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ENTENDIENDO LA PROFECÍA.

En esencia, la profecía es Dios comunicando sus pensamientos y propósitos a la humanidad.


Para edificar a su pueblo: levantar, fortalecer, animar, exhortar.
Para manifestar lo que Dios quiere hacer, sus propósitos: arrancar, derribar, arruinar, destruír,
plantar y edificar.
No conocida por el entendimiento natural, pero si por revelación divina.
Algunas definiciones de profecía en hebreo:
• "Dabar": palabra creativa (Ezeq 37, Gen 1).
• "Nataf": dejar caer (Miq 2:6, ss, Jue 5:4).
• "Naba": llamar o proclamar con autoridad.
• "Massa" y/o "Nasah": una carga.
Griego. "Propheteu". Dos palabras: "pro" que significa evidencia, predicción, y "phe" que
significa decir, hablar, comunicar. En consecuencia, su significado es comunicar una evidencia
y/o una predicción.

LA FORMA DEL MENSAJE:


Usualmente es verbal pero puede darse por escrito o en un acto simbólico.
Puede llegar directamente, o usar una persona o una manifestación.

LA BIBLIA COMO PROFECÍA.


2 Tim 3:16, 2 Ped 1:21, Deut 6:32, Apo 1:1: la revelación completa de Dios para el ser
humano, su condición, las instrucciones de Dios, la restauración y el cumplimiento de la
voluntad de Dios. Cualquier profecía debe ser dada en el contexto de la Biblia.
Jos 1:18: pero esa profecía, y toda otra profecía específica, es condicional a nuestro vivir
dentro de la Palabra de Dios.

LOGOS (profecía latente) y RHEMA (profecía viviente).


Logos: la Palabra de Verdad, viva, revelada y manifestada. las Escrituras (2 Tim 2:15, Jn
1:14).
Rhema: una Palabra de la Palabra, una Palabra oportuna, inspirada por el Espíritu que trae
vida, poder y fe para realizarla. Una Palabra escuchada, entendida y aplicada. Para cumplirse
debe recibirse con fe (Rom 10:17).
Logos y Rhema. El Logos nunca falla, ni cambia. Sin embargo, para cada persona la Biblia
está llena de Rhemas que no han sido cumplidos porque no supieron entender, interpretar,
creer en ellas, obedecer o esperar y actuar de acuerdo con la voluntad de Dios.
El Logos, un pozo de agua; el Rhema, un balde de agua sacado del pozo.
El Logos es como el cuerpo humano, el Rhema es como uno de sus miembros, llevando a
cabo una función específica en un tiempo específico.
La palabra Rhema siempre depende del Logos.
El Rhema nos da la capacidad de entender el corazón y la mente de Dios en un momento y
una condición históricas específicas.
VALOR DE LA PROFECÍA.
Edifica, consuela y exhorta.
Revela las maquinaciones del diablo, moviliza la intercesión y trae liberación y libertad.
Enseña el propósito de Dios y trae dirección, visión, planes, estrategias, objetivos, etc.
Mayor conocimiento de Dios.
Restauración de la identidad.
Revela el equipamiento de Dios para nosotros, activando los dones, habilidades, capacidades,
autoridad, poder y unción.
Trae advertencia, corrección y disciplina.
Confirma la Palabra.
Prepara (sensibiliza) para oír más la voz de Dios.
Trae a existencia el propósito de Dios, lo crea.

LA AUTORIDAD DE LA PALABRA PROFÉTICA.


El ser humano fue diseñado por Dios a su imagen y semejanza, entre ello, profético Gen 1:26-
28 (Prov 18:21).
Nuestro Dios es un Dios de propósito que usa la profecía para establecerlo, darlo a conocer y
realizarlo (Ose 4:6).
Transforma a la Iglesia en agresiva, ofensiva, transformadora (Mat 28:18-20, Mat 16:18-19)
para establecer Su Reino (Efe 1:9-10, Col 1:16-20, Mat 6:9-10, Rom 8:19-21).
Alumbrar (Sal 119:105), echar fuera las tinieblas (Jn 8:31-33).
Crear (Gen 1:1-31), ordenar y llenar, traer a existencia el propósito de Dios.
Gen 1:26-28: sojuzgar y señorear, establecer su autoridad y manifestar Su gloria.
Efe 1:3: traer a existencia las bendiciones de Dios (Heb11:3).
Establecer el Reino (Mat 6:9-10), restablecer lo que se perdió (Luc 19.10), retomar el plan
original de Dios (Hch 3:21, Gen 1:26-28, Mat 6:9-10, Mat 6:33).
Llevar a la iglesia a reconocer su propósito original, la visión de Reino.

REVELACIÓN PROFÉTICA.
Revelación: un mensaje recibido de Dios por medio del cual nos hace saber lo que no
sabíamos o lo que no podíamos saber a través de nuestros sentidos naturales.
Si es de Dios, entonces es cierta y se cumplirá (Heb 6:18).

FUENTES DE IMPRESIONES, SUEÑOS, PALABRAS, ETC.


Tres fuentes:
• El Espíritu Santo, la única fuente verdadera (2 Ped 1:21).
• El espíritu humano (Ezeq 13:1-6), el corazón humano e (Jer 17:9)
• Espíritus demoníacos (Mat 24:24).
Por eso la profecía debe ser juzgada (1 Cor 14:29), para protegernos (Hch 17).
Mezcla de fuentes (Jer 15:19): entresacar lo puro de lo vil.
MEDIOS DE LA REVELACIÓN:
La Palabra de Dios.
Voz audible (Gen 22:11-12, Num 12:6-8, Isa 3:1-14).
Voz audible interna (Ezeq 14:1).
Un saber sin razón lógica (Mat 22:18, Mar 2:8).
Impresiones de hacer algo o de que algo es verdad (Neh 7:5, Hech 14:9).
Sueños y visiones (sueños que tenemos cuando estamos despiertos) (Dan 7.1-2).
Éxtasis: una visión que recibimos cuando perdemos el contacto con nuestros sentidos físicos
(Hch 10:10, 22:7, Num 24:4, 1 Sam 19:23-24, Dan 10:9).
Arrebatamientos: experiencias más allá de lo natural, tan reales que la persona no sabe si
está en el cuerpo o fuera del cuerpo (Isa 6:1, 2 Cor 12:3, Ezeq 8:3).
Situaciones del mundo natural: Dios habla a través de la creación (Rom 1:19-20, Prov 6:6-11).
Ángeles (Heb 1:14, Luc 16:22, 2 Rey 6:8-17)
Fragmentos de frases u oraciones (Isa 8:1).

INTERPRETACIÓN Y APLICACIÓN PROFÉTICA.


La revelación, muchas veces, la gran mayoría, requiere de interpretación y aplicación.
Interpretación: determinar lo que significa.
Aplicación: lo que hacemos con ella, la acción que debemos tomar.
En muchos casos el problema no está en la profecía, sino en la interpretación o aplicación que
hacemos de ella.
Revelación sin interpretación: mejor guardarla y esperar que Dios nos traiga una confirmación
o la interpretación correcta.
Interpretación sin aplicación: guardarla hasta el tiempo exacto.
Muchas veces podemos correr con la revelación o interpretación sin percibir los tiempos, las
circunstancias o el contexto (Prov 13:12: la esperanza que demora, sin paciencia, es tormento
al corazón).
1 Cor 14.29, Jer 17:9: juzgar la profecía en las tres fases: revelación, interpretación,
aplicación, porque en cualquiera de las tres fases puede haber contaminación.
Josúe tuvo una revelación (Gen 37:6-7); sus hermanos y padre interpretaron muy bien los
sueños (Gen 37:8), sin embargo aplicaron erróneamente la revelación y la interpretación (Gen
37.11, 19).

PROPÓSITO PROFÉTICO (ISA 55:11)..


Entender lo profético implica tres cosas.
Uno. Entender Su propósito. Tiene que ver con entendimiento, dimensión, extensión, visión,
ánimo, conquista, guerra, manifestaciones visibles del poder y la sabiduría de Dios, personas
entendidas en Su propósito y Misión (1 Cro 12:32).
Dos. Es para movilizarnos, levantarnos, equiparnos, dirigirnos para ser de bendición para
otros porque Dios ama a toda Su Creación (Jn 3:16, Rom 8.19-21).
Tres. El mayor énfasis es revelar a Cristo y Su Propósito, en la vida de las personas (Rom
12:2) para manifestar la Gloria y Autoridad de Dios y que lo representen a El (2 Cor 5:17-21)
para ser de bendición para otros (Gen 12:1-3).
DESTINO PROFÉTICO.
1 Cro 12:32: saber donde estamos y hacia donde vamos.
La Iglesia tiene un propósito: lo profético tiene que ver con activar el destino establecido para
la iglesia y traer entendimiento de todo lo que se debe hacer.
El propósito de la generación profética actual: llevar a la iglesia a su madurez en
entendimiento y preparar el camino para la segunda venida de Cristo (Efe 4:11-16).
• Hch 3:21: restauración de los ministerios y la Iglesia a la plenitud de Cristo.
• Antes de su manifestación gloriosa, preparar el camino de Cristo (2ª. Venida).
• 1 Ped 2:9: preparar un pueblo realmente dispuesto.
• Dispuesto para la batalla, la santidad, escuchar a Dios, ejecutar su Santa voluntad.

