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EL "TEST DEL LIMÓN", LA CLÁSICA PRUEBA QUE PUEDE REVELARTE COSAS SORPRESIVAS SOBRE TU

PERSONALIDAD

¿Te consideras extrovertido o introvertido? Para responder, es posible que tengas en cuenta cuánto te gusta ir a
fiestas y hablar con extraños, o tal vez ya tienes la respuesta que te dio un cuestionario en internet. Un
acercamiento completamente diferente a estos temas implica el uso de un limón, y más específicamente, del jugo
de limón concentrado. Esta prueba tiene una larga historia en la psicología de la personalidad y es muy fácil de hacer en
casa. También necesitarás un hisopo o palillo de algodón con un pequeño trozo de hilo atado exactamente en el centro
del mismo.
 Coloca un extremo del hisopo en la lengua durante 20 segundos. A continuación, vierte cinco gotas de jugo de limón
concentrado en tu lengua, traga, y luego pon el otro extremo del hisopo en la lengua durante otros 20 segundos.
 Por último, saca el extremo del hisopo de su boca y cuélgalo por el hilo. La idea es ver si cuelga en posición
horizontal, o si el extremo que usaste después del jugo de limón cuelga más bajo porque es más pesado.

Si tu reacción al jugo de limón hizo un extremo más pesado, sugiere que te provocó salivar más de lo normal, lo cual
es una señal de que -en un nivel fisiológico- eres una persona introvertida.
Si el hisopo de algodón queda horizontal, indica que no reaccionaste mucho ante el jugo de limón y que eres,
probablemente, extrovertido.

Excitación cortical
Se trata de una versión de una prueba descrita en la década de 1960 por uno de los pioneros de la psicología de la
personalidad, Hans Eysenck, y su esposa y colega investigadora Sybil Eysenck. En el experimento original se utilizaron
equipos de pesaje sensible para medir la cantidad de saliva absorbida por un algodón antes y después que las personas
estuvieron expuestas al jugo.

“Aunque sigue siendo discutible si la prueba de limón puede revelar con precisión tu introversión, ciertamente dice algo
interesante acerca de tu sensibilidad física"
Gerardo Ulibarri, investigador

Los Eysencks querían probar la teoría de "excitación cortical" de extroversión e introversión, del propio Hans
Eysenck. El investigador propuso que este aspecto de la personalidad tiene una base fisiológica y que los
introvertidos tienen una mayor excitación cortical basal, lo que les hace reaccionar con más fuerza a la estimulación. En
esencia, sienten las cosas con mayor intensidad, provocando que se aparten de ciertas situaciones.

Verdad a medias
Los Eysencks afirmaron que la prueba del limón apoya la teoría de que las personas que obtienen una puntuación más
alta en las mediciones del cuestionario de introversión tienden a salivar más en respuesta al jugo de limón. Aunque la
dimensión de la personalidad introvertida/extravertida es, sin duda, influenciada por factores biológicos (puede ser
heredada en parte de nuestros padres), ahora sabemos que la propia teoría de la excitación es una verdad a medias.
Existe suficiente evidencia, incluyendo los estudios de imágenes del cerebro, para demostrar que los introvertidos
tienden a responder con más fuerza a los ruidos fuertes y otros estímulos sensoriales.
Pero, contrario a la teoría de Eysenck, hay muy pocas pruebas de que tienen mayores niveles basales de excitación
en general. Aunque sigue siendo discutible si la prueba de limón puede revelar con precisión tu
introversión, ciertamente dice algo interesante acerca de tu sensibilidad física, y se podría repetir un par de veces
para obtener un resultado más fiable.

Resonancia autonómica
En cualquier caso, la extroversión y la introversión no son los únicos aspectos de la personalidad que se pueden medir
con un experimento basado en el limón. Un artículo publicado en 2014 sugirió que también podemos utilizar el cítrico
para probar un aspecto diferente de la personalidad: cuánta empatía tenemos. Esto es algo que los sicólogos suelen
medir también por medio de cuestionarios, con los problemas habituales de la subjetividad y la honestidad. Para
proporcionar una prueba más objetiva, Florencia Hagenmuller y sus colegas pidieron a un grupo de voluntarios que
pusieran tres motas de algodón en la boca (utilizadas para medir la saliva) y ver dos videos de un minuto: en uno se le
ofrece a un hombre cortar y comer un limón, en el otro el mismo hombre toma las bolas de colores de un contenedor y
las pone en una mesa. Este último era el video de control.

Posteriormente, los investigadores pesaron los rollos de algodón y determinaron que, en general, los participantes
salivaban más al ver que el hombre comiendo limón que en el video de control.
Es un ejemplo de lo que los psicólogos llaman "resonancia autonómica": la forma en que imitamos automáticamente
los estados fisiológicos de los demás, como cuando bostezamos cuando vemos a alguien bostezar o hacemos una mueca
de dolor al ver el dolor ajeno.

