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CAPÍTULO 5

SUELO

• CONCEPTOS DE SUELO

• LA DETERMINACIÓN DEL USO ACTUAL Y


POTENCIAL DE LA TIERRA

• LA DEGRADACIÓN DEL SUELO: EL AUMENTO


DE LAS ZONAS DESÉRTICAS

• PROBLEMAS DE LA EROSIÓN HÍDRICA


EN COSTA RICA

suelo
• CONTAMINACIÓN DE LOS SUELOS Y SEDIMENTOS

• OPCIONES DE SOLUCIÓN
CONCEPTOS DE SUELO1
En general, el suelo se refiere a la
“Pese a sus pretensiones artísticas, su
superficie suelta de tierra que se dis-
sofisticación y sus logros, el ser humano
tingue de la roca sólida. Mucha gente,
debe su existencia a una capa de 15 cm de
cuando piensa en la palabra suelo, tie- tierra y al hecho de que llueve”.
ne en mente aquel material que ali-
menta y sostiene el crecimiento de las Anónimo.
plantas. Este significado es aún más
general, ya que incluye no únicamente
el suelo en el sentido común, sino también rocas, agua, nieve y aún aire, todos los

suelo
cuales son capaces de sustentar la vida vegetal. El agricultor, por supuesto, tiene
del suelo un concepto más práctico; para él es el medio en el cual crecen los cul-
tivos. El ingeniero civil, por otro lado, ve al suelo como un material que soporta
las cimentaciones, carreteras o pistas de los aeropuertos. Dicho brevemente, la
palabra suelo tiene muchos significados y nosotros debemos entender que la pa-
labra puede ser y será usada en varias formas en esta obra.

COMPONENTES DEL SUELO


El suelo puede ser definido como una mezcla de materia mineral, materia or-
gánica, agua y aire. El volumen ocupado por cada uno de estos, en un suelo su-
perficial “ideal” para el crecimiento de las plantas, sería aproximadamente como
sigue: materia mineral, 45%; materia orgánica, 5%; agua, 25% y aire, 25%. Es im-
portante notar que aproximadamente la mitad del volumen es espacio poroso.
Las proporciones de los componentes varían con el tiempo y de un lugar a
otro. El volumen de agua y de aire guardan una relación inversamente propor-
cional entre sí. La entrada de agua en el suelo elimina el aire. Al eliminarse el
agua por medio del drenaje, la evaporación o el crecimiento de la planta, el espa-
cio poroso que estaba ocupado por ella es llenado de nuevo con aire. Los subsue-
los se caracterizan, por lo general, por un contenido considerablemente menor de
materia orgánica en relación con los suelos superficiales. Un suelo orgánico con
estiércol o turba, tiene un mayor volumen ocupado por materia orgánica que por
materia mineral.

1. MILLAR, C.E. et al. 1980. Fundamentos de la ciencia del suelo. CECSA, México, p. 13-17. Párrafos seleccionados.

AMBIENTE: PROBLEMÁTICA Y OPCIONES DE SOLUCIÓN 145


NATURALEZA EVOLUTIVA DEL
SUELO
Los suelos superficiales están
sufriendo cambios continuamente.
Cada suelo tiene un ciclo de vida en
términos del tiempo geológico, esta
naturaleza evolutiva y dinámica está
incluida en la definición de suelo co-
mo “un cuerpo natural de la superfi-
cie terrestre que tiene propiedades
debidas al efecto integral del clima y
la materia viviente (plantas y anima-
les), los cuales actúan sobre el mate-
rial de origen condicionados por el
relieve (pendiente) durante un perío- FOTO 5.1. El agricultor tiene un concepto práctico del
do de tiempo”. suelo, para él es el medio del cual obtiene
su sustento (M. Villalta).
La intemperización del lecho
rocoso produce residuos no consolidados que sirven como un material de origen
para la evolución del perfil del suelo que finalmente refleja el efecto conjunto del
clima, de la materia viva, del relieve y del tiempo. La exposición del material ori-
ginal a las condiciones del tiempo, bajo condiciones favorables, dará por resulta-
do el establecimiento de plantas que realizan la fotosíntesis. Su crecimiento es re-
sultado de la acumulación de algunos residuos orgánicos.
Animales, bacterias y hongos se unen en una comunidad biológica y se nu-
tren de estos residuos orgánicos. La descomposición de estos residuos orgánicos
libera los nutrimentos contenidos en ellos para otro ciclo de crecimiento vegetal.
Las plantas y los animales que se alimentan de los residuos orgánicos llegan a ser
una parte del complejo total de la materia orgánica.

FACTORES FÍSICOS DEL SUELO2


La textura de un suelo se refiere a la proporción de arena, limo y arcilla que
hay en él. La textura determina parcialmente la calidad del sitio, ya que influye
sobre la capacidad de almacenaje de agua y la presencia de aire en el suelo. Un
suelo con una textura arenosa tendrá buena aireación y drenaje, pero no puede al-
macenar agua. Por otra parte, un suelo arcilloso tiene la capacidad de almacenar
agua, pero su aireación y drenaje pueden ser defectuosos. Los suelos que poseen
proporciones similares de arena, limo y arcilla, presentan un buen balance entre
la capacidad de almacenamiento de agua, la aireación y el drenaje.
La textura también afecta el desarrollo de las raíces, ya que aquella determi-
na la cantidad de agua y aire en el suelo, dos componentes requeridos por las raí-
ces. El exceso de agua en el suelo, como puede suceder en el caso de suelos pan-
tanosos o muy arcillosos, es un factor limitante para el desarrollo de las raíces de

2. CHAVERRI P., A. 1988. “El papel de la ecología forestal en el manejo de los bosques tropicales”. Biocenosis 3(3-4): 17-25.
Párrafos seleccionados.