IDENTIDAD PROFÉTICA.
El profeta trae identidad al pueblo de Dios: lo que uno es y puede hacer en Cristo.
Trae también dirección, predicción, instrucción y revelación para que podamos entender el
propósito de nuestras vidas y nuestro en la iglesia y en los planes de Dios.

EL TIEMPO PROFÉTICO.
Isa 55:11. Su Palabra nunca regresa vacía, va a hacer lo que Dios quiere: su buena voluntad,
agradable y perfecta (Rom 12:2).
Este tiempo Dios está levantando profetas para establecer Su Reino y transformar la nación
que van a decretar lo que se hará ya.
El tiempo de las confirmaciones se acabó. Dios levantará un pueblo que caminará por
determinación como resultado de vivir la Revelación en su vida.
Mat 16:19: las llaves del Reino abren dimensiones (puertas).
Existen puertas en el mundo espiritual que necesitan ser abiertas.
Cada revelación en nuestra vida abre una puerta.
Perder la revelación, entonces, equivale a perder las llaves.
Existen dimensiones y tiempos (Hch 17:26-28).
* Jesús dijo que en el tercer día (tercer milenio) terminaría Su obra.
* También dijo que todo lo que la Iglesia decretara: "consumado es".
Nosotros vivimos en el Cronos y Kairos. Cronos es el tiempo natural, el tiempo de cada día;
Kairos es el tiempo específico para el cumplimiento del propósito de Dios.
Los ministerios deben caminar en el Kairos de Dios, no en el Cronos. Es en el Kairos cuando
suceden las cosas de Dios.
Problema: cuando Dios está listo para operar y nosotros estamos fuera de tiempo; nunca
podrá operar en y a través de nosotros.
Cuando no tenemos una visión del futuro, el presente siempre va a traer desesperación o
desánimo.
El profeta "corre" en el tiempo, va adelante, viaja en el tiempo, no vive preso a cada día,
regresa y anima al pueblo, porque alcanza a ver más allá de cada día.
MISIÓN PROFÉTICA.
Activar todo lo que hay dentro del Cuerpo de Cristo que ya fue puesto allí por El.
Preparar el camino para lo que Dios va a hacer: activar, habilitar, restaurar.
Dar la estrategia de Dios para tomar y establecer Su Reino sobre personas y lugares.
Traer los diseños celestiales para lo que Dios va a hacer.
Edificar el cuerpo de Cristo.
Traer a la gente a su verdadera identidad en Cristo.
Sacar a luz lo que Dios ha puesto en el corazón de las personas (revelación, dirección,
propósito)
Revelar a Cristo en la vida de las personas.
Activar los dones de Dios en las personas.
Revelar la Palabra, sacar a luz lo que estaba oculto, iluminarla.
Decretar la Palabra  activarla para que se cumpla ya.

LA PROFECÍA Y LA IGLESIA LOCAL.

LA PROFECÍA EN LA IGLESIA LOCAL.


Preparar un pueblo maduro y determinado que pueda entender las circunstancias diarias (1
Cro 12:32) basado en la Palabra y traer a existencia lo que Dios ya ha hecho en lo espiritual y
que es necesario para esa circunstancia (Efe 1:3, Heb 11:3).
Activar todas las funciones del Cuerpo de Cristo para que tome actitud, visión y caminar en
esta tierra de la misma forma que Jesús lo hizo: la Iglesia es la expresión de Dios, Su Cuerpo,
para ser manifestado en la tierra.
Revelar la mente y el corazón de Dios para con su pueblo, produciendo una mayor cercanía
entre Dios y las personas.
Traer identidad, consuelo, ánimo, bienestar, edificación.
Dios está levantando en la iglesia hoy, compañías o equipos proféticos (dones proféticos,
carisma), bajo una autoridad profética (oficio profético, diakonía): su función es equipar,
preparar, activar a otros (1 Cor 14:26-32).

PAUTAS PARA EL OFICIO PROFÉTICO EN LA IGLESIA LOCAL.


2 Tim 3:16: toda Palabra es inspirada por Dios para conocer Su voluntad.
Prácticamente toda persona llena con el Espíritu Santo puede profetizar por lo menos en cierto
nivel: aliento, consuelo, edificación, exhortar (1 Cor 14:3).
Dios confirmará a través de profetas de oficio un direccionamiento específico para la iglesia
y/o el liderazgo.
Generalmente es liberada por tiempos de adoración y oración (aunque no siempre).
Debe poder ser examinada para ubicarla en el tiempo y/o propósito para el que fue enviada
(Isa 55:11).
El don debe estar bajo el control del profeta.
En la iglesia local debe existir por lo menos un protocolo o normativa básica para establecer
un orden, un marco profético que considere, por lo menos, lo siguiente:
• El carácter profético de la revelación.
• Una motivación de servicio a favor del Cuerpo.
• La necesidad del imperativo moral: toda profecía lo tiene.
• Preparar el camino (antes del mensaje) o confirmar la Palabra (después del mensaje).
• Traer edificación, consolación, exhortación y/o ánimo.
• Entregar la Palabra en privado antes de darla en público para confirmarla.
• Grabar o anotar la Palabra para confirmarla, juzgarla, trabajarla (Isa 30:8, Hab 2:23).
• Reunirse el liderazgo para edificar y planificar los movimientos futuros (Efe 2:20).

ALCANCE DE UNA IGLESIA ACTIVA EN LO PROFÉTICO.


Mal 4:5-6: preparar un pueblo bien dispuesto para el Señor que marque la diferencia en las
actitudes que el mundo necesita ver para reconocer que Dios es el Señor.
1 Rey 16:29-33: confrontar los poderes satánicos que están impidiendo que el pueblo de Dios
conozca y viva la verdadera adoración.
Confrontar la religión (1 Rey 18:23-24) y enseñar como preparar un verdadero altar de
maneras prácticas y simples (1 Rey 18:30-35) para manifestar el fuego de Dios delante del
mundo.
1 Rey 18:19: fundamentar la adoración en el conocimiento de Dios y en nuestra verdadera
identidad en El, motivando a otros a seguir al único Dios.
1 Rey 18:40-45: el impacto de la activación profética:
• La falsa profecía es descubierta y condenada a muerte.
• El sistema gobernante influenciado radicalmente por la dirección de Dios.
• Hay una dirección como consecuencia de la búsqueda de la voluntad de Dios.
• Dentro del problema viene la solución, en el tiempo exacto.
• Dios unge personas y ministerios (no cosas) que puedan traer su unción y su revelación.
• Comenzará a soplar el Espíritu para que el crecimiento y el avivamiento vengan.
• Levantará a los reyes y sacerdotes como ministros productivos.
• El poder vendrá por el entendimiento de la unción y de la misión que Dios nos dio.
• Nos hará correr con destino, propósito determinado, motivación y productividad constante.
2 Rey 2:10: ver más allá de las circunstancias, de los problemas, de las necesidades, ver
como Dios ve.

PROFECÍA Y ENSEÑANZA.
Predicación (y la enseñanza): producto de la revelación conocida.
Profecía: resultado de una iluminación o inspiración (revelación no conocida) (1 Cor 14:29,
Hch 27:10-11, 2 Ped 1:21).
Es importante discernir como profetas la necesidad real de cada persona. ¿Cómo será mejor
atendida esa personas, mediante una palabra profética o al tener más conocimiento de la
Palabra en su vida?
La profecía trae el conocimiento del propósito de Dios para nuestra situación actual
La enseñaza permite ganar un entendimiento completo de los principios que Dios nos ha
dejado para poder creer, servir, etc.
La profecía nos revela el corazón de Dios en tanto que la enseñanza nos muestra la mente de
Dios.
PROFECÍA Y ESTRATEGIA.
La profecía revela e ilumina con discernimiento dinámico, actualizado, presente, pertinente,
pasajes y/o situaciones no muy claras en las Escrituras. Provee una percepción distinta de las
cosas de Dios y como traerlas a nuestra realidad.
La Palabra nos provee estrategia, y la profecía nos provee táctica (2 Cro 20:14-17).
Para vivir como Dios quiere necesitamos de cada Palabra que viene de la boca de Dios: la
Escritura para ordenar nuestra vida y la profecía para ser guiados por el Espíritu.

PROFECÍA Y LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO.


La profecía tiende a apagarse cuando los líderes de las iglesias usurpan la autoridad de Dios
e intentan controlar lo que es dicho y hecho en el Cuerpo de Cristo.
1 Rey 17: Jezabel (espíritu que trabaja muchas veces como una doctrina que trata de
manipular todo aquello que Dios hace) se quebranta a través del espíritu profético y de
confrontación de Elías.
Espíritu profético de confrontación contra el espíritu de la religión: preparar un nuevo odre (Mat
9:16-17, Mar 2:21-22, Luc 5:36-39).

Mal 4:5-6: el espíritu de Elías es una unción profética que opera en la preparación de la venida
de Jesús (Luc 1:17). Operará en estos tiempos con más fuerza porque los profetas otra vez
prepararán la disposición del corazón del pueblo de Dios para recibirlo en su segunda venida.

NUESTRA RESPUESTA A LA PALABRA PROFÉTICA.

NUESTRA RESPUESTA A LA PALABRA PROFÉTICA.


• Sal 23:3, Sal 48:14, Sal 139:7-10, Jn 16:13.