Pero todos difieren en cuanto a cuán sensibles somos en este sentido. Curiosamente, los investigadores determinaron
que mientras mayor era la puntuación de los participantes en un cuestionario de empatía (estaban de acuerdo con
frases como "A menudo tengo sentimientos tiernos y de preocupación por personas menos afortunadas que yo" y "a
menudo me afectan las cosas que pasan"), más tendían a salivar mientras veían al hombre comiendo limón.

Hagenmuller y su equipo dijeron que la prueba de la empatía a base de limón podría tener algunos usos serios. Por
ejemplo, podría evaluarse en personas con dificultades para seguir las instrucciones de un cuestionario, como pacientes
con esquizofrenia o autismo. La ventaja de la prueba de video del limón es que no requiere ninguna comprensión por
parte del examinado. Todo lo que tiene que hacer es sentarse y ver el video, y los resultados proporcionan una idea de
cuánta empatía experimentan en un nivel visceral automático. Así que la próxima vez tengas una bolsa de limones, tienes
una opción. Puedes hacer limonada o algunos experimentos de psicología.

LO QUE REVELAN SOBRE TU MENTE LOS DESLICES FREUDIANOS

Corría 1988 y el entonces vicepresidente de Estados Unidos George H. W. Bush realizaba una visita de rutina al estado de
Idaho. Se suponía que debía dar un discurso, trasmitido en vivo por la televisión, sobre la política agrícola y alabar sus
logros junto con el presidente Ronald Reagan. Luego dijo: "Hemos tenido triunfos. Cometimos algunos errores. Hemos
tenido un poco de sexo... eh... contratiempos".

Sin dudas, Bush padre será recordado también por esa legendaria metida de pata. Se trató de desliz freudiano, también
conocido como acto fallido o lapsus línguae. Cuando nos expresamos, están las cosas que uno quiere decir, las cosas que
uno podría decir sin consecuencias y las que serían totalmente desastrosas si se dicen. Hablamos de esas, precisamente:
las que en ocasiones, y para tu vergüenza, terminan escapándose de tu boca. Es el mayor temor de cualquier orador
público. Pero ¿qué causa realmente estos errores? ¿Tienen algún significado oculto?

¿Impulsos prohibidos?
Para Sigmund Freud, fundador del psicoanálisis, no era suficiente preguntarles a sus pacientes lo que pensaban. Sus
verdaderos deseos, en su opinión, sólo podían ser examinados prestando atención a los lapsus línguae y otras pistas del
inconsciente. Un desliz clásico es cuando se piensa una cosa y se quiere decir otra.

También conocidos en sicología como actos fallidos, estos tropiezos verbales podrían revelar los impulsos prohibidos -
tales como deseos sexuales y ganas de maldecir- que, por lo general, están bloqueados de forma segura dentro de la
mente inconsciente. Los errores verbales no serían producto del azar, sino un rompecabezas que debe ser decodificado.
Sólo hay un problema: los deslices freudianos, al igual que muchas otras ideas del famoso médico, son extremadamente
difíciles de probar. Freud puede ser tan famoso como Darwin, pero muchos sicólogos, lingüistas y neurólogos piensan
actualmente que se equivocó en casi todo. ¿También en esto?

Probando el error
Uno de los primeros e ingeniosos estudios utilizó el sexo y las descargas eléctricas para averiguarlo.
Al inicio del experimento, dos de tres grupos de varones heterosexuales fueron recibidos por un profesor de mediana
edad, mientras que el tercero fue conducido a una habitación con una asistente de laboratorio vestida provocativamente.
"Nosotros fuimos a la clase de límites de lo que podría esperarse en el campus. Era atractiva y llevaba una falda muy corta
y una especie de blusa transparente", recordó Michael Motley, sicólogo de la Universidad de California en Davis, uno de
los autores del estudio.

Se les pidió a los participantes leer una lista de pares de palabras en silencio, a razón de una por segundo.Lo que no sabían
era que los pares de palabras habían sido diseñados para inducir trastrueques o ''spoonerisms", un término en inglés
inspirado en los deslices que hicieron famoso al reverendo William Archibald Spooner, quien tendía a intercambiar los
sonidos o letras iniciales de dos palabras. De vez en cuando quienes conducían el experimento pedían que los
participantes leyeran la pareja de palabras en voz alta.

Como habría pronosticado Freud, los hombres en presencia de la ayudante de laboratorio tuvieron más deslices basados
en el sexo que el grupo de control, pero no mayor cantidad en general. Mientras tanto, el tercer grupo tenía sus dedos
conectados a electrodos conectados a su vez a una máquina capaz de provocar leves descargas eléctricas."Les dijimos -
esto era mentira, por supuesto- que había una probabilidad del 70% de que iban a recibir una descarga eléctrica", dijo
Motley.En este grupo muchos confundieron las palabras que iban leyendo con otras asociadas a lo que realmente tenían
en mente: la posible descarga eléctrica a que se exponían.
El "problema del oso blanco"
En un intento por reprimir sus impulsos, los hombres pueden haber sido víctimas del "problema del oso blanco", así
descrito por el escritor ruso Fiódor Dostoievski. Si intentas con mucha intensidad de no pensar en algo, como el sexo o
un oso polar, sólo pensarás en ello. En la década de 1980, el sicólogo Daniel Wegner sugirió que el mismo sistema que
tiene como objetivo evitar actos fallidos puede ser el culpable de que terminen produciéndose.

