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Juanita León - Izquierda o derecha, la decisión para la segunda vuelta

Juanita León
La Silla Vacía

A la 5 y 30 de la tarde se conocieron los resultados de la votación nacional.


Con Iván Duque y Gustavo Petro en la segunda vuelta, se confirmaron las
tendencias de las encuestas.

Iván Duque, el candidato de la coalición del No y el favorito en todas las


encuestas, sacó 7,5 millones de votos.

Su votación superó su propia votación en la consulta de marzo, triplicó la


votación de Álvaro Uribe en las legislativas y le sacó un millón de votos a la
votación total de la consulta.

Su resultado es una hazaña por donde se le mire y demuestra que la estrategia


de Uribe de hacer una coalición por fuera del uribismo fue acertada, que la
fórmula con Marta Lucía Ramírez le funcionó y que la mezcla de uribismo 2.0
y uribismo tradicional fue la ganadora.

También fue una hazaña el segundo puesto de Petro, candidato de la


izquierda, con más de 4,8 millones de votos. Su votación es la más grande de
toda la historia, superando con creces los 2,6 millones que había sacado
Carlos Gaviria en 2006 cuando toda la izquierda fue unida.

Petro también superó su propia votación en la consulta, y también la de toda la


consulta de izquierda, rompiendo el techo que muchos consideraban que tenía
al arrancar la campaña.

Obviamente, ante su triunfo, toda su alarma sobre "el fraude que se está
cocinando" que advirtió días antes de la elección es ya cosa del pasado, y ni
una palabra repetirán sobre esto como no lo hicieron en la consulta de marzo.

Aunque el paso de Duque a segunda vuelta estaba cantado, el segundo lugar


de Petro fue apretado, pues Sergio Fajardo sacó más de 4,5 millones de votos,
una diferencia del 1,32 por ciento.

Fajardo, el candidato de la Coalición Colombia, quedó de tercero a solo 250


mil votos de Gustavo Petro. Un resultado que desafió a todas las encuestas
que nunca lo habían puesto por encima del 15 por ciento.

Es como el de los dos punteros,un logro impresionante dado que fue una
campaña esencialmente ciudadana pues los políticos con estructura del Polo -
salvo Jorge Robledo- se deslizaron hacia Petro, y porque hasta hace unas
pocas semanas muchos lo daban por perdido.

De hecho hace menos de un mes, cuando La Silla Vacía, Hora20 y Red +


entrevistaron a Vargas Lleras, el candidato de Cambio Radical nos dijo que
Fajardo ‘estaba fundido’. El fundido resultó ser otro.

De cuarto quedó Germán Vargas Lleras, cuyo 7,2 por ciento es muy parecido
al que le daban las encuestas pese a que le metió toda la fuerza a las
maquinarias en los últimos días.

Como lo denunció La Silla Vacía, gobernadores y alcaldes en todo el país


presionaron a los contratistas de las administraciones para que votaran por
Vargas so pena de perder sus empleos. Hoy durante la jornada también se vio
el despliegue de carros y buses para transportar votantes.

Sin embargo, a juzgar por sus resultados, los que fueron transportados le
hicieron ‘la patuleca’ y si se movilizaron en sus carros al parecer no votaron
por él.

Vargas Lleras ni siquiera sacó la votación de su partido político Cambio


Radical, que en las legislativas lograron los 2 millones de votos. Y estuvo
realmente lejos de las 5,8 millones de firmas con las que inscribió su
candidatura.

De últimas, como lo indicaban las encuestas quedó Humberto de la Calle, uno


de los arquitectos del Acuerdo de Paz.

El dos por ciento que sacó no refleja su gran aporte al país al conseguir que las
Farc dejaran las armas, y comprueba que el Partido Liberal no se movió a su
favor. No sacó ni el 15 por ciento de los votos rojos en las legislativas, sacó 50
mil votos menos que en la lánguida consulta interna de noviembre y tampoco
pasó el umbral del 4 por ciento que era necesario para que le devolvieran el
anticipo.

Lo peor para él es que muchos le achacarán (injustamente) que Fajardo no


haya pasado a la segunda pues si el famoso ‘cafecito’ hubiera resultado
exitoso los votos de De la Calle le habrían dado a Fajardo el impulso que
necesitaba para ser el segundo.

Su resultado demuestra, además, el error que cometió al no haberse ido por


firmas como lo pensó inicialmente para participar en una eventual consulta
con Fajardo, De la Calle y Robledo pues su partido no le sumó y en cambio le
quitó.

Bajó la abstención
Según la Registraduría votaron 19,5 millones de personas, el 53 por ciento de
los que podían hacerlo. Eso es mucho más que el promedio de participación
en los últimos 15 años que ha sido del 45, 7 por ciento e incluso mayor a la
participación el pasado 11 de marzo cuando votó el 47,5 por ciento de la
gente.