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muchas especies vegetales. A la vez, el oxígeno del aire es requerido por las raí-
ces y por los organismos del suelo para su adecuado crecimiento. Por estas razo-
nes es esencial considerar la textura del suelo en la planificación de una planta-
ción o de la introducción de especies a un sitio.
El término “estructura” se refiere al tipo de agrupación de las partículas de
un suelo para formar agregados. Mientras que el polvo y la arena no poseen es-
tructura, los suelos agrícolas y forestales presentan diferentes estructuras. En los
casos de suelos demasiado finos o arcillosos, se considera como una práctica re-
comendada el fomentar la formación de agregados con el fin de mejorar el drena-
je, la aireación y, en consecuencia, el desarrollo de las raíces de los árboles.
La estructura de un suelo puede mejorarse al agregarle materia orgánica. La
caída de hojas y ramas al suelo, y su posterior descomposición a lo largo de va-
rios años, puede mejorar su estructura. Esta se destruye por medio de la compac-
tación, lo que puede ocurrir cuando se trabaja con maquinaria pesada, durante el
proceso del pisoteo constante por el ganado, o en algunos casos, por el pase del
arado en presencia de alta humedad. Los suelos de nuestro país son relativamen-
te pesados en algunas zonas, por lo que deben tenerse en cuenta estas considera-
ciones y, en los casos necesarios, intentar el mejoramiento de su estructura.
La profundidad del suelo representa uno de varios factores que determinan
el tipo de vegetación que puede crecer sobre él. En general, los bosques y las
plantaciones requieren de suelos al menos medianamente profundos. Se desa-
conseja el establecimiento de plantaciones sobre suelos muy superficiales, espe-

suelo
cialmente si el sitio se encuentra en una pendiente. En estos casos de fuerte pen-
diente, puede protegerse adecuadamente un suelo superficial por medio del esta-
blecimiento de vegetación herbácea o arbustiva en el lugar.
La profundidad real de un suelo puede ser diferente de su profundidad efec-
tiva. La presencia de un nivel freático o de una capa impermeable o duripán en
un suelo aparentemente profundo, puede limitar el desarrollo de las raíces de los
árboles y presentar dificultades en el establecimiento de la vegetación arbórea allí.
En la planificación del establecimiento de una plantación, es necesario cono-
cer acerca de la profundidad y el drenaje del suelo, ya que este es un indicador de
su aireación. Algunas especies forestales son afectadas adversamente si los suelos
permanecen inundados, aún por períodos cortos de tiempo (v.gr. teca), mientras
que otras especies están adaptadas a estas condiciones pantanosas (v.gr. fruta do-
rada y cedro macho).
La temperatura del suelo también puede ser un factor determinante. En con-
diciones de vivero, una temperatura muy alta puede dañar el cuello de la raíz de
las plántulas y ocasionarles una disminución en su tasa de crecimiento o incluso
la muerte. La temperatura regula la velocidad de los procesos químicos del sue-
lo. Particularmente tiene importancia en la tasa de entrada de agua a la planta y
en la absorción de los nutrimentos por las plantas, ya que la temperatura influye
sobre la viscosidad y la tensión superficial del agua y sobre la solubilidad de los
nutrimentos. A mayores temperaturas, menor viscosidad y menor tensión super-
ficial del agua, pero mayor solubilidad de los nutrimentos. La temperatura del
suelo influye también sobre la tasa de crecimiento y desarrollo de las raíces.

AMBIENTE: PROBLEMÁTICA Y OPCIONES DE SOLUCIÓN 147


FACTORES QUÍMICOS DEL SUELO
El suelo suple a las plantas de los elementos
necesarios para su crecimiento (v.gr. nitrógeno,
fósforo, potasio, calcio, magnesio, cobre, azufre,
cloro, zinc, boro, hierro, manganeso y molibde-
no). Los elementos carbono, hidrógeno y oxíge-
no son suplidos parcialmente, y a veces total-
mente, por la atmósfera. En el caso de las plantas
leguminosas o que poseen bacterias nitrificantes,
estas toman el nitrógeno en forma no asimilable
del suelo y lo transforman a formas asimilables
por las plantas.
A menudo, los nutrimentos que constituyen
la roca madre juegan un papel importante en la
determinación de la composición de la flora del
FOTO 5.2. La caída de las hojas y las bosque. Por ejemplo, en Guanacaste, los suelos
ramas de la vegetación y su de tobas volcánicas, pobres en nutrimentos, po-
posterior descomposición
enriquece al suelo (M. Villalta). seen en condiciones naturales una cobertura
boscosa donde predomina el encino (Quercus
oleoides). En las zonas altas de la cordillera de Talamanca, los suelos pobres y de
pH bajo (ácidos) dan lugar al establecimiento de especies forestales poco exigen-
tes en cuanto a los suelos, como los robles (Quercus spp.).
En el proceso de la meteorización de la roca madre, esta se subdivide en pe-
dazos de varios tamaños. Los elementos minerales son obtenidos por las raíces de
las plantas en forma iónica, a partir de la mineralización de estos pedazos de ro-
ca y también de los compuestos derivados de la descomposición de la materia or-
gánica.
Dentro de un bosque maduro, en el cual no se practican las intervenciones
silviculturales, la cantidad de nutrimentos en el suelo permanece básicamente
constante. Esto se debe principalmente a la recirculación de nutrimentos dentro
del bosque, en el cual las pérdidas por lixiviación (lavado) son relativamente pe-
queñas.
El ciclo de los nutrimentos se compone básicamente de tres etapas: absor-
ción, retención y restitución de los minerales. En la primera etapa, el mineral es
absorbido por medio de las raíces. Luego es retenido en la biomasa del árbol, ya
sea en el follaje, las raíces u otro sitio. El tiempo de retención puede ser relativa-
mente corto, en el caso de un mineral que se sitúa en la hoja de un árbol caduci-
folio o puede ser más largo, cuando se trata de un ión localizado en la pared ce-
lular del xilema de un tronco, en cuyo caso es liberado en el momento que el ár-
bol muere y se descompone en el suelo. En el proceso de restitución, los minera-
les son devueltos al suelo, mediante la descomposición de la materia orgánica. En
una plantación, un ión mineral, en vez de ser restituido, puede ser lixiviado a
otras capas del suelo donde la vegetación no lo puede alcanzar, o puede ser lle-
vado fuera del ecosistema con la recolección de la cosecha.

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FACTORES BIÓTICOS DEL SUELO
• Materia orgánica viva: La mayor parte de la actividad orgánica del suelo se
localiza en su primer horizonte. Entre los organismos del suelo, las bacterias
se encuentran presentes en grandes cantidades, siempre y cuando se den las
condiciones ambientales adecuadas para su desarrollo (calor, humedad, oxí-
geno y cierta basicidad en los suelos). Estas formas de vida tienen la función
de descomponer la materia orgánica semidescompuesta por otros organis-
mos de mayor tamaño. Existen bacterias aeróbicas, anaeróbicas, fijadoras de
nutrimentos (v.gr. Azotobacter), mutualistas (presentes en las raíces de algu-
nos árboles, como el jaúl, la casuarina o el pino australiano y las legumino-
sas), amonificadoras y otras.
Los protozoos son también numerosos en el suelo. Se alimentan de otros orga-
nismos, inclusive de bacterias. El número de protozoos en el suelo varía con la
acidez (pH), la humedad, la aireación y la cantidad de materia orgánica en el
suelo.
Las algas y los hongos forman parte de la microflora del suelo. Las algas aña-
den más materia orgánica al suelo por tratarse de organismos autótrofos. Los
hongos son importantes en la descomposición de la materia orgánica. Algu-
nos de ellos son responsables de las enfermedades en las raíces de las plán-
tulas en los viveros (los ficomicetos). En los suelos también se encuentran los
actinomicetos (mayormente responsables de la descomposición de la materia
orgánica), los deuteromicetos, los ascomicetos, las micorrizas y otros. Los