ENCARNACIÓN DE LA PROFECÍA.
El profeta no solo es el mensajero, es el mensaje, por lo que necesita encarnar la Palabra
antes de darla. El representa el cumplimiento de la profecía, por lo que no solo debe recibirla
sino hacerla vida (Jn 15:7).
• Si permanecen en mí (salvos).
• Y mis palabras permanecen en ustedes (obediencia, el propósito de Dios para nosotros).
• Pedid todo lo que queréis (profetizar la Palabra).
• Os será hecho (se va a encarnar, Dios se apresura a ponerla por obra).
La responsabilidad del profeta es dar la Palabra y vivirla, no ver que se cumpla en los demás o
que las personas la pongan en práctica. Aunque traen la luz, son las personas que reciben la
Palabra las que van a determinar si siguen viviendo en las tinieblas o se trasladan a vivir a la
luz (Jn 3:19-21).
La mayor responsabilidad profética es traer entendimiento de la Palabra al pueblo (Hch 13:1, 1
Cor 12:28), activarla en la vida de las personas y de la iglesia, que se encarne, que se cumpla
en ellos (y cosechen los frutos derivados de ella).
Mayor revelación implica, para el profeta, mayor sacrificio y mayor responsabilidad: asumir la
Palabra muchas veces implica persecución (crítica, chisme, burla, maldición, etc.) por lo que
también necesita preparar a las personas para encarnarla con todas sus consecuencias.

OÍR LA VOZ DE DIOS (APO 3:20),


Jesús desea tener intimidad y comunión con su Iglesia (Jn 4:23).
Jesús puede estar a la puerta de la Iglesia, no dentro de ella: cuando estamos ocupados en lo
mundano, en las obras, en la obra del Señor, en lugar de en el Señor de la obra.
Lo que más nos cuesta, tanto con Dios como con los otros, es tener tiempo para la intimidad;
no estamos acostumbrados a ella.
Hch 2:17-18: en los postreros días una necesidad fundamental será la necesidad de oír la voz
de Dios:
• Vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán.
• Vuestros jóvenes verán visiones.
• Vuestros ancianos soñarán sueños.
• Los siervos y siervas profetizarán.

COSAS QUE NECESITAMOS PARA OÍR LA VOZ DE DIOS.


Escuchar la voz de Dios a través de otros. Dios usa a otras personas para hablarnos aunque
no nos guste la forma como lo hagan (Mat 13:57, Mat 6:4, Mat 11:15, Mat 13:9, Mat 13:43, Mat
4:9, etc.). No menospreciar a nadie (Sal 123:4, Prov 18:3).
Necesitamos tener valor: Dios nos va a hablar de lo que está en nuestro corazón (y ello
implica también de lo que no nos gusta), por ejemplo, las cartas a las siete iglesias en Apo 2 y
3.
Necesitamos tener humildad y reconocer nuestra necesidad de Dios (Jn 15:5. Sal 123:2, 1 Cor
1:26-31).
No estamos en posición de demandar: estamos en posición de dar, de bendecir, de tomar
sacrificios, de servir (Mar 10:42-45).
La disposición de obedecer lo que Dios nos dice (1 Sam 15:22).

DIOS HABLA ¿CÓMO OÍR LA VOZ DE DIOS? (JN 10:1-5).


Nuestra conciencia (Rom 2:15), aunque no siempre es una buena guía (Jer 17:9, Prov 4:23).
La corrección, el juicio y el castigo (Heb 12:5-11).
A través de la Palabra (2 Tim 3:16).
A través de los que están en autoridad sobre nosotros (Hch 13:1-2).
A través de consejeros buenos y santos (Prov 11:14, Prov 15:22, Prov 24:6).
A través de experiencias, tanto las nuestras y las de otros.
A través de las circunstancias.
Los dones del Espíritu (1 Cor 12:8-10) principalmente Palabra de conocimiento, palabra de
sabiduría, discernimiento de espíritus, profecía.
Por profetas y el ministerio profético (1 Cor 14:3, 14:24-25).
1 Cor 2:10: del Espíritu a nuestro espíritu.
Joel 2:28, Hch 2:17: sueños, visiones, impresiones, éxtasis.
Voz audible
A través de ángeles.

ELEMENTOS PARA DISCERNIR LA VOZ DE DIOS.


La Biblia (Hch 17:10-13): todo lo que escuchamos debe estar de acuerdo con la Biblia. El Dios
de la Biblia es el mismo que nos habla, no puede contradecirse.
El carácter de la voz de Dios: no condena, calmada, llena de autoridad, esperanza, pureza,
pacífica, amable, benigna, llena de misericordia, con buenos frutos, sin incertidumbre (Sant
3:17, Fil 4:6-7).
El fruto en nuestro interior (Gal 5.22-23), aunque a veces puede inquietarnos, principalmente
cuando nos confronta.
El contenido (Isa 55:8-11): las cosas espirituales se disciernen espiritual no mentalmente

JUZGAR LA PROFECÍA.
Razones por las cuales debemos juzgar todo lo que oímos (interna o externamente).
• La inspiración. Tres posibles fuentes: Espíritu Santo, humano o demoníaco.
• El. Reconocimiento de nuestras limitaciones y debilidades (imperfectos, 2 Cor 4:7-11).
• 2 Cor 12:9-10: lo vulnerables a lo engañoso de la soberbia, el orgullo, la altivez, etc.
¿Cómo juzgar la profecía?
• Debe estar acorde con la Palabra escrita de Dios (2 Ped 1:19.21).ç
• Debe armonizar con el testimonio del Espíritu con mi espíritu.
• Produce el fruto del Espíritu en los que la reciben.
• Debe ser confirmada por dos o tres otros testigos (1 Cor 14:29) antes de accionar en ella.

PRINCIPIOS PARA RESPONDER APROPIADAMENTE A LA PALABRA PROFÉTICA.


Actitud correcta: 1 Tes 5:20-21, no menospreciarlas, evaluarlas y retener lo bueno.
Fe: Heb 11:6, Heb 3:19, 2 Cro 20:20.
Obediencia: hacedores de la Palabra (Sant 1:22, Sant 4.17).
Cooperación en su cumplimiento  colaboradores de Dios (1 Cor 3:9).
Paciencia: Heb 6:12, Sal 37:5-11.
Humildad, mansedumbre y sumisión: Sant 1:21, Sant 3:17, Sant 4:6.
Grabar, leer y meditar la profecía: Hab 2:2-4, 1 Tim 4:14-15
No tomar decisiones y/o sacar conclusiones en ese momento (Luc 2:17-19, María, David).
Esperar el tiempo para su cumplimiento, entrenándonos y preparándonos para ese día.
Cuando la profecía incluye instrucciones específicas para tomar acción inmediata, entonces
debemos hacer lo que se nos dice (2 Rey 9:1-4).
Esperar testimonio de la profecía (Prov 3:5-6, Num 23:19, Mat 18.16).
Pelear la buena batalla (1 Tim 1:18, Hch 9:16, 2 Cro 20.20).
Conocer los principios universales de Dios: debemos operar en el orden adecuado para que lo
establecido por El funcione.

OFICIO PROFÉTICO.

LA RESTAURACIÓN DEL OFICIO PROFÉTICO.

Hch 3:21: la promesa de Dios es que antes de la segunda venida de Cristo, todas las cosas
van a ser restauradas a su propósito (aunque sigan manifestando imperfecciones) en el
mundo, lo que incluye la Iglesia y todo lo que a ella concierne (dones, poder, autoridad,
manifestaciones, santidad, pureza doctrinal, etc.).

Mal 4:5, Luc 1:17: como parte de la restauración, El enviará profetas con el Espíritu de Elías a
volver y restaurar el corazón de los padres hacia los hijos y de los hijos hacia los padres, para
preparar un pueblo bien dispuesto para su Segunda Venida. Esa restauración del corazón es
para prepararnos para recibir una revelación poderosa de la Paternidad de Dios, la base de la
identidad, poder y autoridad de los creyentes. La falta de revelación acerca de la Paternidad
de Dios ha tenido confundido a amplios sectores de la Iglesia que viven con mentalidad de
pueblo y siervos, y no con la mentalidad de hijos y familia (como el hijo pródigo y su hermano,
Luc 15:11-31).
Ello implica la restauración del oficio profético, que en la Iglesia fue dejando de ser reconocido
como un ministerio actual y necesario después de los primeros siglos de existencia de la
Iglesia. Ello no quiere decir que no haya habido profetas (siempre los ha habido y los habrá).
Lo que pasó es que no fueron reconocidos.

2 Cor 10:3-6: Otra de las tareas del ministerio profético será la destrucción de las fortalezas,
argumentos y altiveces que se opongan al conocimiento de Dios, para que las personas sean
salvas en forma masiva y vengan al conocimiento de Dios en cumplimiento del último gran
avivamiento profetizado antes de los tiempos del fin. El Señor quiere que la mayor cantidad de
personas sean salvas.

Mat 6:9-10: ese gran avivamiento, con una revelación nueva y fresca de la Paternidad de Dios,
el propósito de Dios para sus hijos, el poder y la autoridad, será para establecer la
manifestación del Reino de Dios (aún de manera imperfecta) en la tierra en cumplimiento de
una condición previa a la segunda venida de Cristo (hasta que todos sus enemigos sean
puestos por estrado de sus pies, Heb 10:13), y que cada creyente funcione en plenitud como
sal de la tierra y luz del mundo (Mat 5:13-16) y como levadura transformadora del mundo (Mat
13:33) para la gloria de Dios.