Regionalmente, el país reiteró que sigue dividido entre unas regiones


claramente uribistas (casi todo el centro del país, excepto Bogotá), otro
claramente antiuribista, y uno intermedio. En los primeros ganó Iván Duque,
en los segundos -con dos excepciones- Gustavo Petro, y en los terceros
cualquiera de ellos o Sergio Fajardo, pero con márgenes más estrechos.

Duque obtuvo la mayoría absoluta en Huila (53,5 por ciento de los votos), en
Antioquia (53,1) o Casanare (60,2), departamentos marcadamente uribistas,
como contamos. En cambio, ganó muy apretado en el Valle (30 por ciento
contra 28,6 de Fajardo y 27,8 de Petro) y sin mayorías absolutas en Santander
(44,3 por ciento), dos departamentos “columpio”.

La campaña

Así termina la campaña a la primera vuelta que, como analizó La Silla, se


salió del molde de muchas maneras.

El exvicepresidente Germán Vargas, que arrancó la campaña con todos los


factores de poder de su lado, fue quizá el mayor perdedor de la jornada. Lo
mismo su fórmula vicepresidencial Juan Carlos Pinzón, que además de no
haberle puesto votos, todo su discurso antipolitiquería quedó en puro bla bla.

Tampoco se dieron las coaliciones en el centro ni en la izquierda, que en un


principio se creían indispensables para enfrentar al candidato de Uribe. Fue la
derecha, en cambio, la que logró unirse en un dupla ganadora con la
exministra de Defensa conservadora Marta Lucía Ramírez y con el
exprocurador Alejandro Ordóñez.

La campaña, que arrancó totalmente mixta, con cuatro candidatas con


trayectoria propia, terminó siendo masculina. Las mujeres se terminaron
bajando a vicepresidentes.

Pero quizás la mayor sorpresa fue que el Acuerdo de Paz con las Farc no
definió la campaña. La escasa votación de Humberto de la Calle refleja el
poco entusiasmo que despertó el tema, que solo él hasta el final de la jornada
defendió con suficiente vehemencia.

La votación de Duque, que supera la del No, es una nueva señal de la falta de
legitimidad que tiene el Acuerdo con la Farc entre un sector grande del país.
De hecho, nunca hubo un tema preponderante. Aunque los miedos de cada
lado del espectro político nunca dejaron de ventilarse: el miedo al castro-
chavismo supuestamente encarnado por Petro y el miedo a Uribe,
representado en Duque.

Dos miedos que en las tres semanas que quedan hacia la segunda vuelta
tenderán a exacerbarse pues tanto el uno como el otro tienen que romper los
techos de la gente que dice que nunca votaría por ellos.

Lo que viene ahora

A partir de hoy arrancará una búsqueda frenética de alianzas para ganar en la


segunda vuelta.

El centro del coqueteo ya comenzó a ser Fajardo, la novia más esquiva de


todas, pues difícilmente hará un guiño para alguno de los dos dado su talante
poco transaccional y su rechazo a los intermediarios que le impedirá
convertirse él en el de sus votantes. Otra cosa seguramente hará Claudia
López, más inclinada al lado petrista salvo que aliarse con el candidato de
izquierda podría no beneficiarla si quisiera lanzarse a la Alcaldía de Bogotá,
donde el triunfo de la Coalición Colombia fue arrasador.

En sus discursos, tanto Petro como Duque intentaron congraciarse con los
fajardistas. El candidato de la Colombia Humana dedicó todo un fragmento de
su intervención para hablar de la educación, un tema que había estado
presente en su campaña pero no con la preponderancia que le dio ahora que
necesita que los 4,5 millones que votaron por Fajardo, cuya bandera era la
educación, lo hagan por él en tres semanas. Por su lado, Duque recalcó en su
discurso anticorrupción y antimermelada, la otra bandera fajardista.

Además del voto fajardista, las decisiones clave en este período que arranca
serán las de Germán Vargas y la de César Gaviria.

En esta jornada, a juzgar por las votaciones y por lo que vimos en las
regiones, el Partido Liberal se quedó quieto porque quería esperar a ver cómo
jugaba frente a la segunda vuelta. Aunque sería un acto de incoherencia
aliarse con Duque que promete deshacer una parte significativa del Acuerdo
de Paz que impulsó el Partido Liberal, no es descartable que lo haga.

Por el lado de Vargas Lleras, más allá de la posición que él asuma, sus
votantes de opinión están más alineados con la derecha y serán más fáciles de
conquistar por Duque.

Dada la ventaja tan grande que Duque le sacó a Petro, al candidato de la


Colombia Humana no le quedará tán fácil superar al uribista. Arranca con una
brecha de 2,7 millones de votos que para cerrar necesitaría todos los votos de
De la Calle y más de la mitad de los de Fajardo y que Duque no sumara nada.
Para conseguirlos su desafío será moderar su discurso de ruptura sin
desmotivar con ello a los casi 5 millones que salieron a votarle hoy.

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