De acuerdo con su teoría, los procesos subconscientes están recorriendo continuamente nuestros pensamientos para
mantener a nuestros deseos más íntimos encerrados. Pero cuando se produce un pensamiento relativo a uno de estos
deseos, en lugar de quedarse quieto (bajo control, oculto) -irónicamente-, puede ser anunciado al cerebro consciente. Y
entonces, es cuestión de tiempo para que se produzca el acto fallido. La palabra que terminamos eligiendo puede ser
reveladora. Para colmo de males, estar estresado hace estos errores catastróficos aún más probables.

¿Más bien errores inocentes?


Pero no todos están convencidos. De hecho, de acuerdo con Rob Hartsuiker, un psicolingüista de la Universidad de Gante,
Bélgica, la mayoría de los errores son inocentes. Una montaña de evidencia experimental ha demostrado que si dos
palabras comparten significado contextual y una vocal, hay riesgo de mezclar las consonantes iniciales. Es el resultado
de la forma en que se accede a las palabras en el cerebro.
En primer lugar, hay que seleccionar de una red de palabras que están organizadas por similitud. Luego el cerebro
selecciona cómo suena la palabra, que es cuando se intercambian las consonantes. "Esto es muy típico, y también es algo
que Freud ignoró", dice Hartsuiker.

Con poca frecuencia


A pesar de estas trampas verbales, la persona promedio equivoca menos de 22 palabras por día de alrededor de 15.000.
Probablemente somos más vulnerables a deslices cuando estamos distraídoso cuando nuestro corrector ortográfico
inconsciente no funciona correctamente -si estamos nerviosos, cansados o intoxicados y a medida que envejecemos.
También es más probable cometer errores si se habla demasiado rápido.

Psicoanalistas como Rosine Perelberg del University College de Londres, en Reino Unido, piensan que estos errores son
importantes. "Son materia de chistes, pero son tan valiosos puesto que revelan algo que la persona no quiere revelar
conscientemente", dice. "Nos lo tomamos muy en serio".Perelberg menciona un paciente cuyo reciente desliz reveló
ansiedades subconscientes acerca de ser violento hacia su futuro hijo. Hartsuiker se muestra escéptico. "La evidencia
sobre actos fallidos reales es muy, muy limitada, de hecho". Para otros, es probable que la explicación dependa del desliz.
"¿Estoy de acuerdo con Freud en que todos los deslices son freudianos? Bueno, no. Pero ¿creo que existe tal cosa? Sí, lo
creo", asegura Motley.

LOS OCHO TIPOS DE PERSONALIDAD DE JUNG EN LOS QUE TE PUEDES ENCONTRAR

Todos nos sentimos únicos en cierta forma, con personalidades diferenciadas de los demás. "Yo soy irrepetible", dicen
los presuntuosos; "Yo, un bicho raro", replican los que están más bajos de autoestima. Es difícil saber cuán original es
uno, pero si no te identificas con ninguno de los ocho tipos de personalidad que describió el doctor Carl Gustav Jung,
quizás puede que en verdad hayas roto el molde al nacer y seas verdaderamente genuino.

Es un buen momento para comprobarlo, ya que este domingo 26 de julio se cumplen 140 años del nacimiento del
psicólogo y psiquiatra suizo (1875-1961), una de las figuras clave del psicoanálisis y un influyente ensayista que fundó
la psicología analítica, también llamada de los complejos o psicología profunda. Jung empezó a reflexionar sobre los tipos
de personalidades en el Hospital Psiquiátrico Universitario Burghölzli de Zürich, uno de los más importantes del
momento, que entonces estaba dirigido por Eugen Bleuler, pionero en ese momento en la investigación sobre la
esquizofrenia. Pero el hombre que significó un antes y un después para él fue el padre del psicoanálisis, Sigmund Freud,
al que conoció en 1907.

En su primer encuentro, maestro y discípulo quedaron inmediatamente cautivados el uno por el otro. Se dice que su
primera conversación duró 13 horas. Jung estaba impresionado por el concepto de Freud de la represión de las ideas y
deseos en el inconsciente como mecanismo de defensa y por sus teorías de interpretación de los sueños.
Sin embargo, el encanto no duró. En 1913 rompieron su colaboración por las diferencias de Jung sobre la importancia del
trauma sexual en ese concepto de represión. A partir de 1916 comenzó la formulación de sus conceptos sobre la
estructura del inconsciente, dejando una vasta obra, como explica la Asociación Internacional de Psicología Analítica.
Los tipos de personalidad
De sus teorías han quedado conceptos de uso común como inconsciente colectivo, arquetipos, los complejos… conceptos
usados no sólo por la gente común, sino tenidos en cuenta por literatos, artistas y filósofos para desarrollar sus obras
Pero uno de los legados más importante en psicología son los estudios de la personalidad. ¿Han oído alguna vez los
conceptos de introvertido o extrovertido? Fueron acuñados por Jung y abren la puerta a su teoría de los tipos de
personalidad, junto a las funciones racionales del ser humano (pensar y sentir) y las irracionales (percibir e intuir).

