en la forma más depurada posible, hemos de penetrar en él con objeto de descubrir su significado. ¿Cómo? En primer lugar, mediante el estudio de sus elementos lingüísticos. ESTUDIO DE LAS PALABRAS Sería una equivocación empezar el análisis de un texto estudiando por separado cada uno de sus vocablos.
El valor y el significado de una palabra no dependen de la
palabra en sí, sino de su relación con las restantes palabras del contexto.
Por tal motivo, es aconsejable iniciar el análisis lingüístico con
una lectura del contexto en un sentido amplio. En algunos casos el contexto puede ser la totalidad del libro en que se encuentra el pasaje. ESTUDIO DE LAS PALABRAS
Sólo cuando el intérprete ha captado lo sustancial de la línea de
pensamiento que atraviesa las palabras, frases, párrafos o secciones está en condiciones de analizar éstos.
Paul Ricoeur asevera:
«un texto no es, en efecto, una simple secuencia de frases, y el
sentido del texto no es la suma del sentido de cada una de sus partes. Un texto es un todo relacionado de forma específica con sus partes; hay que elaborar la jerarquía de sus elementos: elementos principales y elementos subordinados; elemento esencial y elemento no-esencial» ESTUDIO DE LAS PALABRAS
Una vez se conoce, aunque sólo sea de modo preliminar, el
contexto con el pensamiento que expresa, se deben seleccionar las palabras del texto que se consideran más significativas. Según W. C. Kaiser, una palabra es significativa cuando responde a algunos de los siguientes criterios:
a. Desempeña un papel clave en el pasaje que se interpreta.
b. Ha aparecido frecuentemente en contextos anteriores. c. Es importante en el curso de la historia de la salvación anterior al texto. ESTUDIO DE LAS PALABRAS
Cada una de las palabras seleccionadas debe ser
examinada con objeto de determinar su significado. Este, inicialmente, debe buscarse en un buen diccionario del hebreo o griego bíblicos y ampliar este trabajo cotejando la diversidad de usos de cada término en diferentes contextos mediante una concordancia. El hebreo del Antiguo Testamento y el griego del Nuevo no son ajenos a la evolución semántica, lo que debe tenerse en cuenta. Ello nos obliga a tomar en consideración el denominado usus loquendi, es decir, el significado que normalmente tenía una palabra en el lenguaje común en una época dada
Además del usus loquendi general, es necesario considerar -si lo
hay- el usus loquendi particular de cada autor.
También debe tenerse en cuenta la variedad de significados
(polisemia) que una palabra puede tener en una misma época e incluso en los escritos de un mismo autor. El Sentido de las Palabras
El sentido que debe darse a un vocablo cuando éste tiene varias
acepciones se determina aplicando los siguientes principios:
1. El significado dado por el propio autor a sus palabras es
indiscutible. 2. El sentido de muchos términos es determinado a menudo por otras palabras, expresiones o frases que se unen a las primeras como complementos o elementos apositivos. 3. En algunos casos, el sentido de las palabras se descubre por vía de contraste o de oposición. 4. Determinados pasajes, especialmente los poéticos son ricos en paralelismo. El Sentido de las Palabras
5. Los sinónimos deben ser cuidadosamente examinados. Y el
intérprete hará bien en prestar atención a esa diversidad de matices. 6. Cuando el significado de una palabra no puede ser precisado por ninguno de los principios anteriores, debe deducirse considerando cada una de sus acepciones y escogiendo la que mejor cuadre con el contexto, la que dé mayor coherencia al conjunto de la sección en que el pasaje se encuentra. 7. El significado de una palabra debe determinarse teniendo en cuenta el marco cultural y de costumbres imperantes en la época del texto. El Análisis Cultural
El análisis cultural de las palabras no sólo contribuye a aclarar el
sentido de éstas, sino que muchas veces lo enriquece a la par que lo hace más vivo y penetrante. En la mayoría de casos el verdadero sentido de los vocablos en los originales hebreo o griego ha sido expresado en las traducciones de las versiones más modernas. Una buena traducción es un comienzo de interpretación. ESTUDIO GRAMATICAL
Debemos insistir en que las palabras de un texto no
son unidades con existencia propia e independiente. Son miembros de conjuntos orgánicos: la frase, la oración gramatical, el párrafo.
