después de este repaso, coincidirás conmigo en la importancia de la mirada en la comunicación.


A continuación te presento algunos puntos a considerar respecto a la mirada en dos de las
relaciones más importantes: las familiares.

1. En la pareja Mirar a los ojos es algo primordial, demuestra sinceridad y amor hacia tu cónyuge.
Le haces sentir que le importas. Ya sea cuando él te esté contando algo importante de su vida o
cuando estén conversando de temas relacionados con la pareja, es esencial mirarse. Lo mismo se
aplica si estás conociendo a alguien con miras de formalizar una relación. Mirarlo a los ojos será
una de las herramientas fundamentales para que esa pareja prospere.

2. Con los hijos El otro día hablaba con un taxista y me contaba que a diario ve madres con el
celular mirándolo todo el tiempo mientras sus hijos les hablan. ¿Qué triste no? Con el lenguaje
gestual les estamos transmitiendo que no nos importan, y eso es lamentable. Quizá estemos
ocupados pero es necesario, si los niños nos preguntan algo, mirarlos cuando lo hacen. Para
finalizar, dicen que los ojos son la ventana del alma. Son lo que nos permite conocer el mundo.
Además, en las relaciones humanas nos permiten observar al otro pero también expresar con la
mirada más allá de las palabras.

Al mirar a los ojos transmitimos nuestras emociones y pensamientos. De esa manera logramos una
comunicación más lograda, más completa.

La importancia de escuchar
Escuchar es de suma importancia para una comunicación óptima. La gente a menudo se centra en
su capacidad para hablar creyendo que hablar bien es sinónimo de una buena comunicación. La
capacidad de hablar correctamente es un componente necesario para una comunicación exitosa.
La capacidad de escuchar es mucho más importante.

La importancia de escuchar en la comunicación es a menudo bien ilustrada cuando analizamos


nuestras habilidades para escuchar a los que nos rodean, en particular a nuestro cónyuge, pareja,
hijos o amigos. Presta atención a las conversaciones cotidianas que tienes con estas personas con
las que creemos que nos comunicamos bien.

Escuchar significa dirigir la atención hacia las palabras del otro, tratando de lograr una percepción
exacta de la palabra hablada y extraer lo esencial del mensaje oído y no hacer juicios anticipados,
sin haber comprendido cabalmente la información brindada por el interlocutor.

Con el fin de comunicarse de manera efectiva, tenemos que ser capaces de escuchar lo que la otra
persona está diciendo. No sólo oír porque la acústica es buena o porque la otra persona está
hablando en un tono lo suficientemente alto.

Es importante que escuchemos lo que la persona está diciendo, porque hemos tomado el tiempo
de escuchar activamente.

Algunos de los beneficios que obtenemos al escuchar son:


– Un clima positivo para la comunicación, logrando que ésta sea más efectiva.
– Logramos captar el sentido exacto del mensaje del emisor, reduciendo los malentendidos.
– Obtenemos información relevante sobre nuestro interlocutor.
Al escuchar activamente a nuestro emisor, le demostramos que tenemos consideración por su
punto de vista, acrecentando su autoestima. Esto provoca que nos continúe facilitando
información importante.
Leonardo da Vinci
(Vinci, Toscana, 1452 - Amboise, Turena, 1519) Artista, pensador e investigador italiano que, por
su insaciable curiosidad y su genio polifacético, representa el modelo más acabado del sabio
renacentista.

Leonardo da Vinci era hijo ilegítimo de un abogado florentino, quien no le permitió conocer a su
madre, una modesta campesina. Se formó como artista en Florencia, en el taller de Andrea del
Verrocchio; pero gran parte de su carrera se desarrolló en otras ciudades italianas como Milán (en
donde permaneció entre 1489 y 1499 bajo el mecenazgo del duque Ludovico Sforza, llamado el
Moro) o Roma (en donde trabajó para Julio de Médicis). Aunque practicó las tres artes plásticas,
no se ha conservado ninguna escultura suya y parece que ninguno de los edificios que diseñó llegó
a construirse, por lo que de su obra como escultor y arquitecto sólo quedan indicios en sus notas y
bocetos personales.