suelo
hongos abundan bajo condiciones diferentes a las que favorecen el desarro-
llo de las bacterias: suelos ácidos, muy húmedos y temperaturas frías.
Las micorrizas son hongos indispensables en el desarrollo de las plantas fo-
restales. La palabra “micorriza” se refiere a la asociación mutualista entre
una especie de hongo y las raíces de una especie de planta vascular. En esta
asociación, el hongo obtiene de parte de la planta almidones y azúcares para
su supervivencia. Por otra parte, la planta obtiene una serie de beneficios en
su asociación con el hongo, a saber: un incremento en el área de absorción de
las raíces y por ende de nutrimentos (especialmente de fósforo), protección
para la planta contra agentes patógenos de la raíz, al igual que un aumento
en la capacidad de soportar condiciones extremas de calor y escasez de agua.
Los briófitos y líquenes son a menudo los primeros colonizadores de las ro-
cas y, por ende, los que dan el primer paso en la formación de los suelos. Las
lombrices juegan un papel importante en el cultivo de la tierra. Su actividad
ocasiona túneles, que mejoran la estructura y la aireación del suelo. Ciertos
insectos y mamíferos también juegan un papel importante en la descomposi-
ción de la materia orgánica y en la eliminación de los suelos compactos.
• Materia orgánica muerta: está compuesta por residuos orgánicos en estado
parcial de descomposición, que en condiciones favorables de humedad y ai-
reación y en presencia de la microbiota, se mineralizan y transforman en hu-
mus.
El humus es un compuesto de polímeros estables, constituido principalmen-
te por ligninas y proteínas. Es de color oscuro, y no debe confundirse con la

AMBIENTE: PROBLEMÁTICA Y OPCIONES DE SOLUCIÓN 149


hojarasca, ni la materia orgánica del suelo. Un porcentaje de humus de 2 a 4%
en un suelo es recomendable. El humus posee características que lo hacen al-
tamente deseable para un suelo. En primer lugar, puede absorber minerales,
ya que usualmente posee carga negativa, y los iones de calcio, potasio, mag-
nesio, sodio y otros poseen cargas positivas. También puede almacenar agua
que pone a la disposición de las plantas. Además, mejora la estructura de los
suelos, por medio de la formación de agregados.
Para obtener una humificación adecuada, se requiere de suficiente humedad,
un pH mayor a 4,5 y suficiente cantidad de oxígeno y nitrógeno. La hume-
dad puede regularse parcialmente por medio del manejo del dosel; el pH de
un suelo puede aumentarse con la aplicación de cal; suficiente oxígeno se
consigue por medio de una estructura adecuada; una conveniente descom-
posición de la materia orgánica asegura, por lo general, suficiente nitrógeno
en el suelo. El manejo de un suelo debe también asegurar un adecuado desa-
rrollo del proceso de humificación. Esta es la garantía de contar con una
apropiada recirculación de nutrimentos en el suelo.
Por todo lo anterior se logra entrever que el manejo de un agrosistema es una
tarea compleja, tanto por la cantidad de factores que de alguna u otra mane-
ra afectan el desarrollo y crecimiento de las plantas, como también por la fra-
gilidad que atañe a varios de los procesos ecológicos dentro del mismo. Asi-
mismo, los procesos se interrelacionan, de tal manera que una alteración
efectuada a uno de ellos puede afectar igualmente a varios otros procesos;
por esto, algunas veces esos efectos son poco predecibles. Dentro de este
marco es que se coloca la agroecología aplicada: una ciencia que por medio
de estudios procura predecir los procesos de interrelación entre la biota y los
factores abióticos en el agroecosistema en cuestión.

LA DETERMINACIÓN DEL
USO ACTUAL
Y POTENCIAL DE LA
TIERRA3
En la actualidad existen técnicas
que permiten determinar con bastante
precisión el uso potencial, o sea la má-
xima productividad que se puede ob-
tener en un sitio, sin que su ambiente
sufra deterioro. Para hacer esta deter-
minación, se toma en cuenta factores FOTO 5.3. Ciertas áreas son aptas para el cultivo
como los: siempre y cuando se apliquen métodos
adecuados de manejo y conservación
de suelos. Ladera cultivada con café y
jaúl sembrada en curvas de nivel (J.
García).

3. D’ALTON, C.; GUIER, E.; MAGALLÓN, F. 1986. Educación ambiental: Guía didáctica para el libro “El desafío ecológico” de
Ezequiel Ander-Egg. EUNED: San José, p. 121-132. Párrafos seleccionados.

150 GARCÍA / GUIER / CHACÓN


a) estrictamente ambientales: climáticos, edáficos (relativos al suelo) y topográ-
ficos (características del relieve y la pendiente),
b) socioeconómicos y culturales.
En Costa Rica se han realizado diversos estudios de uso potencial de la tierra.
Así se define, en forma general, qué zonas del país deben dedicarse a cultivos ex-
tensivos sin mayores restricciones, en cuáles zonas se puede cultivar pero aplican-
do diferentes métodos de manejo y conservación de suelos, qué áreas pueden de-
dicarse a la ganadería y cuáles a bosques de producción o protección.
Las investigaciones sobre el uso potencial de la tierra deben completarse con
estudios del uso actual, para poder definir una política general del uso integral de
los recursos naturales que permita la utilización de estos sin deterioro del ambien-
te. En el Cuadro 5.1 se muestra un panorama de la cobertura de la tierra en 1992.
Cuadro 5.1
COSTA RICA: COBERTURA DE LA TIERRA EN 1992

CATEGORÍA DE USO ÁREA (ha) %

Pastos 1 565 076,30 30,77


Bosques naturales 1 286 456,30 25,15
Bosques secundarios 695 903,10 13,61
Bosques naturales intervenidos 484 071,40 9,47
Cultivos permanentes 369 209,80 7,20
Charrales tacotales 228 444,60 4,47
Cultivos estacionales 132 955,20 2,60

suelo
Humedales y pantanos 106 058,30 2,07
Pastos con agricultura 101 459,90 1,98
Mangles 49 374,51 0,96
Suelos descubiertos 26 469,23 0,51
Uso urbano 22 599,17 0,402
Páramos 13 495,47 0,26
Áreas quemadas 10 063,96 0,19
Lagunas y embalses 9 796,05 0,19
Terrenos rocosos 8 567,08 0,16
TOTAL 5 110 000,00 100,00

FUENTE: Mapa de cobertura de la tierra, 1995. MAG, IMN, DGF, IGN.