Efe 4:11-16: la restauración del ministerio profético, junto con la de los otros oficios
ministeriales es imprescindible para el cumplimiento del propósito de Dios para Su Iglesia, por
cuanto ninguno de estos ministerios debió haber dejado de ser reconocido, recibido y apoyado
en la Iglesia por cuanto el objetivo de los cinco oficios, tal como nos lo enseña esta Escritura,
todavía no ha sido cumplido, ni se cumplirá hasta la venida de Cristo (Fil 1.6).

Amós 3:7: los profetas son necesarios porque nada hará el Señor sin revelárselo a sus
profetas. Ello implica que la Iglesia necesita de los profetas para conocer lo que el Señor está
haciendo y va a hacer para alinearse con Sus planes. La falta de profetas implica la falta de
entendimiento en la iglesia de lo que Dios está haciendo y va a hacer (1 Cro 12.32) por cuanto
los profetas son los equipados por Dios dentro del Cuerpo para entender los tiempos y saber
lo que se debe hacer.

2 Cro 20:20: a través de sus profetas, Dios prospera a Su Iglesia.

IMPORTANCIA DEL OFICIO PROFÉTICO.


La iglesia está fundamentada sobre lo establecido por apóstoles y profetas (Efe 2:20-22). Por
ello, una de las obras del diablo después de los primeros siglos de existencia de la Iglesia, fue
introducir la doctrina de la pérdida de vigencia de estos ministerios (lo cual logró en una buena
medida) para quitarle a la iglesia el fundamento ordenado por Dios.
Revelan y ejecutan los planes de Dios para la iglesia y la nación (Hch 11:27-28, Jer 1:10). Otra
razón para que el diablo introdujera esa falsa doctrina: sin planes, sin visión, la iglesia y la
nación perecen (Ose 4:6), son destruídos (ineficiacia, ineficiencia, sin rumbo).
1 Cro 12:32: los profetas son los entendidos en los tiempos y los responsables de parte de
Dios de saber lo que hay que hacer para guiar a la iglesia y a las naciones al cumplimiento del
propósito de Dios, dentro de lo que está incluida vida en abundancia y bendición (el diablo
roba, mata y destruye)..
Enseñan a los santos a escuchar a Dios (Efe 4:11-13).
Identificar y activar los dones en otros creyentes (Hch 13:1-2).
Ver lo que sucede en el mundo espiritual para establecer la estrategia de guerra espiritual que
Dios está determinando (Dan 2:17, 22, 27, 30).
Librar la guerra espiritual contra el diablo, sus principados, potestades, gobernadores, y
derribar las fortalezas que éste levanta en contra del conocimiento de Dios (1 Tim 1:18, Efe
6:10-18, 2 Cor 10:4-6).
Traer corrección y convicción a la iglesia.

EL OFICIO PROFÉTICO (JER 1:4-10, JER 31:28).


Los profetas, dotados con la unción profética, constituyen una poderosa arma de guerra
espiritual en contra del diablo y todos sus planes y obras, además de un don y un oficio.
Están dotados por Dios con la autoridad para arrancar, arruinar, derribar, destruír el reino de
las tinieblas (Efe 3:8-10), las fortalezas, argumentos, altiveces (2 Cor 10:4-6) que se levantan
contra el conocimiento de Dios, quitar cizaña (falsos) del trigo (iglesia) (Job 18:14), destruír las
obras del maligno en la iglesia (carnalidad, mundanalidad, pecado, engaño, etc.). Para ello
está dotado de una unción específica de liberación.
También están dotados por Dios con la autoridad para plantar y edificar el Reino de Dios en
las iglesias, comunidades y naciones (Mat 6:9-10, Mat 6:33), establecer las cosas del Espíritu
(salvación, sanidad, revelación, santidad y pureza, establecer una base sólida, un fundamento
firme, para la iglesia (Efe 2:20) y fortalecer el Cuerpo de Cristo (Efe 4:11-16)
APÓSTOLES Y PROFETAS (EFE 2:20-22).
Fundamentan, ordenan y coordinan el gobierno y la administración de la iglesia juntamente
con los apóstoles, en un trabajo de equipo (Hch 3:21). No son “llaneros solitarios”. Necesitan
aprender a trabajar en equipo junto con todos los otros ministerios que Dios ha levantado en
su área de autoridad.
Los profetas traen y dan las instrucciones de parte de Dios (Amós 3:7, 2 Cro 20:20).
Los apóstoles administran el cumplimiento de esas instrucciones.
Los evangelistas traen a los incrédulos a la salvación para seguir esas instrucciones.
Los pastores cuidan, dirigen, apoyan e instruyen a los creyentes para seguir esas
instrucciones.
Los maestros enseñan a los creyentes esas instrucciones a profundidad, junto con todas sus
implicaciones.
El trabajo en equipo con todos los demás ministerios es para:
Uno. Que la obra de Dios se realice con sabiduría (apóstol), prudencia (profeta) y ciencia
(pastor y maestro).
Dos. Levantar hijos e hijas (1 Cor 4:15) para Dios (preparar un pueblo bien dispuesto, Mal 4:5-
6, Luc 1:17)..

LOS PROFETAS: PRECURSORES DE LOS CAMBIOS.


Un precursor es uno que abre la brecha de nuevos senderos, lugares, dominios.
En el caso de los profetas, esa brecha que abren es para establecer, expandir y desarrollar el
Reino de Dios.
Generalmente Dios envía al profeta en respuesta al clamor de Su pueblo (Luc 1:8-10) para
prepararlo para una visitación especial de Dios.
• Preparan el camino para un despertar de Dios (Mat 3:3).
• Profetizar vida donde no la hay (Ezeq 37:1-10).
• Preparar cambios en una sociedad pecadora que se ha apartado de Dios.
La oración intercesora, entre unos de sus resultados, es que derrama un espíritu profético
(Luc 1:68, Luc 2:36-38).
Los profetas por lo general manifiestan una gran capacidad de clamor para unir al pueblo de
Dios.
El deseo que los anima es que el pueblo se arrepienta de sus caminos y busque el rostro del
Señor para recibir bendición, gracia y favor de Dios (2 Cro 7.14).

NIVELES DE LO PROFÉTICO.

LO PROFÉTICO.
Es la expresión de la voluntad (propósito, destino y visión) de Dios para nosotros, nuestra
familia, iglesia y nación.
Debido a la cercanía de los últimos tiempos y los propósitos de Dios para estos tiempos
revelados en Su Palabra, hoy, la profecía corporativa y/o nacional se está convirtiendo en más
importante que la personal y/o familiar que fue el canal primario que Dios utilizó para iniciar la
restauración del oficio profético.
El propósito de este nuevo nivel en el que está entrando la restauración del oficio profético
(que se corresponde, bajo la gracia, con el nivel de los profetas del Antiguo Testamento), es
mostrarle al diablo cual es su lugar en el mundo hoy (Efe 3:9-11, Hch 3:21, Mat 16:18-19),
desarraigándolo de los espacios que ha estado usurpando, y llevar a la iglesia a ocuparlos tal
y como le corresponde (Col 2:15) para que el deseo y voluntad de Dios se haga visible y se de
a conocer: que Su Reino sea establecido (Mat 6:9-10, Mat 6:33).
Lo profético tiene que ver con la iglesia y a transformación de las ciudades (Mat 28.18-20, Hch
1:8)
y regresar la iglesia al propósito y diseño de Dios: conquistadora, apostólica, para llenarlo
todo, tomarlo todo, influenciarlo todo, transformarlo todo (Efe 1:23).

DON, MINISTERIO Y OFICIO PROFÉTICO.


1 Cor 12:1-6. Este pasaje se refiere en general a "Pneumatikon": cosas espirituales. Es un
género neutro que implica personas, cosas o manifestaciones.
Dentro de esas cosas espirituales, hay tres categorías: dones, ministerios y operaciones.
Dones: "charismata" (1 Cor 12:4), regalos de la gracia de Dios.
Ministerios: "diakonía" (1 Cor 12:5). Se refiere a servicio, oficio, no un título sino algo que debe
ser mostrado a través de nuestro carácter (la persona es el don).
Operaciones: "energema" (1 Cor 12:6) energía o actividades.
Dentro del “pneumatikon” profético (cosas proféticas), encontramos varias manifestaciones:
• La unción profética.
• El carácter profético.
• El don de profecía.
• El oficio profético.

LA UNCIÓN PROFÉTICA.
Es cualquier activación y/o habilitación de Dios para funcionar en cualquiera de las formas de
lo profético: manifestación, carácter, don u oficio que trae alguna revelación de la voluntad de
Dios para nuestras vidas como personas, familia, iglesia, nación, y que se manifiesta a través
de una persona ya sea por una sola vez, esporádica, continua o permanentemente.
Generalmente, en su forma más simple, es derivada de estar bajo la cobertura de un
ministerio profético, o un ministerio de otro tipo con un fuerte componente profético. Se
manifiesta en cumplimiento a que así como es el árbol, así es el fruto. El que una persona
manifieste una unción unción profética no la hace profeta.

