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Prevención y tratamiento
del m o h o en las colecciones
de bibliotecas, con particular
referencia a las que padecen
climas tropicales:
un estudio del R A M P
preparado por
Mary Wood Lee
© Unesco, 1988
PREFACIO
Los elementos básicos del Programa RAMP corresponden a los temas genera-
les del propio Programa General de Información. El RAMP comprende proyectos,
estudios y otras actividades destinadas a:
INDICE
Página
INTRODUCCIÓN 1
El clima 1
Los materiales 3
La modificación del medio ambiente 3
EL MOHO 5
La aireación 16
La humedad relativa 16
La temperatura 17
PREVENCIÓN 18
La ubicación 18
La construcción del edificio
y la modificación ambiental 19
Página
FUNGICIDAS Y FUMIGACIÓN 27
Fungicidas 27
Fumigación 28
Toxicidad de los preparados para fumigación 29
TRATAMIENTO 33
Libros 35
Materiales sin encuadernar
(documentos, mapas, obras de arte) 36
Fotografías, negativos y microfilmes 38
La totalidad del local 39
Erupciones moderadas - Periodos extensos y prolongados
de humedad relativa o de pequeñas inundaciones 39
Prioridades y planificación 42
Prevención del crecimiento de moho
en el propio lugar 44
Congelación 44
Secado 45
EQUIPO Y SUMINISTROS 46
Equipo de vigilancia 46
Prevención 46
Tratamiento 48
Tratamiento de emergencia 51
BIBLIOGRAFÍA ESCOGIDA 53
- V -
LISTA DE ILUSTRACIONES
Página
8. Aspiradora 50
AGRADECIMIENTOS
I. INTRODUCCIÓN
El presente estudio pretende ser ante todo una guía práctica que contri-
buya a la prevención y al tratamiento básico del moho en los climas tropica-
les, donde no siempre es factible el control ambiental de las bibliotecas y
donde el moho es un problema recurrente. Incluso en climas más templados
pueden producirse erupciones de moho como consecuencia de inundaciones o de
problemas ambientales localizados. Ante la creciente preocupación por la toxi-
cidad de muchos de los preparados corrientemente utilizados para la fumiga-
ción, en las bibliotecas y los museos se han comenzado a reexaminar los medios
existentes para luchar contra el moho, de los cuales los más utilizados son
los tratamientos químicos. Cada vez es más patente que para proteger no sólo
las colecciones sino también al personal y a los usuarios de esas institucio-
nes hay que prestar mayor atención a la prevención y a otros tipos de trata-
miento.
• El clima
EL CLIMA
Para saber cuál es el clima de una zona determinada la mejor guía general
es un buen atlas en el que se encontrarán numerosos mapas especializados de
las distintas regiones climáticas del mundo, con gráficos detallados de las
temperaturas y la humedad relativa en las diferentes estaciones. Se podrá
recabar información más pormenorizada en los organismos meteorológicos nacio-
nales o locales.
de las condiciones ambientales debería ser la meta a largo plazo de todo admi-
nistrador de bibliotecas y archivos- pero la aseveración no toma en cuenta la
realidad económica y política a que deben hacer frente los museos y las
bibliotecas de los países en desarrollo. Hasta que no sea posible lograr un
control ambiental completo, habrá que utilizar métodos menos ambiciosos para
modificar el medio ambiente tal cual es.