LA DEGRADACIÓN DEL SUELO:


EL AUMENTO DE LAS ZONAS DESÉRTICAS4
El proceso de degradación del suelo viene de antiguo –quizás las primeras al-
teraciones se produjeron con la aparición de los pueblos agricultores–, pero solo
desde hace unas décadas es considerado un motivo de preocupación: el ser hu-
mano se ha percatado de la gravedad que reviste la degradación de los suelos. En
realidad mucho antes de que se planteara la cuestión del deterioro del ambiente
ya existía conciencia de que la degradación de los suelos constituía un problema
que era necesario atacar seriamente. Puede afirmarse que el deterioro de los sue-
los fue el primer problema ocasionado por la agresión ecológica considerado co-
mo tal.

AMBIENTE: PROBLEMÁTICA Y OPCIONES DE SOLUCIÓN 151


Dos tipos de factores influ-
yen en este proceso de degrada-
ción del suelo; por una parte, la
acción de la propia dinámica de
la naturaleza (erosión, inunda-
ciones, enfangamientos, etc.).
Por otro lado, la misma acción
del ser humano en su uso y abu-
so de los suelos: tala de bosques,
formas inadecuadas de riego,
pastoreo excesivo, uso de maqui-
naria agrícola pesada, empleo
masivo de agroquímicos sintéti-
cos (fertilizantes y plaguicidas,
FOTO 5.4. Según estimaciones, el proceso de desertización principalmente), supresión de
en los próximos años alcanzará casi 1/3 de las los procesos naturales de regene-
tierras del planeta aptas para el cultivo (G. Grant). ración del suelo, urbanización y
construcción de carreteras.
Todo ello ha conducido a un
largo proceso de desertización. Según estimaciones presentadas en la Conferen-
cia de las Naciones Unidas sobre Desertización en 1978, el deterioro alcanzará en
los próximos años la destrucción de casi una tercera parte de las tierras del mun-
do aptas para el cultivo. Para valorar ese porcentaje hay que tener en cuenta que
alrededor de 1880, hace apenas poco más de cien años, la tierra clasificada como
desértica representaba 9,5% del total.
El problema, como decíamos, viene de lejos: los fértiles valles del Éufrates y
el Tigris se convirtieron en desiertos por la erosión y la acumulación salina pro-
ducida por inadecuados sistemas de riego. África septentrional, hoy un desierto,
fue un fértil granero durante el Imperio Romano; el desierto del Sahara es conse-
cuencia de la acción del ser humano: exceso de ganado, deforestación, riego de-
fectuoso y probable alteración de las corrientes de aire. El gran desierto de Thar,
en la India, fue una jungla hace 2000 años. En Irak hoy solo se cultiva 20% de su
suelo y a lo largo de todo el país se encuentran ciudades olvidadas, obras de rie-
go llenas de cieno y el antiguo puerto marítimo de Ur que hoy queda a varios ki-
lómetros del mar y con sus construcciones enterradas a más de 10 m de profun-
didad a causa del cieno.
Según los especialistas, el pastoreo excesivo es uno de los principales facto-
res de deterioro. Cuando el número de animales excede la capacidad límite del
suelo (biomasa máxima de herbívoros que pueden alimentar por metro cuadra-
do), se rompe el equilibrio dinámico entre el ganado y la tierra, la cubierta vege-
tal del suelo se empobrece ostensiblemente y se desencadenan los procesos erosi-
vos: el viento barre los suelos desnudos de vegetación y arrastra la arena a tierras
que inutiliza para el cultivo. La excesiva preparación de los suelos produce tam-
bién efectos de degradación, como el caso del Sahel tunecino, en donde arados y

4. ANDER-EGG, E. 1985. El desafío ecológico. EUNED: San José, Costa Rica, p. 33-38.

152 GARCÍA / GUIER / CHACÓN


trilladoras, al roturar el
suelo, aumentaron consi-
derablemente la erosión
por los vientos.
Además de la ero-
sión eólica, los suelos su-
fren las consecuencias de
la erosión hídrica: esta
produce arrastres de tie-
rras que año tras año al-
canzan los millones de
toneladas. La causa prin-
cipal de este tipo de ero-
sión es la escasez de ve-
getación, la deforesta- FOTO 5.5. El pastoreo excesivo es uno de los principales factores de
deterioro en el suelo. Santiago de Puriscal (J. García).
ción y la falta de técnicas
de cultivo correctas (por
ejemplo, cultivos en terrazas). Pero la erosión hídrica no solo produce pérdidas
del suelo, sino también el aterramiento de los embalses y pantanos, que acortan
la vida de estas costosísimas obras.
Otro agente de degradación del suelo es el aumento de la salinidad y en otros
casos de la alcalinidad del terreno: Pakistán y la India son los países que más han

suelo
sufrido este modo de desertización; en el primero de ellos se dañaron 22% de to-
das las tierras regadas y en el segundo 15% se deterioraron a causa del anega-
miento, entre 200 000 y 300 000 ha irrigadas.
Hay otra forma de deterioro de los suelos: es la producida por la compacta-
ción de estos. Es lo ocurrido en el Reino Unido a causa del uso excesivo de la ma-
quinaria pesada para las tareas agrícolas.
Algunas regiones tropicales y subtropicales constituidas por selvas, luego de
la tala de bosques, se han transformado en tierras de rápida degradación. Brasil
es un ejemplo de ello: en menos de una década algunas tierras se volvieron esté-
riles. Situaciones similares ocurren en África, cuando del bosque se pasa a la agri-
cultura.
También el uso excesivo o indebido de plaguicidas y fertilizantes sintéticos em-
pobrece biológicamente los suelos. Estos productos químicos afectan la microflora
y microfauna naturales, destruyendo insectos y bacterias beneficiosas para la agri-
cultura, cuya carencia o falta disminuye la fertilidad de los suelos. Por otra parte, co-
mo los abonos sintéticos solo atienden a un aspecto de la fertilidad (el contenido mi-
neral del suelo), pueden provocar graves trastornos en la estructura de estos.
Por último hemos de señalar que la continua urbanización, la construc-
ción de carreteras, autopistas, aeropuertos, etc., constituyen un factor no tan-
to de degradación, como de eliminación de suelos: cada año el asfalto y el
hormigón cubren en nuestro planeta una superficie equivalente a la de Lu-
xemburgo (2586 km2). Como consecuencia de ello la superficie de suelos
aprovechables disminuye notablemente de año en año. Para ejemplificarlo

