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Victimología
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Principios de Justicia y Asistencia para las Víctimas
Serie
VICTIMOLOGÍA, 3
Principios de Justicia y
Asistencia para las Víctimas
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Victimología
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Principios de Justicia y Asistencia para las Víctimas
Principios de Justicia y
Asistencia para las Víctimas
Irene Melup
John P. J. Dussich
Emilio C. Viano
Elías Escaff Silva
Karla Guaita Cahue
Pamela Navarrete Bernal
Hilda Marchiori
José Daniel Cesano
Raúl Rojas Camacho
Oriana A. Ercoli Altamirano
Loreto Zaror Sánchez
Karen Quinteros Poblete
Fabiola Haro Rodríguez
Carolina Báez Hernández
5
Victimología
ISBN 978-987-23268-4-5
1. Victimología. I. Melup, Irene II. Fortete, César, colab. III. Shulthess de Berti, Elinor,
colab. IV. Biodo, Judith, colab. V. Marchiori, Hilda, dir.
CDD 362.88
Miembros de la CÁMARA
ARGENTINA DEL LIBRO
www.editorialbrujas.com.ar
editorialbrujas@arnet.com.ar
Tel/fax: (0351) 4606044 / 4609261- Pasaje España 1485
Córdoba - Rep. Argentina.
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Contenidos
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NACIONES UNIDAS
La Asamblea General
Recordando que el Sexto Congreso de las Naciones Unidas so-
bre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente reco-mendó
que las Naciones Unidas continuarán su actual labor de elaboración
de directrices y normas acerca del abuso del poder eco-nómico y
político.
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todas las personas sin distinción alguna, ya sea de raza, color, sexo,
edad, idioma, religión, nacionalidad, opinión política, o de otra ín-dole,
creencias o prácticas culturales, situación económica, naci-miento o
situación familiar, origen étnico o social, o impedimen-tos.
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Resarcimiento
8. Los delincuentes o los terceros responsables de su conducta
resarcirán equitativamente, cuando proceda, a las víctimas, sus fa-miliares
o a las personas a su cargo. Ese resarcimiento comprenderá la devolu-
ción de los bienes o el pago por los daños o pérdidas sufri-dos, el reem-
bolso de los gastos realizado como consecuencia de la victimización, la
prestación de servicios y la rehabilitación de dere-chos.
9. Los gobiernos revisarán sus prácticas, reglamentaciones y le-
yes de modo que se considere el resarcimiento como una sentencia
posible de los casos penales, además de otras sanciones penales.
10. En los casos en que se causen daños considerables al medio
ambiente, el resarcimiento que se exija comprenderá, en la medida de
lo posible, la rehabilitación del medio ambiente, la reconstruc-ción de
la infraestructura, la reposición de las instalaciones comuni-tarias y el
reembolso de los gastos de reubicación cuando esos daños causen el
desplazamiento de una comunidad.
11. Cuando funcionarios públicos u otros agentes que actúen a
título oficial o cuasioficial hayan violado la legislación penal nacio-nal,
las víctimas serán resarcidas por el Estado cuyos funcionarios o agen-
tes hayan ido responsables de los daños causados. En los casos que ya
no exista el gobierno bajo cuya autoridad se produjo la ac-Victimología
ción u omisión victimizadora, el Estado o gobierno sucesor deberá
proveer al resarcimiento de las víctimas.
Indemnización
12. Cuando no sea suficiente la indemnización procedente del
delincuente o de otras fuentes, los Estados procurarán indemnizar
financieramente:
a) A las víctimas de delitos que hayan sufrido importantes lesio-
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Asistencia social
14. Las víctimas recibirán la asistencia material, médica, psico-lógi-
ca y social que sea necesaria, por conducto de los medios gu-
bernamentales, voluntarios, comunitarios y autóctonos.
15. Se informará a las víctimas de la disponibilidad de servicios
sanitarios y sociales y demás asistencia pertinente, y se facilitará su
acceso a ellos.
16. Se capacitará al personal de la policía, de justicia, de salud, de
servicios sociales y demás personal interesado para informarlo de las
necesidades de las víctimas y proporcionarle directrices para garanti-
zar una ayuda apropiada y rápida.
17. Al prestar servicios y asistencia a las víctimas se prestará aten-
ción a las que tengan necesidades especiales por la índole de los daños
sufridos o debidos a factores como los mencionados en el Naciones
Unidas párrafo 2 supra.
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Irene Melup*
Naciones Unidas
A la Declaración de las Naciones Unidas de los Principios Básicos
de Justicia para las Víctimas del Delito y del abuso de Poder se la ha
denominado la Carta Magna para las víctimas. La Declaración, adopta-
da por la Asamblea General el 27 de diciembre de 1985 por reco-
mendación del Séptimo Congreso de Naciones Unidas para la Pre-
vención del Delito y el Tratamiento del delicuente (Milán, Agosto 26
– Septiembre 6 de 1985), constituye sin lugar a dudas un hito en el
tratamiento y protección de las víctimas. Estipula que se les debe
mostrar compasión y respeto por su dignidad, darles acceso a los
mecanismos de justicia, y proveerles una pronta reparación por el
daño que hayan sufrido, incluyendo la restitución, compensación y
asistencia apropiadas. La resolución 40 / 34 de la Asamblea General,
adoptando la Declaración, la ha complementado1 mediante recomen-
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otras facetas del trabajo de las Naciones Unidas cuya meta es reducir
el sufrimiento y promover la justicia y el bienestar.
El Programa de las Naciones Unidas para la Prevención del Delito
y el Sistema de Justicia Penal (Criminal Justice), bajo el cual se desa-
rrolló la Declaración de la víctima, ha procurado formular una serie
de normas y pautas con el propósito de fomentar políticas nacionales
más humanas e iluminadas y una cooperación internacional más efec-
tiva en este campo. La Declaración es un logro significativo, y es pio-
nera en su campo, que abarca distintas categorías de víctimas, y en su
enfoque, el cual considera un tema de justicia básico el tratamiento
justo, sensible y apropiado de las víctimas, el acceso de las mismas a
los servicios y la provisión de medios de apelación y reparación.
Aun cuando la asistencia psicosocial a las víctimas constituye un
aspecto esencial para su bienestar y protección, ésta se considera un
derecho fundamental de las mismas, más que un asunto de benevo-
lencia. Al expandir las resoluciones de no discriminación de la Decla-
ración de los Derechos Humanos para incluir también la edad y la
discapacidad, la Declaración de la víctima intenta asegurar la equidad
para los sujetos especialmente vulnerables y de esta manera asegurar
aún más la justicia y una vida mejor para todos.
El leitmotiv de la justicia está presente en la Declaración, comen-
zando con su preámbulo, en el cual la Asamblea General declaraba
que “está informada que millones de personas en el mundo sufren
daño como resultado del delito y del abuso de poder y que los dere-
chos de estas víctimas no han sido reconocidos en forma adecuada”;
“que las víctimas del delito y las víctimas del abuso de poder, y ade-
más con frecuencia sus familias, testigos y otros quienes los auxilian
están sometidos injustamente a pérdidas, daños, o lesiones, y que
pueden, además, sufrir privaciones cuando ayudan en el procesamiento
de los ofensores”. Por esta razón, la Asamblea General confirmó la
necesidad de implementar (sin perjuicio de los derechos de los
ofensores)3 medidas nacionales e internacionales a fin de asegurar el
3
La armonía en vez del conflicto entre los derechos de las víctimas y los derechos de los
ofensores es un principio importante que muy a menudo es ignorado por aquellos que enfatizan
los derechos de uno a expensas de los derechos del otro; también es un principio fundamen-
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Algunos obstáculos
Probablemente la característica más innovadora de la Declaración,
la cual dio origen a un extenso debate y delicadas negociaciones, fue la
inclusión de víctimas del abuso de poder donde las prohibiciones de
estos delitos todavía no estaban establecidas (vigentes) – una situación
de especial preocupación para los habitantes de muchos países en
vías de desarrollo que sufren abusos políticos y económicos, no sólo
nacionales sino también transnacionales. Sus víctimas se definen en la
Declaración en términos del daño sufrido de la misma manera que
sus contrapartes de la parte A, pero los actos u omisiones que lo
causan se especifican como aquellos “que aún no constituyen viola-
ciones de los derechos penales nacionales sino de normas relativas a
los Derechos Humanos internacionalmente reconocidas”. Se insta a
los estados para que incorporen a sus leyes nacionales las normas
que proscriben los abusos de poder y que proporcionen reparacio-
nes a las víctimas, incluyendo la restitución y / o compensación y el
apoyo y la necesaria asistencia social material, médica, y psicológica.
También se insta a los estados a revisar periódicamente sus legislacio-
nes y prácticas vigentes para asegurar su sensibilidad y capacidad de
respuesta ante las circunstancias cambiantes, y el promulgar y hacer
cumplir, si fuere necesario, leyes que proscriben actos que constitu-
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Naciones Unidas. Compendio de Normas y Estándares para la Prevención del Delito y
la Justicia Penal,1992. UN Ventas n° E.92.IV.I.
5
Naciones Unidas. Derechos Humanos: una Recopilación, 1998.
6
A pesar de una solicitud específica de ECOSOC de que en el estudio sobre el tema se
tome en cuenta el trabajo pertinente y las recomendaciones del Comité sobre la Preven-
ción del Delito (resolución 1990/22 párrafo 8 de ECOSOC). Hay que darle el crédito al
Rapporteur Especial, quien alertado, buscó hacerlo de esa manera.
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Desarrollos ulteriores
Debido al estilo suscinto de la Declaración y su nivel de generali-
dad, especialmente en la parte B, se notó pronto que unas indicacio-
nes o pautas más precisas ayudarían en el proceso de implementación.
Se realizó, por consiguiente, una Reunión de un Comité de Expertos
en Mayo del año 1986 en el Instituto Internacional de Estudios Supe-
riores en las Ciencias Criminales en Siracusa, Italia, en cooperación
con las Naciones Unidas. Esta reunión produjo un comentario y un
conjunto de recomendaciones para que sirvieran como medidas para
la implementación de la Declaración de la víctima.