EL CARÁCTER PROFÉTICO (ROM 12:6-9).


Es una persona cuya característica fundamental es que para ella básicamente todas las cosas
solo entran en una de dos categorías: blanco o negro, sin grises, sin términos intermedios. Es
la “energema” que determina que esa persona manifieste, en un grado mayor, esa faceta del
carácter de Dios. El que una persona manifieste un carácter profético tampoco la hace profeta.
Generalmente su manifestación es en cuanto a opiniones, consejos, decisiones.

DON DE PROFECÍA DEL ESPÍRITU SANTO (1 COR 14:1-5).


Son manifestaciones esporádicas o recurrentes de lo profético a través de una persona,
inspiradas por el Espíritu Santo, que traen edificación, exhortación y/o consolación a los
oyentes en un momento específico (1 Cor 14:29-32, Hch 27.10-11, 2 Ped 1:21)..
Corresponden a la categoría de "Charismatas": un regalo de gracia no merecido, un favor
divino.
Para glorificar a Dios: caminar como Jesucristo y mostrar al Padre.
Establecido en todo cristiano lleno del Espíritu, aunque no todos lo manifiesten.
No da directrices, no es para corregir.
Es para bendecir a las personas y glorificar al Señor de manera simple.
Activa la unción de la profecía en la iglesia local.
Generalmente su manifestación es para bendecir a una persona, una familia y hasta una
congregación local.
Una persona con este don tampoco implica que es profeta. Solo da profecía.

OFICIO PROFÉTICO (JER 1:8-10, ISA 6:5-9, EFE 4:11-16).


Es una persona cuya ocupación en el Cuerpo de parte de Dios es vivir en la dimensión de lo
profético todo el tiempo. Que recibe y desarrolla todo el tiempo la revelación profética de Dios
que tiene que ver con el propósito de Dios para Su Iglesia en medio de los tiempos.
Obviamente, manifiesta una unción profética, y generalmente también manifiesta la operación
de los dones del Espíritu Santo de Palabra de Sabiduría, Palabra de Ciencia y Discernimiento
de
Espíritus. En cuanto al carácter profético, puede manifestarlo o no. Los profetas del Antiguo
Testamento generalmente si lo manifestaron, pero recordemos que los profetas de este
tiempo ya no viven bajo el Antiguo Testamento y la ley, sino bajo el Nuevo Testamento y la
gracia, lo que implica un estilo, una metodología y un enfoque un tanto diferente en sus
aspectos formales, entre ambos tipos de profetas.
Relacionado con la iglesia, pero no la iglesia local, sino la iglesia en general dentro de un área
geográfica determinada (sobre naciones y sobre reinos) y con la dirección que llevamos.
Trae la visión, y/o punto de vista de Dios acerca de la Iglesia en un tiempo y lugar específico, y
por lo mismo, libera la visión y el llamado para la Iglesia.
Mientras que el don de profecía del Espíritu Santo da de parte de Dios una perspectiva
puntual y para el momento de las cosas, las personas y las circunstancias, el oficio profético
imparte de parte de Dios, una perspectiva global, macro y corto, mediano y largo plazo, acerca
de las cosas, las personas, las circunstancias, la iglesia y la nación.
Atrae la atención a la supremacía (reinado y gobierno) de Dios.
Imparte el sentido de los tiempos y circunstancias de lo que como iglesia y/o nación estamos
atravesando, encendiendo la fe y la esperanza y activando la energía para luchar y avanzar en
medio de esos tiempos y circunstancias..
Trae una visión de la continuidad del propósito de Dios pasado, presente y futuro.
Profundiza más en el Reino y en lo sobrenatural de oír a Dios y ser su portavoz.
Preparado en santidad y en pureza y está buscando preparar a la novia de Cristo.
Activa el ministerio profético en la iglesia local.
Edifica la iglesia, estableciendo los valores del Reino.
Tiene una perspectiva del Reino: motiva a la iglesia universal a la unidad.
Habla a las iglesias, ciudades, regiones y naciones: lo oyen las autoridades, tiene una gracia y
favor de Dios especial para relacionarse y ser escuchado por ellas, en cualquier nivel y
expresión de autoridad (la iglesia, la política, lo social, la educación, etc.).
Equipa a la iglesia con una fe sobrenatural en la Palabra y los propósitos de Dios.
Corta, derriba, arruina y arranca las obras de las tinieblas en cualquier campo donde las
discierna, y en su lugar planta y edifica los principios del Reino y la Palabra.
Generalmente, dentro de la iglesia, este ministerio tiene una fuerza especial en:
• El ministerio de la enseñanza (1 Cro 12:32, Hch 13.1).
• El ministerio de consejería y/o liberación (2 Cor 10.3-6).
• El ministerio de adoración (1 Cro 15:12-25, 25:1, 2 Rey 3:15).
• El ministerio de intercesión (Exo 32:10-14, Dan 9:3-23, Luc 13:31-35).
• El ministerio de artes y danza: guerra territorial, actos y expresión proféticos.

DONES DE PALABRA DE SABIDURÍA, PALABRA DE CIENCIA Y PROFECÍA (ESPÍRITU


SANTO).
Base bíblica: 1 Cor 12:7-10, Hch 2:17, 1 Cor 14:39.
Muestran la mente de Cristo a las personas respecto a asuntos puntuales o específicos.
Dan instrucciones específicas sobre como se debe cumplir la voluntad de Dios en la vida de
una persona: traen claridad y dan más detalles sobre lo que ya está escrito.
No sustituye ni la responsabilidad ni el privilegio que tiene cada creyente de oír la voz de Dios
por sí mismo.
La persona con el don es responsable por la declaración que hace: debe ser bajo la dirección
del Espíritu: edificar, exhortar y consolación (1 Cor 14:3).
La persona que la recibe es igualmente responsable de responder correctamente a ella.
Siempre es condicional (obediencia y rectitud) sea o no esto explícito en el mensaje.
Don de Palabra de Ciencia: es la habilidad sobrenatural dada por Dios que revela la verdad
escondida, nos muestra las cosas que están ocultas (generalmente de hoy para atrás).
Don de Palabra de Sabiduría: es la habilidad sobrenatural dada por Dios de usar con eficacia
los conocimientos que nos vienen sobrenaturalmente de parte de Dios y resolver los
problemas de tal manera que por ello se produzca victoria y bendición (generalmente de hoy
para adelante).
Don de Discernimiento de Espíritus: es la habilidad sobrenatural dada por Dios para conocer
(y muchas veces, también ver) el espíritu específico que está operando en un momento dado
"detrás" de circunstancia, problema y/o persona determinados (hoy), ya sea el Espíritu Santo,
el espíritu de la persona y/o los espíritus demoníacos.
1 Jn 4:1-10: otros tipos de discernimiento que no son dones de revelación:
• Discernimiento lógico: es una operación mental.
• Discernimiento doctrinal: conocimiento básico de la Palabra.
• Discernimiento espiritual: la enseñanza por el Espíritu de las cosas que son y no son de
Dios.

LOS LIMITES DE LO PROFÉTICO.


Lo profético nunca puede ni debe suplantar a la Palabra de Dios ni al Espíritu Santo.
Los creyentes no son guiados por los profetas sino por la Palabra y el Espíritu Santo.
Los profetas son solo un auxiliar, un elemento adicional, que complementa, pero no suplanta
ni sobrepasa, la autoridad de la Palabra y del Espíritu Santo, que son nuestra autoridad más
alta y nuestra única instrucción con respecto a la vida.
Por lo tanto el profeta y/o cualquier manifestación de lo profético siempre debe ser controlado
y hallado en armonía con ambos.

NIVELES DE LO PROFÉTICO.
Se refiere a los diferentes grados de manifestación de lo profético en la vida espiritual, a las
diferentes formas (no los canales por los que viene) en que se pueden manifestar los
pensamientos, sentimientos, palabras, corazón y voluntad de Dios. Los más frecuentes, entre
otros, son:
• La unción y el espíritu profético.
• La oración, intercesión y proclamación (decreto) profética.
• La alabanza y/o adoración profética.
• La predicación profética.
• El don profético: 1 Cor 12:10.
• El oficio profético: Efe 4:11.
• El presbiterio profético: 1 Sam 10:5, 10:10, 19:20, Hch 13:1, Hch 21:9.

PROFECÍA PERSONAL.
Parcial: Dios no revela toda la vida de una persona, solo las partes de ella que requieren ser
corregidas o fortalecidas para que camine y actúe en fe (1 Cor 13:9).
Progresiva: se va cumpliendo poco a poco a través del tiempo.
Condicional expresa o implícitamente (la misma Palabra establece las condiciones) a la
obediencia de la persona que la recibe. Si la recibe y no se conforma a las condiciones que la
Palabra de Dios establece, y cambia su manera de pensar (si es necesario para cumplir esa
condición) o sigue actuando como si no la hubiera recibido, no se cumplirá. El mismo Dios que
escribió la Palabra es el mismo Dios que manifiesta la profecía, y no se puede contradecir una
con la otra, más bien, se complementan.
Sin embargo hay profecías personales incondicionales que se cumplirán en algún momento y
cuyo cumplimiento no depende de una persona. Nadie las puede detener porque tienen que
ver con el propósito y el plan general y universal de Dios para la humanidad.