Toda palabra está estrechamente vinculada a las que
la acompañan y el valor o significado de aquélla es determinado en gran parte por éstas. ESTUDIO GRAMATICAL
En español, la construcción sintáctica de la oración
admite gran variedad en el orden de sus palabras. El escritor goza de gran libertad para determinar ese orden según el énfasis que quiera dar a cada uno de los elementos, si bien normalmente se coloca en primer lugar el sujeto con sus complementos y a continuación el predicado con los suyos. Estudio Gramatical
Algo semejante ocurre en la lengua hebrea, aunque
a la inversa. Su orden sintáctico usual es: complemento circunstancial, predicado y sujeto; pero puede variarse de todas las armas posibles si se quiere cambiar la fuerza expresiva de una palabra.
Ejemplo: «Dios, perfecto es su camino» (Sal. 18:3),
en vez de: «El camino de Dios es perfecto Estudio Gramatical
En el griego del Nuevo Testamento el orden sintáctico es
análogo al español: sujeto, predicado y complementos. Cualquier modificación indica, por lo general, el realce que debe darse a una palabra o bien un enriquecimiento del estilo.
Las preposiciones, especialmente en el Nuevo
Testamento, deben ser objeto de especial atención, pues a menudo suscitan ambigüedades por su polivalencia. Estudio Gramatical
Otra cuestión a tener en cuenta es la relativa a la
conexión de las frases, oraciones o periodos entre sí.
Generalmente viene determinada por las
conjunciones. Pero no siempre es así. A veces en los textos bíblicos hay paréntesis, digresiones más o menos largas y cortes bruscos (anacoluto) que interrumpen o rompen el hilo del pensamiento central. El sentido de palabras y frases ha de estar en consonancia con la línea de pensamiento del autor, con el propósito evidente del pasaje. En exégesis, la gramática es una gran ayuda que merece respeto, pero no tiene la palabra final.
No siempre el significado global de un pasaje será tan
fácil de hallar; pero no deben regatearse esfuerzos para descubrirlo y una vez estamos seguros de cual es ese significado, él debe regir la semántica y el estudio de la sintaxis en la exegesis de toda porción bíblica. MODISMOS
Complementando el estudio gramatical de un texto
hemos de atender a los modismos, es decir a los modos de hablar o escribir que se suelen apartar en algo de las reglas de la gramática y que expresan ideas diferentes de lo que literalmente indicarían sus palabras. El hebreo y el griego también tienen sus modismos y de no discernirlos y descubrir su sentido correcto, corremos el riesgo de interpretaciones erróneas, a veces disparatadas. Tipos de modismos derivados de hebraísmos
1. Uso de absoluto por lo relativo. Lucas 14:26
2. Modismos de filiación. «hijo de» «padre de» 3. Modismos de tiempo. Mateo 12:40 4. Antropomorfismos. El significado de las palabras depende de su situación no lingüística más que de la gramática.
«Esto es veneno»
En conclusión: estudio gramatical del texto, sí; pero
sin otorgarle funciones de árbitro supremo. La lingüística es más que la gramática. Y la hermenéutica más que la lingüística. Sobre la base de lo estudiado, indique el significado de las palabras que se señalan a continuación con referencia al texto en que se encuentran:
A. Ley (Sal. 119:18; Rom. 3:20, 21; 1 Ti. 1:9).
B. Gracia (Pr. 1:9; Jn. 1:16; 2 Ca. 8:6, 7; 8:9). C. Paz (Jer. 6: 14; Sal. 119: 165; Ro. 5: 1). D. Redención (Sal. 49:8; Lc. 21:28; Ef. 1:7). E. Casa (Mt. 7:24; Os. 1:4; 2 Ca. 5: 1).
Ponga cuatro ejemplos de antropomorfismo (con indicación
de los textos correspondientes) y explique su significado.