Jung dividió el mundo entre introvertidos y extrovertidos. A saber, los primeros son tímidos, se retraen de la compañía;
Jung pensaba que dirigían su atención y su "líbido" (energía) al interior, hacia sus propios pensamientos y estados
internos, según explica Susan C.Cloninger, profesora y doctora en psicología por la Universidad de Michigan en su libro
"Teorías de la personalidad". Y los extrovertidos son sociales, dirigen su energía hacia la gente "y las experiencias del
mundo". Desde esas premisas se constituyen los ocho tipos de personalidad de Jung:

Pensamiento-introvertido
Interesado en las ideas en lugar de los hechos, le importa la realidad interior y pone poca atención en las personas, según
explica Cloninger. "Es muy terco y tenaz para defender y llevar a cabo sus ideas, pero a la vez es influenciable y explotable
fácilmente, porque no percibe las intenciones ajenas por la poca relevancia que da a lo externo", dice de este tipo el
psicólogo Rafael Navarro en un trabajo de la Universidad de Valencia.

Sentimental-introvertido
Es un tipo de persona ligeramente reservada, pero simpática y comprensiva con los amigos cercanos u otros que lo
necesiten. "Es amoroso pero no demostrativo" de esa condición. "Se percibe callada, inaccesible, difícil de comprender y
melancólica", explica Navarro. Sensación- introvertido. Pone énfasis en la experiencia subjetiva, en lugar de los hechos
por sí mismos. Se nutren de sus impresiones sensoriales y viven inmersos en sus sensaciones internas. Es un perfil típico
de músicos y artistas, opina Cloninger. Pueden vivir en un mundo irreal.
Intuición- introvertido
Está interesado con las posibilidades futuras más que en lo que actualmente está presente. Está en contacto con su
inconsciente. Son soñadores.

Pensamiento-extrovertido
Es un individuo interesado fundamentalmente en los hechos y a partir de ahí elabora sus teorías. Reprime la emoción y
los sentimientos. Descuida a los amigos y a sus relaciones sentimentales. "El tipo reflexivo extravertido no solo se
subordina a su fórmula para tomar decisiones, sino que pretende que lo hagan así, por su propio bien, cuantos le rodean",
escribió Jung.

Sentimiento-extrovertido
Perfil muy interesado en las relaciones humanas, se ajusta al ambiente social. Jung consideraba que se da con frecuencia
en las mujeres: "Es amado el hombre que conviene y no otro", escribió Jung. "Su actividad intelectual está restringida a
lo que sienten", opina el psicólogo de la Universidad de Valencia.

Sensación-extrovertido
Pone énfasis en las percepciones que le provocan las realidades tangibles. Manifiesta una tendencia acusada a la
búsqueda del placer, explica Cloninger. Es un tipo que necesita cambiar de estímulos constantemente y atribuye un valor
incluso mágico a los objetos de una forma inconsciente, opina Navarro.

Intuición-extrovertido
Aventurero. Su interés por una cuestión permanece hasta que consigue el objetivo, luego necesita nuevas perspectivas.
Tiende a entusiasmar a otros en sus proyectos y suelen ser carismáticos. "La moralidad del intuitivo no es intelectual ni
sentimental. Tiene su moral propia, que es la fidelidad a su intuición y el sometimiento voluntario a su fuerza. Es escasa
su consideración por lo que se refiere al bienestar de los que lo rodean", explicó Jung en su obra.
Estos tipos de personalidad de Jung son el fundamento de los importantes test Myers-Briggs, que se utilizan en terapias
para ayudar a una persona a identificar algunas de sus preferencias personales más importantes, explicó a la BBC el
filósofo Mark Vernon.
¿QUÉ DICE DE TU PERSONALIDAD TU FORMA DE CAMINAR?

Si vieras a un hombre entrar a un bar con el estilo del actor John Wayne, es muy probable que lo describieras como seguro
y rudo. O a lo mejor, pensarías que se trata de una imitación acartonada y cómica de un vaquero. En cualquier caso, seguro
que al verlo sacarías unas conclusiones inmediatas sobre su personalidad, basándote tan solo en su manera de caminar.
Durante décadas los psicólogos han estudiado nuestras reacciones en este tipo de situaciones. Pero, ¿realmente son
acertadas? ¿Qué características de la personalidad podemos deducir de la forma de andar de una persona?

Primeras investigaciones
Una de las primeras investigaciones científicas sobre la relación entre el caminar y la personalidad fue publicada en 1935
por el psicólogo Werner Wolff. En su estudio filmó a cinco hombres y tres mujeres sin que lo supieran, mientras
realizaban una prueba de lanzar aros. Los sujetos vestían overoles de trabajo, que impedían que se vieran características
adicionales sobre sus respectivas personalidades.