El Consejo Económico y Social, en su resolución 1986 /10, adop-
tada por recomendación del Comité sobre la Prevención y el Control
del Delito, instó a que se dedique una atención continuada a la
implementación de la Declaración en varios niveles, promoviendo una
acción integrada en cooperación con los gobiernos, la organización
intergubernamental y no gubernamental, y el público. También solici-
tó al Secretario General que presentara al Comité informes del pro-
greso sobre las medidas tomadas para implementar la Declaración, en
base a los informes recibidos de los Estados Miembros.7 El Consejo,
por recomendación del Comité, en su resolución 1989 / 57, también
requirió la preparación, publicación y la divulgación de una guía para
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Ver v.g. E / AC.57/1988/3 y E / AC:57/1990/3
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A/CONF.144/17
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El establecimiento de tal fondo o la expansión del Fondo Voluntario para las Víctimas de
Torturas han sido sugeridos previamente, al igual que lo fue la designación de un año
especial para las víctimas (el año 1999 se debe dedicar a las víctimas de la tortura, pero no
incluye a las víctimas que hayan perdido la vida y / o sus familias).
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A/CONF.121/17
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ST/CSDHA/20
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ISPAC. Victim Issues. Milan, 1994.
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CN.15/1996/3/Add.5.7
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CN.15/1996/3/Add.1.
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UNICRI. Experiencias del Delito y del Control del Delito, Roma, 1992 (publicación n° 49) y
Victimización Criminal en el Mundo en Desarrollo, roma, 1995 (publicación n° 55).
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La comisión se ha ocupado también con tipos de víctimas específicos, desarrollando
Pautas para la Prevención de la violencia contra las mujeres, además de Pautas para
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acciones sobre los niños en el sistema de justicia penal, y resoluciones sobre los niños
como víctimas y los autores del delito (perpetradores), sobre el tráfico de niños etc.
Adoptando como resolución las 1997/24 y 1997/30, respectivamente.
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Un ejemplo es la propuesta de profesionales de Argentina para evaluar el impacto de
los abusos de poder en contra personas desaparecidas y sus hijos, como una guía para
medidas preventivas. CODESEDH. Buenos Aires, 1998.
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Traducción:
Prof. Miriam Zorn
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Referencias
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de los Ofensores en el Sistema Penal-Una Perspectiva Europea, Universidad Cató-
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Penales. Erás, París, AIDP, 1988.
A.U. Okali, el Genocidio de Ruanda: Hacia una Justicia orientada hacia la Víctima-el
Caso para una Asistencia ICTR para el Programa de las Víctimas, Oficina del Regis-
trador (Archivero) del Tribunal Internacional para Ruanda, Arusha, 5 de Di-
ciembre de 1997.
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Principios de Justicia y Asistencia para las Víctimas
John P. J. Dussich*
USA
Me complace hablar sobre la víctima, un tema que ha sido mi
foco durante gran parte de los últimos treinta y tres años. Quisiera
comenzar definiendo algunos términos claves. Víctima es la palabra
en foco de este trabajo. ¿Cuál es el significado de esta palabra? En el
Libro de Génesis del Antiguo Testamento encontramos la historia de
como Caín asesinó a su hermano menor, Abel. Entonces, el primer
asesino fue Caín y hemos leído y escuchado sobre la marca de Caín
con historias y relatos sobre Caín y sus seguidores. Sin embargo, la
primera víctima fue Abel y aun no hay historias sobre la marca de
Abel...Quizás es tiempo de crear una nueva metáfora para represen-
tar a la víctima que ha sufrido y sobrevivido, la víctima que es mas
sabia por sus experiencias, la víctima que no se siente desamparada, la
víctima que ahora esta empoderada, recuperada y restaurada. Deje-
mos que “La Marca de Abel” sea nuestro distintivo de coraje. Re-
chacemos las imágenes de personas solamente heridas, retraídas y
desamparadas. Debemos darnos cuenta de que en gran parte, estas
son condiciones temporarias como secuela inmediata de la
victimización. Abracemos y proyectemos estas nociones positivas que
las víctimas pueden lidiar con su adversidad, pueden superar sus da-
ños y en su mayoría emergen mas fortalecidos a raíz de sus padeci-
mientos. ¡Esa es la Marca de Abel!
* Presidente de World Society of Victimology.
Profesor de Victimología de Universidades de Europa, USA, Japón y Latinoamérica.
Tokiwa International Victimology Institute. California State University. USA.
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la ayuda del puedo, los poderosos fracasaran. Esta tarea se debe rea-
lizar en una verdadera asociación con todas las partes de la sociedad,
porque es un problema de la sociedad entera. Estoy convencido
que cambiando la forma en que las cosas se hacían en el pasado es la
única forma constructiva de mejorar la condición humana. La histo-
ria nos ha demostrado que las sociedades se mejoran tomando en
cuenta las nuevas realidades que las confrontan ajustando con hones-
tidad y decisión.
Hasta ahora, he escrito sobe las definiciones de víctimas,
victimología, la historia del movimiento de víctimas, la Declaración de
la ONU en beneficio de los derechos humanos y de víctimas, sobre la
nueva convención que se esta elaborando y sobre una de las necesi-
dades mas importante, la necesidad de una justicia restaurativa – en-
focándose en la víctima. Mí último mensaje era sobre encontrar for-
mas para implementar estos principios y encontrar la voluntad de
hacer estos cambios. En conclusión, los desafío a cada uno de ustedes
a actuar con la información que han recibido. Actúen dentro de los
límites de sus realidades, de manera que sus acciones se dirijan a algu-
na parte de la solución. Háganlo con dignidad; háganlo con compasión;
háganlo con amor. Creanme cuando digo es una hermosa experiencia
que ennoblece el brindarse libremente a una causa que alivia el dolor
y sufrimiento y que mejora significativamente la condición humana.
Ante todo, mantenga a la víctima en foco. Y recuerden la marca de
Abel.
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Emilio C. Viano*
USA
El abuso sexual del clero en la Iglesia Católica ha tenido un gran
impacto en la comprensión, el abordaje y el esfuerzo de proteger a los
niños. “Clero” aquí se refiere no solamente a los sacerdotes consa-
grados sino también a miembros de ordenes religiosas que no eran
sacerdotes, como monjes o hermanos. También monjas han sido acu-
sadas de este delito. El Informe John Jay (2004) encontró acusaciones
contra 4,392 sacerdotes, casi 4% de todos los sacerdotes en los EE.UU.
Se debe afirmar y enfatizar desde un principio que el abuso sexual de
menores no se limita a la iglesia Católica. Clero, monjas y personal
religioso de otras denominaciones, Cristianas o no Cristianas, tam-
bién han sido acusados y a veces condenados de abuso físico, emo-
cional y sexual de menores.
Además, una considerable cantidad de abuso ha sido perpetrado
por personal laico, voluntarios, maestros y auxiliares trabajando bajo
el patrocinio de organizaciones religiosas. Aunque la Iglesia Católica ha
sido la más afectada recientemente por el diluvio de revelaciones de
mal comportamiento sexual, las parroquias Católicas componen úni-
camente el 5 % del número total de iglesias Cristianas en los EE.UU. El
mayor número de iglesias pertenece a varias denominaciones protes-
tantes y el mayor número de alegaciones, un 70 % han sido asentadas
contra miembros de iglesias Protestantes y su clero. El escándalo tam-
bién involucra al clero Ortodoxo y los rabinos Judíos. Sin embargo la
Iglesia Católica atrajo la atención. Es la única mayor denominación
* American University Washington, DC
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Conclusión
En conclusión, la explosión del escándalo de abuso sexual de me-
nores por parte del clero ha tenido consecuencias positivas y negati-
vas sobre las percepciones y reacciones del problema de la sociedad
y de los profesionales. La complejidad de la situación requiere que
investigadores, estudiosos, profesionales y activistas en el área invier-
tan los recursos necesarios, la energía y el esfuerzo para elaborar una
respuesta balanceada a la crisis de modo que verdaderamente consti-
tuya una oportunidad para que el área crezca y se desarrolle positiva-
mente, verdaderamente proteja a las víctimas, prevenga futuras
victimizaciones, impulse intervenciones eficaces para los víctimarios
respetando y honrando los derechos humanos de todos. La
victimología y especialmente el área de maltrato y abandono de me-
nores están posicionados para ganar considerablemente de una reac-
ción deliberada y una intervención bien ponderada anclada en la in-
vestigación desapasionada y el análisis. Por otra parte, el potencial de
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Principios de Justicia y Asistencia para las Víctimas
Traducción:
Elinor Shulthess de Berti
Referencias y Bibliografía
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Boston : Little, Brown.
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III. Resultados
De la aplicación del coeficiente de contingencia sobre el total (78)
de las variables utilizadas para el análisis de la evidencia física y psicológi-
ca del S. S. son extraídas 17 por no resultar significativas respecto a los
grupos creados. Además debido a su naturaleza algunas variables no
ingresaron al análisis cluster, limitando su descripción a la frecuencia
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2. Antecedentes de la Víctima
En un 93,1% de los casos se observa una víctima única, la que en
un 85,3% de los casos es hombre. La moda respecto a sus edades se
encuentra en los 31 años y la edad promedio es de 26 años. Sobre su
estado civil, en un 62,9% de los casos es soltero.
Respecto al nivel de instrucción, un 50,3% de las víctimas realizó
parte o la totalidad de la enseñanza básica y un 26,1% cursó parte o la
totalidad de la enseñanza media. De los individuos en que se logró
conocer su situación laboral, un 29,9% se encontraba desocupado,
un 17,3% se desempeñaba como obrero, un 14,7% como empleado
particular y el 14,3% restante al comercio.
Por otro lado, en un 96,4% de los casos se encuentra sangre en el
S.S., constituyéndose la región toráxico de la víctima como aquella don-
de se presentan con mayor frecuencia las lesiones. Además, las heridas
múltiples en la víctima son escasas, observándose en un 26,9% del total
y guardando estrecha relación con aquellos móviles sentimentales.
En cuanto a la exposición a riesgo, un 51,8% de las víctimas se
exponen voluntariamente a situaciones riesgosas para su integridad
física y un 52,5% ejecuta conductas de riesgo. Además, un 69,3% de
los sujetos se encontró con estado alterado de conciencia al momen-
to de su deceso.
Respecto al riesgo de ser abordado por el víctimario, según la re-
lación día y hora, en un 70,1% de los casos se observa una alta inci-
dencia de la variable.
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Conclusiones
La investigación buscó desarrollar una caracterización de los ho-
micidios en la Región Metropolitana, a partir de evidencias física y
psicológica recogidas del S. S. Además, se logró establecer asociación
entre características del S. S., móvil del homicidio y características
sociodemográficas del autor.