AMBIENTE: PROBLEMÁTICA Y OPCIONES DE SOLUCIÓN 153


con los países en los que este proceso es más intenso, digamos que los EE.UU.
sacrifican un millón de ha/año para la urbanización, construcción de carrete-
ras y otros usos no agrícolas de los suelos; esto equivale a algo más de
2700 ha/día; mientras que en Alemania Federal se urbanizan y cubren de ce-
mento más de 36 500 ha/año, unas 100 ha/día.
Pero los suelos son parte de esa complicada red de interconexiones que cons-
tituye la biosfera. Cada parte está relacionada con las otras, actúa sobre ellas y es
influida a su vez. El deterioro de los suelos no solo produce la reducción o desa-
parición de la cobertura vegetal aumentando las zonas desérticas de la tierra, sino
que también trae otras consecuencias, no siempre tangibles, como son los efectos
sobre ciertas bacterias que existen en el suelo cuyo papel fundamental es la fijación
y la regulación de los gases atmosféricos. Por otra parte, las partículas de polvo mi-
neral o vegetal contribuyen a la formación de nubes y lluvia, todo lo cual influye
en la absorción y devolución de la energía calórica solar. La alteración del suelo
afecta el equilibrio climático, la alteración del clima afecta, a su vez, el suelo.
Ante la gravedad del proceso de desertización, proceso causado por el uso
indebido de los recursos naturales, es absolutamente necesario poner los medios
capaces de detenerlo. En el año 2000 la cantidad de tierra que actualmente no lle-
ga a alimentar a una persona, tendrá que dar de comer a dos. Tenemos que reme-
diar este azote convertido en la lepra del planeta.

1975
0,31 hectáreas de tierra
cultivada per cápita

POBLACIÓN MUNDIAL 4 000 MILLONES


TOTAL DE TIERRAS CULTIVADAS 1 240 millones de hectáreas

1/4 HECTÁREA PERDIDA


2000 POR URBANIZACIÓN
0,15 hectáreas de tierra
cultivada per cápita

1/4 HECTÁREA PERDIDA


POR EROSIÓN

POBLACIÓN MUNDIAL 6 250 MILLONES


TOTAL DE TIERRAS CULTIVADAS 940 millones de hectáreas

FIGURA 5.1. Aumentan las zonas desérticas de la Tierra. En el año 2000 habrá disminuido a la mitad la cifra
de tierra de cultivo por habitante.

154 GARCÍA / GUIER / CHACÓN


SOLO LA MITAD DE LAS TIERRAS
DE CULTIVO PER CÁPITA PARA EL AÑO 2000

Un estudio realizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente
(PNUMA), comprobó que la amenaza de desertización se cierne sobre vastas regiones en el
mundo. La investigación comprobó que aproximadamente unos 3000 millones de hectá-
reas de los 3500 millones de la tierra laborable irrigada o con régimen de lluvias apropia-
das, están siendo afectadas por la desertización. Observe que la primera cantidad es equi-
valente casi a todo el continente americano. Cada año, 21 millones de hectáreas en el mun-
do, o sea cuatro veces la superficie total de Costa Rica, se reducen a un estado de inutili-
dad total o casi total.

Tanto Australia como África se encuentran en una etapa crítica. El suroeste de Asia, el oes-
te de América del Norte y el oeste de América del Sur también presentan graves problemas.
A esto debemos sumar que la mayoría de las regiones antes mencionadas se encuentran
en zonas esteparias o semidesérticas donde la recuperación de estas tierras es muy difícil
o solo se podría conseguir a muy largo plazo, debido a la fragilidad del equilibrio ecológico.

PROBLEMAS DE LA EROSIÓN HÍDRICA EN COSTA RICA5


La erosión y la conservación de suelos son temas de primera importancia pa-
ra los países en desarrollo que basan sus economías normalmente en el sector agrí-

suelo
cola y que tienen características climáticas propias del trópico como lo es el alto
potencial erosivo de las lluvias (altas intensidades y cantidades). Al mismo tiem-
po, la erosión también es un problema social, porque después del desarrollo de las
zonas aptas para la agricultura, especialmente de las llanuras, quedan solo zonas
marginadas con pendientes fuertes que son cultivadas, en su mayor parte, por
campesinos sin capital suficiente para la implantación de obras de conservación.

RÉGIMEN DE LLUVIAS
Las lluvias en Costa Rica tienen dos regímenes principales, divididos por las
cordilleras que, con una dirección noroeste-sureste, llegan a altitudes de
3800 msnm.
La vertiente Pacífica posee una época seca (diciembre-abril) y una época llu-
viosa (mayo-noviembre), con una reducción bien definida de la precipitación en
julio y agosto. Las lluvias aquí caen principalmente en la tarde y por la noche.
En Costa Rica la precipitación anual posee un ámbito bastante amplio que va
desde los 1400 mm (algunas zonas de Guanacaste y Cartago) hasta los 7700 mm
(25 km al noreste de Cartago).
Esta combinación: alto potencial erosivo de las lluvias + agricultura y gana-
dería en pendientes fuertes + falta de capital para la conservación de suelos, pro-

5. VAHRSON, W.-G. 1992. “Problemas de la erosión hídrica en Costa Rica”. Biocenosis 8(1-2): 41-51. Párrafos selecciona-
dos.

AMBIENTE: PROBLEMÁTICA Y OPCIONES DE SOLUCIÓN 155


voca muchas veces una degradación rápida de los suelos y una alta contaminación
de los ríos con materiales suspendidos (partículas de suelo principalmente). Los da-
ños y las pérdidas por erosión son múltiples, y pueden diferenciarse en daños en el
sitio y daños fuera del sitio. Como daños más comunes pueden mencionarse:
• Daños en el sitio
– Pérdidas de nutrimentos y mayor necesidad de fertilizantes.
– Pérdida del suelo: reducción y pérdida de la capa superior de este (hori-
zonte A) con su alto contenido de materia orgánica.
– Reducción del rendimiento de los cultivos a corto y largo plazos.
– Pérdida del potencial de amortiguamiento de los suelos durante lluvias in-
tensas, lo cual conlleva a un aumento de la tasa de escorrentía superficial.
– Pérdida del potencial agrícola y productivo de terrenos aislados hasta
zonas enteras, muchas veces con el resultado de una emigración de la
población a nuevas zonas marginadas o a las ciudades.
• Daños fuera del sitio
– Daños en la infraestructura,
como por ejemplo en represas
hidroeléctricas, carreteras y
sistemas de drenaje.
– Daños ecológicos, por ejemplo
en ríos, lagos y el litoral, debi-
do al aumento de la concen-
tración de los sólidos en sus-
pensión, nutrimentos y agro-
químicos arrastrados por es-
correntía.
FOTO 5.6. Cárcava provocada por un mal drenaje
– Mayores problemas de inun- de la carretera Tarbaca-Frailes (G.
daciones en las llanuras. Vahrson).