ADORACIÓN PROFÉTICA.
Se refiere al profeta sintiendo el corazón del pueblo llevándolo delante de Dios y luego recibir
de Dios respondiendo al pueblo y manifestándole Su deseo.
Lo que El dice para Su pueblo: manifestar la voluntad de Dios y el deseo de Dios.

DECRETO PROFÉTICO.
Es una orden que se manifiesta de acuerdo con la Palabra de Dios, la dirección del Espíritu
Santo y conforme a las circunstancias por las cuales se está orando.
Es diferente a la confesión o deseo de que suceda algo.
El decreto se origina en el rhema de la autoridad que tenemos como reyes y sacerdotes
hechos por Jesús para Dios.

INTERCESIÓN PROFÉTICA.
Se refiere a decretar la voluntad y el deseo de Dios para Su pueblo y todas las demás cosas.

ENSEÑANZA PROFÉTICA.
1 Cor 13:9: en parte conocemos, en parte profetizamos.
El tiempo de Dios es la eternidad y lo que es (o será) ya fue (Ecle 1:10).
Como la Palabra de Dios es eterna y permanece para siempre (pasado, presente y futuro),
cuando se predica la Palabra aún cuando nos estemos refiriendo al pasado y/o al presente,
también podemos estar manifestando el propósito de Dios para el futuro.
Ninguna predicación o enseñanza deja de ser, por lo menos en alguna de sus partes, una
enseñanza respecto al diseño de lo que Dios trae para nosotros en el futuro.
De hecho, para algunos un mismo pasaje de una enseñanza y/o predicación puede ser
profético, mientras que para otros, ese mismo pasaje no lo será. Ello dependerá del nivel en el
cual el Reino de Dios se ha ido estableciendo o no en esa persona.
Con mucho mayor razón son proféticas aquellas enseñanzas y/o predicaciones que
manifiestan el diseño de Dios para cualquier área de la vida que no hemos alcanzado.

EL PROFETA (AMOS 3:7).


No es del que quiere ni del corre sino de Dios que tiene misericordia (Rom 9:16).
Primero siervos, después profetas: Mar 10:42-45, Mat 20:25-28.
Motivos correctos (Mat 7:21-23).
Humildad. Dios resiste a los soberbios (Sant 4:6).
El mismo sentir que hubo en Cristo (Fil 2:5-9).
Efectividad: no es hacer mucho o poco, es hacer lo que Dios me mandó a hacer.

LA PREPARACIÓN DEL PROFETA (1 REY 19).

Dios pone a los profetas en el desierto porque son los únicos con la capacidad de verlos
transformados.
El profeta necesita perder su voluntad: él es la voluntad de Dios (carro de Israel: vehículo).
El desierto implica pruebas, paciencia y resistencia, quebrantamiento (Jn 3:30).
Cuanto mayor es el don, muchas veces mayor es el tiempo de desierto.
Dios desea que los profetas aprendan.
Dios tiene diferentes métodos de aprendizaje. El que El va a usar depende del carácter que
haya que moldear: por revelación, humillación, trituración o pulverización. No depende de El,
depende de ellos, de sus respuestas a lo que Dios quiere enseñarles, transformarles, etc.
Deben ser probado en la sobrenaturalidad (expuesto a situaciones extremas): Elías, Eliseo,
Juan el Bautista, Jeremías, Ezequiel, etc.

Los dones sin carácter pueden echar a perder el don.


La cueva (Elías) representa la escuela de formación profética.
* Viento recio: todos los apoyos serán retirados. que quede solo la Roca (Cristo).
* Terremoto: sacudidos en toda su teología tradicional.
* Incendio: todo lo que crean va a ser pasado por el fuego.
* Dios se esconde para ser hallado: búsqueda constante.

Después de la preparación, Jezabel puede decir lo que quiera. Si están formados en carácter
no va a poder contra ellos porque mayor será el que esté en ellos (1 Jn 4:4).
Salir de la cueva (limitaciones, recursos propios): están listos para cumplir su trabajo deungir
reyes y sacerdotes.

PERSONALIDAD PROFÉTICA.

CARACTERÍSTICAS.
Necesidad de expresar pensamientos e ideas verbal y espiritualmente con referencia a lo
correcto y a lo incorrecto (Hch 2:22-23). Para ellos no hay áreas grises, odian lo malo.
Habilidad de sentir la hipocresía: reaccionan duramente (Hch 5:3-4).
Impulsivos (Jn 13:6-10), juzgan, hablan y actúan rápidamente, antes de pensar.
Dispuestos a sufrir por hacer lo correcto (Hch 5:29).
Hablan con valentía y/o mucha franqueza (no se andan por las ramas): Gal 2:11-13.
Persuasivos y directos.
Aborrecen la injusticia: muchas veces intervienen directamente.
Celosos con las cosas de Dios porque su mayor deseo es que Dios sea exaltado.
Aman de verdad y son amigos fieles y leales.
Creencias y convicciones estrictas y rígidas.
Es un "advertidor" pero no un ejecutor.
Siempre tiene que tener autoridad sobre él para que accione (Efe 5:21)
Generalmente es un inconforme.
Necesitan desarrollar balance entre el don y el ministerio y su carácter.
Las herramientas que Dios les ha dado son para ser prácticos no místicos.

PROBLEMAS:
La franqueza los puede hacer insensibles, inmisericordes, ofensivos y herir a otros.
Sus convicciones pueden llegar a ser inflexibles y no ver áreas ciegas en sus vidas.
Cortar sus relaciones con personas que han pecado.
Se condenan a sí mismos cuando le fallan a Dios, auto-críticos excesivos.
Corregir a personas que no están bajo su responsabilidad.
Perciben más lo negativo que lo positivo.

EVIDENCIAS ESPIRITUALES.
Gran sensibilidad espiritual: perciben rápidamente lo bueno y lo malo.
Gran pasión por levantar al caído y animar al desanimado.
A menudo es usado por Dios para dar palabras proféticas personales.
Las profecías que se dan se cumplen.
Gran pasión por lo sobrenatural: milagros, sanidades, prodigios, etc.
Confrontan los sistemas humanos: religiosos, gobierno, filosofías, porque son agentes
llamados a la transformación.
Levantados por Dios para traer corrección y convicción.
Dinero, poder, religión es la trilogía que controla el mundo: los profetas la incomodan por lo
que pueden ser perseguidos y rechazados (muchas veces lo son).
Retan a establecer el Reino de Dios.
Preparan a la iglesia para la guerra espiritual.
Intercesión profética.

OTRAS OBSERVACIONES.
Dios no está interesado en que las personas sean dependientes del ministerio profético.
Debe entender que el ministerio profético en el AT es diferente al del NT: ya no vivimos bajo la
ley sino bajo la gracia y sus funciones son más amplias.
Por lo general, tienen otro ministerio también: el ministerio secundario es el que define el
énfasis del primario (Efe 4:11-16).
No todos los profetas son llamados a hacer lo mismo. Cada uno fue creado para un propósito
como personas específicas en un tiempo y lugares específicos, ubicados en el tiempo que
viven por lo que van a desarrollar áreas características en su ministerio.

AUTORIDAD PROFÉTICA.

En el A.T. los profetas eran la máxima autoridad espiritual dentro del pueblo de Dios. Cuando
Jesús vino, dio autoridad a los apóstoles y no a los profetas. Los profetas deben estar sujetos
a los apóstoles.

Dios dio autoridad a su Iglesia (colectivamente) como Cuerpo. El profeta se sujeta y trabaja
para la Iglesia, es de la Iglesia para la Iglesia. Dios se manifiesta en autoridad (1 Cro 25:6). La
autoridad profética viene como consecuencia de la sujeción a la autoridad.

La autoridad profética proviene de la Palabra de Dios. Si no se sujetan a autoridad será difícil


que se sujeten a la Palabra. Como lo que se siembra se cosecha, por su falta de sujeción será
más difícil que otros se sujeten a la Palabra que den.

Jer 1:10: los profetas, por cuestión de su oficio, y actuando bajo autoridad, ostentan un
tremendo grado de autoridad divina. Esa autoridad tiene dos frentes: para destrucción del
reino de tinieblas (pecado, rebelión, enfermedad, pobreza) y para el establecimiento del Reino
de Dios (justicia, paz y gozo, Rom 14:17). Esa autoridad tiene las siguientes características:
Uno. Es una autoridad confrontacional contra demonios (fuerte unción de liberación).
Dos. Para derribar fortalezas en individuos, familias, iglesias, ciudades, naciones, etc.
Tres. Para arrancar, desarraigar (Mat 15:13) falsas doctrinas, pensamientos, sentimientos y
personas infiltradas en la iglesia para estorbar la obra de Dios.
Cuatro. Para destruir todo lo que es del maligno (Sal 139:21-22).
Cinco. Para arruinar las obras del diablo (1 Jn 3:8) como pecado, engaño, rebelión, etc.
Seis. Para edificar el cuerpo de Cristo (1 Cor 14:3, 12, 26) y levantar, animar, preparar,
equipar.a las personas.
Siete. Para plantar (Sal 92:13) y establecer santidad, pureza, obediencia, intimidad, comunión.

EL ALMA DEL PROFETA.

El alma del profeta, por la naturaleza de su oficio, no solo ven con los ojos de Dios sino que
también sienten el dolor del corazón de Dios y de las personas. Ello los hace
emocionalment3e sensibles, pudiendo percibir también las emociones de las personas.