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Discusiones
El objetivo inicial del estudio era aplicar la técnica de La Elabora-
ción de Perfiles Criminales de Autores Desconocidos sobre el Análi-
sis del Sitio del Suceso (Tapias – Saldaña, A., 2002), sin embargo, debi-
do a la escasa sistematización respecto de las características de los
homicidios ocurridos en la Región Metropolitana, se hizo necesario
realizar una detallada descripción de las características de este delito.
En base a estadísticas internacionales, con relación a los países
latinoamericanos, se observa que Chile presenta la tasa de homicidios
más baja (5 por cada 100 000 habitantes), presentándose una tasa alta
en países como El Salvador, Colombia y Brasil (117, 79 y 30, respec-
tivamente) (Informes del PNUD 1998 y 1999 e informes de la CEPAL
1998). De la misma forma, si se compara con países anglosajones como
Canadá, Alemania e Inglaterra, las cifras nacionales triplican las tasas
de dichos países.
Lo anterior puede comprenderse a partir del contexto político,
social y económico de los países subdesarrollados, pues en ellos la
población alcanza menor nivel de instrucción, menor ingreso per cápita,
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Asistencia a Víctimas
Hilda Marchiori*
Argentina
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H.Marchiori, Criminología. La víctima del delito. Ed. Lerner Córdoba 1990.
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Naciones Unidas, Documento citado.
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• Personal Policial.
• Personal de Fiscalia Penal
• Personal profesional: médicos, psicólogos, trabajadores sociales.
• Personal de la Administración de Justicia.
La regla humanitaria que debe predominar es, precisamente, que la
que intervención policial, del personal de Fiscalia, de los profesionales de la
salud y sociales; de la administración de justicia, no deben agravar la situa-
ción y las condiciones de victimización en la que se encuentra la víctima.6 Se
trata de respetar, comprender, proteger y ayudar a los ciudadanos víctimas.
Son momentos de enorme importancia, tanto para la víctima, que ha sufrido
un daño intencional que provocará cambios en su vida, como tambien lo es
para los operadores del sistema penal que tienen el rol y función institucional
y social de impartir justicia y de prevenir la criminalidad.
La revictimización o victimización secundaria, es decir, una nueva
victimización hacia el ciudadano víctima, es este caso, por los opera-
dores del sistema penal, por el personal de hospitales, médicos, psi-
cólogos, trabajadores sociales, constituyen no sólo un nuevo daño a la
víctima del delito sino que provoca un descreimiento, de parte de la
víctima, en las instituciones, en la asistencia y en la justicia. En nume-
rosos casos, esta doble victimización, implicará que la víctima sienta
miedo, temor, y que abandone su colaboración en la investigación del
delito.
Aun no se comprende, cabalmente, las dificultades que enfrenta un
ciudadano al presentar la denuncia al sistema de justicia.7 La Criminología
ha enseñado que existen dos tipos de criminalidad: a) la Criminalidad
conocida, que la ingresa al sistema penal, generalmente a través de la
denuncia que realiza la víctima; b) la Criminalidad Desconocida o cifra
5
Se trata de la perspectiva institucional; en numerosas ocasiones, los vecinos, amigos y la
propia familia se constituyen en la primera linea asistencial.
6
El agravamiento de la situación de la víctima por las instituciones resulta una paradoja e
implica un mayor daño para la víctima.
7
H.Marchiori, ¿Conoce el Juez las consecuencias del delito? Colección de Derecho Penal
y Criminología. Córdoba. 1988.
90
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8
Naciones Unidas. Manual de Los Principios de Justicia.
91
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9
Naciones Unidas, doc.cit.
10
Ver Emilio Viano, Crime and its victims. Ed.Hemisphere Publishing.Nueva York 1989; E.
Viano,Victimología,Desar rollo de una nueva perspectiva. Pub. Victimología
nº1.Córdoba.1987.
92
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93
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95
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97
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3. Pericias Criminalísticas
Son fundamentales para el esclarecimiento del delito y la identifi-
cación del autor y esto debe ser informado a la víctima. En los casos
de exámenes médicos, es necesario acompañar a la víctima (especial-
mente su familia o personal profesional de salud) explicarles el valor
de esos estudios criminalísticos, casos de víctimas de delitos de viola-
ción, víctimas niños, personas discapacitadas, ancianos.
4. Testimonios- Interrogatorios
Constituyen nuevas victimizaciones, por ejemplo las víctimas de
violaciones sobre por qué no se resistieron o no se defendieron en
mayor grado, particularmente si no se presentan lesiones visibles, los
interrogatorios a niños víctimas de abuso sexual, a personas de bajo
recursos y nivel cultural.
La información sobre los fines del interrogatorio permite a la víc-
tima que no percibirá al sistema penal como persecutorio e inquisiti-
vo. Del mismo modo los interrogatorios a niños deben ser cuidado-
sos, en presencia de personas que los protejan y ayuden; la utilización
de juguetes, de muñecos anatómicos, para referirse a zonas sexuales;
o la utilización de la cámara Gessell, o de videos para evitar la repeti-
ción de interrogatorios al niño, son algunas de las técnicas que se
están aplicando en los sistemas penales. También sería necesario crear
y aplicar nuevas técnicas y métodos en los casos de delitos dentro del
grupo familiar.
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105
Victimología
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107
Victimología
108
Principios de Justicia y Asistencia para las Víctimas
I. Introducción
En las últimas décadas, las ciencias penales vienen prestando espe-
cial consideración a la posición de la víctima dentro de la estructura del
conflicto que entraña el delito2. En el contexto del Derecho Penal Ma-
*
Miembro correspondiente de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de
Córdoba. Doctor en Derecho y Ciencias Sociales Universidad Nacional de Córdoba.
Profesor de postgrado en las Universidades Nacionales de Córdoba (Especialización en
Derecho Penal y Especialización en Derecho de los Negocios); Mendoza (Diplomado en
Derecho procesal penal); La Rioja (Diplomado en Ciencias Penales) y en las Universidades
Siglo 21 [Córdoba] (Especialización en Derecho Penal Económico) y Blas Pascal [Córdo-
ba] (Especialización en Derecho penal económico). Cofundador y codirector de la revista
de investigación en Ciencias Jurídicas y Sociales “Ley, razón y Justicia”.
2
En efecto, pareciera que, poco a poco, se va mitigando aquella tendencia que, por siglos,
había caracterizado al Derec
Derechoho PPenal
enal occidental y que fuera tan bien graficada con la
expresión de Hassemer como la “neutralización de la víctima” (cfr. Winfried Hassemer –
Francisco Muñoz Conde, “Introducción a la Criminología y al Derecho Penal”, Ed. Tirant
Blanch, Valencia, 1989, pág. 29). Para la evolución histórica de este proceso, Vid. Gerardo
Landrove Díaz, “Victimología”, Ed. Tirant lo Blanch, Valencia, 1990, pág. 22 y sgs. Hemos
aclarado que, la característica reseñada, es propia de nuestra cultura occidental por cuan-
to, no ocurre lo mismo, por ejemplo, en los sistemas jurídicos Africanos, en donde la
109
Victimología
reparación personal ha sido siempre uno de sus mas prominentes rasgos. Sobre estos
sistemas, cfr. el muy valioso trabajo de Charl Cilliers, “La reparación como alternativa al
encarcelamiento. La experiencia Africana”, “Cuadernos de Criminología” Nº 2, Enero de
1994, “Instituto de Criminología”, Santiago de Chile, pág. 95 y sgs.
3
Cfr. Jesús María Silva Sánchez, “Aproximación al Derecho Penal contemporáneo”, J.M.
Bosch Editor, Barcelona, 1992, pág. 48.
4
Expresa Jesús María Silva Sánchez (“Victimología y Derecho Penal. Introducción a la
‘Victimodogmática’”, en: “Perspectivas sobre la política criminal moderna”, Edit. Ábaco,
Bs. As., 1998, pág. 150/151) que: “La victimodogmática (...) trata de examinar hasta qué
punto (y en qué términos) el reconocimiento de la existencia - en algunos supuestos
delictivos - de víctimas que contribuyen al hecho delictivo puede conducir a afirmar que
éstas son corresponsables del mismo (por haber contribuido a él con actos dolosos o
imprudentes) y, seguidamente, influir (...) en la responsabilidad criminal del autor”.
110
Principios de Justicia y Asistencia para las Víctimas
5
Así lo reconoce Julio B. J. Maier, “El ingreso de la reparación como tercera vía al Derecho
penal argentino”, en: “El Derecho Penal hoy. Homenaje al Prof. David Baigún”, Editores
del Puerto, Bs. As., 1995, pág. 42. También pone en evidencia este extremo, Julio A.
Rodríguez Delgado, “La reparación como sanción jurídico penal”, Nueva Doctrina Penal,
1999/A, pág. 142.
6
Esta sistematización requiere la siguiente aclaración preliminar: no en todos los casos, el
sistema legislativo que se menciona para la ejemplificación, ha receptado un “modelo
puro”. En efecto, y como lo señalaremos cuando así corresponda, algunas legislaciones
han estructurado, en lo que a la función de la reparación se refiere, sistemas que podría-
mos calificar como mixtos.
111
Victimología
112
Principios de Justicia y Asistencia para las Víctimas
11
Incluida en el catálogo de “Penas y medidas de seguridad” a través del art. 24. 6 de dicho digesto.
12
Por cierto que ésta no es la única función que desempeña la reparación dentro del sistema
de reacciones frente al ilícito penal en México. En efecto, además de estar prevista como una
pena pública, la reparación tiene incidencia sobre dos aspectos: a) por una parte, como
requisito para el logro de la concesión de algunos institutos vinculados con la individualización
de la sanción; concretamente la modalidad de ejecución condicional de la pena impuesta (en tal
sentido, el art. 90, Fracción II, letra “e” supedita el goce de este beneficio a que el sentenciado
repare el daño causado); y b) para prescindir de la pena en los casos de responsabilidad por
delito de fraude, siempre que no exista oposición del ofendido (art. 399 bis).