Es, por tanto, la obra pictórica de Leonardo da Vinci la que le ha hecho destacar como el gran
maestro del «Cinquecento» (por encima incluso de Miguel Ángel o Rafael) y como un personaje
cumbre en la historia del arte. De la veintena de cuadros suyos conservados, destacan La
Anunciación, La Virgen de las Rocas, La Santa Cena, La Virgen y Santa Ana, La Adoración de
los Magos y el Retrato de Ginebra Benzi. El más célebre es sin duda La Mona Lisa o La Gioconda,
retrato que tuvo al parecer como modelo a Mona (abreviatura de Madonna) Lisa Gherardini, esposa
de Francisco Giocondo.
Todas sus obras son composiciones muy estudiadas, basadas en la perfección del dibujo y con un
cierto halo de misterio, en las que la gradación del color contribuye a completar el efecto de la
perspectiva; en ellas introdujo la técnica del sfumato, que consistía en prescindir de los contornos
nítidos de la pintura del «Quattrocento» y difuminar los perfiles envolviendo las figuras en una
especie de neblina característica. El propio Leonardo teorizó su concepción del arte pictórico como
«imitación de la naturaleza» en un Tratado de pintura que sólo sería publicado en el siglo XVII.

Interesado por todas las ramas del saber y por todos los aspectos de la vida, los apuntes que dejó
Leonardo (escritos de derecha a izquierda y salpicados de dibujos) contienen también incursiones
en otros terrenos artísticos, como la música (en la que destacó tocando la lira) o la literatura. Según
su criterio no debía existir separación entre el arte y la ciencia, como no la hubo en sus
investigaciones, dirigidas de forma preferente hacia temas como la anatomía humana (avanzando
en el conocimiento de los músculos, el ojo o la circulación de la sangre), la zoología (con especial
atención a los mecanismos de vuelo de aves e insectos), la geología (con certeras observaciones
sobre el origen de los fósiles), la astronomía (terreno en el que se anticipó a Galileo al defender
que la Tierra era sólo un planeta del Sistema Solar), la física o la ingeniería.

La última cena | Obras de Leonardo da Vinci

San Jerónimo penitente | Obras de Leonardo da Vinci

La virgen de las rocas | Obras de Leonardo da Vinci


La Batalla de Anghiar | Obras de Leonardo da Vinci

La Dama del Armiño | Obras de Leonardo da Vinci

La Anunciación | Obras de Leonardo da Vinci


La Gioconda | Obras de Leonardo da Vinci (mona lisa)

La virgen, el niño Jesús y Santa Ana | Obras de Leonardo da Vinci


Danza medieval
Las danzas medievales son relativamente mal conocidas, habiendo dejado pocas trazas
escritas. Si algunas crónicas de la época hablan de ellas, ninguna las describe, de modo que
hoy en día es casi imposible saber como eran danzadas.

A esta dificultad se añade el problema del desciframiento musical: la notación musical se hacía en
esa época en un pentagrama de cuatro líneas (y no de 5 como hoy), lo que hace que la interpretación
de las frases melódicas sean bastantes aleatorias.

Las primeras descripciones detalladas de baile en Europa datan de 1450 en Italia, después del
comienzo del Renacimiento. Sin embargo, se sabe que el baile fue popular en Europa durante la
Edad Media, ya que es representado en pinturas y miniaturas, y se describe en los textos.

Las formas de danza en la Edad Media incluían el carol y la estampie. El carol consiste en un
círculo de bailarines cogidos de la mano, con los bailarines bailando mientras cantaban. Tanto el
carol como la estampie son también formas musicales. La navideña carol (como forma musical)
sobrevive hasta la época moderna.

Entre las danzas de las que se conserva el nombre hasta hoy, son de destacar:

 Coral, término genérico.