“Tratamos la manera de andar de una persona como si fuese su cara, estilo de vestir o su acento al hablar"

Luego, los participantes en la investigación tuvieron la oportunidad de ver las grabaciones, que habían sido previamente
editadas para ocultar sus cabezas, y se les pidió que hicieran interpretaciones de la personalidad de cada uno de ellos de
acuerdo a la manera en la que se movían. Wolff encontró que los participantes sacaron conclusiones sobre los demás
basándose en la manera en la que caminaban, y que muchas veces coincidían entre sí. Por ejemplo, la descripción dada
por los participantes sobre el individuo identificado con el número 45, incluía las siguientes frases:
 "Pretencioso".
 "Alguien que busca atraer atención a cualquier precio".
 "Deliberadamente vanidoso, desesperado por ser admirado".
 "Internamente inseguro, aunque intenta aparentar seguridad ante los demás".
 "Aburrido, de alguna forma servil, inseguro".
Fue asombroso cómo los participantes formaron esos juicios sobre cada individuo.
Sin embargo, el estudio tenía fallas, como el hecho de que algunos de los participantes se conocían entre sí, aunque era
difícil identificar a cada quien en los videos.
Los experimentos modernos son más sofisticados, y la tecnología permite transformar el caminar de una persona en un
punto de luz en un fondo negro, o puntos blancos que demuestren la movilidad de cada parte del cuerpo humano. De esta
manera quedan fuera otros elementos y nos podemos concentrar en lo que nos dice el movimiento al caminar.

Oscilar o balancear
En los años 80, psicólogos estadounidenses determinaron dos grandes formas de caminar, a través de experimentos con
sensores de luz conectados al cuerpo de los individuos: un modo más juvenil y uno más viejo. El primero implica un ritmo
más dinámico, más vaivén de las caderas, movimiento de brazos más acentuado y los pasos más rápidos; mientras que el
segundo es rígido y lento, con el cuerpo más inclinado hacia adelante. La evidencia demuestra que aun cuando nuestras
percepciones funcionan bien con los rostros, solemos equivocarnos al interpretar el caminar".

Por otra parte, los observadores asumieron que las personas que caminaban con un estilo juvenil, eran más felices y más
potentes. Este fue el caso incluso cuando la edad se hizo más aparente al descubrírseles la cara y el cuerpo de los
participantes en los experimentos.

No es lo que parece
Para profundizar en la veracidad de estas observaciones basadas en el caminar, un estudio realizado por investigadores
británicos y suizos publicado hace unos años, planteó la comparación entre la descripción que hacen las personas sobre
sí mismas, con la que se formaban otros individuos basándose en los sensores de luz cuando los sujetos se movían. Los
resultados coincidieron con estudios anteriores sobre los dos grandes estilos de caminar, aunque los describieron de
manera un poco distinta:
 El primer estilo es más extrovertido, despreocupado, cálido, confiable, y con un cierto toque aventurero, de acuerdo
con los observadores.
 El segundo fue percibido como lento, relajado, que transmite estabilidad emocional.
Pero lo más importante de la investigación es que evidenció que los juicios de los observadores estaban
equivocados: estos dos estilos diferentes para caminar realmente guardaban relación con los rasgos mencionados por
las personas cuando describieron su propia personalidad.
El mensaje central de estas investigaciones es que tratamos la manera de andar de una persona como si fuese su cara,
estilo de vestir o su acento al hablar.
La evidencia demuestra que aun cuando nuestras percepciones funcionan bien con los rostros, solemos equivocarnos al
interpretar el caminar.

Un toque siniestro
Más allá de lo seguros o inseguros que parecemos al caminar, hay un elemento más inquietante en lo que proyectamos:
el hecho de ser percibidos como vulnerables. Algunos de los primeros hallazgos en estos estudios mostraron que los
hombres y las mujeres con unas zancadas más cortas, y con un balanceo más reducido y lento de los brazos a pie, tienden
a ser vistos como más vulnerables (nótese la similitud con el estilo de caminar de más edad encontrada en la investigación
de la personalidad).
Un estudio japonés bastante inquietante, publicado en 2006, agregó más elementos sobre este punto.
El experimento pedía a un grupo de hombres decir qué tan probable era que charlaran con intenciones de seducir o
inapropiadamente tocar a diferentes muchachas jóvenes, vistas en una pantalla a través de los sensores de luz y
movimiento.

En base al caminar de las mujeres, los hombres decían sentirse más propensos a hacer avances indeseados hacia las
mujeres con rasgos de personalidad más vulnerables, tales como ser más introvertidas y emocionalmente inestable. Esta
característica adquiere un rasgo escalofriante si se tiene en cuenta que otras investigaciones demuestran que sujetos que
se encuentran en prisión, con amplios registros por conductas psicópatas, son particularmente precisos al detectar a
personas que han sido atacadas en el pasado, solo con ver un video de ellas caminando.

Esto concuerda con evidencia aportada en casos dramáticos como los del asesino en serie Ted Bundy, quien dijo que
podía "identificar a una víctima por la forma como caminaba por la calle".