LOS MATERIALES
PUBLICACIONES CITADAS:
II. EL MOHO
Como se conoce tan mal la estructura del moho, a menudo las erupciones
provocan alarmas desproporcionadas y expediciones, se pide a gritos que se
fumigue toda la institución, que se formen comités y frecuentemente se observa
un nivel lamentable de inactividad. En gran parte de las publicaciones más
antiguas y en algunas de las actuales se recomienda aislar los objetos en
bolsas de plástico, en espera de la fumigación o de otro tratamiento, o cepi-
llar el moho de la superficie del objeto en cuestión. Una vez que se entiende
claramente cuál es la estructura del moho, y cuando los bibliotecarios y demás
personal tienen una idea acerca de las razones por las que aparece y se desa-
rrolla, pueden evaluarse con mayor precisión las recomendaciones que figuran
en las publicaciones y tomarse decisiones acertadas en cuanto al tratamiento
más apropiado. Por ejemplo, en el caso antes citado si se coloca el artículo
en una bolsa de plástico en cuanto aparece el primer indicio visible de moho,
lo único que se conseguirá será crear un microclima que, en realidad, podrá
acelerar el crecimiento de las colonias, lo que posiblemente provoque serios
perjuicios mientras se aguarda que comience el tratamiento o se delibera sobre
el mismo. Lo único que hará el simple cepillado del moho será suprimir la
parte visible, esparcir las esporas y comprimir la subestructura invisible
hacia la superficie del objeto. Aunque las técnicas de tratamiento se aborda-
rán pormenorizadamente más adelante, se las menciona desde ya para destacar la
importancia de la presente sección y de la que sigue; en efecto, en ellas se
darán los elementos necesarios para tomar decisiones debidamente fundadas.
Debe entenderse claramente cómo es el organismo que produce el moho dado que
su naturaleza, las razones por las que aparece y su fase de desarrollo deter-
minarán el tratamiento específico y el momento en que hay que actuar.
Ilustración n° 1
Ilustración n° 2
Ilustración n° 3
Ilustración n° 4
TEMPERATURA
Tratándose del moho nos interesarán tres temperaturas: aquélla por debajo
de la cual no se produce el crecimiento, aquélla por encima de la cual no hay
crecimiento y la temperatura a la que se produce el crecimiento más rápido. La
mayoría de las formas microbianas prosperan en temperaturas que oscilan entre
15 y 35°C aunque hay formas que crecerán casi alcanzando el nivel de congela-
ción y otras que prosperarán a más de 62°C. Por lo general se dice que la tem-
peratura media óptima para el crecimiento del moho está en torno a los 30°C.
Resulta difícil determinar la temperatura óptima para el crecimiento de los
distintos tipos de moho en parte debido a las variables de las demás condicio-
nes ambientales y en parte porque el cultivo de organismos en laboratorio es
muy distinto al crecimiento del mismo organismo en un entorno más natural.
HUMEDAD
NUTRIENTES
PUBLICACIONES CITADAS:
5) L.A. Belyakova. "The Mold Species and Their Injurious Effects on Various
Book Materials". Collection of Materials on the Preservation of Library
Resourcesr Nos. 2 & 3. Traducido del ruso, National Science Foundation
and Council on Library Resources, 1964, págs. 183-184.
Para impedir la erupción de moho o tratarla eficazmente una vez que éste
se ha desarrollado, no es preciso determinar de cuál de los miles de ejemplos
de moho se trata. En cambio, sí es necesario entender la estructura básica del
organismo y la forma en que aprovecha unas condiciones favorables. Esto signi-
fica que los bibliotecarios deben asimilar diversas nociones relativas al
material existente en sus colecciones así como sobre la naturaleza de la
amenaza para tomar decisiones atinadas sobre los tratamientos adecuados.
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Tela de encuademación
Cuero
Según los estudios, el crecimiento del moho no afecta al cuero del mismo
modo que la celulosa. Aparentemente el moho no ataca la propia estructura
cuero-tanino.
Adhesivos
FACTORES AMBIENTALES
La aireación
Por lo general, resulta mucho menos oneroso lograr que el aire natural
circule, modificando así la temperatura y la humedad, que introducir una
fuente artificial de aire con características radicalmente opuestas a las del
entorno. Una buena circulación del aire puede contribuir en gran medida a
reducir los problemas vinculados con la ausencia del control de los facto-
res 3 y 4.