Con frecuencia, como consecuencia de la acción profética, algunas personas se sentirán


incomodadas, ofendidas, etc., lo que puede ocasionar rechazo hacia el profeta, directa o
indirectamente, consciente o inconscientemente. También muchas veces los profetas son
criticados por falta de tolerancia, fanatismo, poca diplomacia, etc. Ellos al percibirlo deben
tener cuidado de no descargar sus sentimientos sobre las personas sino delante de Dios y
contra el diablo.

Como ellos odian todo lo que es demoníaco, mundano y/o carnal, porque Dios lo odia (Sal
139:21-22) y como con frecuencia esas cosas son manifestadas a través de personas y parte
de la función profética es desarraigarlo de la iglesia, deben saber manejar ese desarraigo
adecuadamente, porque si la cizaña se desarraiga sin la unción, en la carne, el pueblo sufrirá
(Mar 13:29, la parábola del trigo y la cizaña). Su oficio no les da el derecho de ser ofensivos ni
de ministrar en la carne.

El verdadero profeta tiene amor y compasión por las personas. Siempre deben mantener
enfrente de sus ojos que el objetivo final es plantar y edificar. No deben concentrarse solo en
lo malo (ni solo en lo bueno), deben tener balance para destruir lo malo y para construir lo
bueno.

Necesitan evitar ministrar con dureza, crítica y/o amargura (ya no viven en el Antiguo
Testamento, bajo la ley, sino en el Nuevo Testamento bajo la gracia). Deben hacerlo con
firmeza pero con compasión, amor y misericordia. Su responsabilidad última es edificar la
casa del Señor.

No dejan nada de lo que tienen que hacer sin hacer- Siempre tratan de cumplir con su deber a
cabalidad.

Por lo malo que tienen que enfrentar sufren incomodidad, temor, intimidación, aflicción, etc.,
aunque la unción les da el poder de sobreponerse a ello y hacer lo que tienen que hacer, lo
que no implica que no sufran de todos modos, porque aman a Dios y aman a las personas, y
por su oficio, conocen las consecuencias de lo malo. Jeremías es un buen ejemplo de ello:
Maldijo el día que nació y renegó de hacer lo que tenía que hacer, aunque la unción y los
dones (que son irrevocables) lo llevaron al arrepentimiento, a superar la aflicción y a continuar
la obra que el Señor le había encomendado.

LOS LÍMITES DEL OFICIO PROFÉTICO: VIVIR BAJO AUTORIDAD.


Muchos profetas inmaduros o con falta de conocimiento creen que porque son profetas no
deben estar sujetos a autoridad.
El profeta maduro sabe que los límites de Dios no son para evitar problemas y traer orden y
seguridad (1 Sam 3:20) para ellos mismos:
• Para que no sean influenciados por otras fuentes que no sea el Señor.
• Para no descarriarse, herir a otros, terminar usando o abusando a otros, etc.
• Para proteger el ministerio y el corazón del profeta, y guardarlo de sus emociones.
Necesitan vivir y someterse a la autoridad (Rom, 13:1-2, Mat 7:21-23).
• Dios trabaja bajo principios de autoridad.
• Jesús no hacía nada por sí mismo, solo hacía lo que veía hacer al Padre.
• El profeta no tiene "yo", solo debe tener "tu" (Jn 5:19).
El profeta, para ejercer su oficio, necesita tener una confirmación del llamado de Dios por
otros ministros reconocidos porque el ministerio profético es un ministerio que está dentro de
la iglesia y para la iglesia.
• El don no lo es todo.
• Tiene que estar bajo autoridad para que pueda cumplir el llamado de Dios.
• Tiene que estar firmemente plantado en la Iglesia local, bajo autoridad, para ser eficaz.
1 Cor 14:32: los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas (autoridad interna,
autodisciplina).
• El don no tiene que manejarlos; ellos tienen que manejar el don.
• Que reciban visión o revelación de Dios no implica pasar sobre todos.
• El profeta tiene que ejercer un proceso de disciplina sobre su vida.
• Hay que enseñar al ministerio profético a entrar en disciplina.
• No pueden quebrar la autoridad de la iglesia local, ministran bajo ella.
Si no pueden vivir bajo una autoridad visible (de otro ministro), mucho menos van a poder vivir
bajo la autoridad de Dios a Quién no ven.
• Si no viven bajo autoridad, pueden causar problemas serios en las iglesias (2 Tim 3:1-5)
Ministrar sin estar bajo autoridad es tan delicado que la Biblia en Deut 13:5 nos enseña de un
profeta sin autoridad sobre él (Ecle 5:8) que levantó rebelión y las personas le siguieron por lo
que para resolver la situación debía ser muerto.

NECESIDADES DEL PROFETA.


Aprender a sujetar su área emocional, a controlar sus emociones.
Para escuchar y discernir la voz de Dios hay que ser sensibles pero sin dejarse dominar por
esa sensibilidad. Pero esa sensibilidad debe ser controlada, disciplinada, puesta en orden en
la vida del profeta, de lo contrario, puede causar desenfreno.
• Ose 9:7: necesitan dejar sus sentimientos en las manos de Dios.
• 1 Rey 19:14: los sentimientos pueden destruir su sensibilidad espiritual.
• Lo dramático no puede tomar preeminencia sobre la Palabra.
• Antes de ministrar a otros tienen que estar ministrados por Dios.
El profeta necesita también un corazón pastoral, necesita conocer el corazón de la iglesia.
Los profetas no son la excepción del fruto del Espíritu (amor, misericordia, gracia), benignidad,
bondad, paciencia.
Sabiduría, humildad y gracia (puertas abiertas): desear que otro sea mejor, tener corazón
dador.
Parte de la función profética es levantar a otros, que otros puedan alcanzar el propósito, la
manifestación y la plenitud de Dios en su vida, aunque ellos mismos no la alcancen. Jesús se
despojó de su gloria, vino a dar, no para recibir, vino a recuperar por nosotros lo que
habíamos perdido (el nunca perdió nada).
El ministerio profético, muchas veces, es desagraciado por lo que necesita aprender a vestirse
de sabiduría y de gracia. Necesita saber el tiempo, la ocasión y el lugar para dar una palabra,
para no destruir una vida.
• Tiene que tener cuidado de lo que dice y de lo que no dice.
• Prov 10:19: debe reconocer cuando debe hablar y cuando debe parar.
• Necesita saber cuando actuar y cuando esperar: paciencia.
El orgullo es fatal para el profeta; puede tener la tendencia al orgullo.
El profeta no es tan solo un mensajero, es el mensaje, debe ser el mensaje. Acostumbrarse a
vivir siendo juzgados porque toda profecía debe ser juzgada.

TIPOS DE PROFETAS.
Para las naciones (Jer 1:4-10).
Para la Iglesia.
Para la Iglesia local (Hch 13:1).
Para los elementos naturales: Jesús calmando la tempestad.
Para los individuos.

ELIAS Y ELISEO.

GENERALIDADES.
Elías fué levantado para confrontar a Jezabel (manipulación): limpiar, conquistar, derrotar,
vencer, despojar, arrancar, destruír, derribar, arruinar.
Eliseo fue levantado para decretar lo que tenía que suceder en el tiempo presente, edificar y
plantar.
Sabían lo que Dios iba a hacer (1 Cro 12:32).
Los hijos de los profetas fueron a buscar a Elías (el pasado): mentalidad religiosa, atadura a
los logros del pasado, poner su mano en el arado y ver para atrás. Así no se puede alcanzar el
reino. No quisieron aceptar que había sucedido un cambio generacional, Elías se había ido,
Eliseo era el nuevo profeta.
Doble porción: doble camino, doble precio, doble esfuerzo, doble responsabilidad.

LA PREPARACIÓN DE ELISEO (2 REY 2:1-12)


Antes de ser arrebatado Elías venía con Eliseo de Gilgal, el lugar de la circuncisión (el corte
de la carne, de lo carnal).
Después fueron a Betel, la casa de Dios: primero liberación, segundo santidad.
Siguieron a Jerico, lugar de fortalezas (en nuestras mentes) que necesitan ser derribadas (2
Cor 10:4-6) y ver las cosas como Dios las ve y nada más. Es también el lugar de los seis días
de silencio (no murmuración, no crítica, no chisme).
Finalmente llegaron al Jordán, lugar de muerte al pasado y de nueva vida: extenderse a toda
una nación, pasar a otro nivel, no hay regreso, dejar todo atrás.
Todo ello nos habla de pasar a un nuevo nivel de fe, de actos de fe, de obediencia.
Tener "hambre" por el futuro.
No vivir en el pasado, vivir en el futuro.
Elías representa la primera generación (cobertura): enseñar al máximo a la próxima
generación.
Eliseo representa la segunda generación (bajo cobertura), Jn 14:12 (obras mayores). Eliseo
exclamó: Padre mío, reconocimiento de la paternidad de Dios y la paternidad espiritual
(manto).
Generación de Elías, 7 milagros. Generación de Eliseo (14 milagros).
Dejando lo que queda atrás: -exitos, titulos, fracasos, experiencias buenas y malas, pecados,
moveres de Dios, unción, dones, llamados, etc.. No dejar que nos afecten, que nos limiten.
Proseguir a la meta del supremo llamamiento, ir a un nuevo nivel.
2 Rey 2:8-9: pasar al otro lado (Jer 29:11, Prov 4:18, Sal 138:8); dejar atrás a Lot (la carne, el
mundo, las limitaciones, el dolor, el fracaso, el rechazo, etc., lo que no fué invitado).