Cuidado con imitar


Estas investigaciones traen a colación otro tema de estudio: ¿podemos adaptar nuestra forma de movernos, para cambiar
la percepción que proyectamos a los demás? Algunos estudios sugieren que puedes aprender a caminar de cierta forma
que transmitas un mensaje de invulnerabilidad: pasos rápidos, largas zancadas y fuertes movimientos de los brazos. Esto
ha sido una recomendación para las mujeres en ambientes menos seguros.

No obstante, los psicólogos que han estudiado los perfiles de personalidad asociados con estos estilos de andar, dicen
que no hay claridad sobre la posibilidad de aprender aspectos específicos del caminar. De modo que lo más recomendable
es no empeñarse con mucha intensidad en aparentar ser otro, porque lo más probable es que termines siendo una
imitación cómica de John Wayne.

¿CUÁL ES EL TIPO DE DEPORTE QUE SE ADAPTA MÁS A TU PERSONALIDAD?

¿Cómo puedes determinar cuál es el mejor deporte para ti?


La respuesta la encuentras muchas veces en tu personalidad, ese conjunto de características o cualidades originales
que marcan la manera en la que respondemos ante diferentes situaciones, abarcando nuestro carácter, intelecto,
físico y temperamento.

Esa suma de los componentes que hacen a cada persona un individuo único en el mundo son las que pueden determinar
qué deporte te conviene más. Según la doctora Lee-Ann Sharp, experta en psicología deportiva de la Universidad de
Ulster, Reino Unido, las personas pueden descubrir qué actividad física es la más adecuada en base a su personalidad,
cualquiera sea su edad, habilidad o interés. En su estudio, la investigadora elaboró un cuestionario de 20 preguntas y
según las respuestas, cada individuo puede ser agrupado en una de cinco categorías, que abarcan desde deportes
extremos hasta actividades moderadas que se incorporan a la rutina diaria, como trotar o caminar.

Con las preguntas se busca indagar si una persona es organizada, tímida, energética, relajada, creativa o cómo
afronta diferentes situaciones de vida. Encuentra qué tipo de deportes se adapta más a tus características:

Extremos
Son las personas que buscan constantemente emociones, liberar endorfinas y disfrutan estar en contacto con la
naturaleza, además de estar dispuestas a probar nuevas cosas y experimentar nuevas sensaciones. Este tipo de
actividades pueden incluir velocidad, altitud, un esfuerzo físico intenso y equipamiento especializado, con una
dosis de riesgo o peligro. Entre las características que se requieren para entrar en esta categoría está ser aptos para
tomar riesgos, valientes, aventureros, tener un alto nivel de motivación para practicar el deporte de manera voluntaria y
por la simple razón del placer y satisfacción que reciben al hacerlo.

Individuales
Estas son personas que son independientes, que prefiere estar en control de su propio rendimiento para que el éxito no
dependa de terceros. Es importante, en un nivel competitivo, estar constantemente motivados y concentrados en los
objetivos. Asumen que son los responsables de cada movimiento que hacen y no buscan apoyarse en compañeros. La
fortaleza se alcanza a través de una mezcla entre la habilidad natural y la capacidad de mejorar constantemente,
elementos que se basan en la autoconfianza. Este tipo de atletas actúan solos en los diferentes escenarios, por lo que
desarrollan un tipo de pensamiento independiente en el que aprenden a adaptarse rápido a diversas variables,
cambios de táctica o estrategia. Son muy exigentes consigo mismos y se presionan para alcanzar el siguiente objetivo.

Colectivos
Son los deportes que incluyen dos o más participantes que trabajan juntos hacia un mismo objetivo.
Se practican frente a otro equipo, en el que los participantes interactúan de manera directa o simultánea entre ellos. Las
personas en esta categoría disfrutan de la interacción social y desarrollan fuertes lazos con sus compañeros, con
quienes coopera para alcanzar la meta deseada.Tienden a ser más extrovertidos, competitivos, solidarios y con una
excelente capacidad para la toma de decisiones.

De combate
Se refiere a los deportes de contacto en el que dos oponentes pelean bajo ciertos códigos y reglas para la batalla. En la
mayoría de los deportes de combate el ganador surge por la suma de puntos o tras inhabilitar a su oponente. Este tipo de
actividad es una buena manera de promover la disciplina y el respeto, en la que prevalecen las personas que son
capaces de canalizar la agresión de una manera positiva y tener autocontrol. Las personas deben tener un alto
grado de concentración, precisión, agresividad y decisión.

De estilo de vida
Son aquellos que se practican con un nivel de intensidad moderada, que pueden ser fácilmente incorporados a la vida
diaria. Se suele restar el elemento competitivo y sumar el aspecto recreacional, por lo que no hay barreras para estar
activos y se disfrutan de modalidades al aire libre.

En esta categoría se resalta el aspecto social y pasar tiempo con los amigos, que ayudan a las personas a estar
motivadas y a su bienestar. Los deportes o actividades que entren en esta categoría son adecuados para gente sociable,
abiertos a experimentar y que se preocupan por la salud.