113
Victimología
13
Por eso dice Roberto Reynoso Dávila, “Teoría general de las sanciones penales”, Ed. Porrúa,
México, 1996, pág. 199: “En cuanto a la responsabilidad de la reparación del daño exigible a
personas distintas del inculpado, no implica pena tr ascendental, prohibida por el ar
trascendental, tículo 22
artículo
Constitucional, supuesto que dicha responsabilidad no tiene carácter de pena pública sino
de responsabilidad ci vil”
civil”
vil”(lo destacado nos corresponde). Empero, y pese a la previsión
normativa( art. 34, párrafo 3ro), alguna doctrina se muestra igualmente crítica. Así, Ignacio
Villalobos (“Derecho Penal Mexicano”, Ed. Porrúa, México, 1975, pág. 622/623) expresaba:
“Ya en afirmar que la reparación del daño es una pena pública había un error, puesto que las
sanciones civiles y las penales tienen cada una su naturaleza propia, diversa una de otra, y no es
dado pensar en una omnipotencia legislativa que pudiera reducir una esencia a otra esencia;
pero ante la necesidad de conceder acción en contra de (...) (terceros) ( – alusión al artículo
32 - ) y experimentando seguramente la sensación del absurdo creado, se creyó resolver el
problema mediante lo que seguramente pareció un sencillo distingo, y se dijo: ‘ Cuando la
reparación deba exigirse a terceros, tendrá el carácter de responsabilidad civil’. Con esto se
incur ría en una ffalta
incurría alta ma
mayoryor
yor,, pues si er
errrado había sido af irirmar
afir mar que una cosa es lo que no es
es,,
en peores condiciones se coloca quien sostiene que la cosa es y no es, de acuerdo con sus
par ticulares con
particulares veniencias” (El énfasis y la aclaración nos pertenecen). Por fin, hay autores
conveniencias”
que se limitan a glosar la solución legal sin arriesgar opinión sobre el extremo (cfr., Gustavo
Malo Camacho, “Derecho Penal Mexicano”, Ed. Porrúa, México, 1998, pág. 637).
114
Principios de Justicia y Asistencia para las Víctimas
115
Victimología
en los que, la reparación del daño aparece como exigencia previa para
obtener, en el caso de penas privativas de derechos, la rehabilitación.
Como ejemplo de esta tendencia puede mencionarse al Código Penal
Suizo21.
116
Principios de Justicia y Asistencia para las Víctimas
24
Cfme. Paul Johan Anselm Ritter Von Feuerbach, “Tratado de Derecho Penal común
vigente en Alemania”, Traducción al castellano de la 14ª edición alemana, por Eugenio Raúl
Zaffaroni e Irma Hagemeier, Ed. Hammurabi, Bs. As., 1989, pág. 60.
25
Cfme. Mir Puig, op. cit., pág. 51.
26
Seguimos para esta descripción dos trabajos del autor: “Derecho Penal. Parte General.
Tº I – Fundamentos. La estructura de la Teoría del Delito”, Traducción y notas de Diego
Manuel Luzón Peña – Miguel Díaz y García Conlledo – Javier de Vicente Remesal, Ed. Civitas,
Madrid, 1997, pág. 91 y 92 y “La reparación en el sistema de los fines de la pena”, en AA. VV.,
“De los delitos y de las víctimas”, op. cit., pág. 129 y ss.
117
Victimología
27
Cfme. Roxin, “Derecho Penal (...)”, op. cit., pág. 109.
28
Es muy interesante observar cómo un documento legislativo vigente, cual es el Código Penal
(Federal) de Canadá incluye, a la reparación como uno de los fines de la pena. Así lo dispone
en el artículo 718: “The fundamental purpose of sentencing is to contribute, along with crime
prevention initiatives, to respect for the law and the maintenance of a just, peaceful and safe
society by imposing just sanctions that have one or more of the following objectives: (…) (e)
to provide reparations for harm done to victims or to the community; and (f ) to promote a
sense of responsibility in offenders, and acknowledgment of the harm done to victims and to
the community”.
29
Cfme. Roxin, “La reparación...”, op. cit., pág. 151, y la bibliografía específica que menciona en
la nota nº 53.
30
Editorial Lerner, Córdoba, 2000, pág. 80 y siguientes.
118
Principios de Justicia y Asistencia para las Víctimas
31
Cfme. Roxin, “ Derecho Penal (...)”, op. cit., pág. 109/110.
32
Cfr. “Sanciones intermedias(...)”, op. cit., pág. 169/170.
119
Victimología
33
Cfme. Roxin, “La evolución de la política criminal, el derecho penal y el proceso penal”,
Ed. Tirant lo Blanch, Valencia, 2000, pág.35.
34
Dice, textualmente, la norma: “Cuando el autor: 1. se haya esforzado seriamente por
acordar una compensación con el perjudicado (compensación autor – víctima), le haya
restablecido en su mayor parte en la situación jurídica anterior, o 2. haya indemnizado a la
víctima totalmente o en su mayor parte, en una situación en la que la reparación de los
daños le exija notables prestaciones o renuncias personales, el tribunal podrá atenuar la
pena de acuerdo al (parágrafo) 49, apartado I o, cuando no se deba aplicar una pena mayor
de un año de privación de libertad o de una multa de hasta trescientos sesenta días – multa,
privar de pena”.
120
Principios de Justicia y Asistencia para las Víctimas
35
Conforme con la distinción, al analizar comparativamente el texto del Proyecto Alterna-
tivo con el parágrafo 167 del Código Penal Austríaco, Hirsch, “La reparación del daño (...)”,
op. cit., pág. 72.
36
Según Eser, op. cit., pág. 284, el instituto tiene una generosa aplicación en la praxis judicial.
37
Sin embargo, no se crea que este instituto (el de la mediación) busca solamente
obtener que la víctima encuentre una atención suficiente que, en el proceso penal con-
vencional, - por regla - no se le da. A este objetivo debe añadirse otro que, en ocasiones,
se torna prevaleciente: superar las serias dificultades de gestión del sistema judicial. Es por
eso que, un sector calificado de la doctrina, luego de reseñar las tensiones que produce,
para las garantías del imputado, la incorporación a tales programas (v. gr.: que la “volunta-
riedad” es relativa por cuanto el imputado sabe que si fracasa la mediación le espera el
proceso penal y la sanción convencional, con lo que – en rigor – acude a estos programas
121
Victimología
122
Principios de Justicia y Asistencia para las Víctimas
40
Cfme. Anitua – Borinsky, “Principios de legalidad(...)”, op. cit., pág. 471.
41
Así expresa Marie – Clet Desdevises, “L’évaluation des expériences de médiation entre
délinquants et victimes: l’exemple britannique”, Revue de Science Criminelle et de Droit
Pénal Comparé, nº I, Enero – Marzo, 1993, pág. 60: “L’accord sur la réparation des intérêts
civils peut avoir une incidence sur les poursuites pénales. Selon l’ étape de la procédure au
cours de laquelle est organisée la médiation, les effets sur l’action publique sont variables: un
rapport sur la médiation est transmis aux autorités chargées de la mise en oeuvre des
poursuites, qui peuvent juger inutile de les exercer (...)”.
42
Esta limitación, que – en nuestro caso - responde a una cuestión de extensión material
del aporte confiado, no desconoce que, en la legislación penal especial, existen institucio-
nes que vinculen la reparación con la solución del conflicto. Quizá, uno de los ejemplos más
conocido de ello, esté representado por el artículo 16 de la ley 24.769 (Ley penal tributaria).
Tal norma expresa: “En los casos previstos en los artículos 1º y 7º de esta ley, la acción penal
se extinguirá si el obligado acepta la liquidación o en su caso la determinación realizada por
el organismo recaudador, regulariza y paga el monto de la misma en forma incondicional y
total, antes de formularse el requerimiento fiscal de elevación a juicio. Este beneficio se
otorgará por única vez por cada persona física o de existencia ideal obligada”. Sobre dicho
texto legal, y su orientación político criminal, cfr. Marcelo Alfredo Riquert, “Cuestiones de
Derecho Penal y Procesal Penal Tributario”, Ed. Ediar, Bs. As., 1999, pág. 121 y ss. El
antecedente inmediato de esta norma debe buscarse en el artículo 14 de la ley 23.771.
Sobre él, vid. Julio B. J. Maier – Alberto Bovino, “Ensayo sobre la aplicación del art. 14 de la
ley 23.771. ¿El ingreso al derecho penal de la reparación como tercera vía?”, en: AA. VV.,
“Delitos no convencionales”, Ed. Del Puerto, Bs. As., 1994.
123
Victimología
43
Esto no significa que, este concepto, sea utilizado en todos los casos por el Código PPenal
enal
argentino. Como lo veremos, en los desarrollos siguientes, en algunos casos, la idea de
argentino
reparación puede equipararse a éste concepto amplio que proponemos en el texto; empero,
en otras hipótesis legales (las más frecuentes), aquella noción quedará limitada a un resarci-
miento estrictamente patrimonial, en los términos del derecho privado.
44
Lo que sí ocurre en los modelos en que, la reparación, conforma una pena pública, como,
por ejemplo, la ya referida “compensation order”.
45
Cfr. Bovino, “La participación de la víctima en el procedimiento penal”, en: “Problemas de
Derecho Procesal Penal contemporáneo”, Editores Del Puerto, Bs. As., 1998, pág. 95/96.
46
Lo que se justifica por lo novedoso de esta problemática. Empero, no se crea tampoco,
que los más recientes documentos legislativos así lo hacen. A título de ejemplo, el Código
Penal Francés vigente a partir del 1º-3–1994 (Ley 92-1336, del 16–12–1992), si bien contie-
ne institutos que se vincula con la reparación, tampoco lo legisla orgánicamente. Quizá, sólo
el Proyecto Alternativo sobre reparación del daño haya sido el único intento dirigido a dar
unidad legislativa al tema.
124
Principios de Justicia y Asistencia para las Víctimas
47
En rigor, es en estos institutos en donde se muestra, más acabadamente, una auténtica
solución del conflicto. Es cierto que, con la ejecución de la pena Estatal, se clausura la
instancia formal de control (abierta para ese caso). Pero ello no significa, en modo alguno,
que ni los protagonistas de la situación delictiva ( en particular, la víctima) ni la sociedad,
hayan encontrado una verdadera solución. Quizá, en un modelo de justicia, en donde la
ilicitud se define como el mero quebrantamiento de la voluntad del soberano materializa-
da en la norma jurídico penal, ello pueda ser así (“Justicia Punitiva”). Pero no lo es en un
modelo de “Justicia Reparatoria”. En esta última concepción (“Justicia Reparatoria”), “(...)
se incorpora a la víctima y a la comunidad en la solución del conflicto, ya que parte de la
definición del crimen como un problema de orden interrelacional. En este modelo, entre
todos debe intentarse reparar la relación quebrada; cuando alguien delinque, no sólo viola
una norma, un bien jurídico abstracto, sino que lesiona concretamente a una persona, a
una comunidad, y es por ello que en el proceso de reparación deben intervenir activa-
mente todas las partes involucradas” (cfme. César Fortete, “La diversión: una vía alterna-
125
Victimología
2. El marco normativo
A. La función de la reparación en los casos de imposición de pena
a. El ofrecimiento de reparación como atenuante en el proceso de
individualización del quantum de la pena.