UNCIÓN Y DOBLE UNCIÓN.


Unción: revelación, impartición, activación, movilización, transformación.
• Cambia en otra persona (1 Sam 10:6).
• Pudre (rompe) todo yugo (Isa 10:27, Luc 4:18-19).
Doble unción: apóstol + profeta; esposo + esposa, parejas ministeriales.
• Uno (mil), dos (diez mil).
• Una, para nosotros, suplir nuestras necesidades.
• Otra, para otros, suplir las necesidades de otros.
Nueva impartición para las cosas difíciles.
Lo imposible es algo que nadie ha hecho hasta que alguien lo hace.
• Nada hay imposible para Dios.
• El vive en nosotros.
• Todo lo podemos en Cristo.
• En todo somos más que vencedores.
La iglesia: un giro.
• Elías, manto // Eliseo, poder.
• Jesús, manto (E.S.) // Iglesia (nosotros), poder (Hch 1:8).
• Manto: amor, salvación, aceptación, seguridad, pertenencia.
• Poder: santidad, sanidad, liberación, dones, llamado, propósito ministerio.

DOBLE UNCIÓN: UNCIÓN DE TRANSFORMACIÓN.


Elías (2 Rey 2:19-22): Jericó:
Uno. El lugar de la ciudad es bueno.
Dos. Más las aguas son malas y la tierra es estéril: gobierno, política, economía, seguridad,
educación, ciencia, cultura, etc.
• Una vasija nueva: hombre nuevo, nuevo odre.
• Sal: unción transformadora.
PROFETAS GENUINOS Y APROBADOS.
Actúan con miras a simbolizar el ministerio de la iglesia y no enseñan a hacer lo malo.
Las pruebas de un profeta genuino:
• Su conducta.
• La forma de modelar el ministerio en su vida.
• Siempre se sujetan a su cobertura y a los pastores de las iglesias donde ministran.

1 TES 5:19-20.
La falta de conocimiento y de práctica no puede extinguir el don de Dios.
Rom 8:14: los hijos de Dios somos guiados por Su Espíritu no por los profetas ni las profecías;
son un medio, no un fin.

CAUSAS DEL RECHAZO AL OFICIO PROFÉTICO.


Inmadurez: falta de sabiduría para dar o para recibir el mensaje.
Algunos mensajes proféticos son confrontativos y difíciles de recibir (Hch 7:51-52).
Profetas independientes, no sujetos (Efe 5:21, Ecle 15:8, 1 Cor 14:29, 32).
Autodenominados profetas: inmadurez, auto-exaltación.
Falsos profetas: motivaciones incorrectas (fines personales, Balaam).
Enseñan la verdad pero no la practican.

LA FUENTE DE LOS PROBLEMAS EN LO PROFÉTICO: TRES FUENTES DE PALABRAS.


El Espíritu Santo (2 Ped 1:19-21), la única fuente verdadera.
El espíritu humano (Ezeq 13:1-6, Jer 23:16-40, Jer 17:9), fuente falsa.
El espíritu demoníaco (Mat 24:24, Hch 17), fuente falsa.

EL ORIGEN DE TODOS LOS PROBLEMAS RELACIONADOS CON LA PROFECÍA.


El diablo:
• Padre de mentira, no hay verdad en El (Jn 8:44).
• Robar, matar, destruír el propósito de Dios (Jn 10:10a).
Falsifica lo auténtico de Dios para engañar, tal y como lo hace con:
• Adivinación, brujería, hechicería, espiritismo, etc., (falsifican los dones del Espíritu Santo).
• Idolatría, música, baile, fiestas, etc., (falsifican la alabanza y adoración para Dios).
• Pecados: lo bueno de Dios llevado más allá del límite.

FALSA AUTORIDAD ESPIRITUAL.


El diablo maquina todo tipo de falsedades para engañar al pueblo de Dios.
• Falsa profecía: hablarle al pueblo de Dios para engañarlo.
• Sant 3:15: falsa sabiduría.
• Jn 16:8: condenación, culpa, remordimiento (falso arrepentimiento, Apo 12:10).
• Mat 24:24, 2 Cor 11:13-15, Sant 2:9, Apo 6:14: falsos cristos.
• Falsos maestros, falsas doctrinas (Hch 20:29-31).
Falsos profetas:
• 1 Rey 22:21-22: espíritu de mentira.
• Hch 16:16: espíritu de adivinación.
• 1 Jn 2:27: falsa unción.
• Isa 44:25, Mat 7:21-23, 24:24, Jer 23:1-17: falso poder, adivinación, falsas señales.
• 2 Ped 2:1-3: negar las verdades fundamentales de la fe.
• 1 Rey 17: distraer la atención de las personas de Dios y atraerla hacia ellos.
• Deut 18:15-22: crean en las personas dependencia hacia ellos.
• Mat 7:15-28: manifiestan un supuesto poder, pero no frutos.
• Jud 4-19: falsas motivaciones, como la ira, el rechazo (Caín), la codicia y la inmoralidad
(Balaam), la envidia del liderazgo y la rebelión (Coré).

PROFETAS VERDADEROS Y ENGAÑOS SATÁNICOS.


El diablo puede operar en la vida de un profeta verdadero a través de diferentes "puertas"
(lugares de autoridad) para engañarlo: una revelación de Dios pero una falsa interpretación y
aplicación.
Algunas de esas puertas engañosas:
• Ira, falta de perdón, amargura (Efe 4:26-27, 2 Cor 2:9-11).
• Lujuria, inmoralidad sexual, perversión (1 Cor 5:5).
• Odio y violencia (Luc 9:54-56, Jn 8:44).
• Envidia, celos y ambición personal (Sant 3:13-18, 1 Sam 18:8-11).
• Ocultismo (Lev 19:31, Deut 18:9-13, 16:16-18).
• Codicia e idolatría (1 Cor 10:6, 18-22, Col 3:5, Apo 9:20).
• Blasfemia (1 Tim 1:20).
• Contaminación personal (Jer 17:9).
Sal 37:4, Rom 8:5, Mat 7:21-23: motivaciones y prioridades equivocadas en el ministerio
• Jn 5:37, 44: deseo de sobresalir.
• Mat 7:3-5, Sant 1:20: crítica y temor.
• Falta de intimidad con Dios.
• Presiones culturales.
• Gal 1:10: presión de las personas, agradar a las personas.

PROFECÍA MOTIVACIONAL: PROFETIZAR DE NUESTRO PROPIO ESPÍRITU Y/O DESEO.


Deut 18:22, Jer 23:16, Jer 14:3, 16: ídolos en el corazón, motivaciones erradas.
• Ezeq 13:1-16: peligro de mezclar idolatría y egoísmo en el ministerio.
• Profecía motivacional: llevar a las personas a sus propios caminos, a la dependencia de
personas y cosas diferentes a Dios.

PALABRA DE CONOCIMIENTO POR ADIVINACIÓN.


Num 22:18: no debemos intentar hacer lo que Dios no esté haciendo fabricando profecías. Si
Dios nos comisionó o no para una situación específica, tenemos que aceptar esa limitación.
Hch 16:16-18: diferencia entre el don del Espíritu Santo y el espíritu de adivinación.
Uno. El espíritu de adivinación opera para revelar cosas íntimas para desviar la atención del
propósito de Dios y de la verdadera adoración.
Dos. Un espíritu de adivinación atrae la atención y la gloria para sí mismo.
Tres. Aparta las personas de la dependencia y confianza en las Escrituras con relación a la
dirección y alimentación espiritual.
Cuatro. Trae confusión a un nivel de engaño cada vez más profundo de aquellos que lo usan y
se someten a sus influencias.

FALSA PROFECÍA.
Iglesias turbadas: anatemas (consagrados a la maldición de Dios y a la destrucción) adentro
(Josué 7).
Manifestaciones sobrenaturales: en toda manifestación sobrenatural debe ser probado (el
maestresala de las bodas de Cannán):
• El espíritu que está operando (1 Jn 4:1);
• Los dones de la persona, (Mat 7:15-20) y
• El mensaje que se está dando.
Falsa profecía: sube y serás prosperado (1 Rey 22:11-18). La prosperidad puede ser utilizada,
y tal vez está siendo utilizada, para falsa enseñanza, profecía, etc. Cuando Jesús profetizó a
las 7 iglesias (Apo 2 y 3) no todo fué positivo y agradable, hubo también reprensión y
confrontación.

FALSOS PROFETAS (1 JN 4:1-10):


No confiesan que Jesucristo es el Hijo de Dios y vino al mundo en cuerpo humano.
Hablan del mundo y el mundo los oye.
No nos oyen (a los de Dios).
No hay amor hacia los demás.
2 Tes 2:10-12: son engañados; pierden el amor por la verdad, seguido de placer en la
iniquidad (Balaam, Iglesia de Tiatira, Apo 2:22-23).
Deut 13:3, Mat 22:29: no conocen a fondo las Escrituras y no conocen el verdadero poder de
Dios (los manipulan, los imitan).
Profetizan por orgullo: el "yo" es mayor.

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