La humedad relativa
La temperatura
PUBLICACIONES CITADAS:
IV. PREVENCIÓN
No hay duda que la prevención del crecimiento del moho es mucho más fácil
cuando la biblioteca está sujeta a un control ambiental pero los medios técni-
cos necesarios resultan onerosos de instalar y de mantener. Aunque menos
gravosa, la modificación del medio ambiente tampoco se hace sin costos. El
cuidado de las colecciones es tan importante como su adquisición y la organi-
zación, y debería formar parte del presupuesto de todas las bibliotecas y los
archivos. Aunque no hay panaceas, sí existen ciertas posibilidades de modifi-
cación ambiental gracias a las cuales las instituciones podrían reducir las
posibilidades de que las colecciones padecieran los efectos del moho.
La ubicación
En los climas de monzón (Am), pueden aprovecharse los vientos más fuertes
para mejorar la ventilación y 3a circulación y dedicar más recursos a reducir
la humedad relativa, especialmente durante los meses de lluvia.
La temperatura
Las paredes que dan al este y al oeste y reciben con toda su fuerza el
sol de la mañana y de las primeras horas de la tarde deben protegerse y ais-
larse para que ese calor no se transmita dentro del edificio. El tejado, muy
expuesto al sol del mediodía, debe reflejar el calor y además debe haber un
ático o espacio de ventilación directamente debajo del tejado para aislarlo
del interior del edificio.
cubrir toda la pared, parte de ella, o en algunos casos sólo las ventanas,
aunque los de este último tipo son mucho menos eficaces para evitar el calen-
tamiento por irradiación.
Los techos altos son una característica común en los edificios más anti-
guos del trópico y un medio eficaz para que el calor se distribuya dentro del
edificio. Como el aire caliente sube, puede impulsárselo hacia el exterior
mediante ventiladores suspendidos al techo o ventanas abiertas directamente
debajo del alero.
La ventilación
También hay que evitar las habitaciones interiores cerradas, a no ser que
puedan instalarse sistemas mecánicos de control de la temperatura y de la
humedad relativa. Esas zonas también deben vigilarse periódicamente. En los
edificios en que existan, debe mejorarse la ventilación reemplazando las pare-
des interiores enteras por una media pared con ventanas apersianadas que
faciliten la aireación en ambos sentidos, ya sea naturalmente o mediante
ventiladores.
Siempre que sea posible deberán evitarse los armarios cerrados. Si son
necesarios para guardar microfilmes o registros cerrados deben ventilarse
tanto la cara anterior como la posterior; de lo contrario habrá que crear
dentro del armario un microclima favorable para contrarrestar el elevado
porcentaje de humedad relativa.
Climatización
Deshumidificación
PUBLICACIONES CITADAS:
3) Maxwell Fry and Jane Drew. Tropical Architecture in the Humid Zone. Nueva
York, Reinhold, 1956, págs. 34-36.
)
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V. FUNGICIDAS Y FUMIGACIÓN
Cabe señalar que el primer método, el que interfiere con las actividades
vitales del organismo, puede aplicarse sin recurrir a los tratamientos quími-
cos. La modificación de los factores ambientales necesarios para el creci-
miento del moho es por lo menos tan eficaz como los tratamientos químicos y
seguramente mucho más inocua para las personas y los materiales.
FUNGICIDAS
FUMIGACIÓN
Métodos de fumigación
Las más de las veces, en las cámaras de fumigación que no son al vacío,
se utilizan vapores de timol y ortofenil fenol. En muchas instituciones hay
pequeños armarios para fumigar un número limitado de objetos. A menudo se
improvisan con refrigeradores viejos o con armarios metálicos destinados a
fines completamente distintos. Estos armarios improvisados son particularmente
peligrosos para los empleados que deben utilizarlos regularmente. A veces, en
las publicaciones se recomienda efectuar la fumigación en bolsas de plástico.
Las bolsas de plástico estándar utilizadas para recoger la basura no son
herméticas al vapor y por lo tanto, no pueden contener eficazmente los utili-
zados para la fumigación.
Para que los bibliotecarios y archivistas puedan evaluar con mayor exac-
titud los riesgos relativos de los preparados que puedan utilizarse en su
institución, a continuación se dan ciertas informaciones de carácter general.