A diferencia de lo que ocurriera con otros documentos en el pro-
ceso legislativo nacional, el Código Penal vigente no incluye, de mane-
ra expresa, al ofrecimiento de reparación como una circunstancia a
tener en cuenta al momento de mensurar la pena48. Ello, sin embargo,
no ha impedido que, a través de la elaboración dogmática – y siempre
dentro del tratamiento del artículo 41 -, se sostenga que, a esta cir-
cunstancia, se le debe otorgar relevancia atenuante. En este punto,
puede decirse que existe un alto grado de consenso49.
En donde no parece existir tanto acuerdo es en relación al con-
creto fundamento normativo a partir del cual se puede extraer la cir-
cunstancia; esto es: cuál de los incisos del mencionado artículo y, a su
vez, dentro de cada uno de ellos, en cuál expresión legal particular.
Así, hay quienes sostienen que, esta atenuante se “relaciona” con
la expresión legal traída por el artículo 41, inciso 1º y referida a la
“extensión del daño” causado por el delito50. Sin embargo, a nuestro
tiva para la resolución de conflictos penales”, “Ley, Razón y Justicia”, Neuquen, Año 2 –
Nº 2, Setiembre 1999 – Enero 2000, pág. 110 /111). Realiza, también, un valioso análisis
sobre estos conceptos, Alberto Bovino, “La participación de la víctima (...)”, op. cit., pág.
96.
48
La circunstancia era tenida en cuenta en forma expresa, por ejemplo, en el Código
redactado por Carlos Tejedor (adoptado, entre otras, como texto vigente, por la Provin-
cia de Buenos Aires). En efecto, el art. 188, inc. 6º establecía que: “La criminalidad
disminuye (...) 6º Cuando resulta de los antecedentes ó de su conducta durante ó
después del hecho, que su perversidad y desmoralización son todavía poco avanzadas”.
Y, en el artículo 189, se consideraba como una pauta indiciaria de la escasa “perversidad”,
a que el condenado se esforzara “real y espontáneamente, por impedir las consecuencias
del crimen ó reparar sus efectos perjudiciales” (inc. 2º). Para el texto de este documento
legislativo, cfr. Eugenio Raúl Zaffaroni – Miguel Alfredo Arnedo, “Digesto de Codificación
Penal Argentina”, Ed. A-Z, Tº I, Bs. As., 1996.
49
Así, Patricia S. Ziffer, “Lineamientos de la determinación de la pena”, Ed. Ad – Hoc, Bs.
As., 1996, pág. 166: “Existe acuerdo casi unánime en otorgar relevancia atenuante a los
esfuerzos del autor para lograr la reparación del daño (...)”.
50
Así, Jorge De la Rúa, “Código Penal Argentino. Parte General.”, 2ª edición, Ed.
126
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Depalma, Bs. As., 1997, pág. 716, Nº 144: “También la regla en estudio se relaciona con
el daño del inc.1 (...). Así, es atenuante el ofrecimiento de reparar (...)”. Debe destacarse,
sin embargo, que este autor realiza una vinculación pero no una identif icación de la
identificación
circunstancia tratada con la expresión legal contenida en el mencionado inciso 1º.
51
Cfme. Ricardo C. Núñez, “Manual de Derecho Penal. Parte General”, 4ª edición actua-
lizada por Roberto E. Spinka y Félix González, Ed. Lerner, Córdoba, 1999, pág. 285.
52
Ricardo C. Núñez, “Tratado de Derecho Penal”, Tº II, Ed. Lerner. Córdoba, 1988, pág.
458. Este autor argumenta de tal modo a partir de una interpretación semántica de la
norma, haciendo hinca pié en la expresión legal : “los demás antecedentes y condiciones
personales(...)”. También, por el criterio enunciativo, De la Rúa, “Código Penal(...)”, op.
cit., pág. 699, Nº 68, quién a los motivos de Núñez, aduna el sentido de los precedentes.
En contra, sosteniendo que la enumeración del artículo 41 es taxativa, pero extensible
por analogía, Marcelo Finzi “La adaptación de la pena al delincuente según los arts. 40 y 41
del Código Penal. Atenuantes y agravantes”, Dirección general de publicidad de la Univer-
sidad Nacional de Córdoba, 1954, Nº 13, 14 y 15.
53
Cfme. Núñez, “Tratado (...)”, op. cit., Tº II, pág. 458.
127
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54
Cfme. Eugenio Raúl Zaffaroni – Alejandro Alagia – Alejandro Slokar, “Derecho Penal.
Parte General”, Ed. Ediar, Bs. As., 2000, pág. 1002.
55
En efecto, la jurisprudencia ha considerado, entre las circunstancias posteriores al delito
con efecto atenuante, al ofrecimiento de reparación. Así: C.C. Capital, Sala 2ª, in re
“Penela”, L.L. 1982 – B – 131, “La pena impuesta puede ser objeto de alguna disminución,
en atención al arrepentimiento que trasuntan los dichos del imputado y su intención de
reparar el perjuicio causado, habida cuenta – desde luego –de los demás índices mesurativos
que tuvo en cuenta el juez para efectuar la graduación”.
128
Principios de Justicia y Asistencia para las Víctimas
56
Cfme. De la Rúa, “Código Penal (...)”, op. cit., pág. 702, Nº 81. En la jurisprudencia, se
trata, también, de un criterio aceptado desde antiguo. Así: C.A. San Nicolás, 7/5/57, J.A.,
1958 – I – 9, nº 87: “No reviste el carácter de atenuante la recuperación para el dueño de
lo sustraído cuando no proviene del arrepentimiento del ladrón sino de la acción policial”.
El mismo parecer, C.C. La Plata, 14/10/69, J.A., res. 1970 – 342, nº 7; C.C. Mar del Plata,
20/8/70, J.A., res. 1971 – 546, nº 10.
129
Victimología
130
Principios de Justicia y Asistencia para las Víctimas
vación de libertad”.
Y bien, ¿que debe entenderse por “actitud posterior al delito”?
Se trata de “un elemento de juicio que debe valorarse en orden a la
determinación de la personalidad moral del imputado y que puede (...)
adquirir a veces gran importancia ora para una prognosis favorable, ora
como alerta peyorativa sobre una futura posible carrera delictiva”61.
Precisamente, en el marco de esta expresión legal, según la inter-
pretación pacífica realizada por nuestra doctrina, se ha incluido, entre
otros comportamientos del autor, tanto a la restitución de lo sustraí-
do (v. gr. en los delitos contra la propiedad) como a la reparación total
o parcial del daño62.
Como podrá advertirse, en el caso de nuestro derecho positivo,
la consideración de la reparación se encuentra vinculada con uno de los
presupuestos de concesión del beneficio. Dicho en otras palabras: la re-
paración del daño, en cuanto una manifestación del comportamiento del
autor posterior al delito, constituye un dato significativo favorable, que de-
berá valorar el Juez en el contexto de las demás condiciones personales
del condenado, como sintomático en orden al pronóstico de conveniencia
61
Cfme. Isidoro De Benedetti – Carolina Mercedes Pera Martínez de De Benedetti, en:
David Baigún – Eugenio Raúl Zaffaroni (Directores), “Código Penal y normas complemen-
tarias. Análisis doctrinario y jurisprudencial”, Tº 1, Ed. Hammurabi, Bs. As., 1997, pág.
379/380. El mismo criterio, Ricardo C. Núñez, “Las disposiciones generales del Código
Penal”, Ed. Lerner, Córdoba, 1988, pág. 91/92: “La actitud del condenado posterior al
delito alude a su comportamiento respecto a su delito y a su víctima. Su jactancia o
indiferencia con motivo del primero y su indiferencia o mal querencia hacia la segunda son
actitudes reprochables que no son favorables a beneficiarlo con la condenación condicio-
nal. Por el contrario, su arrepentimiento por lo sucedido, su conmiseración o ayuda a la
víctima o a su familia, así como la confesión espontánea de su responsabilidad y la coope-
ración de la investigación de la verdad, señalan en contra de la probabilidad de que el
condenado siga el camino de la delincuencia y a favor de la probabilidad de que su libertad
no constituirá un aporte a la delincuencia”.
62
Así: Ledesma, “Las reformas (...)”, op. cit., pág. 43; De Benedetti – Pera Martínez de De
Benedetti, en Baigún – Zaffaroni, “Código Penal (...)”, op. cit., Tº 1, pág. 380; Justo Laje
Anaya – Enrique Alberto Gavier, “Notas al Código Penal Argentino”, Tº I, Ed. Lerner,
Córdoba, 1994, pág. 116, nota nº 10 ; De la Rúa, “Código Penal (...)”, op. cit., pág. 399
(especialmente, a través de la nota nº 138).
131
Victimología
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Principios de Justicia y Asistencia para las Víctimas
133
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134
Principios de Justicia y Asistencia para las Víctimas
rrecta la apreciación que sostiene que, esta regla, debe ser interpreta-
da “como (la) posibilidad relativa adecuada a la ecuación económica
del condenado y las responsabilidades de tal índole que tenga a más
de la obligación de indemnizar”72. Dicho en otros términos: a la ley le
interesa la reparación del daño. Sin embargo, si esta no es del todo
posible, en atención a la particular situación económica en que vive el
condenado, el sincero ofrecimiento que realiza en esa dirección (aún
cuando no alcance a los montos fijados en la condena) deberán ser
tomados por el juez “como síntoma revelador de la existencia de un
arrepentimiento activo”73.
Un último aspecto que ha merecido cierta controversia en la ju-
risprudencia es el siguiente: supuesto el delito de lesiones u homici-
dio culposos en ocasión de un accidente de tránsito, sí la reparación
civil es asumida por la aseguradora, ¿podrá el condenado, luego de
verificadas las otras condiciones legales previstas por el artículo 20 bis
del Código Penal, solicitar la rehabilitación?
La doctrina judicial, lo acabamos de anticipar, no es pacífica en
este punto, detectándose fallos en ambos sentidos 74.
Consideramos, por nuestra parte, que la respuesta debe ser afir-
mativa, por cuanto, como ya lo dijéramos en relación a otra cuestión,
la asunción de responsabilidad por parte de la aseguradora no es algo
gratuito sino que supone, en el contratante un sacrificio positivo que,
en principio, no pareciera justo que se ignore en estos casos.
72
Cfme. De la Rúa, “Código Penal(...)”, op. cit., pág. 296, Nº 124.