• Erosión geológica
Como erosión natural o erosión geológica se entiende la erosión en zonas
donde no interviene la actividad humana. Sus tasas son normalmente muy
bajas, sin embargo, cuando ocurren eventos extremos de lluvias o los provo-
cados por sismos y terremotos, estos valores pueden aumentar de manera
dramática. Un ejemplo de esta erosión natural, ahora muy severa, puede ob-
servarse en la zona afectada por el terremoto del 22 de abril de 1991 en Li-
món. Allí se presentaron en laderas, tasas de erosión muy altas. Algo pareci-
do puede observarse cuando se presentan casos extremos de lluvias intensas.
• Impactos ecológicos:
Eventos naturales extraordinarios, como por ejemplo el terremoto menciona-
do en la zona de Limón, traen como consecuencia un aumento drástico de los
materiales en suspensión en los ríos, así como la destrucción rápida del eco-
sistema fluvial.

156 GARCÍA / GUIER / CHACÓN


Algo parecido ocurre en lugares
donde por actividades humanas
inadecuadas se aumenta la canti-
dad de los materiales en suspen-
sión. Aquí se puede mencionar, a
manera de ejemplo, la destrucción
del ecosistema fluvial del río Tigre
y otros en la Península de Osa, co-
mo consecuencia de la minería hi-
dráulica de oro sedimentado en las
terrazas. Otro ejemplo es el provo-
cado por la deforestación en las FOTO 5.7. Eventos naturales extraordinarios, como
cuencas de los ríos Estrella y Bana- el terremoto en Limón en abril de 1991,
traen como consecuencia la destrucción
no, en donde como consecuencia rápida de ecosistemas fluviales (G.
se está dañando fuertemente el Vahrson).

arrecife de Cahuita. Este aumento


comenzó en los años sesentas y es-
tá bien documentado por las canti-
dades de materiales insolubles
atrapadas dentro del arrecife. Es
de esperar que el aumento adicio-
nal de materiales en suspensión
por el terremoto mencionado cau-

suelo
sara daños aún mayores.
• Daños infraestructurales:
Aquí deben mencionarse primero
FOTO 5.8. Desembocadura del río La Estrella en
los daños por sedimentación en agosto de 1991. Nótese la gran cantidad
los embalses hidroeléctricos: la re- de materiales en suspensión (G. Vahrson).
presa del Arenal posee un embalse
grande muerto, y el embalse útil no está muy afectado por problemas de se-
dimentación. En el caso de la represa de Cachí la tasa de disminución anual
del volumen útil está entre 0,34% y 0,55%. Esta disminución se debe no solo
a una erosión acelerada causada por el ser humano, sino también a la erosión
geológica.
Otro problema provocado por la erosión de los suelos en zonas altas es la se-
dimentación de estos materiales en las llanuras. Como consecuencia de ello
los sistemas de drenaje y los lechos de los ríos en las zonas bananeras pier-
den paulatinamente su capacidad, lo cual hace necesario el que se tengan que
hacer dragados (limpiezas) más frecuentes.

6. COSTA RICA 1991. Informe Nacional de Costa Rica. Conferencia de las Naciones Unidas para el Ambiente y el Desarro-
llo. Preparado por el Centro de Estudios Ambientales y Políticos (CEAP) de la Fundación Neotrópica. San José, Costa
Rica. Párrafos seleccionados, s.p.

AMBIENTE: PROBLEMÁTICA Y OPCIONES DE SOLUCIÓN 157


CUANTIFICACIÓN DE LA PROBLEMÁTICA6
La expansión de la frontera agrícola y la ocupación de tierras con fines agro-
pecuarios en áreas con fuertes pendientes y con altas precipitaciones, y el uso
limitado de tecnologías adecuadas para las actividades agrícolas y pecuarias ha
dado como resultado el que las zonas altas y medias de las cuencas se hayan de-
teriorado hasta un grado crítico. En 1982 se estimaba que cerca de 42% de los
suelos de Costa Rica mostraban huellas de procesos erosivos en grados diversos.
Las pérdidas alcanzaban a 725 millones de toneladas de suelo por año; de las
cuales 84% (609 millones) provenían de tierras dedicadas al pastoreo. Una esti-
mación más reciente realizada por el Servicio Nacional de Conservación de Sue-
los y Aguas (SENACSA), considerando el uso de la tierra en 1984, concluyó lo si-
guiente:
Cuadro 5.2
ÁREAS POR CLASE DE EROSIÓN EN PORCENTAJE DE LA SUPERFICIE TOTAL DEL PAÍS
Y DEL TOTAL DE LA SUPERFICIE AGRÍCOLA

CLASE DE T/HA/AÑO ÁREA TOTAL ÁREA AGRÍCOLA


EROSIÓN (HA) (%)

Tolerable 0-10 3 799 650 (75%) 58


Moderada 10-50 1 139 385 (22%) 37
Severa 50-200 127 165 (3%) 4
Muy severa 200 y más 20 345 (1%) 1

TOTAL 5 086 545 (100%) 100%

Sin embargo, estos


análisis son muy gene-
rales y hasta la fecha no
se han hecho estudios
sistemáticos y a escalas
de mayor detalle que las
escalas 1:200 000 que
permitan tener una vi-
sión más clara del esta-
do de los suelos del país.

FOTO 5.9. Pérdida completa de la capa superior del suelo provocada


por la erosión en un cafetal con pendiente fuerte, sin obras
de conservación y sin cobertura del suelo (G. Vahrson).