Oxido de etileno
Bromuro de metilo
Fluoruro de azufre
Timol
Ortofenil fenol
PUBLICACIONES CITADAS:
VI. TRATAMIENTO
El tratamiento más eficaz en todos los casos, salvo en los más extremos,
es modificar el medio ambiente y retirar el crecimiento de moho del objeto
afectado. Si se las trata con la debida prontitud, la mayoría de las plagas de
moho pueden controlarse sin recurrir a agentes para erradicarlas. Se necesita-
rán preparados para fumigación sólo en los casos más extremos, por ejemplo,
cuando se haya demorado mucho en iniciar el tratamiento al término de una gran
catástrofe. Incluso en este caso, de disponerse de opciones como la congela-
ción, puede suprimirse totalmente la necesidad de emplear ese tipo de prepa-
rados.
Ilustración n° 5
Libros
Ya que las hojas de papel sueltas no son bastante fuertes para soportar
la potencia de una aspiradora normal sin sufrir perjuicios, hay que modificar
los procedimientos antes descritos. Pueden utilizarse las miniaspiradoras
destinadas a limpiar material fotográfico, electrónico u otros artefactos
delicados para retirar el moho de la superficie de los documentos sin dañar el
papel. De no contarse con miniaspiradoras, podrá improvisarse una (véase la
Sección VII, Material y suministros).
• Las dos caras de las obras de arte, los documentos y mapas se limpia-
rán con la miniaspiradora o aspiradora. Después de pasar la aspira-
dora, hay que limpiar la superficie del objeto con goma de borrar en
polvo, retirar los residuos que queden en la superficie después de
utilizarla y limpiarse con una aspiradora pequeña de porte manual o de
las de cápsula.
Ilustración n° 6
^ • • m
Ilustración n° 7
• En primer lugar habrá que limpiar la cara del soporte que no está
cubierta por la emulsión, vale decir, el papel, plástico o vidrio. Los
soportes de papel de las fotografías se limpiarán con aspiradora según
las instrucciones que ya se han dado para las obras de arte. Las pelí-
culas plásticas contemporáneas, incluidos los microfilmes, deben
limpiarse con un hisopo de algodón embebido en alcohol o con un pro-
ducto para limpieza de películas, según las instrucciones del fabri-
cante. Los negativos se limpiarán con alcohol o con hidróxido amónico
diluido, teniendo cuidado de que la solución no esté en contacto con
la superficie cubierta por la emulsión.
Artículos mojados
Libros
• Los objetos mojados deberán trasladarse a una vasta zona seca donde
los ventiladores puedan funcionar durante las 24 horas del día para
acelerar el secado y reducir las posibilidades de que el moho crezca.
• Los artículos deberán ponerse a secar sobre mesas. Habrá que evitar el
secado de los libros en el piso porque a esa altura la circulación del
aire será menor. Si el proceso de secado lleva varios días, el mate-
rial que se encuentra en el piso será más vulnerable a los insectos y
se dificultará la manipulación de los materiales y los desplazamientos
por la habitación.
• Antes de sacar las fotos, habrá que enjuagarlas con agua limpia para
retirar las trazas de lodo o de escombros. No habrá que tratar de
limpiar ni cepillar los residuos de la emulsión del material fotográ-
fico mojado.
Prioridades y planificación
vista financiero e histórico así como a los materiales que tengan una impor-
tancia local o regional. Los periódicos recientes, los objetos que existan en
muchas otras instituciones y las colecciones de importancia periférica para la
función de la institución deben considerarse sustituibles o prescindibles. La
experiencia ha demostrado que esas decisiones no se pueden tomar en el momento
de la catástrofe, cuando la sorpresa y el abatimiento tienden a trastornar a
empleados y administradores. Un plan para catástrofes en el que se mencione
detalladamente la prioridad asignada a las distintas partes de la colección
puede garantizar el rescate de los objetos más importantes, incluso en las
peores circunstancias.