73
Cfme. Bernardo Jorge Rodríguez Palma, “La inhabilitación en el derecho penal”, Lerner
Editores Asociados, Bs. As., 1984, pág. 150.
74
Pareciera no concederle valor la Cám. Penal de Dolores ( Bs. As.), 12/9/85, L.L. 1986-
A- 641: “No corresponde interpretar como comprendido en los términos del art. 20 ter
del Cód. Penal que exige ‘reparar los daños en la medida de lo posible’, a los efectos de
otorgar la rehabilitación al penado, el hecho de que la aseguradora haya reconocido la
existencia de un seguro sin límites respecto a daños a terceros en el juicio civil que se
iniciara a quien ahora solicita dicha rehabilitación”. Por el contrario, admite el valor de esta
situación, la C.N. Crim. y Correc., Sala IV, 18/3/82, Rep. LL, 42-II-2295: “Corresponde hacer lugar
al pedido de rehabilitación del condenado, ya que surge de los dichos de la víctima que la
aseguradora del condenado trató de indemnizar el daño causado, suspendiéndose el
tratamiento de la cuestión referida al monto ofrecido por la actitud de aquélla, no siendo
procedente que la rehabilitación quede a expensas de la voluntad de la damnificada,
máxime cuando el encausado trató de reparar el daño”.
135
Victimología
136
Principios de Justicia y Asistencia para las Víctimas
que no se reclama78.
Empero, la cuestión interpretativa más espinosa se vincula con el
posible disenso en orden a los montos. Una solución prudente es la
realizada por De la Rúa: “(...) tratándose de la valoración de un ele-
mento normativo de un beneficio penal, el tribunal podrá en tales
casos formular una estimación, y ésa será la que se deberá pagar (...)”79.
¿Qué ocurre, empero, si la víctima no considera suficiente el monto
estimado?
En principio, pareciera que, la disconformidad de la víctima en rela-
ción a este extremo, no impediría la concesión del beneficio. Ello por
cuanto, interpretar lo contrario supondría dejar librado a la exclusiva
voluntad de ésta la operatividad del instituto; situación que no parece
compadecerse con la estructura del beneficio en nuestro sistema80.
Claro está que, la hipótesis anterior (esto es: no aceptación de la
estimación del Juez Penal) no impide que, la víctima, que hubiese ini-
ciado su reclamo en sede civil, continúe el ejercicio de la acción ante
el órgano jurisdiccional específico por la diferencia de montos (es decir:
entre lo estimado y pagado con lo pretendido).
Por fin, y a partir del propio sentido lingüístico de la norma, no
bastará con que el autor ofrezca reparar el daño, sino que, para que
funcione la causa extintiva será menester que, efectivamente pague el
monto de reparación fijada.
78
Cfme. De la Rúa, “Código Penal (...)”, op. cit., pág. 1106, Nº 9.
79
Cfme. De la Rúa, op. y loc. Cit. en nota anterior.
80
Repárese en que, el texto legal, diseña el instituto, haciéndolo depender de la voluntad
del imputado, de su propia determinación. Así lo sostiene Balcarce ( en : Lascano, “Lec-
ciones...”, op. cit., T° 2, pág. 355).
81
Cfme. Julio De Olazábal, “Suspensión del proceso a prueba”, Ed. Astrea, Bs. As., 1994, pág. 20.
137
Victimología
82
Cfme. Luis M. García, “La suspensión del juicio a prueba según la doctrina y la jurispru-
dencia (Un ejercicio dialéctico a poco más de un año de entrada en vigencia de la ley
24.316)”, Cuadernos de Doctrina y Jurisprudencia Penal, Año II, Nº 1 – 2, Ed. Ad. – Hoc,
Bs. As., 1996, pág. 351. La aclaración nos pertenece.
83
García, op. cit., pág. 321, lo ubica como uno de los “presupuestos subjetivos”; Alberto
Bovino, “La suspensión del procedimiento penal a prueba en el Código Penal Argentino”,
Ediciones Del Puerto, Bs. As., 2001, pág. 125, como un “requisito de admisibilidad”; y
Gustavo L. Vitale, “suspensión del proceso penal a prueba”, Ediciones Del Puerto, Bs.
As., 1996, pág. 124, lo denomina “condición”.
138
Principios de Justicia y Asistencia para las Víctimas
84
Cfme. Bovino, “La suspensión (...)”, op. cit., pág. 133/134.
85
Cfme. Bovino, “La suspensión (...)”, op. cit., pág. 137. El mismo criterio, Eleonora
Devoto, “Expropiación del conflicto, reparación del daño causado y probation”, Cuader-
nos de doctrina y jurisprudencia penal, Ed. Ad – Hoc, Bs. As.,1997, Año 3 – Nº 4 – 5, pág.
441. En un trabajo anterior, empero, la autora había consignado sus dudas frente a un
concepto tan amplio. Así, cfr. “Probation e institutos análogos”, Din Editora, Bs. As.,
1995, pág. 96.
86
Cfme. Laje Anaya – Gavier, “Notas al Código Penal”, op. cit., Tº 1, pág. 415, nota Nº 13.
139
Victimología
87
Cuando Dalmacio Vélez Sársfield redactó el original art. 1083 del Código Civil, estable-
ció un sistema de resarcimiento exclusivamente pecuniario, salvo el caso en que hubiere
lugar a la restitución del objeto que hubiese hecho la materia del delito. No obstante ello,
con la reforma operada al Código Civil por la ley 17.711, se receptó, en nuestro medio, la
enorme influencia y trascendencia del Código Civil Alemán de 1900, que había disciplinado
un sistema de reparación in natura o en especie. La preferencia por este sistema, se ha
dicho, se explica por cuanto “el resultado ideal de una condena, es el de llegar a suprimir,
a borrar el daño causado por la culpa del demandado, en lugar de dejar subsistente ese
daño procurando a la víctima un simple equivalente” (Cfme. Luis O. Andorno, comentario
al art. 1083 del C.C., en Alberto J. Bueres (Director) - Elena I. Highton (coordinadora),
“Código Civil y normas complementarias. Análisis doctrinario y jurisprudencial”, Tº 3-A,
Ed. Hammurabi, Bs. As., 1999, pág. 242). Para este concepto (reparación “in natura”),
cfr., en la doctrina iusprivatista, Gabriel A. Stiglitz – Carlos A. Echevesti, en: Jorge Mosset
Iturraspe (Director) – Aída Kemelmajer de Carlucci (Coordinadora), “Responsabilidad
civil”, Ed. Hammurabi, Bs. As., 1997, pág. 292 y ss.
140
Principios de Justicia y Asistencia para las Víctimas
88
Aulis Aarnio, “Lo racional como razonable”, Centro de estudios constitucionales,
Madrid, 1991, pág. 147.
89
No requieren constitución: Laje Anaya – Gavier, “Notas al Código Penal (...)”, op. cit.,
Tº I, pág. 415, nota nº 13; Bovino, “La suspensión (...)”, op. cit., pág. 148; Marcelo Sayago,
“Suspensión del juicio a prueba. Aspectos conflictivos”, Ed. Lerner, Córdoba, 1999, pág.
43 y ss. Lo exigen: Aída Tarditti, “Probation – Ley 24.316: lo bueno y lo malo”, Semanario
Jurídico Nº 994, 21/VII/1994; Carlos Edwards, “La probation en el Código Penal Argen-
tino. Ley 24.316”, Ed. Lerner, Córdoba, 1994, pág. 55 y sgs.
90
Cfr. Cesano, “Relaciones entre la acción civil y la acción penal”, en Félix A. Trigo
Represas – Marcelo J. López Mesa, Tratado de la responsabilidad civil, Ed. La Ley, Buenos
Aires,2004, pp. 613-616. Sobre la base de estos argumentos abandonamos nuestra pos-
tura anterior que explicitamos en “Reparación y resolución del conflicto: su tratamiento
en el Código Penal Argentino”, en Nuevas formulaciones en las ciencias penales. Homenaje a
Claus Roxin,, Ed. Lerner,Córdoba, 2001, p. 526.
141
Victimología
142
Principios de Justicia y Asistencia para las Víctimas
94
Así la denominan Zaffaroni – Alagia – Slokar, “Derecho Penal (...)”, op. cit., pág. 842. La
doctrina prevaleciente habla de una excusa absolutoria. Por todos, cfr. Núñez, “Tratado
(...)”, op. cit., Tº III – Vol. II, pág. 197.
95
Cfme., Núñez, op. y loc. cit. en nota anterior.
96
Cfme. Carlos Creus, “Derecho Penal. Parte Especial”, Ed. Astrea, Bs. As., 1997, Tº I,
pág. 164.
97
Cfme. Maier, “La reparación (...)”, op. cit., pág. 50.
98
Esto es el instituto denominado “casamiento con la ofendida”.
143
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99
Cfr. “Revista La Ley. Antecedentes Parlamentarios”, Nº 5, pág. 1617.
100
Así: Víctor Felix Reinaldi, “Los delitos sexuales en el Código Penal Argentino. Ley
25.087”, Ed. Lerner, Córdoba, 1999, pág. 246 y 247 ; Edgardo Alberto Donna, “Delitos
contra la integridad sexual”, Ed. Rubinzal – Culzoni, Santa Fe, 2000, pág. 194; Ana Lombardi,
“Avenimiento de la víctima con el imputado”, “Ley, Razón y Justicia”, Año 2 – Nº 4,
Neuquen, Agosto de 2000 – Enero de 2001, Alveroni ediciones, pág. 151/153.
144
Principios de Justicia y Asistencia para las Víctimas
101
Cfme. Enrique A. Gavier, “Delitos contra la integridad sexual. Análisis de la ley Nº
25.087”, Ed. Lerner, Córdoba, 1999, pág. 109.
102
Así, Donna, op. cit., pág. 194. Víctor Felix Reinaldi, por su parte, en la actualización al
“Manual de Derecho Penal. Parte Especial”, de Ricardo C. Núñez (Ed. Lerner, Córdoba,
1999, pág. 127) no duda en calificarla como la “primera admisión legislativa de conciliación
en materia penal”.
103
Cfme. Lombardi, op. cit., pág. 141; Reinaldi, op. cit., pág. 248.
104
Cfme. Lombardi, op. cit., pág. 141; Reinaldi, op. cit., pág. 248.
105
Cfme. Oscar Raúl Pandolfi, “Delitos contra la integridad sexual”, Ed. La Rocca, Bs. As.,
1999, pág. 128.
106
Cfme. Lombardi, op. cit., pág. 141.
107
Formula el interrogante, Donna, op. cit., pág. 196.