158 GARCÍA / GUIER / CHACÓN


CONTAMINACIÓN DE LOS SUELOS Y SEDIMENTOS7
El suelo es el sustrato más expuesto a los plaguicidas, ya que, inevitablemen-
te, en el momento de aplicarlos sobre el cultivo y en los días o semanas subsi-
guientes, gran parte de estos productos entran en contacto con él. Se ha estimado
que hasta 50% de los insecticidas aplicados al follaje llegan al suelo, y esta cifra
puede ser más alta en países que, como Costa Rica, tienden a utilizar sobredosis
de los plaguicidas. Además, los plaguicidas pueden aplicarse directamente al
suelo, como sucede con algunos de ellos.
Aunque de menor importancia, también pueden presentarse residuos en el
suelo, a causa del agua de lluvia contaminada, y por la dispersión desde otras
áreas asperjadas; se han detectado residuos en zonas donde nunca se han aplica-
do plaguicidas y que están alejadas de las áreas de aplicación. También pueden
agregar residuos al suelo los desechos de origen animal o vegetal que contienen
estas sustancias.
Los compuestos inorgánicos como el arsénico, el mercurio, el plomo y el co-
bre, también tienden a ser muy persistentes. En Costa Rica, varios miles de hec-
táreas de suelo presentan problemas de alta concentración de cobre, como conse-
cuencia de la aplicación de 100 kg Cu/ha/año en forma de caldo bordelés, un
compuesto que se utilizó en lo pasado para combatir enfermedades fungosas en
el cultivo del banano. La acumulación de cobre ha causado daños en suelos de
gran potencial agrícola. También se ha detectado en el país la presencia de nive-
les altos de arsénico (10,6 a 49 mg/kg), como consecuencia de su uso pasado en

suelo
el cultivo del café.
Productos como el paraquat pueden permanecer también durante mucho
tiempo en los suelos sin sufrir modificaciones mayores, en virtud de su capacidad
de adsorción a las partículas de suelo y, en especial, a la materia orgánica presen-
te en este. En Costa Rica se demostró la presencia de paraquat en suelos cafeta-
leros inclusive donde hacía tres años no se aplicaba este producto. Dependiendo
de la materia a que esté adsorbido el paraquat, las condiciones ambientales pre-
valentes y al tipo de tratamiento que los suelos reciban, este compuesto puede o
no ser accesible a plantas y microorganismos.
La presencia de residuos de plaguicidas en el suelo puede afectar al ser hu-
mano y a las comunidades naturales en general, ya sea por ser tóxicos para orga-
nismos expuestos directamente a estos productos, por ejemplo la fauna y la mi-
croflora del suelo, o fitotóxicos para cultivos sembrados en esos suelos. También
podrían acumularse en los tejidos de la fauna y la flora del suelo y luego en otros
organismos que se alimentan de los anteriores, iniciando el proceso de biomagni-
ficación. Podrían también provocar efectos de tipo subletal en organismos ex-
puestos a los suelos contaminados. Además, debe tomarse en cuenta que, por
erosión y escorrentía, el agua con partículas sólidas en suspensión va a contami-
nar ríos, lagos y aguas costeras, así como los sedimentos con los cuales entran en
contacto algunos organismos que se encuentran en estos lugares.

7. HILJE Q., L. et al. 1987. El uso de los plaguicidas en Costa Rica. EUNED-Heliconia: San José, p. 69-71. Párrafos seleccio-
nados.

AMBIENTE: PROBLEMÁTICA Y OPCIONES DE SOLUCIÓN 159


OPCIONES DE SOLUCIÓN
En Costa Rica no se cuenta aún con cuantifica-
ciones precisas confiables en lo que respecta a los va-
lores de erosión hídrica que están experimentando
los suelos, así como tampoco de la magnitud real de
los problemas que está causando. Sin embargo, se
puede asegurar que estos problemas son múltiples y
que revisten una importancia significativa.8
Muchos de estos problemas son tan obvios que,
para solucionarlos no se requieren de una cuantifica-
ción exacta de los daños, sino de una acción inmedia-
ta para evitar los daños en el sitio. Aquí se pueden
mencionar el mejoramiento de los sistemas de drena-
je de las carreteras, la rotación eficiente del ganado,
el establecimiento de barreras vivas y los cultivos
con coberturas. Las tecnologías para medidas de
conservación de suelos son conocidas y muchas ve-
FOTO 5.10. La presencia de resi-
duos de plaguicidas en ces han sido bien aplicadas en Costa Rica, sin embar-
el suelo puede afectar go, a menudo son costosas y requieren de una inver-
al ser humano y a las sión importante. Pero también existen, por lo menos
comunidades naturales
en general (Cámara de para la agricultura en pendientes fuertes, opciones
Insumos Agropecua- más económicas, como la siembra de coberturas en
rios de Costa Rica).
cultivos tradicionalmente limpios, o la siembra bajo
el sistema de la cero-labranza (sin labrar la tierra),
que pueden reducir las tasas de erosión en forma importante y a la vez mejorar
ciertas características de los suelos.

LA RECUPERACIÓN DE LOS SUELOS9


Para lograr la recuperación de los suelos degradados debido básicamente a
la utilización irracional de los mismos, o bien a desastres naturales, deben poner-
se en práctica una serie de acciones que incluyen desde lo preventivo, en los ca-
sos en que la degradación no sea muy severa, hasta acciones de tipo correctivo.
Lo preventivo parte de una planificación adecuada del uso del suelo. En la medi-
da en que se respeten los parámetros ecológicos, socioeconómicos y culturales
que determinan el uso óptimo de un área, se garantiza la conservación y el rendi-
miento sostenido de la misma.
Otra medida esencial para prevenir o contrarrestar el deterioro de los suelos,
comprende el manejo de las tierras de cultivo con normas severas y ecológica-
mente sanas. Esto implica el uso de abonos orgánicos y la aplicación de sistemas
de cultivo acordes con las condiciones del sitio, como los cultivos mixtos, los sis-
temas agroforestales y la rotación de cultivos.

8. VAHRSON, W.-G. 1992. “Problemas de la erosión hídrica en Costa Rica”. Biocenosis 8(1-2): 41-51. Párrafos selecciona-
dos.
9. D’ALTON, C.; GUIER, E.; MAGALLÓN, F. 1986. Guía didáctica para el libro “El desafío ecológico” de Ezequiel Ander-Egg.
EUNED: San José. Costa Rica, p. 128-129.

160 GARCÍA / GUIER / CHACÓN


La reforestación juega un papel importante en la recuperación de las áreas
degradadas. El sistema a seguir varía según las condiciones de la misma. El em-
pleo de métodos como la irrigación, el drenaje, la desalinización y otros, es valio-
so en situaciones en que sea económicamente factible y ecológicamente aceptable.
En términos generales puede afirmarse que la recuperación de suelos es un
problema bastante complejo que depende de una gran cantidad de factores. Ca-
da caso particular debe enfocarse por sí mismo y analizarse en torno a su propia
realidad circundante, de tal manera que las acciones son tan variables como las
situaciones particulares.