También deben formar parte del plan para catástrofes las fuentes de otros
materiales e instalaciones, a los que deben tener acceso varios funcionarios
de rango superior. Habrá de tomarse la precaución de dejar ejemplares del plan
para catástrofes en locales que estén fuera de la institución.
En cuanto pueda tenerse acceso al edificio, habrá que retirar los objetos
por orden de prioridad. Los que se trasladen al local de secado al aire o a
los refrigeradores deberán someterse a los procedimientos indicados en las
publicaciones sobre la recuperación del material. Las recomendaciones que se
hacen a continuación se centran en las medidas que pueden ayudar a impedir el
crecimiento del moho en los objetos que habrán de ser retirados y tratados
posteriormente.
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• Siempre que sea posible deberá retirarse el material seco que perma-
nezca en el local por encima de la línea de la inundación. Habrá que
empaquetarlo holgadamente en recipientes plásticos para leche y
apilarse en una zona seca, suficientemente ventilada. Como habrán
absorbido la humedad del aire no habrá que colocarlos en contenedores
cerrados porque podrían aparecer cubiertos de moho.
• En cuanto los locales estén bastante secos como para que se puedan
conectar con toda seguridad artefactos eléctricos se instalarán los
ventiladores; se los mantendrá encendidos continuamente durante las
operaciones de rescate. De contarse con deshumidificadores, se utili-
zarán conjuntamente con los ventiladores.
Congelación
Secado
Actualmente sólo existen tres métodos viables para secar grandes cantida-
des de material mojado. En efecto, el secado al aire, la vacuocongelación y el
secado al vacío son los únicos métodos de eficacia probada. Cada uno de ellos
presenta ventajas e inconvenientes y, por lo general, hay que recurrir a una
combinación de los métodos para tratar los distintos materiales que resultan
dañados en una catástrofe de gran envergadura. Los resultados de los experi-
mentos con hornos de microondas y otros métodos exóticos de secado son menos
que satisfactorios y a menudo han causado aun más perjuicios al material.
PUBLICACIONES CITADAS:
EQUIPO DE VIGILANCIA
Psicrómetros
Higrómetros
Higrotermógrafos
Higrotermógrafos registradores
PREVENCIÓN
La mayor parte del equipo necesario para impedir las erupciones de moho
puede conseguirse fácilmente en distintos tipos de proveedores.
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Ventiladores
Ventiladores eléctricos
Equipo de ventilación
Aspiradoras
Deshumidificadores
Equipo de deshumidificación
Desecantes
En los climas tropicales húmedos los desecantes son útiles para mantener
microclimas dentro de los registros y armarios. Los hay de diversos tipos y
capacidades de absorción tanto en los proveedores de artículos científicos
como en los de productos químicos. El gel de sílice se utiliza corrientemente
en los Estados Unidos y en Europa mientras que las bolitas Nikka son más comu-
nes en Asia. Los desecantes no deben colocarse en contacto directo con los
libros o papeles; habrá que encerrarlos en bandejas o bolsitas de tela de
trama fina.
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Gel de sílice
Climatizadores
Cámaras de climatización
Filtros - aire
TRATAMIENTO
Aspiradoras
Para retirar el moho de la tapa de los libros habrá que utilizar aspira-
doras de porte manual o de cápsula, de poca potencia. Se empleará el accesorio
para la limpieza de las ranuras y no el que termina en un cepillo. Las aspira-
doras que se elijan deberán ser de las que están provistas de sacos desecha-
bles de papel y no de tela. Véase la sección sobre la prevención, supra.
Miniaspiradoras
Aspiradoras de vacío
Ilustración n° 8
Lupas
Microscopios
Lentes de aumento
Pinceles
Pinzas
TRATAMIENTO DE EMERGENCIA
Antes de que se produzca una emergencia habrá que hacer una lista de los
proveedores y de las personas con las que se puede entrar en contacto para
procurarse equipo de emergencia; las listas y los números de teléfono deberán
colocarse en varios lugares, dentro y fuera de la institución.
Almacenes de alquiler
Camiones
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