108
Así, Reinaldi, op. cit., pág. 248.
145
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146
Principios de Justicia y Asistencia para las Víctimas
110
En rigor, el artículo 12 del anteproyecto, se limita a definir la pena de multa, como sanción
principal. Consideramos, entonces, que la remisión normativa se vincula, más bien, con el
artículo siguiente; precepto que establece, como sistema de cuantificación, la modalidad de
días multa.
111
El elenco de instrucciones, que no es taxativo (cfr. artículo 24, inciso i, a contrario sensu) es
mucho mayor y comprende: fijar residencia; observar las reglas de inspección o asistencia
establecidas por el juez; adecuar un trabajo adecuado a su capacidad y preferencias; asistir a
cursos o conferencias o reuniones de enseñanza; someterse a un tratamiento o control
médico o psicológico, en caso de padecimiento que dificulte las relaciones sociales; abstener-
se de concurrir a determinados lugares o de relacionarse con ciertas personas; abstenerse de
abusar del consumo de bebidas alcohólicas o tóxicos y aceptar los exámenes de control.
112
La multa reparatoria podrá ser utilizada como sustituto en forma única o conjuntamente
con las siguientes penas: detención de fin de semana, trabajos para la comunidad, limitación o
prohibición de residencia y sometimiento a instrucciones.
147
Victimología
V. Conclusiones
Del análisis precedente es factible extraer las siguientes conclusiones:
1. Las funciones de la reparación en la resolución del conflicto
derivado del delito se limitan, en el marco de nuestro Código
Penal, a incidir: a) sobre la pena a imponer en la sentencia de
condena, buscando un efecto atenuante de ésta y b) como
requisito de institutos con efecto extintivo o cancelatorio de
la potestad represiva estatal.
2. El efecto vinculado con la atenuación de la reacción penal
113
La reparación del daño, además, opera como presupuesto para la aplicación de otros
criterios de oportunidad establecidos por este mismo artículo; concretamente: insignifi-
cancia y pena natural (incisos a y b, artículo 49).
148
Principios de Justicia y Asistencia para las Víctimas
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150
Principios de Justicia y Asistencia para las Víctimas
151
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legio y por la cual las mujeres y los niños son las principa-
les víctimas. Si no se detiene, tiende a repetirse, a incre-
mentar su intensidad y frecuencia. Este es un problema
que se manifiesta en todos los niveles y clases sociales.
1
Consideraciones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, en Ley de
Asistencia y Prevención de la Violencia Familiar, I Asamblea Legislativa del Distrito Federal,
Colección Ordenamientos Jurídicos, México, 1998, p. 15.
152
Principios de Justicia y Asistencia para las Víctimas
2
Guerrero Cavides, Elizabeth Consultora. Informe sobre violencia contra las mujeres en
América Latina y el Caribe Español. Balance de una década. UNIFEM 1990-2000, elaborado
por ISIS Internacional para UNIFEM Latinoamérica, Santiago de Chile, Abril, 2002, p. 5.
3
Estrategias para luchar contra la Violencia Doméstica: Un Manual de Recursos. Oficina de las
Naciones Unidas en Viena. Centro de Desarrollo Social y Asuntos Humanitarios.ONU,
Sociedad Mexicana de Criminología, Cruz Roja Mexicana, Naciones Unidas, Nueva Cork,
1997.
153
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154
Principios de Justicia y Asistencia para las Víctimas
4
La Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la
Mujer fue adoptada por la Asamblea General de la Organización de los Estados America-
nos, en junio de 1994 en Belém do Pará, Brasil).
5
Guerrero Cavides, Elizabeth Consultora.
Informe sobre violencia contra las mujeres en América Latina y el Caribe Español. Balance de una
década.UNIFEM 1990-2000, elaborado por ISIS Internacional para UNIFEM Latinoamérica,
Santiago de Chile, Abril, 2002, p. 18.
155
Victimología
Como delito
De 1990 a 2000 se observa un avance importante en términos de
legislación sobre violencia contra las mujeres. A fines de los años 80’s
sólo un país, Puerto Rico, había legislado sobre esta materia, a fines de
los 90’s en cambio, la mayor parte de los países (latinoamericanos)
había abordado esta temática de alguna manera, a través de una legis-
lación específica o modificando legislaciones anteriores.
En estos avances ha incidido el clima generalizado por Naciones
Unidas a partir de Conferencias realizadas y las recomendaciones ema-
nadas de ellas; la generación y ratificación de los instrumentos inter-
nacionales que versan sobre esta materia, para América Latina parti-
cularmente la CEDAW y la Convención de Belém do Pará; la existen-
cia de mujeres parlamentarias y en puestos de decisión sensibles al
tema en los diversos países y la acción y presión de las organizaciones
de mujeres en cada país que instaron a los gobiernos a suscribir di-
chos acuerdos y presionaron por la elaboración de legislaciones na-
cionales para tratar este problema.6
El ritmo y la profundidad de estos avances en los distintos países
ha sido heterogéneo.
Hay muchos países que consideran actualmente a la violencia do-
méstica como un problema que necesita una solución jurídica.7
A medida que ha aumentado la mentalización nacional e internacio-
nal acerca de los efectos de la violencia doméstica a corto y largo plazo,
comenzaron a modificarse las actitudes en lo que se refería al empleo
de la ley para luchar contra la situación.
En los países en los que la violencia doméstica está considerada
como un problema grave, hay fuertes presiones a favor de encontrar
soluciones jurídicas. Esto significa en ocasiones que hay que aplicar le-
yes ya vigentes, como las que tratan de las agresiones criminales, a las
situaciones de violencia doméstica. A veces esto obliga a cambiar la ley.
6
Informe…ob.cit. p. 20.
7
Estrategias para luchar contra la Violencia Doméstica: Un Manual de Recursos. Oficina de las
Naciones Unidas en Viena. Centro de Desarrollo Social y Asuntos Humanitarios.ONU,
Sociedad Mexicana de Criminología, Cruz Roja Mexicana, Naciones Unidas, Nueva Cork,
1997, p. 12.
156
Principios de Justicia y Asistencia para las Víctimas
8
Como es el caso de México, que partir de diciembre de 1997 (D.O. 30-12-97), se tipificó la
violencia conyugal como delito, y no como ejercicio indebido de un derecho, dentro del
matrimonio. Ahora denominado Código Penal Federal, artículo 265 bis. Si la víctima de la
violación fuera la esposa o concubina, se impondrá la pena prevista en el artículo anterior. (8 a
14 años).
9
En Polonia, el artículo 184 del código penal de1969 toçipifica a la violencia doméstica como
delito e impone como castigo el pago de una indemnización; el proyecto del código penal
de 1992 incluye una disposición análoga. Algunos países han tipificado como delito
algunas formas concretas de violencia doméstica; Bangladesh y la India han definido
como actos delicuivos la petición de una dote y la comisión de violencia para recibirla.
157
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162
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163
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13
Caballero Juárez, José Antonio, y Concha Cantú, Hugo Alejandro, Diagnóstico sobre la
Administración de Justicia en las Entidades Federativas. Un estudio institucional sobre la Justicia
Local en México, UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas, Serie Doctrina Jurídica,
Número 61, Nacional Center for State Courts, 1ª reimpresión, México, 2001, p. 209. A
pesar de que dicho diagnóstico se realizó en poco más de un año, y que la información
quedó actualizada hasta abril de 2000, no por ello deja de ser ilustrativo sobre la percep-
ción que se tenía en ese tiempo sobre la resolución alternativa de conflictos.
14
Azar Mansur, Cecilia, Mediación y conciliación en México: dos vías alternativas de solución de
conflictos a considerar, Breviarios Jurídicos, no. 11, Ed. Porrúa, México, 2003, p. 6.
164
Principios de Justicia y Asistencia para las Víctimas
Formas Transacción
Autocompositivas (que puede suceder dentro-convenio
Bilaterales
judicial-o fuera proceso, antes, durante o hasta
después del mismo)
15
Azar Mansur, Cecilia, ob.cit., p. 8.
165
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166
Principios de Justicia y Asistencia para las Víctimas
18
Sallard López, Silvia, Violencia Doméstica en e l marco de la prevención, procuración y
administración de justicia, II Congreso Nacional de Mediación, del 9 al 14 de septiembre
de 2002,México, D.F.
19
Guerrero Cavides, Elizabeth Consultora. Informe … ob.cit. p. 26.
167
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20
Mediación y Violencia Doméstica
En los casos de violencia doméstica existe un desequilibrio de
poder entre la víctima y el acusado, lo que hace que la mediación sea
problemática. Los críticos de la mediación alegan que la mediación no
es apropiada en los casos de violencia doméstica debido a que:
1. La mediación, más bien que el proceso penal, sugiere que
la violencia doméstica no es un delito o que es un delito
menos grave
2. La mediación no brinda la seguridad de que el acusado asuma
la responsabilidad por la violencia (y las víctimas corren el
riesgo de que la violencia se repita).
3. La igualdad implícita entre le agresor y la víctima no es apropia-
da; al haberse cometido un acto de violencia, la víctima ha sido
tratada de forma poco equitativa. Es posible que las víctimas no
20
Estrategias para luchar contra la Violencia Doméstica: Un Manual de Recursos. Oficina de las
Naciones Unidas en Viena. Centro de Desarrollo Social y Asuntos Humanitarios.ONU,
Sociedad Mexicana de Criminología, Cruz Roja Mexicana, Naciones Unidas, Nueva Cork,
1997, p. 44.
168
Principios de Justicia y Asistencia para las Víctimas
Condicionante:
Si las víctimas pueden llevar consigo personas de apoyo a las re-
uniones de mediación, esta posibilidad puede fomentar la relativa igual-
dad de la pareja.
Recomendación:
Los actos de violencia no deben discutirse nunca en las reuniones
de mediación.
21
Considero que en ningún caso debe mediarse la violencia doméstica, sin embargo, es
pertinente tomar nota en aquellos casos en que puede ser posible, siempre y cuando se
cumpla con los requisitos señalados.
169
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22
Ley Gral. De acceso de las mujeres a una vida libre de violencia. Diario Oficial 1º Febrero
de 2007.