 Danza macabra (siglo XIII).
 Estampie (siglo XIII).
 Branle (siglo XIV).
 Saltarello (siglo XIV).
 Tresque (siglo XIV).
 Baja danza (fin siglo XIV).
 Tarantela (siglo XV)

La danza medieval tuvo escasa relevancia, debido a la marginación a la que la sometió la Iglesia,
que la consideraba un rito pagano. A nivel eclesiástico, el único vestigio eran las «danzas de la
muerte», que tenían una finalidad moralizadora. En las cortes aristocráticas se dieron las «danzas
bajas», llamadas así porque arrastraban los pies, de las que se tiene poca constancia. Fueron más
importantes las danzas populares, de tipo folklórico, como el pasacalle y la farándula, siendo
famosas las «danzas moriscas», que llegaron hasta Inglaterra (Morris dances). Otras modalidades
fueron: el carol, el estampie, el branle, el saltarello y la tarantela. La danza interpretada en la edad
media se valía de voces y una gran variedad de instrumentos. En las interpretaciones escuchadas
durante esta época, era posible escuchar arpas, flautas, trompetas y una gran gama de instrumentos
de percusión. Todos estos instrumentos juntos creaban gran variedad y espontaneidad. Se
consideraba como una parte muy importante de la cultura pero a pesar de esto muchas personas,
como los emperadores, se opusieron a esta expresión cultural. A pesar de que hubo una gran
cantidad de oposiciones, se continuaba practicando la danza. La iglesia y algunos emperadores de
la edad media estaban en contra de la danza porque contenía mucho movimiento sexual. Las
danzas medievales son poco conocidas hoy en día porque se han conservado muy pocos escritos
sobre ellas, y porque, además, en la época, ellos escribían las notas en un pentagrama de 4 líneas
y no de 5, como tenemos actualmente, con lo cual resulta confuso el conocer las melodías. Además
no se describen en ninguno de los escritos conservados, por tanto, es casi imposible saber cómo se
hacían en la época.

Oposiciones de la danza medieval.

La Iglesia: La actitud de la iglesia para con la danza desde el siglo V y durante el resto de la edad
media se mantuvo indecisa. Pues dependiendo de la danza que fuera interpretada la iglesia la
apoyaba o la rechazaba, pero en la gran mayoría de casos la danza era rechazada por la iglesia por
tener contenido sexual. No estoy para nada de acuerdo con esto porque tal como ya había dicho
anteriormente, no le veo nada sexual ni morboso el expresarse a través de movimientos con un
ritmo musical.

Carlomagno (emperador): A principios del siglo IX Carlomagno prohibió la danza, pero a pesar
de la gran autoridad de dicho emperador, la ley dictada no fue respetada. La danza continuó como
parte de los ritos religiosos en los pueblos Europeos aunque camuflados con nuevos nombres y
nuevos propósitos. Además Carlomagno no sólo prohibió la danza sino que también impuso reglas
que prohibían el estudio y el conocimiento y por esto mismo la edad media fue considerada como
una época de oscuridad y le gente sólo debía dedicarse a adorar a Dios y a estudiar.
Danza barroca
Danza barroca es el arte coreográfico cultivado durante el periodo histórico conocido como
Barroco, aproximadamente entre 1600 y 1750. Estrechamente ligada a la música barroca tanto por
cronología como por estilo, la danza barroca evolucionó en el marco del ballet cortesano, la
tragedia musical o la ópera-ballet. Llamada en su época la belle danse, se ciñó al gusto de los
investigadores y los historiadores de la danza que rehabilitaron un arte y un estilo de danza que el
ballet clásico y el romántico habían simplificado y uniformado.

Danzas de campo inglesas

La mayoría de las coreografías conservadas de este periodo son contradanzas o country dances
inglesas, como las recogidas en las múltiples ediciones de The Dancing Master de John Playford.
Playford proporciona solamente patrones de suelo de las danzas, sin indicación de los pasos. Sin
embargo, otras fuentes de la época como los manuscritos de los maestros de danza franceses
Feuillet y Lorin, indican que en ocasiones se empleaban pasos más complejos que simplemente
caminar. Las danzas de campo inglesas sobrevivieron más allá de la época barroca y se extendieron
de diversas formas a través de Europa y sus colonias, así como a todos los niveles de la sociedad.