EL "TEST DEL LIMÓN", LA CLÁSICA PRUEBA QUE PUEDE REVELARTE COSAS SORPRESIVAS SOBRE TU
PERSONALIDAD

¿Te consideras extrovertido o introvertido? Para responder, es posible que tengas en cuenta cuánto te gusta ir a
fiestas y hablar con extraños, o tal vez ya tienes la respuesta que te dio un cuestionario en internet. Un
acercamiento completamente diferente a estos temas implica el uso de un limón, y más específicamente, del jugo
de limón concentrado. Esta prueba tiene una larga historia en la psicología de la personalidad y es muy fácil de hacer en
casa. También necesitarás un hisopo o palillo de algodón con un pequeño trozo de hilo atado exactamente en el centro
del mismo.
 Coloca un extremo del hisopo en la lengua durante 20 segundos. A continuación, vierte cinco gotas de jugo de limón
concentrado en tu lengua, traga, y luego pon el otro extremo del hisopo en la lengua durante otros 20 segundos.
 Por último, saca el extremo del hisopo de su boca y cuélgalo por el hilo. La idea es ver si cuelga en posición
horizontal, o si el extremo que usaste después del jugo de limón cuelga más bajo porque es más pesado.

Si tu reacción al jugo de limón hizo un extremo más pesado, sugiere que te provocó salivar más de lo normal, lo cual
es una señal de que -en un nivel fisiológico- eres una persona introvertida.
Si el hisopo de algodón queda horizontal, indica que no reaccionaste mucho ante el jugo de limón y que eres,
probablemente, extrovertido.
Excitación cortical
Se trata de una versión de una prueba descrita en la década de 1960 por uno de los pioneros de la psicología de la
personalidad, Hans Eysenck, y su esposa y colega investigadora Sybil Eysenck. En el experimento original se utilizaron
equipos de pesaje sensible para medir la cantidad de saliva absorbida por un algodón antes y después que las personas
estuvieron expuestas al jugo.

“Aunque sigue siendo discutible si la prueba de limón puede revelar con precisión tu introversión, ciertamente dice algo
interesante acerca de tu sensibilidad física"
Gerardo Ulibarri, investigador

Los Eysencks querían probar la teoría de "excitación cortical" de extroversión e introversión, del propio Hans
Eysenck. El investigador propuso que este aspecto de la personalidad tiene una base fisiológica y que los
introvertidos tienen una mayor excitación cortical basal, lo que les hace reaccionar con más fuerza a la estimulación. En
esencia, sienten las cosas con mayor intensidad, provocando que se aparten de ciertas situaciones.

Verdad a medias
Los Eysencks afirmaron que la prueba del limón apoya la teoría de que las personas que obtienen una puntuación más
alta en las mediciones del cuestionario de introversión tienden a salivar más en respuesta al jugo de limón. Aunque la
dimensión de la personalidad introvertida/extravertida es, sin duda, influenciada por factores biológicos (puede ser
heredada en parte de nuestros padres), ahora sabemos que la propia teoría de la excitación es una verdad a medias.
Existe suficiente evidencia, incluyendo los estudios de imágenes del cerebro, para demostrar que los introvertidos
tienden a responder con más fuerza a los ruidos fuertes y otros estímulos sensoriales.
Pero, contrario a la teoría de Eysenck, hay muy pocas pruebas de que tienen mayores niveles basales de excitación
en general. Aunque sigue siendo discutible si la prueba de limón puede revelar con precisión tu
introversión, ciertamente dice algo interesante acerca de tu sensibilidad física, y se podría repetir un par de veces
para obtener un resultado más fiable.

Resonancia autonómica
En cualquier caso, la extroversión y la introversión no son los únicos aspectos de la personalidad que se pueden medir
con un experimento basado en el limón. Un artículo publicado en 2014 sugirió que también podemos utilizar el cítrico
para probar un aspecto diferente de la personalidad: cuánta empatía tenemos. Esto es algo que los sicólogos suelen
medir también por medio de cuestionarios, con los problemas habituales de la subjetividad y la honestidad. Para
proporcionar una prueba más objetiva, Florencia Hagenmuller y sus colegas pidieron a un grupo de voluntarios que
pusieran tres motas de algodón en la boca (utilizadas para medir la saliva) y ver dos videos de un minuto: en uno se le
ofrece a un hombre cortar y comer un limón, en el otro el mismo hombre toma las bolas de colores de un contenedor y
las pone en una mesa. Este último era el video de control.

Posteriormente, los investigadores pesaron los rollos de algodón y determinaron que, en general, los participantes
salivaban más al ver que el hombre comiendo limón que en el video de control.
Es un ejemplo de lo que los psicólogos llaman "resonancia autonómica": la forma en que imitamos automáticamente
los estados fisiológicos de los demás, como cuando bostezamos cuando vemos a alguien bostezar o hacemos una mueca
de dolor al ver el dolor ajeno.

Pero todos difieren en cuanto a cuán sensibles somos en este sentido. Curiosamente, los investigadores determinaron
que mientras mayor era la puntuación de los participantes en un cuestionario de empatía (estaban de acuerdo con
frases como "A menudo tengo sentimientos tiernos y de preocupación por personas menos afortunadas que yo" y "a
menudo me afectan las cosas que pasan"), más tendían a salivar mientras veían al hombre comiendo limón.