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Principios de Justicia y Asistencia para las Víctimas
2 Características Psicológicas
Recientes formulaciones teóricas han propuesto que los efectos
del abuso sexual infantil se encuentran mediatizados por la formación
de valoraciones cognitivas. Enfatizan la importancia de variables cognitivas
como las evaluaciones, atribuciones o estrategias de afrontamiento
(Celano, 1992, Feiring et al., 1996; Filkenhor, 1995; Spacarelli, 1994; en
Cantón y Cortés, 2000). Algunos estudios empíricos han estudiado las
atribuciones, percepciones y estrategias de afrontamiento del abuso
sexual y sus consecuencias para la evolución psicológica. Los resultados
de estos estudios indican que se produce un incremento de los sínto-
mas en el caso de las víctimas que tienden a autoinculparse (Celano,
1992; Chaffin, Wherry y Dykman, 1997; Feiring, Taska y lewis, 1998;
Manion et al., 1998; Mannarino y Cohen, 1996; Morrow, 1991;
Spacarrelli, 1994; en Cantón y Cortés, 2000),y que perciben el abuso
sexual como una mayor amenaza para su seguridad física o imagen cor-
poral (Feiring, Taska y Lewis, 1998; Jonson y Kendel, 1991; Spacarelli y
Fuchs, 1997; en Cantón y Cortés, 2000).
Los niños con actitudes negativas y estrategias limitadas es más pro-
bable que desarrollen dificultades de adaptación, mientras que los ni-
ños con actitudes positivas y mejores estrategias de enfrentamiento es
menos probable que desarrollen problemas (Fergusson y Mullen,
1999).
En un estudio realizado en Estados Unidos con 180 chicas que
cursaban primer año de universidad, sobrevivientes y no sobrevivien-
179
Victimología
tes de abuso sexual en su infancia, se encontró que entre las chicas que
habían sido víctimas de abuso sexual, el grupo que mostró un compor-
tamiento más adaptativo, tuvo más tendencia a abordar principalmente
cuatro tipos de estrategias cognitivas: la revelación y discusión del abu-
so sexual, la minimización del problema, el pensamiento positivo y el
rechazo a la experiencia (Himelein y McElrath, 1996).
Por otra parte, Feiring y Taska (1997; en Friedrich, 1998) encon-
traron que un estilo atribucional autoinculpativo y altos niveles de
vergüenza en relación al abuso sexual se asociaban con una más baja
autoestima y con más altos niveles de depresión, lo que también fue
encontrado por Spaccarelli (1994). Así mismo, es más probable que
las chicas experimenten más sentimientos de vergüenza que los chi-
cos, porque sus atribuciones suelen ser más internas, globales y esta-
bles que las de los chicos en relación al abuso; y porque además tie-
nen mayor riesgo de experimentar situaciones abusivas provocadoras
de vergüenza, tales como son el abuso por parte de una figura parental,
por ejemplo (Feiring, Taska y Lewis; 1996).
Ligezinska et al. (1996), en su investigación con 41 niños
sexualmente abusados y 43 niños como grupo control encontró que
la percepción de autoculpabilización en relación al abuso era un im-
portante predictor del reporte de sintomatología depresiva, tres me-
ses después de la revelación de la experiencia abusiva.
En definitiva, un estilo atribucional interno, estable y global y los
sentimientos de vergüenza parecen desempeñar un papel importante
en la presencia o no de altos niveles de estrés en las víctimas de abuso
sexual infantil. El estilo atribucional autoinculpatorio mediatizaría las
relaciones entre el número de incidentes abusivos y los síntomas de-
presivos, una menor autoestima y un comportamiento sexualizado.
Por su parte, la vergüenza por los abusos se relacionaría con una ma-
yor depresión, con los síntomas de desorden de estrés postraumático,
con una menor autoestima y con un comportamiento sexualizado.
No obstante, conviene tener en cuenta que los sentimientos de ver-
güenza pueden tener su origen en determinados procesos familiares,
como los estilos de disciplina, las atribuciones de culpabilidad realiza-
das por los padres y un ambiente familiar en el que sean frecuentes
las expresiones de cólera y disgusto (Cantón y Cortés, 2000).
180
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183
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Además, el sistema requiere no sólo que el niño tenga que repetir duran-
te entrevistas con distintos profesionales una información que le resulta
dolorosa, sino que también se puede ver obligado a salir de su hogar y
tener que ver al agresor después de la develación. La falta de una relación
de confianza con los profesionales también puede hacer que se sienta
especialmente vulnerable: en este sentido, el aislamiento personal aumenta
el miedo a lo desconocido, la supresión de sentimientos y el retraimiento
emocional, socavando los sentimientos de autoeficacia (Cantón y Cor-
tés, 2000).
Estudiar los efectos de la intervención del sistema es una tarea com-
pleja, dada la dificultad que entraña distinguirlos de las consecuencias del
abuso en sí mismo. Sin embargo, los escasos estudios realizados sobre el
impacto de la intervención del sistema social se han centrado, fundamen-
talmente en las posibles consecuencias negativas que pueden tener para
el niño someterse a múltiples entrevistas por distintos entrevistadores y
el tener que testificar (Cantón y Cortés, 2000).
En el ordenamiento jurídico actual existente en Chile, cuando se tra-
ta de víctimas menores de edad, el procedimiento penal permite de acuer-
do al resguardo de los derechos e integridad de la víctima, solicitar al
tribunal oral en lo penal medidas Especiales de protección para la compa-
recencia a juicio oral. En el caso de los niños, además de por su condición
de víctimas, esto muchas veces se fundamenta en la Convención de los
Derechos del Niño, quedando a criterio del tribunal su aplicación. Estas
medidas, que si bien al inicio de la Reforma Procesal Penal fueron un
desafío y no fáciles de lograr implementar, ahora son cada vez más fre-
cuentes y posibles de obtener, existiendo como parte del Ministerio Pú-
blico una Unidad Especializada en la atención y protección de Víctimas y
Testigos (Unidad de Atención a Víctimas y Testigos), donde profesiona-
les abogados, asistentes sociales y psicólogos sugieren a los fiscales y tri-
bunales su aplicación, proporcionando los medios materiales y humanos
para ello. Estas medidas consisten básicamente en:
• Declaración del niño en sala anexa, con circuito cerrado de
televisión, donde los jueces letrados interrogan al menor en
una sala contigua a aquella donde se desarrolla la audiencia de
juicio oral. En este caso, los magistrados son los mediadores
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Definiciones de tortura
De la definición de tortura de la Convención de las Naciones Uni-
das contra la Tortura de 1984 citada en el Protocolo de Estambul po-
demos extraer lo siguiente:
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Tipos de tortura
La tortura física tiene que ver con los atentados directos al cuer-
po y sus órganos y funciones. Se utilizan los golpes sistemáticos, que-
maduras, mutilaciones, suspensiones, los “plantones” (mantener a la
persona durante horas de pie), el suministro de fármacos, la tortura
sexual, la sofocación (el famoso “submarino”), la tortura dental, la tor-
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Definición de Trauma
Aurora Sabouraud-Séguin, define el trauma como “un acontecimien-
to terrible y repentino que amenaza nuestra vida o nuestra integridad
física. Se sitúa fuera de la experiencia humana habitual” (Martín, 2006).
Por otra parte, Judith Herman, indica que en el momento
traumático la víctima se siente indefensa, ante una fuerza que la supe-
ra y que no puede dar respuesta, destrozando los sistemas de pro-
tección normales que dan a las personas una sensación de control y
de dominio de la situación. El trauma, es un hecho violento tan ines-
perado, repentino y de tal magnitud que rompe los mecanismos de
defensa de la persona al perder el control de la situación y no poder
dar un sentido a la situación traumática. Para esta autora, los aconte-
cimientos traumáticos son extraordinarios, no porque sean raros, sino
porque superan los mecanismos de adaptación que son utilizados ha-
bitualmente por las personas para afrontar la vida. La característica
sobresaliente de un hecho traumático es su poder de provocar una
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3. Medidas institucionales
Con el objeto de cautelar y promover el respeto a los derechos de las
personas, y asegurar la materialización de éstas y de nuevas medidas de
promoción de esos derechos, la Comisión estima fundamental apoyar la
iniciativa del Ex Presidente de la República Ricardo Lagos de crear un
Instituto Nacional de Derechos Humanos. Por otra parte la información
recopilada por la Comisión, a través de los testimonios de las personas,
como a través de las indagaciones que ésta hizo para la calificación de
ellos, es parte del patrimonio cultural de la nación y debe ser sometida a
medidas de resguardo.
Realidad en Chile
En cuanto a las medidas de reparación sugeridas, se plantea que en materia
de educación y reparación, aunque se han dado algunos pasos, éstos han
sido claramente insuficientes con lo cual el Estado chileno está lejos de
cumplir con el espíritu de la Convención. De mantenerse la legislación y
jurisprudencia actuales, Chile podría convertirse incluso en un “santuario”
para torturadores (Ruy-Pérez, 2005). Algunas aspectos a destacar en
este sentido son:
• La falta de prevención de la tortura. El Estado chileno no ha
implementado campañas destinadas a informar a los ciudadanos
de sus derechos ni de los mecanismos a los cuales recurrir para
defenderlos. Tampoco se han introducido asignaturas en el sis-
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Conclusiones y Reflexiones
1. La tortura como fenómeno de extrema traumatización resulta
una de las formas más severas y particulares de victimización,
donde la experiencia de desintegración del Yo originada en la
aflicción psicológica a través del apremio físico, provoca que ya
no se puedan sostener más los procesos psíquicos ligados a la
autoconservación, llegando la víctima a considerar la muerte como
un resultado deseable. Aquel proceso de abatimiento de la iden-
tidad y de desmoronamiento de los mecanismos de defensa im-
plica tal daño a nivel psicológico que se constituye en la propia
lesión psicológica y no en un efecto posterior de la agresión.
2. En función de lo anterior, y considerando las diversas formas,
intensidades y periodicidades en las que la tortura se inflige a
las víctimas, muchas de los sobrevivientes a la tortura llegan a
desarrollar trastornos psicopatológicos, con cortos periodos
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Principios de Justicia y Asistencia para las Víctimas
Serie Victimología I
La Víctima desde una Perspectiva Criminológica
Asistencia Victimológica
Principios Fundamentales de Justicia para las Víctimas del Delito y del
Abuso de Poder – Naciones Unidas
El Derecho Victimal
Prof. Dra. María de la Luz Lima Malvido – México
Abuso Emocional
Prof. Dra. Danya Glaser – Inglaterra
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Victimología
Violencia y Víctimas
Prof. Dra. María Josefina Ferrer – Venezuela
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Victimología
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Principios de Justicia y Asistencia para las Víctimas
Serie Victimología 2
Estudios sobre victimización
¿Cómo son vistas las víctimas del delito en Alemania? Sobre cuestio-
nes de una estigmatización
Helmut Kury - Alemania
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