Estilo noble francés

Durante el Renacimiento la danza había llegado a ser el centro de la vida cortesana especialmente
en Italia, y posteriormente en Francia adquirió pleno desarrollo. Catalina de Médicis contrató para
organizar los festejos de su corte al violinista y bailarín italiano Baldassarino de Belgioioso, que
afrancesó su nombre llamándose Balthasar de Beaujoyeux. Su primer encargo dio lugar a un
espectáculo-ballet celebrado el 15 de octubre de 1581, que se llamó Le Ballet Comique de la Reine
que estaba basado en la leyenda de Circe. Este tipo de espectáculo se extendió por toda Europa
con gran rapidez. La estructura de un ballet de corte del siglo XVII era idéntica a la de una obra
dramática, con un planteamiento, nudo y desenlace. Contaba con una obertura que exponía el tema
con un recitado; después estaban las entrées equivalentes a los actos del teatro que mezclaban
canto, recitado y danza; y por último el Gran Ballet o ballet general, que constituía la apoteosis
final. El espectáculo iba acompañado de una puesta en escena y decorados fastuosos.

Las grandes innovaciones en danza en el siglo XVII se originaron en la corte francesa de Luis
XIV. En 1661 Luis XIV creó la Real Escuela de Música de París y la amplió con danza en el
siguiente año con Beauchamp como maestro. A partir de ese momento comienza el estudio
sistemático de la danza. También se inicia la codificación de la enseñanza de la misma empezando
por las cinco posiciones que siguen enseñándose en las escuelas de danza académica en la
actualidad. Aquí aparece el primer ancestro estilístico evidente del ballet clásico. La misma técnica
básica se emplea tanto en eventos sociales como en la danza teatral en ballets cortesanos y en
teatros públicos. Este estilo de danza se conoce comúnmente entre los estudiosos contemporáneos
como estilo noble francés o belle danse, que significa literalmente "bella danza". No obstante, a
menudo es designado informalmente como danza barroca a pesar de la existencia de otros estilos
de danza teatral y social durante la época barroca.

Las fuentes primarias incluyen más de trescientas coreografías en notación Beauchamp-Feuillet,


así como manuales escritos por Raoul Auger Feuillet y Pierre Rameau en Francia, Kellom
Tomlinson y John Weaver en Inglaterra; y Gottfried Taubert en Alemania. Esta riqueza de
evidencias ha permitido a los investigadores modernos y a los bailarines recrear el estilo, aunque
existen todavía áreas de controversia. La introducción estándar actual es de Hilton.

Tipos de danzas francesas de moda en el barroco:

 Bourrée
 Canarie
 Chaconne
 Courante
 Entrée grave
 Forlane (forlana)
 Gavotte
 Gigue
 Loure (gigue lenta)
 Menuet (minuet)
 Musette
 Passacaille (passacaglia)
 Passepied
 Rigaudon
 Sarabande
 Tambourin
Danza renacentista

Aunque sabemos que los europeos bailaban desde mucho antes del Renacimiento, los primeros
manuales e instrucciones detalladas que se han conservado hasta hoy fueron escritos en Italia entre
1450 y 1455. Estos documentos y otros provenientes de Francia, Inglaterra y otros países europeos,
permiten conocer algo sobre esta actividad social, tan importante en el Renacimiento. Se esperaba
que una persona educada tuviera básicos de danza, que era a menudo enseñada por maestros
profesionales.

Las danzas que conocemos son de naturaleza muy variada. Hay danzas lentas y elegantes (bajas
danzas, pavanas, almains) y también rápidas y animadas (gallardas, corantos, canarios). Algunas
tenían coreografías fijas, mientras que otras se improvisaban según el gusto y habilidad de los
participantes. Muchas danzas eran para parejas pero otras para grupos o diferentes combinaciones
de hombres y mujeres. Existían también danzas que se movían en círculo, que conocemos por los
branles.

Coreógrafos, maestros y fuentes documentales

 Domenico da Piacenza
 Guglielmo Ebreo da Pesaro escribió hacia 1463 un tratado con obras propias y de su maestro
Domenico da Piacenza. Contiene mayormente bajas danzas y balli.
 Thoinot Arbeau publicó en 1588 Orchesographie, que contiene música y coreografía de diversos
bailes, principalmente branles, pero también alguna pavana, varias gallardas, un coranto,
etcétera.
 Fabritio Caroso
 Cesare Negri
Danzas

Algunos tipos de danzas conocidos del Renacimiento son:

 Allemande
 Baja danza o Basse danse
 Branle
 Canario
 Coranto o courante
 Gallarda o galliard
o Lavolta
o Tourdion (gallarda rápida).
 Pavana o pavane
 Zarabanda o sarabanda.
 Spagnoletta

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