Hagenmuller y su equipo dijeron que la prueba de la empatía a base de limón podría tener algunos usos serios. Por
ejemplo, podría evaluarse en personas con dificultades para seguir las instrucciones de un cuestionario, como pacientes
con esquizofrenia o autismo. La ventaja de la prueba de video del limón es que no requiere ninguna comprensión por
parte del examinado. Todo lo que tiene que hacer es sentarse y ver el video, y los resultados proporcionan una idea de
cuánta empatía experimentan en un nivel visceral automático. Así que la próxima vez tengas una bolsa de limones, tienes
una opción. Puedes hacer limonada o algunos experimentos de psicología.
TU SUBCONSCIENTE ES MÁS "INTELIGENTE" DE LO QUE PENSABAS

Sentimos que tenemos las cosas bajo control cuando resolvemos rompecabezas o leemos, pero un experimento reciente
muestra que ocurren muchas cosas bajo la superficie de nuestras mentes conscientes y según un reciente estudio fiarse del
instinto puede contribuir a tomar mejores decisiones que la reflexión profunda.
A medida que nos movemos por el mundo, caminando y hablando, nos observamos reflexionando y teniendo ideas y
pensamientos. ¿Qué quiero para comer?, me pregunto. ¿Por qué habrá hecho eso?, pienso, y me propongo averiguarlo. Es
natural asumir que esta experiencia de mi propio ser es un relato de mi mente. Es natural asumirlo, pero es incorrecto.

El motor del pensamiento


Todos los psicólogos reconocen que hay un subconsciente, una parte de nuestro cerebro que juega un papel muy
importante en los procesos del pensamiento. Si me pregunto cuál es la capital de Francia la respuesta aparece en mi
mente de manera automática: París. Si decido menear mis dedos, se mueven adelante y atrás en un complejo patrón que
no preparé de forma consciente, pero que fue puesto en marcha por mi subconsciente. El gran debate en psicología es
exactamente qué es lo que pone en marcha el subconsciente, y qué es lo que requiere pensamiento consciente.

O, parafraseando el titular de un importante artículo sobre el tema: "¿Es el subconsciente inteligente o tonto? Una
creencia popular es que el subconsciente puede preparar acciones simples de estímulo-respuesta: puede llevar a cabo
acciones básicas, reconocer objetos y realizar movimientos repetitivos. La cognición compleja que precisa de planear,
razón lógica y combinar ideas, por otro lado, necesita pensamiento consciente. Pero un experimento reciente llevado a
cabo por un equipo israelí va en contra de todos estos supuestos. Ran Hassin y sus colegas usaron un truco visual llamado
"Supresión Continua Flash" para poner información en las mentes de los participantes sin que ellos se diesen cuenta.

Fusión de imágenes
Puede sonar doloroso, pero en realidad es algo muy simple. La técnica saca ventaja del hecho de que tengamos dos ojos
y que nuestro cerebro tienda a formar una visión coherente del mundo con la fusión de las imágenes que capta cada uno
de ellos. El proceso consiste en mostrar a los sujetos una imagen distinta para cada ojo. Mientras uno de ellos recibe una
rápida sucesión de cuadrados coloreados brillantes, el otro es incapaz de asimilar la información que se le presenta.
Debido a la distracción que suponen los cuadrados brillantes en uno de los ojos, el otro puede tardar varios segundos en
entender la información que observa.

El experimento de Hassins consistía en una presentación inconsciente de preguntas aritméticas.


Las preguntas consistían en un problema aritmético, por ejemplo: "9-3-4 igual a…" seguido de una presentación,
claramente visible, de un número que los participantes tenían que leer en voz alta tan rápido como pudiesen. Este número
bien podía ser la respuesta correcta o una respuesta incorrecta.
El resultado fue que los participantes eran mucho más rápidos en leer la respuesta si esta era la correcta que si era la
incorrecta. Esto demuestra que el problema había sido previamente procesado y resuelto por sus mentes, aun sin saberlo.

¿Subconsciente consciente?
El resultado de este estudio sugiere que la parte subconsciente de la mente tiene capacidades más sofisticadas que lo que
mucha gente pensaba en un principio. Al contrario que otros estudios de procesos no conscientes, esto no era una
respuesta automática a un estímulo, sino que requería una respuesta precisa dictada por las reglas de la aritmética, algo
que asumimos solo podría darse de forma deliberada. El estudio afirma que la técnica usada puede cambiar de forma
profunda el estudio del subconsciente y asegura que "el subconsciente puede llevar a cabo todos los procesos
fundamentales y básicos que realiza la mente consciente".

Esta afirmación es poderosa y los autores reconocen que todavía queda mucho recorrido por hacer en el campo de
nuestro subconsciente. Al igual que ocurre con los icebergs, la mayor parte de las operaciones que realiza nuestra mente
ocurren de manera "secreta". Experimentos como este ayudan a llevar un poco de luz a esas partes oscuras de nuestra
psique.

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