ESFUERZOS DE CONSERVACIÓN DE SUELOS10


El Servicio Nacional de Conservación de Suelos y Aguas (SENACSA) con la
asistencia técnica del Gobierno de Italia y de la NU-FAO, estableció el proyecto
GCP/COS/009/ITA, aprobado en 1984 con una duración estimada de cuatro años y
un presupuesto financiado por el Gobierno de Italia por US$2,4 millones.

Entre los principales resultados obtenidos se cuentan los siguientes:


• Formar el Servicio Nacional de Conservación de Suelos y Aguas (SENACSA)
por medio del Decreto Ejecutivo N.º 18 564-MAG; producir un manual de con-
servación de suelos y aguas; y comenzar la evaluación de la susceptibilidad
de los suelos, en todo el país, a la degradación por erosión hídrica en escala

suelo
1:200 000.
• Comprobar distintos métodos de manejo y conservación de suelos. Además,
ha realizado trabajos de manejo y conservación en 1050 ha, trabajando con
275 agricultores en siete de las ocho regiones del MAG; y ha hecho estudios de
suelos, drenaje y planificación conservacionista en 14 250 ha.
• Elaborar una metodología de clasificación de la capacidad de uso, de plani-
ficación y de manejo de las tierras que ha servido de base en el trabajo de
asistencia técnica para el diagnóstico de situaciones específicas y recomendar
prácticas de manejo aplicables a los agricultores.
• Elaborar una metodología para el diseño de obras de evacuación o almace-
namiento de agua de escorrentía superficial, ya que estas (agronómicas o no)
son necesarias para controlar la erosión aún en los terrenos casi planos, por-
que el volumen e intensidad de la lluvia normalmente excede la capacidad
de retención e infiltración de los suelos.
• Elaborar un catálogo de prácticas de conservación de suelos y aguas que reu-
ne, define y codifica 53 distintas prácticas de manejo y conservación compro-
badas por el proyecto.

10. COSTA RICA. 1991. Informe Nacional de Costa Rica. Conferencia de las Naciones Unidas para el Ambiente y el Desarro-
llo. Preparado por el Centro de Estudios Ambientales y Políticas (CEAP) de la Fundación Neotrópica. San José, Costa
Rica. Párrafos seleccionados.

AMBIENTE: PROBLEMÁTICA Y OPCIONES DE SOLUCIÓN 161


• En cinco años el proyecto ha establecido una estructura interna, compuesta
por: cartografía de suelos y evaluación de tierras, planificación, diseño y
construcción, prácticas agroconservacionistas, informática y banco de datos.
Se estima que esta estructura interna dará paso en lo futuro a departamentos
técnicos especializados.
• Que el programa de conservación de suelos entre como un componente inte-
gral en cada uno de los 20 Programas Nacionales Sectoriales elaborados por
la Secretaría Ejecutiva de Planificación Sectorial Agropecuaria (SEPSA).
• Elaborar, producir y distribuir material divulgativo impreso, radial y televi-
sivo. Entre los materiales producidos se encuentran: diez folletos divulgati-
vos destinados al público en general; trece cuadros explicativos sobre las fun-
ciones y actividades del SENACSA; un programa audiovisual titulado “El pro-
ceso de la erosión en Costa Rica”, que muestra los problemas de erosión en
el país, y nueve “spots” de televisión de siete minutos cada uno; diez progra-
mas radiales de siete minutos, bajo la modalidad de diálogo agricultor-técni-
co y numerosos artículos para la prensa y algunas revistas especializadas.
• El SENACSA ha capacitado en servicio a 25 técnicos y profesionales, además
1500 profesionales y técnicos del sector agropecuario han participado en el
programa de capacitación básica. Por medio de cursos de posgrado, apoya-
dos o financiados por el proyecto, el SENACSA cuenta con personal capacitado
en labranza y mecanización, cartografía y taxonomía de suelos, manejo de
cuencas hidrográficas y sensores remotos.
• Impulsar la ejecución de los siguientes decretos ejecutivos:
– Día Nacional de la Conservación de Suelos: 3 de mayo de cada
año (Decreto Ejecutivo N.º 18 748 MAG , 1988). 11
– Carta Mundial de los Suelos (Decreto Ejecutivo N.º 18 992-RE-MAG, junio
1989).12 El texto legislativo reconoce la función del SENACSA como orga-
nismo encargado de formular y ejecutar el Plan Nacional de Conserva-
ción. También decreta la obligatoriedad para las instituciones y las em-
presas del sector agropecuario de cumplir con los principios y las direc-
trices contenidos en la Carta Mundial de Suelos adoptada por la Organi-
zación de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación
(FAO) en 1981.
En esta materia hay que resaltar también la existencia de la Ley N.º 7779
sobre “Uso, manejo y conservación de suelos en Costa Rica”, publicada
en La Gaceta del 21 de mayo de 1998.

11. Publicado en La Gaceta 14 (19/1/89): 1.

12. Publicado en La Gaceta 104 (1/6/89): 1.

162 GARCÍA / GUIER / CHACÓN


LECTURAS complementarias

BANCO MUNDIAL (ed.). 1990. Vetiver: la barrera contra la ero-


sión. Banco Mundial: Washington, D.C. 78 p.
CALDERÓN, L.F.; GUTIÉRREZ M., M.; MIRANDA L., M.;
ORTEGA R., W.; PALOMO A., R.; ROJAS C., A. 1996. Principales
indicadores ambientales de Costa Rica. Ministerio de Planifica-
ción Nacional y Política Económica (MIDEPLAN), Unidad de
Desarrollo Ambiental, Sistema de Indicadores sobre Desarrollo
Sostenible (SIDES). San José, Costa Rica. p. 11-19.
CONEA (Comisión Nacional de Estadísticas Ambientales) 1996.
Memoria del 1er. Taller Nacional sobre Estadísticas Ambientales.
1-2 de febrero de 1996. San José, Costa Rica. Estado de la Nación-
MIDEPLAN-MINAE-MS-Asamblea Legislativa-Banco Mundial.
Master Litho: San José, Costa Rica. p. irr.
COSTA RICA 1998. Ley sobre uso, manejo y conservación de sue-
los. Ley N.° 7779. La Gaceta 97(21.5.98): 5-8.
COSTA RICA 1995. Panorama económico, social y ambiental
1994. Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica
(MIDEPLAN). San José, Costa Rica. p. 114-117.
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suelo
la Alimentación) 1982. Carta mundial de los suelos. FAO: Roma,
Italia. M/P8700/S/10.82/1/3000. 8 p.
GARCÍA, J.E. 1997. Introducción a los plaguicidas. EUNED: San
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co Nacional del Ministerio del Ambiente y Energía - Programa de
las Naciones Unidas para el Medio Ambiente - Ministerio de
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164 GARCÍA / GUIER / CHACÓN

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